Los días dentro de Chaldea han estado bastante tranquilos desde que regresaron de su primera misión en la singularidad. Haji y Rika han llegado a pasar tiempo de convivencia con varios de sus servants para conocerlos mejor y formar lazos más fuertes al momento de la batalla, ya era algo que tenían previsto para hacer, de igual forma el llegar a ser amigos de servants es algo que no sucede el tiempo, por lo que hay que aprovechar.
Haji soltó un gran bostezo mientras terminaba de estudiar otro libro básico de magia que estaba en la biblioteca. Ya tenía las nociones básicas para la magia, el mana dentro de su cuerpo lo podía controlar un poco como para poder efectuar hechizos básicos que no sean los del código místico de su uniforme o los incluidos en su celular, ya logró encontrar una forma de defenderse un poco en el peligro y pudo preparar unas cuantas joyas Gandr por si la situación lo requiere.
- ¿Ya terminó senpai? – Mash entró en ese momento a su habitación, el pelinegro le saludó con la mano.
- Justo terminé este libro, ya conozco lo básico de la magia y como controlar mi flujo de mana, ya por ahora puedo realizar unos cuantos hechizos básicos de reforzamiento y proyectiles, todo con tal de ayudar un poco en las próximas singularidades.
- Es bueno que esté decidido a ayudar senpai, pero igual debería cuidarse, para estamos los servants, lo vamos a proteger de cualquier peligro.
- Aprecio la ayuda, pero no siempre podrían estar cerca, por esa misma razón es que decidí estudiar algo de magia, incluso Medea me ha ayudado un poco en la preparación de estas joyas y otros objetos mágicos que podría usar. – Ahí señaló a una daga que tenía sobre la mesa. – Esta daga se encuentra cargada con un poco de la esencia de Rule Breaker, no tiene el poder total de su Noble Phantasm, pero si deberá salvarme en alguna situación.
- … Muy bien, solo le pido que, si la situación se torna muy peligrosa, no quiero que se lance al frente, estuve muy preocupada cuando fue atacado por la bruja dragón.
- No volverá a repetirse ese momento, lo juro. – levantó la mano para afirmarlo.
- ¿Qué hay de Rika-senpai? ¿Ella igual estudió magia?
- Rika ni siquiera se toma la molestia de hacer su tarea por su cuenta ¿crees que ella estudiaría? – Mash soltó una pequeña risa nerviosa mientras un gotón atravesó su frente. – Ella prefiere arreglar todo con fuerza física, golpes a lo bruto, si a alguien deberías advertirle de no lanzarse al peligro, debería ser ella.
- Lo tendré en cuenta senpai… por cierto, el Doctor Roman desea hablar con ambos.
- Entendido. – Haji dejó de lado el libro mientras ambos salían de la habitación para dirigirse a la sala principal. Ahí ya estaba Rika esperando junto a Roman y Da Vinci. - ¿Qué tal doctor? ¿Ya se recuperó totalmente de la paliza que le dio Arturia?
- Eso no fue nada bonito ¿sabes? – Replicó Roman mientras escalofríos recorrían su cuerpo. – Jamás volveré a tomar algo sin permiso…
- Supongo que al final aprendió la lección. – Da Vinci escondió su risa. – Respecto al grial que trajeron, ya lo estamos investigando, ciertamente no es como el que se manifiesta en una guerra común y falta más por averiguar sobre sus propiedades por lo que espero me den algo más de tiempo.
- No necesita preocuparse Da Vinci. – Respondió Mash. –No debe ser urgente saberlo todo de una vez.
- Ahora que están aquí. – El Doctor llamó su atención. – La nueva singularidad ha sido localizada. Deberán dirigirse a Europa del siglo I, más en específico, a la antigua Roma, el gran imperio que controló gran parte del continente.
- ¿Imperio Romano? Quiero ir ¿puedo? – Preguntó Da Vinci con ojos de cachorrito.
- No puedes, tienes trabajo con la investigación del Grial así como continuar reparando gran parte de las funciones en Chaldea.
- Una lástima… y yo que esperaba poder disfrutar de la cercanía a mi tierra natal y charlar con algún emperador romano, parece que no todo se podrá.
- Muy bien. – El doctor carraspeó su garganta. – Como en la anterior singularidad, deberán estar pendientes de posibles cambios históricos dentro de la misma, así como que la localización del grial es desconocida, mientras siga habiendo daños en el sistema, no hay mucho que pueda hacer.
- No hay necesidad de preocuparse, localizaremos ese grial rápidamente. – Rika levantó el pulgar.
- Les deseo buena suerte y que puedan completar su misión, así como regresar a salvo, es lo más importante que deben de hacer. No cabe duda que igualmente habrá servants invocados como la última vez, por lo que podría haber peligro en caso de que se encuentren con hostiles.
- No se preocupe doctor, protegeré a los Senpais de cualquier amenaza que surja, ellos necesitan mostrar su fuerza liderando a los demás servants.
- Es lo que debemos hacer ¿no? –Haji se encogió de hombros. – No cabe duda que habrá peligro igualmente, pero tenemos eso en mente.
- Si, estaré contando contigo Mash-chan para protegerme, así como los servants que llevaremos.
- ¿Ya tienen al equipo que llevarán en esta ocasión? – Preguntó el doctor. Ahí ambos hermanos se miraron al rostro, asintiendo.
- Los llamaremos ahora.
Haciendo uso de su telepatía, se dirigieron hacia ciertos servants para que vayan a la sala con tal de empezar la misión. No tardó tiempo en que aparecieran seis servants justo frente a ellos.
- Finalmente vas a llevarme a la acción ¿eh? – Jalter seguía con el ceño fruncido pero estaba algo feliz de ir a luchar. – Si me dejas quemarlo todo, con gusto obedeceré tus ordenes…
- Me siento feliz que master quiera llevarme a pelear. – Kiyohime se encontraba abrazando el brazo derecho de Haji. – Esta confiable y adorable dragona hará todo lo posible para que los enemigos queden hechos cenizas.
- Gracias por esta oportunidad master. – Martha hizo una pequeña reverencia. – Tarasque está feliz de ir a un espacio abierto, juro que ningún enemigo le hará daño.
- Tsk, porque tengo que ir con esa lagartija loca. – Elizabeth chasqueó la lengua. – Al menos es mejor que estar aquí con Carmilla… no me decepciones cerdita.
- Seré su espada y escudo en todo momento mi señor. – Ushiwakamaru se mantuvo de rodillas frente a Rika. – los enemigos caerán ante mi espada.
- Y bien ¿iremos o no? – Salter estaba ahí esperando. – Quisiera quedarme para seguir comiendo, pero igual estirar y hacer algo de calentamiento no está mal de vez en cuando.
- Por nuestra parte ya estamos listos. – Señaló Haji. – Sea cual sea el peligro, estaremos ahí para darle un final.
- Así es, quien sea que nos espere, no sabrá de la pateada de trasero que se llevará. – Exclamó Rika levantando el puño.
- Muy bien, es hora de dar comienzo a la inmersión… buena suerte. – Con esas últimas palabras del doctor, entraron a sus respectivos cofres. La cuenta regresiva dio inicio y el vórtice de color azul se filtró en sus ojos.
El grupo apareció en un espacio abierto, la inmersión fue todo un éxito, de ese modo empezaron a ver hacia todos lados.
- Lo hicimos Senpais, esta vez no hubo problemas. – Señaló Mash.
- Esto es Roma ¿eh? – Jalter miraba hacia todos lados. – Saber que por aquí pudo estar Francia, me da asco.
- ¿No que estabas feliz de salir a pelear? – Salter estaba a su lado, portando a Excalibur Morgan. – La perra quemada no quiere admitir que extraña su casa ¿eh?
- Vuelve a decir otra cosa y juro que mis llamas quemarán todos tus órganos hasta que… ¡Auch! – Un golpe de Haji en su cabeza la calló de repente, la Avenger volteó a ver a su master con furia. - ¡Por qué rayos fue eso!
- Que te dije de nada de peleas, si te traje es para que aprendas a trabajar en equipo.
- ¿Trabajar en equipo? Y una mierda, jamás me verás luchando codo a codo con todos estos idiotas, para ello prefiero volver a morir en la hoguera.
- Eso sería demasiado generoso de tu parte, si le harías un favor al mundo. – Volvió a burlarse la Saber, Jalter ya tenía a La Pucelle en sus manos.
Iba a ser un trabajo duro que la Avenger pueda colaborar abiertamente con otros. Mientras tanto, Rika estaba con Mash, la shielder se sentía algo extraña, a pesar de que la situación sea para pelear, presenciar paisajes así era realmente nuevo para ella, sin contar que Fou volvió meterse en su traje para ir ahí, como ese pequeño animal prefiere ir libre por su cuenta, ahora estaba sobre la cabeza de Rika una vez más.
- Ese anillo en el cielo está otra vez… - Señaló Mash, Roman se manifestó para observar.
- No lo puedo observar bien desde aquí, pero seguiré investigando. – Después de decir eso, se dirigió a ellas dos. – Por cierto ¿no deberían estar en Roma?
- Al parecer estamos en las colinas, llegamos a un punto alejado. – Informó Mash.
- Parece que el transporte sigue sin ser demasiado perfecto, mientras todo aquí no esté totalmente arreglado no podré posicionar coordenadas exactas. – El doctor soltó un suspiro. – Más trabajo por delante.
- Mi señor. – En ese momento llegó Ushi al lado de la pelinaranja. – He verificado los alrededores, no hay señal alguna de una ciudad o civilización cerca.
- Gracias por el aviso Ushi-san… parece si acabamos lejos de nuestro objetivo.
- ¿Es la era correcta doctor? – preguntó Mash.
- Lo es, lo pude verificar y si están en Europa del siglo I, más en específico durante el mandato del emperador Nero Claudius, por lo que no hay problema alguno de una falla ¿Pueden observar un poco más?
- Mi señor ¿escucha eso? – Señaló Ushi, por unos segundos se quedaron callados, a la lejanía se escuchaban unas voces.
- Eso es…
- Rugidos de batalla. – Respondió Mash. – Parece que se está llevando a cabo una al otro lado de la colina.
- ¿Estás segura Mash? – Preguntó el doctor. – Se supone que esta época es de prosperidad para el imperio romano, no debe ocurrir batallas o una guerra cercana.
- Aquí nos desviamos de la historia como se conoce ¿no? – Haji llegó en ese momento junto a sus tres servants. – Este es el comienzo de nuestra misión para corregir esta anomalía.
- Muy bien, todos vayamos al otro lado de la colina. – Ordenó Rika. El grupo empezó a moverse para llegar a la cima y obtener un mejor panorama de lo que ocurre. Justo en ese momento pudieron observar soldados luchando con todas sus fuerzas.
- Si es una guerra… realmente está sucediendo. – El doctor no lo podía creer. – Mash ¿algo en particular que observes?
- Un ejército supera en número con creces a otro… pero si hay algo, una mujer está liderando al ejercito pequeño y se encarga de soldados por su cuenta.
- ¿Una mujer?
- Así es, por cómo se encarga de esos soldados por sí sola, creo que podría ser una servant.
- No capto señales de servant en ella, es una humana que vive en esta era, aunque es peligroso que deba encargarse de todo por su cuenta.
- Vamos a asistirla entonces. – Señaló Rika. – Todos, ayuden a acabar con los enemigos.
Los servants asintieron mientras iban justo al combate para ayudar. Elizabeth, por su cuenta se mantuvo al lado de Rika, la pelinaranja la observó.
- ¿Sucede algo?
- Nada cerdita… es solo que… ugh. – Puso un rostro de grima al observar a la mujer. – No es bueno para mi salud el verla a ella en este lugar.
- La conoces ¿no?
- Si… de otra guerra en la que estuvimos, aunque prácticamente no es una servant… de solo recordarla, me trae malos recuerdos. No me pedirás que la ayude ¿verdad?
- Liz-chan, no es momento para rencillas personales en este momento, debemos ayudar en todo lo posible para completar esta singularidad, por lo que hay que luchar sin excepciones ¿entendido?
- … Entendido… al menos de algo me alegrará que no me reconozca, deberás pagarme con algo después de esto. – Dicho eso, la lancer saltó a la acción. Ambos hermanos fueron a acercarse para observar.
- ¡Senpais, cuidado! – Exclamó Mash al verlos acercarse. La batalla seguía llevándose a cabo, al menos los servants lograban eliminar a gran parte de los soldados, pero eso no los alejaba totalmente del peligro.
- ¡Niños, no deberían estar en el campo de batalla! – Oyeron gritar a un soldado enemigo que iba directo hacia ellos. Mash quiso ir a ayudarlos pero tres se metieron en su camino.
- Nii-san, estamos en una mala situación ¿no?
- Eso parece… y nuestros servants están ocupados peleando… solo tenemos una opción ¿no es así?
- Lo que pensaba… - Rika empezó a hacer crujir sus nudillos mientras Haji tenía unas cuantas joyas en sus manos. – Estos no son monstruos, lo cual, hace más sencilla la cosa.
- Vamos entonces. – El pelinegró lanzó una Gandr al frente de dos soldados, causando una pequeña explosión con él. Rika logró esquivar unos ataques de espada de dos y entonces dar la vuelta, lanzando dos puñetazos a uno en el rostro y estómago, para el siguiente dio una patada en el abdomen al otro seguido de un rodillazo para vencerlo. – Cuidado Rika, no querrás que te vean la ropa interior.
- Eres un pervertido nii-san… igual, estas medias altas que llevo deben protegerme de mirones.
- Como si alguien realmente quisiera ver bajo tu falda.
- No me hagas enojar nii-san… - Dicho eso, los dos continuaron defendiéndose bien, algo que sorprendió a Mash.
- Los Senpais pueden pelear…
- He estado observando un poco sobre ellos estos días. – Apareció el holograma de Roman. – Haji ha estado estudiando magia durante los días pasados, incluso recibiendo ayuda de Medea, y tengo entendido que Rika es alguien ilustrada en artes marciales, más en específico el tae kwan do.
- Aprendo cosas nuevas todos los días… - Expresó la pelimorada con un gotón en la cabeza. – No puedo distraerme, debemos terminar de acabar con estos soldados. – Y con ello, siguió el combate.
- No esperaba ayuda. – La mujer de rojo que comandaba al ejército se mostró sorprendida por los repentinos refuerzos que llegaron, ya después puso una sonrisa segura. – Umu, mientras más rápido acabe esto, mejor.
Los soldados empezaron a caer rápidamente con la llegada de los servants, como fueron siendo derrotados en grupos grandes, fue cuestión de tiempo para que todo terminara y solo les quedara retirarse, fue una victoria para el ejército pequeño.
- ¡Master! – Kiyohime saltó directo hacia Haji para abrazarlo. – Sabía que era genial, pero verlo pelear tan valientemente ha logrado agitar mi corazón más de lo que ya estaba, realmente fue la decisión correcta el volverme su prometida.
- Kiyohime, no estamos comprometidos. – Respondió el pelinegro de forma inexpresiva, la dragona exageró una mueca de asombro ante esa revelación.
- P-Pero master… tu y yo… estamos unidos por el hilo rojo del destino… por qué…
- Master… ¿puede decirme por qué trajo a alguien tan ridícula como ella? Me saca de quicio. – Se quejó Jalter al ver a la Berserker.
- Pues para sacarte de quicio, duh. – Respondió sarcásticamente, haciendo que ella se enoje.
- ¡Ustedes! – Escucharon una voz. Aquella mujer de rojo y baja estatura se acercó hacia ellos. – No pude evitar presenciar su nivel de combate en esta pelea, puedo decir que es magnífico, por si acaso ¿son refuerzos enviados por la capital?
- Refuerzos, sí, pero llegamos de otro lado. – Respondió Rika, ahí la mujer hizo una mueca de asombro.
- Entiendo umu, las fuerzas romanas son las mejores y más hermosas que hay en el mundo, el imperio romano ha sido construido en todo su esplendor para perdurar durante toda la vida, pero no puedo negar que sus habilidades de pelea son hermosas, claramente mis ojos llegaron a presenciar algo fuera de lo común, me agradan, así que les permitiré luchar a mi lado, no hay mayor honor que ese.
- ¿Qué le pasa a esta mujer? No me digan que es otra chiflada… - Jalter se estaba masajeando la sien de la irritación.
- Por sus grandes esfuerzos al haber asistido mi ejército, quisiera recompensarles, pero… de momento no tengo nada, la capital fue sellada y solo hasta que podamos volver a Roma podré darles algo… por ahora les permitiré acompañarme, debemos partir de regreso a nuestra gran tierra ¡Vamos!
La mujer ordenó a sus hombres para avanzar, de esa forma el grupo igualmente le siguió a su propio ritmo.
- Es obvio saber quién es ella ¿no? – Preguntó Haji al resto, de entre todos ahí, Elizabeth era la que mostraba más irritación al verla.
- Es justo como la recuerdo… esos gritos y ademanes que hace, además de siempre vanagloriarse por todo… me está dando una jaqueca.
- Si hay alguien que molesta a esa lagartija mexicana, entonces es una aliada mía. – Exclamó Kiyohime con una sonrisa, Elizabeth le vio gruñendo los dientes.
- Doctor ¿si tiene más o menos una idea de lo que sucede? – Preguntó Haji, el holograma se manifestó.
- Sigo en ello, realmente no tengo datos muy precisos, pero este ataque y que haya una guerra, no es algo que ocurriera en la historia de Roma como la conocemos, este periodo es prospero para el imperio, el emperador ha sabido manejar el territorio y ha alejado a los enemigos que ha tenido en su camino, desde la conquista que tuvo sobre Britania y la caída de Boudica, no ha surgido otro enemigo durante ese periodo.
- Entonces solo nos queda averiguar un poco más.
- Ustedes. – Ya vieron a la mujer volver hacia ellos. – Puesto que no son del imperio ¿son extranjeros? Porque no creo que provengan de Britania.
- En realidad llegamos del futuro, fuimos transportados aquí para ayudar. – Respondió Rika, la mujer parpadeó un par de veces.
- Están mintiendo ¿cierto? No crean que pueden engañar mi gran mente e intelecto que conoce todo acerca de estas tierras, no soy alguien fácil de engañar.
- Podemos comprobarlo. – Respondió Haji, ahí la mujer enarcó una ceja.
- Si es así, compruébenlo, díganme acerca del grandioso Imperio Romano en el futuro.
- Pues… - Rika estaba por responder cuando Haji le interrumpió.
- Oh salve gran Imperio Romano, una sociedad que ha llegado a perdurar durante miles y millones de años, todo el mundo ha sido absorbido por la gran fuerza de su ejército, la tecnología ha avanzado a niveles inesperados gracias a la influencia romana y nuestro gobierno ha logrado conseguir la paz bajo el mandato de nuestro gran emperador, Roma brilla con mucha más fuerza que antes en nuestra era. – Exclamó, Rika, Mash y algunas otras solo vieron esa exclamación con vergüenza ajena… en cambio la mujer, tenía un brillo en sus ojos.
- ¡ohhhh! Ya veo, umu, umu… Sabía que Roma iba a perdurar para siempre y el futuro se ve brillante, gracias por proclamar el futuro que nos espera a esta gran nación.
- No fue nada. – Por atrás Jalter intentaba aguantarse la risa, ver que ella era tan estúpida para creerse eso lo hacía mucho mejor.
- Hablar tan bien del imperio y tener una habilidad nata de batalla, no dudo de que seas un general muy respetado del futuro, con gusto te aceptaré tenerte bajo mi comando como general de nuestras grandiosas tropas.
- Será un honor aceptarlo. – Respondió el pelinegro siempre con tono neutro, no podía creer lo fácil que fue engañarla, por mientras le seguiría el juego para divertirse. Ahí Mash le tocó en el hombro.
- Senpai… es malo de su parte engañarla de esa forma, sería mejor si le dice la verdad…
- ¿Y arruinar la diversión? Dejemos que crea esa fantasía un poco más, después de todo un vino sabe mejor si se deja añejar un tiempo.
- Es malvado. – Respondió con un gotón en la frente.
- Me agrada. – Respondió Jalter por detrás, aunque eso no significara que le perdone todo.
En ese momento se pudo dar a conocer presencia enemiga, más soldados enemigos empezaron a aparecer por el horizonte para atacarlos, pero no estaban solos.
- Senpais, hay un servant enemigo cerca. – Anunció Mash, ahí justo frente al ejército se posaba una figura de armadura dura, cabello azul.
- Mi niño… mi sobrino… Nero…
- Tío… - Exclamó la mujer al verlo. – Tu… ¿Qué haces aquí? No… si eres parte del enemigo, no me dejas otra opción más que pelear, por más que seas mi familia.
- Nero… Nero… ¡Nero!
El servant saltó hacia ella, el resto de enemigos también empezó a luchar. Ya sabían que hacer en ese momento, desplegaron a los servants para pelear mientras ponían especial atención a la lucha entre ambos.
- Mash-chan, ve a ayudarla, no podrá ella sola. – ordenó Rika, la shielder asintió mientras iba directo. Los puños del servant chocaban con la espada roja, desviando cada ataque pero igual haciendo que ella sea arrastrada hacia atrás.
- ¡Calígula, aunque seas de mi familia, al estar con el enemigo no tendré piedad!
- Mi querida… debes entregar todo… debo tenerlo… debo poseerlo… ¡Debo hacerlo! – Ya que Calígula estaba por atacarla, Mash llegó a tiempo, bloqueando el ataque con su escudo.
- Buen momento para llegar, guerrera del escudo.
- Puedes dejarme la defensa a mí. – Mash ya estaba al frente, encarando al Berserker, la otra sonrió de forma segura.
- Muy bien, portando mi gran espada, Aestus Estus, llegaré a conocer la victoria frente a ti. – Saltó frente a Calígula con intención de atacar, el Berserker no se apartó para nada, empezando a bloquear cada ataque con solo sus brazos, teniendo una resistencia en estos como si fuera acero que no llega a cortar con facilidad. – Tsk, no sé qué habrá pasado para que seas tan resistente.
- Mi amor… me entrega fuerzas, por ti… acabaré con todo, incluso a ti.
Calígula comenzó su contraataque con diversos golpes y patadas que lanzaba hacia la mujer, esta esquivaba y bloqueaba algunos de los que llegaban, no deseaba tener que caer ahí, sobre todo frente a alguien que es de su familia. Mash notó que estaba en problemas y llegó a auxiliar con una tacleada al frente con su escudo, el Berserker salió volando unos metros antes de caer de pie y regresar al ataque, esta vez enfocándose en Mash.
- Nadie se interpondrá entre Nero y yo… ¡Nadie!
La fuerza de Calígula era grande, Mash apenas y lograba resistir cada golpe que lanzaba. Rika se dio cuenta de esto y activó la primera skill para subir su defensa, gracias a ello Mash logró resistir más los ataques y encontrar el momento perfecto para darle la vuelta. Saltó hacia un costado para esquivar un golpe, girando rápidamente, golpeó al Berserker con el costado del escudo para hacerle daño, Calígula salió volando en ese momento, algo que su compañera de batalla logró aprovechar.
- Umu, ahí voy. – Saltó con un rugido, dando una vuelta frontal, lanzó un corte justo al pecho de Calígula, el impacto hizo que se precipitara al suelo de forma sólida, levantando polvo. – Tío, no puedes hacer más, debes rendirte.
- Querido hijo de mi hermana… esto no se ha terminado…
De un momento para otro, Calígula desapareció de la vista de ambas, no se encontraba en ninguna parte.
- ¿Qué pasó? ¿A dónde se fue? – Empezó a preguntar viendo para todos lados, en ese momento se acercaron Haji y Rika.
- Parece que se fue… se convirtió en su espíritu. – Señaló el pelinegro.
- Debido a la gran fuerza que poseía, debe ser Berserker, pudieron haber estado en un mayor peligro si duraba más la pelea. – Explicó Roman saliendo, la mujer le vio con curiosidad.
- ¿Quién es este hombre que salió de repente? Se ve transparente ¿es un mago?
- Permíteme presentarme, soy el doctor Romani Archaman, somos de una organización llamada Chaldea.
- … Supongo que entiendo, ya me dijeron que son del futuro ¿todo bien con el grandioso imperio romano ahí?
- ¿Imperio romano? Esto… - En ese momento Haji hizo ademanes de que se callara detrás de ella. – Claro, todo bien aquí.
- ¡Umu! Ahora que tenemos las presentaciones, seguiré yo. No hay nadie que no conozca mi nombre en estas tierras, soy la propia representación de Roma, desde mis ancestros, familia, gente, todos lo conforma yo misma… me llamo Nero Claudius, el quinto emperador romano.
- … ¡ooh! – Haji exclamó asombro fingido, poniendo sus manos en sus mejillas. – Oh, mi emperador, jamás sospeché que tan famosa y hermosa figura eras tú, realmente me asombra creer que soy digno de estar frente a tu presencia.
- ¡Umu, umu! Me agrada que reconozcas mi gran belleza y poder, realmente eres un verdadero ciudadano de Roma. – Nero empezó a sentir demasiado orgullo, en cambio Rika, Roman y Mash solo veían con pena como ella se creía las alabanzas fingidas del pelinegro. – Muy bien joven… no, Socio. Dados los grandes esfuerzos que tú y tus soldados me han proporcionado, podremos partir finalmente a la gran ciudad construida de mis esfuerzos y belleza, regresaremos a casa.
- Entendido, con mucho gusto mi emperador. – hizo una reverencia para dejar que ella avance, consiguiendo que Nero se engrandezca más antes de partir.
- Nii-san. – Rika le vio de forma inexpresiva. – Deberías detener este acto, levantar su ego solo causará que la lastimes más cuando digas la verdad.
- Prometo que le diré todo al final… solo por ahora tenemos asuntos más importantes, por ahora continuemos. – Haji empezó a caminar, ahí los tres soltaron un respiro conjunto, solo esperaban que ese engaño a Nero no pase a mayores.
Después de muchos problemas y batallas, finalmente están en camino a la ciudad para tomar un merecido descanso, Roma les espera y próximas batallas estarán por surgir en esa singularidad.
¿Que tal? Este gag de hacerle creer a Nero sobre que el imperio romano sigue vivo en el futuro es algo que va a perdurar durante toda la singularidad, fue algo que se me ocurrió al momento de escribir y me parece gracioso, espero a ustedes también. De este modo empezamos con la segunda, a ver todo lo que vendrá en batallas e interacciones que tengo algunas cosas en mente, hasta el próximo cap. Saludos.
