ANGEL'S PUNISHMENT

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

WARNING: Esta historia contiene descripciones y menciones de actos de violencia sexual, física y psicológica, así como de temas de índole religiosa a los que de ninguna manera se pretende faltar el respeto y son utilizados solo con fines creativos. Por favor, tomarlo en cuenta antes de leer.

...

19

CULPABLE

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Para muchos, el estar inconsciente en una situación de peligro sería la peor cosa que les podría suceder, sin embargo, permanecer así hubiera sido lo que Naruto habría preferido de tener opción.

Lamentablemente, un fuerte golpe producido desde adentro de su cabeza se lo impidió.

—Perdón por despertarte así, pero no podemos permitirnos perder más tiempo — la conocida voz de Sakura lo saludó, a su derecha.

Poco a poco, recuperando la orientación y agudizando sus sentidos, se dio cuenta de que estaba únicamente en boxers y recostado sobre la mesa ceremonial en el santuario subterráneo. A su alrededor cientos de velas flotaban de forma sobrenatural, iluminando cada rincón del espacio, lo que le permitió ver que las figuras del cristo y la virgen habían desaparecido de los muros, dejando atrás su silueta marcada. También pudo notar que el rosal que crecía dentro se había marchitado, volviendo lo que antes habían sido hermosas flores carmesí en podridos capullos negros.

No obstante, su inspección visual fue interrumpida por la chica de cabellos rosados sentada en la mesa a su lado, cuando ésta acarició su frente con extraña ternura mientras lo miraba, solemne.

—¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy? — Naruto preguntó débilmente.

—En tu juicio — otra voz que venía del frente respondió, por lo que el rubio incorporó un poco su cabeza para identificar a Sasuke, acción que le hizo caer cuenta de que estaba encadenado por el cuello y las manos a la superficie de concreto.

El chico de cabellos negros hizo una pequeña seña manual y pronto apareció Kakashi entregándole una caja de fósforos y un juego de llaves.

El Uzumaki quiso reclamar al padre su implicación en toda esa pesadilla, sin embargo, antes de poder siquiera abrir la boca, el peliplata se marchó del cuarto. Dejándolo completamente a solas con aquel par de demonios.

—Naruto, creo que ya no podemos seguir ocultando más nuestras verdades e identidades — la calma y gentileza con las que la joven le hablaba hacían contraposición con la frialdad y antipatía en los ojos del Uchiha. Era como si estuvieran a punto de interpretar al policía bueno y malo, respectivamente —. Así que, ¿por qué no nos sinceramos y abrimos nuestros corazones entre sí?

—Por la forma en que me han sometido creo que más bien quieren sacármelo — el ojiazul respondió con rabia.

—Claro que no, solo queremos ayudarte...

—¡¿Ayudarme?! ¡¿Cómo es esto un intento de ayudarme?!

—Desde que llegaste no hemos intentado hacer otra cosa más que eso — Sasuke intervino con firmeza y se posicionó a su izquierda, para darle directamente una mirada implacable que lo hiciera mantenerse a raya —. Pero tú no has hecho más que escupirle a nuestros esfuerzos. Éste es siempre nuestro último recurso y hace años que no nos veíamos en necesidad de usarlo.

—Lo cierto es que has sido tú mismo quien nos obligó a ponerte en esta situación — Sakura sonaba y se veía bastante afligida —. Ya no nos quedan más recursos para purificarte.

—¿Purificarme? ¿De qué están hablando? — el prisionero se sacudió, inquieto y enojado, haciendo sonar las cadenas, pero éstas se cernieron sobre él con más fuerza cuando Sakura cerró su mano en un puño, por encima de su rubia cabeza.

—Has sido muy malo, Naruto. Hiciste muchas cosas terribles en un lapso tan corto de tiempo que Dios no pudo ignorar tus acciones y nos envió a auxiliarte — Sakura se levantó de su asiento y con parsimonia comenzó a quitarse el suéter y la camisa del uniforme. Quedando únicamente en sostén y mostrándole así unos extraños símbolos y figuras simétricas tatuadas en toda su espalda —. Ya sabias que no somos la misma clase de seres que tú, pero dime, ¿crees tener el panorama completo sobre nosotros?

Naruto quedó momentáneamente descolocado por lo que veía. Por alguna razón, los dibujos en la blanquecina piel de la chica se le hicieron conocidos y ese sentimiento se transformó en certeza cuando Sasuke también se desnudó el torso y le mostró los tatuajes de su pecho y hombros.

—¿Eso son...? ¿Mis padres, ellos...? — esas marcas nunca antes vistas en sus acompañantes pudo reconocerlas de unos cuadros que adornaban la oficina de sus padres, en casa, aunque nunca supo su significado ni de dónde procedían.

—Ellos no nos llamaron, aunque quizás sí sabían lo que pasaría al enviarte aquí — el pelinegro se apresuró a responder cualquier teoría apresurada que se hubiera hecho —. Si has visto en tu antiguo hogar estas marcas es porque tus padres no han olvidado lo que este lugar hizo por ellos cuando estudiaron aquí.

—¿Ellos fueron estudiantes aquí? — el Uzumaki quedó enormemente sorprendido por esa revelación.

—Sí, aunque nosotros no fuimos quienes se encargaron de su caso y realmente no sabemos qué los trajo aquí — Sakura se dio la vuelta y luego procedió a por fin explicar de manera clara quiénes eran y cuál era su propósito —. Este lugar ha sido durante años algo así como una de las muchas papeleras de Dios. Es aquí donde llegan algunas de las tantas almas a las que está temiendo comenzar a perder... Tú y tus padres, por ejemplo.

—¿Recuerdas cuando te dije que muchos somos el fruto de los errores de nuestros antepasados y que estamos condenados a pagar sus deudas? En parte estas aquí por eso — Sasuke comenzó a jugar con un fósforo encendiéndolo y apagándolo con la mirada, una y otra vez —. Ellos vinieron aquí porque Dios estaba preocupado por el buen rumbo de sus destinos y cuando salieron creyó que por fin podía dejar de angustiarse por ellos. Hasta que apareciste tú y, en sus palabras, superaste por mucho los errores de tus padres.

—Fue por eso que el creador nos pidió que viéramos si había esperanza para ti y te ayudáramos — la pelirrosa intentó acariciarle la mejilla, pero Naruto se apartó con brusquedad.

—¿Qué son ustedes?

—Quien sabe... Aunque la mayoría lo piensa, no somos ángeles, porque deshonramos a Dios en vida y tampoco somos demonios, porque alguna vez fuimos víctimas de la maldad del mundo — Sasuke le dio una breve mirada a Sakura, quien simplemente sonrió con tristeza —. Nunca nos dio un título, pero el término más cercano que se me ocurre es un "agente".

—Nuestro trabajo es tomar los casos que él nos da, investigarlos y buscar la forma de regresarlos al camino del bien. Aunque contigo tuvimos muchas dificultades a la hora de proceder — los ojos esmeralda de la joven se oscurecieron levemente —. Cuando Sasuke-kun creía en tu posible salvación, yo no lo hacía y cuando yo comencé a creer, él perdió la esperanza en ti. Todas esas pruebas que pasaste nos confundieron a nosotros tanto como a ti.

—¿Entonces se supone que todo el calvario que me hicieron sufrir estaba destinado a ayudarme? — Naruto les preguntó con ironía —. ¡A mí me pareció que más bien trataban de matarme del miedo!

—Sabes muy bien que intentamos hacer las cosas bien contigo desde el principio. Te tratamos con respeto, te escuchamos y te dimos miles de oportunidades para que nos demostraras que eras digno de volver a la gracia del señor — Sasuke no se inmutó por su comportamiento y, en cambio, le dio la más firme y severa de las miradas —. Pero nunca pudiste siquiera dar el primer paso hacia tu redención.

—¿Y ese era?

—Admitir en voz alta la razón por la que estás aquí.

En cuanto esa verdad salió de los labios de la chica, el Uzumaki entró aún más en desesperación, lo que sus acompañantes captaron de inmediato.

—Dilo Naruto y podremos proseguir con nuestro trabajo — Sasuke demandó caminando al alrededor de la mesa sin dejar de observarlo, implacable.

—¡No!

—No va a pasarte nada, lo juro, solo tienes que cooperar y... — Sakura intentó ser razonable, pero fue interrumpida con un grito en su cara.

—¡Váyanse a la mierda! ¡"No" significa no! — el rubio estaba completamente fuera de sí y se sacudió con tanta fuerza queriendo liberarse, que su piel comenzó a arder, enrojecida —. ¡Además! ¡¿Por qué querría compartir mi verdad con un par de mentirosos sin compasión como ustedes?!

—Naruto...

—¡Dicen que no son demonios, pero los he visto asesinar y actuar con una violencia desmedida! ¡Nunca confiaría en ustedes! — esas duras palabras fueron acompañadas con una cruel mirada directa a la pelirrosa y ésta se encogió, avergonzada.

—Puede que yo sí lo sea — Sakura admitió comenzando a lagrimear, aunque enjuagó sus ojos rápidamente, impidiendo que eso se convirtiera en llanto —. Pero Sasuke-kun no... Es por eso que Dios habla con él y no conmigo. Yo nunca he estado en su lista de niños buenos y si me ha salvado del infierno al darme este trabajo es porque fui un resultado de todo lo que hicieron conmigo... De cierta forma, igual que tú.

—No me compares contigo Sakura-chan, yo nunca mataría a alguien de la manera en que tú lo hiciste con Neji Hyugga.

—¿Estás seguro?

—¡Cállate Sasuke! — si de por si estaba fuera de control, ese simple cuestionamiento tocó la más sensible de las fibras en el Uzumaki.

—¿De verdad no eres capaz de quitarle la vida a alguien?

—¡Dije que te calles!

—¡Me callaré cuando dejes de ser un mocoso cobarde que no puede ni poner en palabras lo que hizo! — los gritos de ambos terminaron por hacer llorar a Sakura, algo de lo que se dieron cuenta, pero no les impidió continuar —. ¡No se trata de que no quieras que lo sepamos, sino de que tú mismo quieres hacer como que no lo sabes, porque eres un hipócrita pusilánime!

—¡Por supuesto que lo sé! — aunque desearía no ser consciente de ello.

—¡Entonces habla! — Sasuke le gritó con aún más enojo, lo que terminó por quebrar al chico encadenado.

—¡No puedo!

—¡Que lo digas! ¡Dinos qué hiciste!

—¡Mate a mi hermano!

Esa confesión detuvo en seco los sollozos de la pelirrosa, quien levantó la mirada para verlo y suspirar de algo parecido a alivio. Sasuke por su lado también pareció por fin conforme y volvió a hablarle, esta vez con más calma, cuando lo vio derrumbarse en lágrimas.

—¿Qué sucedió?

Pese a qué sus sollozos le impedían hablar con claridad y que los espasmos asaltaron su cuerpo con violencia, una vez que confesó su crimen, esa verdad que tanto se negó a compartir con alguien ya no pudo ser retenida por más tiempo en su boca.

—Todo paso dos meses antes de venir aquí... — Naruto cerró los ojos para no ver a sus verdugos y así poder infundirse valor para dar el extenso relato —. Esa chica... su nombre era Shion, mis amigos me retaron a invitarla a una fiesta, porque era una chica bastante tímida y guapa y admito que físicamente me gustaba, así que les hice caso y ella aceptó... Pero, no sabía, juro que no sabía lo que planeaban... Solo hice lo que me dijeron y puse ese polvo en su bebida... Cuando ella quedó inconsciente, la llevaron a una habitación y juro que, aunque me presionaron, no la toque... Sin embargo, quienes creía que eran mis amigos, sí lo hicieron — en su voz se hizo presente la angustia y desesperación que ese recuerdo le producía —. Al final, los verdaderos culpables les dijeron a todos, incluyendo la policía, que fui yo, aun cuando negué todo y confesé mi verdadera implicación en lo que pasó.

—¿Y te creyeron? — la voz de Sakura estaba teñida en tristeza.

—¡No! ¡Nadie me creyó! ¡Ni siquiera mis padres! Ellos de inmediato me vieron capaz de eso y accedieron a que me investigaran hasta la saciedad... Ni siquiera se disculparon cuando se demostró mi inocencia y por eso me enfurecí con ellos — Naruto sorbió por la nariz y extrañamente comenzó a calmarse conforme llegaba al clímax de su historia —. Les grité por cómo me habían traicionado y les abrí mi corazón acerca de lo solo y olvidado que me habían hecho sentir, pero ellos no hicieron más que negarlo todo... Como si lo que hubiera vivido no pudiera ser posible porque, en sus palabras, ellos siempre fueron buenos padres.

—¿Qué pasó después? — esta vez fue Sasuke quien lo animó a continuar.

—Mi furia contra ellos comenzó a descontrolarse y cuando mi madre intentó acercarse a mi para calmarme la empuje al suelo con todas mis fuerzas... Un error que de no ser porque ella estaba embarazada no me habría costado tan caro — a su memoria llegó el recuerdo de la gran gota de sangre que bajó por la entrepierna de su madre, seguida de muchas más, y cómo ella comenzó a gritar al no poderse levantar por sí sola —. Mi hermano no nacido murió por mi odio a mis padres y por eso ellos me enviaron aquí... Porque saben que nunca me podrán perdonar. — al decir eso una seca risa sin gracia se escapó de su boca, lo que atrajo una mirada descolocada de la pelirrosa —. Ellos me hicieron tanto o más daño a mí del que yo les infringí a ellos y fui yo quien quedo como el monstruo sin corazón... Y ahora vienen ustedes a decirme que Dios también me ve así... ¡No me jodan!

—Lo que Dios quiere no es martirizarte por tus errores, sino que reconozcas que tu impulsividad, deseo de encajar y necesidad de ser querido, son grandes defectos que te hacen peligroso para ti mismo y los demás. Todos los obstáculos que te pusimos son la mayor prueba de ello — Naruto chasqueó la lengua con sorna, lo que hizo a sasuke enfocar más su discurso —. ¿No me crees?... Entonces dime, ¿qué fue sino eso, lo que te llevó a invitar a esa chica a la fiesta? ¿eh? Lo que te hizo acceder a drogarla, lo que te impidió defenderla cuando la lastimaron, lo que te hizo atacar a tu vulnerable madre, lo que te impulsó a amistarte conmigo y te llevo a desarrollar sentimientos por Sakura.

—No lo sé, pero no soy como ustedes. No soy un desperdicio que tirar a la basura, ¡no me merezco esto!

—Nadie tiene lo que se merece y mucho menos lo obtiene yendo por el mundo reclamándolo — Sasuke compuso una mueca atormentada y decidió calmar el pesar de Naruto abriendo su historia para él —. Yo no tuve lo que merecía... Que era convertirme en el famoso pintor que siempre quise ser, casarme con la mujer que amaba y tener muchos hijos a los que disfrutar hasta envejecer. En cambio, fui enviado por mi padre, en lugar de mi hermano mayor, a una guerra de la que no tenía posibilidades de salir vivo y cuando encontré una pequeña luz en la oscuridad a la que aferrarme para vivir, me la arrebataron de la forma más cruel posible.

—Sasuke-kun, no lo hagas... No se lo digas — la pelirrosa intentó frenarlo, pero como él no le hizo caso, hizo el inútil intento de tapar los oídos de Naruto.

—Sakura fue mi salvadora. El más cálido y tierno rayo de sol que jamás haya tocado mi corazón, ¡Y por amarla terminaron clavándome las manos a un muro para que viera como la degollaban y la reducían a cenizas frente a mis ojos! — aquella confesión estuvo llena de frustración y dolor, tanto que las lágrimas del Uchiha rodaron por sus mejillas y las de Sakura cayeron en cascada sobre el rostro del chico rubio —. Me destruyeron hasta el punto en que ni siquiera noté cuando hicieron lo mismo conmigo... Para cuando desperté estaba frente a ese Dios en el que siempre confíe mis plegarias y él decidió darme esta oportunidad para vivir otra vez... Una que sólo acepte a cambio de que también se lo permitiera a la mujer que amaba.

—Sasuke... — esa confesión dejó anonadado al prisionero.

—Así que no, Naruto. Nadie obtiene lo que merece, pero está en nuestras manos darle a los demás un trato justo y ser buenas personas con ellos... Y es precisamente eso lo que voy a obligarte a entender.

En ese momento, harto de tanta charla, Sasuke encendió un fósforo y lo apretó entre sus dedos con fuerza. Una acción muy simple pero que estuvo destinada a comandar a las velas a su alrededor para que comenzaran a consumirse más rápido, lo que hizo que la cera caliente goteara, cayendo sobre ellos.

—¡Mierda! ¡Maldito enfermo! ¡Para! — el Uzumaki comenzó a gritar mientras, sin abandonar su lugar a su lado, Sakura igualmente sollozaba de dolor. La cera también estaba cayendo sobre el pelinegro, pero éste no hizo ademan alguno de estar sufriendo como ellos —. ¡Sakura-chan, apártate! ¡Detente Sasuke, la estas lastimando a ella también!

Aun con el torso desnudo, la joven de ojos verdes se había inclinado sobre Naruto para cubrirlo con su cuerpo lo más posible, así que ella recibió la mayor parte de la cera caliente sobre su cabeza y espalda, mientras que el rubio estaba quemándose solo de la cintura para abajo.

—Este es el siguiente paso Naruto. No pararé ni tu sufrimiento ni el nuestro hasta que no te arrepientas y te disculpes con el creador por tus acciones.

—¡Vete a la mierda! ¡Yo soy quien merece una disculpa de Dios! — el Uzumaki se negó a pedir clemencia.

Incluso en ese momento, el todopoderoso le estaba dando más razones para verlo como un ser cruel y sin compasión que no había tenido más razones para enviarlo a la tierra que torturarlo. Hasta Sakura, quien en ese momento estaba decidida a protegerlo, parecía más compasiva y buena en comparación.

—¿Una disculpa por qué? ¿Por querer darte otra oportunidad? Eres un cínico — Sasuke apretó todavía más el fosforo y la cera de las interminables velas comenzó a caer en mayor cantidad, haciendo que Naruto y la joven lloraran más fuerte —. Sabes muy bien que la responsabilidad de tus equivocaciones es solo tuya, asi que si quieres que pare esto solo admite lo que hiciste y disculpate.

—¡Sé que hice mal! ¡¿Pero por qué debo ser el único que pague por esos errores?! — el Uzumaki sentía que podría morir de dolor, pero aquella convicción había estado asentada en su mente durante tanto tiempo, que sólo las palabras correctas podrían hacerlo ceder.

Para su buena suerte, Sasuke las sabía, perfectamente.

—¡Porque los demás ya pagaron! — y fue esa concisa declaración la que hizo al rubio parar de sollozar. Acción que Sakura imitó, mordiéndose los labios para guardar silencio —. Tus amigos fueron encontrados culpables por lo que pasó y tus padres pagaron con su bebé las injusticias que sufriste. Solo faltas tú por enmendar tus errores.

—Pero yo... Y-yo no... — no quería hacerlo, por más que fuera cierto eso último que escuchó, no podía disculparse. Nada de eso habría pasado si Dios le hubiera dado una vida justa. Con más amor, más atención, más libertad y consideración. No quería ser quien diera su brazo a torcer... No quería vivir bajo el yugo de un ser que lo había maltratado y ahora quería que tomara la mayor parte de la responsabilidad... No quería ser como... —. Sakura-chan...

Al ver el rostro de la pelirrosa pudo ver que no estaba llorando solo de dolor físico, sino también de dolor emocional. Lo que estaba pasando la había herido incluso antes de que la cera caliente cayera sobre su piel, probablemente recordándole el sufrimiento que pasó el día que murió.

Para su sorpresa, al permitirse ese momento para reflexionar y observar, también pudo ver como el propio Sasuke estaba cubierto de cera hasta el punto en que su rostro tenía severas quemaduras y ello, acompañado del esfuerzo de permanecer de pie, ya no le permitían seguir enmascarando su sufrir.

Entonces se comparó a si mismo con ambos.

Aquella pareja sin duda había sufrido mucho más que él, habían pasado por injusticias mayores y tenido un final aún más cruel.

Uno que los había llevado a convertirse en esos agentes que debían sufrir si no podían lograr regresar por el buen camino a las almas que les eran encomendadas.

Seres inmortales condenados a vivir ese ciclo interminable, a cambio de darles lo que bien se les pudo haber concedido en vida.

Personas que, como él, tuvieron que asumir las consecuencias de todo lo que los demás hicieron con ellos. Lo que, de cierta manera, les hizo recibir una compensación por eso.

—Dime Sasuke... Si me arrepiento de corazón ¿Dios impedirá que termine como ustedes?

—Si te arrepientes sinceramente, podrás salir de aquí y tener otra oportunidad para vivir y ser feliz... Si es que quieres y tienes la voluntad de hacerlo.

Vivir.

A pesar de todas las cosas que había pasado y la solitaria vida que siempre había llevado, Naruto nunca perdió el deseo de continuar con vida y seguir buscando ese lugar y esas personas especiales a las cuales pertenecer.

Sin importar las trabas, aún intentó escapar de "Divinium Reflectum" y buscar su propio camino. Esa había sido su intención antes de descubrir la oscuridad en ese colegio y ceder ante la curiosidad que quienes consideró sus amigos le producían.

No podía creer que, siendo tan joven, teniendo solo quince años, tuviera que recordarse a sí mismo y reafirmar ante los demás que aún tenía una larga vida por delante y mucho mundo a la espera por ser experimentado por él.

Tal vez eso era en lo que Dios no se había equivocado con él.

El haberlo hecho necio e insistente había sido una buena decisión, pues gracias a ello tenía voluntad y un deseo de vivir que no dejaría que nada le arrebatara.

Ni siquiera esas grandes y vergonzosas equivocaciones que, ahora que había puesto en palabras, ya no suponían un peso insoportable en su corazón.

—Entonces... Lo siento — lloró soltando un suspiro y en cuanto la disculpa salió de su boca, el fosforo se apagó y todas las velas cayeron al suelo, a excepción de una —. ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento!

—¿Por qué lo sientes? — casi sin aliento, el pelinegro insistió en cuestionarlo.

—Por haber sido un testarudo. Por haber creído que mi sufrimiento invalidaba las consecuencias de mis acciones — conforme hablaba su voz se rompía, ligeramente —. Por haber tomado el mal camino y recién ahora ver que yo tuve la mayor parte de la culpa en lo que hice.

—Naruto... — una muy cansada Sakura le acarició la mejilla y le regaló esa sonrisa dulce que tanto le gustaba y enamoraba, antes de finalmente caer inconsciente sobre él.

—Y lamento haber tardado tanto en admitirlo. De verdad lamento todo, estoy arrepentido y quiero comenzar a redimirme.

Esa sentencia final hizo sonreír a Sasuke a pesar del dolor. Un gesto de genuina felicidad que le hizo al rubio recordar al chico amable y gentil que conoció cuando llegó a "Divinium Reflectum".

—No era tan difícil, ¿verdad? — el Uchiha preguntó, aunque, antes de obtener respuesta, cedió a su dolor y su cuerpo cayó al suelo como un peso muerto.

—¿Sasuke? — el Uzumaki se incorporó levemente y fue en ese momento que se dio cuenta de que las cadenas a su alrededor habían cedido.

Entonces, por fin libre, se apartó las ataduras e hizo a un lado con suavidad el cuerpo de Sakura para poder levantarse tan rápido como sus adoloridas piernas le permitieron. Al pie de la mesa de concreto, el pelinegro pareció estar luchando por mantenerse despierto, aunque le estaba costando demasiado.

—Ten Naruto... Ya es momento de que salgas de aquí — el Uchiha le indicó con la mirada las llaves que aún sostenía en su mano y luego le señaló aquel pequeño y negro animal enjaulado que estaba junto a ellos y que había visto el día que descubrió ese lugar —. Liberalo y podrás ir de regreso con el resto del rebaño... Pequeño cordero.

El Uzumaki no perdió tiempo y abrió la jaula, comprendiendo que esa efigie encerrada lo represento a él todo ese tiempo. Él era esa criatura oscura que necesitaba ser liberada y que ahora por fin podría ver la luz.

Sin embargo, viendo al par de chicos que yacían desfallecidos por tanto sufrimiento, algo sobre irse le supo muy amargo.

—Estaremos bien... Tú solo vete y asegúrate de hacer las cosas bien de ahora en adelante — Sasuke murmuró con lo poco de aliento que le quedaba. Observándolo con los ojos entrecerrados, así como una sonrisa juguetona —. Porque si vuelves a perder el camino, vamos a ir a buscarte a donde sea que estés.

—Espero no tengan que hacerlo... Gracias.

Aquel agradecimiento fue de corazón, pues si bien le habían atormentado en más de una manera durante el tiempo que los conoció, también reconocía el gran impacto que su aparición había tenido sobre su vida y su concepción de sí mismo.

Le gustaran o no los métodos utilizados, ahora estaba enderezado espiritualmente gracias a ellos.

—Antes de que te vayas... Tráeme aquí a Sakura, ¿quieres? — Sasuke le pidió cuando lo vio ponerse de pie y disponerse a irse. Algo que Naruto le concedió, tomando entre sus brazos a la inconsciente chica y recostándola al lado de su amado en el frio suelo —. Gracias...

—Está bien, no es nada.

—Es mucho... Cada buena acción que haces, por pequeña que sea, es mucho... Y hoy hiciste demasiado —. el rubio se sintió en verdad contento por esas palabras, por lo que comenzó a caminar en dirección a la salida con una sonrisa en su rostro. Una que se hizo aún más genuina cuando escuchó lo último que Sasuke murmuró a sus espaldas, antes de también desmayarse —. Estuvo cerca, ¿no, mi amor?... Pero tranquila, nunca iba a permitir que nos separaran...Cuando despiertes, estaré aquí... Lo prometo.

Aquellas palabras le dieron una idea muy clara a Naruto sobre lo que habría pasado con ellos si no hubieran podido "liberarlo" e internamente se sintió aliviado de no haber sido la razón por la que tuvieran que separarse y desaparecer.

Después de todo, aunque siempre se interpuso entre sus propios deseos, el amor que ese par se tenía era completamente real e inquebrantable. Tal vez un poco perverso, pero puro y verdadero, al final.

Tanto que cuando cruzó el umbral de la puerta y los vio por última vez, estando abrazados y con expresiones relajadas en sus rostros, le siguieron pareciendo la pareja más enamorada y feliz de la historia. Incluso a pesar de estar heridos gravemente.

Tal vez, el haber trabajado durante tantos años como agentes les había concedido la fortaleza para superar pruebas como esa y de cierta manera hizo más resistente y firme su amor.

Ahora podía ver que eso pasaría con él también.

Esa experiencia grata y al mismo tiempo aterradora que vivió en ese colegio sería por siempre un recordatorio de que tenía una valentía, resiliencia y fuerza que antes no sabía que existía y de que podía salir adelante siempre que su deseo por vivir existiera.

Si hubiera mirado atrás antes de comenzar a caminar, abstraído en sus reflexiones acerca de todo lo que había aprendido, hubiera podido ver cómo a sus espaldas las rosas en el santuario subterráneo volvían a florecer y un par de túnicas blancas de encaje cubrían al par de amantes.

Tal y como siempre sucedía cuando Sasuke y Sakura completaban una tarea y se reunían con Dios para rendirle cuentas.

...

NOTAS FINALES:

Todo lo que quedo pendiente se va a resolver en el siguiente capítulo, el cual pues es un epílogo. Amixes la neta no estoy jugando cuando les digo que me estoy quedando pelona. Literalmente me estoy quedando sin pelo por tanto estrés jajaja y es que a la hora de finalizar un fic siempre me da pánico dejar cosas fuera o que no quede como esperaba y los termine decepcionando.

Espero el siguiente capitulo no lo haga jijiji.

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Porfis cuéntenme qué les pareció este capítulo, ya saben que su retroalimentación es muy necesaria y valiosa para mí. Sin ella no vivo, ni tengo ganas de escribir, así que, aunque sea déjenme un pequeño comentario.

Tampoco se olviden de seguir mi cuenta, eso también me llena el corazón como no tienen idea y me motiva aún más.

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Así pues, entonces nos vemos pronto con el final (por fin!) bye!