Declamar: Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer. Pero la trama es completamente de mi autoría. A casi 10 años de haber sido publicado por primera vez, regresa mejorada.
Bueno, estamos de regreso mi beta y yo listas para para terminar esta historia. De verdad sin la ayuda de Andrea esto no sería posible. También a Lalis.
CAPITULO 22
Ambos se quedaron en silencio por un momento, que fue roto por Evan.
— ¿Cuándo podremos ir a visitarlo? ¿Él me conoce? — Preguntó observando a su mamá.
Por su parte Bella trataba de pensar en que decir, aquellas palabras diciendo que era su abuelo solo habían salido de su boca.
— Verás, cielo, no todos los papis son como el tuyo. — Comenzó. — Él mío era bueno cuando era pequeña, pero cambió, el trabajo lo era todo para él. Te he contado que los adultos podemos hacer cosas no muy buenas lastimando a otros, lo que no está bien.
— ¿Él fue malo? ¿No jugaba contigo? — Ante aquello Bella solo le revolvió el cabello, su inocencia era encantadora.
— Fue malo, aunque dice que ha cambiado. — Suspiró. — ¿Recuerdas a tu compañero Elliot que era malo con Bruce en tu escuelita de Londres, y que aún cuando prometió que no volvería a romper sus crayolas Bruce no se las volvió a prestar de nuevo por un buen tiempo hasta que le creyó?
Lo vio asentir.
— Estoy dándole tiempo para asegurarme de que no volverá a ser malo de nuevo.
— Yo te defenderé, mami. — Dijo con vehemencia, algo que ya había hecho sin darse cuenta.
Ignorando el dolor se inclinó y lo besó en la frente.
— Te amo, mostrito.
— ¿Más que a papi? — Cuestionó.
— Es un amor diferente, a ambos los amo mucho. — Respondió. — Que dices si me traes una rebanada de tarta de manzana de la que nos envió tu abu Esme.
Tardó solo unos minutos y al regresar lo hizo junto con Ángela que lo seguía de cerca vigilando que no derramara el contenido del plato que llevaba. Al entregárselo vio una gran rebanada y una bola de helado de vainilla. Se sentó a su lado y de inmediato hundió su cucharita en el helado.
— Insistió en que querías tarta con helado de vainilla. — Dijo Ángela enarcando una ceja mirando a Evan que sonrió con la boca llena.
— Pequeño tramposo. — Le revolvió el cabello y saboreó la rebanada de tarta mientras hablaba con Ángela y reían de las ocurrencias de Evan.
…
Dos días después del accidente, Bella se presentó en la empresa, no le gustaba en nada el collarín que le limitaba el movimiento, pero sin él, el cuello le molestaba mucho más, por lo que no le quedaba otra que soportarlo.
Durante esos días no se tuvo noticias de que Tanya fuera hacer algo en su contra, Esteban la relajó diciendo que estaba alerta para hacer un movimiento primero. Aunque le indicó que algún escandalo estaba lejos de suceder por parte de los Denali, pues habían contratado a una empresa de relaciones públicas que tenía fama por saber manejar escándalos y moderar hasta hacerlo llegar al olvido.
Lo único que lamentaba de todo aquello era la pelea con Edward, aunque eso también les permitió llegar a un acuerdo en cómo manejar discusiones a futuro.
Ese fin de semana Carlisle, Esme, Edward, Evan y Bella viajaron a Miami para ver la propiedad que estaba por comprar Carlisle. La inmobiliaria de Bella le consiguió un trato bastante bueno, solo le mencionaron un par de detalles que aunque insignificantes iban a requerir atención, por lo que era importante que Carlisle lo viera directamente antes de cerrar el trato.
Estaba en una zona residencial, las casas tenían bastante distancia entre sí para dar privacidad. Esa contaba con un gran jardín, una piscina enorme y acceso a la playa. Recorrieron cada espacio escuchando los planes que tenía Esme para aquel lugar. Un arquitecto los acompañó para revisar los detalles y luego de comprobar que serían arreglos menores Carlisle estaba listo para hacer la compra.
Aquella casa la quería principalmente para vacaciones familiares y cuando se retirara siempre había hablado con Esme de mudarse a un lugar cálido cerca del mar. Se decidió a hacer la compra al escuchar como Alice y Rose no conseguían un lugar para la celebración de la boda, y esa casa era perfecta para celebrar una boda doble como la que estaban planeando.
Iban a regresar ese mismo día a la ciudad, pero al final decidieron quedarse, el alojamiento no representó ningún problema, solo se vieron obligados a ir de compras, el más feliz de poder estar en la piscina fue Evan que se lanzaba al agua donde Edward lo esperaba, y le enseñaba a nadar. Junto con Esme y Carlisle los vieron riendo cada rato que Evan tragaba agua por no coordinar el momento de tomar aire.
Hicieron reserva para comer en un nuevo restaurante, como no estaba lejos del hotel fueron andando, Esme se mantuvo cerca de Bella.
— Desde hace un tiempo quería hablar contigo. — Comenzó Esme tomando el brazo de Bella entre uno de los suyos y palmeándole la mano con suavidad. — No es nada malo, solo quería consultarlo contigo antes de llevarlo a cabo. El piano que ha estado en mi familia iba a ser para Edward ya que era el único que lo tocaba aparte de mí, pero hablándolo con él, creemos y queremos que pase directamente a Evan.
Eso la sorprendió ya que había escuchado el significado que tenía para Esme, pero cada día que acudían a casa de los Cullen, Evan practicaba y estaba avanzando bastante con Edward guiándolo con infinita paciencia.
— Es un regalo muy generoso.
— Pensaba enviarlo a tu casa, pero Carlisle me hizo ver que primero debía de consultarlo contigo ya que no sería divertido que de pronto te encontraras con un piano en tu recibidor.
— Hubiera sido desconcertante, aunque preferiría esperar y que lo sigan manteniendo ustedes, es una pieza valiosa y creo que lo prudente es evitar hacer tantos movimientos, aún no he conversado con Edward, pero debemos comenzar a buscar una casa ya que el departamento era algo temporal.
Esme se mordió la lengua, ella estaba enterada de los planes de Edward que ya estaba en la búsqueda de una casa para su familia, en realidad ya tenía dos opciones listas para mostrar solo estaba esperando el momento adecuado.
La comida fue agradable, como todas las que Bella recordaba, se tomaron su tiempo, ese día no tenían prisa, era algo así como unas mini vacaciones. Al salir del restaurante fueron a una tienda de postres que les recomendaron.
En esta ocasión Evan iba cogido de las manos de sus abuelos que lo balanceaban de vez cuando haciéndolo reír, unos pasos atrás iban Edward y Bella tomados de la mano disfrutando de ver la alegría de su hijo.
— Evan me habló el otro día que había visto una foto en la que estaba tu padre contigo.
— Fue el álbum que me dio Charlie. — Le dijo recordando que no se lo había comentado. — Por navidad me obsequió un álbum con fotos de mi infancia, creía que en algún momento podría mostrárselo a Evan. Él lo descubrió y hojeó, al final estaba una imagen un tanto borrosa de Charlie, pero cuando preguntó simplemente le dije que era su abuelo.
— Me desconcertó y por un momento no supe que decirle cuando me preguntó si yo conocía a tu papá. — Se encogió de hombros recordando cómo solo pudo verlo por el espejo retrovisor. — Luego, como he aprendido, si le doy un tiempo, él solo comienza a hablar de lo que sabe.
— No le dije mucho, pero creo que pronto tal vez dejaré que sepa que Charlie es su abuelo. — Dijo mirando a Evan reír, aún no se fiaba del todo de su padre y lo que menos deseaba es que pudiera hacerle daño a su hijo.
— Cuando tú creas que es el momento, lo haremos. — Le besó la frente.
Por la tarde la pasaron en la piscina, de nueva cuenta Evan lanzándose donde Edward lo capturaba y continuaron con las lecciones. Por la noche Esme y Carlisle llevaron a Evan a cenar dándoles parte de la noche libre que aprovecharon teniendo una cena en el restaurante del hotel con vista al mar.
…
Regresaron a la ciudad el domingo por la tarde, comieron todos reunidos, fue en aquel momento que Carlisle anunció la compra de la propiedad a sus otros hijos, la más entusiasmada fue Alice, pues vio que ahí podrían realizar la celebración. La boda, aunque doble, se decidió entre ambas parejas que sería algo pequeño solo con un grupo reducido de familia y amigos.
Cerca de anochecer, Edward en lugar de dirigirse a casa la llevó a otro lugar, al inicio Bella no dijo nada, hasta ver que se detenía fuera de una casa con un letrero de venta y uno de los asesores que conocía esperando en la entrada.
Antes de que pudiera hacer cualquier pregunta Edward había salido del auto, abrió la puerta de Bella y después sacó a Evan de la silla trasera del auto.
— ¿Están listos? — Preguntó Rupert, el asesor abriendo la casa.
— ¿Edward?
— Necesitamos una casa y no ha sido sencillo encontrar la propiedad adecuada, he visitado algunas y esta junto con otra son las opciones que se adaptan a tus requerimientos. — Le guiñó un ojo dándole a entender que sabía que ella también estaba en la búsqueda de una casa.
Era una casa grande con varios dormitorios, una cocina amplia jardín trasero, una biblioteca, estudio y una habitación que daba directamente al jardín algo muy parecido a lo que tenía en Londres, la que utilizaba como estudio de arte. Esa casa en definitiva le gustaba, como tenían tiempo fueron a la segunda, igual era una zona residencial y la casa se notaba más amplia, la fachada en ladrillos rojos le encantó a Bella, recorrió las numerosas habitaciones sin poder contenerse de ir ideando que iría en cada una de ellas, el jardín era amplio y había una piscina que hizo gritar de emoción a Evan.
Edward esperó junto a Rupert que Bella terminara de ver cada rincón, abría y cerraba puertas hasta finalmente regresar a la cocina donde estaban.
— ¿Y qué opinas? — Le preguntó Edward.
— Esta casa no tiene una habitación para convertirla en estudio con vista al jardín como esperaba y construirla arruinaría el equilibrio que hay en este lugar. — Dijo frunciendo los labios ligeramente. Ante eso Edward creyó saber cuál era la respuesta.
— Podemos seguir buscando…
— El ático es amplio y ese ventanal redondo deja fluir buena luz, solo tendremos que colocar una mejor iluminación. Esta casa realmente me encanta, está más cerca de nuestros trabajos que la anterior y de excelentes escuelas. — Dijo con una sonrisa. — Es una magnifica zona, no está cerca del parque, pero es un lugar tranquilo para nuestra familia.
— Creo que tenemos una ganadora. — Dijo Edward a Rupert que sonreía aliviado, era el mejor asesor y hasta la fecha conseguir una casa para su jefa fue una de las tareas más difíciles a las que se enfrentó. Al inicio cuando conoció a Edward solo vio un rostro familiar, y escuchó lo que quería notando las similitudes con las que Bella estaba solicitando, una consulta rápida en internet le dejó saber la razón y desde ese momento se vio trabajando para ambos empeñándose en que Bella no encontrara una propiedad como la quería para que Edward pudiera sorprenderla y lo consiguió. Aunque estaba estresado porque tenía una reputación en la empresa que Bella estaba comenzando a dudar, pero ahora todo era más claro.
Ambos hombres hablaron rápido de lo que seguía, el tiempo que le tomaría tener los papeles listos para que él firmara y se hiciera la compra de la propiedad, así como se esperaba que ese mismo fin de semana se pudiera hacer la entrega de la casa y solo bastarían los arreglos para que se mudaran.
Evan no pudo evitar saltar de emoción al conocer que esa casa seria su próximo hogar, el patio y piscina eran sus favoritos. En el camino a casa, Evan iba dormitando, Bella quiso negociar la compra para que fuera por parte de ambos, a lo que Edward se rehusó, él tenía un plan de cómo se realizaría y no iba a aceptar ningún cambio.
…
A mitad de semana, Edward junto con Bella, acudieron a las oficinas de la inmobiliaria para firmar las escrituras y realizar el pago de la casa. — ¿Bella? — La llamó Edward haciéndola girarse para observar que le tendía un bolígrafo y le señalaba una línea en uno de los papeles. — La casa quedará a nombre de ambos. — Aunque lo intentó convencer de lo contrario, Bella quedó como copropietaria y al terminar les entregaron un kit como agradecimiento por la compra, lo que divirtió a Bella.
Fueron a la casa de los Cullen donde se había quedado Evan mientras ellos acudían a la reunión. Ángela también se encontraba ahí, Esme la había convencido de acompañar a Evan cada vez que vinieran, le gustaba su compañía.
Esa tarde Bella terminó inmersa en los preparativos de la boda de Alice y Rose, teniendo el lugar para la ceremonia estaban ultimando los detalles, la boda se llevaría en poco más de un mes, eso para Bella era un tiempo muy corto, pero se guardó sus comentarios solo se ofreció a ayudar con lo que necesitaran. Por la empresa tenía bastantes contactos que le garantizaban conseguir lo que ella quisiera en un tiempo record, además ofreció otorgar un descuento a los invitados que decidieran alojarse en el hotel que tenía en la ciudad.
Todo eso le traía recuerdos, pero se aseguró de mantenerlos bajo control. Luego de la cena se fueron a casa, y Bella obligó a Evan a tomar un baño ya que había pasado un muy buen rato jugando con Emmett y Max en el jardín.
…
Con la casa en sus manos, dejaron que la empresa de Esme se encargara de prepararla y finalmente mudarse al que sería su hogar. Tranquilos estaban en la sala frente a la chimenea aprovechando que Evan se encontraba en su habitación durmiendo. Las noches eran sus momentos preferidos y al ser viernes ninguno tenía prisa de irse a la cama.
— ¿Ya vas a contarme por qué decidiste cortar tu cabello? — Le preguntó enrollando un mechón en uno de sus dedos.
— No tuve opción, fue culpa de Evan. — Dijo encogiéndose de hombros. — James le regaló un juego de unas pelotitas para pegar en una pantalla de velcro, un día jugando mientras yo estaba absorta en el trabajo me las colocó en el cabello. — Frunció el ceño. — Con Ángela tratamos de quitarlas durante horas, pero solo se enredaron más, así que no quedó de otra que cortar el cabello y me gustó, así que lo he mantenido corto.
Edward no pudo evitar sonreír, sin duda debió de ser una escena bastante graciosa. Se acercó más a ella dejando que su mano se enredara en su cabello y tiró de ella suavemente para poder besarla. Bella respondió de inmediato, tenían ya unas semanas sin estar juntos, en un movimiento y levantando su falda, se sentó sobre él quedando ahorcadas, sintió las manos de Edward acariciarle los costados y ceñirse en su cintura, en un rápido movimiento la giró recostándola en el sillón quedando sobre ella sin aplastarla.
Bella introdujo sus dedos en el cabello de Edward haciéndolo suspirar. Las manos de Edward comenzaron a recorrer el cuerpo de Bella deteniendo los pulgares sobre sus senos que acarició de forma circular haciéndola gemir y notando como sus pezones se endurecían ante aquella caricia. Bella rompió el beso para tomar aire levantando el rostro dando de esa manera acceso a Edward sobre su cuello, lo sintió desabrochar su blusa dejando al descubierto su pecho cubierto por un sostén de encaje, con la punta de sus dedos Edward recorrió los bordes del sostén y tiró hacia abajo exponiendo más piel que fue cubierta por su boca haciéndola morderse los labios para no lanzar un gemido.
— Ya te extrañaba, cariño.
— Y yo a ti. — Admitió Bella besándolo mientras dejaba que sus manos comenzaran a desabrochar la camisa de Edward y siguió con el cinturón.
Sentir las manos de Bella tan cerca lo hicieron contener el aliento, le tomó las manos y las dejó sobre su cabeza. Ambos de detuvieron al escuchar un ladrido, eso solo indicaba que Evan estaba fuera de la cama. Bella empujó a Edward para reacomodarse la ropa.
— ¿Mami?
Edward fue el primero en incorporarse, mirando sobre el sillón vio a su hijo en la puerta tallándose un ojo y manteniendo a Rex bien sujeto con el otro brazo. Bella se abrochó la blusa y trató de acomodarse el pelo antes de enderezarse viendo a Evan.
— ¿Qué hacen?
— Bueno… — Balbuceo Edward incomodo apartándose por completo de Bella.
— Papi me estaba ayudando a sacar una pestaña que se metió en mi ojo. — Dijo Bella parpadeando. — La pregunta correcta es: ¿Qué haces despierto y fuera de la cama?
— Estaba soñando que una dona me perseguía. — Se acercó a ellos y se sentó entre ambos apoyando su cabecita en el brazo de Bella. — Y pensé que tal vez significaba que tenía que comer una dona. El tío Em contó el otro día que soñó con pretzels y que significaba que tenía que comer uno, dijo que cuando lo comió no volvió a soñar con otro.
Ambos soltaron una risita.
— El problema es que no tenemos donas.
— Papi puede ir por una.
— ¡No a estas horas! — Exclamó Bella divertida. — Mañana, tal vez si haces bien todos los deberes, te lleve a comprar una. ¿De azúcar?
— ¡No! Era una Krispy cubierta de chocolate y rellena de crema.
— Que especifico. — Bromeó Edward revolviendo el cabello rebelde de su hijo que sonrió abiertamente.
Max se recostó a los pies del sillón, mientras Evan se envolvió en su manta dejando su cabeza en el regazo de Bella, Edward solo la miró y supo que lo que estaban haciendo iba a tener que esperar.
…
Las cosas continuaron su curso, respecto a Charlie, Bella ya no acudía a todas sus reuniones para vigilarlo y comenzó a dejarlo tomar decisiones, claro que la mayoría tenían que ser previamente autorizadas, aunque se estaba tratando de apegar a los lineamientos. Luego estaba la relación que tenía con Sue, había visto en un periódico que acudieron a una gala juntos, la enfermera estaba siendo una buena influencia para Charlie, lo notaba relajado y sonreía un poco más, algo a lo que no estaba acostumbrada.
Esa mañana de inicio de semana estaba resultando bastante movida, al salir de una reunión y revisar unas inversiones que le interesaban se llevó una gran sorpresa al notar que Swan Industries había invertido sin autorización en un nuevo mercado. Con solo unas llamadas consiguió saber que el responsable era Charlie, tras dejar sus pendientes terminados fue a visitarlo, aquella conversación iban a tenerla de frente.
Charlie se levantó de su asiento al recibir notificación de su asistente que Bella se dirigía a su oficina, no se había separado del escritorio cuando escuchó llamaban a la puerta y sin esperar una respuesta fue abierta. Bella ingresó a la oficina, esta vez iba sola, lo saludó con su habitual "Buen día, Charlie" y se sentó en una de las sillas a lo que Charlie volvió a tomar su lugar.
Intuía la razón por la que ella estaba ahí, se salió de los lineamientos, jugándose de esa manera una inversión. Él asumió toda la responsabilidad, encontró una oportunidad para demostrar que era una opción rentable que estaban desaprovechando.
— Si estás aquí por lo de esta mañana, fue mi decisión y quien lo ejecutó. — Dijo con seriedad. Bella lo miró por unos segundos enarcando una ceja.
— ¿Ignoraste las opciones que te brindó tu equipo y solo tomaste el control de la situación? — Cuestionó sin perder la calma.
— Los escuché y analicé las propuestas, tomé la decisión de invertirlo de acuerdo a los indicadores que se han manejado en semanas anteriores. El riesgo de perderlo era mínimo y la ganancia redituable. — Sostuvo con tranquilidad. — Sé que fue arriesgado jugar esos cinco millones, pero la ganancia que se obtuvo es una que de dejarlo detenido solo la hubiéramos visto en mes y medio.
— ¿Por qué invertir en telecomunicaciones cuando el petróleo sigue subiendo de forma constante y es una ganancia asegurada?
— Está teniendo un alza en la producción por competitividad, pero no se está considerando el factor de que dentro de nada la demanda será baja en comparación y…
Bella lo detuvo con un gesto de la mano.
— Fue una elección acertada, en realidad te adelantaste a mi movimiento. — Admitió encogiéndose de hombros. — Me tomó por sorpresa notar que se había hecho una inversión por parte de esta filial, ¿pero cinco millones?
— Para conseguir la ganancia que se obtuvo era lo necesario, es un porcentaje aceptable que nos daría una pauta, solo necesitaba mostrar mi punto con hechos…
— Debiste de invertir más, jugaste a la segura. — Apuntó Bella sorprendiéndolo por aquel comentario.
Charlie se quedó quieto ante el comentario, él estaba tratando de justificar su decisión entendiendo sus preguntas como cuestionamientos para hacerle ver lo equivocado que estaba, pero se encontró con algo muy diferente.
— Te he observado de cerca, cada reunión y cada cuenta. Has cambiado. — Apuntó reacomodándose en la silla y cruzando una de sus piernas. — Estás realmente regresando al juego.
— Nunca lo abandoné, solo me enviaste a la banca. — Recordó en tono sarcástico.
— ¿No lo ves, cierto? — Le preguntó. — Dejaste de involucrarte, te relajaste confiando en un equipo que no estaba capacitado, creíste que, porque se trataba de hombres jóvenes de reconocidas universidades, que te impresionaron con sus currículos, podían aligerar tu trabajo. No te diste cuenta de que ellos no seguían tus reglas por lo que estaban fallando, dejando muchas grietas que no notaban por su inexperiencia.
Aquello hizo a Charlie fruncir los labios, no le agradaba demasiado las críticas que estaba recibiendo, pero no podía rebatirlas porque eran ciertas.
— Sucedió lo que uno de mis mejores profesores mencionó, te confías al estar en la cima que dejas de prestar la misma atención y los detalles pueden ser cruciales. — Continuó Bella como si no notara que lo estaba incomodando. — Te obligué a ver las cosas como en tus inicios. Has hecho cambios, has vuelto a prestar verdadera atención en los mercados y no solo leer el resumen de tus subordinados porque sabes lo fácil que es perder todo lo que tienes.
— Siempre he sabido lo fácil que se puede perder todo. Si seremos francos, tú viste las grietas porque estabas buscándolas y así poder colarte. — Sentenció Charlie inclinándose sobre el escritorio viendo que ella desviaba la vista hacia arriba y se encogía de hombros.
— Tu empresa pudo terminar en otras manos, ya no eras el número uno, pero seguías manteniendo cierto prestigio, por lo que tenías cierto valor para la competencia, peleé por las acciones.
— Por qué tenías un motivo.
— Lo tenía. — Dejó escapar el aire y se inclinó hacia adelante. — Soy increíblemente parecida a ti, me he empeñado en evitarlo, pero es parte de mi esencia y aunque no estoy orgullosa de ello, al menos soy consciente ahora.
Charlie no entendió bien el comentario, se mantuvo en silencio y esperó a que continuara, esa conversación era irreverente, pero al mismo tiempo se sentía feliz de poder conversar como adultos con ella. Se seguía esforzando para demostrar que el cambio era real y siguiendo los consejos de Sue le daba su espacio, pero le hacía saber que estaba presente y le importaba, como aquel simple arreglo de flores con una nota escueta, solo era su forma de mantenerse presente y supiera que estaba enterado y se preocupaba.
— No hay forma sutil de decir esto. — Dijo mirándolo fijamente y ahí Charlie sintió por la intensidad que iba a echarlo, aún cuando señaló lo que hizo bien, faltó al contrato. — Voy a venderte acciones de Swan Industries para que recuperes el control, pero me mantendré como socia.
Eso era algo que no esperaba y Charlie se echó hacia atrás empujando el respaldo de su silla.
— Necesitaba la empresa para demostrar tu error, pero nunca tuvo un verdadero valor. Continuar manteniéndote como empleado con el pie sobre el cuello no me hace muy diferente a ti. Obtuve lo que quería y aunque se sintió bien en un inicio, no es lo que realmente soy y la clase de ejemplo que quiero ser para Evan. — Suspiró.
Charlie se llevó las manos al rostro, ella estaba dándole lecciones una tras otra. Agradecía que fuera tan lista para no dejarse arrastrar repitiendo los mismos errores. Ella sobrepasó todas sus expectativas, tanto laborales como personales. No solo tenía su admiración también su respeto, había llegado mucho más lejos de lo que él pudo; y aunque tenía sus deslices, continuaba manteniéndose fiel a sus principios, manejando su imperio con mano firme sin perder su humanidad.
— Lamento que lo peor de mi sea algo que te haya trasmitido. — Se disculpó visiblemente incómodo. — Pero eres mucho mejor que yo, Isabella, me he tragado cada una de mis palabras. Te fallé como padre en muchos aspectos, creí te ayudaría a forjar tu carácter el que tú sola te enfrentaras a la hostilidad de nuestro campo. Sentía no debía dejarte llegar a una zona de confort, por eso me abstenía de lanzar cumplidos sobre tu buen desempeño. — Soltó el aire con fuerza. — Vi todas tus cualidades y supe que llegarías lejos, pero no estaba listo para ser remplazado, por lo que me aproveché de tus inseguridades para retenerte, fui un imbécil al creer que eso iba a detenerte, me lo demostraste cuando un día te quitaste las cadenas y reclamaste tu lugar, que no estuve dispuesto a ceder y sin una pizca de miedo te marchaste.
Todo aquello era algo que le había dicho con anterioridad, pero esta vez no estaba llena de rabia y pudo ver en sus ojos y su lenguaje corporal que estaba hablando con la verdad, no lo estaba diciendo porque creyera que era lo que ella necesitaba escuchar. Se estaba abriendo y eso debía de reconocerlo, no era sencillo de admitir.
— No sé por qué de pronto quieres devolverme la empresa así de fácil, la iba a recuperar en cuestión de tiempo. Me subestimas si crees que por mi edad no puedo darte pelea y recuperar lo que me pertenece. — Aseguró irritado, ese gesto lo estaba considerando un golpe a su ego.
— Si lo hago no es porque crea que no puedes, es porque para mí no tiene un valor más allá de una venganza. — Admitió mirándolo a los ojos. — Tengo un tiempo tratando de encontrar el momento adecuado y luego de tu movimiento de esta mañana…
— ¿Qué te hizo cambiar de opinión?
— La pregunta correcta es quién. — Desvió la mirada, descruzó la pierna y se acomodó en la silla. — Edward, es un hombre valiente porque no teme señalar cuando nota que me estoy perdiendo, conoce mis demonios y no me deja caer repitiendo errores.
— A pesar de todo, hiciste buenas elecciones con la gente que mantienes cerca.
Bella solo asintió y se levantó, se estaba sintiendo incomoda de lo fácil que estaba resultando esa conversación. Sin que él lo supera, durante semanas estaba siendo puesto a prueba, Bella albergaba una ligera esperanza del cambio que era aplastada por los recuerdos que le hacían desconfiar.
— En esta semana programaremos una reunión con los detalles de la venta. — Fue lo último que dijo saliendo de la oficina sin darle oportunidad a decir nada.
Charlie se quedó desconcertado, todo eso era inverosímil, claro que estaba haciendo todo para poder recuperar su empresa y de la nada ella solo se la estaba devolviendo. Estaba emocionado y lo primero que pudo hacer fue tomar su móvil y llamar a Sue que lo felicitó porque sabía lo que eso significaba, confiaba que con retomar el poder y todo lo que había pasado durante los meses anteriores le ayudara a tomar mejores elecciones. También le hizo ver la oportunidad para acercarse a su hija, al tener de nuevo el control era un arma de doble filo ya que debía de recordar quien quería ser a partir de ahora y no sucumbir a su pasado que tanto daño había causado estropeando su oportunidad.
Con solo unas palabras Sue lo dejó pensando, ella tenía razón, regresar a su antigua vida era un reto, porque no debía de sucumbir a sus viejos hábitos.
…
Como lo prometí, un nuevo capítulo. Para las que leyeron esta historia antes les vienen un par de cosas nuevas que a mi parecer la mejoraran, espero que la disfruten de la misma manera que yo lo hago.
Gracias por sus mensajes, es grato leerlos luego de haberlas abandonado por un largo tiempo.
Nos leemos la próxima semana.
TitiC
