- Estamos en la recta final del campeonato estatal de Airsoft y las cosas se han puesto candentes, quedan solo dos equipos ¿Cuál de ellos logrará sobrevivir?
Una gran partida se estaba llevando a cabo en un edificio abandonado donde solo dos equipos estaban dando su mejor esfuerzo, justamente en la cima del techo estaba alguien recostado con su rifle apuntando.
- Ninguna señal enemiga, parece que siguen escondidos.
- Entendido, continua en vigilancia, no podemos permitir que obtengan puntos.
- Claro. – Luego de hablar por radio, aquel hombre siguió observando a través de la mira, no tenía idea alguna de donde es que se encontraba el equipo enemigo, aquella situación era una donde la resistencia y calma era lo que llevaba a la victoria, se ajustó su casco, esperando al más mínimo movimiento por la ventana que estaba observando, entonces vio una mano cruzarse por esta. – Ahí está.
- Error, aquí estoy. – Una voz a sus espaldas lo sorprendió, ahí se encontraba uno del equipo rival que llevaba una máscara que tenía el rostro de una parka, este no dudó en disparar a su rival el cual recibió el impacto.
- Estoy fuera. – Exclamó este en desgano al ser impactado por los balines, el de la máscara se vio satisfecho.
- Ese es otro más fuera.
- Osamu, tienes a uno más a treinta metros por tu derecha. – Le hablaron por la radio, él respondió.
- Entendido, iré por él ¿Qué tal está Rodríguez por su lado?
- Sigue vigilando al que se encuentra cerca del almacén, creen estar bien escondido.
- Muy bien, que él se encargue por ese lado, sigue informándome por ahora Clark. – al acabar la llamada, recargó los balines de su subfusil de asalto. – A la carga.
Aquel de la mascara empezó a moverse, se sujetó por la orilla para luego entrar por la ventana una vez se pudo balancear y cayó de pie, dentro del edificio continuó corriendo, el ganar esa competencia lo era para en ese momento y no había lugar para el fracaso. De ese modo siguió avanzando, procurando mantener sus pisadas lo más silenciosas posible mientras se fue acercando al objetivo, ya entonces a un costado pudo ver a otro del equipo rival que observaba a través de una ventana, este sonrió a través de su máscara.
- (Te tengo.) – De forma disimulada apuntó hacia este mientras aún estaba distraído, lo vio como una presa fácil y ya mantenía el dedo en el gatillo.
- Te atrapamos. – En una maniobra que él no se esperaba, otro más apareció detrás de una caja abandonada en ese momento y disparó contra él, rápidamente reaccionó saltando al suelo para rodear y esconderse detrás de una esquina. – Mierda, se escondió.
- Descuida, lo tenemos acorralado. – Una situación de dos contra uno no era totalmente ventajosa para cualquiera, del mismo modo tenía que cuidar su munición y no desperdiciarla en disparos, pero claro, eso sería para cualquier otro jugador que se encontrara en su situación, para Osamu, era más bien un juego de niños.
- Es momento de que salgas. – Cuando uno de ellos se acercó a la esquina, fue sorprendido por la salida repentina del enmascarado. - ¡Que mierda!
Este no dudó en disparar en ese momento, su contrincante ni tuvo tiempo de reacción cuando fue impactado por los balines, siendo eliminado, el otro que no pudo ayudar a su compañero solo se quedó atónito.
- ¡Maldito! – Este empezó a disparar, él corrió mientras esquivaba los proyectiles dirigidos hacia él. - ¡Como puedes esquivarlo!
- Obvio, soy mejor que tú. – ya estaba a pocos centímetros al apuntarle directamente en su pecho. – Y eso es algo innegable.
Disparó, con aquel movimiento logró eliminar a esos dos enemigos en aquel momento, al hacerlo se pudo sentir aliviado, entonces escuchó por su radio.
- Aquí Rodríguez, eliminé a su coordinador.
- Y yo acabé con dos más ¿esos eran todos?
- Es el caso. – Respondió Clark. – Hemos ganado.
- ¡Excelente! – Osamu celebró en aquel momento. Al acabar la partida, salieron del sitio en ese momento, el marcador había sido decidido con victoria para su equipo.
- Los ganadores son el equipo Colibrí, un fuerte aplauso. – El grupo salió, ya entonces Osamu se retiró su máscara, dejando ver una larga cabellera rubia con ojos de un profundo color rojo vivo y facciones bien formadas.
- Bien hecho amigos. – Chocó puños con sus otros dos compañeros. – Esta victoria nos acercará cada vez más al campeonato mundial en Michigan.
- ¡Osamu! – Una chica de cabello rojizo se acercó en ese momento, abrazando al rubio.
- Verónica. – Este correspondió al abrazo. – Pudimos ganar.
- Eso vi, me alegra por ustedes. – Ella seguía sujeto a este.
- Consíganse un cuarto ustedes dos. – Expresó Clark desviando la mirada, la pelirroja rápidamente lo soltó mientras Osamu empezó a reír.
- ¿Celoso Clark? Algo me dice que tu ultima relación fue un fracaso nuevamente.
- Serás hijo de puta. – Expresó en enojo, pero no era real, así era como se llevaban.
- No sigan peleando ustedes dos. – Rodríguez intervino como voz de la razón. – Lo importante aquí es que ganamos la competencia, nuestro sueño está cada vez más cerca.
- Es cierto. – Osamu miró al cielo. – Los tres dedicamos parte de nuestras vidas al Airsoft y todo por ganar la mayor competencia de América que se llevará a cabo en Michigan, donde los mejores equipos estarán reunidos.
- Sé que podrán hacerlo, después de todo eres el mejor Osamu. – Expresó Verónica, ella realmente tenía un gran afecto hacia él.
- Nuevamente, ese gusto por los asiáticos de Verónica vuelve a salir. – Expresó Clark en ironía, eso molestó a la chica que le dio un codazo en el costado. - Mierda, mi costilla.
- Por eso tus exnovias te dejan rápido Clark. – Respondió ella de forma burlona. – Como sea, Osamu es solo un amigo y lo respeto como tal, sé que él ha dedicado su mayor parte del tiempo al airsoft y no deseo ser una molestia, por eso nunca he buscado ir a una relación más allá de nuestra amistad.
- Esto realmente debió elevar nuestro ranking en la tabla de clasificaciones, estamos un paso más cerca. – El rubio se veía alegre, el airsoft era algo que le daba color a su vida. – Por ahora debemos celebrar esta victoria ¿vamos a tomar unas buenas cervezas bien frías?
- Claro, deseo embriagarme como nunca. – Expresó Clark. El grupo se movió hacia un restaurante, ya al entrar y sentarse en una mesa, pidieron comida así como bebidas alcohólicas bien frías, al ser servidos en las jarras, empezaron a beber.
- Esto realmente es insuperable. – Osamu bebió del alcohol en ese momento. – Una buena cerveza luego de una partida es increíble.
- No te propases Osamu. – Advirtió Rodríguez. – De cualquier modo yo no voy a beber, alguien tiene que conducir de regreso al apartamento.
- Estaré contando contigo entonces para que me lleves. – Expresó Clark. – Porque voy a beber hasta olvidarlo todo.
- Seguro se pondrá a hablar de sus ex nuevamente. – Verónica desvió la mirada. – También quisiera que me lleves Rodríguez, mi casa se encuentra por la ruta. – El mexicano asintió.
- ¿Qué me dices Osamu?
- Yo estoy bien, pediré un Uber al terminar, lo importante ahora es celebrar. – Levantó su jarra. – Por el campeonato que vamos a conseguir.
Luego de un brindis, siguieron comiendo y bebiendo hasta caer la noche donde ya era momento de irse, Clark estaba realmente ido por el alcohol.
- Te extraño… Sherly… - Estaba dormido, ya lo tenían en la parte trasera del vehículo de Rodríguez.
- Es momento de irnos. – Expresó este. - ¿Realmente no quieres que te dé un aventón Osamu?
- No hay problema. – Respondió el rubio, igual estaba alcoholizado pero a menor medida. – Nos veremos mañana.
- Cuídate Osamu, que todo te vaya bien. – Expresó Verónica, el rubio asintió.
- Aún tenemos la competencia nacional, no moriré antes de que eso suceda. – Aseguró el rubio. Ya en ese momento sus amigos subieron al vehículo de Rodríguez y este se fue en aquel momento, él se quedó solo. Yoichi Osamu, era de nacionalidad japonesa pero llegó a Estados Unidos a la edad de diez años por un trabajo de su padre, desde entonces su familia ha estados viviendo en el país americano y él ha estudiado en este, fue durante ese rumbo que a los catorce años descubrió sobre el airsoft y acabó haciendo como un clic en su cabeza, aprendió todo lo que pudo sobre las reglas, el mantenimiento de las armas, estrategias y con ello también logró conocer a Clark y Rodríguez, sus dos mejores amigos que han estado juntos desde la preparatoria, actualmente y con veinte años se fijaron una meta, el ser el mejor equipo de airsoft en todo Estados Unidos, trabajaría hasta el cansancio para alcanzar ese sueño que fijaron.
Al poco tiempo finalmente llegó el Uber que pidió el rubio, se subió atrás en el vehículo y dio la dirección para que le llevara, ya cuando empezó a manejar el chofer, Osamu se quedó viendo por la ventana durante el trayecto, tenía sueño aunque era por el alcohol, por sus pensamientos pasaron unas cuantas visiones, se veía a sí mismo sosteniendo la copa del campeonato junto a sus amigos, Verónica abrazándolo por haberlo conseguido, todos eran felices.
- … Eso es algo lindo… ojalá se haga realidad… - Cerró los ojos, cayendo presa del sueño en ese momento. – (Ojalá pueda conseguirlo… mi sueño…)
Mientras conducía, en ese momento el chofer se sujetó el pecho, estaba sufriendo un ataque cardiaco y el vehículo empezó a descontrolarse, justo al frente un camión estaba en la vía opuesta, un choque era inminente entre ambos vehículos y Osamu no sabía nada de ello porque estaba dormido profundamente, su muerte iba a llegar.
*CRASH*
"Un alma tan pura… no puede morir de esta forma y además cargando algo que mi mundo nunca antes había visto… quiero darle una nueva oportunidad… y del mismo modo, evitar la tragedia que se ha repetido durante siglos en mi propio mundo… joven, espero puedas ser el héroe que he estado buscando…"
Osamu no supo nada cuando un brillo lo cubrió y en el lugar de aquel estruendoso accidente, un cuerpo desapareció totalmente…
Osamu sentía el viento suave golpear su rostro y el sonido de las hojas, poco a poco empezó a abrir los ojos en ese momento.
- Hmmm… ¿me habré dormido en el Uber? – Al preguntar eso, vio a sus alrededores, no veía nada que fuera lo más parecido a la ciudad o si acaso el chofer lo dejó en medio de la nada. – No puede ser que me hayan abandonado ¿cierto?
Con incertidumbre, este se levantó, al lado tenía su bolsa con su equipo de airsoft, se la colocó en el costado y comenzó a caminar, por su posición parecía estar en un bosque pero no había nada igual de frondoso cerca de Chicago donde él residía.
- Será mejor que llame a Rodríguez si es que puede venir a buscarme. – Sacó su teléfono para llamar a su amigo pero no tenía señal. – Rayos, quizás no llega por esta zona, deberé caminar un poco más si es que logro llegar a la carretera.
Con esa esperanza, el rubio pelilargo continuó avanzando un poco más en ese bosque, estirando su teléfono por si lograba captar señal y llamar a sus amigos para sacarlo de ese embrollo pero no logró tener la suerte que esperaba y por más que caminara, tampoco lograba ver un final de entre todos los árboles.
- No puede ser que me hayan abandonado y viendo que esto no es ni la pizca de Chicago… quizás es algún bosque de otro estado. – Vio un ciervo pasar por ese momento. – Tampoco es que hayan ciervos por la zona que conozco, sí estoy lejos de casa, los demás deben estar preocupados, sobre todo Verónica. – Sabía que la pelirroja lloraría mares si se supiera que Osamu desapareció, con ese pensamiento en mente, tenía que volver. Siguió con su caminata un poco más aunque no tuvo el resultado esperado, nada que pudiera mostrar civilización. – Esto realmente apesta.
"Roooargh"
Un rugido lo tomó por sorpresa en aquel momento y por lo que pudo escuchar, no pertenecía a ningún animal que pudiera conocer, en consecuencia de ello fue a esconderse rápidamente para acechar detrás de un árbol, Osamu pudo ver de reojo entonces a una figura humanoide verde y grande que estaba caminando por ahí, no era nada que pudiera reconocer por lo que eso lo dejó sumamente asombrado pero eso no era todo.
- ¡Ayuda! – Una chica estaba huyendo de esa criatura, fuese lo que fuese, no le veía con buenas intenciones lo que iba a sucederle a la chica, esta corrió hasta tropezarse con la raíz de uno de los árboles, ella buscó levantarse pero esa criatura ya estaba frente a ella, esta comenzó a temblar.
- (Maldición, esto claramente no es algo que pueda ver en Chicago o en alguna otra parte de América, incluso parece más salido de una historia de fantasía… esa chica está en peligro, así que debo hacer algo…) – Aunque sabía que era inútil, debía actuar para salvarla, abrió su bolsa para sacar su subfusil de asalto y cargarlo con balines, quizás no le harían nada pero si lograba lastimarlo un poco por la potencia, era más que suficiente.
- ¡No te acerques! – La chica temblaba del miedo frente a lo que esa criatura estaba por hacerle, esta se regocijó mientras lamió su boca, estaba listo para comenzar su ataque y ella gritó con fuerza, en ese momento sintió algo en su espalda.
- ¡Por aquí! – Osamu saltó de entre los arbustos en ese momento y apuntando con su subfusil de airsoft, disparó contra la criatura, claro que los balines no le hicieron nada a este más que enojarlo, la criatura que miró al rubio con sus ojos negros sin pupila rugió ante la provocación de este. – Eso quizás fue mala idea.
Ahora el monstruo que buscó distraer para salvar a la chica tenía la atención fijada en él y no estaba para nada alegre con su intervención, en ese momento corrió extendiendo sus brazos para atraparlo, Osamu logró reaccionar y entonces saltó a un costado, esquivando el ataque de la feroz bestia.
- Menos mal mi entrenamiento de reflejos sirve en casos como estos.
- ¡Ten cuidado! – La chica le advirtió y es que la criatura se dio la vuelta para atraparlo, Osamu no podía permitirlo, necesitaba alejar a la criatura de algún modo, entonces tuvo una idea.
– (Esto está mal según las reglas, pero no tengo otra opción.) – Apuntó en ese momento al rostro de la criatura y disparó, le pudo dar a los ojos al monstruo el cual, al sentir el impacto, este se cubrió el rostro y rugió del dolor, ahora que estaba distraído, podría aprovechar, fue por esa chica y la tomó de la mano. – Vámonos de aquí.
Ambos empezaron a correr lejos de aquel monstruo que seguía cegado por los disparos de Osamu, ya luego de correr unos cuantos metros, no había rastro de aquella criatura, estaban a salvo.
- Gracias señor… por salvarme… - Expresó esta, Osamu guardó su arma en su bolsa.
- No es nada, realmente esa criatura no es nada que haya visto antes pero obviamente es peligrosa.
- ¿Nunca antes había enfrentado a un ogro?
- ¿Ogro? – Eso llamó su atención, se supone que los ogros son criaturas que solamente existen en cuentos fantásticos. – No realmente.
- Son feroces y además disfrutan de violar mujeres, temí por mi castidad pero gracias a usted y a su arma rara, pude salir ilesa.
- Entiendo, eso realmente no es bueno, entonces jovencita…
- Clara. – Respondió con su nombre.
- Entiendo, soy Yoichi Osamu.
- Osamu-san… gracias por salvarme ¿acaso es un soldado o mercenario? De alguna u otra forma no hubiera podido pelear.
- No soy algo así como un soldado, solo soy un simple practicante de airsoft, la noche pasada pedí un Uber para llevarme a mi casa pero parece que me abandonaron, solo deseo preguntar ¿esto es Chicago? – La reacción que obtuvo de Clara fue una de confusión.
- ¿Airsoft? ¿Uber? ¿Chicago? ¿Qué es eso? – No fue lo que esperaba, y tampoco ella parecía estar mintiendo así que no había otra respuesta posible, ya no estaba en Chicago, y tampoco parecía seguir en Estados Unidos.
- Ya veo… descuida, no es nada de lo que debas preocuparte, por si acaso ¿puedo preguntar dónde estamos?
- ¡En serio no lo sabe! – Expresó ella con asombro. – Se encuentra en el bosque al noroeste del continente de Eostia, el pueblo donde vivo está a unos cuantos metros de aquí. – Respondió ella, ese nombre de un país nunca antes lo había escuchado ni tampoco es que supiera de una tierra llamada Eostia.
- Ya veo, a decir verdad no tengo un sitio donde quedarme, no sé si puedas llevarme a tu pueblo.
- Claro, usted me salvó Osamu-san y le estoy agradecida, lo menos que puedo hacer es enseñarle donde vivo. – Respondió ella con una sonrisa. – Es por aquí.
Decidió seguirla a través del bosque, en ese trayecto le explicó más sobre el territorio de Eostia, como está dividido en siete territorios con su respectiva capital y reinado por las princesas guerreras, una alianza la cual se encarga del gobierno en toda Eostia, con el centro regido por la reencarnación de la diosa Laurentia, Celestine Lucross, así como la guerra que llevan contra la raza de los elfos oscuros quienes son mandados por su reina, Olga Discordia, en esa historia Osamu pudo saberlo, ese no era su mundo, de algún modo fue transportado ahí pero no sabía por quien o por qué lo hizo, el caso es que no podría regresar a casa.
- Ya estamos aquí. – La chica le mostró un pequeño pueblo que tenía toda la pinta de ser del tipo medieval. – No tenemos mucho pero es más que suficiente, puede descansar perfectamente.
- Entiendo, gracias Clara. – Respondió él, ella sonrió.
- Esto, si no tiene dinero para dormir en la posada, podría venir a mi casa.
- No deseo ser una molestia más, ya veré como arreglármelas.
- No lo es, realmente deseo agradecerle por lo que hizo para salvarme. – Ella no parecía ceder y si algo aprendió Osamu es que una mujer que presiona demasiado tiende a ser un fastidio, Verónica era un ejemplo de primera mano.
- Está bien, te acompañaré. – Ella sonrió totalmente, así fue que le llevó a su hogar, vio a las demás personas y como tal llevaban ropa de época medieval, aunque sentía sus miradas sobre él y es que era el único con ropa que a sus ojos podría verse extraño, con la playera blanca y pantalón vaquero que tenía, ya entonces llegaron al hogar de Clara. – Aquí vivo yo. – Era una casa pequeña, más bien una choza.
- ¿Vives sola? – Preguntó él, en eso la chica bajó la mirada.
- Sí… mi padre murió hace años a causa del ataque de unos goblins y mi hermano mayor se fue para unirse al ejército, como no conocí a mi madre, ahora estoy sola, pero no me siento triste, porque trabajo lo suficiente siendo mesera en la taberna para subsistir.
- Ya veo, para una jovencita de tu edad, es admirable trabajar. – Acarició su cabello, Clara hizo un puchero.
- Tengo 17 años, ya soy una adulta.
- Claro, como digas. – En un mundo con monstruos como el que conoció hace poco, cosas como esas debían ser comunes y ver a una chica como Clara salir adelante le inspiraba cierto respeto hacia ella. – Voy a dejar mis cosas, seguro podrás mostrarme esa taberna donde trabajas.
- Por supuesto. – Osamu fue a dejar su bolsa, por un momento vio adentro el cuchillo de caza que llevaba, por cualquier cosa lo tomó y puso en su cinturón, ya entonces salió.
- Estoy listo.
- Es por aquí. – Ella empezó a mostrarle un poco del pueblo, un sitio pequeño pero acogedor a sus ojos, Clara parecía ser conocida, por supuesto siendo que la única taberna en el lugar era donde todos comían, ella debía ser conocida por todos, ya entonces así fue que llegaron. – Aquí es la taberna donde trabajo.
- Clara. – Un hombre tras la barra que, suponía era el dueño estaba ahí. – Que bien que estés de vuelta ¿y ese hombre de ropas tan extrañas?
- Él es Osamu-san, me salvó hace poco cuando fui atacada por un ogro.
- Eso debió ser terrible, te agradezco que protegieras a mi empleada.
- No es nada. – El rubio se rascó la nuca.
- Siendo que peleaste ¿eres un mercenario para Kuroinu?
- ¿Kuroinu? – Preguntó el rubio, en eso Clara le vio.
- Es el mayor grupo de mercenarios que existe en toda Eostia y además son los que protegen nuestro reino, bajo el liderazgo de Vault, han peleado contra incontables amenazas, todos aspiran a formar a parte de su grupo. – Explicó ella, así que existía una fuerza que protegía a la gente.
- Por esa respuesta, veo que no lo es. – El tabernero entonces sacó una jarra y sacó cerveza. – Toma, va por la casa por haber salvado a Clara.
- Gracias. – Osamu aceptó el gesto, así bebió alcohol y pasó un rato en la taberna.
- Por cierto, recomiendo que no salga de noche. – Avisó el dueño del establecimiento. – Como estamos muy cerca del territorio gobernado por la reina de los elfos oscuros, sus criaturas que ella controla están muy cerca de aquí y rondan el bosque, es mejor quedarse encerrados hasta que salga el sol.
- Entiendo… además ya enfrenté a ese ogro, no creo poder vencerlo. – Eso último lo dijo en voz baja.
- Por ahora disfruta Osamu-san, puedes tener comida. – Aceptando la oferta de Clara, pasó el rato, al menos eran gente agradable con un extraño como él y eso era algo que él apreciaba.
La noche empezó a caer, ya era el momento de volver por la advertencia del tabernero, así fue que entonces Osamu y Clara volvieron al hogar de esta, ella ceró la puerta mientras una vela estaba encendida, solo tenía cama para ella.
- Lo siento Osamu-san, que solo mi cama esté.
- Descuida, puedo dormir en cualquier terreno, incluso en el suelo, al practicar airsoft, aprendemos a adecuarnos al terreno donde estamos.
- Sobre eso del airsoft… ¿podría explicarme bien que es? – Justo en ese momento los ojos del rubio se iluminaron.
- ¡Por supuesto! Puede que el airsoft en esencia parezca peligroso por el hecho de que batallamos pero es un choque emocionante donde dos equipos tratamos de conseguir nuestro objetivo eliminando a nuestros oponentes haciendo uso de nuestras armas. – Osamu se veía muy ilusionado, sacando un gotón a Clara. Así pasó el tiempo explicando a la chica todo lo que es el Airsoft, sus reglas y modo de juego hasta caer la noche totalmente, ella ya se fue a dormir y Osamu igual, dejó su bolsa en el suelo a un lado, solo tomó una tela y la puso encima, entonces se recostó. – (A pesar de lo que me ha pasado, no fue un mal día, espero poder descubrir más de este mundo… y ver si puedo volver con mis amigos, aun quiero cumplir mis sueños…) – Cerró los ojos para dormir en ese momento con toda tranquilidad, ignorando el hecho de lo que ocurría afuera.
Al entrar totalmente la noche, justo sombras se vieron afuera, de todos tamaños, con ojos brillantes que ansiaban poder probar a sus víctimas, esa noche el pueblo iba a sufrir un ataque del cual no sabrían nada.
Osamu dormía tranquilamente, el suelo no era impedimento alguno para que pudiera tener una buena noche de descanso, de ese modo siguió de esa forma hasta que afuera empezó a iluminarse y también hubo un olor a quemado, eso lo despertó.
- ¿Qué sucede? – Al sentirlo, se levantó para ver por la ventana, entonces quedó asombrado, el pueblo estaba en llamas y la gente corría. - ¿Qué?
- ¿Eh? ¿Osamu-san? – Clara se despertó en ese momento. - ¿Qué pasa?
- El pueblo está incendiándose, deben estar atacando.
- ¡Que! – Eso la sorprendió, justo salieron a ver y como así pasaba, todo el pueblo estaba en llamas, criaturas se habían hecho cargo de eso, goblins, ogros, demonios, todo tipo de monstruos humanoides fueron los responsables.
- ¡Ayúdenme! – Esos monstruos tomaron a mujeres las cuales les arrancaron sus ropas. - ¡Nooo!
Osamu solo pudo ver con horror lo que ocurría, los hombres estaban muertos en el suelo, las mujeres eran tomadas por esos monstruos para violarlas, Clara se tapó la boca.
- Esto es horrible… nuestro pueblo… - En ese momento la figura grande se acercó a ellos, Osamu la reconoció, era el mismo ogro que hirió antes.
- … Humano tonto. – Ese empezó a hablar. – Debido a tu desafío atacamos este pueblo, es tu culpa que todos aquí mueran y las mujeres sean nuestros retretes de semen, ahora vas a morir por lo que me hiciste y a esa chica… la haré mi esclava sexual.
- ¡No quiero eso! – Clara tenía mucho miedo, Osamu no supo como reaccionar, nunca en su vida vio una escena como esa, era algo que simplemente ocurría en pesadillas, eso debía ser… una pesadilla. - ¡Osamu-san, reaccione! – El ogro empezó a reír.
- Tu héroe no puede hacer nada, ahora jovencita, vamos a divertirnos, en nombre de Olga-sama, ustedes serán reclamadas prisioneras. – Sujetó a Clara la cual empezó a gritar y llorar.
- ¡Nooooo, Osamu-san, sálveme! – Empezó a rogar pero el rubio no supo como reaccionar, seguía en su mundo, todo se volvió oscuro.
- (¿Por qué pasa esto? Se supone que todo debía ser diversión… fueron amables, Clara, el tabernero… ahora todo eso ha acabado…) – Apretó su puño con fuerza, ya entonces endureció la mirada. – Ese ogro… todo es por él… - Justo ahí sacó el cuchillo que llevaba y de un salto fue contra el ogro, clavando la hoja en su brazo.
- tsk… estúpido humano. – El ogro se lo quitó como si nada, golpeando al rubio con su brazo libre y de ese modo este impactó el suelo con fuerza. – Alguien como tu no me hará nada, eres débil, ni siquiera puedes proteger a esa chica humana, ahora quédate ahí mientras observas como la hago mi mujer. – En ese momento este tomó la ropa de Clara y de un solo arrancó la rompió, dejándola desnuda.
- ¡Nooooo! – Ella gritó de la vergüenza y el horror, estaba a punto de ser violada por el grotesco ser, Osamu no podía hacer nada, se sentía inútil en ese momento.
- (Mierda… por qué momentos así deben ocurrir, no puedo hacer nada… todo mi entrenamiento en airsoft es inútil ahora… yo… quisiera tener el poder para pelear.) – Con ese pensamiento, algo ocurrió, justo en su mente escuchó una voz.
"Nivel 1"
- ¿Eh? – Entonces una luz apareció por detrás de él, justo en la casa, algo voló hasta aterrizar en la mano derecha de Osamu. – Es mi subfusil…
No entendía como su arma de repente llegó hacia él pero una luz la rodeaba, algo tenía que ver con la voz que escuchó, entonces al abandonar el brillo, Osamu se levantó, tenía una mirada seria.
- Muy bien muñeca, me divertiré contigo. – El ogro había sacado su gran miembro, listo para violar a Clara, pero antes de que pudiera desvirgarla, un disparo resonó y algo voló, rozando el brazo de este, de ahí tuvo una herida que salió un fino hilo de sangre. - ¡Que mierda fue eso!
- Tu, monstruo. – Osamu estaba ahí, apuntando con su subfusil a la criatura. – Suéltala.
- ¡Humano idiota! – El ogro arrojó a Clara al suelo y con obvia ira fue hacia el rubio, este no dejó su posición, en el airsoft un ataque debía ser bien calculado contra un enemigo que iba de frente, por esa misma razón solo apuntó hasta tenerlo a una distancia considerable. - ¡Es momento de que mueras!
- ¡Osamu-san! – Clara gritó del horror, cubriéndose sus partes con ambos brazos, temía que el rubio muriera en ese momento, fue entonces que una sonrisa segura cruzó el rostro de Osamu.
- Te tengo. – En ese momento disparó una ráfaga, justo le logró dar en su pie izquierdo el cual fue atravesado por las balas, eso causó que este cayera directo de rostro al suelo.
- ¡Mierda, mi pie! – Se lo sujetó, los agujeros le dolían mientras la sangre salía totalmente. - ¡Hijo de perra!
- ¿Quién lo es aquí? Yo claramente no busco aprovecharme de una chica indefensa. – Exclamó el rubio, quedando de frente al ogro, apuntó su subfusil justo entre sus ojos. – La verdadera basura presente son ustedes. – En ese momento disparó, el ogro vio su vida llegar a su fin, cayendo muerto luego de que las balas atravesaran su cerebro, Osamu respiró profundamente.
- ¡Osamu-san! – Clara corrió hacia él, aún desnuda, sin importarle aquello, lo abrazó. – Gracias por salvarme… pensé que iba a violarme. – Expresó entre sollozos, el rubio estaba asombrado pero correspondió el gesto.
- Descuida, ahora estás a salvo y planeo hacer algo con los demás monstruos… ahora deberías entras, sigues desnuda.
- ¿Eh? – Ella se dio cuenta que no llevaba nada de ropa y justo abrazó al rubio de esa forma, se puso roja al instante. – Waaah, lo siento, entraré a cubrirme. – Rápidamente entró a su casa para cubrirse, eso trajo alivio al rubio, ya que directamente no la vio.
- Soy un caballero, no miraré a una dama, a menos que esta quiera. – En ese momento se puso serio, aún quedaban muchos monstruos, miró su subfusil. – (De algún modo mi arma de airsoft ahora dispara balas reales, no sé como es posible pero luego me lo preguntaré, tengo asuntos que atender ahora.) – En ese momento fue para acabar con los demás monstruos que seguían causando estragos en la aldea, esa noche iba a ser larga pero hasta que todos estuvieran a salgo, no estaría tranquilo.
La mañana llegó, el fuego se apagó, la aldea quedó con bastantes daños, casas quemadas, varios hombres murieron y mujeres igual fueron violadas, quedando completamente rotas, eso fue un precio a pagar por la salvación, Osamu solo pudo ver las consecuencias de lo ocurrido anoche, la gente sufría por las perdidas y eso le molestaba.
- Actué tarde…
- Osamu-san. – Vio llegar a Clara, ya vestida y en mejor estado. – Por ahora todos están ayudando para recuperar lo perdido, sobre las mujeres violadas… posiblemente queden embarazadas de los monstruos y ellas están devastadas… lo más seguro que nunca vuelvan a recuperarse y cuando estos nazcan, los hombres matarán a las crías.
- Ya veo… lamento no haber peleado antes, si me hubiera dado cuenta… - Clara negó con la cabeza.
- Era algo a lo que veíamos que iba a suceder desde que nos asentamos cerca del territorio de los elfos oscuros, esta guerra que ha durado años seguirá afectándonos.
- Olga Discordia ¿no? Es la responsable.
- Sí, su castillo está al norte, pero no es recomendable ir, por los monstruos que acechan.
- … Tengo un trabajo qué hacer ahora. – Declaró el rubio. – ya viste como peleo y es una forma inusual, si con eso puedo acabar con los monstruos, intentaré hacer algo.
- ¿Osamu-san? Es peligroso. – Para Clara, eso era una mala idea, pero el rubio negó con la cabeza, sonriendo suavemente.
- No soy exactamente un soldado, pero los practicantes de Airsoft tenemos un código de honor y es que no admitimos las injusticias, es algo que no puedo dejar pasar así que, por mínimo que sea mi aporte, deseo hacer algo para acabar esta guerra.
- … Osamu-san, espere aquí. – Clara fue a buscar algo rápidamente, así entonces al cabo de un par de minutos, ella volvió con algo en manos. – Tome.
- Esto es… ¿un poncho?
- El viaje será largo, así que lleve esto para que pueda estar protegido del frío, por favor. – Era un regalo de parte de Clara, así que Osamu no podía negarse, tomó la prenda.
- Gracias, la verdad es que me gustan los ponchos, de igual modo debo prepararme para ir. – En ese momento sacó todo su equipo de airsoft de la bolsa, el chaleco protector, el casco, las botas y esa máscara que lleva, se la puso encima.
- ¿Por qué la máscara? – Preguntó ella.
- Cuando jugábamos partidas, de algún modo me gané un mote: La parka, porque soy como una entidad que aparece de repente a eliminar a mis enemigos, una parka que acecha a los enemigos. – una vez se preparó y puso el poncho encima, se dio la vuelta. – Es hora de irme.
- Entiendo… ojalá pueda estar bien Osamu-san… rezaré a Laurentia-sama por su bienestar.
- Me voy. – El rubio se cubrió el rostro con su máscara y se dio la vuelta, en dirección al norte, donde está el castillo de Olga en su territorio, no podía perdonar lo que sucedió en esa aldea así que iría a hacer lo que estuviera en sus manos, claro que no tenía idea de lo que estaba a punto de meterse, en un problema mucho más grave del que pensaba y que ese era apenas el inicio de su viaje.
- … Ese sueño… - Una hermosa mujer con orejas puntiagudas, largo cabello rubio y ojos verdes, su vestimenta blanca dejaba ver parte de su piel, acentuando su prominente busto y su entrepierna cubierta por una tela negra, despertó al momento de tener un sueño profético, parte del poder que le confirió el ser la reencarnación de la diosa. – No es como otros…
En el sueño que ella pudo tener, observó una figura oscura, un hombre que se levantaba ante los peligros que se asomaban en el futuro, una figura que inspiraba esperanza a la gente y que traería una era de paz, para la rubia parecía ser normal que un héroe quizás sea el indicado a dar fin a la guerra pero lo que llamó su atención es que ese héroe no tenía una espada… sino que poseía una especie de arma que nunca en su vida pudo ver, una que disparaba proyectiles de forma extraña, ese simple hecho la hizo estar totalmente dubitativa de la veracidad del sueño.
- (¿Será acaso una profecía de un futuro cercano? Este héroe desconocido, no es alguien cuya figura se me asemeje a alguien, siempre pensé que Vault sería el héroe que traería la paz a Eostia, pero los poderes de la diosa nunca se equivocan… ¿será un aliado poderoso?)
Ella no tenía idea alguna de lo que el futuro podía esperar y las profecías concedidas por los poderes de Laurentia tampoco explicaban demasiada información, ella solo podía esperar que ese futuro llegue pronto y que su presentimiento sea correcto.
La historia en todos lados empezaría a moverse y los cambios que traería esa presencia foránea así como sus armas sería algo que cambiaría el rumbo de Eostia como se conoce, para siempre.
Buenas, aquí RinMakoto con una nueva historia, esta vez basado en un hentai, debo decir que estuve postergando esta porque me debatía sobre la creación del protagonista, más bien en su ocupación, pensaba en si sería un policía, un soldado o alguien normal, al final me decanté por un joven jugador de airsoft con grandes aspiraciones, porque deseo que esa personalidad contraste con la de un mundo tan oscuro como lo es Kuroinu. Ahora debo dejar en claro unas cuantas cosas:
1. Esta será la última historia de mi tanda de fics mensuales que pienso hacer, me enfocaré totalmente a los fics que llevo actualmente y estaré intercalando capítulo de cada historia, así que será irregular.
2. Sobre el poder de Osamu, lo mantendré todo en secreto, sé que podría llegar comentarios diciendo que tan fuera de lugar se ve esto o quizás sea op usar armas de fuego en un mundo medieval, pero siempre soy alguien que busca hacer funcionar algo al final y esto quiero intentarlo, mi conocimiento del lore va por medio de las ovas y walkthroughts de la novela, pero no haré la historia de forma lineal, tendrá cambios ¿cuando sucederá? Eso está por verse.
Es todo lo que tengo que decir, si les gusta o no, queda a discreción de ustedes, no por comentarios negativos dejaré de escribir lo que me gusta e inspira, pero lo acepto todo, nos estaremos leyendo en otro sitio. Saludos.
