DISCLAIMER: Sólo los personajes pertenecen a la maravillosa escritora Stephanie Meyer; la trama de la historia, los lugares y algunos personajes son de mi propiedad.
"Todas mis historias están registradas en SafeCreative. Tenedlo en cuenta al momento de adaptar, copiar, o publicar cualquiera de ellas sin pedir mi autorización"
Beteado por mi amiga Emotica GW, que me acompañara en esta aventura. Mil gracias guapa.
Hola a todas/os:
Aquí os dejo un nuevo capítulo. Espero y os guste.
El link de la Soundtrack lo tenéis en mi perfil
Las canciones del capítulo:
Love lives — Steven Tyler
Wonderfull night — Fatboy Slims
Sensación de Vidas Universitarias.
Capítulo 15 Giros Inesperados I
Edward Pov:
Nada más llegar, aparco al lado de una pequeña tienda donde Justin compra unas cervezas y algo para picotear, no tardamos mucho en encontrar un sitio tranquilo y solitario, donde nos acomodamos para poder conversar y así sucede.
Justin no tarda nada en comenzar a hablar…
—Todavía recuerdo el día en que tu hermana aceptó ser mi novia, me hizo el hombre más feliz del mundo y el tiempo que duró nuestra relación fue lo mejor que me ha pasado en la vida, —suspira sin dejar de mirar al mar—. Pero el día que decidió terminar nuestro noviazgo, pensé que me moriría al no tenerla más conmigo. Por eso acepté feliz cuando me propuso seguir siendo buenos amigos, aunque por dentro estaba absolutamente destrozado. Es más, creí que nunca sufriría tanto dolor como en ese momento, al perder a la persona amada; sin embargo, guardé mi sufrimiento solo para mí y seguí adelante como si nada hubiese pasado, ya que no quería que mi Lizzie sufriera al verme mal, —suspira tomando un puñado de arena que suelta poco a poco.
«El tiempo pasó y seguimos siendo muy buenos amigos, aunque nos distanciamos y eso fue en parte mi culpa, pero el dolor tan grande que sentía en mi corazón por no poder estar junto a ella me mataba, y creí que hacia lo mejor para ambos; pero he de reconocer que siempre he estado pendiente de ella y de lo que hacía. Sé que suena un poco acosador, pero quería asegurarme de que estuviera bien y feliz, —sonríe tristemente mientras coge un par de cervezas y me entrega una, la cual recibo con gusto. Abre la suya y le da un buen trago, antes de llevar su vista de nuevo al mar.
«Sin embargo, estaba equivocado al pensar que no podría sufrir una pena mayor que la de...perder al amor de tu vida. Cuando Lizzie me contó lo que le había ocurrido esa noche y la posterior perdida de nuestro hijo, ahí fue cuando me sentí a morir de verdad y supe que sí se podía padecer aún más dolor. En ese preciso instante, me prometí estar a su lado para protegerla y apoyarla en todo, siendo la persona fuerte que mi Lizzie necesita. Pero cuando me encuentro solo, es el momento en el que me derrumbo y rompo a llorar intentando sacar toda la agonía y tormento que guardo en el interior de mi corazón.
«Además, no podría soportar que ella me viera derrumbarme, ya bastante ha sufrido y menos ahora que por fin está feliz y contenta de nuevo; eso para mí es lo primordial, siento que la amo más de lo que ya lo hacía, —un intento de sonrisa, que parece más una mueca se dibuja en su rostro—. Estos días han sido magníficos a su lado, pero tengo miedo, muchísimo miedo y la razón es que cuanto más tiempo paso con tu hermana, más me enamoro, y me asusta hablarle de mis sentimientos por temor a perderla de nuevo. No sé qué hacer al respecto, —me confiesa sin quitar la vista del mar.
No entiendo porqué no me mira, y entonces me percato de sus lágrimas, ha estado llorando todo este tiempo y todavía lo sigue haciendo. Siempre supe que Justin seguía sintiendo algo por mi brujita, pero jamás imagine la magnitud de esos sentimientos.
—Amigo, —lo llamo, consiguiendo que por fin me mire a los ojos, mientras coloco mi mano en su hombro, dándole a entender que tiene todo mi apoyo—, Sabes que siempre podrás contar conmigo y escucharé todo lo que me quieras decir, así que desahógate, necesitas sacar todo lo que te consume por dentro, —le animo para que confíe en mí y continúe hablando.
—Creo que pensarás que estoy loco, Edward, pero muchas veces sueño con que nuestro bebé sí nació y que está junto a nosotros. A veces me imagino con una pequeña mini Lizzie en mis brazos, que me mira a los ojos con ese brillo igual al de tu hermana que tanto amo; en otras veo a un hermoso pequeño, muy parecido a mí, pero con la sonrisa de Lizzie, esa que deslumbra e ilumina todo a su alrededor. Sin embargo, cuando me despierto y me doy cuenta de que solo fue un sueño, una ilusión, me desmorono, siento como si con mi hijo hubiera muerto una parte de mí, entonces lloro por lo que pudo ser y que por culpa de ese desgraciado nunca sucedió. Me rompe el alma no haber estado ahí para ella, ser su hombro para llorar, ser su soporte —exhala profundo intentando retener los sollozos que quieren escapar de su boca.
Al ver que necesita algo de tiempo para recomponerse y proseguir, tomo otro par de cervezas, las cuales abro antes de entregarle una, agradeciéndome con un intento de sonrisa—. No obstante, otras veces siento un poco de resentimiento y me odio por eso, porque sé que lo hizo por su amor a mí, por no verme sufrir como lo estoy haciendo ahora, y siento asco de mí, por los segundos en que ese pensamiento llega a mi mente. De hecho, en este momento, mi cabeza y mi corazón son un caos total por todos lo sentimientos que tengo y que no sé cómo sobrellevarlos y eso me asusta, moriría si por culpa de mis temores mi niña sufriera, no lo puedo permitir, ella se merece ser completamente feliz. La amo, Edward, a tal grado que daría mi vida por ella, es mi mundo, no existen palabras para explicar la complejidad de mis sentimientos, la amo, la amo con todo mi ser —termina de decir entre hipidos debido al llanto.
Suspiro, intentando deshacer el nudo que se ha formado en mi garganta por las palabras de mi amigo. Ambos nos quedamos en silencio, sumergidos en nuestros pensamientos, mi cabeza es un remolino de recuerdos que me hace revivir todo lo sucedido con mi brujita, sus lágrimas, sus ojos sin brillo para luego convertirse en una mirada vacía y perdida, la sonrisa que tanto amaba dejó de existir, dando paso a una fingida, las noches despierto velando por sus horribles pesadillas. Por eso, el ver a mi amigo derrumbarse de esta manera, me produce mucho dolor, porque es sumar el suyo con el de mi pequeña hermanita.
Qué podía decirle, si tanto mi mente como mi boca están bloqueadas.
Vuelvo a la realidad al oír unos sollozos, me giro hacia Justin y veo su cuerpo sacudirse por el llanto, entonces hago lo mismo que hice por Lizzie tiempo atrás, lo abrazo y al instante me corresponde, rompiendo a llorar apoyado en mi hombro; puedo sentir los temblores de su cuerpo, cómo mi camiseta se moja a causa de su lágrimas, en este momento parece un niño perdido y desamparado, que no encuentra su camino ni su refugio.
Poco a poco, los temblores disminuyen y luego el llanto cesa, Justin se separa con una sonrisa agradecida, pero triste, aún con lágrimas descendiendo por su rostro. Una pequeña ráfaga de brisa me da en la cara, percibo humedad, y rápidamente me limpio. Son lágrimas, unas que ni siquiera he sentido salir, pero allí están, testigo de que tanto su dolor como el de mi brujita también son míos, porque ese angelito que novio la luz también era parte de mí, mi pequeño sobrino o sobrina.
Sigo sin poder hablar, pero intento reponerme y tranquilizarme con respiraciones profundas.
—Gracias, Edward —susurra, dándome una media sonrisa que hace traer mi voz de regreso.
—No tienes nada que agradecer, para eso estamos los amigos —respondo, palmeando su hombro e infundiéndole ánimo. Suspira y coge las dos últimas cervezas, las cuales abre antes de entregarme la mía.
—Por ti, Edward, —sonríe levantado la botella—. Eres una gran persona y un amigo magnifico, de los pocos que quedan —dice, juntando nuestras botellas a modo de brindis para luego quedarnos en un cómodo y relajado silencio que solamente es interrumpido por el oleaje del mar.
—Sabes, me siento perdido. Quiero estar con Lizzie, pero tengo miedo a su rechazo, —suspira, frotándose la cara con las manos. —¿Qué puedo hacer? Mi cabeza es un embrollo total —dice, mirando al mar mientras disfruta de su cerveza.
—Creo que ambos debéis tener una conversación en la que abráis vuestros corazones, para daros cuenta de como os sentís respecto a lo que ha sucedido y a vuestros sentimientos actuales, después decidiréis si queréis retomar vuestro noviazgo o preferís ser sólo buenos amigos, —aconsejo, sacando un cigarrillo. No soy un fumador habitual, pero a veces me apetece, y por eso siempre llevo un paquete conmigo—. ¿Quieres? —Ofrezco, tendiéndole el paquete, me sonríe, cogiendo uno al mismo tiempo que murmura, "De vez en cuando no hace daño" y ambos nos reímos.
—Tienes toda la razón, en el día de la Hoguera, luego de la presentación, hablaré con ella mientras damos un paseo por la playa, así nadie nos podrá interrumpir —asegura convencido después de dar un calada a su pitillo y asiento, me parece una gran idea.
—Mira, te voy a decir algo para que estés más tranquilo, ¿está bien? —sonrío, codeando su costado haciendo que me devuelva el golpe amistosamente—. Sé que mi brujita te ha extrañado todo este tiempo y ahora que pasáis tanto tiempo juntos la veo muy contenta, sonriente, sus risas han aumentado gracias a lo feliz que se encuentra y eso en gran parte se debe a ti, —paro un momento mientras doy un par de caladas a mi cigarro antes de que se consuma y aprovecho para pensar en cómo seguir—. Ayer, todos vimos el amor que os tenéis, se nota bastante, nada más falta que vosotros os deis cuenta, así que dejar de hacer el tonto y poneros las pilas, —añado bromeando al final, consiguiendo que ambos riamos, dejando atrás la tristeza que nos había embargado.
—¿Todos pensáis lo mismo? ¿Tan obvio soy? —pregunta con curiosidad, haciéndome reír de nuevo.
—Corrijo, ambos sois demasiado obvios, y sí, todos nos percatamos de vuestras miradas y complicidad. Es más, hasta Thomas se dio cuenta y, aunque le dolió, aceptó que se siguen amando —contesto, dándole un pequeño empujón que lo toma desprevenido, haciendo que caiga un poco de cerveza en la arena.
Recuerdo, entonces, que Thomas ha estado conversando con él en casa de mis padres, de hecho, creo que he sido el único que se dio cuenta. —Justin, siento cierta curiosidad, sé que Thomas habló contigo, ya que os vi salir al jardín esta tarde y me gustaría saber de qué charlaron, si todo está bien entre vosotros. Entiendo si no quieres decirme nada, no quiero que te sientas obligado, pero me preocupa que por eso en parte estés así —digo intentando parecer desinteresado, pero estoy de lo más intrigado.
Al ver que mi amigo se queda en silencio un rato, pienso que tal vez se ha molestado por mi pregunta y me empiezo a sentir incómodo —Justin, yo... — comienzo a intentar disculparme, pero me interrumpe sonriendo mientras levanta la mano para que me calle.
—Tranquilo, no me molesta para nada contarte nuestra conversación, lo que pasa es que todavía no asimilo lo que ha pasado, se podría decir que el tiempo que duró la charla con Thomas me sentí en una dimensión desconocida, —suspira. —En serio, su actitud me dejó completamente desconcertado —comenta mientras saca un par de cigarros de la cajetilla y me entrega uno luego de encenderlos, y al ver que sigue pensativo, me preocupo, no me gustaría que hubiera mal rollo entre mis amigos.
—¿Tan mal fue? —Me atrevo a preguntar ante su silencio, ya que su rostro no muestra ninguna expresión por estar inmerso en sus pensamientos.
—Lo siento, me perdí en mi cabeza por unos instantes. Relájate, nada malo pasó, es solo que realmente me cuesta asimilar sus palabras, fue bastante raro por así decirlo —me contesta, dando un trago a su cerveza.
Justin Pov:(Flashback)
Una vez terminé la llamada con mis padres, me dispuse a entrar de nuevo al salón cuando Thomas me interceptó, preguntándome si podríamos hablar a solas, a lo cual accedí, así que me invitó a que le siguiera a la parte trasera del jardín, no sabía exactamente de qué quería hablar conmigo, pero seguro que era referente a mi niña. Una vez estuvimos lo suficiente apartados de la casa, el silencio seguía manteniéndose entre nosotros.
—Amo a Lizzie, desde hace mucho tiempo, es más, pienso que siempre lo he estado, —me soltó de golpe, dejándome en shock por sus palabras, en ningún momento me esperé que fuera tan directo, sin embargo, no podía mostrarme débil, así que le respondí lo más indiferente que me fue posible.
—Lo sé,—afirmé mirándolo directamente y esperando que continuara, en cambio me sonríe y golpea mi hombro con el suyo amigablemente para luego darme una cerveza. De dónde la sacó, ni idea, pero la acepté gustoso, tenía bastante sed debido al calor que hacía, le agradecí sonriente antes de dar un buen trago, lo cual él también hizo.
—Lo imaginé, creo que es de lo más evidente, ¿no? —dijo mirándome desafiante, asentí para que siguiera, ero lo mejor, ya que no confiaba en mí en estos instantes y si abría la boca, diría más de lo que debo; y siendo sincero no me detendría por él, porque si por mí fuera ahora estaríamos agarrándonos a golpes, pero con todo lo que está pasando mi niña, no quiero que tenga más preocupaciones.
«Y también soy consciente de que siente algo muy fuerte por mí, —me sonríe engreído, aprieto mis puños fuertemente mientas respiro varias veces hasta calmarme lo suficiente para no darle un puñetazo en la cara, ¿Cómo se atreve a decir esas cosas? No tenía ni idea de lo que pretendía con esta conversación.
«Pero no es nada en comparación con el amor que siente por ti, su sonrisa, el brillo en sus ojos, es diferente y único cuando te ve o habla de ti, —sonríe triste, consiguiendo que me relajara un poco, pero solo un poco—, estaba decidido a conquistarla y a luchar por su amor.
Aguántate, aguántate, me repetía mentalmente por las ganas que tenía de atizarle en este momento, —Sin embargo, no merece la pena perder su amistad peleando una guerra que está perdida de antemano. Si quisiera hacer el intento de ganar la batalla, tendría que jugar sucio y sólo alcanzaría a perderla irremediablemente de todas las formas posibles. Y créeme, amigo, ―algo se removió en mi estómago cuando me llamó así, dado que desde que me conoció, me odió—, esa es la única razón que me detiene, el saber que perdería a Lizzie para siempre. Por eso prefiero tenerla a mi lado como amiga, —sonríe de nuevo al mismo tiempo que suspira dándose la fuerza necesaria para continuar.
«Hazla feliz, Justin, se merece todo, pero si la lastimas, aunque sea mínimamente, te daré caza como aun perro y te haré pagar con sangre cada lágrima que derrame. Sé que no sería el único, pero sí el más interesado, porque estoy haciéndome aun lado y dejándote el camino libre. No quiero que pienses que soy un mártir que se sacrifica por gusto, ya que no es así, lo hago porque la amo y quiero que sea feliz, aunque no sea conmigo; no te quepa duda que moriré de envidia cada vez que los vea perderse en su burbuja, sin embargo, lo superaré y un modo de hacerlo es darme una oportunidad con Gianna —declaró mirándome serio, pero al mismo tiempo intentó sonreírme, y de la manera más discretamente posible volteé hacia todos lados, buscando la cámara escondida y también me pellizqué.
¿En qué clase de sueño estaba?—¿A qué viene todo esto, Thomas? ¿Qué pretendes?—inquirí confundido, no estaba para juegos, bastantes cosas tenía en la cabeza.
—Que estás siendo muy lento y pareces no darte cuenta de que ella sufre esperando algo más de ti, —lo miré mal—. Hey, no me mires así, recuerda que la conozco desde pequeña y sé reconocer todas sus expresiones. Además, sabes que con su mirada es capaz de transmitir mil cosas, por eso creo que es hora de que te aclares y decidas si la quieres como novia o sólo como amiga, pero no la hagas esperar más —dijo y sin más se giró con intención de retomar el camino de vuelta a la casa.
—Espera, ahora me toca hablar a mí—exclamé alzando la voz cuando vi que se marchaba—. Entiendo que la ames y sé que la conoces desde pequeña, pero siento decirte que no más que yo en ningún aspecto. Y si crees que estoy siendo lento desde tu punto de vista, permíteme explicarte que eso lo hago precisamente porque la amo, por eso estoy hiendo con pies de plomo, para que no se sienta presionada, esa es la razón por la que voy a su paso, a su ritmo, y te aseguro que cuando esté lista para aceptarme de nuevo, sin remordimientos, sin cosas que nos lastimen, ten la seguridad de que será mía en toda la extensión de la palabra. Y con tu permiso o sin él, la amaré y me esforzaré cada segundo de mi vida por hacerla inmensamente feliz.
Me detuve un segundo al ver que él seguía dándome la espalda, sin tener la mínima intención de mirarme, pero pude apreciar cómo apretaba los puños; sin embargo, como dije antes, era su turno de escuchar. ―Soy consciente de su amor por mí, no me creas tan idiota, mas sé que con todo lo que sufrió si fuerzo las cosas podría lastimarla, sé que ella necesita espacio y tiempo para sanar y lo único que hago es dárselo, pero poco a poco me voy acercando tanto como ella me lo permite y cuando llegue el momento de poder estar juntos, ya no nos separaremos nunca —hablé de manera calmada, sin alzar la voz, para que se diera cuenta de que mi niña lo es todo para mí.
—Si la amas tanto como dices, no lo demuestras, porque yo en tu lugar me hubiera esforzado demostrándole todo mi amor y que juntos podríamos afrontar todo, en vez de ser un cobarde como tú, que no luchó y dejó que su relación acabara —aseveró al mismo tiempo que se giraba y me miraba con satisfacción al notar la expresión de dolor que se formó en mi rostro por sus palabras, la cual rápidamente cambió para dar paso a la furia que comenzaba a expandirse velozmente por todo mi cuerpo.
—Y dices que la conoces... ¡Tú no sabes nada! —Suspiré, intentando calmar mi rabia—. Es muy fácil juzgar desde el exterior, porque no se saben las razones por las cuales suceden las cosas. Es fácil decir que se pudo hacer esto o aquello, cuando no se conoce el trasfondo de la situación, —apreté fuertemente la lata de cerveza que tenía entre mis manos, no quería hacer algo de lo que más tarde me arrepentiría—. A diferencia de ti, no sólo la conozco, sino que la comprendo, y acepté lo que me podía dar y le di lo que podía recibir en ese momento. ¿Crees que no sufrí al tenerla tan cerca y a la vez tan lejos? ¿Que no moría a cada segundo por besarla y decirle cuanto la amo? No me juzgues, Thomas, porque no me conoces.
Me detuve un segundo al darme cuenta de que casi estaba gritando, respiré un par de veces hasta que me relajé lo necesario para proseguir. ―A diferencia de ti, yo sí me he esforzado por hacerla feliz, nunca le demostré mi dolor por la ruptura, nunca le reclamé nada. ¿Sabes por qué? —Negó con la cabeza al mismo tiempo que se encogía de hombros—. La respuesta es sencilla, la amo mucho más que a mí mismo, es mi vida entera y como te dije antes, no estoy siendo lento, en el instante que me dé la más mínima oportunidad, será mía, completamente mía, al igual que yo seré suyo para siempre —sentencié serio, haciendo que Thomas me mirara sorprendido y con los ojos bien abiertos al interpretar perfectamente que me refería al matrimonio.
—¿No te parece qué eso sería correr y no ir paso a paso como dices? —cuestionó enojado, mirándome como si fuera un extraterrestre por pensar en casarme con mi Lizz. Menuda tontería, sé lo que quiero y eso es lo que más deseo en el mundo.
—No, porque aceptaría lo que estuviera dispuesta a darme. Si no está preparada, lo entendería y seguiríamos adelante con nuestro noviazgo, pero si me acepta, seré el hombre más dichoso del planeta. La decisión es sólo suya, y sea cual sea, no la voy a dejar marchar jamás. No volveré a cometer ese error de nuevo, —afirmé con franqueza sin apartar la vista de sus ojos, que me miraban con enfado. Dio un trago de su cerveza para luego arrojar la lata con furia aun lado.
—Estás yéndote a los extremos —murmuró exaltado, con los dientes apretados.
—Thomas, solo iré tan lejos como ella me lo permita, ni más ni menos. Y gracias, —me miró confundido—. Thomas, no soy un insensible, sé que la amas y te agradezco que te hagas aun lado. De verdad, gracias. No lo digo por mí, sino por ella, no me gustaría que sufriera por verte mal. Soy consciente de que te quiere, como a James, Emmett, Jacob, incluso tal vez más, pero jamás como a mí, tú mismo me lo confirmaste —reiteré y vi cómo una mueca de dolor se instauraba en su rostro al escuchar mis palabras. Realmente no fue mi intención lastimarlo, solo quería dejar claro que el amor que nos tenemos mi niña y yo va más allá del entendimiento, aunque a veces no queramos verlo.
—Por mucho que me duela admitirlo, estás en lo cierto. Sólo te pido que no la hagas sufrir —dijo resignado con voz apagada como si hubiera perdido la energía.
—Jamás lo he hecho, ni lo haré, porque herirla sería mi muerte, es más, antes prefiero morir que hacerla sufrir de manera intencionada. Sé que nuestra relación no será miel sobre hojuelas, tendremos nuestras diferencias y algunas nos llevarán a discusiones, pero aprenderemos a solucionarlas y salir adelante como cualquier pareja —declaré y una pequeña sonrisa surcó mis labios al recordar nuestra primera riña.
—Muy a mi pesar, reconozco que eres un gran tipo y sé que la harás muy feliz, —se acercó mirándome con los ojos cristalinos, aceptando la dolorosa verdad de que Lizzie nunca fue ni sería suya. —¿Amigos? —preguntó, sonriendo con sinceridad y tendiéndome la mano, la cual acepté. Luego de nuestro apretón de manos y sin decir palabra alguna, se giró y se fue, ya no lo detuve. ¿Para qué? Ya todo estaba dicho entre nosotros, ahora sólo nos quedaba comenzar de cero, dejando atrás el pasado para poder llevarnos bien y poder llegar a ser buenos amigos.
Decidí quedarme un rato más en el jardín, asimilando tanto sus palabras como las mías propias, llegando a la conclusión de que necesitaba que alguien me escuchara y poder sacar todo lo que me atormentaba para poder ser y hacer feliz a Lizzie. Dejé que el aire despejara un poco mi cabeza, que en estos instantes era un caos mental y emocional. Unos minutos después, me sentía más relajado, y entré a la casa a reunirme con los demás, justo cuando estaba a punto de traspasar la puerta del salón, siento que algo o mejor dicho alguien choca contra mi cuerpo, no necesito mirar para saber que es ella, mi niña, mi vida, la aprieto contra mí, sintiéndome completo porque tenía entre mis brazos a mi otra mitad.
(Fin del Flashback)
Edward Pov:
El silencio nos inunda durante unos instantes luego de que Justin terminara de contarme la conversación, que ha resultado ser de lo más interesante y esclarecedora, es más, creo que ha sido beneficiosa para ellos, ya que han conseguido dejar los malos rollos atrás. Bueno, mejor dicho Thomas, el cual por fin se ha dado cuenta de que el odio que ha sentido por Justin era una excusa tonta para ocultar sus malditos celos, y por mucho que me duela por él, es bueno que se haya dado cuenta de una vez que mi brujita solo ama a una persona, aunque a veces nos haya dado la impresión a todos de que no es así, creo que todo eso se debía al distanciamiento que hubo entre ellos.
No obstante, desde que han vuelto a pasar tiempo juntos, nos hace darnos cuanta de lo equivocados que estábamos. Ahora entiendo el que Thomas aceptara tan fácil y estuviera de acuerdo con nosotros esta tarde, cuando le habíamos propuesto en casa de mis padres, en que nos gustaría ofrecerle a Justin ser miembro de nuestra fraternidad. Me alegro mucho de que se den la oportunidad de conocerse, seguro acabarán forjando una gran amistad.
—Sabes una cosa, Thomas me abrió los ojos en varios aspectos, —suspira—, debo dejar mis miedos e inseguridades atrás y dedicarme a ser feliz junto a mi niña, pero me asusta herirla de alguna manera, ese es mi gran temor —dice para luego perderse unos instantes en sus recuerdos.
—Todos tenemos dudas y es algo bueno, porque nos inspiran a esforzarnos para no cometer errores y lastimar a quienes amamos. Creo que si no sintieras ese miedo a herirla, entonces te diría vete ala mierda, ella no te merece, porque no la amarías lo suficiente, —choco mi hombro con el suyo de forma juguetona—. A por ella, matador, y hazla feliz, amigo —digo sonriendo mientras saco un par de cigarros para ambos, sé que estamos fumando mucho y que si se enteran Bella y mi brujita nos matarán, pero por un día no pasa nada. Además, acompaña muy bien a la cerveza que todavía tenemos.
—Es lo que más anhelo, ser felices juntos. El viernes en la presentación de los equipos, hablaré con ella. Espero nos cubras las espaldas, —sonríe, guiñándome el ojo—. Ya sabes, no queremos acompañantes no deseados y conoces lo sobreprotectores que son James y Emmett, son capaces de interceptarnos por el camino —declara divertido y golpeo su hombro amistosamente.
—Ok, cuenta con mi ayuda, sólo no hagas cosas indebidas con mi hermanita. Y si las hacen... no me lo digas, —advierto bromeando y ambos reímos.
—No te preocupes, que si pasa algo usaremos protección —acota entre risas, palmeando mi hombro.
—¡Te dije que no me digas absolutamente nada! —exclamo, tapando mis oídos y le escucho soltar una carcajada. Al fin, Justin está de regreso.
—Perdón, se me olvidaba que eres puro y casto, —se burla, y le doy tal empujón que ambos acabamos tumbados en la arena, muertos de risa, y en ese preciso instante, suena mi móvil y aún riéndome, contesto al ver que se trata de James.
—Hola, James, —saludo—, ya sé que me extrañas, pero nunca pensé que tanto, solo han pasado unas horas desde que te vi, —bromeo y Justin a mi lado se ríe.
—¿Ya vieron la hora que es? Por Dios, nos estamos muriendo de hambre por esperarlos para cenar, —nos regaña como si fuera nuestro papá, haciéndonos reír de nuevo.
—¿Y de verdad pretenden que me crea esa estúpida excusa? —cuestiono alzando una ceja.
—En serio, Ed, solo me dejaron merendar media pizza porque íbamos a cenar todos juntos para celebrar el comienzo de las clases, —se queja Emmett.
—Cállate, idiota —vocea Jacob, al mismo tiempo que escuchamos un golpe.
—¡Auch, brother! Si me sigues pegando así, me dejarás tonto, —gruñe Emmett y sin poder evitarlo todos nos reímos de nuevo.
—Creo que Jacob, desde que nació, no ha dejado de golpear a Emmett —comenta Justin entre risas, haciendo que todos estallemos en carcajadas, menos Emmett, que suelta un fuerte suspiro.
—Sí, golpear a su hermano mayor siempre ha sido y es su pasatiempo favorito —responde enfurruñado Emmett y seguimos riendo como locos, a estas alturas. ya corren lágrimas por mis ojos.
—Chicos, díganme de una vez par que me llaman —sondeo intentando cambiar de tema, ya que mucha cerveza más risa igual a mear, y no gracias, hace mucho que dejé de mojar mis pantalones.
—Vale, la situación es esta, como nos encontrábamos de lo más aburridos, decidimos llamar a las chicas y molestarlas, pero como se empezaron a mosquear de lo lindo, no nos quedo de otra que invitarlas a cenar —nos explica James con voz traviesa para luego soltarse a reír, a saber las burradas que habrán dicho.
—Ahora entiendo la razón de esta llamada, —río—, nos necesitáis para lidiar con el temporal que se os avecina, —me burlo para luego acompañar en risas a Justin.
—Estás muy gracioso esta noche, a ver si sigues igual cuando llegues y te encuentres a Bella esperando —añade malicioso Jake
—¡Mierda! Vamos para allá —aseguro, cortando la llamada, sin darles tiempo a burlarse .Al girarme, me encuentro a Justin tirado en la arena, muerto de risa—. No me parece gracioso, —sonrío mientras me levanto.
—Si hubieras visto tu cara, te aseguro que aún estarías riéndote —afirma con jovialidad.
—Me gustaría saber qué excusa le vas a dar a mi brujita, —sonrío burlón—, con eso de que estáis todo el tiempo juntos y os contáis todo, —me cachondeo, logrando que ahora sea su turno de perder el color de su cara mientras se incorpora.
—¿Qué estás esperando? Vamos, —me apremia, sacudiéndose rápidamente la arena.
—Cómo se nota lo bien que conoces a mi brujita. Hay miedo, ¿eh? —me burlo mientras nos dirigimos al coche.
—Mi niña es muy buena, pero sabes que es de armas tomar cuando se enfada —acota, abriendo la puerta y sentándose rápidamente—. Vamos, Ed, ponte en marcha de una maldita vez, —me apresura y no puedo evitar una carcajada al mismo tiempo que arranco el coche antes de marcharnos a toda velocidad, conduciendo como me gusta.
La mayor parte del trayecto la pasamos en un cómodo silencio, que es interrumpido por las risas de Justin.
—¿Qué te pasa ahora? ¿Se te zafó un tornillo o qué? —pregunto perplejo por su actitud.
—Me acabo de dar cuenta de que las chicas nos tienen sometidos por completo, —ríe—, parecemos perritos que, con solo tronar los dedos, ya estamos a su lado, —nota divertido y asiento completamente de acuerdo, ya que las risas me impiden hablar.
—Tienes toda la razón, por mi Bella, hago lo que sea —digo con cara de tonto al pensar en su tímida sonrisa, su adorable sonrojo y sus maravillosos ojos chocolates que me tienen locamente hechizado.
—Tierra llamando a Edward —vocea, sacándome de mis hermosos pensamientos, lo miro mal—. Hey, quita esa mirada asesina de tu cara que seguro estabas perdido en Bellalandia por la cara de estúpido que tienes, —asiento con una boba sonrisa.
—Será porque no has visto la cara de idiota que pones tú cuando estás con mi hermana o hablas de ella —replico, dejándole mudo por unos instantes.
—En mi defensa, solo puedo decir que soy un dominado feliz —contesta, llevándose la mano al corazón para luego suspirar teatralmente.
—Somos diría yo—corrijo, haciéndole un guiño—. Si ahora nos tienen así, imagínate cómo será cuando nos casemos con ellas, —ambos rompemos a reír mientras estaciono el coche enfrente de la fraternidad.
—Nos tienen a sus pies, son nuestras amas y nosotros sus obedientes sumisos que... —deja la frase inconclusa y bajamos riendo a pleno pulmón.
—Me encanta ser sumiso, pero…. en algunos aspectos prefiero ser el amo. Tú me entiendes —digo levantando las cejas, haciéndonos reír de nuevo, y al mirar al frente, nos encontramos a todos sentados en las escaleras del porche.
Y de pronto parecemos una escena tonta de cine mudo donde nos miramos los unos a los otros y nadie hace o dice nada, hasta que mi brujita se levanta y corre a refugiarse en los brazos de Justin, el cual la recibe gustoso mientras me mira y yo articulo con los labios, "Te lo dije", al mismo tiempo que veo que mi hermosa novia se apresura hacia mis brazos abiertos, que segundos después están ocupados por su hermoso cuerpo.
—Aquí extrañaban a alguien, ¿verdad, chicas? —Se burla James y mi hermana, refugiada en los brazos de Justin, le saca la lengua.
—Claro que los extrañamos —le contesta sonriente mi Bella para luego rodear mi cuello con sus brazos.
—Me extrañaste, ¿eh? —sonrío juguetonamente, acercándola más a mí.— ¿Puedo saber cuánto? —pregunto, levantando una ceja.
—No pienso decírtelo —susurra rozando mis labios—, pienso mostrártelo, —sonríe y atrapa mis labios en un beso apasionado que respondo con fervor, donde nuestras lenguas juguetean juntas. En el momento en que los dedos de mi Bella se enredan en mi cabello, dando pequeños tirones, no me puedo contener y aprieto su cuerpo contra el mío todo lo que es posible, sacando un delicioso gemido de los labios de mi novia. Mis manos acarician su espalda y cintura, tentadas a descender a su apretado y caliente trasero, el cual me tiene loco: joder, no quiero dejar de besarla, la había echado tanto de menos. Estoy apunto de introducir mis manos por debajo de su blusa cuando unos malditos carraspeos se escuchan en el ambiente, pero eso no hace que nos detengamos, nada conseguirá que deje de besar a mi novia.
—¡Hey, búsquense un cuarto! No estamos interesados para nada en el voyerismo, —chilla Emmett dramáticamente, consiguiendo desgraciadamente que nos separemos.
—¿Envidia de no tener tal recibimiento, oso? —cuestiona mi novia, girándose para mirarlo mientras recuesta su espalda en mi pecho y automáticamente mis brazos rodean su cintura.
Sin embargo, dejo de prestar interés a su charla cuando algo me llama demasiado la atención. Thomas se encuentra sentado al lado Gianna de lo más acaramelados, entonces, disimuladamente codeo a Justin para que mire la escena.
—¿Crees que estén juntos? —me pregunta Justin en voz baja.
—No sé, pero para mí que algo hay entre ellos —le cuchicheo a mi amigo, sin dejar de mirar a Thomas con una sonrisa juguetona. —Como que hay novedades por aquí, ¿no? —inquiero en voz alta sin quitar mi sonrisa, viendo cómo Thomas toma a Gianna de la mano para levantarse.
—Creo que tienes razón, aunque no me esperaba que sucediera tan pronto —me dice Justin, sonriéndole a la pareja y entonces recuerdo lo que me contó de su charla con Thomas.
—Chicos, quiero presentaros a Gianna, mi novia, —nos presenta Thomas una vez que llega a nuestro lado.
—Enhorabuena, y suerte con este, seguro la necesitarás —declaro divertido, dándole un golpe en el hombro a Thomas y sonriéndole a la chica, que parece un poco cohibida.
—Felicidades, Thomas. Os deseo lo mejor, chicos—dice Justin, estrechando su mano, confirmando algo que sólo nosotros tres sabemos.
—Gracias, Justin —contesta sincero, pero con su mirada transmite algo más, a lo que mi amigo asiente sonriente.
Mi hermana, que se ha separado de Justin lo necesario para que pueda saludar y charlar cómodamente con la nueva pareja, vuelve a su lado rápidamente para refugiarse en sus brazos de nuevo, lo que hace que este sonría y con mucha ternura deposite un beso en su cabello. Sigo observándoles sonriente durante unos instantes hasta que mi hermosa Bella se pega a mi cuerpo y no tardo en rodearla con mis brazos, para luego inclinarme y besar sus cálidos y rosados labios, que hacen que me olvide de todo y de todos.
—¡Basta ya! ¡Paren de una maldita vez! —gruñe Emmett.— Qué diantres les pasa que no pueden estar despegados, —se cruza de brazos, aparentando estar enojado.
—Nada que te importe—responde cortante mi novia, frunciendo el ceño.
—Ya, ya, ahora van a decir que se quieren mucho y por eso están pegados como lapas, —asegura Laurent riendo, no sé si los demás se percataron. Pero yo sí, tanto Justin como Lizzie asienten rápidamente ante las palabras anteriormente dichas. Estoy seguro de que ninguno de los dos se ha dado cuenta de lo que ha hecho, ya que es de manera inconsciente, algo que me hace sonreír.
—¿Envidia, cuñado? —le pregunto a Emmett riendo.
—Para nada, solo que cansa ver lo empalagosos que sois —contesta, haciéndose el importante.
—Vamos, oso, —ríe mi brujita—, reconoce que te mueres de envidia —acota con jovialidad, guiñándole el ojo.
—Estoy totalmente de acuerdo contigo, —sonríe mi novia—. Pobre de mi hermanito, no tiene perro que le ladre, —se burla, siguiéndole el juego a mi hermana, la cual pega un grito y salta en los brazos de Justin.
—¡Esto no puede ser! —Pone cara de fingida indignación. Nessie se muerde el labio para aguantar las ganas de reír, conoce demasiado bien las salidas de Lizzie—. No te preocupes, osito, mañana tendrás un perrito para que te haga compañía... Y mira, esto ayudará, —saca dos billetes de 50 dólares del bolsillo trasero de su pantalón—. Haremos una colecta y le compraremos un perrito a Emmett para que no se sienta tan solito —nos informa con una sonrisa burlona en su rostro. Justin inmediatamente saca su cartera y le entrega a mi hermana un billete de 100 dólares mientras Emmett les mira enfurruñado, pero gracias aun puchero que le hace mi brujita, se le pasa el supuesto enojo. Nadie puede resistirse a ese gesto.
—Yo coopero con la causa. No quiero que Emmett entre en depresión por soledad, —avisa divertido Justin, haciéndonos reír a todos y seguidamente pasamos todos a darle el dinero a mi brujita, pero cuando llega mi turno, me fijo en que faltan Kevin y Jasper.
—Chicos, ¿dónde están Kevin y Jasper? —pregunto con interés, ya que me parece bastante raro que no se unan a la cena.
—Kevin se marchó a su casa a recoger unos libros que le faltaban y de paso aprovechaba para cenar con sus padres, ya sabes lo despistado que es —dice riendo Laurent.
—¿Y no te haces una idea de dónde se encuentra Jasper? —me pregunta con guasa James y niego con la cabeza, últimamente Jasper esta de lo más raro y apenas nos cuenta nada—. Se fue a cenar con tu prima. Alice, en plan cita, —lo miro asombrado, no me lo esperaba en absoluto. Hace dos días, en la puerta de su hermandad, mi prima se estaba enrollando con Riley, un chico de la fraternidad Omega—. Nos enteramos de pura casualidad, ya que estábamos aquí afuera charlando con Kevin antes de que se marchara. Cuando salió Jasper, todo arregladito, y se fue directo a la casa a Kappa, cinco minutos más tarde, salió con Alice, que también vestía muy acicalada —nos explica James, encogiéndose de hombros.
Me acerco a mi hermana y le entrego otros 100 dólares, cubriendo la parte correspondiente de Kevin, y Jacob hace lo mismo por su primo, ya mañana nos lo darán.
—Listo, hermanito, mañana a estas horas tendrás compañía, —ríe mi novia cambiando de tema, sé que a ella no le hace ninguna gracia que su primo salga con Alice y la comprendo a la perfección—. Más te vale cuidarlo bien, —le amenaza seriamente.
—¿Cuántas veces al día lo tengo que alimentar? —pregunta Emmett con gran interés.
—Fácil, oso, dale de comer cada vez que lo hagas tú, —sugiere Nessie como si estuviera tratando con un niño de guardería.
—Noooooo, —chillamos la mayoría al mismo tiempo.
—Amorcito —le dice Jacob a Nessie—, si mi hermano alimenta al perro las mismas veces que come, entonces se morirá de indigestión el pobre animalito, —todos reímos ante la molesta mirada del oso, pero todo lo que Jake ha dicho es la pura verdad. Emmett es un barril sin fondo.
—Ahora que hablan de comida, como que se está haciendo tarde para la cena, —se frota la tripa—. Por cierto, ¿qué vamos a cenar? —pregunta tan pancho Emmett, dejándonos sorprendidos a todos, dado que la idea fue suya.
—Hermano, tú fuiste el principal promotor, bueno, junto a Jacob. Qué piensan pedir, porque lo que es cocinar... —dice Thomas, negando con la cabeza, y es bien cierto, sólo debes alimentarte de sus comidas si quieres ir a parar al hospital.
—Bueno... este... nosotros, —tartamudea Jacob mirando a Bella...¿avergonzado?
—Es que hablamos por teléfono con papá y en la conversación salió el tema de lo mucho que echan de menos la comida de Bella y... siendo sinceros, nosotros también, así que habíamos pensado que quizás... —sugiere cohibido Emmett.
—¿Me están diciendo que me invitaron a cenar para que cocine? —cuestiona con incredulidad mi novia.
—Es que extrañamos tus deliciosos platos, Belly —aclara Jacob haciendo un puchero, intentando derretir la rabia que desprenden los ojos de mi novia.
—Bella, Lizzie, explicadme porqué me puse de novia de este idiota —inquiere con enojo Nessie, señalando a Jacob.
—No tengo ni idea, aunque algo debe tener para que aceptaras —contesta mi hermana, encogiéndose de hombros.
—Siendo sincera, no sé qué haces con él, pero pienso que debe tener algo interesante, aunque esté muy escondido —responde mordaz mi novia, dejando a Jacob con la boca abierta.
—¿Cómo se les ocurre una idea tan absurda? —Inquiere Martha, negando con la cabeza para luego suspirar—. Es normal que extrañen su comida, pero esta no es la manera correcta, —se cruza de brazos.
—Pero entiéndanos... —comienza a quejarse Emmett, pero al ver los rostros de las chicas se calla.
—Ya dejemos esto por la paz que no llegaremos a ningún lado. Chicos, si apoyan una idea de Emmett, por favor, cerciórense de que está bien planeada o seáis vosotros los que os encarguéis de los detalles —habla autoritaria Victoria, que conoce perfectamente lo estúpidas que pueden ser las ideas de mi amigo.
—Por querer cometer ese abuso con mi cuñada... —empieza a decir mi hermana con una mirada escalofriante que de seguro nos hiela a todos la sangre.
—Nosotras nos encargaremos de la cena —continua amenazante Nessie, sonriendo con malicia.
—Y vamos entrando que es tarde —añade con voz de mando Irina, y todos vamos desfilando al interior acompañados por nuestra pareja, incluido Emmett, que aunque no esté de novio con Martha, algo hay entre ellos.
—Chicas, vamos a la cocina —asevera mi Bella con voz traviesa, a saber lo que planean.
Una vez las chicas se marchan a la cocina, nosotros nos dirigimos al salón en silencio, que es roto por James en cuanto se acopla en el sofá.
—¿Qué estabais haciendo vosotros? —nos pregunta James muerto de curiosidad a Justin y a mí.
—Sólo espero que no lo estés dando calabazas a mi hermana —dice Emmett, fingiendo preocupación.
—Pues no sé qué pensar, —suspira Laurent— ¿Vieron lo juntitos y risueños que llegaron? —inquiere alzando las cejas.
—¿Y qué dicen de sus caras misteriosas? —continúa Thomas, siguiendo el juego.
—La verdad es que Justin me abrió su corazón —respondo y era cierto, sólo que ellos lo interpretaran en el mal sentido.
—Solo dije lo que siento —dice Justin siguiéndome la broma, los chicos nos miran a uno y al otro con la boca abierta.
—Lo sé, pero no es una decisión fácil de tomar, hay sentimientos de otras personas implicados, —apunto aparentando estar nostálgico.
—Pero cuando hay amor... —acota Justin, dejando la frase en suspenso.
—Por eso hemos decidido... ser buenos amigos —digo, pasando el brazo por sus hombros.
—Seee... Es lo mejor —agrega Justin y después estallamos en carcajadas.
—De verdad, chicos, sus caras no tienen precio —exclamo una vez nos calmamos.
—Sólo estuvimos charlando y bebiendo unas cervezas —explica Justin, encogiéndose de hombros. No obstante, Thomas le da una mirada significativa, lo sabe o por lo menos lo intuye.
Las chicas hacen su aparición en ese momento, mirándonos a todos con una clara pregunta sin articular, ¿Qué pasa con vosotros?, ya que nuestras carcajadas de seguro se han escuchado hasta la cocina.
—¿Pidieron ya la cena? —pregunta Emmett.
—Por supuesto, al igual que pusimos la mesa —contesta Nessie.
—En un rato la traerán y vosotros pagáis —declara mi hermana, señalándonos a todos.
—Pero... —intenta protestar Laurent.
—Nada, vosotros nos invitasteis, vosotros pagáis —continua hablando mi Bella.
De verdad que las chicas dan miedo cuando se lo proponen. El primero en sacar el dinero es Justin, seguido de mí y así sucesivamente hasta llegar a Laurent, que titubea un poco, pero termina entregándolo.
—Primero, la colecta para el perro de Emmett y ahora la cena. Estas chicas nos van a dejar en la ruina, —se queja Laurent.
—Cállate o pagarás las cervezas tú solo, —le amenaza Irina, imposibilitando cualquier protesta por parte de su novio. Por lo visto, Justin y yo no somos los únicos dominados.
—Chicas, este dinero sobra, —les avisa Nessie, luego de haberlo contado, y comienza a repartirlo entre ellas.
—Hey, nosotros fuimos los que cooperamos —protesta Emmett, levantándose del sillón.
—Y nosotras lo vamos a gastar —le responde Martha con una dulce sonrisa que deja al oso fuera de combate y, suspirando, se vuelve a sentar.
—Vamos, chicas, no es justo, —se queja ahora Jacob, poniendo un puchero.
—Sigue quejándote, Jake, y pasará mucho tiempo antes de que vuelvas a probar mi comida, —le advierte mi chica en plan atemorizante.
—¿Ven, chicos? Las chicas saben lo que hacen —dice Jake, cambiando totalmente de idea para no quedarse sin degustar la comida de mi novia.
En ese momento suena el timbre y todas corren en estampida hacia la puerta, segundos más tarde, vuelven con varias bolsas, sus malvadas sonrisas me dan escalofríos.
—La cena está aquí, vamos a la mesa, —nos avisa Victoria, rápidamente nos levantamos para seguirlas.
Una vez acomodados en la mesa, las chicas comienzan a sacar de las bolsas la comida y las caras de espanto que ponen Emmett y Jacob no tienen precio. Todo es pura comida mexicana y nos les gusta absolutamente nada.
Cuando por fin todo está colocado en la mesa, vemos de qué son cada bandeja, hay quesadillas de distintos tipos, rajitas de chile, burritos, tacos, chiles rellenos de queso y verdura y tamales oaxaqueños, todos los platos acompañados con bastante picante. Luego de que sirven a cada uno su correspondiente ración, nos disponemos a comer y...
¡Wow! No pica absolutamente nada.
Miro al resto de los chicos, que están comiendo tan tranquilos como yo, pero al mirar a Emmett y Jacob, me doy cuenta de que están sudando como cerdos y se han bebido dos cervezas cada uno, a pesar de que acabábamos de empezar a comer. Un rato más tarde, todos tenemos nuestros platos vacíos, pero los hermanitos Swan están muy colorados y eso que en total se han tomados cuatro cervezas cada uno para amortiguar el picante.
—¿Cómo pueden estar tan tranquilos con lo que picaba la comida? —nos pregunta un acalorado Jacob, consiguiendo que estallemos en carcajadas.
—¿Qué carajos ocurre con vosotros? —inquiere Emmett, fulminándonos con la mirada.
—Hermano, creo que nos la han jugado, —gruñe Jacob—, están como si nada, eso me da que pensar que solo nosotros comimos picante —murmura entre dientes, lanzándonos miradas matadoras.
—Serán desgraciados, que sepan que en estos momentos los odio profundamente —dice un muy, pero muy enojado Emmett—. ¿Pero cómo lo hicieron si sirvieron del mismo sitio? —pregunta confundido y la verdad es que a todos nos pica la curiosidad.
—Ven está marca de aquí —nos dice mi Bella, señalando la bandeja donde hay una línea de color rojo.
—¿Qué significa? —inquiere enfadado Jacob, cruzándose de brazos.
—Esta línea indica la separación entre lo que tenía picante y lo que no —acota sonriente Nessie.
Estas chicas cada vez me asombran más, aunque reconozco que tienen una mente perversa.
—¿Qué les hicimos para que nos hagan esto? —pregunta Jacob con voz ronca a causa del picante, todavía debe permanecer el sabor en su boca.
—Muy sencillo, invitarnos a cenar pretendiendo que cocináramos —declara mi Bella, sonriendo con malicia y con sus manos en la cintura.
—Y como aún no han sido perdonados, deben cumplir su segunda parte del castigo —dice Martha sonriendo angelicalmente, eso es mala señal para Emmett.
—Vuestro castigo es… recoger la mesa, lavar todo lo ensuciado y dejar la cocina ordenada —les anuncia sonriente Nessie observando a su novio, el cual se estremece al ver su mirada.
Sin decir palabra, Jacob y Emmett comienzan a recoger la mesa ante la atenta mirada de las chicas, solo se les escucha murmurar entre dientes, pero tan bajito que son inentendibles. Sin hablar, el resto nos levantamos y nos marchamos al salón donde no podemos contener por más tiempo nuestras risas, cuando por fin nos calmamos. Decidimos poner la televisión mientras esperamos a la pareja que de repente empiezan una tonta discusión.
—¡Los lavas tú! —exclama chillando Jacob.
—Nada de eso, tú friegas y yo seco —sentencia Emmett entre risas. Es muy raro verle serio.
—Ni lo sueñes, osito, que si estamos aquí es por tu maldita culpa —dice entre dientes Jacob.
—Pero... —suspira—. Está bien, pero cuando tenga mi perrito le voy a poner Jake —dice con convicción nuestro amigo y seguido se escucha un golpe sordo. No es necesario que lo veamos para saber que Jake le acaba de dar una colleja.
—Hey, hermano, contrólate —protesta el oso.
—Hey nada, si tú le pones Jake a tu perro, le cuento a los chicos que tú... —la respuesta de Jacob queda en el aire, ya que seguidamente escuchamos un forcejeo.
—Está bien, buscaré otro nombre, —termina con la discusión Emmett para luego escuchar mucho ruido, parece que en lugar de lavar los platos están demoliendo la cocina.
No pasan más de cinco minutos cuando regresan, no quiero imaginar cómo dejaron los platos y todo lo demás, seguro lo tendremos que hacer de nuevo.
—Listo —nos dice Emmett, con la camiseta empapada y todavía con espuma del jabón en la cabeza.
—¿Tan pronto? —pregunta extrañada Irina.
—Sí, somos un buen equipo —dice Jacob igual de empapado mientras golpea el hombro de su hermano.
—Si vosotros lo decís, tendremos que creeros —les contesta riéndose mi hermana, que está acurrucada en el pecho de Justin.
—Es de lo más divertido estar con vosotros —expresa sonriente Justin.
—Pues si quieres ser parte de los Alpha eras más que bienvenido —declaro con una sonrisa y los chicos asienten.
—¿Lo dicen en serio? —pregunta entusiasmado—. Pensé que tenían todas las habitaciones ocupadas y que las libres eran para los nuevos miembros —habla Justin con emoción en su voz.
—Por supuesto, además, planeábamos pedírtelo desde finales del curso pasado, que es cuando se marchó Peter —le aseguro sonriente.
—Sería genial tener al mejor mariscal del campo en nuestra fraternidad —exclama exaltado Emmett y los chicos dan un silbido en aceptación.
—Simplemente el mejor capitán —asegura mi brujita con una sonrisa, besando su mejilla.
—Sería realmente fantástico tener a alguien que de verdad sepa jugar al fútbol —dice James mirando burlonamente a Emmett, ya que a este se le dan bien todos los deportes menos el fútbol americano.
—Pues... Si todos estáis de acuerdo, por mí encantado —afirma contento Justin.
—Y lo que de verdad importa es que contaremos con buenos sitios en el estadio aunque lleguemos tarde, —bromea Laurent, pero todos sabemos que habla en serio.
—Cuenten con ello, todo sea por mis hermanos —asegura Justin, haciendo que los chicos griten de emoción, chocando las manos.
—Solo falta saber cuándo te mudarás, por nosotros mañana mismo si quieres, de ese modo te ahorras el seguir pagando apartamento —le comenta Jacob, mientras acaricia la espalda de Nessie.
—Sí, múdate mañana y con lo que ahorres nos invitas a unas cervezas —sugiere Emmett, sonriendo de tal manera que se le marcan sus hoyuelos, haciéndolo ver como un niño pequeño.
—¡Oh, no! Entonces terminarás pagando más de lo que te gastas en la renta —alega con fingido horror mi hermana y todos ríen estruendosamente, menos Emmett, que hace pucheritos.
—Tranquila, mi niña, conozco un sitio donde vende la cerveza a muy buen precio, y con la cantidad que toma Emmett, seguro me harán un buen descuento —responde Justin, mirando con dulzura a Lizzie.
—Sííí, cerveza gratis. Qué esperan, tenemos una mudanza que hacer —grita Emmett muy animado, levantándose del sillón todo dispuesto para realizar la mudanza en este momento.
—Mira que eres tonto, hermano, no son horas de mudanzas —dice Jacob jalándolo del brazo, haciendo que se deje caer de nuevo en el sillón.
—¿En qué piensas, nene? —le pregunta cariñosa mi brujita a Justin y todos la miramos sorprendidos por el apodo que le ha dicho. — ¿Qué? Siempre le he llamado así, —se encoje de hombros y regresa su mirada a Justin, que le sonríe como tonto.
—En todo lo que tengo recoger, —suspira— Parece mentira, pero al vivir dos años en el mismo lugar, acumulas muchas cosas, menos mal que tengo todo este mes para hacerlo, y también debo hablar con el casero para avisarle, entre otras cosas —le explica Justin a Lizzie, acariciando su cabello
—¡Hey! Tienes que contar con nosotros para hacer la mudanza, no te vamos a dejar hacerlo solo, así que no te preocupes, que entre todos acabaremos más rápido —le dice Thomas, dejándonos a todos con la boca abierta—. Además, tenemos un mulo de carga, —sonríe señalando a Emmett, haciendo que las risas resuenen por toda la habitación.
—Un consejo, amigo, debes elegir con sumo cuidado la habitación que ocuparas —asevera con tono de intriga Laurent.
—Te recomiendo que sea lo más lejos de este par —sugiere mi Bella teatralmente, señalando a sus hermanos.
—¿Y eso por qué? —pregunta ofendido Jacob
—Amor, no te molestes, pero Emmett y tú roncan más que una manada de osos gruñendo —le aclara Nessie en tono cariñoso al ver el puchero que hace su novio.
—La verdad, amiga, es que no entiendo cómo puedes dormir con él, —ríe mi Bella—. Todavía recuerdo cuando nuestro padre hizo reformas en el tercer piso, únicamente para que Emmett y Jacob se trasladaran allí y nos dejaran dormir, —rememora haciéndonos reír a todos menos a sus hermanos, que tienen sus ceños fruncidos.
—Eso es mentira, papá lo hizo para que tuviéramos más espacio —intenta defenderse Emmett, pero ninguno le creemos.
—Sí, lo que tu digas, hermanito. Pero... si algún día quieres conocer la verdad, habla con papá —le rebate mi novia con una pícara sonrisa.
—Siento desilusionarte, oso, pero me quedo con la versión de Bella. ¿Sabes por qué?—Emmett niega con la cabeza—. Fácil, porque ambos roncáis como cerdos y la razón por la que puedo dormir con tu hermano es gracias a los tapones para los oídos que me he comprado —declara Nessie tan tranquila, haciéndonos reír a todos menos a Jacob, que la mira con los ojos bien abiertos sin creer lo que acaba de escuchar—, Justin, por tu bien y para tu descanso, píllate el dormitorio más retirado de los hermanos Swan, —finaliza en plan dramático la diablilla.
—No tienen de qué preocuparse, chicos, sé esquivar ciertas cosas —asegura divertido Justin, guiñándoles el ojo a Emmett y Jacob, que tienen sus rostros contrariados.
—De hecho, había pensado en que te quedaras con la habitación que está cerca de la mía —comento como si nada.
—Estaría bien —dice Justin sonriente.
—Sí, muy buena idea, —ríe malicioso James—. De ese modo, lo tendrás más cerca y podrás conquistarlo mejor, —se burla el cabrón, sacando las risas de todos.
—Nah... mi corazón está ocupado —responde Justin, besando la cabeza de mi hermana, que se derrite como cera al fuego entre sus brazos.
—Tendré que vivir con la decepción —le digo, limpiándome una lágrima imaginaria.
—A partir de mañana, todos los números uno de la universidad pertenecerán a la fraternidad Alpha —exclama gracioso Thomas, chocando sus manos con Laurent, a veces somos demasiado infantiles.
—Sí, nuestro caché subirá como la espuma —diceEmmett—. Ahora... ¡Alisten sus relojes que tenemos una mudanza programada para mañana! —clama chillando al mismo tiempo que hace un ridículo baile en el centro del salón.
—Aunque el espectáculo es muy bueno, —interrumpe Jacob— ¿Qué os parece ver una película? —propone, recibiendo respuestas afirmativas por parte del grupo.
—Pongamos la primera que cojamos, porque si nos ponemos a elegir amaneceremos todos aquí, —advierte mi Bella, levantándose de mi regazo para acercarse a la estantería donde se encuentran las películas.
—¡Espera! —exclama Laurent, levantándose y acercándose a mi chica con un pañuelo en la mano—. De este modo, será más divertido, —sonríe como un niño mientras le tapa los ojos con el pañuelo y la gira varias veces hasta dejarla frente al estante.
Mi preciosa estira la mano y toma una que le entrega a Laurent luego de desprenderse del pañuelo. Mientras nuestro amigo pone la película, mi muñequita ya está a mi lado de nuevo, donde la acurruco entre mis brazos amorosamente.
Al final, la película que ha escogido mi Bella al azar fue Instinto Siniestro, un film de terror bastante gore, pero a los chicos y a mí nos gusta. La trama está bastante bien, trata de una pareja de novios que se marchan de vacaciones y al regresar sufren un accidente que es provocado, muere el chico y no encuentran ninguna pista de quién es el asesino.
Desde ese momento, la protagonista se siente observada, recibe llamadas anónimas amenazantes al igual que cartas, un mes más tarde del funeral del chico, la chica descubre que está embarazada, ahí es cuando las amenazas se vuelven más agresivas, entran en su casa, revolviéndolo todo, llegan cintas donde está duchándose, comiendo, durmiendo...vamos la tienen vigilada las 24 horas.
Es entonces cuando se pone en contacto con la policía, que es lo peor que pudo hacer, ya que desde ese momento, toda la gente a la que ella ama, comienza a ser asesinada de las manera más brutal y cruel, pero lo peor es que ella recibe las grabaciones de los siniestros y aterrorizantes asesinatos, consiguiendo llevarla a un estado de nervios casi hasta la locura a causa del inmenso miedo. De repente, los terroríficos asesinatos paran y ella intenta volver a su vida normal, pero una noche se presenta en su casa la ex novia del chico, intentándola asesinar, tirándola por las escaleras para después rajarla y sacarle al niño, pero justo en ese momento, llega la policía, sin embargo, a causa del accidente, la protagonista pierde el niño.
En ese momento, dejo de prestar atención al film e inmediatamente mi mirada va directamente a mi brujita, que tiene cara de horror y gruesas lágrimas se resbalan por su linda carita, y sin poder soportarlo más, se levanta rápidamente y corre en dirección a la cocina, seguida muy de cerca por Justin
Inmediatamente escuchamos estruendos de cosas siendo arrojadas, cristales y vajilla quebrándose, el corazón de mi brujita al igual que el de mi amigo están destrozados.
En la sala se miran unos a otros con caras que parecen decir ¿Qué demonios pasa? o ¿Qué mierda sucede? Y en ese momento, decido levantarme y poner rumbo a la cocina, lo que no me espero es que el resto me siga, así que me detengo frente a la puerta, la cual se encuentra entornada.
—Edward, quítate de ahí, déjame ver qué pasa con mi peque —me ordena acongojado James. Niego con la cabeza, porque si hablo mi voz me traicionará por el enorme nudo que se ha formado en mi garganta.
—Amor, entra a ver qué sucede —me apremia mi princesa con angustia marcada en su hermoso rostro y vuelvo a negar de nuevo con la cabeza, me es imposible articular palabra.
—Me importa muy poco si quieres dejarnos pasar o no, —me apura Emmett, que me toma desprevenido y me empuja, haciéndome chocar contra el lateral de la puerta, abriéndola casi por completo.
La escena con la que nos encontramos es desgarradora, ellos están fuertemente abrazados, como si la vida de ambos dependiera de ello, sus ojos cerrados con fuerza y gruesas lagrimas ruedan por sus mejillas; la cara de Justin es una horrible mascara de puro dolor mientras que la de mi brujita es como la de un niño perdido y sin rumbo, rota y vacía. Mis manos y brazos pican por correr a consolarla, sin embargo, es algo que no me corresponde, la persona indicada para hacerlo es Justin, que la tiene estrechamente abrazada.
Comunicaros que en el grupo de facebook "EL jardín de los hechizos de Maya" podéis encontrar los álbumes de los fics, así como adelantos, encuestas y muchas cosas más de mis historias. El link lo tenéis en mi perfil, Os esperamos.
El Link del trailer tan maravilloso realizado por mi amiga Teresa lo tenéis en mi perfil.
Este capítulo va dedicado a todas/os mis nuevas/os y antiguos lectores, y os doy las gracias por vuestro apoyo a está historia. Estaré esperando vuestros comentarios que hacen superarme en cada nuevo capítulo.
A mis lectoras silenciosas gracias por estar ahí.
Gracias a mis lectoras por tomaros el tiempo de dejar vuestros reviews que me llenan de ilusión y me dan fuerza para continuar.
Muchísimas gracias a todos los que me habéis añadido a favoritos y alertas, también a mis lectoras anónimas gracias por estar ahí.
Dar las gracias a:
Aliena Cullen, Emmaly Swallen , Pauly Mp, Tecupi, Pili, Jde HSos, Kjmima, patymdn, jackie. rys, Car cullen Stewart Pattinson, Adriana Molina, kaja0507, jupy, rosy,canal.10, flaca paz, Adriu, Alixa Cullen, saraipineda44, cavedano13, Cary, Esmeralda C, Isa Labra Cullen, Paz, Liduvina, Isabella Swallen, caresgar26, cry, piligm, Lyra, Laury D, CelyJoe, AngieSCullen, Chiki Garcia, Sambita 74, ClaudiaHernandez, BreezeCullenSwan, Danny VasquezP, Vero Grey Cullen
Si me faltó alguien por dar las gracias, por favor, mandarme un inbox, y los Guest poner un nombre para poder agradeceros.
Espero sus comentarios y sugerencias de todo corazón.
Muchos besitos y mordisquitos de Edward para todos mis lectores.
