Bala XVI


Normalmente, en esta época del año, en Japón hacia frio. Pero la temperatura en Roanapur era todo lo contrario, logrando incomodar un poco a Ginji Matsuzaki. Pero solo un poco. Ginji se acostumbraría, él solo necesitaría un par de días más y el calor ya no sería un problema. Sin embargo, su compañero no lo estaba tomando tan bien.

"Esta ciudad es un jodido horno."

Ginji no respondió, simplemente siguió caminando.

Su compañero de exploración era Chaka, un hombre vulgar y violento de mecha corta, que a Ginji no le agradaba en lo más mínimo. De hecho, si él tuviera la oportunidad, preferiría matarlo. Pero como él no sabía inglés, y siendo Chaka el único del Grupo Whashimine que sabía hablar ese idioma, Ginji tuvo que soportarlo, ya que su jefe les ordenó a los dos que exploraran un poco la ciudad.

Él Grupo Whashimine no había hecho el largo viaje de Japón hasta Roanapur para hacer turismo.

Había pasado apenas un año desde la muerte de su anterior líder, pero ahora, el Grupo Whasimine comenzó a tener serias dificultades para mantener sus dominios. Si bien no hubo un enfrentamiento serio y directo con los demás grupos Yakuzas en Japón, si existía cierta cantidad de presión para los Whasimine. Especialmente por parte del Grupo de Kousa, sus mayores rivales.

Por esta razón, el actual líder, Tsugio Bando, había decidido viajar hasta Roanapur para hacer una alianza con los demás grupos Yakuzas que había en la ciudad.

Esos Yakuzas eran grupos independientes, sin lealtades ni relacionado a los demás grupos importantes en Japón. Para Ginji, ellos no eran más que unas basuras que su anterior líder ni se habría molestado en mirar, en cambio, Bando creía que ellos podían ser útiles.

La idea de Bando era arriesgada; tomar a estos grupos independientes bajo su mando. Ginji había sugerido simplemente ir y eliminar a las principales cabezas que lideraban a estos grupos para dispersarlos y absorber a los miembros. Pero Bando rechazó la idea, creyendo que era mejor reclutarlos a todos de manera formal y sin necesidad de un baño de sangre.

De esa manera, Bando pensaba que, si todo salía bien, los Whasimine podrían ganar una importante fuerza para contrarrestar a sus enemigos en caso de ser necesario. Además de ganar un nuevo territorio donde conseguir nuevos negocios y expandirse.

A pesar de que él creía que era una pérdida de tiempo, Ginji también tuvo que ir. Ya que él era el subjefe, además de funcionar como guardaespaldas de Bando al momento de reclutar… y de protegerlo en caso de que el reclutamiento fallara.

Chaka se detuvo de repente, y le dio un golpe en su brazo. Ginji lo miró con una ceja alzada. "Venga, vamos a tomar una cerveza.". -Chaka señalaba con su pulgar un bar. "Mira, se llama Yellow Flag, ese es bar ideal para los japoneses."

"Esas no fueron las órdenes del jefe, no iremos a un bar."

"Oh, así que sí puedes hablar después de todo, grandulón. Relájate, el jefe entenderá que nos desviemos un poco para descansar. No vamos a poder explorar mucho si nos desmayamos en medio de la calle y nos morimos de sed."

"He dicho que no iremos a un bar. ¿Tengo que repetírtelo por tercera vez?"

Él y Chaka se miraron fijamente en silencio, y Ginji pudo notar como el otro hombre llevaba discretamente su mano hacia su arma que tenía colgando en su cintura. Él realmente esperaba que lo hiciera, que Chaka sacara su arma, y así poder matarlo de una buena vez y librarse de ese parasito. Pero de repente, Chaka sonrió y se encogió de hombros.

"De acuerdo, de acuerdo. ¿Pero al menos me dejarías tomar alguna bebida fría? No todos somos tan resistentes como tú, grandote.". -Ginji asintió en silencio. Chaka fue hasta una tienda que había cerca, murmurando algo perfectamente audible. "Tsk, maldito lameculos."

Ginji lo ignoró y aprovechó para inspeccionar un poco el área.

Aunque miró atentamente a su alrededor, él no podía ubicar de donde provenía exactamente esa molestia sensación de ser observado, pero pensó que no debía ser nada grave. Probablemente solo se trabada de algún carterista u otro criminal ordinario, nada de lo que él y Chaka no fueran capaces de encargarse.

Aunque él prefería evitar una pelea, Ginji estaba listo para enfrentarse a cualquiera que viniera buscando problemas.

Él había oído historias de Roanapur; un lugar donde los crímenes que se consideraban atroces en otros países y ciudades, allí eran hechos cotidianos, sin necesidad de alianzas políticas, falsas cortesías, engaños y planes astutos. Un lugar donde la ley solo estaba de nombre, una simple pantalla que apenas cubría la corrupción y perversidad de la ciudad.

Un lugar donde la violencia y la fuerza bruta eran las únicas leyes. A Ginji eso le generaba conflictos, porque le gustaba como sonaba, pero también lo odiaba por las mismas razones.

'Roanapur, el auténtico paraíso criminal.'. -Pensó Ginji, viendo como Chaka regresaba con una lata de cerveza en su mano. 'Qué lugar tan horrible y maravilloso para vivir.'

"¿Todo listo?". -Preguntó él.

Chaka asintió. "Así es, ahora sigamos moviendo el culo. Quiero ir al barrio rojo, suponiendo que esta pocilga tenga uno, y ver si podemos encontrar algún prostíbulo."

Ambos se marcharon del lugar, sin darse cuenta de que alguien los observaba, oculto, cierta distancia de ellos y con una cámara en sus manos.


"Así que…". -Dijo Balalaika, observando las fotografías que le entregó su sargento, Boris." ¿Quién diablos son estos tipos?"

En la primera mostraba a un grupo de hombres bajando de un barco en los muelles de la ciudad. En una segunda, el mismo grupo estaba ingresando a un hotel. En la tercera, el grupo al parecer estaba almorzando en un restaurante. En la cuarta y última fotografía, dos de esos hombres estaban caminando por las calles.

"Aún no lo sabemos, Kapitana.". -Respondió Boris. "Llegaron esta mañana y desde entonces, se han limitado a quedarse en el hotel donde se alojan. Hemos intervenido sus teléfonos, pero como son japoneses no pudimos entender nada de lo que ellos decían...". -Él se encogió de hombros. "O tal vez ellos sean chinos o coreanos, no lo sé, todos hablan y se ven igual."

Balalaika ignoró el racismo de su sargento. "Otros Japonskis, ¿eh?". -Ella prestó atención a la última fotografía. Ese hombre era enorme, y tenía cara de pocos amigos. "No tienen pinta de ser unos turistas."

"Aunque tampoco son miembros de los grupos Yakuzas que hay en la ciudad, ninguno de ellos es un rostro conocido. Es posible que sean nuevos miembros o un nuevo grupo Yakuza."

"Haciendo qué?"

"Aún no lo sabemos, pero tenemos a gente lista para investigar sus actividades una vez que ellos comiencen a moverse."

"…Esto no me gusta nada, sargento."

"A mí tampoco, Kapitana."

Balalaika hizo un ruido sordo en la garganta, como si fuera un animal. ¿Era posible que, debido a su poca actividad durante estos días, esos amantes del pescado crudo pensaran que ella ya no estaba operando en la ciudad y ahora había un nuevo puesto libre? O tal vez se trataba de los propios Yakuzas de Roanapur que trajeron a más de los suyos…

En cualquiera de los dos casos, ellos se iban a llevar una pequeña y sangrienta sorpresa. Pero Balalaika contuvo su sed de sangre, no había necesidad de iniciar una guerra a pequeña escala sin tener pruebas de que esos Japonskis planearan instalarse en su ciudad.

"De acuerdo, por el momento quiero saber todo sobre ellos.". -Dijo finalmente Balalaika. "Quiero saber sus nombres y a que se dedican. Si van al baño, quiero saber si se lavan las manos."

Boris hizo una mueca. "…Eso es asqueroso."

"No lo decía de manera literal, idiota. Quiero decir que los mantengan bajo estricta vigilancia."

"Oh, sí, por supuesto."

"Y también quiero que envíes a alguien a buscar a Rock, es momento de ponerlo a trabajar para pagar su deuda, su ayuda nos vendrá bien para poder comunicarnos con nuestros nuevos amigos.". -Boris no dijo nada y se removió incomodo en su lugar, haciendo que Balalaika lo mirara con una ceja alzada. "¿Qué pasa?"

"Um, bueno, la cosa es… no sabemos dónde encontrar a Rock."

"…Qué?"

"Bueno, sabemos que él regresó a Roanapur hace poco, pero no podemos dar con su ubicación."

Balalaika lo miró inexpresivamente. "Tenemos agentes que son capaces de intervenir teléfonos, vigilar e investigar prácticamente a cualquier persona de esta jodida ciudad, ¿pero no somos capaces de encontrar a un japones y dos mocosos que se visten de manera extraña?"

"Sí, quiero decir, hemos estado rondado por la ciudad y preguntándole a muchas personas al respecto, pero nadie sabe dónde él vive.". -Explicó Boris. "De hecho… sospecho que no quieren contárnoslo debido al miedo."

"Tsk. ¿Miedo, pero de qué? Si ese hombre es incapaz de matar a una mosca, no puedo imaginarme a Rock amenazando a la gente para que no divulguen donde él vive.".

"Nunca dije que le tuvieran miedo a él.". -Replicó Boris, que de repente se puso un poco pálido. "Y nuestros hombres tampoco no estarán muy entusiasmados con la idea de buscar a Rock."

Entonces, Balalaika lo entendió. Seguramente fue obra de esos mocosos, Hansel y Gretel, ellos debieron asegurarse de que la ubicación de ellos y Rock sea un misterio. Ella se sintió molesta, tanto por la gente como por sus hombres, pero no podía culparlos por temerle a esos mocosos creadores de desastres.

Balalaika suspiró cansadamente, ella tendría que solucionar el trauma de sus hombres hacia los gemelos antes de que eso se convirtiera en un problema aún mayor. "Correcto, en ese caso, ve tú a buscarlo. Creo recordar que él trabaja en el vulgar bar de Bao, Yellow Flag. Si Rock no está allí, Bao debería saber dónde encontrarlo."

"…Aunque tampoco quiero ir a buscarlos."

"Sí, no me importa lo que quieras."

"Pero-!"

"A nadie le importa lo que quieras, sargento. Ahora cumple con tu papel de personaje secundario y ve a buscar a Rock."


Rock estaba feliz de regresar a su trabajo. Habían pasado solo un día desde que el Black Lagoon regresó a Roanapur, y luego de tomarse otro día más para descansar, Rock finalmente volvió a The Yellow Flag.

Él estaba aliviado de poder desligarse de todas esas locas situaciones de vida o muerte en las que se vio involucrado durante estos días, Taiwán fue una experiencia demasiada intensa para él. Además, las palabras de Revy, lo que ella le dijo momento antes de atacar el buque carguero, aun resonaban en su mente.

Y lo muy acertada que ella estuvo asustó un poco a Rock. Sí, él decidió que lo mejor era separarse de toda aquella locura e intentar mantener un estilo de vida más o menos tranquilo…

'Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo.'. -Pensó Rock, sin preocuparse de que una botella de cerveza pasara rozándole el rostro y terminara estrellándose contra la pared detrás suyo, rompiéndose en pedacitos que él más tarde tendría que limpiar.

Un grupo de borrachos habían comenzado a discutir por una tontería y la discusión rápidamente ascendió a una pelea entre ellos. Otro cliente pensó que era buena idea intervenir para detener la pelean, pero lo hizo partiendo una silla en la espalda de uno de ellos.

Y casi como si fuera una señal, al menos seis personas más comenzaron a agarrarse a golpes, haciendo volar sillas, mesas y todo lo que hubiera en su camino. Bao, horrorizado, salió corriendo hacia ellos para intentar detenerlos a base de gritos. Él tenía un arma cargada, y que seguramente funcionaria como una herramienta para disuadir una pelea mucho mejor que gritar…

Pero Bao temía disparar al aire y que la pelea se convirtiera en un tiroteo, y que ese tiroteo de alguna manera acabara destruyendo su bar. A Rock eso le pareció lo más sensato que pudo oír de la boca de Bao desde que él comenzó a trabajar allí."

Rock al principio se había aterrado cuando ocurrían estos repentinos incidentes, pero él se había acostumbrado con el tiempo. Y después de todo lo que había tenido que pasar hasta ahora, la hora feliz en Yellow Flag ya no le parecía tan aterradora.

Él escuchó como Revy soltaba una carcajada, claramente ella estaba disfrutando de ese desmadre. Ella había llegado un poco antes de que se desatara la pelea, solo para que Rock pudiera confirmar que ella era una auténtica imán de problemas. Él solo esperaba que ese fuera el único problema que Revy causara hoy.

"Ahh~, extrañaba esta mierda.". -Dijo Revy, luego de calmarse, pero con una gran sonrisa en su cara. "¿No vas a intervenir?"

Rock levantó la mirada justo para ver como un hombre caía al suelo para que, inmediatamente después, otro hombre se le subiera encima y tratara insistentemente de meterle en la boca un tarro vacío de maní.

La pelea ahora se trasladaba a la entrada del bar. Bao había cambiado de táctica y ahora pasó de intentar detener la pelea, a alentarla. Y, sorprendentemente, Bao estaba logrando poco a poco que los borrachos salieran a la calle para resolver su problema, evitando que la pelea se expandiera por todo lugar.

"Nop". -Dijo Rock, regresando a su tarea de limpiar la barra, ignorando los gritos y ruidos de golpes. "Bao me paga por solo para servir bebidas, no para detener peleas de borrachos."

Aunque Bao también le hacía limpiar el local, lavar y secar vasos, y cualquier otra tarea que normalmente le correspondía a él. Pero Rock no se quejaba, excepto cuando le tocaba limpiar el baño, porque eso le daba algo que hacer, además, le pagaban.

Pero meterse en una pelea de borrachos y arriesgarse a que le pegaran un tiro, o lo apuñalaran, estaba fuera de discusión. Rock se había mantenido firme al respecto, logrando que Bao lo aceptara a regañadientes…y que el dueño del bar lo llamara marica.

"Hombre, que aburrido eres. ". -Dijo Revy, dando unos golpecitos con su dedo a su vaso vacío, indicándole su deseo de una nueva ronda. "¿En dónde quedó ese tipo maniático que hizo explotar una jodida prisión y un buque carguero?"

"Se quedó en Taiwán, y sinceramente, espero que él no vuelva.". -Respondió Rock, mientras le servía whisky añejo. Revy siempre pedía la cerveza más fuerte y barata, pero ahora que tenía dinero de sobra, ella no estaba siendo nada tacaña. "Prefiero mi estilo de vida aburrido y tranquilo."

"¿Por qué? No me vas a decir que te gusta pasarte todo el jodido día aquí, viendo a los borrachos pelear, y siendo el esclavo de Bao."

"No realmente, pero es un trabajo, el único trabajo decente que pude encontrar en esta ciudad que no estuviera relacionada con el crimen. Aunque después de todo lo que he hecho, ahora mismo eso me da un poco igual."

"Sobre eso…". -Revy vació nuevamente su vaso de un trago. Ella sacudió su cabeza, la bebida era deliciosa pero ardiente. "Yo lo he estado pensando durante todo el viaje de regreso y…bueno…"

Rock alzó una ceja, no era propio de ella dudar tanto para decir algo. "Escúpelo, Revy."

"¿Quieres trabajar con nosotros en el Black Lagoon?"

"Con' trabajar' te refieres a…?"

"Ser un miembro oficial de nosotros, ya sabes, no solo estar de paso como la última vez.". -Dijo Revy, inspeccionando seriamente el fondo de su vaso vacío. "La paga depende del trabajo que hacemos, pero usualmente hacemos negocios grandes. Dutch te dará una cama, comida y una buena dosis de aventuras…. también para tus niños, es un buen trato."

Rock no respondió, solo se le quedó viendo, mientras su cerebro procesaba la información. Él realmente no se esperaba eso, pero sonaba bien. Muy bien. Y por un largo instante, Rock estuvo muy tentando en aceptar. Pero entonces, Rock pensó en todos los riesgos innecesarios, y estúpidos, que tomó en Taiwan.

Rock pensó en que él casi termina arrastrando a los gemelos hacia la muerte….

Cuando se suponía que él debía ayudarlos a encontrar un lugar que no estuviera rodeado de oscuridad, sangre y balas. Esa había sido la principal razón de que los gemelos ahora estuvieran con él, y ahora él no podía simplemente olvidarse de eso solo porque le pareciera divertida la idea de convertirse en un pirata aventurero.

Frente a él, Revy se removió inquieta en su asiento. "Y bien?"

"E-Es una oferta atractiva". -Dijo finalmente Rock, sin poder evitar tartamudear un poco.

"…Presiento que viene un 'pero'."

"Pero, debo rechazarla.". -Revy aún no lo miraba, sus ojos seguían clavados en su vaso vacío. Ahora ella apretaba los labios para formar una delgada y poco feliz línea en su rostro. "Lo siento, Revy, la vida de un pirata me parece realmente genial y emocionante… pero no es para mí."

"Tsk.". -La decepción de ella pareció ser genuina, y a Rock le dolió verla así, pero Revy se recuperó rápidamente. "Está bien, lo que sea. Pero si alguna vez cambias de opinión, la oferta sigue en pie."

"Y si alguna vez tu necesitas a un traductor que suelte pendejadas, no soy difícil de encontrar.". -Rock sonrió y le tendió la mano.

Revy lo miró por un momento, luego asintió y estrechó su mano. "Trato hecho."

"…Sí que tienes unas manos pequeñas, ¿eh? Me preguntó como diablos haces para matar gente usando estas cositas."

"Ya suelta mi mano, pendejo.". -Respondió Revy, pero sin apartarse.

"Solo si tú lo haces primero."

"¿Qué eres, un jodido niño de cinco años?"

"No veo que estes soltando mi mano…"

En ese momento, todo el bar quedó repentinamente en silencio. Ellos dos se voltearon a ver, curiosos, y se encontraron con el sargento Boris, parado en la entrada del bar. La pelea había terminado inmediatamente cuando él apareció.

"Rock.". -Dijo Boris, su voz era perfectamente audible en todo el bar. "La Kapitana solicita tus servicios."


"Una racha de dos días completos sin incidentes… ¡dos días!". -Se quejó Rock, cruzado de brazos de manera casi infantil. "Sabia que esto pasaría. Cuando te vi entrar al bar dije 'Oh, mierda, aquí vamos otra vez' Y no me equivoqué, el imán de tormentas de mierda ataca de nuevo."

"Vete a la mierda Rock.". -Replicó Revy. "Esta vez la tormenta de mierda vino directamente hacia a ti, yo no tuve nada que ver."

"¿Y cómo explicas que, durante los dos días en los que no estuviste cerca de mí, no me vi involucrado en ningún problema hasta ahora?". -Rock la miró con una ceja alzada. "Nena, entraste al bar y literalmente comenzó una pelea."

"…Eso pasa todo el tiempo, y no me llames nena."

Los cinco, Rock, ella, el sargento Boris y los gemelos, se dirigían hacia el Hotel Moscú en el auto de Benny. Ella era la que conducía, mientras Rock iba en el asiento del acompañante. Boris tuvo que ir en el asiento trasero, flanqueado por los gemelos. Hansel estaba en lado derecho y Gretel en el izquierdo.

Y ninguno de los dos decía una sola palabra, ambos simplemente observaban al sargento en silencio, con sus cabezas ladeadas ligeramente. Boris mantenía su vista hacia el frente, con las manos plantadas firmemente sobre su regazo, en un intento de ignorar a los gemelos. A Revy aquella situación le recordó a cuando un gato evalúa a su presa antes de matarla con indiferencia.

Ella sintió un poco de lastima por el pobre tipo. El punto bueno, era que el Hotel Moscú no estaba muy lejos del bar…. Aunque puede que ella haya tomado el camino más largo y diera unas cuantas vueltas innecesarias para llegar ahí, pero Boris no necesitaba saber eso.

Ese imbécil se lo merecía por llegar de repente e interrumpirla a ella y a Rock cuando ambos estaban… ¿Haciendo qué exactamente? Revy no lo sabía, aunque ella tenía más o menos una vaga idea en mente, pero eso…

"Entonces, ¿de qué se trata todo esto, Sarge?". -Preguntó Revy, para sacarse eso de la cabeza. "Qué carajos quiere Sis con el pendejo de Rock?"

"Eso es información clasificada.". -Respondió Boris, inexpresivo. "De hecho, solo Rock y los gemelos deberían estar dirigiéndose al Hotel Moscú en estos momentos, no tu."

Revy sonrió maliciosamente. "En serio? Como que me dieron ganas de pegar otra larga vuelta más..."

"E-Espera, por favor, te lo diré, ¡te lo diré!". -Boris se quebró al instante. Él no sería capaz de soportar durante más tiempo las aplastantes y silenciosas miradas de los niños. "Hoy llegaron un grupo de desconocidos amantes del pescado crudo- "

"¿Amantes del pescado crudo?". -Interrumpió Rock, volteándose a verlo con una ceja alzada. "¿Qué diablos…?"

"La Kapitana llama de esa manera a todos los Japonskis… aparte de también llamarlos Japonskis, por supuesto."

"Oh. ¿Eso quiere decir que ella a mí también me llama de esa manera?"

"Sí."

Rock frunció el ceño y regresó su mirada hacia adelante. "Esa perra."

"Como decía, hoy llegó un nuevo y desconocido grupo de amantes del pescado crudo. No sabemos quiénes son ni tampoco lo que están tramando, ya que son amantes del pescado crudo y no podemos entender nada de lo que dicen, pero la Kapitana sospecha mucho de ellos y quiere obtener información de ellos antes de hacer algo."

"¡Deja de decir 'amantes del pescado crudo', maldita sea! ¡Los japoneses no comemos pescado crudo!"

"Pero ¿qué hay del sushi?". -Replicó Boris.

"…La mayoría de los platillos sushi no son pescados crudos."

"Ah, pero entonces sí admites que los japoneses se comen los jodidos pescados crudos, ¿no?". -Insistió el sargento, él se había puesto hablador de repente.

"¡B-Bueno, eso-!"

"En pocas palabras…". -Dijo Revy, interrumpiendo la conversación sobre si el sushi era o no pescado crudo. "Sis planea usar a este pendejo para saber quién carajos son esos tipos antes de lanzarse al ataque?"

"Algo así. El trabajo de Rock solo será de traducir lo que ellos dicen, nosotros ya nos encargamos de intervenir y grabar todas sus conversaciones por teléfono. Y puede que también la Kapitana use a Rock para comunicarse con ellos en caso de ser necesario."

"Ja, igual que en la jodida Taiwán."

Rock sacó un cigarrillo y lo encendió, él se había puesto un poco nervioso por su anterior discusión con el sargento. "Sí, igual que en la jodida Taiwán."

"¿Qué pasó en Taiwán?". -Preguntó Boris con curiosidad.

"Nada importante. Solo fui a trabajar como traductor, y terminé arrastrándome por unas alcantarillas repletas de mierda, haciendo explotar una prisión y también haciendo explotar a un buque carguero.". -Respondió Rock. "Ya sabes, lo normal."

"Amigo, ¿Qué demonios…?". -El sargento estaba claramente sorprendido. "En cualquier caso, este trabajo no será nada como eso…. Probablemente."

Rock claramente no estaba feliz con la dudosa afirmación de Boris. Sin embargo, Revy no pudo evitar sonreír. Ella nunca iba admitirlo en voz alta, y mucho menos frente a él, pero ella estaba un poco entusiasmada de ver en qué otra locura se metería Rock esta vez. 'Esto será emocionante.'