Capítulo 1x12/1x13: "Esto no es Plesantville/Los hijos de los malditos."

Pensión Salvatore

Temprano a la mañana siguiente, Stefan quien entraba a la biblioteca se topó con casi todos los libros esparcidos al azar por la habitación. Cuando entró fue que vió a Damon rebuscando a través de los estantes y tirando libros a un lado. "¿Qué estás buscando, Damon?"

"No es asunto tuyo." respondió Damon sin dejar de buscar entre la estantería.

"No, pero poner a Elena en peligro, eso es lo que me preocupa." aclaró Stefan cruzando sus brazos al frente.

"Hmm." Damon continuó hojeando el libro sin mirarlo. "¿De qué estás hablando?"

"Estoy hablando de Atlanta." aclaró Stefan aunque sabía que se estaba haciendo el tonto para molestarlo.

"Oh sí." Damon lo miró con una sonrisa. "Elena y yo lo pasamos genial."

"Lo entiendo." Stefan lo miró un largo tiempo. "Estás amargado porque uno de nosotros llegó a estar con la persona que amamos, y la pobre Katherine está fuera de nuestro alcance... A menos que haya otra forma de entrar en ésa tumba." acercándose lo observó apartar la mirada a un lado. "¿Es eso lo que dijo Bree?"

"Eres patético cuando estás pescando." replicó Damon tratando de seguirse haciéndo el tonto.

"Y eres transparente cuando te desvías." Stefan lo contra atacó.

Rodando los ojos con fastidio Damon tomó otro libro del estante. "¿No tienes escuela?" preguntó con irritación. Realmente necesitaba que se fuera para volver a lo que estaba haciendo. Dándose la vuelta hacia el estante, escuchó a Stefan salir. Cuando miró hacia atrás por encima de su hombro, notó que se había ido.


Mystic Grill

"Es la quinta vez que te digo que no tienes de qué preocuparte." Elizabeth dijo rodando sus ojos, cuando ella y Marcos salieron del Grill. "Jeremy es un buen amigo, eso es todo."

"Realmente espero que sea así." Marcos dijo cruzando sus brazos al frente. "Por lo que me dijiste anoche, sabemos que sería mejor si mantienes una distancia prudente de él."

Asintiendo Elizabeth apartó la mirada a un lado. "Lo sé." susurró antes de mirarlo. "No puedo permitir que descubra la existencia de los vampiros. Al menos que no se entere por mí."

"Mientras más pases desapercibida mejor." Marcos le recordó, antes de acercarse para besar su frente. "Bien, tengo que irme... Trataré de regresar en la noche... Hasta entonces, no te metas en problemas."

"Jamás." Elizabeth levantó su mano en juramento, provocando una sonrisa divertida de su parte antes de que terminara alejándose dejandola en la entrada sola. Con una exhalación se preparó para regresar a la pensión, pero justo en ése momento Jeremy la notó.

"¡Elizabeth!" él llamó su atención, acercándose enseguida que ella giro para mirarlo. "Hola."

"Hola." Elizabeth asintió solamente, recordando que tenía que mantener una distancia prudente de él.

"¿Adivina cuánto saqué en el informe?" preguntó Jeremy con una sonrisa.

"¿Cuánto?" preguntó Elizabeth, sin notar que en ése momento ambos estaban siendo observados desde la distancia por un par de ojos escrutantes que la detallaron seriamente con ligero reconocimiento.

"Obtuve una «A» gracias a los artículos." explicó Jeremy. "Realmente ayudaron."

"Me alegra." Elizabeth asintió con sinceridad. "Bueno, ah, tengo que irme." dándose la vuelta comenzó a alejarse con él siguiéndola de cerca.

"Uh, oye, um... ¿q-quieres hacer algo más tarde, tal vez?" Jeremy propuso con inseguridad. Cuando ella giró para mirarlo de la misma manera que el día anterior se explicó enseguida. "Es que estoy atrapado en el turno de ponche en el baile de la escuela de ésta noche y pues quería ver si podías acompañarme."

Olvidándose por un momento de la distancia que tenía que poner, Elizabeth se encontró mirándolo con diversión. "¿Cómo te quedaste con eso?"

"Bueno, estoy fallando en inglés, así que me declaré culpable." aclaró Jeremy con un encogimiento de hombros. "Entonces... ¿qué dices?" el que apartara la mirada a un lado lo hizo acercarse. "Oye, prometo que es una invitación en son de amigos solamente... Lo juro."

De nuevo Elizabeth se encontró aceptando su invitación. Lo cierto era que aprovecharía la ausencia de Marcos para darse aquella última oportunidad de sentirse una adolescente normal. "De acuerdo." se encontró asintiendo solamente. "Te veré allí entonces."

"Te estaré esperando." Jeremy asintió, antes de volverse para entrar en el Grill.

Continuando su camino, Elizabeth se detuvo a mitad de camino cuando el teléfono que Marcos le había regalado empezó a sonar en su bolsillo. Frunciendo el ceño lo sacó para atender.

"Hola." dijo continuando su camino por las calles.

"Hola, Elizabeth." dijo una voz desde el otro extremo.

"¿Quién habla?" preguntó Elizabeth confundida. Hasta el momento el único que tenía su número era Marcos, nadie más.

"No ha cambiado nada señorita Whitmore." dijo la voz. "Ha pasado tanto tiempo. No creí que estaría de regreso en Mystic Falls. La última vez que nos vimos salió huyendo de la ciudad y nunca más se supo de ti."

Congelandose en su lugar Elizabeth enseguida giró para mirar cautelosamente a su alrededor. Enseguida su mirada se topó con la figura de un hombre encapuchado quien se le hizo ligeramente familiar.

"Nos veremos pronto Elizabeth." dijo el hombre en el teléfono, con una sonrisa desde la distancia.

Apretando la mandíbula, Elizabeth hizo el intento de ir en su dirección pero justo entonces él desapareció a velocidad vampirica de allí. De nuevo tuvo la intención de seguir su rastro, pero al mismo tiempo se lo pensó mejor. No recordaba bien de dónde lo había visto, pero sabía que lo conocía de algún lado. Primero tenía que recordar de dónde para poder pensar o preocuparse por encontrarlo. También pensó en llamar a Marcos pero si no era nada del otro mundo lo haría preocuparse en vano. Si aquel sujeto hubiese querido hacerle daño la hubira atacado de imprevisto.


Pensión Salvatore

Mientras tanto en la pensión Damon estaba ahora sentado en un escritorio en la biblioteca, anotando los nombres de los Fundadores de Mystic Falls. Justo en ese momento Stefan entró a la biblioteca, sosteniendo algo detrás de su espalda. Cuando lo visualizó tuvo que sonreír un poco divertido por el estilo de los años 50 en su cabello.

"Tienes el cabello correcto." esperó alguna contesta irritada por parte de su hermano pero éste dejó caer un diario sobre el escritorio frente a él. Un diario que reconocía muy bien. "¿Por qué me traes el diario de papá?"

"Porque lo estabas buscando." dijo Stefan encogiendose de hombros.

Damon frunció el ceño. "¿Y por qué lo querría yo?"

"Vaya, no lo sé, Damon." exclamó Stefan sarcásticamente. "Tal vez quieras hacer un poco de vinculación póstuma... Disfrútalo, léelo. Yo lo hice y en ninguna parte dice nada sobre Katherine, o la tumba, o cómo abrirla."

"No me sorprende." murmuró Damon entre dientes agarrando el diario del escritorio para pasar sus páginas. "El hombre apenas podía deletrear su propio nombre."

"Lamento mucho que no sea de ayuda con tu plan diabólico, la secuela." Stefan comentó, ganandose la sonrisa de su hermano. "Sabes, podría ayudarte."

"¿Tú? ¿Ayudarme?" Damon lo miró con extrañeza antes de sacudir la cabeza. "No lo sé, parece un poco antinatural."

"Haré cualquier cosa para sacarte de ésta ciudad, incluso liberar a Katherine." Stefan aclaró con sinceridad.

"¿Qué pasa con los otros 26 vampiros?" preguntó Damon con curiosidad.

"No, no, no, no pueden venir." Stefan negó enseguida. "Tienen que quedarse encerrados, pero Katherine, podría considerarlo por ella."

Mirándolo en silencio, Damon negó de nuevo con desconfianza. "¿Qué estás haciendo? ¿Mmm?" preguntó entrecerrando sus ojos con sospecha. "¿Cuál es tu interés?"

Rodando los ojos Stefan lo miró con seriedad. "Solo, piénsalo."

"¿Por qué confiaría en ti?" Damon alzó una ceja con ironía.

"Ese es tu problema, Damon." Stefan soltó un resoplido bajo. "Aplicas todos tus defectos a todos los demás... Si la historia sirve de indicación, solo hay un mentiroso entre nosotros." dándole una mirada tensa palmeó el diario antes de salir de la habitación.


Secundaria de Mystic Falls

Entrando a la escuela, Elizabeth recorrió con su mirada a todos los presentes esperando encontrar un rostro conocido. Para su molestia el primero que se acercó a ella fue nada más y nada menos que Damon Salvatore, la persona que menos quería ver en ese momento.

"Vaya, vaya... pero mira que trajo el viento." Damon sonrió con diversión cuando la muchacha lo miró con irritación. "¿Qué haces aquí?"

"Vine por una invitación." respondió Elizabeth paseando su mirada por la habitación esperando ver a Jeremy.

"¿Del pequeño Gilbert?" Damon alzó una ceja divertida. "¿No crees que estás pasando demasiado tiempo con él?" esperando que lo mirase sonrió. "¿Marcos sabe que estás aquí?"

Tensandose Elizabeth desvió su atención a un lado. "¿A qué se debe tantas preguntas?" preguntó en su lugar antes de cruzar sus brazos a la defensiva. "No veo que esté mal que venga en una invitación de amigos-"

"¡Ay, por favor Elizabeth!" Damon la interrumpió con una risa irónica y sarcástica. "Ese chico está que suelta la baba por ti. Lo que menos busca es una amistad contigo, créeme."

Rodando los ojos Elizabeth comenzó a adentrarse en la habitación queriendo alejarse de él. "Bueno, si así fuera es mi problema." replicó molesta.

"Tienes toda la razón." Damon acertó siguiendo detrás de ella.

Mirándolo brevemente, Elizabeth se detuvo para enfrentarlo. "¿Y tú qué haces aquí?" preguntó ahora con curiosidad. "¿No estás fuera de los estándares de estar en una secundaria?"

"Auch, eso dolió." Damon exclamó fingiendo haberse ofendido con su comentario, antes de encogerse de hombros. "No vine aquí por voluntad propia." explicó señalando con su rostro hacia la pista donde vieron a su hermano y Elena bailando. "Vine por petición de ambos."

"¿Estás bromeando?" Elizabeth alzó una ceja con incredulidad.

"No, es verdad." Damon aseguró. "Al parecer hay un vampiro que está acosando a Elena, por lo que vinimos a resguardar que no aparezca por aquí."

"¿Un vampiro dices?" preguntó Elizabeth, recordando al mismo que la había llamado esa mañana. ¿Podría ser el mismo acaso? Y si era así, ¿qué podría querer con ella y Elena? "¿Saben cómo es?"

"En realidad no." negó Damon. "Cuando atacó a Elena ésta tarde llevaba un suéter con capucha. No logramos verlo bien."

'Hombre con capucha, genial.' pensó Elizabeth con frustración, ya que era demasiada casualidad que a Elena la hubiese atacado con aquellas características parecidas al hombre que la había llamado ése día. "Bueno, en todo éste alboroto dudo mucho que lo encuentren." alegó encogiendose de hombros. "Menos si llega a aparecer con un copete."

A pesar de que no era una broma, Damon sonrió ante su ocurrencia. "No es una de las mejores tendencias de la moda."

Mirándolo Elizabeth lo detalló, olvidandose por un momento de todo a su alrededor mientras se imaginaba verlo vestido de esa época. Su corazón se aceleró tanto ante la visión que se encontró sonriendo con suavidad. "Estoy segura de que te veías bien en ese entonces." soltó antes de poder retenerse. 'Que tonta.'

"¿Acaso tú Elizabeth Whitmore estás dándome un cumplido?" Damon levantó una ceja, mientras sonreía pícaramente hacia ella.

Rodando los ojos, Elizabeth miró lejos de él para que no viera el ligero sonrojo y la vergüenza en su rostro. "No te emociones." dijo sin emoción en su voz, tratando de mostrar desinterés. "Solo es un simple comentario de alguien que no ha vivido su vida al máximo."

"¿Qué quieres decir con eso?" preguntó Damon ligeramente curioso por el significado de esas palabras. Conocían tan poco sobre su vida que todo de ella era un misterio.

"No importa." negó Elizabeth antes de mirar a su alrededor. "Pero volviendo al tema, los años cincuenta si fueron lo peor con todos esos suéteres de equipo universitario y peinados extravagantes."

"Bueno, eso y ya sabes, el macartismo de segregación y la carrera de armas nucleares." acotó Damon con un encogimiento de hombros.

Asintiendo Elizabeth estuvo de acuerdo. "Cierto." dijo mirando a su alrededor. "Si pudiera regresar a una época del tiempo, esa menos que nada sería la que eligiera."

Entrecerrando sus ojos hacia ella, Damon se dejó llevar por la curiosidad. "¿Qué edad tienes exactamente?"

Elizabeth lo miró unos segundos antes de desviar su atención a la multitud de estudiantes. "Me reservaré aquella información."

"Al igual que muchas otras, ¿no?" Damon contrarresto ganandose una mirada neutra de su parte.

"Exactamente." dijo Elizabeth alzando una de sus cejas.

"Eres muy extraña, ¿lo sabías?" Damon frunció el ceño antes de mirar hacia la pista de baile. "¿Bailas?"

Elizabeth se tensó aunque no lo demostró físicamente. "¿En serio estás pidiendo que bailemos?" preguntó con ironía. "Ni siquiera nos caemos bien. Creo que mucho hemos hecho manteniendo una conversación «decente» hasta el momento." negando se cruzó de brazos. "Agradezco la invitación, pero tengo que encontrar a Jeremy... Disfrúta de la fiesta." sin decir más se alejó. Quizás había sido grosera y bastante dura pero, era lo mejor. Mientras menos tiempo pasaran juntos mucho mejor. Solo así evitaría sufrir por él.

"Bueno, nunca he sido un perdedor en las fiestas como ésta y no pienso empezar ahora." murmuró Damon de mal humor por prácticamente haber sido rechazado por aquella muchachita. A veces sentía que podía llegar a asfixiarla de tanto que lo hacia perder la paciencia. Era una experta en ello. Negando con frustración empezó a alejarse buscando otro motivo de distracción que fuese más cooperativo.

Después de buscar a su alrededor por un tiempo, Elizabeth por fin encontró a Jeremy trabajando en el puesto de ponches justo como le había dicho que haría. Sonriendo se acercó lentamente a él. "Olvidaste mencionar que era una fiesta temática." dijo llamando su atención.

Enseguida que la vio Jeremy sonrió. "Elizabeth."

Asintiendo Elizabeth miró hacia los estudiantes y el resto del lugar. "¿Esto no te parece un poco exagerado?" preguntó con una mueca. "Las luces, la música, el baile..." en ese momento pasó una pareja bailando de una manera bastante desastrosa. Alzando una ceja los siguió con sus ojos antes de mirar hacia Jeremy quién soltó una risa al igual que ella. "Sobre todo el baile."

"Estoy de acuerdo." Jeremy asintió divertido, antes de encogerse de hombros. "Aunque no todos tenemos el don del baile."

"¿Con la palabra «todos» te incluyes también?" Elizabeth lo miró con curiosidad.

"Podría decirse." Jeremy respondió sonrojandose un poco.

"Bueno eso puede arreglarse." Elizabeth ofreció con una sonrisa. "Si quieres yo podría enseñarte lo básico."

La expresión de Jeremy enseguida se iluminó ante su sugerencia. "Eso estaría bien por mí pero..." bajando la mirada hacia el ponche hizo una mueca. "... tengo que seguir sirviendo ponche."

"Eso también podemos arreglarlo." Elizabeth dijo con seguridad. "Espera aquí un momento." alejándose se acercó a un chico que estaba apartado de la fiesta. "Oye." saludó llamando su atención. Mirando a su alrededor se aseguró de que no la estuvieran observando para poder utilizar la compulsión con libertad. Al no encontrar miradas sobre ella se fijó de nuevo en el muchacho, sosteniéndo su mirada. "Quiero que te encargues de la ponchera todo el tiempo que sea necesario. No te despegaras de ella hasta que me veas volver."

"Hasta verte volver." repitió el chico demostrando que la compulsión había funcionado.

"Genial." Elizabeth sonrió antes de regresar hacia Jeremy con el chico siguiéndola más atrás. "Listo, él se encargará de suplantarte." dijo señalando al muchacho quien sin decir nada se movió para tomar el lugar de Jeremy.

"Ah, bueno." Jeremy lo miró extrañado por unos segundos, antes de mirar hacia Elizabeth y sonreír. "Entonces, comencemos con la primera clase."

Riendo Elizabeth caminó junto con él hacia la pista de baile. Cuando se detuvieron allí ella giró quedando frente a él. "Bien, lo primero que debes hacer es..." acercándose agarró sus manos y las movió a su cintura. "... colocar tus manos allí." ahora ella movió sus propias manos para colocarlas sobre sus hombros. "Y yo... las colocaré así." buscando su mirada notó su nerviosismo e incomodidad como cualquier persona que bailaba por primera vez. "Bien, ahora yo seré la que te guíe... Yo me moveré y tú me seguirás, ¿está bien?"

"Si, bien." Jeremy estuvo de acuerdo, mirando hacia sus pies esperando movilizarse bien.

Negando con diversión, Elizabeth extendió su mano para mover su rostro hacia arriba. "Mantén tu mirada arriba y solo déjate llevar por la música." instruyó antes de comenzar a moverse con la música ella misma. "Eso es, así está bien." alentó cuando él aunque nervioso copio sus movimientos. Sin embargo después de unos segundos hizo una mueca cuando la terminó pisando.

"¡Lo siento!" se disculpó Jeremy avergonzado.

"Descuida." Elizabeth rio. "Siempre pasa en el primer intento." fingiendo que le había dolido, se colocó nuevamente en posición para bailar con él. "Continuemos."

Ambos continuaron bailando o intentando hacerlo ya que Jeremy con cada paso que daba en tres la terminaba pisando. Elizabeth divertida solo lo alentó a continuar, hasta que en varios intentos se soltó un poco más. Eso les dio la señal que la clase de baile debía culminar.

"Creo que debería volver a la mesa de ponche." dijo Jeremy. "Si no me ven allí tendré problemas."

"Está bien." asintiendo Elizabeth salió de la pista y regresó con él hacia la mesa de ponches dónde aún los esperaba el chico que había obligado. Este al verla enseguida se alejó de la ponchera obedeciendo lo que le había ordenado con la compulsión.

"Gracias por enseñarme a bailar." Jeremy agradeció sinceramente. "Ahora se que no pareceré un tonto en las fiestas."

"Fue un placer." Elizabeth sonrió, antes de moverse a la mesa contigua para recoger tres pilas de vasos de papel y regresar de nuevo a la ponchera.

Acercándose Jeremy se los quitó enseguida. "Oye, no vas a la escuela aquí... No tienes que ayudar."

"No me importa." Elizabeth se encogió de hombros. "Es un poco divertido y diferente para mí."

"¡Ay!" esa exclamación viniendo de la mesa contigua los hizo mirar y ver a una chica que ahora enrrollaba su mano con una servilleta. "Ese idiota hizo que me cortara."

"Es un imbécil." estuvo de acuerdo la otra chica, antes de inclinarse para mirar la mano de su amiga. "Déjame ver."

"Ten cuidado." pidió la primera chica con una mueca adolorida. "Me duele mucho."

Mientras observaba, Elizabeth se tensó cuando vió la sangre en la mano de la chica. No se dio cuenta que repentinamente sus ojos comenzaron a cambiar debido a su lado depredador que anhelaba probar aquella sangre.

Jeremy quién en ese momento giro para mirarla, se sorprendió al notar el cambio extraño de sus ojos que en lugar de azules se veían rojos. "Elizabeth..." llamó con inseguridad. "Tus ojos-"

Parpadeando a la realidad, Elizabeth se dio la vuelta enseguida. "Creo que se me metió algo en el ojo." se excusó aunque su mentira sonara tan pobre. ¿Cómo había sido tan descuidada? Casi había transformado su rostro vampirico. ¿Ahora como podría explicárselo sin comprometerse a si misma? Mirando brevemente hacia otro lado, su atención se desvió cuando entre las personas vió al mismo vampiro de ése día con su sudadera con capucha observándola desde lejos. Apretando su mandíbula con firmeza decidió seguirlo esa vez. Necesitaba saber quién era y porqué la estaba molestando. "Tengo que irme, Jeremy... adiós." sin darle tiempo a responder se encaminó enseguida en la dirección que el sujeto había tomado.

Elizabeth caminó rápidamente por la pista de baile, apartando a los estudiantes de su camino. El chico de la sudadera con capucha había salido del baile y caminado por un pasillo lleno de gente hacia otro pasillo más oscuro. Sin pensar en ningún tipo de riesgo lo siguió hasta entrar en uno de los pasillos que se encontraba totalmente solitario. Mirando atentamente a su alrededor, enseguida sintió la presencia de aquel sujeto detrás de ella.

"Sinceramente la vestimenta actual te queda muy bien." dijo el vampiro, una vez que la muchacha giró para mirarlo.

Mirándolo fijamente, Elizabeth entrecerró sus ojos tratando de buscar algún rasgo reconocible en su rostro. Sin embargo debido a la capucha que llevaba sobre la cabeza no pudo distinguirlo muy bien. "¿Quién demonios eres y por qué has estado persiguiendome?" preguntó dando un paso en su dirección.

"Soy alguien que a lo mejor no recuerdas muy bien, pero me impresionó tanto el volver a verte que pensé en saludar." dijo el chico encogiendose de hombros.

"Bueno, ya basta." Elizabeth negó con impaciencia. "Quítate ahora mismo la capucha y descubrete la cara."

Soltando un resoplido divertido, el vampiro negó con la cabeza. "Tan mandona como siempre aún veo." riendo terminó por quitarse la capucha de la cabeza revelando entonces su rostro. El reconocimiento que vió en su expresión lo hizo sonreír. "Hola, Elizabeth."

"Eres uno de los lacayos que siempre siguieron los pasos de Katherina." dijo Elizabeth ladeando su cabeza a un lado con resentimiento.

"Soy Noah en realidad." corrigió el vampiro ocultando la incomodidad de que se hubiese referido a él como «lacayo» de Katherina Petrova.

"¿Qué es lo que quieres?" preguntó Elizabeth acercándose otro paso a él.

"Bueno, lo último que recuerdo huiste de Mystic Falls porque Klaus Mikaelson estaba pisandote los talones." acercándose también unos pasos a ella, Noah se encogió de hombros. "Y aunque debo decir que fue algo muy tentador el hecho de pensar en entregar tu paradero..." su sonrisa se volvió malévola al notar su postura tensarse. "... pues ése no fue mi objetivo principal."

"¿Objetivo?" Elizabeth preguntó curiosa. "¿Qué objetivo principal?"

Antes de que Noah le respondiera, en ése momento una voz proveniente del otro lado del pasillo los hizo volverse enseguida en esa dirección.

"¿Elizabeth?" Elena miró a la muchacha con una expresión confundida, mientras pasaba entonces su atención hacia el vampiro que la había atacado ese mismo día. "¿Qué estás haciendo con él?"

"Tal parece que mi objetivo principal llegó." dijo Noah con una sonrisa maliciosa antes de un rápido movimiento lanzarse hacia ella con la intención de atacarla. Sin embargo antes que pudiera tocarla Elizabeth se le interpuso en el camino a velocidad vampiro.

"Ni siquiera lo pienses." Elizabeth murmuró, obligandolo a dar varios pasos hacia atrás. "Primero necesito que me aclares muchas cosas. Entre ellas si sabes si Katherine de verdad fue encerrada en la tumba... Fuiste su lacayo, ¿o no?" abordandolo más hacia atrás lo agarró por la sudadera con capucha y lo golpeó contra los casilleros mirándolo de manera amenazante. "Estoy segura que debes saberlo." sin darle tiempo a decir o hacer algo lo levantó y lanzó directamente hacia las puertas de la cafetería que se abrieron de un estrépito cuando él cayó violentamente adentro. Mirando hacia Elena le hizo un gesto para que se fuera. "Vete de aquí." fue lo único que le dijo antes de entrar en la cafetería.

Omitiendo su advertencia Elena la siguió más atrás. "¿Quién es ése?" preguntó con impaciencia. "¿Y por qué hablabas con él?"

"No tengo tiempo para dar explicaciones." Elizabeth dijo sin dejar de buscar atentamente alrededor de toda la cafetería al no visualizar la presencia del vampiro. "Mejor ve y busca a Stefan y a Damon."

Aunque renuente y sumamente nerviosa, Elena obedeció corriendo fuera de la cafetería hacia el pasillo. Sin embargo a mitad de camino Noah la agarró por el cabello sacándole un grito de dolor al luchar por soltarse. Atrayendola hacia él la arrojó contra los casilleros. Extendiendo sus colmillos se preparó para morderla, pero antes que pudiera hacerlo soltó un siseo de dolor cuando una punzada en su mano derecha se alejó para mirar al levantarla un lápiz clavado en su palma.

Aquella distracción fue suficiente para Elizabeth quien esa vez lo apuñaló con otro lápiz ésa vez profundamente en el estómago. Mientras él se queja de dolor ella volvió a agarrarlo clavandole el mismo lápiz ésa vez en uno de sus hombros. En otro intento de ataque el vampiro de un movimiento furioso la agarró por los brazos y sin mesura la sacudió a un lado haciéndola caer dentro de la cafetería. Quitándose el lápiz del hombro se lo clavó a Elizabeth en el pecho demasiado cerca de su corazón.

Mientras Elizabeth se quejaba del dolor, Elena viendo la escena con horror al retroceder y chocar contra un balde de trapeador se dio vuelta agarrando el trapeador, usando su rodilla para romper el mango en dos para crear una estaca. Acercándose a él la levantó en alto con la intención de clavarsela, cuando lo hizo logró hacerlo en un lado de su abdomen debido a que en ése momento él giro en su dirección. Soltando un gruñido Noah aferrando la pieza de madera la empujó con la misma hacia atrás haciéndola tropezar al suelo con brusquedad.

Colocandose de pie Noah sacándose la estaca del abdomen la tiró con desdén a un lado antes de lanzarse contra ella para morderla. Elena gritó con temor, pero antes de que él pudiera morderla, Stefan apareció arrancandolo y arrojandolo al suelo.

Por su parte Elizabeth quien colocandose de pie, se sacó el lápiz clavado profundamente cerca de su pecho soltando un siseo que no pasó desapercibido por Damon quien lanzó una mirada en su dirección. Ella al notarlo solo le hizo un gesto de que estaba bien. Al ser un vampiro antiguo cualquier ataque con madera no era algo de lo que preocuparse.

Asintiendo él fijó su atención en el vampiro que se incorporaba del suelo con su mirada asesina puesta en Stefan. "¡Oye, imbécil!" llamó señalandolo con la estaca de madera que Elena había creado momentos antes. "Nadie quiere matarte. Sólo queremos hablar."

Noah le sonrió solamente, antes de lanzarse hacia Elena nuevamente. Gritando ella se preparó a si misma para el ataque, pero Damon le lanzó a tiempo la estaca de madera a Stefan quien rápidamente se lo terminó clavando en el estómago al sujeto quien enseguida cayó de rodillas por el dolor.

"¿Ahora tienes ganas de hablar?" preguntó Stefan, cuando tanto él como los demás se acercaron para enfrentarse con el vampiro. Elizabeth se quedó unos pasos atrás mirándolo fijamente en silencio.

"Púdrete." respondió Noah entre dientes.

Ante ésa respuesta Stefan clavó la estaca más profundamente en su pecho, haciéndolo gemir de dolor. "Respuesta incorrecta." susurró en voz baja. "¿Por qué estás haciendo ésto?"

"Porque es divertido." sonrió Noah en dirección de Elena quien apartó la mirada a un lado.

De nuevo Stefan clavó la estaca un poco más profundamente. "¿Qué quieres con Elena?" preguntó esa vez.

La atención de Noah regresó de nuevo hacia Elena, detallandola de arriba abajo. "Se parece a Katherine."

"¿Conocías a Katherine?" Damon fue quien preguntó con claro interés.

"Ah, pensaron que eran los únicos." Noah comenzó a reír a pesar de jadear por el dolor de la estaca clavada en su estómago. "Ni siquiera me recuerdas." negando se fijó entonces en Elizabeth. "Pero ella sí lo hace."

"¿Qué dices?" Stefan miró hacia Elizabeth quien asintió, dándole luego un gesto de que hablarían luego de ello.

"Dime cómo entrar en la tumba." exigió Damon inclinandose hacia el vampiro.

Noah se quedó por un momento en silencio fingiendo pensarlo por unos segundos, antes de negar. "No."

Molesto Stefan se inclinó clavando la estaca más profundamente.

"¡El grimorio!" soltó Noah con su voz ahogada por el dolor.

"¿Dónde está?" preguntó Damon, al mismo tiempo que su hermano clavó la estaca mucho más profundamente.

"¡Revisa el diario!" jadeó Noah entre dientes abogando por su vida. "¡El diario! ¡El diario de Jonathan Gilbert!"

"¿Quién más está trabajando contigo?" preguntó Stefan, mientras su hermano se colocaba de pie con un mueca.

En ese momento la atención de Elizabeth se desvió hacia un movimiento en la ventanilla de la puerta de la cafetería, donde le pareció ver un rostro bastante conocido. ¿Podría ser?

"¿Quién más está ahí?" preguntó Damon intentando obtener una respuesta a la pregunta de su hermano.

"No." negó Noah sacudiendo la cabeza con una sonrisa. "Vas a tener que matarme."

Ante eso ambos hermanos intercambiaron una mirada entre si por un momento. Rodando los ojos Damon le dio un asentamiento para que continuara. Quitando la estaca del estómago de Noah, Stefan esperó unos segundos antes de un rápido movimiento estacar al vampiro justo en el centro de su corazón.

Jadeando en estado de shock, Elena miró al vampiro caer al suelo donde comenzó a secarse lentamente. "¿Qué hacemos... cómo vas a encontrar a los demás ahora?" preguntó con cierto pánico en su voz.

"Tenía que morir." fue la simple respuesta de Damon.

Negando Elena lo miró con incredulidad. "Pero..."

"Elena, fue invitado a pasar." dijo Stefan, antes de que el sonido de una puerta abrirse los hiciera volverse y ver a Alaric pasando más allá de las ventanas de la puerta. Ante eso miró a Damon. "Ve, tenemos ésto."

Enseguida que Damon salió de la cafetería, Elizabeth aún pensando en la persona que había visto segundos antes decidió salir también.

"Elizabeth, ¿a dónde vas?" preguntó Stefan, pero ella ya hubo salido de la cafetería sin dar explicaciones.

Tan pronto Damon salió de la cafetería visualizó a Alaric Saltzman alejandose pareciendo un poco demasiado entrometido. Entrando en el pasillo lo vió girar la esquina. Sabiendo que no tenía nada que perder aceleró vampiricamente hacia él.

Deteniendose abruptamente, Alaric se aclaró la garganta. "Oye." saludó inseguro.

"¿Qué estabas haciendo?" preguntó Damon, comenzando a obligarlo.

"Buscando a la Sra. Hilden." Alaric respondió.

"¿Por qué estás en Mystic Falls?" Damon continuó con la compulsión.

"Conseguí un trabajo como profesor." Alaric respondió.

Asintiendo Damon prosiguió. "¿Sabes lo que soy?"

"Eres el hermano de mi alumno." respondió Alaric.

"¿Todo lo que me estás diciendo es verdad?" Damon ladeó su cabeza.

"Sí." asintió Alaric.

Ante eso Damon sonrió satisfecho de su buen trabajo. "Entonces olvida que tuvimos ésta conversación." rompiendo el contacto visual simplemente se alejó de él.

Alaric se quedó quieto por un momento conmocionado por el encuentro, hasta que después bajó la mirada hacia su mano cerrada, la cual al abrir reveló la verbena en ella.


Bosques/Secundaria de Mystic Falls

En los bosques cerca de la secundaria, Elizabeth después de haber utilizado sus sentidos para rastrear a la persona que había visto en la cafetería minutos atrás, no dudó en aparecerse sigilosamente detrás de ella quien por su postura tensa claramente se dio cuenta de su presencia.

"No creí que realmente eras tú, pero claro que debí imaginarmelo." dijo al tiempo que la muchacha frente a ella giro en su dirección confirmando sus sospechas de quién se trataba. "Hola, Annabelle." saludó con fingida alegría. "Cuánto tiempo."

"Elizabeth Whitmore." Annabelle miró de arriba abajo a la muchacha frente a ella con una sonrisa desdeñosa. "Sinceramente creí que ya estabas muerta."

"Pero no es sí." respondió Elizabeth aún con su sonrisa falsa. "Ahora, si fueras tan amable de decirme..." acercándose a la vampiro su expresión se enserió enseguida. "¿Para qué regresaron tú y Noah a Mystic Falls? Porque dudo mucho que sea una visita casual... Acaso, ¿se debe a la tumba donde no solo está encerrada Katherine si no también otros vampiros más que lograron escapar?"

Apretando su mandíbula con firmeza, Annabelle la observó en silencio tomando valor para sostenerle la mirada.

Mientras tanto dentro de la secundaria, Damon y Stefan se encontraban apoyados contra una puerta, uno frente al otro en uno de los pasillos hablando sobre los eventos de la noche.

"No hay forma de que ese idiota estuviera trabajando solo." dijo Damon después de un tiempo.

"Tu lo haces." Stefan replicó, mirando a su hermano hacer una mueca en el proceso. "Así que el grimorio... Era de Emily, ¿verdad? Eso es lo que necesitas para revertir el hechizo. Cuando las familias fundadoras la quemaron, se llevaron sus cosas y esperabas que el diario de papá te dijera dónde está."

"Mírate juntando las piezas." Damon respondió rodando los ojos. "Bien por ti." mirando hacia un lado, negó entonces con la cabeza. "Estaba en lo cierto a medias. Bueno, ya está ahí fuera." ante eso lo miró con una sonrisa. "Que empiecen los juegos."

"Mi oferta sigue en pie." le recordó Stefan.

Damon lo miró en silencio con una expresión incrédula en su rostro claramente no creyéndole. "Sí, con algunas salvedades ocultas, sin duda."

"No hay nada oculto al respecto." Stefan aseguró enseguida con una postura sincera. "Sin mentiras. Sin engaños. Estaré ahí cuando abras esa tumba, tú y Katherine se vayan, y los otros 26 vampiros mueran."

"¿Si estoy de acuerdo?" preguntó Damon.

Stefan asintió. "Yo te ayudaré."

De nuevo Damon no pudo evitar mirarlo con desconfianza a pesar de no ver ningún indicio de mentira en él. "¿Por qué debería confiar en ti?"

Ante eso Stefan solo se encogió de hombros. "Porque soy tu hermano."

Mirándolo con una risa sarcástica, Damon negó dándose la vuelta para alejarse. "No, eso no va a ser suficiente-"

"¡Porque quiero que te vayas!" Stefan alzó la voz, obligandolo a detenerse a mitad de camino.

Girando hacia él, Damon hizo una pausa por un momento pensando si aquella era una razón aceptable para confiar en Stefan. La sinceridad que vió en sus ojos lo llevó a asentir después de todo. "Está bien."


Pensión Salvatore

Tiempo después cuando Elizabeth regresó a la pensión se encontró con la persona a la que quería pedirle explicaciones. "Stefan." dijo acercándose rápidamente a él. "¿Podemos hablar?"

"Si, claro." Stefan asintió, mirándola por unos segundos en silencio antes de levantar la mano para detenerla de seguir hablando. "Pero, tengo que decirte algo antes y sinceramente no sé cómo te vas a sentir al respecto."

"¿Qué pasa?" preguntó Elizabeth un poco preocupada por su expresión seria.

"Le dije a Damon que lo ayudaría a entrar en ésa tumba para recuperar a Katherine." dijo Stefan notando su postura tensarse visiblemente. "Pero era una mentira." aclaró enseguida. "Le dejé creer que podía confiar en mí."

"Bueno... entonces, ¿por qué te preocupas por decírmelo?" preguntó Elizabeth cruzando sus brazos al frente a la defensiva.

"Porque él puede ser muy persuasivo..." Stefan comenzó, pero ella lo interrumpió enseguida.

"¿Y piensas que puede convencerme?" Elizabeth alzó una ceja con burla. "Por favor, Stefan." dándose la vuelta se alejó unos pasos de él. "Hace falta mucho más para que olvide quién es Damon y todo lo que sé que ha hecho."

"No quiero ser su enemigo, Elizabeth... pero no puedo dejar que lo haga." Stefan se acercó unos pasos detrás de ella quien estaba ahora frente a la chimenea con una expresión pensativa en su rostro.

"Entonces no lo hagas." Elizabeth estuvo de acuerdo girando para mirarlo. "Y aunque no esté de acuerdo en que Katherine salga de esa tumba... te ayudaré, haga lo que haga falta." con su corazón doliendo con fuerza, le sostuvo la mirada al vampiro frente a ella sin demostrar cuanto le afectaba la desición que había tomado. "Haré todo con tal de que tanto Damon como Katherine desaparezcan para siempre de nuestras vidas.


Pensión Salvatore

Temprano a la mañana siguiente, Elizabeth se sacudió despierta al sentir la presencia de alguien a su lado en la cama. Removiendose abrió los ojos con sorpresa cuando se encontró con un Damon sonriéndole descaradamente. "¿Damon?" incorporándose de un salto lo miró con incredulidad.

"Levántate y brilla, dormilona." Damon saludó aún con su sonrisa en el rostro.

"¿Qué haces?" preguntó Elizabeth alejandose torpemente de él cuando lo vió sentarse en la cama. "Sal de aquí, Damon."

"Tranquila, vine en son de paz." Damon levantó una mano para tranquilizarla. "Ahora escucha, como me enteré por mi hermano que piensas ayudarnos a sacar a Katherine de la tumba entonces tenemos algunos asuntos que discutir... Le dije a Stefan que llamara a Elena para encontrarnos con ellos en la Residencia Gilbert. Tenemos mucho que hacer ahora que todos estamos trabajando hacia una meta común." encogiendose de hombros giro para mirarla de frente. "Por lo tanto, con el fin de abrir la tumba tenemos que encontrar la revista para conseguir el grimorio para deshacer los hechizos, es por eso que necesito a Elena."

"¿Cómo sabes que ésta revista te llevará a la localización del grimorio?" preguntó Elizabeth moviéndose para ponerse de pie. "¿Realmente tomarás la palabra de ese vampiro?"

"En lugar de cualquier otra opción." acotó Damon con un encogimiento de hombros.

"Está bien." Elizabeth se alejó hacia la cómoda para buscar su ropa. De espaldas a Damon no lo notó observándola curiosamente en su pijama sencilla de pantalones y camisa, sin embargo no tuvo ninguna intención de hacer un comentario burlista. "De todos modos no me agradó ese tarado desde el principio." alegó cerrando el cajón de la ropa antes de girar para mirarlo. "Era evidente que no estaba trabajando solo, así que quien sabe quién estará ahí fuera que no conocemos."

"Y no me gustan las desventajas." asintió Damon aplaudiendo con sus manos al colocarse de pie. "Por ello es que necesitamos de Elena y Stefan."

Rodando los ojos Elizabeth de nuevo hizo un gesto hacia la salida de la habitación cuando no le vio ninguna intención de irse y claramente necesitaba vestirse. Aclarandose la garganta lo miró todavía de pie junto a su cama.

"¿Qué?" preguntó Damon.

"¿Es en serio?" Elizabeth frunció el ceño, antes de levantar la ropa en sus manos. "Necesito tomar una ducha y vestirme."

"Eso está muy bien." Damon alzó una de sus cejas con picardía.

"Largo." Elizabeth moduló sacudiendo ambas manos hacia la puerta una vez más.

"Oh, vamos." Damon se acercó unos pasos a ella. "¿Por qué eres tan mala conmigo?"

"¿De verdad estás preguntando eso?" Elizabeth lo miró con incredulidad, antes de negar. "No eres una buena persona."

"Eso es porque soy un vampiro." Damon hizo un gesto de obviedad.

"Si, pero solo eres las partes malas." Elizabeth contrarresto cruzando sus brazos al frente.

"Entonces, enséñame a ser bueno." dijo Damon inclinandose demasiado cerca de su rostro.

Nerviosa por su cercanía, Elizabeth lo esquivó enseguida poniendo toda la distancia posible de ese Damon que para nada se parecía al Damon del que se había enamorado tantos años atrás. "Basta de juegos Damon." dijo seriamente. "Por favor sal de mi habitación, necesito vestirme." cuando no se movió lo miró con impaciencia. "¿Quieres que lleguemos temprano a la casa de Elena o no?"

"Está bien, está bien." Damon levantó sus manos en la derrota. "Pero, ésta conversación no ha terminado aún." con un guiño en su dirección salió de la habitación cerrando la puerta detrás de sí.

Soltando el aire que había estado conteniendo, Elizabeth negó con una expresión agotada desde tan temprano. "Este será un largo día." murmuró para sí misma con tristeza, abres de encaminarse hacia el baño para tomar la ducha.


Residencia Gilbert

Para Elizabeth la estadía en la casa Gilbert no fue tan mala como lo había pensado, a excepción claro de que casi fue descubierta de ser un vampiro por Jeremy al recibirla en la entrada y el hecho de que había tenido que invitarla a pasar. Ahora tanto él como ella habían bajado una consola de videojuegos prometiéndose una revancha en el juego, aunque siendo sincera no era muy buena en ése tipo de cosas.

"Creo que el cable amarillo no iba allí." dijo ella por enésima vez agachada a su lado mientras él se encargaba de conectar todos los cables de la consola al televisor. "¿Seguro que has conectado ésto antes?"

"Ah, en realidad no." negó Jeremy con el ceño fruncido mientras seguía probando todos los cables. "Es la primera vez que lo hago aquí en la sala." mirándola de reojo le sonrió. "Lo estoy haciendo por ti."

"Awww." Elizabeth exclamó con un pequeño puchero que lo hizo reír divertido. "No tenía porqué tomarse tantas molestias señor Gilbert."

"Es un placer total señorita Whitmore." Jeremy le siguió la corriente provocando la risa en ambos.

"Uh, Elizabeth." la voz entrante de Elena los hizo mirar en su dirección para verla en la entrada de la sala. "¿Podrías por favor ayudar a Damon a colocar la mesa?" preguntó antes de levantar su teléfono al aire. "Tengo una llamada que hacer."

La expresión de Elizabeth se ensombrecio enseguida. Lo que menos quería era pasar tiempo con Damon. No cuando era el causante de la tristeza que había estado luchando por omitir todo el día. Sin embargo estaban en una tarea en conjunto Stefan, Elena y ella por lo que no era momento para dar escenitas dramáticas. "Si claro, está bien." aceptó colocandose de pie. No sin antes darle una mirada a Jeremy. "Regreso en un momento."

Moviéndose hacia la cocina tomó una profunda respiración para colocar su expresión neutra que no demostrase ningún tipo de emoción que Damon pudiera descubrir. Así sin verlo entró caminando directamente hacia la estantería tomando varios platos en sus manos, para luego salir hacia el comedor. Podía sentirlo mirarla pero trató de omitirlo lo mejor que pudo.

En el segundo viaje hacia la mesa, él chocó contra ella deliberadamente en un claro intento por llamar su atención. En esa parte Damon Salvatore seguía siendo el mismo: siempre queriendo llamar la atención.

"Vaya." exclamó Damon con una sonrisa divertida, mientras ella rodando los ojos lo esquivó para continuar hacia la mesa.

"No hagas eso." le advirtió Elizabeth sin mirarlo.

"¿Hacer qué?" preguntó Damon, fingiendo inocencia.

"Sabes qué." Elizabeth rodó los ojos en su dirección. "Ese movimiento fue deliberado."

"Bueno, sí, deliberadamente estaba tratando de llegar al fregadero." dijo Damon en tono de burla caminando hacia la estufa para revolver una olla de agua hirviendo. "Hablando de Stefan, ¿dónde estará?" preguntó con curiosidad. "Se está perdiendo la noche familiar, que estoy disfrutando inmensamente."

Sin decir nada Elizabeth regresó a la cocina para recoger más vajilla, sintiendolo volverse entonces en su dirección.

"¿Es real?" preguntó Damon después de unos segundos en silencio.

"¿Qué es real?" preguntó Elizabeth sin volverse hacia él. Claramente sabía hacia dónde iba aquella conversación.

"Este sentido renovado de hermandad." preguntó Damon sacando la cuchara de la olla para probar la salsa. "¿Puedo confiar en él?"

Girando Elizabeth asintió con seguridad. "Sí, puedes confiar en él." de nuevo comenzó a caminar hacia la mesa pero Damon apareció frente a ella deteniendola.

"¿Puedo confiar en él?" preguntó él una vez más, mirándola fijamente a los ojos. "Quiero que me respondas honestamente."

A pesar de sentirse cayendo en pedazos por dentro, Elizabeth le sostuvo la mirada. "Por supuesto que puedes." fue lo único que le dijo antes de rodearlo y regresar a la cocina.

Observandola Damon decidió seguirla unos pasos más atrás. "Hubo un tiempo en el que confiaba en él más que en nadie."

"La confianza engendra confianza." Elizabeth respondió mirándolo por sobre su hombro. "Tienes que darlo para conseguirlo."

"¿Me estás sermoneando?" preguntó Damon dando un paso hacia ella con diversión.

"¿Necesitas que te sermoneen?" Elizabeth giró en su dirección, colocando al mismo tiempo una mano en su cadera.

"Solo la quiero de vuelta." Damon continuó omitiendo su pregunta. "Estoy seguro de que puedes entender eso."

De nuevo el dolor en el corazón de Elizabeth se intensificó por la vehemencia de sus palabras. Al menos él tenía la oportunidad de volver a la persona que amaba. Si ella tuviera esa oportunidad de conseguir todo lo que había perdido incluyéndolo, le gustaría hacer lo que fuese necesario. Sentía su dolor, pero su odio hacia Katherine era mucho mayor que cualquier otra cosa. "Puedo entender que harías cualquier cosa por ella, sí." dijo secamente, pasando entonces junto a él para colocar un plato más sobre la mesa.

Moviéndose, Damon se colocó de pie detrás de ella colocando su cuerpo en contacto con el suyo, mientras se inclinaba hacia su oído. "Entonces entiendes lo que haré si alguien se interpone en mi camino." amenazó en voz baja antes de entrar en la otra habitación.

Cerrando los ojos brevemente, Elizabeth soltó un exhalación temblorosa. De nuevo el Damon tranquilo y cariñoso que le había mostrado ese día se ha ido. Había sido reemplazado por el Damon que haría cualquier cosa para conseguir lo que quería. Era la personalidad en Damon que odiaba profundamente.

Más tarde, tanto Damon como Jeremy se encontraron sentados en la sala familiar jugando un videojuego.

"Dijiste que nunca habías jugado a ésto antes." replicó Jeremy frunciendo el ceño al estar perdiendo de nuevo.

"Aprendo rápido." Damon sonrió. "Tengo reflejos rápidos."

Cuando en ése momento el teléfono de Jeremy sonó, él hizo una en el juego para ver de quién se trataba. Sin embargo al ver el remitente ignoró la llamada, tirando su teléfono a un lado antes de reanudar el juego.

"¿A quién estás esquivando?" preguntó Damon con curiosidad.

"A una chica que se llama Anna." explicó Jeremy con un leve encogimiento de hombros. "Ella puede ser, eh, persistente."

"¿Ella es sexy?" preguntó Damon con picardía.

"Sí, sí." Jeremy se sonrojo un poco, pero luego hizo un mueca. "Pero ella puede ser rara."

"Lo caliente triunfa sobre lo raro, créeme." respondió Damon, haciendo reír al muchacho.

"Lo sé pero..." negando Jeremy desvió su atención hacia el lugar cercano a la biblioteca donde se encontraba Elizabeth revisando los libros en las estanterías. "... tengo mi atención puesta en alguien más."

Elizabeth que podía escucharlos debido a su audición vampiro, se tensó por sus palabras aunque fingió que no los había escuchado.

Siguiendo la mirada del muchacho, Damon se encontró con la presencia de Elizabeth de quién sabía había escuchado todo con claridad y por su postura tensa claramente le incomodaba la atención del pequeño Gilbert en ella. "Creo que esa pequeña fruta está demasiado alta para ti, amigo." dijo con sinceridad. A pesar de conocerla tan poco sospechaba que era de esas chicas que no se dejaba envolver o deslumbrar tan fácilmente.

Antes de que Jeremy pudiera dar réplica alguna el timbre de la puerta sonó. Segundos después Elena salió de la cocina. "Ese es Stefan."

Dejando la estantería Elizabeth siguió a la Doppelgagger hasta la puerta, mientras Damon levantándose rápidamente del sofá caminó detrás de ambas.

"¡Oye!" Jeremy llamó al verlo irse tan agitado.

Tan pronto Elena abrió la puerta principal y vieron a Stefan, Damon fue el primero que preguntó. "¿Y bien?"

Haciendo gestos hacia el interior de la casa donde Jeremy podría escucharlos claramente, Stefan los hizo salir al porche.

"¿Quién lo tomó?" preguntó Damon con frustración.

"No sé." Stefan negó con la cabeza.

"¿Sabes qué? Es ese profesor." dijo Damon pensativamente. "Hay algo realmente extraño en él."

"No, él no sabe nada." aseguró Stefan. "Alguien lo consiguió justo antes que yo."

"¿Quién más sabía que estaba allí?" preguntó Damon tratando de mantener un tono de voz tranquilo.

Mirando a través de la ventana Stefan visualizó a Jeremy y aún sin decir nada su hermano siguió su mirada por lo que entendiendo sin palabras comenzó a caminar de regreso a la casa.

"No." negó Elena siguiéndolo al igual que el resto. "¡Damon, déjalo fuera ésto!"

"¿Por qué?" preguntó Damon sin detenerse. "¿Cuál es el problema?"

"¡Damon!" gritó Elena, pero él siguió caminando hasta llegar a la puerta y caminar directamente hacia la sala donde Jeremy estaba ahora sentado en el sofá viendo la televisión.

Con tranquilidad Damon se sentó en el brazo del sofá para hablar con él. "Así que... escuché que encontraste un diario realmente genial en el pasado." dijo trantandolo como un pequeño niño. "¿A quién más se lo mostraste?"

"¿Qué?" preguntó Jeremy confundido.

"No hagas preguntas, solo habla." Damon lo urgió comenzando a impacientarse.

Alzando una ceja Jeremy comenzó a reírse. "Estás bromeando, ¿verdad?"

"Jer, ¿le dijiste a alguien más que al Sr. Saltzman sobre el diario de Johnathan Gilbert?" Elena preguntó dando un paso adelante.

"¿Por qué todo el mundo está tan obsesionado con esa cosa?" Jeremy preguntó.

Rodando los ojos Elena lo presionó para hablar. "¿A quién más le dijiste?"

"Solo a esa chica, Anna." Jeremy frunció el ceño mirando entre todos.

"¿La sexy y rara?" preguntó Damon.

Mirando incomodamente hacia Elizabeth, Jeremy asintió. "Si."

"Espera, ¿quién es Anna?" preguntó Stefan con curiosidad.

"Eso es lo que quiero averiguar." murmuró Damon por lo bajo, al tiempo que él teléfono de Elena empezó a sonar.

Cuando ella se alejó para contestar, esa vez fue Elizabeth quien se adelantó para llamar la atención del muchacho. "¿Cómo la conoces?" preguntó entre curiosa y molesta. Claramente le había advertido a Anna que se mantuviera a distancia de todos los que conocía y Jeremy se incluía en esa lista.

"Solo la conozco." se explicó Jeremy restándole importancia. "Quiere que la vea en el Grill ésta noche."

"¡Perfecto!" Damon se colocó de pie enseguida. "Yo manejaré... Vamos."

"E-está bien." Jeremy vaciló antes de levantarse del sofá para seguirlo fuera de la casa, mientras que Stefan y Elizabeth solo cruzaron una mirada entre sí.


Mystic Grill/Habitación de motel

Pasada las horas, Anna entró al Grill, viendo a Jeremy apoyado contra una mesa de billar. "No podrías vivir sin mí, ¿eh?" dijo tan pronto lo alcanzó.

"Bueno, extraño un poco mi dosis diaria de linda chica acosadora." dijo Jeremy en un tono divertido.

"Oh, qué gracioso." exclamó Anna rodando sus ojos.

"Vamos a jugar." dijo Jeremy antes de que ambos se instalaran en la mesa de billar.

Damon quien se encontraba en el bar escuchándolos, miró hacia otro lado con una expresión de reconocimiento en su rostro. Volviendo a mirar a la chica se dio cuenta enseguida de quién se trataba.

Ajena a su escrutinio, Anna sonrió y rio mientras jugaba tranquilamente con Jeremy.

Tiempo después cuando Anna entro a su habitación de motel y cerró la puerta detrás de sí, enseguida sintió la presencia de alguien que la hizo negar y sonreír. "Me preguntaba cuánto tardarías en encontrarme." dijo mirando hacia Damon quien se encontraba parado cerca de la puerta, antes de alejarse para colocar su bolso en el mostrador y sentarse para mirarlo de frente.

"¿Cuánto tiempo has estado aquí?" preguntó Damon secamente.

"Llegué como cometa y media pasada, viéndote arruinar cada oportunidad que tuviste para abrir esa tumba." explicó Anna con una expresión burlona en su rostro.

"¿Cómo supiste del hechizo?" preguntó Damon.

Anna se encogió de hombros. "No dije mucho en ese entonces, lo que significa que escuché todo."

Cansado de tantos rodeos Damon se acercó lentamente tratando de intimidarla. "Entonces... si has estado aquí todo el tiempo, ¿por qué nos estamos cruzando en éste momento?"

Ignorando su clara amenaza, Anna se levantó caminando por la habitación. "Me gusta usar a otros para hacer mi trabajo sucio."

"¿Como Logan Fell?" dijo Damon, notandola tensarse. "Oh, sí, gracias por eso, por cierto. El pequeño bastardo me disparó."

Rodando los ojos Anna le dio la espalda. "Logan era un idiota." dijo con frustración. "Le dimos un poco de sangre cuando empezó a ponerse de asesino con esa brújula. Necesitaba el diario de su familia. No podía dejarlo morir."

"¿Qué querías del diario de Fell?" preguntó Damon con curiosidad.

"Pensé que contenía la ubicación del libro de hechizos de la bruja." explicó Anna negando entonces. "Estaba equivocada. Según su diario, Honoria le dio el grimorio a Johnathan Gilbert, y según ésto-" acercándose al mostrador, abrió su bolso sacando el diario Gilbert. "... se lo dio a tu padre. Así que ahora vas a ayudarme a encontrarlo."

Pasando del diario a ella Damon alzó una ceja con incredulidad. "¿Por qué te ayudaría?"

"Porque tú y yo queremos que esa tumba se abra." dijo Anna antes de entregarle el diario.

Agarrándolo Damon leyó la página que ella le dejo abierta. "Hmm." murmuró por unos segundos con su vista en la lectura, antes de cerrar el diario y volverlo a colocar sobre el mostrador. "Lo siento, yo trabajo solo." fue todo lo que dijo saliendo entonces de la habitación con un sentimiento de enojo y traición burbujeando dentro de si.


Cementerio Viejo

"¿Estás bien con hacer ésto?" Elizabeth le preguntó a Stefan cuando junto con Elena llegaron a la tumba de su padre.

"Es la única forma." murmuró Stefan arremangandose las mangas de su camisa para comenzar a sacar la tierra de la tumba con una pala.

Soltando una exhalación Elizabeth lo ayudó a cavar por varios minutos hasta que dieron con el ataúd. Bajando junto con él ayudó a abrirlo, mientras Elena parada al lado del agujero profundo iluminaba con la linterna para que pudieran ver lo que estaban haciendo.

Cuando ella negó con una sonrisa, Stefan la miró brevemente. "¿Qué?"

"No muchas chicas pueden decir que han hecho ésto." dijo Elena haciendo un gesto a su alrededor.

Negando con una pequeña sonrisa, Stefan y Elizabeth quitaron por fin la tapa del ataúd revelando los restos de Giussepe Salvatore. Soltando una exhalación recuperó el grimorio, que estaba acunado en los brazos de su padre. Cerrando la tapa del ataúd trató de recuperar la compostura, con los ojos llorosos.

Al ver ésto Elizabeth lo palmeó ligeramente del hombro a modo de empatía y consuelo.

"¿Eso es todo?" preguntó Elena una vez que ambos vampiros salieron de la tumba para acercarse a ella.

Colocandose en medio de ambas, Stefan abrió la cubierta del libro bajo la luz de la linterna de Elena pasando cuidadosamente las páginas del grimorio buscando el hechizo correcto.

"Vaya, ¿qué les parece?" preguntó una voz repentina que los hizo volverse enseguida para ver a Damon con una expresión tensa y enojada. "Este es un giro interesante de los acontecimientos."

"No puedo dejar que la traigas de vuelta." dijo Stefan dando unos pasos adelante. "Lo siento."

"Yo también." respondió Damon secamente. "Por pensar ni por un segundo que podía confiar en ti."

"Ah, tú no eres capaz de confiar." dijo Stefan con dureza. "El hecho de que estés aquí significa que leíste el diario y planeabas hacerlo tú mismo."

"¡Claro que iba a hacerlo solo, porque el único con el que puedo contar soy yo!" Damon levantó la voz con rabia. "Te aseguraste de eso hace muchos años, Stefan y claro Elena iría detrás de tus pasos... Igual tú-" mirando hacia Elizabeth negó con cierta incredulidad. "Me engañaste."

Sin poder sostenerle la mirada Elizabeth desvió la mirada para que no viera en sus ojos el dolor de ver la decepción y la rabia en su mirada.

"Entonces, ¿qué vas a hacer ahora?" Damon centró su atención de nuevo en su hermano. "Porque si intentas destruir eso, le arrancaré el corazón." ante eso miró hacia Elena de una manera amenazante.

Tensandose Stefan lo miró seriamente. "No la matarás." dijo con firmeza.

Sabiendo que Stefan tenía razón, Damon asintió con una sonrisa malévola antes de con un movimiento rápido acercarse a toda velocidad a Elena y agarrarla en un estrangulamiento fuerte que le terminó sacando un grito de su garganta. "Puedo hacer algo mejor." dijo sin ningún remordimiento en su voz. Mordiendo su muñeca la acercó a la boca de ella obligándola a beber su sangre. Nervioso, Stefan dio un paso adelante, mientras Elizabeth se quedó resagada solo mirando la escena en silencio. "Dame el libro, Stefan, o le romperé el cuello... entonces ambos tendremos una novia vampiro."

"Déjala ir primero." ordenó Stefan entre dientes.

"¡El libro!" gruñó Damon alejando la muñeca de la boca de Elena para extenderla en dirección de su hermano, aunque manteniendo su otra mano alrededor de su cuello.

"No te voy a dar ésto hasta que ella esté a mi lado." negó Stefan levantando el libro para hacer énfasis.

"¡El problema es que ya no confío en que me lo devuelvas!" replicó Damon apretando un poco más el agarre en el cuello de Elena quien jadeó temerosa.

"Acabas de hacer lo único que asegura que lo haré." dijo Stefan enseguida, sintiéndose cada vez más nervioso cuando su hermano no hizo acción de soltar a Elena. "Está bien." soltando una exhalación temblorosa colocó lentamente el libro en el suelo antes de acercarse a su novia.

Damon brevemente enterró su rostro contra el cabello de Elena aspirando por unos segundos su aroma, antes de lentamente retirar su brazo de ella quien alejándose a paso tembloroso hacia el costado de la tumba, saltó rápidamente sobre ella y corrió a los brazos de Stefan que la envolvieron en un cálido abrazo. La joven pareja lo miró por un momento antes de darse la vuelta y simplemente alejarse juntos sin darle una sola mirada más.

Con una exhalación, Elizabeth cruzó por un corto momento su mirada con la de Damon queriendo por un momento ver alguna parte del hombre que había conocido años atrás. Sin embargo mientras buscaba en sus ojos al Damon humano, la voz de Stefan la distrajo.

"¡Vámonos, Elizabeth!" Stefan y Elena se habían detenido a una distancia esperando por ella.

Asintiendo, ella solamente giró y caminó con paso lento hacia ellos mientras sentía una gran tristeza embargarla por completo. Claramente sabía que ese libro no le regresaría todo lo que había perdido porque simplemente él estaba muy lastimado. Lastimado por su culpa si en primer lugar no hubiera tomado aquella desición de dejarlo prácticamente a su suerte en un mundo repleto de vampiros. En parte ella era culpable del monstruo en el que se había convertido y eso jamás se lo perdonaría a si misma.