DISCLAIMER: Sólo los personajes pertenecen a la maravillosa escritora Stephanie Meyer; la trama de la historia, los lugares y algunos personajes son de mi propiedad.
"Todas mis historias están registradas en SafeCreative. Tenedlo en cuenta al momento de adaptar, copiar, o publicar cualquiera de ellas sin pedir mi autorización"
Este capítulo no esta beteado. Lamento los posibles errores. En cuanto mi amiga Emotica GW, me lo mande, lo cambiaré.
Hola a todas/os:
Aquí os dejo un nuevo capítulo. Espero y os guste.
El link de la Soundtrack lo tenéis en mi perfil
La canciones del capítulo:
When I First Saw You — Jamie Fox & Beyoncé
I Want You — Bon Jovi
Far Away — Nickelback
Can´t Stop The Felling — Justin Timberlake
Bang Bang — Jessie J, Ariadna Grande, Nicki Minaj
Sensación de Vidas Universitarias
Capítulo 27 Abriendo el Corazón y Fiesta de La Hoguera I
Lizzie Pov:
Varios suspiros se escapan de mis labios al rememorar todo lo ocurrido durante la tarde, una estúpida sonrisa se forma en mis labios al contemplar a mi nene charlar animadamente con mi hermano, grabando en mi mente y en mi corazón cada gesto, movimiento, sonrisa... Y pensar que por mis miedos e inseguridades perdí tanto tiempo de poder ser feliz a su lado. Observo de nuevo el mar, fijándome en el ir y venir de las olas mientras en mi mente se recrea la imagen de Justin cuando meses atrás rompí nuestro noviazgo sin siquiera poder darle una explicación coherente, haciendo que mi corazón se estruje... No existe justificación alguna para lo que hice, si hubiera actuado de otra manera en vez de ser tan cobarde... Pero de nada me sirve lamentarme, todo lo contrario, aprenderé de mi estúpido error para ser feliz y disfrutar de esta nueva oportunidad.
Un pequeño suspiro se escapa de mis labios mientras contemplo el relajante movimiento de las olas hasta que tengo la sensación de una mirada fija en mí, la cual logra hacerme girar en su dirección y encontrarme con la mirada de mi amor, que mi guiña el ojo y logra que mi corazón se acelere como la primera vez en aquel partido, donde quedé prendada de él. No me contengo y le lanzo un beso, ganándome una maravillosa sonrisa, la cual intento responder de la mejor manera ya que no quiero preocuparle con mis tristes pensamientos, sin embargo él me conoce a la perfección y, dándome una mirada más intensa, levanta su ceja en una pregunta silenciosa, que evado negando con la cabeza, menos mal que mi hermano corta la conexión de nuestras miradas al llamar de nuevo su atención sobre la charla que están manteniendo, lo que aprovecho para regresar mi vista al mar.
Cierro mis ojos, aspirando el delicioso aroma del mar que la pequeña brisa ha levantado mientras hago una promesa silenciosa en mi corazón, de hacer todo lo posible e imposible para que mi nene sea feliz, sólo pensando en lo que él quiera y no en lo que yo considere mejor, pues ya tomé una vez esa decisión y nos herí demasiado al pensar que era lo mejor, en especial para él. Sonrío como la tonta enamorada que soy, una mujer con mucha suerte porque Justin, a pesar de mis errores, sigue a mi lado y me ama tanto o más de lo que yo a él.
De pronto unos cálidos y conocidos brazos me rodean por la espalda sacándome de mis pensamientos y su esencia inunda mi cerebro, haciendo mi cuerpo vibrar.
—¿En qué piensa mi niña? —pregunta girándome para quedar frente a él.
—En nosotros y en lo mucho que te amo —digo perdiéndome en sus hermosos ojos.
—Si amarme lleva esa tristeza a tus ojos que tanto amo, prefiero que no lo hagas, aunque se me parta el alma —susurra acariciando con ternura mi mejilla.
—No podría vivir sin amarte... Y me moriría si volviera a perderte —aseguro abrazándolo fuertemente y escondiendo mi cara en su pecho.
—Pero no deseo contemplar esos preciosos ojos tristes por mi culpa —asevera levantando mi rostro y uniendo nuestras miradas.
—Sólo estaba pensando en lo estúpida que fui al terminar nuestro noviazgo y en como me arrepiento de haber perdido tanto tiempo sin tenerte a mi lado —musito hundiendo mi rostro en su pecho mientras lo abrazo firmemente, no pretendo separarme ni un milímetro de él.
—¿Quieres ir a dar un paseo? —me pregunta en el oído, haciéndome estremecer.
—Contigo voy hasta el fin del mundo —contesto con una sonrisa mirando sus hermosos ojos.
—Entonces lo mejor será marcharnos cuanto antes —dice tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos—. No quiero que nuestros amigos nos vean e intenten detener nuestra escapada —reímos.
Antes de iniciar nuestro camino se gira en dirección a mi hermano, que nos mira expectante, mi chico levanta su pulgar antes de despedirse con la mano, a lo que mi hermano responde con un saludo militar y me guiña el ojo con su sonrisa ladina, esas que sólo él sabe dar y me hace sentir especial. No sé que sería de mí sin mi vampirito a mi lado.
Caminamos en un cómodo silencio, no son necesarias las palabras, el estar rodeada por sus brazos hace que me sienta segura y feliz. Después de un pequeño paseo nos detenemos en unas rocas que están cerca de la orilla, donde me ayuda a sentarme antes de colocarse frente a mí.
—Mi niña, no me gusta nada verte así. ¿Por qué no me dices que pasa por esa cabecita tuya?, ¿qué te tiene tan atormentada? —me pregunta acariciando dulcemente mis manos.
—En todo lo que pasó tiempo atrás, son tantas cosas amor... Pienso en esa maldita noche y en lo que perdimos por culpa de esos miserables —contesto estremeciéndome ante el recuerdo, Justin se arrodilla en la arena, quedando frente a mí y abrazándome por la cintura mientras recuesta su rostro en mi vientre. Un sollozo involuntario se escapa de mis labios, ¡cuántas veces soñé con poder estar de esta forma! Mi vientre abultado donde nuestro bebé crece respondiendo con pataditas a las palabras de amor de su padre. ¡Eso es lo que debió pasar! Y no perderlo en cuanto me enteré de su existencia—. Perdimos a nuestro pequeño y de paso te perdí también a ti —le miro con ojos vidriosos.
—Jamás me perdiste amor y, aunque no estuvimos juntos en ese momento, yo siempre he sido tuyo, desde la primera vez que mis ojos se posaron en ti —me asegura y besa mi frente con dulzura
—Pero sufriste tanto por mi culpa... Te herí demasiado —afirmo con tristeza al recordar su rostro lleno de pena cuando decidí poner fin a nuestro noviazgo.
—Amor, a veces tomamos decisiones erradas que nos hieren a nosotros y lastimamos a los demás, eso es lo que nos hace humanos y más todavía reconocerlo y rectificarlo, comprendo que en ese momento no me necesitabas a tu lado y lo respeto porque te amo —me explica mirándome con sus hermosos ojos que se encuentran vidriosos.
—¡Sí te necesitaba! ¡Maldita sea! Precisaba que me abrazaras, me besaras y me dijeras que todo iba a estar bien, que me perdonaras por haber perdido a nuestro pequeñín —expreso con dolor y una lágrima se desliza por mi mejilla.
—No estuve entonces, pero ahora estoy aquí y te amo más que a mi vida. Eres todo para mí, mi mundo, mi universo y si nuestro bebé no pudo vivir tú no eres culpable de nada, sino esos malditos bastardos, ellos son los culpables, nadie más, sé que si hubieras sabido de la existencia de nuestro enano lo habrías protegido con tu vida —asegura acariciando mis mejillas.
—¿Por qué eres tan perfecto? —inquiero limpiando con mis dedos las lágrimas que se escapan de sus ojos y bajo mi cabeza hasta quedar a su altura para unir nuestros labios. Lo necesito tanto, él es mi oasis perdido en el desierto.
—No lo soy. Sólo soy un hombre enamorado que está dispuesto a todo por la mujer que ama —susurra sobre mis labios.
—Te amo con todo mi ser y te juro que lucho para que el dolor de la pérdida de nuestro bebé no me afecte tanto, pero es imposible —asevero antes de volver a besar sus labios.
—Con respecto a eso... —dice nervioso, buscando algo en los bolsillos de su chaqueta y sacando un pequeño saquito de terciopelo.
—¿Qué pasa nene?, ¿por qué tan nervioso? —pregunto intrigada, me mata la curiosidad.
—Al igual que tú, no hay día que no piense en nuestro bebé y sienta como mi corazón se aprieta y lloro por lo que perdimos, porque era el fruto del inmenso amor que nos tenemos —suspira nervioso—. Y aunque nuestro bebé no esté con nosotros sabe que lo amamos con todo nuestro corazón, por eso... —saca unas cadenitas delgadas y elegantes de oro blanco donde cuelgan unos dijes. Uno con el símbolo infinito y del cual sale una pequeña cadena con una estrella, que tiene escrito "I love you my baby, you will always be in my heart" junto con nuestros nombres. El otro tiene también tiene el símbolo infinito y de el cuelga una pequeña y fina chapa con la misma inscripción—. Las mandé hacer cuando me contaste acerca de nuestro pequeño, no sabía cómo decírtelo y dártelo, por eso no he usado la mía, quería que ambos las lleváramos —confiesa cohibido, agachando su cabeza e intentando ocultarme las lagrimas que descienden por su rostro.
—Son hermosas nene, yo... Yo... —no puedo seguir hablando, las palabras han huido de mí, quiero decir tantas cosas, pero las lágrimas no me dejan ver su hermoso rostro.
—Te amo mi niña, amo a nuestro bebé y, aunque físicamente no esté con nosotros, siempre estará ocupando un lugar en nuestro corazón. Y éstos colgantes son una prueba física de su existencia en nuestras vidas —dice limpiando mis lágrimas con sus besos—. Pero no quiero ser el causante de tu dolor, ni que nuestro pequeño y su recuerdo empañen tu sonrisa que es la luz de mi vida —tomo una bocanada de aire mientras me pierdo en el azul de sus ojos que me transmiten el amor y la paz que necesito.
—Esto es hermoso nene... Y tienes razón, nuestro bebé merece ser recordado con alegría y amor —beso sus labios con dulzura—. ¿Me la puedes poner? —pregunto sonriente, acariciando la cadena que sostiene en sus manos.
Con una sonrisa acaricia mi mejilla mientras, levanto mi cabello dando acceso a sus manos, que colocan con cuidado la cadena alrededor de mi cuello, nada más abrocharla besa mis labios para luego tomar los dijes entre sus manos y besarlos. Seguidamente tomo su cadena, la cual todavía permanece en sus manos y repito su acción con una sonrisa en mis labios al igual que él y después uno nuestros labios en un dulce y significativo beso.
—Te amo —musita sobre mis labios y siento como una sonrisa se forma en ellos.
—Yo te amo más —susurro jugando como lo hacíamos en el pasado, cerrando de ese modo este capítulo doloroso de nuestra vida para siempre. Sabemos que quedarán huellas como las cicatrices, y un camino largo por recorrer, pero ya no dejaremos que sangre más, ambos curaremos al otro para poder ser felices por completo.
—Eso es imposible, mi amor por ti es infinito —me sigue el juego con una sonrisa mientras me ayuda a levantarme y en un descuido me da una pequeña palmadita en el trasero, haciéndome saltar.
—Ven aquí cobarde, no huyas —grito divertida al ver como ríe mientras se aleja de mí, y rápidamente hecho a correr detrás de él.
En un pequeño descuido por estar mirándome Justin tropieza con la arena y se cae lo que aprovecho para lanzarme encima de él.
—¡Te atrapé! —reímos—. Ahora eres mío, sólo mío —exclamo pegándome más a él.
—Sólo tuyo pequeña diablilla —asevera besando mis labios mientras gira sobre mi cuerpo y comienza hacerme cosquillas. ¡Maldito tramposo!—. Tú también eres mía. Dilo, y te dejo tranquila —sonríe travieso.
—Tuya... Soy... Tuya... Nene... Por favor... Para... Por favor —pido entre risas lográndolo al final, ya que besa dulcemente mis labios antes de levantarse y llevarme con él.
Continuamos con nuestro paseo abrazados por la cintura mientras recordamos varios momentos especiales que hemos vivido. Algunos de los más dulces y otros de lo más divertidos.
—Sabes donde estamos ¿verdad? —me dice mientras observa a su alrededor al mismo tiempo que se pierde en sus pensamientos.
—Sí. Es nuestro lugar secreto —afirmo adelantándome para ir hacia la orilla, pero al no escuchar sus pasos me giro para encararlo dándome cuenta de que no se ha movido, pero me mira de manera dulce y con su magnifica sonrisa—. Vamos, no te quedes ahí —río agarrando su mano y arrastrándolo hacia al mar conmigo.
Una vez cerca de la orilla dejamos nuestras chaquetas y zapatillas deportivas junto con la mochila en la arena y nos arrimamos hacia el mar para mojar nuestros pies. Miro a Justin que esta agachado tocando el agua con la mano, de pronto, levanta la cabeza uniendo nuestras miradas y una traviesa sonrisa se forma en sus labios…, antes de que pueda reaccionar comienza a salpicarme con el agua y no tardo en responderle de la misma manera, e iniciamos un divertido juego en el que no paramos de reír mientras nos arrojamos agua. Cuando queremos darnos cuenta estamos empapados, pero disfrutando como niños chapoteando dentro del mar.
Sin pensarlo me acerco a él e intento hacerle una aguadilla y fue el peor error que he cometido, ya que enseguida se da cuenta de lo que planeo. Me sonríe juguetón mientras se aproxima, escudriñándome de manera desafiante y no me queda más remedio que intentar huir, pero mi nene, como siempre, es más rápido que yo y me atrapa en seguida, y sin darme tiempo a reaccionar me lleva colgada de su hombro hacia lo hondo y me tira al agua.
Cuando salgo voy a expresarle mi opinión con uno de mis típicos pucheros, pero al contemplar su hermosa sonrisa me quedo sin palabras, lo cual aprovecha para sumergirnos de nuevo sin dejar de mirarme a los ojos. Nuestras miradas siguen conectadas bajo el agua, convirtiendo el momento en algo único e irrepetible y, sin saber como, nuestras bocas empiezan a llamarse la una a la otra hasta juntarse a medio camino. El beso, que al principio es dulce y tierno, poco a poco se vuelve más intenso y apasionado, muy a nuestro pesar la falta del aire se hace presente y salimos a la superficie, para sólo separamos lo necesario para coger aire y unir nuestros labios de nuevo.
El vaivén del agua une nuestros cuerpos creando una fricción sumamente agradable, se aparta lo justo para unir nuestras miradas, sus ojos arden en deseo, el cual estoy segura es un reflejo de los míos.
—Te deseo tanto que duele... —susurra sobre mis labios.
—Eso mismo me ocurre a mí. Te deseo y te necesito... —musito con la voz ronca por la emoción, rozando sus labios suavemente.
Me separo de él dando un pequeño paso atrás y comienzo a desprenderme de mi ropa. Justin me mira fascinado, su mirada me enciende, me quema, erizando mi piel sin siquiera haberme tocado.
Una idea juguetona se cruza por mi mente para excitarle aún más, sin dejar de mirarle le guiño un ojo antes de echar mi cabeza hacia atrás, sumergiéndome en el mar, dejando al aire mis pechos durante unos segundos antes de que sean cubiertos por el agua como el resto de mi cuerpo. En el momento que salgo de nuevo a la superficie mi nene me está esperando completamente desnudo y mirándome con una pasión arrolladora.
—Eres una brujita de lo más traviesa —ronronea mientras me coge de las caderas para acercarme a él. Su boca se estampa con la mía y luego muerde mi labio antes de buscar mi lengua y comenzar una maravillosa danza con la suya. Sus manos descienden a mi trasero que acaricia pegándome más a él y haciéndome sentir su enorme erección contra mi vientre.
—¿Qué no era un ángel? —le pregunto melosa. Muerdo y lamo su cuello saboreando el sabor a sal y disfrutando de la reacción en su piel.
—Y yo que pensaba que eras una niña buena —musita con voz ronca—. Sin embargo las chicas inocentes no se contonean de esa manera cuando saben que su muy excitado chico la está contemplando y provocando este efecto... —toma mi mano, y la aprieta contra su rígido y erecto miembro. Cierra los ojos en el instante que lo agarro entre mis manos y lo acaricio con lentitud, lo siento palpitar y un fuerte gruñido de placer se escapa de sus labios antes de abrir sus ojos que están negros de deseo—. Amor, me vuelves loco, mira lo duro que me tienes —muerde mi labio inferior tirando un poco de él, consiguiendo que suelte un pequeño gemido.
—Me encanta sentir tu polla tan firme y grande por mí —susurro mirándole a los ojos y recreándome con su cara de asombro.
Coloca sus manos en mis hombros, sus dedos se deslizan por mi piel hasta llegar a mi nuca, la cual rodea con sus manos rozándola suavemente, su nariz hace un recorrido por mi cuello inhalando mi aroma consiguiendo que mi deseo aumente, y más aún, cuando comienza a balancear sus caderas contra mis manos.
—Me queda claro que debajo de esa fachada angelical, se encuentra una pequeña diablilla realmente juguetona y caliente—me dice en un susurro intentando atrapar mis labios, pero me inclino hacia atrás para que no pueda pillarme.
—Ahora que lo has descubierto ¿Qué vas hacer?..., ¿vas a huir? —indago traviesa apretando su miembro firmemente entre mis manos.
—No pienso escapar de ti, sino todo lo contrario —asegura con voz ronca y entrecortada mirándome con un fuego abrasador en sus ojos—. Voy hacerte mía. Quiero oírte gritar de placer —muerde el lóbulo de mi oreja haciéndome estremecer y mis labios buscan con urgencia los suyos.
Nos besamos de manera salvaje, devorándonos mutuamente. Rodeo su cuello con mis brazos mientras enredo mis piernas en su cadera invitándolo a entrar en mí.
—Nene te necesito, no me hagas esperar más... —muevo mis caderas hasta que su miembro se sitúa justo en mi entrada.
Él gira su cadera y de una sola estocada se introduce en mí, de manera lenta y con calma, moviéndose al compás del suave oleaje, pero mi cuerpo ansia más. Y gracias a la posición que estamos, me impulso hacia abajo obligándolo a entrar hasta el fondo, llenándome por completo. Me siento en el paraíso al sentirlo totalmente dentro de mí.
Inclino la cabeza hacia atrás sin poder contener un grito de placer. Mi nene lleva su boca hacia mis pechos y toma un pezón entre sus labios, lo succiona y mordisquea, haciéndome perder la cordura; me siento explotar en el momento que repite su acción con mi otro pezón mientras con sus manos aprieta mi trasero, el placer recorre mi cuerpo y me aferro a él con fuerza, manteniéndolo inmóvil, plenamente dentro de mí. Siento como mi sexo se contrae aprisionando su polla, atrayéndola en mi interior. Me encuentro en el mismo cielo.
En el instante que comienzo a volver a la realidad Justin mueve sus caderas de forma circular dando rápidas y fuertes embestidas excitándome de nuevo y llevándome otra vez al límite, creo que voy a perder la razón en cualquier momento. Mis chillidos y gemidos cada vez son más fuertes, pero de pronto el baja su intensidad, haciéndome rogarle hasta que vuelve a acometer con sus embestidas, ahora de manera salvaje. Subo un poco más alto y me agarro a sus hombros, mi nene acerca sus labios a los míos, besándome profundamente y silenciando los gemidos que se escapan de nuestras bocas, no paramos de besarnos, lamernos, mordisquearnos al ritmo de sus duras, profundas, y rápidas embestidas, hasta que juntos estallamos en un maravilloso e increíble orgasmo gritando a la vez nuestros nombres.
Nuestros cuerpos aún unidos hacen que nuestros pechos se muevan al unísono mientras calmamos nuestras entrecortadas respiraciones. Mis ojos siguen cerrados, disfrutando de nuestra cercanía, mi nene se echa hacia atrás para besarme con dulzura, con sentimiento.
—Te amo mi niña —musita besando mi frente. Las lágrimas llegan a mis ojos. Mis manos se enredan en su pelo y uno nuestros labios en un beso que transmite todos mis sentimientos y emociones, entregándole mi alma y mi corazón.
—También te amo nene —susurro sobre sus labios, notando su sonrisa y tiemblo entre sus brazos a causa de la brisa nocturna que se ha levantado.
—Tienes frío, lo mejor es que salgamos —acaricia mi mejilla mientras sale de mí y me deposita con sumo cuidado en el suelo—. Vamos, no quiero que te resfríes —dice besando mis labios y tendiéndome una mano, que acepto de lo más gustosa.
Salimos abrazados del agua, no sin ir recogiendo nuestras ropas que están flotando cerca de la orilla.
La luna llena ilumina el lugar dándole un toque especial y único.
Justin me cubre con una de las dos toallas que hay en la mochila para luego hacer él lo mismo, antes de sentarse en la arena conmigo entre sus piernas y rodearme con sus brazos mientras disfrutamos de la hermosa vista que nos brinda el mar.
—¿En qué piensas? —le pregunto luego de permanecer en un cómodo silencio.
—Recordaba el día que nos conocimos —sonríe—. Estabas guapísima con la camiseta del equipo, saltando, y animando, pero lo más divertido era ver como le gritabas al entrenador porque tenía mal colocada la línea defensiva y nos podían meter un tanto. En ese momento me enamoraste —comenta risueño apoyando su cabeza en el hueco de mi cuello.
—Como no acordarme… Si el capitán y mariscal del campo, me dedicó un Toch Down haciendo que me sonrojara y que las chicas me mataran con la mirada —digo feliz al recordar ese maravilloso momento.
—No lo pude evitar, me cautivaste completamente. Además, necesitaba llamar tu atención para poder hablar contigo y pedirte una cita —reconoce abrazándome más fuerte.
—Y bien que la conseguiste, cómo rechazar al capitán, si nada más terminar el juego en vez de celebrar la victoria con tus compañeros, te acercaste a mí, con una maravillosa sonrisa en tu rostro para agradecerme los gritos de ánimo, que sin duda fue lo que necesitaste para poder ganar el partido —asevero haciéndonos reír.
—Esa noche tuve la mejor cita de mi vida. Y la razón es porque me encontraba en compañía de la chica más preciosa, inteligente, simpática, y dulce del mundo. Nunca la podré olvidar, fue una de mis mejores noches —confiesa y giro mi cabeza, encontrándome con su mirada que me transmite todo su amor.
—No puedo negar que también se encuentra entre mis favoritas. Me hiciste sentir como toda una princesa de cuento de hadas, estuviste de lo más atento y cariñoso. Por esa razón dejé que me robaras un beso cuando nos despedimos. Esa noche fue especial, siempre la recordaré —afirmo sonriente reposando mi cabeza en su hombro, pero sin dejar de mirarnos.
—¡Hey! No te robé un beso, me correspondiste —ríe. — ¿No te acuerdas? —pregunta divertido mordiendo mi cuello.
—Lo recuerdo a la perfección. Deseaba que me besaras —evoco con timidez, escondiendo mi cabeza en su pecho.
—Y no sabes lo feliz que me sentí cuando me devolviste el beso. Eso me dio las fuerzas suficientes para proponerte una segunda cita donde te pediría ser mi novia —asegura acariciando mi cabello con cariño.
—Imposible negarme a una nueva cita con un hombre tan encantador. Aún me acuerdo de como te luciste. Fue una velada increíble. La forma en la que te declaraste y me pediste ser tu novia resultó ser de lo más romántico —susurro al rememorar todo lo que hizo por mí esa hermosa noche.
—Tenía que ser algo especial, que jamás olvidaras y no pudieras rechazarme —comenta divertido besando mi cuello, haciéndome estremecer.
—Fue una noche mágica, cumpliste todos mis deseos… Primero me llevaste a ver el partido de baloncesto entre los Lakers y los Chicago Bulls, lo que me encantó. Después fuimos a la playa donde me sorprendiste con una deliciosa cena. Luego dimos un paseo por la playa a la luz de la luna, y diste el toque final cuando vi que habías montado una hermosa Jaima con enormes y preciosos cojines, y con manta en su interior, para así poder disfrutar del espectacular amanecer… Y en el preciso momento que el sol salía sobre el horizonte reflejándose en el mar, me declaraste tus sentimientos y me pediste ser tu novia mientras me rodeabas la cintura con tus brazos —recuerdo sonriendo como tonta al acordarme de esa noche tan maravillosa.
—Entonces giraste tu rostro, haciendo que nuestras miradas se conectaran y me besaste con dulzura antes de susurrar con una preciosa sonrisa sobre mis labios que nada te haría más feliz que ser mi novia, haciéndome increíblemente feliz, y nuestros labios se volvieron a unir en un tierno, y maravilloso beso, que culminó con nosotros haciendo el amor. Sin duda esa ha sido mi mejor noche —termina el relato, y une nuestros labios en un tierno beso.
—Sabes que esa noche fue muy importante para mí. Has sido el único hombre en mi vida. Hiciste que mi primera vez fuera especial, me trataste con infinita dulzura, y delicadeza, sintiéndome amada entre tus brazos. Nunca podré olvidar algo tan maravilloso y único. Eres un chico admirable, y asombroso, te amo muchísimo —aseguro conmovida acomodándome en su perfecto y duro pecho.
—Te amo mi niña, jamás dejaré de hacerlo. Siempre estaré para ti —me mira con sus hermosos ojos azules grisáceos—. Lizz, eres una chica increíble, y especial, te mereces sólo lo mejor —dice llamándome por el apodo que sólo él utiliza y que hace mucho tiempo que no escuchaba causándome una gran alegría.
—Justin, te amo con todo mi ser, y escúchame bien, jamás dejaré de hacerlo. Quiero que sepas que pase lo que pase siempre me tendrás a tu lado, nunca volveré a cometer el error de separarme de ti de nuevo. Eres la persona más importante para mí —afirmo con adoración acariciando su mejilla—. Creo que es hora de que todos se enteren que estamos juntos y nos sometan al tercer grado —ambos reímos para luego unir nuestros labios en un delicioso beso.
—Me encanta la idea... Quiero que todo el mundo sepa que soy tuyo y que tú eres mía, y que nuestro amor va más allá de lo imaginable —declara entre divertido y posesivo.
—Eso ya lo has dejado claro al entregarme la chaqueta —digo mientras señalo la prenda haciéndonos reír.
—Más vale ser prevenido —suelta entre risas girándome hacia él y quedándome sentada a horcajadas.
Ambos nos perdemos en la mirada del otro durante unos instantes, minutos... En realidad no lo sé, pues cuando estoy con él pierdo la noción del tiempo. Amo a Justin a tal grado que sin él estaría vacía y perdida en la vida.
—¿Dónde está esa cabecita tuya? —pregunta con una sonrisa al notarme sumida en mis pensamientos.
—Me da la sensación de que esto es un sueño del cual no quiero despertarme jamás —respondo mirándole fijamente.
—A lo mejor puedo convencerte de que no es un sueño, sino una maravillosa realidad —me propone en voz baja acariciando mi mano con la yema de sus dedos. Ese simple roce me obliga a cerrar los ojos y suspirar profundamente dejándome llevar por sus caricias, las cuales comienzan a subir por mis brazos hasta llegar a mi cuello. Mi piel se eriza de placer por donde sus manos rozan mi piel...
Ya no soy capaz de decir nada más, me acomodo mejor sobre sus piernas, quitándole la toalla lentamente para después hacer lo mismo con la mía dejando mis pechos al descubierto para que sus labios puedan saborearlos y besarlos, lo cual no tarda en hacer con lentitud y suavidad. Ahora es el momento de ser delicados, ahora haremos el amor despacio, sin prisas... Disfrutando del momento.
Deslizo mis labios sobre su desnudo y musculoso pecho hasta llegar a su uve para volver por el mismo recorrido, pero ahora también se unen mis manos acariciando cada parte de su abdomen y pecho hasta llegar de nuevo a su boca mientras me sitúo sobre su erecto miembro.
Nuestros labios se unen en un apasionado y lento beso al mismo tiempo que lo hacen nuestros cuerpos, nuestras lenguas empiezan a bailar juntas y enlazadas a la vez que lo hacen el ritmo de nuestras embestidas, en ningún instante separamos nuestros labios, ni siquiera en el momento que ambos llegamos a un glorioso y majestuoso orgasmo. Luego de disfrutar de las últimas sacudidas de placer, separamos nuestras bocas, que están rojas e hinchadas a causa de las profundas caricias de los besos, quedando con nuestras frentes unidas, abrazados y mirándonos fijamente a los ojos mientras recuperamos el ritmo normal de la respiración.
—Te amo, mi maravilloso milagro —susurra y consigue que los latidos de mi corazón se aceleren mezclándose con el suave sonido de las olas que rompen en la orilla.
—Yo también te amo. Eres mi vida entera y más —musito conectando nuestras miradas y queriendo transmitir la intensidad de mis palabras.
Sin separarnos lo más mínimo nos quedamos abrazados, disfrutando del momento hasta que la brisa comienza a ser más fresca, haciendo que mi cuerpo se estremezca.
—Mi niña, será mejor que nos vayamos. Empieza hacer frío y no quiero que te enfermes. Aunque pensándolo bien, estaría encantado de cuidarte —asevera con una pícara sonrisa saliendo lentamente de mi cuerpo, que de inmediato se siente vacío.
—Por muy a gusto que me encuentro entre tus brazos, tienes toda la razón, y nuestras ropas están empapadas —digo con un puchero mientras me levanto para que mi nene también pueda hacerlo.
No tardamos en vestirnos, pues sólo nos ponemos las chaquetas cerradas que están secas junto con nuestros pantalones que están mojados.
—Ya que la taberna de Luke, esta cerrada hasta dentro de una semana. ¿Qué te parece si te invito a cenar en Goffrey´s? —sugiere mi nene con una picara sonrisa mientras coge la mochila, luego de haber guardado nuestras cosas.
—¡Me encanta a idea! Es un lugar increíble —contesto emocionada mientras me lanzo a su brazos, los cuales me rodean de inmediato por la cintura pegándome a su cuerpo—. Te amo —una hermosa sonrisa se forma en su rostro y, seguido une nuestros labios en un dulce beso.
Mi nene me conoce a la perfección, sabe que me encanta ese restaurante, tiene unas fantásticas vistas y, es uno de los sitios más románticos de todo Los Ángeles.
—Te amo. Eres mi vida —me susurra en el oído haciéndome estremecer y, agarrados de la cintura ponemos rumbo hacia mi apartamento.
Edward Pov:
Menos mal que llegamos a la fiesta, porque mi novia está matándome con esos jeans azul claro ajustados marcando deliciosamente sus curvas y esbeltas piernas y que decir de esa blusa azul oscuro que se ciñe perfectamente a su cuerpo... Y ese arrebatador escote... Mi parte baja palpita al pensar en todo lo que podríamos hacer y es que mi Bella es la tentación hecha persona. Me tiene completamente loco.
—¡Qué emoción! Tenía unas ganas inmensas de llegar —exclama risueña saltando en el asiento y mirándome con sus preciosos ojos que brillan de ilusión.
—Entonces vamos, que seguro los chicos nos están esperando —digo antes de salir del coche para luego rodearlo y abrir su puerta. Mi novia se lanza a mis brazos mientras reparte besos por mi rostro haciéndome reír.
—Estoy feliz amor y sé que después de la fiesta lo estaré aún más —asevera traviesa guiñándome el ojo. Mi cuerpo entero vibra ante sus palabras y deseo que se hagan realidad.
—Mejor pongámonos en marcha antes de que nuestros amigos vengan a buscarnos —sugiero y la abrazo de forma posesiva poniendo mi mano en su trasero.
—Tranquilo Masen, más tarde podrás tocar lo que quieras —me avisa juguetona pegándose más a mí mientras repite mi gesto, pues su mano acaricia mi culo y luego da un pequeño apretón.
—Soy todo tuyo preciosa. Puedes tomar lo que quieras de mí —aseguro con un pícaro guiño, y mi muñequita ríe metiendo su mano en el bolsillo trasero de mi pantalón al mismo tiempo que paso mi brazo de manera posesiva por su hombros con mi mano a milímetros de su pecho. Mi Bella ríe divertida mientras niega con la cabeza y nos encaminamos sonrientes hacia donde están nuestros amigos.
Es impresionante la multitud de gente que ha venido y eso que la fiesta apenas ha comenzado. Estoy seguro que según la noche avance el aparcamiento improvisado que han puesto los organizadores, será insuficiente, y tendrán que estacionar bastante lejos.
En el momento que nos ven, Martha, y Bree, salen corriendo en nuestra dirección y literalmente me arrebatan a mi muñequita de mis brazos para ponerse a chillar y brincar emocionadas. Es imposible saber lo que dicen, ya que todas hablan a la vez, el resto de las chicas no tardan en unirse a su animada charla complicando todavía más el poder entender algo.
—Nos hemos quedado sin acompañantes, Bella nos las ha robado —dice divertido Jared acercándose a mí junto con el resto de los chicos. — ¿Qué pasa Ed? —sonríe chocando nuestras manos amigablemente.
—Hola chicos —sonrío saludando a todos en general. — ¿Hace mucho que nos estáis esperando? —pregunto, ya que no creo haber tardado demasiado, pues Bella no me dejó ducharme con ella por mucho que insistí.
—Para nada, como mucho llevábamos aquí cinco minutos —palmea mi hombro Kevin—. Creo que sería bueno ir entrando, sino Emmett se quedará sin nada que comer —sugiere y todos reímos al ver la cara enfurruñada de nuestro amigo.
—Sí, pero a ver quien es el valiente que se atreve a separarlas, porque yo desde luego que no —asevera Alec mirando en dirección a las chicas, las cuales ríen de lo más entretenidas.
—Lo mejor es ir todos a la vez, de esa manera la bronca nos la llevamos juntos —propone Stephan y todos asentimos en acuerdo, pues es una buena estrategia.
—¡Esperen! ¡Tengo una idea! —detiene nuestra marcha Diego—. Ya que nos van a regañar por molestarlas podemos darles un pequeño susto —dice con una traviesa sonrisa antes de explicarnos su plan, el cual es una tontería, pero aceptamos encantados.
Nos encaminamos muy lenta y sigilosamente hacia donde están las chicas, ya que no queremos que se percaten de nuestra presencia para así poder asustarlas, lo que nos resultará bastante fácil pues están de los más entretenidas en su animada charla, pero con lo que no contamos es que Emmett se tropiece empujando a Garret, que si no es por Laurent hubiese terminado en el suelo, y para acabar rematando el asunto nuestro oso suelta un estornudo ganándose una colleja por parte de James, y logrando que todos le miremos de mala manera, porque es la segunda vez que está a punto de estropearnos el plan. Menos mal que las chicas están demasiado sumidas en su conversación como para prestarnos atención. Cuando al fin llegamos a su lado cada chico nos situamos justo detrás de nuestra novia o acompañante y todos a la vez las rodeamos la cintura con los brazos mientras susurramos "entremos preciosa" ocasionando que todas griten a la vez y den un pequeño salto a raíz del susto haciendo que nosotros nos echemos a reír, a excepción de Jacob, que se lleva una bofetada de Nessie al pensar que era otra persona.
—¡Serán idiotas! ¡Menudo susto nos han dado! —reclama Kim fulminándonos con la mirada.
—Al menos nosotros hemos salido bien parados, no como otro —comenta divertido Thomas señalando a Jake, que se está sobando la mejilla.
—No pienso pedirte perdón lobito, así aprenderás a no asustarme —le regaña Nessie cruzándose de brazos y haciendo que todos nos echemos a reír menos el susodicho, que la mira con cara de pena—. No vas a conseguir nada poniéndome esa carita de cordero degollado. ¡Vamos dentro, la fiesta nos espera! —sonríe tomando su mano y encaminándose a la entrada como si nada hubiese ocurrido, y no podemos evitar romper en carcajadas. Nuestra pitufa es increíble.
—No vuelvas a hacerme eso amor, casi me da un paro cardíaco —dice exagerada mi Bella llevándose la mano al pecho, pero con una divertida sonrisa en el rostro.
—Lo siento muñequita, pensaba que te gustaría estar al lado de tu adorado novio —contesto con un puchero, el cual consigue hacerla reír y deposita un dulce beso en mis labios.
—Dejen los arrumacos para más tarde, tortolitos —asevera Garret, palmeando mi hombro mientras niega con la cabeza.
—¿Por qué no molestan a otros? —inquiere mi Bella frunciendo el ceño.
—Fácil, las únicas lapas aquí presentes sois vosotros —responde sonriente Kate saliendo en defensa de su novio y ocasionando que todos estallen en risas.
—¡Malditos envidiosos! —exclama mi novia, logrando que las risas de nuestros amigos aumenten mientras entramos, al fin, al recinto.
La música que pone el Disc jockey resuena fuerte por todo el lugar, el cual es bastante bueno y experto en amenizar este tipo de eventos. La casa y los jardines están decorados y organizados magníficamente, hay varias barras distribuidas por el lugar al igual que varias mesas con comida para picotear. He de reconocer que el comité de eventos junto con los equipos deportivos se han lucido.
—Wow es increíble. ¡Me encanta! —exclama emocionada Bree observando con asombro a su alrededor.
—Este año se lo han currado pero bien. Estoy deseando ver la casa por dentro —comenta con admiración Laurent por el trabajo que se han metido, ya que sólo se utiliza dos veces al año.
—Después lo comprobamos. Ahora vamos a tomar algo, estoy muerto de sed —dice James tirando de la mano de Victoria y dirigiéndose hacia la barra más cercana seguido por todos nosotros.
En cuanto llegamos James nos pregunta que nos apetece tomar antes de girarse al camarero y pedir nuestras bebidas, las cuales no tardan en ser servidas.
—¿Dónde están los hermanos Swan? —pregunta extrañado Alec mirando a su alrededor, ya que todos tenemos nuestras bebidas menos ellos, que han desaparecido de repente.
—No tengo la menor idea, estaban aquí hace un momento —declara Martha encogiéndose de hombros.
—Seguro se encuentran donde haya comida de por medio —asevera Diego mientras les busca con la mirada—. Ahí están. ¿Ven cómo tenía razón? —ríe y nos señala una mesa al fondo donde se encuentran Emmett y Jake comiendo unas hamburguesas.
—¡Cómo pueden tener hambre! ¡Acabamos de cenar! —exclama asombrada Irina.
—Lo de este par no tiene nombre —dice Laurent negando con la cabeza—. No entiendo cómo tu padre no se quedó en la ruina con ellos —mira a mi novia divertido mientras todos nos soltamos en carcajadas por sus palabras.
—Gracias al comedor del colegio —responde como puede mi novia, ya que está muerta de risa al igual que nosotros.
—Pero miradlos, parecen náufragos y pirañas que llevan semanas sin comer —agrega Elena simulando estar escandalizada y ocasionando que las risas aumenten.
—Mejor dejamos al lobito, y al oso, zampar tranquilos hasta que se sacien y vayamos a bailar. Mi cuerpo me está pidiendo marcha —acota divertida Nessie guiñándonos el ojo antes de irse moviendo sus caderas en dirección donde la gente está bailando. La pitufa es única.
—Andando chicas, necesito mover el esqueleto —añade sonriente Kim, que rápidamente sigue a Nessie con las chicas detrás de ella.
—En un rato vuelvo amor, espero que me extrañes —me susurra Bella en el oído y luego da un pequeño mordisquito a mi lóbulo consiguiendo que suelte un pequeño gemido.
—Eres un pequeño demonio —afirmo besando dulcemente sus labios antes de verla alejarse con una pícara sonrisa en su rostro.
—Uggg... Nunca me acostumbraré a ver a mi hermana haciendo este tipo de cosas —asevera Jacob sorprendiéndonos y colocándose a mi lado con un plato lleno de comida.
—Para que sepas como me siento cuando te comes a mi hermana frente a mí —contraataca Thomas con el ceño fruncido pero con una guasona sonrisa en su cara.
—Menos mal que no tengo hermanas —agrega victorioso Stephan.
—Y hablando de hermanas —inquiere Emmett, que ha llegado hace unos instantes también con un plato lleno de comida. — ¿Dónde está la tuya? Hace un buen rato que no la veo—habla con la boca llena ganándose una colleja de Kevin.
Decido hacerme el desentendido y me echo a reír mientras escucho como los chicos le regañan al oso, sin embargo este me mira esperando una respuesta, así que pienso como salirme por la tangente.
—He de reconocer que por muy bien que me cae Justin, cuando estaba con mi hermana no me gustaba verlos en plan acaramelado, aunque viéndolo por el lado bueno sólo él podía conseguir entradas para los partidos con unos asientos excelentes —río—. Ahora bromas aparte, prefiero que sea con él, que la protege y cuida con su vida —explico consiguiendo desviar la conversación, mientras Thomas me mira interrogante, así que le hago asentimiento con la cabeza respondiendo a su silenciosa pregunta y el me corresponde con una sonrisa.
—No puedes quejarte Ed, Justin te sigue tratando igual —se queja James con una graciosa mueca.
—Por cierto, hablando del susodicho ¿no lo han visto? —indaga Garret observando a su alrededor.
—Con respecto a eso, ¿Están preparados para el partido? —interviene Diego mirando a Stephan, y Jared, cambiando la dirección de la charla y se lo agradezco de corazón.
—Más que preparados. Vamos a patear sus traseros —responde contundente Jared chocando sus manos con Stephan para luego gritar "con nosotros no van a poder" logrando que todos rompamos en risas.
—Wow, esas chicas sí que saben moverse —gritan unos chicos a nuestro lado llamando nuestra atención y haciendo que todos dirijamos la vista donde ellos la tienen.
Todos soltamos un pequeño gruñido al ver que se refieren a nuestras novias y amigas, no nos hace la menor gracia que las contemplen de esa manera, somos demasiados protectores, posesivos, celosos... Y más, pero sólo porque nos preocupamos por ellas y las queremos cuidar.
—Vamos a por ellas, seguro que alguna cae —dice otro de los niñatos y todos se ponen rumbo hacia donde están las chicas.
Las chicas siguen bailando con esa frescura, naturalidad y belleza que las caracteriza, arrancando miradas y suspiros, sin percatarse de nada ya que están enfrascadas en el baile y en una amena charla, porque que no paran de bromear y reír. Pero en cuanto me fijo que los imbéciles pubertos calientes de antes se están acercando, mis instintos posesivos y salvajes comienzan a despertar. Me giro para avisar a los chicos, los cuales se encuentran en la misma situación que yo, tienen la mandíbula apretada y las manos hechas puños por la rabia que sienten en este momento.
—No pienso quedarme aquí de brazos cruzados viendo como esos niñatos intentan ligar con mi chica. ¡Voy por ella! —exclama entre dientes Alec fulminando con la mirada al grupo de chicos.
—Relajaos compañeros, estoy seguro que no nos necesitan para poner en su lugar a esos idiotas —asegura con una sonrisa Kevin, haciéndonos recapacitar e impidiendo que cometamos una tontería.
—Aun así, acerquémonos un poco para saber que dicen esos idiotas —propone Laurent y todos asentimos mientras nos encaminamos a su encuentro.
Decidimos quedarnos unos pasos atrás para escuchar lo que sucede por si debemos intervenir en cualquier momento.
—Hey Bellezas, ¿bailamos? —pregunta con una patética sonrisa, el que parece el líder del grupo.
Por supuesto son ignorados por las chicas que siguen con su animada conversación.
—Hola preciosa —dice un tipejo rubio dirigiéndose a MI novia, la cual le saluda con un asentimiento de cabeza, más que nada por educación, ya que se percibe la molestia en sus ojos.
—¿Por qué no me dices tu nombre y bailamos un rato? —pregunta tratando de tomar su brazo, lo que hace que me hierva la sangre y esté a punto de ir a matarlo, pero mi Bella es más rápida y se aparta de su lado antes de que pueda tocarla.
—Vengo con mi novio, no quiero nada contigo, no me interesas y te agradecería que mantuvieras las distancias —le contesta con firmeza mi maravillosa novia y mi corazón palpita emocionado, ¿oíste idiota? ¡Ella es mía! Grito en mi interior.
—Vamos nena, no soy celoso, y él no tiene porque enterarse —le responde tratando de abrazarla, por lo que no ve venir el rodillazo de mi novia en sus partes hasta que lo siente y se retuerce de dolor mientras grita "Estás loca".
—No es no. Y en tu vida vuelvas a tocar a una mujer que ha dicho esa palabra. ¡Pedazo de Mierda! —grita furiosa mi Bella. Dios, eso fue sexy... Siento el calor ya más que conocido recorrer mi cuerpo. Mi muñequita es de armas tomar y me encanta.
De pronto escucho más gritos por parte de lo niñatos y me giro en su dirección, donde los veo retorciéndose de dolor o empapados por las bebidas, al parecer todos han recibido un buen merecido. Estas chicas son de temer cuando se lo proponen.
—¿Ven como no necesitaban nuestra ayuda? —nos dice Kevin muerto de risa mientras contempla la escena haciendo que todos explotemos en carcajadas.
—Será mejor regresar a la barra y pedirles otra bebida —nos sugiere divertido Thomas y nos encaminamos de nuevo a donde estábamos antes.
En cuanto llegamos Jared hace el pedido, para que cuando lleguen tengas sus bebidas. Sin embargo nos llama la atención que las chicas no hayan vuelto y me giro en su dirección y veo a todas paradas esperando a Gianna e Irina, que han sido detenidas por Renata, y María, lo que me llama bastante la atención.
—¿Qué querrán ahora esas dos? —inquiere molesto Laurent.
—No lo sé, pero creo que no hay nada de que preocuparse, ambas están sonriendo —agrega Garret, y es cierto, las cuatro están hablando tranquilamente.
—Pues más les vale ir de buenas, no quiero que mi chica se lleve un mal rato —expresa Thomas mirando dulcemente a Gianna y dejándonos a todos sorprendidos por su forma de actuar a lo largo del día. No sé que habrá ocurrido entre estos dos, pero tarde o temprano me enteraré.
—Tío, hoy estás rarísimo. ¿Se puede saber que mierdas te pasa? —indaga Emmett observando confuso a nuestro amigo.
—No me ocurre nada, sólo que no quiero que Gianna se ponga mal por sus tonterías. ¿Hay algo de malo en eso? —responde Thomas a la defensiva, que parece no querer profundizar en el tema, así que rápidamente cambio de conversación recordando como nos divertimos en el desfile.
Tan metidos estamos en nuestra charla recordando varios momentos, que ni nos enteramos cuando las chicas llegan a nuestro lado hasta que noto el cuerpo de mi novia chocar con el mío.
—Hola amor, ¿me extrañaste? —me pregunta mi Bella rodeando mi cintura con sus brazos.
—No te imaginas cuanto, cada segundo lejos de ti es un verdadero infierno —la atraigo a mi cuerpo poniendo mis manos en sus caderas—. Voy a besarte —advierto mientras inclino mi cabeza hasta unir nuestros labios en un beso, que hace que nuestros cuerpos ardan en llamas de deseo.
Bella envuelve con sus brazos mi cuello y presionando sus exquisitos pechos contra mi torso. Al notar mi lengua lamer su labio inferior abre su boca dándome la bienvenida con su lengua, disfrutando de nuestros sabores mientras recorremos cada recoveco de nuestras bocas en una deliciosa danza, la cual a cada instante se vuelve más pasional. Mis manos descienden hasta su trasero, que agarro con fuerza pegándola más a mí, pero no me es suficiente, necesito más, necesito sentir la suavidad de su piel. Justo cuando estoy apunto de llevar mis manos por debajo de su blusa unos molestos carraspeos acompañados de varios silbidos nos sacan de nuestra burbuja.
—¡Joder! ¡Búsquense un maldito cuarto! —gritan los hermanos Swan al unísono consiguiendo que nos separemos, cosa que no nos hace gracia a ninguno de los dos.
—Chicos, aquí huele a quemado. Ah, sí, son las hormonas de estos dos que se están chamuscando —se carcajea Brad, que hace unos minutos no estaba aquí.
—Concuerdo contigo compañero. Menudo par, se les salen las hormonas por las orejas —se burla ahora Jhonny ocasionando dos cosas, una, que mi muñequita se sonroje y esconda su carita en mi pecho, y otra, que el resto se parta de risa.
—Hey chicos, ¿qué tal? No los había visto —saludo a Jhonny, Brad y a sus novias, que ahora se encuentran con nosotros.
—Hemos llegado hace un rato, pero estabais de lo más ocupados haciéndoos una exhaustiva exploración bucal —se cachondea Natalie consiguiendo que las risas aumenten.
—Lizzie, nunca nos comentó que querías especializarte como otorrinolaringólogo —agrega guasona Haley mientras nos guiña el ojo.
—La verdad es que esa especialidad ya la tiene controlada, al menos con Bella —añade Stephan entrando al juego. Menudos cabrones son.
—Dejadnos en paz. ¿O es qué no tenéis a quien más molestar? —inquiere mi Bella frunciendo el ceño.
—Venga cuñadita, no te enfades, pero es que ni con agua hirviendo os separáis —contesta con un puchero Nessie, ocasionando que todos estallen en risas de nuevo.
—Por favor, dejar los mimos para otro momento. ¡Nos tienen traumados! —exclama Emmett señalando primero a Jacob y luego a él.
—¡Ja! Aquí la única con un trauma soy yo. Todavía recuerdo el día que vi salir a una chica de tu cuarto, que jamás en la vida la había visto, sólo en bragas y moviéndose por la casa como si fuera la dueña —contraataca mi Bella consiguiendo que el grandote del oso se sonroje y el resto explotamos en carcajadas.
—Por cierto, ¿no han visto al capitán? Pensamos que tanto la princesa como él estarían con vosotros —pregunta Brad cambiando la charla y mirando a su alrededor, buscándolos.
—No tengo ni idea de donde pueden estar —contesto encogiéndome de hombros y mi novia me lanza una mirada de no te creo nada.
—Joder, con las ganas que teníamos de bailar con Lizzie —se queja Natalie poniendo una graciosa mueca.
—Tranquila ninfa, ya nos deleitarán con el numerito más tarde —dice Jhonny con una sonrisa.
—Si te servimos para bailar como premio de consolación —sugiere divertida Bree.
—Una gran idea. ¡Andando chicas! —grita entusiasmada Gianna dando pequeños saltitos mientras Thomas intenta contenerla, como si es posible.
—Ahora vuelvo amor. Pórtate bien —me avisa mi Bella besando mis labios dulcemente.
—Sólo tengo ojos para ti mi muñequita —respondo dándole una palmada en el culo logrando que ría mientras se aleja.
—Nos abandonan de nuevo —se queja Alec infantilmente mientras las observa marcharse.
—Estás chicas son de temer, si solas son tremendas juntas son pura dinamita —dice Jared divertido, señalando al grupo de niñatos donde se encuentra el idiota al que mi novia golpeó.
—¿Quiénes son esos?, ¿por qué están empapados y uno encogido? —indaga Jhonny contemplando con curiosidad al grupo de idiotas.
—Intentaron ligar con las chicas —le contesta entre risas Kevin.
—Y mi hermanita le dio un buen rodillazo en sus partes al imbécil ese por molestarla al intentar tocarla —añade divertido y orgulloso Jacob—. Le enseñamos a defenderse bien —choca su puño con Emmett en signo de satisfacción.
—Recuérdenme no hacer enfadar a Bella, tengo intención de tener hijos en el futuro —agrega jovial Brad poniendo cara de miedo.
—Te compadezco Edward, tienes que andarte con pies de plomo —se burla Diego provocando las risas de todos.
—Les aseguro que esa parte de mi anatomía está muy bien cuidada y atendida por mi novia —asevero moviendo las cejas de manera sugerente, ocasionando que los chicos rompan en carcajadas, lógicamente con la excepción de mis cuñados.
—¿Les importaría dejar el tema? —inquiere molesto Emmett—. Creo que a nadie le gusta oír hablar sobre la vida intima de sus hermanas —frunce el ceño al miso tiempo que se cruza de brazos.
—Yo no tengo hermana, así que por eso no debo preocuparme —comenta Garret encogiéndose de hombros.
—En ese caso puedo contarte lo maravillosamente bien que Bella... —se tapa los oídos y comienza a tararear en voz alta.— ¿Qué? —pregunto haciéndome el inocente—. Tú no tienes hermana, por lo que puedo charlar contigo sobre como Bella... —sonrío dejando la frase en el aire al ver su rostro compungido.
—¡Cállate! Quiero a las chicas como si fueran mis hermanas y no me interesa saber nada de su vida sexual —clama exasperado Garret y ocasionando que todos rompamos en carcajadas, pues nunca hablaría con nadie de mi vida intima con Bella, eso es algo sólo nuestro.
—Para que hablas si luego te rajas, ¡cobarde! —dice riendo James golpeando su hombro.
—¡Joder! Estaban hablando de hermanas de sangre, no de personas a las que sientas como tal —se defiende como puede Garret.
—Da lo mismo, ven aquí —tira de su brazo Thomas—. El estar cerca de Emmett no te sienta bien, te está contagiando la tontería —se burla consiguiendo que todos estallemos en carcajadas, excepto el oso que simula tener cara de enfado.
Seguimos charlando de trivialidades sin perder de vista a las chicas, las cuales son literalmente el alma de la fiesta, la gente que baila a su alrededor las observa de reojo y tratan de imitarlas de forma penosa, y es que parecen tener una coreografía, pues aunque cada una tiene sus propios pasos se las ve de lo más coordinadas... Estoy divagando totalmente y la única culpable es mi castaña de culito respingón, que me tiene completamente loco.
—Hola Eddie, ¡pero que guapo estás esta noche! —chilla una irritante y odiosa voz provocando que me estremezca del disgusto.
Traducción:
"I love you my baby, you will always be in my heart" - "Te amo mi bebé, siempre estarás en mi corazón"
Comunicaros que en el grupo de facebook "EL jardín de los hechizos de Maya" podéis encontrar los álbumes de los fics, así como adelantos, encuestas y muchas cosas más de mis historias. El link lo tenéis en mi perfil, Os esperamos.
Si queréis disfrutar de clases sobre fútbol americano ahora que se va acercando el partido, nuestra coach, os lo explica encantada en el grupo de Facebook.
El Link del trailer tan maravilloso realizado por mi amiga Teresa lo tenéis en mi perfil.
Este capítulo va dedicado a todas/os mis nuevas/os y antiguos lectores, y os doy las gracias por vuestro apoyo a está historia. Estaré esperando vuestros comentarios que hacen superarme en cada nuevo capítulo.
A mis lectoras silenciosas gracias por estar ahí.
Gracias a mis lectoras por tomaros el tiempo de dejar vuestros reviews que me llenan de ilusión y me dan fuerza para continuar.
Muchísimas gracias a todos los que me habéis añadido a favoritos y alertas, también a mis lectoras anónimas gracias por estar ahí.
Dar las gracias a:
Aliena Cullen, Emmaly Swallen , Pauly Mp, Tecupi, Pili, Jde HSos, Kjmima, patymdn, jackie. rys, Car cullen Stewart Pattinson, Adriana Molina, kaja0507, jupy, rosy,canal.10, flaca paz, Adriu, Alixa Cullen, saraipineda44, cavedano13, Cary, Esmeralda C, Isa Labra Cullen, Paz, Liduvina, Isabella Swallen, caresgar26, cry, piligm, Lyra, Laury D, CelyJoe, AngieSCullen, Chiki Garcia, Sambita 74, ClaudiaHernandez, BreezeCullenSwan, Danny VasquezP, Vero Grey Cullen, ShirlyM. Cullen
Si me faltó alguien por dar las gracias, por favor, mandarme un inbox, y los Guest poner un nombre para poder agradeceros.
Espero sus comentarios y sugerencias de todo corazón.
Muchos besitos y mordisquitos de Edward para todos mis lectores.
