Alicia logró estabilizar Feoh y ella podía contar al menos con la gente cercana a ella que no la había traicionado, lo cual ya significaba que podían volver al camino para ir a la siguiente ciudad.
- El ejército de Vault podría atacar en cualquier ciudad, así que tenemos que escoger nuestro siguiente destino. – Exclamó la rubia, ahí estaban todos los implicados en el viaje, que eran ella, Prim, Osamu y las elfas.
- A mí no me importa, siempre y cuando pueda acabar con esa basura. – Comentó Olga restándole importancia, Alicia decidió ignorarla.
- Dejando de lado la opinión de esa elfa oscura, hay que decidir un destino y proteger la ciudad a la cual vayamos. – En ese momento prim levantó la mano. - ¿Prim?
- Esto, no sé qué piensen, pero creo que deberíamos ir a Kamakura.
- ¿A la ciudad de Kaguya?
- Digo, es la más cercana que tenemos y sería rápido para llegar y evitar cualquier ataque que tengan planeado, por supuesto… es solo mi opinión… - Prim no tenía mucha confianza en que pudieran aceptar su sugerencia.
- Está bien. – La respuesta de Alicia sorprendió a su prima. – Es cierto que entre Ansur y Kamakura hay una distancia casi igual, pero por el momento Kaguya es alguien muy descuidada que solo se fía en su religión, mientras que Maia puede defenderse, es más conveniente ir a ayudarla ¿Qué dice el resto?
- Estoy de acuerdo, vamos ahí primero. – Señaló Osamu, Anna asintió.
- A mí me da igual a donde ir primero, solo quiero cumplir mi venganza. – Respondió Olga, Prim se encontraba feliz que aceptaran su petición.
- No queda entonces ninguna duda, iremos a Kamakura. – Señaló Alicia. Con la reunión terminada, ya solo quedaban preparaciones para el viaje, ya antes de partir, tendrían una última reunión con Celestine para avisar de sus siguientes planes, ahí se encontraban Osamu, Alicia y Prim.
- Entiendo, así que irán al dominio de Kaguya, es cierto podría ser la región más vulnerable debido a su falta de seguridad y que mayormente viven devotos de ella.
- Nos alegra que entienda Celestine-sama. – Alicia hizo una reverencia. – Partiremos una vez termine de hacer unos cuantos ajustes finales para dejar Feoh en buenas manos, ya que hemos purgado a todos los nobles y religiosos que estaban confabulados con Beardsley… - Le dio escalofríos mencionar su nombre. – No deberá haber noticias de algún ataque o sublevación en mi presencia.
- Todo estará bien Alicia. – Ella sonrió. – Por cierto… Olga no está…
- Lo siento, ella no quiso estar aquí. – Respondió Osamu, la encarnación de la diosa puso una sonrisa triste.
- Entiendo… por ahora, su objetivo es evitar que el ejército de Kuroinu se apodere de las demás capitales y que sufra la gente, estaré contando con ustedes.
- Así haremos Celestine-sama. – Alicia y Prim saludaron y entonces salieron de la sala, Osamu estaba por hacerlo hasta que…
- Espera ahí Osamu-san. – Celestine lo detuvo, este volteó a verla, aún no había terminado la transmisión de la lacrima. – Antes de que te vayas, quiero pedirte algo.
- ¿Sí? ¿Qué es?
- … Por favor, protégelas a todas, que no les pase nada malo… es lo único que te pido. – El rubio sonrió.
- Eso tengo planeado hacer, mientras esté aquí, nadie de ese grupo les pondrá una mano, y no es una promesa… es mi trabajo. – Celestine sonrió.
- Gracias Osamu-san… no podía pedir a un héroe más valeroso y amable.
- No soy un héroe, soy solo una simple persona que no le gusta lo que ocurre aquí, así que debo hacer algo para evitarlo. – La transmisión terminó y Osamu salió de la sala. Ya entonces al subir de nuevo al pasillo, vio a alguien que no esperaba encontrar. - ¿Chloe?
- … Humano, hablemos, a solas. – El tono de la medio elfa seguía lejos de ser amigable pero que le hablara ya sin la presencia de Olga era un avance, tenía curiosidad acerca de lo que ella deseaba hablar así que la siguió, ya se encontraban fuera del castillo, ahí ella se apoyó contra la pared.
- Entonces… ¿Qué quieres?
- No hables sin mi permiso. – Ordenó ella, no quiso enojarla así que se mantuvo callada, a pesar de todo, Chloe tenía problemas buscando comunicarse. – Escucha… yo te sigo odiando, no entiendo cómo es que Olga-sama está encaprichada contigo y no es solo porque le diste esa arma mágica extraña, ir tan lejos como hasta contarte su pasado, nadie más que a mí y otros súbditos cercanos se lo ha dicho… y que ahora un sucio humano conozca todo.
- No pienso que Olga sea alguien mala, es solo que…
- ¡No digas nada! – Ella le interrumpió. – Creo que si sigue contigo, podría dejar de lado su plan de venganza contra los humanos y demás razas, ahora con esto de la alianza y que viajaremos con las princesas del escudo, jugar a los amigos simplemente no tiene sentido cuando en el pasado buscábamos matarnos.
- Chloe. – Osamu decidió hablar. – Amas a Olga ¿no?
- ¡¿Eh!? – Esa pregunta sorprendió a la elfa oscura rubia. – Y-Yo… no es que sea porque ella me rescató cuando era niña y…
- Chloe. – Osamu era directo, ella no podía negarlo.
- Sí… la amo.
- Entiendo que hagas todo esto porque estás preocupada por ella, pero como se estaban llevando las cosas en el pasado tampoco era lo mejor, al escuchar la historia de Olga pude entender una cosa… y es que Olga, dentro de muy en lo profundo, podría encontrar otro modo de tratar esto y es lo que quiero conseguir, por eso es que accedí a todo esto, luchar para que todo se resuelva y entonces ella y Celestine conversen de frente, sin peleas ni nada, que hablen todo lo que requieran hasta resolverlo.
- … No pensé que serías tan estúpido ¿crees que hablar lo resolverá todo?
- No realmente, pero es un inicio y sé que ambas tienen mucho por lo cual hablar y sí realmente quieres a Olga, sabrás respetar sus deseos.
- … Sí, porque es a quien le jurado lealtad eterna.
- Sea cual sea el desarrollo, lo vamos a aceptar todo y eso será un hecho, sí, luego de todo esto, ella quiere continuar con la guerra, no diré nada, pero deberé escoger un bando al final. – Chloe frunció el ceño. – Olga puede ser mi amiga ahora, pero por el hecho de que seamos amigos, no quiero que se destruya a sí misma. – No dijo nada más y se fue, Chloe simplemente se quedó ahí sola.
- (Que Olga-sama se destruya a sí misma… eso no pasará, porque sé que ella no está equivocada con todo esto… aunque igual temo… que cambie con el tiempo…)
Alicia terminó de designar a sus suplentes mientras está afuera y ahora estaban listos para partir de nuevo, así que ya se encontraban en la entrada pero no eran los únicos.
- Un pequeño grupo de mi guardia nos acompañará. – Comentó Alicia, Osamu pudo reconocer a algunas de las mujeres caballero que irían, mayormente a la de largo cabello castaño y, como era de esperarse, la armadura que portan igual no cubre más que sus partes como pechos y entrepierna, pero ya estaba acostumbrado que en ese mundo parece ser algo normal porque están recubiertas con una capa mágica.
- Me llamo Linze, soy la comandante del escuadrón de caballeros al servicio de Alicia-sama, yo y un par más los acompañaremos como protección. – Comentó esta, Osamu asintió.
- Un gusto. – Osamu apretó manos con ella, antes de irse, aparecieron las monjas en ese momento.
- Esperen un momento, antes de que se vayan… quisiéramos agradecerles por lo que hicieron, si no hubieras llegado en ese momento… nosotras hubiéramos acabado impuras y seguro no aguantaríamos más… por eso, acepten esta comida. – Exclamó la monja de lentes que pasó una caja con comida preparada a Osamu, este la aceptó con gusto.
- Gracias señorita, solo hice lo que debía hacer, no podía dejar que señoritas tan hermosas y devotas como ustedes sean mancilladas. – Sus palabras hicieron sonrojar a estas.
- G-Gracias… mucha suerte en su viaje y que la diosa los proteja. – Ya entonces se retiraron, con todo completamente listo, inició el viaje, las tres caballeros irían a caballo mientras que había un carruaje preparado, dentro irían Alicia y Prim, Anna igual aceptó ir dentro, mientras los demás irían a pie, más que nada por tensiones que pudiera haber con Olga y Chloe y Grace, no era su estilo según palabras de ella, así es que empezó el viaje a Kamakura.
Durante el trayecto, Osamu pudo conocer un poco más de las tres guardias, Linze, al ser la comandante, es la más cercana a Alicia, anteriormente estuvo bajo el mando de Claudia, quien es otra princesa del escudo, pero por recomendación de esta, fue transferida a Feoh para volverse comandante, ella demostró tener un fuerte sentido del deber y una gran habilidad con la espada, lo cual la hizo merecedora de su puesto.
La otra guardia posee el cabello rubio enrollado como taladro, ojos verdes y una figura exuberante, debido a la armadura, podía decirse que de entre las tres, posee los pechos más grandes, se llama Natalie y su historia es que ella proviene de una familia noble de rango medio al oeste de Feoh, posee una personalidad bastante orgullosa, incluso se ríe como la típica chica rica de esas que se llevan la mano, según el estereotipo japonés, es una ojou-sama, pero demuestra ser alguien con un fuerte sentido del deber. Su padre fue un afamado caballero que luchó durante la guerra y por sus servicios le otorgaron terrenos por el anterior rey de Feoh, ella, siendo alguien que admira mucho a su padre, decidió seguir sus pasos y formar parte del escuadrón de caballeros de Alicia.
La tercera y última es una chica de cabello corto azulado oscuro y ojos grises, una complexión con un abdomen plano pero siendo la de menor tamaño de pecho de las tres, poseyendo copa B, su nombre es Mariah, en personalidad es un poco tímida, ella posee ciertos problemas al relacionarse con los demás, más que nada los hombres, ya que vivía en una granja al sur donde las únicas relaciones que ha tenido han sido su familia que son sus padres y sus cuatro hermanos y cinco hermanas, ella quedó asombrada por la fuerza y gallardía del escuadrón, así es que ella decidió aventurarse sola a la capital para formar parte de esta.
Así acabó pasando un día de viaje y cayó la noche, prepararon un campamento para descansar, las tres harían guardia por turnos en la noche para evitar ataques de monstruos a lo cual Osamu se sumó, aunque Prim dijo que no sería necesario pero este insistió, ya entonces comenzaron a cenar con la comida que les dejaron las monjas.
- El estofado es bueno. – Señaló Prim con una sonrisa mientras comía, manchándose un poco la boca, Alicia la limpió con un pañuelo.
- Debes estar limpia Prim. – La pelirrosa soltó una pequeña risa.
- Es cierto que está bueno. – Exclamó Anna con una sonrisa. - ¿Qué piensas Grace-chan?
- Es bueno… pero nada supera a las verduras de nuestro hogar.
- Olga-san, Chloe-san ¿Qué hacen lejos? Vengan. – Exclamó Chloe debido a que estaban un poco lejos del resto.
- Prim, sí ellas quieren estar ahí solas, deja que se queden ahí. – Comentó la rubia, eso puso un poco triste a la pelirrosa. Osamu aún seguía notando cierta hostilidad a pesar de que eran aliados, sabe bien que no es algo que se pueda acabar de la noche a la mañana, pero tiene fe en que al menos durante el viaje puedan aliviarse un poco las fricciones, por el momento fue hacia donde estaban ellas.
- ¿Qué tal la comida? – Les preguntó.
- Asquerosa, porque fue hecha por sucias manos humanas que adoran a una diosa falsa. – Respondió Chloe, Olga negó con la cabeza.
- No se compara a lo que tenía en mi fortaleza… pero peor es nada. – Osamu sonrió.
- Es bueno saber que te gustara, lo cierto es que no deberían estar tan alejadas, deberían ir al fuego con las demás, hay que mantenerse calientes.
- ¿Y que nos maten mientras durmamos? Ni loca. – Comentó Chloe. – Por si acaso, mantendré un ojo abierto por cualquier ataque sorpresa.
- Eso no sucederá, lo aseguro. – Osamu sabe que Alicia no es alguien que falte a su palabra y teniendo a un enemigo en común, además de que es un favor de Celestine, no tocarían a la reina de los elfos oscuros o a su mano derecha.
- … Por más que odie a los humanos, sé que la princesa Alicia no es alguien que falte a su palabra y sí le prometió a Osamu que no nos hará daño, ella lo cumplirá. – Respondió Olga.
- Aun así, mantendré vigilancia si alguien se acerca a usted con intenciones asesinas. – Terminó de sentenciar Chloe, Osamu no podía hacer nada ahí.
- No les pido que sean amigas, pero que al menos puedan platicar un poco, Prim es bastante sociable y ella no las ve como enemigas, quizás les pueda tener miedo pero sería un inicio ¿Qué dicen?
- Sí tuviera que relacionarme con esa princesa, primero haría…
- Me lo pensaré. – Esa respuesta de Olga, dejó a Chloe boquiabierta.
- ¡¿Olga-sama!?
- La princesa Prim es la única que no cuenta con habilidad de combate previo pero eso igual asegura que sea fácil acercarse a ella… no lo prometo tampoco ¿entendiste? – Osamu asintió, que al menos Olga se lo pensara fue más que suficiente.
- Pronto vamos a dormir, que descansen. – Se alejó de ellas, Chloe no podía hacer más que seguir presenciando como su ama iba cambiando poco a poco.
Llegó el momento de dormir, Alicia y Prim se encontraban acostadas sobre una sábana que se extendió para que descansaran, a lo lejos estaban Olga y Chloe igual mientras Anna y Grace también dormían juntas, las tres caballeros harían las rondas nocturnas de vigilancia, iniciando con Linze, por lo que las otras dos fueron a dormir y despertarían en sus respectivas horas, ella se encontraba frente a la fogata.
La primera ronda siempre es dura… aguantar hasta las dos…
- Parece que lo pasarás algo mal. – Para sorpresa de la castaña, Osamu llegó en ese momento, trayendo agua.
- ¿Osamu-sama? ¿Qué hace despierto?
- Pensé que quisieras compañía… y por favor, deja el honorifico, no soy realmente alguien tan importante.
- De eso nada, eres un valioso compañero para las princesas, debería tratarte con la misma importancia.
- Linze-san, somos amigos, y entre amigos nos hablamos de forma casual ¿sí? – Eso dejó sorprendida a la castaña la cual soltó un suspiro para luego sonreír.
- Muy bien… Osamu.
- Así está mejor. – Le pasó la cantimplora con agua y empezó a beber.
- Sé bien que no hemos hablado mucho, más que nada porque no es importante que se relacione con nosotras de la guardia.
- Eso no es verdad, aprecio su trabajo, se esforzaron protegiendo la ciudad después de todo.
- Es cierto, mis soldados y yo lo hicimos, pero igual… hubo un momento en el cual dudé, como la persona más cercana a la princesa Alicia, debo de sugerirle que hacer en el mejor de los casos, le dije que era mejor enfocarse en los bandidos que atacaban el centro pero ella se fue sola… - Soltó un suspiro. – En ocasiones creo sí merecer mi puesto es lo correcto.
- Claro que lo mereces, llegaste hasta aquí por mérito propio y te recomendaron, nadie más podría hacer un trabajo como lo haces. – Esas palabras sorprendieron a Linze la cual se sonrojó.
- N-No digas eso… solo hago mi deber, es todo. – Tomó un poco más de agua. – A pesar de todo… amo el lugar donde estoy, al lado de la princesa Alicia, sabiendo que puedo ayudarla en el campo de batalla y que pueda dormir tranquila un día más. – Ella miró al cielo, las estrellas brillaban de forma hermosa. – ya que confía en mí, debo de responder con el mayor de mis esfuerzos.
- Así será, hagamos todo para protegerla ¿sí?
- … Sí. – Los dos continuaron mirando al cielo un rato más hasta que ya irían a dormir, Linze haría todo lo posible para demostrar que merece el título de comandante.
A la mañana siguiente tendrían un tiempo de espera, algo a lo cual Osamu aprovechó para enseñarles a Alicia y Prim sobre el manejo correcto de sus nuevas armas, para ello se encargó de colocar unos blancos improvisados sobre un árbol para que pudieran apuntar correctamente.
- Lo importante es mantener una postura correcta, sino el retroceso podría agitarlas y que la bala se desvíe, claro que una vez que estén acostumbradas, moverse y disparar no será un problema.
- ¿Debemos de disparar a esos troncos? – Preguntó Prim, el rubio asintió.
- Intenten acertar en el círculo que dibujé, aunque claro que pueden equivocarse, pero tengan cuidado de no apuntar a nadie con sus armas.
- Sí. – Respondieron las dos para empezar, al estar en una posición estática, era obvio que el retroceso haría su trabajo y los disparos se desviaban.
- No lo hacen tan bien. – Comentó Olga, lo cual no pasó desapercibido por Alicia.
- ¿Qué estás diciendo? Seguro ni puedes acertar. – Ante ese comentario, Olga entrecerró los ojos.
- Solo observa. – La elfa oscura sacó su arma y apuntando con una sola mano, disparó, dando al centro del blanco, esta sonrió de lado. - ¿Qué decías?
- ¿Qué diablos? ¿Cómo lo hiciste?
- Soy usuaria de magia, la puntería es uno de mis fuertes. – Olga estaba disfrutando burlarse de la princesa rubia, esta solo podía gruñir.
- No estén peleando, Alicia, podrás mejorar con el tiempo, no necesariamente todos inician sabiendo disparar, al igual que entrenaste con la espada, todo se consigue con práctica y trabajo duro, continúa esforzándote.
- … Está bien. – Se calmó, no podía dejar que su ira la controle, más que nada porque ahora estaban en una alianza.
- Puedo ayudarte. – En aquel momento Osamu se puso detrás de Alicia y la sujetó, eso la sorprendió debido a la cercanía, lo cual hizo que se pusiera roja. – De este modo, un poco más a la izquierda y mantenlo recto, ahora posa el dedo sobre el gatillo… y dispara. – Hizo lo que Osamu dijo y al disparar, logró dar al blanco por lo menos. – Lo hiciste bien.
- Esto… sí, gracias… - Comentó ella por debajo, aún avergonzada de lo cerca que estuvo el rubio, Prim hizo un puchero al ver esto.
- Osamu-san, igual ayúdame a apuntar bien.
- Ya voy. – Fue a hacer lo mismo con la pelirrosa, el tacto tan cercano puso muy avergonzada a esta pero igual estaba feliz.
- (O-Osamu-san está muy cerca, puedo sentir su aliento… jeje… se siente bien sus manos, tan grandes y ásperas, pero fuertes, quisiera que me tocara por todos lados…)
- ¿Prim? ¿Estás concentrada? – La voz de Osamu la sacó de sus fantasías.
- ¡S-Sí, ya voy! – Entonces igual disparó, acertando y lo cual la puso feliz, Olga solo podía observar y de algún modo se sentía molesta al verlo interactuar con las dos princesas, aunque no entendía bien la razón.
- … hmph. – Esta simplemente se dio la vuelta para irse, Chloe no entendía el por qué su ama estaba actuando de esa forma.
- (¿Qué le pasa a Olga-sama? Ella nunca había actuado de esta forma… debe ser todo culpa de ese humano.) – Fulminó con la mirada a Osamu el cual sintió escalofríos.
Una vez terminaron la práctica de disparo, Alicia sugirió algo y es que deseaba probar como se desempeña él con espadas, aunque precisamente no usa una sino que tiene su cuchillo, más que nada para saber si puede defenderse contra enemigos cercanos. Ya entonces tenían sus respectivas armas en la mano.
- Muy bien Osamu-san, ven con todo.
- Eso haré. – Ella fue la primera en ir al ataque, como cabía de esperar, Alicia era de las que ataca en primera instancia, para eso Osamu tomó una postura defensiva, al momento que ella atacó, este bloqueó la espada con su cuchillo, nuevamente ella buscó otro ataque pero este seguía bloqueando.
- Wow, está luchando a la par con Alicia-sama. – Exclamó Mariah con asombro.
- Ya de por sí Alicia-sama es la más hábil con la espada de las princesas del escudo, pero que combata a su nivel, solamente la princesa Maia y su maestra, la princesa Claudia lo han logrado. – Comentó Natalie.
La práctica continuó, Alicia seguía tomando la delantera con sus ataques mientras Osamu defendía, ella pensaba que no podía seguir así por más tiempo y en algún momento se debería cansar y sería su oportunidad para desarmarlo.
- ¡Te tengo! – En aquel momento ella buscó la victoria pero entonces acabó sorprendida al ver como tenía el cañón de una pistola en su frente. - ¿Eh?
- … Bang. – En aquel momento Alicia soltó su espada. – Esa es mi victoria.
- ¿Le ganó a Nee-sama? – Prim estaba igual de asombrada. Osamu la ayudó a levantarla.
- ¿En qué momento? – El rubio sonrió.
- Es la versatilidad de las armas pequeñas, el cuchillo sirve bien para combate cercano pero sería un error poseer una simple arma que además pueden quitármela, por eso es mejor poseer tu mano libre con otra arma como un seguro, en tu caso, pronto podrías combinar tu estilo de combate con espada junto a una pistola, he visto quienes luchan así.
- … Eso sería muy útil, espero puedas seguir enseñándome. – Alicia no se sentía molesta por la derrota, aún tenía mucho que aprender y si podía agregar un nuevo estilo, le sería beneficioso en el combate contra el ejército de Vault. Una vez terminó todo, llegó la hora del almuerzo.
- Grace-chan y yo nos encargamos esta ocasión, espero no les moleste. – Anna y su amiga hicieron el almuerzo en ese momento, mientras el resto entrenaba, ellas se encargaron de recolectar y cazar, ya entonces llegaron con un venado el cual prepararon estofado y ahora estaban sirviendo.
- Está muy delicioso. – Comentó Prim, sacando una sonrisa a Anna.
- Gracias, mayormente la sazón y especias fue obra de Grace-chan. – Pasó la palabra a su amiga la cual se sorprendió.
- ¿En serio? ¡Te quedó excelente!
- Eh… esto, gracias. – Ella se rascó la nuca de la vergüenza. - ¿No sientes miedo? Digo, soy una elfa oscura…
- Para nada, eres buena persona y alguien que hace comida deliciosa, no sería mala. – LA respuesta de la pelirrosa dibujó una sonrisa en el rostro de Grace, Olga y Chloe observaban todo.
- (Esa princesa debe estar mintiendo, nadie elogiaría para nada a una elfa oscura.) – Fueron los pensamientos de Chloe, Olga simplemente se limitó a comer. Ya una vez terminó el almuerzo, volvieron al camino, cada vez quedaba menos para llegar a Kamakura.
- El viaje estuvo bastante tranquilo. – Señaló Alicia.
- Vault ha sufrido derrotar muy humillantes, ha de estar descansando mientras se retuerce de la ira por haber fracasado. – Exclamó Olga, pensando felizmente en lo iracundo que debe estar el líder de Kuroinu.
- Mejor para nosotros que tuvimos un viaje tranquilo. – Grace se llevó las manos a la nuca. – Seguro tampoco habrá problemas en esa ciudad.
- No podemos estar muy relajados, no sabemos si igual habrá traidores entre los altos rangos de la capital. – Señaló Osamu. Ya entonces empezaron a atravesar el bosque, ya solo eran unos dos kilómetros hasta que finalmente se pudo ver, una ciudadela que tenía una arquitectura la cual recuerda al Japón antiguo. - ¿Eso es Kamakura?
- Así es, la capital de Thorn, la tierra de Kaguya-san. – Respondió Prim. Kamakura era una ciudad igual de grande, los edificios hechos mayormente de madera y con casas que recuerdan bastante a la era edo del antiguo Japón, se nota mucho que esa tierra estaba mayormente influenciada por la cultura oriental y que desde el nombre ya daba una pista. Llegaron a la entrada donde dos guardias estaban vigilando.
- Soy Alicia Arcturus, vengo en compañía junto a Prim fiorire y gente de confianza, porque tenemos un asunto de que hablar con Kaguya. – Informó, para ese entonces las elfas oscuras se habían puesto sus capuchas debido a que seguían siendo la raza en conflicto contra ellos.
- Entendido, pueden pasar. – Respondió uno de ellos. Así se adentraron a la ciudad, era totalmente animada, un gran mercado donde la gente paseaba, niños jugando, incluso había de esos carros que la gente lleva jalando, era toda una estética antigua.
- Se ve como un lugar prospero. – Comentó Osamu.
- Kaguya-san proviene de una tierra lejana en el oriente, la mayoría de las personas han adoptado ese estilo de vida e incluso profesan su misma religión. – Informó Prim. Así que igual practicaban una especie de sintoísmo, las similitudes con Japón eran demasiadas.
- Ahí es nuestro destino. – Alicia señaló al gran castillo que se encontraba en medio, un castillo feudal de la época, ya al verlo, era obvio deducir que es donde reside la princesa de esa tierra.
El carruaje se dirigió hacia ese castillo, la entrada era resguardada por dos guardias los cuales, al ver a las dos princesas, dieron el paso y así ahora iban por el gran jardín de este, se observaba a varias chicas que llevaban un atuendo de sacerdotisa pero este era muy revelador, dejando ver la parte inferior como si de una tanga se tratara mientras que la parte superior se encuentra adornado con colores blanco y rojo, dejando ver parte de sus escotes, una vez llegado a la puerta principal, una de esas sacerdotisas estaba esperando.
- Sean bienvenidas Alicia-sama, Prim-sama, los llevaré a la cámara principal donde se encuentra Kaguya-sama.
- Entendido, igual dejen pasar a mis acompañantes. – Esta hizo una reverencia mientras abría la puerta. – Quédense aquí a resguardar el carruaje.
- Por supuesto princesa. – Las tres soldados hicieron un saludo, así el resto se adentraron al castillo para ver a la princesa, el pasillo era igual que en el exterior respecto al estilo antiguo japonés, ya entonces la sacerdotisa se puso frente a una puerta corrediza la cual abrió, al frente en lo que parecía ser un santuario, se encontraba una chica sentada sobre sus piernas, cabello oscuro corto, su vestimenta igual era de una sacerdotisa pero más adornado, siendo que solo lleva un zarashi cubriendo su entrepierna.
- Alicia, Prim, no esperaba tener una visita de ustedes.
- Es por un asunto importante Kaguya, ahora, si pudiéramos tener algo de privacidad.
- Claro. – Kaguya miró a la sacerdotisa, esta cerró la puerta y se fue de ahí, ahora solo quedaban ellos solos.
- Muy bien, ahora nadie debería molestarnos ¿Qué es lo que desean hablar conmigo?
- Claro… pueden quitárselos. – Así las elfas oscuras se quitaron sus capuchas, al verlas, Kaguya quedó asombrada.
- Es… la reina de los elfos oscuros y su asesina… Alicia, Prim, será mejor que tengan una explicación para todo esto.
- Kaguya-san, ya deberías saberlo. – Exclamó Prim. – El mensaje que envió Celestine-sama.
- Ese mensaje… - Ella soltó un suspiro. – No puede ser algo creíble, enserio que realmente puedan traicionar a la alianza, no puede ser cierto.
- Pero pasó, Feoh sufrió un fuerte ataque y al final… fui traicionada por quien más confiaba, por eso Celestine-sama propuso hacer una tregua temporal con Olga Discordia para luchar contra esta amenaza mayor. – Reclamó Alicia, Kaguya mantuvo su rostro pasivo.
- … Sí es una orden de Celestine-sama, en realidad no puedo negarme… pero sigo desconfiando de todo esto, además de que igual es imposible que ataquen Kamakura, el bosque no es un lugar sencillo para que un ejército grande ataque.
- Es porque pudimos retenerlos y actualmente deben estar recuperando fuerzas, pero sí mi intuición no falla, en todas las ciudades debe haber traidores y agentes secretos de Kuroinu, puede que aquí igual, entre tus cercanos alguno trame algo.
- ¡Eso es imposible! – Exclamó Kaguya con fuerza. – Toda la gente que he reunido aquí, sacerdotisas, soldados, ciudadanos, son gente que ha buscado la salvación y cuidado en mí, no tienen razones para traicionarme, no puedo ignorar que hables así de la gente de Kamakura.
- Kaguya-san, no es nuestra intención. – Prim quiso interceder, en ese momento Olga soltó una risa por debajo, Kaguya la miró.
- ¿Qué es gracioso?
- ¿Realmente crees que toda tu gente es de confianza? No puedo creer lo ingenua que eres.
- Tenía que ser un elfo oscuro… - Había cierto veneno en su voz.
- ¡No insultes así a Olga-sama! – Chloe estaba a punto de hacer algo, en ese momento Alicia intervino con su espada. - ¡Apártate!
- Calmémonos aquí, ya hemos pasado por esto muchas veces. – Ahora Osamu intervino.
- ¿Quién eres tú? Has estado ahí y no te relaciono con nadie. – Exclamó Kaguya, el rubio asintió.
- Me llamo Yoichi Osamu, soy quien ha ayudado a Olga y a las princesas a pelear contra Kuroinu.
- Yoichi Osamu… tu nombre es de mi tierra natal ¿también provienes del oriente?
- Así es, como gente del mismo país, le pido que pueda dejarnos tratar con este asunto, realmente no deseamos sospechar de su gente y que pueda haber traidores, pero deseamos proteger esta ciudad y a su buena gente, en el camino observé que todos viven en paz y prosperidad y deseo proteger eso. – Las palabras de Osamu calmaron a Kaguya, esta soltó un suspiro.
- Muy bien… les permitiré quedarse en el castillo hasta que resuelvan lo que tienen qué hacer aquí, en cuanto a las elfas oscuras, tendrán una habitación con vigilancia, no sé qué puedan hacer.
- Descuida, no pienso hacer nada… a menos que me hagan algo a mí. – Exclamó Olga, Kaguya simplemente frunció el ceño.
- Gracias Kaguya-san. – Sonrió Prim, igual sacando una pequeña sonrisa a la pelinegra. Una vez terminaron, salieron de la sala.
- Debí haberla matado… - Comentó Chloe, Osamu le dio un golpe en la cabeza. - ¡Auch, oye humano!
- No es bueno amenazar a otros, ella igual es una aliada así que es mejor que nos llevemos todos. – Extendió los brazos, la elfa rubia solo chasqueó la lengua.
- Sigue tan amigable como siempre. – Expresó Alicia con sarcasmo. Un par de sacerdotisas marcaron el camino al grupo a sus habitaciones, Olga y Chloe estarían en una habitación y como Kaguya ordenó, se encontraban un par de guardias frente a esta, al ver a ambas elfas oscuras obviamente tenían expresiones de odio, Chloe se mantuvo en guardia mientras Olga estaba tranquila.
- Entonces Osamu, ven a verme cuando quieras. – Expresó la reina antes de entrar a la habitación.
- En serio que me sacan de quicio… - Alicia soltó un suspiro. – Estoy cansada.
- Grace-chan, podríamos descansar igual, tengo curiosidad de probar que dulces hacen acá. – Señaló Anna con una sonrisa.
- Muy bien… aunque deberás comprarlos tú, me están metiendo en el mismo saco que ellas dos.
- Descuida, déjamelo a mí. – Respondió esta con seguridad.
- ¿Qué harás Osamu-kun? – Preguntó Prim al rubio.
- Puede que igual me pasee por la ciudad, Kaguya tiene razón al decir que igual soy de su tierra, puede que vea algunas cosas que conozca.
- Entonces quiero ir contigo. – Ella no dudó en abrazar por el costado al rubio, apretando su pecho bien desarrollado en el brazo izquierdo de este.
- ¡P-Prim, que estás haciendo! – Alicia estaba perturbada.
- Quiero salir con Osamu-kun ¿acaso eso te molesta nee-sama?
- ¿Eh? N-No, para nada. – Obviamente Alicia no aceptaba que su prima estuviera tan de cerca con Osamu, más que nada porque ella estaba algo celosa, la pelirrosa sonrió de forma burlona.
- Jeje… entonces, nos vamos. – Y se llevó arrastrando al rubio, sin que Alicia pudiera hacer nada, esta cayó de rodillas.
- (N-No es justo… yo igual quisiera poder estar así de cerca con Osamu-san…)
Osamu y Prim ya se encontraban recorriendo las calles de Kamakura, la región de Thorn en sí, siendo rodeada de bosques, no parecía un sitio fácil para que se puedan dar ataques de grandes ejércitos, además de que Kuroinu sufrió grandes perdidas al haber fracasado en Feoh, por esa razón podían darse el lujo de descansar.
- Osamu-kun, vamos ahí. – La princesa pelirrosa estaba emocionada al estar con el rubio y este se alegraba de que ella pudiera sonreír y relajarse de ese modo. Creía que con todo lo que ella había vivido anteriormente pudiera haberle afectado de algún modo pero se veía muy calmada al respecto… quizás demasiado. – Esos panes se ven deliciosos.
- Vamos a comprarlos entonces.
Una vez compraron pan, se sentaron en una plaza para comerlos, niños jugaban ahí y el ambiente era bastante ameno, Prim comía como si de una ardilla se tratara, hasta sus mejillas se inflan.
- Que rico~
- Es cierto, hacen un buen pan aquí. – Respondió Osamu, continuaron comiendo un poco más hasta terminarlo.
- Estoy satisfecha… - Prim tenía un rostro de satisfacción mientras se frotaba el estómago. – Aprecio mucho que estés conmigo Osamu-kun.
- No es por nada. – Este sonrió.
- Que más deberíamos hacer, a decir verdad tengo interés en los accesorios de Thorn, ya que hay unos pasadores muy lindos y…
- Prim. – la voz tenue del rubio interrumpió a la chica. – Tenemos qué hablar.
- ¿Hablar? ¿De qué?
- No es necesario que te presiones a ser feliz, puedes confiar en mí. – En ese momento Prim dejó su sonrisa, su rostro se puso negro mientras miraba al suelo.
- … jeje, parece que no puedo engañarte por mucho tiempo.
- Entiendo bien por lo que estás pasando, sigues sin olvidar cuando… disparaste por primera vez.
- Sí… - Prim se miró las manos. – Esa arma que me diste, la cual sirve para arrebatar vidas… matar gente, aunque lo hice en defensa propia, cuando maté a los Mortadella, no sentí nada, hasta dentro de mí pensé que se lo merecían, que simplemente son basura por lo que hicieron, alguien como yo que prefiere la paz, tener ese tipo de pensamientos… no es correcto.
- Prim. – Osamu sujetó a la pelirrosa para abrazarla, eso hizo que se pusiera roja.
- ¡¿Eeeehhhh!? ¡O-Osamu-kun, que haces!
- No digo que esté bien matar, alguien como tú no debería haber vivido una experiencia así, pero tampoco puedes ser alguien que deba vivir siempre protegida, si te estoy enseñando a usar tu arma no es para que mates de forma discriminada, es para proteger a las personas.
- Protegerlas…
- Tu deber como princesa es velar por otros, aunque interceder por la paz es algo bastante bueno y correcto, hay otras formas de protegerlos, pelear por los débiles, sacar valentía para enfrentarte a otros es una gran forma de hacerlo, si deseas recorrer este camino, puedo dirigirte a él.
- … Yo quiero hacerlo, nuevamente lo diré, Osamu-kun… conviérteme en alguien fuerte y confiable.
- Eso haré. – Sonrió, tenía dudas de que Prim quisiera retroceder pero ya ve que es más fuerte y valiente de lo que piensa. – Sigamos paseando un poco más.
- ¡Sí! – Eso ya animó a la pelirrosa e igual le hizo decidirse en algo. – (Osamu-kun realmente se preocupa por mí de forma sincera… no cabe duda alguna de lo que siento… estoy enamorada de él…)
Kaguya se encontraba rezando en el templo, todo lo que sabía y fue informada por Alicia seguía rondando por su mente, pero había algo más.
- (No puede ser… todos aquí, mis sacerdotisas, caballeros, mercaderes, todos confían en mí y me tienen lealtad, no puede haber realmente un traidor entre ellos.) – En ese momento sintió algo, abriendo los ojos, entonces la puerta se abrió, entrando alguien, esta persona tenía todo el cuerpo vendado, solo dejando ver sus ojos y boca detrás de esas vendas, llevando una capucha encima, al verlo, Kaguya se alegró. – Shamhaza.
- Princesa Kaguya. – Este hizo una reverencia, la pelinegra fue hacia él.
- ¿Qué tal? ¿Sigues con tu investigación?
- Claro, aunque no he tenido muchos avances, todo sea por lograr mi sueño.
- Sabes que te apoyo. – Ella pasó sus manos por detrás de su espalda. – Desde que te encontré cuando éramos niños, siempre has sido la persona en la cual más confío y sé que esto lo haces por beneficio de todos.
- Por supuesto, aún tengo mucho qué hacer, solo vine a reportarme.
- Entendido, nos veremos luego. – Shamhaza se fue de la sala y caminó por los pasillos, puso un rostro serio.
- (Kaguya… es realmente ingenua al no saber el verdadero motivo de mi investigación… sí realmente deseo matar a dios, debo de terminar con esto y apoderarme de ella pronto, con mis insectos, la inseminaré para que de luz a la criatura más poderosa, pero antes… debo deshacerme de él.) – Llegó a verlo, sabe que Osamu está en la ciudad y todo lo que ha hecho. – (Si lo que ese mago de Kuroinu me informó es verdad, ese hombre es una amenaza, debo acabar con él antes de poner en marcha mi plan… solo un poco más Kaguya y entonces serás la madre de aquel que matará a dios… lo juro.)
Renga-sama: A Prim no la pienso dejar así débil y que pueda pelear, aunque tampoco quiero que cambie totalmente su personalidad, ya veremos como es que seguirá luchando.
Ya en este cap damos paso a la tierra de Kaguya y con ello será su parte, la llegada de Osamu es un obstáculo a los planes de Shamhaza, ya sabemos el control que tiene sobre sus insectos y lo que piensa hacer con ella, esta parte durará unos cuantos caps, ya verán todo lo que tengo en mente, por el momento eso es todo, hasta el próximo cap. Saludos.
