DISCLAIMER: Sólo los personajes pertenecen a la maravillosa escritora Stephanie Meyer; la trama de la historia, los lugares y algunos personajes son de mi propiedad.

"Todas mis historias están registradas en SafeCreative. Tenedlo en cuenta al momento de adaptar, copiar, o publicar cualquiera de ellas sin pedir mi autorización"

Beteado por mi amiga Emotica GW, que me acompañara en esta aventura. Mil gracias guapa.

Hola a todas/os:

Aquí os dejo un nuevo capítulo. Espero y os guste.

El link de la Soundtrack lo tenéis en mi perfil

Las canciones del capítulo:

Cruel To Be Kind — Letters To Cloe

Numb — Linkin Park

Just Like Heaven — The Cure


Sensación de Vidas Universitarias.

Capítulo 22 Metedura de Pata

Edward Pov:

Y, para mi desgracia, por la puerta de la cafetería entran mis primas, acompañadas de Tanya, Ángela, Jasper, Félix, Mike y Royce. Menudo grupo.

Eddie, qué emoción encontrarnos, parece que me llamaste por telepatía —chilla cual cerdo Tanya, acercándose a nuestra mesa seguida de mis primas y parte de sus amigos, ya que Renata, Demetri, María y Santiago ya estaban aquí cuando nosotros llegamos—. Los chicos querían ir a otro sitio, pero me empeñé en venir aquí que es mucho mejor y no me equivoqué para nada —habla melosa, aproximándose a mí y automáticamente tomo a Bella para sentarla en mi regazo, donde rápidamente se acurruca.

Hubiera sido mejor que se fueran a otro lado, así podríamos seguir disfrutando tranquilos de la tarde tan agradable que estábamos pasando —murmuro entre dientes.

Ay, Eddie, qué gracioso eres, —me sonríe, intentando ser sexy y consiguiendo que sienta náuseas del asco que me da esta mujer—, Además, tengo una muy buena propuesta que hacerte. Como somos los líderes de las mejores fraternidades de la universidad —apunta, sonriéndole con superioridad a Vicky que la ignora por completo—, ¿Qué te parece que vayamos juntos a la fiesta de la Hoguera? —finaliza Tanya su estúpido discurso con una pregunta todavía más ridícula.

Ni en mis peores pesadillas iría contigo —aseguro, abrazando a mi Bella.

Por favor, Eddie, sería muy buena propaganda para nuestras fraternidades —sigue Tanya con su fastidiosa verborrea.

No, gracias, lo que menos deseo es dar mala publicidad a mi fraternidad —sentencio con una hipócrita sonrisa, consiguiendo sacar las risas tanto de mi novia como de mis amigos.

Ahora que ya soltaste todas tonterías, te invito a que te marches para así poder seguir con nuestra amena charla que tan educadamente interrumpiste —acota con aburrimiento mi novia.

El asunto no va contigo, idiota —insulta Tanya a mi novia.

Me importa una mierda, —suspira irritada—. Lo que todos queremos aquí es perderte de vista de una maldita vez, así que largarte, intento de barbie —dice bastante cabreada mi muñequita.

Vaya, primito, al parecer te conseguiste una fiera de novia, —se burla Rosalie, mirándonos con desprecio.

Así la amo, Rosalie, hasta podría garantizar que es una de las cualidades que me hizo enamorarme locamente de ella —asevero para luego darle un corto beso apasionado a Bella.

Sabía que tenías malos momentos, pero jamás pensé que tuvieras mal gusto —comenta Rosalie, haciendo una ridícula mueca que ha copiado de la barbie mayor.

Mis gustos han mejorado bastante desde la última persona con la que salí —aseguro, sonriéndole a mi novia que acaricia con dulzura mi mejilla.

Amor, ¿dónde se fueron los chicos? —pregunta con voz melosa Alice, recordándome lo que presencié anoche y Jasper se apresura a informarle que están afuera esperándolos.

Será mejor que se vayan, sus amigos los aguardan —digo rápidamente.

Vaya, pensé que la única amargada de la familia era Lizzie, pero al parecer ya te ha contagiado, —se mofa Alice con desdén.

Con mi amiga no te metas, copia pirata de campanilla, o te las verás conmigo, —advierte furiosa Nessie que no permite que nadie hable mal de Lizzie.

Menudo milagro, no me puedo creer que mi primita se fuera sin su siamesa —escupe venenosa Alice.

A diferencia de vosotras que siempre vais en manada como tontas, nosotras tenemos una vida independiente, —afirma con ímpetu mi Bella.

Nadie está hablando contigo, vergüenza de la moda —refuta Tanya.

Ni contigo, fotocopia barata de barbie —murmura Bella.

Crees que por llamarme barbie me vas a ofender, niña estúpida, para tu información, esa muñeca es el icono de la belleza, —gruñe Tanya, acomodándose el cabello.

No me refiero a eso, idiota, sino a lo de plástica y hueca —responde Bella, haciendo que Tanya pegue un grito rabioso mientras que todos en la mesa nos partimos de risa.

Tanya, no le hagas caso a la descerebrada novia de Edward que no sabe ni lo que dice —asevera Alice, mirando con altanería a Bella.

Mejor hablemos de mi primita adorada y de cómo abandonó a sus amigos, —se burla Rosalie, intentando meter cizaña.

Nada más lejos de la realidad. Lizzie está con Justin y para que veas lo generosa que soy, te diré que estaban aquí con nosotros, sin embargo, Justin tuvo que acudir a una reunión de última hora, pero se olvidó de recoger algo en su apartamento. ¿Y adivina a quién llamó para que lo busque? —Se queda en silencio para dar un poco de suspenso—. A Lizzie, y para mayor información, se marchó en el coche de él. ¿Y sabes por qué? Porque se aman con locura, a tal grado que todo lo de Justin es de Lizzie, al igual que todo lo de Lizzie es de Justin. Menuda suerte tiene mi cuñada, ¿no? —le aclara mi novia, remarcando bien sus nombres y dejando a mi prima con cara de tonta.

¡Vaya! Si esta también es una criada de Lizzie, se nos había olvidado —dice con malicia Alice que se salva de que la llame de todo gracias a la educación que me dieron mis padres.

No te equivoques, prima, ellas... —señalo a las chicas— ...son un grupo de amigas que se quieren y apoyan. No las confundas con vosotras que peleáis para ver quién se deja pisotear más por Tanya —escupo de malhumor, mi paciencia está llegando a su límite.

Si que eres tonto al creer eso, Tanya es nuestra amiga, asesora y una gran líder,—defiende Ángela, el clon pirata de Tanya, ni recordaba que se encontraba aquí.

Disculpad, no teníamos la menor idea de que había una sabia fuente de inspiración entre nosotros, —ironiza Bella—. ¿Podrías iluminarme sobre qué color de uñas me quedaría mejor? —Se incorpora de mi regazo y hace una reverencia para luego sentarse de nuevo—. O, mejor, ¿podrías decirme a quiénes de la universidad no te has tirado para poder irme a lo seguro y no sufrir algún riesgo de contagio? —sonríe mi Bella con inocencia.

Mira, zorra, no te permito que me hables de esa manera, —salta histérica Tanya—, además, si no quieres estar con alguien que ya estuvo conmigo, puedes ir diciéndole adiós a Eddie —agrega con voz suave y sonriendo triunfalmente.

No te confundas, Tanya, dije tirado, no que hayas salido alguna vez. Mi novio fue bastante inteligente como para no cometer semejante estupidez —aclara mi muñequita.

Te aseguro que ganas no le faltaron, —ronronea Tanya, revolviéndome el estómago.

Aquí la única que se quedó con ganas fuiste tú, porque de mí ni siquiera un beso conseguiste, fue la peor noche de mi vida —puntualizo, demostrando lo mentirosa que es.

Mejor retírense de una vez, chicas —reclama aburrido James, secundado por unos ladridos de Pooh, dándonos a entender que está de acuerdo.

No me doy cuenta del momento en que Pooh se escabulle de los brazos de Emmet para colocarse al lado de Jasper, donde levanta su patita para mearse en sus zapatos. Bien hecho. El idiota de Jasper trata de darle una patada, sin embargo, Thomas es más rápido y coge en brazos a Pooh antes de que Jasper lo toque, solo que en el proceso se mancha de comida la camisa y parte de la cara.

¡Perro estúpido, mira lo que hiciste! —exclama furioso Jasper, sacudiéndose el pie.

Cariño, ¿te encuentras bien? —le pregunta con dulzura Gianna a Thomas.

Tranquila, cielo, estoy bien, es solo la ropa —contesta mientras se desprende de la camisa, quedándose en camiseta y seguido besa con dulzura a Gianna.

Mira, tu cara también quedó manchada —dice con ternura Ginn mientras limpia con delicadeza el pringue de su cara con la servilleta para luego seguir con sus labios, que en cuanto hacen contacto con la boca de Thomas, se funden en un beso voraz, no apto para el público.

Será zorra aprovechada —susurra con odio Alice, pero solo Bella y yo, la escuchamos.

No os parece que está tardando mucho Lizzie —comenta sonriente Nessie.

Seguro que están gozando bien del tiempo —añade Martha con total naturalidad, ganándose una furiosa mirada de parte de mi prima Rosalie que tiene sus manos cerradas en puños.

Os imagináis lo que es aprovechar el tiempo en ese coche. Wow... —acota emocionada Nessie, brincando en la silla y haciéndonos reír.

Amor, ¿tu auto es cómodo para poder aprovechar el tiempo? —me pregunta Bella con un susurro en mi oído, y... A la mierda estar en un establecimiento público, agarro su hermoso rostro y la beso con toda la pasión, anticipando la promesa de cómo será de fructífero nuestro tiempo en mi Volvo. Escucho los comentarios de los chicos a lo lejos, pero no les presto atención, me encuentro besando a mi muñequita y todo lo demás me da igual.

Vámonos, chicas, que aquí no saben lo que es el respeto, —gruñe Tanya, pisoteando el suelo con sus tacones o algo así, ya que sigo ocupado besando los labios de mi novia.

Tienes toda la razón, aquí solo hay puros exhibicionistas, —refunfuña molesta Rosalie y se la oye alejarse.

Os importaría dejar de comeros, me estáis pervirtiendo al pequeño Pooh, —nos regaña Emmett. Al separarme de los labios de Bella, me giro y resulta que todas las parejas están en la misma situación, excepto Martha y Emmett.

¡Nuestro héroe! —exclama Nessie, cogiendo a Pooh y llenándole de besos para luego entregárselo a Bella que hace lo mismo y así recorre a todas las chicas hasta volver a los brazos de Emmett.

Ese perro sí que tiene suerte —declara un chico que está en una mesa al lado de la nuestra, haciendo que rompamos en carcajadas.

Todavía nos seguimos riendo cuando Pooh empieza a ladrar, mirando hacia la puerta y llamando nuestra atención. En ese momento, vemos la imagen de Lizzie aparcando el coche de Justin enfrente de la cafetería, del cual sale con aires de diva. Seguro sabe que la estamos mirando.

Al observarla más detenidamente, me doy cuenta de que lleva las gafas de sol de Justin, uno de sus mayores tesoros. Increíble, mi brujita hace con mi amigo lo que quiere.

Una vez que entra en la cafetería y se quita las gafas, colocándoselas en el cabello, es cuando me doy cuenta de la verdadera razón por la que ocultaba sus ojos, todavía están un poco rojos y vidriosos. Mi brujita ha estado llorando. Inmediatamente me acerco hacia ella, no quiero que nadie se percate de su estado, en cuanto me ve se lanza a mis brazos, escondiendo su carita en mi pecho mientras la abrazo fuertemente.

¿Qué te ocurre, brujita? ¿Por qué has estado llorando, pequeña? —pregunto preocupado, acariciando su cabello.

No está, bueno sí, aunque solo sus restos, —gesticula nerviosa con sus manos—. Como no alcanzaba para coger lo que me había pedido Justin, lo busqué para subirme y cuando al fin lo encontré, estaba hecho trizas —me explica con un pequeño puchero.

¿A qué te refieres, brujita? —sondeo, atrayéndola más a mí mientras me siento con ella en mi regazo.

A mi taburetito, lo hallé todo destartalado. —Alza un poco la voz por los nervios, logrando que los clientes volteen su mirada hacia nosotros unos segundos antes de que su móvil comience a sonar, pero al ver que no tiene intención de responder, lo hago yo.

¿Mi niña, estás bien? —inquiere rápidamente Justin sin dejarme hablar.

Ha llegado mal y se encuentra algo nerviosa —contesto mientras observo a mi brujita que intenta disimular su malestar.

¿Qué ha ocurrido? —pregunta asustado—. Me entregaron el libro de jugadas, diciendo que lo había traído y cuando salí en su busca, ya no estaba —dice con la preocupación evidente en su voz.

Se encontró con el taburetito destrozado —explico. Él mejor que nadie sabe el aprecio que le tiene mi hermana a su taburete.

Mierda, sabía que esto podría pasar y más, después de su charla con la psicóloga, —suspira—. Voy para allá —me avisa rápidamente, finalizando la llamada.

Peque, no te parece que es algo exagerado, es solo un taburete, que Emmett te compre otro y asunto resuelto —dice con voz dulce James, no soporta verla triste.

¡¿Por qué carajos lo rompiste, Emmett Swan?! —le grita Lizzie con los ojitos vidriosos.

Solo quería coger las cosas que se encontraban en la parte superior del armario, —se defiende el oso asustado que no entiende la actitud de mi hermana.

Alcanzas perfectamente, no tenías porqué profanar mis cosas —asevera mi brujita con los brazos semicruzados.

No sabía que era tuyo, pensé que era de Justin, —se intenta justificar Emmett.

Claro y Justin va a tener un taburete blanco revestido de madera con flores moradas para él, —suelto con ironía.

Venga, Lizzie, tampoco es para tanto, no seas dramática, —protesta Emmett, ganándose una fulminante y furiosa mirada de parte de mi brujita.

Escuchamos abrir la puerta con fuerza, seguido de unos apresurados pasos y al girarnos vemos a Justin que se acerca a mi lado y acaricia con dulzura el rostro de Lizzie que le da una triste sonrisa antes de lanzarse a sus brazos. Justin la abraza firmemente mientras le susurra algo al oído, logrando que una pequeña risa salga de sus labios y seguidamente se sienta en la silla que está a mi lado, con ella en su regazo.

Tranquila, mi niña, todo estará bien, —acaricia sus manos—. No quiero contemplar esa tristeza en tus ojos, me parte el alma verte así —susurra en su oído como si se tratara de un pequeño secreto que puedo escuchar al estar sentado a su lado.

Pero era mi taburetito —murmura con un gracioso puchero mi brujita.

Tranquila, mi niña, puedo comprarte otro —asegura con tono conciliador Justin.

Sabes del valor que tenía para mí, me lo regalaste el día que me entregaste esto —dice sacando unas llaves de su bolsillo. Ahora comprendo mejor la razón de su disgusto.

Por supuesto que lo sé, sin embargo, ya no viviré allí, —sonríe extrayendo otro juego de llaves del bolsillo de su pantalón. Cómo lo hace, no lo sé, pero hace la maniobra con mi brujita en su regazo—. Ten, ahora viviré aquí, —le entrega las llaves, las cuales reconozco en seguida. Ahora comprendo el motivo por el que me pidió permiso ayer para hacer una copia—. Casa nueva, taburetito nuevo. ¿Qué te parece ir a comprarlo esta tarde? —añade, acariciando su mejilla para luego susurrarle algo al oído que hace que mi hermana asienta con una sonrisa.

Que conste que todavía estoy muy enfadada con Emmett,—afirma con un puchero Lizzie.

Me parece perfecto, —le sonríe Justin dulcemente—. Por cierto, te quedan genial mis gafas, aunque prefiero vértelas puestas. —Le retira las gafas del cabello para ponérselas con cuidado—. Estás preciosa, mi niña, te quedan mucho mejor que a mí —asegura con una sonrisa, mirando embobado a mi brujita que también le mira sonriente.

Esas llaves se parecen a las de… —dice Jake que no puede terminar la frase al ser cortado por Justin.

No se parecen, son las llaves de donde vivo ahora —declara sonriente mi amigo—. Y antes de que me sometáis a un exhaustivo interrogatorio, lo explicaré, uno, porque quiero que las tenga, y dos, mi niña es mi apoyo y sé que si necesito algo, como hoy, puedo llamarla con toda tranquilidad porque sé que me traerá lo que requiero, sin tener que vaciar todo, —mira a James con una sonrisa burlona—, y sin romper nada. —le manda una mirada envenenada a Emmett.

No fue intencional —contestan al mismo tiempo James y Emmett. interrumpiéndole.

Intencional o no, mi niña no lo hace y confío plena y ciegamente en ella —afirma Justin, consiguiendo que mi brujita sonría feliz e incluso unas pequeñas risitas apenas audibles se le escapan de sus labios, pero ninguno de nuestros amigos se percata ya que se encuentran de espalda a ellos. Una idea cruza por mi mente y miro a mi hermana, guiñándole el ojo para que me siga el juego.

Cálmate, mi brujita, no soporto verte mal, —acaricio su cabello—, dentro de un rato, irás con Justin a comprar tu nuevo taburetito —digo con voz dulce intentando ocultar mi sonrisa, quiero ver hasta dónde es capaz de llegar Emmett para disculparse.

¡Quiero mi taburetito! —exclama mi hermana, aparentando tristeza mientras se tapa la cara con sus manos.

Tranquila, mi niña, no te hace bien ponerte así —susurra Justin, prosiguiendo el juego sin dejar de acariciar su espalda.

Oso, creo que lo justo es que tú repusieras el taburetito —asevera Nessie con tono serio que ha comprendido de inmediato lo que estamos haciendo, como la mayoría de nuestros amigos.

Nada es comparable con mi taburetito. Era demasiado valioso para mí —dice afligida Lizzie con total franqueza.

Mi opinión es que Emmett debe compensarte por lo que ha hecho —alega mi Bella, mirando a su hermano con un brillo malicioso en sus ojos—. Oso, rompiste algo sumamente importante para Lizzie, la única solución factible que encuentro para resarcirlo es que les des algo valioso para ti, como el puff azul que tienes en tu habitación, —una satisfactoria sonrisa surca sus labios al observar el pavor en el rostro de su hermano.

¡Mierda, no! ¡Ese puff me costó un mes de trabajo! —clama enojado, alzando la voz.

Te cargaste algo muy apreciado por mi cuñada, no te queda de otra más que recompensarla, —insiste con convicción mi hermosa novia. Todos observábamos con interés la conversación entre los hermanos Swan, como si de un partido de pinpon se tratara.

Escúchame bien, Isabella Marie Swan, nada en este mundo hará que me deshaga de mi puff, —gruñe el oso, cruzándose de brazos.

Muy bien, entonces vete olvidando de comer algo cocinado por mí el resto de tu vida, Emmett Swan —responde mordaz mi Bella y esa es lo peor amenaza que le pueden hacer a este hombre.

Hermanita, es un puff masculino, no quedaría bien en su apartamento, —se intenta justificar Emmett, tratando de salvarse.

Eso no importa, el taburete estaba en el apartamento de Justin, así que lógicamente el puff se quedará en la habitación de él —explica mi Bella y el oso sonríe, si se queda en la habitación de mi casi cuñado, se queda en la fraternidad cerca de él.

No sonrías, Emmett. En el preciso momento en que lo entregues, no tienes permitido volver usarlo —asevera mi novia, sonriendo malévola .Da miedo a veces.

Tendríamos que preguntarle a las decoradoras si quedaría bien con lo que están haciendo en la habitación —dice Emmett, buscando excusas.

Tranquilo, Emmett, que combina a la perfección con la decoración que está haciendo mi madre junto con Carmen y Esme. Si no me crees, puedes llamarla y preguntárselo, —aseguro sonriente.

Mierda, si Eli se entera de que he roto el taburete de Lizzie me desadopta, —suspira—. Chicos, por favor júrenme que no le dirán nada, —nos suplica nuestro amigo, mirándonos con pena.

Emmett, no creo que haga falta decirle nada, en el momento en que no lo vea por la habitación, se dará cuenta —comenta Justin, encogiéndose de hombros.

¡Joder! ¡¿Quévoy a hacer ahora?! —exclama preocupado Emmett.

Fácil, le das el puff a mi peque y todos te ayudaremos a buscar una buena excusa para que Eli no se entere de lo que en verdad ocurrió —comenta James, siguiendo el juego.

Entonces, si le doy el puff a Lizzie, Eli no se entera de lo que pasó con el taburetito y puedo seguir disfrutando de la comida de Bella, —reflexiona el oso en voz alta—. Hecho, pero con una condición,—sonríe travieso y con un brillo maligno en sus ojos que solo augura problemas—. Que nos enseñes el álbum prohibido, —exige tan campante.

Ni lo sueñes, Emmett —asegura tajante mi futuro cuñado.

¿Qué álbum, nene? —le pregunta confundida mi hermana, así que Justin le explica lo ocurrido y por la sonrisa que se forma en el rostro de Lizzie, pobre de Emmett.

Oso, esas fotografías no pueden verse, son solo nuestras y nadie aparte de nosotros puede mirarlas, sería indecente —le aclara mi brujita.

No entiendo porqué, no sé qué puede haber de malo en unas fotos privadas —dice insistiendo el lento de mi amigo.

Oso, recuerdas cuando me llamaste en la fiesta de las Invitaciones y junto con James te gastamos la broma de que estaba teniendo relaciones con alguien —pregunta sonriendo con malicia y este asiente.

Ni me quiero acordar que las imágenes mentales que tuve aún me dan escalofríos, —se queja, poniendo una mueca de asco.

Bueno, pues ahora imagínate verlo en foto y a todo color, —bromea mi hermana, provocando que todos tosamos para disimular nuestras risas mientras que nuestro pobre oso parece pez fuera del agua, abriendo y cerrando la boca sin emitir sonido alguno.

Si lo que me estas queriendo decir es lo que yo creo... —dice al fin Emmett con cara de horror y más al ver cómo Lizzie asiente mientras se acurruca en el pecho de Justin—. ¡Cómo te atreviste a hacer eso! ¡Es solo una niña! —acusa, fulminando con la mirada a mi casi cuñado.

Lo hicimos juntos y de común acuerdo —asegura con tranquilidad Justin, siguiendo la broma.

Te recuerdo, Emmett Swan, que soy una mujer y estaba con el hombre que amo —le replica con voz dura Lizzie, pero con una divertida sonrisa.

Pensé que eras más inteligente, Elizabeth Tiffany Masen, creí que eras una chica lista que no se dejaba hacer ese tipo de porquerías. ¿Dónde has dejado la educación de Eli o Tony? —Niega con la cabeza—. Me has decepcionado y tú —señala a Justin—, te creí más hombre, pensé que respetabas a Lizzie. No son más que un par de inconscientes descerebrados que no piensan —escupe con asco Emmett y me fijo cómo Justin aprieta sus puños, controlando la furia que recorre su cuerpo.

¡Emmett, basta ya! ¡Te estás pasando de la raya y no te lo voy a permitir! —exclamo con rabia por la forma de comportarse y el grave error que está cometiendo.

No me digas qué debo hacer ni qué decir. Es el colmo que te quedes callado, Edward. Ese que dice amar a tu hermana la ha... la ha tratado como a una cualquiera al hacer eso —grita exasperado Emmett y mi hermanita tiene que abrazar fuertemente a Justin para que no se levante y le parta la cara.

¡Vete al infierno, Emmett, qué poco nos conoces! —suelta en llanto mi brujita, escondiendo su cara en el pecho de Justin.

¡Qué lástima! Tú, que dices querer tanto a mi niña, la hieras de esta manera. No sabes cómo te desprecio en este momento, Emmett Swan, y no te parto la cara como te mereces porque no quiero que mi niña tenga que soportar verte ni un segundo más —sentencia bastante cabreado Justin mientras mi brujita se levantaba de su regazo para que pueda incorporarse.

Te vas a arrepentir, Emmett Swan, esta no te la perdono tan fácil, si es que lo hago, —Lizzie se limpia las lágrimas con rabia—. Una cosa es tus idioteces y otra muy distinta es ofendernos así —asevera, refugiándose en los brazos de Justin para luego salir de la cafetería.

Creo que les debes más que una disculpa a Lizzie y Justin, —reprende Martha a Emmett.

Solo me preocupo por ella, —se justifica Emmett.

Pues de muy mala manera. Los conoces mucho mejor que yo y te has portado fatal con ellos. Es más, dame a Pooh, no vayas a pegarle la tontería que te cargas ahora. Me marcho a dar un paseo con él mientras te calmas, —le espeta Martha, colocándole la correa a Pooh para luego salir del local.

¿Se puede saber qué coño te pasa hoy? Primero te comportas como un estúpido en el almuerzo con Edward y Bella. Y ahora vas y te portas como un neandertal con mi mejor amiga —le reclama Nessie con voz contenida—. ¿Tienes idea del daño que le hicieron tus palabras? ¿Puedes imaginar aunque sea un poco lo que debe estar sufriendo? Me decepcionaste, oso, y lo que estoy sintiendo yo no es nada con lo que en este momento debe sentir Lizzie, —se le quiebra la voz al final.

En serio, amigo, la cagaste, pero bien. Lizzie no se merecía ni una sola de tus palabras y tampoco Justin —apunta bastante decepcionado Kevin.

Emmett, creí que Justin te partiría la cara, sabes lo que ama a Lizzie y jamás le haría daño ni le faltaría al respeto —asevera molesto Laurent.

Si de míse tratara, ya te hubiese roto la jeta, Emmett. Tus comentarios estuvieron muy fuera de lugar —asegura enojado Thomas.

No has dicho más que idioteces, deberías utilizar el cerebro para pensar antes de hablar, amigo —suspira James, negando con la cabeza—. Más te vale que arregles las cosas, no quiere ver a mi peque triste por tu culpa, —le advierte bastante molesto.

Hermano, no te mediste. Es cierto que nunca has tenido filtro para decir lo que piensas o sientes, sin embargo, esta vez lo necesitaste con urgencia, fuiste grosero y ofensivo, insultaste a Lizzie y a Justin de la peor forma. ¿Dónde quedo el oso cariñoso que todos amamos? No es justo lo que les hiciste y como mi cuñada te dijo, deberás trabajar mucho para lograr que te perdonen y desde este momento te digo que no cuentas conmigo para ayudarte. Tú solo te metiste en este lío por no pensar, ahora a ver cómo lo resuelves —dice mi novia, dejándome sin palabras al ver cómo quiere y defiende a mi hermanita. No obstante, eso no mitiga la frustración y rabia que me carcome las entrañas.

Las lágrimas de mi brujita, la tristeza en sus ojos por culpa de las estúpidas palabras de Emmett que se me quedaron clavadas en el pecho, hace que ya no pueda callar más y estalle.

Eres un perfecto imbécil, —respiro profundo para calmar las ganas que tengo de agarrarlo del cuello y darle unos cuantos golpes—. No había ninguna necesidad de que trataras de ese modo a mi hermana. Nada de lo que dijiste tuvo sentido por varios motivos. Uno, —levanto el dedo índice—, ellos estaban riendo y bromeando hasta que saliste con tus burradas. Dos —muestro el dedo del medio—, no sé si tu cerebro logre recordar que Justin nos dijo claramente que él nunca le tomaría fotos así a mi hermana porque la ama y respeta. Y tres—levanto mi dedo anular—, Lizzie se valora demasiado como para permitir eso, por mucho que ame a Justin. Su relación está basada en el respeto, ya sea como amigos o algo más y esa es la principal razón por la que jamás, escúchame bien, jamás harían una guarrería como la que diste por hecho que existe en ese álbum.

Inhalo profundamente porque siento mi coraje bullir con más intensidad.—Mira, Emmett, serás mi cuñado y uno de mis mejores amigos, pero en este momento tengo ganas de romperte la cara por idiota. ¿No has visto cómo cuida y protege Justin a mi brujita? Es la niña de sus ojos, por la quedaría su vida y tú te atreves a insinuar que no la ama o que la trata como a una cualquiera cuando creo que ninguno de los aquí presentes, incluido yo, cuida tan bien a su chica como lo hace Justin con Lizzie. ¿Te das cuenta de la cantidad de estupideces que soltaste en pocos minutos? Espero que sí, —reprendo malhumorado, girándome hacia mi muñequita—. Amor, te espero fuera. —Beso su frente y salgo como alma que lleva el diablo, necesito aire fresco con urgencia.

Hermano, sería bueno que reflexionaras para poder solucionar cuanto antes la situación —escucho decir a Jake antes de que se cierre la puerta.

Todavía con la angustia carcomiéndome por dentro, decido llamar a mi hermanita, sin embargo, quien me responde es mi cuñado.

Hola, Edward, dime, —me saluda en un susurro.

¿Cómo se encuentra mi brujita? —pregunto preocupado.

Triste, pero de mejor ánimo, le he prometido quedarme con ella esta noche. Ahora mismo está dormida, dentro de un rato la despertaré para ir a por el taburete —me explica, hablando bajito para no despertarla.

Gracias por cuidar de ella, Justin, —agradezco, respirando mucho más tranquilo.

Ed, sabes que por mi niña doy la vida, —me asegura con sinceridad.

Lo sé, por eso confío en ti. Luego nos vemos, cuídense, —me despido, finalizando la llamada.

Apenas pasan unos minutos cuando salen por la puerta mi Bella, acompañada del resto de los chicos a excepción de Emmett. Nada más verme, mi novia corre a mis brazos que la reciben gustosos, sentirla junto a mí es lo único que necesito para sentirme bien. Nos quedamos un rato charlando con los chicos de trivialidades y ello hace que me relaje por completo. Después de despedirnos, cada uno se marcha con su pareja para poder disfrutar de un tiempo a solas.

Caminamos abrazados por los jardines del campus hasta que llegamos a la zona del parque infantil, donde se encuentra la guardería de la universidad.

¿Me acompañas a comprar un helado? —me pide con voz dulce mi Bella, haciendo un adorable puchero.

Por supuesto, lo que la dama quiera—digo con una sonrisa, haciendo una reverencia para luego abrazarla por la cintura y entre risas nos encaminamos al puesto de helados.

Una vez tenemos nuestros helados, ganando yo la batalla por pagar, nos dirigimos hacia uno de lo más bancos más apartados para sentarnos. De pronto, Bella empieza a reírse como si le estuvieran haciendo cosquillas, consiguiendo que la gente que hay en el parque se la quede mirando, como si le faltara un tornillo.

¿Qué pasa, amor? —pregunto sonriente, observando su cara que está roja de tanto de reír.

Emmett... La cuenta... Se quedó... con la cuenta —me explica entre risas. Entonces recapitulo y es verdad, nadie, aparte de los chicos del equipo, pagó. Sin poder parar de reír junto con mi Bella pienso, Menudo castigo le pusimos sin querer.

¿Crees que debamos volver? —inquiero aún riéndome, pues me estoy imaginando la cara que se le ha debido de quedar al darse cuenta de que le tocó pagar lo de todos.

Nada de eso, así para la próxima piensa mejor las cosas. —La miro sorprendido porque no es rencorosa—. Luego lo compensaré cocinando su comida favorita. Anda, sentémonos a comer nuestro helado a gusto —me dice divertida.

Una vez terminamos nuestros helados, mi Bella se pone sobre mi regazo, recostando su cabeza en mi pecho y depositando pequeños besos por mi cuello mientras ronronea como un gatito, provocando estragos en mi cuerpo.

Amor, detente, —ruego en un susurro con voz ronca.

Mmm... ¿He hecho algo malo? —pregunta inocente, mirándome con una hermosa sonrisa.

Esos ruiditos que haces… Me encanta escucharlos cuando estamos solos... —me acerco a su oído— ...y desnudos —murmuro, mordiendo el lóbulo de su oreja y sintiendo cómo se estremece, sonrío al saber lo que provoco en su cuerpo.

Mi muñequita está apunto de hablar cuando mi móvil suena con la melodía que tengo para Nessie que ella misma había elegido.

Dime, pitufa, —saludo de manera un poco cortante.

Uff…lamento interrumpir, solo quería recordarte que tenemos la reunión de los líderes de las fraternidades y se ha decidido que sea en vuestra hermandad, y también para ver si pudiste localizar a Lizzie que no responde su teléfono —me explica cohibida. Mierda, me había olvidado, menos mal que me ha llamado.

¿A qué hora hemos quedado? —pregunto, sonriendo, al imaginar la cara que tiene Nessie en estos instantes al pensar que nos ha pillado en plena faena.

A las ocho. El resto de los líderes nos encargamos de llevar las pizzas y las bebidas —me comunica con timidez.

Ok, nos vemos en un rato, pitufa, —me despido y rápidamente corto la llamada.

¿Qué quería Nessie, amor? —pregunta Bella con el ceño fruncido por la interrupción.

Recordarme que esta noche nos juntaremos en mi hermandad con el resto de los líderes de las fraternidades para ponernos de acuerdo en los temas que se tratarán en la reunión del jueves —le contesto sin profundizar en el asunto, pero al ver su cara de enfado me apresuro a aclarar que las líderes de Kappa no están invitadas, logrando que mi novia me regale una maravillosa sonrisa y una nuestros labios en un dulce beso. Mira que es celosa mi muñequita, me encanta.

Bien, pues habrá que irse moviendo —dice con un lindo puchero que no me resisto a besar.

Espera un segundo que he de llamar a Lizzie, —le aviso mientras marco el número que me manda directo al buzón—. Brujita linda de mi corazón, espero que la razón de que no me contestes sea por estar eligiendo tu taburetito y no por estar haciendo otras cosas con Justin, pillina. Recuerda que hemos quedado a las ocho en mi fraternidad, te quiero, pequeña, —sonrío, colgando el teléfono mientras me levanto para rodear la cintura de mi novia y emprender el camino de regreso.

¿Vienes conmigo a la fraternidad o...? —pregunto, dejando la frase a medias.

No, iré más tarde, así aprovecho para estudiar y terminar los deberes —me responde, mirándome con esos ojitos chocolate que tanto amo.

El trayecto se me hace corto, no quiero separarme de Bella, pero tengo tarea que hacer, además de revisar los puntos sobre los que hablaremos más tarde, así que muy a mi pesar me despido de mi muñequita con una deliciosa sesión de besos en la puerta de su edificio.

Nos vemos a las ocho, te amo —susurro sobre sus labios antes de alejarme.

Nos vemos más tarde, trasero lindo —dice, mirándome pícara.

¿Cómo me has llamado? —pregunto, cruzándome de brazos.

Trasero lindo, mejor dicho mi trasero lindo —reitera, haciéndome un guiño y no puedo evitar acercarme y rodearla con los brazos, dándole un par de palmadas en su culo que me maravilla.

Este sí es un culito exquisito y delicioso —susurro en su oído mientras muerdo el lóbulo de su oreja para luego unir nuestros labios en un fabuloso beso—. Amor, nos vemos en un rato, —acaricio su rostro una vez que nos separamos.

Te amo, mi trasero lindo, —se despide sonriente, dándome un pellizco en el culo antes de salir corriendo y adentrarse en su edificio. Esta me la cobro más tarde.

El camino de vuelta se me hace eterno sin Bella a mi lado, pero me consuela el hecho de que no pasará mucho antes de que la vuelva a ver.

Una hora y media más tarde, ya he terminado de hacer la tarea y como todavía tengo tiempo de sobra, decido darme un ducha rápida antes de revisar todo lo que hemos decidido los chicos de la hermandad sobre los temas que más tarde trataremos.

Justo cuando estoy terminando de repasar los papeles, escucho abrirse la puerta principal por la que entran Jake y Nessie, devorándose a besos, sin percatarse de mi presencia, así que saludo, haciéndome notar.

¡Joder, Edward, me asustaste! —exclama Nessie, dando un salto.

Solo quería comentaros que esas cosas debéis hacerlas en su cuarto y os aconsejo que apaguéis los móviles para evitar que os molesten —digo sonriendo a modo de regaño, consiguiendo que Nessie se ría.

Lo siento, Ed, no sabía que Bella y tú estabais ocupados, —se justifica, haciendo que Jacob se ría y se gane un puntapié de su parte.

Tranquila, pitufa, que no interrumpiste nada. Aunque para la próxima vez, mándame un mensaje —puntualizo, haciéndonos reír.

Llegaron los más guapos —grita James que entra seguido de Thomas, Laurent y Kevin.

Genial, ahora que ya estamos casi todos preparemos las cosas, —sugiere Kevin y todos nos reímos ante las caras de disgusto de Laurent y James.

Vamos a darnos prisa, muero de ganas por jugar un rato al Guitar Hero, —nos apresura Laurent, comenzando a unir varias mesas del comedor.

Estamos casi terminando de preparar todo cuando oímos abrirse la puerta de golpe, dando paso a un furioso Jasper que sube directamente a su cuarto sin saludarnos.

Este chico cada día está más tonto —asevera hastiado Thomas.

Ahora vamos a jugar mientras llega el resto —anuncia sonriente Laurent y todos nos encaminamos a la sala de juegos.

Después de media hora jugando, donde no paramos de reír, el timbre comienza a sonar, así que damos por finalizado nuestro tiempo de recreo. Jacob se marcha a abrir la puerta mientras nosotros recogemos todo.

En cuanto acabamos, vamos directos hacia la cocina donde se encuentra Jake, acompañado de Garrett y Damon, quienes nos saludan y avisan que los líderes de la fraternidad Épsilon no pueden asistir por compromisos con sus clubes deportivos, pero que contamos con su voto sobre las decisiones que en la reunión se tomen, luego seguimos charlando amenamente mientras bebemos unos refrescos.

Al rato, escuchamos de nuevo el timbre y esta vez le toca a Thomas ir a recibir a las visitas. Segundos después, entran unas muy sonrientes Katherine, Elena, Victoria y Kate a la cocina, cargando varias bolsas que dejan en la encimera.

Hola a todos, —saludan a la vez, haciéndonos reír.

Aquí llegan las chicas de los helados, —añade divertida Elena que empieza a sacar las tarrinas de las bolsas mientras que Nessie las va guardando en el congelador.

¿No pensáis invitarnos a tomar nada? —inquiere Kate con una sonrisa, sentándose en el regazo de su novio.

¿Qué desean beber las señoritas? —pregunta James y las chicas piden unos refrescos que rápidamente mi amigo les sirve.

Wow, Vicky, lo tienes bien entrenado, —se burla Katherine y todos estallamos en risas.

¿Qué es lo que ocurre aquí?—cuestiona Alec, entrando a la cocina acompañado de Diego y Thomas.

Nada, solo hablamos de lo bien dominado que tiene Vicky a James —contesta Nessie, logrando que todos volvamos a reír.

Anda, Laurent, sácanos un par de cervezas y guarda esto para que se vaya enfriando —le pide con un guiño Diego y es entonces cuando me fijo en los packs de cerveza y refrescos que han traído.

Aquí tenéis, mis amores, espero os sienten bien, —bromea Laurent entregándoles las cervezas a Diego y Alec que le responden con una sonrisa y un "Gracias, guapetón", consiguiendo que rompamos en carcajadas.

Todavía nos seguíamos riendo cuando el timbre vuelve a sonar y como estoy de pie decido ir abrir la puerta, llevándome una maravillosa sorpresa, ahí está mi Bella.

Hola, amor, ¿me extrañaste? —me saluda con una preciosa sonrisa.

Hola, muñequita. —Tiro de ella para rodearla con mis brazos—, Ni te imaginas la falta que me hiciste —susurro sobre sus labios antes de besarla apasionadamente.

Hola, chicos, lamento interrumpir, pero necesitamos pasar, —nos saluda sonriente Emmett que viene con Pooh a su lado.

Hola, hermano oso, —lo saluda mi Bella con un beso en la mejilla para luego agacharse a acariciar a Pooh.

Hola, Emmett, —saludo seco y cortante, poniéndome aun lado para que pueda entrar.

Edward, lo siento, soy un bocazas, me fui de la lengua, perdóname, hermano —me dice mi amigo arrepentido.

Conmigo no hay problema, está todo olvidado. Pero no es a mí a quien debes pedir perdón, sino a Justin y Lizzie, —aclaro palmeando su espalda.

Eso haré, no te preocupes, ahora será mejor que entremos antes de que los chicos salgan a nuestro encuentro —dice Emmett con una pequeña sonrisa.

En el momento en que entramos al salón, las chicas me roban a Bella para hablar sobre la dichosa fiesta que tienen planeada el sábado noche, así que me acerco a donde están los chicos charlando sobre deportes.

Hey, Edward, ¿cuándo empezamos con la reunión? —me pregunta Garrett.

En cuanto llegue Lizzie, no creo que tarde mucho más —respondo, mirando mi reloj. Todavía faltan diez minutos para que sean las ocho.

Me parece rarísimo tenerla que esperar, ya que siempre es la primera en llegar —comenta extrañado Alec.

Tuvo que salir con Justin a comprar y recoger unas cosas —explico sin entrar en detalles, más tarde se enterarán. Justo cuando Diego está apunto de comentar algo, escuchamos la puerta abrirse.

Me tenías que haber dejado darle un buen tirón de pelos, —oímos la voz de mi brujita.

Mi niña, no era necesario —dice riendo Justin.

¡Cómo que no, si te comía con los ojos! —exclama Lizzie—. Además de estar casada y con hijos, —ambos se ríen.

No le das más vueltas, princesa, no vale la pena —dice Justin, negando con la cabeza.

Ok, pero reconoce que podría haber disimulado un poco, hasta sus hijos se dieron cuenta de cómo babeaba —asevera divertida mi hermana.

Sí, eso fue de lo más gracioso —sigue hablando Justin mientras que nosotros escuchamos su conversación y ellos ni cuenta. Se marchan directos a la cocina y segundos después salen con una bebida en la mano.

Hola a todos, —saludan sonrientes al unísono, haciéndonos reír.

Enseguida bajamos —agrega Lizzie mientras ambos suben las escaleras hacia el cuarto de Justin, entonces me percato de la mochila que traen y recuerdo que se quedarán juntos.

Ed, ¿qué le ocurre a mi mejor amiga y socia? —me pregunta Diego con interés—. Se le nota en los ojos que está triste, la conozco bastante bien, —sigue con su mirada enfocada en las escaleras.

Hubo un problema esta tarde con Emmet que la alteró mucho —respondo sin profundizar en el tema—. Sería bueno que la animaras un poco, —sonrío, colocando mi mano en su hombro.

Cuenta con ello, para eso estamos —dice sonriendo Diego—. Mira, ahí baja la parejita, —me señala hacia las escaleras antes de marcharse al encuentro de mi hermana.

El amor de mi existencia por fin llegó, dando luz a mi nefasta vida, —sonríe Diego mientras se arrodilla al pie de las escaleras—. Oh, amore mío, en qué momento me darás el sí, hasta cuándo tendrás en agonía a este pobre corazón que late solo por ti —recita, tendiendo su mano hacia Lizzie y logrando que una hermosa sonrisa aparezca en su rostro.

Lo siento, amigo, tendrás que comprarte una bombilla porque este sol es mío, —le sigue el juego Justin—. Aunque te permitiré unos instantes a solas con ella mientras voy a por unas cosas al coche, —bromea, besando la frente de Lizzie antes de separarse y llamarme con un movimiento de cabeza para que lo acompañe.

¿Sucede algo malo? —pregunto, llegando a su lado.

Cálmate que no pasa nada, solo quería darte esto —me contesta mi casi cuñado, entregándome un sobre—. Es el dinero para la cuota anual de la fraternidad, —me sonríe.

No hacía falta que me lo dieras tan pronto, apenas y te mudaste ayer —digo sonriendo.

Mejor así, una cosa menos en la que pensar —me responde con un guiño mientras saca tres taburetitos del coche.

¿Dónde vas con tres? Pensé que solo comprarías uno —inquiero extrañado.

Estando en la tienda viendo los taburetes, llamó tu madre y al enterarse dónde nos encontrábamos nos pidió que le cogiéramos uno, y mi niña estaba indecisa entre dos, así que opté por comprar ambos —me explica divertido, entrando de nuevo a la casa.

Al observar que mi hermana está feliz hablando con Elena, Diego, Kate y Alec, aprovechamos a subir rápidamente a nuestras habitaciones que se hallan en la última planta. Una vez que guardo el dinero en la caja fuerte de mi habitación, salgo en busca de mi futuro cuñado que ya me espera en el pasillo para bajar de regreso con los chicos.

Nada más entrar, vemos a Lizzie muerta de risa por una cómica discusión entre Alec y Diego.

Esta pequeña resulta que es mi mejor amiga y siento decirte que me quiere mucho más a mí —sentencia Alec, pasando el brazo por los hombros de mi brujita al mismo tiempo que reta a Diego con la mirada.

Cómo puedes decir tantas tonterías, todos sabemos que su preferido soy yo que es con quién realiza las travesuras —le rebate Diego, cruzándose de brazos y logrando que todos los presentes estallemos en carcajadas.

No se peleen que hay Lizzie para todos. No obstante, el número uno nadie se lo quita a… —hace una pausa dando suspenso—, mi vampirito que me enamoró desde que nací —dice sonriente mi hermana, haciéndome un guiño.

Abran paso, señores, —paso entre ellos de manera teatral—, ya escucharon a mi brujita, soy su primer amor y nadie me puede arrebatar mi estatus —afirmo con una sonrisa mientras la abrazo y beso su frente.

Que seas el primero no quiere decir que seas el único, así que muévete que su eterno enamorado quiere un abrazo —apunta Diego, empujándome y ganándose que los demás le chillen celoso.

Aléjate ya que a mí aún no me ha recibido como se debe —declara Alec, entrando al ruedo y abrazando a Lizzie.

Ya, no me la manoseen más que es mía —asevera Justin, sacando a Lizzie de los brazos de Diego y Alec, y sacando las risas de todos.

Después de tan lindo espectáculo, creo que es hora de comenzar a cenar —sugiere entre risas Elena, zanjando la tonta disputa.

Elena, deberías estudiar política en vez de enfermería, sabes cómo poner a la gente en su sitio, —bromea Kate, logrando que la habitación rompa en risas.

Vamos, chicos, que las pizzas se enfrían y es asqueroso comerlas de esa manera, parecen chicles —nos avisa Nessie, poniendo una graciosa mueca.

Nos sentamos, muñequita —digo, abrazando a Bella por la espalda y besando su cuello.

Mmm...amor, detente en este momento o te rapto, —me avisa mi Bella, sonriendo traviesa y muy a pesar no me queda otra que tomar su mano para sentarnos en la mesa, mierda.

Al fin nos sentamos a cenar y luego de mantener una charla de lo más agradable, nos ponemos serios para tratar los temas con respecto a las fraternidades. Dos horas más tarde, ya hemos llegado a un acuerdo, decidimos que será bueno comenzar la semana entrante con la "Rush Week" que son las entrevistas exhaustivas a los Pledges o nuevos miembros. También concordamos en hacer pruebas colectivas, aparte de las individuales, y por último pactamos los puntos en los que votaremos a favor y en contra el jueves en la reunión con el rector, el comité de eventos, el secretario y las líderes de la fraternidad Kappa y Sigma.

Luego de ayudarnos a recoger todo, no tardan mucho en irse, puesto que se nos ha hecho bastante tarde.

Estoy muerta —dice mi hermana, tirándose en el sofá—, ahora entiendo porqué el cabrón de Jared no quería el puesto de presidente y nosotras como tontas nos dejamos convencer. Esto nos pasa por ser demasiado buenas, Nessie, —suspira, negando con la cabeza y consiguiendo que todos rompamos en carcajadas.

Relájate, amiga, tarde o temprano nos vengaremos de él, —asegura Nessie, sonriendo maliciosa.

Se me están ocurriendo varias ideas, solo que necesitamos la ayuda de las chicas, en especial la de Kim —anuncia mi Bella con una sonrisa malévola, logrando que Nessie y Lizzie aplaudan entusiasmadas. Menudo peligro son estás tres juntas, pobre Jared.

Por favor, no hagáis nada que pueda lesionarle, necesito que esté en perfectas condiciones para el partido—les pide Justin con un puchero y todos estallamos en risas.

Tranquilo, capitán, que nada le va a pasar, solo se enfadará un poco —le contesta mi Bella con un guiño.

Chicas, no os quejéis, este año la cosa fue rápida, no como el anterior que tardamos cuatro horas en ponernos de acuerdo, —rememora Thomas, tuvo que asistir a la reunión en sustitución de Emmett que estaba con fiebre.

Lo bueno es que todo salió perfecto, podría decir que mucho mejor de lo que esperaba, —afirmo, abrazando a Bella.

La diferencia es que este año no tuvimos que dar nuestro voto a las Kappa —dice Jake, recostándose en el sofá.

¿Por qué tuvisteis que apoyarlas? —pregunta con curiosidad mi novia.

David, el presidente de la fraternidad en ese tiempo, les pidió su voto para que nos cedieran más espacio de aparcamiento y cuando Edward tomó el cargo el año pasado no le quedó otra que devolver el favor —le explica James mientras palmea mi hombro.

Menos mal que de los errores se aprende —agrega Laurent con una graciosa mueca, originando risas de nuevo.

Lizzie, hemos decido ir mañana por la tarde hacer las compras para la fiesta del sábado —le avisa Nessie, cambiando radicalmente la conversación.

Lo siento, pero no puedo acompañaros, tengo sesión con la psicóloga —le contesta mi hermana con una sonrisa.

Entonces habrá que dejarlo para el jueves porque te necesitamos de chofer —dice con una hermosa sonrisa mi novia.

No tenéis porqué cambiar los planes, llevaros mi coche y solucionado —les asegura mi brujita.

Pero no podemos hacer eso, ¿qué vas a hacer tú sino? ¿Cómo vas a ir al hospital? —pregunta preocupada Nessie por algo sin importancia porque cualquiera de nosotros podría acercarla.

No hay ningún problema, chicas, eso tiene fácil arreglo. Puedes llevarte mi coche y luego venirme a buscar cuando termine el entrenamiento, —le sugiere cariñoso Justin a mi brujita, solventando el problema y dejándonos alucinados porque le presta el auto de nuevo.

Gracias, nene, eres el mejor —agradece Lizzie, sonriéndole a mi amigo antes de soltar un pequeño bostezo.

Estás cansada, mi niña, vamos a dormir —dice Justin, tomando su mano.

Tienes razón, estoy que me caigo de sueño —se acerca mi brujita a Nessie y a mi muñequita para darles un beso en la mejilla—. Nos vemos mañana, guapas, a descansar, —se despide para luego venir a mí y darme un abrazo y un beso—, qué duermas bien, vampirito, te quiero. —Adoro lo mimosa que es.

Descansa, mañana nos vemos, te quiero, pequeña —le digo, besando su frente.

Buenas noches, chicos, nos vamos a dormir que estamos cansados, —suspira—. Bueno, a menos que alguien tenga objeción al respecto o de plano llamarme de alguna forma por dormir con mi mejor amigo —suelta mordaz mi hermana. Toma esa, Emmett.

Marchemos, mi niña, estoy seguro de que nadie dirá nada —asegura Justin, mirando fijamente a Emmett—. Hasta mañana, gente, —se despide con una sonrisa mientras se encaminan hacia las escaleras. En el momento en que los veo desaparecer, enfoco mi mirada en el oso.

Espero y estés feliz por tus logros. ¿Tienes idea de lo herida que está mi hermana? —inquiero todavía un poco mosqueado con él.

Sé que me equivoqué y lo reconozco. No tienen idea de cuánto me duele el rechazo de ambos —me responde Emmett arrepentido, agachando la cabeza.

Creo que sería bueno que te disculparas con ellos cuanto antes —le aconseja Thomas, ganándonos la palabra a todos.

Es lo que he intentado hacer durante toda la noche, pero me ignoran, —nos explica mi amigo apenado.

Hay momentos para todo, Emmett, y te aseguro que en medio de la reunión no lo era —asevera rápidamente Kevin.

A lo hecho pecho, amigo, deberás trabajar duro para conseguir su perdón. Mira que por muy buena que sea mi peque es bastante tozuda —agrega James que la conoce a la perfección.

Dejemos el asunto de una vez y vayámonos a dormir, es muy tarde y mañana tenemos que madrugar, —apunta cansada mi muñequita.

Tienes razón, compi, marchémonos —añade la pitufa, incorporándose del sofá.

Chicas, espérense que las acompañamos —les dice Jake, levantándose del sofá.

Si queréis, podéis escoltarnos hasta la puerta, ya que Bella trajo el coche de Lizzie, —nos explica sonriente Nessie. Y eso es precisamente lo que hacemos.

Nos vemos mañana, amor —musita mi Bella sobre mis labios.

Mañana es mucho tiempo, muñequita —susurro después de besarla, ganándome una hermosa sonrisa de su parte.

Lo sé amor, extráñame, te amo —dice, uniendo nuestros labios en un apasionado beso.

También te amo, no sabes cuánto, muñequita —digo para luego besar sus labios y cerrar la puerta del coche antes de verlas desaparecer en la oscuridad de la noche.

De regreso al interior de la casa, observo cómo mis amigos suben demasiado sospechosos por las escaleras. Los sigo hasta la tercera planta y se encuentran frente a la puerta de Justin, pegando la oreja mientras se hacen señas unos a otros para que se callen y así poder escuchar lo que sucede dentro. Menudos cotillas son.

Se están riendo —susurra Jake, acercándose más a la puerta.

Seguramente están viendo una de las películas que le gustan a mi peque —asevera sonriente James.

Menuda decepción y nosotros que pensábamos que ya estaban juntos —dice, negando con la cabeza Laurent.

¿Satisfecha su curiosidad, señores? —digo alzando la voz, lo cual hace que peguen un salto del susto—. Creo que es hora de que os marchéis a dormir y dejéis en paz a Justin y Lizzie, —simulo estar enojado aunque por dentro me estoy muriendo de la risa por sus rostros de espanto.

Este...nosotros...ya nos íbamos —se apresura a decir Thomas, poniendo rumbo hacia las escaleras para bajar a su cuarto, seguido muy de cerca por el resto de los chicos.

En el momento en que desaparecen, saco mi móvil y mando un mensaje a mi brujita, contando lo que acaba de ocurrir. De pronto, escucho cómo el sonido de sus risas aumentan, seguro ya lo han leído.

Después de lavarme los dientes y quitarme la ropa, me meto en la cama, quedándome rápidamente dormido y soñando con mi castaña de ojos chocolates.


Comunicaros que en el grupo de facebook "EL jardín de los hechizos de Maya" podéis encontrar los álbumes de los fics, así como adelantos, encuestas y muchas cosas más de mis historias. El link lo tenéis en mi perfil, Os esperamos.

Si queréis disfrutar de clases sobre fútbol americano ahora que se va acercando el partido, nuestra coach, os lo explica encantada en el grupo de Facebook.

El Link del trailer tan maravilloso realizado por mi amiga Teresa lo tenéis en mi perfil.

Este capítulo va dedicado a todas/os mis nuevas/os y antiguos lectores, y os doy las gracias por vuestro apoyo a está historia. Estaré esperando vuestros comentarios que hacen superarme en cada nuevo capítulo.

A mis lectoras silenciosas gracias por estar ahí.

Gracias a mis lectoras por tomaros el tiempo de dejar vuestros reviews que me llenan de ilusión y me dan fuerza para continuar.

Muchísimas gracias a todos los que me habéis añadido a favoritos y alertas, también a mis lectoras anónimas gracias por estar ahí.

Dar las gracias a:

Aliena Cullen, Emmaly Swallen , Pauly Mp, Tecupi, Pili, Jde HSos, Kjmima, patymdn, jackie. rys, Car cullen Stewart Pattinson, Adriana Molina, kaja0507, jupy, rosy,canal.10, flaca paz, Adriu, Alixa Cullen, saraipineda44, cavedano13, Cary, Esmeralda C, Isa Labra Cullen, Paz, Liduvina, Isabella Swallen, caresgar26, cry, piligm, Lyra, Laury D, CelyJoe, AngieSCullen, Chiki Garcia, Sambita 74, ClaudiaHernandez, BreezeCullenSwan, Danny VasquezP, Vero Grey Cullen, ShirlyM. Cullen

Si me faltó alguien por dar las gracias, por favor, mandarme un inbox, y los Guest poner un nombre para poder agradeceros.

Espero sus comentarios y sugerencias de todo corazón.

Muchos besitos y mordisquitos de Edward para todos mis lectores.