Guerra
…
Había rodeado el palacio como la capital para no perder el tiempo o que me encontrara con algún enemigo mago, a pesar de eso iba con extremo cuidado y daba gracias a que Nina me ayudara a modificar la moto, haciendo de esta más rápida y silenciosa.
Pará llegar al imperio mágico tarde tres horas en llegar y cuando lo hice tuve que detenerme para observar los alrededores dándome cuenta que tenía razón, había poca seguridad así que me bajaba de aquel vehículo de dos ruedas, mientras tomaba mi regalo y lo colgaba en el cinturón de mi espada y seguía mi camino.
En realidad en serio que no pensaba que habían hecho tal atrocidad de dejar este lugar sin protección, dándome cuenta de que en verdad se parecían tanto, este imperio con el otro. Que de ser así esperaba que la emperatriz se encontrara ahí sin dejar su trono, aun así sin perder más el tiempo me adentraba al imperio aunque fuera fácil, lo hacía con cuidado, robaba ropa, dejaba mi espada la cual escondía al igual que los guantes y cambiaba la bolsa donde tenía la cabeza del emperador.
Camine hasta notar el primer círculo de transmutación bien escondido, indicándome que también lo habían conseguido, eso me daba un alivio, así que lo único que hice fue tocar aquel patrón para agregarle otra indicación de que en una hora explotará, para ese tiempo ya debía de estar en la puertas de palacio, cuando empezarán las detonaciones de estos, si es que aún no se alejaban de la emperatriz lo harían por la falta de personal y la incertidumbre.
Y era eso lo que en realidad pasaba, me infiltraba en el palacio después de escuchar como todos salían también como gallinas sin cabeza, que me era inevitable pensar que en realidad éramos tal para cual.
En ese pequeño trayecto donde me encontraba en búsqueda del paradero de la emperatriz, un mago imperial aparecía y lo sabía por el tipo de vestimenta por que la llegue a ver en algunos que habían muerto, su traje se veía pulcro, blanco con algunos detalles sutiles de color dorado con azul, cuando me vio y yo a él, era algo que no se podía evitar lo mate y me ponía aquel uniforme dando gracias en primera porque tenía una espada corta y la otra importante era que tenía capucha así podría ir a mis anchas esperando encontrarme con la emperatriz pero no había ningún indicio de donde estaba su paradero, en ese momento pensaba en que hubiera sido buena idea sacarle algo de información antes de matar a aquel mago imperial.
Hasta que en uno de los pasillos escuchaba como entraban y salían esperando a ser esa puerta la indicada, no podía estar segura pero tenía que pensar en cómo entrar a ese lugar, así que decidía entrar a la sala contigua y con alquimia hacia un pequeño agujero para ver quién estaba adentro de esa habitación.
Y ahí estaba ella, gritando, dando órdenes, preguntando qué estaba pasando, quería todo en son de ya. Sonreí antes de volver a chasquear los dedos y se escuchaba una explosión cerca demasiado cerca que sentía como el palacio soltaba algo de tierra y polvo del techo, esto hizo que la emperatriz se enojara más y mandará a todos los que se encontraban ahí en la sala a salir y vieran que sucedía, que posiblemente ya estarían aquí adentro. Cuánta razón tenía.
Esperé a que salieran de aquella habitación y al no ver a nadie más, salía de donde estaba y entraba a aquella sala donde sabía que estaba completamente sola y utilizando mi alquimia para que nadie pudiera entrar o salir de la habitación mientras fingía reportar el gran logro.
-su majestad!, he traído grandes noticias! -
-qué sucede!?, ya supieron que está pasando!? -
-no!? - si que tiene un gran temperamento pensé
- entonces qué demonios haces aquí! -
-eh-tenía que fingir miedo y nerviosismo-es que la princesa me, me ha enviado-dije sacando la bolsa donde sabía que tenía la cabeza del emperador y escondida debajo de aquella tela ensangrentada la espada corta que cabía perfectamente-a traerle la, la cabeza del emperador de la alquimia, su majestad-
Termine de decir esperando a ver su reacción la cual fue incrédula en un principio, luego feliz, muy feliz, hasta el punto de reír.
-¡Es enserio!? -
-s-si?-
-y donde esta ella, porque no está aquí?, le paso algo a la princesa?-
Su voz cambiaba de un instante a otro y eso solo me decía una cosa; que tuviera cuidado, y mucho, daba gracias a que estaba lista para todo. Cuando se trata de "mentes fuertes" debería uno tener más de un plan, no es cierto profesor.
-no, su majestad, ni bien le corto la cabeza decidió aún quedarse ahí al exterminio de la nobleza y de la familia del emperador, los que se han rendido los hemos puesto bajo custodia para que al finalizar se dicte que se hará o eso dijo la princesa-
-muy bien, entonces acércate quiero verlo de cerca, aun no me lo creo-decía ella con sonrisa ligera, tal vez conteniéndose.
En cambio yo, también lo hacía o más bien me contenía para que mis labios no asomaran esa sonrisa de victoria, tenía que concentrarme, aún no podía cantar victoria, a pesar del hecho que ella me pedía lo que pensaba hacer y que era parte del plan me ponía feliz. Me pare y lentamente como cualquier persona camine hacia ella, subí los escalones teniendo cuidado de cualquier movimiento sospechoso, una vez que me puse enfrente de ella me inclinaba un poco.
Solo esperaba a que ella se acercara a mí visión debajo de aquella capucha para cortarle el cuello al momento de que la tomará o se moviera para ver la cabeza del antiguo emperador.
-podrías quitarte la capucha es de mala educación tenerla cuando estas enfrente de la emperatriz-me decía
Habiendo dicho eso la emperatriz, soltaba la cabeza del antiguo emperador solo para sacar la espada corta y degollarla, un intento casi logrado puesto que sabía que la iba atacar y pudo ligeramente esquivarlo, mientras se movía de su lugar y yo hacía lo mismo teniendo una distancia razonable.
-como te atreves!, quien demonios eres!- me veía enojada e incrédula, que podía esperar
-su majestad, solo tenía que acercarse, tomar el regalo que tanto me tomó traerle, y así terminar con todo esto-dije observándola
-ja, crees que soy estúpida?, ese uniforme tan limpio no creo que haya venido del campo de batalla, y ni que hablar de tu sed de sangre escoria, muéstrate! - ella caminaba buscando una salida o preguntándose el por qué no podía utilizar magia que lo único que hacía era tomar una espada que se encontraba cerca como adorno
-supongo que eso no lo vi venir, se me olvidaba que la princesa no se mantenía al margen, si no cortando cabezas, mi error lo acepto, pero no se preocupe lo remendare cuando le corte la cabeza a usted- caminaba en su dirección uno nunca se sabía que podía hacer alguien tan descontrolado como lo era ella ahora mismo
-tu!, guardias!, guardias!, saquen a esta intrusa de aquí!-gritaba eufórica la emperatriz
-eso no servirá-dije chasqueando los dedos para que se escuchara otra detonación bastante cerca-a sus chicos los estoy entreteniendo muy bien, además de que usted ayudó en eso, solo déjeme matarla… -
-tú eres… -
-oh si, se me olvidaba hacer lo que me pido su majestad-dije quitándome la capucha-mucho gusto mi nombre es Natsuki Kruger-
-que!-veía como temblaba, podía sentir su miedo y desesperación
-sí, sí, soy yo a la que su hija dejó escapar hace cinco años… -le dije teniéndola cerca
Pero la emperatriz o era muy lista o es que su instinto de supervivencia era muy alto porque me atacaba con fuerza, parecía enojada, frustrada pero con cada choque de espadas se sentía la concentración de lo que estaba haciendo, sin dejarme hacer, a lo que vine a hacer.
-supongo que es como me decía mi profesor "mentes fuertes, varios escenarios"-volví a atraer su atención esperando a que se desconcentrara-por cierto si se pregunta el por qué no se puede curar o porque no puede utilizar magia es porque le he pegado un círculo de transmutación donde sella su magia, como lo hice?, bueno conocí a alguien muy interesante en mi confinamiento-eso dio en el blanco, dándome una oportunidad de acercarme, para empujarla y que perdiera el balance, o eso era lo único que podía hacer ya que sus ataques eran pesados y eso me sorprendía, pese a su edad, tal vez no sea tan débil como el emperador-y pensar que aún la recuerda, como no hacerlo, era su esposa no es cierto?-
-tu!, como! -
-oh vamos no se enoje-pensaba en lo que quería salir del suelo, paredes, techo y todo lo que le lanzaba lo esquivaba, sí que era un monstruo, esa mujer me sorprendía de muchas formas como lo sabía-si hasta donde sé, usted fue quien la destierro, por sus ideas de querer encontrar paz y peor aún por querer crear vínculos de magia con la alquimia, para usted fue traición sin fundamento, pero con su razón todo fue posible y cuando busco asilo con los alquimistas, vaya error que cometió, ella pensó que sería genial que ellos la entenderían pero no, así como usted ellos son ególatras, enfermos por búsqueda de la superioridad, con qué fin?, ni ella y ni yo lo entendimos y la verdad es que ni aun preguntárselo serviría de nada, solo llegamos a la conclusión de deshacernos de ustedes, o bueno cumpliré mi parte, ya que ella, murió a mitad de este camino, resistió lo mejor que pudo, me enseñó todo lo que ella sabe, me confío su voluntad y la verdad es que no pienso dejarla ir tan fácil porque es la misma que ella- finalice de decir solo para ver cómo es que entre cada cosa que le lanzaba, ella lo esquivaba ganando una que otra cortada, tropiezo, indicándome que su resistencia se estaba yendo.
-en cualquier momento mi gente llegara aquí y tú morirás-me decía y yo, bueno, pensaba en aprisionar sus pies con el suelo y lo hice.
Ella trataba de zafarse pero eso era imposible, me acercaba solo porque quería hacerlo con mis propias manos aunque podía hacerlo desde donde me encontraba. Debí de hacerlo desde donde yo me encontraba porque de ser así ya hubiera terminado todo esto pero mis ansias hacían cometer el error y los dioses esperaban más drama.
Estaba por llegar con ella y pedirle sus últimas palabras cuando alguien inesperado entraba a la fuerza en la habitación, haciendo que me cubriera de los escombros solo para inmediatamente sentir el peso de un ataque el cual débilmente cubría y me hacía chocar con una pared.
Trataba de recuperarme del golpe mientras veía como mi atacante liberaba a la emperatriz con su magia y antes de poder hacerlo me maldecía una y otra vez, preguntándome qué hacía aquí!.
-majestad se encuentra bien-
-Shizuru que bueno que llegas, y los demás soldados? -
- les pedí que registran el área para ver si encontraban a los que se habían infiltrado, como lo solicitaste, vine directamente hacia acá cuando me dijeron que la traidora se había llevado al emperador de ahí, sentí que era una trampa por eso vine dejando algunos atrás para también buscar al emperador-
Ahí fue cuando intervine.
-bueno princesa ya no se preocupe por el emperador- dije escupiendo sangre y sintiendo dolor al respirar-le decía a la emperatriz que le había traído la cabeza del emperador como un obsequio de despedida de este mundo-
La princesa me veía, examinaba y se enojaba como también se sentía curiosa de mi comportamiento, mientras que yo con mi sangre que salía de mi brazo, ponía aquel círculo de transmutación para que pudiera romper magia en la espada que aún tenía en mis manos, sin que se dieran cuenta.
-y por qué has hecho eso? - preguntaba la princesa
-bueno es una larga historia y que por el momento no puedo contarla, porque si me tardó más, todo lo que hice hasta ahora se irá al carajo y he prometido muchas cosas que en verdad voy a cumplir así que, princesa le daré una oportunidad o se aleja y me deja terminar con la vida de la emperatriz o lucharemos hasta la muerte-
-matala Shizuru!, qué esperas!-
Ella la escuchaba pero sabía que la princesa tenía dudas, muchas dudas.
-bueno, si es así entonces no hay opción, tendrás que defender muy bien a su majestad-
Sin esperar más me lanzaba contra la princesa sabiendo que formaría su escudo de magia entendiendo que la magia no funcionaria del todo conmigo porque la rompía para que después me lanzará una esfera de fuego y yo levantaba una pared de piedra como escudo. Pero por el rabillo del ojo veía que la princesa le daba una oportunidad de que saliera la emperatriz de ahí, y tuve que sellar de nuevo esa posibilidad, ya que levantaba un muro evitando lo que haría y cuando pensaba degollarla ahí, de nuevo estaba ella.
Era un ataque, defensa sin fin, yo tratando de alcanzar la cabeza de la emperatriz y la princesa no dejándomelo tan fácil, tenía que encontrar una oportunidad porque sabía que no aguantaría mucho más.
-que haces Shizuru!, ya mátala! -
-su majestad eso no es tan fácil, lo está viendo es un monstruo-
-agh!, si solo pudiera encontrar en donde me hizo esa marca que no me deja utilizar magia ya habría acabado con esto! -
-marca? -
-si, ella utilizó algo para sellar mi magia por eso no pude matarla yo!, todo esto es tu culpa Shizuru si tu!, no la hubieras dejado ir hace cinco años esto no habría sucedido- decía la emperatriz y yo me enojaba.
Aprovechaba esa oportunidad para tomar aire y correr hacia ellas. Lo primero que hacía era que con mi alquimia y fuerza alejara a la princesa quien salía volando hasta chocar con una pared, teniendo a la emperatriz de nuevo a mi merced, hundiendo sus pies en el suelo quitándole a la fuerza la espada en un intento de atacarme.
La tomaba de su ropa solo para que esta vez no se moviera, alzaba mi espada, mientras la veía a los ojos, no creyendo lo que sucedía, sentía su miedo, desesperación me mostraba, mientras veía mi enojo y cuando por fin iba a terminar esto, la princesa aparecía de nuevo y el último golpe que iba a ser para la emperatriz era cambiado para que no me diera de lleno aquella bola de fuego la cual partía en dos.
Pero eso no era todo, si bien me deshacía de aquel ataque seguía otro con su arma.
-no lo entiendo-dijo la princesa sacándome de balance, la miraba con una expresión de querer llorar pero que se mantenía firme a su enojo y a la fuerza de ese sentimiento
Tampoco me había dado cuenta que en el proceso de los ataques había liberado de nuevo a la emperatriz y que sólo la había visto por el rabillo de mi ojo, el ver como se escondía. Seguía con sus ataques furiosos, deseosos por tener una explicación a cada pregunta que lanzaba.
-contesta!, por qué haces esto!-gritaba soltando otro ataque-si tanto odiabas a tu país porque no viniste aquí, porque no me lo dijiste, te pude haber dado todo, hubiéramos vivido juntas… - eso último me lo había dicho casi en un susurro con una sonrisa melancólica.
Para ese momento ella sabría que mi antigua yo, ya no existía, entonces por qué me lo decía?, porque tenía la esperanza de aún encontrarme?, si estaba aquí pero bajo las condiciones puestas no podía decirle las cosas ahora mismo, y para eso tenía dos caminos el primero era morir en sus manos que era lo más viable, no creo que me dejara vivir después de matar a su madre enfrente suya y dos, que me dejara vivir y le contará el por qué lo hice, pero habiendo mostrado como era ahora, era un cambio muy grande, y eso último era imposible de cumplir.
Gracias a esos pensamientos me desconcentraba y no viera a tiempo el ataque de la emperatriz que solo pude hacerme a un lado, haciendo que mi venda se rompiera y el último requisito apareciera.
-Natsuki! -
Solo pasaba por mi mente; vaya forma de decir mi nombre mientras me quitabas la venda. Y todas las imágenes, recuerdos, tonos de voz, todo, absolutamente todo lo que me unían a ella regresaban a mi memoria, que tenía tantas ganas de llorar pero que no podía, no debía de hacerlo, tenía que terminar esto, explicarle, decirle que todo esto era para ella, para que ella fuera feliz, para que su pueblo y el mío estuvieran en paz, sin rencor. Tenía que haber una villana en este cuento y esa iba ser yo.
-que esperas!, mátala-
Cuando escuchaba eso me levantaba como podía y me alejaba de ahí mientras rasgaba un pedazo de tela y lo mas rápido que podía escribía el patrón con mi sangre para ver de nuevo, solo para tener oportunidad de ver un nuevo ataque y yo levantando de nuevo mi muro, esto se estaba saliendo de mis manos me dije viendo borroso y rojo gracias a lo rápido que lo había hecho.
Al momento siguiente lanzaba yo también mis ataques sin dejar tiempo para arremeter y poder acercarme lo que no esperaba o no veía era un ataque por la espalda lo cual me detenía, dejaba de lanzar mis ataques, para ver aquel rayo mágico atravesado aún en mi cuerpo, caía de rodillas escupiendo sangre, respirando con dificultad.
No escuchaba nada y mucho menos podía ver con claridad quién de las dos me había atacado, sentía como me quitaban la venda con algo frío sabiendo que era un arma, sentía también como aquel ataque mágico desaparecía sintiendo más dolor, y a su vez sentía la mano de alguien cubriendo mis ojos solo para que mi cuello fuera descubierto, me iban a cortar la cabeza en ese momento.
No sabía cuánto tiempo, o no había pasado y nadie aún decía nada, solo el sonido de mi sangre salir sin reparo, sentir ese líquido abandonar mi cuerpo y mojarme, pero no podía dejar esto así.
-Sh-shizuru, por favor… - dije débilmente lo mejor que pude esperando a que me dijera, sintiera o algo para saber quién estaba detrás de mí o quién está enfrente de mí.
Sentía un pequeño temblor de quien estaba detrás de mí y con la poca conciencia que tenía y energía hacía aparecer de todos lados lanzas a excepción de donde estaba Shizuru y yo, escuchando cómo atravesaban algo, como se quejaban.
-agh!, t-tu!, Shi… ugh-
-lo siento, su.. Majestad.. - decía débilmente sintiendo aun la mano de Shizuru en mis ojos, y un temblor por lo que había visto y hecho - pero.. la única.. Cof.. Cof.. Quien dejaré que me quite la vida… es mi esposa… -
Sentía que ya no podía respirar, trataba de levantar mi mano para por lo menos sentirla una última vez más, a su vez sentía como recargaba mi cabeza en su pecho, sabía que estaba llorando y yo deseando decirle que no lo hiciera, pero ya no podía, ya no tenía fuerzas, y mi voluntad ya no era lo suficientemente fuerte como para poder disfrutar de su calor, de su tacto, de su aroma.
Todo lo iba perdiendo y quería decirle muchas cosas, sabía que mi destino era estar con ella y perecer con ella. En vez de sentir dolor, este desaparecía, cada que quería moverme ya no tenía ganas, incluso responder a mi nombre ya no lo hacía aunque quería.
Lo único que tenía en mente era que me hubiera gustado verte de nuevo amor mío, para decirte te amo…
-Natsuki! -
