DISCLAIMER: Sólo los personajes pertenecen a la maravillosa escritora Stephanie Meyer; la trama de la historia, los lugares y algunos personajes son de mi propiedad.

"Todas mis historias están registradas en SafeCreative. Tenedlo en cuenta al momento de adaptar, copiar, o publicar cualquiera de ellas sin pedir mi autorización"

Beteado por mi amiga Emotica GW, que me acompañara en esta aventura. Mil gracias guapa.

Hola a todas/os:

Aquí os dejo un nuevo capítulo. Espero y os guste.

El link de la Soundtrack lo tenéis en mi perfil

Las canciones del capítulo:

You Born To Be My Baby — Bon Jovi

Don´t Cry — Gun´s and Roses

Come As You Are — Nirvana

Crazy — Aerosmith


Sensación de Vidas Universitarias.

Capítulo 23 Sentimientos al Descubierto I

Edward Pov:

Nada más sonar el despertador, me obligo a levantarme e irme a la ducha para terminar de espabilarme. Una vez vestido, cojo la mochila y bajo directo a la cocina para desayunar.

Al parecer, alguien amaneció contento, —me burlo de Justin que está tatareando algo mientras cocina.

No te lo voy a negar, despertar con mi niña es un sueño hecho realidad —me responde con una tonta sonrisa.

Me lo puedo imaginar porque lo mismo me pasa con mi Bella —digo sonriendo como idiota al pensar en mi muñequita.

No te imaginas el rato que pasamos riéndonos anoche después de que leímos tu mensaje —me asegura entre risas.

Y eso que no presenciasteis la escena. Estaban todos apiñados con la oreja pegada en tu puerta y mandándose a callar unos a otros para poder oíros, —relato divertido—. Habría sido genial que hubieras hecho ruiditos nada apropiados, así se les quitaría lo cotilla —digo, levantando las cejas y logrando que ambos estallemos en carcajadas.

Nos tendrías que haber enviado el mensaje antes, podríamos haberles dado una buena actuación, —se cachondea y nuestras risas resuenan por toda la cocina.

Ya estáis de nuevo flirteando. Me estás dando a pensar que es Edward el que te interesa y no Lizzie, —bromea Thomas, entrando a la cocina y sirviéndose un zumo.

Siento informarte que no es mi tipo, además, nunca le haría tal canallada a Bella —le sigue el juego Justin.

Se me había olvidado que eres de los que primero conquista a la familia para tener el kit completo, —le acusa Thomas en plan de guasa.

Por supuesto, así mi casi-chica-novia es mucho más feliz, —garantiza Justin con una sonrisa y no podemos evitar reír por su fraseo.

Mmm… qué bien huele y con el hambre tengo... —dice Jacob, apareciendo en la cocina—. Wow, reunión de último minuto con desayuno incluido, —se frota las manos.

En realidad, no hay ninguna reunión con desayuno incluido, si quieres comer cocina o pide algo, porque yo solo preparé el desayuno para Lizzie, Edward y para mí, —aclara divertido mi casi cuñado.

Que sepas que yo también me puedo oponer a que seas novio de Lizzie si no me das un poco —suelta un intento de amenaza Jake, cruzándose de brazos.

Me importa una mierda tu opinión —contesta Justin, haciéndonos reír por la expresión en el rostro de Jacob.

¿La opinión de quién vale una mierda? —pregunta curioso Kevin, adentrándose en la cocina y sirviéndose un café—. ¿No será la de Jake? —Asentimos—. A mí también me vale una mierda. Por cierto, eso huele riquísimo, —señala la vitrocerámica.

Os aseguro que está buenísimo, aquí nuestro amigo cocina de vicio, —afirmo con una sonrisa al recordar las comidas tan deliciosas que había preparado varias veces en casa de mis padres.

Buenos días, vampirito, hola, chicos, —saluda mi brujita que llega brincando con una preciosa sonrisa—. ¿Qué hacen todos metidos en la cocina? —pregunta.

Aquí rogándole Justin por un poco de desayuno —explica Jake, poniendo cara de pena.

Oh, pobrecito Jake, se va a quedar con las ganas, —se cachondea Lizzie porque sabe que Justin ha hecho creps para todos.

Siéntate, mi niña, que esto ya está —dice Justin, sirviendo tres platos con dos creps, uno relleno de jamón y queso, y el otro de chocolate con nata. Rápidamente Lizzie se sienta en el taburete que hay entre nosotros—. Sírvanse, chicos, hay dos para cada uno, —añade al observar sus caras de pena cuando nos disponemos a comer.

Dejad para mi chiquitín y para Laurent, —advierte mi hermana, no nombra a Emmett porque se percata de que Jake ya le ha preparado su plato.

Buenos días, chicos, —saluda cabizbajo Emmett entrando en la cocina.

Buenos días, —saludamos todos, incluidos Lizzie y Justin.

En ese plato de ahí está tu desayuno, hermano —le informa Jake con una sonrisa, que el oso le regresa con un "Gracias", sentándose con nosotros.

El desayuno pasa relativamente tranquilo y entre bromas, aunque se percibe un poco de tensión en el ambiente. Justo cuando estamos recogiendo, aparecen James y Laurent con caras de sueño.

Ahí os ha dejado mi nene el desayuno, chiquitín —le dice Lizzie a James, besando su mejilla.

Gracias, hermano, eres el mejor, —agradece James, palmeando la espalda de Justin.

¿Por qué tenéis esas caras de sueño? —pregunta entre risas Thomas.

Se quedó viendo una película de acción con la tele a un volumen altísimo que se oía desde mi habitación. Me costó horrores dormir —nos comenta aún medio enojado Laurent.

Se hace tarde, chicos, nosotros nos vamos. —Justin saca las llaves del coche de su bolsillo y se las entrega a Lizzie—. Hoy no tengo ganas de conducir, así que hazlo tú —dice antes de ir al salón a por las mochilas de ambos. Todos nos quedamos asombrados, al parecer mi hermana ya ha conducido varias veces el intocable, como llamamos a su auto.

Vampirito, Jake, andando que no tengo todo el día y todavía tenemos que ir por Bella y Nessie —nos grita Lizzie, saliendo por la puerta y rápidamente salimos tras ellos. No conforme con conducir el coche, se pone las gafas de sol de Justin.

¿Te he dicho lo preciosa que te ves conduciendo mi auto con mis gafas? —afirma Justin, ganándose un beso en la mejilla.

El trayecto resulta corto pues está cerca el apartamento de las chicas quienes no tardan en aparecer, mi Bella se ve hermosa con esos jeans negros que marcan su espectacular culito respingón...Grr, cómo me pone.

Menuda suerte, amiga —dice como saludo Nessie, sentándose al lado de Jacob.

Justin, podrías darle un lección a mis hermanos de cómo ser unos caballeros, —sugiere divertida Bella, haciendo que el lobito, como lo llama Nessie, suelte un bufido—. Tienen de refinados lo que yo de rubia. —Todos nos reímos menos Jake que se cruza de brazos.

Música, mi niña, —le propone mi casi cuñado, mostrándole un cd y ella asiente emocionada.

Eres lo máximo, nene, genial —chilla entusiasmada mi hermana al escuchar "Born To Be My Baby" de Bon Jovi.

Ambos se ponen a cantar de lo más contentos, logrando que nos unamos aunque no nos sepamos bien la canción. Menuda pareja, está claro que son el uno para el otro.

Nada más llegar, cada uno se marcha a su edificio correspondiente, y para mí la mañana se me pasa rápidamente.

Durante el trayecto de mi facultad a la cafetería. recibo un mensaje de mi hermana en el queme avisa que Justin y ella no almuerzan con nosotros porque los amigos de Justin les han invitado a comer.

Hola, amor, ¿qué tal la mañana? —me pregunta con una sonrisa Bella en cuanto la rodeo con mis brazos.

Bien, amor, y mucho mejor ahora que estás entre mis brazos —contesto sonriente, acercándome a su rostro para unir nuestros labios en un dulce beso.

Luego de ir a por nuestra comida, nos reunimos con el resto de nuestros amigos que están charlando de lo más animados. Diez minutos más tarde, se nos unen unos sonrientes Diego y Bree, los cuales tienen que aguantar varias bromas a causa de su retraso.

Diego, ¿dónde has dejado a Lizzie? —pregunta entre curiosa y divertida Kim.

Se fue con Justin, pensé que ya estarían aquí —responde con una pícara sonrisa.

No vienen a comer. Se han marchado con los amigos de Justin que les han invitado a comer en la pizzería de la playa —les comunico con una sonrisa, dando por zanjado el tema.

Chicas, recordad que hemos quedado a las cinco para ir a comprar todo para la fiesta —se apresura hablar Nessie, cambiando de tema, lo cual agradezco.

Y así, charlando sobre la dichosa fiesta que tendrán las chicas el sábado, pasa el almuerzo.

El resto de las clases se me pasan volando y, antes de que me dé cuenta, ya estoy rumbo a la facultad de derecho, donde me reuniré con el amor de mi vida. Estoy apunto de llegar cuando mi móvil comienza a sonar y, al ver de quién se trata, contesto rápidamente.

Hola, mamá, —saludo.

Hola, bebé, quiero pedirte que acompañes a tu hermana esta tarde a la psicóloga. He estado hace un rato hablando con nuestra nenita y la he notado un poco decaída, por eso no quiero que vaya sola —me explica mi madre, siempre sabe cuando algo nos pasa.

No hace falta que me lo pidas, mamá, pensaba ir de todos modos, no te preocupes, ¿vale? Te llamo cuando salgamos de la consulta y te digo cómo ha ido todo —le aseguro con voz dulce.

De acuerdo, bebé, espero tu llamada entonces, te quiero, —se despide mi madre.

Vale, mamá, te quiero, hasta luego —digo, terminando la llamada y dirigiéndome a mi amor que está esperándome en la puerta.

Hola, amor, ¿llevas mucho esperando? —inquiero nada más llegar a su lado.

Hola, novio, —saluda con una sonrisa—. Cálmate, acabo de salir y con las chicas no he quedado hasta dentro de media hora en el apartamento. Voy con tiempo suficiente —me explica para luego unir nuestros labios en un tierno beso.

Amor, vete tranquila y haz lo que tengas que hacer con las chicas, —sonrío, acariciando su mejilla—. Hace un momento he recibido una llamada de mamá pidiéndome que acompañe a Lizzie a la psicóloga. Tienes tiempo de sobra, pero luego serás toda mía —le digo, ganándome una hermosa sonrisa y un dulce beso de su parte.

Te voy a extrañar, —sonríe traviesa—, aunque más tarde te compensaré por el tiempo que estemos separados —susurra sobre mis labios. Mi novia me va a matar de una combustión espontánea.

¿Algún plan interesante, amor? —pregunto con voz ronca, rozando sus labios.

Más tarde lo sabrás, solo te anticipo que acabarás sacando matricula en anatomía —me responde juguetona, lamiendo mis labios que velozmente atrapan los suyos en un voraz y apasionado beso. Dios, cómo amo a esta mujer, es puro fuego.

Amor, debemos irnos, los chicos nos están esperando —digo con la respiración agitada y mi muñequita asiente con una sonrisa. Abrazados, ponemos rumbo al estacionamiento donde están Lizzie y Justin esperándonos.

¿Listos para irnos? —pregunto cuando llegamos junto a ellos.

Sí, aunque primero acercaremos a Justin al centro de entrenamiento y luego os dejo en el apartamento antes de irme a mi cita con Arizona —nos explica Lizzie, arrancando el coche para emprender el camino.

Me parecen unos planes fantásticos, en los cuales sí o sí me incluyo y no me repliques porque voy a acompañarte te guste o no. Ya sé que no eres una niña pequeña, nadie te trata como tal, solo que soy tu hermano mayor y dado que Justin no puede ir, pues voy yo y punto —sentencio serio sin dar opción a replica alguna.

Sí, papá —contesta Lizzie en tono burlón, logrando que Bella y Justin se tronchen de risa.

No tardamos nada en llegar al Wasserman Center y nada más despedirse de nosotros, Justin sale del auto y mi hermana también se baja para poder despedirse. Se quedan abrazados durante un buen rato, y mi Bella y yo reímos, este par está tapando el sol con un dedo.

Hey, capitán, no creo que sea bueno que llegue tarde por estar haciéndose arrumacos con su chica —grita Jhonny, bajándose de su coche—. Princesa, cada día estas más hermosa. No se lo digas al capitán que me pega, —le hace un guiño mientras se ríe al igual que nosotros.

Jhonny, adentro —dice Justin, aparentando estar enfadado—. Mi niña, saldré a las ocho —le dice con voz dulce, dejando un beso en su frente.

Aquí estaré esperándote, nene, —asegura con una sonrisa, besando su barbilla antes de subir al auto y emprender el camino hacia al apartamento.

Diez minutos más tarde, estamos estacionando en la puerta del edificio donde viven las chicas. Rápidamente me bajo del coche para ayudar a salir a mi maravillosa mujer. Luego de besarnos durante un buen rato y decirnos lo mucho que nos vamos a extrañar, no nos queda otra que separarnos.

Nos vemos luego, amor —le susurro al oído a Bella mientras la abrazo fuertemente.

Por supuesto, debemos estudiar anatomía, —me ronronea coqueta antes de rozar nuestros labios en un casto beso.

Divierte con las chicas, cuñada, y no hagas nada que yo no haría —exclama jovial mi hermana, guiñándole el ojo.

Cuenta con ello, —le sonríe cómplice Bella—, que te vaya bien, cuñada, te quiero —responde.

También te quiero. Nos vemos en la noche, —se despide Lizzie.

Te amo, preciosa, no lo olvides —digo con voz dulce para luego besar sus labios una vez más antes de subir al coche y poner rumbo al hospital.

En cuanto llegamos a la consulta, nos encontramos con Ellen, la secretaria, con la que mantenemos una agradable charla hasta que aparece Arizona.

Hola, Arizona, buenas tardes, —saludamos mi hermana y yo al unísono, provocando que todos nos riamos.

Buenas tardes, pareja, pasemos dentro, —nos saluda, invitándonos a entrar en su consulta.

Luego de tomar asiento, la conversación comienza preguntando cómo ha pasado estos días y cómo se encuentra. Después, no tarda en ir profundizando en lo referente a la pérdida del bebé, su relación con Justin, su cambios de humor debido a los sentimientos y emociones que siente, como culpa por no decirle a Justin, lo sentimental que se encuentra, relatando lo sucedido con el taburetito y con Emmett. Entonces, Arizona le explica que es un símbolo relacionado con una etapa previa al incidente, por lo que, para poder seguir adelante, debe crear nuevos recuerdos y que para lograrlo tiene que cerrar esa etapa y empezar de cero, sin embargo, es necesario que se perdone antes.

¿A qué personas deseas pedirles perdón? —le pregunta Arizona a mi hermana.

Me gustaría disculparme con Justin y mi hermano —responde, dejándome asombrado.

Enseguida, mi brujita empieza a pedirme perdón por lo mal que me ha hecho pasar, obligarme a mantenerlo en secreto, el sufrimiento que me causó al tener que pasar noches en vela a causa de sus pesadillas y miedos, y por último por asustarme de tal modo la noche que había acabado en el hospital.

Su carita está llena de lágrimas y de inmediato mis brazos la rodean, logrando que su llanto cese y se relaje.

¿Qué tal te sientes ahora que le has pedido perdón a Edward? —pregunta Arizona, mirando con ternura a Lizzie.

Mejor, siento que me he quitado un gran peso de encima —contesta con una sonrisa aún abrazada a mí.

Eso es bueno, —sonríe Arizona—. ¿Qué te parecería tener una sesión con Justin? Creo que os vendría bien a ambos, —sugiere.

Sería genial. Seguro que a Justin le parece una gran idea, —afirma mi hermana con una sonrisa en su rostro.

Perfecto, entonces el lunes a las cinco y media tenemos una cita los tres, —le informa sonriente Arizona, dando por finalizada la sesión.

Luego de despedirnos de Arizona y Ellen, invito a mi brujita por un helado como cuando éramos niños para que se calme, lo cual consigo, rememorando anécdotas graciosas y vergonzosas de nuestra infancia. Al rato nos marchamos hacia el coche para ponernos rumbo a su apartamento donde he quedado con Bella.

Nada más llegar, mi hermanita se despide de mí sin bajar del auto, puesto que va a la biblioteca a hacer un trabajo y luego debe ir a recoger a Justin al entrenamiento.

Aprovecha, vampirito, tenéis el apartamento para vosotros solos —me grita riendo mientras arranca el coche sin darme tiempo a contestar. Será bruja, pienso, mientras subo en el ascensor a la planta del piso de las chicas.

Hola, amor, te extrañé, —me recibe mi Bella, besando mis labios nada más abrir la puerta.

También te extrañé mucho, mi muñequita. —La atraigo más a mí, uniendo nuestros labios en un beso voraz que hace que mi amigo comience a despertar—. ¿Hace mucho que llegaste, amor? —pregunto, abrazándola por la cintura mientras nos adentramos en la cocina.

No, hará como diez minutos, lo justo para sacar los libros. Estaba apunto de ponerme a estudiar y hacer los ejercicios —me explica mientras saca una jarra de zumo de naranja de la nevera.

¿Quieres que te ayude a estudiar? —inquiero con una picara sonrisa antes de beberme el zumo que mi novia me ha servido.

La verdad es que un poco de ayuda no me vendría nada mal —responde sonriendo traviesa mientras se abre los botones de la camisa y la deja caer al suelo para luego subir corriendo entre risas a su habitación—. No tardes, amor, tengo bastante que estudiar. —Esta mujer es mi perdición, pienso mientras subo corriendo las escaleras.

¿Por qué materia empezamos? —susurro antes de morder el lóbulo de su oreja, provocando que un sensual gemido escape de sus labios.

Tengo que estudiar filosofía del derecho —habla con dificultad mientras besa mi cuello.

¿Qué te parece si comenzamos con anatomía? —indago divertido, acercándome a sus labios, pero sin llegar a tocarlos.

Cierto, —besa mis labios—, debes repasar... —vuelve a rozar mis labios—...para aprobar —me dice antes de besarme de nuevo.

Me vuelves loco, muñeca, —afirmo antes de tomarla con ferocidad, uniendo nuestros labios en un apasionado y demandante beso.

Mis manos se vuelven avariciosas, recorriendo con caricias todo su cuerpo y mi Bella no se queda atrás, acariciando mi espalda, mi cabello, mi trasero, todo lo que tiene a su alcance. No hay distancia que nos separe y la fricción entre nuestros sexos ya es insoportable, necesito más, mucho más.

¿Alguien está ansioso? —me pregunta, riéndose una vez la tumbo en la cama.

Mucho, muñequita —aseguro antes de morder su labio inferior con fuerza.

Con suma rapidez, sus manos se desprenden de mi camisa que estorba entre nuestros cuerpos al igual que su sujetador, del cual me deshago velozmente, dejándola semiexpuesta a mí, y me lamo los labios con deseo.

Eres hermosa —musito en su oído antes de atacar sus pechos con mis dientes y lengua.

Subo de nuevo a sus labios, adentrándome en su boca donde nuestras lenguas comienzan a danzar juntas, explorando cada rincón de nuestras bocas, cuando la necesidad de aire nos obliga a separarnos, y llevo mis labios a su cuello, el que muerdo, escuchando sus deliciosos gemidos que me llevan a la locura. Comienzo a descender por su cuerpo con mis besos, deteniéndome en sus pechos y dedicándome a lamer, mordisquear y chupar sus pezones para luego seguir bajando por su estomago hasta toparme con la línea de su pantalón, el cual comienzo a desabrochar mientras mi muñequita no para de jadear mi nombre al mismo tiempo que se acaricia los pechos. Dios, esta mujer me quiere matar.

De mi boca sale un gruñido ante la imagen que mi diosa me ofrece y arranco sus pantalones junto con su tanga, abriendo sus piernas y acercando mi rostro a su intimidad húmeda y deseosa.

Estás tan mojada —susurro sobre sus labios vaginales, haciendo que se estremezca—. ¿Es por mí, muñequita? —sonrío malicioso mientras meto dos dedos en su cavidad y comienzo a bombear a una velocidad frenética, causando que mi Bella no deja de decir incoherencias entre jadeos—. Responde, —le ordeno, sé que le gusta y excita que le hable de forma ruda.

Sí... ahhh... Es...por ti —responde entre gemidos, moviendo sus caderas muerta de placer.

Sonrío para mí mismo mientras me acerco a su delicioso coño, el cual comienzo a embestir con mi lengua al mismo tiempo que sigo penetrándola con mis dedos, moviéndolos en círculos y notando cómo sus paredes cada vez se cierran más.

Edward...ahhh...me vengo...ahh...Edward...sííí...así —chilla de placer cuando muerdo su clítoris, haciendo que llegue al orgasmo, el cual saboreo disfrutando de sus jugos.

Me coloco encima de su cuerpo, contemplando lo preciosa y hermosa que es mi mujer. Es caliente y excitante ver su rostro lleno de placer.

Sabes deliciosa, amor —digo, relamiendo mis labios. Tira de mi cabello hacia su rostro para estampar sus labios en los míos en un voraz beso, arrastrando sus uñas por mi espalda al mismo tiempo que mis dedos acarician sus deliciosos pezones.

Mi Bella nos gira, quiere estar encima y no pienso negarle tal placer. Rápidamente se deshace de mis pantalones junto con mis bóxer para luego poner sus piernas a ambos lados de mi cadera, toma mi erecto miembro entre sus manos, acariciándolo lentamente y llevándome a la locura. Me está torturando.

Bella...amor... —siseo entre jadeos por sus caricias. Arriba, abajo, abajo, arriba por la longitud de miembro, se lleva una de sus manos a la boca, chupando sus dedos antes de volver a mi polla para seguir masturbándome. Gimo y de mis labios se escapa un gruñido.

Aún con mi polla entre sus suaves manos, la encamina a su entrada, solo metiendo la punta mientras se restriega sobre ella con movimientos circulares. Sin soportarlo más, la tomo de las caderas, adentrándome en su interior de una sola estocada y llenándola por completo.

Dios, amo sentirme dentro de ella, es un placer inmenso y único. Mi muñequita comienza a cabalgarme frenéticamente, es increíble cómo nuestros cuerpos se acoplaban, estamos hechos el uno para el otro.

Amor...eres...tan deliciosamente...estrecha —musito entre jadeos, agarrando fuertemente sus pechos y estrujándolos—. Tu coño es tan apretado, muñeca, que me tiene loco —hablo sucio porque sé que la encanta.

Ed, amor, tu polla...es tan grande...ahh...quiero que me llenes... —susurra enloquecida. Y empiezo a embestirla profundo, rápido y de manera ruda como mi reina me lo ha pedido. Noto cómo sus paredes se contraen, apretando mi polla, su liberación está cerca al igual que la mía.

Ed...me...corro...ahh, —gime mi muñequita, echando su cabeza hacia atrás.

Vente...conmigo...amor...ahhh —digo entre jadeos, llevando de nuevo mis manos a sus caderas y guiándola en un ritmo descontrolado. Sus gritos se hacen tan fuertes que pienso que hasta los vecinos los van a escuchar.

Ed...Edward...Ed...ahhh...sííí —chilla, rodeando mi polla con sus jugos, y con dos embestidas más, mi orgasmo explota, haciendo que grite su nombre.

Mi Bella, sin fuerzas, deja caer su cuerpo sobre mi pecho mientras calmamos nuestras respiraciones, ambos agitados, y beso sus cabellos al mismo tiempo que acaricio su espalda. Noto en mi cuello cómo una sonrisa se forma en sus labios para luego dejar un pequeño beso en él.

Amor, creo que necesito una ducha, —sonríe mi muñequita—. ¿Me acompañas? —me propone mientras se levanta en dirección al baño, contoneando sus caderas.

Estoy a punto de aceptar cuando mi móvil empieza a sonar, rápidamente lo cojo del pantalón y, al ver que es mi madre, me golpeo mentalmente por no haberla llamado.

Amor, lo siento, pero debo contestar, es mi madre, quedé en llamarla y lo he olvidado. Perdóname, prometo compensarte —aseguro con una traviesa sonrisa.

Tranquilo, amor, a Eli jamás debes hacerla esperar y no te preocupes que me cobraré con intereses esa promesa, —sonríe picara. — ¡Agua fría, allá voy! —exclama riendo.

Después de hablar con mi madre y dejarla tranquila, me visto. A los pocos segundos, sale mi Bella del baño con un short rosa pálido y una camiseta de tirantes a juego, está preciosa. Rápidamente corre a mis brazos que la reciben gustosos y nos tumbamos en la cama, charlando sobre lo que ambos hemos hecho durante la tarde. Me encanta estar de esta manera con mi muñequita, cada segundo en su compañía es magnifico, nunca me cansaré de besarla y tenerla entre mis brazos.

Dos horas más tarde y después de una extensa sesión de besos de despedida, me marcho a la fraternidad, donde lo primero que hago es darme una merecida y relajante ducha, para después ponerme a estudiar de verdad, aunque no resultará tan entretenido.

Unas horas más tarde, después de haber terminado todos mis ejercicios y repasado los temas dados en las clases, bajo rumbo a la cocina a prepararme algo de cena, donde me encuentro al resto de mis amigos cenando unos sándwiches, al parecer a todos nos ha dado hambre al mismo tiempo.

Comenzamos a charlar sobre las clases y la dificultad de las materias de este año mientras termino de prepararme una tortilla de jamón y queso. Justo cuando estoy por sentarme a comer, escuchamos la puerta de la entrada abrirse y seguido unos pasos acercarse a la cocina, segundos más tarde entra un recién duchado Justin con cara de agotamiento.

Hey, amigo, menuda cara traes, —le saluda Laurent, palmeando su hombro.

Estoy exhausto, no solo por el doble entrenamiento sino también por el sufrimiento de mi niña, eso me mata —responde Justin, meneando la cabeza mientras abre el frigorífico y toma un brick de zumo.

¿Ya estáis listos para el partido? —le pregunta Thomas con una sonrisa, cambiando la charla.

Listos y preparados. Aunque es un partido muy complicado. Standford es un rival muy fuerte —contesta Justin con una sonrisa.

Allí estaremos todos para apoyarte —asegura Kevin levantando el puño, gesto que todos imitamos.

Sí, hasta mis padres estarán ahí animándote, tendrás mucha ovación, ya lo escuchaste el otro día, —garantizo sonriente. Mi padre ama venir a los partidos y más desde que conoció a Justin.

Más te vale estar, —me guiña el ojo—. No me quiero imaginar cómo se pondrá Lizzie si no vas —comenta divertido, logrando que estallemos en carcajadas.

No te preocupes, amigo, seré de los primeros, —río—. No me gustaría despertar al monstruo interior de mi brujita —digo, haciendo que rompamos en carcajadas de nuevo.

Ah, antes de que se me olvide —dice Justin, abriendo su mochila y buscando algo en su interior—. Tomad, con estos bonos tenéis entrada gratuita a dos partidos que juguemos en casa, —nos entrega unos tickets a cada uno incluido Emmett, el cual le agradece con la mirada.

Eres el más grande, amigo —apunta Laurent emocionado, abrazándolo.

Wow, son para dos personas, es genial —añade entusiasmado James.

Y que me decís de los asientos, son en las primeras filas. Menudo detallazo, tío, —agradece sonriente Thomas, palmeando su espalda.

Hey, que no lo hace por nosotros, sino por quedar bien con Lizzie, —bromea Jake, ganándose varias collejas de nuestra parte.

Si de mi niña se tratara te sentarías en la última fila, —se burla Justin, consiguiendo que todos nos tronchemos de la risa.

Amigo, eres el mejor, menudo regalo nos has hecho. Es increíble —elogio contento y con una enorme sonrisa.

Con las entradas y el desayuno ya te ganaste al hermano, ahora solo falta que de una vez conquistes a la chica —suelta divertido Kevin, sacando las risas de todos de nuevo.

No te preocupes que voy por buen camino, —bromea Justin antes de bostezar—. Bueno, chicos, me voy a descansar, ha sido un día realmente largo y todavía me queda estudiar y tarea por hacer, —se despide con una sonrisa antes de marcharse a su habitación.

También me marcho, chicos, estoy cansado. —Me levanto del taburete, habiendo ya minutos antes fregado y recogido lo que había utilizado—. Buenas noches, —me despido, recibiendo un "Hasta mañana" de los chicos.

Una vez en mi cama, llamo a mi muñequita para desearle buenas noches y decirle que la amo, después caigo rendido en los brazos de Morfeo, soñando con mi hermosa castaña de ojos chocolates.

Bella pov:

Me encuentro en mi cuarto tumbada en la cama, pensando como siempre en mi novio, mi Edward, lo cual me provoca unos buenos sofocos. Me estoy volviendo adicta al sexo, algo lógico con semejante hombre.

Oigo la puerta de la entrada cerrarse de golpe y luego una de las puertas de las habitaciones, no sé si es Nessie o Lizzie, pero en caso de que sea la primera no quiero interrumpir por si está con mi hermano. Estoy un rato más acostada hasta que me da sed y bajo a la cocina por un vaso de agua, nada más subir a la primera planta, mi olvidada patosidad hace presencia, provocando que me tropiece y caiga de rodillas en el suelo.

Todavía en el suelo, escucho unos sollozos que provienen del cuarto de Lizzie, titubeo durante unos segundos al no saber qué hacer, pero al final no puedo soportar escuchar el dolor en su llanto y entro con cuidado, encontrándome con una imagen que me parte el alma, mi amiga está en posición fetal en la cama, con su cuerpo sacudiéndose con cada sollozo.

Sin dudarlo, me acerco y la rodeo con mis brazos, dejándola desahogarse hasta que se calma. Me separo lo justo para alcanzar una botella de agua que hay en su mesilla y entregársela para que beba un poco.

Gracias, Bella, en verdad lo necesitaba —susurra con voz ronca debido al llanto.

Sabes que puedes confiar en mí, siempre estaré a tu lado —musito, acariciando su cabello, se ve tan frágil.

Lo sé, es solo que es muy difícil para mí hablar sobre ello —me dice con voz baja.

Pues cuando quieras hablar, ahí estaré. —Me siento a su lado, apoyando mi espalda en el cabecero y ella recuesta su cabeza en mi hombro.

Gracias, Bella, eres una gran amiga, —suspira intentando calmarse—. La verdad es que necesito contarle a alguien o me ahogaré —asevera, regalándome una triste sonrisa.

Te escucho y tranquila que no diré nada, confía en mí, —la aliento, dándole fuerza.

Sabes que Justin y yo terminamos nuestra relación hace tiempo, ¿verdad? —me pregunta con un intento de sonrisa.

Sí, algo he escuchado —contesto, no iba a mentirle y hacer que me lo contara de nuevo.

Fui yo la que dio fin a nuestro noviazgo. Lo amaba tanto que creí que dejándolo ir, él al menos podría ser feliz —susurra con la voz todavía enronquecida.

¿No te entiendo? —inquiero, mi cabeza no asimilaba sus palabras.

Antes de dar por terminada nuestra relación, como ya sabes, fui atacada, —suspira fuerte—. Trataron de abusar de mí, tocaron mi cuerpo y me golpearon. Pero más que el daño físico, fue el psicológico el que en realidad más dañó me hizo. Me sentía sucia, peor que una basura, para nada una persona digna de estar con alguien tan maravilloso como él —musita entre sollozos y acaricio su cabello esperando que se tranquilice un poco—. Por esa razón hablé con él y le di la tonta excusa de "no eres tú sino yo".

«Dejé que creyera lo que quisiera, solo mi hermano que jamás se separó de mi lado lo sabía y aunque no estaba de acuerdo con mi decisión, la aceptó y me ayudó a volver a ser un poco como era antes, —llora de nuevo y espero a que saque su dolor—. Mi nene no se apartó, siguió a mi lado como amigos y permaneció siempre pendiente de mí, sin embargo, yo puse distancia, notaba anhelo en su mirada y eso me partía el alma. Jamás pasó por mi cabeza estar con nadie más y para sentirme protegida siempre estaba con James, Thomas o mi vampirito. Más adelante, me di cuenta de que cuando estaba con Thomas le daban celos y egoístamente dejé que pensara lo que quisiera por hacerle un bien. ¡Qué estúpida e imbécil fui! —solloza de nuevo y solo me limito abrazarla. Me tiene en shock, pobre Lizzie, aguantar todo eso en silencio y dejar que el hombre que ama creyera que no era así debió matarla.

¡¿Lizzie, hermanita, qué pasa?! —exclama preocupada Nessie, no me había percatado de su presencia hasta que la escuché hablar. Se sienta a nuestro lado, uniéndose a nuestro abrazo hasta que Lizzie se calma.

Lo siento, eche a perder tu camiseta, —se disculpa entre hipidos y sonrío, eso es lo de menos ahora.

¿Qué pasa, Lizzie? ¿Por qué estas así? —pregunta angustiada Nessie.

¡Pasa que ya no puedo más! Me siento la peor de las mujeres por todo lo que le hice pasar a Justin y que él me ame de manera tan incondicional, que esté a mi lado a pesar de todo lo que le hecho sufrir, ver su mirada tan pura... —responde dejando la frase en el aire.

¿Amas a Justin, Lizzie? —pregunto para cerciorarme, aunque de sobra sé la respuesta.

Más que a nada en el mundo, es mi vida —afirma con seguridad y una hermosa sonrisa.

Entonces, hazlo feliz de ahora en adelante. El pasado es eso porque ha quedado atrás, no podemos corregir ni cambiar las decisiones que tomamos fueran buenas o malas, pero sí las podemos enmendar. A leguas se nota que Justin muere por ti y, por lo que sé, desde que terminaron no ha estado con nadie. Deberíais crear un futuro juntos y ser felices de una vez, —le aconsejo con total franqueza.

Lo he herido tanto, tengo miedo de que el día de mañana se dé cuenta de que no valgo la pena, de que perdió el tiempo conmigo y me diga adiós —susurra mientras lágrimas corren por sus mejillas.

¡¿Te estás escuchando?! —exclama Nessie, haciéndonos saltar—. No sé si aplaudirte por tonta o darte un par de azotes como si fueras una niña pequeña por cabezota. ¡Por Dios, eres tan ciega! Justin besa el suelo por el que pasas, te ama, hasta el más tonto puede darse cuenta de eso. Te idolatra, ese hombre es capaz de tirarse por un acantilado sin pensarlo solo por ti. —Lizzie se queda mirándola como si fuera un extraterrestre o algo así.

No me mires de esa forma que lo que digo es la más pura y transparente verdad. Cariño, sabes que te amo, eres mi hermana y lo que más deseo es que seas feliz. Y tu felicidad…tu felicidad se llama Justin Crawford, capitán del equipo de fútbol americano y un pedazo de chico. Mira que si no tuviera a mi lobito, te haría competencia, —no podemos evitar reír por las palabras de Nessie.

Aquí nuestra Nessie tiene toda la razón. Excepto en lo de hacerte competencia, porque tu chico será la perfección hecha persona, pero tu hermano es perfecto para mí y no lo cambio —digo, ganándome un beso en la mejilla por parte de Lizzie.

Sé que es el hombre ideal para cualquier mujer y ese es mi miedo, no ser lo suficiente buena para él —susurra, agachando la cabeza.

Elizabeth Tiffany Masen, si vuelves a repetir esa idiotez, te parto la cara para que entiendas de una maldita vez que para la única persona que tiene ojos es para ti. Si te vuelves alejar de nuevo, lo vas a matar, —le reclama Nessie, poniéndose dramática.

No lo haré, lo amo demasiado como para hacer algo así, —se defiende Lizzie.

Pues ya va siendo hora de que le hagas una encerrona y le digas: Esta chica quiere estar contigo, vamos a hacer travesurillas por ahí —contraataca divertida Nessie, gesticulando y provocando que nos partamos de risa.

Hay demasiados cosas, perdimos a alguien importante y... —comienza a hablar Lizzie, pero el sonido de mi móvil la interrumpe.

Diga —contesto un poco molesta al descolgar.

Deseo hablar con la futura señora Masen —responde la voz más hermosa del mundo.

Hola, amor, —saludo con una tonta sonrisa. Edward puede interrumpir siempre que quiera.

Hola, mi vida, solo te llamo para desearte buenas noches y decirte que te amo —habla con voz dulce, sacando un suspiro de mis labios al igual que a Nessie. Es tan dulce mi novio.

También te amo, ten dulces sueños, amor, que yo los tendré soñando contigo —respondo con una sonrisa, mi novio siempre está en mi cabeza.

Siempre los tengo, dado que la protagonista de ellos eres tú, —este hombre me derrite—. Hasta mañana, mi muñequita, te amo, —se despide con ternura.

También te amo, nos vemos mañana, amor —digo antes de colgar la llamada.

El amor, oh, el amor... —comienza a decir Nessie, bailando por la habitación y haciéndonos reír—. No sé vosotras, pero a mí se me antoja una película romanticona con comida chatarra y un gran bote de helado —dice y nos sonríe al ver cómo ambas asentimos con la cabeza ante su idea. Si alguien puede levantarte el ánimo, sin duda es Nessie.

Buena idea, vayamos a ver que hay —apunto, levantándome de la cama.

Bruji, elije la película mientras nosotras vaciamos la despensa, —le ordena sonriente Nessie, señalando con el dedo a Lizzie.

A sus órdenes, mi pitufa —contesta Lizzie, cuadrándose y logrando que rompamos en risas.

En cuanto llegamos a la cocina, Nessie no aguanta más y se deshace en llanto. Rápidamente la abrazo, sé la unión tan fuerte que hay entre ellas y lo que sufre al verla así. De hecho, yo me sentía igual, en poco tiempo me he encariñado muchísimo con ellas, son las hermanas que nunca he tenido y sé que ellas me quieren de la misma forma.

Siento haberte mojado más la camiseta, Bella, pero me es muy difícil ver a Lizzie así, es como una hermana para mí, al igual que tú —me explica Nessie.

Te entiendo porque me siento igual, sois las hermanas que nunca tuve, —afirmo con una sonrisa, abrazándola de nuevo.

Será mejor que nos dejemos de lloros, estamos aquí para levantarle el ánimo. Vamos a ver qué tenemos en la cocina —dice con una sonrisa Nessie, abrazándome fuerte y besando mi mejilla antes de tirar de mí para ir a la cocina, donde cogemos refrescos, patatas, doritos, gusanitos, cortezas, palomitas saladas y dulces, golosinas, y tres botes de helado de distintos sabores.

Ya estamos aquí, espero que hayas elegido una buena, —anuncia Nessie, entrando y soltando todo lo que traemos en la cama.

Estoy entre estas tres —nos dice, mostrándonos las películas, Cómo perder a un hombre en diez días, Amigos con beneficios, y 40 días y 40 noches.

Pues decididlo vosotras dos mientras me pongo el pijama —dice Nessie antes de salir corriendo por la puerta.

Al final nos decidimos por Cómo perder a un hombre en diez días. Lizzie aprovecha para cambiarse mientras que pongo la película, pero no tarda en volver, y rápidamente nos acomodamos en la cama, esperando a Nessie que llega segundos después y se tumba al otro lado de Lizzie, dejándola en el medio y comenzamos a ver la peli.

Una hora y media más tarde, hemos acabado con toda la comida y el helado, y no paramos de reírnos con las putadas que le hacía al pobre chico. No sé en qué momento Lizzie se queda dormida, ni tampoco Nessie, puesto que mis ojos se cierran antes de que termine la película, llevándome al país de los sueños.

Jacob Pov:

Entro en la cocina y veo que mi chispita me está esperando con un enorme plato de huevos revueltos con queso junto con un enorme vaso de café con leche, pero lo que más me gusta es que está vestida con un pequeño traje de sirvienta que apenas le tapa su redondito y delicioso trasero.

Jake. Jake.¡Jakeee! —chilla Edward, haciendo que me caiga del sofá.

Me vas a provocar un infarto —contesto de mal humor mientras me levanto del suelo.

Eso te pasa por haberte quedado dormido. Venga date prisa que se nos hace tarde para recoger a las chicas, —me avisa mi cuñado, aguantándose la risa al verme sobarme la espalda por la caída.

Ya voy, pesado, y ni se te ocurra reírte, —refunfuño, saliendo de la habitación para tomar mi mochila que está en la entrada.

¿Se puede saber con qué estabas soñando? Tenías una cara de baboso —pregunta, sonriendo una vez que salimos por la puerta en dirección a su coche.

Sólo te diré que era con mi chispita. —Me mira extraño, entonces me doy cuenta de que no sabe que llamo así a mi novia—. Nessie, en poca ropa —contesto moviendo las cejas.

No me cuentes, no me quiero traumar, —me pide entrando en el auto.

Solo he respondido tu pregunta, no pensaba entrar en detalles, esos son solo para mi chispita y para mí, —le aclaro, sentándome en el asiento.

Eso espero, lobito, no me interesa saber lo que hace Nessie contigo —me contesta entre risas al verme fruncir el ceño por cómo me ha llamado.

Antes de arrancar, mi cuñado enciende la radio y sintoniza un dial de música clásica, de inmediato voy a cambiarla por algo más movido porque de lo contrario soy capaz de quedarme dormido de nuevo.

Ni se te ocurra cambiarla, Swan, y préstame atención, hay algo que necesito decirte —me dice mi cuñado, mirándome de reojo—. Anteayer saliendo de clases se lo conté a Justin, necesitaba la opinión de alguien más sobre lo que vi la noche anterior, y me sugirió que lo mejor era hablarlo contigo antes de tomar cualquier decisión, —suspira.

No andes con rodeos, Ed, dime qué es lo que ocurre —inquiero ansioso por saber de qué se trata y seguidamente me relata lo sucedido esa noche—. No es algo que me sorprenda, siempre me imagine que había algo oculto, el repentino interés de Alice por Jasper me extrañó bastante —añado todavía sin comprender cómo mi primo ha preferido creer en las palabras de la duende. Fácil lo tiene embelesado.

¿Crees qué debería contárselo a Bella? —me pregunta, sacándome de mis pensamientos.

Sí, aunque le duela merece saberlo y creo que el resto del grupo también, —suspiro—. Estoy seguro de que algo están tramando esas arpías, por eso quieren a Jasper a su lado. Será mejor estar prevenidos y más ahora que sabemos de la envidia y el odio que sienten por las chicas. —Miro a mi cuñado, el cual asiente con la cabeza—. Lo mejor será decírselo cuanto antes. El resto puede enterarse más tarde —asevero mosqueado por culpa del idiota de Jasper.

¡Hey, conmigo no te cabrees! —exclama, simulando estar ofendido y logrando que nos riamos como tontos.

No entiendo cómo mi primo puede ser tan imbécil. No obstante, se merece lo que le está pasando, se va a llevar un buen palo cuando se entere —digo con total sinceridad y la verdad no me da ninguna pena, él solo se lo ha buscado.

Algo parecido me dijo Justin cuando se lo comenté —me cuenta cuando estaciona el coche en la entrada del edificio de las chicas, y seguimos conversando acerca del asunto mientras subimos en el ascensor.

En cuanto llegamos, llamamos al timbre varias veces y, al percatarnos de que nadie nos abre, comenzamos a dar pequeños golpes en la puerta para que nos escuchen.

Le pegas a la puerta como si fueras una chica, —me burlo, ganándome una fulminante mirada de su parte.

Observa cómo se hace así aprendes —digo entre risas, golpeando fuertemente la puerta.

No seas bruto, no hace falta tirar la puerta para entrar, tengo la llave —expresa tan tranquilo.

No jodas, tienes la llave y aquí estamos como tontos golpeando y esperando para entrar —asevero, cruzándome de brazos y logrando que se muera de risa mientras saca la llave y abre la maldita puerta. Subimos las escaleras y cada uno se dirige a la habitación de su chica.

En el momento en que entro en el dormitorio de mi chispita, me llevo un chasco al no verla ahí. Al salir de nuevo al pasillo, me encuentro con mi cuñado con cara de preocupación.

¿Bella tampoco está en su cuarto? —pregunto intrigado.

¿Qué quieres decir con tampoco? ¿No está Nessie? —inquiere con angustia en su voz.

No, su cama está intacta—respondo extrañado.

Echaré un vistazo en la habitación de mi hermana —dice encaminándose a la puerta y rápidamente le sigo.

Pero al llegar, se queda parado con la mano en el picaporte sin saber si entrar o no.

¿Se puede saber porqué no abres de una vez? —exclamo exasperado—. No vas a interrumpir nada, Justin está en la fraternidad, —río consiguiendo que me mire de mala manera.

Se puede estar vistiendo, zoquete —me responde llamando a la puerta. Pasado unos segundos en los que nadie contesta, me desespero y abro la puerta con fuerza, provocando que golpee la pared y originando bastante ruido.

Al escuchar el fuerte sonido, las chicas saltan a causa del susto, en especial mi hermanita que se cae de la cama, golpeándose el trasero con el suelo. No puedo evitar reírme cuando la oigo quejarse y maldecir y rápidamente mi cuñado se acerca para levantarla y depositarla con cuidado sobre la cama, mientras que un rayo en forma de Lizzie corre hacia la ducha repitiendo, "Tarde, Justin, mierda", y no sé qué cosas más. En cambio, mi chispita solo se gira, acurrucándose mejor mientras abraza la almohada para seguir durmiendo.

Ríete, Masen, y no me tocas durante un buen tiempo, —advierte mi hermana. Mejor no reírse, tiene un humor de perros cuando se la despierta. Edward acaricia su mejilla y besa su frente, apaciguando su enfado, luego la levanta para llevarla a su dormitorio.

No se pongan a hacer guarrerías que llegaremos tarde —grito cuando salen del cuarto.

No te preocupes, solo masajearé un poco el golpe de tu hermana —me responde Edward, guiñándome el ojo.

Como mi chispita no tiene intención de moverse, me acerco para tomarla en brazos y llevarla hasta su habitación.

Oh, Dios...Sí, Matthew... Más, —gime mi chica, dejándome de piedra—, En el cuello no que me haces cosquillas —sigue hablando, consiguiendo que mi cuerpo hierva de rabia a causa de los celos—. No te metas, Kate, Matthew es mío. —Demonios, quién mierda es ese Matthew, cuando lo pille lo mato. De repente, escucho las carcajadas de mi novia que me observa con una preciosa sonrisa en su rostro al ver mi cara de tonto.

No lo encuentro nada gracioso, —gruño molesto mientras la dejo sobre su cama.

Lobito, es una broma. Estoy despierta desde el tortazo que se ha metido Bella, solo quería ver la cara que ponías —habla melosa, incorporándose, para luego abrazarme.

Pues a mí no me parece divertido, —refunfuño aún enojado, cruzándome de brazos.

Sabes que tú eres el único que deseo que acaricie y bese todo mi cuerpo —me susurra mientras muerde el lóbulo de mi oreja. ¡Mierda! Mi sueño regresa a mi cabeza.

Nessie, ¿puedes empezar a arreglarte, por favor? —suplico porque si sigue abrazándome y besando mi cuello de esa manera, mientras pega su cuerpo al mío, no saldremos en todo el día de su habitación.

¿Por qué? ¿No te gusta que te dé besitos? —pregunta, restregándose contra mí y sintiendo claramente cómo mi amigo se despierta.

Será mejor que te detengas si no quieres faltar a clases, porque como sigas así no te dejaré salir de la cama en todo el día, —le advierto, pegándola más a mí.

Lo siento, lobito, hoy he de entregar un trabajo. Prometo recompensarte más tarde —dice coqueta. Mierda, ya me había hecho la ilusión de un rapidito.

Date prisa, te espero en la cocina, —le aviso, besando dulcemente sus labios antes de salir.

Nada más entrar en la cocina, me encuentro con Edward y mi hermana, la cual está desayunando. Apenas pasan unos segundos cuando Lizzie entra corriendo, coge unas galletas junto con un zumo y se despide, saliendo a toda velocidad por la puerta.

Os juro que si este par no se junta de una vez, les haré una encerrona —digo sonriendo.

Déjalos tranquilos, Jake, o sino le cuento a papá lo que pasó con Rufus, —me amenaza Bella, fulminándome con la mirada y haciendo que casi me caiga del taburete. Adiós a la encerrona y a seguir esperando.

Lobito, déjate de tonterías y marchémonos que se hace tarde, —me regaña Nessie, tomando una tostada que comienza a comer mientras se sirve una vaso de zumo.

Pitufa, desayuna tranquila que hemos venido en coche —le dice Edward con cariño, se nota que la quiere como si fuera su hermana.

De acuerdo, vampirito, aunque no tengo mucha hambre —contesta mi chispita con una dulce sonrisa.

Diez minutos más tarde, ya nos encontramos dentro del auto. Decido que este es un buen momento para contarle a Bella y a Nessie lo que Edward me ha dicho, no quiero retrasarlo más, así que llamo su atención e inicio el relato.

Debemos decirle la verdad a Jasper —asevera mi hermana bastante enfadada.

¿Piensas que nos creerá, Bella? —pregunta Nessie aunque todos conocemos la respuesta.

Sé que te duele, hermanita, sin embargo, lo único que lograremos será que nos mande a la mierda por mentirosos y su rechazo será todavía mayor porque pensará que solo pretendemos difamar a Alice —intento explicarle con total convicción mi punto de vista.

Tienes razón, lo mejor es que se dé cuenta él solo. Es la única manera de que abra los ojos y se percate de su error, aunque sufra en el camino —rectifica mi hermana luego de escuchar mis palabras—. Solo espero que no sea demasiado tarde, ya ha hecho demasiado daño, —suspira mirando por la ventana.

Amor, por mucho que nos duela no podemos involucrarnos, solo empeoraríamos las cosas hasta el punto de que Jasper nos odiará y se marchará de la hermandad —explica Edward, acariciando su mano.

Solo podemos esperar a que se entere de la verdad y estar ahí para él —dice mi novia.

Ahora más que nunca debemos estar al pendiente de los posibles planes de Tanya, Rosalie y Alice contra nosotros. Así que, a la hora de la comida, les contaré al resto del grupo lo sucedido —les explico y todos asienten en acuerdo.

Cambiando de tema, —ríe mi cuñado—, ¿qué fue todo ese saqueo a la despensa? —pregunta con curiosidad.

Solo una noche de chicas, —ríe mi chispita—. Vosotros bebéis cerveza y nosotras comida chatarra más helado —le contesta Nessie, sonriéndole de manera cómplice a Bella.

Mierda, cuando las mujeres involucran helado y chocolate es por tres razones: están deprimidas, han roto con el novio o tienen el periodo. Espero que no sea la última y, sí es así, que no sea mi novia porque adiós fantasía.

Tan metido estoy en mis pensamientos que no me percato de que llegamos hasta que Nessie me pellizca en el brazo, haciendo que regrese a la realidad. Después de despedirnos de Bella y Edward, acompaño a mi chica a su clase para luego salir disparado a mi edificio. Más me vale no llegar tarde porque el profesor Clark ya me tiene un poco de manía.

Emmett Pov:

Definitivamente si hubiera un concurso de imbéciles me echarían de él por abusón. Me siento horrible, una basura, cómo pude ser capaz de soltar tanta mierda. Sé que debo disculparme con ellos, pero no sé si me querrán escuchar y están en todo su derecho, me siento tan arrepentido que llevo sin pegar ojo desde que ocurrió. Bajo las escaleras acongojado en dirección a la cocina donde para mi mala o buena suerte me encuentro a Justin.

Buenos días, —saludo con ánimo de romper el hielo.

Buenos días —me responde sin mirarme a la cara.

Justin —le llamo para obtener su atención— Verás,yo … —pero no me da tiempo a proseguir, puesto que me interrumpe el timbre de la puerta, es Lizzie que, al entrar en la cocina, me mira con expresión dolida, lo que me hace sentirme todavía peor.

En completo silencio, observo cómo se saludan con infinito amor antes de encaminarse hacia la puerta, no obstante, necesito disculparme.

Esperad —digo, alzando la voz y colocándome entre la puerta y ellos—, no puedo dejar que este asunto llegue más lejos, no podemos seguir así, hay que arreglar las cosas, —les miro pidiéndoles con la mirada que me escuchen.

¿Y qué sugieres, Emmett? —me pregunta Justin, rodeando la cintura de Lizzie.

Soy un completo idiota, un bocazas y un completo estúpido, lo sé, —les digo con sinceridad, mirándoles directamente a los ojos.

Pues sí, eres un bocazas y te has portado como un gilipollas —coincide serio Justin.

Llevo varias noches sin dormir y seré incapaz de hacerlo hasta que no os pida disculpas. ¿Podréis perdonarme por haberme comportado como un autentico cretino? —pregunto completamente arrepentido.

Metiste la pata hasta el fondo, nos ofendiste de la peor manera —me contesta molesto Justin.

Ya sabéis cómo soy, digo las cosas sin pensar, sin ponerle filtro a mis palabras, sin darme cuenta del daño que puedo hacer en un momento determinado y, aunque no es excusa, os diré que no lo hago a propósito. Os quiero y aprecio mucho —intento explicarme de la mejor manera posible.

Mmm, déjanos pensarlo, —me pide Lizzie, enfocando su vista en Justin que acaricia con dulzura su mejilla.

Prometo no volver abrir mi enorme boca. Lo siento de verdad, —aseguro utilizando mi último cartucho, sé que va a ser difícil.

No es esa la cuestión, Emmett. Nos gusta cómo eres con tu gran bocota y tu falta de filtro. El problema es que te pasas, te pasas y mucho, cuando se te dice que pares, no escuchas, no sabes detenerte —me dice Lizzie que mira por unos segundos a Justin, quien hace un gesto afirmativo con la cabeza—. Pero está bien, te perdonamos. Solo decirte que nos hiciste bastante daño con tus palabras, —suspira—, trata de pensar un poco más antes de hablar, de darte cuenta que estás metiendo la pata o de...yo que sé. Pero debes saber que necesitamos algo de tiempo para olvidar lo sucedido, eso no quita que seamos tus amigos porque lo somos y te trataremos exactamente igual que antes. ¡Ven aquí y danos un abrazo! —termina de hablar Lizzie, sonriéndome dulcemente. Rápidamente me acerco a ellos y nos fundimos en un abrazo.

Cuando nos separamos, Justin me da una palmada en la espalda en señal de amistad. Menos mal que todo ha pasado. Segundos más tarde, ambos se marchan sonrientes y abrazados por la cintura. Aún no comprendo cómo he podido ser tan estúpido de decir que Justin no la ama, si se ve que es capaz de dar su vida por ella.

De lo más feliz por haber solucionado las cosas, termino de desayunar antes de marcharme a clase con una gran sonrisa.

Edward Pov:

Menos mal que el timbre suena, dando por finalizada la clase, la mañana ha sido de lo más aburrida y agobiante. No estoy de ánimo para aguantar otra clase con la chica nueva sin acabar mandándola a la mierda, no ha parado de atosigarme y devorarme con la mirada desde la primera hora. Menos mal que ya tengo a mis compañeros asignados y de ese modo he podido librarme de su intención de sentarse a mi lado.

Escapo lo más rápido posible del aula, dirigiéndome a la de Justin, necesito huir de esa chica como sea. Apenas llego a la puerta del salón cuando la gente comienza a salir, menos mal que mi amigo es de los primeros en traspasar la puerta. Nada más verme, se acerca sonriendo al ver mi cara de impaciencia.

Ed, amigo, menuda cara tienes, —palmea mi espalda—. ¿Qué ocurre? —me pregunta intrigado mientras nos encaminamos a la cafetería.

Ni te imaginas la mañana tan tediosa que he pasado, —suspiro—. He sido acosado por la chica nueva, me tenía de los nervios, —me quejo, logrando que se muera de risa.

Deberías estar acostumbrado después de tener que soportar a la odiosa de Tanya, —se burla el muy cabrón—. Ahora, en serio, cuéntaselo a Bella, verás cómo te ayuda y te quita a la pesada de encima, —sonríe. La verdad es que la idea no es nada mala.

Es un buen plan, en cuanto vea a mi Bella se lo digo, —afirmo divertido—, así podré respirar de nuevo, —suelto un dramático suspiro, haciendo que estallemos en carcajadas.

A mitad de camino, nos encontramos con mi Bella que está hablando de lo más animada con Nessie, Kate y Elena, seguro planeando algo para la dichosa fiesta, ya que, cuando llegamos a su lado, se callan rápidamente.

Hola, hermoso novio, —me saluda efusiva mi muñequita, lanzándose a mis brazos.

Hola, amor, te extrañé —confieso abrazándola, mi día acaba de mejorar notablemente.

Ya, déjense de arrumacos y marchémonos a la cafetería —nos dice divertida Nessie.

Parecen lapas de lo pegados que están todo el día, —se burla Elena, logrando que nos tronchemos de risa.

Vamos a la cafetería de una vez que me muero de hambre, —reclama Justin sonriendo.

Ajá, ahora diremos que tienes hambre y no ganas de ver a una brujita, —me burlo antes de comenzar de nuevo con nuestro trayecto mientras escucho las risas de las chicas.

¡Corre, corre, corre! —grita una voz, la cual reconozco en medio de una multitud.

¡Date prisa, tenemos que ir más rápido! —chilla su compañero de aventuras.

Mi hermana y Diego salen como bólidos del edificio hasta llegar a unos frondosos arbustos donde se esconden.

¿Qué habrán hecho este par ahora? —inquiero negando con la cabeza.

No tengo la menor idea, pero juntos son dinamita —responde entre risas Kate.

No incriminen a mi niña, seguro que no ha hecho nada —intenta defenderla Justin.

Juntos son un verdadero peligro y lo sabes de sobra, Justin, no defiendas lo imposible —contraataca Elena divertida, haciéndonos reír.

Vayamos a ver qué pasa —nos apremia jovial Nessie, encaminándose hacia el lugar.

Esperad un momento, veamos de quién se esconden —agrega graciosa mi Bella, haciendo que nos detengamos.

Apenas pasan unos minutos cuando vemos salir a un profesor, limpiándose con una toalla la cara y el cabello que están manchados de un extraño color verdoso.

¡Ay de ustedes cuando los atrape! ¡Pronto descubriré quiénes fueron y entonces se acordaran de mí! —exclama indignado mientras golpea varias veces con el pie el suelo mientras vuelve a observar a su alrededor antes de meterse de nuevo al edificio hecho una furia.

En el momento en que el profesor entra de nuevo, nos acercamos donde se encuentran Lizzie y Diego que salen de su escondite, partiéndose de risa.

Parecía Hulk, la masa, de lo verde que está —oímos decir entre risas a Diego.

Más se parecía al Grinch, su cabello también estaba verde —comenta mi brujita, uniéndose a las risas de su amigo. Menuda pareja.

¿Qué fue lo que hicieron esta vez, mi niña? —pregunta divertido Justin, llamando la atención de una risueña Lizzie que corre rápidamente a sus brazos.

Nada malo, nene, solo que terminamos pronto y limpiamos el instrumental, pero por error no lo secamos bien por dentro. Antes de irnos, el profesor quiso hacernos una demostración sobre la siguiente prueba y…bueno, al agregar los componentes químicos... ¡Bum! Encima del maestro —nos explica mi hermana con un puchero. Pobrecitos, si son de lo más inocentes.

¿Cómo es que estando en medio de todo salieron tan bien librados? —inquiero de lo más intrigado.

Aquí, Diego Clark, alias Superman, me lancé a proteger a mi Lizzie Lane, rescatándola de esa montaña de humo para después salir volando del laboratorio —nos aclara Diego, poniendo los brazos como Superman cuando vuela.

¡Mi superhéroe! —exclama efusiva Lizzie, besando la mejilla de Diego y haciendo que estallemos en carcajadas.

Justo cuando estamos a punto de entrar en la cafetería, nos encontramos con mi prima Rosalie quien, al ver a Justin abrazado a mi hermana, la mira con puro odio como si pudiera lanzarla fuego por los ojos. Mi casi cuñado, al observar la mirada de mi prima, decide provocarla todavía más, pegando su cuerpo al de Lizzie y, para rematar, comienza a depositar varios besos por su cuello. Mi querida prima entra a la cafetería roja de rabia y, una vez que la perdemos de vista, Nessie no puede aguantarse las ganas de imitar sus gestos y movimientos, ocasionando que riamos fuertemente.

Nada más entrar, vamos directos a por nuestro almuerzo. Cuando todos tenemos nuestras bandejas con la comida, nos marchamos a nuestra mesa donde ya se encuentran la mayoría de nuestros amigos, gastándose bromas entre ellos.

En cuanto estamos todos, Jacob toma la palabra, consiguiendo el interés de todos nuestros amigos, quienes de inmediato le prestan toda su atención. Sin dudar un momento, les cuenta lo que habíamos hablado esta mañana sobre Jasper y de cómo las tres arpías lo están utilizando.

Por mucho que le digamos jamás nos creería. Está demasiado encoñado con la duende —asevera Garret antes de dar un sorbo a su bebida.

A lo mejor pensáis que soy mala amiga por lo que voy a decir, pero Jasper tiene lo que se merece, ni más, ni menos —opina bastante seria Kim que no se esperaba semejante bajeza de uno de sus mejores amigos.

El que siembra vientos, recoge tempestades —añade muy tranquilo Stephan antes de seguir comiendo como si no hubiese dicho nada, originando que todos nos riamos. Mira que le gustan a este chico los refranes.

Palabras muy sabías, amigo —confirma divertido Kevin, quitando hierro al asunto.

Seguimos conversando durante un rato más sobre el tema hasta que una aburrida Nessie decide cambiar la conversación, contando la pequeña travesura de mi brujita y Diego.

Chicos, lo vuestro es muy fuerte —dice entre risas Gianna.

Niños, no lleváis ni una semana de clase, tranquilizaos un poco —les sermonea James, aparentando estar enfadado.

Está bien, papá, no lo volveremos hacer —responde Diego con un puchero, sacando las risas de toda la mesa.

Papi, de verdad que no fue nuestra culpa, —refunfuña Lizzie con voz de niña pequeña.

Está vez os salváis, hijos, pero a la próxima castigo asegurado —garantiza James, interpretando a la perfección su papel de padre.

Te lo prometemos, eres el mejor papi —gritan mi hermana y Diego al unísono mientras corren donde está nuestro amigo para darle un fuerte abrazo y besos por toda la cara, lo que provoca que todos reventemos en carcajadas.

A cualquier otro ya lo hubieran pillado y expulsado —asegura Laurent entre risas.

Nunca nos pillarán, ni nos expulsarán por dos razones, la primera, somos los mejores alumnos de nuestra clase, y la segunda, somos igual de rápidos que Speedy Gonzáles —asevera Diego, chocando las palmas con mi hermana antes de sentarse de nuevo en sus lugares.

¡Menudo par de fanfarrones! —exclama divertido Thomas, sacando las risas de todo el grupo, menos las de los susodichos que están con los brazos cruzados y mirándonos ofendidos, aunque una pequeña sonrisa en sus labios los delata.

Mi niña, no les hagas caso, son unos envidiosos —le asegura con dulzura Justin, ganándose una sonrisa y un beso en la mejilla de parte de mi hermanita.

Amor, no te lleves mal rato, solo dicen eso porque tienen celos —dice Bree, acariciando la cara de su novio con ternura, el cual le sonríe antes de besarla apasionadamente.

Menudos defensores tenéis, no cualquiera se metería con vosotros, —bromea Irina, haciéndonos reír nuevo.

Más bien diría aduladores, a saber qué pretenden conseguir —se cachondea Maggie, recibiendo cuatro fulminantes miradas, a las cuales responde sacándoles la lengua y logrando que nuestras risas aumenten.

¡Ya déjenlos en paz! —exclama Emmett—. Mejor hablemos de otra cosa, —sonríe, haciéndoles un guiño. Al parecer, por fin hablaron y solucionaron las cosas.

¿A qué hora tienen la reunión de fraternidades? —pregunta con una sonrisa Martha, cambiando de tema.

A las siete de la tarde —aclara rápidamente Nessie—. ¿Qué les parece ir al Barneys Beanry Bar a tomar algo después de clases? —propone entusiasmada, dando saltitos en la silla.

Es un buen plan, así conoceremos por fin el pub preferido de mi brujita —digo, abrazando a mi chica.

¿Ese es el famoso pub donde vais a ver los partidos? —pregunta mi Bella sonriéndoles a Justin y a Lizzie.

Sí, es un sitio de lo más agradable —afirma Justin, acariciando el cabello de mi hermana que está recostada en su hombro.

¡Hey,capitán! —grita Brad, acercándose a nuestra mesa—. Hola, gente, —nos saluda con una sonrisa antes de dirigirse de nuevo a nuestro amigo—. Solo decirte que lo que pedimos para mañana ya está listo, tenemos que pasar a recogerlo está tarde. Si por lo que sea no puedes ir, llámame y me acerco yo, —mira a Justin con una sonrisa cómplice.

Genial, espero que me dé tiempo, sino te tocará ir a ti —comenta Justin con una sonrisa.

No hay problema, capitán, —palmea su espalda—. Princesa, cada día estás más guapa, —le sonríe con cariño a Lizzie—, ahora me marcho corriendo antes de que alguien que conozco se ponga celoso, —ríe—. Nos vemos en el entrenamiento, chicos, —se dirige a Justin, Stephan y Jared—. Hasta luego, —se despide del resto con una sonrisa antes de marcharse de nuevo a su mesa.

Por fin llegaron vuestras chaquetas, chicos, mañana os las daremos —les anuncia sonriente Justin a Jared y Stephan.

Genial, eso quiere decir que ya tenemos nuestros propios números —declara eufórico Stephan, chocando puños con Jared.

Sois como niños con juguete nuevo —pronuncia Kate, negando con la cabeza y haciéndonos reír.

Una vez terminamos de comer, me fijo en cómo Elena, Nessie, Jared, Lizzie y Diego se miran de manera cómplice antes de incorporarse de sus asientos y dirigirse hacia donde están sentados Jane y Alec. Pobres, el interrogatorio está por empezar.

Amor, presta atención, te vas a reír —le aviso a mi Bella que me mira sonriente.

¿Les van a hacer el interrogatorio? —me pregunta en un susurro, a lo que asiento con la cabeza mientras paso mi brazo por sus hombros, pegándola más a mí.

Pobres, ni se imaginan lo que se les viene encima —nos comenta Justin en voz baja, logrando que nos riamos Bella y yo.

¡A disfrutar del show, chicos, que está por empezar! —exclamo en voz baja y nos acomodados bien en nuestras sillas para poder contemplar el espectáculo. Esto va a ser de lo más divertido.

Cuando Alec y Jane se empiezan a darse cuenta de que algo sucede, ya están rodeados por Jared, Elena, Nessie, Diego y mi hermana que los miran con una sonrisa maliciosa en los labios.

Parejita, ¿qué estaban haciendo el lunes a las diez y media de la noche? —interroga Diego, frotándose las manos.


Comunicaros que en el grupo de facebook "EL jardín de los hechizos de Maya" podéis encontrar los álbumes de los fics, así como adelantos, encuestas y muchas cosas más de mis historias. El link lo tenéis en mi perfil, Os esperamos.

Si queréis disfrutar de clases sobre fútbol americano ahora que se va acercando el partido, nuestra coach, os lo explica encantada en el grupo de Facebook.

El Link del trailer tan maravilloso realizado por mi amiga Teresa lo tenéis en mi perfil.

Este capítulo va dedicado a todas/os mis nuevas/os y antiguos lectores, y os doy las gracias por vuestro apoyo a está historia. Estaré esperando vuestros comentarios que hacen superarme en cada nuevo capítulo.

A mis lectoras silenciosas gracias por estar ahí.

Gracias a mis lectoras por tomaros el tiempo de dejar vuestros reviews que me llenan de ilusión y me dan fuerza para continuar.

Muchísimas gracias a todos los que me habéis añadido a favoritos y alertas, también a mis lectoras anónimas gracias por estar ahí.

Dar las gracias a:

Aliena Cullen, Emmaly Swallen , Pauly Mp, Tecupi, Pili, Jde HSos, Kjmima, patymdn, jackie. rys, Car cullen Stewart Pattinson, Adriana Molina, kaja0507, jupy, rosy,canal.10, flaca paz, Adriu, Alixa Cullen, saraipineda44, cavedano13, Cary, Esmeralda C, Isa Labra Cullen, Paz, Liduvina, Isabella Swallen, caresgar26, cry, piligm, Lyra, Laury D, CelyJoe, AngieSCullen, Chiki Garcia, Sambita 74, ClaudiaHernandez, BreezeCullenSwan, Danny VasquezP, Vero Grey Cullen, ShirlyM. Cullen

Si me faltó alguien por dar las gracias, por favor, mandarme un inbox, y los Guest poner un nombre para poder agradeceros.

Espero sus comentarios y sugerencias de todo corazón.

Muchos besitos y mordisquitos de Edward para todos mis lectores.