Capítulo 1x08: "162 velas."
Mystic Grill
Mystic Grill se hizo camino en el campo visual de Elizabeth, que se detuvo frente a un bar. ¿A quién le venía mal un trago? Si, quizá Marcos tuviera razón y deberia usar su compulsion de vez en cuando, vivir un poco la vida.
Entrando con cautela al lugar miró a su alredor y sin notar que había llamado la atención de un joven que allí se encontraba se movió para sentarse en la mesa mas retirada que consiguió con intenciones de que alguien no se le acercara pero fue exactamente lo que sucedió, pero debía decir que no era lo que esperaba. Un chico de tal vez 17 años de edad, quizá menos, seguramente menos tropezó con su mesa mientras salía dejando caer accidentalmente los libros que llevaba en sus manos al suelo.
"Dios mio, lo siento mucho." se disculpó él sonrojandose en la vergüenza.
"Descuida." Elizabeth se inclinó al mismo tiempo que él para recoger los libros, pero terminaron chocando sus cabezas en el proceso.
"¡Ah!" se quejó él al tropezar ligeramente en el suelo debido al golpe.
Riendo, Elizabeth se agarró la cabeza para aparentar sentir dolor al igual que él. "Lo siento, ¿estás bien?"
"Sí, estoy bien." él correspondió a su sonrisa mientras se frotaba la cabeza.
Enseguida Elizabeth pudo detectar que tenía unos 16 o 17 años de edad más o menos. "Déjame ayudarte." se ofreció para recoger los libros del suelo, esa vez asegurándose de evitar otro accidente vergonzoso.
"Eres nueva en Mystic Falls." dijo él una vez se colocaron de pie. Al notar su postura incierta sonrió. "Debes preguntarte como lo sé, ¿o me equivoco?"
"Algo así." respondió Elizabeth con cautela.
"Bueno, no es difícil de deducir en un pueblo donde todos nos conocemos." explicó él sonriéndole. "Por eso es fácil saber cuando hay personas nuevas."
"Mmm, suena bastante lógico." Elizabeth asintió más tranquila. "Aunque también podría ser una asesina suelta, huyendo por haber matado a todo un pueblo." no pudo evitar bromear con el chico. Sin querer estaba empezando a caerle bien.
"¿Debería correr?" preguntó él fingiendo dudar un poco.
"No lo creo, sé controlarme." ella le sonrió tomando asiento en su mesa, antes de hacerle un gesto para que la acompañara. "Siéntate, por favor."
"Gracias." el chico tomó rápidamente un lugar frente a ella, sonriéndole con un brillo en los ojos que la incomodó un poco. "Soy Jeremy Gilbert por cierto."
Ella lo observó mientras él extendía su mano. Dudosa extendió su mano tomando la suya. "Elizabeth Whitmore."
"¿Cuántos años tienes Elizabeth?" preguntó Jeremy ahora sintiéndose más cómodo con ella.
"Quince." Elizabeth respondió utilizando la edad en la que había sido transformanda.
"Hmm, eres solo un año más joven que yo." dijo Jeremy sintiendo alegría por ello.
Riendo levemente, Elizabeth miró a su alrededor detallando brevemente a las personas que allí se encontraban. "Oye Jeremy, ¿sabes dónde puedo quedarme? ¿Un hotel, una posada?"
Esas preguntas hicieron que Jeremy la mirara confundido. "Espera, ¿viniste tu sola a éste pueblo?" al notar enseguida su imprudencia se disculpó rápidamente. "Perdona, no debí ser tan entrometido."
"Descuida." Elizabeth se encogió de hombros para trabuolizarlo. "Pero si, vine sola... o mejor dicho vine buscando a alguien."
"Oh." Jeremy asintió esperando que no viniese por algún chico o algo así. "Bueno hay varios lugares en los que puedes quedarte, pero tengo una mejor idea." inclinándose la miró con una sonrisa. "Quédate con el chico que está enamorado de mi hermana."
"Claro que no." negó Elizabeth rotundamente.
"Insisto." dijo Jeremy poniéndose de pie. "El vive en una pensión."
"¿Y a tu hermana no le incomodará?" preguntó Elizabeth mientras se ponía de pie también.
"No, ahora mismo las cosas no van bien con Stefan." Jeremy soltó ese nombre que hizo que Elizabeth se congelara.
"¿Stefan?" preguntó ella dudosa.
"Si, ¿lo conoces?" Jeremy preguntó poniendose cauteloso ahora con su extraña reacción.
"Ah... No... Es solo que..." Elizabeth dudó. "Se parece al nombre del dueño de la casa donde se quedaría un familiar mío."
"Hace poco llegó un hombre alojandose allí." Jeremy respondió recordando al extraño que también había llegado días atrás a la ciudad. "Se llama Marcos, creo."
"¡Es él!" Elizabeth respondió alegremente al pensar en ver de nuevo un rostro familiar.
"Perfecto entonces, vayamos a la pensión." Jeremy sonrió grandemente, no sólo al verla sonreír sino porque había ganado estar cerca de ella por más tiempo. No podia negar que se sentia atraído por la joven.
Pensión Salvatore
Jeremy manejaba el auto prestado de Elizabeth, pues el conocía el camino. Le había caído bien el muchacho, muy bien diría ella, definitivamente él no era un estúpido ni mucho menos, para su temprana edad.
Su mente dejó de trabajar cuando vió una casa, que literalmente era una mansión, algunos de sus recuerdos vinieron rapidamente, pero los alejó con la misma rapidez. No era momento de pensar en eso. Ahora lo mas tedioso seria enfrentar a quienes estaban dentro de esa casa.
El joven Gilbert la ayudó a bajar su maleta del auto llevándola por ella. Sonrió al ver lo caballero que era. Ambos se encaminaron a la entrada, él por delante, tocando el timbre, enseguida sintió unos pasos acercarse. El momento de la verdad llegaba. Cuando la puerta se abrió quedó petrificada cuando vió a la persona. Frente a ella estaba un chico completamente distinto al que recordaba, este tenía el cabello claro, perfectamente peinado y los mismos ojos verdes, amables pero tristes. Ese Stefan Salvatore no era el mismo que ella recordaba.
"Jeremy." saludó Stefan sonriendo un poco, antes de que sus ojos se posaran en la joven que lo acompañaba. "Hola."
"Stefan, ella es Elizabeth." presentó Jeremy al ver que ella no decía nada. "La traje porque busca alojo, y resulta que un familiar suyo se está alojando aquí también."
"Claro, hay bastante espacio." dijo Stefan antes de extender su mano hacia la chica. "Soy Stefan Salvatore."
"Lo sé." Elizabeth soltó ganandose una mirada desconfiada de él. "Quiero decir, ya Jeremy me ha dicho tu nombre... Soy Elizabeth Whitmore."
"Adelante." Stefan miró a Elizabeth ahora de una manera extraña, como si fuera a encontrar en ella alguien que no era precisamente, y eso le daba miedo.
"Espero no incomodar." dijo Elizabeth tratando de calmar la tensión en el ambiente.
"Tranquila no lo haces." fue todo lo que respondió Stefan.
Elizabeth asintió antes de mirar dentro de la casa. De la nada se preguntó si Damon también estaría allí. El sólo pensar en él le dió más nervios que nunca.
"Guiaré a Elizabeth a su cuarto." dijo Stefan hablando con Jeremy que sólo asintió pasándole la maleta.
Elizabeth le sonrió a Jeremy. "¿No te iras cierto?" preguntó esperanzada de que no se fuera todavía. Apenas si lo conocía pero era la única persona amable que conocía por el momento.
"No." Jeremy sonrió enseguida. "Estaré aquí."
"Bueno." Elizabeth respondió más calmada ahora, antes de seguir a Stefan por las escaleras.
Lo siguió hacia muchas puertas que se cruzaban en el camino, pero Stefan fue directo a una, la abrió, y la dejó ver una habitación perfecta, grande, con una cama, un cuarto de baño precioso y una ventana. "Wao, es bonita." dijo cuando notó que él esperaba que dijera algo. "Jamás he estado en una habitación así."
"¿En donde has vivido entonces?" preguntó Stefan ganándose una mirada titubeante de la muchacha. "Lo siento, a veces soy muy curioso."
"Si ya me doy cuenta." Elizabeth respondió quedándose en silencio mientras seguía inspeccionando la habitación.
"Disculpa que te pregunte, pero simpre pregunto por la vida de mis inquilinos, más cuando son vampiros que no conozco y vienen por primera vez." aclaró Stefan haciendo que Elizabeth lo mirara de nuevo.
"Eso esta bien, aunque me impresiona que dedujeras tan rápido que soy un vampiro." Elizabeth respondió con una exhalación. "Solo puedo decirte que mi vida no ha sido la más fácil de todas, por eso no he tenido un lugar fijo para dormir en años... ¿Te sirve eso?"
"Por ahora si." asintió Stefan encogiéndose de hombros.
"Bien." dijo Elizabeth encogiéndose tambien de hombros, ganándose una sonrisa divertida de él.
"Te dejaré para que te acomodes." dijo Stefan caminando hacia la puerta. "Hablaremos cuando regrese... Bienvenida a Mystic Falls, Elizabeth."
"Esta bien... Gracias." Elizabeth lo observó hasta que la puerta se cerró.
Ella esperó un rato, para soltar el aire que había estado conteniendo. Se acostó en la cama mirando hacia el techo largo rato, hasta que escuchó la puerta principal de nuevo. Por un momento pensó que era Stefan, pero luego escuchó un corazón humano. Aparte del de Jeremy, que ahora recordaba había dejado sólo abajo. Decidió salir de la habitación bajando tranquilamente. De espaldas a ella hablando con Jeremy estaba una chica de una con una melena castaña y lacia que caía como cascada por su espala.
Al ver a Elizabeth los ojos de Jeremy brillaron otra vez. "Elizabeth, ven te presento a mi hermana... Elena Gilbert."
Elizabeth sonrió un poco acercándose a la morena que se volteó. Pero justo cuando lo hizo enseguida todo se fue al infierno. Frente a ella estaba Katherine en persona. Sin que nadie lo esperara, se abalanzó hacia ella agarrándole el cuello con fuerza.
Ambas cayeron al suelo, con Elizabeth encima de Katherine. Escuchó los gritos de Jeremy pero no le prestó atención. "¡¿Como te atreves a venir aquí?!" le preguntó a Katherine apretandole más el cuello. No recibió respuesta alguna porque enseguida fue alejada por Stefan quien apareció debido a todo el alboroto.
"¡Elizabeth!" Stefan la sostuvo por un momento en su lugar, antes de mirar a su alrededor y ver a Elena en el suelo con Jeremy junto a ella, enseguida se acercó para asegurarse que estuviera bien.
El rostro de Elizabeth se envolvió en confusión cuando vió a Stefan junto a Katherine. "¿Por qué estás ayudando a Katherine?" preguntó con rabia acercándose a ellos.
"Ella no es Katherine." aclaró Stefan ayudando a Elena a ponerse en pie. "Elena es su..."
"Doppelganger." terminó Elizabeth por él, ahora entendiendo todo. Enseguida se sintió apenada de su equivocación y más aún por la expresión todavía sorprendida de Jeremy por su arranque. "Bueno... lo siento Elena, pero espero que entiendas que te confundí con la peor enemiga que he tenido... Y pues me dejé llevar por la ira, disculpa." con eso miró entre ambos hermanos. "Ambos."
Elena solo asintió pero sin separarse de Stefan, mientras sobaba su cuello adolorido.
"Creo que tenemos que hablar." intervino Stefan seriamente.
"Siento lo que pasó." se disculpó Elizabeth enseguida que se alejaron de los demás. "Pensé que era Katherine, me dejé llevar por la rabia."
"Entiendo." dijo Stefan. "Yo también sentiría el mismo impulso si llegara a verla de nuevo." negando decidió centrarse en el tema principal por el cual la había abordado. "¿De donde conoces a Katherine?"
"De hace muchos años." Elizabeth respondió mirando hacia la nada unos segundos.
Cuando Stefan vió que no iba a decir más nada, hizo mas presión. "Elizabeth, se que tal vez no quieres decir nada sobre ti y tu pasado, pero al menos se sincera conmigo en ésta pregunta... Creo que me lo debes después de lo que hiciste alla abajo."
Elizabeth lo miró antes de suspirar derrotada. "Tienes razón lo lamento... Te diré solo que la conocí hace muchos años, fuimos amigas una temporada, o eso creí yo, hasta que sin más me traicionó con alguien de mi pasado y tuve que huir desde entonces-"
"¿Huir?" preguntó Stefan frunciendo el ceño.
"Lo siento no debería haber dicho eso." Elizabeth se disculpó otra vez. "Dios, Marcos siempre me reprende por lo mismo."
"¿Marcos?" Stefan agarró el nombre conocido. "¿El hombre que también se hospeda aquí está huyendo como tú? ¿De quién huyen?"
"Yo... Solo." Elizabeth titubeó antes de darse la vuelta hacia la ventana. "No puedo decirte... Lo tengo prohibido." sacudiendo la cabeza le dió una mirada de disculpa. "Perdona, pero necesito tomar aire." sin darle tiempo a decir o hacer nada salió rápidamente de allí a velocidad vampiro.
Oficina Sheriff
"Señor Salvatore, adelante. ¿Podría abrir la puerta para mí?" la Sheriff Forbes preguntó cuando Damon pasó a su oficina pateando la puerta para cerrarla con el pie. "Entiendo por la señora Lockwood que su tío está fuera de la ciudad."
"Así es." afirmó Damon. "Pero hablé con Zach. Él me puso al corriente y me preguntó si podía traerle esto a usted." con eso dejo la caja que traía sobre el escritorio antes de abrirla revelando el contenido.
"Verbena." afirmó la Sheriff Forbes.
"Eso es todo lo que tenemos en éste momento." asintió Damon. "Espero que sea suficiente."
"Es un pequeño círculo." la Sheriff dijo antes de enumerar con sus manos. "Familias fundadoras, unos funcionarios de la ciudad."
"Y sus diputados, por supuesto, ¿verdad?" preguntó Damon en un intento de obtener tanta información como pudiera. "¿Estamos más cerca?"
"Creo que nuestros hechos están equivocados." la Sheriff exhaló agotada. "Siempre hemos creído que los vampiros sólo pueden salir en la oscuridad... ¿Y si eso ha cambiado?"
"¿Es eso posible?" preguntó Damon jugando al tonto.
"Hemos agotado todas las demás opciones." la Sheriff se encogió de hombros. "Debemos tener en cuenta que los vampiros podrían caminar durante el día, justo en frente de nosotros."
Ante eso Damon sonrío por la ironía. "Entonces, ¿cuál es el siguiente paso?"
"Ahora estamos investigando a cualquier persona nueva en la ciudad, desde que comenzaron las muertes." explicó la Sheriff. "Tenemos uno o dos sospechosos."
"Y, por supuesto, haré todo lo que pueda para ayudar." ofreció Damon un poco incómodo por saber quiénes serían esos dos sospechosos. Tenía que ejecutar su plan rápidamente y así no echar a perder la oportunidad de mantenerse fuera de la lista de sospechosos.
Pensión Salvatore
Más tarde Elizabeth cruzó el bosque, absorbiendo la tranquilidad y la soledad de ése lugar, apenas entró de nuevo a la pensión no hubo dado unos cuantos pasos hacia la sala cuando escuchó la puerta principal rechinar. Girando hacia ella la encontró completamente abierta, cuando en realidad estaba segura que la había cerrado. Tensandose miró cautelosamente a su alrededor y fue entonces que se percató que no estaba sóla. El miedo recorrió su cuerpo notando que había otra presencia en la habitación, escuchaba su respiración. ¿La habían encontrado nuevamente? ¿Y si sus enemigos la habían seguido todo el camino?
Repentinamente un pájaro entró por la puerta haciéndola agacharse brevemente para esquivarlo y dar varios pasos hacia atrás chocando al mismo tiempo con algo o más bien con alguien porque antes de que pudiera ver o hacer algo, ese alguien la sujetó del cuello y sin mesura la terminó estrellando contra la pared de las escaleras. El estruendo la hizo cerrar los ojos y llevar sus manos directamente a su cuello, intentando zafarse.
"¿Quién eres?" preguntó una voz terriblemente intensa y sensual, mientras su agarre se hizo más profundo en el cuello de Elizabeth. Ella abrió los ojos y su corazón se detuvo al ver a nada más y nada menos que a Damon Salvatore... Su Damon Salvatore.
Había cambiado tremendamente; estaba más alto, y el peinado que llevaba le sentaba muchísimo mejor, estaba más fuerte, musculoso, más... atractivo. Aquel joven desgarbado había sido reemplazado por un hombre bien formando. Pero lo más importante de todo era que estaba vivo, no muerto como había pensado por años.
"¿Damon?" susurró ella, notando como rápidamente sus ojos la inspeccionaron terriblemente curiosos.
"El único y verdadero." dijo Damon aún mirando a la chica frente a él con curiosidad. "¿Como sabes mi nombre? ¿Y quién eres?"
Elizabeth no respondió porque su respiración era irregular, su corazón latía a mil por hora, y eso era malo, muy malo, sentía como cada sentimiento llegaba a su cuerpo, cada dolor, cada sonrisa, santísima madre, Damon Salvatore había logrado que recuperara todos su sentimientos por él, los cuales había creído olvidados. Ella cerró los ojos con fuerza. "Si me soltaras podría responder." fue lo que dijo en voz entrecortada. Cuando abrió los ojos, vió los ojos azules de Damon que no dejaban los suyos, enseguida comenzaron a relajarse, hasta que por fin la soltó. Lentamente ella llevó las manos a su cuello acariciándolo.
"¿Quién eres?" Damon repitió. "¿Qué haces aquí? ¿Y cómo sabes mi nombre?"
Una vez más Elizabeth no pudo responder ¿que le diría? «Hola Damon, soy tu ex que no recuerdas porque te borró la memoria y te rompió el corazón?» no, muy mala idea. Antes de que encontrara su voz para su alivio apareció Stefan que acababa de cruzar el umbral de la puerta.
"¿Pero si no es mi muy bien peinado hermano?" Damon sonrió de lado.
"Damon." susurró el Salvatore menor.
"Estaba saludando a quien debo intuir es nuestra reciente inquilina." dijo Damon sin dejar de mirar a la muchacha. Algo en ella le parecía ligeramente familiar.
Por otro lado Elizabeth cada vez se sentía peor, pensó que jamás volvería a ver a Damon, o al menos penso que cuando la viera, la recordaría. Aunque claro era ilógico ya que ella misma le había borrado la memoria. De un momento a otro esa situación se había vuelto incómoda, Damon no dejaba de mirarla, Stefan no dejaba de mirar a Damon, y ella miraba fijamente al suelo. "Creo que voy a mi habitación." dijo después de un silencio incómodo aún sin mirar a ninguno. No esperó respuesta alguna así que empezó a subir las escaleras sintiendo la mirada de ambos hermanos sobre ella. Se detuvo cuando escuchó la voz de Damon.
"No me molestaría compartir habitación contigo linda." ronroneó Damon.
"Damon..." replicó Stefan con molestia clara en su voz.
Elizabeth por otro lado sacudió la cabeza antes de terminar de subir las escaleras y desaparecer en el pasillo. Mientras caminaba sintió como su corazón se rompía poco a poco. Ese chico no era su Damon Salvatore. Era diferente, más serio, inhumano, sin corazón. Todo eso pudo verlo en esos ojos azules que una vez habían sido suaves y tiernos. Ojos que la habían enamorado. Pero ahora no había nada de eso reflejado en ellos. Solo había frialdad y maldad en ellos. Su mirada era helada.
Al llegar a su habitación cerró la puerta antes de caminar hacia la ventana aún en sus pensamientos. Unos segundos luego comenzó a llorar como una pequeña niña que no consiguió lo que quería, en cierto modo, era verdad, no lo había conseguido. Secó sus lagrimas al sentir que se aproximaban a su puerta. '¡Que no sea Damon, que no sea Damon, que no sea Damon!' Rogó en su mente, pero como siempre sus súplicas no fueron escuchadas.
"¿De dónde saliste?" Damon preguntó entrando en la habitación sin tocar mirando a la joven que le daba la espalda.
"Yo creo que del vientre de mi mamá." respondió Elizabeth irónicamente y a la defensiva, haciéndose a la idea de que ese hombre detrás de ella no era su Damon Salvatore. Era un completo desconocido. "¿Y tú?"
"¿Solo quiero saber quién eres?" preguntó Damon omitiendo su burla.
Elizabeth suspiró con molestia antes de darse la vuelta. Se sobresaltó al ver a Damon a tan sólo un paso de ella. No esperaba que estuviera tan cerca. Ella lo miró y desde su altura los ojos de él se veían mas profundos. Eso le dió un leve escalofrio. El azul de sus ojos deberían ser tranquilizadores, pero su mirada hacía todo menos tranquilizarla. "Elizabeth Whitmore." respondió cuando encontró su voz.
Damon alzó las cejas antes de inclinarse para quedar frente a frente con ella. "¿De dónde te conozco?"
"¿Qué te hace creer que nos conocemos?" preguntó Elizabeth sin despejar su mirada, tratando que no se notara su nerviosismo.
"Cuando llegué dijiste mi nombre." Damon afirmó encogiendose de hombros.
Elizabeth bajó la vista levemente, su corazón saltaba en su pecho con miedo y nervisismo. Una vez más no sabía que mentira decirle.
"¿Y?" presionó Damon llamando la atención de la muchacha de nuevo. "¿Nos conocemos?"
"No... No lo creo." negó Elizabeth después de un rato.
"Damon, déjala ya." dijo Stefan entrando en ése momento a la habitación.
"No le estoy haciendo nada... Sólo le estoy preguntando si nos conocemos." dijo Damon aún sin dejar de mirar a la chica. "Me dió curiosidad que sin conocerme dijera mi nombre cuando me vió."
El silencio incómodo que vino después hizo que Elizabeth levantara la mirada encontrándose con la mirada de ambos hermanos. ¡La estában intimidando para que dijera algo! Y eso ya la molestaba en serio. "Solo te conozco porque Jeremy y los demás han hablado de ti." dijo señalando a Damon. "Te vi, y por tus caracteristicas creí que eras Damon Salvatore... ¿Ahora, aclaré sus dudas?" sin esperar respuesta de ninguno, solo negó con la cabeza. "Voy a salir." aclaró antes de pasar en medio de los dos. A mitad de escalera escuchó el grito de Damon.
"¡Después nos vemos bebé!"
Elizabeth sacudió la cabeza con rabia antes de salir de la casa. A mitad de camino chocó con una chica rubia que entraba per estaba tan enojada y aturdida que no le prestó atención, solo se fue a toda velocidad hacia los bosques, necesitando despejar su mente y el mejor lugar para eso era la naturaleza.
Pensión Salvatore
"¿Quién era esa chica que salió casi huyendo de aquí?" Lexi preguntó mientras Stefan se encontraba sentado en su cama mirándola hurgar en sus cosas. "Se veía muy molesta."
"Se llama Elizabeth Whitmore." dijo Stefan. "Es un vampiro y mi huésped... Claramente salió molesta porque tuvo un impase con Damon."
"Ah, claro." Lexi rodó los ojos molesta. "Siempre Damon."
"Si." Stefan asintió con sequedad.
Negando Lexi lo miró curiosa. "¿Dices que ella es vampiro?" preguntó ganandose un asentamiento. "Se ve que es muy joven, casi una niña... Algo terriblemente malo debió haberle sucedido en su vida para llegar a convertirse a una edad tan temprana."
"Lo mismo pensé, pero se inhibe de decir nada." dijo Stefan con frustración por ello.
"Por supuesto que lo hará." Lexi rio divertida. "Apenas si te conoce Stefan, no puedes pretender que tenga la confianza suficiente para abrirse contigo... Si de verdad quieres que sea sincera contigo entonces debes ganarte poco a poco su confianza." aconsejó antes de señalarlo con una advertencia. "Eso sí, cuidado con terminar enamorandote de ella."
Ante eso Stefan rio con incredulidad. "¿De qué estás hablando Lexi?"
"De la verdad." ella se encogió de hombros. "No me digas que no notaste que la muchacha es muy bonita. Algo que atrae a los hombres como una mosca a la luz."
"Puede que sea cierto, pero sabes bien que mis ojos están puestos solamente en Elena." Stefan aclaró con seguridad. "En nadie más."
"Por lo tanto ésta chica Elena, ella vendrá con el tiempo... Estoy segura de ello." dijo Lexi entonces. "¿No han tenido sexo todavía?"
"No." contestó Stefan rotundamente.
"El sexo siempre funciona." Lexi sonrió en su dirección. "Sacude su mundo con un buen sexo y ella será tuya para siempre."
"Sí, pero esto no es sobre sexo o... o compulsión o cualquiera de nuestros otros trucos." aclaró Stefan colocandose de pie. "Ella tiene que querer estar conmigo en sus propios términos."
"Guau." exclamó Lexi con diversión. "Eso sonó maduro y adulto."
"Hasta ahora no recibo nada más." Stefan bromeó a lo que ella rio mientras se daba la vuelta para abrir su maleta y sacar una bolsa de sangre para tomar un sorbo.
"¿Quieres un poco?" preguntó Lexi.
"No, gracias." negó Stefan dando un paso atrás.
"Relájate, no maté a nadie por ello. Este flebotomista, salí un par de veces con él, es mi proveedor." explicó Lexi ganándose una expresión divertida de su parte. "No me juzgues, ¿estás bien? Probé la dieta de los animales; sólo tres semanas."
"No importa, porque si empiezo de nuevo..." negando Stefan demostró inseguridad. "Es sólo que no sé si-"
"Podrías parar." Lexi terminó por él.
"Lexi, nunca sueles juzgarme por ello." dijo Stefan con una pequeña sonrisa.
"Estoy celosa de tu sistema de seguridad, yo no tengo ninguna." Lexi hizo un puchero. "Me deleito en el hedonismo... Hablando de eso, ¿qué haremos ésta noche?"
Antes que Stefan respondiera, Damon entró en la habitación. "Es gracioso que preguntes." sonrió ante ambos.
"Bueno, no te estaba preguntando a ti." dijo Lexi en su dirección, provocando una risa ahogada en Stefan.
"Hay una fiesta en la parrilla. Te encantará." Damon acotó ignorando su frialdad hacia él. "Banquetas, personal de mal gusto, todos los amigos de Stefan."
"Sí, no quiero una fiesta de cumpleaños." replicó Stefan enseguida.
"Bueno, no es para ti... Es una fiesta de fiesta." aclaró Damon. "Nadie va a saber que es tu cumpleaños... Caroline la está organizando."
"Damon, mantente alejado de Caroline." advirtió Stefan.
"Somos amigos, tranquilo." Damon sonrió para tranquilizarlo. "Es importante para la ciudad que nos vean fuera de casa como la gente normal. Hay que mezclarnos." ante eso su mirada cayó en la bolsa de sangre en la mano de Lexi. "Yo prefiero la mía en 98.6." comentó antes de salir de la habitación.
"¿Vamos?" Lexi preguntó en dirección de Stefan quien frunció el ceño con desgano. "¿Por favor?"
Stefan tomó una respiración profunda. Aquello no era exactamente lo que quería, pero Lexi quería salir de la casa y no podía negarselo. "Está bien."
Mystic Grill
Debido a una invitación de parte de Jeremy ese día para ir a una fiesta que estarían dando en la parrilla, Elizabeth aprovechando la breve ausencia de Marcos en Mystic Falls decidió tomar la desición de arriesgarse e ir. Por ello cuando entro al bar encontró que estaba repleto de los habitantes de la ciudad. Algunos miraron en su dirección con cierto recelo claramente notando que era nueva. Paseando su mirada buscó a Jeremy entre la multitud con la esperanza de encontrarlo.
"¿Podemos ayudarla en algo?"
Esa pregunta hizo que Elizabeth girara en esa dirección para encontrarse sin saberlo con el señor y la señora Lockwood quienes la miraban extrañamente de forma muy escrutante.
"¿Eres nueva en la ciudad?" preguntó el señor Lockwood esa vez.
"Ah, sí." Elizabeth respondió con una pequeña sonrisa. "Llegué prácticamente hoy."
"Hmmm, es muy notable." dijo el señor Lockwood mirándola de arriba abajo. "Claro que en una ciudad pequeña es algo normal darse cuenta de esas cosas."
"Si, claro." Elizabeth asintió incómodamente, antes de pasear nuevamente su mirada por el lugar rogando encontrar a Jeremy.
"Somos Richard y Carol Lockwood." se presentó el señor Lockwood.
"Ah, Elizabeth Whitmore." Elizabeth se presentó también un poco insegura de darles su nombre.
"Tienes el mismo apellido que el hospital." Carol Lockwood sonrió un poco antes la ironía del asunto. "Podrías tener un antepasado en la ciudad."
Tensandose Elizabeth alzó una ceja antes de negar. "No lo creo."
"¿Puedo preguntar de dónde vienes?" el señor Lockwood presionó llamando su atención de nuevo hacia él. "Perdón pero es el protocolo que suele hacerse a los nuevos habitantes en Mystic Falls."
"Ah, si, lo entiendo perfectamente." Elizabeth respondió tratando de no demostrar su incomodidad. "Pues, vengo de Minesota."
"¿De tan lejos?" preguntó la señora Lockwood esa vez abriendo sus ojos sorprendida.
"¿Viniste sola desde tan lejos?" preguntó el señor Lockwood luego.
"Ah, si pero-" comenzó Elizabeth a responder, pero él la interrumpió.
"¿Cómo una menor de edad pudo haber viajado de tan lejos, sola?" preguntó el señor Lockwood cautelosamente, sintiendo que estaban llegando a algo con aquella jovencita.
"Bueno... y-yo-" Elizabeth titubeó sin saber qué decir.
"Lo hizo para sorprender a un pariente que se hospeda con nosotros." la voz de Damon dijo detrás de ella. "¿No es verdad?" preguntó cuando Elizabeth giró para mirarlo.
"Sí." asintió Elizabeth enseguida, regresando su atención hacia los Lockwood. "No saben cuánto me costó escaparme de la atención de mis padres para poder venir."
"Claro." el señor Lockwood le dio una sonrisa falsa, sintiéndose un poco escéptico. "Deben estar preocupados, me imagino."
"Pues no." Elizabeth negó ahora más tranquila porque tenía una historia en la que encubrirse. "No porque estoy al cuidado de un amigo de la familia."
"¿Puedo preguntar de quién se trata?" Richard Lockwood interrogó nuevamente.
"Marcos Cooperman." respondió Elizabeth sabiendo por experiencia que de seguro ya Marcos se había presentado con ellos sin levantar sospecha alguna en él.
Ante eso las expresiones de la pareja se aliviaron visiblemente al reconocer el nombre del hombre al que habían conocido días atrás.
"Si, lo conocimos." el señor Lockwood asintió. "Es un hombre bastante reservado y callado."
"Sin lugar a dudas." Elizabeth respondió con una sonrisa. "Es su personalidad."
Cansado de aquel claro interrogatorio Damon decidió intervenir una vez más. "Bueno, ésta conversación está muy interesante pero necesito llevarme a Elizabeth." dijo rodeandola de los hombros. La sintió tensarse por su toque pero por el momento la omitió. "Quiero mezclarla con los demás... Permiso."
"Vayan, vayan." Carol los alentó, dándole entonces una sonrisa falsa a la muchacha. "Fue un placer conocerte Elizabeth."
"Lo mismo digo señora." Elizabeth asintió solamente, mirando luego hacia el hombre. "Señor Lockwood."
Apresurandola a alejarse con él, Damon echó ligeramente una mirada sobre su hombro notando la expresión cautelosa en el rostro de los Lockwood quienes claramente no se habían comido todo el cuento que les habían dicho.
"¿Por qué parecían tener tanto interés por mi vida?" preguntó Elizabeth una vez se detuvieron frente a la barra del bar.
"Es una historia larga." dijo Damon moviéndose para sentarse en uno de los taburetes. "Pero para resumir, tienen sospechas de la existencia de los vampiros en la ciudad."
Abriendo sus ojos con perplejidad, Elizabeth pensó por unos segundos antes de asentir para si misma. "Eso puede ser conveniente." susurró, provocando una expresión confusa en el vampiro a su lado.
"¿A qué te refieres?" preguntó Damon confundido.
"A nada, yo me entiendo." Elizabeth sacudió el tema a un lado, antes de mirarlo con cierto agradecimiento en su mirada. "Sin embargo, debo agradecerte por intervenir por mí." dijo encogiendose de hombros. "Ciertamente me quedé paralizada con tantas preguntas."
"Podrías agradecerme tomando una bebida conmigo." ofreció Damon con una expresión maliciosa y pícara en su rostro.
"Gracias pero, aparento ser menor de edad por lo que dudo mucho que me permitan beber algo." dijo Elizabeth rodando sus ojos.
"Cierto." Damon asintió, haciendo un gesto en el taburete junto al suyo invitándola a sentarse. "Necesito encontrar una compañía de mi edad."
Soltando un resoplido bajo Elizabeth tomó lugar junto a él. Mientras lo hacia aprovechó para detallarlo con detenimiento. Había evitado el observarlo como en ese momento debido a que no había tenido el coraje y la fuerza para hacerlo. Pero en ése momento se encontró con que si podía. Se veía exactamente igual y completamente diferente de cuando fue humano. Parecía mayor, de alguna manera, al igual que sus experiencias le habían envejecido de una manera que el tiempo no podía; parecía más oscuro, más pesado y menos vulnerable. Ése Damon sentado a su lado llevaba todas las cicatrices que nadie más podía ver... Negando con frustración desvió su atención mirando a su alrededor notando entonces que Stefan se encontraba en el Grill también en compañía de la misma chica rubia con la que había tropezado horas atrás. Ambos estaban jugando piscina y él se veía realmente feliz dado todo lo que sucedía con Elena.
"Stefan sonríe." dijo Damon con desagrado. "Alerten a los medios de comunicación."
"Bueno, he escuchado que le has dado un montón de razones para ser infeliz últimamente." Elizabeth lo abordó.
"Oh, tienes razón." exclamó Damon con una sonrisa falsa. "Pobre Stefan perseguido por toda la eternidad por su hermano depravado... ¿Puede haber algo más agotador y tan injusto?"
"¿No deberías preguntartelo tu mismo?" Elizabeth preguntó en su lugar, antes de regresar su atención a Stefan y la chica. "¿Quién es esa chica?"
"Lexi." respondió Damon mirándolos brevemente. "Es la mejor amiga de Stefan desde siempre."
"Es una..." Elizabeth dejó la frase sin terminar a lo que él asintió en comprensión a su pregunta. "¿Entonces la conoce de hace un tiempo?"
"Si, y ella ha sido un dolor en el trasero desde ese tiempo." murmuró Damon con desagrado.
"¿Alguna vez has pensado que a lo mejor tu también eres un dolor en el trasero para otros?" preguntó Elizabeth alzando sus cejas un poco odiosa.
"Bueno, retraigo mi oferta anterior para tomar una copa." dijo Damon copiando su gesto.
"Te recuerdo que no me importa porque soy menor de edad." Elizabeth contrarresto, recordandole por unos segundos sus antiguas conversaciones donde peleaban así. Extrañaba esos tiempos.
Sin poder evitarlo Damon soltó una risa, sintiéndose divertido por el humor oscuro y odioso en aquella chica. No le agradaban muchas de sus actitudes pero con todo lo que estaba sucediendo era agradable sentarse allí por un momento y reír de algo tan sencillo. "Eres agradable cuando quieres."
"Lo mismo digo." Elizabeth lo miró. "Por ello deberíamos tratar de tolerarnos en la presencia del otro... Así llevaremos la fiesta en paz, al menos el tiempo que esté en Mystic Falls."
"No prometo nada." respondió Damon a la defensiva.
"Claro que no." Elizabeth bufó rodando sus ojos. "Entonces te digo que si tientas mi paciencia, yo sólo me defenderé."
"Asi que tú eres una víctima y yo el malo como siempre." Damon dijo sonriendo con sarcasmo.
"Tu lo has dicho." dijo Elizabeth cruzando los brazos. "Tienes fama de ser bueno siendo malo, ahora sabré si lo que se dice de ti, es mentira o verdad."
Con una expresión seria, Damon le sostuvo la mirada. "Suerte con eso." fue lo único que alcanzó a decirle antes de que fuesen interumpidos por un Jeremy sonriente con su atención puesta en Elizabeth.
"Hola." saludó el chico demasiado feliz de verla. Eso no pasó desapercibido de Damon quién alzó sus cejas con diversión. "Creí que no vendrías."
"Estuve a punto de no hacerlo." Elizabeth se encogió de hombros. "Pero aquí estoy."
"Eso es genial." Jeremy asintió antes de fijarse en Damon con una expresión seria y cautelosa. "No te importa que me le lleve, ¿verdad?"
Terminando de tomar su trago, Damon lo miró con una sonrisa divertida. "Por supuesto que no." dijo haciendo un gesto hacia el resto del lugar. "Vayan a divertirse chicos, no se preocupen por mí."
"Perfecto." Jeremy sonrió de nuevo hacia Elizabeth quien después de mirar a Damon por unos segundos más se fijó en él. "Ven, quiero presentarte a unos amigos." con un movimiento rápido la llevó con él hacia el resto de la celebración.
"Espera, Jeremy." a mitad de camino Elizabeth lo obligó a detenerse. Con un suspiro lo buscó con la mirada. "Mira se que quieres presentarme y todo eso, pero en éste momento no me siento preparada para conocer a nadie... De hecho quisiera irme ya."
"¿Tan pronto?" preguntó Jeremy contrariado. "Pero acabas de llegar."
"Si, pero no sé, me siento incómoda aquí." dijo Elizabeth con sinceridad. Había pasado tanto tiempo oculta y apartada de las personas, que tenerlas en conjunto en un mismo lugar era abrumador para ella. Cuando miró hacia él notó la inconformidad ante su desición. Eso la hizo proponerle algo más para no despreciarle la invitación del día. "Quisiera conocer mejor la ciudad, ¿quieres acompañarme?" preguntó con una pequeña sonrisa. "¿Quién mejor para darme un tour completo que alguien que ha vivido toda su vida aquí?"
"¿Sabes qué? Tienes razón." Jeremy estuvo completamente de acuerdo. "Me encantará ser tu guía... aunque no se si debamos estar por allí de noche. Se rumora de ataques de animales y-"
"Descuida Jeremy." Elizabeth lo interrumpió. "Estaremos más que bien, te lo prometo." agarrando uno de sus brazos lo guio hacia la salida del Grill.
Tiempo después Damon se encontró reunido con Lexi en el bar, dándole marcha al plan que había procurado para mantenerse fuera del radar y de las sospechas de ser un vampiro.
"Muy bien, las vacunas son un soborno... Necesito que me respondas a una pregunta." le pidió Lexi mirándolo con curiosidad. "¿Qué estás haciendo en realidad en Mystic Falls?"
"¿Has probado «La frágil»?" se burló Damon. "Se gana premios con ellos."
"Vamos, corta el rollo." Lexi alzó las cejas molesta.
"Está bien, tengo un plan maestro diabólico." Damon rodó los ojos con fastidio.
"¿Cuál?" preguntó Lexi.
"Si te dijera no sería muy diabólico, ¿verdad?" Damon la contrarresto con una pregunta propia.
Justo en ese momento la Sheriff Forbes quién se acercó a ellos con indiferencia le inyectó verbena en el brazo de Lexi.
"¡¿Qué estás haciendo?!?" preguntó Damon con fingido pánico.
"Gracias por la verbena, ahora si me disculpas." haciéndose a un lado la Sheriff Forbes dejó que varias diputados que aparecieron a su lado y los pescadores sacaran a Lexi fuera de la parrilla sin llamar demasiado la atención.
Stefan dándose cuenta de lo que está sucediendo, enseguida buscó hacia la salida tratando de pasar más allá de un policía, pero éste no se lo permitió. "Disculpe, lo siento."
"No puede salir por aquí." negó el oficial haciéndolo retroceder de nuevo dentro del bar.
Justo en ese momento Elena se acercó a Stefan encontrandose con su mirada temerosa. "¿Qué sucede?"
Negando Stefan le hizo un gesto para que lo siguiera. "Vamos." enseguida ambos se dirigieron hacia la salida trasera.
Cuando llegan afuera escuchan gritos y luego un disparo. Caminando alrededor de la esquina vieron agentes tratando de mantener a Lexi sometida con balas de madera, pero ella al ser un vampiro viejo soporto más el dolor que cualquier otro vampiro. Sin embargo en un movimiento repentino e inesperado Damon con una estaca en su mano la terminó clavando profundamente en su corazón en un descuido de su parte que le dio la oportunidad de acercarse.
Elena terminó ahogando un grito cuando Stefan cubriendo su boca tiró de ella contra su cuerpo, escudándola de aquella escena horrible.
"¡Dios mío!" exclamó Stefan en estado de shock.
Bajando la mirada hacia la estaca de madera, Lexi con una expresión de sorpresa cruzó sus ojos con los de Damon. "¿Por qué?" preguntó débilmente.
"Es parte del plan." respondió Damon en un susurro bajo, antes de dejarla caer al suelo completamente muerta. Mirándola en el suelo por un momento, desvío su atención hacia la Sheriff. "¿Estás bien?"
"Si, gracias." asintió la Sheriff Forbes sacudiendo su mano a un lado. "Métela en el auto rápidamente."
"Está bien." asintió Damon inclinándose para mover el cuerpo desecado de Lexi.
"Fuiste bastante ágil con esa estaca." dijo la Sheriff Forbes mirándolo con cierta cautela.
"Fue solo un reflejo." dijo Damon con un encogimiento simple de hombros, restándole importancia. "Supongo que fue por la adrenalina del momento."
Asintiendo la Sheriff Forbes tomó una profunda respiración. "Esta pesadilla finalmente ha terminado."
"Sí, fue un golpe de suerte con esa testigo." dijo Damon cruzando sus brazos. "Sin ella no habrías podido identificar al vampiro."
"Tuvimos suerte." la Sheriff estuvo de acuerdo, antes de sonreír agradecida con él. "Bueno, gracias de nuevo."
"De nada." Damon sonrió solamente.
Pensión Salvatore
"Agradezco que me acompañaras." Elizabeth le dijo a Jeremy mientras se detenían a una distancia de la pensión. "Aunque no fue necesario, créeme."
"Fue un placer." Jeremy asintió con sinceridad. "No estaría bien de mi parte si te dejara caminar sola hasta tu casa."
"Bueno, entonces gracias de nuevo." Elizabeth respondió con una sonrisa.
"Ten una buena noche." deseó Jeremy moviendo nerviosamente sus manos hacia los bolsillos de su chaqueta.
"Igual tú." Elizabeth mantuvo su sonrisa.
"Adiós." Jeremy comenzó a alejarse caminando de espaldas.
"Adiós." Elizabeth rio con diversión al verlo tropezar con sus propios pies. Negando lo observó alejarse sonrojado por la vergüenza hasta que lo perdió de vista. Con una exhalación se dio la vuelta para encaminarse hacia la entrada de la pensión, pero se detuvo cuando de la nada apareció Stefan con una expresión de completa ira. "¿Stefan?" preguntó acercándose lentamente cuando giró para mirarla. "¿Qué sucede?"
"¡La mató!" dijo Stefan con un gruñido tan furico que hizo a la muchacha dar un pequeño paso hacia atrás. "¡Damon mató a Lexi!"
"¿Qué?" Elizabeth susurró con incredulidad dando un paso más hacia atrás. No podía ser, había tenido un breve momento con Damon, pero al parecer nada había cambiado con él. Seguía siendo el psicópata que todos decían que era. La diferencia fue que ésa noche ella se había permitido bajar la guardia cuando se había prometido no hacerlo. De una vez por todas tenía que aceptar que el Damon que había conocido ya no existía, había muerto siglos atrás.
"¡La mató! ¡Mató a Zach! ¡Mató a Tanner! ¡Convirtió a Vicky!" Stefan despotrico sin parar caminando sumamente enojado hacia la puerta. "¡Tengo que matarlo!"
Entrando en pánico Elizabeth se acercó rápidamente hacia él. "¡No, no puedes hacer eso!"
Con incredulidad Stefan giró en su dirección. "¿Por qué estás tratando de salvarlo? Ni siquiera lo conoces." negando la enfrentó. "¡El nunca va a cambiar! ¡Nunca!"
Elizabeth sabía que tenía razón, pero no podía dejar que hiciera aquello. Nunca sería capaz de matar a su propio hermano, sin importar lo mucho que lo odiara. "¡No estoy tratando de salvarlo! ¡Estoy tratando de salvarte a ti!" gritó con exasperación. "¡No tienes idea de lo que ésto te hará! ¡Por favor, Stefan!"
"En todas partes que he estado... el dolor y la muerte me siguen." dijo Stefan en un tono cansado. "Damon me sigue... pero no más."
"Stefan favor." Elizabeth pidió tratando de calmarlo ahora. "Sé que Lexi era tu amiga y que estaba allí por ti, pero él es tu hermano... Por favor, sólo... sólo piensa bien las cosas." enseguida que lo vio negar con la cabeza y continuar hacia la casa, lo hizo detenerse. "¡Stefan!" para su alivio él la escuchó. No sabía cómo ni por qué, pero lo hizo. "Iré contigo."
Eso hizo Stefan volver a mirarla. "No tienes que hacerlo." dijo en voz baja.
"Aún así lo haré." Elizabeth asintió antes de intentar bromear un poco a pesar de las circunstancias. "Además vivo aquí también, ¿o no?"
Moviendo la cabeza con una pequeña sonrisa, Stefan aceptó entrar junto con ella en la pensión. El corazón de Elizabeth se detuvo cuando visualizó a Damon de pie en medio de la sala de estar.
"Te dije que me encargaría de eso." Damon sonrió tan pronto los vió.
Elizabeth estuvo a punto de ponerse en frente de Stefan, pero antes de que pudiera detenerlo él utilizando su velocidad de vampiro se apresuró a Damon, aplastándolo contra la pared.
"Vamos, hice ésto por ti." alegó Damon sabiendo el motivo del arranque de su hermano. "Para desviarlos de nuestro rastro."
"Nunca haces nada por nadie más que por ti mismo." replicó Stefan entre dientes, sacando ante la mirada horrorizada de Elizabeth una estaca de madera de su bolsillo, con la cual terminó apuñalando a Damon.
"¡Stefan!" gritó Elizabeth dando un paso hacia ellos.
Sin embargo a pesar de dolor Damon le sonrió a su hermano. "¡Fallaste!"
"No." negó Stefan con desdén en su voz. "Me salvaste la vida... Estoy salvando la tuya... Estamos a mano." liberando a Damon dejó que cayera al suelo de bruses. "Ahora hemos terminado." mirando hacia Elizabeth le dio una pequeña sonrisa de agradecimiento antes de caminar hacia las escaleras.
Soltando una exhalación Elizabeth lo observó alejarse, orgullosa de él por no haber matado a Damon. Sabia que le había tomado mucha fuerza de voluntad.
"Pensé que habíamos hecho una tregua ésta noche." dijo Damon con una mueca de dolor al tirar de la estaca de su estómago. "Pero veo que estás de su lado."
"No se trata de lados, Damon." aclaró Elizabeth cruzando sus brazos al frente con frialdad. "Hiciste algo malo ésta noche solo para protegerte a tí mismo... Por lo tanto no quiero vincularme con alguien que hace algo tan egoísta como eso." dándole una mirada decepcionada se dio la vuelta haciendo su camino hacia las escaleras también. Le dolía el corazón por decirle aquello, pero era lo que sentía hacer. No podía ir por allí haciendo ese tipo de cosas y esperar que todos lo perdonaran siempre.
