Dragon Ball es de Akira Toriyama y TOEI ANIMATION

Este fic participa en el Reto Multifandom #68: "Las estaciones del año" del Foro "Hogwarts a través de los años".


Mientras Trunks saltaba de alegría, Vegeta se mantuvo en silencio pero con el pensamiento de que un viaje familiar le quitaba tiempo en sus entrenamientos. No iba a dejar que alguien como Kakarotto se vuelva el más fuerte del universo.

—¡Qué bien! —Trunks seguía saltando.

—Olvidenlo, no iré.

La sola respuesta saco a Bulma de sus casillas, tanto que hasta se le salia humo por la nariz y las orejas.

—¡Eres un egoísta de lo peor!, ¡Solo piensas en tus estúpidos entrenamientos! Pues te diré algo, me mate para que por lo menos tuviéramos unos días como familia. Tuve que amenazar a muchas personas para conseguir el mejor lugar para hospedarnos y no vas a negarme la invitación solo por un absurdo capricho tuyo. Así que vas a ir y eso no está en discusión ¿Entendido?

Como siempre Vegeta flaqueo. Odiaba la idea de no enfrentarse a Bulma sin salir con el ojo morado. Se cruzó de brazos pero no evitó decirle sus verdades, mejor dicho maldiciones entre dientes.

—Me muero de ganas por ir —Trunks seguía volando en círculos hasta que se detuvo—. ¿Y a donde se supone que iremos?

—Reserve un lindo lugar cerca de la playa —tal parece que a Bulma se le paso el enojo hacia Vegeta pues respondió lo más calmada posible, o solo estaba fingiendo en frente de su hijo—. Partiremos mañana muy temprano, así que debes llevar lo esencial Trunks.

—Si, entendido —salio volando fuera de la habitación.

—Tu también Vegeta —el mencionado solo se cruza de brazos—. Escucha, se que deseas ser el más fuerte, incluso más que Goku, pero descansar también hace parte de un buen entrenamiento —ella se acerca pero el se aleja—. Vamos, hazlo por Trunks aunque sea, se ve que está emocionado por ir.

Se alejo dejándolo en medio de ese pequeño dilema: Ir o ir de todas formas, porque de lo contrario ella nunca lo perdonará.


—Tenia que ser Vegeta —dijo Milk de forma desaprobatoria y 18 asintió en silencio estando de acuerdo.

—Pero lo convenciste —dedujo Videl.

Bulma sopló el aire que emanaba de su café, lo hizo un par de veces antes de tomar un sorbo, una vez saboreada la bebida, mostró una sonrisa llena de soberbia.

—¿Ustedes que creen? —cerró su parpado, dando por entendido que, como siempre, pudo con el orgullo de su marido.