Bala XVIII
Rock finalmente había acabado con su trabajo. La traducción de las escuchas al idioma ruso para Balalaika estaba completa. Luego de llamarla para informarle eso, Balalaika ordenó que se lo llevara a su oficina. Una vez más, Revy lo acompañó al Hotel Moscú. Y una vez más, los gemelos se quedaron con el sargento Boris.
El hombre le dirigió una triste mirada, casi pareciendo que iba a llorar. Rock estuvo a punto de cambiar de opinión, pero Revy lo jaló del brazo y lo obligó a seguir adelante. Sería duro para el sargento, pero él tendría que resistir.
Después de leer en silencio durante unos minutos, Balalaika soltó un cansado suspiro.
"Bueno, esto es una mierda.". -Dijo ella, dejando caer la libreta sobre su escritorio. "Pero al menos confirma lo que tanto sospechaba. Estos hijos de la gran puta pretenden instalarse en mi ciudad."
"Entonces, ¿Cuál es el siguiente paso?". -Preguntó Rock, aunque por la expresión sombría de la mujer, él podía adivinar lo que vendría a continuación.
Balalaika no lo decepcionó. "No es obvio? Voy a mostrarles a esos cabrones que eso no les será tan fácil."
"No creo que sea necesario ir directamente al ataque. Ellos no buscan problemas contigo ni con ninguna otra…fauna local en Roanapur. Solo están reclutando gente para fortalecer su grupo."
"Y tú quieres que les permita hacer eso?". -Preguntó Balalaika, mirándolo como si le hubiera crecido otra cabeza. "¿Quieres que permita a esta plaga extenderse por toda mi ciudad, y que se vuelvan una maldita competencia? ...No sé si eres demasiado tonto u ingenuo, Rock."
"Tal vez ambas cosas.". -Comentó Revy, recibiendo una mirada inexpresiva de Rock. "¿Qué? Es la verdad."
"Lo que intento decir…". -Dijo Rock, regresando su atención a Balalaika y usando su mejor tono de voz diplomático. "Es que los Washimine no tienen que ser necesariamente una competencia, podrían ser unos aliados."
Balalaika resopló. "Y yo para qué diablos quiero como aliados a estos amantes del pescado crudo?"
"Bueno, estos tipos están desesperados por defender sus territorios en Japón, tanto que tuvieron que venir hasta aquí para hacer alianzas. Lo de instalarse en Roanapur es solo un objetivo secundario- "
"Ve al grano, Japonski.". -Interrumpió Balalaika, haciendo un gesto con su mano. "Me estas impacientando con tu palabrería y tengo cosas mejores que hacer, como preparar el asesinato de esos intrusos."
"Está bien.". -Dijo Rock, sintiendo que la negociación se le escapaba. "Pienso que sería una buena idea establecer contacto con ellos y ofrecerles una alianza para hacer negocios con ellos."
Rock tragó saliva, esperando que no se notara lo nervioso que estaba. Él estaba haciendo una apuesta arriesgada, de nuevo, basándose únicamente en lo poco que sabía de la personalidad de Balalaika, o de lo que creía saber.
Afortunadamente, ella mordió el anzuelo. "¿...Qué tipo de negocios exactamente?"
Rock tuvo el atrevimiento de sonreír. Definitivamente, él se sentía más cómodo tratando con Balalaika que con Chang. Él al menos podía leer un poco a Balalaika y sus intereses, en cambio, Chang era como una especie de piscina sin fondo.
"Ofrece tus servicios para combatir a sus rivales en Japón, los Kousa, y permite que ellos se instalen aquí. A cambio, ellos te podrían proporcionar un pase libre hacia Japón para expandir tu influencia allí.". -Respondió Rock, sin dejar de sonreír. "Has estado mucho tiempo inactiva, ¿no crees que esta es una oportunidad perfecta de ponerte en acción otra vez, Kapitana?"
"Él tiene un punto allí, Sis.". -Intervino Revy. Extrañamente, a favor de la solución pacífica. Rock esperaba que ella optara más por ir directo a la guerra, pero él no iba a ponerse a discutir con ella en ese momento tan crítico. "Es mejor hacer negocios y obtener dinero, en vez de matarse estúpidamente los unos a los otros."
Balalaika parpadeó. "Que sorpresa, Two Hands, creí que tu preferirías la segunda opción."
"Admito que me encanta ver sangre derramada, pero me gusta más el dinero. No puedo emborracharme ni hacer negocios con sangre, la mayor parte del tiempo, y tú tampoco."
"Ya veo… pero realmente me importa una mierda tus consejos."
"Tsk. No es un consejo, perra, a mí me importa un carajo si quieres ir a la guerra con esos tipos o no. Simplemente estoy diciendo que la idea de Rock no me parece absurda.". -Replicó Revy, cruzándose de brazos. "Rock no te diría toda esa mierda, si él no estuviera seguro de que esa alianza se pueda lograr."
"Y tu confías en su palabra?"
"Crees que hablaría a su favor si no lo hiciera? Además, todos los planes de Rock han funcionado hasta ahora…". -Revy se encogió de hombros. "Bueno, más o menos."
"¿A qué te refieres con 'más o menos'?". -Preguntó Rock.
"Recibir un disparo de una escopeta no puede formar parte de ningún jodido plan."
"Oh, eso es lo que tu piensas.". -Replicó Rock. Ella lo miró con dudas, sin saber si él estaba hablando en serio o no. Él la miró inexpresivamente. "Estoy bromeando, ¿está bien?"
Mientras ellos hablaban tonterías, Balalaika los miraba dura y fijamente, en silencio, pero parecía que ella estaba considerando la propuesta. Rock sabía que este era el momento de la verdad, sí él tenía éxito en esta parte de su plan, podría evitar una guerra de pandillas. Si no, bueno…él y los niños tendrían que lidiar con una guerra de pandillas.
"De acuerdo, hazlo a tu manera, Rock.". -Dijo Balalaika, después de un largo silencio. "Tienes una oportunidad, solo una."
Rock hizo un duro esfuerzo para contener un suspiro de alivio. "Sí, por supuesto. No te fallaré."
"Por tu bien espero que así sea.". -Balalaika sacó uno de sus cigarros y lo encendió. "Contacta con tus nuevos amigos y cuéntales tu propuesta. Pero te lo advierto ahora, si ellos se niegan a esta alianza, los mataré a todos…". -Balalaika esperó un momento para que sus palabras causaran efecto. "¿Me he explicado bien?"
"Sí."
"Excelente. Ve con el sargento Boris, él te dará toda la información que necesites para encontrar a tus nuevos amigos."
Rock no necesitó que se lo repitieran dos veces. Él salió rápidamente de la oficina, seguido por Revy, preguntándose como carajos podría convencer a un líder Yakuza de colaborar con los rusos.
Bando se había reunido con un nuevo líder Yakuza de la ciudad, el cuarto. Un tal Shinozuka o algo así, a Ginji no le importaba lo suficiente como para recordar su nombre. Bando, tal vez cansado de repetir lo mismo tantas veces en el día de hoy, decidió ir directamente al punto y contó su razón de viajar hasta Roanapur
También, Bando le dijo su propuesta de una alianza entre ambas organizaciones. Sin embargo, ese líder Yakuza decidió rechazar la oferta de Bando. La promesa de un nuevo territorio y negocios no fue suficiente como para convencer al hombre, al igual que los otros lideres Yakuza con los que ellos se habían reunido.
Ginji ya sabía cómo iba a acabar todo esto.
"Lo que es tan gracioso acerca de esto.". -Dijo Shinozuka. Tres guardias estaba parados junto a él. "Es que pensaste que podrías convencernos escupiendo puras palabrerías. Supongo que la única pregunta ahora es que voy a hacer con ustedes. ¿Mandar lo que quede de sus cuerpos a Japón, o simplemente dejar que los peces se encarguen de ustedes?"
"No hay necesidad de ponernos violentos.". -Dijo Bando con una leve sonrisa en su rostro, sentado en un sillón que tenía la oficina. "Estoy seguro de que podemos llegar a un acuerdo. Incluso estoy dispuesto a ofrecer una importante suma de dinero si eso ayuda a que se pasen a nuestro lado."
"Cállate.". -Gruñó el otro hombre. "Cualquier acuerdo que tengas planeado, puedes metértelo en el culo, Gaijin."
La sonrisa de Bando se borró. "Respuesta equivocada.". -Dijo él. "Mátalos, Ginji."
Ginji, quien estuvo todo el tiempo parado detrás de su jefe, dio un paso al frente mientras desenfundaba su espada. Y en un impresionante movimiento al unisonó, los tres guardias del jefe Yakuza sacaron sus pistolas. Ellos dispararon. La espada de Ginji soltó chispas al bloquear los proyectiles y desviarlos directamente de regreso hacia los tiradores.
Los tres guardias cayeron al piso, muertos. Todo pasó en tan solo segundos.
Shinozuka quedó paralizado, incrédulo, con sus ojos bien abiertos frente a la repentina e inesperada matanza. Ginji esperó, viendo como el hombre frente a él pensaba a toda velocidad si debía luchar o huir. Entonces, para sorpresa de Ginji, el hombre decidió luchar y sacó su propia pistola. Pero Ginji solo necesitó ese instante de distracción para cortar la distancia entre ellos.
Con un barrido de su espada hacia abajo, Ginji cortó la mano de Shinozuka, la que sostenía su arma. Y torciendo su muñeca ligeramente hacia la derecha, uso ese mismo impulso para cortar uno de sus pies. El hombre cayó de rodillas, él solo pudo soltar un corto grito de dolor antes de que Ginji lo silenciara al decapitarlo.
Una pequeña neblina sangrienta quedó flotando en el aire.
"Bueno, eso fue decepcionante.". -Dijo Bando, suspirando cansadamente. "Creo que esto es todo por hoy. Lo intentaremos mañana."
Ginji guardó su espada y se volteó a ver a su jefe. "¿Hasta cuándo seguiremos con esta estúpida pérdida de tiempo?"
"El tiempo que sea necesario. Debemos ser pacientes, solo llevamos un día aquí, maldita sea. Tiene que haber unos grupos de Yakuzas que acepten nuestra propuesta de una alianza."
"De verdad crees eso? Porque este ya es el cuarto grupo que eliminamos, jefe.". -Replicó Ginji. "¿Hay alguna diferencia en esto, a mi idea original?"
"La parte en la que no vamos directamente a matarlos a todos?"
Ginji extendió sus brazos a ambos lados para señalar a los cadáveres de la oficina. "Pero estamos matando a todos."
"De acuerdo, lo admito, tal vez… tal vez todo no está saliendo como lo tenía planeado, ¿está bien?". -Bando se apretó el puente de su nariz, Ginji reconoció ese gesto de su jefe. Bando estaba cada vez más cabreado. "Pero justamente por eso es que necesito que me apoyes, Ginji."
"Pero lo hago, ¿o porque diablos crees que te seguí hasta aquí, a pesar de que sabía que esto era una pésima idea?"
"Entonces te agradecería que no que cuestionaras mis malditas decisiones."
"No cuestionaría nada si tus decisiones me parecieran correctas.". -Ginji alzó una ceja. "¿O a ti te parece correcto estar suplicando ayuda de rodillas, igual que una perra?"
"¿Crees que esto es fácil para mí!?". -Exclamó Bando, poniéndose de pie y señalándolo con su dedo. "Tú no sabes un carajo sobre lo difícil que es tomar decisiones y cargar con el peso del liderazgo, así que deja de actuar como si tuvieras todas las respuestas, como si supieras que hacer."
"Entonces, si todo te parece tan difícil, jefe…". -Ginji casualmente llevó su mano hacia la empuñadura de su espada. "Tal vez ya no seas apto para seguir siendo el líder de los Washimine."
"Eso es una amenaza?"
"Tú que crees?"
Se produjo un tenso silencio, ambos intercambiaban miradas. Si Ginji decidía atacar ahora, entonces la única opción de Bando para sobrevivir, sería la de matarlo primero. Pero ambos sabían que él no tenía muchas posibilidades de lograr eso.
Entonces, las puertas de la oficina de abrieron de repente, un sonriente Chaka entró en la oficina. Él parpadeó un par de veces al ver la tensa atmosfera. "De acuerdo… ¿Estoy interrumpiendo algo?"
Bando miró a su otro subordinado. Ginji no sabía si su jefe estaba molesto u aliviado por la interrupción. "No, no hace falta, ya terminamos aquí. ". -Dijo Bando finalmente. "Las negociaciones fallaron…"
Chaka resopló. "Sí, ya me di cuenta de eso."
"Vamos, tenemos que encargarnos del resto."
"No hace falta, jefe. Maté a todos los demás en cuanto escuché los disparos.". -Respondió Chaka, volviendo a sonreír. "Soy así de genial."
"De acuerdo, buen trabajo… los dos. Nos retiramos al hotel.". -Bando no esperó respuesta y se marchó de la oficina. Chaka lo siguió, ignorando el hecho de que evitó una pelea entre sus lideres.
Ginji negó con la cabeza, pero también los siguió.
Había sido un día agotador, ahora él solo quería descansar. Y también quería llamar a Yukio para saber que tal estaba ella.
Después de la pequeña reunión con Balalaika, Rock había pedido regresar al Yellow Flag para explicarle a Bao su repentina partida en medio del trabajo. Revy no tuvo problemas con eso, ya que le vendría bien tomar uno tragos en este momento.
Revy estaba un poco desconcertada después del resultado que hubo en la oficina de Balalaika.
Ella había estado esperando algún plan loco de Rock para salirse de este nuevo problema, pero no una respuesta tranquila y conciliatoria. Y el bastardo había logrado convencer a Balalaika no iniciar una guerra. No había pasado algo similar desde que Dutch detuvo el enfrentamiento entre Chang y Balalaika hace varios años atrás.
Cualquier otro hubiera aprovechado la oportunidad para ganarse el favor de Balalaika, o al menos obtener un poco de fama o dinero. Diablos, incluso ella habría hecho lo mismo. Pero él no. Rock no buscaba ninguna de esas cosas, tampoco había se esforzaba convertirse en algún señor del crimen, como muchos otros que sí lo hicieron al llegar a Roanapur.
No, por supuesto, Rock nunca podría llegar a ser un jefe criminal. Él no tenía la avaricia y deseos de poder, ni tampoco tenía los ojos vacíos y carácter totalmente desalmado que ella había visto con frecuencia en personas como Chang, Balalaika, o incluso en ella misma. Lo único peligroso en Rock, aparte de su pésima suerte, era su astuta lengua de plata y su facilidad para hablar pendejadas.
Y Revy se dio cuenta de que eso le gustaba. Pero eso también le genera conflictos, porque cuando ella quería algo que le gustaba, dinero, alcohol, armas, etc, ella simplemente lo tomaba, a la fuerza de ser necesario. Pero eso no seria tan simple en este caso.
De nuevo, todo lo relacionado con Rock era difícil.
"Toma.". -La voz de Rock interrumpió sus pensamientos, que ella disipó rápidamente, y lo vio entregarle un nuevo vaso lleno de alcohol. "La casa invita."
Revy se mordió el interior de su mejilla, solo esperaba que él no la hubiera visto toda embobada. "¿Ya aclaraste las cosas con tu amo?"
"Sí, tendré que limpiar el baño más seguido, pero Bao me dio permiso de ausentarme, de nuevo, por un tiempo indefinido hasta solucionar esta mierda.". -Dijo él. "Aunque Hansel tendrá que quedarse para cubrir mi lugar."
"Y el mocoso lo aceptó así de fácil?"
"Bueno, él está un poco cabreado. Así que ahora Hansel se quedará con parte de mi paga como compensación, y voy a necesitar que me digas donde esta encontrar esa iglesia que vende armas, ya que Hansel también quiere algunos nuevos juguetes que hacen 'bang'. Y si se los doy a Hansel, también tengo que dárselos a Gretel, o ella se cabreará conmigo."
Revy apretó su mandíbula para contener un rotundo diablos no. Decirle a Rock donde estaba la iglesia Ripoff significaba dejarlo acercarse a la zorra de Eda, y eso no iba a pasar. No si ella no iba junto a él para mantenerlo lejos de las garras de Eda. "Sí, después te lo diré…"
"Por cierto, gracias por el apoyo de hace rato. No creo que hubiera podido convencer a Balalaika sin tu ayuda."
"Me salvaste la vida en Taiwán, es lo menos que podía hacer.". -Dijo ella, mirando hacia otro lado.
"Aunque yo esperaba recibir una lata de Pepsi."
"Si tienes tiempo para soltar en pendejadas, seguramente ya tienes un plan con respecto a esos Yakuzas."
"Mas o menos, pero el problema está en encontrar a estos tipos.". -Rock soltó un suspiró. "El sargento Boris me dijo que, desde que llegaron esta mañana, ellos ya se han cambiado de hotel unas cuatro veces en diferentes partes de la ciudad. No se quedan en el mismo lugar durante mucho tiempo, excepto…"
"¿Qué?"
"Hay uno de ellos, un hombre rubio, que visita con bastante frecuencia el club de striptease de ese tal Rowan.". -Rock sonrió. "Él lo ha hecho unas diez veces… seguro que es un lugar divertido."
Revy no estaba sorprendida de eso. Después del bar de Bao, el club de Rowan era el establecimiento más popular de la ciudad. La música sonaba a todo volumen, había luces parpadeantes de diferentes colores, y la decoración era bastante bonita. Y lo más importante, aparte de vender todo tipo de películas pornográficas, eran las chicas sexys bailando con poca o directamente ninguna ropa.
Incluso había jodidos espectáculos de S/M…en los cuales ella había participado varias veces. Tanto por negocios como por placer.
"Vas a ir allí, ¿cierto?"
Rock asintió. "Es lo único que me queda. La señorita Balalaika no me dio una fecha límite o algo así, pero tampoco puedo perder tiempo al ir paseando por toda la jodida ciudad en busca de esos tipos."
Lo que Rock decía le parecía razonable, aun así, ella no pudo evitar mirarlo inexpresivamente. Probablemente él no había pisado un jodido club de striptease en toda su vida, así que Little Pidgeons iba a ser toda una nueva experiencia para Rock. Su expresión avergonzada seguramente iba a ser divertida. Pero había un problema; a Revy no le causaba ninguna gracia la idea de que alguien más avergonzara a Rock.
Especialmente si ese alguien más se trataba de otra mujer.
"Tsk, de acuerdo, vamos al jodido club de striptease."
"Como dije antes, no tienes que acompañarme si no quieres…"
"Rock, no pienso dejarte ir solo a un jodido club de striptease, porque te vas a quedar embobado mirando los culos y las tetas de las bailarinas."
"De hecho, me gustan las piernas."
Ahora, eso era una información interesante. Él tal vez lo dijo en broma, pero ella no pensaba desperdiciar esa oportunidad. Revy sonrió de manera picara y se recargó contra la barra. "Eso quiere decir que te gusta mirar mis piernas?"
Revy observó con satisfacción como el rostro de Rock se puso rojo por la vergüenza. Pero para su agradable sorpresa, él no retrocedió ni apartó la mirada. "…Es un poco difícil no hacerlo."
"Podrías hacer algo más que mirar.". -Replicó Revy, casi ronroneando.
Ella sabía que no estaba siendo nada sutil al respecto, pero qué diablos, la sutileza nunca formó parte de su vocabulario en primer lugar. Sin embargo, eso fue más de lo que el cerebro Rock pudo soportar y él comenzó a tartamudear una respuesta. Revy soltó una carcajada, avergonzando todavía más a Rock.
Ella sabía que esto no iba a durar, nada bueno que entraba en su vida duraba mucho tiempo, pero por el momento, Revy decidió que iba a disfrutarlo mientras pudiera.
Verrocchio, jefe de la mafia italiana y uno de los principales lideres de Roanapur, hizo una mueca de disgusto al ver lo que su mano derecha, Ronnie, le trajo a su oficina. Su subordinado sostenía una bolsa de plástico, que contenía una cabeza cercenada y sangrante. La sangre había comenzado a filtrarse de la bolsa y goteaba un poco, manchando el piso.
Aunque eso a Verrocchio le importó un carajo. No sería la primera vez, ni la última, que el piso de su oficina se manchaba de sangre.
"¿Pero qué diablos me estas mostrando?". -Dijo él.
"A Shinozuka.". -Respondió Ronnie, para después encogerse de hombros. "O lo que queda de él."
"…Quien?"
"Uno de nuestros clientes. Ya sabes, el japones que siempre nos compra droga."
"Ah…"
No había una réplica sencilla para eso. Sin embargo, Verrocchio tampoco estaba sorprendido, esas cosas pasaban todo el tiempo y él había visto, y hecho, de todo durante años como el jefe de su organización. Para él, ver una cabeza cercenada en una bolsa de plástico era tan interesante como una pata de una mesa. Lo que realmente le interesaba saber era otra cosa.
"¿Y para que carajos me traes su cabeza, Jaws?". -Dijo Verrocchio, utilizando el apodo que le dieron a su subordinado, sabiendo que Ronnie lo detestaba. Aunque Verrocchio no entendía por qué, 'Jaws' era un apodo bastante rudo. "Quieres que decore mi oficina con eso o qué?"
"No lo sé jefe, pensé que te gustaría ver esto."
"Oh, muchas gracias. ¿Cómo descubriste mi fetiche de coleccionar cabezas cortadas?"
Ronnie lo miró inexpresivamente. "A Shinozuka lo mataron-"
"De verdad? No me había dado cuenta."
Ronnie continuó, ignorando a su jefe. "-Junto con todos sus subordinados, y este no es el primer grupo Yakuza que van liquidando.". -Ronnie lo miró con seriedad. "Hicimos unas llamadas para saber que carajos pasó, y nos contaron que otros tres grupos Yakuzas, todos clientes nuestros, fueron asesinados el día de hoy."
Verrocchio se enderezó en su silla. Ahora, eso sí era algo interesante, y a la vez preocupante. Una parte de sus ingresos se debía a los diferentes grupos Yakuzas que había en la ciudad. Ya que ellos compraban armas o droga, tanto para consumo personal como para revenderla. Perder a tanta cantidad de clientes ciertamente sería un golpe a su economía.
Pero… ¿por qué? ¿Por qué alguien estaba matando a esos Yakuzas? ¿Fue Chang, o Balalaika? ¿Fue por venganza, por demostración de fuerza? Él necesitaba un por qué.
Verrocchio abrió el cajo de su escritorio y sacó una pequeña bandeja de metal. Sobre ella, había dos líneas largas de cocaína. Él enrolló un billete de cien dólares y aspiró ambas líneas por sus dos orificios nasales. El subidón que le daba la cocaína siempre le ayudaba a pensar y actuar rápido. "Quién diablos lo hizo?"
"Otros Yakuzas.". -Dijo Ronnie, sin inmutarse por ver como su jefe se drogaba, ni por su nuevo tono de voz acelerado. Él ya se había acostumbrado con el paso de los años. "Pero no son de por aquí."
"¿Cómo lo sabes? Esos chinos de mierda- "
"Japoneses."
"-Se ven todos iguales."
"Uno de nuestros hombres llevaba unos cuantos kilos de droga para Shinozuka.". -Dijo Ronnie. "Él vio salir a unos tres tipos de la guarida de Shinozuka, unos japoneses que nunca había visto antes en la ciudad. Al entrar en la guardia, vio que todos estaban muertos. Entonces, me trajo la cabeza de Shinozuka para confirmar que su historia era cierta."
"… ¿Él le cortó la cabeza?". -Preguntó de repente Verrocchio, con genuina curiosidad.
"No, ya estaba cortada."
"Ya veo…"
La idea de que otra mafia muy agresiva haya llegado a la ciudad no le gustaba en lo más mínimo. Verrocchio ya tenía suficientes problemas con la Triada y el Hotel Moscú acaparando la mayor parte del control y negocios de Roanapur. Él no necesitaba a más rivales.
"De acuerdo, de acuerdo, escucha esto Jaws.". -Dijo él, frotándose la nariz. "¿Tu hombre sabe dónde están ellos?"
"Así es, un japonés que usa una jodida espada y que mide casi dos metros de altura es fácil de seguir. Uno de ellos se quedó en un hotel, pero los otros dos, un rubio y el grandulón, se dirigieron a Little Pidgeons."
"Bien, escucha. Tú y tu hombre preparen un equipo y vayan a cazar a esos idiotas. Dispárenles, apuñálenlos o quemen el jodido club de Rowan con ellos adentro. No me importa cómo, pero los quiero muertos. Ya tengo suficiente con la perra rusa y el chino de mierda, no necesito a más imbéciles peleando por el control de la ciudad."
"Como tú digas jefe."
