- ¿Y bien? ¿Quién les dio esos dulces?
Los tres servants en cuestión que poseían las cajas estaban sentados de rodillas en el suelo, luego de una batalla bastante corta en la cual Salter usó su NP a la primera para herirlos bastante, los mantuvieron ahí sentados por unos minutos.
- Respondan ahora antes de que los mate. – Exclamó la Saber.
- Espera un momento Salter-san. – Rika la detuvo en ese momento. – Pero si es necesario que sepamos quien fue el responsable.
- Bueno, pues…
- Un momento. – Antes de que Marie pudiera responder, Orión la detuvo. – Siento otra presencia muy cerca, bastante parecida a un perdedor como lo es mi querido.
- Jajajaja, veo que me han descubierto. – Una figura siniestra salió desde los arbustos.
- ¡Senpais, cuidado, un pervertido siniestro ha llegado! – Exclamó Mash poniéndose en posición.
- No soy un pervertido, soy Amadeus Mask, un hada guardián. – Exclamó, era bastante obvio saber quién era y se notaba por los rostros inexpresivos de la mayoría presentes.
- Oh Amadeus Mask, nos has seguido hasta aquí. – Exclamó Marie, D'Eon se puso al frente.
- Así que aquí te encuentras, pervertido, vuelve a Viena.
- No hay necesidad de preocuparse, viendo que María está en problemas, no tengo de otras que tragarme y orgullo y colaborar con ustedes, ya verán lo peligroso que pueden ser tres pervertidos cuando los manejo. – Exclamó el caster.
- ¡¿Me estás incluyendo!? – Reclamó D'Eon, el caster soltó una risa.
- Mozart, detente, te avergüenzas. – Exclamó Haji, el caster se agitó un poco.
- N-No sé de qué está hablando master, quiero decir, joven, soy un hada que vive en este bosque para proteger a quienes son lastimados, no podrán hacer nada contra mí y los demás ahora que estoy en este sitio. – Exclamó como intentando seguir su juego, Haji soltó un suspiro mientras Rika intentaba reprimir su risa.
- No estoy de buenas para este tipo de juegos, acabaré con este bufón rápidamente. – Exclamó Salter.
- Que sea rápido. – Respondió Rika, la Saber se puso al frente, ya con el misterioso Amadeus Mask y al frente D'Eon y Sanson, regresaron a la batalla.
- Idiotas, no podrán hacer nada contra mí. – Exclamó la Saber, el caster sonrió.
- Eso dices ahora pero no tienes en cuenta mi gran poder. – Invocó sus instrumentos en ese momento, justo cuando D'Eon buscaba atacar, uno de ellos se puso en su camino.
- ¿Qué? – Momento que Salter aprovechó para atacarla en el costado, sin darle tiempo de reaccionar, D'Eon terminó impactando con fuerza contra un árbol.
- Inútil. – Sanson quiso ir a continuación, la Saber se movió rápidamente atacarlo, el Assassin se protegió en ese momento.
- Aquí entro yo. – El caster quiso apoyar nuevamente lanzando una bola de prana pero perjudicó más en ese aspecto, causando la distracción de Sanson, cosa que Salter aprovechó y le golpeó a un costado con su pierna, de forma seguida generó miasma oscuro para golpearle y mandarlo a volar. – Eso no salió bien.
- Ahora sigues tú. – Salter fue por él, buscó una forma de defenderse pero solo necesitó de lanzarle miasma oscura para agitarlo totalmente y un solo golpe para derribarlo, fue bastante débil.
- … Debí saber que no podría hacer nada. – Exclamó mientras su máscara se rompía.
- ¡Solo estuviste ahí para perjudicarnos! – Exclamó D'Eon con enojo, el caster se encogió de hombros.
- No creo que eso pueda llamarse trabajo en equipo. – Respondió Haji, viendo como Sanson estaba noqueado.
- Supongo que hemos perdido, así que no tenemos otra opción, les devolveremos los dulces que tenemos. – Eso ya llamó la atención del resto.
- Me alegra que los tengamos de regreso, ya luego compartiremos con todos. – Exclamó Mash, justo cuando Marie entregó una caja. - … ¿Eso es todo?
- Dijeron que tenían tres toneladas. – Exclamó Emiya, la Rider soltó una pequeña risa.
- Los teníamos pero luego pasaron tres personas y les dimos esas cajas como un signo de amistad, de cualquier forma, nadie puede comerse tres toneladas.
- Es cierto. – Asintió D'Eon.
- Yo sí puedo. – Exclamó Salter, un gotón surgió en las frentes de todos.
- De cualquier forma, debemos alcanzarlos ¿algún signo de a dónde fueron? – Preguntó Mash.
- Si no mal recuerdo, debieron ir a rezar a las orillas del río de Marseille, si se apuran, pueden alcanzarlos.
- Es todo lo que necesitamos saber. – Asintió Haji. – Es el momento de irnos.
- Así es Senpai, vamos.
- Entonces nos vemos, buena suerte a todos y Vive la France. – Marie le dio un beso en la mejilla a Rika, cosa que sorprendió a Mash, la Rider soltó una risa. – Eso es un pequeño premio.
- Muy bien. – Sonrió la pelinaranja, en cambio Mash no se vio alegre, Kiyohime vigiló a Marie para que no hiciera lo mismo con el pelinegro, ya entonces continuaron el viaje.
Carmilla acabó con el último esqueleto que había en el camino, durante su recorrido no pudieron evitar encontrarse con varios enemigos que intentaron detenerlos, para su fortuna fueron demasiado débiles por lo que no representaron problema alguno, quizás el único era el detener a Salter de meter sus manos en la caja de dulces que llevaban y que se robe uno, siendo Emiya el encargado de cuidarla y golpearle la mano a la Saber cada vez que buscaba acercarse, ganándose un gruñido de esta.
- A pesar de ser una singularidad que ya reparamos, sigue habiendo enemigos. – Expresó Mash en ese momento.
- Hay respuestas para ello. – Roman apareció en aquel momento. – Aunque en consecuencia, pudimos restaurar la singularidad, esta continúa en constante reparación y no se realiza a la primera, por lo que no es extraño que queden ciertos restos como los enemigos que han encontrado, son efectos secundarios hasta que todo se resuelva.
- Eso explica algo, se lo agradezco. – Respondió Mash.
- Nuestro siguiente objetivo no debe estar muy lejos. – Comentó Rika, Haji asintió.
- ya se ve el mar desde aquí, entonces estamos cerca.
- Vamos entonces. – Ya entonces fueron. Justo al llegar observaron el mar, estaba tranquilo, sin muchas olas, en aquel sitio se encontraban tres figuras que observaban frente a la orilla.
- …
- …
- …
- … Es muy tranquilo ¿no? – Exclamó el primer Rider en ese sitio.
- Es cierto, aunque la marea sube y baja en ocasiones. – Exclamó la segunda.
- Y bien… ¿empezamos?
- Si así lo quieres Santo Giorgios. – Ya entonces recogieron la caja que tenían, esta igual contenía dumplings dentro. – Agarraré yo primero.
- Con mucho gusto Santa Martha, esto es para compartir. – Sonrió Giorgios. Martha agarró uno de ellos para comerlo, deleitándose con el gusto.
- Realmente es delicioso, se derrite en mi boca con facilidad y ni hablar del sabor, si que han sido muy generosos con nosotros al regalarnos estos dulces, que el señor se los agradezca.
- Es verdad. – Sonrió Giorgios. – Una buena vista, unos dulces para compartir, no se puede hablar de un mejor paisaje actualmente, si tuviera una cámara, quizás una foto sería perfecta para retratar este momento.
- No es que sea muy adepta a ellas. – Exclamó la Rider por lo bajo. – Hablando ya en serio, el sabor de estos dulces es algo magistral, deberías probar uno.
- Si no es molestia. – Giorgios agarró uno para comerlo. – Oh, se siente suave y caliente en mi boca, realmente es una sensación de una vez en la vida.
- Si no es molestia, yo igual tomaré uno. – Kojiro se acercó, agarrando uno de ellos para comerlo. – Me sorprende el gran trabajo que ha hecho el responsable preparando estos, realmente se siente como el trabajo de un gran maestro, hay genios en cualquier era.
- Ey Kojiro, has estado con nosotros por días y todo por pedirme un duelo, ya dije que no lo haré. – Reclamó Martha, el Assassin sonrió.
- Tengo mis razones después de todo, soy un samurái y busco rivales fuertes, he reconocido que lo eres, así que esperaba que pudieras aceptar.
- ¿Acaso parezco ese tipo de persona? Ya dije que no, creo que nuestra salida cuando fuimos al mundo de los masters debió haber quedado claro.
- Haber visto tal demostración de fuerza solo aviva más mis ganas de un buen duelo, así como de comer más de esos dumplings. – Exclamó, por lo lejos estaban observando, siempre Salter estaba con ganas de querer comer uno debido a las descripciones que daban.
- De cualquier forma, un duelo está fuera de los límites.
- Eso es una lástima, me hubiera gustado haberme medido con ese dragón que llevas, Tarasque si no estoy mal.
- ¿Ah? ¿A quién buscabas es a Tarasque? No sé cuántos Wyverns has destrozado pero no es algo que puedas manejar, sus escamas son lo suficientemente duras como para resistir un puñetazo mío.
- Eso lo hace más interesante, saber que has peleado contra él desarmada y supongo que ese cetro no es tu arma.
- ¿Que dices? Yo no peleo con puños, tampoco he golpeado dragones de esa forma antes. – Buscó defenderse, Giorgios soltó una pequeña risa.
- Según escuché, antes de recibir el cetro, peleabas contra ellos usando tus puños, eso demuestra cuán fuerte eres.
- No es algo que necesitaban saber…
- Senpais, supongo que aquí están los responsables que tienen las siguientes cajas, todos cazadores de dragones, por lo menos Siegfried no se encuentra aquí.
- Si lo estuviera, se disculparía por haberse llevado cajas de nosotros. – Expresó Rika.
- No hay que perder tiempo, vamos. – El grupo bajó hasta la playa, sorprendiendo a los tres servants. – Alto ahí, entreguen los dulces o sino los ataremos e interrogaremos.
- ¿Atar? Que tiene que ver eso. – Preguntó Martha.
- En el antiguo Japón, como método de interrogación, ataban a la gente de cuerpo completo para interrogarlos.
- Oh, ya veo, supongo que las manos serían suficientes. – Exclamó ella con un poco de vergüenza.
- Master, parece que estos dulces son algo para ustedes. – Comentó Giorgios, Haji asintió.
- Fueron robados de la bóveda de Chaldea, así que esperaba que pudieran devolverlos. – Expresó el pelinegro.
- Así es, desde que los tienen aquí, son declarados culpables de robo. – Eso sorprendió a los tres.
- Un momento, creo que hay algún malentendido. – Exclamó Martha. – Recibimos estos dulces de la reina Marie y sus compañeros, pero si es algo malo que los tengamos, entonces no hay de otra que devolverlos.
- Es cierto. – Asintió Giorgios. – Somos santos, así que cometer cosas como robo no es algo que hagamos, con gusto devolveremos los dulces.
- Eso sería bueno. – Respondió Mash. – Mientras no que haya peleas.
- No es necesario, no buscamos pelear contra ustedes, somos compañeros. – Exclamó la Rider, Giorgios asintió.
- Entonces eso resolvería todo, si pudiéramos volver y…
- Un momento. – Orión detuvo a Mash. – Ese samurái de ahí ¿no estás escondiendo un dumpling raro en tu bolsillo?
- ¿Qué dices? – Expresó Kojiro. – Soy un samurái, jamás haría algo bajo como robar.
- Y esa santa, igual tiene algo a sus espaldas. – Señaló a Martha igual, esta se puso tensa.
- ¿De qué hablas? Debes estar confundida… - Debió su mirada a un lado.
- Deberían darles vergüenza. – Exclamó Giorgios con desaprobación. – A pesar de lo que dijeron antes, siguen escondiendo dulces, pueden llevarse a estos criminales.
- Claro, teniendo dumplings escondidos en tu cámara. – Señaló Orión, el Rider solo pudo avergonzarse por ser descubierto. – Nadie está exento cuando probó algo muy delicioso.
- No puedo creerlo… - Mash soltó un suspiro. – Parece que no son tan santos como parecen.
- ¡E-Eso no es cierto, no fue nuestra intención, nosotros…!
- Muy tarde. – Exclamó la Shielder. – No hay otra opción más que pelear.
- Si queremos más dumplings, hay que hacerlo. – Exclamó Giorgios, Martha y Kojiro asintieron.
- Esos dulces fueron deliciosos, quiero más. – Exclamó la Rider, entonces se pusieron en posición para pelear.
- Si quieren defenderse, les daremos la opción. – Exclamó la Archer con una sonrisa juguetona antes de ponerse seria. – Los ladrones no tienen perdón.
- Lo lamentamos, pero nos acorralaron a este punto, Carmilla-san, si pudieras encargarte. – Rika señaló a la Assassin, esta asintió.
- Ve Kiyohime, ellos igual necesitan una lección. – Comentó Haji.
- Con gusto Master~ - Ya las dos fueron con Orión que igual iba a pelear.
- Los niños malos necesitan aprender una lección. – Exclamó la Archer con un canturreo. – Vengan si pueden.
- Eso haremos. – Exclamó Giorgios atacando primero, buscó comenzar un ataque justo al costado de la Archer pero fue alejada pro las flamas provenientes de Kiyohime la cual agitó su abanico. – Señorita Kiyohime, veo que se interpondrá en mi camino.
- Como servant del master, deberías saber que hay un castigo severo por ir en contra de él, y ahora que robaron esos dulces, merecen ser lastimados un poco. – Exclamó con una sonrisa peligrosa, una que hizo que escalofríos recorrieran su espalda.
- A-A pesar de ello, mi honor está en juego en esta batalla, no puedo retroceder. – Esta vez se enfocó en la Berserker con ataques hacia ella, Kiyohime esquivaba cada ataque con facilidad en aquel momento, sorprendiendo a Giorgios. - ¿Cómo es que esquivas fácilmente?
- Algo me mueve por dentro, y eso es el poder del amor. – Exclamó antes de lanzar una patada hacia él en su estómago.
- Ya no eres tan santa. – Comentó Carmilla, lanzando una bola de prana antes de atacar con mayor cercanía a Martha.
- Me avergüenzo de mi misma de haber caído en la tentación de los dulces, pero no volverá a pasar, esto es para redimirme.
- Inténtalo si puedes. – Martha empezó a atacar con su cetro, Carmilla hizo lo hizo haciendo que choquen ambos, en aquel momento las dos se alejaron, un momento que aprovechó la Assassin para atacar justo ahí lanzando dos bolas de prana seguidas, Martha las esquivó a un costado cuando vio que la Assassin desapareció.
- A Donde fue.
- Aquí. – Apareció a sus espaldas, usó su habilidad para esconder su posición y ponerse detrás de la Rider, moviendo su doncella de hierro, al golpeó justo en esa zona, haciendo que volara hasta impactar en el suelo, de forma seguido saltó para caerle encima con su arma y sacarle el aire. – Eso debería ser suficiente.
- ¿Crees poder desviar mis flechas? – Orión seguía disparando hacia Kojiro, este desviaba los proyectiles con su katana aunque tampoco podía seguir así todo el tiempo.
- He cortado hojas cayendo de árboles con facilidad, esto no representa nada. – Exclamó mientras desvió otro proyectil, no espero que en ese momento la Archer atacara de frente. - ¿Cómo?
- No siempre se ataca a distancia~ - Exclamó cuando hizo una tacleada, golpeando de frente al Assassin, este saltó hacia atrás, solo para encontrar tres flechas disparadas por ella, se movió para esquivarlas, pero eso fue una mala decisión por descuidar sus alrededores. – Te tengo.
Disparó proyectiles a quemarropa, causando daño a Kojiro el cual sintió el dolor, regresando a donde estaba pero el daño fue hecho, cayó de rodillas sobre la arena.
- No puede ser… quizás haya sido el poder de la luna el cual me obligó a pelear… - Y Giorgios se desmayó.
- Que algo así me haya pasado… supongo que al final peleé con todo mi honor. – Y Kojiro también, se quedaron tumbados en la arena.
- Al menos recuperamos los dumplings, ahora hay que encender incienso y…
- No están muertos. – Exclamó Martha que interrumpió a Mash. – Estos idiotas solo fingieron desmayarse porque están muy avergonzados como para admitir sus derrotas. – Aquello generó una reacción en ambos como una puñalada en la espalda.
- Eso fue picante. – Exclamó Haji con media sonrisa.
- Recuperamos sin problemas las otras cajas de dumplings. – Exclamó Emiya asegurándolas de Salter mayormente.
- Eso resuelve un asunto, ahora… Martha ¿algo más? – Preguntó Haji, la Rider asintió.
- Sabemos que la reina Marie nos dio unas cajas pero alguien más lo hizo, ese Saber de apariencia gorda y habla extravagante, fue persuasivo por lo que no dudamos en agarrarlos.
- Cesar. – Exclamaron Haji y Rika al mismo tiempo.
- Así que él tiene algo que ver, ya le interrogaremos. – Expresó el pelinegro.
- Si no hay nada más que hacer ¿puedo irme? – Preguntó Martha, Haji asintió. – Entiendo, nos veremos de regreso en Chaldea. – En ese momento manifestó a Tarasque y se subió sobre él, moviéndose en el agua hasta volar.
- Eso pareció un ovni… bueno, tenemos más trabajo por hacer. – Exclamó Orión. – Me estoy divirtiendo, así que seguiré un rato más aquí.
- Entendido, vamos todos. – Señaló Haji. Continuaron viajando, ya quedaba un solo sitio más donde ir y entonces resolverían el misterio de los dumplings robados, a ver la razón por la cual lo hicieron.
Camilo Navas: Claro que como ella es Artemis realmente, pues sabemos como es su fuerza y el Orión es el peluche aquí, respecto a la versión musculosa, a esa le falta bastante para aparecer a este ritmo jaja.
El Redentor 777: Pues sí, esos dulces parecen ser tan deliciosos que los servants no lo resisten y los quieren, aquí se vio con los santos que agarraron unos jaja.
Bueno, seguimos con el avance del evento, ya se nota que es corto porque estamos llegando al final del mismo, ya verán lo que pasará y unas cuantas peleas más al respecto con todo esto, nos vemos en el próximo cap. Saludos.
