Guerra

Mi corazón y mis sentidos aun no podían seguir el hilo de lo que estaba pasando o más bien ni siquiera rozarlo y mi madre no ayudaba tampoco cuando la vi entrar. Es que acaso ya sabía?. Cuánto sabe.

-Shizuru… -

-madre-

-se puede saber dónde habías estado? -

-ah, yo… -

-Shizuru, sabes me han contado un rumor muy extraño el día de hoy-

-de que trata madre, tal vez se trate de que haya visto al enemigo más peligroso para nosotros en aquel país neutral?, donde se firmó un tratado de no agresión?-

-en efecto, la cuestión es porque te detuviste-

-como la siguiente emperatriz no lo vi muy efectivo para nuestros planes-

-y crees que con ese pensamiento del futuro ayuda en algo?, pudiste haber terminado con esos malditos de una vez por todas y solo por esa razón no lo hiciste? -

-sí madre-

-veo que aun te falta mucho que aprender creí que estabas lista pero no, a partir de este momento ya no podrás salir del castillo, te delegare mas actividades para que entiendas que no importa lo que se atraviese en tu camino, lo deshaces cuando tienes el poder suficiente para hacerlo, es un pequeño pago para el verdadero futuro, que importa ese pequeño país, es más me he cansado de él, solo engañan a la gente creyendo que todos pueden olvidar las diferencias y vivir juntos, ridículo, esos seres simples son lo que son por pensamientos idiotas-

-pero madre… -

-tu no entiendes verdad, esta bien, te tratare como un igual, serás castigada delante de todos los nobles para que sepan y tu sepas que cualquier oportunidad es única y que si no se aprovecha al máximo hay consecuencias y tú serás un claro ejemplo, Mai llévatela-

-si, su Alteza-

Vi como Mai mi guardiana, sirvienta y amiga sin pensarlo dos veces me tomaba de los brazos como si fuese un prisionero y me sacaba de la habitación, entendía su actuar yo solo era la princesa pero si de jerarquía hablamos, ella esta tomando una buena decisión, además ella no tenía la culpa aunque su mirada lo dijera. Ella tampoco sabía o creo yo de lo que había hecho estos últimos años, era lo menos que podía hacer.

Que pensaría Natsuki ahora, estará bien?, espero que si, y si no, espero que algún día me perdone, aunque no lo creo, le mentí, pero ella a mí también y ahora qué?, nos habíamos casado, ella seguirá siendo mi esposa después de esto?, como haré para volverla a ver. Que ridículo pensar que la volvería a ver.

Daba gracias también a que mi madre la emperatriz fuera tan arrogante como para buscar aliados, que me libraba de un posible matrimonio solo para hacer crecer su poder.

Pero también pensaba que si Natsuki muere y me entero espero que me dejen seguir ese camino, necesito saber que habrá pasado.

-Mai? -

-... -

-lo siento, no te estoy culpando pero puedo pedirte un favor, solo uno más te lo suplico-

-... -

Caminábamos lentamente por aquel pasillo enorme, para dirigirnos a la sala de audiencias y la verdad es que sólo en ese momento me preocupaba su último recuerdo.

-podrías guardar el anillo que tengo escondido en el vestido, está cerca de tus manos, por favor, no preguntes sé que lo sabes-

Era ingenua si seguía ocultándoselo, ella sabía que me había enamorado y el haberme encontrado en aquella iglesia, sabía que me había casado. Mai era tan amable de ayudarme a que nadie más se enterara, que descubrieran mis sentimientos, en realidad se lo agradecía tanto que no sabía cómo decírselo.

-está bien-

-gracias Mai, por todo en serio -

-Shizuru-sama.. -

Habíamos llegado a aquella puerta donde sabía lo que me esperaba, muchos nobles incrédulos o ansiosos de que me castigarán, era alguien de temer si, alguien a quien envidiar también, a la mayoría les había dicho que eran unos incompetentes y solo por sus ideas tontas de matar sin cuartel sin ningún plan en realidad sólo por fuerza bruta, como si quisiera darles la razón de que somos unos bárbaros cuando no es así, cuando sabía que en realidad está guerra se inició por algo tan tonto, que me sorprende que aún sigan con esto, pero esto ya es solo orgullo de quien puede más y quien es mejor. Qué tontería.

-como habrán escuchado, los mande a llamar con calidad de urgente porque quería darles una demostración-

Esa era la voz de mi madre dando un discurso el cual solo provocaba intriga y que solo esperaba Mai la orden de meterme como vil prisionero cuando no era así.

-de que está hablando su Alteza-

-a eso iba, Mai entra-

La nombrada no dijo nada pero los guardias de la puerta, la abrían para dejarnos pasar y que todos ellos me vieran, teniendo en cuenta de que eran esas las reacciones que esperaba.

-cómo habrán escuchado los rumores y no finjan que no lo han hecho, mi hija tuvo un encuentro con aquel ser que estábamos buscando por mucho tiempo, aquel ser que tiene sus manos llenas de la sangre de nuestros compatriotas y que es el mayor enemigo de nuestro imperio a pesar de ser un simple soldado, ha hecho que muchas de nuestras misiones fracasen por esa misma razón mi hija tenía una oportunidad de deshacerse de ese pilar tan importante… - hizo una pausa y sin siquiera verme continuó- y la deshecho como si fuera nada, entonces… creyendo que ahora entienden la situación la he traído aquí para que ustedes vean y analicen la situación, cualquier oportunidad debe de ser tomada con las manos o de cualquier forma sin importar el costo, la supervivencia del más fuerte es el que sale victorioso, dicho esto… a la princesa Shizuru Fujino se le darán 20 azotes sin que la curen después con magia curativa, así que empiecen-

El silencio reino el lugar, los nobles se limitaron a sólo ver cómo un guardia se acercaba para ponerme unas esposas que si bien me las habían puesto gracias a la magia en ella, mi magia era anulada, y el peso aumentaba haciendo que cayera de rodillas para después sentir como mi espalda era expuesta y sin previo aviso el primer azote me daba.

Si, me había sorprendido tanto que para mi había sido inevitable no quejarme pero al siguiente me prepare y me mordí el labio con toda mi fuerza, la verdad es que también sentía que no tenía por qué demostrar debilidad puesto que si lo hacía era como decir que me había equivocado en casarme con Natsuki.

En verdad estaba ansiando saber que habrá pasado con ella y en verdad estaba deseando también que estuviera bien.

Mi fuerza de voluntad solo me ponía imágenes de Natsuki para evitar la realidad del dolor, el cómo nos conocimos, su sonrisa, el cómo nos encontrábamos sin si quiera pedirlo, sus ojos, el primer beso que nos dimos debajo de la lluvia, sus manos, el momento en el que me regalo flores cuando me pidió ser su novia, su piel, su cabello y el cómo me pedía que me casara con ella y después el darme el acepto, venían a mi mente como destellos por cada azote.

Y la verdad es que tampoco podía evitarlo el saber que tal vez nunca la vuelva a ver ahora era una posibilidad inexistente que eso era lo que me partía el alma y el corazón en dos. Era inevitable no soltar una lágrima, después de todo quién sabría por que la soltaba, tal vez piensen por dolor, o por frustración o por una y mil razones más pero nunca sabrán que es por amor.