Declaimer: Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer. Pero la trama es completamente de mi autoría. A casi 10 años de haber sido publicada por primera vez, regresa mejorada.

Gracias a mi beta Andrea y mi prelectora Ta-Cullen por ayudarme a acomodar las ideas.

Espero que cada una de ustedes se encuentren bien junto con sus familias, esto seguirá por un buen rato, por favor sigan las indicaciones y manténganse protegidas.


10.-Revelación

A la mañana siguiente, Ángela tuvo que llevar a Evan a la escuela, Bella debía de estar a primera hora en Sawn Industries. Al llegar, Megan ya la esperaba y agradeció el vaso de café que le entregó. Aquel lugar le trajo tantos recuerdos que apartó de su mente, subieron a la sala de reuniones y los empleados con los que se cruzaron trataban de que ella no notara que la miraban pero fracasaban.

Charlie estaba en la entrada de la sala de reuniones e hizo ademan de tomarla del brazo a lo que Bella se echó hacia atrás y su padre expuso sus palmas a la altura del pecho como dejándole saber que no planeaba hacerle daño.

— Mantente alejado. — Le dijo por lo bajo y siguió su camino lanzando un saludo a todos los presentes.

Los ejecutivos de mayor rango estaban en esa sala, muchos no estaban nada entusiasmados de lo que implicaba estar bajo el ala de otra corporación dirigida por una mujer y más sabiendo que Charlie había sido removido de su cargo.

Bella inmediatamente tomó el control. Habló de las nuevas reglas que debían tener presentes. La forma en que se manejarían las cuentas, los contratos que se revisarían, así como unas nuevas cláusulas que se añadirían a los nuevos, a quien dirigirse en caso de tener alguna duda, por el momento iban a llenar informes diarios que serían revisados.

Al cabo de dos horas todo estaba claro o eso es lo que parecía, Bella se despidió y le indicó a su padre lo vería en su oficina luego de ir con dos ejecutivos más.

Charlie esperó en su nueva oficina, era más pequeña aunque bastante cómoda. Ese lugar le traía suficientes recuerdos del tiempo que su hija había estado ahí, al inicio creyó que necesitaba mano firme para tomar las cosas con la seriedad que el puesto requería, ella tenía una forma diferente de hacer las cosas y al salir de la zona que él creía la única alternativa, la orillaba a retomar el camino que él hubiera elegido, al principio ella lo hizo y fue bastante manejable, pero después se volvió impredecible tomaba decisiones arriesgadas, pero calculadas.

En ese momento fue consciente de lo astuta que era y una parte de él quiso retenerla. Se aprovechó de su inseguridad para mantenerla bajó su control, la anclaba en clientes menores intentando que todo su potencial no saliera a flote. No era sordo y escuchaba como era percibida por los mismos empleados, ahí fue el punto de quiebre, se sentía orgulloso de su talento y veía en ella una sucesora formidable, pero al mismo tiempo vio su tiempo contado, si ella sobresalía lo relegaría y se negaba a ser desplazado cuando tenía muchos años por delante.

Salió de sus pensamientos al escuchar un golpeteo y luego la puerta ser abierta, Bella entró seguida de Patrick.

— Veo que te has instalado completamente. — Dijo recorriendo la estancia y deteniendo la mirada en los amplios ventanales.

— No es necesaria la seguridad. — Dijo mirando al guardaespaldas.

— Me temo que lo es y Patrick se queda. — Sentenció. — Además no es como que pretenda durar mucho tiempo aquí. — Se acercó al escritorio. — Tus informes serán enviados directamente a mí, Maxwell es la cabeza de esta empresa mientras encontramos a alguien adecuado, pero yo seré quien vigile de cerca tus movimientos.

— Yo he estado en este negocio incluso antes de que tú aprendieras a andar en bicicleta. No quieras venir a darme lecciones…

— Tienes años en este negocio, pero has perdido la perspectiva y justo fue por eso que llevaste a tu empresa a un declive catastrófico. Sigues aquí porque eres socio y te negaste a recibir la participación correspondiente que creíste injusta cuando es basada en el valor real de Swan Industries ahora en el mercado. No olvides las clausulas en tu contrato, y lo que está en juego en caso de que quieras hacer algún movimiento que perjudique las inversiones.

— Puedes tener el control ahora, pero no te durará mucho tiempo, voy a recuperar lo que me pertenece. — Sentenció, aún continuaba buscando alternativas para recuperar lo que le había quitado y poder obtener el control nuevamente.

— Espero tu reporte hoy antes de las ocho.

Al regresar a la escena neoyorquina, tuvo que acudir a eventos, algunos de ellos como al que acababa de llegar, organizado por la esposa de un cliente por lo que asistía por mera cortesía, solo permaneciendo el tiempo reglamentario para no parecer grosera.

Ahí se encontró a Tanya; su antigua amiga se acercó a ella y la abrazó, por su parte Bella se quedó rígida al inicio y luego le dio unas palmaditas y se apartó. Le parecía increíble el cinismo, pero también había deseado encontrarse con ella.

— Al fin tengo la oportunidad de verte, desde que llegaste no has dejado de ser noticia. Todo el mundo habla de la talentosa Isabella Swan. — Dijo con una sonrisa, pero la envidia era latente. Giró el rostro comprobando que tenían la suficiente privacidad para hablar. — Lo que le hiciste a Demetri fue despreciable. Se irá del país.

— ¿Y qué hay de lo que ustedes me hicieron? ¿Cómo definirías eso? — Le preguntó con la mirada dura. — No intentes mentir, es obvio que tú estabas al tanto de los planes de Demetri, tenías algo que ganar.

Tanya bebió de su copa y se encogió de hombros.

— Y lo conseguí. — Dijo sin una pizca de vergüenza, eso hizo enojar a Bella pero su rostro fue imperturbable. — Mientras tú sufrías, él disfrutaba en mi cama.

Aquella imagen le causó nauseas que disimuló dando un sorbo a su copa y luego una media sonrisa se formó en su rostro.

— No debiste de ser tan memorable porque solo fuiste algo pasajero, como lo eres para todos los hombres. — Le recordó y escuchar aquella verdad hizo a Tanya fruncir los labios, porque en el fondo ninguno de sus amantes había permanecido por mucho tiempo con ella. Hacía creer que cambiaba con regularidad porque le aburrían, pero lo hacía por la simple razón de evitar que fueran ellos los que la dejaran. Recordar a Edward solo constataba la afirmación de Bella, él estuvo con ella un par de veces, pero después la sacó de su vida sin ningún problema, ella lo buscó, pero él la evitó. — Tratas de herirme diciendo que lo tuviste en tu cama, pero solo fue porque estaba tan furioso que no era consciente e intentaba olvidarme. Fuiste una pobre sustituta.

Tanya la cogió de uno de los brazos encajándole las uñas y Bella se resistió a hacer una mueca, continúo con la cabeza levantada.

— Siempre te has creído superior restregando tus logros. Pero a pesar de todo eso, solo eres una pobre madre soltera.

— No sientas lástima por mí, soy madre y estoy orgullosa de ello. — Le dijo con una gran sonrisa, le apretó la muñeca para que la soltara. — Si he obtenido lo que he querido es porque he trabajo por ello. Creyeron destruirme, pero solo me hicieron más fuerte. Soy privilegiada, pero a diferencia de ti, puedo asegurar que me lo he ganado y no solo lo heredé o me lo han patrocinado. Te diré lo mismo que a Demetri, mantente alejada de mi familia y de mí. — Se acercó más a ella y le susurró. — Sabes que no me quieres de enemiga. Antes era peligrosa, ahora soy letal.

Tras esas últimas palabras se alejó dejando a su antigua amiga conteniendo la furia, por perder una discusión que ella misma inició creyendo poder herirla, pero las cosas parecían no haber cambiado demasiado, seguía sin entender que para lastimarla ella sola no era suficiente.

Bella habló con más personas y quedó de confirmar asistir a otros eventos, esto era lo que menos extrañaba de volver al ojo público. Solo dos horas después se despidió y acudió a su siguiente reunión con un cliente en un restaurante.

Llegó antes que su cliente y cuando vio a su madre sentada con una de sus viejas amigas no dudó en dirigirse hasta ella. La primera en verla fue Mónica que le sonrió abiertamente.

— ¿Quién iba a imaginar que te encontraría aquí? — Fue el saludo de Bella a Renne que acababa de dar un sorbo a su té y lo tragó con dificultad para luego forzar una sonrisa.

Bella se inclinó y la besó en ambas mejillas y luego lo hizo con Mónica para finalmente sentarse en una de las sillas libres.

— Justo le estaba preguntando a tu madre de como consiguieron guardar el secreto de tu éxito. — Preguntó interesada, Bella sabía que no le importaba, solo necesitaba tener una información nueva que poder compartir con su grupo.

— Quería que fuera una sorpresa ¡y vaya que hubo revuelo! — Exclamó Bella sin una pizca de modestia. Renee apretó los labios creyendo que no la veían, tal vez su amiga no lo notó, pero Bella estaba encantada de incomodarla. — ¿No era esta semana cuando se irían a Las Maldivas? — Le preguntó a Renee que suavizó su expresión ante la atención puesta en ella.

— Tu padre tuvo unos compromisos y lo postergamos. — Dio un nuevo sorbo a su té que le pareció amargo, y sonrió a su amiga. — Que es una o dos semanas de retraso.

Mónica le dio la razón.

— Creía que eras una mujer demasiado ocupada como para malgastar tu tiempo saliendo a comer. — Soltó Renee queriendo saber que estaba haciendo ahí, introdujo la cucharilla en un pastelillo de frutos rojos.

— Me reuniré con un cliente. ¿En verdad comerás eso, Renee? —Exclamó lanzándole una mirada incrédula. — A tu edad debes de cuidar más lo que comes. Por eso tienes problemas en tus caderas. ¿Llamaste a Robert? Es un grandioso entrenador. — Se detuvo y se llevó una mano a la boca como si acabara de darse cuenta de un error. — Eso fue un poco desconsiderado, solo quise saludarte, es difícil encontrarte por tus múltiples ocupaciones: desayunos, almuerzos, salones de belleza, compras y esas cosillas.

— Querida, lo haces sonar como si fuera algo banal, pero si tenemos ese privilegio hay que aprovecharlo ¿Tú no lo disfrutas? — La cuestionó Mónica sin detectar el sarcasmo con que Bella se dirigía a su madre que no explotaba por estar en un lugar público con una amiga.

— Disfruto más ganando que gastando. ¿Has probado hacerlo alguna vez? — La miró con una sonrisa ladeada. — Nunca se sabe que sorpresas nos tendrá el destino y puede que así, — chasqueó los dedos, — todo lo que tenemos se esfume y pasemos de ese lugar privilegiado que dices poseer, a ser una más.

— Eso es algo de lo que nosotras no debemos de preocuparnos. — Respondió visiblemente incómoda viendo a Renne que le dio la razón.

No pasó casi nada en que Mónica se disculpó para ir al tocador, aunque en el fondo Bella sabía que solo quería poner espacio. Al estar a solas en la mesa Renee dejó de disimular y vio duramente a su hija.

— ¿Qué es lo que estás haciendo? ¿Quieres avergonzarme? — Exclamó cogiéndole la mano a Bella que tenía sobre la mesa y sin esperarlo Bella la giró quedando la mano de Renee debajo y en una posición bastante incómoda.

— Solo saludar y ver cuál es tu plan para tu nueva realidad. ¿Nadie lo sabe, cierto? ¿Cuánto crees que tu círculo tarde en saber que Charlie es solo un empleado más? — Le soltó la mano y se reacomodó en la silla. — Podrías actualizarte como fisioterapeuta, tal vez cuando esto finalice tengas que hacer uso de tu carrera.

— ¿Crees qué eso va a suceder o me asusta? — Gruñó cada vez más irritada.

— No te asusta, te aterra perderlo todo, porque al final es lo único que te da valor y por lo que la gente te tolera. — Le soltó viéndola enrojecer. — Te empeñabas en hacerme creer eso a mí, pero la verdad es que era tu situación, siempre has sido una simplona, sin el dinero y el apellido de Charlie, no eres nada.

Aquello fue más de lo que Renne pudo tolerar, pero antes de poder coger el brazo de Bella ella se levantó al ver a su cliente llegar.

— Cuidado, Isabella, recuerda con quién te estás metiendo.

— Esa es la diferencia, yo sé a dónde estoy entrando, pero tú no tienes una maldita idea de lo que soy capaz. Hacerte daño no es una opción, destruirte sí. — Le guiñó un ojo. — Ten un grandioso día, el mío lo es.

Se dirigió a donde estaban llevando a su cliente, ese día estaba resultando demasiado movido, primero su padre, luego Tanya y para terminar Renee. Y se sentía tan bien que en cada uno de esos encuentros hubiera conseguido incomodarlos y regresarles una pizca de como a ella la hicieron sentir. La subestimaron y era momento de que comenzaran a verla como era realmente.

Esa noche Edward llegó a cenar a casa de Bella por petición de Evan, lo llevó a la cama, cuando se durmió fue a buscar a Bella que estaba en la cocina con una taza de té a un lado, el iPad encendido en un canal de noticias y ella trabajaba en su portátil.

— ¿Hoy se durmió casi al instante? — Le preguntó Bella sorprendida de lo poco que tardó, apenas lo vio y continuó tecleando, pero lo notó quedarse de pie frente a ella al otro lado de la isla y al sentir que la observaba fijamente se detuvo de lo que hacía. — ¿Sucede algo?

Lo vio removerse ligeramente y fruncir el ceño lo que la extrañó y causó curiosidad.

— Sucedió algo esta tarde, no quiero mal entendidos. — Bella se irguió automáticamente y quedó expectante. — Tanya me estuvo llamando y al ignorarla se presentó en el consultorio.

Edward vio a Bella enarcando una ceja y sus labios ligeramente curvados. La primera llamada que recibió la respondió, al no tener su número registrado pensó era un paciente, tras decirle que no le interesaba lo que tuviera que decirle le colgó y tras varias llamadas y mensajes, terminó bloqueando el número, lo que no esperó fue que se presentara en su horario de consulta con la intensión de seducirlo, intentó por las buenas que ella se marchara, pero no fue hasta que seguridad llegó que ella se fue.

— Nunca se ha caracterizado por ser la más brillante. — Fue la respuesta de Bella sin una pizca de enfado que esperó encontrar Edward y eso lo desalentó bastante. — Me topé con ella esta mañana en un brunch de la esposa de un cliente. — Bella volvió a teclear sin dejar de hablar. — Tuvimos una conversación en donde saliste a relucir, lastimé su ego y cree que acercándose a ti va lastimarme. — Chasqueó la lengua y lo miró nuevamente. — Ya se cansará.

— Como sea. — Edward intentó restarle importancia. — ¿Crees que mañana pueda llevar a Evan a comer? Saldré en la noche a Londres, tengo que atender un caso y estaré fuera por algunos días.

— Ángela y Patrick irán con ustedes. — Le dijo con seriedad, Edward creía que ya habían avanzado, pero al parecer ella seguía sin confiar completamente.

— Pasaré por Ángela para ir por Evan a la escuela. Lo regresaré a eso de las seis. — Le avisó, recibiendo un asentimiento al tener que responder una llamada.

Y con eso dio por terminada la conversación, se despidió con un movimiento de mano al que Bella imitó y lo vio alejarse. Luego de 20 minutos colgó y finalmente pudo pensar en las palabras de Edward, el que Tanya se pusiera en contacto con él era un movimiento desesperado para demostrarle a ella cuan equivocada estaba sobre sus aseveraciones de que no era alguien memorable. En parte agradecía a Edward por habérselo contado porque no la tomaría por sorpresa, y se felicitó por no dar una muestra real de cómo le cayó aquella noticia, tenía que andarse con cuidado no quería que él supiera cuanto la estaba afectando.

Como lo había prometido, Edward se tomó prácticamente el día libre, solo dio unas consultas que no podía aplazar y después fue por Ángela para ir por Evan, detrás de ellos en una camioneta oscura, los seguía Patrick que no le quitaba los ojos de encima. Aún no se acostumbraba a estar vigilado, pero lo soportaba para poder estar cerca de su hijo al que no parecía incomodarlo, para él era algo demasiado normal al parecer.

Comieron pizza y luego fueron al parque, y cuando fue la hora de volver a casa, Edward entró con ellos y se despidió de Evan no sin antes entregarle un nuevo libro de cuentos para dormir que le prometió leerle los días que estuviera fuera de la ciudad. Bella notó a Evan entristecer un poco al saber que su papá no iría a verlo en varios días.

Edward llegó a tiempo al aeropuerto registrando su equipaje y pasando a la sala de primera clase, si iba a volar todas esas horas lo haría de forma cómoda. Sacó un libro igual al que le había dejado a Evan y lo llamó para leerle una parte. Bella se sorprendió de aquel detalle y dejó el móvil cerca para que escuchara lo que su papá leía mientras le sostenía el libro para que pudiera ver los dibujos. Se durmió justo cuando lo llamaban para abordar. Fue una rápida despedida y cortaron; Bella por su parte se quedó mirando la pantalla negra de su móvil por varios minutos, el pedirle que se cuidara había estado por salir de sus labios, pero lo retuvo a tiempo.

Edward llegó a un departamento que rentó por una aplicación, como tenía que estar en el hospital a las 8 am, decidió dormir 2 horas teniendo el tiempo justo para prepararse y comenzar su día. Se despertó, tomó una ducha y se fue al hospital que estaba a un par de calles para revisar al paciente al que sometería a cirugía. Era un caso especial, por esa razón un colega suyo le pidió asistirlo ya que se necesitaban dos cirujanos expertos para hacer el procedimiento en el menor tiempo posible y así evitar complicaciones. Los retos le encantaban a Edward y aquel lo entusiasmó, eran varias horas las que pasaría en quirófano, pero eso no le molestaba en lo absoluto. Luego de verificar que todos los exámenes de laboratorio estaban en orden se programó la cirugía para primera hora del día siguiente.

Ese día se negó a la invitación de salir a cenar con sus amigos, estaba agotado por el viaje y la diferencia horaria por lo que pretendía dormir lo suficiente para poder tener un buen rendimiento en la cirugía. Programó una alarma para despertarse a la hora que Evan se iba a la cama. Se quedó profundamente dormido, y maldijo cuando despertó notando que habían pasado diez minutos. Cuando llamó a Bella, supo que Evan estaba esperando a que llamara como lo había prometido para leer su cuento. Sin saber, eso le estaba dando puntos a los ojos de Bella que valoraba su compromiso, sabía que en Londres era cerca de la 1:30 de la mañana y estaba él despierto solo para leer el cuento prometido hasta que Evan se durmió.

La cirugía les llevó un par de horas más por una complicación que no se vio en los estudios y solo fueron conscientes de ella cuando abrieron, pero a pesar de todo el paciente estaba estable y esperaban una recuperación satisfactoria, esa noche Edward aceptó salir a cenar con sus amigos se lo merecía después de aquella jornada. No paró de reír ante las anécdotas recordando sus días en aquel hospital cuando era interno y posterior al ser residente, a pesar de la distancia se alegraba de notar que en ese momento parecía no importar y era como si él aún siguiera ahí, continuaba siendo uno de ellos.

Como lo estaban pasando tan bien no quisieron terminar ahí, así que cuando uno propuso ir a un pub todos aceptaron, luego de dos rondas Edward fue por la tercera junto con uno de sus colegas y mientras esperaba recorrió el lugar apenas iluminado entrecerrando los ojos al creer ver a Damian que era tapado por un par de chicos, cuando se apartaron vio que efectivamente era él que parecía muy relajado y mantenía el brazo sobre los hombros de una pelirroja que le susurraba cosas al oído haciéndolo reír más fuerte. Aquella escena le hizo hervir la sangre, estando en el departamento de Bella se atrevió a decirle que era mucho mejor que él, pero estaba ahí con esa chica engañando a Bella y eso era algo que no iba a tolerar.

— ¿A dónde vas? — Le preguntó Everett confundido.

— Vi a alguien conocido, dame un segundo. — Le pidió alejándose.

Se detuvo en seco cuando otro chico moreno se unió al grupo dejando un par de bebidas y besó a Damian. Aquello era demasiado de lo que esperaba ver, no le molestaba esas muestras de afecto, en realidad le tenían sin cuidado creía que cada persona era libre de elegir, lo que estaba mal en esa situación era que estaba engañando a Bella.

Al parecer el quedarse viéndolo fijamente no pasó desapercibido por el grupo que lo acompañaba, lo señalaron, y por la forma en que lo miraban creía estaba juzgando lo que había pasado, pero en cuanto Damian lo vio, sintió un frío que recorrió su columna y se inclinó a su pareja diciéndole algo que lo hizo abrir los ojos y negar. Luego Damian se acercó a Edward que no dejaba de mirarlo con enfado.

— Salgamos, aquí no vamos a tener esta conversación. — Le dijo señalando la salida. Edward salió porque iba a llegar al fondo de todo aquello. Antes les dijo a sus amigos que volvería y vio la confusión por la compañía y el enfado que recién había adquirido.

— ¿Y bien? — Le cuestionó Edward apenas estar fuera del lugar apretando los puños para contenerse de golpearlo y solo porque estaba una patrulla ahí cerca. — ¡Habla, maldita sea!

— Stephen es mi pareja. — Confesó manteniendo las manos en los bolsillos de su pantalón maldiciendo por haber dejado el abrigo dentro. — Sabía que tarde o temprano te enterarías, no eres estúpido del todo.

— ¡Cuidado! — Le advirtió apretando los dientes y los puños. — ¿Fue divertido?

— A decir verdad, lo fue. — Admitió Damian dando un paso hacia atrás y levantando las manos para indicar que mantuviera su distancia. — Tú lo preguntaste, relájate un poco y hablemos como adultos.

— ¿Qué pretendían con esto? ¿Fue idea de Bella?

— La respuesta para ambas cosas es obvia. — Le dijo rodando los ojos sin perder la calma. — Solo se aseguraba de mantenerte a distancia, los celos no eran algo con lo que esperábamos encontrarnos. No puedes culparla por intentar mantenerte lejos. Conozco la historia y…

— No tienes una idea…

— Ahí es donde te equivocas, Cullen, yo he estado con ellos desde que llegó a la ciudad, Bella sabe ganarse la lealtad de las personas y por eso, al igual que yo, hay varios que hubieran hecho lo mismo. — Dijo con firmeza. — Regresaré con mi grupo, si quieres hablar puedes llamarme y nos encontraremos mañana. — Le entregó una tarjeta antes de rodearlo y volver al interior.

Aquella revelación le cayó como un balde de agua helada, sus celos habían sido estúpidos porque Damian no era para nada un contrincante, pero lo convenció. Guardó la tarjeta regresando con su grupo, ya vería si lo llamaría.

El viernes por la noche Edward llegaba a la ciudad, Bella estaba inquieta desde que Damian la llamó para avisarle lo sucedido. No podía culparlo, que descubriera el engaño fue casualidad. No se arrepentía de nada, lo estaba haciendo para protegerse.

El grito de Evan al escuchar el timbre y correr para abrir la puerta la hizo contener el aliento, se mantuvo en su sitio cerca de la puerta a la terraza mientras Vicky dejaba que Evan abriera la puerta. Apenas al dar un paso dentro, Edward levantó a Evan en brazos lanzándolo al aire haciéndolo reír, cuando sus miradas se cruzaron Bella no pudo leer su enfado que se acrecentó un poco al notar como ella no parecía para nada culpable de saberse descubierta en su farsa.

— Llegas justo a tiempo para cenar con nosotros. — Lo invitó Bella. — En realidad Evan estaba esperándote.

Ante aquello no pudo negarse y en el fondo lo agradeció, tenía hambre. Solo habían sido tres días fuera, pero Evan no paraba de contarle cada uno de sus días y ese detalle lo hacía quererlo aún más, era la forma en que su hijo lo hacía participe de su vida. Bella se mantenía en silencio, solo interviniendo cuando era necesario, la mayor parte de la cena la pasó solo observándolos como interactuaban con complicidad. Agradecía que Edward respetara la forma en que ella lo estaba educando.

Evan era un niño plagado de privilegios, algo de lo que no era consciente en ese momento y ella intentaba por diferentes medios que disfrutara de las cosas más sencillas que en el fondo resultaban ser las más significativas. Él cumplía sus tareas a veces con gusto y muchas otras refunfuñando, pero las hacía. No pudo evitar sonreír recordando cómo se quejaba de tener que guardar sus juguetes en la cesta o sus legos en el baúl asignado o corría el riesgo de no recibir postre o una tarde en el parque. Las horas que podían llegar a pasar en las librerías buscando un nuevo libro que llevar a casa.

— ¿Puede mi papá leerme el cuento esta noche? — Pidió regresándola al presente notando que ya habían terminado su cena.

— Claro, pero primero vamos a lavarte bien los dientes y ponerte el pijama. — Le extendió la mano que él tomó y bajó de la silla de un brinco.

— ¿Puede ser la de dinosaurios? — Pidió con una gran sonrisa.

Bella rodó los ojos y asintió, esa era su favorita y tenía que encontrar una nueva porque la que se rehusaba a dejar ya estaba desgastada aunque era muy suave. Edward esperó paciente sentado en la cama de Evan mientras Bella se encargaba de asegurarse de que Evan se lavaba bien los dientes, le limpiaba el rostro y lo veía colocar su ropa en la cesta adecuada. Lo ayudó a subir a la cama y lo cubrió besando su frente encendiendo el monitor y dejándolos a solas.

Ella regresó a la cocina y se sirvió una copa de vino del mismo que había abierto la noche anterior. Con el iPad encendido revisó los últimos documentos enviados por Charlie, hasta el momento estaba apegándose a los lineamientos.

Entró al canal de noticias, donde escuchó lo último que estaba sucediendo, luego cambió a uno de espectáculos y sonrió al ver como se hablaba de la caída de los Abernathy que luego de años en el negocio y ser en apariencia una empresa sólida lo perdía todo en manos de un competidor mucho más grande.

Esta es una muestra clara de que no es la educación si no la determinación de llegar a la cima. No cualquiera lo logra, solo los más fuertes. — Comenzó uno de los presentadores. — Demetri Abernathy e Isabella Swan fueron a la misma facultad.

Son de la misma generación, Steve. — Le recordó el otro.

Cierto, Brad — Admitió. — Esto hace aún más tangible mi punto. Ambos recibieron la misma educación, provienen de dos familias poderosas en ámbitos empresariales muy similares, pero mientras uno de ellos disfrutó de la vida, la otra trabajó arduamente consiguiendo conquistar un mercado liderado por hombres, y es oficial, es la primera mujer en llevar el mote del tiburón de la finanzas, un logro que el mismo Charlie Swan consiguió pero que conservó muy poco tiempo.

Escuchar aquello hizo a Bella levantar los brazos al aire y celebrar en silencio, no quería perturbar el sueño de Evan quien al parecer se había dormido porque ya no lo escuchaba, vio el monitor para verlo acurrucado entre las mantas. Lo que indicaba que Edward se había marchado sin siquiera despedirse, lo que agradeció.

Se sirvió más vino y continuó escuchando.

Muchos creían incluso que estos dos terminarían juntos, pero siendo honestos hubiera sido un error demasiado grande para Isabella, su credibilidad se hubiera visto empañada por la vida loca de Abernathy. — Decía Brad. — Erróneamente la apodaron la estrella fugaz cuando pensaron que se había retirado de este negocio estando en ascenso.

Yo fui uno de esos. —Confesó Steve apenado. — Y creía erróneamente que después de todo lo demostrado la presión la había sobrepasado y por eso optó por un negocio diferente donde hay más diversidad. Pero a comparación de muchos que anuncian sus logros a gran escala, ella conquistó mercados sin decir una palabra evitando de esa forma ser saboteada. No fue hasta estar en lo más alto y cuando Diamond Corporation era un monstruo que dijo "este imperio es mío".

Yo estuve entre los periodistas invitados en esa cena y fue toda una revelación, incluso, aunque no confirmado, parece que Charlie Swan tampoco estaba enterado de que ella era su nuevo contrincante en los negocios. — Se aventuró Brad, haciendo a Bella sonreír por la razón que tenía. — Y es justo en este punto en que salta si la fusión entre padre e hija es realmente eso o hay algo detrás de todo esto, no hay que olvidar que ella abandonó la empresa familiar de forma abrupta según informes cercanos.

Un carraspeo la hizo saltar casi derramando el vino en su mano. Se giró para ver a Edward y lo que hizo fue apagar el iPad.

— No fue sencillo de dormir esta vez. — Dijo encogiéndose de hombros. — Lo arropé y me aseguré de que estuviera su dinosaurio cerca. Mañana quedé de llevarlo al parque por la tarde, tengo un par de cirugías programadas. — Dejó escapar el aire que estaba conteniendo. —Necesitamos hablar.


Hola de nuevo, como lo prometí un nuevo capítulo lo más pronto que pudimos. Esto no sería posible sin Andrea que pone tiempo para que ustedes reciban algo de calidad. Esperamos que lo disfrutaran.

Bienvenidas a las nuevas y es grandioso seguir leyendo a las que lo vienen siguiendo desde la primera publicación.

Gracias por seguir leyendo, agregando la historia entre sus favoritas, alertas y por todos los comentarios que han dejado. En breve me pondré al corriente respondiendo sus reviews.

Nos leemos en el siguiente, muy pronto.

TitiC