DISCLAIMER: Sólo los personajes pertenecen a la maravillosa escritora Stephanie Meyer; la trama de la historia, los lugares y algunos personajes son de mi propiedad.

"Todas mis historias están registradas en SafeCreative. Tenedlo en cuenta al momento de adaptar, copiar, o publicar cualquiera de ellas sin pedir mi autorización"

Beteado por mi amiga Emotica GW, que me acompañara en esta aventura. Mil gracias guapa.

Hola a todas/os:

Aquí os dejo un nuevo capítulo. Espero y os guste.

El link de la Soundtrack lo tenéis en mi perfil

Las canciones del capítulo:

Just The Way You Are — Bruno Mars

You´re Beautiful — James Blunt

Worldwide — Big Time Rush


Sensación de Vidas Universitarias.

Capítulo 21 Quisquilloso

Edward Pov:

Al fin llega la hora de la comida, tengo unas ganas inmensas de estar un rato con mi maravillosa novia. Nada más entrar a la cafetería, observo que todos se encuentran ahí. No doy ni dos pasos cuando siento el cuerpecito de mi Bella rodearme con sus brazos.

Hola, amor, te extrañé, —me saluda para luego unir nuestros labios en un dulce beso.

También te extrañe, mi Bella, no te imaginas cuánto —digo, abrazándola más fuerte y besando su frente para luego dirigirnos a la mesa, donde se encuentran los demás, menos Justin, mi brujita y Diego.

Luego de saludar a todo el grupo, me marcho a por mi comida que elijo rápidamente y regreso a la mesa, donde todos están riendo y bromeando, lo cual me viene bien para desconectar un rato de lo que me lleva atormentando toda la noche y parte de la mañana.

¿No están tardando mucho Diego y Lizzie? —comenta Elena mirando su reloj. En ese momento, por la puerta entra Justin, charlando amenamente con Brad, uno de sus amigos y compañero de equipo.

Mirad, ahí viene Justin, a lo mejor él sabe algo, —nos avisa Jake abrazando a Nessie.

Hola, chicos, —nos saluda con una sonrisa Justin— Stephan, Jared, tenéis quedarme vuestros números de móvil, he de entregárselos al Coach —suelta un suspiro y los susodichos asienten con una enorme sonrisa.

¿Qué te ocurre, amigo? Menuda cara traes —inquiere divertido James mirando a Justin.

El Coach que me tiene loco. A partir de mañana, tenemos una hora más de entrenamiento y eso que no ha empezado el campeonato todavía. No quiero pensar que será cuando estemos a mitad de la temporada —nos cuenta hastiado Justin, dejando su mochila en el suelo y todos rompemos en risas al ver su cara de fastidio.

Stephan, Jared, aún estáis a tiempo de libraros, les advierte un divertido Alec.

Nada de eso, ya están fichados, no tienen escapatoria —asevera Justin sonriendo malicioso, logrando que estallemos en carcajadas antes de levantarse a por la comida.

Os compadezco, chicos. Ahora vais a saber lo que es sufrir —asegura entre risas Garret.

Tiene su lado bueno, amor, Stephan no os estorbará con su molesta presencia en la fraternidad, —se mofa Kate y todos nos echamos a reír ante la cara de fastidio de nuestro amigo.

Eso es genial, vamos a poder descansar de Jared estos días en la hermandad gracias a lo cansado que vendrá, —se burla Kim, dando pequeños brincos en la silla y ganándose una fulminante mirada del aludido.

Cachondearos todo lo que queráis, pero no os librareis tan fácilmente de nosotros, —nos avisa amenazante Jared chocando las palmas con Stephan justo cuando Justin se sienta de nuevo en la mesa.

Capitán, se están pitorreando de nosotros, —nos acusa Stephan ante Justin que solo ríe y niega con la cabeza.

Vamos a ver, chicos, es imposible que se puedan burlar, ya que vosotros sois el cachondeo personificado. Además, no debo inmiscuirme en problemas personales —responde Justin muerto de risa, consiguiendo que el resto nos unamos a él.

Eso no es justo, capitán, deberías defendernos ya que... —la respuesta de Jared es interrumpida por el móvil de Justin, quien en seguida contesta sin ver siquiera de quién se trata.

Diga, —sonríe como tonto—. Hola, mi niña, ¿dónde estás? —Rápidamente la mesa se queda en completo silencio, todos queremos saber dónde se encuentran mi brujita y Diego. Somos demasiado chismosos, qué le vamos a hacer—. Sí, tranquila, les aviso, pero en cuanto podáis, escaparos a comer. —Una idiota sonrisa se planta en su rostro—. Yo también, mi niña, nos vemos a la salida, un beso, —se despide para después cortar la comunicación.

¿Dónde diablos está la pareja de futuros criminólogos? pregunta con interés Emmett.

Han tenido que ir a recoger sus maletines con el material para las prácticas y no saben cuánto tardarán, así que han quedado en vernos a la salida —nos responde Justin.

Lo que le faltaba a ese par, los profesores no saben lo que han hecho —dice Alec, fingiendo horror y haciendo que la mesa rompa en risas.

Ah, también han dicho que lo que todos sabemos, lo retrasemos hasta mañana para que podamos estar todos, incluida Bree, que ha tenido que ir en busca de unos libros —añade sonriente Justin y todos nos miramos con complicidad mientras asentimos, menos Alec y Jane, que nos observan extrañados.

¿De qué mierda estáis hablando? —pregunta entre curiosa y molesta Jane.

Nada importante, una de las mil travesuras que han hecho Lizzie y Diego. Mañana por fin sabremos de qué se trata —responde Maggie rápidamente. Menos mal que se le ha ocurrido una excusa bastante creíble, salvándonos a todos.

Ve tú a saber la que están armando esos dos —dice Kevin, ayudando a su novia para que el pretexto sea más creíble.

Hey, que mi brujita no es mala, solo un poco traviesa, —defiendo a mi hermanita consiguiendo que todos me miren como diciendo, "Sí, claro", para luego echarse a reír.

Ed, cuando esos dos están juntos, son indefendibles. Por mucho que quiera a Lizzie, no puedo mentir —añade riendo Kate, siguiendo el juego para que Alec y Jane no entren en más detalles.

El resto de la comida pasa entre charlas triviales. Me estoy muriendo de sueño, así que me levanto para ir a por un café doble bien cargado para aguantar las dos horas que nos quedan. Justo al regresar a la mesa, observo que Justin sale corriendo de la cafetería como alma que lleva el diablo.

¿Dónde se ha ido Justin tan rápido? —pregunto, sentándome y pasando mi brazo sobre los hombros de mi novia. No puedo estar mucho tiempo alejado de mi Bella.

Vino un compañero de clase y le dijo algo sobre un trabajo que deben hacer en grupo o algo así y que la lista ya está puesta, luego se ha despedido rápidamente, quedando en vernos a la salida —me explica Nessie y entiendo a mi casi cuñado perfectamente, ya que si quieres elegir el tema sobre el trabajo debes ser de los primeros.

Los que estáis en la facultad de medicina sois de lo más raros, —se mofa Laurent.

Ya te digo, están fatal. Solo fíjate en Elena, la enfermerita, cada día está más desmejorada y de peor humor, —se cachondea Jake, ganándose una mirada envenenada de Elena.

Mira, perro, puede que esté de malhumor porque necesito algo de acción, —sonríe maliciosa Elena, levantando las cejas—. En cambio tú, que tienes actividad, sigues con la misma cara de amargado de siempre. Pobre Nessie, la compadezco —le contesta mordaz, pero con una enorme sonrisa, haciendo que las carcajadas en la mesa resuenen en toda la cafetería.

Así se hace, Elena. Nadie se mete con los de la facultad de medicina, —me incorporo de mi asiento para chocar nuestras palmas sobre la mesa. — ¿Algo más que objetar, futuro arqueólogo? —inquiero y niega aun en shock Jake.

Mira, hermanito, que sea la última vez que te metes con mi novio y mis amigos. Al menos ellos trabajarán con personas vivas y no con esqueletos o fósiles como lo harás tú, así que mantén tu boca cerrada o le pediré a mi cuñada que te aumente el castigo, —le advierte amenazante mi novia, logrando que todos se rían al mismo tiempo que la beso apasionadamente.

Emmett, ni se te ocurra abrir la boca para separar a Edward y Bella, deja que se besen tranquilos, —le recrimina Martha, lo cual agradezco, y sigo besando a mi novia mientras la atraigo a mi regazo, escuchando los silbidos de nuestros amigos.

Observa y aprende, Emmett —dice mi hermosa novia al separase de mí unos segundos para luego volver a unir nuestros labios en un beso voraz que está haciendo despertar a mi querido amigo.

Esa es nuestra amiga, sabe bien lo que hace —grita Irina acompañado por varios síes y chiflidos de las chicas.

Si no os importa dejar de comeros en mitad de la cafetería que estáis dando un buen espectáculo, algo erótico —sentencia molesto Emmett, llevándose varios abucheos del resto de nuestros amigos.

Desde que estás en sequía, oso, estás insufrible, —apunta Thomas, consiguiendo que la mesa explote en risas de nuevo.

Di lo que quieras, Thomas, si fuera la pitufa no dirías lo mismo, —refunfuña Emmett, automáticamente Nessie se pone ahorcajadas sobre Jake y lo besa con pasión mientras Thomas se empieza a reír al darse cuenta de cómo su hermana le acaba de callar la boca al oso.

Creo que ahí tienes tu respuesta, Emmett —acota Gianna divertida, chocando las manos con Nessie una vez que se sienta de nuevo en su silla, y todos reímos al observar al oso con los brazos cruzados y con el ceño fruncido.

¿Nos vamos, amor? —le pregunto a Bella mientras deposito besos por su cuello. Necesito estar a solas con mi chica.

Sí, vámonos... Mmm...me gusta, amor —susurra con un gemido en mi oído y de inmediato la levanto de mi regazo para incorporarme y comenzar a recoger nuestras cosas.

Parejita, ¿dónde vais? —se burla Alec riendo.

Cierto, aún quedan más de veinte minutos, espero que no hagáis nada indebido —murmura enfadado Emmett en plan hermano protector.

Nos marchamos donde nos dé la gana, Emmett. Deja ya de hacer el tonto y recuerda que no todos somos como tú, —gruño cansado de sus comentarios y tomo la mano de mi novia.

Sí, amor, mejor marchémonos de aquí y dejemos al niño —acota Bella, tirando de mi mano para salir de la cafetería mientras oímos las risas de nuestros amigos en la lejanía.

No tardamos nada en llegar a la zona apenas transitada de los jardines, es un buen lugar para estar tranquilos y poder disfrutar de nuestra compañía sin tener a un molesto hermano a nuestro alrededor.

No sabes lo mucho que te extraño cuando no estás a mi lado —le digo meloso una vez nos sentamos en el césped para luego besar sus deliciosos, rosados y carnosos labios.

Yo también te extraño mucho, mi amor, de hecho, me cuesta dormir horrores porno tenerte a mi lado —me responde, poniéndose de rodillas frente a mí y atrapando nuestros labios en un pasional beso.

Amor, estás preciosa con falda, no sé porqué no te las pones más a menudo, —le ronroneo una vez que separamos nuestros labios—, Me estás volviendo loco. Espero que no lo hagas apropósito. —Rozo con mi nariz su cuello, notando cómo su piel se eriza.

La verdad, no. Pero ahora que lo sé, tendré que ponérmelas más a menudo —asevera riendo mientras se sube a mi regazo, uniendo nuestros labios en un fogoso beso en el que nuestras lenguas comienzan una lucha sin tregua, explorando cada rincón de nuestras bocas al mismo tiempo que se mueve encima de mí, consiguiendo que mi amigo despierte.

Amor, me estás matando y como sigas así, te encontrarás en graves problemas, —le advierto, rozando nuestros labios mientras acaricio sus muslos por debajo de su falda.

¿Y si deseo tener problemas? —inquiere empujándome hacia atrás, así quedo recostado sobre la hierba y mi princesa comienza a moverse de manera lenta sobre mi ya evidente gran erección.

Realmente los vas a encontrar —respondo mientras sigo acariciando sus piernas por debajo de la falda, llevando mis manos hasta la cara de su muslo interno—. Y no hay nadie cerca, —comienzo acariciar su intimidad con mis dedos por encima de su tanga, disfrutando de los gemidos que salen de su boca.

Amor...No...empieces algo...que...no...vas a...terminar —musita entra jadeos. Estoy más que seguro de que nota cómo mi erección crece y de repente lleva una de sus manos a mi miembro, acariciándolo por encima del pantalón y haciéndome soltar un gemido.

Amor...¿qué te parece sí nos saltamos la siguiente clase? —pregunto antes de hacer a un lado su tanga y acariciar su intimidad, notando lo húmeda que está.

Me parece...mmm...una...ah...idea...genial, —me besa vorazmente—. Vámonos, te necesito dentro de mí y no puedo esperar —me dice, separándose de mí y guiñándome el ojo antes de incorporarse y tirar de mi mano. Inmediatamente, la tomo en brazos para dirigirme a los vestuarios del gimnasio que a esta hora no hay nadie, puesto que todos están en clases.

Nada más entrar en los vestuarios de hombres del gimnasio, mi princesa se baja de mis brazos y aprovecho para cerrar la puerta, poniendo el pestillo. Nada más girarme, lo primero que veo es a mi Bella moviendo sensualmente sus caderas al mismo tiempo que me llama con su dedo, invitándome acompañarla, lo cual no dudo en ningún instante, atrapándola entre mis brazos y sin más sus labios chocan ansiosos contra los míos. Sus manos, que se encuentran en mi pecho, ascienden hasta mi cuello, el cual jala a su antojo, haciéndome soltar pequeños gruñidos por el deseo que tengo de poseerla.

Mis manos, que se encuentran acariciando su cintura, descienden hasta sus caderas, originando que colisione contra mi miembro que parece cobrar vida propia. Un inevitable y delicioso gemido escapa de sus labios, logrando que una socarrona sonrisa se forme en mis labios en medio de nuestro beso. Mi muñequita nos gira, produciendo que quede acorralada entre mi cuerpo y la pared, ambos nos encontramos de lo más anhelantes. Nos separamos por la necesidad de aire, pero no le doy tregua alguna, sino que sigo repartiendo besos a lo largo de su cuello. Sé que la estoy enloqueciendo por sus gemidos y la necesidad con la que se pega a mi cuerpo. Mis manos descienden hasta su trasero, apretándolo fuertemente contra mi erección.

No sabes cuánto quería hacer esto —murmuro con voz agravada por el deseo en su oído para luego morder el lóbulo de su oreja.

Edward, te...necesito...mmm —susurra entre jadeos mi princesa.

Mi Bella, voy a saborear todo cuerpo —musito, recorriendo su cuello con mi nariz e inhalando su deliciosa esencia para luego tomarla de su trasero, alzándola, y automáticamente me rodea la cintura con sus piernas mientras la cargo hasta la encimera del baño, donde rápidamente me desprendo de su camiseta. Mis ojos casi se salen de las órbitas al observar su sujetador negro de encaje con transparencias.

La beso con fiereza, adentrándome en su boca sin consultar ni pedir permiso, la batalla de nuestras lenguas sin ganador nos está llevando a la locura. Las manos de mi princesa no paran de tirar de mi cabello, tratando de acercarme a su cuerpo aún más, aunque sea completamente imposible. Con mis hábiles dedos, retiro su sostén, dejándola expuesta ante mí para poder disfrutar de sus magníficos pechos.

Me separo de sus sabrosos y carnosos labios para ir hasta su cuello, donde me deleito torturándola y concentrándome en su punto débil, escuchando sus gemidos que escapan de sus labios. Sigo de manera lenta mi camino hasta sus pechos, donde sin más dilación tomo uno en mi boca, chupándolo, lamiéndolo y mordiéndolo sin piedad mientras que al otro le doy atención con mis manos. Por la fricción de nuestros cuerpos, sé que mi Bella nota lo duro que estoy, lleva sus suaves y cálidas manos a mi pantalón, el cual desabrocha y baja junto con mis bóxer, dando libertad a mi gran miembro que está completamente erecto. Mi princesa lo observa con su rostro lleno de placer y lujuria, haciéndome separar de sus pechos para bajarse de la encimera y ponerse de rodillas frente a mi pene.

Muñequita, no tienes que... —pronuncio con voz estrangulada al notar cómo su mano acaricia la punta de mi polla, pero mi novia me interrumpe.

Pero me apetece demasiado hacerlo —dice con voz seductora, mirándome a los ojos lo más inocente posible.

Sin perder el contacto visual, besa la punta enrojecida y brillante causada por el líquido preseminal. No se anda con juegos previos, se introduce mi polla de golpe en su boca, succionando sin piedad mientras sus manos acarician mi longitud al igual que mis testículos.

Mierda, nena. Sigue...ah...así...Mierda —no paro de susurrar incoherencias y por su mirada sé que está de lo más satisfecha.

Una de sus manos rodea y me acaricia sin detenerse, subiendo y bajando por la parte de mi pene que no logra cubrir su boca mientras que con la otra no deja de masajear y apretar mis testículos, consiguiendo que un sonoro gruñido ronco salga de mi garganta. Sus labios descienden hacia mis huevos y los lame mientras sus manos siguen masturbando mi pene. En este punto, me es imposible hablar o maldecir.

Muñequita...me voy...ahh...correr... Estoy...cerca...ahh —musito como puedo entre jadeos y rápidamente vuelve a introducirse mi miembro en la boca, rozándolo suavemente con sus dientes. Mi Bella me está matando y ya no puedo resistir más, diciendo su nombre con un gemido gutural antes de explotar en su boca. Mi muñequita se lo traga todo y limpia con su lengua las gotas que se escapan, consiguiendo que mi amigo comience a espabilarse de nuevo.

Eres increíble, nena, —asevero cuando recupero mi voz, ayudándola a incorporarse, y levanto su mentón para unir nuestros labios.

El beso, que empieza tranquilo, se vuelve desesperado. Con lentitud, me desprendo de su falda, besando sus muslos y piernas en el proceso, regreso a sus labios, besándola vorazmente mientras abro sus piernas para penetrarla de una sola estocada.

Apoyo los codos en la encimera, recostando a mi muñequita sobre ella, lo que hace que yo entre más y que mi nena me sienta profundamente. Observo la unión de nuestros sexos y es la imagen más erótica que jamás he visto, mi polla no entra del todo en su cavidad, debido a su longitud y a la estrechez de mi Bella, eso nos hace llevarnos a la locura y que el sexo entre nosotros resulte extraordinario.

Mi muñequita lleva sus dedos a sus pezones, tirando de ellos y causándose más placer, y eso me desquicia totalmente. La tomo de las caderas, alzándola para que quede tumbada sobre su espalda en la encimera mientras que su trasero y caderas están siendo sujetados por mí, esta posición es mucho mejor. Mis estocadas son más penetrantes, mi nena no para de morderse el labio para evitar gritar de placer. Noto cómo sus paredes comienzan a hacer presión sobre mi miembro, así que acelero mis estocadas. De nuestros labios, solo salen gemidos de placer.

Amor...Ah...me...corro... No...no pares...mmm —consigue decir entre gemidos.

Vente para mí, muñequita. Quiero...que lleguemos...juntos —digo, dando una palmada a su delicioso trasero y solo son necesarias tres estocadas más para que ambos lleguemos a un inmenso y sensacional orgasmo.

Recuesto por completo a mi Bella al mismo tiempo que mis brazos también se apoyan en la encimera para poder calmarnos. Un par de minutos más tarde, cuando nuestros corazones laten con más normalidad y nuestras respiraciones son más tranquilas, saco mi miembro de su intimidad muy a mi pesar.

Amo saltarme las clases para estar contigo —susurro con voz dulce, besando castamente sus labios y ayudándola a incorporarse luego de observar su desnudez, y rápidamente recojo sus ropas, entregándoselas. Mi muñequita me mira confusa por mi forma de actuar—. Será mejor que nos vistamos si pretendes que salgamos de aquí, —sonrío pícaro antes de soltarme a reír junto con mi preciosa novia.

Sí, es lo mejor, no debo faltar a más clases, —sonríe traviesa—, por hoy —añade terminando de vestirse, al igual que yo.

Eres hermosa, mi Bella, te amo —digo, abrazándola por la espalda mientras se acomoda el cabello.

También te amo, amor —me contesta, uniendo nuestros labios en un casto beso para luego tomar nuestras cosas y marcharnos fuera del gimnasio, abrazados y la mar de sonrientes.

Pero, para mi desgracia, siempre hay algo o mejor dicho alguien, y en este caso algunas personas, que te amargan el día. Ni bien salimos por la puerta del recinto, nos encontramos de frente con mis primas y mi peor pesadilla, Tanya. Acerco a mi Bella más a mí, sujetándola firmemente de la cintura.

Vaya, primito, al parecer se perdió la torpe de tu novia y tú, como novio responsable, decidiste faltar a clases para recuperarla. Nunca imaginé que fueras capaz de hacerlo, ni estando enfermo te has saltado ninguna clase, —suelta malévola Rosalie al mismo tiempo que Tanya nos repasa de arriba abajo.

Antes, jamás había tenido una razón tan importante para escaquearme de clase y, por estar con mi maravillosa novia, soy capaz de todo, primita —contesto mordaz, resaltando sobre todo la última palabra.

¡Qué asco! ¡Apestáis a sexo! —escupe con aversión Alice, fulminándonos con la mirada.

Mira, Alice, no creo que sea de tu incumbencia lo que hago o deje de hacer con mi novia, es solo asunto mío —sentencio de malhumor, mirándola con hastío.

Vámonos, amor, no quiero seguir perdiendo nuestro tiempo con gente que no merece la pena —asevera mi Bella, sonriéndome dulcemente, para luego dirigir una mirada de indiferencia a mis primas y a Tanya, antes de marcharnos de lo más felices rumbo a su edificio.

Como aún quedan diez minutos para que comience mi siguiente clase, acompaño a mi preciosa novia hasta su aula, donde nos despedimos con varios besos hasta que no le queda otra que entrar y a mí salir corriendo hacia mi edificio para no llegar tarde.

Por fin, suena el timbre dando por finalizada la clase que pensé nunca acabaría, se me hizo de lo más pesada debido al cansancio a causa del desvelo de anoche más el hermoso tiempo compartido con mi novia. Estoy agotado y lo que más rabia me da es no haber podido dormir por culpa de lo que presencié anoche mientras regresaba a la hermandad. No sé qué hacer, si contarlo o quedarme callado, lo único que tengo claro es que si mi Bella se entera, la lastimará demasiado, por eso me encuentro en esta maldita encrucijada.

Al salir, veo a Justin que también está saliendo de su aula conversando con sus compañeros, de los que se despide rápidamente al verme esperándolo en la puerta principal.

¿Qué pasa, Edward? Tienes mala cara —me pregunta preocupado.

Anoche apenas pude dormir —le contesto debatiéndome en contarle o no.

¿Te quedaste con Bella a pasar la noche? —me pregunta de nuevo con una pícara sonrisa.

Ojalá hubiera sido así…ese desvelo valdría la pena —respondo bostezando.

Mira, no sé qué habrá ocurrido anoche, pero si necesitas hablar, aquí me tienes —dice con sinceridad.

La verdad es que anoche cuando regresaba a la fraternidad presencié algo para nada agradable. Mi casi cuñado tira de mí para ir al encuentro de las chicas, pasando por la zona menos transitada, y así poder hablar tranquilos—. Resumiendo, vi a Jackson aparcar el coche y después dirigirse a la entrada de la hermandad Kappa, donde Alice lo recibió en la puerta de lo más apasionada para luego entrar juntos en la casa, —le cuento sabiendo que puedo confiar en él, además de sentirme más liberado al poder hablarlo con alguien.

Al decir de lo más apasionada te refieres a... —indaga dejando la frase en el aire y asiento.

Sí, para mí que Alice tuvo acción anoche mientras Jasper dormía su borrachera —digo con una mueca.

Por desgracia, se cumplió lo que todos nos estábamos imaginando, que Alice está utilizando a Jasper. Por mucho que le contemos, nunca nos creerá porque está ciego de amor por tu prima, —suspira, buscando las palabras correctas—. Aunque me duela verle sufrir, creo que en cierto modo se lo merece por cómo ha tratado a las chicas, en especial a Bella, que la conoce de toda la vida. ¿Cómo es posible que sea capaz de lastimarla de tal manera? Y desdichadamente Jasper debe darse un buen golpe de frente con la realidad para darse cuenta del grave error que cometió —asevera Justin apenado por el dolor que sufrirá nuestro amigo al descubrir la verdad.

Tienes toda la razón, —suspiro—. Ahora mi dilema es si debo decírselo a los hermanos Swan, en específico a Bella, ¿o no? —comento confuso, ya que no tengo la menor idea de qué hacer.

Creo que estaría bien que se lo contaras a Jacob, él mejor que nadie conoce a sus hermanos y sabrá qué hacer, sobre todo con respecto a Bella. Pero lo que sí te pido es que a Emmett no le digas nada porque le es imposible mantener la boca cerrada, —me aconseja con franqueza y la verdad es que me ha quitado un gran peso de encima.

Gracias, me siento mejor ahora que he hablado contigo, —le agradezco, observando a mi muñequita que está junto a mi brujita y Nessie, charlando alegremente.

Para eso estamos los amigos, siempre podrás contar conmigo —me contesta, palmeando mi espalda, al mismo tiempo que una sonrisa se instala en su rostro al ver a mi hermana correr a sus brazos que la reciben gustoso, y seguidamente mi muñequita se lanza a mis brazos, riendo e iluminando todo mi mundo.

Hola, amor, —me saluda, sonriendo traviesa, después de darme un delicioso beso.

Hola, mi vida, te extrañé —susurro en su oído, inhalando su embriagante aroma.

Hola, chicos, —nos saluda sonriente Nessie cuando llega a nuestro lado—. Lizzie, no olvides tu maletín, cómo pesa. —Las tres se echan a reír por las últimas palabras.

Hola, guapa. ―Hola, pitufa, —saludamos Justin y yo a la vez, logrando que las chicas vuelvan a reír.

Hemos estado conversando y hemos pensado en ir a la cafetería Roma a comer algo. Lizzie no para de alabar los bocadillos y dulces que hacen allí, tengo ganas de probarlos, —sugiere sonriente mi Bella, pero con carita de pena, a la cual no me puedo resistir.

A mí me parece bien, —sonrió para luego enfocarme mi vista en mi casi cuñado—. ¿Tú que opinas? —le pregunto divertido a Justin, que me sonríe asintiendo sin dejar de abrazar a Lizzie.

Los chicos están esperando en los coches y Jacob me ha mandado un mensaje diciendo que Emmett fue a por Pooh y que, después de insistir, al final, James aceptó llevarle en auto, ya que el señoriíto no quería regresar andando, así que también deben estar por llegar —nos cuenta graciosa Nessie, imitando la cara de fastidio de James.

¿En serio fue a por Pooh? —pregunto asombrado, recibiendo un sí de las chicas—.Wow, jamás imaginé a Emmett siendo responsable. —Todos reímos.

Ponemos rumbo hacia el aparcamiento, no sin coger antes el maletín de mi hermana, el cual lógicamente carga Justin. Nada más llegar, lo primero que vemos es a Emmett de lo más entretenido jugando con Pooh y presentándolo a toda persona que pasa por su lado.

Está más loco de lo que creí, —asegura entre risas Justin.

Y eso que no lo has visto en todo su esplendor —comenta Bella con una sonrisa.

¿Puede ser aún peor? —pregunta Nessie, fingiendo horror ante el asentimiento de mi novia—. ¡Madre mía, lo que nos espera! —Mueve su cuerpo, aparentando tener temblores a causa del simbólico miedo y haciéndonos reír.

Hola, Matt, te presento a Pooh, a que es el cachorro más bonito que existe —escuchamos que le dice Emmett a un chico que pasa a su lado.

Es muy bonito, pero no me llamo Matt —le contesta el chico mirándole extrañado.

Qué raro, seguro me confundí, —se disculpa Emmett rápidamente antes de girarse hacia una morena que pasa cerca.

Mira, Brenda, a que es hermoso mi Pooh —dice el oso sonriendo.

Sí, es muy lindo, parece un peluche —responde con un tímida sonrisa la chica antes de seguir con su camino. Estoy seguro de que ese no es su nombre.

Hola, hermano oso, —saluda Bella con un beso en la mejilla—. Hola, Pooh, —acaricia su cabeza.

Hola, diminuta. —Emmett besa la mejilla de Bella que lo mira con el ceño fruncido—. Hola, chicos, —nos saluda moviendo la cabeza con un gesto que correspondemos.

Chicos, me estoy muriendo de hambre, —sonríe Jake acariciando su tripa—. ¡¿Podemos irnos de una maldita vez?! —exclama, acercándose a Nessie y abrazándola por los hombros.

No podemos irnos aún. Debo presentar a Pooh y todavía me faltan más de la mitad de alumnos, además de profesores, los de la limpieza, los de seguridad... —comienza a enumerar Emmett que gracias al cielo es interrumpido.

Ç

Emmett, por hoy ha sido suficiente, mañana y los próximos días terminarás de presentarlo —acota entre risas Thomas que tiene a Ginn bien sujeta de la cintura.

Mi niña, voy a por el auto,no tardo, —le avisa Justin a mi brujita, besando sufrente, para después ir donde lo tiene estacionado. Una vez que guarda el maletín y las mochilas en el maletero, arranca llegando a nuestro encuentro.

Mi hermanita no tarda ni medio segundo en subirse al asiento del copiloto, haciendo que Jake, Nessie, mi Bella y yo vayamos en la parte de atrás. El trayecto es de los más agradable y no paramos de bromear y reír.

Atravesando las puertas de la cafetería, nos encontramos con los amigos y compañeros de equipo de Justin.

¿Cuánto tiempo sin vernos, capitán? —saluda divertido Brad, levantándose de su silla y palmeando la espalda de nuestro amigo—. Hola, princesa, ¿cómo estás? —pregunta abrazando a mi brujita que le sonríe mientras le responde que está muy bien.

Cuidado, Brad, que Justin ya te está mirando mal, —se burla Jhonny, otro de sus amigos y compañero de equipo.

Nah, él sabe que con nosotros no hay problema —responde Brad, codeando a Justin que rompe en risas al igual que todos nosotros.

Chicos, juntemos esas mesas para que puedan sentarse con nosotros —les dice Jhonny a sus amigos mientras nos sonríe e inmediatamente se ponen a ello. Daros prisa que el capitán y la princesa no merecen estar de pie, —se ríe y todos estallamos en risas, incluida mi ruborizada brujita.

A sentarnos se ha dicho, —declara feliz Emmett, tomando a Martha de la mano para sentarse—. Chicos, mirad qué guapo es mi perrito Pooh, —les presenta y todos le sonríen al oso.

Una vez que todos nos sentamos, Justin hace las correspondientes presentaciones, ya que solo nos conocemos de vista, pero no en persona, y comenzamos a charlar animadamente. Son un grupo de lo más agradable, como dice Ian, son una gran familia.

Chicos, ¿listos para la fiesta de la Hoguera? —nos pregunta Jhonny, sonriéndole con malicia a Justin.

Claro que sí —gritamos todos a la vez, levantando los puños y haciendo que el resto de los clientes nos miren.

Pero antes hemos de aguantar el desfile, ¿verdad, capitán? —inquiere divertido Brad.

¡Basta ya, chicos! ¡Dejad a Justin en paz! —exclama mi brujita, saliendo en defensa de su chico y sacando un coro de silbidos por parte de los del equipo.

Está bien, no lo molestaremos más, princesa. —Todos le sonríen a mi hermanita, se nota el gran aprecio que le tienen—. Sólo queremos que por fin reconozca ante nosotros cuánto le molesta participar en el desfile —acota chistoso Ian, uno de los amigos de Justin, que lo mira divertido.

Sí me carga participar, me siento demasiado observado, como si estuviera en una subasta, —refunfuña Justin, sacando las risas de toda la mesa y mi brujita le acaricia la mejilla, haciendo que nuestro amigo sonría tontamente.

Piensa que solo es una hora, capitán, luego a disfrutar del festejo en la playa para seguir con la fiesta en la antigua casa Phi —asevera con diversión Brad y todos chiflamos entusiasmados, es una de las fiestas que más nos gusta—. Pretendo pasármelo como un niño, ya le he dicho a Natalie que le toca conducir, —choca las palmas con otro de su compañero. Supongo que se refiere a su novia.

Me pienso emborrachar al estilo Jasper —anuncia Jake, llevándose varias collejas.

Si te embriagas, a ver quién te cuida y aguanta porque yo no pienso andar cuidando de un borracho —suelta molesta Nessie, cruzándose de brazos.

Estoy deseando que llegue el viernes, —sonríe como niño Emmett—. Chicas, que sepáis que vamos a terminar en el agua como el año pasado, —les avisa frotándose las manos.

Este año somos muchas, oso, no puedes con todas nosotras, —se burla mi Bella, sacándole la lengua a su hermano, quien le devuelve el gesto, y haciendo que la mesa rompa en risas.

No te preocupes, hermanita, que cuento con ayuda de sobra —le contesta con una traviesa sonrisa. A saber qué trastada estará maquinando.

Lamento decirte, hermanito, que nosotras tenemos quién nos defienda, —se burla mi Bella, acercándose a mí—. Amor, ¿verdad que me vas a proteger del oso? —Hace un adorable puchero que no pierdo oportunidad de besar.

Cuenta con ello, por ti hago lo que sea, amor —digo sonriente—. Por mi brujita no me de he preocupar, tiene a Justin para que la defienda, —les sonrío, guiñándoles el ojo.

Y mi cuñada, Nessie, cuenta con Jake, aunque no sirve de mucho, pero ahí está —comenta mi novia, logrando que toda la mesa estalle en carcajadas por sus palabras, menos el aludido por supuesto.

Además, Emmett, Ginn tiene a mi hermanito, Vicky a James, Maggie a Kevin, Irina a Laurent, Kate a Garret, Bree a Diego. Y, aunque el resto no estén emparejadas, no creo que los chicos las dejen sin protección —asegura divertida Nessie.

Vamos, que tenemos quién nos defienda de que nos metas en el agua —dice Irina quien es abrazada por Laurent.

Aquí la única jodida es la pobre Martha —habla Victoria aparentando estar apenada.

Tranquila, Martha, que cuentas con Pooh, él te protegerá del mastodonte —asevera Maggie, sacándole la lengua a Emmett y haciéndonos reír.

¿Me vas a proteger, Pooh? —pregunta Martha, acariciando la cabeza de Pooh, el cual suelta dos ladridos para luego lamer su mejilla—. Eres un cielo de perrito, menos mal que te tengo a ti. —Acaricia su tripita y Pooh mueve su rabito contento, consiguiendo que la mesa rompa en risas.

Ni con toda la ayuda del mundo seréis capaces de escapar de mis garras, —asegura Emmett con una malvada sonrisa al mismo tiempo que frota sus manos.

No puedo hablar por el resto, Emmett, pero sí te advierto que aquí el capitán te arroja a los tiburones antes de que le toques un solo cabello a su Lizzie, —se mofa Jhonny, pero por su sonrisa se entiende que la advertencia es totalmente cierta.

¡Joder, sí! Todavía me acuerdo de aquel día en la playa cuando el chico pecoso se quedó mirando a la princesa que traía puesto el bikini negro, —recuerda Ian y todos rompen en carcajadas, bueno los del equipo porque nosotros no entendemos nada.

¿Qué fue lo que paso? —pregunta curiosa Nessie y siendo sincero todos queríamos saber—. Cuenten, cuenten, —sonríe, dando saltitos en la silla.

Bueno, aquí nuestro capitán estaba bebiendo una cerveza con la princesa, quien se levantó a buscar algo en la mochila, y digamos que se miraba muy bien el panorama desde atrás. —Justin le manda una mirada envenenada mientras que mi brujita está más roja que un tomate maduro—. En ese momento, pasó un pecoso pelirrojo, creo que era de intercambio o algo así. El caso es que se le quedó viendo a Lizzie, literalmente se le caía la baba, y aquí nuestro capitán se levantó y lo enfrentó, diciéndole: "MI NOVIA NO ES NINGÚN PEDAZO DE CARNE PARA QUE LA MIRES ASÍ, MAS TE VALE QUE TE LARGUES DE AQUÍ, SI QUIERES LLEGAR A MAÑANA CON TODOS TUS HUESOS COMPLETOS". Solo deciros que el chico literalmente se meó, encima empapando todo su bañador, y seguidamente salió corriendo como alma que lleva el diablo, —finaliza el relato entre risas Brad.

Creo que hasta a mí me pasaría eso si te llego a ver tan cabreado —le dice Thomas entre risas a Justin.

Pero eso no es todo, —añade otro que, si mal no recuerdo, su nombre es Ryan—. La princesa, aquí presente, se puso un pareo para cubrirse y el capitán le dijo que se lo quitara y se marcharon a darse un chapuzón en el mar. Sin embargo, no se percataron que dentro del agua estaba el chico pecoso que salió corriendo del mar como si los tiburones lo persiguieran. —A estas alturas los que casi nos meamos de la risa somos nosotros, más por las caras de Justin y Lizzie que por la anécdota.

¿De verdad pasó eso? —pregunta James ahogado de la risa— ¡Qué pena no haber estado allí! —Las risas en la mesa aumentaron al ver cómo Lizzie esconde su rostro entre sus manos.

Por cierto, princesa, no te vayas a poner ese bikini para la fiesta de la Hoguera, porque aquí nuestro capitán matará a más de uno, —se pitorrea Paul.

Paul, no sé si recuerdas que los lesionados no pueden jugar, —le advierte Justin simulando estar molesto.

Sabes de sobra que estoy bromeando, capitán, la princesa puede ir como quiera, —se retracta Paul sonriendo divertido, sacando de nuevo las risas de todos los presentes.

Estaos tranquilos, chicos, que yo me encargo de eso, —afirma Nessie con una sonrisita que no me gusta para nada—. ¿Lizzie, recuerdas el bikini rojo y blanco? —Le guiña el ojo a mi brujita.

Ni lo sueñes, mi niña, si te pones ese bikini no sales ni a la esquina —dice Justin, mirándonos a todos con cara de yo no fui. Al parecer es igual de celoso que yo.

Nene, no te preocupes que ya tengo uno listo. ¿Te acuerdas del azul? —le dice mi hermanita mirándole con picardía y puedo asegurar, y no me tomen por morboso, que mi amigo tiene bastantes problemas con cierta parte de su anatomía por la forma en la que pasa saliva.

Mi niña, te verás preciosa con lo que te pongas —responde rápidamente Justin, acomodándose no tan discretamente en la silla y haciéndome reír.

¿Cuál es el chiste, hermanito? —inquiere mi brujita, entrecerrando los ojos.

Nada, solo me estaba imaginando la cara que pondrá Justin cuando los babosos no paren de mirarte —comento sonriente, consiguiendo que mi brujita me sonría perversa.

No te preocupes, vampirito, que la misma cara pondrán cuando vean el bikini que va a llevar Bella. Estoy deseando ver cómo te las apañarás —me responde maliciosa mi hermana. Touché, me la ha devuelto, pero bien. Se me borra la sonrisa que tengo en el rostro.

Ed, eso te pasa por reírte de mi mejor amiga, —se cachondea Nessie ante mi cara de espanto, logrando que los demás se tronchen de risa.

Cuñadita, será mejor que no hables si quieres que te ayude a cuidar de Jake cuando se caiga borracho en la fiesta, —aconseja mi preciosa novia, defendiéndome. Es imposible no amar a esta maravillosa mujer.

Eso no es problema, Bella —declara tan tranquila Nessie—, mi lobito sabe que si se emborracha, se olvida de que existo. Además, seguro que algún chico se ofrecerá a traerme de vuelta, —sonríe, haciendo que Jacob se ahogue sin siquiera estar comiendo.

Por supuesto que habrá muchos chicos en la fiesta dispuestos ayudar a una damisela en apuros —apunta uno de los chicos del equipo cuyo nombre no me acuerdo. Son tantos y eso que no está ni la mitad.

Estoy de acuerdo con Nessie, si por casualidad James prefiere cogerse una buena borrachera, ahí se queda botado —acota Victoria, mirando con cara inocente a James.

En serio, chicos, una cosa es que beban para pasar un rato divertido y otra que lo hagan hasta quedar idiotas —dice con voz dulce Gianna que se está adaptando de maravilla a nuestro grupo.

Pero así no es divertido, además, no es algo que hagamos de continuo, —refunfuña Laurent, ganándose una mirada envenenada de Irina.

Calmaros, chicas, en ningún momento hemos dicho que nos íbamos a emborrachar al grado que llegó Jasper anoche —asevera molesto Kevin por cómo se están comportando.

Capitán, ¿qué tienes pensado hacer con los chicos nuevos? —pregunta Ian, cambiando radicalmente la conversación, lo que agradecemos todos los chicos de la mesa, antes de que algunas chicas salten a la yugular de sus novios.

Todavía no lo sé, tendré que observar cómo se desenvuelven en los entrenamientos —contesta rápidamente Justin.

Pero siendo los sobrinos del rector y ya viniendo elegidos del instituto por el ojeador, no podrás ponerles muchas pegas —asegura Ryan preocupado por su amigo.

Es cierto, pero si no dan la talla, pues lo siento, no dejaré que el equipo pierda solo porque un par de niños de papi, que han entrado por enchufe, quieran jugar, —ratifica mi casi cuñado, dejándonos a todos con la boca abierta.

Tendrás problemas con ellos, —le reprende preocupado Jhonny.

Prefiero tener problemas que perder el campeonato. Hemos trabajado muy duro estos meses en el campamento para estar preparados para que ahora vengan dos enchufados y destruyan todo, pero si ellos saben lo que hacen, no dudaré en darles una oportunidad —asevera Justin con total franqueza.

¡Así se habla! ¡Este es nuestro capitán que no se deja amedrentar por nadie! —exclama Paul y el resto silva en acuerdo.

Por fin, aparecen dos camareras que prácticamente se vienen resbalando con su propia baba, recorriéndonos a todos los chicos de arriba abajo con la mirada, parece que en cualquier momento saltarán sobre alguno de nosotros. A mi brujita parece que le pica la silla porque salta al regazo de Justin en un periquete, mi Bella se pega a mí y comienza a repartir besos por mi cuello. Mierda, me va a volver loco. Nessie empieza a besar a Jacob, qué digo besar, se lo está devorando. Martha resulta ser más discreta, presta su atención a Pooh y por ende Emmett hace lo mismo. Victoria, Irina y Maggie son más directas, ya que les dan varios pellizcos a sus parejas para que no les presten atención. Gianna no necesita hacer absolutamente nada, porque Thomas pasa el brazo por su espalda y Ginn recuesta su cabeza en su hombro. Me alegra ver a mi amigo, mejor dicho hermano, feliz, parece que las cosas funcionan estupendamente entre ellos.

Todos hacemos nuestros pedidos, aunque tenemos que repetirlo varias veces, ya que las camareras están más pendientes de nosotros que de tomar nota. En el momento en que se encuentran lo suficiente alejadas, la mesa estalla en risas.

Capitán, tengo una duda. ¿Serías capaz de quitar a uno de nosotros por meter a los nuevos? —cuestiona con curiosidad Ian.

Los pondré a prueba, aunque estoy seguro de que no darán la talla por lo que vi cuando hicimos la selección. Además, este año contamos con Stephan y Jared para esos puestos y difícilmente los podrán superar. —Los chicos aplaudieron, llamando la atención del resto de clientes que nos miran como si estuviésemos locos—. Pero de una cosa debéis estar seguros, no permitiré que por capricho de nadie, incluidos vosotros, vayamos a perder el campeonato. Este año vamos a llegar a la final y ganar, no quiero quedarme en las puertas del CFCG como nos ocurrió la temporada pasada, —reitera serio, dejándonos a todos flipados.

Jamás imaginamos ver así a Justin, ahora entiendo porqué es el capitán, sabe lo que hace y, como se suele decir, tiene los huevos bien puestos.

¡Joder, Justin! Nunca te había visto en plan sargento —exclama sorprendido Jacob.

Eso no es nada, ahora está suave porque tiene a la princesa a su lado —dice Jhonny, guiñándole el ojo a mi hermanita.

Aquí están sus pedidos. —Ni cuenta me doy de que las camareras han llegado, es más, se equivocan a la hora de colocar nuestra comida y bebida, ya que ponen las cosas como quieren y no como corresponde. No obstante, no comentamos nada para no tenerlas más tiempo revoloteando y babeando a nuestro alrededor.

En serio, capitán, no mires de esa manera a las chicas, vas a conseguir que se desmayen, —se cachondea Brad riéndose y todos unimos a él.

Claro, por eso fue a mí al que casi le ponen el plato de sombrero, —se burla Justin ahora riendo, ya que por poco a Brad casi le echan encima el plato de comida.

Sí, pero fue porque no paraban de mirarte, todo ha sido culpa tuya —le replica guasón Brad. Es imposible aburrirse, uno se lo pasa en grande con ellos.

Déjalos, nene, es pura envidia por no ser tan perfectos como tú, —defiende mi hermanita y un conjunto de silbidos se escucha por todo el local, haciendo que mi brujita se sonroje y esconda su rostro en el pecho de Justin.

Tienes razón, mi niña, dejemos que se mueran de envidia —dice Justin, siguiéndole el juego para que no se sienta tan avergonzada.

A merendar, niños, —afirma el maduro de Emmett—. No podemos permitir que a los chicos del equipo se les pase la hora de la merienda, deben estar bien nutridos para rendir en los entrenamientos y en el partido. El que sean los mejores no es por arte de magia, es gracias a su esfuerzo y a su buena alimentación, —toma el batido de frutas de Martha y lo pone al lado de su rostro como si fuera un anuncio—. Deben comer fruta, aunque sea en batido y no se olviden de las verduras, —finaliza con voz grave, consiguiendo que todos nos riamos, incluso Pooh comienza a ladrar, moviendo la cola.

Menudo pelota eres, oso, —se pitorrea mi novia.

Jamás, por quién me tomas, —aparenta estar ofendido—, solamente constato los hechos. No obstante, si aquí los grandes y nobles chicos del equipo se apiadan de este pobre hombre y me quieren donar unos tickets para ir animarles a los partidos, mi edificio es el número tres y mi casillero es el 2257 —añade, simulando inocencia. ¡Cómo puede tener tanto morro!

Vaya —dice divertido Justin, negando con la cabeza, luego de dar un trago a su capuchino—, Se me hacía raro tanta alabanza para que fuera gratis —se ríe y nosotros con él.

Emmett, calla y come —le ordena Lizzie, ganándose un par de ladridos de Pooh—. Tú también, Emmett Junior, deja de gruñir y a comer. —Y de manera obediente, el cachorro empieza a comer y todos explotamos en carcajadas—. Oso, debes aprender de Pooh, mira lo disciplinado que es —agrega, haciendo que las carcajadas aumenten.

Princesa, antes de que me olvide, Natalie y Haley dicen que estás muy desaparecida y que tienen muchas ganas de verte —comenta Brad, sonriéndole a mi hermana—. Solo te prevengo para que sepas que cuando te agarren no te van a soltar, por lo menos en un buen rato. Sus palabras textuales fueron,"Tenemos mucho que contarnos", —imita la voz de una chica y la mesa de nuevo rompe en risas.

Genial, también tengo muchas ganas de verlas. Si van a la fiesta, podremos ponernos al día —dice contenta mi hermana, pero Justin le susurra algo al oído que hace que sonría como tonta—. Si me ven, —se encoge de hombros. Soy el único que sabe lo que tiene planeado hacer Justin ese día y una sonrisa se instala en mi rostro.

¿Quiénes son Natalie y Haley? —pregunta el cotilla de Jacob, pero en verdad a todos les pica la curiosidad.

Unas muy buenas amigas —responde Lizzie—. ¿Verdad, Nessie? — pregunta y nuestra pitufa asiente, sonriendo.

No me digas que tú eres la famosa Vanessa de la que tanto hablan, —afirma Jhonny, sonriéndole a nuestra amiga—. No quiero estar cerca cuando se junten las cuatro, eso sin contar a Rebecca, Sophia y Amanda. —Pone cara de horror, logrando que todos volvamos a reír.

Bueno, además de ser muy buenas amigas de Lizzie, Natalie es mi novia y Haley es la chica de Jhonny, se conocieron al poco tiempo de que la parejita iniciara su relación, y entre ellas, creció una gran amistad —nos explica Brad con una sonrisa.

¡Tengo una idea, cuñada! —dice Bella sonriendo y dando un saltito en la silla por su ocurrencia—. Como hace mucho que no se ven, ¿qué te parece invitarlas a la reunión de chicas que tenemos el sábado en el apartamento? —pregunta risueña mi novia, aunque me sorprende lo de la fiesta, ya que no me ha comentado nada.

Está genial, de ese modo, el resto de las chicas las podrán conocer. Además, por el carácter que tienen, congeniarán a la perfección con nosotras. También se lo puedes comentar mañana a Rebecca en la fraternidad para que les avise a Sophia y a Amanda, —garantiza entusiasmada Nessie. No preguntamos quiénes son las tres chicas, pues sabemos que son amigas de la fraternidad y al parecer también novias de los amigos de Justin.

Me parece perfecto, más tarde las llamaré para comunicárselo, estarán más que encantadas de venir —asegura sonriendo mi brujita—. Has tenido una gran idea, cuñada, os van a caer de maravilla. —Se levanta para chocar las palmas con mi novia al mismo tiempo que el resto de las chicas pegan un grito de felicidad.

Chicos, ese día, la ciudad va a temblar, —confirma simulando miedo Justin—. Menudo peligro van a ser todas juntas. —Pone cara de susto, consiguiendo que todos riamos, no obstante, lleva razón.

¿De qué fiesta hablan? —cuestiona intrigado Kevin—. Lo único que estaba planeado es la comida en casa de Elizabeth y Anthony, —se cruza de brazos, enfocando su vista en las chicas y esperando una respuesta al igual que el resto.

Tiene razón, en ningún momento nos habéis avisado, —añade molesto James.

Y para rematar, no estamos invitados. Menudas novias os habéis echado que no os tienen en cuenta, —agrega Emmett metiendo cizaña.

Hermanito, es una reunión de chicas y hasta dónde sé, tú eres un chico, a no ser que te hayas hecho un cambio recientemente, —se mofa mi Bella, dejando sin palabras al oso, y la risas no tardan en hacer presencia. Dios, cómo amo a esta mujer, es increíble.

Bromas aparte, lo mínimo es que supiéramos de vuestros planes, —protesta enfurruñado Laurent.

Chicos, relajaos, solo estamos a martes, estoy seguro de que mañana o pasado nos habrían avisado —acota Thomas con una sonrisa y de lo más tranquilo, intentando apaciguar el ambiente.

Exacto, mañana os lo pensábamos decir, pero antes debíamos hablar con Bree, ya que todavía no lo sabe —responde Maggie, haciendo que los chicos se disculpen con la mirada.

Y ahora que ya se han enterado, no cuenten con ninguna de nosotras para el sábado en la noche, tenemos una fiesta a la que acudir —anuncia sonriente Irina, chocando las palmas con Vicky que está sentada a su lado.

Victoria, porqué no se lo comentas a Katherine, sería estupendo que se animara a venir, cuantas más seamos, mejor, —propone sonriendo Martha a lo que las chicas gritan en afirmación.

Contad con ello, seguro que vendrá, mi amiga se apunta a todo, —garantiza riendo Vicky.

¿Qué os parece que mañana o el jueves en la tarde nos juntemos para comprar todo para la fiesta? —pregunta Gianna con una inmensa sonrisa, mirando de manera cómplice a las chicas, quienes asienten felices.

Cada vez me daba más pavor la dichosa velada.

Chicos, ya que las chicas tienen planeada su noche del sábado, creo que nosotros también deberíamos planificar una pequeña reunión en la fraternidad —comenta Jake y todos asentimos. Me parece una gran idea tener una noche de chicos—. Por supuesto, estáis invitados —les dice a los chicos del equipo, quienes rápidamente miran a Justin que de inmediato niega con la cabeza.

Sintiéndolo mucho, tenemos que rechazar la invitación —dice Jhonny con cara de pena—. Hay una serie de normas que debemos cumplir, muy a nuestro pesar, —suspira derrotado, logrando que Justin suelte una carcajada.

No es justo, capitán, que por vivir ahí tú puedas disfrutar y nosotros no. Las reglas son iguales para todos, —protesta Ryan con un gracioso puchero.

Esa es la razón por la que tampoco asistiré, me quedaré a dormir en el apartamento, —les aclara divertido Justin.

¿Por qué no vas a estar en la reunión ni a dormir en la fraternidad? —cuestiono entre intrigado y curioso, al igual que el resto de nuestros amigos, excepto mi brujita que, por la sonrisa que tiene, se entiende que lo sabe.

Fácil, hay unas directrices que debemos cumplir el día antes de un partido —responde sonriente mi casi cuñado.

¿Y se puede saber cuáles son? Me pica demasiado la curiosidad —inquiere el chismoso de Emmett.

Son de lo más sencillas, —suspira Paul —, no beber alcohol, no practicar sexo, no ir a fiestas y nada de trasnochar, —dice enumerando con los dedos y, sin poder evitarlo, todos rompemos en risas por las caras de sufrimiento de los chicos.

Vaya putada, chicos, os compadezco —digo con comprensión, solo pensar en tener prohibido pasar una noche con mi Bella, me da algo—. Ahora comprendo porqué vosotros no quedabais los sábados por la noche, —señalo riendo a Justin y a mi brujita, la cual me saca la lengua, haciendo que todos estallemos en carcajadas.

Quédate tranquilo, vampirito, te aseguro que aprovechábamos bastante bien el resto de los días —me responde sonriente mi hermana, haciéndome un guiño.

Ten por seguro que ese día no me evitaba para nada hacer que mi niña estuviera muy, pero muy contenta —me contesta Justin con un guiño, logrando que la mesa estalle en carcajadas.

¿Podríamos cambiar de tema? —digo, estremeciéndome y ganándome una mirada burlona por parte de mi casi cuñado y mi hermana—. Aunque sé de sobra que mi brujita no es una santa, no me interesa en absoluto saber lo bien atendida que estaba, —sugiero con cara de horror y todos se empiezan a reír.

No sé porqué me da que la fiesta de la Hoguera va a dejar a muchas parejitas muy bien atendidas, —se cachondea James.

¿Qué es lo que tienes en mente? —inquiere Victoria, sonriendo maliciosa.

Mi boca es una tumba, mi amor, lo lamento —responde James, imitando cerrar su boca con una cremallera.

Ni que lo digas, amigo, ten la seguridad de que muchos que ni se imaginaban emparejados, amanecerán de lo más felices a causa de la noche tan movidita, —se burla Laurent que seguro tiene a alguien en particular en mente, sin embargo, prefiero no preguntar.

O en cambio sumamente frustrados por alguno que otro gatillazo, —se mofa Jhonny, mirando de reojo a alguno de sus compañeros, pero no me da tiempo de fijarme en quién.

Estimado amigo, nuestro cuerpo tiene más formas de cómo dejar satisfecha a una chica a pesar de eso, solo hay que saber como hacerlo —argumenta chistoso Brad, haciendo que los del equipo rían estruendosamente. Seguro que es un chiste privado bastante divertido, por lo que estoy dispuesto a preguntarle a mi futuro cuñado.

Queriendo quitarme la duda, dirijo mi atención a Justin. ―Cu... ¿Cuándo será la presentación oficial de los miembros del equipo? ¿El mismo día del desfile o antes? —pregunto, intentando arreglar que por poco se me escapa llamarle cuñado a Justin.

Se hará el mismo día del desfile, solo que los de básquet, vóley, baseball, waterpolo, soccer, atletismo y gimnasia realizarán sus presentaciones por la mañana en distintos horarios y en sus respectivas instalaciones deportivas, mientras que la nuestra será por la tarde, en el centro de entrenamiento, ya que el estadio estará siendo preparado para el partido. Lo que todavía no está claro es la hora, depende del coach, pues a primera hora por la mañana tenemos la presentación ante los medios de comunicación en el Rose Bowl —responde mi cuñado con un guiño, dándome a entender que sí se ha percatado, y seguro mi hermana también, pero no ha comentado nada.

Wow, vamos a poder conocer el nuevo Wasserman Center, —salta emocionado Jacob—. Lo malo es el día, pensaba poder librarme de alguna clase el jueves —dice lo último con fastidio.

¡Mierda! También tenía la ilusión de librarme de la cara de asco de la profesora Jeniffer durante dos días, —se queja Irina con una mueca de lo más graciosa.

Vamos, chiquita, tampoco será para tanto, —la alienta Laurent, acariciando su mejilla.

Te comprendo, Irina, yo también tengo un "agradable profesor", sin embargo, lo miro por el lado positivo y divertido —comenta Nessie, haciendo énfasis en agradable profesor.

¿A qué te refieres, pitufa? —cuestiona sonriendo Thomas—. ¡Vamos, cuenta! —Ríe, animándola.

Sencillo, me imagino a los agradables profesores en situaciones de lo más cómicas. Por ejemplo... —se golpea la barbilla con el dedo mientras piensa— ...figúratelos vestidos con un tutú rosa, bailando en la fiesta de la Hoguera — dice sonriente nuestra pitufa. consiguiendo que explotemos en carcajadas. Nessie es increíble, siempre viendo el lado gracioso a las cosas.

¡Me encanta! Es más, creo que vosotras deberíais poneros unos tutús para la fiesta, estaríais de los más sexys —comenta con guasa Emmett, llevándose varios golpes de las chicas que tiene cerca—. ¿Qué? —dice con cara de inocencia.

El único que irá con tutú si no se calla eres tú, Emmett Swan, —le reclama mi muñequita, consiguiendo que el grandote de nuestro amigo pierda el color.

Solo fue una broma. hermanita, tampoco es para que os pongáis así —apunta el oso, restándole importancia.

Pues yo pienso ponerme una minifalda que me compré la semana pasada y qué mejor día, bueno noche, para estrenarla —comenta Martha como si nada, haciendo que Emmett se ahogue con la cerveza.

En cambio yo prefiero llevar unos jeans y más en las fiestas. No me gusta tener que soportar a los babosos que se aprovechan a la hora de bailar para intentar manosearte o rozarte las piernas o que se te caiga algo de bebida encima, mojándote entera —explica mi Bella y mis manos se cierran en puños ante el pensamiento de cualquier baboso poniéndole una mano encima a mi novia, el sujeto iría directo a hacerle una visita al dentista al día siguiente por todos los dientes que le rompería.

Tienes toda la razón, cuñada, voto por los jeans, mucho más cómodos —secunda Lizzie, chocando las manos con Bella.

Nosotros votamos por las minifaldas, ¿verdad, chicos? —inquiere un sonriente Jacob y todos los chicos asienten sonrientes menos Justin y yo que somos demasiado celosos.

¿De verdad? —pregunta inocente Nessie y todos asienten— ¡Pues ponéroslas vosotros! —Tanto las chicas como Justin y yo estallamos en carcajadas al ver sus caras de espanto.

Mierda, pitufa, nos has puesto una estampa mental de lo más impresionante —afirmo entre risas, simulando escalofríos y haciendo que el resto también ría.

Basta, dejen de traumatizarnos con imágenes nuestras en minifalda, —pide James, señalando a todos los chicos de la mesa, incluido él—. ¿Qué les parece una apuesta? —Sonríe travieso, elevando una ceja.

¿En qué consistiría la apuesta? —pregunta Emmett, seguido de Jake, que aman apostar.

Apostemos sobre qué equipo tiene más afición en el desfile —contesta James.

Eso es fácil, son los de fútbol americano y todos vais apostar por ellos. Menuda tontería —afirma mi brujita, recostando su cabeza en el hombro de Justin.

Peque, no había terminado de hablar, a veces eres insufrible, —gruñe James, haciéndonos reír—. Y respecto a la puesta, me refiero al resto de los equipos, incluidos los femeninos. ¿Quién se anima? —Sonríe, cruzándose de brazos.

De inmediato, todos, incluidos los chicos del equipo, hacen sus apuestas, las cuales son anotadas por mi novia en uno de sus cuadernos. En el momento en que Bella les pregunta a Justin y Lizzie por quién apuestan, Ian interviene.

Ellos no pueden participar, —afirma con una sonrisa mientras sus compañeros asienten divertidos.

Si lo hacen, no habrá emoción. La parejita tiene mucha suerte —añade Paul con una graciosa mueca y, sin poder aguantarnos, volvemos a estallar en carcajadas, no sin antes excluir a nuestro amigo y a mi hermana.

¿A qué se refieren con eso de que la parejita tiene mucha suerte? —pregunta curioso Kevin, señalando a mi hermana y a nuestro amigo.

Cada vez que nos reuníamos para ver algún partido, surgían las apuestas y la mayoría de las veces este par salía victorioso —explica risueño Ryan.

¿Os acordáis de aquella vez que jugaban los Dolphins contra los Cardinals? ¿y la princesa y el capitán ganaron? —recuerda divertido Brad, logrando que Lizzie esconda su cara en el cuello de Justin mientras dice,"No cuentes eso por favor", consiguiendo que nuestra curiosidad aumente.

Como para no acordarnos. Este par nos hizo atenderles con delantal de encaje y gorrita, como si fuéramos empleadas del hogar, durante una semana —nos cuenta divertido Jhonny mientras coge un plato, simulando ser una camarera y haciendo que rompamos en carcajadas. Habría sido algo digno de ver.

En serio, sois tremendos, cuñada —asevera entre risas mi Bella.

Eso no es nada en comparación con lo que ellos nos hicieron cuando nosotros perdimos, —protesta Justin, abrazando a Lizzie.

No fue para tanto, capitán. Luego ayudamos a quitarlo, —se defiende gracioso Paul.

¿Que no fue para tanto? —dice, negando con la cabeza— Entraron en mi apartamento y colgaron varias fotos gigantes de los jugadores del equipo rival en el techo de mi dormitorio. Podréis imaginaros la semana de pesadillas que tuvimos —sentencia molesto Justin, sacando de nuevo las risas de todos.

¿Tuvimos? —Sonríe maliciosa Maggie—. Mejor habla solo por ti Justin, que seguro Lizzie se recreó con la vista. Porque, por muy rivales que sean, hay que reconocer que están muy buenos, —bromea nuestra amiga, consiguiendo que las risas aumenten.

Ni de coña, para qué quería ver a esos tipos enclenques cuando tenía al más perfecto de todos a mi lado, —defiende Lizzie, provocando silbidos y burlas por parte de todos.

Joder, Justin, pásanos la receta. Mira que eso de que tu chica tenga ojos solo para ti hoy en día es tener mucha suerte —dice sonriente Laurent.

Lo único que debes hacer es tenerla muy bien atendida...en todos los aspectos, tú me entiendes —contesta mi casi cuñado, guiñándole el ojo, y me tapo los oídos de manera teatral.

Chicos, en serio, ese tema no me interesa en absoluto. Mejor hablemos de quiénes serán los conductores designados y con qué coche iremos a la fiesta, —propongo, cambiando por completo la conversación. Por mucho que amo a mi brujita, hay temas de los que es mejor no tener conocimiento.

En lo que a mí respecta, me llevaré mi propio medio de transporte, digamos que necesito libertad para moverme —nos confirma Justin, sonriéndome de manera cómplice porque sé a qué se refiere, es algo que para nada divulgaría, es nuestro secreto.

Tienes razón, lo mejor es que cada uno nos llevemos nuestros autos así nos podremos marchar cuando nos apetezca, sin estar a expensas de nadie —acoto sonriente, pasando mi brazo por los hombros de Bella y acercándola a mí.

Que no se os olvide que hemos quedado todos para desayunar el viernes en nuestro apartamento y desde ahí marcharnos juntos a ver las presentaciones, —nos recuerda con una preciosa sonrisa mi Bella.

Nessie, amor, el jueves me quedaré a dormir contigo, así no tendré que madrugar —asevera Jake, haciéndonos reír, no le gusta nada levantarse temprano.

Me encanta la idea, pero no había necesidad de decirlo delante de los amigos —responde pícara nuestra pitufa que a todo le encuentra el doble sentido.

¡Mierda, paren de una vez con el temita! Pitufa, sé que no eres ninguna santa, pero eso no quiere decir que me interese saber las cosas que hacen —apunta Thomas, dirigiéndose a su hermanita y a Jake.

Mira que hermanitos tan puros e inocentes tenemos, Lizzie, que solo van de la manita con sus novias. Espero que no se las dejen muy sudadas —replica Nessie, picándonos y consiguiendo que todos se tronchen de risa.

Te garantizo que mi hombre me tiene demasiado bien atendida y me hacer sudar todo el cuerpo, no solo las manos —asegura mi Bella, logrando que ahora sea yo el que parezca un farolillo.

¡Joder, Belly, eso no lo digas frente a tus hermanos! —exclama bufando Emmett.

Cierto, hermanita, no me interesa saber cuánto te hace sudar, Edward. Es una imagen mental que no me apetece tener, —gruñe Jake, tapándose los oídos, y todos explotamos en risas al escucharle canturrear,"Lalalalala".

En ese momento, el móvil de Justin suena y, al ver el mensaje, suspira con cansancio. Apenas unos segundos después, varios teléfonos repiquetean al mismo tiempo, haciéndonos saltar en nuestros asientos, y escuchamos un suspiro colectivo por parte de los chicos del equipo.

Nos vamos, chicos, como habéis visto el mensaje en el grupo, el coach nos necesita, así que id terminando, —ordena Justin con una voz de mando que jamás le hemos oído mientras marca un número de teléfono—. Stephan, soy Justin, en el estadio en treinta minutos, el coach quiere vernos. —Estoy impresionado de cómo mi casi cuñado se maneja, ahora no es nuestro amigo, sino el capitán del equipo—. Ok, perfecto, nos vemos allí, no os retraséis, —se despide, dando por finalizada la llamada antes de ponerse de pie y, sin que nadie se dé cuenta aparte de mí, deposita unas llaves en el regazo de mi brujita.

Entonces, nos encontramos más tarde en la fraternidad —le digo rápidamente sonriendo.

Sí, espero que la reunión sea rápida. Se suponía que estábamos libres hasta mañana —comenta con una mueca de desagrado, sacando risas de la mesa, incluidas las de sus compañeros.

Ojala y así sea, amigo, tómatelo con calma —aconsejo con una sonrisa.

Chicos, ¿terminaron? —inquiere con seriedad de nuevo mi amigo, aunque suena más a orden, y todos asienten, dejando dinero en la mesa antes de levantarse y despedirse de nosotros con una sonrisa, para luego comenzar a salir del local.

Justin, te vienes conmigo, ¿no? —pregunta Jhonny y Justin asiente con una sonrisa.

Nos vemos después, mi niña —dice con voz dulce Justin, besando su frente, y mi brujita besa su barbilla. No es porque sea mi hermana, pero se mira tan tierna.

Paciencia, nene, nos vemos en un rato, —se despide mi hermanita, juntando sus frentes. Ambos suspiran con decepción antes de separarse y que nuestro amigo se despida de nosotros, para encaminarse hacia la puerta.

Lizzie se queda observando a Justin hasta que lo pierde de vista y todos nos quedamos en silencio con una sonrisa. James junta los dedos como diciendo,"Falta muy poco para que estén juntos", a lo que todos asentimos con una divertida sonrisa al mismo tiempo que levantamos nuestros pulgares.

¡Allí se va nuestro amigo a ponerse en su papel de capitán! —exclama sonriente Thomas, señalando a la puerta y rompiendo el silencio que se ha instalado en la mesa, lo cual agradezco, sino mi brujita se dará cuenta de que todos nos hemos quedado observándola.

De verdad que me ha sorprendido ver a Justin hablarles con tanta autoridad a los chicos, —alaba Irina con un silbido para nada femenino, sacando las risas de nuevo.

Hasta parece un hombre, menuda seriedad, —bromea sonriente Emmett.

Es un hombre formidable y un gran capitán, por esa razón está donde está —habla Lizzie, defendiendo como siempre a Justin—, o acaso pensabais que era por su cara bonita, —nos reta con la mirada.

Peque, es que nos ha dejado impresionados, jamás lo habíamos visto en acción fuera del campo, —nos sonríe James—. Mira que no es el más robusto, pero controla a los chicos bastante bien, y todos le tienen un inmenso respeto —comenta con admiración.

Es cierto, ver para creer, con lo calmadito que es, que parece un borreguito al lado de Lizzie, y con los chicos del equipo se convierte en todo un león —asevera Victoria, levantando sus pulgares y haciéndonos reír.

Te puedo garantizar, amiga, que conmigo también podía ser un león —dice, moviendo las cejas sugerentemente y logrando que estallemos en carcajadas—. Vosotros solo le habéis conocido en plan suave, de amigo, sin embargo, como capitán debe mostrar su carácter y lo que habéis presenciado no es nada —añade mi hermanita y le brindo una agradecida sonrisa por no seguir con lo antes mencionado. Un pequeño temblor recorre mi cuerpo, no tengo ningún interés en saber qué tan león puede ser mi amigo con ella.

¿Te ocurre algo, amor? —me pregunta Bella al notar la sacudida de mi cuerpo.

Solo que me encantaría poder jugar al león y la ovejita contigo y comerte entera —le susurro en el oído y luego mordisqueo el lóbulo de su oreja, consiguiendo que un pequeño y bajito gemido escape de sus labios y que sus mejillas se sonrojen.

Joder, Edward, no le digas cosas obscenas a mi hermanita al oído que estamos delante, —gruñe molesto Jacob―. Además, nos encontrábamos hablando de Justin, hay que aprovechar que no está para poder charlar de él lo que queramos.

Te aconsejo que aproveches cuando yo no esté, Jacob Swan, porque te aseguro que tiene quién lo defienda, —le amenaza Lizzie.

Sólo vamos a hablar de lo responsable y buen capitán que es, —sonríe Jacob inocentemente—. Se fijaron que en el momento en que sonó el móvil, puso a todos firmes y llamó a Stephan y a Jared para avisarles, es de lo más disciplinado —rectifica rápidamente, logrando que todos riamos.

Amigo, reconoce que le temes a nuestra pequeña Lizzie, —se burla Kevin, originando que las risas aumenten ante la cara sorprendida de Jake.

Mejor así, Jacob Swan, o te garantizo que mi mejor amiga estará bastante ocupada como para poder tener tiempo contigo, —advierte Lizzie, asustando a Jacob que, debido a su cara, nos confirma la veracidad de las palabras anteriormente dichas por Kevin. Menudo miedoso.

Nosotros te apoyamos, Lizzie, no queremos quedarnos sin entradas por las tonterías de Jacob. Mira que ver a los Bruins cuesta una pasta, incluso teniendo el descuento por ser estudiantes de la universidad, —secunda sonriente Laurent, a lo que todos asentimos.

Vaya amigos tengo que prefieren las entradas a mi amistad, —se queja de manera dramática Jacob, simulando sollozar.

No dices más que chorradas, hermanito. Cada vez estoy más convencida de que te equivocaste de carrera, deberías haberte inscrito en arte dramático para aprender a ser un buen actor porque eres pésimo ahora —afirma hastiada mi Bella, haciendo que todos rompamos en risas menos el aludido, que tiene el ceño fruncido.

Lobito, eres un hombre muy guapo, pero calladito todavía te ves más bonito —acota con voz dulce Nessie, acariciando su mejilla, mientras que nosotros seguimos partiéndonos de risa.

Peque, ¿por qué los chicos del equipo te llaman princesa? —pregunta James, ya se me hacía raro que no lo hiciera, es demasiado cotilla.

Es una larga historia, —suspira teatralmente—. Desde tiempos remotos, cuando los miembros del equipo de fútbol americano querían que sus novias o parejas sobresalieran, decidían ponerles un apodo especial y único para que se identificaran como parte del grupo. En el momento en que inicié mi relación con Justin, me adoptaron e hicieron una pequeña ceremonia donde me bautizaron con el apodo de princesa —nos explica mi brujita, concluyendo su relato y dejándonos a todos en shock.

Wow, eso es fantástico, siempre te recordarán entonces —comenta emocionada Gianna.

Y las chicas que mencionaste antes, ¿también tienen sus propios apodos? —pregunta curiosa Martha.

Sí, el apodo de Natalie es ninfa y el de Haley es hada —contesta sonriente mi brujita al nombrar a sus amigas.

Nunca nos hablaste de ellas, de hecho, si no las nombran ni nos enteramos, —protesta Emmett cruzándose de brazos.

Chicos, de verdad que no quiero ofenderlos, pero tengo más vida fuera de nuestro círculo y por lógica más amistades en las que están ellas. Además, el sábado en la fiesta las conocerán y verán lo simpáticas y divertidas que son —aclara con total sinceridad. Esa es mi hermanita.

Es de lo más entendible. Ya estoy deseando conocerlas, seguro que son unas chicas muy majas, nos lo vamos a pasar genial el sábado —expresa mi Bella, respaldando a mi brujita. Ven porqué la amo cada vez más.

Chicas, las conocí este verano antes de irme a Detroit y son la bomba. Me lo pasé fenomenal —afirma con un gran sonrisa Nessie— ¡Va a ser una noche magnifica! —exclama entusiasmada, saltando en la silla y logrando que todos riamos de nuevo.

Apenas nos da tiempo de componernos de las risas cuando el móvil de Lizzie comienza a sonar y, por querer contestar deprisa, pone por error la llamada en altavoz.

Hola, nene, —saluda mi brujita con una tonta sonrisa.

Hola, mi niña, me urge que me hagas un favor —habla con voz dulce Justin.

Claro, dime qué necesitas —contesta rápidamente mi hermana.

¿Me podrías traer el libro de jugadas que está en el apartamento? Se encuentra en el armario, en el compartimiento de en medio —le explica.

Por supuesto que sí, enseguida te lo llevo —responde Lizzie, levantándose de la silla.

Peque, necesitas que... —comienza a hablar James, pero es cortado por la voz de Justin.

Mi niña, coge mi coche, ni se te ocurra venir en autobús —asevera riéndose al notar que está en altavoz.

Sí, estate tranquilo, nos vemos ahora, —asegura y de fondo se escucha al entrenador hablar, "Si vamos por un falso ataque por la izquierda, Justin puede tener despejado el camino por la derecha para lanzar al receptor o anotar él directamente". Wow, están en plenas estrategias. Todos prestamos atención, pero no podemos escuchar más, ya que Justin habla.

Te espero, mi niña, gracias, —se despide, dando por terminada la llamada.

Hey, espera, quiero que me expliques un par de cosas, por favor —inquiere Emmett molesto.

Habla rápido que tengo bastante prisa, —le apresura mi hermana.

¿Cómo es que vas a conducir el intocable? ¿Y cómo vas a entrar al apartamento si no te ha dejado la llave? —cuestiona Emmett, cruzándose de brazos. En cambio yo me río por cómo ha llamado al auto de Justin y es que nunca se lo deja a nadie, bueno, mejor dicho a casi nadie.

Voy en su coche porque me lo ha pedido y, como ves, me ha dejado la llave... —muestra el llavero con el escudo del equipo— ...y entraré al apartamento con mi llave, —le aclara mi brujita.

¡Cómo que tienes llave! —exclama Emmett, alzando la voz.

Primero que nada, no levantes la voz —suspira irritada por el interrogatorio—. Mira, te daré la versión rápida, ¿ok? La tengo desde que éramos novios, no se la regresé ni me la pidió. Ahora, si me disculpáis, tengo un auto que conducir y un recado que hacer, —puntualiza mi brujita antes de girarse teatralmente y salir de la cafetería.

¡Wow, va a conducirlo! ¡Menuda suerte! —exclama James, mirando por la ventana.

Ni que lo digas, desde que conocimos a Justin el año pasado que tengo ganas de probar esa máquina —dice Jake, restregando sus manos.

Es que ese coche es una pasada, no me extraña que Justin lo cuide de esa manera, por eso me sorprende tanto que se lo deje a Lizzie —comenta Laurent, enarcando una ceja.

Si le das lo que Lizzie, tal vez te lo preste —añade Emmett sonriendo pícaro y ganándose varias collejas.

No digas más tonterías, mi hermanita no le está dando nada, —defiendo rápidamente aunque no esté totalmente seguro, pero ellos no tienen porqué saberlo.

¿Y cómo lo sabes, acaso duermes con Lizzie todas las noches? —inquiere de modo peleón Thomas.

Lo único que estoy diciendo es que por ahora no le está dando nada, también sé que no es inocente y pura —aclaro haciéndoles reír.

Olvidaros ya del coche. A mí me impresionó mucho más que tenga llave del apartamento y más habiendo terminado su relación —apunta Kevin.

Es cierto, mira la confianza con la que le describe las cosas, parece como si llevaran años viviendo juntos —agrega con asombro Laurent.

Paren ya, envidiosos, recordad que mantuvieron una relación y luego han seguido siendo grandes amigos —digo intentando zanjar el tema, pero mis amigos son demasiado chismosos.

No jodas, Ed, tuvieron una relación, tiempo pasado, y mi mejor amiga aún sabe donde guarda las cosas —expresa sonriendo Nessie.

Cierto, amor, la relación ya fue. Mira cómo Justin describe y Lizzie rapidito entiende, —secunda mi muñequita, mirándome con una preciosa sonrisa.

No creo que el apartamento de Justin haya cambiado mucho últimamente, —me encojo de hombros—. Repito, mantuvieron una relación, por eso mi brujita conoce bien sus cosas. Dejen de darle tantas vueltas a algo tan simple —acoto sonriendo, son peores que el FBI.

Amor, nosotros tenemos una relación y aún me faltan muchas cosas por conocer —me susurra mi muñequita juguetona.

No te preocupes, amor, que te enseñaré todo —musito sobre sus labios antes de besarlos.

¡Maldita sea, con todas las cafeterías que hay en el campus tienen que aparecer en esta! —exclama con fastidio Maggie, haciendo que pongamos fin a nuestro maravilloso beso.


Comunicaros que en el grupo de facebook "EL jardín de los hechizos de Maya" podéis encontrar los álbumes de los fics, así como adelantos, encuestas y muchas cosas más de mis historias. El link lo tenéis en mi perfil, Os esperamos.

Si queréis disfrutar de clases sobre fútbol americano ahora que se va acercando el partido, nuestra coach, os lo explica encantada en el grupo de Facebook.

El Link del trailer tan maravilloso realizado por mi amiga Teresa lo tenéis en mi perfil.

Este capítulo va dedicado a todas/os mis nuevas/os y antiguos lectores, y os doy las gracias por vuestro apoyo a está historia. Estaré esperando vuestros comentarios que hacen superarme en cada nuevo capítulo.

A mis lectoras silenciosas gracias por estar ahí.

Gracias a mis lectoras por tomaros el tiempo de dejar vuestros reviews que me llenan de ilusión y me dan fuerza para continuar.

Muchísimas gracias a todos los que me habéis añadido a favoritos y alertas, también a mis lectoras anónimas gracias por estar ahí.

Dar las gracias a:

Aliena Cullen, Emmaly Swallen , Pauly Mp, Tecupi, Pili, Jde HSos, Kjmima, patymdn, jackie. rys, Car cullen Stewart Pattinson, Adriana Molina, kaja0507, jupy, rosy,canal.10, flaca paz, Adriu, Alixa Cullen, saraipineda44, cavedano13, Cary, Esmeralda C, Isa Labra Cullen, Paz, Liduvina, Isabella Swallen, caresgar26, cry, piligm, Lyra, Laury D, CelyJoe, AngieSCullen, Chiki Garcia, Sambita 74, ClaudiaHernandez, BreezeCullenSwan, Danny VasquezP, Vero Grey Cullen, ShirlyM. Cullen

Si me faltó alguien por dar las gracias, por favor, mandarme un inbox, y los Guest poner un nombre para poder agradeceros.

Espero sus comentarios y sugerencias de todo corazón.

Muchos besitos y mordisquitos de Edward para todos mis lectores.