Declaimer: Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer. Pero la trama es completamente de mi autoría. A casi 10 años de haber sido publicada por primera vez, regresa mejorada.

Gracias a mi beta Andrea y mi prelectora Ta-Cullen por ayudarme a acomodar las ideas.

Espero que cada una de ustedes se encuentren bien junto con sus familias, y que el leer les ayude a quitar lo que está sucediendo unos minutos de su mente.


8.- Déjà vu

Bella sacudió la cabeza en un intento de apartar las ideas que se arremolinaban en su cabeza, en ese momento no podía tener su juicio nublado, ahí estaba la primera cabeza a cortar.

Cuando le avisaron que ya iban en el ascensor tomó su móvil, y recibió la carpeta que Megan le entregó para ambas dirigirse a la sala de reuniones un par de pisos debajo. Al entrar en la sala ya estaban sus abogados entre ellos Emmett y solo los ejecutivos necesarios.

— Buen día, Sr. Abernathy. — Saludó Bella dirigiéndose hasta él, extendiendo su mano y estrechándola con firmeza, luego volteo a ver a Demetri que no se levantó de su asiento y su mirada era dura y retadora. — Demetri.

— Papá me habló de la estúpida oferta que has hecho, si crees que vamos a vender por esa mísera suma, estás muy equivocada.

— ¿Y qué esperabas? Su empresa está al borde de la ruina. Esa suma fue hace ya varios días, ha habido depreciaciones, su empresa ha perdido clientes fuertes que eran el atractivo que podía ofrecer.

— Tenemos…

Bella con un gesto de mano le pidió detenerse, apartó su silla y se sentó en su lugar, se apoyó en la mesa centrando su atención en su ex compañero y quien le arruinó la vida solo por tener el ego lastimado.

— El cliente árabe que era su pilar, acaba de firmar conmigo. — Le informó con una sonrisa y un guiño burlón. — La oferta disminuyó un ¿35%? — Le preguntó a Owen a su derecha quien negó.

— 38%. — Corrigió.

Demetri finalmente se levantó golpeando la mesa e ignorando los tirones de su padre que quería hacerlo tomar su asiento.

— Deja los numeritos de lado, con tu patético comportamiento solo te dejas en ridículo y das una muestra clara de porqué jamás podrás ser un líder. — Se mofó. — No estás frente a una amiga. — Esta última palabra lo dijo con comillas en el aire. — Te recuerdo que soy quien está evitando que su caída sea escandalosa. Esta es mi empresa, así que siéntate y compórtate como un adulto.

Demetri no tuvo más que obedecer retomando su lugar al sentir todos los pares de ojos puestos en él.

— Como decía, es lo que vale su empresa ahora en el mercado, apenas seis cifras. — Bella abrió la carpeta, la giró y deslizó hasta dejársela cerca a Marcus que extendió su mano para acercarla y ver el número marcado.

La cara de confusión e indignación se hizo presente, aunque tuvo la sensatez de no actuar como su hijo.

— Estás actuando de una manera irrazonable, hablaré con tu padre y seguro que él te hace reconsiderar esto que llamas oferta.

Bella sonrió abiertamente ante aquella ridícula amenaza.

— Que simpático. — Sonrió con arrogancia. — Puede hablar con Charlie, pero no servirá de nada, parece que no ha comprendido que somos dos empresas muy diferentes y al igual que ustedes, él está tratando de mantener la dignidad en el mercado. No recibirá una nueva. — Le indicó serena.

— Afuera hay varias empresas que estarían dispuestas a asociarse conmigo que es lo que pensé que planeabas a hacer tú. — Soltó Marcus sintiendo el nudo de la corbata cada vez más apretado por lo que se lo aflojó.

— ¿En serio? De ser cierto no estarían aquí. — Le dijo Bella con el mismo tono calmado, pero el semblante burlón. — Soy su única opción. Pero puede llamar a quien deseé, aunque es una pérdida de tiempo.

Como intentando demostrar lo equivocada que estaba, Marcus sacó su móvil y comenzó a hacer llamadas al mismo tiempo que daba indicaciones a su hijo y asistentes que iban con él de a quienes más llamar. Owen miró a Bella contrariado ante la aparente calma que tenía y solo se encogió de hombros y le pidió aguardar. Bella por su parte se apoyó completamente en su silla y comenzó a balancearse mirando en su móvil algunas de las fotos con Evan y respondiendo correos sin perder detalle, sonriendo cada vez más ampliamente al escuchar una negativa y como colgaban lanzando maldiciones por el ridículo que estaban haciendo.

Al notar que habían pasado cerca de 10 minutos Bella se aclaró la garganta.

— Suficiente, creo que es claro que nadie está interesado en brindarles ayuda.

— Y tú tampoco. — Soltó Demetri entre dientes. — Nuestra empresa vale mucho más de lo que ofreces…

— Valía. — Lo corrigió. Giró el folder hacia a Marcus. — Firme.

— No hasta que hagas un mejor ofrecimiento.

— Repito, es mi última oferta y no recibirá una nueva. Esto es todo. — Bella tomó el contrato e hizo amago de levantarse.

— Venderé. — Aceptó Marcus con el semblante pálido, era como si de pronto los años le cayeran encima, justo así se veía alguien que lo perdía todo.

— ¡Papá! — Protestó Demetri.

Bella le dio el contrato nuevamente a Marcus. Dejó que los abogados de los Abernathy lo leyeran e hicieran sus observaciones, aunque al final nada cambiaría. Emmett que estaba presente, se había mantenido en silencio y trabajaba con la mayor seriedad posible, aunque en el fondo estaba con ganas de felicitar a Bella por aquella manera de quitarles todo, pero al mismo tiempo se dio cuenta de que tan peligrosa podía llegar a ser.

Cuando se firmó todo el papeo, Bella sonrió ampliamente y enarcó una ceja hacia Demetri. Antes de mirar a sus abogados.

— ¿Esto quiere decir que puedo comenzar a hacer movimientos? — Sus abogados asintieron. — Bien. La mansión en las afueras y los departamentos en la Quinta, Décima y Séptima Avenida tienen que estar desalojados para este fin de semana. — Les anunció. Era la casa que Marcus ocupaba con su esposa y uno de los departamentos que ocupaba Demetri. — Ya tengo compradores interesados.

— ¿Qué es lo que pretendes con todo esto, Isabella? — Gruñó Demetri ya fuera de sí levantándose de su asiento cada vez más molesto al ver como Bella lo ignoraba

— Eso es todo señores, en verdad que fue un placer negociar con ustedes — Owen les entregó un cheque que Marcus vio fijamente, en ese trozo de papel estaba su trabajo de toda una vida, todo lo que invirtió pasó a ser una suma de apenas seis dígitos.

— ¿¡Estás contenta con arruinarnos la vida!? — Exclamó Demetri acercándose a ella, por su parte Bella se mantuvo en su sitio, no iba dejarse amedrentar.

— ¿Tengo que recordarte nuestra última conversación? — Le dijo con voz grave, eso pareció ser suficiente para que Demetri palideciera. — Tú arruinaste mi vida y yo juré que terminaría con la tuya. Y lo acabo de hacer.

— Todo esto lo has hecho por una estupidez.

— Para mí no era una estupidez, me arrebataste lo único que valía la pena, ahora yo te quité lo único que te importa.

— ¿Qué quieres que haga?

Bella sonrió de lado y se llevó una mano a la barbilla como meditándolo, se acercó un poco más a él. — Suplica y tal vez lo reconsidere.

Demetri la vio fijamente por unos segundos intentando de descifrar si de verdad estaba tratando que él, un Abernathy, perdiera la dignidad delante de todos aquellos presentes que no eran más que empleados. Y ahí estaba Emmett que parecía disfrutar del espectáculo.

— Veo que después de todo no te importa tanto conservar tu estatus.

Y justo como lo creía, Demetri cayó de rodillas ante la mirada atónita de su padre.

— Tú ganas, hiciste que me humillara delante de ti y de todos. Lo que hice fue algo estúpido pero…

— Eres patético, y siempre los has sido. Lo único de valor que poseías era el apellido de tu padre y ahora ya no vale nada gracias a ti. Por tu culpa, tu familia se quedó en la ruina.

— Estás aprovechándote de una situación para vengarte por una estupidez de hace años. — Sentenció con la mirada encendida levantándose. — Esto te costará muy caro, si llega a los medios…

— ¿Estás amenazándome? — Preguntó cruzándose de brazos enarcando una ceja. — Parece que no terminas de comprender con quien te estás metiendo en realidad. Puedes intentar lo que quieras, lo desacreditaré, al final nadie te va a dar importancia porque en cuanto se sepa de su nueva situación serán borrados.

— ¿Eres feliz quitándonos todo? — Preguntó finalmente tratando de contener muy mal el nudo en la garganta al entender la gravedad de su situación y todas las explicaciones que tendría que dar a su familia.

— Solo hice lo que cualquier inversionista inteligente. Debiste de asistir más a clase. — Le respondió mirando a Demetri con la cabeza ladeada. — Tuviste las herramientas para hacer de la empresa familiar un éxito, lo tenías todo y lo dejaste escapar pensando que siempre estaría ahí. A pesar del daño que me hiciste te tengo que agradecer porque me obligaste probarme a mí misma de todo lo que era capaz y aquí lo tienes. — Dijo levantando las manos. — Espero que te mantengas lejos de mí, porque si haces algo estúpido tengo al mejor grupo de abogados — señaló a los hombres que se mantenían en sus lugares. — Y espero fervientemente que nuestros caminos no se vuelvan a cruzar. Te deseo la mejor de las suertes volviendo a la vida real. ¿Quieres regresar a la posición privilegiada que estás dejando? Trabaja y tal vez hasta ese momento descubras el verdadero valor.

Tras ese discurso dio media vuelta y abandonó la sala dejando a todos atrás, menos a Megan que la acompañó manteniéndose en silencio junto a ella en el ascensor.

— Uno menos. — Dijo Megan para acabar con el silencio.

— Y nos queda uno. — Admitió Bella con una sonrisa ladeada. — Creo que he terminado por hoy, pasaré la tarde con Evan.

Cada vez estaba más cerca el finalizar su misión y poder volver a su hogar, necesitaba poner distancia entre Edward y ella, la estaba afectando más de lo esperado. No era inmune a él como lo había creído.

Esa noche Edward se presentó junto con Carlisle, encontraron a Evan, Bella y Esme comiendo galletas, que por el olor que aún se percibía estaban recién horneadas. Carlisle jugó un buen rato con Evan y al final cuando Edward estaba leyéndole un cuento para dormir fue que se sentó junto a Bella dejándose saber la verdadera razón de estar ahí.

— Edward me habló de lo sucedido en el hospital. Un hecho lamentable que va en contra de los lineamientos por los que nos regimos en el hospital. — Entrelazó sus manos. — Necesito una queja formal por escrito para poder presentarla al comité de ética del hospital y poder proceder con la sanción pertinente. Edward ya me entregó la suya, pero la más importante es la tuya relatando lo sucedido.

— Sé que fue algo inadmisible, pero no quiero…

— Parece que Edward no te habló de qué tan grave pudo ser. — Suspiró. — Al no localizarte pudo ser alertado Servicios Sociales como si hubieras abandonado a Evan en el hospital. Pudo tener repercusiones graves.

Conocer aquello le erizó la piel y algo pesado se instaló en su estómago. Se había negado a poner esa queja, pero ahora que conocía las implicaciones lo haría, porque no era justo que estuviera en ese puesto de admisión alguien que fácilmente era rebasado por el estrés y sacaba sus frustraciones con los usuarios, no permitiría que alguien más pasara por lo mismo que ella.

Carlisle la vio levantarse y salir de la cocina, intercambió una mirada con Esme, al cabo de unos minutos, Bella regresó con la carta ya firmada y la entregó a Carlisle.

— Esperaba no llegar a esto porque sé que su empleo puede estar en la cuerda floja, pero ahora que conozco el problema que pudo ocasionar hago lo correcto.

Edward llegó para ver como Bella le entregaba la hoja a Carlisle.

— Evan tardó un poco más en dormirse, mañana volveré a primera hora para curar las incisiones, está cicatrizando perfectamente a este paso en unos días quitaremos las suturas, veré con Colton para hacerlo aquí y evitar la visita al hospital. — Le dijo Edward manteniendo las manos en los bolsillos. Luego se dirigió a sus padres. — ¿Se quedan un poco más?

— No, también nos vamos. — Dijo Carlisle.

Se despidieron y marcharon, Bella se mantuvo en la puerta hasta que las del ascensor se cerraron. Apenas pasaba de las nueve, tenía un par de horas por delante para revisar las proyecciones de las reformas a las casas de los Abernathy, eso de tener compradores interesados era una realidad.

Edward comenzó a liberar su agenda para pasar más tiempo con Evan, convenció a Bella de dejar que lo llevara por un helado el día que le quitó las suturas como premio por portarse tan bien aun cuando tuvo que permanecer en casa. Ante aquello no tuvo objeción y lo permitió, claro que Ángela y Patrick fueron con ellos. Aquello fue una muestra clara que aún no se fiaba completamente de él, pero solo le importaba pasar tiempo con Evan.

A mitad de semana Bella irrumpió en la habitación donde Edward estaba con Evan dibujando, al ver su semblante tenso y la intensidad con la que lo miró supo que algo estaba ocurriendo.

— ¡Mami! — Corrió Evan a abrazarla. Bella lo levantó y lo llenó de besos hasta hacerlo protestar y lo regresó al suelo.

— Cariño, ¿me prestas a tu papi unos minutos? — Le pidió tocándole la nariz hasta hacerlo aceptar. Luego le indicó a Edward que la acompañara.

La siguió hasta su despacho y supo que algo no estaba bien cuando cerró la puerta y fue directo a su escritorio abriendo un cajón con demasiada fuerza haciendo temblar las cosas sobre este. Luego lanzó un sobre con rudeza en su dirección que él cogió sin entender.

— Solo era una maldita cosa. — Le indicó con los dientes apretados.

Edward extrajo el contenido del sobre, viendo las fotos de él con Evan en el parque, pasó cada una de ellas, no supo en que momento había ocurrido aquello, es más, le sorprendía que los medios se interesaran en él, no lo hacían desde que él se apartó y se enfocó en el trabajo, ahí solo las revistas de medicina eran las únicas en las que apareció. Se detuvo al notar unas de cuando entraba y salía del edificio de Bella.

— Recibí el pedido de una declaración sobre si tú y yo volvimos, y como es claro, de si es nuestro. — Le dijo dándole la espalda, ahí también había un par de fotos de ella con Evan y Ángela en el parque, solo ataron cabos. — Saben que no pueden publicar el rostro de Evan o se harán acreedores a una demanda monumental, pero lo harán público.

— Sabías que esto podía a ocurrir, dime ¿qué es lo que en realidad te molesta: que sepan que tienes un hijo o que ese hijo es nuestro? — Inquirió un tanto irritado.

Bella solo le lanzó una mirada severa, pero no respondió, no tenía idea de cómo hacerlo.

— Tenemos que hacer un frente unido por Evan. — Apuntó sin responder. — La edición en que planean salga esta noticia será a mitad de la próxima semana. En un rato daré una entrevista exclusiva para Vanity Fair donde hablaré de Evan para evitar el amarillismo y que los medios nos asedien más de la cuenta.

— ¿Y qué quieres de mí? — Preguntó aceptando que lo haría.

— Mi departamento de relaciones públicas se está haciendo cargo, pero Esteban te indicará cual es la historia a la que debemos de apegarnos.

Aquello le pareció una locura y negó con una sonrisa incrédula, iban a darle un guion.

— ¡Escúchame! Se hablará solo lo necesario sin entrar en detalles, y debes saber que decir, te buscarán para saber tu parte de la historia. — Le dijo haciéndolo consciente de que si la historia trascendía iba a regresar a ser noticia. — Esto es por Evan y tratar de quitar de él toda especulación, tú y yo somos adultos y podemos manejar esta situación, pero no quiero a la gente merodeando a nuestro hijo impidiendo que haga lo que le gusta hacer con absoluta normalidad. ¿Me doy a entender?

Luego de aquello ya no le parecía del todo descabellado, sabía que últimamente la prensa sensacionalista no había tenido grandes notas, por lo que se agarrarían de esta que sin duda alguna, era algo que les haría vender ejemplares. Podían tergiversar las cosas de forma tan ridícula que crearían historias paralelas que ningún sentido tendrían, pero todo sería por vender. A esa gente no le importaba poner a un niño pequeño en el centro de atención, al final podrían alegar que sus padres eran la noticia y él solo parte de ello, en este caso más Bella luego de su regreso a la vida pública.

— Te respaldaré. — Aceptó tomándola por los hombros notando como ella se relajaba y sintiendo esa sensación de cosquilleo. — Pero dejaré esto en claro, que se hiciera público no es mi absoluta responsabilidad, hay fotos de ambos con Evan. Los periodistas no son estúpidos del todo.

Bella se zafó de su agarre y asintió.

La tarde fue movida, la entrevistadora que acudió era conocida de Bella así que fue mucho más fácil. Esteban, el jefe de relaciones públicas, admitió todas las preguntas y estuvo presente mientras se realizaba. Edward escuchó solo una parte, pero decidió pasar el rato con su hijo, ya más tarde conocería el guion al que debía de apegarse. Para su mala suerte tuvo que marcharse por un inconveniente en el hospital, y Esteban fue con él ya que debía quedar todo claro esa misma noche, la primicia de la entrevista sería lanzada al día siguiente de manea digital y la siguiente semana impresa.

Esa sin duda fue una noche bastante larga.

Al día siguiente Bella se levantó temprano, tenía una reunión con Charles Hale. Pidió que todas sus llamadas fueran filtradas, la nota se publicaría al medio día e intuía un poco de caos.

A la hora de la reunión Charles se presentó con sus hijos, ver a Rosalie no le sentó nada bien, pero se abstuvo de dejarla fuera y los recibió.

— Lamento la premura de esta reunión y gracias por recibirnos. — Fue el saludo de Charles. — Estuvimos hablando con Jasper y todo lo que está sucediendo con la empresa de tu padre…

— Lamento que tus acciones estén siendo afectadas por este conflicto. — Dijo con sinceridad.

— Estamos dispuestos a venderte nuestra participación si aún sigues interesada, tal vez no es mucha ya que cuando todo comenzó a ir en picada tuvimos que asegurar nuestras inversiones en otros mercados.

Bella enarcó una ceja con una leve sonrisa, al final estaban siendo bastante inteligentes. Abrió los documentos que le entregaron y revisó las acciones, el precio y supo que ahí estaba la oportunidad de obtener el control de Swan Industries.

— No tengo nada contra ti, Charles, ¿sabes que al venderme tus acciones me estás entregando el control de Swan Industries? — Le preguntó y lo vio asentir con un poco de pesadumbre.

— No quiero ser juzgado, pero ahí está invertida una parte de nuestro patrimonio y cada vez tienen menos valor. Tu padre está apostando por medidas bastante arriesgadas y no quiero quedarme sin nada.

Bella comprendió la encrucijada, pero agradecía su honestidad.

— Te pagaré por ellas la oferta inicial que te hice hace algunas semanas. — Aquello tomó por sorpresa a Charles, aquella cantidad era ya más elevada de lo que valían en el mercado, pero no podía rechazarla, solo un estúpido lo haría. — Puede ser una parte y otra en acciones de Diamond dentro de esta filial.

Como lo esperaba Bella, Charles accedió, así que comenzaron con el papeleo y quedaron en firmar el lunes a mediodía. Luego de que se marcharan y saber que tenía lo que tanto deseaba no sintió esa emoción que esperaba.

Siguió con su trabajo tratando de pensar lo menos posible en la tormenta que estaba por azotarla. Megan que estaba al pendiente de la publicación y le avisó cuando estuvo disponible. Bella leyó el avance de la entrevista donde anunciaban la existencia de Evan y las razones por las que Bella lo había mantenido en el anonimato deseando que pudiera crecer fuera de foco teniendo una infancia lo más normal posible.

Le envió el link a Edward con una ligera advertencia de que se preparara por si alguien intentaba ponerse en contacto con él, ya que sin hondar dejaban saber que él era el padre.

Lo que Bella no vio venir y en lo que no pensó fue en sus padres, los recordó cuando llegaron a su oficina demandando verla. Tras el escándalo afuera tuvo que salir y al encontrarlos y les indicó que iban a tener aquella conversación a puerta cerrada. Con una seña le dejó saber a Megan que se encargaría de ellos.

— ¿Un hijo? — Chilló Renee apenas estar a solas. — ¿Cuándo pensabas decírnoslo?

— ¿Por eso fue que te marchaste? ¡Sabías el gran error cometido! — Exclamó Charlie molesto. — Tener ese niño…

— No les voy a permitir que hablen de mi hijo y de lo que evidentemente no saben nada. — Los rebatió con voz alta. Se acercó a su padre. — ¡Evan nunca podrá ser llamado un error!

Renee soltó una risita sarcástica.

— ¡Tú eres lo peor que nos pudo pasar! — Soltó las afiladas palabras, que no tuvieron el impacto que esperaba.

— El sentimiento es reciproco, pero uno no elige. — Se encogió de hombros. — La razón por la que no sabían de su existencia, es justo por la clase de escoria que siguen demostrando ser.

Ante aquello, Renee le dio una bofetada, pero recibió una de vuelta que la hizo llevarse la mano a la mejilla y mirar a su hija incrédula. Charlie estaba tan sorprendido, pero tomó a su esposa por los brazos.

— ¿Cómo te atreves? ¡Soy tu madre!

— Eres la mujer que me dio la vida, distas mucho de ser llamada madre. — Se frotó la mejilla levemente, le dolió pero no iba a permitir demostrarlo. — En lugar de estar aquí armando una escena pidiendo explicaciones que no merecen. Deberían estar preocupándose por su futuro y como se deberán adaptar a su nuevo estatus.

Aquello hizo a Renee centrar su atención en su esposo. Charlie negó ligeramente con la cabeza para tranquilizarla, pero ver la sonrisa radiante de Bella, como el gato que se ha comido el ratón, le indicó que se estaba perdiendo de algo y lo iba a saber muy pronto.

— Diamond es la nueva dueña de Swan Industries. — Anunció radiante.

— ¡No te venderé!

— Charles Hale lo hizo, me vendió sus acciones — Le dijo mostrándole la copia de un documento donde se había pactado la compra y solo se esperaría a la firma ante los abogados. — Ya no serás más el presidente de tu compañía. — Miró a Renee que estaba bastante contrariada. — ¿Recuerdas ese chalet que poseías en Aspen, la mansión de los Hampton, así como la casa de verano de las Bahamas? También son propiedad de Diamond.

Ante aquel anuncio Bella notó como la mirada de Charlie se encendía.

— Logan's Inmobility es empresa paralela a Diamond. — Una sonrisa ladeada se dibujó en el rostro de Bella. — Y así de fácil es como se quedan sin nada.

El cinismo fue la gota que hizo explotar a Charlie, tomó con rudeza a Bella por los brazos y la empujó contra la pared haciendo que su cabeza chocara aturdiéndola, al comprender lo que había hecho la soltó y Bella se deslizó contra la pared hasta quedar sentada en el suelo, en la nebulosa en que se encontraba escuchó la vocecita de su hijo llamándola lo que la obligó a abrir los ojos e intentar levantarse, pero no pudo hacerlo, una punzada en la cabeza se lo impidió.

Edward que iba detrás de Evan se quedó paralizado una fracción de segundo ante aquella visión, de inmediato tiró del brazo de Evan que quería ir con Bella y se lo entregó a Megan indicándole que lo sacara de ahí y llamara a seguridad. Consumido por la ira no midió palabras y solo le soltó un puñetazo a Charlie que chocó contra su esposa, quien lanzó un grito. Edward lo tomó por las solapas del saco y lo obligó a levantarse.

— ¡Animal! — Gritaba Renee golpeando la espalda de Edward que solo porque se trataba de una mujer no le respondía.

— Sobrepasó todos los límites, Bella no está sola. — Le dijo con dientes apretados.

El gemido de Bella que intentaba levantarse con los ojos entrecerrados y que Charlie no estuviera peleando fue lo que lo obligó a soltarlo con rudeza haciéndolo tambalear e ir junto a Bella llevándola a una silla. Justo en ese momento llegó Owen que perplejo evaluaba la situación y se mantuvo en la puerta evitando que los Swan se marcharan.

Los hombres de seguridad aparecieron y uno se acercó a Charlie y otro a Edward.

— Sáquenlos de aquí. — Ordenó Bella con voz grave haciéndola fruncir el ceño ante la molestia y llevarse las manos a la cabeza. Sintió que Edward era apartado y por impulso cogió su mano — ¡A él no! — Indicó.

— Llévenlos fuera del edificio y será mejor que no se les permita la entrada. — Demandó Edward tomando el control, los hombres extrañados miraron a Bella y luego a Owen que asintió.

Charlie no se opuso y lanzó disculpas que Bella apenas pudo comprender. Edward le tomó el rostro entre las manos y le pidió mirarlo. La cabeza le dolía, pero conseguía ver mejor, aunque la luz le provocó una punzada.

— ¿Sabes dónde estás? ¿Cómo te llamas? — Parloteó y se calló cuando Bella le cubrió la boca con la mano, pero él se la apartó. — Será mejor que te llevemos al hospital, pediré al neurólogo que te revise.

— Estoy bien, Cullen. — Protestó con una mueca.

— Fue un golpe muy duro y perdiste la conciencia por unos segundos. — Le dijo con voz ansiosa. — Si no lo haces por mí, hazlo por Evan.

Aquellas palabras fueron las adecuadas, Megan regresó seguida de Ángela que llevaba a Evan en brazos. Angie había ido al baño cuando todo sucedió, pero estaba ya haciéndose cargo de un ansioso Evan, que llorando, pedía a su mamá. Al verla se removió hasta que lo dejó en el suelo y corrió para abrazarla. Bella por su parte lo apretó contra su pecho y le besó la cabecita acariciando su espalda con suavidad al tiempo que le decía todo estaba bien.

— La llevaré al hospital, cancela sus citas. — Ordenó Edward ignorando las protestas de Bella que aseguraba sentirse ya mucho mejor.

Edward convenció a su hijo para que fuera con Angie y él pudiera ayudar a Bella que por muy fuerte que se quisiera mostrar estaba sintiendo un poco de nauseas. Así que aferrada al brazo de Edward se dejó conducir.

Evan no estaba dispuesto a separarse de su mamá, por lo que dejaron que los acompañara. Durante el trayecto en el vehículo de Bella, Edward llamó al hospital para que avisaran al jefe de neurología para que los viera en su consultorio. También envió un mensaje a su madre para que los encontrara ahí, intuía que ella sería de gran ayuda para tranquilizar a Evan y también Bella se relajaría.

Al llegar al consultorio de Edward, Esme y Carlisle ya los esperaban. Evan abrazó a su abuela y le contó lo sucedido haciendo que se le erizara la piel, entendía la ansiedad de su hijo aun cuando Bella se empecinaba a decir que era todo una exageración.

— Solo medidas preventivas. — Le informó Carlisle que le indicó a una enfermera llevarla a una tomografía.

Esme convencía a Evan de ir a la cafetería mientras revisaban a su mamá, Ángela fue con ellos dejando a Bella en manos de los médicos.

— ¿Qué fue lo que sucedió realmente? — Cuestionó Carlisle detrás del cristal con Edward y el técnico mientras le realizaban el estudio.

— Llegamos con Evan a su oficina, él salió corriendo del ascensor y supe que no era buena idea cuando escuché los gritos, intenté detenerlo pero él llegó antes que yo pudiera impedir que abriera la puerta, justo en el momento en que Charlie estrellaba a Bella contra la pared. — Recordar el sonido sordo de la cabeza de Bella contra la pared le heló la sangre. — Ella perdió el conocimiento por unos segundos no pude evitar darle un puñetazo a Charlie.

Se llevó una mano a la cara, supo que Charlie fue consciente de lo que hizo al ver su rostro de terror ante la imagen de su hija en el suelo.

El resultado apareció en la pantalla y ambos suspiraron al notar que todo parecía bien, solo algo muy leve. Trasladaron a Bella a una habitación y esperaron por un corto tiempo a que apareciera el jefe de neurología, Edward no admitió ningún residente.

— Hola, Andrew. — Saludó Edward al jefe de neurología que también era su amigo.

— Ya revisé los resultados, es una contusión leve. Solo mandaré unos analgésicos y descanso por un par de días. — Le indicó a Bella que les lanzó una mirada como diciéndoles que ella tenía razón y solo habían exagerado. Le tendió una tarjeta a Bella. — Ahí está mi número, puede llamarme si hay alguna molestia, si el dolor de cabeza incrementa o no aminora. Pueden presentarse nauseas o vómito, también va medicamento para ello.

— ¿Puedo irme a casa?

— Por supuesto, pero hoy no puede hacer ninguna actividad más que estar en cama, mañana puede ser un día casi normal a excepción del trabajo. Podrá regresar a trabajar el lunes. — Dijo con firmeza. — Espero no verla en urgencias Srta. Swan.

Escuchar aquello también fue un alivio para Bella que muy en el fondo temía que algo estuviera mal. Cerró los ojos dejando el brazo sobre sus ojos, se sentía un poco mareada.

Andrew se despidió anunciando que firmaría los papeles para que pudiera irse a casa.

Bella no sabía si era por el medicamento, pero se quedó profundamente dormida, tranquila de saber que Evan estaba siendo cuidado por Ángela y Esme. Despertó en momentos para ir al baño o comer algo de lo que le llevaron.

En la soledad de su habitación una solitaria lágrima rodó por su mejilla, cuando creía que había conocido la peor parte de su padre, él se las ingeniaba para demostrarle que no era así. Lo cierto es que ella lo provocó hasta hacerlo perder la razón, pero nada justificaba lo que le acababa de hacer, meditó si debería levantar una denuncia en su contra, pero al mismo tiempo apartó esa idea por revuelo que eso ocasionaría y de nuevo se pondría en el centro de atención llevando con ella a Evan.

Alguien golpeó suavemente la puerta y la abrió con cuidado, vio a Megan asomarse y al notar que estaba despierta entró y se sentó al borde de la cama.

— Solo quería asegurarme de que te encontrabas bien. Ángela me llamó al salir del hospital, pero me quedé preocupada. — Dijo con una cálida sonrisa.

— Solo me siento somnolienta y la cabeza me punza. Estaré como nueva en un par de días.

Al notar una mirada en Bella, Megan pudo adivinar cuál sería su siguiente pregunta, así que se aventuró a responder.

— Solo Maxwell y Owen saben lo que realmente sucedió, los de seguridad han sido discretos. — Se felicitó al notar que Bella se relajaba y asentía levemente. — Ahora me voy, despreocúpate de la empresa, nos podemos hacer cargo de ella por un par de días, solo que sea algo muy urgente te llamaré.

— Gracias, Meg.

La vio salir con la misma cautela con la que había entrado, suspiró y agradeció tenerla aún a su lado, no era solo una empleada, ni siquiera solo amiga, era su familia.

Más tarde recibió la visita de Evan que pidió cenar junto a ella prometiendo cuidarla. Bella disfrutó de ese rato con su pequeño revoltoso, le contó todo lo que había hecho con su abuela, y lo más emocionante fue preparar un pastel, cuando le confesó que era más rico que el de ella, Bella soltó una carcajada y se llevó la mano a la cabeza ante una punzada.

— Eso es verdad, cariño, los pasteles de tu abu son más ricos que los míos. — Recordó la última vez que hicieron uno, aunque comible, estaba seco y nada esponjoso como la rebanada que le habían llevado.

— ¿Puedo dormir contigo? — Pidió con su carita angelical.

Tenerlo a su lado siempre le ayudaba a dormir más tranquila, Ángela le prometió que se mantendría al pendiente. Bella le contó uno de sus cuentos favoritos que ya se sabía de memoria y fue así como Evan se quedó dormido y al poco rato ella también lo hizo.

— ¡Mami! — El grito de Evan la hizo incorporarse con demasiada rapidez haciéndole doler la cabeza y lanzar un gemido de dolor, pero aun así tanteó con una mano intentando encontrar el cuerpecito de Evan.

Sintió que Evan era sacado de la cama y una voz masculina tratar de tranquilizarlo, encendió la luz de la mesilla de noche y cerró los ojos, la claridad la lastimó aún más, provocándole nauseas, pero luego de un momento pudo ver a Edward tratando de tranquilizar a Evan. Lo mantenía abrazado acariciando su espalda y susurrándole palabras dulces. Se acercó a ellos y frotó su espalda.

— Estoy aquí, cariño, todo está bien. — Le decía suavemente manteniendo los ojos cerrados, Evan se separó de Edward para abrazar a su mamá. Bella lo meció por un rato asegurándole que todo estaba bien y pronto lo sintió más pesado y supo se había vuelto a dormir. Entreabrió los ojos para poder acomodarlo en la cama y no protestó ante la ayuda de Edward, la obligó a regresar a ella también a la cama y apagó la luz.

— ¿Qué haces aquí? — Preguntó Bella en voz baja para no despertar a Evan.

— Vigilándolos. — Suspiró. — Convencí a Ángela con ayuda de Megan de que me permitiera hacerlo para que ella pueda cuidar de ustedes durante el día. Vuelve a dormir.

Bella cogió su móvil para ver la hora y notar que la alarma programada para tomar sus medicamentos estaba por sonar, la reprogramó y tomó sus pastillas.

Tragándose el orgullo miró a Edward que estaba en un sillón junto a la cama — Gracias.

— Descansa.

Ella se giró dándole la espalda y dejando una mano sobre el cuerpecito de Evan. No podía ver a Edward, eso le trajo duros recuerdos de cuando estuvo hospitalizada y él pasaba las noches junto a su cama cuidándola, actos que le demostraron su afecto, lo que le llegó muy profundo pues nadie antes había hecho eso por ella.

Sin poder apartar eso de su mente se quedó dormida.


Sé que prometí darles este capítulo el fin de semana, lamento demorar un poco más. Aunque deben de reconocer que este es un poco más largo que los anteriores.

Bienvenidas a las nuevas y es grandioso seguir leyendo a las que lo vienen siguiendo desde la primera publicación.

Gracias por seguir leyendo, agregando la historia entre sus favoritas, alertas y por todos los comentarios que han dejado.

Nos leemos en el siguiente, muy pronto.

TitiC