DISCLAIMER: Sólo los personajes pertenecen a la maravillosa escritora Stephanie Meyer; la trama de la historia, los lugares y algunos personajes son de mi propiedad.

"Todas mis historias están registradas en SafeCreative. Tenedlo en cuenta al momento de adaptar, copiar, o publicar cualquiera de ellas sin pedir mi autorización"

Beteado por mi amiga Emotica GW, que me acompañara en esta aventura. Mil gracias guapa.

Hola a todas/os:

Aquí os dejo el décimocuarto capítulo. Espero y os guste.

El link de la Soundtrack lo tenéis en mi perfil

La canciones del capítulo:

Voy a Vivir — El Sueño de Morfeo.

Thunderstruck — AC/DC.


Sensación de Vidas Universitarias.

Capítulo 14 Día Familiar

Irina Pov:

No he dormido más de tres horas, pero quiero recoger todas mis pertenencias lo más rápido posible. No tengo ganas de permanecer más tiempo del necesario en esta casa, necesito salir cuanto antes y alejarme de la arpía de mi hermana y de las que pensé alguna vez eran mis amigas, así que una vez duchada y vestida, comienzo con mi tarea.

Mientras termino de guardar todo en cajas para trasladarme al que será mi nuevo hogar, me pongo a pensar en el giro que ha dado mi vida, realmente hacer lo correcto es lo mejor que se puede hacer en la vida y me siento de maravilla por ello.

Una vez que he terminado de empaquetar toda mi ropa y el resto de mis cosas, empiezo a bajarlas hasta la entrada, quiero tener todo preparado para cuando Lizzie, Kate y Elena vengan a recogerme y así poder marcharme lo antes posible. No tengo ganas de soportar la presencia de las arpías, no me apetece nada tener un nuevo enfrentamiento.

Pero como si hubiera mentado al diablo, ahí están esperándome. Bueno, Irina, es ahora o nunca, si quieren bronca, la van a tener.

¿Así que es cierto que al final te marchas? ―pregunta mi hermana, sonriendo maliciosa y mirándome con superioridad.

¿Acaso lo dudabas, hermanita? ―Suspiro―. Pues sí, me marcho, lo más lejos de vosotras y de vuestra perversa y maligna influencia. Voy a comenzar a disfrutar de mi nueva vida alrededor de gente que sí merece la pena ―respondo hastiada, ignorando por completo su pose altiva.

Eres una maldita traidora ―escupe venenosa Rosalie, mientras me acribilla con una mirada tan fría que antes me habría intimidado.

Seré todo lo que quieras, sin embargo, por primera vez en mi vida estoy tomando mis propias decisiones y sé que hago lo correcto ―contesto sonriente sin perder la conexión de nuestras miradas, dándole a entender que ahora no me asusta lo más mínimo.

No eres más que una sucia perra que deja abandonadas a las que siempre fueron sus amigas de verdad, y a mí, tu hermana, ―bufa―. Pero, ¿sabes? Te arrepentirás, tarde o temprano, lo lamentarás, esas personas no te quieren ni un poco, te bajarán la autoestima hasta hacerte parecer una marioneta y cuando hayan acabado contigo, ni pienses en volver a nosotras para que recojamos los pedazos, porque estarás sola ―habla mi hermana con maldad para luego reírse, y Rosalie junto con Alice no tardan en unirse a sus risas.

¿Quién te ha dicho que nosotras vamos a portarnos así con ella? ―Sonríe Lizzie que acaba de entrar a la estancia, seguida de Elena y Kate―. Claro, el ladrón cree que todos son de su condición, ―finaliza ante las miradas sorprendidas de mi hermana y sus primas al verse descubiertas. Esta chica es increíble.

Pero mira a quiénes tenemos aquí ―exclama sarcástica Alice―. Creí que ya sabíais que no sois bienvenidas en nuestra casa ―asevera cruzándose de brazos delante de ellas, interrumpiéndoles el paso.

Cállate, duende, antes muertas que venir a visitaros. Solo hemos venido ayudar a nuestra amiga con sus cosas ―aclara Elena mirándolas con asco―. Vamos, Irina, no merece la pena que pierdas más tu tiempo con estas arpías, ―me sonríe cálidamente.

Tu habitación en el apartamento de Martha ya está preparada ―me dice Kate cogiendo dos de mis maletas, mientras que Lizzie y Elena hacen lo mismo.

Sí, démonos prisa. No vaya a ser que se nos pegue alguna infección por estar mucho tiempo aquí ―dice Lizzie, su cuerpo temblando como si le dieran escalofríos mientras sale por la puerta, haciéndonos reír a todas menos a las tres víboras.

Bien dicho, terminemos cuanto antes, no soporto estar un minuto más en este lugar ―afirmo cogiendo dos maletas más para llevarlas al coche de Lizzie.

A darse prisa entonces ―declara entusiasta Elena entrando de nuevo y recogiendo otra de mis cajas.

No tardamos nada en sacar todas mis cosas y una vez acomodadas en el coche de Lizzie, entro de nuevo para entregarle a mi querida hermanita —nótese el sarcasmo— la llave de la casa, la cual toma sin decir una palabra. Está petrificada en su sitio, al igual que Rosalie y Alice, y, dejándolas sin tiempo de hablar, cierro la puerta de un portazo, dando por terminada esa odiosa etapa de mi vida.

Con una sonrisa en mi cara, me marcho con mis tres nuevas amigas, amigas de verdad, de las que duran para siempre.

Ahora lo que queda es disfrutar de mi nueva vida con gente que de verdad merecen mucho la pena. Nunca he creído poder ser así de feliz de nuevo, la vida me da una segunda oportunidad para remediar los errores del pasado, dándome verdaderos amigos y un maravilloso novio, al cual siempre estaré agradecida.

Edward Pov:

Noto cómo los rayos de luz entran por la ventana, pero me resisto a abrir los ojos porque eso significaría despertar y tener que sacar a Bella de mis brazos para levantarnos de la cama y comenzar el día. Sin embargo, no tengo más remedio que hacerlo, así que abro por fin mis ojos y, estirándome para desentumecer mis músculos, comienzo a desperezarme de manera suave para no despertar a mi novia, que está acurrucada en mi pecho durmiendo plácidamente. Es tan preciosa y la amo tanto.

Muy lentamente llevo mi mano hacia la mesita de noche para chequear la hora, y cuando veo que marcan las diez y media de la mañana, sé que no puedo dilatar más el que permanezcamos en la cama, ya que debemos estar en casa de mis padres a más tardar a la una. Además, quiero hablar con Thomas y saber qué le pasa, porque me parece muy extraño que actuara de esa manera, le conozco muy bien, es como un hermano para mí, por eso sé que algo ha ocurrido para que tomara esa decisión.

Dejo de lado mis pensamientos y contemplo durante un largo rato a mi hermosa novia, empiezo a acariciar suavemente sus mejillas, el contorno de sus ojos, su barbilla, y después sustituyo mi mano por besos que voy dejando por todo su cuerpo. Bella comienza a moverse y lentamente abre sus hermosos ojos chocolates, aquellos que me tienen hechizado.

Buenos días ―dice sonriendo, y sus ojos chocolate hacen conexión con el verde de los míos, consiguiendo que me pierda en ellos durante unos instantes.

Los mejores, sólo con despertar a tu lado me basta para tener un maravilloso día ―susurro cerca de sus labio, para luego unir nuestros labios en un tierno beso.

Lo mismo digo yo. Te amo, Edward ―musita rozando nuestros labios para luego volver a besarnos.

No tanto como yo a ti, eso tenlo por seguro, ―acentúo sonriendo en sus labios y así comienza a nuestra graciosa discusión, la cual es interrumpida por unos golpes en la puerta.

Eddie, Belly, dejen de hacer guarrerias que el desayuno está casi listo. Los esperamos abajo en quince minutos ―nos avisa entre risas y alzando la voz Emmett.

Muy a nuestro pesar nos levantamos y vamos al baño juntos, y lastimosamente sólo nos duchamos ya que nos están esperando. Una vez vestidos y arreglados, salimos de la habitación y bajamos a la cocina donde ya están todos los chicos, junto con Nessie, desayunando.

Vaya hermanita, vas a dejar a Lizzie sin ropa limpia aquí ―habla Jake, sonriendo pícaramente.

Bella, no hagas caso al tonto de mi novio que solo sabe decir chorradas a primera hora de la mañana. Además, estoy segura que a Lizzie no le importa lo más mínimo que utilices su ropa ―apunta Nessie, sonriéndole a mi novia, para luego fulminar con la mirada a Jake, sacando las risas de todos los presentes.

Pobrecito Jake, Nessie lo tiene completamente dominado. ¡Es todo un sumiso! ―se burla Emmett, ganándose una furiosa mirada de Jacob y un golpe en la cabeza por parte de mi novia.

Ouch, Bells. ¿Por qué me pegas? ―inquiere Emmett sobándose la nuca.

No eres más bobo porque no ensayas ―exhala negando con la cabeza―. Es más, deberías cerrar tu boca o no recuerdas cómo tu exnovia Berenice te manejaba como un títere en el instituto ―comenta mi novia con una sonrisa maliciosa en sus labios, mirando con superioridad a su hermano, que está rojo por la vergüenza, y sin poder aguantarnos todos estallamos en carcajadas.

Bien dicho, pequeña, me encanta ver como le callas la boca ―afirma entre risas Jasper, al mismo tiempo que remueve el cabello de mi novia en gesto cariñoso.

Chicas, ¿no teníais que ir donde Irina para ayudarla a recoger sus cosas? ―pregunta Laurent con interés después de que nos calmamos.

No, Elena, Kate y Lizzie dijeron que irían ellas, pues de sobra sabían que si nos quedábamos aquí... ―Nessie no termina de hablar pues es interrumpida por su hermano.

Haríais de todo menos dormir y luego seriáis incapaces de levantaros pronto, ―ríe Thomas ―, os conocen demasiado bien ―asegura moviendo las cejas de manera sugerente, consiguiendo que todos volvamos a reír y que las chicas se pongan coloradas, tapando rápidamente sus rostros avergonzados con las manos.

¡Miradlas, parecen tomatitos! ―Se burla James, arrancado más risas a costa de las chicas, que ya no saben cómo esconderse.

Cuando por fin las risas cesan, el desayuno es de lo más animado, ya que los chicos, Nessie y yo le contamos a Bella las anécdotas más vergonzosas de sus hermanos y su primo en la universidad.

Las chicas se empeñan en fregar lo utilizado en el desayuno y recoger la cocina, así que aprovechando que sólo estaremos los chicos, vamos al salón donde hablamos tranquilamente con Thomas sobre lo sucedido ayer en la Barbacoa.

Una vez estamos todos acomodados en los sofás. Pasan unos minutos antes de comenzar la conversación, la cual no espero resulte tan interesante.

Thomas, verás, no sé cómo decirte esto. ―Mi voz sale un poco violenta por lo que tenemos que hablar, es un tema muy complicado― ¿Qué coño te pasó ayer para liarte con Gianna delante de mi hermana? ―inquiero molesto. No llego a comprender su actitud por muchas vueltas que le doy.

¿Qué pasa? ¿Ahora es un pecado enrollarse con alguien? Os recuerdo que antes de que algunos tuvierais novia, hacías lo mismo ―declara exasperado Thomas, está a la defensiva pues sabe que vamos a increparlo y pedirle explicaciones.

Es cierto, pero no íbamos por ahí lamentándonos y diciendo que nos gustaba o estábamos enamorados de alguien para luego enrollarnos con otra delante de ese alguien ―manifiesta mordaz Kevin, que no sabe qué demonios le pasa a nuestro amigo.

Estoy más que seguro que...ese alguien...no se dio ni cuenta, ya que estaba demasiado entretenida ―contesta con tono irónico Thomas.

Pues estás muy equivocado, sí se dio cuenta, ―suspira Laurent para luego proseguir: ― ¿No tienes ni siquiera un poco de cargo de conciencia por la forma en que te comportaste? ―dice esperando impaciente la respuesta de nuestro amigo.

Bueno... ―dice bajando el tono defensivo―, quizás, un poco, sí, por la manera en la que lo hice, sin embargo, no me arrepiento, ―suspira dándose fuerza para seguir―. Ayer me di cuenta de que Lizzie es feliz junto a Justin y…y si eso es lo que quiere, es mejor dejarla ir, ―se remueve nervioso en el sillón―. Enrollarme con Gianna fue...una manera de...decirle adiós ―finaliza, esquivando nuestras miradas sorprendidas por sus palabras.

Tío, explícate mejor porque cada vez me tienes más confundido ―expresa Jasper.

Es muy sencillo, si quieres a alguien debes dejarlo ir, si vuelve a ti, es que te pertenece, pero si no... Creo que Lizzie no es para mí, por mucho que la ame...es feliz con Justin a su lado, y él también con ella. Hacen...una...buena pareja ―expresa tranquilo, pero se percibe el dolor que le causó decir esas palabras.

Entonces... Todo lo haces porque...quieres que sea feliz, y piensas que ella será más feliz con Justin que contigo ―afirma confundido James, pero suena más a pregunta.

Sí, algo así y...aunque un clavo no saca otro clavo, creo que voy a intentarlo con Gianna, es una buena chica ―dice Thomas, reposando su cabeza en el sillón como si estuviera agotado.

¿Crees que es buena idea? ―le pregunto preocupado, me duele ver sufrir a mi hermano.

No estoy seguro, pero lo que sí sé es que no seré capaz de hacerla tan feliz como la hace Justin, —suspira—. Con él se ríe y su risa es sincera, con él disfruta como nunca la he visto hacerlo con ninguno de nosotros, su rostro se ilumina cuando conversa con él. Además, siempre tiene una preciosa sonrisa en su cara cuando habla de él. Creo que...nunca dejaron de amarse, ―sonríe tristemente―. Cuando Lizzie pasó...por lo que pasó, Justin fue el que estuvo con ella...quien la saco adelante. Tú más que nadie lo sabe, Edward ―explica afligido, pero convencido.

Nos mira y nos dirige una sonrisa sincera para que viéramos que se encuentra bien, dentro de lo que cabe.

¿Sabes, hermano? ―le digo muy aturdido y pasándome la mano por el cabello―, Venía con la intención de echarte la charla y me has dejado...sin palabras, ―le sonrío.― ¿De verdad piensas que es lo mejor? ―Thomas cada vez me asombra más y mi interés crece.

Sí, además, tengo intención de hablar con Justin para arreglar las cosas, he de reconocer que es un gran tipo, ―ríe sin ganas para luego ponerse serio de nuevo―. Pero también quiero decirle que cuide a nuestra chica como se merece. Edward, yo la quiero mucho, no quiero perderla. Prefiero tenerla de amiga a...no tenerla ―me asegura mirándome directamente para que vea la sinceridad en sus ojos.

¿Sabes una cosa? ―interviene Jacob―. Ayer estuve a punto de darte una buena paliza y supongo que aquí los demás me hubieran respaldado ―nos señala a todos nosotros―. Pero ahora...ahora no sé si darte un buen golpe por gilipollas o felicitarte por tu... ¿generosidad? ―argumenta sonriendo Jake mientras palmea amistosamente el hombro de nuestro amigo.

Jacob, si vieras a Nessie feliz con otro hombre, ¿no la dejarías ir? ¿Qué es más importante para ti, retenerla a tu lado o dejar que sea feliz? ―pregunta con seriedad Thomas.

Dejar que sea feliz ―responde el aludido, sin dudar un segundo.

Pues eso mismo he decidido hacer, pero que no te quepa la menor duda de que, si Justin le hace daño, ahí estaré para recoger los pedazos. Aunque sólo sea como amigo ―ratifica, dándonos a entender que nunca dejará de estar al pendiente de mi hermana.

Chico, me dejas sin palabras ―dice Emmett, y los demás solo podemos mirar a nuestro amigo anonadados. No imaginábamos que Thomas pudiera sentir tanto y tan desinteresadamente, pero en ese momento descubro que si fuera Bella también la dejaría marchar.

¿Sabes, colega? De momento te apoyo, te admiro y te digo que enhorabuena. Pero al igual que tú vas a hablar con Justin, yo lo hago ahora contigo. No se te ocurra hacerle daño a mi peque, porque si lo haces, te cortaré en cachitos tan pequeños que nadie podrá nunca recomponerlos ¿Me has entendido? ―advierte serio James, quiere a mi brujita como a una hermana y la defiende de cualquiera que pretenda lastimarla.

Te digo, amigo, que si alguna vez le hago daño a Lizzie, seré el primero en ir a buscarte para que me des unos merecidos golpes ―responde Thomas, haciendo que James sonría.

Buena respuesta, tío, me quedo más tranquilo ―declara bromeando James, aligerando el ambiente, convirtiéndolo en amigable de nuevo.

Eres grande, amigo, y sabes que te quiero como un hermano ―le digo admirado―. Aunque he de reconocer que ayer me hiciste dudarlo, pero definitivamente... ―no puedo terminar lo que quiero decir porque una especie de pequeño huracán entra de repente en el salón, echándose a los brazos de Thomas.

Sabía que no podías ser tan canalla, lo sabía. Te quiero muchísimo, eres el mejor ―afirma Nessie con lágrimas en los ojos mientras le llena la cara de besos. A mi lado Bella se apoya en mi hombro, mirando la escena emocionada y automáticamente la rodeo por la cintura con mi brazo.

Hermanita, yo también te quiero mucho, nunca lo dudes, pequeña, ―sonríe abrazándola y deja un beso en su frente―. Espero no equivocarme ―susurra bajito para sí mismo, pero tanto Nessie como yo lo oímos al estar a su lado.

Justin es un buen chico, hermanito, y la ama con locura, ten por seguro que la cuidará, ―le sonríe tiernamente―, Y te prometo conocer a Gianna y no sacar conclusiones precipitadas ―musita bajito como si fuera un secreto, del cual sólo nosotros somos conscientes.

Después de respetar durante unos segundos la privacidad de los hermanos, nos vamos uniendo poco a poco en un abrazo grupal que termina en una guerra de cojines. Las risas se escuchan por toda la habitación, de hecho, varios de nuestros compañeros de hermandad se asoman para saber qué sucede, y al ver el alboroto sonríen ante la imagen para luego marcharse.

Una vez nos calmamos y ordenamos el salón, nos ponemos a charlar amenamente hasta que nos fijamos en lo tarde que es. Comenzamos a distribuirnos en los coches para ir donde mis padres, al final y luego de hablar con el resto de nuestros amigos quedamos asignados en seis coches, en el coche de James irán, Victoria, Laurent, Diego y Bree. Con Stephan, Alec, Garret y Jared. Thomas llevará en su coche a Kevin, Emmett y Jasper, mientras que Maggie y Kim se irán con Jane. Mi brujita se encargará de llevar en su coche a Elena, Martha, Kate e Irina, y conmigo vendrán mi Bella, Justin, Nessie y Jacob.

Chicos, acordaros de coger los bañadores para poder disfrutar del día en la piscina, ―les recuerdo sonriendo y de forma automática todos desaparecen corriendo a sus habitaciones para tomar sus trajes de baño.

Amor, tengo que ir al apartamento, no traje bikini ―me avisa mi novia, haciendo un puchero adorable.

Tranquila, Bella, Lizzie o yo te prestaremos uno de los que tenemos en casa ―le asegura sonriente Nessie, que sigue abrazada a su hermano.

Ves, amor, no tienes nada de qué preocuparte, todo está solucionado ―digo acariciando su espalda mientras me inclino hacia sus labios para besarlos dulcemente.

Estoy segura de que tía Elizabeth está saltando como loca por la casa desde ayer. Te imaginas, hermanito, las ansias que tendrá de conocer a la novia de Ed ―comenta risueña Nessie y Thomas ríe.

¿Tía Elizabeth? ―pregunta mi Bella, sin comprender el comentario de Nessie.

Verás, Bella, nosotros llamamos tíos a los padres de Edward y Lizzie, ya que los conocemos desde pequeños, ―sonríe Thomas―, al igual que nuestros padres consideran a los hermanitos Masen sus sobrinos ―le explica a mi novia.

No estés nerviosa, Bella, mis tíos son un encanto. Además, están felices de que Ed les presente a su novia, ya que nunca lo había hecho. Eres la primera chica a la que lleva a su casa que no sea una amiga ―dice divertida Nessie, intentando calmarla.

¿En serio? ―cuestiona mirándome extrañada.

De verdad, amor. Nunca llevé a casa a ninguna de las chicas con las que salí, ya que sabía que no las amaba. Pero contigo es distinto, te amo, eres muy importante para mí y por eso quiero que te conozcan mis padres ―asevero, atrayendo a Bella hacia mí para acomodarla en mi regazo.

Uff... Qué nervios, —suspira― ¿Y si no les caigo bien? ―inquiere preocupada, abrazándome más fuerte.

No digas tonterías, te van a adorar en cuanto te conozcan. Eres maravillosa, amor ―respondo, acariciando su espalda y depositando un beso en su cabello, consiguiendo que se relaje un poco.

Tranquilízate, Bella, mis tíos te van a amar. Es más, ya te conocen por todo lo que Lizzie y yo les hemos hablado de ti ―expresa alegre Nessie, apoyando su cabeza en el hombro de su hermano mientras él le acaricia el cabello.

Thomas, como sigas haciendo eso, nuestra pequeña Nessie se quedará dormida ―dice entre risas Laurent, que entra al salón con una mochila al hombro y segundos después el resto también aparece con sus respectivas mochilas en la habitación.

¿Mi chispita tiene sueño? ―le pregunta cariñoso Jake a su novia mientras acaricia su mejilla.

¡Qué pregunta más tonta! ¡Cómo no va a tener sueño si no la dejaste dormir en toda la noche! ―Se burla James, consiguiendo que todos volvamos a reír menos el aludido.

En cambio, hermanita, a ti te veo de lo más despierta, ―sonríe Emmett travieso― ¿Será qué Ed...no rinde lo suficiente? ―bromea levantando las cejas.

Uff. Créeme, hermanito, Edward rinde más de lo suficiente y mucho más allá. Cada vez que hacemos eso que tú supones, deja el pabellón altísimo, ―sonríe maliciosa.― ¿Podría decirse lo mismo de ti? ―inquiere mordaz mi Bella, alzando la ceja y provocando que Emmett. el bocazas, se quede sin palabras, y que tras un pequeño, pero muy breve silencio todos nos soltemos a reír a carcajadas.

Y en medio de nuestras risas y carcajadas, llega Justin, que se nos queda mirando como si estuviéramos locos, y nosotros al ver su cara de desconcierto nos reímos todavía más. Cuando al final logro calmarme y luego de los saludos de rigor, le explico entre risas lo que ha sucedido y todos juntos volvemos a reír, bueno todos no, ya que Emmett aún está en estado de shock por la respuesta de mi muñequita.

Vamos a ver, tío, yo creo que cuando dieron las clases de geografía debiste faltar o dormirte porque no estamos en Chicago, sino en Los Ángeles. Si me permites buscar un mapa, te explicaré amablemente dónde nos encontramos y dónde está Chicago ―le dice divertido Emmett a Justin después de salir de su letargo.

Emmett, que tú seas un alma infiel no quiere decir que los demás tengamos que serlo. A pesar de vivir en Los Ángeles, nosotros siempre seremos fiel a nuestra ciudad y a su equipo, y por tu bien espero que no vuelvas a hablar del tema delante de mi padre si no quieres sufrir su ira ―respondo, volviéndolo a dejar boquiabierto y provocando de paso las risas de los demás.

Siento comunicaros que los Lions de Detroit os van a patear el trasero, ―ríe Nessie. ― ¿Verdad, hermanito? ―inquiere con tono jovial al mismo tiempo que nos mira de manera desafiante a Justin y a mí, consiguiendo que nuestras risas aumenten.

Pitufa, déjales que sueñen, no tienen nada que hacer contra nosotros ―agrega guasón Thomas, llamando a su hermana por su apodo cariñoso.

Vale, vale, luego no quiero lloros cuando perdáis, ―me mofo, pero antes de que me puedan responder, prosigo―: Ahora, los que vengáis con Bella y conmigo en el coche seguidme u os quedareis en tierra. Quiero ser el primero en llegar, —sonrío—. Mi maravillosa novia se merece una presentación en condiciones ―finalizo, besando en los labios a Bella mientras escucho los silbidos de nuestros amigos.

Sin dilatar más la situación, levanto a mi novia de mi regazo para incorporarme del sofá e inmediatamente entrelazo nuestras manos para marcharnos, no sin antes despedirnos de los chicos, quedando en vernos en un rato en casa de mis padres. Seguidos de Nessie, Jake y Justin, nos dirigimos al coche, necesito llegar a mi casa cuanto antes, ya que estoy bastante ansioso por presentar a Bella a mis padres. Aunque estoy más que convencido de que les caerá fenomenal, no puedo evitarlo, ya que es la primera vez que les presentaré a una chica como mi novia.

Nada más montar en el coche, mi Bella empieza a ponerse nerviosa, no para de jugar con sus manos, moviendo sus dedos y para rematar, no deja de morderse el labio, gesto que me vuelve completamente loco.

Amor, no estés nerviosa, mis padres ya te adoran ―le digo, acariciando su mano mientras que con la otra sujeto el volante.

No tienes de que preocuparte, Bella, son muy buena gente, te sentirás cómoda y querida de inmediato, te lo digo por experiencia ―asegura Justin, sonriendo de manera cálida a mi novia, la cual agradece su apoyo con una tímida sonrisa.

Deja de pensar tonterías, hermanita, eres una chica hermosa, tanto por fuera como por dentro, los Masen no querrán a nadie más como novia de su hijo, además, cuentas con el apoyo de la nenita de la casa ―declara Jacob mientras masajea los hombros de mi novia, intentando que se relaje.

Me decís todo eso para darme ánimos, pero… ¿Y si no les gusto? ―inquiere todavía nerviosa mi preciosa novia.

Eso es una chorrada tuya, les gustarás porque saben que haces feliz a Edward. Al igual que ocurrió con Justin el año pasado. Mis tíos sólo quieren vera sus hijos felices ―acota Nessie, sonriéndonos divertida por la actitud de Bella.

De todos modos, creo que eso lo vamos a averiguar enseguida ―comento, entrando por la cancela que da paso a mi casa que se encuentra al final del camino.

Esta es tu casa... ¡Madre mía! —exclama estupefacta mi novia que mira la mansión con los ojos como platos, no sabía que vivimos en un lugar así, sólo tenía conocimiento de que mis padres tienen bastante dinero.

Esa misma cara puse yo la primera vez que vine y no te digo cómo se quedaron Emmett y Jasper ―rememora Jake, riéndose al ver la cara de mi Bella.

Bueno, el momento ha llegado, ―sonrío, mirando a mi novia. ― ¿Preparada, amor? ―pregunto mientras aparco el coche en la entrada de la casa.

Nada más echar el freno, Mis padres abren la puerta y salen tan rápido que parece que están echando una carrera, lo que me hace darme cuenta de que están realmente ansiosos por conocer a mi novia.

Papá, mamá, ―les saludo, abrazándolos, luego de haber ayudado a Bella a salir del coche―, está es mi Bella, mi hermosa novia. Bella, mis padres, Elizabeth y Anthony, ―les presento, rodeando con mi brazo la cintura de mi muñequita para que se relaje.

Oh, Bella, querida, no sabes las ganas que tenía de conocerte, mis hijos me han hablado tanto de ti, ―la saluda mi madre con un abrazo y le dedica una cariñosa sonrisa al separarse.

Es un placer conocerla,señora Masen, ―saluda de manera cordial y algo tímida mi Bella.

Nada de señora Masen, me hace sentir vieja, ―ríe, mirando con dulzura a mi novia―. Dime Elizabeth, cariño, oh estoy tan feliz ―responde mi madre, abrazando de nuevo a Bella, la cual corresponde su abrazo de muy buena gana.

Bienvenida, Bella, es un placer conocerte, ―sonríe mi padre―, Y por favor dime Anthony. Me alegra mucho tenerte aquí, ―asegura abrazando a mi novia y besando su mejilla, haciendo que mi Bella se ruborice.

Muchas Gracias, Elizabeth, Anthony...Sois muy amables, ―agradece mi muñequita ante el cariño con el que mis padres la han recibido.

Bueno, sólo son las gracias que tú tienes, ―sonríe mi padre―. Eres un encanto, linda, no entiendo cómo puedes ser familia de Emmett, Jake y Jasper ―añade con su habitual jocosidad, haciéndonos reír a todos, Bella incluida, lo cual logra que se sienta cómoda al instante.

Hey, yo también soy un encanto ―exclama Jake intentado parecer molesto, consiguiendo que las risas sean mayores.

Jake, Nessie, no sabéis cuánto me alegra veros de nuevo, ―mi madre los recibe abrazándolos―. Tus padres han llegado hace un momento, cariño ―dice mi madre con cariño a Nessie.

Anda, Jake, ve a saludar a tus suegros y demuestra lo buen yerno que eres, ―bromea mi padre al mismo tiempo que palmea sonriente el hombro de Jake para luego empujarlo amistosamente dentro de la casa.

Justin, ¿cómo estás? ―Saluda cariñosa mi madre mientas lo abraza fuertemente―. No tengas vergüenza, hijo, eres más que bienvenido en esta casa, eres parte de la familia, ―besa su mejilla, gesto que Justin corresponde de igual modo.

Hijo, veo que vienes preparado al igual que yo, ―sonríe mi padre, señalando primero la camiseta de los Bears de Justin, y luego la suya―. Entremos, como dijo mi hermosa, Carmen y Eleazar están ahí ―dice mi padre, dándonos paso al hacerse aun lado para luego tomar a mi madre amorosamente de la cintura y seguirnos al interior donde Nessie y Jake hablan amenamente con los padres de ella, quien nada más vernos corre hacia nosotros, coge a Bella de la mano y la arrastra literalmente a donde se encuentran sus padres.

Papá, mamá, mirad, esta es mi amiga y compañera de piso, Bella, la novia de Edward, ―les presenta eufórica Nessie

Mucho gusto, cariño, es un placer, ―la saludan sonrientes con un par de besos en la mejilla, primero Carmen y luego Eleazar.

Una vez que nos saludamos todos y después de que mi padre me haga colocarme la camiseta de los Bears, aprovecho que todavía no llegan los demás para darle a mi muñequita un recorrido por la casa, o mansión como afirma ella. No queriendo abrumarla, le enseño el interior de la casa sin detenerme mucho en explicaciones, ya que a partir de ahora vendrá muy a menudo y se la mostraré deteniéndome más tiempo en los detalles después.

Salimos al exterior para que pueda admirar los jardines y nos quedamos abrazados unos instantes junto a la piscina, la cual es la zona donde comeremos, disfrutando de nuestra cercanía mientras a nuestra espalda se refleja la imagen en el agua de la hermosa construcción.

Ves cómo no era para tanto, hermosa ―digo reposando mi cabeza en el hueco de su cuello.

Sí, tienes razón, tus padres son un verdadero encanto ―afirma, recostando su cabeza.

Soy de lo más feliz al tenerte aquí conmigo. Te amo, mi Bella ―musito, besando su cuello.

También te amo, Edward ―susurra para luego girar su rostro y unir nuestros labios en un maravilloso beso, el cual no dura mucho porque escuchamos los gritos de nuestros amigos que acaban de llegar, así que, renuentes, nos separamos para regresar a la casa con nuestras manos unidas.

Mientras nos acercamos al salón, donde están todos reunidos, las conversaciones y risas son más claras. Por supuesto, al que más se oye es Emmett, que vaya donde vaya siempre llama la atención. Nada más entrar, todos empiezan con sus bromas hacia Bella por conocer a sus suegros y mi padre al ver cómo mi novia se ruboriza e intenta esconder su preciosa carita en mi pecho por la vergüenza que está pasando, sale en su defensa, ganándose una sonrisa de agradecimiento de mi chica.

Vaya, hermanita, qué fácil te ganaste a tus suegros, ―se burla Emmett, ganándose una colleja de mi madre―. Ay… Eli, ¿porqué me pegas? ―Se queja como niño chiquito y las risas no tardan en aparecer.

Con mi nueva hija no te metas, ―regaña mi madre, que se acerca a mi novia y la abraza con cariño, consiguiendo que se emocione al sentirse tan querida.

Vas a tener que hacer méritos para ganarte de nuevo el amor de mi tía, ―bromea Thomas, pasando su brazo por los hombros de Emmett, como si lo estuviera consolando, y por supuesto nuestras risas no cesan, sino aumentan.

Lo siento, Eli, prometo no volver a meterme con mi hermanita ―se disculpa el oso―. Por favor, por favor, por favor, perdóname, ¿sí? ―Se coloca de rodillas frente a mi madre, poniendo un tierno puchero en su rostro.

Tony, querido, ¿crees que debemos perdonarle? ―pregunta mi madre intentando parecer seria, pero se puede ver que está conteniendo la risa.

Preciosa, parece arrepentido, creo que merece una segunda oportunidad ―responde divertido mi padre, besando la frente de mi madre.

Me parece bien, ―le sonríe mi madre siguiéndole el juego para luego mirar a Emmett seriamente―. Es tu última oportunidad, no la desaproveches ―le advierte. Dios, qué gran actriz, ya sé de quién sacó esa faceta mi brujita.

Gracias, Tony, gracias, Eli, veréis que no os defraudare ―asegura Emmett como niño regañado mientras se acerca a mi madre y le da uno de sus abrazos de oso, haciendo que nuestras risas se escuchen por toda la sala.

Luego de tal suceso, les contamos todo lo que hemos hecho durante estos días hasta que el timbre nos interrumpe. Cuando veo que mi madre se va a levantar para abrir la puerta, rápidamente voy en su lugar, ya que está de lo más entretenida escuchando lo que dicen los chicos.

En cuanto abro la puerta, me encuentro con mis tíos, Carlisle y Esme, quienes me sonríen amorosamente. Les saludo con entusiasmo, ya que Lizzie y yo les queremos como a unos segundos padres. Llegamos al salón y antes de que los demás puedan saludarlos, les presento a mi novia, a la cual elogian, haciendo que se sonroje de nuevo, es tan adorable.

Luego de que el resto les saluden, seguimos charlando amenamente durante un rato hasta que llega mi brujita junto con Elena, Kate, Martha e Irina y nos ponemos a preparar todo para poder disfrutar de una magnifica comida familiar, ya que tanto para mis padres como para mis tíos Carlisle, Esme, Carmen, Eleazar y, nuestros amigos son parte de la familia.

La comida es realmente agradable, ya que conversamos sobre diferentes temas. Uno de los momentos más divertidos es cuando mis padres, junto a mis tíos, nos relatan sobre su época hippie y muchas anécdotas de su tiempo en la universidad.

Luego de ayudar a recoger la mesa y limpiar la cocina, nos vamos a poner los bañadores para disfrutar en la piscina mientras las chicas, ya cambiadas, ayudan a mi madre y a mis tías a preparar el café y a llevarlo, junto con los licores, a la piscina.

Al llegar, ayudo a mi padre y a Justin a sacar el televisor de la casita de invitados, que está junto a la piscina, para poder ver el partido al aire libre. Es una tradición que tenemos, desde hace mucho tiempo, cada vez que el clima nos lo permite.

Tío, aprecia lo guapos que estamos Thomas y yo ―le dice Nessie a mi padre intentado hacerle rabiar, ya que ambos traen puesta la camiseta de Los Lions.

Siempre estáis guapos, pero siento comunicaros que hoy nos os veis especialmente bien, al igual que tus padres ―responde guasón mi padre mirándoles de arriba abajo a los cuatro, ya que Eleazar y Carmen también van con sus respectivas camisetas.

Mi Tony tiene toda la razón. Mirad lo guapos que estamos con los colores naranja y azul de los Bears ―añade sonriente mi madre, sentándose en el regazo de mi padre.

Para nada, sientan mucho mejor los colores azul claro y plateado de los Lions ―contraataca divertida Carmen mientras se levanta y nos desfila, mostrándonos su camiseta.

Carlisle, Esme, como sois imparciales dadnos vuestra opinión ―sugiere Eleazar sonriéndoles travieso, ya que les está poniendo en un compromiso.

Siendo sincera, a mí el que más me gusta es el color rojo de mi equipo, los Cardinals de Arizona, nunca lo cambiaría por otro ―declara mi tía Esme, dejando en claro el amor por el equipo de su ciudad natal, Phoenix.

Eso no ayuda, Esme, ―sonríe mi padre― ¿Qué piensas tú, cuñado? —le pregunta mi padre a Carlisle, haciendo que se atragante con el café.

Si te digo la verdad, me da exactamente igual, donde estén los colores de los Dolphins de Miami que se quiten los demás ―contesta mi tío, haciéndonos estallar en carcajadas por la discusión tan tonta que están manteniendo.

Preciosa, tu hermano es un traidor, al igual que tus padres, y quieren llevar a nuestros hijos al lado oscuro ―le dice mi padre, poniendo cara de pena a mi madre.

Tranquilo, mi Tony, ellos se lo pierden, ―acaricia con amor su mejilla―, Y nuestros niños nunca se irán al lado oscuro. Mira lo guapos que están con sus camisetas de los Bears, ellos nunca dejaran de lado sus raíces ―le habla dulcemente mi madre para luego besar sus labios. Me encanta observar el amor que mis padres se profesan.

Me giro hacia donde está mi brujita, que contempla emocionada la escena. En el momento que nota mi mirada, se voltea a verme y ante mi cara sonríe para luego asentir, me conoce lo suficiente para saber lo que pretendo.

Ahora vuelvo, amor, no tardo ―le digo a mi Bella, besando su cuello antes de levantarme.

Bella, atenta a la escena, te vas a divertir ―escucho que le dice Justin mientras voy hacia mi brujita.

Una vez nos juntamos, echamos a correr hacia donde están mis padres recostados en la tumbona y nos lanzamos encima de ellos, llenándoles de besos al mismo tiempo que les aseguramos que nunca nos pasaremos al lado oscuro por mucho que el abuelo nos lleve a ver a los Dolphins, rápidamente nuestros padres comienzan a hacernos cosquillas y acabamos los cuatro cayéndonos al suelo mientras nos reímos a carcajadas.

El resto de la tarde se pasa velozmente. Para nuestra alegría, los Bears de Chicago ganan y mi padre no para de festejar la victoria, restregándoselo por la cara a Nessie, Thomas, Carmen y Eleazar, los cuales gruñen ante sus comentarios.

A eso de las ocho de la noche decidimos marcharnos, ya que mañana comienzan las clases y debemos estar bien despiertos. Nos despedimos de mis padres y de mis tíos, prometiéndoles volver pronto. Me encanta ver cómo mis padres y Bella se despiden cariñosamente, me siento dichoso, tengo la mejor familia que pueda existir, una novia maravillosa a la cual amo con todo mi ser y unos amigos increíbles.

¿Te divertiste, amor? ―le pregunto a Bella en el coche de vuelta al campus.

Sí, fue un día perfecto, lo único malo es que no voy a dormir contigo ―contesta con voz dulce y un enorme y lindo puchero en sus labios.

No me pongas esa carita, preciosa, sabes que amo dormir y despertar contigo, pero debemos preparar todo para mañana y sabes que si estamos juntos lo que menos haremos será descansar ―susurro bajito para que los demás no escuchen mientras acaricio su mano, la cual tengo tomada y puesta sobre la palanca de cambios.

El resto del camino pasa en un cómodo silencio, algunos se quedan dormidos como mi Bella, Nessie y Jake, mientras que Justin y yo vamos sumergidos en nuestros pensamientos escuchando de fondo a Debussy. Pero al notar tan abstraído a mi amigo, decido comenzar una charla para saber qué le preocupa.

Justin, ¿qué te sucede? Estás como ido,―pregunto intrigado, ya que sé que Thomas ha conversado con él.―Si necesitas hablar, sabes que puedes contar conmigo, ―le miro por el retrovisor, tengo la sensación de que necesita que alguien lo escuche.

¿Tienes tiempo para tomar algo una vez que lleguemos al campus? ―Mira nervioso por la ventana―. La verdad es que necesito charlar sobre todo lo que ha pasado y está pasando, ―me confiesa aturdido.

Para un amigo siempre tengo tiempo, ―le guiño un ojo al mismo tiempo que le sonrío.―Qué te parece si, una vez que dejemos a las chicas y a Jake, nos acercamos a por unos cafés y nos marchamos a la playa para hablar tranquilos sin que nadie nos moleste ―sugiero mirándole por el retrovisor, esperando su respuesta.

Es una gran idea, aunque prefiero unas cervezas, si no te importa ―contesta sonriente antes de soltarse a reír y asiento riendo ante su petición, ya que también prefiero unas cervezas fresquitas para combatir el calor de la noche.

No pasan más de cinco minutos cuando ya me encuentro estacionando en la puerta del edificio de las chicas, me giro hacia mi novia, la cual está plácidamente dormida. Luego de observarla embobado durante unos segundos, me acerco dándole pequeños besos por su cara angelical, consiguiendo despertarla.

Amor, lamento despertarte, pero ya llegamos —susurro acariciando su mejilla que al instante se ruboriza.

¡Oh, Dios! Soy una pésima novia, me quedé dormida, lo siento, amor, —se disculpa sintiéndose culpable, lo cual es una enorme tontería.

Muñequita, no digas tonterías, estás agotada y es normal, ya que ayer por la noche no dormimos mucho —musito cerca de su oído, haciéndola estremecer—. Además, no eres la única que se durmió, mira hacia atrás, —sonrío divertido, observando a Nessie y Jake que están completamente dormidos.

Menos mal que Justin te ha hecho compañía —dice mi Bella, sonriéndole a nuestro amigo.

¿Qué os parece si despertamos a los tortolitos? —inquiere Justin con una sonrisa traviesa.

Sí, dejadme hacerlo a mí —pide mi novia, saltando en el asiento y nosotros asentimos al ver su emoción—. Amor, ¿puedes poner sólo los altavoces de la parte trasera? —Busca algo en Spotify en su móvil para después conectarlo a la al equipo de música.

Una vez hago lo que me encomienda mi muñequita, pongo al máximo el volumen, pero antes de darle play, ella nos aconseja que salgamos del coche. Cuando ya estamos afuera, cierro el auto para que no puedan salir y seguidamente pulsa play y la canción "Thunder" de AC/DC comienza a sonar a lo bestia, consiguiendo que Jake y Nessie se despierten, saltando asustados, y que Jake se golpee con el techo.

Las risas no tardan en aparecer cuando intentan salir del coche y se dan cuenta de que están encerrados. Luego de maldecirnos unos minutos, les abro, pero antes mi novia echa a correr, aunque no llega muy lejos porque su hermano la alcanza y empieza hacerle cosquillas como venganza.

Jake...para...por...favor… —implora mi novia entre risas.

¡No, eres un demonio! ¡Así no se despierta a la gente! —clama divertido mientras sigue haciéndola sufrir.

Pro...prometo...no...hacer...lo...de...nuevo, —suplica entre risas mi novia, consiguiendo que su hermano pare.

Cuando conseguimos parar de reír, me acerco donde está Bella, intentando regular su respiración, la atraigo hacia mí, rodeándola con mis brazos, y no tarda en apoyar su cuerpo contra el mío hasta que se tranquiliza, y regresamos a donde se encuentran los demás. Después de charlar un rato, aparece mi brujita con Martha e Irina, que llegan de dejar a Elena y Kate en sus fraternidades.

Seguimos conversando un rato más, pero enseguida nos despedimos, ya que mañana comienzan las clases y debemos estar lo más despiertos posibles, pero en mi caso no es solo eso, Justin necesita hablar y yo estaré ahí para escucharle como he prometido.

Después de despedirme de mi novia con muchos besos y prometerle que mañana vendré a buscarla, nos marchamos a la fraternidad donde estaciono el coche para que se baje Jake, el cual no hace ninguna pregunta al percatarse de que nosotros nos marcharemos, sólo se despide amigablemente antes de entrar en la casa y nosotros ponemos rumbo hacia la playa.

Nada más llegar, aparco al lado de una pequeña tienda donde Justin compra unas cervezas y algo para picotear, no tardamos mucho en encontrar un sitio tranquilo y solitario, donde nos acomodamos para poder conversar y así sucede.

Justin no tarda nada en comenzar a hablar…


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Este capítulo va dedicado a todas/os mis nuevas/os y antiguos lectores os dedico este capítulo y os doy las gracias por vuestro apoyo a está historia, estaré esperando vuestros comentarios que hacen superarme en cada nuevo capítulo.

A mis lectoras silenciosas gracias por estar ahí.

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Muchos besitos y mordisquitos de Edward para todos mis lectores.