"Dos horas antes del ataque a Feoh"

El grupo de Osamu salió de la aldea una vez acabó todo para reanudar su viaje hacia la capital en Feoh, viendo que es posible que Kuroinu ataque en esa zona, había que llegar antes. Ya los tres estaban avanzando por el camino principal de esta, justamente un pensamiento estaba cruzando la mente de la antigua reina de los elfos oscuros, ese momento en el que aquella humana los dejó irse, suponiendo que ella seguía siendo un enemigo del reino, es normal que la hubieran incriminado para eso no sucedió, simplemente fingió ignorancia y se dio la vuelta, era algo que no entendía.

- Osamu… - Ella finalmente decidió formalizar sus pensamientos en palabras. – Aquella humana… ¿por qué nos dejó ir?

- ¿Te refieres a Clara? – Preguntó, la morena pelinegra asintió.

- Los humanos nos ven como enemigos, después de todo lo que he hecho, no es normal que nos hubieran dejado ir, a ese punto es posible que decidieran habernos arrestado o entregado a la capital de Eostia en Ken, por eso lo estoy preguntando.

- Eso es fácil. – El rubio sonrió por debajo. – No todos los humanos son malos, es justamente lo que decía anteriormente, aunque es verdad que ante una amenaza sean cautelosos, tienen el sentido de autopreservación pero igual de buscar un posible culpable ante lo que les sucede, en este caso la mayor amenaza fue tu ejército pero ante el surgimiento de la rebelión de Kuroinu, estos se volvieron la amenaza mayor, al entender que yo, una buena persona, abogué por ustedes, ella reconoció contra que estábamos peleando, esa fue la razón por la que nos dejó ir.

- Es simplemente increíble. – Expresó Chloe. – Una humana nos tuvo lástima…

- No fue lástima. – Respondió Osamu. – Las circunstancias de ustedes y ella son prácticamente iguales, ahora mismo hay un enemigo en común contra el cual pelear, es como dice el dicho, el enemigo de tu enemigo es tu amigo.

- Que lógica más extraña. – Expresó la elfa rubia, Olga sonrió por debajo.

- Esa podría ser una buena razón para unirse, de todos modos ya la aplicamos al estar contigo en este viaje, aunque no tengo duda de que, una vez hayamos eliminado al bastardo de Vault, vuelva a recibir una orden marcial de arresto por todo lo que he hecho.

- Por cualquier cosa, yo estaré ahí para ustedes, las protegeré de lo que sea. – Respondió Osamu, ambas estaban asombradas por su declaración.

- ¡Q-Que estás diciendo! No necesito que un humano como tú me proteja. – Reclamó Chloe aunque ella no podía evitar avergonzarse en ese momento, Olga sonrió por debajo con un leve rubor en sus mejillas.

- Puedo tomar fe de esa declaración entonces, cuando lo dices suena muy convincente.

- Olga-sama, no me diga que con este humano… - La reina calló a su sirvienta en ese momento, solo soltando un guiño, Chloe no podía seguir asombrándose en cada momento.

- Hay que continuar el viaje, no sabemos en qué momento ocurra el ataque. – Avisó Osamu. Los tres siguieron caminando por el campo principal que lleva a la entrada en Feoh, por el momento estaba vacío y no se encontraba rastros de algún paso de comercio o algo así.

- Está inusualmente vacío… - Comentó Olga por debajo.

- ¿Crees que hay algo aquí cerca? – Preguntó Osamu, la elfa pelinegra asintió.

- No está de más mantener una guardia alta.

- Me prepararé por si acaso. – Osamu se colocó su máscara y preparó su arma, Olga y Chloe también lo hicieron mientras continuaban avanzando en aquel momento, solo el viento era todo lo que se escuchaba en ese momento, justo entonces unos pasos a la lejanía, pudiendo ser un enemigo, ahí es que estos se acercaron para ver de qué se trataba, escondiéndose tras unos árboles, Chloe se acercó a hacer reconocimiento en aquel momento, ya encima pudo ver, un grupo de orcos, ogros y demonios estaban rodeando una casa que estaba ahí, al verlo, ella regresó.

- Olga-sama, son antiguos miembros del ejército, parecen estar rodeando una casa.

- Así que tenemos a unos cuantos desertores aquí.

- Puede que busquen acabar con los habitantes de tal casa. – Comentó Osamu.

- No puedo dejar que anden libres, así que… - Olga cargó su Glock. – Vamos a darles una muestra de lo que podemos hacer.

Mientras tanto, cercano a esa casa, el grupo de monstruos tenía aquella casa rodeada, estaban ansiosos por atacarla.

- ¿Ya podemos hacerlo? Las dos mujeres de adentro, deseo violarlas. – Exclamó un diablillo.

- No tan rápido. – Expresó con seguridad el orco a cargo. – Hay que seguir infundiendo el miedo, hacerles ver que no tienen escapatoria alguna, cuando menos se den cuenta, ellas se entregarán solas. – El resto de monstruos ahí empezó a reír de forma malvada, eran solo criaturas dejándose llevar por su lujuria, al tener un solo pensamiento, no se esperaban lo que iba a suceder.

- ¡Aaagh! – De repente uno de ellos cayó muerto al suelo, el resto no pudo saber qué fue lo que sucedió.

- ¿Quién mierda lo mató? – Preguntó el orco jefe, entonces otro ogro cayó muerto al suelo, este solo pudo gruñir. - ¡Sal de ahí maldito!

No hubo respuesta alguna, lo único que recibieron es ver a otro orco caer muerto, el encargado solo pudo frustrarse cada vez más.

- ¡Ya no hay que perder el tiempo, asalten esa casa y busquen al responsable! – ordenó, pero antes de que pudiera moverse, alguien aterrizó, Chloe estaba detrás de aquel orco y con un solo movimiento de su cuchillo, le cortó la garganta, matándolo por la falta de sangre que salió a chorros.

- ¡Es Chloe, la perra de Olga! – Exclamó uno de los diablillos.

- ¡Tómenla para que la violemos! – Eso no pudo ser posible cuando Osamu saltó y disparó contra ellos, pudo derribar a un orco con sus balas en ese momento mientras la elfa rubia corrió y empezó a acabar con los demás monstruos.

- ¿Cómo carajos está sucediendo esto? – Preguntó un diablillo cuando entonces Olga apareció y le disparó en la cabeza para matarlo.

- ¿Olga Discordia? – Los monstruos estaban confundidos, no sabían cómo es que llegaron justo en ese momento pero no podían dejarse llevar por el asombro, si podían acabar con el enmascarado y someter a las dos elfas, podrían divertirse con ellas todo lo que quieran, ese pensamiento los impulsó a ir al ataque pero la habilidad de los tres estaba por encima de la fuerza bruta que estos poseían.

Osamu siguió disparando contra un par de orcos en las piernas para derribarlos, entonces se acercó y acabó con sus vidas, un ogro quiso atacarlo por la espalda con su espada pero este sacó su cuchillo y entonces desvió el ataque para luego matarlo con su subfusil, en ese momento recibió un mensaje en su cabeza.

"Nivel cinco"

"Puedes invocar una nueva arma"

- (¿En serio? Entonces pensemos en algo que me pueda ser útil… al ser un grupo, necesito una ráfaga consecutiva de balas… eso, un fusil de asalto… una M4) – En aquel momento surgió un brillo en su mano que llamó la atención del resto, entonces se manifestó el fúsil en su mano izquierda, al verla, este sonrió bajo la máscara. – Tengo un nuevo juguete para ustedes.

Guardando el cuchillo, usó ambas manos para apuntar y disparar, las ráfagas salían disparadas contra múltiples enemigos que empezaron a caer muertos, Olga se veía complacida.

- ¡Osamu, no dejas de sorprenderme! – Ella se emocionó al punto que empezó a correr disparando contra los monstruos restantes, las fuerzas de estos eran cada vez menores y al verse superados por solo tres individuos era un duro golpe a su orgullo.

- ¡Retirada! – Exclamó uno de ellos, se dieron cuenta que era imposible derrotarlos y al perder a su comandante al inicio, era una batalla perdida, fue entonces que decidieron correr, Chloe estuvo dispuesta a perseguirlos pero Olga la detuvo.

- No es necesario, solo estaríamos desperdiciando energías. – La rubia asintió. – No queda ningún rastro cerca.

- Veamos quienes habitan esa casa. – Sugirió Osamu, ya entonces se acercaron a ver para tocar la puerta. – Buenas, esto… acabamos con los monstruos, ya es seguro.

- ¿Es en serio? – La puerta se abrió, mostrando a dos figuras, ambas eran elfas. La primera siendo una elfa de cabello rubio recogido y ojos azules, teniendo un cuerpo hermoso, la segunda era una elfa oscura de largo cabello negro atado en una trenza y ojos del mismo color.

- ¿Una elfa oscura? – Preguntó Chloe.

- Ella… la reconozco. – La tercera elfa oscura habló por debajo, mientras tanto la rubia se acercó a Osamu.

- Gracias por salvarnos, temíamos totalmente por nuestra seguridad debido a que esos monstruos nos rodearon.

- No es nada, no los podíamos dejar así, me llamo Yoichi Osamu.

- Yo soy Anna Florence, y ella es…

- ¿Qué hace la reina de los elfos oscuros contigo? – Preguntó su compañera.

- Fuiste ciudadana del reino de los elfos oscuros ¿no? – Preguntó Olga, ella asintió aunque aún molesta.

- Debido a lo que hiciste, todo por declarar la guerra a los humanos metiste en peligro a gente que ni siquiera lo deseaba, yo tuve que huir porque se volvió peligroso, abandonando a mi familia… ¡Todo es tu culpa! – Ella corrió por detrás.

- ¡Grace-chan! – Anna quiso detener a su amiga pero fue tarde. – Lo siento… nunca antes la vi así.

- Descuida… es entendible… - Olga bajó la mirada. – Sé que igual no todos los elfos oscuros estaban de acuerdo con lo que hice, algunos me odian por mis decisiones igualmente.

- Entonces eres… Olga Discordia ¿no? – Preguntó Anna, ella asintió. – Ya entiendo… si están aquí es que pasó algo ¿no?

- Yo podría explicar. – Así fue que Osamu comenzó a hablar de lo ocurrido, el ataque de Kuroinu y sus intenciones, la rubia se veía aterrada.

- Eso es horrible… ahora entiendo lo que pasó y porque él… - Ella bajó la mirada, aguantando las ganas de llorar.

- ¿Les pasó algo?

- Sí… Grace-chan y yo decidimos vivir alejadas de todo peligro en este bosque, la verdad es que lo hacíamos junto a un humano.

- ¿Vivieron con un humano? – Preguntó Chloe con asombro.

- Él no era como el resto, nos atesoró bastante y cuidaba de nosotras, incluso cuando Grace-chan es una elfa oscura, nunca la miró con desprecio ni abusó de ella… en realidad nos amaba a ambas y nosotras a él, pero un día, cuando salió para recoger leña, nunca volvió, ambas nos preocupamos, más Grace-chan ya que para ella era muy importante, entonces llegaron esos monstruos y dijeron… que lo habían matado… - No aguantó más, echándose a llorar, Osamu le ofreció su hombro para calmarse. - ¡Por qué nos pasó esto!

- Esa es otra de las atrocidades de Kuroinu… realmente es imperdonable… - Comentó el rubio por debajo. Cuando Anna se calmó, los vio nuevamente.

- No solo yo quedé devastada, Grace-chan igual y desde entonces ella ha estado de ese modo, no ha vuelto a sonreír y desconfía de todo, eso no me gusta…

- ¿Puedo hacer algo? – Preguntó Osamu. – Creo que solo yo podría animarla en esa situación, ya como tal no solo deseo ir peleando, sino que igual pueda alegrar a otros.

- Eso estaría bien… no tenemos demasiado pero pueden pasar.

- Es mejor si me quedo atrás. – Comentó Olga. – Si ella vuelve a verme…

- La convenceré. – Exclamó Osamu. – No es tu culpa ni de nadie más que de Kuroinu, por eso charlaré con ella para que se abra al resto.

- Espero puedas hacerlo. – Sonrió Anna, Osamu asintió y entró a la casa. No era demasiado grande y solo parecía tener dos habitaciones, la elfa oscura debía estar en una de ellas, así fue que tocó la puerta para saber en donde se encontraba aunque tampoco es que hubieran tantas habitaciones, estaba mal entrar sin permiso pero en el caso de ella, era algo necesario.

- Hola. – El rubio entró en la habitación, encontrando a la elfa oscura en un rincón de su cama, cubriendo su rostro con ambas rodillas. – Vine a hablar si no es molestia.

- … - Ella no dijo nada, como tal no parecía querer hablar para nada, pero ahí Osamu necesitaba arreglar las cosas, no es bueno que exista maldiciones entre las chicas.

- No puedo decir que entiendo tu postura, ya que realmente no soy de aquí y solo llegué una vez empezó todo esto de Kuroinu, incluso la primera vez que me presenté ante Olga, me encerraron como un prisionero, una vez ocurrió todo y además que pude convivir con ellas, pude entenderlas mejor, seguro eso puedes hacerlo.

- … No es posible… - Grace finalmente empezó a hablar. – Por culpa de ella y esta guerra que inició… no pude vivir en paz durante mucho tiempo, antes los elfos oscuros ya éramos vistos como una desgracia ante los altos elfos y los humanos pero esa guerra que empezó no hizo más que empeorar la vista que tienen de nosotros y aunque escapé, no pude vivir en paz, solo hasta que llegué aquí y él me dio todo su cariño fue que pude descubrir lo que es la felicidad… pero él murió y además… esa perra está aquí, no quiero verla.

- Todo estará bien. – Osamu se puso a su lado. – Perdiste a alguien muy querido, seguro lo amabas. – Ella asintió. – Si realmente lo amas, no te gustaría que te viera triste, porque, a pesar de lo sucedido, seguro pensó en ti y en Anna todo este tiempo, deseando tu felicidad después de todo.

- Eso… es verdad… - Ella bajó la mirada, empezando a llorar suavemente. – Yo… realmente lo amo, nunca voy a olvidarlo. – Abrazó al rubio mientras empezaba a llorar, Osamu se quedó en silencio para confortarla, ya pasado un par de minutos, ella se calmó. – Estoy mejor…

- ¿Puedes darle una oportunidad? No es tan mala, hizo todo esto por su raza aunque no fue la mejor forma, ahora mismo es alguien que necesita apoyo y seguro gente de su raza es lo que necesita ahora.

- … Solo dame algo de tiempo para prepararme. – Así Osamu asintió y salió en aquel momento. Regresando a la entrada donde estaban las demás.

- ¿Cómo está Grace-chan? – Preguntó Anna.

- Estará bien, dijo que le daría una oportunidad. – Sonrió, eso trajo alivio a Olga.

- La verdad es que ahora mismo no es seguro que nosotras estemos aquí, sin él… ya no hay motivo para quedarnos en esta casa más allá de los recuerdos que hicimos. – Sonrió Anna por debajo. – Así que… si no es molestia, espero nos permitan acompañarlos. – Pidió ella, Osamu asintió con la cabeza.

- Claro, mientras más ayuda podamos tener, será mejor. – Respondió él, Anna hizo una reverencia.

- Muchas gracias, seguro Grace-chan y yo podremos ayudarlos con nuestra magia.

- ¿Anna-san? No te dejes nada. – Grace salió en ese momento, ella portaba una espada atrás de su espalda, entonces vio a Olga, por unos momentos la reina se sintió algo nerviosa. – Escucha… realmente no puedo olvidar todo lo que hiciste, realmente no todos los elfos oscuros estábamos de acuerdo en esta guerra… pero ya que Osamu me habló bien de ti y que cambiaste, supongo que puedo darte una oportunidad.

- … Mis acciones actuales seguro harán que me veas con otros ojos. – habló ella por debajo, Grace asintió.

- Entonces vamos a acompañarlos ¿eh? Anna-san, espero que no seas un lastre.

- Para nada, recuerda que tengo mi magia elemental. – Ella juntó ambas manos, haciendo aparecer un brillo en estas. – Seremos un gran refuerzo para esta batalla.

- Entonces no digamos nada más. – Osamu miró a todas, Feoh queda un poco más lejos pero llegaremos a tiempo, hay que darles un duro golpe a esos estúpidos. – Ellas asintieron, así fue que continuaron con su viaje, ahora teniendo a Anna y Grace de su lado, la fuerza aumentó y serían de gran ayuda para ellos a lo largo de la batalla.


El camino hacia Feoh era cada vez menos, pasó una hora más por este y, según las indicaciones de Anna, estaban ya casi cercano a las paredes.

- Entonces por esta zona es que podría suceder un ataque. – Expresó Olga, Anna asintió.

- Si hablamos de Kuroinu, no hay duda de que puedan tener un plan para atacar cercano a las paredes.

- De lo que sabemos es que la fortaleza alrededor de Feoh es una de las más fuertes y gruesas que hay, no hay una forma de que puedan atravesarlas por fuera. – Respondió Grace.

- Claro, eso si es que no tienen aliados adentro. – Olga entrecerró los ojos. – Hay que agradecer que Vault tiene una gran boca que no dudó en hablarnos sobre que tiene aliados alrededor del reino, si esas palabras son ciertas, debe poseer algún contacto adentro de la ciudad que podría permitirlos entrar e invadirla.

- Igual ese humano solo decía pura palabrería, pero no es que hable por hablar. – Soltó un bufido Chloe.

- No es bueno que vayamos de frente si es que deseamos entrar, hay que ir por otra sección. – Informó Grace, los demás asintieron, así fue que se salieron del camino para avanzar por otra sección donde no hubiera tanta vigilancia, comenzaron a rodear desde los muros para encontrar una abertura.

- Es cierto lo que dicen, no hay huecos por los cuales pasar. – Señaló Osamu.

- Entonces algo debe de suceder para que ataquen desde afuera o se infiltren, si deben tener un aliado. – Expresó Olga, en ese momento las orejas de las elfas notaron pasos, ahí avisaron a Osamu para esconderse, ya entonces al hacerlo, pudo ver de qué se trataba.

- … Ahí está. – El ejército de Kuroinu estaba llegando en aquel momento y era una gran mayoría como era de esperarse, digno para atacar a toda la ciudad. – No escatima en fuerzas.

- Vault tiene mucha confianza en que se hará con la ciudad. – Olga frunció el ceño. – Malditos bastardos…

- Solo no sabemos cómo es que planean entrar a la ciudad, las puertas son demasiado gruesas como para derribarlas aunque tengan a ogros. – Exclamó Anna.

- Entonces solo debemos ver cómo es que van a entrar. – Señaló Grace por debajo. Por el momento se quedaron callados, observando la situación, como era de esperarse los mercenarios fueron al frente, ya que la noticia de su traición aún no ha sido propagada, podían hacerse pasar por inocentes y proclamar que habían derrotado a la reina de los elfos oscuros, tal y como habían teorizado, es lo que estaban haciendo mientras dejaban atrás a los monstruos para luego atacar, en ese momento abrieron las puertas a los mercenarios.

- Serán idiotas… - Chloe se llevó la mano a la frente.

- Era obvio, no saben que son unos sucios y rastreros traidores. – Comentó Grace. – Ahora no hay tiempo que perder.

- Si los dejaron entrar, entonces eso significa que… - En ese momento escucharon explosiones, justamente en un muro explotó, causando que un gran agujero se abriera. – Ahí está.

- Entonces así piensan entrar a atacar la ciudad. – Osamu se colocó la máscara. – Es momento de que vaya a hacer algo ¿podrán encargarse de otro sector?

- Eso haremos. – Respondió Olga. – Vamos a destrozar los planes de ese estúpido mercenario. – Osamu asintió.

- Cuento con ustedes entonces, yo me voy. – Dicho eso. El rubio se fue por su lado para entrar a Feoh, no cabe duda que con lo ocurrido empezó el desastre y deseaba evitar que todo pasara a mayores, necesitaría una artillería más pesada por lo que sacó el M4 para luchar, ya viendo que la entrada estaba desprotegida, se escabulló por esta. – Realmente piensan armar un desastre en este sitio.

No cabe esperarse del caos que empezó en ese momento con los mercenarios y soldados atacando a los ciudadanos de Feoh, ya en la entrada vio cuerpos de soldados masacrados por estos, Osamu solo pudo fruncir el ceño bajo su máscara mientras continuó corriendo.

- ¡Ayuda! – Escuchó gritos de una mujer, corrió rápido mientras vio a un par de goblins que deseaban hacerse con esta para violarla, por detrás un niño estaba atrapado e indefenso.

- ¡Onee-chan!

- ¡Suéltenme!

- Jeje, vamos a divertirnos contigo preciosa. – Exclamó uno de los goblins pero fue demasiado tarde cuando cayó muerto debido a una bala en su cabeza, el otro goblin quedó absorto cuando Osamu llegó en aquel momento y apuntó con su arma al otro goblin.

- Suéltala. – Advirtió, el monstruo verde gruñó por debajo.

- ¡Maldito humano! – Soltó a la chica para atacar a Osamu con su espada pero este saltó al costado y rodando en el suelo, se levantó, disparando una ráfaga hacia este que lo hizo caer muerto con varios agujeros en su cuerpo, había pasado el peligro.

- ¡Onee-chan! – El niño fue a abrazar a su hermana mientras lloraba del alivio, ella hacía lo mismo.

- Gracias… por salvarme… - Agradeció esta, Osamu hizo a un lado su máscara para sonreírle.

- Es mejor que vayas a un sitio seguro, este lugar seguirá recibiendo ataques de los monstruos.

- Eso haré… - Tomó a su hermano de la mano. – Por favor, cuídate.

- Eso haré. – Al verlos irse lejos, se volvió a colocar la máscara. – (Esa chica no parecía tener más de diecisiete años… si estos monstruos incluso piensan violar a pequeñas como ella… es imperdonable…) – Continuó corriendo, encontrando a varias criaturas y mercenarios en el camino, no tuvo duda en matarlos con sus armas en aquel momento, eran peor que escoria para él, no tenían ni un solo razonamiento humano, eran solo cuerpos movidos por su lujuria, algo de lo cual él tenía que deshacerse.

- No vas a pasar de aquí. – Un orco se puso en su camino, Osamu en aquel momento disparó contra él pero este llevaba un escudo con el que se protegió. – Tus armas no me harán nada.

- Eres grande, pero eso igual es una gran desventaja para ti. – Él corrió alrededor de este, el ogro quiso atacarlo con su gran mazo pero llevar un arma grande, a pesar de servir con su gran fuerza, era bastante lento, algo que aprovechó Osamu, pudo posicionarse a espaldas de este y entonces disparar a esa zona, el ogro resintió el dolor de las balas.

- ¡Maldito! – Volteó a verlo pero Osamu se había vuelto a mover, tomando su cuchillo, lo apuñaló en su pierna izquierda para que cayera de rodillas, en ese momento apuntó a su cabeza, sin previo aviso, le atravesó el cráneo con las balas, causando que cayera al suelo.

- (Había enfrentado a oponentes musculosos en otros partidos de airsoft pero nunca uno de ese tamaño…) – Soltó un suspiro, necesitaba continuar para seguir evitando más desastres, entonces escuchó un grito, provenía de cerca por lo que corrió hacia zona, fue entonces que vio una iglesia y a monjas apresadas con diablillos atrás de ellas. – (Eso es malo… necesito hacer algo…)

- Y-Yo me… - Veía a aquella chica rubia que estaba a punto de soltar su arma, Osamu no podía permitirlo, si iba a sacrificarse por esas monjas, no era la mejor opción ya que tratar de razonar con esos monstruos es inútil, en ese momento apuntó con su subfusil y disparó.

- ¡Arrrgh!

- ¡Que mierda fue eso! – El diablillo líder y los demás vieron en ese momento a Osamu el cual había matado a uno de los suyos.

- Veo que llegué a tiempo, él último héroe de acción ha llegado.


Alicia no tenía idea de lo que estaba pasando, estuvo a punto de rendirse y cesar la batalla para proteger a las monjas, su orgullo y justicia no le hubiera permitido el abandonarlas pero entonces llegó aquel desconocido, ese sujeto enmascarado cambió las tornas de repente ¿era un aliado? Por el hecho de que mató a uno de los responsables, ese parecía ser el caso.

- ¡Quien carajos eres! – Exclamó el líder en ese momento, el enmascarado no dijo nada, solo apuntó y disparó una vez más, matando a otros, las monjas detrás estaban sumamente aterradas por si un ataque se perdía y las mataba.

- Es una advertencia… - Comenzó a hablar. – Suelta a esas monjas y no haré nada contra el resto. – Alicia solo podía ver como el diablillo gruñía por debajo.

- ¡Eres estúpido si crees que voy a ceder, no aguanten más, violen a esas monjas! – ordenó, las pobres mujeres solo podían llorar por el destino que estaba a punto de ocurrirles, Alicia no podía dejarlo así, era un caballero, una princesa del escudo, si no podía salvarlos a todos, estaba fallando en su credo que hizo cuando prometió proteger al país, ella apretó los dientes.

- ¡Aaaaaaah! – Ella corrió con todas sus fuerzas mientras uno de los monstruos estaba a punto de romper las bragas de una de las monjas y con un corte preciso, acabó por decapitarlo. - ¡Fue una pérdida de tiempo dialogar con ustedes, voy a matarlos! – Exclamó con furia, el líder estaba asustado en ese momento.

- ¡Que hacen, atáquenla! – Ordenó pero el enmascarado disparó una vez más contra estos, logrando matar al resto, ahora el diablillo líder había quedado solo. – Mierda… esto no es bueno, debo correr de aquí.

- No harás eso. – Escuchó una voz a sus espaldas, Anna estaba ahí con su mano iluminada por su magia. – Vas a morir aquí.

- ¡Noooo! – Este recibió el ataque de la palma de la elfa rubia que, al quedar totalmente bañado por la luz, se desintegró en aquel momento. Osamu y Alicia ayudaron a liberar a las monjas en aquel momento que lloraban de alegría.

- ¡Gracias por rescatarnos! – Agradecían profundamente, el enmascarado asintió.

- Fue mi trabajo.

- Alto ahí. – Alicia lo detuvo. – Tú… ¿Quién eres?

- Un aliado. – Respondió sin quitarse la máscara. – Ya debiste ver lo que pasó ¿no? Kuroinu causó todo esto, vine para detenerlos dentro de lo que esté a mi alcance, así que no necesitas preocuparte y pon a esas monjas a salvo. – Sin decir más, este se fue, Alicia quiso detenerlo pero se había ido.

- Ese hombre… aunque su máscara fuera aterradora, tiene un buen corazón. – Exclamó una de las monjas. – Alicia-sama, estaremos bien, hay un escondite en la iglesia por el que llevaremos a los niños, usted siga peleando.

- ¿Estarán bien realmente? Pasaron momentos horribles y yo… estuve a punto de tirarlo todo por ustedes. – La rubia bajó la mirada, las monjas asintieron.

- Es verdad que… esta experiencia es traumática, pero nosotras creemos en la fe de Laurentia-sama y que ella nos protegerá, que Celestine-sama sabrá de esto y hará todo lo posible por ayudarnos, usted, como princesa del escudo tiene el deber de ayudar a la gente, así que déjennos lo que podemos hacer a nosotras y ayude a los demás. – Alicia no podía creer que las monjas sigan siendo tan fuertes a pesar de que hace poco lloraban por casi ser violadas, ella solo pudo sonreír por debajo.

- Me encargaré de esto, ustedes cuiden a los niños.

- Eso haremos. – Exclamó aquella monja castaña de lentes, sin decir más, la princesa de Feoh siguió adelante, de algún modo ese enmascarado había llamado su atención, más que nada su extraña arma.

- (Debo encontrarlo, pelear a su lado será la mejor opción en este momento…)


Osamu continuó para seguir acabando con los miembros de Kuroinu que estaban en Feoh, en ese momento se había reunido con Anna.

- ¿Estás bien? – Preguntó este, la elfa rubia sonrió.

- No tengo problema alguno, mi magia me ha protegido todo este tiempo, también puedo asegurar que Grace-chan y las demás están peleando bastante bien por su lado.

- Entiendo… no sabemos por cuanto tiempo debamos de estar resistiendo, pero si acabamos con todo esto pronto…

- ¡Ahí estás! – Escuchó una voz, fue que vio llegar a la chica rubia que ayudó antes. – No corras tan pronto… - Descansó para recuperar aire.

- Esto… ¿quieres algo? – Preguntó Osamu, la rubia apretó los dientes.

- Yo… no pude agradecerte por lo de antes, de haber salvado a las monjas, tienes mi gratitud. – Ella hizo una reverencia.

- No fue nada, pero deberías de ir a otro lugar, es peligroso. – Expresó él.

- No, debo pelear, como princesa del escudo, yo, Alicia Arcturus tengo el deber de proteger a Feoh. – En ese momento Osamu se dio cuenta, esa chica joven era la princesa del escudo.

- Eso cambia las cosas. – Respondió él con animosidad. – Llegué a esta ciudad para detener a Kuroinu de sus planes, ya debes saberlo. – Ella asintió.

- Yo no quería creerlo, después de la confianza que depositamos en ellos para detener a la reina de los elfos oscuros, de repente nos traicionan… yo en un principio desconfié de ellos… ahora ese presentimiento fue realidad.

- Para eso estamos aquí, yo y mis compañeras. – Señaló a Anna la cual saludó. – Vamos a detenerlos como sea.

- Compañeras… así que son más ¿eres como un mercenario? ¿No estás alineado con ellos? – Preguntó solo por precaución, Osamu negó con la cabeza.

- Jamás estaría en los mismos intereses que ellos, por eso haré lo posible por evitar sus planes. – Alicia asintió.

- Entonces estamos igual… necesito reorganizar a las tropas de Feoh, el desastre y caos ha traído bastante confusión y desorden en los soldados… necesito que me escuchen.

- Entonces requieres un terreno alto. – En ese momento vio a Anna la cual asintió. – Vamos entonces, la gente necesita a su líder para poder pelear. – La princesa asintió. Así se pusieron en movimiento, la mayor parte del caos era causado por la confusión que trajo el hecho de que los monstruos entraran a la ciudad y además que los mercenarios de Kuroinu estén haciendo de las suyas, necesitaban palabras que pudieran darles ánimos, hacerlos levantar de nuevo y justamente Alicia era la única que podía hacer ese trabajo en aquel momento.

La ciudad continuaba sumida en el caos por el ataque del ejército combinado de Kuroinu, los monstruos mataban a los hombres y violaban a las mujeres, los soldados daban su mayor esfuerzo por detenerlos pero eran superados por la ventaja numérica de estos.

- ¡Maldita sea, no podemos hacer nada! – Exclamó uno de los soldados antes de siquiera resistirte al ser asesinado por un goblin.

- ¿Qué podemos hacer?

- Estamos perdidos. – Empezaban a perder la esperanza poco a poco, una fuerza mayor les estaba superando a pesar del entrenamiento que han tenido, su orgullo estaba siendo mermado conforme pasaba la batalla.

- ¡Aaaah! – En ese momento saltó una figura la cual con su espada pudo cortar a un goblin a la mitad, esta limpió la sangre de la hoja con solo agitarla. – Veo que solo se están lamentando.

- ¿Qué dijiste? – Reclamó uno de los soldados, la figura miró a ver a estos, sus ojos se reflejaban en aquel momento. - ¿Una elfa oscura?

- Pensé que serían más valientes pero veo que están perdiendo el tiempo, si desean morir, no hagan nada, pero yo pelearé. – Eso trajo la ira de los soldados.

- ¡Maldita, vamos a matar a estos monstruos, aunque estemos en nuestro lecho de muerte!

- ¡Sí! – Al verlos tan animados, trajo una pequeña sonrisa a la elfa.

- Entonces, demuéstrenlo. – Ella se fue en aquel momento, mientras seguía corriendo, soltó un suspiro. – (Lo que debo hacer por los demás… espero Anna se encuentre bien aunque estando con Osamu, seguro lo estará.) – Grace saltó para subir hasta un techo, sintió una presencia atrás de ella. - ¿Cómo está por su lado?

- Olga-sama ha acabado con varios de esos bastardos. – Exclamó Chloe, teniendo una bufanda alrededor de su cuello y sujetando su daga. – Pero siguen siendo mayoría numérica.

- Ya veo… - Fue todo lo que ella dijo ante ese estatuto. – Osamu debe estar en camino, si no estoy mal, debió haber hecho contacto con la princesa de esta ciudad, quizás las cosas cambien.

- Es mejor que ese humano sepa lo que está haciendo.

- Lo sabe. – Respondió Grace. – Veo en él esa misma mirada que tuvo mi querido, desea la paz y convivencia entre nuestras razas, así que deseo apoyarlo hasta el final. – Chloe solo soltó un bufido para irse. – Esa chica no es para nada sincera… bueno, es mejor que siga trabajando. – Ella saltó para continuar la batalla.

Regresando con Osamu, él se movió junto a Anna y Alicia para cambiar las tornas del ataque, varios enemigos se pusieron en su camino pero acabaron con estos, más que nada criaturas que miraban con lujuria a las dos mujeres.

- Estas criaturas… - Exclamó Alicia por debajo.

- Veo que no escatimaron en traer una buena parte de sus fuerzas a esta ciudad. – Expresó Osamu, disparando para acabar con un mercenario.

- ¿Qué lugar debemos de ir? – Preguntó Anna.

- La plaza central, hay un espacio donde puedo hablar al resto, hay que hacerles ver que no debemos rendirnos, es nuestra ciudad, así que debemos protegerla entre todos. – Señaló Alicia, el rubio sonrió bajo la máscara.

- Entonces es nuestro objetivo, vamos con todo.

- ¡Sí! – Anna hizo iluminar sus manos y en ese momento lanzó un golpe de palma abierta a uno de los goblins, este salió volando, golpeando a otros enemigos en el proceso. – Abrí un camino.

- Bien hecho Anna, vamos ahora princesa.

- ¡Claro! – Osamu y Alicia se adelantaron, a pesar de la preocupación que hubiera por Anna que luchara sola, ella era bastante fuerte como para ceder ante la supremacía de los monstruos. Ambos continuaron para llegar a la plaza central donde la princesa pudiera animar a la gente. Ella era la encargada de la ciudad y no solo estaba en el puesto por su fuerza, el cariño que le tiene a la gente, el carisma necesario por el que sus tropas la siguen, ella se esforzó para suplir cada carencia que había en el pasado y que dejaron los huecos de la ausencias de su padre y abuelo, a base de su propia fuerza se abrió paso para llegar a donde está y en una situación como la actual, la gente más la necesitaba a ella… quizás hasta hace poco estuvo a punto de cometer un error fatal pero ahora deseaba luchar con todo… sin importar cuanto se pierda, algunas muertes son inevitables pero ella necesitaba estar para la gente y era más importante.

- Por aquí. – Osamu disparó un par de ocasiones para acabar con unos monstruos. – Ahí está esa plaza.

- Ya voy. – Alicia se adelantó pero en aquel momento se paró una criatura grande que tenía un solo ojo y cuerpo grande. – Maldita sea… un ciclope.

- Eso se ve inmenso, veré que puedo hacer. – Osamu se adelantó y tomando la M4 fue a disparar contra este, poseía un escudo en su brazo izquierdo, al ver al enmascarado que se acercó hacia él disparando, este se cubrió con su escudo. – tsk, eso se ve mal.

La criatura sonrió al ver la ventaja que tenía, llevando una maza en su otro brazo buscó atacarlo, Osamu corrió alrededor para esquivar el ataque que al golpear el suelo, generó un gran cráter, eso estuvo bastante cerca y buscó disparar una vez más, el ciclope continuó su ataque hacia este.

- Sigue adelante, yo lo mantendré distraído. – Osamu continuó con la bestia mientras Alicia debía seguir pero viendo a este teniendo problemas la ponía en una encrucijada, no lo podía dejar peleando solo pero igual tenía que hablar con la gente, ella apretó los dientes. – No te preocupes, yo estaré bien. – Respondió pero en aquel momento, y debido a una distracción, el ciclope logró alcanzar un golpe con su arma al rubio, que salió volando soltando su arma, eso alertó a la princesa.

- ¡No! – Ella se movió por puro impulso, sacando su espada para atacar a la criatura, el ciclope sonrió mientras esperó el ataque de esta, ella saltó con su arma al frente pero la bestia la bloqueó. – Maldición.

Ella aterrizó cerca de la M4, viendo esa arma tan extraña del enmascarado, su espada no iba a ser suficiente para acabar con el ciclope, así fue que entonces tomó esta.

- No sé como funciona, pero observando como lo hizo… creo que pongo mi dedo aquí y… - Ella entonces vio las ráfagas salir disparadas. - ¡Wuaaah!

- ¡Gaaaargh! – El ciclope no esperó los disparos de la rubia y estos impactaron directamente a su gran ojo, causando que soltara rugidos de dolor, sangrando de su ojo al estar ciego, Alicia sintió que era un momento adecuado en aquel momento, con su espada saltó y lo cortó directamente del cuello, logrando arrancar su cabeza.

- Lo hice…

- Eso realmente me dañó… ¿lo acabaste? – Osamu se acercó, Alicia miró a verlo.

- Sí… usé tu arma. – Señaló la M4, en ese momento el rubio la vio con asombro.

- Ya veo… así que el arma te aceptó.

- ¿Cómo que aceptó? – La rubia estaba confundida, fue ahí que le explicó de las armas. – Ya veo… así que esta arma ahora es mía…

- Hay que detener esta batalla, rápido. – Señaló Osamu, ella asintió y entonces fueron para que ella se subiera, los soldados estaban desorganizados, en ese momento tomó un respiro hondo.

- ¡Gente de Feoh! – Su voz se escuchó por todo el sitio, la gente miró a verla. - ¡Tienes que calmarse, sé que la situación es horrible pero no por eso debemos de rendirnos, somos personas que pueden levantarse por su propia cuenta, protejan a sus familias, peleen hasta el final, porque Feoh no es una ciudad que pueda caer fácilmente, yo seguiré peleando, sin importar cuanto me amenacen, hagan lo mismo!

Las palabras de Alicia lograron llegar a los oídos de los presentes y el escuchar a su princesa la cual estaba bien, eso logró darles un segundo aire y exclamando rugidos, empezaron a atacar con todo a los invasores, ahora los propios mercenarios empezaron a sentir la fuerza de alguien cuyo carisma logró animar a los soldados, ahora mismo las mesas se habían volteado a favor de la fuerza defensora de Feoh, Osamu sonrió.

- Yo tampoco puedo quedarme atrás, hagamos esto. – Y se lanzó al ataque, la defensa no duró demasiado y aunque con varios cadáveres alrededor… el ataque a Feoh había terminado, con victoria para la gente de la ciudad.


Osamu miró a los alrededores, todo acabó en un gran desastre, muchas casas destruidas y gente que murió, además de mujeres con cicatrices emocionales por haber sido violadas, era algo inevitable dadas las situaciones, pero así es Kuroinu, una fuerza la cual necesitaba ser detenida, el rubio siguió recorriendo las calles, entonces vio a Alicia mandar a soldados para ayudar en la limpieza.

- Recojan todos los cadáveres para quemarlos, los de nuestros ciudadanos les daremos un entierro digno. – ordenó, al ver a Osamu acercarse, ella sonrió. – Eres el enmascarado, gracias por todo el apoyo en la defensa de la ciudad, estoy totalmente agradecida por todo.

- No es nada. – Respondió este, ya quitándose la máscara para dejar ver su rostro. – Puedo descansar.

- Así es como te ves… eres una persona muy fuerte, además de que tienes estas armas. – Tenía la M4 en manos. – Es una forma de magia muy interesante.

- Será complicado explicar así que lo haré luego cuando todo termine. – En ese momento vio a Anna llegar con otras tres. – Son mis compañeras.

- Eso… - Alicia frunció el ceño y no solo por las elfas oscuras, reconoció a una de ellas.

- ¡Olga Discordia! – Gritó, buscando atacarla, Chloe se puso al frente. – Apártate.

- No lo haré, protegeré a Olga-sama.

- ¡Por su culpa, ella…!

- Alto ahí. – Osamu se puso al frente. – Son mis compañeras y ayudaron en proteger Feoh.

- ¿Qué dices? – Reclamó la rubia. – Ella es la reina de los elfos oscuros y toda esta guerra es por su culpa.

- Veo que la pequeña desea mostrar sus garras. – Olga no ayudó mucho en provocarla, la rubia apretó los dientes.

- ¿Acaso estás aliado con los elfos oscuros? – Preguntó a Osamu, este negó con la cabeza.

- No se trata de alianzas en un bando u otro, esto va más allá, tenemos un objetivo en común y es detener a Kuroinu… yo las salvé a ellas dos de un destino horrible y a cambio me ayudan, somos compañeros, lo mismo que espero de tu parte.

- Pero aliarte con nuestra mayor enemiga… - Alicia bajó la mirada. – Aunque nos hayas salvado, ese simple hecho es un crimen brutal en Eostia, ella será juzgada y lo más seguro, ejecutada.

- ¡No lo permitiré! – Gritó Chloe, Olga se interpuso. – Olga-sama.

- Escucha Alicia Arcturus. – La reina empezó a hablar en ese momento. – Entiendo que mis acciones han causado mucho daño al pueblo y no hablo solo de su lado… incluso entre mi propia gente. – Miró a ver a Grace. – Osamu me demostró algo… que quizás no debí desviar mi odio hacia toda la gente, este humano. – Señaló a Osamu. – Es la prueba viva de que puedo perdonar a la gente y que quizás mi visión del mundo haya cambiado… por eso deseo una cosa… contactar con Celestine y hablarlo juntas, dar un final a esta guerra sin sentido.

- Yo… no creí que escucharía hablar a la reina de los elfos oscuros de esa forma… - Alicia estaba totalmente asombrada. - ¿Qué le hiciste? – Preguntó a Osamu, este sonrió.

- Nada, solo fui amable, después de todo un caballero debe ser amable con las mujeres. – Respondió, Olga sonrió ante esa respuesta.

- Por eso es que Osamu me gusta bastante. – Respondió ella.

- ¡¿Eh!? – Y Chloe no podía creerlo, eso sonaba como una confesión de parte de su querida ama.

- Entonces Alicia… esto es vital para que podamos detener a Kuroinu, contactar con su diosa y planear la forma de detenerlos de una vez por todas.

- … No hay otra opción. – Ella soltó un suspiro. – Por respeto hacia ti, héroe de una tierra lejana que nos ayudó, accederé a tu petición, pero mantén vigiladas a esas dos. – Señaló a Chloe y Olga.

- Tsk, esa princesa… - La elfa rubia chasqueó la lengua.

- Descuida, son bien tranquilas y además me aprecian, siempre y cuando yo esté ahí, no harán nada.

- Eso mismo, Osamu es muy importante para mí, siempre y cuando él esté a salvo, no haré nada. – Respondió Olga, Alicia asintió.

- Intentaré hacer el contacto enviando una paloma mensajera. – En ese momento entró un anciano a la sala.

- Alicia.

- Oh Beardsley. – La rubia se acercó a este. – Me alegra que estés a salvo.

- Y-Ya veo… es bueno igualmente que salvaras la ciudad Alicia. – Había algo raro en ese anciano y Olga podía verlo. - ¡A-Alicia, esa es la reina, hay que arrestarla!

- Descuida, este héroe. – Señaló a Osamu. – Fue quien ayudó a la ciudad y salvó a todos, de algún modo pudo convencerla de ser una aliada, ahora debo contactar a Celestine-sama para tratar la amenaza de Kuroinu.

- C-Claro, te apoyaré con ello Alicia. – El anciano sonrió, era obvio que tenía algún motivo oculto y la reina de los elfos oscuros lo sabía. Ya que se fueron, quedaron ellos solos.

- Osamu, ese anciano tiene intenciones ocultas. – Respondió ella con los ojos entrecerrados.

- La verdad es que igual me da mala espina. – Complementó Anna. – Como alta elfa, soy bastante susceptible a las intenciones de los demás, digamos que tengo una virtud que me ayuda a ver quien es bueno y quien no… y ese anciano tiene oscuridad en su corazón.

- Entonces… ¿creen que haya sido el responsable de que se infiltraran? – Preguntó Osamu.

- Puede ser una posibilidad, es mejor mantenerlo vigilado… Chloe.

- Claro Olga-sama. – La elfa rubia se fue en aquel momento, si podían descubrir las intenciones de Beardsley, entonces habrían acabado con todos los problemas de Feoh.

- ¡Maldición! – El primer ministro entró a su oficina, golpeando la pared. – Por culpa de ese bastardo, mis planes fueron arruinados… pero no debo perder la calma, aún tengo una oportunidad, solo necesito enviar a un soldado para contactar a Vault y decirle que la reina de los elfos oscuros y su sirvienta están acá… seguro enviarán más tropas, que ni Alicia y los soldados puedan detener… eso… una vez ellos ganen, poseeré a Alicia para mí… deseo su cuerpo joven, violarla hasta que grite mi nombre del placer. – Sonrió de forma malvada, lo que Beardsley no sabía es que Chloe estaba espiando y escuchó todo lo que dijo, ella solo pudo apretar el puño.

- (¡Maldito anciano! Debo reportarlo con Olga-sama.) – Sin hacer un solo ruido, regresó, muy pronto el primer ministro conocería su destino.

- Prim. – Alicia estaba feliz de ver a su prima a salvo, la princesa pelirrosa había estado escondida hasta el momento y al ver que pasó el peligro, pudo salir.

- Me alegra ver que estás bien Onee-sama.

- Igualmente, ya todo el peligro pasó y que Feoh vuelva a levantarse tardará un tiempo, pero seremos más fuertes que nunca.

- Eso me alegra… - En eso vio a Osamu y el resto. – Onee-sama… ellos…

- Sé lo que piensas, ese hombre de ahí es Yoichi Osamu, logró que Olga Discordia sea una aliada.

- Wow… - No podía creerlo. – Gracias por ayudar a mis Onee-sama, soy Prim Fiorire, la princesa de Ur.

- Yoichi Osamu, un gusto. – El rubio sonrió. – Kuroinu es una gran amenaza para este reino, así que debe ser detenido cueste lo que cueste.

- Sigue siendo increíble que decidieran traicionar al reino, pero por esa razón hay que contactar a Celestine-sama y las demás princesas y hacer una reunión para tratar con este peligro. – En aquel momento entró un soldado.

- Alicia-sama, hay problemas.

- ¿Qué problemas? – Preguntó ella.

- Parece que el mensaje tuvo en problemas en ser transportado, el primer ministro requiere su presencia.

- ya voy, dile que…

- Alto ahí… - Olga habló en ese momento, mirando al soldado. - ¿Estás diciendo la verdad?

- ¿Eh? ¿De que hablas elfa oscura? Yo…

- No creo que la presencia de la princesa sea vital para un asunto como ese… ¿no es así? – El soldado de repente se veía nervioso.

- ¿Qué diablos haces? Interrogando a uno de mis soldados. – Reclamó Alicia con enojo, Olga le tomó poca importancia.

- ¿Qué hago? Salvando tu trasero, entonces… ¿ese anciano te envió?

- C-Claro, el primer ministro es un hombre de gran importancia y…

- Supongo que debe estar muy desesperado… entonces Osamu ¿acabamos con esta farsa?

- Eso lo mejor. – En ese momento sacó su arma apuntando al soldado, este soltó un chillido de asombro.

- ¡Que haces! – Gritó Alicia, Prim tampoco podía creerlo.

- Sé que están sorprendidas, pero créanlo… es por su bien.

- Maldición… ¡Salgan! – Gritó el soldado, en eso un grupo de estos entró por la puerta rodeando a todos.

- ¿Qué significa esto? – Alicia estaba sorprendido, entonces apareció la figura que menos esperaba. - ¿Beardsley?

- Jeje, mi querida Alicia, veo que estás en problemas.

- Haz algo, detén a estos soldados, están traicionando a Feoh. – El primer ministro no hizo nada más que reír. - ¿Beardsley?

- ¡Eres realmente una chiquilla ingenua! – Tenía un rostro de locura pura en ese momento. – Ni siquiera te diste cuenta de que tenías a un enemigo frente a tus propias narices, yo hice todo esto, fui quien abrió el agujero para que Kuroinu entrara a la ciudad. – En ese momento la princesa rubia se puso pálida.

- No… puede ser… Beardsley… ¿por qué?

- ¿Por qué? Eso es fácil… porque quiero que seas mía. – Empezó a explicar. – Alicia, te has convertido en toda una hermosa mujer desde que eras pequeña, no sabes cuantas veces he deseado poseer ese cuerpo tuyo, llevarte a la cama y penetrarte hasta que no pienses en nada más que mi miembro, quiero que seas mi mujer y embarazarte hasta que no puedas más.

- Tsk, que asqueroso… - Exclamó Grace por debajo, Alicia estaba totalmente aturdida, su tutor, aquel hombre en el cual había confiado por tanto tiempo estaba revelando sus verdaderas intenciones.

- Por esa razón me alié con Vault, me prometió que, a cambio de entregar Feoh, yo sería el primer en acostarme contigo pero por culpa de ese bastardo. – Señaló a Osamu. – Mis planes originales se arruinaron pero eso no significa que haya terminado todo, envié un soldado para que avisara a Vault y pronto vendrá con un ejército más grande, así que Alicia, ríndete y entrégate a mí si deseas salvar la ciudad. – Beardsley se veía muy confiado en su plan pero esa sonrisa se borró cuando vio a Olga empezar a reír. - ¿De qué te ríes?

- En serio… ¿pensaste que tú, un anciano iba a voltear la situación? Entonces eres más idiota de lo que pensé… nosotros sabíamos que había algo malo contigo y por eso envié a Chloe para que investigara, entonces ella me lo reportó y supe que enviarías a un mensajero, ella se encargó de este.

- Fue fácil. – Señaló Chloe, Beardsley apretó su puño.

- Si esperas refuerzos, puedes hacerlo sentado puesto que nunca llegarán.

- ¡Eso no importa, estos soldados están a favor de mi causa, ese imperio del sexo es lo mejor para esta ciudad, ustedes perras solo deben servir para complacernos! – Su arremetida fue detenida por un disparo de parte de Osamu que rozó su mejilla, causando que algo de sangre empezara a salir. - ¡Iiiiiih!

- Estoy cansado de tus babosadas. – Señaló Osamu con seriedad. – Hablas como un simple pervertido que no tiene la confianza de actuar por cuenta propia, abusaste de tu poder para ponerle una mano a una persona que confiaba en ti y lo dio todo, la viste crecer maldita sea y así es como lo pagas, eres peor que un insecto, que mierda pura, ni siquiera el infierno es un lugar al que merezcas ir.

- ¡N-No importa cuanto pelees, Vault saldrá victorioso y todas ustedes van a estar gimiendo nuestros nombres cuando las llenemos de semen! – Al final Beardsley empezó a decir puras bazofias, el rubio miró a ver a Alicia que seguía adolorida.

- Tu dices que hacemos. – Fue todo lo que expresó, la princesa de Feoh mantuvo la mirada baja, los recuerdos felices que tuvo alguna vez con Beardsley empezaron a ser borrados, ahora solo podía ver a un anciano horrible, ese hombre no era ni la sombra de lo que alguna vez, quizás esa siempre fue su verdadera personalidad, ella apretó el puño con fuerza.

- Osamu… puedes matarlo. – Ordenó, el rubio asintió.

- Acabemos con estos. – Dijo al resto, fue así que todo pasó rápidamente, los soldados poco pudieron hacer ante la fuerza del rubio y las elfas y solo quedaron cadáveres, Prim estaba tan asombrada que se escondió detrás de su prima, al final solo quedó Beardsley, una pobre alma abandonada, Osamu lo encaró apuntando su arma a su cabeza. – Estás solo, morirás aquí como la escoria que eres.

- ¡P-Por favor, perdóname la vida! Alicia, ayúdame, recuerda todos los momentos que hemos pasado juntos, todo lo que te enseñé. – Le suplicó a la rubia, esperando que ella al menos aún tuviera algo de bondad hacia él, en ese momento vio que apartó a Osamu, el primer ministro sonrió para sus adentros pensando que tenía la victoria. – Gracias Alicia… ¡Por ser tan estúpida! – Había sacado una daga que tenía escondida para atacarla pero antes…

*SLASH*

- ¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH! – Soltó un grito desgarrador, todo debido a que la princesa rubia había cortado la mano que sostenía la daga, el anciano se retorció en el suelo del dolor mientras la sangre salía a chorros, ahora este lloraba. - ¡Por favor, perdóname!

- Beardsley… no mereces mi perdón, por haber planeado todo esto, siempre pensé que eras el hombre más leal a mi familia y viví con esa idea.

- ¡Solo lo hice porque eran unos idiotas, tu padre era un maldito idealista que tenía ideas para abolir la esclavitud, por eso ordené que lo mataran! – Eso al final fue el interruptor que activó la ira de la rubia.

- ¡Beardsley! – Pasó rápido, el anciano solo pudo ver en sus últimos momentos como la hoja de la espada rebanó su cuello, la cabeza de este cayó al suelo teniendo una expresión de horror y el cuerpo se precipitó al suelo, Prim mantuvo los ojos cerrados todo el tiempo debido a la carnicería, Alicia respiraba agitadamente viendo el cuerpo de quien fue su mayor hombre de confianza. - … Ugh… ugghhh… ¡Wuaaaaah! – Comenzó a llorar desconsoladamente, muchas emociones salieron a flote de ella en ese momento, el resto no dijo ni hizo nada, era lo que la princesa necesitaba en ese momento, después de todo lo que sufrió ese día…


Llegó la mañana siguiente, la ciudad estaba de luto, muchas personas lloraban la pérdida de sus seres queridos, enterraban cuerpos y reconstruían las casas, quizás tardarían bastante pero volverían a levantarse, Alicia estaba en su oficina en aquel momento, entonces tocaron la puerta.

- Adelante. – Vio que era Osamu quien entraba. – Buen día.

- Igualmente… - Respondió este, cerrando la puerta. - ¿Estás mejor?

- Mentiría si dijera que sí, pero eso es parte de mis deberes como princesa del escudo. – Ella bajó la mirada. – Lo de ayer fue demasiado para mí, yo siempre creí que era alguien sumamente fuerte y orgullosa, que lo tenía controlado pero a la más mínima posibilidad de abandonar a alguien, me terminó por acorralar, casi abandono mi espíritu de pelea por las monjas y me puse peor al conocer la traición de Beardsley, me siento muy frustrada…

- Ya todo pasó. – Respondió este, apoyándose en el escritorio. – Lo importante es que pudiste superarlo, no dejaste que la situación te superara y luchaste con todo, eso es lo mejor que una guerrera puede tener, y algo que yo valoro.

- ¿Eh? – Alicia estaba sorprendida por las palabras del rubio, de repente sus mejillas se pusieron de rojo. – Eso… gracias… ¿Qué harás ahora?

- Esperaré la respuesta de la reencarnación de la diosa y entonces trabajaremos juntos en controlar esta situación, la unión hace la fuerza y vamos a demostrarlo, que juntos somos fuertes.

- Eso es verdad… - Alicia sonrió por debajo. – Osamu, por favor, trabaja junto a nosotras para detener esta horrible amenaza… salva a Eostia.

- Eso haré. – Respondió. La batalla en Feoh había terminado y acabaron con los mayores enemigos que existían, podían gozar de una paz momentánea pero no sería para siempre, otras ciudades estaban en peligro y tenían que actuar, esperaba que la noticia llegara a ellas, iban a hacerlo, para salvar esa tierra.


Uff, este ha sido el cap más largo que he escrito hasta la fecha, ok, no hagamos esto más largo, incluí a las chicas del Gaiden para que tengan participación, ya serán parte del grupo, respecto a si formarán parte del harem, eso aún lo estoy pensando, y también ya abarqué toda la batalla en Feoh, me costó pero llegué al final y Alicia pudo tener su momento, por ahora vendrá algo de paz pero tengo algo preparado, digamos que se viene el momento de Prim igual, algo un poco original lo que haré con ella pero no la dejaré fuera, ya sabrán a lo que me refiero, por ahora eso es todo, nos vemos en el próximo cap. Saludos.