"Porque siempre me muestras cosas nuevas.
Eres irreemplazable.
Déjame enseñarte, bebé, mi todo.
Así este baile nunca terminará.
Así el amor no se detendrá.

Matándome suavemente.
Cuando me siento tan solo
Déjame amarte, cariño.
Eres tan adorable.

Cuando la noche llega, pienso en ti.
No, de hecho, pienso en ti todo el día. Bien lo sabes.
Siempre. Cada noche, de forma tan sensible."¹

• ── ◦ ◦ ── •

La pieza más importante era el rey; debía protegerlo a toda costa.

Desde que Harry se largó con Lupin para cenar, Ron no salía del cuarto. No le preocuparon los reiterados llamados a la puerta. Se excusó con un vago dolor de estómago.

—Esperemos que se hayan asentado bien en la casa de los Tonks —escuchó decir de su madre, cuando Ron bajaba la escalera para despedirse de Harry—, pero si consideramos que los Malfoy eran unos sangre pura de alta calaña... lo veo un poco complicado, cariño.

Ron abrió mucho los ojos y subió de vuelta. Cerró la puerta con pestillo y lo primero que hizo fue sacar el tablero de ajedrez mágico que dispuso en el suelo.

Continuaba con la vista puesta en las desgastadas piezas de madera y se mordió el labio pensativo. Si movía el caballo, realizaría una jugada de oro, pero era demasiado arriesgado.

Movió la torre, sin poder dejar de pensar en Hermione. Desde primero, que las piezas adquirieron para él un significado diferente y maravilloso. El juego de por sí, que ya no era un simple pasatiempo.

Vio como la torre masacraba un alfil. Pestañeó cuando recordó un detalle que se le pasaba.

—Caballo c5 —determinó y concluyó el juego de un simple movimiento—. Jaque Mate...

Se levantó del piso y salió del cuarto, en un intento de lucir tranquilo cuando, notoriamente, no era así. Tocó la puerta de la habitación que Ginny compartía con Hermione y, al ver que no abrían, decidió entrar en silencio.

Las chicas no estaban, quizás continuaban abajo, ayudando a su madre, o quien sabe dónde. A Ron tampoco le interesaba demasiado en ese punto. Desfundó la varita del bolsillo del jean y miró la vara con algo de aprensión.

Cautela ante todo. Como un juego de ajedrez; no dejar que el oponente adivine la jugada que has planeado desde que moviste el primer peón.

—Fiat lux libros.²

De la varita salieron cerca de tres decenas de hilos brillantes que se unieron con cada uno de los libros de esa habitación. Descartó de inmediato las fibras que se dirigían a lugares desprotegidos, como el armario o escritorio y se fijó en los que desembocaban en los más recónditos sitios.

Encontró uno debajo de la cama. Finalizó el hechizo, se agachó y con un Lumus iluminó el polvoriento suelto del catre. Molly limpiaba los cuartos cuando la dejaban pasar y todos en la casa eran conscientes que las chicas preferían encargarse, ellas mismas, del aseo de esos metros cuadrados.

Distinguió el libro en un abrir y cerrar de ojos; era aquel que le hizo daño a Draco y que Hermione se llevó. Era el texto que buscaba con tanta ansia; que desde el minuto uno le pareció extraño.

Estiró el brazo hasta alcanzar el libro y sin pensarlo demasiado se marchó en completo silencio de la habitación de Ginny. Volvió a encerrarse en su habitación, depositó el texto sobre la cama y lo examinó con mayor detención.

"Lobos y estrellas". Trató de abrirlo, mas no pudo. Unas leves cosquillas le recorrieron las manos y apuntó en una lista mental, los detalles concretos que tomó en cuenta.

a) Las hojas eran recubiertas de plata.

b) Le hizo daño a Draco.

c) Unas notas... ¿Qué?

Ron examinó los bordes, y se dio cuenta de que varios papeles hacían un mínimo bulto entre unas páginas; agitó el libro hasta que una se deslizó con dificultad.

«... Las transformaciones mensuales, apetito y crecimiento; sufren alteraciones según la edad, entorno y estrés.»

c) ̶U̶n̶a̶s̶ ̶n̶o̶t̶a̶s̶ ̶... esta mierda trata de hombres lobos.

Al final de cuentas, era la única opción que calzaba. Resaltaba transformaciones mensuales. La única clase de Snape que Ron consideraba valió la pena, fue aquella donde enseñaron los hombres lobos y le recalcaron que solo ellos sufrían alteraciones obligatorias cada mes.

Vio las piezas rotas encima del tablero. Agitó la varita en contra para que se arreglaran.

"¿En qué están metidos esos dos?", pensó Ron, pero con rapidez se corrigió "No. En que están metidos esos dos y Malfoy"

El problema es que a Ron se le ocurría las más variopintas opciones ¿Pero de veras valía la pena sacrificar esa poca sanidad por describir el secreto?

"Si. Si" se repitió. "Tengo que proteger al rey"

• ── ◦ ◦ ── •

—No creo que nos volvamos a ver en lo que queda de verano.

Harry se quedó un rato pensativo, recogiendo el significado de las palabras que Draco acababa de decirle. De forma irrefutable, él asimismo lo pensó, pero el hecho de que Draco se lo dijera hacía que la frase adquiriera otro sentido.

—Bueno, queda un mes ¿no?

Draco se encogió de hombros, en realidad quedaba todo agosto y esa última semana de julio.

En torno a los labios, Draco poseía unas migajas del pan con mermelada que (pre)desayunaba y, aunque Harry tuvo el impulso de quitárselas, se mantuvo quieto. Como si no tuviera nada mejor que hacer que mirar la boca de Draco.

—Llegaron cartas, chicos —exclamó Tonks, que entró a la sala y acaparó la atención de todos—. Increíble... ¿Cómo es posible que pudieron localizar a Harry?

Los chicos tomaron las cartas, ambas eran de Hogwarts.

—Cosas de Dumbledore —contestó Harry, como si decir eso fuera explicación suficiente—. Deben ser los formularios para las clases avanzadas.

—Ese viejo siempre está enterado de todos... me da hasta un poco de miedo —admitió Draco, al abrir el sobre con fuerza. Extendió el papel y leyó—. Tienes razón, "Electivos, nivel EXTASIS".

Tonks se acercó a Draco y agarró el papel—. ¡Déjame ver! Buu... que aburrido no han agregado ninguna asignatura nueva; aunque estudios muggles debe ser super interesante ahora, de seguro que los dejan usar internet.

—¿Inter-que?.

Tonks miró a Draco en un gesto que parecía que acababa de perder la fe en la humanidad y Harry se limitó a explicarle:

—Es un medio donde los muggles pueden buscar cualquier cosa; información, videos, imágenes... te lo mostraría si tuvieras computadora, aunque si vas a un ciber o la biblioteca pública, vas a entender de lo que te hablo.

—Como sea, no me interesa estudios muggles —concluyó, al acabar el pan con mermelada de un último mordisco. Dejó el plato a un lado y se levantó—. Lápiz ¿Dónde hay lápiz?

Tonks se limitó a agitar la varita y dos servilletas se transformaron en lápices. Draco tomó el suyo, al mismo tiempo en que Lupin, entraba al salón, con aspecto somnoliento y una taza de café en las manos.

—Son las ocho —anticipó Tonks, con una vigorizante sonrisa que pareció iluminar todo el cuarto. Lupin bostezó un gracias y miró a los chicos—. ¡Les llegaron los formularios de los EXTASIS!

Harry se lo entregó a Lupin, mientras se percataba de la manera en la que Tonks decía cada cosa como si fuera importantísimo. Era probable que si lo era, pero a Harry le costaba delimitar la trascendencias de lo que vivía hasta que ya pasaba un tiempo.

Lupin se sentó, examinó la hoja y murmuró.

—Mira tú... en mis años estudios muggles era un electivo—mencionó Lupin, tan pronto le devolvió el papel a Harry para tomar "El Profeta"—. De cualquier modo, nunca lo escogí.

Harry soltó un bufido que pretendía ser una risa, agarró el lápiz, repasó las asignaturas con la mirada y comenzó a tachar.

Pensó en marcar la casilla de pociones, pero según entendía Snape aceptaba a estudiantes con un extraordinario, por lo que no abrigaba esperanza de entrar con el supera las expectativas que sacó. Vio a Draco tachar tres asignaturas más que él, para que despues alzara la mirada junto a una ceja.

—¿Solo cuatro? ¿No es muy poco?

—Es el mínimo ¿no?

—Ya, pero pociones... sé que Snape no te cae muy bien, pero...

—Obtuve un "supera las expectativas" —dijo Harry, en tono lúgubre, como si eso fuera algo malo—. Y Snape acepta estudiantes con un extraordinario y bueno, no puedo negar que no tenías razón; ni con siete patas de conejo...³

—Potter, dije eso en broma —interrumpió Draco.

Harry se sintió algo tenso, y no era por la mirada apenada de Draco, sino que era por Lupin; quien a escuchar esto último, se puso de pie de un movimiento y agarró a Harry por el hombro.

Lo notó en el hombre. La rabia contenida, esa aura protectora.

—No te martirices por eso, Harry, ¡Un supera las expectativas es increíble! Podrías tachar la casilla, al final de cuentas, si no te dejan entrar, lo único que harán es no poner la asignatura en tu horario ¿no es así?

Harry admitió que Lupin atesoraba razón en las palabras. Tachó la casilla de pociones y tan pronto dejó el papel encima de la mesa, esta se evaporó. Draco miró aquello atónito.

—¡Es asombroso! ¿Verdad? —chilló Tonks, con una brillante sonrisa— ¡Dumbledore siempre usa los métodos más novedosos para las cartas! Draco, mejor deja el papel y ya está.

Draco asintió y dejó el papel encima, que se esfumó con la misma táctica.

—¡El desayuno está servido!

El grito provino del comedor, nacido desde la boca de Narcisa que traía el pelo húmedo. Tanto Lupin como Tonks se acercaron al momento, pero Harry y Draco se quedaron apreciando las cenizas del formulario.

—Qué loco ¿no crees? —dijo Harry, al dejar el lápiz encima de la mesa central—. Ahora somos alumnos de ÉXTASIS, no nos queda nada para salir del colegio. ¿Has pensado en que vas a hacer después?

—Sí, pero primero tenemos que continuar vivos para ese entonces.

Harry vio como Draco se apartaba un mechón de pelo de la mejilla y adoptaba ese semblante frío, casi miedoso; su pierna comenzó a agitarse ansiosa a lo que Harry extendió la mano hasta la rodilla de Draco, para llamarle la atención, lo que logró al instante.

—Mi promesa sigue en pie.⁴

—Una guerra mata, incluso si no es a manos de quien la empezó.

—No digas esas cosas tan... horribles.

—Soy realista, Potter.

—No, estás siendo pesimista y eso no me gusta —respondió Harry, al retirar la mano de la rodilla de Draco, para quitarle el par de migajas de pan que Draco aún contenía en la comisura de los labios—. Vas a vivir, porque no dejaré que asesinen a ninguno de mis... amigos.

Escucharon el segundo llamado de Narcisa, que sonaba más enfadado que el anterior. Draco fue quien respondió con un: ¡Ya vamos! Y se quitó la mano de Harry del rostro.

—¿Confías en mí, Draco?

Por una razón cualquiera, Harry comenzó a sentir que el corazón se agitaba y gritaba: "¡di que sí!". Draco pestañeó y Harry se perdió en las pestañas rubias junto al olor a limpio que Draco atesoraba. Se fijó en el lunar situado encima de la manzana de adán de Draco, que se mostró con todo esplendor al minuto en que Draco tragó con fuerza.

—Sí, pero eso no significa que dejaré que hagas alguna estupidez para lograr tu maldito objetivo, idiota —contestó Draco de pie—. Tu cabezota de Gryffindor de seguro que te grita; ¡Lo haría todo para cumplir mi promesa! Incluso si eso significa la muerte.

—¿Qué quieres que te diga? Soy así.

—Eres un suertudo, porque yo solo puedo pensar en que mataría a cualquiera que quisiera hacernos daño.

—Eso es ilegal...

—Y por eso estás dentro ¿no?

Harry sonrió al ver como Draco le extendía la mano; tal vez era para ayudarlo a ponerse de pie o era una forma de sellar ese nuevo pacto, aun así, ambas opciones eran buenas, así que aceptó la mano de Draco y se levantó de un firme movimiento.

—Es verdad, Malfoy. Estoy dentro.

• ── ◦ ◦ ── •

—Toma, antes de que te vayas.

Draco se agachó para sacar de debajo de la cama un regalo y una bolsa.

—Tu cumpleaños es este viernes 31 ¿no? —Harry asintió—. Lo han repetido en "El profeta" como locos, pero no voy a poder enviarte nada ese día, así que te entrego tu regalo hoy —aclaró, señalando la caja—. Feliz cumpleaños adelantado y... la bolsa es para Granger, están los libros que me prestó. Dile que me los terminé.

—No era necesario... de verdad, muchas gracias.

Draco esbozó una media sonrisa y acompañó a Harry a la entrada de la casa. Donde ya lo esperaba Lupin, quien tomó las cosas que Harry apilaba en las manos y abrió la puerta principal.

—¿Nos vamos?

—Sí, ya estoy listo.

Harry se despidió de Andrómeda y Ted, con un beso y un apretón de manos, como respectaba; continuó con Narcisa, que se limitó a agachar la cabeza con elegancia.

—Nos vemos, Harry —dijo Tonks, revolviéndole el pelo—. Espero que no hayas dejado mis cosas echas un asco.

—Tranquila, no toqué nada.

Le hizo una mueca a Draco sin saber cómo comportarse. Lupin ya se hallaba afuera, con los ojos puestos en el cielo. Sin embargo, cuando Harry intentó irse, fue interrumpido por Draco que lo abrazó.

—Quedas en deuda para enseñarme como usar el inter... eso. ¿Vale?

Harry se volteó y abrazó a Draco de vuelta. Asintió, reprimiendo un sonrojo de pura vergüenza. Harry sintió que Draco aprovechó la oportunidad para clavar la nariz en el pelo de Harry y olerlo una última vez. En ese punto ya era casi normal el hecho de que Draco demostrara el afecto de maneras tan primitivas.

O como un perro. Harry no lograba determinar que característica le quedaba mejor a Draco.

—Vale, te enseñaré a utilizar el internet. Muchas gracias otra vez, por el regalo y la invitación.

Draco se separó, no sin antes meter en el bolsillo de la jardinera de Harry una cajetilla de cigarros— Es lo que tiene tener una familia tan genial como la mía... —le dijo. Seguidamente bajó la voz para agregar en un susurro—... lo último es secreto... Adiós.

Idiota... adiós.

Harry se dio media vuelta y acompañó a Lupin a los matorrales. Los dos se tuvieron que sentar en el césped, hasta quedar ocultos por completo y así aparecerse sin ser vistos; Harry casi consideró que se acostumbró a esa modalidad tan peculiar de viaje, hasta que intentó levantarse y la cabeza le dio vueltas.

—¿Lo pasaste bien?

—Sí, fue increíble, muchas gracias por acompañarme, Lupin... ¿Tú también lo pasaste bien?

Lupin respiró el aire fresco de la Madriguera, a la vez que estiraba las largas piernas para avanzar a la casa.

Los matorrales de trigo les hacían cosquillas en los tobillos. Lupin miró a Harry con ternura, o al menos, eso fue lo que percibió el chico.

—Sí, pero no tanto como tú —contestó, estirando la mano en un ademán para acariciarle la cabeza, no obstante se arrepintió del acto, ya que no alcanzó a tocarle ni un pelo, y metió la mano en el bolsillo del pantalón—. Los Tonks son personas muy agradables, en especial Dora; quedé con ella mañana para tomar café.

—¡Eso es asombroso!

—Lo sé, es muy buena persona...

Harry tocó la puerta, para ser recibidos Molly, quien antes de dejarlos entrar les hizo las correspondientes preguntas, a pesar de parecer querer abrazar a Harry con fuerza.

Lupin, se quedó un par de minutos, y se marchó de la madriguera. Harry lo vio desaparecer en los matorrales como si se tratara de una fina sombra.

Sus amigos no dejaron de interrogarlo, hasta que admitió lo inevitable; que se quedó con Draco. Ginny y Hermione parecieron neutras al escuchar esto, ya que Ron, chasqueó la lengua y se cruzó de brazos. Harry se alegraba de que los gemelos no estuvieran, puesto que se encontraba seguro que ellos hubieran sido los más molestosos respecto al tema.

—¡Cierto! Toma Mione, son los libros que le prestaste a Malfoy. Me dijo que ya los terminó.

Ah...

—¡¿Le prestaste libros a ese bastardo?! —gruñó Ron, como si hubiera cometido un pecado capital—. ¡Que lata!

—¡Dios mío, Ron! Son lectura muggle, ¿ves? —señaló Hermione, que enseñó la carátula de los libros, para darse cuenta de que había un par más, pero logró fingir que eran de ella—. Nada ilegal. Y si te molesta tanto, tú... ¡Podrías leerlos!

Harry acabó por subir las escaleras y dejar el regalo de Draco sobre el baúl. Se moría de ganas por abrirlo, pero si era para su cumpleaños aún debía esperar un poco. Se abalanzó encima de la cama y se llevó un brazo al rostro, sin poder contener la sonrisa boba.

Que bien se sentía su piel que continuaba impregnada del olor del mismo jabón que utilizaba Draco.

• ── ◦ ◦ ── •

La sangre le manchaba los tobillos.

Al menos no era de ella.

No tembló ante la macabra escena en frente; el talante con la que sus compañeros— sus hermanos— se agachaban para devorar los cadáveres de una madre y su hija de quince. Se dio media vuelta, para arrodillarse frente a Jessica que presionaba el rostro entre esas pequeñas manos, con lágrimas que le caían desde hace horas de los ojos.

Le acarició la cabeza, para llamar la atención. La niña dejó escapar un sollozo, con las pupilas dilatadas, mientras ella le quitó los mechones del rostro y escuchó el murmullo de los árboles a espaldas.

—Tengo tanta hambre...

Ella asintió, comprendiéndola por completo, claro que lo hacía. No dijo nada, no porque no quisiera, sino porque no podía.

—¿Por qué me hiciste esto?

Se apartó de Jessica y movió las manos.

"Para que estemos juntas."

—No quiero que seamos esto.

"Todo irá bien, debes confiar."

—No sé qué pensar de ti.

"Este es el único medio, Jessica."

—... no quiero regresar a casa, pero tampoco quiero hacer esto.

"Ahora nosotros somos tu hogar, déjate llevar por lo extraordinario y estaremos bien, Jessi."

Jessica se mordió el labio, se sobó la nariz y trató de ponerse de pie, pero no alcanzó a caer, ya que ella la alcanzó a abrazar en un gesto más fraternal que otra cosa.

Ella continuaba impresionada de lo rápido que la niña aprendió a entenderla. Era lista, era buena, era frágil.

Al final de cuentas era el destino. La luna siempre quiso eso para ambas. Lo sabía bien. Padre se lo repitió tantas veces.

—No puedo hacerlo... No todavía. Dame tiempo...

"Mi Jessi."

Jessica se separó y volvió a sentarse, con los ojos puestos en las manos de ella.

"Padre es paciente, querida."

"No dejaré que te haga daño. No lo permitiré."

—Ya me han dicho eso, es complicado cumplir lo que esas palabras significan.

"Yo lo cumpliré."

"Omega."

Jessica logró reunir la fuerza para esbozar una sonrisa y volvió a esconder la cabeza entre las piernas, con esa ansia de que todo el dolor terminara.

Ella sonrió y comenzó a trenzarse el pelo negro. Al terminar, sacó del bolsillo una botellita que posó en la boca de Jessica quien la aceptó sin pena ni gloria.

A los pocos instantes Jessica se durmió y ella la tomó con facilidad.

"Mi omega."

• ── ◦ ◦ ── •

El cumpleaños de Harry llegó, lo que marcó la cuenta regresiva del verano.

La fiesta de cumpleaños comenzó tan pronto dieron las doce de la medianoche y Ron (de broma) se abalanzó encima de la cama de Harry, cuando acababa de conciliar el sueño; sin saber que aparte de su amigo, los gemelos Weasley tuvieron la misma idea y se aparecieron encima.

Harry pensó que se le quebraron las costillas del peso de los tres chicos encima de él.

En pos de aquello, y que comenzaran a felicitarlo tan antes de la hora, decidieron irse a la cama. Aunque Harry, embriagado de la emoción de tener dieciséis, le costó más que al principio quedarse dormido.

—¡Cumpleaños Feliz! —comenzó a cantar la señora Weasley, — ¡Te deseamos a ti!

Abrió los ojos, para encontrarse con todos en la puerta. Ginny sostenía un par de globos, Hermione traía regalos al igual que Fleur y la señora Weasley avanzaba al frente con una inmensa tarta. Ron, se despertó junto con Harry, pero una vez sacudió la cabeza con fuerza, se unió a los cánticos.

—¡Vamos, Harry, pide tus deseos!

La torta fue puesta enfrente de Harry, Ron se acercó y posó la mano en el hombro de su amigo, al la par en que sonreía. Examinó a todos quienes lo veían expectantes, cerró los ojos y sopló las velas. Deseó cosas que esperaba que ocurrieran.

Ron, en cambio, no desaprovechó la oportunidad de clavar el rostro de Harry en el pastel tan pronto apagó las velas. Harry acabó con media torta en la cara y las risas de todos (menos la señora Weasley) de fondo.

—¡Ronald! ¡Pobre Harry! Menos mal que hice tres tortas más.

Harry se lamió los restos de torta de las mejillas y contestó:

—No importa, al menos pude probar la torta de zanahoria.

Luego de limpiarse los restos de comida del rostro, ponerse ropa impecable y arreglarse un poquito más para ese día, Harry bajó las escaleras, contentísimo porque era su cumpleaños y ese era motivo suficiente.

Por eso valía la pena reír.

Creía, de verdad, que era la primera vez que concebía tal euforia por su cumpleaños. Sintiendo de verdad la importancia de la fecha. Los regalos y las cartas se apilaron en el sofá, los cuales eran traídos por lechuzas que entraban por la ventana, dejaban el paquete y se marchaban. Hedwig, incluso esa mañana, tan pronto Harry se sentó a la mesa a comer, como si supiera que era el cumpleaños de Harry, le dejó un par de nueces en el plato.

Con el estómago bien lleno de tarta de melaza, leche de chocolate y un sinfín de galletas; Harry subió al cuarto a buscar el último regalo que le faltaba reunir para la pila de presentes; el de Draco. Bajó rápido las escaleras y se sentó en el suelo, con Ron que terminó de acomodar los obsequios de una forma para que no se cayeran. Ginny se peinaba, mientras observaba a Harry abrir los regalos. Hermione acabó de desayunar sentada en el sofá conjunto.

Comenzó con el de Draco, porque era el que poseía en las manos. Abrió el paquete ansioso, dentro encontró varias cosas más, entre ellas un cuaderno en blanco, forrado de cuero que lucía caro, una selección amplia de dulces que no solo eran mágicos, sino que también eran extranjeros y una cajita pequeña, pero con una nota de: "abrir en privado, idiota". Asimismo venía una carta sellada: "abre esto cuando Wesley o Granger NO tengan las narices cerca de ti".

Dejó la caja de lado y continuó con el paquete de Hagrid, que era un desastre, pero demostraba el cariño hacia el chico, ya que la envoltura era hecha a mano. Una carta sobresalía, y ahora sí que Harry se dispuso a interpretar la complicada letra de Hagrid.

"Harry:

¡Feliz Cumpleaños! SIGO SIN CREERME LO GRANDE QUE YA ESTAS... 16 años es una buena edad para comenzar a atreverte a hacer cosas que llevabas aplazando. Espero que te guste mi regalo.

Hagrid

PDT: Poppy me ayudó a hacerlo, así que es un regalo de ambos."

Se encontró con un cuadro bordado a mano, con la maestría de un niño de cinco años, pero el corazón de un hombre gigantesco. A Harry se le nublaron los ojos al ver que Hagrid trató de hacer a Harry, él mismo y Fang, afuera de la cabaña. Arriba con faltas de ortografía rezaba en color rojo: "Feli cumple 16 Harry".

—¡Qué hermoso! —exclamó Hermione, tan pronto vio el cuadro—. Hagrid este año se lució.

—Bueno, para ser arte abstracto, es un maestro —bromeó Ron, que recibió una mirada asesina de Hermione—. Me gustó el detalle del sol... con gafas de sol. Un verdadero artista.

—¡Como si tú pudieras hacer algo mejor! —exclamó Ginny, al dejar el peine a un lado. Harry por un minuto se perdió en el movimiento del cabello—, mira que tú tuviste una fase en la que querías volverte dibujante de comic y fracasaste por completo.

Harry alzó una ceja, a lo que Ron gruñó una incoherencia y se dejó caer hacia atrás. Harry de cualquier modo no concordaba del todo con Ginny; era indiscutible que Ron no se volvió tan bueno como Dean, pero sí que dibujaba mejor que él o Hermione.

Harry continuó con el siguiente regalo; el obsequio de Lupin, era conjunto al de Tonks. La bolsa era de un color celeste con diseño de nubes y un lazo multicolor, que imitaba a un arcoíris. Harry decidió hacer el mejor esfuerzo para no romper el empaque y tomar la carta de dentro.

"Harry:

¡Feliz cumpleaños 16!... 16, ¡16! Una locura el paso del tiempo... me siento tan viejo.

De cualquier manera, espero que este día vaya de maravilla. ¡La pasé genial contigo el martes! Aunque, según el profeta, las cosas están algo peligrosas. Aun así, te aseguro que voy a pasar a verte más seguido y ya estoy mejor. Es un proceso largo, pero creo que puedo superarlo. Tengo un amigo que es psicólogo, así que agendé una cita con él.

Tonks es increíble... trajo una consola de videojuegos que instaló en el apartamento y logró hacer funcionar la TV. Me dijo que pasaría cada cierto tiempo a jugar (en su casa no puede) (demasiadas personas mágicas que se interponen en las ondas de la televisión).

Esto es para que te quedes tranquilo ¿vale? Me estoy recuperando poco a poco, pero al menos me alegro de saber que estoy rodeado de personas que me estiman.

El regalo lo escogí con Tonks, el día que fuimos a tomarnos un café. Espero que te guste... tuve que interrogar a varios chicos de tu edad para que me dijeran lo que está de moda y Tonks, bueno ni idea de cómo ella fue que consiguió que la firmaran; conoce a todo el maldito mundo.

Lupin & Tonks, que te manda un abrazo."

Una sudadera de los Chicago Bulls roja, con el número veintitrés y el apellido "Jordan" en negro. Aparentaba ser cara, ya que era original y en la espalda, Harry encontró la firma del mismo Michael Jordan.

¿Cómo era que Tonks conocía a Michael Jordan?

Tonks, de repente, le pareció una persona cinco veces más genial de lo que ya creía. Deseaba con ansia hablar con ella preguntarle acerca de eso.

—Es bonita ¿de quién es? —preguntó Ron que tomó la prenda— ¡Esta firmada! Qué loco.

—Es del mejor jugador de basquetbol de todos los tiempos; es decir, tampoco soy fan del básquet, pero siempre vale la pena ver jugar a Michel Jordan... el tipo es casi como volara.

—¿Basquetbol? ¿Y eso que deporte es? —interrogó Ginny—. Luce interesante.

Trató de explicarles lo que era el baloncesto, pero Ron no dejaba de compararlo con el quidditch, así que desistió en la tarea y se puso la sudadera. Le quedaba a la perfección, casi quería salir a jugar basquetbol, pero se acordó que la única vez que lo intentó, casi se rompe la nariz.

Hermione le regaló una colección de libros, entre ellos dos complementarios que eran tan pesados como una pelota de bolos. Agradeció con una sonrisa, aunque admitía que Hermione era más del tipo práctico que simbólico. Ron, por su lado, le entregó una caja llena de dulces y artilugios de sortilegios Weasley variados.

—Los saque del cuarto de Fred y George, creo que eran algunas muestras —le susurró—, bueno, no lo sé: así que mejor no les digas...

Ginny fue el último obsequio; un llavero que imitaba a un puffskein color rojo. Era tierno y olía al perfume floral que Ginny usaba así que Harry no pudo estar más satisfecho por ese año.

Aunque no salieron a ningún sitio, aquello no significó que el cumpleaños fue aburrido, en realidad, Harry se la pasó de maravilla jugando quidditch todo el día, mientras recuperaba energía a través de biscochos de calabaza y risas de los comentarios de sus amigos. Se dio cuenta de que Ron parecía algo más pensativo que lo habitual, pero no se comió la cabeza en aquello. No valía la pena.

Lo único que arruinó un poco ese día, fueron las noticias que el señor Weasley trajo a la casa a la hora de la cena, las cuales contó con visible cansancio en el gesto.

—Tuviste suerte, Harry, la salida que hiciste el martes va a ser la última —dijo sentado, al mismo tiempo en que Molly le servía una taza de té—. Todo está hecho un desastre, hoy hicieron un conteo de los mortifagos desaparecidos... son demasiados y las cosas se están peliagudas; porque ayer hubo siete ataques de hombres lobos no transformados contra muggles. Ni un sobreviviente, solo encontraron los restos... creemos que se trata de Greyback, pero es de escurridizo.

» Las indicaciones que van a llegar en la edición de mañana de "El profeta", serán quédate en casa todo el verano.

Harry asintió y asumió la realidad. Tal creyó que la promesa que le hizo a Draco se iba a aplazar hasta que hubiera oportunidad... el problema es que no sabía si eso iba a ser ese año o en diez más.

Aun así, no permitió deprimirse por eso.

Solo un día se cumplían 16 años.

• ── ◦ ◦ ── •

"Idiota:

Escribo esto antes de que despiertes. Me di cuenta de que dejaste mis joyas impregnadas de tu olor. ¿Te dan curiosidad? Supongo que sí. Es normal, al final de cuentas son lo que me identifica por lo que soy (y lo que era). Un Malfoy, Slytherin y ex-sangre pura.

Si Potter ya lo he admitido, no me queda de otra; creo que incluso puedo gritarlo y no enojarme por eso.

Soy terrible para escribir cartas, lo sé. Pregúntale a Pansy y ella te dirá lo mismo. Lamento eso, pero al menos no puedo dejar de pensar en lo mucho que te va a costar leer mi letra y eso me llena de felicidad, porque significa que perdiste el tiempo en mí.

Imbécil.

Quería. No. Debo. Mierda te odio Potter.

Se que todavía no te marchas. Duermes con la boca abierta ¿sabes?, pero en realidad, yo te escribo para agradecerrrr.

Demonios, acabo de pasar más de diez minutos mentalizándome en que iba a escribir eso. (Para que veas que yo también pierdo el tiempo por ti, Elegido) (de verdad que eso es patético) (No te lo dije, pero a Adrien le gusta la guerra de las galaxias y me hizo ver unas películas... lamento decirte que no te pareces para nada a Luke) (Él de verdad es un buen elegido, no como tú, que improvisas cuál de las opciones tiene menos riesgo de muerte).

Me voy por las ramas. Te quiero agradecer por venir, creo que ya lo dije, pero la verdad no me acuerdo. Gracias por tomarte el tiempo de acompañarme, Gracias por arriesgarte y por comer toda la fuente de ensalada de remolacha que odio. Gracias por traer a Lupin, necesitaba verlo. Necesitaba hablar con él acerca de lobos. Porque todo es tan raro.

No creo que volvamos a vernos hasta septiembre... pero no podía quedarme con las ganas de decirte esto, que solo tengo las agallas de expresar por escrito, ya que de seguro si te lo hubiera dicho al rostro hubiese quedado en el "te odio Potter".

Feliz cumpleaños, grandísimo tonto. Y gracias por ser tan testarudo y obligarme a volverme tu amigo. Idiota Potter.

Draco Malfoy.

Pdta. Los dulces me los envió Pansy, bueno los envió a la oficina postal. Eran y me dijo que los compartiera. Son escoceses y más te valen te gusten, porque si no le diré y ella se hará cargo de molerte a golpes 😊"

Harry se llevó un dulce a la boca con una sonrisa. Primero porque eran deliciosos y segundo, porque no deseaba recibir un golpe. Abrió la cajita pequeña y se percató de que era un anillo que Draco no conservaba encima de la mesa de noche cuando Harry se metió a curiosear.

Era de plata (de seguro que Draco la hechizó para que la pudiera manipular), el cual encajaba a la perfección en el dedo anular de la mano izquierda y el diámetro de la sortija imitaba el estilo de una serpiente con los ojos verdes.

Luego distinguió que ese anillo hacía juego con el piercing de Draco y sus mejillas de colorearon de rojo intenso; fue tanto el impacto que al soltar la cajita, junto al plástico de dentro, Harry se dio cuenta de la nota de dentro.

"Hay una cadena dentro de la caja, porque con lo inquieto que eres, de seguro pierdes el anillo en un día... y si, la hechicé, porque si no, hubiese sido imposible tocarla".

En efecto, ubicó el colgante. Harry encajó la sortija en la cadena. Se la colgó en el cuello con una sonrisa.

En definitiva, el mejor cumpleaños de todos.

• ── ◦ ◦ ── •

Notas:

1) Dance: offonoff.

2)Fiat lux: Que se haga la luz

3)Referencia al capítulo 26 de la primera parte: TIMO.

4) se refiere a la promesa hecha en el capítulo 22 de la primera parte: por lo que luchamos.

5) Si te has leído: "Nuestro precioso hogar", otro fic mío pero ambientado en la época de los merodeadores, sabrás de quién estoy hablando.

HOLA!

¿Que ondaaaa? Aqui ando, con evaluaciones y lecturas que ateder, pero siempre logro hacerme mis tiempos para editar y traer actualización semanal.

Jessica fue mordida por su alfa, quien es la chica muda y muggle de la manada de Greyback. Por si se lo preguntan, Jessica tiene Hipertimesia, y por este mismo motivo aprendió lenguaje de señas tan rápido.

Tengo planes con esta chica muda... que si, tiene nombre, pero todavia no lo voy a revelar muajaja.

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