DISCLAIMER: Sólo los personajes pertenecen a la maravillosa escritora Stephanie Meyer; la trama de la historia, los lugares y algunos personajes son de mi propiedad.

"Todas mis historias están registradas en SafeCreative. Tenedlo en cuenta al momento de adaptar, copiar, o publicar cualquiera de ellas sin pedir mi autorización"

Beteado por mi amiga Emotica GW, que me acompañara en esta aventura. Mil gracias guapa.

Hola a todas/os:

Aquí os dejo un nuevo capítulo. Espero y os guste.

El link de la Soundtrack lo tenéis en mi perfil

Las canciones del capítulo:

Gotta Be Somebody — Nickelback

Look After You — The Fray

New Divide — Linkin Park


Sensación de Vidas Universitarias.

Capítulo 21 Sorpresas y Planes

Justin Pov:

Hey, vosotros, ¿qué son esas risitas que se traen, eh? —inquiere James. Mierda, todavía tengo a mi niña subida a mi espalda, y no ha podido ser otro el que nos preste atención.

Es que el cuarto de Emmett parecía un cuarto de batalla y no hallábamos un lugar libre para colocar las cosas del cachorro, tuvimos que recoger los bóxer de piolin que tenía tirados por el suelo y dejamos a Lizzie y Justin terminando, nosotros hemos bajado hace unos minutos, —se inventa Nessie guiñándonos el ojo. Mi niña le lanza un beso.

¿Qué estaban husmeando en mi ropa? —nos pregunta regañándonos.

Fisgonearíamos si estuviera ordenada, sin embargo, tus bóxer parecían alfombra, regados por el suelo, —le reprende Bella. Emmett muy maduramente le saca la lengua y, para rematar, el cachorro lo imita haciéndonos reír a todos.

Eso no se divulga, hermanita —alega el oso haciendo un puchero y el cachorro lloriquea.

Y los bóxer no se tiran al suelo, oso contraataca Lizzie, sacándole la lengua y el perrito le devuelve la acción, haciéndonos reír.

De repente, se quedan todos callados y observándonos. Mi niña, que aún se encuentra a mi espalda, está ajena a lo que ocurre en la sala porque está de lo más entretenida sacándole la lengua al cachorro. Edward sonríe, lleno de alegría, al ver a su hermanita reír por las gracias del perrito y me levanta los pulgares en aprobación .Cuando se percata de que el resto nos mira sin decir nada, decide iniciar una conversación.

Chicos, ¿llamaremos cachorro la bola de pelo o le vamos a decir perrito? —pregunta Edward y le sonrío con agradecimiento por desviar la atención de nosotros.

Había pensado en llamarlo Shushi —dice Emmett.

Ese no es nombre para un perro, —le riñe Jake.

Bueno pues entonces Surimi, se oye tierno —asegura sonriendo el oso.

Estás loco, va a salir corriendo cuando pidamos comida china, va a creer que lo pedimos a él para la ensalada —comenta Kevin riendo.

¡Ya lo tengo! Le pondremos Galletita, es de lo más tierno —exclama emocionado Emmett que sigue con nombres de comida.

Claro, así te lo podrás comer con el café, —le recrimina Laurent.

¿Qué os parece Bombón? —pregunta Emmett derrotado.

Para que puedas regalarlo para San Valentín, —se burla James.

Joder, ninguno os gusta, —protesta enfurruñado el oso y el perrito gruñe.

Es que solo eliges puros nombres de comida, no piensas en otra cosa, —le regaña Bella, haciéndonos reír a todos.

Entonces le llamaremos Bob como Bob Esponja, —sonríe risueño; pero el cachorro gruñe. — ¿No te gusta, Bob? —le pregunta al perrito que vuelve a gruñir—. Tú también vas a empezar a quejarte, —gruñe Emmett y el perrito le lame la cara, haciéndolo sonreír.

Tengo uno, podemos llamarle Copito o Niebla, —propone Jacob con entusiasmo como si hubiera realizado un gran descubrimiento.

No me gusta, me recuerda a los dibujos de Heidi y Marco, siempre los aborrecí —explica Emmett negando con la cabeza.

¿Qué te parece Motita? —pregunta sonriendo Laurent.

No jodas, ese nombre es de niña, lo harás gay —dice Kevin y todos rompemos a reír en carcajadas.

Pues pónganle Ratita y se acabó la discusión —añade James hastiado, pero sonriente.

Mierda, no, ese nombre no es para mi chico —dice Emmett y el perrito lame su cara en agradecimiento.

¿Porqué no le pones Kellan? —inquiere Bella, haciéndole un guiño como si fuera un secreto entre ellos.

¡¿Estás loca?! ¿Por qué le pondría el nombre de mi peor enemigo? —pregunta Emmett enfurruñado.

Tú siempre decías que Kellan era un perro, y este es un perro —le aclara Bella, logrando que la sala rompa a reír de nuevo.

No, no, no y no. Él era un maldito, perro malo, y este es un perrito muy bueno, —acaricia la cabecita del cachorro—. Es mi pequeño osito, Winnie Pooh, que cuidara de papá oso y papá oso cuidara de él —habla Emmett con ternura al cachorro.

Ese nombre me gusta —afirma mi niña que todavía sigue en mi espalda.

¿Perdón? ¿Qué nombre dices? —pregunta intrigado Emmett y, siendo sinceros, todos estamos igual.

Que lo llames Pooh, es blanco, tierno, suave que dan ganas de acariciarlo todo el rato como a un peluche, es un osito, como Winnie the Pooh, y a ti te encanta —explica mi niña entusiasmada sobre mi espalda.

Sí y le podemos decir potito, —bromea Jacob, pero en cambio Emmett tiene una sonrisa de oreja a oreja en su cara.

Ni lo sueñes, a mi osito Pooh nadie le cambiará el nombre o se las verá conmigo, —defiende amenazante Emmett.

Es muy raro llamar a un perro así, ¿no? —comenta Victoria.

¿Y quién te dijo que, siendo Emmett, iba a tener un nombre común? —contesta entre risas Nessie.

En eso tienes razón, y de Shushi o Galletita hay una gran distancia —contesta Maggie también riéndose.

A mí me parece bien, será el pequeño osito Pooh de Emmett. Ambos son como niños —dice con una sonrisa burlona Edward.

Me gusta, es un nombre corto y al perro se le quedará enseguida —dice Irina sonriendo.

Ese será entonces, —sonríe. — ¿Te gusta Pooh, pequeño? —le pregunta Emmett al cachorrito, que lame su cara moviendo la cola.

Solucionado, ya tienes nombre, pequeño —dice Gianna, acariciando la cabecita de Pooh.

Bien, ahora vamos a cenar —asevera Emmett y el perrito ladra en aprobación—. Ven, Pooh, seguro que también tienes hambre, —sonríe haciendo que la habitación se llene de risas.

Hay que traer la comida de Pooh que está en mi coche y de paso la vajilla y los vasos que he comprado —dice mi niña, pero ninguno de los chicos hace el mínimo gesto de moverse—. Justin, me acompañas, ya que estos no tienen intención de ayudarme, —me pide con voz de niña chiquita y asiento con la cabeza, caminando hacia la puerta.

Hey, mono araña, ¿no piensas bajarte de la espalda de Justin?—le regaña en plan de broma James.

¿Te molesta? —le pregunta Lizzie y James niega—. Mientras Justin no se queje, estoy la mar de a gusto aquí, —recuesta su cabeza en mi espalda—. Vámonos —me susurra en el oído, haciéndome cosquillas.

Ya dejen de buscar pretextos para estar solos, —se burla Laurent.

Ve tú a por la vajilla, los vasos y la caja con la comida de Pooh. Y, por favor, no rompas nada, —indica mi niña, pero rápidamente Laurent niega con la cabeza—. Entonces, no digas nada. Se lo pido a Justin porque sé que no me pondrá pretextos para hacerlo, no como vosotros que sois unos vagos —los riñe dejándolos a todos con la boca abierta mientras que las chicas se parten de risa.

Por fin salimos de allí y en cuanto cerramos la puerta detrás nuestro, mi niña se baja de mi espalda y me besa en la comisura de los labios.

Gracias, amor, te amo —susurra en mi oído antes de ir hasta el auto y abrir el maletero.

Cualquier cosa por ti, mi niña —le digo, acomodando la caja de comida y la vajilla para hacerlo en un solo viaje mientras mi niña lleva la caja de los vasos, que es lo que menos pesa.

Mi niña se apresura abrir la puerta de la casa y caminamos directos a la cocina sin prestar atención a lo que los chicos nos dicen. Al entrar, se me balancean las cosas, sin embargo, logro equilibrarlas y ponerlas sobre la encimera. Mi niña se ríe fuerte al ver la cara de susto que pongo al pensar que ahora sería yo el que rompa la vajilla.

Tu cara fue de fotografía —dice riéndose mi niña.

Creo que merezco un besito por el susto —afirmo con un puchero.

Mereces mil, amor, —une nuestros labios en un tierno, pero apasionado beso—. Te amo —musita sobre mis labios antes de separarnos.

Estamos colocando las cosas y poniendo la comida y el agua para Pooh cuando escuchamos decir mi nombre, y como un par de cotillas nos acercamos sonriendo a la puerta para saber de qué hablan.

Tiene razón, James, desde que Justin está cerca de nuevo, a Lizzie se le nota mucho más feliz —comenta Kevin.

Y qué me dicen de las sonrisas que ambos traían mientras bajaban riendo por las escaleras —agrega Bella.

Me encanta poder ver esa sonrisa en mi brujita de nuevo, —suspira Edward—, la extrañaba demasiado —dice.

Pero Lizzie siempre está sonriente —Inquiere confusa Martha.

No eran sinceras ni le llegaban a sus ojos. Solo con Justin sonríe de verdad y sus ojos brillan —aclara Nessie con emoción en su voz.

Es cierto. Solo tienes que observar cómo se le ilumina la cara y la boba sonrisa que se le forma cuando ve o habla de Justin —asegura Thomas de lo más tranquilo. Al parecer nuestra charla le vino bien.

¿Qué me decís de Justin? Hace cuánto tiempo no le veíais sonreír y reír tan feliz. Creo que la última vez fue cuando aún eran pareja —asevera Laurent, quien me vio algunas veces de bajón.

Como que ya va siendo hora de que ese par se ponga en acción —inquiere Jacob y mi niña y yo nos sonreímos, ya que desde ayer estamos juntos de nuevo, aunque el resto no tenga la menor idea.

Déjalos, Jacob, será cómo y cuándo quieran, van a su paso, —nos defiende Thomas.

Tienes razón, cariño, creo que cada pareja lleva su propio ritmo y se debe respetar eso —añade Gianna.

Esta chica cada vez me cae mejor. Me alegra que ambos estén de nuestro lado.

Por mí que vayan al paso que quieran mientras no me hagan tío pronto, no tengo problema —alega Emmett, mi niña se tensa e inmediatamente la rodeo con mis brazos y esconde su carita en mi pecho.

No digas esas cosas, todos sabemos de sobra que si cualquiera de nosotras tuviera un hijo, serias el tío más consentidor y cariñoso del mundo —le contesta Bella y escuchamos cómo le tira un beso.

Dejen de hablar de eso que están yendo demasiado lejos. Justin y mi brujita son felices de nuevo, eso es lo que importa —dice Edward zanjando el tema y se lo agradezco de corazón.

Mi amor tiene toda la razón, debemos apoyar a los chicos sea, cual sea su decisión —agrega Bella, respaldando a Edward.

Concuerdo totalmente con vosotros, lo que menos necesitan es que los presionemos. Lo único que tenemos que hacer es estar para ellos si en algún momento nos necesitan, —recalca con franqueza Victoria.

Estoy completamente de acuerdo con las palabras de Vicky, —afirma Irina.

Creo que tenéis razón, pero que sepáis que cuando se casen, porque seguro lo harán, seré la dama de honor —avisa Nessie tarareando la marcha nupcial, consiguiendo que a mi niña y a mí se nos escape una risilla.

Te corrijo, tendrá varias damas de honor —dice Bella—, porque también lo seré. Aunque odie los vestidos, por mi cuñada me sacrificaré, —se ríe.

Te verás preciosa, mi amor, —afirma Edward y creo que se besan porque se escucha un abucheo.

Estoy con Bella, ¿de verdad, Nessie, crees que las chicas se quedaran tan tranquilas sin ser damas de honor? ¡Imposible! —asegura Maggie riendo. Mi niña levanta su rostro, mirándome con sus ojos brillantes y la beso dulcemente.

Te amo, mi niña, siempre —susurro una vez separo mis labios.

También yo, amor, para siempre —musita abrazándome y escondiendo su cara en mi cuello.

Algún día sucederá —susurro en su oído y mi niña salta en mis brazos, mirándome con un brillo especial en sus preciosos ojos.

¿En serio te casarías conmigo? —me pregunta con entusiasmo en su voz.

Es mi mayor anhelo —contesto con sinceridad y articula sobre mis labios un, "Te amo", antes de besarme castamente—. Debemos volver, mi niña, —suspiro con pesar.

Espera un segundo que llamo a mi mamá —me dice sacando su móvil del bolsillo trasero de sus jeans.

Mamita hermosa, —saluda mi niña—. Estoy bien. Te llamo para pedirte un favor, —sonríe y me guiña el ojo mientras escucha algo que le dice Elizabeth—. ¿Puedes llamarme en diez minutos para pedirme que vaya a ayudarte en algo, please? —Hace un puchero que deseo besar—. No te puedo decir todavía, mami, pero te aseguro que no es nada malo, —ríe mi niña al escuchar lo que dice su mamá—. Algo de eso hay, —mi niña sonríe y se sonroja. Bingo, Elizabeth sabe que estamos juntos—. Gracias, mamita hermosa, eres la mejor, te quiero, —se despide antes de colgar.

¿Qué tramas, amor? —susurro en su oído, abrazándola por detrás antes de que lleguemos a la puerta.

Dormir entre tus brazos. Por cierto, tu suegra te manda saludos y desea que pasemos buena noche —me contesta sonriendo, pero ruborizada, y como pensé, mi suegrita lo sabía. Ahora es un secreto de tres, o mejor dicho de cuatro, ya que estoy seguro que Anthony también está al corriente.

Eres una genio, amor —aseguro dejando besos a lo largo de su cuello.

Mmm...me gusta, nene, —gime y mi cuerpo comienza a despertar.

Vamos con los chicos, amor, por favor, —suplico porque mi autocontrol se está yendo por el desagüe, y mi niña asiente antes de mirarnos y romper en risas mientras entramos en el salón.

Chicos, sirvamos la cena que ya es tarde y tengo mucha hambre —asevera Emmett, incorporándose del sofá y depositando a Pooh en los brazos de Martha.

Y, antes de que pregunten, no compramos la cena, es cien por ciento casera —les avisa sonriente Jacob.

Dime que ese par no cocinó, por favor —pregunta Nessie, fingiendo horror, mientras señala a Emmett y Jake—. No tengo ganas de acabar en el hospital —simula sollozar y todos reímos menos los aludidos.

A ellos les tocó limpiar la cocina. Ninguno queremos acabar con intoxicación —aclara James.

Ya dejen de burlarse de estos afanosos, chicos, y vamos a cenar que Pooh quiere su camita y no se puede ir a dormir sin cenar —dice Emmett aparentando estar molesto y dirigiéndose a la cocina, seguido de nosotros, mientras las chicas se marchan al comedor.

Entre todos no tardamos nada en sacar las bandejas con la cena, al igual que las botellas de vino, y servir la comida. Emmett regresa segundos después con el bebedero y comedero de Pooh, ha puesto más comida de lo que dejó preparado mi niña.

Emmett, es un cachorro, no come como tú. La cantidad que tenía puesta es la que nos aconsejó el veterinario, —le regaña mi niña.

Debe comer bien para estar sano y fuerte como su papá —responde nuestro amigo, mostrando los músculos de sus brazos. No se puede negar que parece un luchador.

Sí, como digas —dice Laurent encogiéndose y reímos al ver cómo Pooh devora la comida, son tal para cual.

Wow, hermanito, te luciste, esa lasaña es igualita a la que hace mamá, que es la receta de la abuela, y qué decir de la crema de hongos —comenta mi niña sonriendo maliciosa.

Mamá me enseñó a hacerlas —contesta Edward dándose en el pecho.

A mí todavía no me salen —dice mi niña, poniendo un puchero que cambia en cuanto ve la ensalada—. Wow, hicieron mi favorita, —da un pequeño brinco en la silla emocionada siguiéndonos el juego, ya que desde el principio se ha dado cuenta de que fue Elizabeth quien hizo la cena.

Lo que es tener un hermano que te consienta, qué suerte, amiga —afirma Bella abrazando a Edward y mirando mal a sus hermanos.

De postre tenemos tarta de tres chocolates que hizo Thomas, amor —dice Edward sonriendo pícaro a Bella, quien se muerde el labio.

Todos desviamos nuestras miradas hacia otro lado, preferimos no saber.

¡Este vino es de la reserva especial de papá! —exclama mi niña al probarlo.

Sí, me lo dio el domingo cuando estuvimos en casa —agrega rápidamente Edward y la mira suplicando que no diga nada.

La cena sigue en silencio, disfrutando de la comida y el vino, solo interrumpido por los halagos de las chicas ante tan exquisita cena.

Mmm, —gime mi niña, tensándome—. Mmm... me fascina, —sigue gimiendo haciendo que mi amigo comience a despertar.

¡Lizzie, para! —susurro en reproche, pues mi autocontrol es muy débil.

Mmm... Qué rico... mmm, —gime de nuevo y llevo mi mano a su muslo, ella se tensa por un segundo, pero luego se relaja regalándome una coqueta sonrisa y un guiño. Mierda, mi niña me va a matar. Mi mano sigue su recorrido, acariciando la parte interna de sus muslos y haciéndola gemir más fuerte, sé de sobra que estos gemidos no tienen nada que ver con la comida.

¿Está rica la cena? —le pregunto con una traviesa sonrisa mientras la sigo acariciando.

Bastante, espero que el postre esté igual o mejor —me contesta mirándome lujuriosa. Mierda, me está volviendo loco.

Justo cuando estoy a punto de responder, suena su teléfono, pero, por la posición y el estado en el que estamos, se enreda conmigo, al pegar un salto, y se va de espaldas con la silla. Menos mal que gracias al deporte mis reflejos son rápidos y logro atraparla antes de que caiga, sin embargo, no logra llegar a responder la llamada.

¿Estás bien, brujita? —pregunta preocupado Edward que ya está a su lado, queriendo revisarla.

Sí, vampirito, solo que se me enredó el pie en la silla —le responde mi niña con una sonrisa y antes de que pueda volver a hablar, suena su móvil de nuevo y Ed con la mirada le pregunta quién es y le pide que ponga el altavoz para saludarla después de que Lizzie le conteste que es su mamá.

Mamita guapa, qué sorpresa, —saluda mi amor.

Hola, mi bebita, te llamo porque necesito que vengas a dormir a casa, prescindo de tu ayuda para unas cosas —habla Elizabeth, dándole la excusa que necesitamos para que nadie sospeche.

Claro, mami. En cuanto termine de cenar voy para casa —asegura con voz de niña chiquita. Menudo par de actrices.

La cena está deliciosa, Eli —vocea Emmett.

¿Me tienes en altavoz? —pregunta.

Sí, es que mi vampirito quiere saludarte —le explica mi niña.

Hola, mi bebé hermoso, —saluda amorosa a Edward.

Hola, mamita preciosa, —saluda con voz de niño pequeño. Es muy gracioso verlo así.

Caperucita, tu lobo feroz está esperándote —se escucha la voz de mi suegro, y los chicos escupen la comida que tienen en la boca mientras que Edward y Lizzie están con los ojos como platos.

Bueno, chicos, los dejo que mi lobito feroz me espera, —se despide mi suegra y todos nos quedamos mudos del shock, por lo que se escucha un, "Grrr", de mi suegro y de inmediato mi niña cuelga la llamada.

Creo que he quedado con un serio trauma —susurra, recargando su peso en mí.

Hermanita, a la próxima cita con la psicóloga iré contigo —asevera Edward con un escalofrío.

Creo que la psicóloga tendrá mucho trabajo con todos, —afirma Thomas mientras todos en la mesa asentimos a sus palabras.

Joder, Eli y Tony juegan a… —Emmett se estremece—. Mierda, yo tenía una fantasía con eso y ahora… —Se vuelve a estremecer.

Dime que no escuché lo que creo que oí, —me mira suplicante mi niña mientras James y Laurent sirven la tarta.

En serio, chicos, mejor cambiemos de tema, —pide Edward recostado en el hombro de Bella como cachorrito dolorido.

¡Perfecto! Mejor hablemos de las entradas para el partido, —suelta Emmett y Jake le da una colleja bien fuerte—. ¿Qué? —pregunta haciéndose el inocente.

Eso no lo tenías que decir, no se te puede contar nada, —le regaña molesto Kevin y mi niña me mira interrogante.

Es que les prometí a los chicos que intentaré conseguirles entradas para algún partido de los Lakers —contesto mirando a Lizzie con una sonrisa, esperando que me crea.

Mataré a Emmett en cuanto sea el momento oportuno y creo que contaré con bastante ayuda.

¿Solo eso? Me da que hay algo más —indaga mi niña. Mierda, no se le escapa nada.

También los amenacé con que no te molestaran —añado y Emmett se ahoga con la tarta al entender que se ha quedado sin entradas para ningún partido por bocazas.

Es cierto, Lizzie, le prometimos no meternos contigo a cambio de que nos consiga entradas, —sonríe Jake—. Todavía me acuerdo del dolor de pies que tuve por pasar de pie tres horas en la cola para conseguir unas entradas el año pasado para que delante de mí se pusiera un señor gordo que ocupaba dos asientos, —termina su relato con un bufido Jake.

No seas ridículo, Jake. Acaso me ves cara de tonta, sé que no se refieren a eso —le contesta mi niña molesta, cruzándose de brazos.

En serio, peque, si Justin consigue entradas para nosotros, será una suerte, ya que le dan buenos asientos —dice James en un intento de convencer a mi niña, quien levanta una ceja como diciendo no te creo para nada.

Brujita, Justin los ha amenazado con que no tendrán entradas si te molestan o dicen algo que no te guste. Los chicos tienen que andarse con pies de plomo, por eso no querían que te enteraras, para que no les jugaras ninguna travesura —asevera Edward, respaldando a los chicos.

Vampirito, es cierto lo que dices de las entradas, Justin me lo había comentado, —enarco una ceja porque no recuerdo haber mencionado nada—. Pero sé que no se refieren a eso —apunta mi niña, mirándolos seriamente.

¿De verdad pensáis que Lizzie os va a creer esas estúpidas excusas? —inquiere divertida Nessie.

Ni nosotras nos las tragamos, —se burla sonriendo maliciosa Maggie y las chicas asienten en acuerdo, complicándonos aún más la situación.

A qué más nos podemos referir —inquiere Laurent fingiendo inocencia y ganándose las miradas furiosas de las chicas.

Eso es lo que realmente quiero saber y sé de alguien que me lo va a decir, —afirma mi niña, poniéndose frente a mí—. Justin, sé que tú me vas a decir la verdad, —me mira poniendo ojitos y niego con la cabeza porque no confío en mi voz—. Anda, nene, ¿sí? No querrás que pase la noche en vela por la incertidumbre…Sabes lo malita que me pongo cuando me desvelo. —Mierda, está haciendo el puchero ―¡el maldito puchero!―, y acompañado de esos ojitos y voz melosa…Soy incapaz de hablar, así que asiento y busco en mis bolsillos. Joder, las entradas se quedaron en las bermudas.

Mierda, Justin, Lizzie te pone ojitos y caes como tonto, —se burla Thomas negando con la cabeza.

Cierto, amigo, Lizzie te pone ese puchero y consigue lo que quiere. Eres un dominado, —ahora se pitorrea Jacob.

Si así te domina ahora, mi peque, no me quiero imaginar cómo será si algún día llegan a casarse, —se cachondea James, haciendo que en mi rostro se pinte una gran sonrisa. Mi niña me mira con sus ojos brillantes y le guiño el ojo, sabe lo que significa. Pronto. Y lo cumpliré, nada me hará más feliz que estar siempre a su lado.

Mira la cara de idiota que puso Justin, ten la seguridad de que si se casan, estará cocinando, limpiando, fregando, haciendo la colada, y será de lo más feliz, —asegura Laurent continuando las burlas.

Y dijeron, nos burlamos de Justin, sacamos otro tema de conversación y Lizzie se olvida de las entradas —murmura mi niña, cruzándose de brazos.

No pasa nada, déjalos —le digo acercándome y mi niña me abraza y aprovecho para hablarle bajito al oído—. Seré más que feliz haciendo todo eso si estoy contigo. —Mi amor suelta una risita nerviosa y esconde su carita en mi pecho.

Ya hiciste llorar a mi brujita, debes portarte mejor con ella —me recrimina en broma Edward con una sonrisa y mi niña se da la vuelta para sacarle la lengua.

No te preocupes, sé como hacerla feliz —digo separándome y susurrando un, "Ahora vuelvo". Ella sonríe y besa la comisura de mis labios, dejándome en las nubes.

Sí me vas a decir de qué se tratan las entradas,¿verdad? —inquiere, mirándome suplicante con ese puchero que derrumba todas mis defensas.

Mejor aún, te voy a mostrar —aseguro y corro hacia mi nueva habitación, pero en el tercer escalón, piso mal y estoy apunto de caerme, logrando que los chicos rompan en carcajadas.

Ríanse, bola de tontos, pero hay de vosotros si se lesiona para el partido y los chicos vienen a echarles la bronca, —me defiende mi niña sonriendo triunfante al ver cómo los chicos se callan abruptamente.

Corro de nuevo hacia mi cuarto, teniendo ahora más cuidado. Rápidamente las encuentro en el bolsillo de las bermudas y las cojo, regresando velozmente al comedor para situarme frente a mi niña y entregarle las entradas.

Al principio, alterna la vista entre las entradas y yo, como si no lo creyera hasta que reacciona y se lanza a mis brazos. No me contengo en girarla por el aire, llenándome de su musical risa.

Una vez que nos detenemos, se separa de mí y se pone a bailar, dando pequeños saltitos con las entradas en la mano para segundos después regresar a mis brazos y susurrarme repetidamente,"Gracias, gracias..." Los chicos no paran de reír al observar su arrebato de felicidad.

Lizzie, parece que Justin en vez de entregarte las entradas de un partido, te ha dado los números ganadores de la lotería, —se burla Emmett.

Para mí es lo mismo —dice mi niña con voz agitada—. Incluso, valen mucho más que eso, —me sonríe haciendo que mi corazón salte de alegría al escucharla.

Bueno, ¿y de qué son las dichosas entradas? —inquiere impaciente Bella, mirando con una sonrisa a Lizzie.

Es para el partido de los Lakers contra los Chicago Bulls —contesta mirándome con una enorme sonrisa. Es muy importante para nosotros ese partido.

¡No...! —chillan a la vez Nessie y Maggie llenas de emoción, corriendo hasta Lizzie y dando saltitos. Sé de inmediato que han hecho la conexión y saben de su importancia.

Eres el mejor, Justin —me dice sonriendo Nessie, sin dejar de abrazar a Lizzie.

Menuda suerte tienes, amiga —afirma Maggie también abrazada a Lizzie—. Eres un verdadero encanto, Justin, —me regala una sonrisa.

Lo sé, chicas, aún no me lo puedo creer, —asegura entusiasmada mi niña.

Todavía no comprendo qué tiene eso de especial, es solo un partido —dice confundido Kevin.

Ya dejen de atosigarme que me van a arrugar mis entradas, —bromea riendo mi niña.

Cuando las chicas la sueltan, Lizzie corre a mis brazos, abrazándome fuertemente, y correspondo de inmediato. Aspiro su delicioso y adictivo aroma y, sin poder resistirlo, de mis labios se escapa un, "Te amo", haciendo que mi niña rápidamente me responda con un susurro en el oído otro, "Te amo".

Disimuladamente miro a mi alrededor para ver si alguien se ha percatado de nuestro intercambio de palabras, las chicas están charlando de los más animadas, los chicos están bromeando sobre no sé qué, pero todos sin prestarnos atención. En cambio, cuando miro hacia Edward, veo cómo me sonríe. Y, al observar mi cara de espanto, sonríe más ampliamente y me articula un mudo, "Luego hablamos, cuñado", y asiento.

¿Eso quiere decir que te ha gustado? —le pregunto sonriente una vez que nos separamos.

Me encantó, sabes lo importante que es para mí acudir a ese partido —contesta besando mi mejilla.

Para mí también es muy importante. Por eso antes de que salieran a la venta las reservé, —le explico acariciando su mejilla—. Te amo, mi niña, vamos a terminarnos la tarta. —Tomo su mano y como Edward está con Bella sobre sus rodillas en la silla que ocupaba antes, me siento en el sitio de mi niña con ella en mi regazo.

¿Y también me alimentarás como a un bebé? —inquiere haciendo un apetecible puchero.

Por supuesto que sí —contesto tomando un trozo de tarta con el tenedor y haciendo el avioncito, ambos rompemos en risas.

La velada continúa con distintas conversaciones. Primero hablamos sobre las clases para luego seguir con la fiesta de la hoguera que es el tema preferido por Emmett porque ama esa fiesta, y al final terminamos hablando sobre la reunión de fraternidades que se llevará a cabo el jueves.

Al ver cómo mi niña bosteza un par de veces y recuesta su cabeza en mi hombro, aprovecho que los demás están entretenidos en la conversación para utilizar el S.O.S que tenemos los chicos del equipo cuando necesitábamos una llamada para salir de una situación. Por ley, todos lo tenemos en marcado rápido, así que aprieto unos segundos la tecla y el Telegram se envía.

Mi princesa vuelve a tomar las entradas de la mesa y las acaricia con adoración, logrando que las chicas suelten unas risitas.

Peque, ¿por qué tanta felicidad por un partido? —pregunta intrigado James.

No es solo un partido, —sonríe—. ¡Es EL partido! —exclama con emoción mi niña.

Pues, aunque los lugares son buenos y es un gran enfrentamiento, creo que exageras —continua hablando Laurent.

Más bien, creo te mueres de envidia, ya quisieras tener unas entradas así o una razón especial para disfrutar del partido —responde mi niña, sacándole la lengua.

Yo creo que... —empieza hablar Jake, pero mi móvil suena. Bingo. Lo tomo rápidamente.

Diga —contesto con voz neutral.

Justin, soy Paul, leí tu S.O.S. Hoy es mi turno de hacer guardia, tu dirás, —me saluda.

Eh, ¿no puede ser otro día? —digo mientras mi cabeza busca el pretexto ideal.

Sigue hermano que para eso estamos, —me anima.

El coach a veces es un negrero, —me quejo—, No creo que sean horas. —Mi niña bosteza de nuevo escondiendo su carita en mi cuello—. Bien, iré, como si mañana se le fueran a olvidar las estrategias, —sigo protestando para darle más credibilidad.

¿Está todo arreglado? —pregunta riéndose mi amigo.

Sí, allí estaré. Dame media hora por lo menos —contesto rápidamente.

Me alegro de haberte ayudado, —asegura divertido.

Ahora nos vemos y gracias por llamarme, —me despedido antes de colgar.

¿Pasó algo? —pregunta Edward con interés.

Al coach se le han ocurrido unas jugadas nuevas y no pude aguantarse hasta mañana porque dice que se le olvidarán. Tenemos que ir al estadio —explico rápidamente.

Vaya putada, lo malo es que te pilla lejos de aquí. Mira que reuniros en las instalaciones del Rose Bowl que está a media hora del campus —comenta Thomas.

Por eso he pensado en quedarme a dormir en el apartamento, me pilla más cerca —digo aparentando no darle importancia para que no sospechen.

Creo que es buena idea —afirma Edward abrazando a Bella.

¿Siempre os llaman a estas horas? —me pregunta James con cierto brillo perverso en su mirada.

Siempre que se le ocurre algo al coach. Él llama y nosotros debemos ir —contesto intentando ser lo más natural posible para no ser descubierto.

Pues vaya negrero, habrá que tener unas palabras con él —asevera Jacob. Más vale que no se le ocurra.

Es algo que nadie sabe, digamos que es un secreto de equipo, —justifico rápidamente—. Si se enteran que lo he divulgado, me pueden castigar quitándome los privilegios, como...conseguir entradas, sudaderas ni camisetas y demás cosas para los amigos y familia, —haciéndoles entender que no pueden decir nada.

Yo también me marcho, tengo mucho sueño —dice mi niña, tallándose los ojitos—. Espero que mamá y papá hayan acabado de jugar. —Un escalofrío recorre su cuerpo al acordarse.

¿Cómo te irás, brujita? No estás en condiciones de conducir, será mejor que te lleve —se apresura a decir Edward.

Tranquilo, yo la acerco. De todos modos tengo que conducir —digo mirando a Edward, haciéndole saber que no me molesta.

Gracias, Justin. Brujita, me llamas cuando llegues, por favor, —le pide Edward.

Claro, hermanito, sabes que no me gusta preocuparte —responde con voz dulce mi niña, besando su mejilla.

Creo que es mejor marcharnos, Lizzie está que se cae de sueño —digo poniéndome de pie y tomando en brazos a mi niña.

Iros ya que si no se te va a hacer tarde, —nos apremia Edward, levantándose para abrirnos la puerta de la entrada.

Hasta mañana, chicos, que descansen, —me despido antes de salir de la casa y escucho cómo se despiden los chicos junto con un ladrido de Pooh. Ahora, a dormir feliz con mi niña entre mis brazos.

Edward Pov:

Miro a mi hermanita salir en los brazos de Justin, su rostro iluminado de felicidad. Sonrío para mis adentros al recordar cuando los pillé diciéndose te amo, no hay que ser muy listo para saberlo. A veces pienso que quieren tapar el sol con un dedo, se nota que tienen una relación aunque no le hayan puesto nombre. Me alegro de que mi brujita esté con alguien que la ama tanto como lo hace Justin.

Miro en dirección a Thomas que está cuchicheando de lo más cariñoso con Gianna, y sonrío, se ve alegre y estoy más que convencido que con Gianna será realmente feliz.

Una caricia en la pierna por parte de mi muñequita me saca de mi ensoñación.

Esa sonrisa, amor... —susurra en mi oído, provocándome un escalofrío.

Estoy feliz, amor —contesto, degustando de sus deliciosos labios.

Mmm... ¿Por Lizzie? —inquiere sonriente—. También me alegro mucho por ella, se ve radiante. Solo falta que dejen de ser amigos para convertirse en novios de una vez, —suelta una risita.

No lo digas que no se cumple, —bromeo y mi Bella hace el gesto de cerrarse la boca con una cremallera. No resisto las ganas de besar esos labios que me vuelven loco.

¡Búsquense un cuarto! —exclama Emmett y Pooh lo acompaña con un ladrido, haciéndonos separarnos.

¿Tienes algún problema con que bese a mi novia? —pico al oso, jalando a Bella de la cintura para acomodarla en mi regazo.

La verdad, sí. Edward, no nos respetas, casi te comes a nuestra hermanita en nuestras narices, —me reclama simulando estar serio Jacob.

Lo mejor será que se callen, —advierte mi maravillosa novia—, como si vosotros fuerais inocentes y puros, —los fulmina con la mirada, logrando que se encojan en sus asientos y la beso de nuevo.

Dejemos el tema y hablemos de cosas más interesantes, —sugiere James, intercediendo.

Sí. Como de la paliza lingüística que les dio Justin a las víboras y a Jasper en la cafetería —comenta Kevin sonriente.

Fue todo un espectáculo. Qué pena que te lo perdieras, Vicky —dice Maggie con una sonrisa.

Si lo hubiera sabido, le habría dicho a Katherine para quedarnos dentro a comer —acota Vicky, poniendo un puchero que James no se resiste a besar.

Y mi pobre Ginn se lo comió todo, ya que estaba en primerísima fila, —asevera divertido Thomas, besando dulcemente a Gianna.

Yo solo quería salir corriendo, no quería que me involucraran con ellas, pero reconozco que se merecían todo lo que Justin les dijo y más —asegura Gianna sonriente, pero aún con un poco de timidez.

Me alegra que se lleve bien con las chicas, se ve que es un encanto de muchacha. Thomas ha sabido elegir bien.

Menos mal, Ginn, que Justin te sacó de allí —dice mi novia sonriéndole.

Le agradeceré eternamente que te trajera de nuevo a mis brazos —afirma Thomas entre risas, pasando el brazo por sus hombros para luego besarla.

A partir de ahora, a sentarte con nosotros, Ginn, —le avisa Nessie, sonriéndole con cariño.

A mí lo que más me sorprendió fue como varios chicos del equipo defendieron a Lizzie —comenta Emmett emocionado.

La conocen desde el año pasado y se llevan muy bien, me pareció lógico que lo hicieran. —Todos se me quedan viendo extrañados. — ¿Qué? Son los amigos de Justin, muchas veces han salido con ellos y sus parejas —explico, abrazando a Bella más fuerte.

Y cómo no, la brujita los hechizó y todos cayeron ante su embrujo —añade divertido Jake, logrando que las risas inunden el comedor.

¡Joder, sí! Recordad cómo convenció a Justin para que le contara lo de las entradas, —rememora entre risas Laurent.

No te rías que ya quisiéramos muchas que nuestras parejas tuvieran ese tipo de detalles, —le advierte Irina, lanzándonos una mirada retadora, y las chicas asienten rápidamente, incluida mi Bella.

Entonces todos nosotros tendríamos que ser Justins y vosotras Lisies —dice Jake dejándonos con caras de WTF.

¿Qué mierda acabas de decir? —clama Emmett, mirándole confundido.

Para que se den cuenta de lo inteligente que soy, hasta invento palabras —explica Jake sonriendo y llevándose una colleja de Nessie.

Jake, no te juntes más con tu hermano si no quieres terminar igual —digo entre risas y Pooh me gruñe, defendiendo a su dueño.

Wow, por fin tienes a alguien de tu lado, Emmett, —se burla Kevin, provocando un gruñido de Pooh y todos estallamos en carcajadas.

Pitufina, tengo mucha curiosidad, —le sonríe Thomas a su hermanita—. ¿Por qué tanto alboroto con las entradas? —pregunta poniendo un puchero.

Nada del otro mundo, hermanito. Solo que es un partido importante para ellos —contesta Nessie, intentando esquivar la pregunta.

De eso estamos más que seguros, sin embargo, sabemos que hay algo más detrás, —se queja Kevin—. Anda, amor, dime. —Mira a Maggie, poniéndole ojitos.

También es algo muy significativo para ellos —añade Maggie con evasivas y mirando a Nessie con complicidad.

Claro y ahora vais a decir que a Lizzie le encanta el baloncesto, —refunfuña James—. Vamos, peque, dínoslo ya. —Mira sonriendo a Nessie.

¡Yo no soy tu peque! —exclama Nessie, sacándole la lengua.

Pero te comportas exactamente como ella, —le reclama James y me río. Mi hermanita si quiere te dice muchas palabras sobre algo, pero en realidad no te da nada de información.

Solo porque dices que me parezco a mi mejor amiga, te voy a contar que... —Nessie se queda en silencio al igual que todos, incluso Pooh parece que ha dejado de respirar.

¡Dilo ya de una maldita vez! —clama Emmett, agitando los brazos, y Pooh se esconde asustado entra las piernas de Martha.

Nessie, no lo cuentes, no tienes porqué soportar sus groserías —suelta enfadada Maggie, fulminando con la mirada a Emmett—. Si tanto interés tienen en saberlo que se lo pregunten a Justin y Lizzie, y sino que se jodan, —se cruza de brazos con una sonrisa satisfecha en la cara.

Yo no te dije nada, amorcito, ¿me lo puedes contar? —acota meloso Jake, recostando su cabeza en el hombro de Nessie.

Entonces te lo digo solo a ti en secreto... —se acerca a su oído—... ¡cuando me dé la gana! —grita Nessie, sobresaltando a Jake que se cae de la silla y todos reventamos en carcajadas.

¡Dejen ya de joder! Mejor crucemos los dedos para que ese par se hagan novios pronto y dejen de mirarse con ojitos de quiero, pero no puedo —asevera mi novia y le pellizco el culo—. ¡Auch! ¿Eso por qué? —Pone un puchero, el cual rápidamente beso.

Se me antojó —le contesto con un guiño antes de besarla de nuevo.

¡Suban las escaleras y lárguense al cuarto si van a seguir así! —vocea Jake.

Te mueres de envidia, eso es lo que te pasa, —se burla mi Bella, logrando que riamos.

Hermanita, tu novio estará muy bueno, pero a mí no me va en absoluto —contraataca Jake con cara de espanto.

Cuñadita, podrías hacerme el favor de castigar al tonto de mi hermano algunos días sin nada de nada, a ver si así le funciona el cerebro de nuevo, —le propone mi novia a Nessie, haciendo que el pobre Jake se quede como un estatua de marfil, blanco y fijo.

Claro, cuñadita, para eso estamos, para apoyarnos —le responde Nessie con una sonrisa a mi Bella.

Paren ya de joderme, tenemos que planear una encerrona para que Justin y Lizzie nos digan porqué tanta historia con las entradas y de paso los obligamos a que se pongan de novios de nuevo, —propone Jacob desviando rápidamente la charla del castigo.

¡Ni se te ocurra, Jacob Swan! —exclama molesta Nessie—. Porque en vez de los tres días que tenía planeado como favor a mi cuñada podrían ser tres meses. —Uff. Todos resoplamos y seguido escuchamos un ¡zas! que resulta ser la silla de Jacob, la cual acaba de caer el suelo con él.

Cielito, no me digas esas cosas que me asustas, —apunta Jacob, sobándose la espada mientras alza la silla para sentarse de nuevo.

Entonces no vayas planificando encerronas para mis amigos. Cuando quieran estar juntos, lo harán, pero no porque los presionéis. —Se levanta, alejándose de Jake y sentándose en el regazo de su hermano mientras recuesta su cabeza en el hombro de Gianna que comienza a acariciar de forma cariñosa su cabello. Cuando quiere, la pitufina puede ser aterradora.

Nessie, por favor, nos estamos muriendo de la curiosidad, —suplica Laurent.

Así que...no nos queda más remedio que preguntarles a ellos, —propone Kevin sonriente.

Es que...es una cosa de ellos —titubea Nessie— ¿Verdad, Maggie? —La mira buscando ayuda.

Chicos, no pongáis a Nessie entre la espada y la pared, no es justo, —nos pide Maggie saliendo en defensa de su amiga.

Si no queréis que les preguntemos, la otra opción que nos queda es insistiros a vosotras, no hay más —inquiere frustrado James. Maggie y Nessie se miran durante unos segundos para luego acabar asintiendo. ¡Bien, lo conseguimos!

Está bien, panda de cotillas, os los contaré —dice Nessie, exagerando un suspiro y levantándose del regazo de su hermano para colocarse frente a nosotros.

¡Silencio, chicos! ¡Por fin sabremos de qué se trata! —exclama Jake, frotándose las manos.

Hace casi un año atrás, una jovencita, fanática del fútbol americano y molesta por los errores cometidos por el entrenador, le gritó diciéndole unas cuantas verdades, pero no contaba con que en ese partido estaría un apuesto joven que, al escuchar su voz, se giró a verla. La jovencita sintió el magnetismo y lo miró, y en ese instante Cupido lanzó sus flechas de amor, uniendo dos corazones.

«Ese mismo día, quedaron para conocerse y hablar, y en una de sus charlas la jovencita le contó de su afición por los deportes, por lo que el joven enamorado, en su segunda cita y deseando cumplir las ilusiones de la jovencita, la llevó a un partido de básquet, pero no a uno cualquiera, sino a al que ella anhelaba asistir, mas no había podido conseguir entradas porque estaban agotadas, —suspira soñadora—. Su primer partido juntos fue de los Lakers contra los Bulls, donde sucedieron muchas cosas, demasiadas que vuestros castos, inocentes e infantiles oídos no pueden escuchar, —finaliza el relato Nessie, mirándonos con una sonrisa.

¡Aww...! ¡Aprendan, pandilla de desromantizados! —exclama Martha, haciéndonos reír.

¿Y esa palabra de dónde salió? —le pregunta Gianna entre risas.

Eso me pasa por juntarme con Emmett, todo se pega menos la hermosura, —ríe Martha y nosotros con ella—. Ahora comprendo la ilusión de Lizzie... ¡Qué envidia! —añade con una sonrisa soñadora.

Y no solo eso, sino que son los mismos asientos, —nos cuenta Maggie, dejándonos más asombrados de lo que ya lo estábamos.

Lo que daría porque hicieran algo así por mí —comenta Vicky y las chicas asienten.

¡Diablos, cómo consigue hacerlo! —exclama sonriendo James.

No tengo la menor idea, —sonrío, encogiéndome de hombros—. Aunque ahora entiendo su negatividad a llevarnos al partido y pedirnos que no contáramos nada —alego mirando a Emmett.

Eres un bocazas, Emmett. Seguro quería sorprenderla, llevándola el mismo día —asevera Thomas—, Pero ni modo, eres incapaz de guardar un secreto, —niega con la cabeza, haciéndonos reír a todos menos al aludido.

Lo siento, chicos, se me escapó, no fue intencional, —se cruza de brazos Emmett—. Pero mirardlo por el lado bueno, hemos podido disfrutar de la emoción de Lizzie, —se excusa con un puchero.

Chicos, ya en serio, ahora imagínense cómo se pondrá Lizzie cuando... —comienza a hablar Jacob, pero los chicos lo interrumpen silbando. Menos mal, sino otro que mete la pata contando lo del concierto.

¿Cuando qué? —pregunta intrigada, Irina mirándonos seriamente.

Cuando estén juntos, con lo detallista que es nuestro amigo, ve tú a saber —responde Laurent, salvando la situación.

Si le regala esto ahora que son solo amigos, qué será cuándo sean novios…Tal vez hasta le dé un anillo —acota Emmett, logrando que Thomas y yo nos demos una mirada cómplice para después largarnos a reír. El resto de nuestros amigos se nos quedan observando como si estuviéramos locos. No obstante, por primera vez en su vida, Emmett atina en algo.

Aparte de eso, con toda la tensión sexual que se cargan, capaz y en la primera que se reconcilien procreen un Justincito o una Lizziesita —comenta Jake, haciendo que Emmett se atragante con el trozo de tarta que se está comiendo.

En serio, Jake, no me apetece hablar de la relaciones intimas de mi hermana —le digo con sinceridad.

Pues es igual como haces tú que no paras de restregarnos en la cara cómo te comes a nuestra hermanita a besos para nada aptos al público, —me recrimina Emmett, defendiendo a su hermano.

Vale, pero tampoco les digo que van a ser tíos. Además, ese no es el asunto, la cuestión es que estamos contentos de ver a Justin y a mi brujita felices y que deseamos que pronto estén juntos, fin de la conversación, —aclaro, levantándome con cuidado y depositando a mi novia en la silla antes dedecirle en un susurro que voy al baño. La verdad es que cuando mencionaron lo del posible bebé de mi hermana y Justin, no he podido evitar recordar todo lo que sufrió mi brujita cuando perdió a su pequeño.

Entro al baño y me refresco la cara y el cuello con agua fría. Es muy difícil y doloroso para mí hablar de este tema o incluso escuchar hablar de eso, pero como es un secreto de mi brujita y Justin, no debo mostrar mis sentimientos. Amo a mis amigos, sin embargo, son capaces de atosigarme hasta que logre contarles lo que ocurre y eso es algo que solo les corresponde a mi brujita y a mi cuñado, si es que alguna vez quieren hacerlo.

Espero un rato, respirando varias veces hasta que mis emociones están a raya, y cuando salgo del baño están acribillando a preguntas a mi pobre Bella.

Vamos, Belly Bells, seguro que sabes qué le pasa, —insiste Emmett.

Ya les dije que no tengo la menor idea —contesta mi preciosa novia.

Edward reaccionó de manera extraña —asevera James. Odio que me conozca tan bien.

Cierto, salió como si lo estuviéramos echando —concuerda confundido Laurent.

A lo mejor algo de lo que hablamos no le gustó—añade intrigado Kevin.

No creo que sea nada de eso, solo hablamos de la posibilidad de que Justin y Lizzie tuvieran... —agrega Jake sin terminar la frase porque Emmett lo interrumpe.

Es sencillo, lo único que le pasa a Ed es que no quiere ser tío tan pronto y cree que su brujita es una niña todavía —apunta con tono triunfante Emmett como si hubiera hecho el mayor de los descubrimientos.

Seguro que no tiene nada que ver con eso. Tal vez sea solo estrés por lo de Jasper, la mudanza y todas las cosas que trae encima, —me defiende Thomas—. Es más, puede que aún se sienta mal por la nota que recibió Lizzie y no saber quién es el maldito. —Gracias, hermano.

Ya pueden dejar de hablar de mí que estoy aquí, —bromeo mientras entro al comedor.

Eres bipolar, Edward —asegura James, negando con la cabeza.

¿A qué viene eso? —pregunto con tono inocente.

Sencillo, te marchaste molesto y ahora vuelves de lo más sonriente —me contesta Jake.

¿Nunca habéis padecido los efectos secundarios de tomar cerveza y vino? —les explico, sonriendo divertido.

Vamos, que tu prisa por irte era a causa de que te meabas —asevera Jake aunque parece más una pregunta y asiento, consiguiendo que el resto se tronchen de risa.

Dado que estamos en plan cotillas... —dice sonriendo Nessie— ... ¿visteis algo interesante en el apartamento de Justin? —Mueve las cejas sugerentemente y las chicas nos miran de lo más interesadas, esperando nuestra respuesta.

Varias cosas, pero lo que más nos llamó la atención fueron las dos cajas que tiene repletas de álbumes de fotos de Lizzie y él —cuenta Emmett, haciendo exagerados gestos con las manos.

Wow, sería genial poder verlas —dice mi novia y las chicas asienten, gritando un, "Sí".

Son de todos los sitios a los que han ido juntos —aseguro con una sonrisa.

Y en muchas aparecemos todos juntos —agrega Thomas, dándoles más envidia a las chicas.

Hay bastantes en casa de Eli y Tony, como la de mi bomba en la piscina —rememora Emmett sonriente.

Y también tiene varias de cuando nos hicisteis el desfile de modelos —añade malicioso James, haciendo que Maggie y Nessie se ruboricen y estallamos en carcajadas, menos Irina, Vicky, Gianna y mi novia que no saben de lo que hablamos, así que rápidamente les contamos la historia, logrando que se partan de risa.

Chiquita, tienen una en la sala Wiltern. ¡Qué envidia! Tenemos que ir a algún concierto allí, da igual de quien sea —exclama emocionado Laurent.

¿Qué tiene de importante la sala Wiltern para que te pongas así? —le pregunta Thomas con curiosidad.

Allí fue la última salida familiar junto a mi padre antes de que se enfermara de cáncer y siempre he deseado volver —nos cuenta emotivo Laurent, quien perdió a su padre hace cuatro años a causa de la enfermedad.

Tengo una idea, —salta James antes de levantarse de la mesa, subiendo a su cuarto y dejándonos en completo silencio, el cual es roto por él cuando regresa con su IPad—. El próximo concierto es de Link Park el martes que viene y acabo de reservar entradas para todo nuestro grupo, —sonríe—. Así que, amigo, prepárate que la semana que viene nos vamos a la sala Wiltern —avisa sonriente James, consiguiendo que Laurent se emocione por el detalle y se levante, abrazándole y agradeciéndole.

Es increíble lo buena persona que es James, siempre animándonos para que no estemos tristes y, si en su mano está la solución, no lo duda.

Genial, me encanta Link Park —dice mi novia con voz de niña pequeña, dando saltitos de emoción en la silla y haciéndonos reír.

En ese momento, suena el móvil de Nessie.

¡Será zorra! ¡Mala amiga! ¡Qué calladito se lo tenía! —clama Nessie, viendo en su móvil, al parecer, un mensaje. Todos la miramos, pero nos ignora y comienza como loca a marcar números.

Lizzie, ¿lo que me has mandado es cierto? —¿Está hablando con mi brujita?—. Será guarra, ¿quién les ha pillado? —Se ríe y todos la miramos intrigados—. Elena se equivocó de carrera, debió meterse a detective, —sonríe y pasados unos segundos se pone a dar saltos como loca por la habitación—. Wow, mañana vaya interrogatorio que se van a cagar, —se vuelve a reír—. El resto ya lo sabe, —nos sonríe y nos gesticula con las manos, dándonos a entender que ahora nos cuenta—. Ok, entonces se lo digo, besitos y descansa, te quiero, —se despide y cuelga mientras se acomoda de nuevo en la silla.

¿Qué ha ocurrido? ¿A quién llamas zorra, guarra y mala amiga? —pregunta Maggie, que en ese instante le suena el móvil y por la cara que pone, debe haber recibido lo mismo que la pitufa—. ¿Esto que ven mis ojos es cierto? —Mira sorprendida a Nessie, quien asiente.

¡Digan de una maldita vez qué ocurre! —exclama Emmett, perdiendo la paciencia y despertando a Pooh que estaba dormido en el regazo de Martha.

Antes de dar la noticia, Edward, Lizzie me ha dicho que te ha mandado un mensaje diciendo que llegó bien, pero seguro no te has dado cuenta. —Rápidamente saco mi teléfono y efectivamente ahí está, me pareció extraño que mi brujita no me llamara cuando llegó—. Ahora la noticia... ¡Tenemos parejita nueva en el grupo! —exclama Nessie entusiasmada, chocando las manos con Maggie.

Y antes de que nos preguntéis de quiénes se tratan, solo diré que vale más una imagen que mil palabras —asegura Maggie, pasándonos su móvil al igual que Nessie y ahí en la foto está Alec comiéndose a Jane o al revés, da lo mismo.

Serán bribones, qué calladito se lo tenían —dice Laurent.— ¿Quién pescó infraganti a la parejita? —Ríe.

Elena, cuando regresaba de cenar con sus padres —nos explica Nessie.

Lo que les espera mañana en la comida... ¡Cómo nos vamos a divertir! —afirma Kevin con una sonrisa perversa.

Supongo que mañana Alec estará con una sonrisa en clase, tanto que no se quejará ni del profesor —agrega Martha, haciéndonos reír.

Supongo que a esta hora ya lo sabe todo el grupo —inquiere Thomas riendo.

Claro, para eso está el Telegram. De hecho, Lizzie le ha pedido a Diego que no le diga nada, así nos divertiremos más mañana —nos cuenta Nessie, sonriendo malvadamente, y es que nuestro amigo pertenece a la misma fraternidad que Alec.

Pobres, no saben lo que les espera mañana con Elena, Lizzie, Diego, Jared y Nessie —asegura James, fingiendo horror.

¿A qué os referís? No lo entiendo —pregunta con curiosidad mi novia.

Te vas a divertir mañana, hermanita, vas a presenciar en directo el mejor y más completo de los interrogatorios con polis buenos y malos —explica Jake de lo más divertido, logrando que las carcajadas llenen la estancia.

No somos tan perversos —replica Nessie con un puchero, aparentando molestia.

Para nada, todavía recordamos el interrogatorio al que sometisteis a Katherine y Damon…Fue brutal, —rememora Victoria, acordándose de lo mal que lo pasó su mejor amiga.

Y qué me decís de lo mal que lo pasó Garret, ya que Kate se alió con ellos, —recuerda Thomas y le narramos a mi novia, Irina y Gianna cómo sucedió, consiguiendo que se tronchen de risa.

Gracias al cielo que nosotros nos libramos de ellos, —bromea James señalándonos a las parejas en la mesa.

No cantéis victoria, todo puede suceder —suelta maliciosa Nessie antes de comenzar a reírse al ver nuestras caras de susto.

Por favor, hacedlo, me gustaría verles sudar la gota gorda, —se burla Emmett, aplaudiendo de felicidad.

Gracias al cielo dejamos de lado el tema de los interrogatorios, centrándonos en la conversación sobre las pruebas de acceso que tenemos planeadas para los nuevos miembros, y he de reconocer que James y Emmett me sorprenden para bien. Este año son más sensatos y no han planeado ninguna burrada.

Estamos intentando convencer a Victoria y a Nessie de que nos cuenten sobre qué piensan hacer cuando escuchamos un portazo y seguido aparece Jasper, dando tumbos por la puerta bastante bebido, jamás lo hemos visto de esa manera.

Bella se acurruca contra mi pecho, sintiéndola temblar. Mis brazos la rodean al mismo tiempo que la tomo para sentarla en mi regazo, aún se encuentra triste y demasiado dolida con la actitud de Jasper. Sé que mi muñequita sufre mucho porque lo quiere como a un hermano, a pesar de lo imbécil que se está comportando.

Buenas noches, primo, veo que te divertiste esta noche, —saluda Jake con la mandíbula apretada.

Buenas noches, —saluda con voz pastosa, alargando las palabras y sosteniéndose del marco de la puerta.

Ha debido de ser una buena fiesta en la que has estado —asevera Emmett con desagrado mientras esconde a un dormido Pooh entre sus brazos.

Jasper responde entre hipidos—: Sííí, siempre que hipidopaso todooo el tiempo hipido con mi amorsitooo.

Vaya, pues no deberías pasar mucho tiempo con Alice porque terminarás sin hígado —alega Laurent tan oportuno como siempre.

Shhh que tú no sabeees nada —dice con un hipido al final y se tambalea hiendo hacia la escalera—, tú estás hipido con la traidora —dice, recargándose en el pasamanos de la escalera para señalar a Irina y a Laurent, el cual automáticamente se levanta.

Déjalo, no vale la pena. Mira el estado deplorable en el que está, —apacigua Irina, jalando a Laurent para que se vuelva a sentar.

Shhh hipido no quierooo hipido escucharooos, —gruñe Jasper con la lengua trabada mientras sube tambaleándose por los escalones.

Pues como os iba diciendo, esas entradas son muy importantes para Lizzie y Justin, imagínate revivir su segunda cita y primera como pareja, para mí es una indirecta muy directa de parte de él —nos cuenta risueña Nessie, cambiado totalmente de conversación e ignorando por completo a Jasper, quien consigue subir con inestabilidad las escaleras mientras murmura estupideces.

Aww, qué romántico, a ver con qué me sorprendes, gatito —le dice melosa Maggie a Kevin.

Lo que desees y como quieras, amor —responde Kevin con una mirada pícara.

Por ahora, acompáñame a la hermandad, me muero de sueño —contesta Maggie, confirmándolo con un bostezo.

Vamos antes de que te quedes dormida. Chicos, nos vemos luego, —se despide Kevin en general mientras toma su mano.

Lobito, llévame a casa también que es tarde y mañana hay clases, —pide Nessie tallándose los ojos y las chicas asienten en acuerdo.

Sí, nosotros también nos vamos, es tarde y debemos descansar si queremos prestar atención mañana en clases —añade Laurent, levantado a Irina de su regazo para incorporarse.

Esperadnos que os acompañamos, solo dejadme coger la cadena de Pooh para que salga antes de irse a dormir —avisa Emmett, saliendo velozmente a su habitación con Pooh tras él.

Bueno, chicos, me despido, hasta mañana, que Vicky se ha dormido, así que nos vamos a la cama —nos dice James, cargando a Victoria al estilo novia y dirigiéndose a su habitación.

Andando, chicos, estamos listos —dice Emmett, bajando con Pooh que lleva su arnés puesto.

Entonces, nosotros también nos marchamos, tienes que descansar, cariño —acota Thomas, besando la frente de Gianna, y las cuatro parejas salen por la puerta, dejándonos solos a mi muñequita y a mí con la mesa sin recoger.¡Mierda, me dejaron el paquete!

Vamos, amor, que te acompaño a casa, luego recogeré la mesa digo a mi novia, abrazándola fuerte mientras beso su cuello.

Nada de eso, amor, entre los dos terminaremos rápido, después nos marchamos —asegura agrupando las cosas de la mesa—. Haremos una cosa, tú llevas las cosas a la cocina mientras yo voy aclarando y colocando en el lavavajillas, así terminaremos más pronto, —me guiña un ojo antes de irse a la cocina.

Me pongo a recoger todo y ordenar el comedor para luego guardar en la nevera las pocas sobras en táperes que seguro mañana aparecerán vacíos en el fregadero, obra de Emmett. Luego, me acerco a echar una mano a mi Bella que está casi acabando, y unos minutos después, tanto el comedor como la cocina están limpios y ordenados.

Listo, amor, ahora por favor llévame a casa, —me pide con un puchero que me es irresistible no besar para luego recostarse en mi cuerpo y bostezar un par de veces.

Ven que te llevo en brazos —digo agachándome para tomarla.

Deja de hablar tonterías, te vas a cansar —asevera negando con la cabeza.

Entonces te llevaré a caballito, —afirmo poniéndome de espaldas, pero vuelve a negar con la cabeza, así que aplico el puchero de mi brujita y no le queda de otra que subirse a mi espalda—. Si no pesas nada, amor, es como llevar un pluma, —río mientras salimos por la puerta y de inmediato mi muñequita se acurruca contra mí.

El camino se me hace extremadamente corto, y una vez que llegamos a la puerta del edificio, la bajo con cuidado de mi espalda. Mi novia tiene sus ojitos más cerrados que abiertos, muy a mi pesar, me despido de ella con varios besos en la puerta porque si subo seguro que no me iré.

Descansa, amor, mañana paso a buscarte. Te amo, —me despido besando sus labios una vez más.

Tú también, amor, —inhala profundamente—, Extrañaré tu calor —susurra tallándose sus ojitos, la vuelvo a besar y me separo antes de acceder a quedarme.

Nos vemos en unas horas, te amo —le grito cuando está entrando por la puerta y le tiro un beso volado que me devuelve con una adormilada sonrisa. ¡Dios, cómo amo a esta mujer!

De regreso a la fraternidad, me siento vacío por no tener a mi maravillosa novia conmigo, pero al menos sé que en unas horas la volveré a tener entre mis brazos.

Al pasar frente a la fraternidad Kappa, observo que se estaciona un auto que conozco a la perfección, es uno de los muchos amantes de Tanya. Él no se da cuenta de mi presencia y se dirige a la puerta, la cual es abierta por Alice que se lanza a sus brazos, y este la toma por el trasero, cerrando la puerta tras de si.

No tardo en llegar a la casa y velozmente subo a mi habitación donde me quito la ropa y me aseo para por fin meterme en la cama y dormir como un recién nacido.

Alice Pov:

Maldito borracho. —Lanzo mi bolso ala cama para después comenzar a desvestirme. Desde que, poco a poco, Félix empezó a incluir a Jasper en su grupo de amigos, comenzó a beber bastante, pero debíamos aguantarnos para separarlo definitivamente de sus amigos y primos—. No creo aguantar mucho. Agh, qué asco. —Voy directo al baño y cepillo mis dientes con violencia, dado que están impregnados del asqueroso sabor alcohólico de Jasper. El agua está muy helada, tanto que hace tiritar mis dientes, no obstante, es lo que necesito para apagar la rabia que me consume por dentro.

¡¿Porqué ella?! ¡¿Porqué a mi maldita prima siempre le sale todo bien? !Hasta lo que no debería y sin esforzarse.

En mi mente, todavía está nítida la imagen de Lizzie siendo cargada cual novia por Justin a su auto, con sus brazos alrededor del cuello de él como enredaderas y Justin sonriendo como el hombre que ha conquistado el firmamento .Observo, como si fuera una película, la ternura con la que Justin la sienta y le pone el cinturón antes de besar su frente y subir para emprender el viaje. Sin embargo, antes de hacerlo, veo cómo toma su mano para luego depositar un casto beso en sus labios, mi querida prima abre sus ojos y lo mira con una sonrisa que ilumina el rostro de ambos.

¡Te odio, Elizabeth Tiffany Masen! —chillo enfurecida, golpeando la pared. Mis gritos son ahogados por el golpeteo del agua de la ducha, donde me enjabono con violencia. ¿Porqué nunca nadie me ha mirado o tratado así?

Mi mente vaga a años atrás cuando se podría decir éramos unas niñas. Siendo sincera, he de reconocer que tanto mi hermana como yo nunca fuimos apegadas a mi prima, pero siempre hacíamos todo juntas para lograr que nuestros padres estuvieran felices, creyendo en la amistad tan buena que había entre nosotras, y de ese modo poder conseguir todos los caprichos que queríamos. Sin embargo todo cambió cuando en nuestras vidas aparecieron los hermanos Hawkins. Nessie se convirtió en la mejor amiga de nuestra prima, casi hermana, eran inseparables al igual que Thomas y Edward.

Thomas era el chico perfecto con el que toda chica sueña y por supuesto yo era una de ellas, pero jamás se fijó en mí. Me tragaba mi coraje con respecto a mi prima y a su mejor amiga, y seguía a su lado como si fueran mis grandes amigas para lograr que él me prestara atención, sin embargo, eso nunca sucedió. Todo su interés era para su hermana, eso lo comprendo, pero también era para Lizzie.

No soy para nada estúpida y casi en cuanto sucedió me di cuenta de que mi Thomas había caído en las redes de la carita de buena e inocente de Lizzie, siempre andaba cual perro fiel detrás de ella. Creo que si mi prima le hubiera pedido que fuera a la luna a por su osito bubu, habría movido cielo y tierra para lograrlo, sin embargo, el idiota de Thomas no consiguió que lo viera más allá de cómo a un hermano, así que Rosalie y yo decidimos seguir siendo equipo con ellas para poder estar cerca de los chicos. Más valía tenerlas de nuestro lado que en nuestra contra.

El último año de instituto fue horrible, estábamos cansadas de sus ideales, estupideces y tonterías, de hecho, aún me pregunto cómo diablos lo soportamos. Menos mal que llegó el momento de marcharnos a la universidad, donde podría volver a ver a Thomas, aunque tuviéramos que seguir soportando a las idiotas de Nessie y Lizzie.

Gracias al cielo que conocimos a Tanya, quien sin duda era una mujer en toda la extensión de la palabra, fina, sexy, seductora, hermosa...vamos, con lo que todo chico sueña. Rápidamente, nos hicimos inseparables, aunque fingíamos que todas éramos grandes amigas delante de mi prima y Nessie para poder estar cerca de los chicos.

Todavía recuerdo cuando nos unimos a la fraternidad Kappa, incluso Tanya hizo el gran esfuerzo ―porque no las soportaba― de ofrecerles a mi prima y a Nessie un lugar en su hermandad, no obstante, declinaron amablemente ya que no estaban interesadas. Lógicamente nuestra amiga lo hizo para poder estar cerca de Edward, nada más conocerlo se volvió loca por él e hizo todo por tenerlo, como aparentar ser amiga de la insoportable de Lizzie. Sin embargo, por un descuido de Tanya al hablar con su hermana, Lizzie y Nessie se enteraron de que solo las estaban usando para poder estar cerca de Edward.

Esa misma tarde mi prima nos citó para contarnos lo que escuchó y como nosotras formábamos parte del plan, nos hicimos las ofendidas, respondiéndoles que eran unas mentirosas y envidiosas, que lo único que pretendían eran separarnos de Tanya y que estaban molestas porque al estar con nosotras ningún chico se fijaría en ellas, antes de hacer una dramática salida.

Sabíamos de sobra por lo tontas que son que pensarían que nos daríamos cuenta de nuestro supuesto error y no les contarían nada a Edward y Thomas sobre lo sucedido. Y así fue, los días sucedieron con la misma rutina, todos nos sentábamos en la misma mesa como si nada hubiera ocurrido, lo único que cambio fue que Nessie y Lizzie nos ignoraban por completo, lo que nos importaba una mierda. De hecho, Tanya consiguió una cita con Edward, aunque luego de esa noche, mi primo la rehuia, pero como bien dice mi amiga, el que la sigue la consigue y tendrá a mi primo a sus pies.

Poco a poco, mi prima y Nessie se hicieron de un grupo bastante numeroso y confiable de amigos, abandonando nuestra mesa para reunirse con ellos en el almuerzo, donde se las veía charlando y riendo felices.

Suspiro, mi piel está roja de la fuerza y rabia con la que me he frotado. Me envuelvo en una toalla y salgo apenas sin secarme, dejándome caer en la cama. Mi cuerpo desnudo se estremece, si tan solo tuviera a alguien que me diera un buen polvo, y suspiro de nuevo.

Mierda, ahora tendré que andar con pies de plomo para que Jasper no descubra mis aventuras —hablo en voz alta, soltando un suspiro.

Por favor, él apenas pasa de los besos y no es que bese mal, de hecho, lo hace bastante bien, pero de ahí no pasa. Como dice, me ama demasiado para tratarme como a una mujerzuela. En fin, no sé cuánto aguante, tal vez sea más de lo que transigió Irina.

¡Maldita perra estúpida y traidora! —escupo, soltando algo de la furia que me carcome por dentro. Aún no entiendo porqué Tanya la eligió para que sedujera a mi Thomas y lo peor es que no comprendo cómo carajos cayó en sus redes. Todavía se me retuerce el estomago al recordarlos dándose el lote sin importar que los estuviera mirando—. ¡Ja! —Río con ironía. Sin embargo, no duró mucho, ya que la botó rápido. Al parecer Thomas no había podido olvidar a Lizzie.

Me giro en la cama y acomodo la barbilla en mis manos mientras observo las rallas del cabecero, meto la mano debajo de mi almohada y allí está Thomas, con esa sonrisa tan hermosa que hace flaquear mis piernas, aunque se la tomé de cerca, ni lo notó, ya que se estaba riendo de alguna idiotez de su hermana o de la imbécil de mi prima, y eso me hace regresar a mis recuerdos.

Todavía me acuerdo de cómo los chicos Alpha acabaron abandonando nuestra mesa para juntarse a comer con los nuevos amigos de mi prima y Nessie, convirtiéndose en un gran grupo de amigos infranqueable y dejándonos solas en la mesa con algunos de los chicos populares de la universidad y el resto de las chicas de nuestra hermandad; pero ahí no acabó la historia.

Un mes más tarde, se otorgaba el premio de las hermanitas Alpha que era para las chicas más simpáticas y agradables del campus. Estábamos que estallábamos de dicha, pues pensamos que los chicos nos lo otorgarían a una de nosotras, sin embargo, nos llevamos una gran decepción que hizo acrecentar nuestro odio hacia mi prima y Nessie, quienes resultaron ser las ganadoras.

¡Mierda! Era una mención considerable, ya que era la hermandad con más importancia del campus, los mejores chicos pertenecían a ella. Y para colmo, la zorra de mi prima no solo derrumbo mis sueños, sino también los de mi hermana. ¿Cómo pudo suceder algo así? Aún me lo estoy preguntando.

Entramos en el grupo de animadoras del equipo de fútbol americano a petición de Rosalie que quedó flechada de Justin, y cómo no, además de ser el capitán del equipo, es un cuerpazo de hombre, pero por más piruetas y enseñar las tetas —vaya hasta poeta me vuelvo― bueno, por más esfuerzos que Rosalie hacía, Justin ni siquiera la miraba, su concentración siempre estaba en el juego. Es como si solo existieran él y el balón, el equipo era nada más que su complemento.

Hasta yo me caliento de pensar en su cuerpo marcado con el uniforme, el fuego en su mirada cuando está apunto de concretar una jugada, cómo sus músculos se flexionan o estiran según sea el caso, haciendo que se nos seque la boca y se nos mojen las bragas a más de una, y ese paquete... ¡cielos! Sé que usan protección para los partidos, pero ese paquete se le nota con o sin uniforme.

Desde luego, Rosalie no es nada tonta, de hecho, mientras lograba obtener a Justin se consiguió a Emmett Swan que por lo que me contaba la hacía volar alto cada vez que estaban juntos. ¿Quien diría que semejante idiota estaría tan bien dotado? No obstante, el paquete que mi hermana quería era el de Justin. Nunca se conoció ni amiga con derecho, amante o novia a Justin. Vamos que no salía con nadie y por supuesto mi hermana no dejó su lucha por conquistarle…hasta el día del primer partido.

Nunca entenderé cómo a la idiota de mi prima le gustan tanto los deportes, en especial el fútbol americano, pero lo más sorprendente es lo que entiende de jugadas, estrategias y no sé que cosas más. ¡Rayos!, creo que hasta podría darle lecciones al entrenador.

En fin, ese día Rosalie no usó el short que usamos normalmente las animadoras, sino un culote semitransparente, se veía caliente y espectacular. Tanya y yo no parábamos de animarla, estábamos más que seguras de que hoy ese hombre caería a sus pies. Rosalie no paraba de fantasear con un buen polvo en los vestuarios con un sudoroso Justin, sin embargo, por más piruetas que dio para que se fijara en su trasero, ese hombre no miraba hacia nosotras.

De repente, uno de los entrenadores gritó algo, pero la jugada no salió o algo así. Mi prima se enfureció y comenzó a chillarle no sé qué tantas cosas y entonces lo presencié, Justin por primera vez retiró su atención del partido y miró hacia donde se encontraba mi prima, su rostro se iluminó y sonrió como nunca lo he visto hacerlo. Lizzie se giró en dirección a Justin y se quedaron mirando como si un lazo invisible los uniera, logrando que un escalofrío recorriera mi cuerpo.

El partido terminó tiempo después, llevándonos a la victoria con un touch down que fue dedicado a mi prima. En ningún momento se dejaron de mirar y sonreírse, jamás había visto a Justin prestar atención algo más que no fuera el partido y ahí estaba la zorra de mi prima, no conforme con tener a Thomas a sus pies, ahora tenía atrapado a Justin. No quería ni pensar en la rabieta que haría Rose cuando se diera cuenta.

Justin pasó a nuestro lado, ignorándonos por completo y fue en dirección a mi prima, a la cual invitó a salir. Como lo supuse, el berrinche de mi hermana duró varios días y cuando por fin creí que se le había pasado, se enteró de la gran noticia, Justin y Lizzie eran novios, convirtiéndose en una de las parejas más admiradas del campus.

Los meses pasaban y me dolía ver cómo sufría mi hermana, así que con la ayuda de Tanya contratamos a unos chicos para que una noche en que Lizzie salía de la biblioteca, le dieran un gran susto y funcionó. Bueno, a medias, porque logramos que su noviazgo terminara, pero no que se interesara en Rose, de hecho, mi prima y Justin siguieron siendo grandes amigos.

Seguimos buscando mil formas de separarlos, pero nada resultaba. Así que recurrimos a mandarle una nota anónima como si fuéramos sus atacantes. La verdad nunca pensé que le fuera hacer tanto mal como para acabar en el hospital, tanto mi tía Elizabeth como mi tío Anthony estaban bastante preocupados, eso fue lo que nos contaron papá y mamá cuando fuimos a comer un día con ellos.

Pero para nuestra desgracia, la nota actuó a favor de mi prima, porque desde entonces Justin y Lizzie están más juntos que nunca, hasta creo que son más unidos ahora que cuando iniciaron su relación.

La verdad que cuando Jasper me contó lo mal que lo pasó, me pareció una exageración, dado que fue un mísero sustito lo que le hicieron esos tipos, pero claro, mi prima tenía que aprovechar para hacerse la victima y así poder tener la atención de todos a su alrededor, lo cual ocurrió. Cada vez estoy más segura de que se ha metido en la cama de todos y por eso están al pendiente de ella.

Nuevamente acaricio la foto de mi amor y a mi mente vienen los recuerdos de los besos que se dio con Gianna. ¿Qué diablos tienen esas perras que no tenga yo? No tengo ni la menor idea, de hecho, soy perfecta para Thomas, sin embargo, se tiene que liar con las más zorras.

Me levanto y me pongo frente al gran espejo de mi habitación, dejando que la toalla se caiga al suelo para poder vislumbrar mi cuerpo enteramente desnudo. Acaricio mi corto cabello, es un corte muy chic y queda perfecto con la forma afilada de mi rostro. Mis ojos son alargados y de un precioso color azul, con largas pestañas. Mi nariz no es grande, aunque sí un poco puntiaguda, pero perfecta para mi pequeña y besable boca. Mi cuello de cisne que luce divino con o sin accesorios, mis hombros femeninos al cien por ciento suaves, mis pechos no son nada pequeños, además de tenerlos bien firmes. Mi pequeña cintura, mi plano vientre, mis caderas acorde con el resto de mi cuerpo, si bien soy bajita, mis piernas están bien torneadas y no son cortas. Me giro, dándome una palmada en mi firme y duro trasero, doy una vuelta completa, observándome desde todos los ángulos sin hallar ninguna imperfección. Soy perfecta, sin embargo, parece que a mi Thomas le gustan las imperfectas.

Mis manos empiezan acariciar mi piel y mi cuerpo responde subiendo de temperatura rápidamente. Joder, el imbécil de Jasper ni para eso sirve y no me apetece quitarme las ganas con mi Tomy esta noche, lo compré desde hace mucho y es exquisito, pero hoy necesito a un hombre conmigo, uno que sí aprecie mi perfecto cuerpo. Cojo mi móvil y marco deprisa el número, sé que él me atenderá muy bien. Al segundo tono, me responde con voz agitada y escucho los gemidos de una voz conocida, a la vez que su respuesta, la cual es breve y cortante.

Está noche no, Alice, estoy bastante ocupado —contesta, pero el idiota no tranca la llamada, por lo que reconozco mejor la voz cuando escucho un, "Venga Riley...No...te...detengas... Mmm". Estúpida, teniendo a tantos hombres tenía que irse con el que me satisface completamente.

Tanya siempre ha sido de esa manera, le da igual de quién se trate mientras le quiten la calentura. Así que eso quiere decir que Jackson está disponible. Rápidamente marco su número y, como supongo, no tarda nada en contestar, asegurándome que llegará enseguida.

No pasan ni cinco minutos cuando le abro la puerta solo con mi corta bata de seda blanca. Me lanzo a sus brazos, besando desesperadamente sus labios y me toma fuertemente del trasero, subiéndome velozmente a mi dormitorio.

Quiero que me folles toda la noche, —ronroneo nada más cerrar la puerta de la habitación.

Eso haré nena, solo debes abonar la cuota —declara sonriendo de manera fanfarrona. Ahora el muy idiota hasta tiene tarifa.

Ahora cobras, ¿eh? —susurro melosa.

Solo con Tanya lo hago gratis, el resto paga —dice tan tranquilo.

Si pago, gritaré otro nombre, imaginándome que me folla otro —musito y me agrada, así puedo imaginar que es mi Thomas.

Si hablamos de fantasías, entonces yo también podría llamarte como la chica que siempre he querido follar hasta la inconsciencia —susurra pegando su muy excitado miembro a mi vientre.

¿Y se puede saber de quién se trata? —inquiero con curiosidad, acariciando su pecho por debajo de su camisa.

En realidad, es más de una, pero esta es a la que más deseo, me tiene hechizado, —sonríe pícaro—. Esta noche me encantaría imaginar que me estoy follando a Lizzie Masen. Me la encontré en el centro comercial, se agachó a por algo y su trasero se marcaba tan delicioso en esos jeans —musita besando mi cuello—. No me extraña que Justin no la deje ni a sol ni sombra, debe ser una delicia de mujer en la cama, —sonríe apretándome contra su muy erecto miembro.

¡Vete al infierno, Jackson! —Lo empujo separándole de mi cuerpo—. Si vas a follar conmigo, es en mí en quien vas a pensar —grito enfurecida. ¡¿Qué mierda tiene esa perra que todos los malditos chicos quieren con ella?!

Entonces nada de fantasías con otras personas —asegura mostrándome lo excitado que está, tanto que parece que va a explotar.

Nada de eso querido, yo sí puedo, tú no —digo besándolo con hambre, pero el muy idiota se corre antes de siquiera comenzar a excitarme¿A esto llamas un buen polvo? —cuestiono con desdén.

Lo lamento, Alice, pero solo de pensar en lo que podría hacer con el trasero de Lizzie me hizo llegar —aclara el maldito imbécil.

¡Vete a la mierda! —grito rabiosa, pero Dios...estoy demasiado caliente—. Bien, te daré una segunda oportunidad para follarme, pero si no me satisfaces, se enterará toda la universidad, —amenazo, acercándome de nuevo y empezando a acariciar su desnudo torso.

¡Joder, Alice! Tú sí que sabes cómo bajarle el libido a un hombre. —Comienza a vestirse—. Y prefiero no perder más mi tiempo, ya que no me atraes en lo más mínimo. Si al menos tuvieras las curvas de Nessie, el trasero de Lizzie o las deliciosas y esculturales piernas de Bella no pararía de follarte en toda la noche —murmura, saliendo por la puerta y dando un portazo.

Me dejo caer de nuevo en la cama con mi cuerpo desnudo que solo está cubierto por la minúscula bata. ¡Mierda! Se me quitaron las ganas y de la peor manera. —¡Me vengaré de vosotras, malditas perras! —grito colérica antes de prender mi ipod y poner música para dormirme, sin querer escuchar los malditos gritos y gemidos de María que está follando con Santiago, su novio.

El lugar a mi lado se hunde y pego un salto porque no oí la puerta abrirse.

¡Ostias, Alice! ¿No te duelen los oídos? Hasta desde aquí escucho la música, —me riñe Rose.

Prefiero escuchar música que a María gritar con su novio, —refunfuño y Rose asiente sonriendo—. ¿De dónde vienes, hermanita? —Levanto mis cejas, pues ya me lo imagino.

De sacarme el estrés del día de mierda que he tenido —me contesta, tumbándose a mi lado. Al menos se ha duchado, quitándose el olor a sexo—. Menudo humor de perros tienes, —sonríe— ¿Aún no te has follado a Jasper? —pregunta con curiosidad.

Nada de nada, —suspiro frustrada—. En serio, hay momentos en los que me replanteo seguir o no con esta farsa —digo mirándola directo a los ojos para que vea mi sinceridad.

¡Ni lo sueñes, Alice! Esto tiene que funcionar, necesitamos que sigas con él —me responde con un tono de voz que no deja réplica.

Moriré de abstinencia. No puedo echarme ni una canita al aire, en ningún momento se despega de mí, es peor que una lapa. Agh, es horroroso, —protesto agobiada.

Ya encontraremos el momento, además, tienes a tu Tommy al igual que yo tengo a mi Justin —me dice riendo, todavía recuerdo lo que nos costó elegir los consoladores.

No es lo mismo, pero da igual, creo que no podremos separarlos —digo soltando un suspiro de derrota—. No te acuerdas cómo defendió Justin a Lizzie en la cafetería, —exhalo cansada—. En serio, creo que si la zorra de nuestra prima le dice que el cielo es verde, él es capaz de pintarlo solo para complacerla, —intento convencer a mi hermana para que no siga sufriendo.

Ni me lo recuerdes que solo de pensarlo se me revuelve el estómago, —escupe con asco.

¿Viste lo patético que se vio Jasper cuando Justin lo golpeó? Estoy segura de que si hubiera sido mi Thomas, le habría dado unos bue... —No puedo terminar de hablar.

Nada de eso, mi Justin es perfecto y ni tu Thomas, ni nadie, puede con él, —asegura Rose.

Ahí están equivocadas, chicas, porque es mi Eddie el que sobresale entre todos —asevera Tanya, entrando por la puerta sin llamar.

Tanya, no creo aguantar mucho más tiempo al patético de Jasper —digo con un puchero.

Aguanta, necesitamos a Jasper, no podemos dejar que las zorras nos vuelvan a pisotear como hicieron hoy en la cafetería —murmura Tanya roja de coraje.

En realidad, fue Justin el que nos humilló delante de todo el mundo —afirmo ganándome una fulminante mirada de Rosalie.

Nuestros hombres son intocables, Alice,—me regaña mi hermana—.Seguro que fue Lizzie quien le calentó la cabeza, —su mirada es de puro odio cuando se refiere a nuestra prima.

Sí, me la imagino lloriqueando y haciéndose la victima como siempre —comento enojada.

Tranquilas, chicas, que eso no le servirá por mucho tiempo, —sonríe perversa Tanya—. Debemos planear muy bien nuestras siguientes jugadas —asevera.

Espero que nuestros planes salgan esta vez a nuestro favor —dice con fastidio Rosalie.

Estoy segura de que sí. Tal vez podamos hacer algo en el desfile, vosotras sabéis, los accidentes pasan, —sonríe burlona Tanya—. He oído que Bella es bastante torpe —dice con voz malvada.

¿Solo Bella? ¿Y qué pasa con Nessie, Lizzie y Gianna? —pregunto rápidamente.

Todo a su tiempo, amigas. He estado convenciendo a Félix para que se reconcilie con Gianna y de ese modo sacarla de nuestro camino —nos cuenta Tanya, y sé cómo ha convencido a Félix, con sexo—. No os preocupéis que todas irán recibiendo su merecido, incluso la traidora de mi hermana, se acordará bien de mí, —asevera con furia.

La verdad es que todavía estoy bastante cabreada con lo sucedido en la cafetería —dice mi hermana conteniendo su rabia.

Y con justa razón, Justin defendió a Lizzie de forma exagerada, —nos asegura Tanya, mirándome—. Más te vale que hables con Jasper para que detenga su lengua, no nos conviene que se distancie de los chicos. Necesitamos estar informadas de lo que ocurre y más ahora que Justin pertenece a la fraternidad, —aconseja, tumbándose a los pies de la cama.

De acuerdo, Tanya, aguantaré, pero no pienses que llevaré una vida célibe el tiempo que esté con Jasper, —recrimino con seriedad.

Tampoco soy tan perra, puedes sacarte el estrés, pero sé discreta, no podemos perder esta oportunidad —me dice Tanya rápidamente.

Claro que seré discreta. Mañana por la tarde, cuando lleve un par de horas con Jasper, me llamáis al móvil con cualquier excusa para librarme de él, —propongo sonriendo al pensar lo bien que lo pasaré mañana con Riley, ambas asienten sonrientes.

Tanya, esta noche, cuando hablé con mis padres, me enteré de que Edward el sábado presentó a Bella como su novia a toda la familia —nos cuenta Rosalie y la cara colérica de nuestra amiga da verdadero miedo.

¡Maldita zorra, Bella Swan! Nunca imaginé que fueran tan rápido y tan enserio, —gruñe rabiosa Tanya, golpeando con el puño la cama.

Esa es la razón por la que no podemos perder a Jasper por nada del mundo, —me asegura Rose, mirándome fijamente.

No lo tendremos nada fácil. Justin y Lizzie están juntos de nuevo. Cuando llevé a Jasper a la fraternidad, los vi besándose en el coche, —les aviso y mi hermana se incorpora furiosa, tomando el jarrón de mi cómoda y estrellándolo contra el suelo.

¡Maldita zorra, la voy a matar! ¡Cómo se atreve a estar con mi Justin! —exclama Rose fuera de sí y con los ojos llameando de ira.

Debemos actuar con cautela de ahora en adelante, pronto estaremos con nuestros hombres y de esas zorras nadie se acordará, —asegura Tanya con firmeza—. La idea para hacer sufrir a la zorra de vuestra prima será mandarle un nuevo anónimo, como si sus atacantes estuvieran vigilando todo sus pasos, —sonríe perversa nuestra amiga.

Podemos hacerlo como en las películas,"Te ves genial con esa blusa" y esas cosas —dice mi hermana con increíble maldad—, de ese modo, se irá unos días con sus papis, dejando solo a Justin, —sonríe, mostrándonos su perfecta y blanca dentadura.

Félix se encargará de quitarnos a Gianna. Bella sufrirá un pequeño accidente. Nessie desaparecerá unas horas en las que le haremos creer a Jacob que le es infiel, ya que Royce es muy bueno haciendo fotomontajes, ya sabéis que es su gran hobbie. Y para finalizar, la traidora de mi hermana se quedará sin ayuda económica por parte de mis padres, de eso me encargo personalmente —nos comunica sonriente Tanya, logrando que saltemos de felicidad.

Y, si aun así no se dan por vencidas, podemos volver a llamar a los pandilleros para que les den más que un susto. Aunque tengamos que pagar mucho dinero, valdrá la pena para desaparecerlas de nuestras vidas para siempre —añado dichosa al saber que pronto estaré entre los brazos de Thomas.

Bueno, chicas, será mejor que nos marchemos a dormir para soñar con nuestros maravillosos hombres, que pronto, muy pronto, serán nuestros, —se despide Tanya con un beso en la mejilla para luego irse a su habitación.

Está vez funcionará, Alice, nos libraremos de esa zorras, —asevera mi hermana con dureza—. Descansa, hermanita, te quiero mucho, —sonríe, mirándome con dulzura antes de besar mi mejilla y marcharse a su habitación.

Ahora más tranquila sabiendo lo que les pasará a nuestras queridas amigas y amada mi prima, me meto en la cama con la foto de mi Thomas apretada a mi pecho. Cierro mis ojos y me dejo llevar por el sueño.


Comunicaros que en el grupo de facebook "EL jardín de los hechizos de Maya" podéis encontrar los álbumes de los fics, así como adelantos, encuestas y muchas cosas más de mis historias. El link lo tenéis en mi perfil, Os esperamos.

Si queréis disfrutar de clases sobre fútbol americano ahora que se va acercando el partido, nuestra coach, os lo explica encantada en el grupo de Facebook.

El Link del trailer tan maravilloso realizado por mi amiga Teresa lo tenéis en mi perfil.

Este capítulo va dedicado a todas/os mis nuevas/os y antiguos lectores, y os doy las gracias por vuestro apoyo a está historia. Estaré esperando vuestros comentarios que hacen superarme en cada nuevo capítulo.

A mis lectoras silenciosas gracias por estar ahí.

Gracias a mis lectoras por tomaros el tiempo de dejar vuestros reviews que me llenan de ilusión y me dan fuerza para continuar.

Muchísimas gracias a todos los que me habéis añadido a favoritos y alertas, también a mis lectoras anónimas gracias por estar ahí.

Dar las gracias a:

Aliena Cullen, Emmaly Swallen , Pauly Mp, Tecupi, Pili, Jde HSos, Kjmima, patymdn, jackie. rys, Car cullen Stewart Pattinson, Adriana Molina, kaja0507, jupy, rosy,canal.10, flaca paz, Adriu, Alixa Cullen, saraipineda44, cavedano13, Cary, Esmeralda C, Isa Labra Cullen, Paz, Liduvina, Isabella Swallen, caresgar26, cry, piligm, Lyra, Laury D, CelyJoe, AngieSCullen, Chiki Garcia, Sambita 74, ClaudiaHernandez, BreezeCullenSwan, Danny VasquezP, Vero Grey Cullen, ShirlyM. Cullen

Si me faltó alguien por dar las gracias, por favor, mandarme un inbox, y los Guest poner un nombre para poder agradeceros.

Espero sus comentarios y sugerencias de todo corazón.

Muchos besitos y mordisquitos de Edward para todos mis lectores.