Bala XXVI
"Bueno, hagamos un pequeño repaso.". -Dijo Rock.
Sentados frente a él, Hansel y Gretel asintieron en perfecta sincronía.
Luego del incidente con los Yakuzas en el club de Rowan, Gretel se había mostrado bastante insistente en aprender Japonés, debido a que ella no quería quedarse a fuera de las futuras conversaciones entre Rock y Ginji, Chaka, o cualquiera de los Washimine que aún se rondaban por Roanapur.
Hansel también quiso aprender, pero más que nada porque encontraba divertido el desafío de aprender un nuevo idioma.
Rock no vio nada de malo en aceptar enseñarles, además, estaba un poco feliz que los niños quisieran aprender Japonés. El problema era que él no tenía idea de cómo enseñarles su idioma natal a unos niños, así que simplemente mencionó todo lo que pudo recordar que pareciese útil.
Y, aun así, las palabras más comunes resultaron difíciles.
Afortunadamente, los gemelos le prestaban total atención y no mostraban signos de aburrimiento mientras él recitaba listas de palabras básicas en Japonés. Luego, Rock les pedía que las repetían de nuevo junto con él. Después de repetir ese ciclo por una hora, era el momento de ver que tanta información ellos eran capaces de retener.
"¿Pueden contar del uno al diez?"
Los dos niños hablaron a la vez. "Ichi, ni, san, shi, go, roku, shichi, hachi, kyuu, juu."
"…ahora al revés. Del diez al uno."
"Juu, kyuu, hachi, nana, roku, go, yon, san, ni, ichi."
Rock tragó brevemente e intentó disimular su sorpresa, pero a juzgar por la sonrisa en los rostros de los niños, era obvio que había fallado.
Aunque contar del uno al diez no era precisamente los más difícil, si seguía siendo un ejercicio un poco complicado. Pero los gemelos lo habían dominado en tiempo récord, y los pronunciaron de manera correcta en ambos casos.
'Y sólo les mencione los números una vez… ¡Sólo una vez!'
"Ustedes dos me asustan.". -Admitió Rock en voz baja.
Hansel resopló. "Después de que has visto todo lo que podemos hacer, ¿te asustas solo por eso?"
Bueno, aunque Hansel estaba en lo correcto, él también estaba equivocado.
Tal vez él y su hermana no se daban cuenta, pero su retención fue perfecta y absoluta. A este ritmo, en unos pocos días ellos serían capaces de hablar Japonés básico con fluidez. Y con un poco más de tiempo, ellos probablemente serían capaces de tener largas conversaciones sin ninguna dificultad. Eso era lo que sorprendía y asustaba a Rock.
Y él se lamentó por no haberles enseñado antes.
Y en una nota mental, él decidió que iba a tener cuidado con lo que les diría en un futuro.
Antes de que Rock pudiera continuar con su instrucción, ahora con un nuevo entusiasmo, ya que ninguna lección se desperdiciaba en ellos, alguien toco a la puerta. Los gemelos de inmediato entraron en un esquema defensivo. Hansel y Gretel flanquearon la puerta de espaldas contra la pared, con pistolas en mano.
Rock observó todo con la mirada en blanco. "De acuerdo, relájense un poco, ¿está bien? No nos declararon la guerra, solo golpearon la puerta."
"Ese es el problema, Boss.". -Dijo Gretel, susurrando. "Se supone que nadie sabe que vivimos aquí, y los pocos que sí lo saben, no deberían venir a molestarnos o contarle a alguien más que estamos aquí. Nosotros nos aseguramos de eso."
"¿Por qué crees que el dueño de este departamento ya no viene a cobrarte la renta?". -Dijo esta vez Hansel. "¿Tampoco has pensado en por qué los ladrones de la zona no intentan colarse aquí para robar?"
"… Tengo miedo de preguntar, pero, ¿Qué diablos les hicieron a esas personas?"
"Los cuchillos de Hansel son muy persuasivos.". -Contestó Gretel, sin especificar.
Como volvieron a tocar la puerta, esta vez con un poco más de insistencia, Rock, a pesar de las quejas de los gemelos, se dirigió hacia la puerta y la abrió. El sargento Boris se encontraba parado en el pasillo, acompañado por otros dos hombres que Rock no reconoció, pero lo más seguro era que ellos también eran miembros del Hotel Moscú.
Aunque Boris era un rostro 'conocido', eso no hizo que los gemelos bajaran sus armas. Sin embargo, Boris no les prestó atención.
"Rock.". -Dijo él. "La Kapitana solicita tus servicios."
"Hah.". -Suspiró Rock, pellizcando con fuerza el puente de su nariz.
"…"
"Me disculpo por mi falta de entusiasmo, sargento, pero la última vez que tuvimos esta conversación, las cosas rápidamente se fueron al demonio."
"No te preocupes, esta vez no será nada como eso."
Rock rodó sus ojos. "Seguro que no…"
"Como dije, la Kapitana solicita tus servicios, ya que la fecha para la reunión entre ella y los Wha…Wush… los Yakuzas del otro día- "
"Los Washimine."
Boris asintió. "Sí, ellos. Hoy es la nueva reunión entre ellos y la Kapitana, así que ella necesita que asistas a esa reunión para hacer la traducción.". -Él les dirigió una mirada a los niños. "Solo tú, sin los mocosos espeluznantes."
"De acuerdo.". -Respondió Rock, antes de que Hansel y Gretel pudieran decir algo, ganándose una mirada ceñuda de ellos, pero él los ignoró. Él suspiró, nuevamente los problemas venían a buscarlo cuando él se encontraba en paz y tranquilidad. "Vayamos a esa reunión."
"¿Qué diablos haces aquí?". -Dijo Revy, en la barra del nuevo y reconstruido Yellow Flag.
De hecho, solo reconstruido, porque el bar estaba exactamente igual a antes de que ese misil-errr, misteriosa explosión, destruyera el local. Ella no sabía cómo los contactos de Bao se las habían arreglado para reparar el bar tan rápido, pero tampoco quería saberlo.
La única modificación que sufrió el bar, fue un cartel pegado en la entrada que decía: "PROHIBIDO EL INGRESO CON ARMAS." Pero a pesar de que estaba escrito en 5 idiomas, además del inglés, la mayoría de los clientes no parecía entenderlo.
El punto era, Yellow Flag estaba de regreso, y eso era una de las poquísimas cosas que merecía celebrarse en Roanapur, por lo que el bar estaba más lleno y ruidoso que de costumbre.
El problema era que, al llegar, Revy no encontró a Rock en su puesto, en cambio, el amargado y aburrido rostro de Bao era el que estaba atendiendo. Lo cual era una mierda, porque ella iba al bar para, además de emborracharse, ver a Rock. Y, aunque tenía mucho que ver, no era solo porque él le daba tragos gratis a escondidas de Bao.
Pero había otro problema, uno mucho peor; ella se encontró con ese parásito rubio conocido como Chaka.
Revy lo había notado cuando ingresó al bar, pero afortunadamente él había mantenido una distancia razonable, recostándose contra la pared en un rincón del bar, aparentemente sin intenciones de acercarse. Sin embargo, después de media hora, tal vez pensando que ella había bajado su guardia al beber y relajarse un poco, él se había acercado y se deslizó en el asiento al lado de ella.
"Vine por unas bebidas frías.". -Contestó Chaka, con una sonrisa. "Y por el placer de una agradable compañía."
"Me acuerdo de algo.". -Dijo ella, con su voz un poco ronca por el desagrado. "Recuerdo haberte dicho que te alejaras de mí."
"Tan atractiva y sexy como eres, eso era algo imposible de cumplir."
"Lárgate de mí vista, imbécil."
"Ah, ahí vamos de nuevo con las cosas imposibles de cumplir~"
Revy soltó un gruñido, cada vez más cabreada.
Si ese idiota seguía en Roanapur, eso significaba que el resto de su grupo también lo estaba, incluido el psicópata de la espada. Claro, eso suponiendo que él no haya sido lo suficientemente estúpido como para quedarse. Así que lo más probable era que esos amantes del pescado crudo aun estuvieran en la ciudad para continuar sus negocios con Balalaika.
Esa era la única razón por la que no lo había matado todavía, pero él seguía presionándola.
"Tienes suerte de que no te mate ahora mismo.". -Dijo ella.
"¿De verdad?". -Chaka dejó el vaso que estaba bebiendo sobre la barra, y llevó su mano hasta la pistola que tenía en su cintura. "Dicen que eres la pistolera más temida de toda Asia, ¿Por qué no lo comprobamos, puta?"
"Tu madre es una puta.". -Replicó Revy, frunciendo el ceño.
'La pistolera más temida de toda Asia'. Ese era un título un poco exagerado. Aunque odiara admitirlo, durante los diez largos años que ella llevaba en el negocio, Revy había conocido a un montón de gente que era mas hábil y peligrosa que ella en combates y uso de armas. Pero eso no hacía que ese titulo fuera menos genial.
Chang se moriría de la envidia si se enteraba.
"Sí, lo sé.". -Dijo Chaka. "Es por eso que puedo reconocer a una puta cuando la veo."
Revy no dijo nada, solo se le quedó viendo. Chaka le devolvió la mirada, con su mano firmemente sobre su pistola aun enfundada, lista para sacarla en cualquier momento.
Ella notó que todo el bar se había silenciado. Hasta donde sabia, nadie había desenfundado su arma, pero casi todos los clientes de las mesas más cercanas tenían sus manos sobre o cerca de sus armas.
Todas las miradas estaban sobre ellos dos, esperando que diablos iba a suceder.
A Chaka fue el primero al que se le agotó la paciencia, y con un rápido movimiento, sacó su revolver. Él estaba apuntando con su arma cuando Revy le arrojó su vaso aun cargado de cerveza a los ojos. Ella tuvo una breve sensación de calor cuando el disparo del revolver, realizado por reflejo, pasó zumbando por su oreja izquierda.
Chaka solo tuvo ese único disparo. Un instante después, su arma había salido volando hacia algún punto del bar por el manotazo que Revy le había dado, siendo él incapaz de evitarlo al estar cegado. Luego, ella rompió su vaso vacío en un costado de la cara de Chaka, derrumbándolo de su asiento.
Los demás clientes se pusieron nerviosos al oír ese disparo y la mayoría se puso de pie, con pistolas en mano, pero como la pelea había terminado tan rápido como empezó, no hubo un tiroteo.
O eso era lo que debió pasar.
Desafortunadamente, segundos después, el revolver de Chaka había aterrizado en una de las tantas mesas ocupadas que había en el lugar y se disparó accidentalmente, hiriendo a un cliente, el cual comenzó a gritar de dolor…
Lo que provocó una reacción en cadena en la que todos los clientes armados del bar comenzaran a disparar a nadie en particular, desatando una lluvia de balas.
"Puta madre!". -Rugió Bao, al igual que Revy, refugiado detrás de la barra. Él se volteó a verla, señalándola con un dedo, sus ojos estaban bien abiertos en una expresión a medio camino entre la incredulidad y la molestia. "Esto es tu maldita culpa!"
"¿¡Por qué!? ¡Yo no hice nada!"
"¿Me estas tomando el pelo? ¡Comenzaste un jodido tiroteo!"
"¡Ese cabrón fue el que empezó a disparar primero!". -Se defendió Revy.
"¡No me importa quien carajos comenzó primero, solo sé que cada vez que vienes aquí pasa esto!". -Replicó Bao, con lágrimas en su rostro. Revy no sabía si era debido al miedo de morir, o porque su bar nuevamente iba a necesitar ser reparado. Probablemente era por lo segundo. "¡Estás vetada de mi bar, jodida perra maniática!"
"Vete a la mierda!"
De manera resignada, y confiando en que los niños no se meterían en problemas durante su ausencia, Rock se dirigió a esa horrible reunión entre esos jefes mafiosos, escoltado por Boris y sus dos hombres. Ellos incluso tenían un vehículo preparado para transportarlo.
De hecho, en el asiento trasero del auto había una mordaza y unas cuerdas.
Él no quiso imaginar que hubiera pasado si se hubiera rehusado a ir voluntariamente.
En cualquier caso, Rock esperaba que dicha reunión ocurriera en un depósito abandonado, o en algún callejón oscuro apartado de la vista y oídos de todos, tal y como pasaban en las películas o series de televisión, con intercambios de amenazas e insultos durante la conversación.
Pero la realidad fue una totalmente distinta.
Bando y Balalaika estaban discutiendo civilizadamente los métodos para deshacerse de los Kousa, matarlos a todos en pocas palabras, mientras ellos bebían café y comían algunos pasteles en una cafetería a plena luz del día, donde cualquiera que pasara por la calle podía ver a ese grupo reunido.
La cafetería ni siquiera estaba cerrada, o reservada para esa reunión. De hecho, había varios clientes en el lugar, aunque ellos eran lo suficientemente inteligentes como para estar lo más lejos posible de ellos. Pero por si acaso, Bando y Balalaika habían traído sus respectivos guardaespaldas para evitar que algún tonto se acercara demasiado.
Aun así, a pesar de que Balalaika era un rostro conocido por sus actividades ilegales, no había ni un solo policía a la vista.
Revy le había dicho una vez que la realidad superaba la ficción, y parecía que ella estaba en lo correcto.
Balalaika dejó caer su ahora vacía taza de café sobre la mesa con más fuerza de lo necesario, sobresaltando un poco a Rock. "Parece que todo este parloteo está aburriendo al traductor.". -Dijo ella, provocando una risa entre sus guardaespaldas.
Afortunadamente, ella habló en ruso, y sin sonar molesta, así que solo él y los guardaespaldas de ella pudieron entenderla.
Rock sonrió y se rascó la cabeza, avergonzado. "Lo lamento, señorita Balalaika, me distraje por un momento."
"No importa, no te culpo. Es tan malditamente aburrido fingir cortesía, cuando es obvio que lo que todos queremos es derramar sangre lo antes posible.". -Dijo ella, para luego encender uno de sus cigarros. "Como sea, creo que ya hemos terminado por hoy. Diles a tus camaradas que ya pueden irse a la mierda, y que nos veremos nuevamente en Japón."
Rock rápidamente transmitió el mensaje, aunque no de manera tan brusca. Bando estuvo de acuerdo y, luego de dar una educada despedida, que a Balalaika no pudo importarle menos, él y sus hombres se retiraron de local.
"Bueno, eso salió bien.". -Dijo Rock. "Estoy feliz de que no me hayan asesinado hoy."
"Puede que te asesinen otro día.". -Señaló Balalaika.
"Eso es triste, pero probablemente tienes razón. Pero dejando de lado mi posible muerte, ¿Cómo es que el sargento Boris encontró mi departamento?"
Aunque él no estaba de acuerdo con el misterioso, y probablemente peligroso, método de los niños para ocultar su vivienda, Rock debía admitir que era un poco conveniente. Mantenerse oculto y no llamar la atención era ideal para vivir tranquilamente en una ciudad como Roanapur.
El pequeño extra de ya no tener que pagar la renta de su departamento también era conveniente. Pero lo importante era que la ubicación de su departamento parecía ser un punto desconocido hasta ahora, así que se le hizo raro que el sargento hubiera aparecido allí tan repentinamente.
"No fue tan difícil. ". -Dijo Balalaika, encogiéndose de hombros. "Solo asigné a unos de mis hombres para que te vigilen en todo momento, por si te metías en más problemas, y así es como me descubrí donde vives. Después, simplemente envié a Boris."
"¿Quieres decir que me estás acosando?"
"Eres libre de pensar lo que quieras.". -Replicó ella.
"De acuerdo… Entonces, ¿Cuándo te vas a Japón?"
Balalaika alzó una ceja, probablemente al notar su cuidadosa elección de palabras.
Era una manera indirecta de indicarle que él no tenía la menor intención de viajar a Japón. Ese país estaba cargado de malos recuerdos. Además, él ya había hecho su parte al formar esa alianza con esos Yakuzas. Si funcionaba o no, dependería de Bando y la propia Balalaika.
Él no ya no tenía nada que ver con sus negocios.
"Querrás decir cuando nos vamos.".-Pero aparentemente, Balalaika no pensaba lo mismo. "Como ya me esperaba algo como esto, ya he hecho los preparativos necesarios, así que estamos listos para partir en el momento que sea más conveniente para nosotros."
"Cierto, cierto, había olvidado que tus hombres también te acompañarán.". -Dijo Rock, haciéndose el tonto en un esfuerzo para zafarse de la situación. "Les deseo un buen viaje a todos. Ah, y mejor conseguían un abrigo, Japón es frio en esta época del año."
"Tú también consíguete un jodido abrigo, porque vienes con nosotros. Mis hombres y yo no sabemos hablar japones, así que es obvio que vamos a necesitar un traductor, y ahí es donde entras tu."
"Sí… yo creo que pasaré."
"Rock, Rock…". -Balalaika agitó la cabeza con fingida tristeza. "¿De verdad creíste que podías escapar de esto, después de haberte entrometido tanto en mis negocios?"
Él la miró, inexpresivo. "Siendo honesto? Sí."
"Tu ingenuidad me parece adorable."
"De todas formas, no es estrictamente necesario que yo te acompañe, hay muchos traductores de ruso-japones dando vueltas por ahí, ¿sabes? Estoy seguro de que puedes encontrar uno dispuesto a trabajar para ti."
"Tal vez, pero la diferencia es que a ti no tengo que pagarte nada."
"Ngh…Tienes un buen punto, pero- "
"No."
"Tal vez- "
"Japonski, deja de ser un mal perdedor y acepta tu derrota. ". -Dijo Balalaika, sonriendo. "Ve a preparar tu equipaje, nos vamos a Japón."
'Así que…'. -Pensó Benny, observando con una sonrisa torcida el lamentable estado en el que quedó Yellow Flag después del repentino tiroteo. 'Esto es lo que pasa cuando dejas que un japones y un chino entren a un bar.'
Dutch había recibido una llamada de un muy molesto Bao, donde este le exigía que él se llevara a Revy, ya que según Bao, ella fue la responsable de la nueva destrucción de su bar y ahora ella tenia oficialmente prohibido el ingreso a Yellow Flag por tiempo indefinido. Además, el dueño del bar también exigió que Dutch pagara los gastos de las futuras reparaciones.
Esto obviamente hizo que Dutch no estuviera nada contento, y, una vez que él y Benny llegaron al bar, le pidió una explicación a su empleada. Revy se defendió al contar su, dudosa, versión de los hechos, argumentando que ella no comenzó la pelea.
Aun así, Bao no había tenido ni una pizca de piedad e insistió en echarle la culpa, junto con su decisión de prohibirle el ingreso a su bar.
Todo esto hizo que Revy tomara la drástica y absurda decisión de atrincherarse en el baño del bar, con una botella repleta del ron más fuerte y barato que tenía Bao, el cual ella robó momentos antes de atrincherarse, además de sus dos pistolas.
Así que ahora Dutch avanzaba hacia el baño con precaución, como si él estuviera caminando sobre hielo delgado, en un intento de calmar a Revy y hacer que ella salga del baño.
Mientras tanto, Bao había cerrado el bar temporalmente por los daños y para evitar que algún idiota entrara y complicara aún más la delicada situación. Benny simplemente se había limitado observar la escena desde una distancia prudente.
Dutch se detuvo justo enfrente a la puerta que daba acceso al baño.
"De acuerdo, nena.". -Dijo él. "Se terminó la hora de jugar, mañana tenemos trabajo que hacer, y sabes que necesitamos preparar un montón de cosas, así que saca tu trasero de allí."
Revy eructó a modo de respuesta.
"Oye…"
"Lárgate, Dutch.". -La voz sin cuerpo de Revy sonaba un poco distorsionada debido al eco que tenía el baño. "No pienso salir."
"Llegaré un acuerdo con Bao para que no te prohíba la entrada a su bar, ¿está bien?"
"No, nada de eso 'está bien', sabes lo terco e insistente que es ese bastardo, tu no vas a poder convencerlo. Así que llama a mi abogado aquí, quiero a mi maldito abogado."
"No tienes un jodido abogado.". -Gruñó Dutch, perdiendo un poco de su infinita paciencia. Eso era todo un logro, teniendo en cuenta el monumento de granito al estoicismo que era Dutch. "Así que sal de ahi, perra."
"¡Pues consígueme uno, perra!". -Replicó Revy, para luego eructar otra vez.
Sí Benny no estuviera tan preocupado por la seguridad de su jefe, él se estaría divirtiendo con esa absurda situación. "Je."
Ah, qué diablos, él se estaba divirtiendo.
Frente a él, detrás de la barra repleta de agujero de balas, Bao lo miró con desaprobación. "No es gracioso, amigo, mira todo este desmadre que hizo esa maldita perra. ¿No deberías estar allí, junto a Dutch, calmándola?"
"Diablos, no.". -Replicó Benny. "Prefiero mantenerme muy lejos de ella en estos momentos. Además, tampoco es como si yo fuera de mucha ayuda en situaciones como esta, tal vez incluso podría empeorarla."
"Eres un inútil."
Él era perfectamente consciente de que una Revy acorralada y ebria era 100 veces más peligrosa de lo normal, algo así como una especie de bomba que podía estallar ante el menor movimiento brusco, así que no había ninguna manera de que él se ofreciera como voluntario para ir a tratar de calmarla
Entonces, sabiendo que esto iba a durar un buen rato, Benny se acomodó en uno de los maltratados asientos y luego se volteó a ver a Bao. "Lo sé. Ahora, dame una cerveza fría, y ponlo en la cuenta de Revy."
"Ella tiene prohibido-"
"Hombre, los dos sabemos que eso no va a pasar."
Luego de salir de la cafetería, Rock le pidió a Boris el gran favor de llevarlo a Yellow Flag para así poder iniciar con su turno, al cual llegaba tarde por haberse visto casi obligado a participar en esa reunión entre mafiosos. El sargento no tuvo ningún problema en aceptar su pedido y lo transportó hasta el bar.
Luego de despedirse de Boris, Rock ingresó al local…
"Llegas tarde.". -Dijo Bao al verlo entrar, barriendo el polvo del suelo, junto con un montón de casquillos de balas. "Lo descontaré de tu sueldo."
…y lo encontró hecho un desastre.
"No comprendo.". -Dijo él, observando los daños que había en el bar. "¿Qué diablos pasó aquí?"
"Pelea, tiroteo, Two Hands."
"Oh…"
Eso explicaba por qué el bar estaba cerrado…
Y por qué el techo, las paredes y la barra estaban repletos de agujeros de balas. También, había varias mesas y sillas que fueron destruidas. Lo único bueno era que el bar no quedó totalmente en ruinas como hace un par de días atrás, teniendo en cuenta lo destructiva que era Revy al momento de pelear.
Tampoco había ningún muerto en el bar, y eso era un verdadero milagro… a menos que Bao hubiera retirado los cadáveres, pero Bao parecía no estar de humor para dar explicaciones, y Rock no quiso seguir buscando respuestas por temor a que él lo regañara. Por eso, Rock se acercó hasta la barra, lugar donde Revy se encontraba.
Y allí, él se dio cuenta del cuerpo que estaba tirado, inconsciente, en el suelo. Era Chaka, con su rostro ensangrentado y con varios trozos de vidrio calvados en él.
'Ah, ahora entiendo por qué hubo una pelea.'. -Pensó él. 'Y ahora también entiendo por qué él no estaba en esa reunión.'
"Espero que no esté muerto.". -Dijo Rock, haciendo una mueca al ver el lamentable estado del Yakuza.
"Yo sí.". -Dijo Revy, sentada en uno de los pocos taburetes que no sufrieron daño, bebiendo un vaso cargado de algún tipo de alcohol. "Llegas tarde, te perdiste toda la diversión."
"Me alegro de eso."
"Que aburrido eres. El bar abrió hace como dos horas, ¿Dónde diablos estabas?"
"¿Recuerdas que la señorita Balalaika tenia una nueva reunión con los Washimine?"
Revy se volteó a verlo lentamente. "Espero...". -Dijo ella con un tono de advertencia. "Que no te hayas metido, de nuevo, en más problemas con Sis y eso Yakuzas."
Él no dijo nada, solo desvió la mirada. Ella comenzó a crujir sus nudillos.
"¡Balalaika se reunió con Bando hace rato, y al final, ella decidió que nos vamos a Japón!"
"Nos vamos.". -Repitió ella, con un tic en uno de sus ojos. "Eso quiere decir que tú también iras."
No era una pregunta, pero él respondió de todas formas solo para ver su reacción. "Bueno…sí."
"¡Maldita sea, sí te metiste de nuevo en problemas!". -Estalló Revy para luego golpear con fuerza la barra, derramando un poco de su bebida, y haciendo retroceder un paso a Rock. "¿Qué diablos pasa contigo? Casi te matan el otro día por entrometerte en negocios ajenos, ¿y ahora vas y lo haces de nuevo? En serio buscas que te maten, pendejo."
Rock no pudo evitar reírse un poco, tal y como esperaba, Revy había reaccionado de manera agresiva. Aunque eso lo hizo sentirse un poco feliz, ya que esa era la manera en la que ella manifestaba su preocupación. "Vamos, vamos, no será la gran cosa, solo es un simple trabajo de traducción."
"Sí, claro, porque la última vez que hiciste de traductor para Balalaika, fue todo un trabajo simple." -Replicó ella con acido sarcasmo. Luego, chasqueó su lengua. "¿Y qué crees, imbécil? Mañana Dutch, Benny y yo nos vamos de trabajo durante un par de días, así que no voy a poder ir al jodido Japón para mantener tu trasero a salvo."
'Oh...bueno, eso es decepcionante, pero no inesperado.'. -Pensó Rock, sonriendo con amargura. Él se había acostumbrado a pasar tanto tiempo junto a ella, que a veces olvidaba que Revy trabajaba para la compañía Lagoon. Era normal que ellos salieran de Roanapur durante un tiempo cuando encontraban un trabajo decente.
Aun así, era una pena. Sería un poco solitario no contar con la compañía de Revy.
"Ya veo… ¿Qué clase de trabajo es? O mejor dicho, ¿A quien van a secuestrar esta vez?"
Revy resopló, aparentemente ahora más tranquila. Pero su ceño fruncido indicaba que aún estaba algo molesta. "No te olvidas de eso."
"Acabé en una ciudad rodeada de criminales gracias a eso. Nunca podría olvidarlo."
"Lo que sea. Este trabajo no es nada tan interesante, solo vamos a hasta las costas de Indonesia, en busca de un submarino nazi que se hundió hace 50 años.". -Rock parpadeó. Eso sí parecía interesante, pero él decidió no seguir haciendo preguntas al respecto. Balalaika había encontrado un buen método para enseñarle a no entrometerse en los negocios de los demás. "En fin, ¿Cuándo te vas?"
"Ni idea.". -Él suspiró. "La señorita Balalaika no me dio una fecha específica, pero por como lo dijo, tal vez sea dentro de un día o dos."
"Eso es una mierda.". -Gruñó Revy. Luego, ella lo señaló acusadoramente. "Y para que quede claro, esta vez no fue mi culpa, tu solito te involucraste en esa mierda."
"Ah, tienes toda la razón.".-Rock le sonrió. "Parece que no puedo permanecer lejos de los problemas."
"No es nada por lo que debas sentirte feliz, estúpido."
"Sí lo es, piénsalo de este modo; yo busco meterme en problemas y, la mayor parte del tiempo, tu generas esos problemas. Hacemos una buena pareja, ¿no lo crees?"
Revy lo miró inexpresivamente. "¿Estás ligando conmigo?"
"Tal vez, ¿Está funcionando?"
"Un poco.". -Admitió ella, pero luego agregar de manera burlona. "Si yo fuera hombre, te encontraría irresistible."
"Es una pena, pero no bateo para ese lado. ¿Qué tal si te gusto como mujer?"
Revy se recostó en la barra, sonriendo, con su rostro descansando sobre su puño. "¿Quién dice que no?"
"Oh, b-bueno…". -Rock no encontró una réplica para eso, aunque era consciente de que ella lo decía en broma, esa respuesta lo puso un poco nervioso. Al verlo tartamudear, Revy comenzó a reírse. "Sí, sí, ríete todo lo que quieras, pero me extrañaras cuando yo me haya ido."
Revy detuvo su risa y lo miró fijamente, parecía debatirse si decir algo a continuación o no. Pero al final, ella lo dijo. "Lo sé. Por eso no hagas que te maten, ¿de acuerdo?"
Él le ofreció una sonrisa torcida. "Lo intentaré."
"Eso sonó muy poco entusiasta."
"Te daré otra respuesta cuando dejes de causar tiroteos.".-Replicó él
"Vete a la mierda, Rock."
Rock volvió a reír. Sin duda, Revy le haría falta durante sus días en Japón.
Feliz navidad adelantada.
