Había un destino al cual asistir, Feoh era la ciudad más cercana a cargo de una princesa y donde seguro se llevaría a cabo un ataque de Kuroinu para buscar conquistarla y apoderarse de las mujeres en esa región. Osamu, un joven que fue transportado a ese mundo se designó la tarea de evitar que ese grupo transforme ese reino en uno donde solo reine la lujuria y maldad y las mujeres pierdan toda libertad, para ello estaba contando con la asistencia de Olga Discordia, reina de los elfos oscuros la cual perdió toda autoridad sobre sus tropas cuando estas la traicionaron para aliarse a Kuroinu y Chloe, la mano derecha y fiel sirvienta de esta, una medio elfo oscura que cuenta con grandes habilidades para el combate cercano. Actualmente estos tres estaban en camino para luchar contra aquel grupo, pero antes, esperaba un largo viaje y otros asuntos a tratar.
Un oso estaba cercano en el bosque, este se encontraba quieto, justo ahí detrás de un árbol se encontraba Osamu el cual sostenía su arma, el animal no mostraba un comportamiento hostil por lo que era un buen momento, ya entonces miró a sus espaldas.
- Muy bien, apunta, es preferible que lo hagas entre los ojos, un solo disparo en su cabeza es suficiente para matarlo.
- Bien. – Olga asintió y se puso en posición, apuntando la Glock que ahora era su posesión en ese momento, el animal se dio la vuelta y al ver a esta, corrió para atacarla, ella se concentró de una forma como solo una usuaria de magia podría y esperó a que el animal estuviera a solo unos metros cuando este saltó lista para darle un zarpazo con su garra, momento que nunca llegó cuando esta apretó el gatillo, la bala justo atravesó entre ceja y ceja del oso el cual cayó al suelo de forma pesada, siendo una muerte instantánea para el animal, la orgullosa reina soltó una risa por debajo. – Este sucio animal no fue nada.
- ¿Está bien Olga-sama? – Chloe se acercó, obviamente preocupada por el estado de su ama.
- Me encuentro bien, ya poco a poco me estoy adecuando al uso de esta arma, se siente bien.
- Menos mal… oye. – Ahora miró a Osamu con el ceño fruncido. – No pongas a Olga-sama en situaciones tan peligrosas como esa, podría haberla lastimado ese oso.
- Fue necesario. – El rubio se hundió de hombros. – Necesita practica real para acostumbrarse al uso del arma, ya que el retroceso siempre acaba siendo un problema para los primerizos, entonces Olga ¿sientes este?
- Sí hablas del empuje que sucede al disparar, lo siento, pero puedo mantenerme firme, he lanzado muchos hechizos poderosos, así que algo de ese estilo no me detendrá. – Respondió la elfa morena.
- Luego seguiremos practicando, por ahora podemos usar a este oso para comer, Chloe.
- No me des órdenes, humano. – A pesar de todo, la medio elfo fue para comenzar a destazar al animal y separar la carne que pudiera ingerirse, mientras tanto Osamu y Olga se sentaron en un tronco para esperar.
- Parece que sigo sin caerle bien… - El rubio soltó una risa nerviosa.
- No la culpes, después de todo pasó por una horrible vida antes de que la liberara, ella era una esclava la cual obligaron a todo tipo de cosas… - Olga apretó su puño. – Los humanos siempre vieron a los elfos oscuros como una raza inferior, ni siquiera somos tratados como humanos ante sus ojos, por eso mucha de la gente de mi raza era capturada y vendida en el mercado negro como esclavos, Chloe es una medio elfo oscura debido a su madre que fue violada, desde el inicio ella nunca recibió cariño alguno de su progenitora y la abandonaron, siendo capturada por un mercader y pasando en manos de muchos humanos que se aprovecharon de ella… yo quiero evitar destinos como el de ella, por esa razón empecé esta guerra, pero ahora… - Se llevó la mano a la frente, cubriendo sus ojos. – Estamos ante la peor de las situaciones.
- Todo saldrá bien. – Aseguró Osamu en ese momento. – Puede que aquellos sean un ejército grande pero ninguna civilización cae sin haber peleado antes y hay una oportunidad de que eso no suceda, si podemos llevar la advertencia a estas princesas del escudo que señalas, hay una posibilidad grande de evitarlo.
- Podría ser… pero el odio que llevamos los elfos oscuros y el resto de Eostia es algo que data de cientos de años, no podrá eliminarse tan fácilmente y seguro que… en el momento que nos vean, nos atacarán.
- Yo lo evitaré. – Respondió Osamu. – Ustedes dos son amigas mías ahora y yo no abandono a mis amigos, protegeré a mi equipo del enemigo al igual que hago en mis partidas de airsoft, pelearé para que la opinión de ustedes cambie y posicionen sus ojos en el verdadero enemigo. – Era completamente serio al respecto, aquello sorprendió a la reina por unos segundos antes de empezar a reír.
- Eres realmente un humano muy extraño, si no supiera como eres, diría que solo estás haciendo esto porque vas tras nuestros cuerpos, después de todo somos una raza que vive miles de años y se mantiene joven, pero no eres como el humano pervertido común, de eso al menos puedo dar confianza.
- Porque soy un caballero y como tal, debo respetar a las damas. – Sonrió el rubio, por detrás Chloe solo podía escuchar la conversación de ambos y eso la tenía molesta, no entendía como es que su reina podía congeniar con un humano siendo que ella los odia al extremo.
Es verdad lo que dijo Olga, la medio elfo pasó por días terribles en el pasado, naciendo de una violación, su madre la abandonó y despreció desde el primer momento, fue tomada por un comerciante y desde joven edad había sido ultrajada, tantas manos humanas, miembros asquerosos pasaron por ella, inculcándole un profundo trauma del cual no puede librarse, de solo imaginar que vuelva a una sucia y abandonada celda, con un humano que la tome en sus brazos para violarla era más que suficiente para paralizarla, por esa razón cuando Olga llegó a rescatarla, sintió como la luz volvió a ella, un atisbo de esperanza que le podría permitir vivir en ese sucio mundo, pero igual una fuerte llama de venganza que deseaba expandir contra aquellos humanos que le quitaron su pureza, contra aquel comerciante de esclavos que le privó de toda libertad, por esa razón ella no dudó en seguir a Olga en su guerra contra Eostia, y ahora la situación era totalmente alejada de su objetivo principal y lo peor de todo, tenía que presenciar como su salvadora estaba hablando de forma casual con un humano, era algo que detestaba con toda su alma.
- Ya terminé. – Avisó, habiendo separado la carne lista para consumirse.
- Perfecto, buscaré leña para hacer una fogata, esto hay que asarlo para que quede bien. – Comentó Osamu, así fue que este se fue al bosque para buscar leña, dejando a las dos elfas ahí solas.
- Olga-sama, hay que aprovechar la oportunidad. – Comentó Chloe por debajo. – Tiene esa arma ¿no? Úsela para matar a ese humano y huir de aquí.
- … Chloe ¿sabes lo que estás diciendo? – La reina enarcó una ceja.
- No sabemos cuánto tiempo podremos confiar en él antes de que revele sus verdaderas intenciones, no importa lo que suceda con Kuroinu o este reino, debemos escapar lejos de aquí hasta que recupere sus poderes y atacar de nuevo.
- Chloe, no haré eso. – Aquella declaración de Olga dejó boquiabierta a su vasalla.
- ¿Por qué? Usted no tiene nada que ver con ese sucio humano, este reino se puede ir a la mierda, pero usted debe seguir a salvo, por eso hay que huir lejos.
- No lo haré, porque ese humano al que llamas… Osamu, nos rescató cuando estábamos en un momento crítico, cuando esos orcos estaban a punto de violarte él fue quien causó la distracción para que escapáramos, sin su ayuda no estaríamos aquí a salvo y en vez de eso estaríamos ahora mismo chupándole su sucio miembro a ese Vault ¿quieres eso?
- No, pero…
- Sin peros. – Olga la interrumpió. – Chloe, no puedo obligarte a que seas amable con Osamu, entiendo que odies profundamente a los humanos debido a todo lo que viviste en tu pasado, es un estigma que nunca podrá ser borrado, pero ahora mismo él es la única persona en la que podemos confiar, además yo tengo un orgullo como reina y debido a este no puedo ir en contra de aquel que arriesgó su vida para salvarnos, creo que es el momento para aceptar que este humano no es como el resto… él nos valorará como debe de ser, como personas que somos.
- Olga-sama… - Chloe solo pudo apretar el puño por debajo, se rehusaba a aceptar la situación como tal, solo se dio la vuelta. – Si piensa así y son sus órdenes… yo la seguiré, pero eso es todo.
- Chloe… - Olga solo pudo bajar la mirada, la elfa rubia podía ser bastante terca al respecto pero igual la entendía, solo podía esperar que el tiempo la hiciera cambiar de opinión.
- Ya volví. – Osamu regresó cargando varios pedazos de leña, entonces observó el ambiente entre ambas. - ¿Pasó algo mientras no estaba?
- No es nada… - Mintió Olga. - ¿Puedes preparar la comida Chloe?
- Entendido Olga-sama. – Respondió esta con voz neutra. La rubia empezó a preparar la fogata y con ello igual tomaron un trozo de hoja para colocar encima la carne y que pudiera asarse, Osamu notó algo de distancia entre ambas, era obvio que algo sucedió mientras él se fue a buscar leña, pero no intervendría, si era un problema de ambas, estas debían resolverlo si se tenían la suficiente confianza para ello.
Una vez la carne de oso estuviera lista, comenzaron a comer, una lástima que no tuvieran cubiertos y que solamente estén sosteniendo hojas para tomar la carne y comer, era una forma banal para comer pero con Osamu eso no fue problema.
- La carne del oso está buena. – Expresó este con una sonrisa. – Lastima que no tenemos sal.
- ¿Cómo puedes comer de esa forma sucia? – Chloe puso mueca de asco.
- No es momento de quejarse Chloe, hay que tener energías. – Olga también tomó un pedazo entre las hojas y dio un mordisco. – Es cierto, le hace falta sazón.
- Usted igual Olga-sama… - Chloe no podía evitar decepcionarse más con el paso del tiempo pero tenía razón en que necesitaban mantener energías, así que de mala gana ella igual empezó a comer, fue una comida en silencio entre los tres cuando ya entonces terminaron, el sol estaba empezando a ocultarse en ese momento.
- No creo que dormir a la intemperie sea lo más adecuado. – Señaló Osamu.
- ¿Qué harás humano? No creo que dejes que Olga-sama duerma en el suelo. – Comentó Chloe con los brazos cruzados.
- Nunca haría eso… recuerdo que aquí cerca hay una pequeña aldea, así que podríamos ir ahí para tener un techo.
- Que buena idea, pero solo hay un problema… cuando nos vean, no dudarán en atacarnos. – Respondió la rubia con ironía, en ese momento Osamu buscó en su mochila y sacó lo que eran dos sábanas.
- Menos mal porto estas por si acaso, si se las ponen encima, puede que no las reconozcan.
- Es mejor que nada. – Respondió Olga. – Chloe, es mejor que mantengamos un perfil bajo y que Osamu se encargue de todo.
- Bien… - Aceptó la rubia como una orden. Una vez apagaron la fogata, continuaron su camino, las dos elfas se colocaron las sábanas sobre sus cabezas para cubrir sus rasgos distintivos de su raza y continuar, ya siendo prácticamente las dos más odiadas en toda Eostia, necesitaban mantenerse escondidas para evitar algún problema. Así pasó el tiempo cuando finalmente se vio la aldea a la cercanía.
- Ya estamos llegando, entonces déjenme todo a mí. – Señaló a las dos, en ese momento llegaron a la entrada y justamente estaba alguien que reconoció al rubio.
- Osamu.
- Clara. – Se vio feliz de ver a la chica. – Estoy de vuelta.
- Me alegra que se encuentre a salvo. – Vio a Olga y Chloe. - ¿Quiénes son?
- Acompañantes que me tope, vamos de camino a Feoh pero vamos a hospedarnos mientras aquí.
- Ya veo. – Al menos Clara no las reconoció. – Supongo que pudo escapar luego de haber ido al castillo de esa malvada bruja ¿no?
- (¿Malvada bruja?) – Chloe deseaba atacar a esa humana pero Olga la detuvo, sujetando su mano.
- Digamos que sucedió un problema y debemos ir a Feoh para resolver algo, por mientras nos quedaremos esta noche.
- Entendido, me encargaré de todo entonces. – Clara se fue en ese momento.
- Calmada Chloe, no hagas nada innecesario. – Comentó Olga, la rubia chasqueó la lengua.
- Esa humana la llamó malvada bruja, la insultó y por eso pensé en matarla.
- No hagas nada así. – Comentó Osamu. – Clara no es una mala chica, pero según me dijo, esta aldea sufrió ataques de su ejército, yo estuve ese día cuando llegaron criaturas y casi la violan.
- Eso pasó… - Olga bajó la mirada. – Supongo que es obvio que nos odien por eso.
- Por ahora yo me seguiré haciendo cargo, así que déjenme toda la charla a mí. – En ese momento ella regresó. - ¿Qué tal?
- Por habernos ayudado ese día, el dueño de la posada nos dijo que puedes tener una habitación gratis para hospedarte por esta noche.
- Oh, eso es grandioso, gracias Clara. – Acarició el cabello de la chica la cual soltó una pequeña risa.
- Prepararé una deliciosa cena en el bar si quieres para tus acompañantes.
- Claro, a la traes a nuestra habitación. – Sin decir más, esta se fue, del mismo modo los tres fueron hasta la posada donde el dueño le entregó una llave, no hizo más preguntas sobre las otras dos y entonces subieron las escaleras hasta una habitación, al cerrar la puerta, estas se quitaron las sábanas de encima.
- Por lo menos pasamos sin ser descubiertas. – Comentó Olga, la habitación era pequeña y con una sala cama.
- Pueden tener la cama. – Señaló Osamu, este extendió las sábanas en el suelo. – Dormiré aquí.
- ¿En serio crees que dormirás junto a nosotras? Mejor deberías…
- Bien. – Olga interrumpió a Chloe que deseaba sacar al rubio de la habitación. – Es más seguro si dormimos todos juntos, para lo levantar sospechas.
- ¡Olga-sama! – Chloe quiso reclamarle pero la mirada fiera de su reina la mandó a callar.
- Bueno… supongo que tienen algo de qué hablar, bajaré a buscar la comida, ya vuelvo. – Osamu se fue, dejando a las dos ahí solas, el ambiente se había vuelto pesado de repente, todo debido a la conversación que tuvieron anteriormente, Chloe se limitó a sentarse en el suelo, tomó un paño para limpiar la daga que llevaba mientras Olga solo miraba por la ventana, ninguna de las dos dijo nada.
- … Esto no puede seguir así. – Al final la elfa pelinegra se levantó. – Chloe.
- ¿Si Olga-sama? – La rubia se puso de rodillas ante su reina.
- Dejemos esta pelea infantil, por favor. – Pidió ella.
- ¿Es una orden?
- No… es un favor. – Al final esta se arrodilló hasta quedar a su altura. – Sé que mis decisiones recientes no te gustan para nada, no tenemos un castillo, mis poderes mágicos están bloqueados y estamos viajando con un humano, es algo prácticamente impensable para un elfo oscuro.
- Eso es verdad… y a pesar de todo usted habla con ese humano como si fueran amigos. – Respondió ella de forma venenosa. – Ya no es la orgullosa reina a la cual le juré lealtad… se volvió suave.
- Eso no es verdad. – Respondió Olga. – Yo aún siento odio hacia los humanos pero ese odio debe estar dirigido a quienes lo merecen, Kuroinu ahora mismo es la mayor amenaza que vamos a enfrentar y conociendo como es Vault, no se detendrá hasta tenernos como sus esclavas, ese tipo de humanos es del que más deseo destrozar hasta que no pueda más, pero en el caso de Osamu, puedo certificar que es alguien de fiar.
- ¿Realmente cree eso? – Al final Chloe se levantó. - ¿Por qué sigue diciendo que confiemos en él? ¿Confiar en un humano que llegó de repente? Eso es lo que odio, se supone que todos los humanos son iguales, nos persiguen, nos encarcelan y nos violan, Kuroinu, la gente en Eostia, incluso ese humano, un día cuando estemos indefensas va a violarnos y cuando eso suceda no quiero estar ahí para señalarle que yo tenía razón. – Chloe empezó a respirar agitadamente luego de haberse desahogado.
- ¿Ya terminaste? ¿Sacaste todo de tus adentros? – Preguntó la pelinegra, su sirvienta asintió.
- Olga-sama… yo no puedo cambiar, no importa cuánto me diga o quiera convencerme, simplemente no puedo… - La rubia bajó la mirada, en ese momento sintió un par de brazos rodearla, su reina la mantenía en un abrazo. - ¿Olga-sama?
- No deseo obligarte a ello y que quizás nunca puedas olvidar tu odio, pero tampoco deseo verte sufrir por siempre, sé que cuando llegue el momento, podrás confiar en otros y no solo apoyarte en mí, como tu reina, deseo verte crecer como persona, esperaré todo el tiempo que sea necesario.
- Olga-sama… ¿podemos seguir así?
- Claro, todo el tiempo que quieras. – Sonrió de forma amable, Chloe disfrutaba ese tipo de calor, uno que solo puede proporcionar un ser querido. En ese momento la puerta se abrió, entrando Osamu.
- Parece que están muy cariñosas ahora mismo. – Respondió el rubio.
- No es necesario que veas. – Señaló Chloe.
- Jeje, es que mi querida Chloe es bastante mimada. – Olga acarició la barbilla de la rubia, causando que se sonroje.
- ¡O-Olga-sama, no frente al humano! – Esta comenzó a reclamar pero los mimos de la pelinegra continuaron, sacando una sonrisa a Osamu.
- Vamos a cenar. – Ya entonces comenzaron a cenar y esta vez hubo un mejor ambiente que en la comida anterior, aunque Chloe seguía manteniendo la guardia alta con el rubio, fue una cena amena y ya más tarde fue momento de apagar las velas para dormir, como prometió, Osamu dormiría en el suelo mientras que Olga y Chloe compartirían la cama, estaban a oscuras y había un silencio, Chloe mantenía un ojo abierto por si Osamu buscaba levantarse y asaltarlas en su sueño pero escuchó ronquidos.
- Ese humano…
- Oye Chloe. – Escuchó a Olga llamarla en voz baja. – Está dormido.
- Eso parece… - Soltó un suspiro. – Es tan despreocupado para dormir frente a alguien que podría matarlo.
- Pero eso es prueba suficiente de que es confiable. – Comentó Olga por debajo. – Lo mejor… ambas estamos compartiendo cama. – Abrazó a la rubia por detrás, causando que Chloe se sonrojara.
- ¿Qué hace Olga-sama?
- ¿Acaso no puedo abrazar a mi querida subordinada? Cuando eras pequeña disfrutabas dormir en la misma cama que yo ¿acaso ese sentimiento ha cambiado?
- E-Es que ahora soy una adulta y…
- No hay edad para querer dormir con alguien a quien quieres ¿cierto?
- Eso… - Chloe no pudo decirlo, ya en vez de ello decidió acurrucarse en ella.
- Así que cedes… buenas noches Chloe… mientras esté a tu lado no necesitarás sufrir.
- Claro… buenas noches Olga-sama… - las dos empezaron a dormir, en ese momento Osamu estaba despierto, sonriendo por debajo, al menos ellas no tendrían problema alguno en el futuro.
Los rayos del sol cruzaron por la ventana de la habitación, Olga y Chloe durmieron plácidamente en la cama, con la elfa mayor abrazando a su súbdita, una escena sumamente tierna de ambas que Osamu pudo presenciar ya que él se levantó primero, sin hacer demasiado ruido, abrió la puerta y salió de la habitación, ellas necesitaban más descanso luego de lo ocurrido.
Bajó las escaleras hasta la sala principal de la posada donde estaba el dueño.
- Ey chico ¿dormiste bien?
- Claro. – Respondió el rubio. – Mis acompañantes aún están descansando, prepara otros dos platos para después.
- Como digas. – Este se fue a la cocina, al menos todo estaba tranquilo desde el inicio del día.
- ¡Osamu-san! – Clara llegó en ese momento.
- Ey. – Saludó de regreso. - ¿Vas a trabajar?
- Claro, solo vine a ver si estás bien.
- No tengo problema alguno. – Soltó una pequeña risa. – Ya dentro de un rato deberé irme, después de todo tengo asuntos pendientes en Feoh.
- Oh, ya veo… - Ella se sintió algo triste. - ¿Estarás bien?
- Mejor que nunca, además de que esto no es realmente una despedida ¿sabes? Volveré si el tiempo es el correcto.
- Me alegra saber eso. – Justo en ese momento ocurría algo afuera. - ¿Eh?
- ¡Es Kuroinu, llegaron al pueblo! – Avisó uno de los pueblerinos, en ese momento Osamu puso rostro serio.
- Osamu-san, son Kuroinu, los héroes, hay que recibirlos.
- No Clara. – Declaró este. – Es mejor si te quedas aquí.
- ¿Eh? – Ella no podía entender a lo que se refería, solo le dijo que se quedara dentro. Osamu corrió de vuelta hasta la habitación donde tenía sus cosas, las iba a necesitar debido a lo que estaba por acontecer, abrió la puerta en ese momento, viendo a las dos despiertas.
- Supongo que escucharon el alboroto.
- Voy a acabar con ellos… - Exclamó Chloe por debajo.
- No es seguro que salgan. – Advirtió Osamu en ese momento, las miradas se posaron sobre él.
- ¿Qué estás diciendo humano? Esos bastardos se atrevieron a atacarnos a Olga-sama y a mí, no hay otra opción más que matarlos.
- Recuerden, hasta hace poco eran los enemigos de este país ¿no? Si salen como tal, solo están invitando a que las repudien.
- Eso…
- Chloe, Osamu tiene razón. – Respondió Olga a sus espaldas. – Todos estos años de guerra y actos crueles que he cometido son algo que no pueden borrarse y los humanos tienen todo el derecho de dirigir su enojo hacia mí, mientras siguen pensando en los mercenarios de Kuroinu como héroes, porque no saben de sus verdaderas intenciones, mostrarnos solo avivará un fuego enemigo.
- Olga-sama… pero es que… - La elfa rubia bajó la mirada, Osamu ya estaba listo con su poncho y máscara.
- Yo me encargaré de esto. – Anunció él. – No creo que su líder haya traído a todo el grupo a una simple aldea, mantendré mi distancia igual.
- Te lo encargamos entonces. – Respondió la reina de los elfos oscuros, Osamu solo asintió y salió de la habitación. Mientras tanto afuera varias personas se reunieron al ver a los mercenarios entrar a la aldea.
- Oh valientes mercenarios ¿necesitan algo de nuestra aldea? – Preguntó un anciano, seguramente el líder de la aldea.
- Estamos viniendo de atacar el castillo de la reina de los elfos oscuros, Olga Discordia. – Anunció Hicks, siendo el que estaba al mando de ese grupo en aquel momento.
- Entonces eso significa, han ganado, la guerra finalmente ha terminado. – Anunció, alegrando a la gente.
- Alto ahí. – Lo detuvo el mercenario castaño. – No ha terminado, la reina y su sirviente han escapado de nuestras manos, alguien los ayudó.
- ¿Eh? ¿Quién pudo ayudarlos?
- No sabemos su apariencia, pero parece ser alguien que dispara algún tipo de proyectil metálico a alta velocidad, solo lo escuchamos, más no sabemos su apariencia. – Anunció, Clara que no hizo caso de la advertencia de Osamu, también estaba fuera y al escucharlo, ella se dio cuenta.
- (Acaso no será… Osamu-san…)
- ¡Escuchen todos! – Hicks comenzó a dirigirse a los habitantes de la aldea. - ¡La reina Olga Discordia y su sirvienta Chloe escaparon de su castillo y según el rastro que seguimos, deben estar en esta aldea, si alguien vio a una persona venir con dos acompañantes, lo más seguro es que sea quien las ayudó a escapar, están resguardando a un traidor de Eostia, si alguien sabe algo, que lo diga!
En ese momento los habitantes de la aldea comenzaron a hablar entre sí, buscando al responsable, solo una entre ellos, Clara sabía la verdad y es que vio llegar a Osamu con dos personas que ni mostraron el rostro, ella no deseaba culparlo, después de todo él la rescató de ser casi ser violada, no podía creer que de repente se aliara con los enemigos del país.
- Esto. – En ese momento alguien dio un paso al frente. – Alguien vino de repente con dos personas a hospedarse a mi posada, creo que debe ser el traidor y las elfas oscuras. – Anunció este, Hicks sonrió en victoria.
- Gracias por tu ayuda, entonces si no queda duda, iremos a tu posada para encargarnos de esto. – Hicks estaba por avanzar, Clara deseaba decir algo en contra, ayudar a Osamu pero su mente le decía que estaba mal, ayudar a un traidor a pesar de que le salvó, a pesar de ello… quería seguir su corazón.
- ¡Alto ahí! – Ella se puso frente a Hicks. – Yo conozco a esa persona y me dijo que se fue hace tiempo.
- ¿Hmmm? – El mercenario enarcó una ceja. - ¿Realmente se ha ido de esta aldea?
- Así es, la última vez que lo vi, me respondió que tenía que irse, seguramente las tomó y se fue de esta aldea, no hay nada que deban de ver. – Clara tenía miedo al encarar al mercenario, sabía que estaba mal lo que hacía, pero deseaba proteger a Osamu.
- Ya veo… así que se escaparon ¿eh? – Clara esperaba que se pudiera tragar el cuento de que se fueron, por unos segundos Hicks la observó fijamente, ella empezó a sudar. – Entonces, no tenemos otra alternativa.
En ese momento el mercenario castaño sacó un cuchillo y de forma rápida, rasgó la ropa de Clara, su vestido quedó abierto de forma vertical, dejándola en ropa interior.
- ¡Kyyyyah!
- ¡No hay que seguir fingiendo, ataquen!
- Jeje, finalmente. – Los mercenarios sacaron sus armas y fueron contra los aldeanos, empezando a matar o golpear a los hombres y sujetando a las mujeres jóvenes, justo por detrás igual llegaron goblins deseosos de embarazar a las mujeres, Hicks tomó a Clara del brazo.
- ¡Suéltame! – Buscó resistirse pero vio el cuchillo pegado a su garganta, solo pudo ponerse pálida. - ¿Por qué hacen esto? Se supone que pelearían por nosotros.
- Pues son ingenuos, pero descuida pequeña, serás una gran adición a la nación de servicio que Vault-sama hará de este país, disfrutarás como cientos de hombres van a llenarte de semen cada día. – Agarró su pecho para apretarlo con fuerza.
- ¡Noooo!
- ¡Escucha, si realmente estás aquí! – Gritó al aire. – Sé perfectamente que no te has ido de la aldea, no me importa donde estés escondido, solo lo diré una vez: Entrega a Olga Discordia y a su sirvienta Chloe o yo y mis hombres vamos a violar a todas las mujeres de esta aldea, empezando con esta chica. – Sonrió de forma peligrosa mientras aún sujetaba a Clara. – Es tu decisión.
- ¡No quiero esto, por favor, ayúdenme! – gritó ella, Hicks esperaba que eso fuera suficiente para sacar al idiota que arruinó sus planes de poseer a las elfas oscuras, algo que tuvo éxito, cuando vio una figura enmascarada caminar hacia el frente, el castaño sonrió con seguridad.
- Así que eres tú.
- ¡Osamu-san! – Gritó Clara, aún en posesión de Hicks.
- Eres valiente o un idiota por salir, entonces dime ¿Dónde escondiste a las elfas oscuras?
- … No diré nada. – Respondió este, sacando su arma y apuntando al castaño. – Suelta a Clara o vas a morir aquí.
- Así que te sientes seguro y con esa arma extraña que llevas… pero créeme que no estás en posición para negociar, así que será mejor que nos las entregues a menos que desees ver como esta aldea se cae a pedazos y mis hombres les roben la pureza a las mujeres.
- … Supongo que no es posible, viniendo de escoria como ustedes, debí esperarlo. – En ese momento empezó a correr hacia Hicks, este sonrió de forma peligrosa, lanzando a Clara a un costado y sacando su cuchillo.
- ¡Si eso quieres, pelearé contra ti! – Este esperó a Osamu, así el enmascarado empezó a disparar, claro que, a diferencia de antes, el mercenario ya no sería sorprendido como antes, este comenzó a esquivar las balas, guiándose por el ruido que soltaban e igual desviaba algunas con su arma. – Es inútil, ya conozco tu truco.
- Pues no es todo. – Con su mano izquierdo sacó un cuchillo al estar cerca de Hicks y buscó atacarlo, este usó el suyo para bloquear el ataque. - ¡Clara, corre!
- ¡Osamu-san! – Estaba preocupada por él pero no podía estar cerca de una batalla, aprovechando que estaba distraído, corrió lejos, eso dejó vía libre a él para finalmente pelear con todo.
- Estás cerca, desde esta distancia no podrás esquivar. – Anunció él, apuntando a su costado con el subfusil, Hicks apretó los dientes, saltando hacia atrás dando una vuelta antes de que disparara. – Tienes una abertura.
Osamu corrió y pateó al mercenario por un costado para desequilibrarlo, momento que pudo aprovechar para ir a fondo con su cuchillo y entonces hacerle un corte aunque superficial por la altura de su brazo, Hicks resintió el dolor.
- Maldito…
- Nunca dije que pelearía solo usando mis armas. – Respondió Osamu.
- Ya es suficiente malo que escondas tu rostro bajo esa máscara ¿por qué no lo enseñas?
- No tengo ninguna razón en mostrarle mi identidad al enemigo, solo puedo decirte algo… yo soy un Shinigami, alguien que los cazará para llevarlos a sus muertes y salvar este reino.
- Así que Shinigami… lo tengo en mente, podrías haber sido una gran adición a nuestras filas, eres fuerte y posees un arma extraña.
- Lo siento, pero no, sus objetivos a decir verdad me dan mucho asco.
- Una lástima… entonces no me queda otra opción más que matarte aquí y de igual modo, no podrás acabar con todos, tu solo.
- … Jeje… - Osamu soltó una risa por debajo. – Supongo que te distrajiste demasiado con mi presencia que olvidaste algo vital.
- ¿Qué?
- ¡Aaaagh! – De repente escuchó gritos por detrás, Hicks pudo ver dos figuras que empezaron a matar a los mercenarios.
- ¡Esto es por Olga-sama! – Chloe saltaba y corría entre los enemigos, acabando con cada uno de ellos usando su cuchillo. – Mueran, sucias basuras.
- Finalmente puedo usar esto en una batalla real. – Olga sonrió mientras sostenía la glock, unos cuatro mercenarios la rodeaban.
- Jeje, muy bien preciosa, espero estés lista para gritar de placer para nosotros. – Anunció uno de ellos, la pelinegra frunció el ceño.
- Basuras, ustedes están a miles de años antes de siquiera poder tocarme. – Ella empezó a disparar, dándole a uno en la cabeza, el agujero en su frente empezó a sangrar mientras caía muerto al suelo. – Osamu tenía razón, la puntería es importante.
- ¡Atrápenla! – Ordenó uno de ellos, saltando hacia ella, Olga no perdió el tiempo y disparó a otro de ellos en la pierna. - ¡Aaaagh! – Este cayó al suelo, sujetando su extremidad lastimada solo para que Olga lo rematara con otro disparo y matarlo, ella era totalmente precisa debido a su control en la magia y puntería, era una prodigio, fue lo que pensó Osamu al verla.
- No trajiste un grupo grande ¿cierto? Si no quieres perder a todos tus hombres, te sugiero que abandones este sitio. – Amenazó Osamu, Hicks solo pudo chasquear la lengua, no podía arriesgarse a perder fuerzas.
- Nos retiramos. – Avisó este, los demás mercenarios no querían hacerlo pero no tenían otra opción, la fuerza de las dos elfas las superaba por mucho.
- ¡Goblins, igual ustedes! – Avisó Hicks pero estos se negaron.
- ¡Queremos a las mujeres, no nos iremos sin ellas! – Avisó uno de ellos, Olga puso mueca de asco.
- Ustedes, traidores, caerán ante mí. – Olga en ese momento apuntó hacia ellos y disparó una sola vez, se veía como cada uno de los cuerpos de los goblins empezaban a caer, Hicks solo frunció el ceño.
- Idiotas, por seguir sus impulsos lujuriosos. – Este solo se dio la vuelta mientras se fueron corriendo, para su suerte, habían logrado detener la amenaza de Kuroinu, pero igual hubo perdidas, varios de los hombres de la aldea murieron, las mujeres lloraban su pérdida. Osamu solo pudo ver los cuerpos tirados en el suelo, cubiertos por las sábanas.
- Esto… es lo que hace Kuroinu.
- Osamu. – Olga y Chloe se acercaron a él, la elfa pelinegra lo vio con seriedad. – Hay que irnos, revelamos nuestra apariencia y no creo que seamos bienvenidas.
- Eso es verdad. – Hizo a un lado su máscara. – No hay que causar una conmoción, así que vámonos en silencio. – Así se dieron la vuelta, hasta que…
- ¡Osamu-san! – Clara se acercó a ellas, por si acaso Chloe estaba con una mano sobre su arma pero Olga la detuvo. - … ¿Se van?
- No podemos quedarnos más tiempo. – Este sonrió por debajo. – Después de todo… estoy junto a los enemigos de este país ¿no te importa?
- Yo… ciertamente nunca podré perdonarlas por lo que hicieron. – Evitaba mirarlas, Olga solo bajó la mirada. – Pero lo que hizo Kuroinu es igual de terrible, y pensé que iban a salvarnos, pero hacen algo horrible… Osamu-san ¿pelearás contra ellos?
- Ese es mi plan, nosotros tres vamos a detenerlos. – Sonrió con confianza.
- Entonces no diré nada, espero que podamos volver a vernos Osamu-san. – Ella se dio la vuelta para volver a la aldea.
- Es hora de irnos. – Avisó Osamu a sus dos compañeras, estas se pusieron los velos nuevamente. – Hay que ir a Feoh, y evitar otra masacre como lo que sucedió aquí.
Así se pusieron en marcha, lo que Kuroinu buscaba era simplemente algo horrible y ahora que Osamu lo vio de primera mano, deseaba detenerlos, él, Olga y Chloe lucharían contra estos para evitar que sus ambiciones se lleven a cabo, es algo que prometería.
Feoh, una de las grandes ciudades de Eostia y capital importante de esta que se encuentra en el norte, encontrándose casi uno al lado de otro con Ur, era un gran punto estratégico para cualquier ciudad, dentro de la capital tranquila, justo en el palacio se encontraba una mujer hermosa de largo cabello rubio y ojos azules, su vestimenta consistía de una armadura pequeña más bien parecida a un bikini que solo cubría lo esencial como sus pechos y una minifalda que apenas dejaba ver parte de sus bragas, estaba sentada en un escritorio mientras revisaba unos papeles.
- Nee-sama. – La puerta, se abrió, entrando otra chica de largo cabello rosado y ojos azules, la vestimenta consistía de una especie de vestido blanco medio abierto, la parte superior únicamente cubriendo sus pechos y dejando su amplio abdomen al aire y bragas igualmente, solo teniendo parte de lo que debería ser una falda a los costados.
- Prim ¿hay noticias acerca del ataque de Kuroinu al castillo de Olga Discordia? – Preguntó esta, su prima negó con la cabeza.
- Aún no hemos recibido nada, pero desde que no haya noticias, es que tampoco exista alguna casualidad mala.
- Es bueno saber eso entonces, Vault y su grupo de mercenarios es fuerte, por más fuerzas que tenga la reina de los elfos oscuros, no será rival contra este.
- Entonces… la guerra finalmente llegará a su conclusión, es bueno saber eso nee-sama.
- Así es. – La rubia acarició el cabello de su prima la cual sonrió. – Ya terminé de revisar estos papeles ¿damos una vuelta por el pueblo?
- Claro. – Las dos salieron de su oficina, justo en el pasillo se encontraba un anciano de sonrisa afable que vio a las dos, Alicia igualmente sonrió al verlo.
- Beardsley.
- Alicia ¿van a dar un paseo? – Preguntó este, ella asintió.
- Claro, sabiendo que la guerra llegará a su fin, podremos relajarnos completamente sin preocupación alguna… esta lucha contra Olga Discordia y su ejército de criaturas duró muchos años, una en la cual mi difunto abuelo y padre pelearon con valentía y honor, algo que yo misma heredé… me hubiera gustado que ambos siguieran vivos para ver esta conclusión…
- Descuida Alicia, seguramente estarán contentos de que todo haya terminado. – Respondió este. – He servido a la familia Arcturus como primer ministro desde hace muchos años, te vi crecer y tomar el manto de la familia así como el puesto de princesa del escudo, creo que puedo hablar por ellos al decir que están orgullosos de todo lo logrado de tu parte hacia Feoh.
- … Gracias Beardsley, esas palabras no pueden alegrarme más de lo que necesito. – Respondió la rubia. – Espero que ahora la paz finalmente pueda reinar en Eostia, y que nunca más exista una amenaza para la gente.
- Así es nee-sama, podremos vivir en paz y tranquilidad. – Comentó Prim, Beardsley soltó una risa suave.
- Eso sería lo mejor para todos Alicia, ya no las entretendré más, disfruten.
- Gracias, continúa sirviendo a la ciudad. – Ambas se fueron, dejando al anciano, justo al no estar a la vista de ambas, este sonrió por debajo.
- (Muy pronto Alicia… muy pronto estarás en mis manos y eso ocurrirá más pronto de lo que crees…)
Las dos princesas salieron del palacio, una vez la rubia habló con uno de los soldados de que irían a pasear, estas comenzaron a caminar por las calles de la capital, muchas personas las saludaban, dando un vistazo de la popularidad que cargaban.
- Es bueno que todos estén sonriendo nee-sama. – Comentó Prim, la rubia asintió.
- La guerra contra los elfos oscuros no ha hecho más que traer desdicha y tragedia a la gente… - Ella bajó la mirada, apretando su puño con fuerza. – Muchos soldados, buenos hombres con familias murieron a causa de esta batalla sin sentido, aunque murieran en batalla con honor, no se puede negar que las perdidas fueron grandes y mucha gente, conocidos aún lloran sus muertes. Aunque no estuve de acuerdo al inicio en dejar que un grupo de mercenarios se hiciera cargo, más que nada porque estos no cargan con el mismo honor que la guardia imperial de caballeros, no cabe decir que su eficacia es mayor y Vault es, sino, el hombre más fuerte de Eostia, puede hacerlo.
- Fue algo que todas las princesas decidimos después de todo… confiar en Kuroinu y seguro saldrá bien nee-sama. – Respondió Prim.
- Eso es verdad, no habrá necesidad de volver a pelear guerras grandes… viviremos de forma normal Prim, las preocupaciones se habrán terminado finalmente. – Alicia creía eso firmemente, Celestine ha luchado para dar un fin a la guerra y la oportunidad ha llegado, ahora les podía esperar un periodo de paz prospero.
- Nee-sama ¿vamos a comer pastel? Quisiera. – Pidió Prim, la rubia sonrió.
- Claro, vamos y… - En ese momento ocurrieron explosiones a las afueras, alertando a las dos. - ¿Qué está pasando?
- Traigo un informe. – Un soldado llegó corriendo a donde estaban las dos. – Las murallas están siendo atacadas, un grupo de ogros y demonios quieren entrar a la ciudad.
- ¿Cómo que ogros y demonios? Si son las fuerzas de Olga Discordia… ¿acaso Kuroinu perdió? – Alicia se veía desesperanzada.
- No tengo idea, pero a este paso podrían entrar. – La rubia apretó los dientes.
- Hay que pelear, Prim, será mejor que vuelvas al palacio y te escondas.
- ¿Estarás bien nee-sama? – La pelirrosa se veía preocupada.
- Estaré bien… soy una princesa guerrera, no perderé contra criaturas sucias y asquerosas, ahora ve. – Su prima asintió y se fue corriendo, la rubia fue en la dirección contraria, pensaba si realmente Vault y sus mercenarios acabaron cediendo ante las fuerzas del ejército oscuro, necesitaba proteger Feoh, su ciudad y a su gente.
- ¿Cómo está la situación en las murallas? – Preguntó.
- Los soldados hacen todo lo posible por resistir, pero no sabemos por cuanto tiempo. – Otra explosión se llevó a cabo, retumbando por todo el lugar.
- ¿De donde vienen esas explosiones? – Alicia estaba desesperada, la situación no podía descontrolarse más de lo que ya estaba.
- Descuide Alicia-sama, buscaré donde es y… - Antes de que pudiera terminar, el soldado fue golpeado por una gran maza, causando que su cuerpo acabara partido en dos, la rubia acabó sorprendida al ver un ogro que estaba dentro de la ciudad.
- ¡¿Cómo!? – No sabía como es que entró, entonces más monstruos empezaron a esparcirse por la ciudad. - ¿Realmente las puertas han caído? Si es producto de esas explosiones… - No había tiempo de dudar, no cuando la capital estaba en peligro, ella necesitaba luchar, en ese momento sacó su espada. - ¡Voy a acabar con ustedes! por el honor de la familia Arcturus, protegeré Feoh.
Saltó al ataque, yendo primero contra el ogro que buscó atacarla con su gran mazo, ella, haciendo uso de su gran habilidad, esquivaba los ataques sin problemas y dio un salto para clavar su arma en el brazo del ogro el cual gritó del dolor, la sangre morada salía de este, ella soltando un rugido logró cortar su brazo limpiamente, para no perder el tiempo saltó y entonces logró rebanar la cabeza de la criatura la cual cayó al suelo, el cuerpo se precipitó al suelo.
- Ah… ¡No importa cuantos vengan, yo protegeré esta ciudad con mi vida! – Gritó con todas sus fuerzas, más demonios y criaturas comenzaron a rodearla, ella entrecerró los ojos. – Esto no es nada para un caballero como yo.
- Parece que necesitas ayuda. – En ese momento llegaron dos hombres que llevaban armas. – Somos de Kuroinu, seremos refuerzos.
- Kuroinu… es bueno saberlo. – ella sonrió por unos segundos antes de ponerse seria otra vez. – Pensé que Vault había caído, pero me alegra que sigan peleando.
- Descuide princesa… nuestro jefe sigue más vivo… ¡Que nunca! – En ese momento aquel mercenario atacó a Alicia a sus espaldas, la rubia apenas y logró reaccionar a tiempo, bloqueando la espada de aquel mercenario.
- ¡Que haces! Se supone que deberías pelear contra ellos. – Exclamó ella, ambos mercenarios sonrieron de forma peligrosa, entonces se alinearon junto a los demonios.
- ¿En serio pensabas eso? Ayudamos a que los monstruos entren a la ciudad.
- Eso… no puede ser… - Las pupilas de la rubia se dilataron. - ¿Están traicionando a su grupo? Se supone que pelearían contra ellos, no que se alíen, son una desgracia para Kuroinu, para Vault. – En ese momento ambos empezaron a reír para confusión de Alicia. - ¿Qué es gracioso?
- En serio eres una niña malcriada, no traicionamos a Kuroinu… esto fue planeado totalmente por Vault-sama, ahora somos una fuerza más grande teniendo a las fuerzas del ejército oscuro de nuestro lado y de ese modo conquistaremos toda Eostia para que las mujeres sean nuestras esclavas sexuales. – Confesó, Alicia no quería creer lo que estaba escuchando, que el mayor grupo de mercenarios esté declarando la guerra a Eostia.
- Eso… debe ser mentira… ¡Me rehúso a creerlo!
- ¡Pues créelo niña y comenzaremos con Feoh, nos vamos a divertir violando a todas las mujeres y eso te incluye! – Ambos saltaron hacia ella, la rubia continuaba consternada por lo que escuchó pero no podía distraerse demasiado, ella saltó a un costado evitando sus ataques y corrió, logrando hacer un corte a uno de ellos para derribarlo, al otro no perdió el tiempo en cortarle la garganta, matando a ambos.
- A este paso… Feoh va a caer… si Kuroinu realmente nos traicionó a nosotras… esto no es seguro nunca más… Prim, debo ir por ella, debo salvarla. – Alicia estaba en una gran desesperación, no pensó que nunca en su vida se movería por puro impulso, siendo como la guerrera que es, su familia estaba por encima en ese momento. – Aunque sea solo yo… voy a salvar a la gente que me importa.
Ella se fue corriendo, observando a los monstruos que mataban a los hombres y tomaban a las mujeres, ella saltaba para atacarlos y salvar a su gente, aunque eso al final acababa por quitarle más energías, además no importaba a cuantos matara, seguían apareciendo más y eso la frustraba bastante.
- ¡Kyaaah! – Escuchó un grito, sin perder el tiempo corrió a ver, llegando hasta una iglesia, se detuvo al ver como un grupo de demonios tenía atrapadas a las monjas de aquel monasterio.
- ¡Alicia-sama!
- ¡No se acerque! – Ellas miraron a ver a la rubia, esta solo podía sentir ira en ese momento.
- Realmente vino, como planeamos. – Un demonio pequeño estaba viendo a la princesa desde un muro. – Eres realmente tonta por venir aquí.
- ¡Que haces! Será mejor que suelten a esas monjas de una vez. – Exigió, causando que el demonio y sus compañeros empiecen a reír.
- No estás en posición para exigir nada, princesa. Tenemos a estas monjas de rehenes, totalmente listas para que mis compañeros las violen. – Respondió el demonio de forma victoriosa, las mujeres estaban llorando mientras los demonios detrás de ellas ansiaban penetrarlas con fuerza, Alicia apretó sus dientes con fuerza.
- ¿Qué quieres para que las sueltes? – Preguntó, el demonio sonrió.
- Eso es sencillo princesa… suelta tu espada y ríndete, nuestras fuerzas tienen toda la ciudad a su merced y tus soldados no podrán detenernos, has perdido… si te rindes sin resistirte, puede que lo considere y libere a estas monjas así como igual perdonaremos a los niños dentro de la iglesia ¿Qué dices? – Alicia sabía que confiar en un demonio era una situación en la que saldría perdiendo, no había garantía alguna en la cual este cumpla su palabra.
- ¡Por favor Alicia-sama, no le haga caso! – gritó una de las monjas.
- ¡Usted puede salvarse aún!
- ¡Si usted cae, todo Feoh lo hará! – Ellas hacían lo posible para que la rubia piense su decisión con certeza pero era imposible. Alicia era alguien que interponía a otros antes que ella, no soportaba que otros sufran mientras ella huye… eso no era honorable, no es lo que su padre le enseñó de pequeña, aun por más que fuera pequeña la posibilidad, si existía, debía tomarla… y si soltar su arma era un precio a pagar para salvar a otros… ella con gusto lo haría.
- Yo… m-me…
- ¡No lo haga Alicia-sama! – Empezaron a gritar las monjas, para la rubia era igual de doloroso pero no tenía otra opción.
- Me rin…
¡Aaaargh! – De repente ocurrió algo, uno de los demonios sujetando a una monja cayó al suelo muerto, sorprendiendo al pequeño diablillo.
- ¡Que mierda fue eso! – preguntó, otro de los demonios observó a su compañero muerto, tenía un agujero en su cabeza del cual salía sangre.
- Veo que llegué a tiempo. – Desviaron la mirada, encontrando a alguien extraño, llevando un poncho encima y una máscara de calavera, además de portar un arma extraña, Alicia estaba tan sorprendida como el resto en ese momento, este apuntó al frente con su arma. – El último héroe de acción ha llegado.
Buenas, aquí ya traigo el tercer cap de este fic, ya digo que quise hacer algo distinto y no saltar tan directamente a la trama canónica como fue que vieron antes del viaje de los tres, son cosas que deseo desarrollar ya que si, la historia se siente que da saltos grandes en canon, además de mostrar otras facetas de los personajes, ya vemos que Hicks será quien más problemas le de a Osamu cuando peleen pero este se fortalecerá y vimos lo sucedido en Feoh, el próximo cap veremos la defensa de la ciudad, será otro cap largo como vengo haciendo actualmente. Saludos.
