DISCLAIMER: Sólo los personajes pertenecen a la maravillosa escritora Stephanie Meyer; la trama de la historia, los lugares y algunos personajes son de mi propiedad.

"Todas mis historias están registradas en SafeCreative. Tenedlo en cuenta al momento de adaptar, copiar, o publicar cualquiera de ellas sin pedir mi autorización"

Este capítulo está sin betear. Lamento los posibles errores. En cuanto mi amiga Emotica GW, me lo mande, lo cambiaré.

Hola a todas/os:

Aquí os dejo un nuevo capítulo. Espero y os guste.

El link de la Soundtrack lo tenéis en mi perfil

Las canciones del capítulo:

Material Girl — Madonna

Can´t Get You Out Of My Head — Kylie Minogue

Carrie — Scorpions

Master Of Puppets — Metallica

What Could Have Been Love — Aerosmith

Always — Bon Jovi


Sensación de Vidas Universitarias.

Capítulo 29 El amor se abre camino

Rosalie Pov:

Los pequeños rayos de luz que se cuelan por la cortina a través de la ventana me hacen abrir los ojos. Miro a todos lados para recordar donde me encuentro, ya que me acabo de despertar y estoy bastante desorientada. Poco a poco y al observar a mi alrededor me doy cuenta que estoy en la habitación de Royce. ¿Cómo demonios llegue aquí?, no me acuerdo de nada a excepción de lo que ocurrió con mis primos en la fiesta y que luego me puse a beber como desquiciada para intentar olvidar lo sucedido, sobre todo las palabras de mi amor, las cuales fueron puñales en mi corazón.

Alguien comienza a removerse a mi lado y al girarme veo el cuerpo desnudo de Royce, quien se encuentra apoyado en el cabecero de la cama fumando un cigarro e ignorándome por completo... Si fuera mi Justin, seguro que estaría abrazándome y susurrándome al oído palabras de amor.

Me imagino que el hombre que está a mi lado, es aquel que ocupa mi mente y mi corazón desde hace mucho tiempo. Mi cuerpo se enciende y de inmediato mi mente se deja llevar por la imaginación al pensar como sus manos vagan por mi cuerpo, acariciándome con ternura, con amor... Mis manos comienzan a recorrer el camino que mi cabeza manda, buscando su rostro en mis pechos, abdomen, hasta llegar a mi sexo, que acaricio lenta y deliciosamente, como sólo el sabría hacerlo; imagino su boca dándome placer con su cabello revuelto por las horas de entrega, y con una pequeña embestida más de mi dedo exploto en el más placentero de los orgasmos mientras grito su nombre convulsionando de pies a cabeza.

¡Menuda guarra eres! —Exclama Royce—. Acabas de follar conmigo, y ya estas masturbándote pensando en otro —me mira con cara de asco.

¡Cállate maldito idiota! ¿Quién dice que no pensaba en él mientras estabas dentro de mí? —espeto furiosa por sus palabras. Sin embargo lo que más me duele es su mirada de desprecio.

Por favor, no me hagas reír —suelta una risa sarcástica—, si de tu boca sólo salían gemidos al mismo tiempo que gritabas como gata en celo mi nombre —dice engreído mientras lanza la colilla del cigarro en el cenicero, donde se encuentran varias más.

¡Eso es mentira! —Grito indignada por sus risas—. Y si lo hice fue porque estaba muy borracha —bufo molesta por mi patética excusa, lo cual hace que una sonrisa arrogante aparezca en su rostro; y no niego que si no amase tanto a mi Justin, sería de lo más sensual para mí.

Me levanto sin permitirme darle ni una mísera mirada y me dirijo al baño donde rápidamente abro la ducha para sumergirme en ella y no pensar en nada durante un tiempo.

No me queda otra que utilizar su champú y aunque no quiero he de reconocer que huele muy bien, pero el de mi guapo y maravilloso capitán, seguro es mil veces mejor.

Escucho como la puerta se abre y me vuelvo para ver entrar a Royce desnudo y no puedo evitar sentirme excitada, ya que si me acuesto con él no es sólo por un acto desesperado por no tener al ideal a mi lado, sino porque me gusta y sabe como hacerme gozar de placer.

¿Te gusta lo que ves? —inquiere con sorna y chasqueo mis dientes mientras me giro dándole a entender que no es bienvenido.

Vaya, ahora te pones en plan digna —se ríe el cabrón—. En cambio mientras te follaba no hacías lo mismo, más bien todo lo contrario —se cachondea mientras me guiña el ojo.

Déjame tranquila y vete a joder a otro lado —gruño molesta enjabonando mi cuerpo con la esponja.

No pienso irme, pues ya tengo a quien follar aquí —asevera adentrándose en la bañera y pegando su cuerpo al mío.

Me tengo que ir, así que no me fastidies —le digo intentando ponerme debajo del chorro de agua, pero el muy idiota no me lo permite.

Estoy bastante furiosa y trato de escaparme de sus brazos sin éxito alguno, pues me lo impide acorralándome contra la pared, y consiguiendo que la cascada de agua nos moje ahora a ambos.

Necesito y quiero probar algo —declara tirando de mí y pegando mi cuerpo al suyo, que esta completamente excitado.

¿A qué te refieres? No... No... Te entiendo —titubeo al observar un brillo malicioso en sus ojos.

Sólo deseo ver la cara que pones... cuando haga contigo lo mismo que tú has hecho conmigo —habla con voz ronca sin darme tiempo a replicar, pues me besa con rudeza al mismo tiempo que me levanta obligándome a rodearle la cintura con mis piernas para clavarse en mí de una sola y certera estocada llenándome por completo. Por mucho que odie reconocerlo estoy muy encendida, sin embargo quien no lo estaría con semejante espécimen y que te folla de manera brusca. Me encanta eso de él, no se anda con ningún tipo de contemplaciones va directo al asunto y... ¡Dios! menudo placer me da.

Hum... Bella... amo que seas tan estrecha —gime dejándome en shock ¿Bella?

Sus manos acarician mi cuerpo embistiéndome con rapidez; sus ojos se mantienen cerrados mientras no para de jadear el nombre de la perra de mi primito. ¿Royce quería follársela? ¡Joder con el grupito de mierda!

Segundos después explota dentro de mí gritando el nombre de la puta esa, para seguidamente salir y lavarse rápidamente antes de darme una mirada socarrona.

Siempre he querido echar un polvo a la chica Swan y follarme ese culito respigón que tiene —me aclara con un guiño y sale de la ducha dejándome como una basura.

Lo más deprisa que puedo me compongo de la mejor manera y lavo mi cuerpo intentando quitar la suciedad que siento en este momento hasta el punto de notar mi piel rojiza, ahí es cuando decido salir y secar mi cuerpo con una toalla para después entrar a la habitación y tomar mi ropa, la cual esta esparcida por todo el dormitorio. Me visto lo más rápido que puedo y antes de salir echo una mirada hacia el imbécil del Royce, que esta tirado sobre la cama desnudo, totalmente dormido, y roncando como un asno.

Nada más salir de la fraternidad me encuentro con dos chicos que me observan de forma lasciva al pasar por su lado. Seguramente con uno o quizás con los dos tuve un desahogo, aunque no lo recuerdo, porque cuando estoy con un hombre entre mis piernas en el único que pienso es en mi Justin... No obstante con la única persona que eso no me sucedió fue con Emmett... Me estremezco de sólo recordar como sus fuertes brazos y manos me rodeaban y acariciaban mi cuerpo delicadamente, al igual que los placenteros e inmensos orgasmos que me daba con su lengua y su enorme polla cada vez que estábamos juntos, pero por desgracia eso no volverá a ocurrir pues ahora está con la perra de Martha, que es otra zorra igual que todo su séquito de estúpidas amigas.

Siento un escalofrió recorrer mi cuerpo y froto mis brazos tratando de entrar en calor; cierro mis ojos por unos instantes y mi imaginación me juega una mala pasada... Ahí se encuentra Emmett junto a Martha haciéndole el amor con ternura y delicadeza como lo hace un hombre totalmente e irrevocablemente enamorado de su mujer... lo que jamás sucedió conmigo.

Pateo una lata de cerveza que alguien debió tirar en suelo golpeando un banco, la cual rebota hacia la calle en dirección a la fraternidad Omega. Llevo la mirada hasta la casa y allí se encuentran Alec y Jane comiéndose a besos, ni siquiera el ruido ocasionado por la lata les hace separarse; están en su maldita burbuja.

¡Mierda! ¿Qué tienen ese grupito de mojigatas para que tremendos hombres estén con ellas?.

Puff es algo que nunca entenderé... pues hay mejores chicas en el campus, por ejemplo Tanya, Alice y yo. Estos chicos no saben lo que se pierden al no estar con unas mujeres de verdad.

Sigo contemplando la escena mientras pienso en como el idiota de Thomas puede estar con la insípida de Gianna pudiendo tener a una preciosa mujer como mi hermanita, así que sólo se me ocurren dos opciones, o son brujas y los tienen totalmente hechizados, o son la bomba follando, ya que guapas no son en absoluto en comparación con nosotras.

Los gritos de Diego y Bree llamando a la parejita me traen de nuevo a la realidad, y disimuladamente tomo mi móvil de mi bolso y hago como si estuviera hablando para poder escuchar su conversación... siempre puedes sacar algo bueno y aprovecharte de ello.

¡Dejen de comerse de una vez!, !qué se van a desgastar! —exclama entre risas Diego.

¿Por qué no dejas de dar por culo? ¿Y te ocupas mejor de tu novia? —inquiere aparentando estar molesto Alec.

Te recuerdo que hemos quedado en una hora en la fraternidad Alpha, para ir todos juntos a casa de Eli y Tony a comer —le responde Diego cruzándose de brazos.

Y a este paso vamos a llegar tarde, si no nos apuramos —añade divertida la tonta de Bree.

Tienen razón amor —dice Jane acariciando la mejilla de su novio—. Y no quiero perderme la cara que pondrán Elizabeth y Anthony al enterarse de que Lizzie y Justin están juntos de nuevo —sonríe mientras da pequeños saltitos de entusiasmo junto con Bree, logrando que los chicos se suelten a reír.

¡Menudas idiotas son! No entiendo como pueden estar con esas niñatas.

Eso será un momentazo. Ya me estoy imaginando sus caras de felicidad, y la celebración, que vendrá después asegura divertido Alec abrazando a su novia por la cintura.

Una rabia inmensa recorre mi cuerpo al recordar como mi capitán le hizo entrega de la chaqueta a la estúpida de mi prima y, proclamándola como suya delante de todos y, para colmo los besos que se dieron en la fiesta demostrando a todo el mundo que estaban juntos de nuevo.

Pues andando que debemos terminar de prepararnos y luego acercar a las chicas para que se cambien y recojan sus cosas —agrega el malnacido de Diego tirando de la mano de su novia y adentrándose en la fraternidad seguido de sus amigos.

Agg... cómo lo odio y más desde la humillación que nos hizo pasar anoche al descubrir nuestro plan delante de todos. Pero juro que se arrepentirán, como que me llamo Rosalie Lilian Cullen.

Amo ir a casa de los Masen, son unos segundos padres geniales. Nos lo vamos a pasar en grande —afirma risueña Jane y su novio la besa dulcemente antes de desaparecer por la puerta.

La verdad es que no comprendo porqué adoran tanto a mis tíos; si son simpáticos y agradables, pero... es que pretenden convivir con los chicos como si fueran uno más del la pandilla y, por todos los infiernos son unos viejos. ¡Qué pintan ellos con la juventud! Aunque he de reconocer que el tío Anthony no está nada mal para la edad que tiene, seguro que muchas jovencitas estarían deseosas de acostarse con él. Bueno, volviendo al tema, odio esas malditas reuniones donde pretenden que nos comportemos con estúpidos colegiales... Y lo peor de todo es que tanto Eleazar, Carmen, y mis padres, están de lo más felices con esas veladas y, para empeorar la situación Carlisle y Esme, no paran de halagar al grupo, sobre todo a Lizzie y Nessie con comentarios como, lo perfectas y, encantadoras que son, hasta el punto de que parecen más mellizas que Alice y yo.

¡Qué mierda! ¿Acaso tengo yo la culpa de que ese par de idiotas sean un clon de la otra?, ¿o que la enana con cara de duende de mi hermana haya nacido el mismo día que yo?. A veces odio a mis padres por decir tantas gilipolleces... aunque no podemos quejarnos nos dan todo lo que queremos sin pedirnos cuentas... y todo porque piensan que somos unas chicas modelo.

¡Vaya par de ilusos!

Una pequeña ráfaga de viento matutino me sacude de pronto haciéndome acordar de los gemidos de Royce nombrando a la perra de Swan, lo que provoca que se me revuelva la tripa, ocasionando que corra hasta la papelera más cercana para poder vomitar, eso si, con glamour. El sabor amargo de la bilis produce un gran ardor en el estómago, que se incrementa al ver pasar a mi lado a Katherine, Kate, Elena, Maggie y Victoria, charlando amigablemente y, seguidas muy de cerca por los novios de las dos primeras, que he de reconocer parecen modelos de revista, la fantasía de cualquier mujer.

¡¿Por qué mierda tienen tanta suerte esas desgraciadas?!

Me giro rápidamente hacia el lateral para pasar inadvertida, ya que no quiero que me noten, y gracias al cielo van tan sumergidos en sus conversaciones que no se han percatado de mi presencia, lo cual me hace soltar un suspiro de alivio... sólo faltaba que me hubieran visto devolviendo y con estas pintas.

Apresuro lo más que puedo el paso con estos malditos tacones, necesito llegar a la fraternidad cuanto antes y darme un relajante baño, que me haga olvidar todo lo sucedido el día anterior y las últimas horas.

Sin embargo la suerte no esta de mi lado, ya que nada más traspasar la puerta me encuentro con mi hermana, Angela, y Tanya, desayunando en el comedor, menos mal que están solas porque no me apetece aguantar a las demás, en especial a Renata y María, porque ayer en la fiesta las pillé hablando de lo más animadas con las traidoras de Gianna e Irina, eso me deja en claro que no podemos confiar en ellas, por muy amigas nuestras que se supone que son; en cambio a Lauren y a Jessica las podemos manejar a nuestro antojo y convertirlas en unas grandes aliadas, lo cual nos vendrá muy bien para los futuros planes contra el grupo de arribistas, pues las cosas no se van a quedar así; nadie humilla a Rosalie Lilian Cullen y queda impune.

Buenos días hermanita —me sonríe—. Al parecer tuviste una noche agitadita, menuda cara de cansancio traes —se burla Alice untando mantequilla en una tostada.

Hola chicas, voy a darme una ducha, en unos minutos estoy con vosotras —saludo intentando escaquearme lo más rápido posible de su interrogatorio.

Nada de eso bonita, queremos saber todos los detalles de tu noche, ya que fuiste la única que tuvo acción de la buena. ¡Menuda suerte! —se queja molesta Tanya, por no haber tenido sexo la noche anterior.

Después chicas, ahora necesito darme una ducha urgentemente para espabilarme —insisto sonriéndolas falsamente, pues lo que menos me apetece en este momento es hablar.

No sé porque me da hermanita que pretendes huir de nosotras. ¿Desde cuándo eres tan modosita para no querer compartir los detalles con nosotras? —inquiere Alice frunciendo el ceño mientras se sirve un café.

¿Algo que prefieras olvidar? Y no quieras compartir con nosotras, tus hermanas —indaga con una hipócrita sonrisa Ángela, como odio que a veces sea tan observadora

Un suspiro sale de mis labios al verme derrotada y aunque tengo un malhumor de mil demonios, el cual por supuesto oculto con una hipócrita sonrisa, decido acompañarlas sentándome a su lado, al menos aprovecharé a desayunar mientras respondo sus malditas preguntas.

Ante sus curiosas miradas me sirvo un vaso de zumo, una taza de café y dos tostadas, a las cuales no tardo en untar mantequilla y mermelada.

¡Vas hablar ya! O tendremos que esperar a que termines el desayuno —protesta Tanya cruzándose de brazos.

La verdad es que no sé por donde empezar, pues no quiero contarles lo que ocurrió con Royce, bastante humillada me he sentido como para tener que aguantar sus chorradas y recriminaciones. Entonces recuerdo la conversación de los idiotas, y decido comenzar por ahí, ya que si a mí me ha sentado mal, a ellas les caerá como una patada en el culo.

No hice nada del otro mundo, me marché de la fiesta con Royce y disfrutamos de una noche movida —me encojo de hombros quitándole importancia al asunto—. Pero mientras regresaba está mañana me he enterado que el grupito de idiotas al completo, se van a reunir en casa de nuestros tíos para celebrar que mi Justin y la zorra de Lizzie están juntos de nuevo —digo mirándolas directamente y esperando ansiosa sus reacciones.

¿Cuándo dices todos?, ¿a quiénes te refieres? —pregunta mosqueada Alice. Mira que es idiota, a veces me cuestiono si no es adoptada.

Para tu desgracia, ese todos, incluye a Thomas y a su adorada novia Gianna, al igual que a nuestro querido primo y a la insípida de Isabella —asevero con rabia al acordarme de como Royce se corrió dentro de mí pensando en ella.

Siempre pensé que Lizzie encabezaba el TOP de tus odiadas —comenta Ángela observándome con intensidad.

Y lo encabeza, no lo dudes —se ríen—. Aunque parece que su odio por el resto se ha incrementado —dice reflexiva Tanya observándome con curiosidad.

Las odio a todas. Me da igual el lugar que ocupen en la lista. Sin embargo me jode que la zorra de Isabella se aparezca de la nada y se quede con mi primo... Tú estabas primero y eres mil veces más bella que ella. Edward debería estar contigo y no con esa insulsa —una sincera sonrisa surge en los labios de Tanya, mi mejor amiga—. Y el mismo rencor siento por Gianna por entrometerse con el chico de mi hermana —niego con la cabeza—. Todas ellas son una panda de perras arrastradas que han tenido la suerte de atrapar a los mejores chicos de la universidad y, encima tienen el descaro de ir presumiendo... A saber de que trucos se han valido para conseguirlos —aclaro soltando la tostada de mala ostia.

¿Qué se puede esperar de esas zorras? —Inquiera irritada Alice—. Son repulsivas, despreciables, y unas putas de primera. Además, parecen un plaga, porque cada vez son más —da un golpe en la mesa llamando la atención del resto de las chicas, que al ver su rostro de furia giran sus rostros de inmediato.

Lo mejor será que te calmes Alice y no montes un espectáculo delante de las chicas —la reprende Tanya, que también se encuentra furiosa; sin embargo ella sabe controlarse y guardar las apariencias.

Tiene toda la razón hermana, no por ponernos histéricas vamos a lograr que nuestros amores salgan del hechizo de esas brujas, y regresen con nosotras —declaro cabreada al recordar que el susto que le dimos a la estúpida de mi prima no sirvió de nada.

Y ahora, seguramente, los amigos de Justin y las odiosas de sus novias se unan al grupo también —suelta Ángela de mala gana, ya que odia con todo su corazón a Rebecca, la novia de Paul, su amor platónico.

A este paso jamás estaremos con ellos —suelta un suspiro de frustración—. Esas desgraciadas les tienen bien cogidos, con una jodida e irrompible soga al cuello y, con una maldita venda en los ojos... Los chicos son puros títeres en sus manos, sino mira a Lizzie, por más sustos que la dimos, tu Justin sigue a su lado y están más unidos que nunca —asevera Alice y, por poco no le doy un puñetazo en la boca por recordármelo.

Todo eso me importa una mierda. Ahora lo único que me interesa es joder a esas zorras baratas de alguna forma. ¡Necesito venganza! —gruño desesperada dando pequeños golpes con el cuchillo en el plato.

¿Y qué podemos hacer? Últimamente la suerte no está de nuestra parte y, te aseguro que nada me hará más feliz, que jorobarlas a lo grande —murmura mi hermana entre dientes.

Por primera vez, no se me ocurre ningún plan ¡Menuda mierda! —refunfuña como niña pequeña Tanya mientras se mira su nueva manicura, intentando aparentar indiferencia, sin embargo la rabia en sus ojos la delata.

Un incomodo silencio se instaura entre nosotras y solo se escuchan los cuchicheos de las chicas a nuestro alrededor. Entonces a mi mente llega la conversación que han mantenido los amigos de mis primos, y una fantástica idea comienza a formarse en mi cabeza.

Ya sé como fastidiarlas y hacer que pasen un mal rato —sonrío maliciosa—. Vamos a ir a comer a casa de los tíos. Estoy deseando ver sus caras cuando lleguemos —aseguro.

Tu plan no esta nada mal, pero hay una pega bastante grande y es que... ¡No estamos invitadas, idiota! —exclama exaltada Alice.

Ya sé que no lo estamos, pero una llamada melosa a nuestros padres y, asunto resuelto —garantizo y los rostros de las tres se iluminan con amplias sonrisas.

Sólo veo un inconveniente, ¿Cómo entramos nosotras en esos planes? —indaga confusa Tanya.

Lo siento, no puedo acompañaros. Mike y yo hemos quedado a comer con sus padres —nos avisa Ángela con una triste sonrisa, por no poder estar con nosotras

Tranquila amiga, te contaremos todo con lujo de detalles. —le contesto dulcemente y con una sincera sonrisa en mis labios. Ángela, para mí, es mi hermana pequeña, a la que cuido y protejo. La quiero igual o más que a Alice.

Muy sencillo, Tanya —salta mi hermana, sorprendiéndonos—. Eres nuestra amiga y estas triste porque no podrás pasar este día con tu familia, ya que tus padres están de viaje y no queremos dejarte sola —nos explica Alice dando saltitos en la silla y, haciéndonos reír. La excusa es muy buena, ya que los padres de Tanya están fuera, así Irina no podrá desmontar su cuartada.

Bien, pues pongamos el plan en marcha —digo entregándole mi móvil a mi hermana, que lo toma con una sonrisa, y rápidamente llama a nuestros padres.

Alice es una mentirosa y manipuladora increíble, gracias a su vocecita de niña buena y dulce ha conseguido que todo resulte a la perfección, y que Esme y, Carlisle, se hayan creído el cuento de lo mucho que los extrañamos, dándonos de esa manera la excusa perfecta para estar en la dichosa reunión.

Chicas, ¿Qué os parece ir de compras y luego al Spa?, quiero estar hermosa para deslumbrar a mi capitán —propongo entusiasmada por la idea.

Vamonos ya, he de encontrar un bikini perfecto para dejar a mi Eddie con la boca abierta —apremia Tanya levantándose de la silla.

Sí, estoy deseando contemplar la cara de tonta que pone Gianna, cuando vea como mi Thomas babea por mí —asevera mi hermana con ojos soñadores mientras subimos la escaleras en dirección a nuestros cuartos.

Chicas, no quiero ser aguafiestas, pero debéis andar con pies de plomo…, no lo vais a tener nada fácil, por desgracia lo tenéis bastante difícil —nos dice con sinceridad Ángela—. En especial Rose, es la que lo va a tener más complicado, luego de escuchar como Justin declaró su amor por Lizzie en la cafetería delante de todo el mundo y... —no puede terminar ya que es interrumpida por mi hermana, aunque mis ilusiones ya están echadas por tierra.

Por desgracia es cierto. Lo que Justin hizo ayer en la presentación al entregarle la chaqueta de novia oficial a nuestra prima fue el espectáculo, y la noticia del día, y para culminar, su gran entrada como pareja en la dichosa fiesta. Hermanita lo tienes muy difícil, pero cuenta con nuestra ayuda —sigue hurgando en la herida Alice.

No se preocupen chicas, Justin acabará siendo mío, no lo duden —asevero con una falsa sonrisa antes de entrar a mi dormitorio y cerrar la puerta con un fuerte golpe.

Intento controlar la ira que recorre mi cuerpo, ante las palabras de mis amigas y hermana, no me apetece pelear y menos con ellas; respiro profundamente un par de veces logrando calmarme lo suficiente.

Me desnudo rápidamente y me adentro en la ducha; el agua caliente cayendo por mi cuerpo me relaja por completo y consigue despejar un poco mi mente. No pasan ni diez minutos cuando salgo del baño, directo a mi armario. Una vez vestida, peinada, y maquillada, bajo al salón a esperar a las chicas.

Buenos días Rose, parece que nos has descansado mucho —me saluda con una hipócrita sonrisa Renata, que esta sentada en uno de los sofás leyendo.

Buenos días. He descansado estupendamente, solo que no he dormido mucho —sonrío con altivez— ¿No te he visto antes en el desayuno?, ¿te acabas de levantar? le pregunto aparentando desinterés mientras me siento en el sofá, que está enfrente.

Mi instinto me dice que no me fie de ella ni de María.

Ojala, llevo levantada desde las nueve y media. Hemos quedado con Irina y Gianna en la cafetería Roma para desayunar. Estoy esperando a que María termine de arreglarse. —Me responde tranquilamente Renata, y sin el menor remordimiento por quedar con esas traidoras.

Ren, ¿Nos vamos? —Escuchamos preguntar a María mientras baja las escaleras—. Oh… Hola Rose, no sabía que estabas aquí —me saluda sorprendida pero con una sonrisa, que es cualquier cosa menos sincera.

Deberías echarle un vistazo al periódico de la universidad, han realizado un gran trabajo. Los reportajes son fantásticos — me aconseja Renata con una maliciosa sonrisa al mismo tiempo que se levanta para ir hacia la puerta donde la esta esperando María—. Disfruta de la lectura. Nos vemos más tarde, que pases un buen día —se despide mientras me entrega el dichoso Dayli Bruin, y seguidamente ambas salen de la casa soltando pequeñas risitas.

Mi cuerpo se queda completamente paralizado en el instante que mis ojos se posan sobre el maldito diario… Ahí, en primera página, hay una foto de Justin y Lizzie en la playa, en la cual Justin tiene abrazada a mi prima por la cintura y ella rodea su cuello con sus brazos mientras ambos se miran sonrientes. Y aun lado un pequeño titular acompaña a la dichosa foto…"El amor se abre camino".

Lanzo llena de furia el maldito periódico al sofá, solo quiero destruirlo, no deseo saber que han escrito…, y por mucho que quiero evitarlo la tentación me llama… Mi curiosidad y mi morbo me pueden… Los malditos celos me llevan a coger de nuevo el dichoso periódico y comienzo a leer el endemoniado reportaje.

"El amor se abre camino".

Dicen que el amor es la fuerza más poderosa que existe y, a decir verdad, esta pareja es digna prueba de ello. Hemos sido testigos de sus miradas cómplices, de sus sonrisas, de cómo saben localizarse entre la multitud y de las inmensas muestras de amor que se procesan.

Nuestro invicto Capitán y Quaterback, Justin Crawford, se ha enamorado de esta preciosa chica, que se llama Elizabeth Tiffany Masen.

Como podréis observar en la foto Justin y, su novia, han sido pillados mientras se demostraban con estos gestos tan convincentes, el amor tan puro que existe entre ellos.

Poco hemos podido averiguar de esta preciosidad de chica, que ha hecho pleno en el corazón de Justin, pues al igual que a nuestro capitán le gusta mantener un perfil bajo, manteniendo su privacidad.

Pero, claro, ¿Quién quiere mantener un perfil bajo cuándo ayer en la presentación y en el desfile era ella la que llevaba la chaqueta que nuestro Capitán, mando hacer especialmente para su hermosa novia? Imposible.

Así que hemos investigado un poco, para poder conocer algo de esta dulce y preciosa chica, Elizabeth Tiffany Masen, un apellido muy conocido en el campus. Hemos averiguado, que estudia Criminología, es presidenta de la hermandad Zeta, una maravillosa estudiante y una gran amiga de sus amigos. En pocas palabras la pareja ideal para nuestro invicto Capitán.

Sólo nos queda desearles toda la felicidad del mundo a Justin y a Elizabeth, que no tenemos ninguna duda de que su amor perdurará para siempre.

¡Felicidades pareja!

Con lágrimas de impotencia y frustración lanzo el maldito periódico lo más lejos que puedo de mi. Las palabras que acabo de leer traen de nuevo a mi mente los recuerdos de lo sucedido entre ellos y, provocando que algo arda en mi pecho al rememorar como se besaron y, como Justin le dijo un te amo en la presentación.

¡Mierda puta! ¡La ama!

La rabia que recorre mi cuerpo aumenta y golpeo la mesa con tanta fuerza que casi me rompo la muñeca. Menos mal que no hay gente presente para presenciar mi ataque de ira, ya que no puedo bajo ningún concepto, dejar ver lo mucho que me duele el que Justin haya elegido a una mujer tan vulgar como mi prima en vez de a mi, con lo guapa y maravillosa que soy.

No voy a permitirles ser felices, le demostraré a mi capitán que la mujer que quiere y necesita a su lado soy yo... Y comenzaré hoy mismo en casa de mis tíos haciéndome notar de tal modo que la estúpida de mi prima no sabrá que sucedió cuando Justin la mande a la mierda por mí.

Justin va ser mío por las buenas o por las malas, me da igual lo que tenga que hacer para conseguirlo. Si no es mío no será de nadie —una perversa sonrisa se forma en mi rostro—. Jamás serás feliz Elizabeth Tiffany Masen, ese hombre será totalmente mío. Le conseguiré, lograré que me ame sólo a mi, que sólo viva para mi y, que mande de una patada a la vulgar mujerzuela lo más lejos posible —aprieto con furor mis puños fuertemente notando como mis uñas se clavan en el interior de mi manos—. Trazaré un plan y lo llevaré a cabo hasta el final —grito en mi mente mientras me reúno con mi hermana, Ángela y Tanya, que se encuentran en el hall de la entrada—. Disfruta lo que puedas de tu amor con él mi querida prima, porque pronto serás historia, como que me llamo Rosalie Lilian Cullenuna vilsonrisa cruza mi rostro.

Echo una última mirada en dirección al condenado diario, Dayli Bruin, y luego salgo por la puerta junto con mis amigas en dirección a dar comienzo a mi nuevo plan.

Justin Pov:

El partido marchaba bien, estábamos ganando, aunque un par de fallos en la línea defensiva, hicieron avanzar unas yardas a la ofensiva de los Huskies de Washington.

De pronto escuché unos gritos, que me obligaron a girarme en su dirección. Nunca mencionó mi nombre, sin embargo esa voz, me llamaba por altavoces solamente a mí, me atraía como un maldito imán. Entonces nuestras miradas se conectaron y todo lo demás a nuestro alrededor desapareció. Solamente éramos ella y yo, nada más importaba. Desde ese instante ella se convirtió en mi mundo, y mi corazón fue suyo por siempre. Obligué a mi mente a regresar al partido, pues quería, deseaba, quedarse con ella y jamás separarse.

En el instante que se me presentó la oportunidad, logré engañar a la defensiva de los Huskies y conseguí un Touch Down, que le dediqué única y especialmente a ella.

De pronto algo golpea mi barbilla y la visión de ella en las gradas se hace cada vez más borrosa, trato de enfocarme para ver la luz de sus ojos, pero algo me hace cosquillas en el cuello, al intentar moverme noto un cuerpo sobre mi, lo cual me obliga a abrir mis ojos, y poco a poco logro desperezarme recordando donde estoy.

Una enorme y estúpida sonrisa se forma en mis labios, suspiro, y despejo el rostro de mi niña, que esta cubierto por su despeinado cabello, su piel desnuda contra la mía me hace estremecer, y recuerdo lo sucedido anoche. Mi niña, mi mujer, con la que alcancé las estrellas en una entrega total y absoluta de nuestras almas y cuerpos. Mi cuerpo reacciona ante los recuerdos, deseo más, quiero estar unido a mi niña por siempre. Mantenerla en mis brazos y no soltarla nunca.

El sueño resultó ser nada más que una memoria del segundo en el que mi vida cambió para siempre. El destino…este tejió nuestros caminos eternamente.

Yo, que a veces molestaba con bromas a Brad y, Jhonny, porque no paraban de suspirar por sus novias y, aquí me encontraba yo, en mitad del campo suspirando por una desconocida aparición. La misma Afrodita, se quedaba en un segundo plano al lado de mi hermosa chica… Mi de mía, porque eso fue desde que la vi… mi universo entero.

Mum… Nene cosquillas no —río, este es mi secreto, mi niña a veces habla dormida y, lo mejor de todo es que siempre que lo hace, es mi nombre el que menciona.

Te amo mi niña, solo contigo entre mis brazos mi vida está completa —beso sus labios y, siento una sonrisa. No sé, si está despierta o no.

Vampirito déjame comer —el segundo nombre en la lista de mi niña. Su hermano, y uno de mis mejores amigos. Soy muy afortunado de poder tenerlos en mi vida. No sé que sería de mi vida, sin la familia Masen. Entraron como un volcán y cambiaron mi mundo.

Cierro los ojos intentando dormir un poco, pero es imposible. El cuerpo tibio y desnudo de mi novia, me tiene despierto en más de un sentido. Recuerdos de nuestra primera vez inundan mi mente, al igual que el de nuestro primer beso, el cual hace que todo tu mundo se pare y la tierra tiemble a tus pies. Inmerso en el mundo de mis memorias, suena la alarma de mi móvil, la cual rápidamente apago, para que mi mujer no se despierte.

Wow… Mi mujer…, mi esposa… Elizabeth Crawford, Señora Crawford… Suena de maravilla y deseo hacerlo realidad. A mi mente llegan imágenes de nosotros juntos…, ella con un vientre abultado y, mis manos sobre el, sintiendo las pataditas de nuestro segundo bebé… —Justin paso a paso— suspiro con esa imagen grabada con fuego en mi mente y corazón, la quiero… La quiero en mi vida, más que el mismísimo campeonato, incluso más que mi sueño de llegar a ser un jugador profesional y ganar la Super Bowl.

Me levanto de la cama lentamente dejándola abrazada a mi almohada, quiero sorprenderla con un rico desayuno. Busco mi bóxer, que se encuentran en el suelo, me los pongo y me dirijo al baño. Descalzo y solo con mi boxer, salgo de la habitación y bajo hasta la cocina.

Una vez saco todo lo que necesito para cocinar, cojo mi Ipod, que lo dejé ayer sobre la encimera y conecto mi Spotify, de inmediato la música de Scorpions y su balada Carrie, suena por la habitación. Mientras tatareo la canción preparo la masa de los crepes, seguidamente preparo y pongo la cafetera, luego corto un poco de fruta; después de hacer el zumo de naranja, aprovecho a colocar todo en la mesa mientras se van haciendo los crepes; justo cuando estoy terminando de de cocinar, la canción Master of Puppets, de Metallica, mi grupo preferido, comienza a sonar y, me pongo a cantar como loco mientras acabo de hacer los crepes.

No sé, que me gusta más, si el cocinero o como huele el desayuno —giro hacía la puerta, encontrándome con mi niña vestida con mi camiseta y sus braguitas solamente, simplemente perfecta.

Espero que el desayuno sea de tu agrado —le sigo el juego con una sonrisa y le lanzo un beso.

En caso de que no me guste… ¿Tengo derecho a la segunda opción? —Inquiere abrazándome por la espalda y pegando su cuerpo al mío.

¿Cuál es la segunda opción? —bromeo y mi cuerpo se esta animando al sentirla tan cerca.

El Chef, por supuesto —susurra mordisqueando mi espalda y, provocándome pequeños escalofríos.

Lamento informarle señorita, que el Chef, no esta en el menú digo aparentando estar serio.

Una lástima, se me antoja más —ronronea en mi cuello. Mum… Esto se está poniendo caliente y no quiero detenerlo.

Los Crepes bañados con chocolate y, recubiertos con frutos rojos, están muy ricos —murmuro cerca de sus labios mientras señalo el plato.

Seguro, pero… comer al Chef bañado de chocolate… se me antoja más —insiste acariciándome el abdomen y sus manos bajan hasta la cinturilla de mi boxer… detengo su mano, sin ganas, pues quiero que continúe.

¿Hay algo más que le guste señorita? —la provoco con una sonrisa, sé que estoy jugando con fuego.

Me encanta todo lo que me has preparado —dice mordiéndome la espalda mientras sus manos no paran de acariciar mi abdomen. —Te amo, nene —Giro mi rostro y uno nuestros labios en un dulce y apasionado beso.

Te amo, pequeña diablilla —susurro al mismo tiempo que giro mi cuerpo hasta quedar frente a frente y besar sus calidos labios—. Pórtate bien mi niña —sonrío deslizando mis labios a lo largo de su cuello.

Me encanta está canción —afirma emocionada cuando suena "What Could Have Been Love" de Aerosmith.

Lo sé, mi niña —digo mientras rodeo su cintura con mis brazos e inmediatamente ella rodea mi cuello con sus brazos—. Te amo —uno nuestras frentes, mientras nos movemos al ritmo de la música y cantamos la canción sin dejar de miramos en ningún momento.

Eres perfecto. Te amo —se pone de puntillas y besa mis labios dulcemente.

¿Solo por qué te hice el desayuno? —la provoco mientras acaricio su cintura.

Adivinaste —bromea—. Eres increíble, el mejor hombre del mundo —me sonríe sin romper la conexión de nuestras miradas.

Mi maravilloso milagro eres tú —susurro acariciando tiernamente su mejilla, nuestro maravilloso momento es interrumpido por su estómago pidiendo atención y ambos estallamos en carcajadas—. Vamos a desayunar —tomo el plato de los crepes y los llevo a la mesa.

Una vez nos sentamos, disfrutamos del desayuno entre comentarios y sonrisas pícaras.

No te imaginas lo que está pasando por mi cabeza en este momento —digo levantando mis cejas ante su travieso gesto de morderse el labio y sonreírme coqueta.

Yo sólo puedo pensar en ti —se acerca a mí— ¿Y en quién piensas cuando estás conmigo? —me pregunta mirándome con ojos picaros.

Si tomamos en cuenta que nublas mi capacidad de pensar y sólo tú llenas mis sentidos…, la única respuesta posible, eres tú —contesto con sinceridad mirándola fijamente.

Mejor vamos a seguir comiendo, si no quieres que salte sobre ti y terminemos haciendo el amor sobre la mesa —me advierte con voz sensual y mi cuerpo salta ante sus palabras deseando que las cumpla. — ¡A comer Capitán! , que lo necesito fuerte para la faena que esta por venir —ok, no ha dicho nada en concreto pero a mi mente llegan imágenes de nosotros sin ropa y...

Mi niña, desayuna —ordeno en un gruñido desando hacer realidad la fantasía y ella me guiña el ojo antes de comer el primer bocado de manera tan erótica…, respiro y, cierro los ojos, intentando bajar mi excitación.

Terminamos de desayunar entre risas y provocaciones. Estamos jugando con fuego y apunto de quemarnos.

Me toca recoger a mí, que tu has cocinado —dice levantándose y cogiendo los platos.

Ni se te ocurra mi niña, quiero consentirte —le contesto con una sonrisa, quiero mimarla y demostrarla cuanto la amo.

Por favor nene —pide haciendo un gracioso puchero—, déjame ayudarte, si no me sentiré fatal, después de que tú has preparado el desayuno. —Mi mujer sabe como provocarme para conseguir lo que quiere.

Como quieras amor —me rindo y unos nuestro labios en un delicioso beso. Seguidamente comenzamos a recoger entre roces accidentales y poco castos. No puedo negarlo me encanta tocarla.

Nene, ahí tienes una pequeña mancha —dice tomándome desprevenido y, poniendo espuma en mi mejilla.

¡Oye, pequeña traviesa! —Me quejo aparentando estar enfadado mientras ella se ríe de mi—. No me hace gracia —quito la espuma de mi rostro para ponerla n su nariz.

¿Quién es el travieso ahora? —protesta con una juguetona sonrisa antes de coger el sirope de chocolate y echarme un poco manchándome el pecho.

Muy graciosa, ahora vas a tener que limpiarlo —aseguro señalando el hilo de sirope de chocolate que corre desde mi pecho hasta los abdominales.

Encantada —entonces se agacha y con su lengua comienza a lamer desde mi pecho hasta quitar todo el chocolate de mi cuerpo—. Ya está —dice sonriente.

Joder… Lizz —gruño intentando recuperar el aliento, lo cual no conseguiré mientras su lengua se desliza por los músculos de mi abdomen provocando que me estremezca y, haciéndome tragar en seco—. Las normas, amor —suspiro agarrando el último rastro de cordura que queda en mi.

Mierda… No puede ser más sensual sin si quiera quererlo.

Sólo hecho lo que me pediste —contesta con falsa inocencia mientras sus hermosos ojos me miran con un brillo especial. — ¿Qué tienen que ver las reglas con que limpie lo que he ensuciado? —ahora su lengua acaricia sensualmente mis abdominales mientras se desliza cada vez más abajo.

Elizabeth Tiffany Masen… Detente o no respondo —advierto con un gruñido al sentir su aliento cerca de…

O qué, ¿Me vas a castigar? —me reta mordiendo lujuriosamente sobre el boxer mandando a la mierda la poca cordura que me queda.

Te juro que hoy no vas a poder caminar bien —le aviso con los dientes apretados y, tirando de ella para besarla con todo el deseo que ha encendido en mi.

Agarro su cintura mordiendo su labio para luego lamerlo y, adentrándome sin permiso en su boca profundizando el beso, mi niña jadea mientras sube sus manos a mi cuello, el cual rodea con sus brazos y sus manos acarician mis cabellos dando pequeños tirones para atraerme más a ella.

Mi pequeña traviesa será mi muerte… y moriré feliz entre sus brazos. No rompemos nuestro beso hasta que la necesidad de respirar nos obliga a separarnos.

Te amo nene —ronronea con voz cargada de deseo.

Te amo mi niña —susurro sobre sus labios y la beso con ímpetu mientras, la cojo por su maravilloso culo, que me trae loco y, la subo en la mesa que hay detrás suyo colocándome entre sus piernas mientras ella me rodea la cintura con sus esculturales piernas.

Me separo un instante para mirarla, su mirada refleja puro deseo al igual que la mía. — ¡A la mierda las reglas! —

Mi niña lleva sus manos a mi descubierto pecho, que comienza acariciar sensualmente mientras que yo, sigo besándola con frenesí y, sólo deteniéndome para quitarle mi camiseta.

Pongo mi mano detrás suyo y aparto lo poco que queda en la mesa para tumbarla en ella y colocarme encima suyo besándola apasionadamente, dejo sus labios y comienzo a recorrer con pequeños mordiscos, lamentotes y, besos, su cuerpo entero.

Mmm Nene, por favor, más, muérdeme, chúpame, haz algo por favor, más —gime desesperada al notar, que mis movimientos son más lentos, quiero llevarla a locura. Ella ha comenzado el juego, pero ahora mando yo.

Cojo su cabello con mi mano y lo tiro hacía atrás ganándome un delicioso gemido de mi mujer, que me mira lujuriosamente.

¿Querías jugar con fuego mi niña?… Pues ahora vas a quemarte —susurro en su oído antes de estampar mis labios con los suyos en un rudo y desesperado beso. Mi Lizz masajea mi lengua con la suya deliciosamente, maldita provocadora… Mi niña levanta sus piernas enredándolas en el borde de mi boxer y, haciéndome saber que desea quitármelo.

Gime sonoramente cuando mi mano vuela a acariciarla suave y lentamente por encima de su tanga. Noto como se moja más de lo que ya estaba. Sigo con caricias por fuera mientras lamo sus pechos y sus inhiestos pezones.

Justin, por favor, no puedo más… —Jadea completamente excitada Justin… —arquea su pelvis pidiéndome más.

No queriendo torturarla más, atiendo a sus súplicas, recorro su cuerpo con mis besos hasta pasado su ombligo, donde se encuentra su lunar, el cual saboreo y mordisqueo deliciosamente, provocando que no pare de gemir. Lentamente le quito el tanga dejándola desnuda ante mi.

Eres una Diosa — tomo su rostro entre mis manos y la beso con pasión, mi niña aún con sus ojos cerrados pasa sus brazos por mi nuca mientras nuestras lenguas bailan al compás. Me separo de sus labios con pequeños besos. Mis labios recorren su cuerpo hasta llegar a su intimidad.

Nene, no pares, por favor —jadea moviendo sus caderas buscando las caricias de mis labios.

Dime mi niña ¿Qué tan mojada estás? —susurro en su oído con voz sensual.

Muy mojada… Demasiado, nene —afirma jadeante y, llevo una de mis manos a su coño acariciándolo.

Mmm… Puedo ver que así es, estás caliente y mojada ¿Es por mi, no? —inquiero mientras acaricio con mis dedos sus labios abriéndome paso sin llegar a entrar del todo, jugando con ellos a lo largo de su raja.

Sí, Justin, es sólo por ti, únicamente por ti —responde con un hilo de voz al mismo tiempo que acaricio su clítoris y meto dos dedos en su interior, moviéndolos en círculos hasta llegar al punto deseado, donde comienzo a bombear profunda y fuertemente entrando y saliendo de su delicioso coño.

¡Oh¡ Sí…sí, ahí…sí —mi Lizz es incapaz de decir nada coherente mientras no para de retorcerse moviendo su caderas en busca de una liberación, que todavía no estoy dispuesto a darle.

Tomo sus caderas firmemente evitando que siga moviéndose hacía mi.

¡Nene¡ ¡Por favor¡ —grita desesperada completamente fuera de si.

Por favor qué Lizz, ¿Qué necesitas mi niña?, tienes qué decírmelo —susurro sobre su boca mientras acaricio su clítoris y dos de mis dedos siguen entrando y saliendo de su interior fuertemente.

Sólo… por favor… quiero —intenta decirme pero de sus labios salen palabras sin sentido.

¿Quieres que te haga llegar?, ¿quieres correrte en mi boca? —inquiero mirando sus ojos, que están completamente brillantes por la excitación que tiene.

Sí… Por favor, sí —suplica con un hilo de voz completamente desesperada. Ambos estamos perdidos en nuestras miradas y, en las sensaciones que ambos sentimos.

Justin, oh , sí, ya sí…ya no puedo más —jadea al borde de la locura.

Aguanta un poco mi niña, sólo un poco más —ronroneo sobre sus labios íntimos, los cuales acaricio suavemente con mi lengua. De sus labios se escapan pequeños gritos mientras no para de empujar sus caderas hacia mi

Ahh… Justin, sí…ahí, sí —miró fijamente a mi hermosa mujer sin parar de lamerla.

Mumm… Lizz eres deliciosa —gimo separándome lo justo y, comienzo a succionar sus labios íntimos nuevamente.

¡Oh¡ Sí, sí… Ah —jadea con fuerza enredando sus dedos en mi cabello y empujándome más hacia su coño, el cual devoro al hundir mis labios lamiéndolo profundamente y succionando con fuerza mientras mis dedos siguen jugando en su interior. No estoy siendo suave, mis lametones son duros, disfrutando al máximo del sabor de mi princesa; hundo mi lengua y presiono fuertemente en su clítoris moviéndola rudamente sobre el. — ¡Ahhaaa Justin¡ —grita llena de placer y, noto como las paredes de su coño se contraen aprisionando mis dedos y seguido como el liquido de su orgasmo los baña y llega a mi lengua, no paro de succionar hasta que sale la última gota de su interior, quiero intensificar su orgasmo.

Mi niña —murmuro sobre sus labios, poco a poco abre sus ojos, que brillan intensamente y me miran sensualmente con pura pasión reflejada en ellos—. Esto aún no ha terminado— le advierto con voz llena de deseo estampando mis labios con los suyos en un profundo beso.

Y qué estas esperando para demostrármelo —musita con voz llena de lujuria y atacando mi cuello con besos húmedos y pequeñas mordidas mientras sus caderas se restriegan contra mi —Nene no soporto más, por favor, follame ya —veo como muerde su labio inferior mientras me mira con puro deseo y luego lleva su mirada hambrienta a mis labios. Y ya no pudo resistirme más… Estrello mis labios con los suyos adentrándome en su boca y encontrando su suave y caliente lengua con la mía, mientras nos unimos en una desesperada lucha, que de inmediato gano dominando nuestro beso. Deslizo una de mis manos hacia su mandíbula y llevo la otra hasta su pelo mientras lo agarro en un puño, inclinando su cabeza para profundizar más en su boca.

Mirame —susurro sobre sus labios mientras tiro un poco de su cabello y, nuestras miradas llenas de pasión se conectan. Suelto su cabello y la contemplo se ve exquisitamente perfecta, deliciosa y, tan, tan caliente… siento mi erección crecer todavía más, si eso es posible.

Justin —gime mientras paso mis manos por su plano y suave vientre deteniéndome unos instantes a acariciar con devoción mi amado lunar; tiene el cuerpo de una Diosa, mi niña es perfecta para ser real. Llevo mis dedos suavemente por sus pechos, su cuello… sólo ligeros roces por todo su cuerpo, provocándola. —Nene, te necesito, te quiero dentro de mi —susurra entre jadeos al mismo tiempo que se remueve ante mis toques.

No seré suave mi niña —susurro con voz ronca sobre sus labios mientras sujeto firmemente su rostro.

No quiero que lo seas, amo verte así —gime mordiéndose el labio y rápidamente me quito el bóxer con una mano como puedo para penetrarla rápidamente con una fuerte y profunda estocada. Mi niña jadea fuertemente mientras clava sus uñas en mi espalda, puedo sentirla temblar en mis brazos.

Eres mía mi niña —goleo dentro de ella fuertemente. Mía Lizz y de nadie más —murmuro en sus carnosos labios.

Tuya, Justin, sólo tuya — susurra entre gemidos uniendo nuestras miradas que están nubladas por el deseo. Mis embestidas cada vez son más duras, profundas y lentas, la estoy torturando, me encanta verla retorcerse por el placer, sólo quiero acrecentar el fuego en ella. —Nene, más rápido, más fuerte, más, —se presiona más contra mi y, junto nuestras bocas en un ansioso beso, llevo mis manos a su delicioso trasero, el cual aprieto con rudeza para adentrarme de una dura y fuerte embestida, mis estocadas cada vez son más rápidas y certeras.

¡Me encanta como te sientes¡ mierda….estás tan estrecha —digo entre dientes mientras embisto rápidamente fuera y dentro de ella.

Justin, ahí, oh, sí, no pares, amor — suelta entre jadeos apretándome más contra ella.

¿Así? Lo quieres así —gruño con los dientes penetrándola más duro.

No voy a durar mucho y por las pulsaciones de su coño sé que ella tampoco. Bajo mi rostro y mordisqueo sus pechos alternadamente mientras arremeto nuestras caderas con desespero. Ella tira de mi para estar más cerca, su espalda golpea contra la encimera pero no puedo detenerme estoy poseído totalmente...

Oh sí ahí, mumm ahí, ¡Justin ¡ —grita en el momento que su orgasmo la golpea haciendo que se corra con fuerza, sus paredes me aprietan con firmeza y no puedo aguantarme más y me descargo dentro de ella gritando su nombre.

Me dejo caer sobre ella, que acaricia con ternura mi cabello y espalda, ambos estamos tumbados en la encimera completamente desnudos.

Te amo tanto mi niña —susurro acariciando sus mejillas dulcemente y, beso sus labios con ternura, luego me levanto y estiro mi mano para ayudarla a incorporarse, y quedándonos sentados en el taburete de la cocina, ambos abrazados y completamente exhaustos.

Te amo mucho nene. Estoy tan feliz de que estemos juntos de nuevo — ronronea en mi cuello haciéndome cosquillas mientras sus manos acarician mi espalda.

Ambos estamos perdidos en nuestros pensamientos cuando de pronto mi niña estalla en carcajadas, dejándome totalmente confundido.

Creo que si me cuentas el chiste me río contigo —digo con una sonrisa mientras acaricio su desnuda espalda, esperando a que se calme. Mi niña me besa en los labios antes de regalarme un cautivador y provocativo guiño mientras muerde sus carnosos labios.

Te imaginas que hubieran llegado los chicos, y nos hubieran encontrado en plena acción —me explica entre risas y no puedo evitar unirme a sus risas al visualizar dicha escena en mi mente. Pobre de mi cuñado, le hubiera dado un ataque, una cosa es saber y otra completamente diferente es verlo con tus propios ojos.

La culpa es tuya, por provocarme, hacerme perder el control y, el sentido común —suelto con falso enfado mientras muerdo su hombro.

Culpa tuya por ser tan sexy —me mira lascivamente avivando en mi cuerpo el deseo que siento por ella.

Amor, si no te detienes en este instante…, si vamos a dar un buen espectáculo —me muevo para que note lo duro que me tiene y, lo ciertas que son mis palabras.

Lo siento… —me mira traviesa por debajo de sus pestañas—. Creo que vamos a necesitar un espacio para nosotros, si queremos tener algunos momentos de intimidad —dice mirándome fijamente mientras me acaricia el pelo con sus manos.

Estoy totalmente de acuerdo con la idea, la cual no ha parado de dar vueltas por mi mente, pero no la quiero forzar a nada, así que me encanta que mi niña lo haya sugerido.

¿Qué te parece mi apartamento? — propongo casualmente mientras acaricio su desnuda espalda.

Sería fantástico poder quedárnoslo. Casi toda nuestra historia se encuentra en el. ¿Crees que todavía estemos a tiempo? —Inquiere emocionada dando un pequeño saltito entre mis brazos.

Supongo que no tendremos ningún problema, todavía me queda este mes entero —rozo dulcemente su mejilla—. Si quieres podemos acercarnos hablar con el casero antes de ir donde tus padres —opino con ilusión recibiendo una hermosa sonrisa de mi Lizz.

Es una gran idea amor —se queda pensativa unos segundos—. Con la condición de que ambos acarreemos con los gastos del apartamento —me tapa la boca con su mano—. No quiero excusas. Estamos juntos, así que si vamos a tener un lugar para nosotros lo justo es que sea igualitario —dice con firmeza—. Quiero todo contigo nene —pone uno de sus pucheros, que sabe que me es imposible resistirme.

Sabes que nunca podré decirte que no. —Afirmo tomando su rostro entre mis manos y la beso tratando de transmitirle el inmenso amor que siento por ella—. Pequeña diablilla embaucadora —ambos reímos.

Me alegro, no sabes cuanto —dice mi niña mirándome seductoramente y moviendo de un lado al otro su rostro provocando que sus labios se paseen por encima de los míos varias veces.

No puedo aguantarlo más, así que la sujeto con una mano de la nuca y la beso con ansia. Ella sonríe contra mi boca, satisfecha de que lo ha conseguido. Sus manos van a mi cabello mientras las mías rodean su estrecha cintura.

Mi Lizz baja los brazos para acariciar mi torso mientras me empuja haciéndome caer sobre el taburete de nuevo y sentarse encima mi a horcajadas ante de besarme intensamente, mordisqueo un poco su labio inferior para profundizar más en su boca, el deseo recorre nuestros cuerpos de nuevo.

Sin dejar de besarnos, me incorporo con ella rodeando mi cintura con sus piernas y la pego, un poco agresivamente contra la pared apoyo contra la pared.

Sí.. más… no pares —gime apretándome más contra ella.

Señorita insaciable, te voy a llevar al nirvana —susurro con voz ronca sobre sus labios, los cuales saboreo y me adentro en su boca violentamente, uniendo nuestras lenguas en una lucha, que gano fácilmente.

No aguanto mucho mas sin penetrarla, adentrándome en ella de una fuerte y profunda estocada. Mi niña gime con locura al sentirme dentro y a mí me embarga el calor que desprende.

Me quedo inmóvil unos segundos, saboreando como su cuerpo es capaz de acogerme de manera tan íntima y emanar ese delicioso calor. En cuanto empiezo a moverme el placer me embarga. Entierro mi cara en su hombro, el cual empiezo a besar mientras ella se agarra fuertemente a mi espalda y jadea mi nombre.

Siento que el calor aumenta e incremento la velocidad de mis embestidas a la vez que tomo sus labios besándola vorazmente. Nuestros gemidos se entrelazan dentro de nuestras bocas al igual que nuestras lenguas se acarician y batallan entre ellas hasta que ambos llegamos juntos al orgasmo.

Me encanta hacerte perder el control —ronronea mirándome con lujuria cuando la bajo.

Ya somos dos —Susurró intercalando besos por todo sus rostro y ella besa mi pecho, quedándonos abrazados en un cómodo silencio .

Nene, lo siento. ¡Mierda!, Lo siento mucho —exclama alterada y dejándome totalmente desconcertado.

¿Qué ocurre amor? —Inquiero tratando de encontrar la causa de su sobresalto.

Las reglas, ¡Te he hecho romper las reglas! —Se lamenta un poco alterada— ¿Qué clase de novia soy, si no cuido de ti? —suelta un pequeño suspiro.

No puedo evitar que una pequeña sonrisa aparezca en mis labios ante su aprensión. ¿Puede ser todavía más perfecta?

Tranquila mi niña, no pasa nada. Creo que las rompería mil veces si el resultado es este —levanto las cejas sugerentemente —. Y sé, que puedo salir adelante en este partido y conseguir la victoria porque tengo todo lo que necesito para ganar, un gran equipo, unos formidables compañeros y, lo más importante, a ti, que eres mi motor para dar lo mejor de mi en el campo —sus ojos brillan de una manera especial—. Por ti mando al diablo todo Lizz, sólo tu importas, así que no te preocupes mientras tu estés conmigo todo estará bien —miro el reloj que está en la pared y sonrío al ver la hora—. Técnicamente no hemos roto las reglas, todavía puedo cumplir mis veinticuatro horas sin sexo. El partido no comienza hasta las siete de la tarde y, apenas son las once de la mañana —aseguro sonriente mientras beso su frente.

Te amo nene —dice con una dulce sonrisa y me besa en la barbilla. Amo cuando lo hace.

Te amo mi niña preciosa —afirmo abrazándola mas fuerte. Me siento increíblemente feliz con ella entre mis brazos —. Creo que debemos prepararnos para irnos, si queremos hablar con mi casero. —Me levanto y la subo a mi hombro mientras me dirijo a su cuarto escuchándola reír.

No tardamos mucho en la ducha, por mucho que ambos deseábamos lo contrario y, nos vestimos rápidamente para bajar a la cocina y recoger todo el desastre que habíamos ocasionado. Apenas todo está ordenado salimos abrazados por la cintura del apartamento hacia el parking en busca de mi moto.

Me encanta esta moto —asegura. — ¡Qué buenos momentos pasamos juntos! —Me sonríe coqueta.

No dudes que añadiremos más —la apoyo en la moto— ¿Quieres conducir? —pregunto con un guiño juguetón.

Primero me terminas de enseñar, y luego te llevo de paseo donde quieras —me acaricia el cuello enredando sus dedos en mi cabello—. Pero ahora hay un casero que tenemos que visitar —me da un pico en los labios, que no dudo en profundizar hasta que ambos nos quedamos sin aliento.

¡Buscaros una habitación! ¡Estáis ardiendo! —nos grita divertido alguien desde la cera.

De ahí venimos —alza la voz mi niña y ambos estallamos en carcajadas.

Nos subimos en la moto luego de ponernos los cascos y arranco poniéndonos rumbo a la casa del dueño del apartamento. No tardamos mucho en llegar, y la suerte esta de nuestro lado al encontrarlo en su domicilio.

Nos saluda amablemente mientras nos invita a entrar en su casa. Luego de ofrecernos algo de beber y de sentarnos en el sofá comenzamos una agradable conversación donde le presento oficialmente a Lizzie, como mi novia, ya que la conoce sólo de vista. Seguimos charlando amenamente mientras nos pregunta sobre nuestros estudios y a mí sobre la nueva temporada. Es un buen hombre y muy simpático.

Perdonad mi descortesía, por no preguntaros la razón de vuestra visita —se disculpa con una sonrisa mientras llena de nuevo nuestros vasos de limonada casera. En cuanto se sienta, le explico sobre nuestros planes de quedarnos el apartamento para tener nuestro espacio como pareja.

Lo lamento mucho chicos. El apartamento esta alquilado y se ha firmado el contrato por lo que persista la carrera del joven —nos explica con voz pausada.

Me parece ver una pequeña sonrisa, parece que este ocultando un secreto.

Es una pena. Me habría encantado poder recuperarlo —contesto decepcionado por todas las ilusiones que anteriormente nos hemos hecho.

Joven, nunca te han dicho, ¿Qué no se puede recuperar algo que no se ha perdido? — Me quedo mirándolo incrédulo, tratando de entender sus palabras.

Una sonrisa surca sus labios mientras nos da una mirada enigmática y jovial. —Hijo, tus padres firmaron el contrato de alquiler del apartamento hasta que finalices tus estudios —me aclara antes de coger su vaso y beber.

¿Cómo?, ¿Cuándo? —pregunto sorprendido.

Tus padres me comentaron, que eres un chico muy independiente y terco, por lo que siempre te quieres ajustar al presupuesto de la beca deportiva para tus gastos. Ambos saben que aunque la beca es completa no es mucho dinero y por eso querían ayudarte de algún modo, ya que si te lo decían no aceptarías su ayuda. —Ahora entiendo lo misterioso que estaba mi padre cuando hablé por teléfono hace unos días con él—.Cuando me comentaste que te ibas a marchar del apartamento me puse en contacto con tus padres de nuevo, quienes me aseguraron que no tardarías mucho en regresar por el apartamento —nos guiña el ojo divertido, antes de seguir explicándonos todo y como mis padres junto con él habían logrado engañarme—. Espero que no enfades con tus padres o conmigo por ocultártelo —me mira con una disculpa en su rostro.

No estoy enfadado, si no asombrado y agradecido —le contesto emocionado.

Amo a mis suegros. ¡Son geniales! —exclama mi niña abrazándome

Y su novio, es un joven excepcional —afirma Alexander, mi casero.

Lo sé. Mi nene es único —me besa en la barbilla— . Ahora a instalarnos de nuevo —dice emocionada mi Lizz.

Es todo vuestro hasta que finalicéis vuestros estudios. Espero y seáis muy felices en el apartamento —asevera enternecido mi casero.

Muchas gracias por todo Señor Alexander —le agradezco sinceramente.

De nada joven Crawford —niego con la cabeza divertido, desde que nos conocimos nunca he conseguido que me llame por mi nombre—. Me alegra saber que todavía hay personas tan responsables como tú, mi joven amigo —los tres nos reímos—. Ojala hubiera más jóvenes tan comprometidos —contesta con franqueza.

Muchas gracias por todo, Señor Alexander —Lizzie le abraza y besa sus arrugadas mejillas haciendo que mi casero se sonroje.

No tardamos en despedirnos y poner rumbo a casa de mis suegros.

Estoy nervioso por como Elizabeth y Anthony recibirán la noticia de que estamos juntos de nuevo. Aunque sé, que ellos ya se lo imaginan y están más que felices; siempre me han considerado uno más de la familia.

¿Puedes parar? —me pide Lizz alzando un poco la voz por el ruido de la moto.

Bajo la velocidad y me detengo al lado de la carretera, en un pequeño camino de arena.

¿Qué ocurre mi niña?, ¿te has hecho daño? —pregunto intranquilo una vez me bajo.

No me pasa nada, perdona por preocuparte —hace un puchero mientras le ayudo a bajarse y una risa escapa de mis labios. Mi chica es única.

Me vas a decir que te pasa —inquiero divertido levantando las cejas.

Nada malo, solo quiero estar unos momentos más contigo antes de mis amigas nos separen y no pueda besarte tanto como quiero —me susurra sobre mis labios antes de que ambos rompamos en carcajadas.

Eso debemos solucionarlo ahora mismo. No me gusta ver sufrir a mi mujer —murmuro acorralándola contra la moto

Mi hombre —ronronea seductoramente rodeando mi cuello con sus brazos, lo que aprovecho para levantarla por sus caderas y sentarla sobre la moto presionando su cuerpo contra el mío, al mismo tiempo que ataco su boca en un beso furioso, hambriento, caliente, lujurioso, necesitado y voraz. Nuestras lenguas comienzan una pelea, una batalla que ninguno de los dos quiere ganar, saboreándonos, degustándonos, no queda ni un solo recoveco de nuestras bocas sin explorar. Mientras sus manos vagan por mi espalda las mías se pasean por sus muslos subiendo hacía su cintura y…

¡Llamen a los bomberos! Aquí hay un incendio —grita una voz conocida, logrando que separemos nuestros labios y miremos en dirección a la voz.

En la carretera se encuentran los coches de mi cuñado y de nuestros amigos, los cuales no paran de reírse.

No tienen a nadie más a quien molestar —inquiere mi niña sacándoles la lengua.

De momento no — dice Jacob infantilmente.

Cuñado, sabes que te aprecio mucho y no me gustaría tener que ir a sacaros de la comisaría por estar haciendo cosas indecentes en la vía pública —bromea entre risas Edward provocando que todos estallen en carcajadas.

No seas exagerado vampirito, que sólo nos estábamos besando —asevera mi novia riendo.

Pues… nueve meses más tarde de que mi mamá y mi papá se besarán así, nací yo —se burla Nessie

Tendrás que ir ahorrando para el Baby Shower pitufa —contesto divertido abrazando a Lizzie provocando que todos se nos queden mirando.

Elizabeth Tiffany Masen las manos quietas y donde pueda verlas —grita mi cuñado simulando estar horrorizado y todos rompemos en risas de nuevo.

Mira quien habla, el que no quita las manos del trasero de nuestra hermana — declara Emmett logrando que las risas aumenten.

No tengo la culpa de que tu hermana tenga un hermoso trasero —le replica divertido mi cuñado.

Yo tampoco tengo la culpa de que tu hermana sea un imán para mí —le digo entre risas a Edward.

Lo mejor es que sigáis con vuestro camino y nos dejéis tranquilos con lo que estábamos haciendo —opina mi niña con una pícara sonrisa en sus labios.

Si vais a continuar así, lo mejor es que os busquéis un hotel —suelta graciosa Bella mientras se abanica con la mano.

Pero que tenga cuartos insonorizados o van a pensar que te están matando —bromea Nessie—. Porque si en acción gritas tanto como cuando sueñas con cierto chico sexy …. Miedo me da, no quiero estar cerca —se pone a temblar y todos estallamos en carcajadas.

Oye, eso es mentira, creo que me has confundido con Bella, la de los chillidos es ella —contraataca mi niña entre risas.

Oh capitán, si, oh si capitán —se burlan simulando gemir Bella y Nessie.

Si de verdad queréis saber…, os aseguro que en persona es muchísimo mejor —las calla la boca mi niña con su respuesta y todos rompemos en risas de nuevo.

Lalalalala —se tapa los oídos Edward—. Soy un hermano moderno, pero hay cosas que prefiero no saber —nos pide con un puchero haciendo que las risas aumenten.

Mejor no digas nada cuñadito, que tú estas peor o igual con mi hermanita —apunta Jacob con una graciosa mueca en su cara.

Al parecer lo caliente viene de familia —bromea Thomas desde su coche.

Ni que lo digas. En mi vida podré volver a escuchar o ver el cuento de la caperucita roja. He quedado traumatizado de por vida —se estremece Edward y todos rompemos de nuevo en carcajadas.

Todos comienzan a bromear al mismo tiempo y es imposible entenderles, ya que unos hablan por encima de otros.

Parar ya con las tonterías y mejor seguir con vuestro camino —les interrumpe mi niña—, qué aquí, ninguno se libra. Jacob y Nessie parecen conejos, Bella y Edward ni con agua hirviendo se separan, no pueden dejar de tocarse, Thomas y Gianna parecen Siameses, Emmett y Martha es un quiero pero no puedo, James y Victoria son puro fuego… sigo con vuestras vidas amorosas o mejor os vais y en un rato os alcanzamos —se cruza de brazos divertida y ambos reímos ante la caras de nuestros amigos.

¡Esa es mi chica! Te quiero preciosa —le grita Elena desde el coche de Stephan—. Vamos arrancar los coches de una vez, nos veis que estáis molestando —nos lanza un beso, el cual correspondemos rápidamente.

Nos vemos en un rato brujita, no tardéis mucho, que papá y mamá están muy ilusionados —nos pide Edward con una sonrisa.

Ahí estaremos vampirito. ¡Te quiero hermanito! —grita mi Lizz lanzándole besos.

¡También te quiero brujita! Cuídala cuñado —contesta con una sonrisa.

Siempre —le aseguro mientras abrazo fuertemente a mi niña que recuesta su cuerpo sobre mi pecho dándome acceso a su cuello, el cual rápidamente comienzo a besar. De fondo escucho como los coches se marchan dejándonos de nuevo solos, lo que aprovecho para besar a mi niña profunda e intensamente.

El sonido de un mensaje en mi teléfono nos interrumpe, al abrir el Telegram no puede creer lo que leo en la pantalla…


Comunicaros que en el grupo de facebook "EL jardín de los hechizos de Maya" podéis encontrar los álbumes de los fics, así como adelantos, encuestas y muchas cosas más de mis historias. El link lo tenéis en mi perfil, Os esperamos.

El Link del trailer tan maravilloso realizado por mi amiga Teresa lo tenéis en mi perfil.

Este capítulo va dedicado a todas/os mis nuevas/os y antiguos lectores, y os doy las gracias por vuestro apoyo a está historia. Estaré esperando vuestros comentarios que hacen superarme en cada nuevo capítulo.

A mis lectoras silenciosas gracias por estar ahí.

Gracias a mis lectoras por tomaros el tiempo de dejar vuestros reviews que me llenan de ilusión y me dan fuerza para continuar.

Muchísimas gracias a todos los que me habéis añadido a favoritos y alertas, también a mis lectoras anónimas gracias por estar ahí.

Dar las gracias a:

Aliena Cullen, Emmaly Swallen , Pauly Mp, Tecupi, Pili, Jde HSos, Kjmima, patymdn, jackie. rys, Car cullen Stewart Pattinson, Adriana Molina, kaja0507, jupy, rosy,canal.10, flaca paz, Adriu, Alixa Cullen, saraipineda44, cavedano13, Cary, Esmeralda C, Isa Labra Cullen, Paz, Liduvina, Isabella Swallen, caresgar26, cry, piligm, Lyra, Laury D, CelyJoe, AngieSCullen, Chiki Garcia, Sambita 74, ClaudiaHernandez, BreezeCullenSwan, Danny VasquezP, Vero Grey Cullen

Si me faltó alguien por dar las gracias, por favor, mandarme un inbox, y los Guest poner un nombre para poder agradeceros.

Espero sus comentarios y sugerencias de todo corazón.

Muchos besitos y mordisquitos de Edward para todos mis lectores.