The Courtyard. 15.
Twilight pertenece a Stephenie Meyer. The Courtyard a latessitrice. La traducción es mi fuente de diversión.
Capítulo 15. Preguntas
Estaba a punto de morir y tenia los pensamientos más ridículos.
Como pedirle al vampiro de ojos escarlata, que actualmente tenía su mano sobre mi boca y su otro brazo firmemente alrededor de mi cintura, que no me drenara si me mordía, ya que de todos modos estaba planeando convertirme en vampiro.
Quizás deberíamos prestar menos atención a las visiones de Alice cuando estaban tan llenas de agujeros. Ni siquiera había visto el corte con papel que lo había cambiado todo.
Como si fuera poco morir, nunca haría las paces con Renee, ni me aseguraría de que Charlie estuviera bien. Ni me casaría con Edward.
Quizás el ultimo pensamiento no fuera tan ridículo. Simplemente era trágico.
Por alguna razón ambos estábamos congelados, el chico del espejo y yo, atrapados entre un momento y el siguiente, mientras el esperaba que reaccionara. Era hermoso, pero eso era un hecho: mandíbula afilada, labios carnosos, su cabello era de un rubio muy sucio. No era mucho mayor que yo cuando lo cambiaron. Me pregunte brevemente, quien había sido, pero eso era intrascendente. El problema era quien era el ahora. No fue solo el color de sus ojos lo que lo delataba como un asesino. Era la mirada feroz en ellos, el salvajismo en toda su expresión.
Esperamos mi reacción, que en realidad nunca llego. No podia gritar, con o sin mano, porque tenía la garganta completamente seca. No podia moverme porque mis extremidades se habían bloqueado por el shock. Cuando se trataba de luchar o huir, mi cuerpo había decidido elegir la opción "C", ninguna de las anteriores. Bien podría haberme quedado paralizado por el veneno.
No se cuánto duro realmente el momento antes de que me diera cuenta de los frenéticos latidos de mi corazón, de la forma en que mi pulso debía ser tangible para el por la forma en que estábamos tan cerca. No solo podría oírlo, sino sentirlo a través de los finos vasos sanguíneos bajo mi piel, en mis labios, habiendo eco en todo mi ser.
El gruño y cerré lo ojos, decidiendo que la muerte seria más fácil si no la veía suceder en el espejo, pero el agudo desgarro de los dientes nunca llego. En cambio, me levanto, con los brazos debajo de las rodillas y alrededor de la cintura, acunándome mientras el suelo se sacudía y el aire fresco me rodeaba, picando mi piel, haciéndome saber que estábamos corriendo. O al menos así se sentía. Me arriesgué a mirar, los árboles y el cielo pasaban rápidamente sobre mi cabeza, lo suficientemente rápido como para marearme, y tuve que cerrar los ojos nuevamente para calmar mi estomago revuelto.
Era demasiado tarde, trate de llamar a Edward, o Alice, o incluso a Charlie, pero parecía que no podia mover mi boca.
Con los ojos cerrados era más difícil tener una idea de lo que me rodeaba, pero sabía que todavía estábamos en el bosque, todavía moviéndonos a la velocidad de un vampiro. ¿Pero a dónde? Incluso con los ojos abiertos mi visión habría sido inútil y no habría tenido ningún sentido de orientación. ¿Cuántos kilómetros cuadrados cubría el bosque? ¿Qué distancia podríamos recorrer antes de que nos quedáramos sin árboles y cambiáramos a un nuevo territorio? ¿Teníamos un destino especifico o el vampiro simplemente pretendía alejarse lo más posible de los Cullen?
Y eso solo genero más preguntas. Lo único que tenía eran preguntas.
¿Por qué no me había matado en la cabaña? ¿Por qué esto? ¿Por qué había estado siquiera en la cabaña? ¿Esto era algún tipo de mensaje para los Cullen para que lo dejaran en paz? Sabia sin lugar a dudas que este era el vampiro de Seattle. ¿Era algún tipo de venganza contra ellos por intentar encontrarlo?
¿Qué quería él?
Trate de evitar eso ultimo. Esto no podia terminar bien. Incluso si se hubiera abstenido de matarme en la cabaña, hubo un momento en el que estuvo muy cerca. Él no era vegetariano y no tenía motivos para no drenarme cuando llegara el momento.
Podría esperar que los Cullen lo rastrearan y me rescataran antes de que eso sucediera, pero ¿De que serviría la esperanza? Ninguno de ellos había podido localizarlo antes, y se deslizo a través de las visiones de Alice con facilidad. Había logrado evadir tanto a Alice como a Edward para llegar a la cabaña desde la casa evadiéndolos a ambos. Habían fracasado por completo en su búsqueda después de semanas de búsqueda. Edward era rápido, pero ni siquiera Edward podría alcanzarnos si no sabía a donde habíamos ido.
Cuando paso un tiempo indeterminable, nos detuvimos. El vampiro no disminuyo la velocidad gradualmente, simplemente se detuvo entre una zancada y la siguiente, y la repentina ausencia de movimiento fue suficiente para revolverme el estómago otra vez.
No quería abrir los ojos, pero lo hice de todos modos, casi por reflejo.
Por la forma en que me sostenía, lo primero que vi fue el cielo, aún estaba gris, pero más suave que esta mañana, en un tono más cercano al azul. El sol era un círculo blanco brumoso en el cielo, directamente sobre nosotros y sabia lo suficiente como para saber que eso significaba que era mediodía. Habíamos viajado durante una hora, talvez más.
Todavía estábamos en el bosque, pero al borde de un pequeño claro, y los árboles estaban más separados, como si pronto fuéramos a llegar al final de ellos. Pudo haber sido mi imaginación, pero pensé que podia escuchar el mar, no las olas, sino la sensación de espacio que se sentía cuando estabas en la orilla.
Era más fácil concentrarse en todo esto que en el chico rígido que me sostenía, tenía la mandíbula tensa y los ojos negros. Reconocí este comportamiento. Estaba luchando contra el impulso de morder.
Me dejo caer abruptamente y fue bueno que el suelo del bosque estuviera tan densamente alfombrado de hierba y maleza, porque el impacto no fue tan fuerte. No podría haberme preparado para la caída ya que la circulación en mis extremidades era lenta, dada la forma en que me habían llevado durante todo el tiempo que él había corrido. En cualquier momento sentiría hormigueo y luego agujas.
No me atrevía a moverme, incluso mientras él se alejaba de mí. La sangre volvió a mis piernas, trayendo consigo un hormigueo salvaje. Ni siquiera me retorcí contra ellos, a pesar de lo mucho que quería hacerlo desaparecer. El no olvidaría que estaba aquí, sin importar cuanto deseara poder mezclarme con la maleza, pero el instinto me prohibía moverme para no atraer su atención nuevamente. Finalmente, la parte dormida de mi cerebro que nunca había gritado ¡peligro! Alrededor de los Cullen, parecía estar saliendo de su hibernación.
El cielo se oscureció y las nubes se acercaron. La lluvia comenzaría en breve.
Regreso, pero se quedó a unos metros de mí y lo observe. Era mejor que mirar eso rojos al rojo vivo. Su ropa estaba rota y manchada, no quería pensar con que, y sus zapatillas estaban sucias, alguna vez blancas, pero ahora eran de un marrón oscuro y fangoso. O talvez estaban más cerca del granate.
Tuve que apartar la mirada de ellos también, mientras luchaba contra la marea de nauseas.
En su lugar, le di la bienvenida a otro pensamiento ridículo, él no había olido a nada cuando me cargo, excepto el rico y dulce olor a vampiro con el que estaba tan familiarizada. Parecía tan en desacuerdo con su apariencia. Si hubiera sido humano, apestaría.
Levántate. Necesitamos llevarte adentro – Fue una orden, aunque no necesariamente fuerte, me puse de pie, mis pies protestaban con agonizantes pinchazos todavía atravesándolos, antes de que sus palabras penetraran. Adentro ¿Donde?
Señalo en una dirección y yo caminé hacia adelante, tan cuidadosamente como pude, el movimiento ayudo a alejar las agujetas. La lluvia empezó a caer, suave y fría, pequeñas motas que luego se convertirían en gruesas gotas que me empaparían.
Quedaban restos de un camino, pero el bosque iba reclamándolo con fuerza, maleza y ramas invadían el espacio. Nadie había venido por aquí desde hacia algún tiempo. En realidad, solo unos pasos adelante entre los árboles, vi nuestro destino, una pequeña cabaña de madera a la sombra de un gran abeto. Estaba agradecida por el refugio, pero reacia a entrar cuando el vampiro abrió la puerta y me hizo un gesto para que entrara al oscuro interior.
Estaba bastante segura de que no volverá a salir de esta cabaña.
Entre de todos modos. Impulsada por el golpe de las gotas de lluvia en mi piel y la roja mirada del vampiro. El interior estaba oscuro, la única luz provenía de la puerta abierta, pero un momento después una luz cobro vida y parpadee para protegerme del brillo. El vampiro había encendido una linterna eléctrica, apoyada sobre una desvencijada mesa. No había ventanas y había muchas telarañas. Si tuviera que adivinar, habría pensado que la cabaña era un refugio construido para excursionistas que había sido abandonado. La mesa y una silla de campista eran los únicos muebles en el pequeño espacio y la silla era nueva, la habían traído hacia poco.
El vampiro había planeado traerme aquí todo el tiempo.
Ese pensamiento me llevo a más preguntas, todas comenzando con ¿Por qué? Me lo quite de encima y en lugar de eso camine hacia el centro de la cabaña, con el suelo frio bajo mis pies, solo tenía puesto calcetines. En una pared había un mapa descolorido, medio podrido y despegado, pero me tome un momento para mirarlo.
La península olímpica y... – El resto estaba cortado, pero el lado del mapa que aún era visible mostraba la costa occidental de la península y una pequeña estrella amarilla cerca de la costa. Tenía nuestra ubicación, me vendría muy bien. Estábamos completamente aislados.
Siéntate – dijo el vampiro, casi como una petición, y me acerque a la silla de camping sin mirarlo. Me preguntaba si me iba a atar, pero ¿Cuál sería el punto de eso? Nunca lo dominaría ni escaparía de él. Ni siquiera tenía una lata de spray de pimienta como la última vez que fui secuestrada por un vampiro.
Me reí.
El sonido simplemente se me escapo, producto de un pensamiento más ridículo, y mientras me mordía el labio para sofocarlo, el vampiro me lanzo una penetrante mirada. No podia culparlo por estar confundido.
Me alegra que te diviertas, Bella – dijo, eso me hizo callar.
El sabia mi nombre. A menos que fuera un lector de mentes como Edward, eso significaba que nos había estado observando, observándome a mí.
¿Qué hubiera pasado si todas veces los Cullen hubieran estado buscando en el lugar equivocado? ¿Qué hubiera pasado si el vampiro rebelde no hubiera estado en Seattle mientras buscaban al asesino? ¿Y si hubiera estado en Forks?
Los demás no lo habían sentido, pero tampoco habían podido rastrearlo cuando encontraron una víctima en la ciudad, el único lugar donde deberían haber podido captar su olor. Tenía que tener una habilidad, como Edward y Alice. Era lo único que tenía sentido.
Y eso no hizo más que empeorar toda la situación. Porque si su don fuera esconderse… nunca nos encontrarían.
¿Dónde está ella? – murmuro el vampiro, la falta de espacio en la cabaña hacía que fuera fácil oírlo. Las palabras solo aumentaron mi creciente pánico. Estábamos esperando a alguien, ¿Por qué?
Lo único que tenía que hacer era observar al vampiro caminar de un lado a otro mientras yo me agarraba a los brazos de la silla y luchaba contra el pánico, deseando que mi pulso y respiración se calmaran.
Una cosa era pensar que ibas a morir en un momento y no había nada que hacer al respecto. Pero era mucho peor y completamente diferente afrontar lo que sucedía, pero no saber cuándo.
¿Podrías calmarte? – dijo al final, su voz quebrada por un gruñido subyacente – puedo oler el pánico, y está haciendo que tu olor sea demasiado fuerte. No quiero perder el control.
Sus palabras realmente no encajaban con el rojo de sus ojos, y una risa nerviosa volvió a brotar, esta vez más fuerte - ¿Qué diferencia hace? – dije mientras me reía – También podrías morderme y terminar con esto de una vez.
No hasta que ella llegue aquí. Necesito… - gruño y abrió la puerta de golpe, dejándome en silencio de nuevo. Camino hacia el bosque, desapareciendo de la vista por un minuto antes de regresar, parándose en la entrada y respirando profundamente.
Escucha, no quiero matarte – continuo, ahora parecía más tranquilo – Ese era el plan de Victoria, no el mío.
Me quede helada - ¿Victoria?
Se volvió hacia mí y con la suave luz de la tarde detrás de él, parecía muy joven, más como un adolescente y menos como un demonio.
¿Podemos empezar de nuevo? – dijo en voz baja – Soy Riley. Victoria fue mi… creadora. No se cuál es la palabra, si es que existe. No he sido así el tiempo suficiente, y ella solo me dijo lo que quería. Incluso me dijo que no podia Salir a la luz del sol como ella, porque era demasiado joven, aunque pronto descubrí lo contrario. Cualquiera que sea la palabra, ella fue quien me cambio.
No respondí. La forma en que hablaba de Victoria no era exactamente cálida, pero saber que ella había sido quien lo había cambiado y educado estaba lejos de ser una buena noticia. ¿la "ella" que estábamos esperando era alguien relacionada con Victoria?
Además, estaba demasiado preocupado por la forma en que sus dedos se clavaban en la madera de la mesa, un temblor recorrió su brazo mientras se aferraba con más fuerza, luchando por el control, la madera partiéndose bajo la presión.
Victoria tenía un gran plan – dijo Riley cuando el silencio se prolongó demasiado – Implicaba construir un ejército de neófitos para que pudiéramos luchar contra tu aquelarre. Yo fui el primero al que cambio, y el único durante mucho tiempo porque no era muy buena para detenerse cuando mordía a alguien. Ella nos dijo que eras peligrosa y matarías a todos los demás vampiros a menos que te detuviéramos. Ella también me dijo que me amaba. – Podia escuchar el choque de rocas mientras apretaba los puños – Te muestra lo llena de mentiras que estaba, ¿no? Luego la mataron y descubrí que todo era mentira.
¿Ella nunca te hablo de James? – susurre.
El se rio con dureza, abrió la boca para hablar y dejo escapar un gruñido violento. Se doblo cuando el temblor se hizo más intenso, pero incluso con el rostro medio oculto pude ver sus fosas nasales dilatarse. Me quede completamente quieta, más inmóvil que nunca en mi vida, sintiéndome otra vez como el ratón escondiéndose de la serpiente.
Entre un parpadeo y otro estaba en la puerta, casi jadeando mientras tomaba el aire del exterior y allí se quedó, aunque el marco alrededor de la puerta sufrió el mismo daño que la mesa.
La primera vez que oí hablar de James fue el día que murió – continuo cuando se hubo calmado lo más que pudo – A ella le gustaba dejarme en Seattle durante el día, para poder intentar acercarse a ti, pero la mayor parte del tiempo los lobos la mantenían alejada. No se dio cuenta de que yo podia esconderme, ni siquiera yo lo sabía – No me di cuenta hasta más tarde, y al día siguiente de que descubriera que había estado mintiendo sobre la luz del sol, decidí seguirla y ella estaba peleando con los lobos y yo iba a ayudarla, hasta que la escuche hablar de su antiguo compañero, y la venganza que tenía contra ti.
Sus siguientes palabras fueron frágiles, pero llenas de ira.
Prácticamente estaba alardeando de cómo iba a vengar la muerte de su compañero, su verdadero amor, y destruir a los Cullen en el proceso. Supe, en ese momento, que ella me había estado usando, así que no lo hice. Ya no sentía la necesidad de correr en su ayuda.
Tenía una breve sonrisa de salvaje placer al pensar en su muerte, pero rápidamente fue reemplazada por la melancolía.
Fue solo cuando hui, después de que los lobos la destrozaron, que me di cuenta de que no me habían sentido en absoluto. Mas tarde experimente con eso, hasta que supe que era y como usarlo.
Era fácil sentir cierta empatía por él, aunque, a pesar de sus protestas, probablemente iba a matarme. ¿Cómo había sido su vida antes de conocer a Victoria? ¿De qué vida se lo había llevado?
Cuando regrese a Seattle, destrui a los demás que habían sobrevivido al cambio. Pensé que los estaba liberando de ser así, pero luego me quedé solo y no tenía a nadie que me matara, ni a nadie a quien matar. Intente convertir a alguien yo mismo, pero es más difícil de lo que parece… muy difícil. Termine con nada mas de un montón de cuerpos. Empecé a seguirte de nuevo, tratando de descubrir porque todos estaban tan interesados en ti. Pero solo descubrí que eres un simple humano, lo que no tenía ningún sentido.
No podia estar en desacuerdo con eso.
Entonces me di cuenta de que tú eras la clave.
Había oído hablar de personas que hablaban de que su sangre se convertía en hielo, pero siempre lo descartaba, como una hipérbole. Incluso cuando había estado en peligro antes, de James, de Laurent. Siempre había sido muy consciente del calor de mi sangre; pero cuando Riley me miro esta vez, con un deseo maniaco y sangre brillando en sus ojos, supe lo que era tener un miedo helado en el cuerpo.
Lo he escuchado, saber. El vampiro con el que estas y la otra que puede ver el futuro. Él no quiere que seas así, por mucho que ella le cuente la visión que tiene de ti, y lo hermosa y fuerte que será. Cuando los escuchaba, ella seguía hablando de los ojos dorados como si fuera importante, me tomo mucho tiempo descubrir cual era la diferencia entre nosotros. Porque ellos no matan gente ¿verdad? Beben animales. Y eso significa que cuando hayas cambiado, tampoco beberás de humanos.
Hubo un segundo antes de que me diera cuenta de que quería una respuesta, y tuve que hacer tres intentos antes de salieran las palabras – Los Cullen son todos… bueno, se llaman a sí mismos vegetarianos. Tomaron la decisión de no beber sangre humana.
Yo tampoco quiero ser un asesino. Intenté beber de animales, cuando me di cuenta por primera vez, pero es repugnante. No entiendo como lo hacen, no se acerca a la sangre humana en absoluto.
Han dicho eso antes. – estuve de acuerdo – Pero los alimenta tan bien como la sangre humana.
Pero no se trata solo de la sangre. Se trata de matar. ¿Cómo sobreviven sin matar? – el temblor volvió a sus manos, sus ojos carmesí casi tragados por las pupilas dilatadas. – Quiero eso – dijo ferozmente – Quiero poder vivir y no matar, pero no puedo hacerlo solo. Si supiera que no me harían daño, pediría ser parte de tu aquelarre, pero se cómo terminara eso. El que es tu compañero…
Edward
Me matara. Tan pronto como escuche mis pensamientos y sepa que una vez quise matarte, acabara conmigo, y los demás no intentaran detenerlo. No cuando saben cuántas personas he matado.
Eso no es cierto, ¿Sabes? – dijo, tratando de alcanzar al chico que estaba debajo del vampiro, por el que había sentido simpatía – Edward a matado gente el mismo, y Jasper, uno de sus hermanos, ha existido por mucho tiempo, pero solo ha seguido su dieta por algo más de cincuenta años. Si lo dices en serio, Carlisle no dejara que te maten. Todos ellos escuchan a Carlisle.
Riley negó con la cabeza – Tengo que alejarme de aquí de todos modos. No puedo estar aquí cuando los Vulturis, así se llaman ¿no?, lleguen. Me mataran, sin importar nada, eso es lo que he aprendido – tengo que salir de aquí, pero no lo hare solo. Por eso te llevo.
Respire hondo y luego jadee - ¿Qué?
Esa es la manera de hacer que funcione. Si estamos en un aquelarre, nos aseguraremos de no matar gente. Quiero decir, la que puede ver el futuro sabe que tendrás los ojos dorados. Eso significa que, si tú puedes hacerlo, entonces podrás ayudarme a hacerlo también.
Espera, ¿me quieres a mí?
Me he estado desensibilizando a tu olor tanto como puedo, creo que eso ayudará – y de repente supe a donde había ido toda mi ropa desaparecida – Quieres ser un vampiro, pero él no lo hará. Sigue intentando tomar decisiones que cambien el futuro a uno en el que seas humana. Pero yo si lo hare, y luego podremos ir a algún lugar donde el o los Vulturis no nos encuentren.
Estaba entusiasmado con la idea, caminada de nuevo por el lugar y no podia ver que yo había dejado caer mi cabeza entre mis manos temblorosas, tragándome una nueva ola de pánico. Definitivamente iba a morir. Si sus intentos anteriores de convertir a alguien habían sido un fracaso, este también lo seria. Incluso si el pudiera hacerlo, yo no quería que lo hiciera. Quería que fuera Edward. No me importaba si tenía que esperar, quería que fuera Edward.
Además, aun si el me cambiaba, ¿Por qué no pensó que volvería directamente con Edward? Nada en este mundo me mantendría alejada de él.
Carlisle había explicado una vez que beber sangre humana hacia a los vampiros menos civilizados. ¿Acaso también afectaba el pensamiento racional? Si lo único en lo que pensaban los neófitos después de cambiarlos fuera en la sangre y como obtenerla, ¿podría eso volverlos inestables?
Entonces ¿a quién estamos esperando? – pregunte, mordiéndome el labio después de que las palabras se escaparon, para evitar que siguieran más.
La única persona a la que logre cambiar. Necesito su ayuda. Ella puede…
Su cabeza se levantó de golpe, su concentración en otra parte, tal como lo había estado la de Edward esta mañana - ¡Ya viene!
Salió de la cabaña y me esforcé por escuchar, pero el bosque estaba tan silencioso como lo había estado antes. La lluvia había cesado de nuevo, contribuyendo a la quietud. Quien quiera que fuera "ella" podría estar a un kilómetro o más de distancia, mis oídos no lo captarían.
¡Mierda! – Riley Sisea, luego se movió rápidamente, levantándome de la silla y lanzándose de regreso al bosque, a través de los árboles hasta llegar a un claro en cosa de segundos.
¡Riley! – escuche a una chica gritar - ¡Corre!
Excepto que no pudo, porque algo nos había atrapado y todo se movió muy rápido, otra vez, en un momento estaba en los brazos de Riley, y al siguiente estaba en el césped, envuelta en otro par de brazos.
Shh, está bien Bella – dijo Alice y me relaje acurrucándome más cerca de su frio cuerpo.
A unos pasos de nosotros, Edward y Riley luchaban moviéndose tan rápido que solo podia distinguir lo que estaba sucediendo en los momentos en que se detenían, uno u otro, atrapados entre los brazos del otro. Mayormente era Edward quien tenía a Riley inmovilizado: el brazo de Edward alrededor de la garganta de Riley, o Riley empujado contra el tronco de una cicuta, con los brazos retorcidos detrás de su espalda.
¡Riley!
Otro rayo de color cruzo el claro, deteniéndose a pasos de la pelea. Una joven con oscuros y largos rizos y centellantes ojos rojos. No era todavía adolescente cuando la cambiaron, y estaba tan sucia como Riley.
¡Por favor, no lo mates! ¡Por favor! – suplico y Edward vacilo, Alice murmuro indistintamente y supe que era sorpresa, aunque no sabía porque, Riley se alejó de Edward, liberándose de su asfixiante agarre. Edward sacudió la cabeza como si estuviera luchando por concentrarse, tirándolo al suelo y alcanzando su cabeza.
¡Suficiente!
Todos los que estábamos en el claro nos quedamos helados al escuchar la voz, y cuando aparte la mirada del espacio donde Edward estaba agachado sobre Riley, estábamos rodeados por cinco figuras envueltas en capas.
Los Vulturis – susurro Alice horrorizada. Detrás de uno de ellos pude ver los vividos brotes de flores entre la maleza.
Justo como en su visión.
