Capítulo 1x15: "Unos pocos hombres buenos."
Pensión Salvatore
Temprano esa mañana, Damon estába en la planta baja haciendo quién sabía qué, pero olía a sangre y Elizabeth estaba en su cuarto tratando de no hacer nada, pero le era imposible ya que él no dejaba de hacer ruido. Lo que menos había pensado que haría por el dolor de perder la oportunidad de reencontrarse con Katherine era hacer tanto alboroto en la planta baja.
Rodando los ojos molesta, bajó rápidamente encontrandose con la habitación oscura y a Damon en lo que parecía una fiesta muy divertida donde realmente él y la chica de la que se alimentaba eran los únicos que se divertían, ya que el otro grupo de jovencitas se encontraban inconcientes en el suelo con marcas de mordeduras en todo el cuerpo, aparte de eso estaban en ropa interior.
"¿Cómo supe?" preguntó la muchacha en estado de embriaguez una vez que él se alejó para tomar aire.
"Mucho mejor que tus amigas." Damon respondió en el mismo estado de embriaguez. "Pero shh... No les digas, podrían ponerse celosas."
Rodando los ojos Elizabeth caminó hacia el interruptor de luz. Cuando lo encendió Damon aturdido giró la cabeza hacia ella. Claramente estaba borracho de bourbon y sangre. 'Estupendo.'
"Saludos." Damon saludó tan pronto la vió, antes de ofrecerle el cuello de la pobre chica. "¿Quieres?"
"No me gusta que la comida esté semi muerta." negó Elizabeth haciendo una mueca. En silencio lo miró agarrar una botella del mostrador y llevarla a sus labios. Podía ver el dolor en sus ojos y realmente se sentía mal por él. "¿Estás bien?" preguntó en voz baja.
"¿Acaso estás preocupada por mí?" Damon preguntó sarcásticamente, respondiendo antes que ella. "Qué linda, pero no lo estés. No hay necesidad. Estoy bien." encogiéndose de hombros soltó un bufido. "¿Por qué no lo estaría? Pasé los últimos 145 años con un objetivo: entrar en esa tumba y lo logré. Por supuesto, Katherine no estaba allí para ser rescatada, pero ¿por qué insistir?" encogiéndose de hombros le sonrió. "Sabes, es liberador no tener un plan maestro, porque puedo hacer lo que me dé la gana."
"Eso es algo preocupante." dijo Elizabeth cruzando sus brazos al frente.
"Relájate pequeña jueza." Damon la apodó burlonamente. "No he matado a nadie en..." con un suspiro se recostó sobre la mesa. "... demasiado tiempo."
"¿Y esas chicas?" Elizabeth señaló con su cabeza hacia las muchachas.
"Terminarán en su dormitorio con dolores de cabeza, creyendo que se desmayaron... Lo de siempre." Damon explicó. "Lo que no es predecible es que estemos teniendo una conversación civilizada aún cuando no nos caemos muy bien... Eso es extraño viniendo de ti."
"Tienes razón, pero estoy aquí hablando contigo porque sé lo que es perder a alguien y no tener ningún control sobre ello." Elizabeth dio un pequeño paso en su dirección. "Se que no nos llevamos bien, pero podría ayudarte a sobrellevar las cosas si me dejaras hacerlo."
Frunciendo el ceño Damon tropezó cerca de ella. "¿Por qué te importa tanto?" preguntó molesto. "Pensé que me odiabas."
"Y es así." Elizabeth afirmó, aunque en el fondo era una mentira. "Pero no por eso me agrada ver que estés sufriendo por alguien que no lo merece y nunca lo ha merecido." con un suspiro, lo miró seriamente. "Damon, para tu hermano es importante el saber que estás bien."
Mirándola con detenimiento, Damon se acercó más a ella sosteniendo brevemente su mirada antes de negar con una sonrisa tensa. "Nada es importante." susurró quedamente. "Ya no."
Cuando él se alejó de ella Elizabeth soltó una exhalación frustrada. "Bueno, ¿al menos limpiaras este desorden?"
"No." Damon sonrió. "Elena, Stefan, o quizá tu ya que estás tan preocupada por ayudarme." encogiéndose de hombros volvió a clavar sus colmillos en la muchacha universitaria, hasta que esta también cayó débilmente al suelo... Aún omitiendo a Elizabeth fue a poner música.
Enojada Elizabeth caminó hasta el equipo agarrando el control para apagarlo. Damon dejó de moverse mirandola, antes de caminar hasta ella, arrebatarle el aparato de sus manos y volver a encenderlo.
"No quiero música." replicó Elizabeth enojada ahora.
"Pues yo sí." dijo Damon antes de darle la espalda.
Cegada por la rabia Elizabeth lo siguió agarrandolo por la espalda, rompiendole el cuello de un solo movimiento. Desde su posición se quedó mirando el cuerpo inerte del Salvatore mayor que terminó cayendo muerto cerca de la escalera. Soltando un bufido giró sobre los talones comenzando a arreglar el desastre.
Primeramente comenzó por curar con su sangre y obligar a cada una de las chicas a irse olvidando todo por lo que habían pasado, luego se centró en ordenar el desorden de la sala. Estando en eso al rato sintió la puerta abrirse y en breve Stefan apareció mirando todo el lugar con extrañeza, gracias a Dios no había venido con nadie más.
"¿Qué paso aquí?" preguntó Stefan encaminándose hasta ella.
"Tu hermano hizo una fiesta." respondió Elizabeth cruzándose de brazos. "Se la ha pasado de maravilla."
"¿Dónde está?" Stefan preguntó buscándolo con la mirada.
"A las orillas de la escalera." Elizabeth respondió encogiendose de hombros, antes de sonreír inocentemente. "Con el cuello roto."
Stefan sonrió solo un poco antes de ir allí, tomar a su hermano y llevarlo hasta su habitación. Elizabeth escuchó detalladamente como dejó a Damon en su cama.
Luego de un rato de haber terminado de limpiar todo, sintió como Damon volvió a la vida y luego lo sintió aparecer detrás de ella. Con un suspiro giró en su dirección para ver que estaba bastante enfadado. Sus facciones contraídas lo decían todo. "¿Cómo estuvo el sueño?"
"No te rompo el cuello solo porque soy un caballero." dijo Damon con los dientes apretados.
"Ah, ¿gracias?" Elizabeth frunció el ceño, antes de soltar una carcajada. "Pero déjame decirte que eso no es un punto a favor."
"Debes saber que ésto acaba la tregua." Damon dijo dando un paso más cerca de ella.
"Da igual." Elizabeth dijo encogiendose de hombros con fastidio. "De todas maneras esa tregua era solo por la noche anterior." rodando los ojos le dio la espalda para alejarse, pero solo dio como tres pasos cuando él la tomó del brazo haciendola girar tan bruscamente que ambos quedaron terriblemente juntos, ni el viento podía pasar por sus anatomías.
"Puedes irte al infierno Elizabeth Whitmore." susurró Damon con rabia antes de marcharse.
Con su respiración agitada, Elizabeth solo pudo quedarse petrificada unos segundos, impresionada nuevamente por la facilidad con la que él podía derrumbar sus muros de indiferencia. Damon Salvatore era su perdición.
Mystic Grill
Entrando en la parrilla Damon hizo su camino directamente hacia el bar. Estaba borracho hasta la cabeza, si no fuera un vampiro de 200 años, estaría desmayado en el suelo. Pero como era un vampiro conseguiría algo más para beber. "Bourbon." le dijo al camarero una vez se dejó caer en el taburete de costumbre. En eso se dio cuenta que el maestro de la otra noche en el baile de la escuela, el de la agenda oculta se encontraba sentado junto a él y podía asegurar que lo observaba fijamente. "He aquí el maestro." exclamó en su dirección. "¿No tienes algunos papeles para calificar?"
"Es más divertido con una resaca." bromeó Alaric lo que provocó una risa entre ambos.
"Bueno, la mayoría de las cosas en la vida lo son." Damon se encogió de hombros. "Estar sobrio es deprimente."
"No me pareces alguien que se deprima." Alaric comentó.
Damon rio de la ironía. No se deprimia porque no le importaba nada. Pero aquel tipo lo estaba mirando de forma rara. "Dices eso como si me conocieras."
"No, solo es una corazonada." respondió Alaric, ganándose la atención del vampiro. Ambos intercambiaron largas miradas escrutantes, antes de que él mismo rompiera el contacto visual para colocar su taza sobre la barra y ponerse de pie. "Que tengas una buena tarde."
"No es probable." murmuró Damon con una sonrisa, observando al profesor alejarse.
No mucho después de su partida, Liz caminó hacia el bar parándose al lado de Damon. "Bebiendo durante el día, ¿eh?"
Girando hacia ella, Damon se encontró con su sonrisa. "Está de moda."
Negando Liz se acercó un poco para hablarle en voz baja. "Escucha, necesito un favor-"
"¿Alguna vez has estado enamorada?" Damon la interrumpió cambiando de tema.
"¿Disculpa?" Liz alzó una ceja con incredulidad.
"¿Alguna vez has estado tan empeñada en alguien, solo para que te arranquen el corazón?" Damon continuó con sus preguntas.
"Olvidas que estuve casada." Liz respondió.
"Cierto, el marido homosexual." Damon sonrió divertido antes de mirar al barman. "Ella tendrá lo que yo estoy tomando." mientras el cantinero servía otro bourbon, él le dió palmaditas al asiento junto a él. "Siéntate."
"Hay una recaudación de fondos aquí esta noche que está organizando el Consejo de Fundadores." dijo Liz tan pronto tomó asiento junto a él. "Los solteros más codiciados de la ciudad son sorteados para citas y, bueno, nos faltan solteros."
"¿Esto es lo que haces cuando no hay, um... vampiros?" Damon preguntó en voz baja. "¿Organizar sorteos de solteros?"
"Oh, confía en mí." Liz comenzó a reír. "En éste punto, echo de menos a los vampiros." encogiéndose de hombros lo miro seriamente esa vez. "Mira, eres un héroe para éste pueblo, Damon. Sé que la mayoría de la gente no lo sabe, pero tú lo eres y eres soltero y un partido." cuando lo vió hacer una mueca, insistió. "Oh, vamos, ayúdame... Carol Lockwood no me dejará vivirlo si vengo con las manos vacías."
"Bueno, una habitación llena de mujeres que claman por tener una cita conmigo..." Damon sonrió pícaramente. "Suena sabroso."
Liz sonrió sumamente aliviada por su respuesta. "Gracias."
"Solo una cosa, ¿puede obtener información sobre alguien para mí?" pidió Damon aprovechando tener a disposición a la Sheriff a quien podría utilizar a su ventaja. "Alaric Saltzman, el profesor de historia. Hay algo un poco extraño en él, y yo solo... solo quiero asegurarme de que la escuela secundaria hizo su tarea con éste tipo."
"Está bien." asintió Liz colocándose de pie.
"Gracias." Damon respondió con sinceridad, antes que ella se alejara y él se quedara tomando un trago de su vaso de bourbon. Ahora pasaría de un problema al siguiente.
Pensión Salvatore
Elizabeth saliendo de su habitación, se dirigió directamente a la habitación de Stefan. Desde temprano él le había propuesto llevarla a la recaudación de fondos de ese día para sacarla de ese encierro constante en la pensión.
"Stefan." llamó, tan pronto entró buscando a su alrededor por él.
"Alguien mejor." dijo Damon quien salió en ése momento del baño sin camisa.
Elizabeth rodó los ojos. Lo que menos quería era hablar con él después del altercado que habían tenido temprano esa mañana. "Te ves..."
"¿Radiante? ¿Magnifico? ¿Irresistible?" preguntó Damon acercándose cada vez más, cerrando el espacio entre ellos.
"Horrible." aclaró Elizabeth empujándolo hacia atrás cuando se acercó demasiado. "Te ves horrible." repitió tratando de controlar sus pensamientos acerca de él sin camisa y estar cerca de ella de esa manera. ¿Qué diablos estaba mal con sus hormonas? "Aunque también te ves destrozado."
"No hay razón para eso." Damon negó con una sonrisa. "¿Sabes que soy uno de los solteros más cotizados de Mystic Falls?"
"¿Qué?" Elizabeth lo miró confundida.
"Si." Damon le dió un guiño solamente.
Cruzando sus brazos Elizabeth lo miró en silencio cuando recogió una camisa del respaldo de una silla para ponérsela. "¿Cómo sigues?" su pregunta se ganó una mirada de su parte que la hizo corregirse enseguida. "No es que me importe claro."
"Mejor que nunca." Damon le dió la espalda para ponerse frente al espejo. "¿Qué puedo hacer por ti? Soy un barril de favores hoy a pesar de que lo que me hiciste ésta mañana. Es mi nuevo propósito: ¿cómo puedo ayudar a la gente?"
"Stefan me invitó a ir a la gala benéfica, Elena lo estará esperando allí." dijo Elizabeth mirando a su alrededor. "Por eso vine a buscarlo."
Damon la miró a través del espejo sin decir nada por unos segundos, antes de sonreír levemente al pensar en molestarla. Escondiendo su sonrisa suspiró profundamente antes de voltear a verla. "Ayúdame, ¿quieres?" pidió fingiendo no poder abrochar los botones de la camisa. "No puedo conseguir ésto." cuando ella no se movió se acercó para agarrarla de las manos y colocarlas en su camisa. "Vamos, creo que me lo debes por lo de hoy, ¿no crees?"
Soltando una exhalación, Elizabeth comenzó poco a poco a abotonarle la camisa mientras internamente sentía como su corazón latía fuertemente ante los nervios de tenerlo tan cerca de nuevo.
Una vez más Damon la miró desde su posición un poco más alta esperando que lo mirase. Pero ella nunca lo hizo. Sinceramente esa chica era muy extraña. Otras jovencitas con las que se había topado en toda su vida al conocerlo no habían dudado en caer con sus encantos, pero ella parecía completamente ajena a ellos. "Sabes, no te recomiendo que te apegues tanto a mi hermano." dijo logrando ganar su atención. "Podrías llegar a enamorarte de él."
"Eso jamás pasará." Elizabeth aseguró regresando a su trabajo de abotonarle la camisa.
"¿Por qué estás tan segura?" Damon preguntó con curiosidad. "Mi hermano tiene muchas cualidades que le encantan a las chicas."
"Si las tiene, pero no soy igual que el resto de las chicas." Elizabeth aclaró terminando de abotonar el último botón de la camisa.
"Si, ya me he dado cuenta de ello." respondió Damon con una media sonrisa, antes de que su atención cambiará hacia algo detrás de ella que lo hizo sonreír grandemente esa vez. "Buen día, Marcos."
Girando Elizabeth efectivamente se encontró con la presencia de Marcos, quien se veía extremadamente serio. "Stefan te está esperando abajo." dijo solamente, sin apartar la mirada de Damon quién comenzó a ponerse su chaqueta.
"Ahh, necesito una chaqueta más grande." exclamó Damon con la atención de ambos vampiros en él. "Guau, una chica de hermandad ocasional podría, um, ya saben, ayudar a llenarte un poco." con un guiño en dirección de Elizabeth arrojó la chaqueta sobre la cama de su hermano antes de salir de la habitación.
"¿El está bien?" Marcos preguntó después de unos segundos.
"Él es Damon." respondió Elizabeth con un suspiro. "Tal vez éste dolor de corazón sea bueno para él... Le recordará que tiene uno, incluso si no late."
Marcos asintió un poco pensativo, antes de acercarse un paso a ella. "¿Y tú estás bien?"
Con una mueca, Elizabeth se encogió de hombros. "Tanto como se puede esperar." fue lo único que pudo decir antes de que él se acercara para darle un abrazo a modo de consuelo.
Mystic Grill
En el Grill Damon se encontró hablando con Liz en un rincón apartado de todos, mientras ella le entregaba una carpeta con la información que había conseguido de Alaric Saltzman.
"Investigué al profesor de historia." dijo ella, sonriendo luego con diversión. "¿Quieres ésto antes o después de tu gran debut?"
"¿Qué crees?" Damon preguntó, al tiempo que ella le entregó la carpeta que él comenzó a revisar enseguida.
"No hay mucho." Liz se encogió de hombros. "Un par de multas por exceso de velocidad, aunque es una historia dura... Resulta que su esposa desapareció hace unos años en Carolina del Norte."
"¿Carolina del Norte?" preguntó Damon con su mente retrocediendo a una conversación con Stefan esa mañana. "¿Ella tiene un nombre?"
"Sí." asintió Liz. "Isobel." extendiendo su mano pasó a una página que contenía la foto de la mujer que Damon reconoció tan pronto la vió.
"Isobel." Damon susurró, antes de mirar a través de la habitación y ver al profesor de historia acercarse a Jenna. Una sonrisa apareció en su rostro ante el buen rato que tendría con todo aquello.
Elizabeth junto con Stefan y Marcos quien había decidió acompañarlos entraron al Grill mientras Carol Lockwood comenzaba a presentar a cada uno de los solteros en el escenario.
"¿Y a qué te dedicas, soltero número 3?" ella le pregunto al hombre.
"Sí, soy plomero." respondió él con un simple encogimiento de hombros.
"Bueno, ¿no es maravilloso? Siempre nos vendrían bien más fontaneros." Carol bromeó, antes de pasar al siguiente soltero. "Continuemos con el número 4: Alaric Saltzman." enseguida abrió sus ojos con simpatía al verlo. "Guau, eso es un bocado... ¿Qué haces, Alaric?"
"Soy profesor en Mystic Falls High." respondió Alaric simplemente.
"Oh, belleza e inteligencia, señoritas... Este es un guardián." dijo Carol en dirección de las mujeres del público antes de regresar su atención al profesor. "¿Qué enseñas?"
"Historia." Alaric respondió con una sonrisa.
"Historia." Carol repitió. "Oh, bueno, danos un dato divertido sobre Mystic Falls, algo loco."
Ante eso Alaric miró a Damon, quien notando su atención en él llevó una mano a su oreja, anticipando sarcásticamente una respuesta. "Ah, bueno-"
"Probablemente esté guardando las mejores historias para su cita." dijo Carol al apartar el micrófono de él y así pasar al siguiente soltero. "Y por último, pero no menos importante: Damon Salvatore." acercándose a él sonrió. "No conocemos mucho sobre ti."
"Bueno, soy difícil de encajar en una tarjeta." dijo Damon con un encogimiento de hombros.
"¿Tienes algún pasatiempo, como viajar?" preguntó Carol tratando de obtener algunas respuestas de él, coqueteando con claridad, mientras lo hacía.
"Ah, sí... LA, Nueva York. Hace un par de años, estaba en Carolina del Norte. Cerca del campus de Duke, en realidad." Damon alegó. "Creo... creo que Alaric fue a la escuela allí, ¿no es así, Ric?"
Elizabeth se tensó cuando ambos hombres intercambiaron miradas entre sí. Apartando su atención de ellos se fijo en Stefan quien se encontraba mirando en dirección de Elena que estaba sentada con Caroline en una de las mesas del bar.
"Sí, porque yo... sé que tu esposa lo hizo." Damon continuó, al tiempo que los rostros de los que lo conocían se tensaron visiblemente. Stefan por su parte se acercó rápidamente a Elena. "Tomé una copa con ella una vez. Ella era... era una gran chica. ¿Alguna vez te dije eso? Porque ella era... deliciosa." con eso sonrió maliciosamente hacia el director. "¡Mmm!"
Tan pronto como terminó de hablar, el corazón de Elizabeth cayó. De refilón visualizo a Elena levantarse y dirigirse hacia la salida con Stefan siguiéndola más atrás. No podía creer lo que Damon le había hecho a ese profesor y a Elena. Cada vez que sus sentimientos intentaban ablandarse hacia él, terminaba matandolo al final. Tenía que dejar de creer que aún quedaba algo del Damon humano.
Mientras Carol pasaba a sacar los boletos de la rifa de un tazón, Elena regresó al Grill para enfrentarse con Damon a quien se encontró a mitad de camino. "¿Te gustó eso?" preguntó ella con rabia. "¿Frotarlo en Alaric Saltzman?"
"¿Qué?" Damon frunció el ceño confundido.
"Justo cuando empezaba a pensar que había algo redimible en ti." Elena negó con decepción.
"Elena." Stefan negó con su cabeza hacia ella.
"¿Me estoy perdiendo algo aquí?" preguntó Damon, mirando entre ambos.
"¿Olvidé mencionar antes que mi madre biológica se llamaba Isobel?" Elena preguntó con sarcasmo, notando la vacilación en su postura. "Adelante, recuerda cómo la mataste." chocando contra su hombro pasó más allá de él hacia la salida.
Soltando una exhalación, Stefan se quedó unos segundos intercambiando su mirada con la de su hermano, antes de irse para seguir a Elena fuera del Grill.
Mirando a su alrededor Damon se topó con la mirada reprochante de Elizabeth, quien se encontraba respaldada por Marcos unos pasos detrás de ella. "¿Qué?" preguntó él a la defensiva. "¿Tú también tienes algo que decirme?"
"Solo confirmo lo que todos dijeron de ti cuando llegue a ésta ciudad." Elizabeth dijo con enojo contenido en su voz. "Eres un monstruo, Damon." afirmó notando su expresión volverse neutra por sus duras palabras. "Un monstruo que no le importa lastimar a las personas a su alrededor." negando en profunda decepción, miró hacia Marcos. "Vamos, no tenemos más nada que hacer aquí."
Tan pronto como salieron, Marcos se acercó a la muchacha apoyando una de sus manos sobre su hombro.
"¿Estás bien?" preguntó con preocupación al notarla llorando en silencio.
"No." negó Elizabeth limpiando sus lágrimas con rabia. "No lo estoy." con una súplica en su mirada giró en su dirección. "Por favor aunque sea solo por hoy vámonos a otro lado, ¿sí? Necesito estar separada por unas horas de todo lo que tenga que ver con Damon. Cada vez que veo de lo que es capaz siento que me destroza lentamente por dentro y ya no lo soporto."
"No tienes que pedirmelo dos veces." Marcos aceptó, rodeando sus hombros con un brazo. "Será bueno pasar tiempo juntos después de tanto tiempo."
Pensión Salvatore
Bueno, esa noche no había salido exactamente como Damon había planeado. Estaba contento consigo mismo, pero como de costumbre no había nadie más. Entrando en la sala de estar se sirvió una copa. En eso escuchó a alguien caminar detrás de él y supo exactamente de quién se trataba. "¿De verdad eres tan estúpido?" preguntó antes de girar para ver a Alaric de pie en la puerta con una estaca de madera en su mano. "Supongo que sí." dejando su vaso abajo corrió vampiricamente hacia él arrojándolo al otro lado de la habitación donde aterrizó pesadamente en el suelo, sin embargo se levantó rápidamente listo para atacar. "¿Vas a dejar la estaca?" su posición firme fue toda la respuesta que recibió de su parte. "Vaya, eso es tener coraje."
"¿Dónde está Isobel?" preguntó Alaric mientras el vampiro se acercaba lentamente a él. "¿Qué le has hecho a mi esposa?"
"¿Quieres que te diga que la maté? ¿Eso te haría feliz?" Damon preguntó sin dejar de asercharlo. "Porque creo que sabes lo que pasó."
"Te vi alimentándote de ella." dijo Alaric entre dientes.
"Sí, lo hice, y no estaba mintiendo." afirmó Damon con una sonrisa maliciosa. "Ella estaba deliciosa." como esperaba el profesor corrió hacia él quien lo esperó con un golpe en el estómago que lo hizo desplomarse y caer al suelo. "Oh, vamos, ¿qué crees que pasó? ¿No tienes un indicio? ¿Nunca consideraste la posibilidad?" cuando éste lo miró, continuó. "La convertí."
"¿Por qué?" preguntó Alaric.
"Ella vino a mí, todo patética buscando vampiros." explicó Damon con una mueca. "Había algo en ella, algo que me gustaba. Había algo especial."
Ante eso Alaric alzó una ceja. "¿La convertiste porque te gustaba?"
"No, me acosté con ella porque me gustaba." corrigió Damon echándole más leña al fuego. "La convertí porque ella me lo suplicó, sí... Pero también lo sabías, ¿no?" preguntó sin esperar su respuesta. "Supongo que no era feliz en casa, no era feliz con la vida en general, no era feliz contigo." Alaric se precipitó hacia él de nuevo, pero agarrando la estaca de sus manos lo terminó apuñalando en el pecho, perforando su pulmón. "Ah, esto es una vergüenza." sonrió ante su grito de dolor. "Somos espíritus afines, abandonados por las mujeres que amamos... El amor no correspondido apesta." quitando la estaca de su pecho lo dejo caer al suelo con su respiración agitada y entrecortada. "Parece que perfore un pulmón. Lo que significa que puedo sentarme aquí y verte morir." agarrando su bebida se sentó en el sofá mientras observaba al profesor respirar por última vez antes de morir. Como siempre Stefan apareció en ese momento, arruinando su diversión.
"¿Qué pasó?" preguntó Stefan precipitandose hacia el cadáver del profesor en el suelo. "¿Qué hiciste?"
"¿Hacer qué?" Damon preguntó con ironía. "Él me atacó."
"Damon." Stefan giró hacia el con una mirada reprochante.
"Todo lo que hice fue decirle la verdad." respondió Damon rodando sus ojos con fastidio. "Su esposa ya no lo quería... No es mi culpa que no pudiera manejarlo."
"¿Como has estado manejando lo de Katherine?" Stefan lo confrontó con ese golpe bajo.
"Lo estoy manejando bien." Damon respondió entre dientes. "¿Sabes que? Isobel vino a mí, ella me encontró... Y si es pariente de Elena, eso significa que es pariente de Katherine. Tal vez Katherine me la envió."
"Ya basta." Stefan lo deteniene parándose frente a él ahora. "No tienes que seguir buscando."
"No puede ser una coincidencia que Isobel me buscara." dijo Damon antes de señalar hacia el cuerpo de Alaric en el suelo. "Uh, asumo que te encargarás de ésto." levantandose salió de la habitación sin decir nada más.
Stefan estuvo a punto de ir detrás de su hermano pero se detuvo cuando escuchó un jadeo detrás de él. Al mirar en esa dirección vió que los ojos de Alaric se abrieron de par en par mientras luchaba al mismo tiempo por respirar.
"¿Qué pasó?" preguntó él lleno de pánico. "¿Qué está pasando?"
"Solo estabas-" Stefan lo miró confundido. "¿Damon te convirtió?"
"No." Alaric negó con seguridad. "Fui por él y luego él, eh... me apuñaló."
"No, no, no, debes tener sangre de vampiro en tu sistema." alegó Stefan tratando de racionalizar todo aquello. "Alguien debe habertela dado."
"No." negó Alaric flexionando los dedos de su mano izquierda. "Es, eh, es otra cosa."
"¿Entonces cómo?" preguntó Stefan.
"Yo, eh-" Alaric miró hacia el anillo en su mano derecha. "Isobel." susurró ganándose una mirada confundida del joven Salvatore. "Este anillo me protegió."
Ante eso Stefan negó con la cabeza. "Eso es imposible."
"Lo sé." fue lo único que Alaric pudo responder.
