Bala XXXI
Rock y Balalaika estaban en uno de los pasillos del hotel, observando con indiferencia a los empleados del hotel, reunidos en un gran circulo frente al ascensor, discutiendo ideas y planes para liberar al sargento Boris.
Después de su fracaso en la búsqueda y captura de los gemelos para castigarlos por su explosiva travesura, ya que ellos fueron lo suficientemente hábiles para eludirla durante toda la cacería al esconderse en diferentes lugares del hotel, Balalaika ordenó a sus Vysotnikis que atraparan a los gemelos.
Pero esto solo resultó en una oleada de bromas pesadas que dejó en ridículos a sus hombres, por lo que ella finalmente se rindió para así evitar que sus hombres siguieran siendo ridiculizados. Además, ellos aun tenían trabajo que hacer y no podían desperdiciar mucho tiempo persiguiendo a unos mocosos.
Sus traumados soldados aceptaron esto de buena gana y se retiraron.
Con la excepción del sargento Boris, quien fue literalmente atrapado en una broma pesada. De algún modo, Hansel y Gretel habían logrado encerrar a Boris en el ascensor del hotel, dañando los controles para que este subiera al último piso, bajara del hasta el primero y luego volviera a subir, en un ciclo aparentemente interminable…
En el cual Boris ya llevaba atrapado por lo menos dos horas.
Por supuesto, existía un botón de emergencia para detener el ascensor, pero también fue inutilizado por los gemelos, por lo que el sargento estaba atrapado sin salida, quedando temporalmente fuera de combate, hasta que los empleados del hotel descubrieran como detener el ascensor.
Durante ese tiempo, el enojo de Balalaika se calmó lo suficiente como para dejar de lado su deseo de castigar a los mocosos y a Rock, el cual, para su sorpresa, también había logrado mantenerse oculto hasta el momento. El bastardo solo apareció ante ella cuando todo estuvo de nuevo en calma.
Pero él no parecía preocupado en lo más mínimo, de hecho, parecía divertido ante la difícil situación del desafortunado sargento. Parecía que el plan de los gemelos para distraerlo realmente había funcionado.
"Mira el lado positivo de esto.". -Dijo Rock, con un tono optimista. "Al menos nadie salió herido."
"Te das cuenta de que Boris probablemente termine con claustrofobia después de esto?"
"Nadie salió herido físicamente."
Ella lo miró inexpresivamente. O Rock era demasiado permisivo con los mocosos, o se había insensibilizado bastante como para bromear sobre esto tan a la ligera. También estaba la tercera opción de que él solo era un idiota, la cual era lo más probable.
"De todas formas, si mal no recuerdo, tus mocosos dijeron has estado decaído porque no has podido meterte en problemas.". -Dijo Balalaika, alzando una ceja. "Eso es cierto?"
"Odio admitirlo, pero sí.". -Dijo Rock, soltando un suspiro. "Me temo que mi estado mental no es muy estable ahora mismo debido a mi aburrimiento. De hecho, estoy en el punto de que, si me dejan solo sin vigilancia, podría crear algún otro problema."
"… ¿Que eres, un niño?"
"Estoy seguro de que Hansel y Gretel estarán felices de ayudarme a causar más estragos por aquí."
"¡No, ya tuvimos suficientes problemas por hoy!". -Exclamó Balalaika, señalándolo acusadoramente al perder la paciencia. "¡Tuve que pagar por el nuevo retrete y por los daños en el baño de mi habitación, y seguramente también tendré que pagar la reparación del ascensor averiado por tus mocosos, así que no hagas cosas innecesarias!"
Rock soltó una pequeña risa. Su estallido no lo había intimidado en lo más mínimo, en realidad, él parecía contento por ese tipo de reacción. "Descuida, descuida, solo estaba bromeando. Hablaré con los niños para que se comporten hasta que termines con tus negocios aquí, ¿de acuerdo? Así que, por favor, tranquilízate."
Balalaika chasqueó su lengua con irritación, pero recuperando la calma. "¿Eso es lo que haces normalmente con Two Hands, decir estupideces hasta hacerla enojar?"
"Oh, sí. No he pasado mucho tiempo con ella, creo que solo poco más de un mes, pero la he hecho rabiar lo suficiente como para hacerla envejecer unos cuantos años."
'Y lo dices con una sonrisa alegre en tu cara… Me pregunto si debajo de esa fachada de idiota ingenuo, en realidad tienes una naturaleza sádica.'. -Pensó Balalaika, inexpresiva. "Me sorprende que ella no te haya asesinado todavía."
"Vamos, no digas eso. Aunque es cierto que Revy no es la persona más simpática del mundo…y que es una loca…temeraria…violenta…". -Rock parecía estar estaba a punto de soltar un discurso defensivo, sin embargo, se detuvo en medio de la frase y sus palabras fueron perdiendo fuerza. "Oh, chico, esto es malo. ¡Quiero decir algo bueno sobre Revy, pero ahora que lo pienso, no puedo encontrar nada bueno sobre ella!"
"¿Y se supone que es tu amiga?". -Balalaika no pudo evitar poner sus ojos en blanco, pero luego sacudió su cabeza para concentrarse nuevamente en el asunto principal. "En cualquier caso… si lo que tanto quieres es causar alboroto con tus mocosos, pues adelante. Por supuesto, siempre y cuando no me afecte a mí, ni a mis hombres, ni a mis actividades en Japón."
Él dejó de lado su búsqueda para encontrar un punto bueno en Revy, cosa que Balalaika dudaba que ella tuviera, y la miró. "Oh… bueno, aprecio la oferta, pero no es necesario. Como dije, solo estaba bromeando."
Balalaika decidió no presionarlo y se limitó a encogerse de hombros.
En cambio, ella decidió concentrarse en su actual tarea pendiente. Ya que parecía que Boris iba a permanecer atrapado en el ascensor por un tiempo indefinido, ahora le tocaba a ella supervisar directamente los planes e ideas de ataques contra los Kousa para los siguientes días.
Ya era hora de dejar de lado la calma y ponerse activos de una buena vez.
"De acuerdo, pero piénsalo, Rock. Nos quedaremos en tu país por una semana, tal vez un poco más, si quieres distraerte un poco, meterte en problemas, no te detendré ni te juzgaré, así que aprovecha la oportunidad y haz lo que quieras. Avísame si cambias de opinión."
Dicho eso, Balalaika se marchó del lugar, resistiendo la tentación de voltearse para ver la expresión de Rock. ¿Él aceptaría la oferta y le brindaría un espectáculo divertido para entretenerla un poco, como el de aquella vez en el club de Rowan, o dejaría pasar la oportunidad?
El anzuelo estaba listo, dependería del pez si quería morderlo o no.
"Sabes? Creo que comienzo a entender el significado de 'tormenta de mierda'.". -Dijo Dutch. Desde el interior de su celda, sentada en el suelo, Revy lo miraba fijamente con sus brazos alrededor de sus rodillas. "¿Qué pasa contigo? Estuve bromeando un poco cuando ocurrió la crisis de los jodidos nazis, pero, ¿en verdad tienes una enfermedad que te obliga a meterte en problemas?"
Aunque el pago por el rescate de Revy ya estaba hecho y no había nada más que hacer, salvo esperar a que a Watsup se le diera la gana soltarla, él decidió quedarse allí un momento más para hacerle compañía a su empleada, ya que ella permanecería encerrada durante los siguientes días.
Además, eso le daba la excusa para no enfrentarse a Benny, quien estaba de mal humor en estos momentos al enterarse de que su auto quedó hecho un desastre. Dutch entendía al hombre, al ser el dueño del Black Lagoon, él podía entender perfectamente lo que se sentía que un idiota dañase a su precioso bebe.
Pero eso no significaba que él estuviera dispuesto a escuchar a Benny mientras él hacia un berrinche.
"Era un trabajo, amigo.". -Respondió Revy, haciendo un puchero. Si ella no fuese una asesina temperamental, Dutch podría haber encontrado ese gesto un poco lindo. "Sabes bien qué a veces estás cosas pasan."
"No, solo pasan cuando aceptas un trabajo que claramente indicaba a gritos que era peligroso, imprudente y estúpido. No me gusta decir 'te lo dije', nena, pero, te lo dije."
"Tsk. Entonces estás cabreado por todo lo que pasó hoy."
Sin embargo, Dutch negó con la cabeza. Él tenía motivos de sobra para enojarse, pero realmente no lo estaba.
"No, en absoluto. Puede que haya tenido que soltar una buena cantidad de dinero para liberarte y para pagar los gastos de reparación de Yellow Flag, pero también es cierto que esta no es la primera vez que te meten en la cárcel por hacer alborotos. Y tampoco es la primera vez que debo pagar para sacar tu trasero de esta celda, así que no estoy cabreado contigo."
Revy pareció animarse ante sus palabras comprensivas, pero rápidamente se calmó, ya que su natural desconfianza hacia todo lo que parecía ser demasiado bueno para ella salió a la luz, por lo que le dirigió una mirada escéptica. "De verdad?"
"Así es, después de todo, fue Chang el que terminó soltando una mayor cantidad de dinero. Y en cuanto al dinero que yo usé para pagar los destrozos del bar y del auto de Benny, bueno, lo desconté de tu paga de nuestro último trabajo, así que nada salió de mi bolsillo.". -Él sonrió al ver su expresión de incredulidad. "Por cierto, también estaré descontando la paga de tus futuros trabajos, así que al final todo está bien."
"Me estás tomando el pelo!? ¿¡Que parte de todo esa mierda 'está bien', hijo de puta!?". -Exclamó Revy, poniéndose de pie de un salto dispuesto a golpearlo. Afortunadamente para él, los barrotes de la celda impidieron que ella pudiera acercársele. "Puedo entender lo del último trabajo, pero, ¿Qué pasa con los demás? ¿Acaso pretendes hacerme trabajar gratis?"
"Eso es correcto."
"¡Vete a la mierda, Dutch!"
"Tómalo como una pequeña lección para que no vuelvas a hacer otra pendejada como esta.". -Replicó Dutch, él dio un vistazo hacia la otra punta de la habitación. "Y para que pienses dos veces antes de aceptar ciegamente un trabajo de algún idiota."
"Silencio, traidor.". -Escupió Chang desde su lejana celda. Él también estaba sentado en el suelo y abrazando sus rodillas. Una cucaracha estaba sobre su hombro, observándolo con curiosidad, pero él ignoraba al insecto. "Me pusiste una trampa, maldito. Me trajiste aquí sabiendo que Watsup iba meterme en una celda."
"Lo siento, hermano, pero tuve que hacer ese trato con él, porque ese cabrón quería encerrarme a mí por no mantener bajo control a mi estúpida empleada. Y no te quejes, de estar en mi lugar tu hubieras hecho lo mismo."
"Admito que eso es cierto, pero, aun así, estás cosas no se pueden olvidar tan fácilmente, Dutch. Pagarás por esto, no con sangre porque somos viejos amigos y socios, pero pagarás.". -Chang se rascó la barbilla, pensativo. "Sí…creo que un buen comienzo será esparcir rumores exagerados y mentiras sobre ti."
Dutch puso los ojos en blanco al oír los planes de la infantil venganza. Luego, se encogió de hombros y se dio la vuelta para retirarse del lugar. "Recuérdame eso cuando salgas de aquí, lo que probablemente será el próximo mes."
"Espera!". -Dijo Revy, estirando su mano para detenerlo, aunque no pudo alcanzarlo. "Al menos déjame unos paquetes de cigarrillos, los míos se arruinaron cuando nos estrellamos en el bar!"
"Te veré la próxima semana, Rev'."
"¡Oi, no me ignores, negro de mierda!"
Dutch se marchó, ignorando la lluvia de insultos contra su madre que provenían de su empleada, del gánster chino y, por alguna razón que él desconocía, de los demás prisioneros. Ahora él debía prepararse física y mentalmente para enfrentar a un destino más oscuro y molesto; soportar a Benny haciendo un berrinche por las próximas horas.
Eda paseaba a lo largo de su celda, tan solo podía dar tres zancadas antes de chocar contra una pared, como un león enjaulado.
Ella y Revy literalmente habían hecho un griterío durante un buen rato para que en la estación de policía les permitieran hacer unas llamadas. Aunque al principio Watsup y sus muchachos las ignoraron, al final terminaron cediendo ante sus escandalosas demandas y les permitieron usar el teléfono.
Revy había llamado a Dutch, que a su vez llamó a Chang, para que él pagase por ella y la liberaran, cosa que al final no funcionó del todo, por lo que ella ya había gastado su única llamada.
Eda, en cambio, consciente de que estaría encerrada por unos cuantos días, llamó a la Iglesia Rip Off para que Rico le trajera algunas cosas vitales para su supervivencia tras las rejas. Es decir; unos cuantos vinos de Yolanda, paquetes de cigarrillos y revistas para matar el tiempo.
Pero ese desperdicio de oxígeno que se hacía llamar Rico estaba tardando demasiado en aparecer, y ella comenzaba a desesperarse.
Revy parecía estar igual, ya que no paraba de dar golpecitos al suelo con su pie. Debido a que su jefe no prestó atención a su suplica por unos cigarrillos, Dutch era un cabronazo, ella ahora también dependía de las provisiones que traería Rico.
"¿Ese imbécil no te habrá ignorado, cierto?". -Preguntó ella, con un leve temor en su voz.
"Nah, él no tiene los huevos para hacerlo.". -Aseguró Eda, para luego detener su andar. "Pero si me equivoco y el hijo de perra sí me ignoró…bueno, cuando salga de aquí meteré su cabeza en el retrete de la iglesia."
En ese momento, alguien apareció en el lugar, bajando por unas escaleras. Era Rico, con su usual ropa de sacerdote y con una bolsa de plástico colgando de una de sus manos. "Te escuché claramente, hermanita, sé muy bien que me golpearas si no te hago caso, así que no hay necesidad de amenazas."
Él se detuvo justo frente a su celda y le entregó la bolsa.
"Ahjajaja, ese es mi buen muchacho!". -Exclamó Eda, lo suficientemente feliz de que él hubiera aparecido con las provisiones como para dejar pasar ese estúpido apodo.
Ella estuvo a punto de felicitarlo por su buen trabajo, pero entonces se dio cuenta de que la bolsa era más pequeña de lo que debería ser. Eda levantó lentamente su mirada para mirarlo directamente a los ojos, pidiendo en silencio una explicación. Rico se retorció incomodo en su lugar.
"Um, sí, verás… Watsup y su gente me dijeron que lo que pediste no es algo permitido por el reglamento, de modo que tuve que entregarles unas cuantas cosas para que me dejaran pasar y así poder entregarte tus cosas."
"...Que te quitaron?". -Dijo Eda, con voz helada, haciéndolo temblar.
"No tocaron las revistas, pero me quitaron una buena cantidad de cigarrillos y solo dejaron una de las tres botellas de vino que traje."
"Ese gordo hijo de puta!". -Revy dio una patada a los barrotes de su celda, asustando al sacerdote. "¿¡Quien se cree que es, un empleado de la maldita aduana!?"
"¡Lo siento mucho, pero fue algo inevitable, señorita Rebecca!"
"¡No me llames así, pedazo de mierda, o te meteré esa botella de vino en el culo!"
"Nadie meteré nada en el culo de Rico, a menos que lo haga yo y tal vez Yolanda.". -Intervino Eda en defensa del sacerdote, por lo que él le dirigió una mirada agradecida, pero luego cambió a una confusa y preocupada al entender sus palabras. "No te enojes con el hombre, perra, fue el idiota de Watsup quien nos fastidió, no él."
"Tsk, lo que sea."
Eda asintió, satisfecha por su pequeña victoria y luego levantó un pulgar en dirección a su sacerdote/asistente/esclavo. Ella podía ser una perra con él, pero no era una malagradecida, y Rico había demostrado ser confiable cuando ella más lo necesitaba, por lo que pensó que no estaba mal felicitarlo un poco.
"Amigo, hiciste un buen trabajo.". -Dijo ella. "Te has ganado una recompensa especial."
Rico sonrió, alegre. "¡Muchas gracias, hermanita!"
"La recompensa es limpiar el retrete de la iglesia por una semana completa."
"Hermanita!?"
Eda ladeó su cabeza, confundida por su reacción. "Hmm? ¿Qué pasa, no estás satisfecho?". -Antes de que él pudiera responder, ella soltó un suspiro resignado. "De acuerdo, no es bueno ser codicioso, pero supongo que no se puede evitar, entonces que sean dos semanas."
"No, el problema no es el límite de tiempo, ¡sino que la recompensa es una mierda!". -Exclamó Rico, señalándola acusadoramente. "Siempre es lo mismo contigo, no importa lo que haga o diga, ¡siempre me terminas haciendo limpiar el retrete! ¡Y no solo eso, también me haces ocuparme de tus tareas!"
Eda chasqueó su lengua. El bastardo estaba aprovechando que ella estaba encerrada para desafiar su autoridad. Ella lo hubiera mandado a la mierda, pero como él todavía era útil para traerle cosas y demás caprichos, no podía simplemente desecharlo.
"¿De qué demonios estás hablando? Que yo te asigne mis tareas es algo normal, ya que los sacerdotes en aprendizaje como tu deben comprender el valor y la importancia de la humildad, la dedicación y la obediencia. Y no hay mejor manera de comprender eso, que haciendo mis tareas mientras yo descanso."
"¡No intentes torcer la realidad a tu conveniencia, hermanita, solo me utilizas para así poder emborracharte y holgazanear!". -Replicó el sacerdote. "¡Si en verdad quieres recompensarme, entonces me gustaría que dejaras de tratarme mal!"
"Rico, imbécil, ¿Te atreves a comportarte tan arrogante y engreído solo por haber hecho algo bien por primera vez en tu vida?". -Ella levantó su puño de manera amenazadora, sintiendo satisfacción al verlo retroceder a pesar de que era obvio que no podía golpearlo. "Pues entonces olvídate de la recompensa, en su lugar, ¡serás castigado con limpiar el retrete de la iglesia por dos semanas!"
"¡El castigo y la recompensa son la misma mierda!"
"¡Lutz, no tienes idea de cuánto me alegro de verte, hombre!". -Exclamó Koko al ver a su único guardaespaldas libre, de los cuatro que estaban en la ciudad, aparecer en la sala de detenciones.
Después de haber sido arrestados de manera tan estúpida, y gracias al alboroto causada por las otras dos prisioneras, Koko pudo acceder a un teléfono para poder realizar una llamada. Aunque Tojo estuvo muy cabreado con ella, y la regañó durante un buen rato, él al final accedió ir a la estación de policía de Roanapur para pagar la fianza para que ella, Valmet, Ugo y Lehm pudieran salir.
Koko esperaba que Tojo y los demás miembros de su escuadrón se presentasen en la estación para recogerlos, pero en su lugar, fue Lutz quien apareció, acompañado por dos oficiales. Probablemente Tojo se había contactado con él y lo envió allí para no tener que hacer todo el recorrido.
Ese bastardo perezoso.
Koko también se sintió un mal por haberse olvidado completamente de Lutz, ya que él no estuvo presente en toda esa situación caótica y problemática gracias a que se comió un huevo en mal estado. Pero ella decidió dejar la disculpa más tarde, cuando finalmente todos ellos estuvieran en el barco y no en esa condenada ciudad repleta de imbéciles.
Lutz sonrió. Él tenía varios golpes y moretones en su rostro que antes no estaban allí, lo que dejó a Koko desconcertada. Pero dejando eso de lado, él parecía estar bien. "Sí, yo también me alegro de verlos, amigos."
Inmediatamente después, y bajo la bajo la atenta mirada de Koko y sus demás guardaespaldas, los dos oficiales que lo escoltaban abrieron una celda y arrojaron a Lutz a su interior.
Una vez hecho esto, ellos cerraron con llave y se retiraron de la escena.
"¿¡Por qué!?". -Exclamó Koko luego de unos segundos, agarrándose de los barrotes de su celda. "¿¡Por qué te encerraron!?"
"Por vandalismo y resistencia a la autoridad."
"¿¡Que carajos, Lutz!?"
"¡Pasaron un montón de cosas desde la última vez que nos vimos, de acuerdo?!". -Él finalmente había perdido la calma. "Pero lo que realmente me interesa saber es, ¿¡por qué me dejaron solo y encerrado en ese hotel horrible?!"
"A nosotros también nos pasó un montón de cosas!". -Dijo Koko. "¡Sí, te dejamos solo, pero fue porque estabas ocupado en el baño y teníamos que conseguir comida decente, además, no te encerramos!"
"Entonces por qué la puerta estaba bloqueada con llave!?"
En ese momento, y desde el interior de su celda, Valmet fue la siguiente en hablar. "Eso es fácil de explicar. Yo fui la que cerró la puerta con llave para evitar que alguien entrase a robarnos nuestras cosas, ya que como estabas en el baño, tú no podrías hacer nada para impedirlo."
Eso pareció calmar un poco la ira de Lutz, quien se cruzó de brazos. "Bueno, eso tiene un poco sentido, pero al menos debiste dejarme una copia de la llave por si tenía que salir por una emergencia."
"Eso también es fácil de explicar; se me olvidó hacerlo."
"¡Eres una idiota!". -Valmet sacó su brazo a través de los barrotes de su celda y le arrojó algo a Lutz. El pequeño objeto cayó al suelo junto a sus pies con un tintineo. Él frunció el ceño y se agachó a recogerlo. "Que es esto?"
"Las llaves de la puerta del hotel, estaban en mi bolsillo.". -Dijo ella.
"¿¡Y para qué diablos las quiero ahora!?". -Lutz arrojó con fuerza las llaves hacia algún punto del lugar. "¡No me sirven para nada!"
"Creí que te haría feliz."
"¡No, solo estás haciéndome cabrear todavía más!"
Mientras tanto, Koko observaba el intercambio con sus ojos en blanco. Ella no podía ver la expresión de Valmet debido a las paredes de las celdas, pero seguramente su guardaespaldas se estaba divirtiendo al molestar a Lutz.
"Nos estamos desviando del tema principal.". -Dijo ella. "Qué diablos es eso del 'vandalismo y resistencia a la autoridad'?"
Él soltó un suspiro cansado.
"Como dije antes, la puerta estaba bloqueada y yo… ". -Lutz desvió la mirada. "…M-me quedé sin papel higiénico, por lo que tuve salir a buscar más por si tenía que regresar al baño. Pero como la puerta estaba bloqueada, y no podía saltar por la ventana porque era demasiado alto, no me quedó más remedio que abrir la puerta a patadas."
"Oye."
Su guardaespaldas la ignoró y continuó con su relato surrealista.
"Pero el encargado del hotel escuchó todo el ruido y se acercó a ver qué es lo que pasaba. Cuando se encontró su puerta rota, él comenzó a regañarme y a exigirme que le pagara la reparación de la puerta… así que tuve que golpearlo en la cara para que se callara. Entonces comenzamos a pelear y de repente apareció un montón de gente que se metió en la pelea, así que también tuve que golpearlos. Entonces, cuando por fin pude salir del hotel, la policía ya estaba esperándome-"
"Déjame adivinar.". -Dijo Koko, interrumpiéndolo una vez más. Uno de sus ojos estaba temblando. "También los golpeaste."
"Bueno…sí."
"¡Oye!". -Ella lo señaló acusadoramente. "Qué diablos pasa contigo!? ¡Tienes bien merecido que te hayan arrestado, maldito vándalo!"
Sus otros guardaespaldas, que hasta el momento habían estado en silencio, comenzaron a reírse a carcajadas y a burlarse de Lutz. Los demás prisioneros no desaprovecharon la oportunidad y también se unieron a las burlas. Lutz se retiró hacia un rincón de su celda, poniéndose en cuclillas y tapándose las orejas para no escucharlos.
Koko negó con la cabeza y se acostó en la pequeña y sucia cama, que todas las celdas tenían, preguntándose cuanto tiempo tardaría Tojo en sacarla de ese manicomio. "Odio Roanapur."
Normalmente cuando el señor Chang llamaba pidiendo ayuda debido a una emergencia, todos sus guardaespaldas se movilizaban inmediatamente para asistirlo sin importar en qué tipo de situación peligrosa o difícil él se encontrase.
Pero al enterarse de que su jefe estaba arrestada por involucrarse en una serie de problemas causados por un simple negocio, y en estos momentos estaba en el interior de una celda, Bie Yue, el principal guardaespaldas/asistente/condenado-a-soportar-la existencia-de Chang, decidió encargarse de este molesto asunto personalmente.
Por lo que él se dirigió a la estación de policía de Roanapur para liberar a su jefe…tomándose todo el tiempo del mundo.
Así que después de pasear por la ciudad, comprar ropa a un buen precio y almorzar un poco de sushi, Bie Yue finalmente llegó a la estación de policía, con un sobre cargado con una importante suma de dinero en uno de sus bolsillos para entregárselos al jefe Watsup.
El líder de la peor pandilla de Roanapur, que se hacían llamar 'policías', lo esperaba en su oficina, sentado cómodamente con sus pies sobre su escritorio y con sus manos descansado detrás de su cabeza.
"Buenos días...". -Comenzó Bie Yue.
"Ahórrame las formalidades y seamos directos.". -Lo interrumpió Watsup. "Se que el idiota de tu jefe llamó a alguien, y seguramente ese alguien eres tú, ya que nadie viene a molestarme a estas horas. Así que, ¿Qué diablos quieres?"
"De acuerdo, entonces seré directo.". -Dijo Bie Yue. Él no estaba molesto por la actitud grosera del hombre, ya que él estaba acostumbrado a tratar con gente igual e incluso más desagradable que Watsup. "Estoy aquí para negociar la liberación del idiota de mi jefe."
"No hay nada que negociar. Él fue el responsable directo de generar un tiroteo, la destrucción de un bar y de interrumpir mi siesta, por lo que fue un arresto completamente legal. Chang permanecerán tras las rejas hasta que un juez, o alguien que no tenga nada mejor que hacer, se ocupe de su caso, ya sabes, el procedimiento normal. Ahora lárgate de mi oficina."
"Esto de aquí seguramente servirá para que ese procedimiento se acelere.".
Bie Yue sacó el sobre con dinero de su bolsillo, abriéndolo un poco para que Watsup fuera capaz de inspeccionar el contenido. El sucio policía gruñó a modo de aprobación, y Bie Yue arrojó el sobre en el escritorio.
El jefe se sentó correctamente y soltó un fuerte silbido. Un momento más tarde, uno de los tantos oficiales de la estación apareció en el lugar. "Jefe?"
"Lackie, arresta a este hombre por intentar sobornarme."
"Enseguida.". -El oficial rápidamente se posicionó detrás del guardaespaldas y procedió a colocar sus manos detrás de su espalda, enganchándole unas esposas. "Camina, escoria, vas directo al agujero."
"¡Esperen un segundo!". -Exclamó la escoria, finalmente reaccionando. "Qué diablos está pasando aquí!?"
"¿Pues qué crees, idiota? Un arresto.". -Dijo Watsup, contando descaradamente los billetes. Él resopló, divertido. "¿Qué pensaste que iba a pasar? Es ilegal sobornar a un policía, una mierda como esa funciona únicamente en la televisión y en las novelas negras de los 80's."
"¡Pero si aceptaste el dinero!"
"No, tu tiraste el dinero en mi escritorio y ahora lo usaré como evidencia de tu crimen.". -Replicó Watsup, compartiendo una risa burlona junto con su subordinado. "Gracias, haces que mi trabajo sea mucho más fácil, ojalá todos los criminales de esta condenada ciudad fueran como tú. Lackie, ya puedes llevártelo."
El oficial comenzó a arrastrar a Bie Yue fuera de la oficina, el cual comenzó a resistirse. "¡Espera, no seas imbécil, Watsup! ¡Negociar, podemos negociar un nuevo trato entre tú y yo, Chang puede irse a la mierda!"
"Negocia con las cucarachas, tarado."
XXXX
"Y esa es la razón de por qué estoy aquí.". -Dijo Bie Yue, finalizando su explicación de por qué él estaba en la sala de detenciones, en la celda que estaba justo frente a su jefe.
"Demonios!". -Exclamó Chang. "Ese cabrón sí que es astuto!"
Días atrás, Watsup le había advertido que iba a encerrar a cualquiera que causara problemas en la ciudad…Pero Chang nunca imaginó que ese tipo en verdad cumpliría con su amenaza. El hijo de perra había arrestado y puesto en una celda a nueve personas, con pocas horas de diferencia entre los arrestos, en tan solo un día.
El hombre daba miedo cuando se ponía a trabajar de verdad.
Sin embargo, Chang no estaba molesto con Bie Yue por su fracaso al intentar liberarlo, ya que él era consciente que Watsup era un hombre difícil de tratar; un cabrón astuto y traicionero que no podía decirte 'buenos días' sin mentirte al menos dos veces, por lo que no culpaba a su guardaespaldas de caer en la trampa de ese hijo de perra.
"De todas formas…". -Dijo Bie Yue, cambiando su usual expresión amargada por una mueca de disgusto. "Qué demonios haces jugando con esos bichos?"
Su guardaespaldas señaló a las cucarachas que estaban junto a él, rodeándolo en forma de circulo y observándolo casi con adoración. La mueca de asco de su subordinado ahora tenía más sentido.
"Oh, esto.". -Chang se encogió de hombros. "Cuando me metieron a esta celda pisé accidentalmente a la cucaracha líder. Con su anterior líder muerto, estos repugnantes insectos decidieron reconocerme como la nueva figura de autoridad aquí. Básicamente, ahora soy su nueva reina."
"Querrás decir rey."
"Yo sé lo que dije."
"…."
"…."
"Señor Chang.". -Bie Yue pellizcó el puente de su nariz con fuerza, en un intento de reunir paciencia. "¿Estás mal de la cabeza?"
Él lo señaló acusadoramente. "¡Esto es lo que pasa cuando este maldito sistema corrupto castiga a un hombre inocente, privándolo de su libertad durante varios meses, por un crimen que no cometió!"
"Pero si te arrestaron hace tan solo dos malditas horas!". -Replicó su subordinado, finalmente perdiendo la paciencia. "Y de que inocencia me hablas!? ¡Si contrataste a Two Hands para matar a una niña, tu, hijo de-!"
"Ta-ta-ta-ta!". -Lo interrumpió Chang, agitando sus manos frente a su rostro en un gesto de irritación. "Es suficiente, esos son pequeños detalles insignificantes que ya no valen la pena mencionar. Lo importante aquí es, ¿Qué demonios hacemos ahora? Contaba contigo para que me sacaras de esta."
Bie Yue soltó un largo y cansado suspiro, como hacia cada vez que tenía que tratar con él. "Me temo que no hay nada que podamos hacer al respecto, señor Chang. Quiero decir, pensé que el jefe Watsup solo tenía algo en contra tuya, pero ahora veo que ese cabrón arrestara a cualquiera que intente pasarse de listo, por lo que no tiene sentido llamar a más de nuestros hombres ya que correrán el riesgo de ser arrestados."
"Aguarda un segundo, se me acaba de ocurrir un buen plan. Ahora que lo recuerdo, tú tienes derecho a realizar una llamada, así que contacta a todos nuestros hombres que están en la ciudad y ordenarles que realicen un asalto contra la estación de policía para liberarnos."
"Ahora solo estas diciendo pendejadas."
"Por supuesto que no, vi el mismo plan en una película americana, Masacre en la cárcel 13 si mal no recuerdo, y funcionó a la perfección, por lo que solo debemos copiar el mismo procedimiento."
"Un plan basado en una película no me parece nada convincente.". -Señaló Biu Yue, inexpresivo. "No veo como algo bueno puede salir de eso."
"Por cierto...". -Agregó Chang, levantando un dedo." Todos los atacantes murieron."
"¡Lo sabía, el plan es una completa mierda!". -Bie Yue agarró los barrotes de su celda con fuerza. "¿¡Por qué quieres recrear un plan en donde todos mueren, estás loco!? ¡No te lo permitiré!"
"Tsk. ¿Entonces me estás diciendo que tendremos que esperar a que Watsup se le dé la gana soltarnos?"
"¡Sí, te agradecería mucho si simplemente te quedas quieto en tu celda para no complicar todavía más nuestra situación!"
Chang volvió a chasquear su lengua con molestia, sin embargo, decidió aceptar el consejo de su subordinado. "Esto es una mierda."
Luego de unos días tranquilos, Balalaika finalmente había ordenado a sus hombres que entrara en acción y que eliminaran a los objetivos previamente seleccionados en un ataque exquisitamente coordinado.
Un escuadrón de sus soldados destruyó un segundo edifico edificio perteneciente a los Kousa, al mismo tiempo que un segundo escuadrón asaltaba una oficina y eliminaban a una buena cantidad de Yakuzas que pertenecían a ese mismo grupo, luego se retiraron rápidamente del lugar, dejando una docena de muertos y a la policía japonesa totalmente desconcertada.
Todo en un mismo día, sin que sus soldados sufriesen heridas o bajas.
Bando se había mostrado sorprendido y encantado una vez que le informaron sobre los resultados, alabándola a ella y a sus soldados por su eficacia. Aunque para Balalaika todo eso no fue nada más que un saludo, un inicio del juego.
Sin embargo, eso no evitó que ella aceptara su oferta de realizar una pequeña celebración por el éxito de su primer gran golpe contra los Kousa, en el mejor bar de la ciudad, que pertenecía a los Washimine.
Bando dijo que pagaría todas las bebidas, mujeres y demás vicios de sus soldados, así que ella no vio ningún motivo para rechazar la oferta.
Así que ahora ella estaba intentando relajarse, observando desinteresadamente una pelea entre dos de sus Vysotnikis en el centro del bar, los cuales estaban sin camisa ni zapatos, mientras una multitud mixta de rusos y japoneses los rodeaban en forma de circulo, alentando la pelea.
"Segura de que esto está bien?". -Preguntó Rock, sentado junto a ella en la barra del bar, haciendo una mueca ante la ferocidad con la que peleaban los soldados. "Quiero decir, ellos no se están conteniendo para nada."
"Por supuesto, esto solo es una pelea amistosa entre soldados.". -Respondió ella. "Es más común de lo que crees."
Él se estremeció. "Si esto es algo amistoso, no quiero saber cómo es si ellos pelean en serio."
"Eso generalmente incluye huesos rotos, ojos arrancados, desmembramientos- "
"Dije que no quiero saberlo!"
Balalaika se rió entre dientes al verlo taparse las orejas para no escucharla. Ahora podía entender porque Revy pasaba tanto tiempo con él y los mocosos, sus payasadas podían ser un poco divertidas…siempre y cuando no fuera ella el blanco de sus bromas pesadas.
De hecho, ahora que ella prestaba atención, Rock estaba solo y los gemelos problemáticos no estaban a la vista. Eso picó su curiosidad. "En donde están tus pequeños satélites?"
La repentina pregunta descolocó un poco a Rock, quien destapó sus orejas y la miró confundido. "Satélites?"
"Sí, esos mocosos que siempre están orbitando a tu alrededor."
"Oh…Hansel y Gretel.". -Él se encogió de hombros. "Ellos están paseando por ahí, buscando algo con que entretenerse. Dijeron que era aburrido ver a un montón de adultos inútiles pelear y emborracharse."
"¿Y está bien dejarlos sin vigilancia? Porque me temo que su idea de entretenimiento se traduce en dañar física o psicológicamente a las personas."
"Por qué será que eso me recuerda alguien?". -Rock ladeó su cabeza y la miró con curiosidad. "No serán tus hijos perdidos o algo así?"
"No.". -Dijo Balalaika, inexpresiva.
"Ya veo. Pero volviendo al tema anterior, no hay necesidad de preocuparse, he hablado claramente con ellos desde la última vez. Los niños ya no harán bromas pesadas que resulten en heridas graves y traumas psicológicos permanentes. Solo bromas pesadas normales."
"…Eso no me tranquiliza en lo absoluto."
Un rugido de aprobación llamó su atención, la pelea finalmente había terminado y los testigos estaban felicitando al ganador. Rápidamente aparecieron más peleadores para ocupar los lugares libres, emocionados por la exhibición de sangre y violencia.
'Al menos alguien se está divirtiendo.'. -Pensó Balalaika con amargura, dirigiéndole una mirada ceñuda a su nuevo aliado, Bando, quien también estaba disfrutando de los combates.
Ella tenía muchas ideas y estrategias de como podían acabar con todo el grupo Kousa de una manera rápida al atacar sus principales fuentes de ingresos, pero Bando había rechazado la idea de atacar con tanta fuerza y de manera tan directa, argumentando que no quería llamar mucho la atención y un montón de estupideces que a ella no le importaba en lo más mínimo.
Normalmente, Balalaika lo hubiera mandado a la mierda y habría seguido adelante con la operación a su manera. Pero como el negocio estaba yendo bien, y sus Vysotnikis estaban disfrutando de los juegos de guerra, Balalaika decidió ser un poco más tolerante esta vez y seguirle la corriente a Bando.
Al menos por ahora. Hasta que ella se cansara y ordenase acabar de una buena vez con el aburrido negocio para ocuparse de otros mucho más interesantes.
"¿Umm, señorita Balalaika?". -Dijo Rock.
"Deja de lado las formalidades, ha pasado mucha mierda entre nosotros para que me siguas tratando de señorita, comienzas a irritarme. Llámame Balalaika o Kapitana, como más te guste."
"De acuerdo, entonces, Balalaika… ¿Cómo debería decirlo?". - Él se rascó la mejilla, con una expresión entre nerviosa y preocupada." ¿Tu oferta del otro día aún sigue en pie?"
"…Sí."
Rock puso sus ojos en blanco. "Te olvidaste completamente de que era, ¿cierto?"
"He estado muy ocupada últimamente masacrando a los de tu especie, así que espero que me disculpes por haberme olvidado uno o dos detalles de una conversación probablemente estúpida que tuve contigo. Así que, ¿de qué se trataba esa oferta en particular?"
"De que tu estabas dispuesta a adoptar a los gemelos.". -Ahora fue el turno de Balalaika de poner sus ojos en blanco. "Solo bromeo, de ninguna manera te daría a los niños. Además, no serias capaz de durar mucho tiempo con ellos, te matarían mientras duermes."
"Lo que sea, tus asuntos, Japonski."
Rock se aclaró la garganta, su expresión se volvió repentinamente más seria. "Hace unos días atrás me dijiste que estaba bien si yo quería meterme en problemas…"
Oh, eso.
A decir verdad, ella sí se había olvidado completamente de esa conversación, porque, de nuevo, en su mayor parte fue estúpida. Balalaika le había ofrecido eso para que él y sus mocosos pudiera desahogarse un poco, y que no le causaran problemas a ella ni a sus hombres por estar aburridos.
Un puñado de soldados con la moral baja por ser ridiculizados por unos niños, y un sargento con claustrofobia, era lo máximo que ella estaba dispuesta a aceptar.
Pero como los días pasaron sin que Rock mostrase señales de querer aceptar su oferta, ella había dejado de lado ese asunto para ocuparse de otras cosas.
'El pez se tomó su maldito tiempo, pero finalmente mordió el anzuelo.'. -Pensó Balalaika. "Sí, ya lo recuerdo. ¿Entonces ya pensaste en algo para matar tu aburrimiento?"
"Sí, estuve dando vueltas a unas ideas durante estos días, y al final me decidí en hacerle una visita a un viejo conocido."
Balalaika resopló, decepcionada y molesta. Ella esperaba una solicitud más importante, teniendo en cuenta la seriedad con la que él hablaba, pero resultó ser solo una estupidez.
"No necesitas pedirme permiso para esa clase de tonterías. Ya te dije que, mientras no afecte o interfiera con mis negocios aquí, puedes hacer lo que se te dé la gana."
"Bueno, ese es el punto.". -Dijo Rock. "Para hacer lo que quiero, necesito que tú y tus hombres me acompañen a esta visita. Por supuesto, eso será una vez que acabes tus negocios con los Washimine, simplemente estoy informante de mis intenciones con algo de tiempo para que después no te enojes conmigo."
Balalaika alzó una ceja, mirándolo sin saber cómo tomar eso. ¿Era un negocio, o él simplemente quería hacerle una broma pesada, al estilo de sus mocosos, a alguien?
"Si necesitas que te preste a algunos de mis hombres para darle una paliza a alguien…". -Dijo Balalaika luego de un momento, con cuidado, decidiendo interpretarlo como un negocio. Si ese no era el caso, ella lo golpearía. "Entonces no hay ningún problema, pero te advierto que te voy a cobrar el servicio. El costo dependerá de quién es la persona y el nivel de gravedad de la paliza."
"Eh, bueno, no creo que una paliza sea necesaria. Después de todo, se trata de algo un poco más complicado que simplemente ir y golpear a alguien. En cuanto al precio… eso no será ningún problema, si todo sale bien, estoy seguro de que ambos podremos sacar una buena cantidad de dinero de esto.". -Él sonrió. "Lo suficiente como saldar esa deuda de los niños por la destrucción de tu hotel."
Entonces, sí era un negocio, uno que involucraba grandes cantidades de dinero...los favoritos de Balalaika. ¿Pero de que se trataba? ¿Una extorsión, una estafa, un robo?
"Escúpelo, Rock.". -Presionó Balalaika, inclinándose un poco hacia él. Tal vez ella estaba poniendo sus expectativas muy altas por culpa de su propio aburrimiento, pero lo que sea que él estuviera planeando hacer le había llamado la atención. "De qué diablos se trata?"
"De mi antiguo jefe, Kageyama. Quiero aprovechar la oportunidad de que estoy en Japón y hacerle una visita a ese hijo de perra."
"…Cuéntame los detalles."
Watsup es un Troll...
