Bala XXVII
Luego de que Rock regresó al departamento, además de comentar casualmente el tiroteo que causó Revy en el bar de Bao, él soltó esa pequeña bomba de que ellos se largaban a Japón durante una temporada.
A Hansel no le importaba irse de Roanapur, de hecho, estaba una poco feliz de por fin poder moverse un poco, ya que no estaba acostumbrado a pasar tanto tiempo en un mismo sitio. A su hermana tampoco parecía importarle. Y aunque Rock se había quejado de que no le gustaba la idea de viajar, por la manera en la que estaba organizando todo, sí parecía un poco emocionado.
"Entonces…". -Dijo Hansel, mirando con indiferencia como Rock buscaba ropas aptas para las bajas temperaturas para él y su hermana, ya que Rock prácticamente los había arrastrado al ruidoso mercado de la ciudad para realizar las compras. "¿Estaremos viajando a un país extranjero, en medio de un conflicto armado entre Yakuzas y soldados rusos?"
"Sí, eso resumiría bien la situación actual.". -Dijo Rock, sin detener su trabajo de seleccionar ropas.
A pesar de que él ya había comprado una buena cantidad para los tres, y no parecía intención de detenerse pronto.
Hansel sonrió. Él tenía ganas de conocer a ese sujeto de la espada que casi mata a la perra gruñona, del que tanto habló Gretel el otro día. Él lamentó su decisión de haber aceptado quedarse en Yellow Flag ese día, ya que su hermana le contó un montón de cosas interesantes que sucedieron en el club de striptease. "Genial."
Rock se volteó a verlo, con desaprobación, casi como si adivinara sus pensamientos. "Y ninguno de nosotros se entrometerá en eso."
La sonrisa de Hansel cayó un poco. "No tan genial."
"Hablo en serio, Hansel. Si esos mafiosos quieren matarse entre ellos, es asunto suyo, no nuestro."
Su hermana, quien observaba con desinterés las ropas que exhibía un puesto, resopló. "Lo dice el tipo que se entrometió en los asuntos de esos mafiosos en primer lugar."
"Eso fue algo diferente.". -Se apresuró a replicar Rock. "Las cosas han cambiado, el hecho de que Balalaika lleve a una buena parte de sus hombres a Japón indica que no tiene intenciones de involucrarnos en su pequeño juego de guerra…probablemente, así que lo mejor es no hacerla cambiar de opinión."
"Oh, ¿eso quiere decir que tú puedes meterte en problemas, pero nosotros no?"
"Exactamente."
Gretel puso sus ojos en blanco. "¿Qué es esto, Boss?, ¿Haz-lo-que-digo, no-lo-que-hago?"
"Últimamente tus respuestas son demasiado sarcásticas, jovencita."
"¿Y de quien crees que es la culpa?"
"En cualquier caso.". -Intervino Hansel, para evitar una discusión. Si esos dos comenzaban con sus réplicas y comentarios sarcásticos, no terminarían nunca. "Será bueno visitar una ciudad interesante para variar. He oído un montón de cosas locas sobre Roanapur, pero hasta ahora no he visto nada que valiera la pena."
"¿Qué hay de lo que pasó en el club de striptease el otro día?". -Dijo Gretel.
"Eso no cuenta, porque yo no estuve allí."
"¿Y lo del misil en la iglesia?". -Ella recibió un pequeño golpe en su cabeza por parte de Rock, lo que la hizo volver a poner sus ojos en blanco. "Oh, cierto, olvidé que no existió ningún misil."
Hansel se encogió de hombros. "Perseguir a un sacerdote para quitarle sus brazos y piernas con un hacha afilada no es algo interesante, es solo un juego."
El vendedor de puesto de ropa, que hasta el momento había fingido no escuchar la conversación, ya que estaba más interesando en calcular cuánto dinero le estafaría a Rock, giró lentamente su cabeza hacia el niño. "Que perturbadora manera de jugar."
"Es lo que lo hace divertido.". -Hansel le sonrió con malicia. "¿Tú también quieres jugar?"
El hombre no dijo nada, solo retrocedió un paso.
Rock le dirigió una mirada dura al vendedor, logrando que este finalmente se retire al interior de su puesto de venta. Luego, Rock regresó a su tarea original de seleccionar ropas.
"Japón tampoco es tan interesante.". -Dijo él. "De hecho, es todo lo contrario a Roanapur; un lugar tranquilo y agradable. Por supuesto, eso si ignoras toda esa mierda mafiosa que hay bajo el tapete. Allí no hay situaciones locas y absurdas, solo paz y tranquilidad."
"Ya veo…". -Eso desanimó un poco a Hansel, quien soltó un suspiro. Parecía que otra vez no vería mucha acción. "Suena como un lugar aburrido."
Para su sorpresa, y la de su hermana, Rock también soltó un suspiro. "Sí… Japón es muy aburrido."
Era un trabajo realmente sencillo, tanto, que Revy lo consideró casi un insulto para sus habilidades de combate o destrucción, o ambas cosas.
El trabajo consistía en navegar hasta las costas de Indonesia y luego sumergirse en el océano para buscar un submarino hundido hace 50 años, o para ser más específico, un cuadro que había dentro él, para luego entregárselo a un frikie amante de los nazis.
Ellos estaban en el área correcta, o eso había asegurado Benny, pero como el radar del Black Lagoon no podía identificar exactamente lo que había en el fondo marino, Revy tuvo que encargarse de bajar e investigar si se trataba de ese maldito submarino, ya que Dutch ni Benny sabían bucear.
Cinco veces.
Ella tuvo que ponerse ese traje, el tanque de oxígeno y esa incomoda mascara cinco veces seguidas. A ella le gustaba bucear, y era tal vez lo único entretenido de este trabajo, pero incluso eso comenzaba a volverse tedioso después de haberlo hecho varias veces. Especialmente si fue por nada.
Que el radar hubiera confundido una lata de Coca Cola con un submarino solo fue divertido las primeras dos veces.
Así que, después de ese nuevo fracaso, ellos se estaban tomando un pequeño descanso.
Y a Revy no se le ocurrió una mejor manera de matar el tiempo, que realizar un curso obligatorio de buceo para Benny. Dutch se había salvado porque básicamente él era el jefe, y era mucho más difícil de intimar y someter, así que Revy solo pudo desquitarse con su otro compañero.
Sin embargo, el resultado fue desconcertante para ella y para Dutch.
Benny estaba equipado de pies a cabeza con un equipo de buceo, pero el problema era que, por alguna razón, él no pudo sumergirse correctamente y ahora flotaba boca arriba, dirigiéndose despreocupada hacia la deriva. Afortunadamente, Benny había amarrado una cuerda a uno de sus pies momentos antes de entrar al agua.
Aunque originalmente, Revy le había dado esa cuerda para indicarle, por medio de dos tirones, el momento en que él debía regresar a la superficie. Pero ahora ella había caído en el papel de ser el ancla para su compañero.
Revy miró la cuerda en su mano, tentada en soltarla y dejar que Benny se perdiera en el océano.
Pero al final decidió no hacerlo, ya que recordó que ella no sabía usar el radar del barco, así que se limitó a atar la cuerda por el costado del barco y dejar que Benny jugara un poco en el agua, con la esperanza de que un tiburón lo notara y lo atacara.
Eso sería divertido.
"Él parece un trozo de madera.". -Comentó Dutch junto a ella.
"No.". -Dijo Revy, inexpresiva. "Incluso la madera se hunde, él no."
"Bueno, ahora sabemos que Benny-boy tiene una habilidad secreta."
"Una habilidad tan inútil como su dueño. Tsk, esta es la decadencia total, Dutch."
Él la miró de reojo, o eso pensó ella, porque con esas gafas oscuras, nunca se sabía si Dutch te estaba miraba o no. "¿Qué pasa? ¿Estás aburrida?"
"¿Tú no lo estas?"
"Nop. Un trabajo tranquilo y relajante no nos viene mal de vez en cuando, Rev'."
"Pues para mí esto es una mierda aburrida.". -Replicó ella. "Ahora mismo siento que estoy perdiendo el tiempo, cuando podría estar haciendo algo mucho más interesante."
"¿Algo como qué?"
"No lo sé, hombre, cualquier cosa. Tal vez a ti te resulta relajarte tomar el sol y ver como Benny juega a ser carnada para tiburones, pero a mi no. Se supone que estamos en un trabajo, maldita sea, no en una jodida playa. ¿Dónde están las balas y las explosiones?"
Sin embargo, Revy sabía que estaba siendo injusta con su jefe y con Benny, su aburrimiento y mal humor no era culpa de ellos.
Normalmente, después de un periodo de inactividad, ella estaría feliz de poder regresar al trabajo. Pero después de experimentar esa última tormenta de mierda en la que estuvo involucrada, una deliciosa pelea a muerte con un psicópata que desviaba balas con una jodida espada, era muy difícil despertar su entusiasmo para trabajos normales como este, incluso si había dinero en juego.
Ella prefería estar en Roanapur, metiéndose en todo tipo de problemas divertidos y emocionantes, en vez de estar estancada en un barco viendo a Benny flotar.
Revy lamentó que Rock y sus mocosos no hubieran podido participar en este trabajo, ellos tres sí que habrían animado las cosas un montón.
Dutch, aunque relajado y a veces hasta bromista, no era alguien muy conversador. Especialmente cuando ellos estaban en medio de un trabajo. Benny era mejor en comparación a su jefe, pero él no tenía esa habilidad de soltar comentarios ingeniosos que la divertían.
Y ninguno de los dos tenía el valor suficiente, o la estupidez, como para meterse con ella y hacerla cabrear un poco. Solo Rock era el único que lo hacía deliberadamente… aunque Eda también de vez en cuando.
Rock era posiblemente la persona menos seria que había conocido, excepto cuando tenía que serlo, al punto de hacerla reír, y ella no recordaba cuando fue la última vez que alguien la había hecho reír de buena gana, sin la necesidad de hacer sufrir a esa persona primero, ya sea de manera física o psicológica.
Pensar en él solo hizo que su estado de ánimo se amargara aún más. Pero afortunadamente, su jefe volvió a hablar y pudo distraerla.
"De acuerdo, tomaré nota de elegir un trabajo más emocionante la próxima vez.". -Dijo Dutch, pero sin sonar molesto. En realidad, él estaba sonriendo con diversión. "Pero cuando nos metamos en problemas, y alguien o algo nos quiera matar, no quiero oír ni una sola queja tuya."
"Nah, te lo agradeceré cuando llegue el momento.". -Revy dio un fuerte tirón a la cuerda para llamar la atención de su compañero. "Oi, Benny! ¡Se terminó el maldito descanso, trae tu flacuchento trasero aquí!"
"Cómo se supone que lo haga!?". -Respondió Benny desde la distancia, su voz tenía un leve tono de pánico.
"¡Pues nadando, idiota!"
"Es que se me olvidó como hacerlo!"
"Eres un inútil!"
Después de haberse instalado en el hotel que Balalaika había reservado para ellos, Rock le pidió permiso para recorrer las calles y mostrarles a los gemelos un poco la ciudad de Tokio. Ella estuvo de acuerdo con su pedido, ya que el verdadero trabajo comenzaría en la noche.
Luego de unas cuantas vueltas por los alrededores, la pequeña caminata llevó al trio hasta una feria, donde los niños mostraron interés en explorarla y terminaron ingresando.
A pesar de que la feria era grande y bonita, no había casi nadie en el lugar, salvo por los pocos vendedores, por lo que era bastante silencioso. Rock supuso que era algo normal, ya que no eran días festivas o vacaciones. De ser ese el caso, la feria seguramente estaría repleta de gente.
Mientras ellos curioseaban un poco, Rock decidió sentarse en un banco de un pequeño puesto que vendía juguetes, máscaras de personajes de anime y demás chucherías, fumando un cigarrillo mientras esperaba pacientemente a que Hansel y Gretel regresaran de su exploración.
"Aun así, Japón sí que es pequeño, ¿cierto?". -Dijo Rock, dirigiéndose a la persona que estaba sentada a su lado. "Aunque sé que este es tu territorio, por decirlo de alguna manera, no me esperaba encontrarte precisamente aquí, Matzusaki-san."
Como era de esperarse, Ginji no le dijo ni una sola palabra. Él estaba tan quieto como una estatua mientras miraba el suelo con su ceño fruncido, en un aparente y grosero esfuerzo por ignorar la existencia de Rock.
"Aunque tampoco esperaba este lado tuyo.". -Continuó presionando Rock. "¿Vendes juguetes para niños durante el día, cortas cabezas durante la noche?"
"¿Tienes algún problema con eso, Gaijin?". -Dijo Ginji, mordiendo el anzuelo.
Era difícil determinar si él realmente estaba o no cabreado, ya que mantenía una máscara inexpresiva en todo momento y su voz tampoco mostraba alguna alteración. Sin embargo, eso solo hacía que Rock quisiera meterse un poco con él. "No, no, no. Francamente, me parece un poco lindo de tu parte."
"Te mataré."
De acuerdo, tal vez Ginji sí estaba un poco cabreado. Pero Rock era consciente de que, si él realmente quisiera matarlo, ya lo habría hecho. Por eso, Rock continuó con su juego sin preocuparse por la amenaza contra su vida. "Pero mancharás tus juguetes con mi sangre."
"Puedo limpiarlos.". -Replicó Ginji. "Y existen diferentes formas de matar a alguien sin la necesidad de derramar su sangre.".
"Tal vez, pero piensa en esto; si me matas, mi fantasma inmortal se quedará aquí para fastidiarte todos los días."
"…Maldición."
Rock sonrió ante su pequeña victoria. Meterse con Ginji era casi tan divertido, y peligroso, que meterse con Revy.
Al pensar en ella, él no pudo evitar soltar un suspiro.
Revy, junto con el resto de la tripulación del Black Lagoon, había salido de Roanapur para realizar un trabajo, por lo que no pudo acompañarlo esta vez, lo que lo hizo sentirse un poco triste. Pero, por otro lado, Rock pensó que eso también era lo mejor.
Juntar a Ginji y a Revy era una mala idea, dado el historial de ambos de iniciar repentinas peleas a muerte. Pero si a esa combinación se le sumaba Chaka, por el cual Revy parecía sentir un profundo desagrado, entonces no era nada más que hacer una invitación al desastre.
"Sabes? No estaré mucho tiempo en Japón, Matzusaki-san. ¿Podemos ser amigos mientras tanto?"
"No."
"Rechazo instantáneo, eh…"
"¿No tienes otra cosa mejor que hacer?". - Preguntó Ginji. Aparentemente, él se había rendido ante la idea de evitar una charla. "¿Aparte de fastidiarme mientras estoy trabajando?"
Rock no vio nada de malo en responder, ya que la información no era exactamente un secreto. "Bueno, llegamos a Japón hace unas horas. La señorita Balalaika y sus hombres aún están desempacando y preparando su equipo, y como la reunión entre tu jefe y ella será esta noche, no tengo nada mejor que hacer hasta entonces, por eso decidí salir a pasear."
"Tus camaradas rusos parecen ansiosos por ponerse a trabajar."
Rock asintió con gravedad.
Como habían acordado anteriormente, esta noche Bando le daría al Hotel Moscú una lista de objetivos para eliminar. Balalaika los aceptaría y pondría a sus hombres a trabajar. Lo que significaba que, dentro de unos pocos días, mucha sangre seria derramada en las tranquilas y agradables calles de Japón.
Tal vez antes, teniendo en cuenta lo entusiasta que era Balalaika con respecto a iniciar guerras.
"Si estás pensando en echarte para atrás ahora...". -Dijo Rock, con cuidado. "Tú sabias cual era el trato, y tuviste tiempo para discutirlo con tu jefe."
Él no quería pensar en esa posibilidad, que los Washimine cancelaran el acuerdo y que rompieran la alianza debido a un repentino cambio de opinión, pero eso no significaba que ese peligro no estuviera allí. Si ellos pensaban que por estar en Japón se salvarían de la furia de Balalaika, estaban terriblemente equivocados.
Afortunadamente, Ginji aclaró su duda rápidamente. "No es eso. Simplemente aun no estoy del todo cómodo con la idea de recibir ayuda de esos rusos."
"Oh…sí, creo que lo entiendo.". -Rock hizo una mueca. "A mí tampoco me hace gracia que mi país se convierta en un campo de batalla."
"¿Campo de batalla?". -Ginji resopló. "En eso te equivocas, Gaijin. Si la reputación de tus camaradas rusos es cierta, entonces esto será una masacre."
Rock no pudo encontrar una réplica para eso, ya que él estaba en lo correcto.
En Japón no había organizaciones criminales como la Triada o los Visconti, fuerzas lo suficientemente potentes como para frenar hasta cierto punto los agresivos movimientos del Hotel Moscú, solo había Yakuzas apegados a las normas y restricciones del país, que realizaban trabajos discretos para no llamar la atención.
Pero esas normas y restricciones no se aplicaban a los rusos, al igual que la discreción, ya que a ellos les importaba una mierda.
Sin rivales que se les opongan, esa pandilla de militarse sedientos de sangre tendría vía libre para causar todo tipo de alborotos. Una vez instalados completamente en este nuevo territorio, el Hotel Moscú seria como un cáncer para Japón, empezando desde las entrañas de Tokio y luego expandiéndose al resto del país.
'Y fui yo quien los trajo aquí, yo dejé entrar a ese cáncer.'. -Pensó Rock con amargura, perdiendo su anterior buen humor. Él nuevamente soltó un suspiro, solo que este fue más largo y cansado.
"Dime algo.". -Dijo Ginji, por fin volteándose a verlo. "Qué clase de persona es Levy Tsu Hando?"
Rock parpadeó un par de veces ante la repentina pregunta. "¿Por qué…?"
"Curiosidad."
"Ya veo. ". -Rock frunció el ceño en una expresión de seriedad. "Eso es un poco complicado de responder…"
Revy era alguien complicada, inestable, volátil, que reaccionaba agresivamente con mucha facilidad, por lo que él constantemente tenía que tener cuidado para no presionar todos los botones equivocados en ella, aunque eso no evitaba que él se metiera con ella hasta cierto punto. Rock tampoco olvidaba que ella era una delincuente internacional, y una psicópata homicida.
Pero Revy también podía ser sorprendentemente amigable, e incluso amable, a su brusca manera.
Ella era alguien mala, sí, pero no absolutamente mala.
"Revy es tal vez la mujer más peligrosa de todos los tiempos, pero, muy en el fondo, es una buena persona.". -Dijo Rock finalmente. "Sin embargo, no puedo evitar pensar que ella también es algo Tsundere."
"Tsundere…"
"Sí, quiero decir, ella es más tsu-tsun, que dere-dere, ¿Lo entiendes?"
"No realmente.". - Ginji regresó su mirada al suelo. "Pero supongo que no importa. En cualquier caso, como dije antes, estoy trabajando, así que compra un juguete o vete al diablo."
Rock nuevamente le dio la razón, pero no pudo evitar poner sus ojos en blanco por la manera brusca en que lo dijo.
Técnicamente, a pesar de que la feria estaba casi vacía, Ginji estaba trabajando y él lo estaba molestando. Además, los niños no estaban a la vista, y aunque confiaba en que ellos no se meterían en problemas, no había nada de malo con ser un poco cuidadoso con ellos.
Con eso en mente, Rock dirigió su mirada hacia los juguetes que Ginji vendía. Él no estaba realmente seguro cual preferirían los gemelos, si es que a ellos les gustaban los juguetes en primer lugar, así que pensó en elegir unos cuantos de forma aleatoria.
Entonces, Rock notó uno que le llamó especialmente la atención y lo señaló con su dedo. "Ah, quiero ese."
"Lamento sonar un poco ruda por decir esto, pero…". -Dijo Gretel, inexpresiva, al ver la bolsa repleta de juguetes que Rock había dejado colgada en su asiento. "¿No estás un poco viejo para eso, Boss?"
Ella, su hermano y Rock estaban en la cafetería del hotel donde ellos se alojaban, ya que era hora del almuerzo. Pero debido a que los encargados del hotel no estaban acostumbrados a recibir a tanta gente en épocas que no sean vacaciones o días feriados, los empleados estaban teniendo un poco de dificultades para organizarse y atender a tantos huéspedes al mismo tiempo.
No ayudaba que casi la totalidad de esos huéspedes sean unos rusos callados y muy serios.
También era un poco divertido ver como los nerviosos meseros corrían de un lado a otro llevando bandejas con todo tipo de comidas.
"Tonterías.". -Contestó Rock, luego de tragar un bocado de su comida. Él estaba comiendo con tranquilidad, a diferencia de Hansel, que devoraba su comida con entusiasmo. "Nadie es lo suficientemente viejo como para no jugar con un cubo Rubik."
Gretel notó un juguete en particular que sobresalía en la bolsa. "Sin embargo, veo que también tienes una pistola."
"Oh, sí, es una Cutlass."
"Creí que no te gustaban las armas."
"No me gustan, la compré por impulso porque me recordó a las pistolas que usa Revy.". -Rock la miró. "Pero es un regalo para ella, así que no te la puedo dar. La próxima vez te compraré una."
"Creo que ya compraste demasiados juguetes.". -Replicó Gretel. "Además, me gustan otros modelos de armas."
"Te compraré una Cutlass y te va a gustar.". -Insistió Rock con firmeza, señalándola con su dedo.
Gretel no pudo evitar poner sus ojos en blanco, algo que ella hacia cada vez con más frecuencia, dada la cantidad de tonterías que Rock era capaz de soltar. Y eso la estaba preocupado, porque Rock estaba actuando demasiado relajado para su gusto, dada la naturaleza del trabajo que el Hotel Moscú, y por extensión ellos, estaban realizando en Japón.
La pequeña herida que él tenía en una de sus mejillas, producto de un disparo que recibió hace uno días atrás, era un recordatorio de lo que podía pasar si Rock se excedía con sus comentarios ingeniosos. No todo el mundo era como Revy, quien era capaz de soportar las pendejadas que soltaba Rock sin tener ganas de pegarle un tiro. O tal vez ella si tenía ganas de hacerlo, pero se contenía.
Y probablemente era la segunda opción.
Así que, debido a que Revy no estaba presente, Gretel tuvo que darle a Rock su dosis de seriedad.
"¿Crees que estamos de vacaciones o algo así?". -Dijo ella. "Porque si no lo recuerdas, estos Ruskie's están aquí para liquidar a un grupo Yakuza."
"Lo sé.". -Dijo Rock.
Gretel sabía que debía ser seria con esto, pero ella no pudo resistirse ante la idea de meterse un poco con él. "Y con liquidar, me refiero a matarlos, destrozarlos, descuartizarlos."
"Eso también lo sé."
"Cortarlos en pequeños pedacitos y luego molerlos para hacerlos relleno de- "
"No hace falta que seas tan especifica!". -Exclamó Rock, tapándose sus orejas, logrando que ella se riera entre dientes. Luego de un momento, él destapó sus orejas. Su expresión ahora era más seria. "Soy perfectamente consciente de por qué estamos aquí, Gretel. Ese paseo y la compra de juguetes solo fue para que ustedes se divirtieran un poco, antes de que todo se pusiera más serio."
"Y aprecio eso, Boss, pero prefiero que entiendas la gravedad de la situación y que no actúes de manera descuidada."
"Aunque no es necesario estar preocupada, ya le dije a Revy que no me metería en problemas con los rusos y los Yakuzas."
"¿Eso quiere decir que no te meterás en ningún otro problema mientras estemos en Japón?"
"Niña, los dos sabemos que eso no va a pasar.". -Replicó Rock, haciendo que Gretel lo mirara con sus ojos en blanco. "Solo bromeo, pero si te hace sentir mejor, te prometo que no buscaré que me maten. Además... -Él señaló con su pulgar a la pistola de juguete, sonriendo. "Tengo que llevarle un juguete a una pistolera amargada."
Dutch y Benny observaban con creciente preocupación un enorme barco que había aparecido repentinamente a no mucha distancia de ellos.
Eso disparó las alarmas de Dutch, ya que el sitio en el que la compañía Lagoon se encontraba no estaba marcado en ninguna ruta de navegación, por lo que muy probablemente ese era la competencia en busca de ese cuadro. Lo cual era una putada, porque el radar del Black Lagoon finalmente había detectado lo que parecía ser el submarino que ellos tanto estaban buscando.
Pero la situación se complicó aún más luego de que ese barco comenzara a sonar unas trompetas en tono grave y a un marcado ritmo militar.
Luego de una inspección más detallada, gracias a unos binoculares, Benny pudo identificar un símbolo que había en una bandera colgada en uno de los costados del barco. "No lo puedo creer…". -Dijo él, bajando los binoculares, con una expresión de incredulidad. "Esa es la esvástica?"
Dutch lo miró. "¿Me estás diciendo que en ese barco hay unos jodidos nazis?"
"Eso parece."
"Amigo, ¿me estás tomando el pelo?"
"Tú no tienes pelo.". -Replicó Benny. "Y me temo que no."
En ese momento, Revy emergió del interior del Black Lagoon, con su cabello suelto y despeinado, además de unas marcadas ojeras. Parecía que ella acababa de levantarse de la cama. "¿Quién es el cabrón que hace tanto escandalo tan temprano en la mañana?"
Dutch y Benny intercambiaron miradas. Eran pleno mediodía, pero ningún de los dos se animó a corregirla.
"Ni idea.". -Dijo Dutch finalmente, regresando su atención al barco que muy probablemente era un enemigo. "Parece que son nazis."
"¿Qué, me estas tomando el pelo?"
"Eso es lo que yo dije, pero parece que es cierto..."
"¿Cómo es posible que se hayan acercado tanto?". -Revy se volteó hacia su otro compañero, frunciendo el ceño. "¿Acaso no es tu trabajo vigilar el radar y cosas de ese estilo?"
"No exactamente, soy mecánico y pirata informático.". -Contestó Benny. "Soy quien hace el mantenimiento del Black Lagoon, y consigue información sobre la mayoría de nuestros trabajos. Además, no controlé el radar porque me distraje jugando Metal Slug."
"¡Imbécil, no suenes tan orgulloso de la cagada que te mandaste!"
Dutch bajó los binoculares y se volteó hacia ellos. "Eso no importa. Benny, iza la bandera de la marina tailandesa e intenta comunicarte con ellos, tal vez solo sean unos fanáticos que rinden un homenaje o algo así, por lo que podríamos espantarlos."
Benny asintió y se dirigió hacia una pequeña radio que había sobre una mesa. Luego de establecer exitosamente una conexión entre los dos barcos, él encendió el comunicador. "Atención, este es el White Heather.". -Dijo una voz con marcado acento alemán. "Identifíquense, degenerados."
"¿Degenerados?". -Dijo Revy, alzando una ceja, para luego tomar el micrófono antes de que los otros dos pudieran hacerlo. "Escuchen, nazis de mierda, puede que nosotros seamos un grupo de exconvictos y cazadores de tigres, pero ninguno de nosotros es un degenerado."
"Aguarda un segundo.". -Dijo Benny, señalándose a sí mismo. "Yo nunca he estado en prisión, ni he cazado tigres."
Revy nuevamente levantó el micrófono. "Corrección, White Heather, sí tenemos a un degenerado aquí."
"Oye!"
Dutch le quitó el micrófono a su empleada, ganándose una queja de ella, y se aclaró la garganta. "Este es el PT 337 de la marina tailandesa- "
Pero él fue interrumpido cuando algo cayó a pocos metros de distancia del Black Lagoon, levantando una tremenda cantidad de agua que los empapó a los tres.
"Oi, ¿Qué mierda fue eso?". -Gruñó Revy, apartándose un mechón mojado de su cara. "¿Nos están disparando?"
"Lo hacen.". -Contestó Dutch, inexpresivo, nuevamente observando el barco enemigo con sus binoculares. Gracias a eso, él pudo apreciar como desde el otro barco unos hombres cargaban unos RPG'S y disparaban hacia ellos. Hubo otra explosión peligrosamente cerca del Black Lagoon. "Con misiles."
Benny se dirigió rápidamente hacia las escaleras que conducían hacia la cabina. "Mejor nos movemos antes de que nos hundan."
Dutch asintió en silencio y luego lentamente giró su cabeza hacia su otra empleada. Él no quería creerlo, pero tal vez, tal vez, todas esas acusaciones que ella tenía sobre crear problemas y complicar aún más las cosas eran…ciertas.
Este era el ejemplo perfecto; habían pasado 50 años desde que se hundió ese submarino, y esos nazis no habían intentado recuperar ese cuadro en todo este tiempo. Pero Revy se había quejado de la falta de acción el otro día…y ahora un barco nazi apareció repentinamente de la nada y les estaba disparando misiles.
Unos jodidos nazis, disparándoles misiles.
"¿Qué?". -Dijo ella al notar su mirada.
Era tan aleatorio y absurdo, que Dutch no pudo encontrar otra explicación. "Esto es tu culpa."
"¿Qué estupideces estás diciendo?". -Revy se acercó hasta él de manera amenazadora y luego comenzó a darle golpecitos en su frente con su dedo índice. "¡Tu fuiste el que aceptó este trabajo de mierda que tiene que ver con los nazis en primer lugar, así que todo esto es en realidad tu culpa!"
"No, por supuesto que no.". -Replicó Dutch, un poco molesto. "Tu estuviste lloriqueando el otro día de que querías más acción, y ahora tenemos a unos jodidos nazis disparándonos misiles. Lo mires por donde lo mires, es tu culpa."
"Eso fue una coincidencia!"
Dutch perdió la paciencia y se puso de pie, señalándola acusadoramente con su dedo. "¡Mentira, cada vez que abres la boca creas un desastre! ¡Pasó lo mismo en el club de Rowan, y luego en el bar de Bao!"
"Por qué siempre tengo que ser la responsable de todo!?". -Exclamó Revy. "No es eso extraño!? ¡Quiero hablar con el guionista que escribió esta mierda inmediatamente!"
"¿¡Es que tienes una enfermedad que te obliga a causar problemas, o simplemente eres una idiota!?"
"¡Bastardo! ¿¡Estás buscando pelea!?"
Luego de su reunión con Bando, y con una lista de lugares y personas a los cuales el Hotel Moscú debía atacar, Balalaika y sus hombres regresaron a su alojamiento para preparar su operación. Pero entonces, Boris se acercó a ella con su teléfono en mano. "Una llamada, Kapitana.". -Dijo él.
"No tengo tiempo para eso". -Contestó Balalaika, rechazando el teléfono con un pequeño movimiento de su mano. "Dile que llame más tarde, cuando yo este menos ocupada."
Todos sus contactos, los suficientemente importantes al menos, habían recibido un aviso de que ella no estaría disponible mientras realizaba sus negocios en Japón, y Boris no había dicho que se tratara de algo sobre su territorio en Roanapur, por lo que Balalaika pensó que no se trataba de algo urgente.
"De hecho, cuando recibí la llamada estuve a punto de responder eso.". -Dijo Boris, nuevamente ofreciendo el teléfono. "Pero después de saber de quien se trataba… bueno, creo que debería contestar, Kapitana."
Se produjo una breve pausa entre ellos. Aunque molesta por la interrupción, Balalaika sabía que su sargento no insistiría si no se tratara de algo, o alguien en este caso, importante. Así que ella suspiró y aceptó el teléfono. "¿Quién es? Te conviene que sea importante."
"¡Pero bueno! ¿Así es como saludas a una vieja conocida?"
Balalaika abrió un poco más sus ojos por un instante debido a la sorpresa, pero luego se calmó rápidamente. "Señorita Hekmatyar…"
"Por favor, llámame Koko, ¿quieres, Bals?"
"No, y no me llames así."
"Tan amargada como siempre, ya veo."
"¿Qué es lo que quieres? Creí que habías recibido un aviso de que no estaría disponible por un tiempo."
"Lo sé, lo sé. Pero solo llamo para hacerte una pregunta. No, dos preguntas."
Bueno, al menos esa mocosa iba directamente al punto. "¿Qué es?"
Hasta ahora, Koko había estado usando un tono alegre y despreocupado, pero este rápidamente cambió a uno serio. "Tengo entendido que la compañía Lagoon opera en Roanapur, sin embargo, no están aquí en estos momentos, ¿sabes dónde están?". -Dijo ella. "Porque vine para hacerles una visita, y ellos no están en la ciudad."
Balalaika parpadeó. "Esto tiene que ver con lo que le pasó a tu barco hace tiempo?"
"Así es, tengo ganas de devolverles el favor."
Balalaika había oído esa pequeña historia, todo mundo lo había oído, sobre como un grupo de mercenarios se habían enfrentado a Koko y habían hundido su buque carguero, ya que los movimientos de alguien tan importante y conocida como ella eran observados por muchas personas. Incluido su padre, Floyd Hekmatyar.
Ser humillada de ese modo seguramente fue un duro golpe para la reputación de la pequeña vendedora de armas, por lo que a Balalaika no le parecía extraño que Koko buscara venganza para restablecer su imagen.
Pero Balalaika no había imaginado que la compañía Lagoon habían sido los responsables de eso.
'Que idiotas'. -Pensó Balalaika. Aunque ella respetaba y le debía unos cuantos favores a Dutch, no pensaba intervenir ni ayudarlo en este caso. No por miedo, sino por el hecho de que enfrentarse a esa mocosa seria desperdiciar muchos recursos y sería malo para los negocios de ambas.
"Me temo que no.". -Respondió finalmente Balalaika. "Supuestamente ellos salieron de la ciudad debido a un trabajo, pero no tengo idea de donde están o cuando volverán."
"Vaya mierda, pero no importa, supongo que puedo esperarlos por unos cuantos días más."
"¿Tu otra pregunta? Como dije, estoy ocupada."
"De acuerdo, de acuerdo. También estoy buscando a un chino de mierda llamado Chang para darle una lección por entrometerse en mis asuntos. Pude rastrar sus movimientos hasta aquí, pero no tengo la menor idea de donde puede estar refugiándose. Y como quiero darle una sorpresa, no puedo andar preguntando por la ciudad, aunque dudo realmente que alguien me lo diga, así que… ¿sabes dónde puedo encontrar a ese cabrón?"
"Jejejeje~"
"Q-Que pasa con esa risa!? Ni siquiera es malvada, ¡sino alegre! ¡Basta, das miedo!"
'Oops, un pequeño desliz.'. -Balalaika se aclaró la garganta e intentó regresar a su expresión seria de costumbre, pero no pudo contener que una pequeña y cruel sonrisa apareciera en su rostro. Ella de ninguna manera dejaría pasar la oportunidad de joderle la vida a Chang. "De hecho, se exactamente dónde puedes encontrarlo."
