Bien, primero lo primero. Hola a quienquiera que lea esto.

Quiero dar gracias a jean d'arc, miguel , fanatico z, Luna y Guest por sus revews, que me alegran la vida cada vez que los leo. Y hablando de los mismos:

jean d'arc: largo y conciso, como siempre. Eso es lo que tanto aprecio de vos: una opinión sincera y bien clara que no deja lugar a malas interpretaciones por parte mía. Te doy la razón, esa confianza ciega es la que no encaja, y eso es lo que (viéndolo ahora que ha terminado el show) es muy fuera de lugar. Aunque me parece que hay que tener en cuenta la opinión de otros personajes (me explico: en el capítulo 2 de la 7° temporada Tyrion habla sobre Jon ante Daenerys, y más tarde Sansa habla en favor de Tyrion ante Jon. Creo que las palabras de ambos influyeron en la decisión de Daenerys de invitar a Jon a Rocadragón, y a Jon de ir). Cambiando de tema, Jon no confía en exceso en Alys, y en cuanto a Davos es menos aún. Puede haber dado una oportunidad al hombre, pero no le ha confiado nada ni ha pedido su consejo. En otras palabras, por el momento Davos es solo uno más en el inmenso campamento del Pueblo Libre.

Quizás si fue un poco fácil el hecho de que Aemon entregara Hermana Oscura a Jon, pero creo que no tienes en cuenta una cosa: Aemon está al final de su vida, que comprometió con la Guardia de la Noche (pese a querer irse para ayudar a su familia muchos años antes), y es consciente de que el acero valyrio es una de las armas más peligrosas en contra de los Caminantes Blancos. Si lo entrega, es porque sabe que es necesario.

Admito que es un poco extraño escribir a Yritte en faceta de madre (digo porque en los libros y la serie se la ve como una mujer mucho más…. Usemos la palabra "Dura", a falta de algo mejor)

Ahora verás que fue lo que vio Catelyn.

Miguel : me alegra que te gustar a la descripción de la espada. La verdad es que se me complicó un poco escribirla. En cuanto al tema de muchas parejas par Jon, lo siento. Pensé mal de antemano. Aun así, concuerdo: es un toque de ciertas civilizaciones consideradas "bárbaras" que el líder cuente con muchas parejas. Pero hay civilizaciones más "avanzadas" en épocas antiguas que hacían algo igual (como los faraones en el Antiguo Egipto y los Emperadores en China y Japón).

fanatico z: los gigantes ya están armados, y estoy ya pensando en la estrategia de la batalla, pero aún falta bastante para que esté lista. Y desde que Jon devolvió Garra al Viejo Oso, estuve decidido a que obtenga otra espada. ¿Y qué mejor opción que una tan celebre como Hermana Oscura?

Luna: la idea de los estandartes me vino de golpe y no pude resistir a plasmarla. Me lo imagino y me encanta la imagen. El lobo huargo orgulloso, flanqueado por el oso, el gigante y el sol….. por ahora (sonrisa misteriosa). En cuanto al estandarte del Pueblo Libre….. bueno, te lo digo así: cuando vos perseguías a la gallina, yo estaba comiendo el pollo jejej.

Guest: de nada. Gracias por el review.

También quiero agradecer a los que siguen la historia, la tienen en favoritos o simplemente la leen. Dejen un review y ayúdenme a llegar a los 200. Será muy apreciado y contestado.

Bien, basta de hablar. Vamos a lo que nos trajo aquí.

Disclaimer: todo lo que puedan reconocer pertenece a G.R.R. Martín. Yo solo lo uso para entretenerme y tratar de entretener a otros.

Catelyn

Era una visión. Una visión de poder. De poder y fuerza.

El ejército de Pueblo Libre estaba abiertamente desplegado. Hileras de cientos de hombres y mujeres, formados afuera de las defensas del campamento, juntos y con la mirada fija en la dirección en la que se encontraban. Eran tantos y cubrían tanto espacio que Catelyn apenas podía ver el mar de tiendas detrás de ellos, como una mancha oscura en el horizonte.

"¡Mierda!" "No puede ser" "Que me jodan" "¡Es imposible!" eran algunos de los comentarios que escuchaba detrás de ella. No se molestó en girarse para ver. Simplemente respiró hondo y forzó a su caballo a avanzar en dirección al ejército.

Por un momento pensó en acercarse al galope: deseaba ver a Jon. Y al mismo tiempo lo temía un poco. Pero decidió no apurar el paso: no quería dar una impresión incorrecta a nadie, ni de los Clanes ni del Pueblo Libre. Por lo que cabalgó sin prisa alguna, como si estuviera dando un simple paseo. Detrás de ella, oía el relincho y las pisadas de más animales, y al final se atrevió a espiar sobre su hombro por un momento. Las mujeres de las lanzas eran las primeras en seguirla, junto con Galbart Glover y sus hombres. Detrás de ellas venían Brandon el Viejo y sus hijos, cuyos rostros eran una mezcla de recelo y sorpresa, mezclados con una pica de admiración. Luego venían los Flint, con el viejo Torghen Flint flanqueado por sus dos hijos, Donnel el Negro y Artos Flint. Luego los Wull, y aunque no podía ver a través de los hombres de Cubo Grande, Catelyn suponía que el resto venía detrás.

Se fue acercando a la brecha que dividía en dos al ejército frente a ella. Cada parte flanqueaba el camino hacia la entrada más cercana, que se observaba a lo lejos. Fue cuando estuvo más cerca, tanto que podría definir la edad de los guerreros frente a ellos, que notó un patrón en las formaciones. Las tres filas delanteras del ejército eran todos hombres y mujeres armados con lanzas y escudos en los cuales danzaban una serie de colores, dibujos y patrones diferentes. Lo mismo aplicaba a las tres filas más cercanas a la brecha. Luego venía una fila de arqueros, seguida por dos más de guerreros con escudos, y el orden se mantenía hasta donde alcanzaba la vista.

Catelyn giró levemente la cabeza para estar segura de que aún la seguían, y efectivamente aun lo hacían, por el medio de las dos partes del ejército. Volvió la mirada al frente al instante.

Mientras cruzaba por entre los soldados, Catelyn notó que, más allá de sus armas, no había ninguna otra característica en común en las filas. Hombres y mujeres, jóvenes y viejos, todos por igual se alineaban en una muestra del Poder del Pueblo Libre.

A medida que se acercaba a la entrada, notó que había más guerreros desplegados dentro del campamento. Una fila se ubicaba dentro de las empalizadas, todos con mazas, hachas y espadas cortas, además de los característicos escudos. Y detrás de ellos una fila idéntica se encontraba igual de firme y silenciosa, solo que en vez de portar escudos y armas cortas, portaban arcos y llevaban carcajes de flechas colgados de la espalda.

En la entrada medio centenar de thennitas estaban formados con rostros estoicos a cada lado, todos con cascos, armas y armaduras de lamas hechas de cobre. Estaban formados en cinco hileras de diez hombres cada una. Y detrás de cada grupo de thennitas había un gigante que sostenía un gran garrote con pinchos de piedra afilada. Catelyn, pese a saber de la existencia de éstos desde hacía tiempo, no pudo evitar sentir una pizca de temor al ver las armas que cargaban.

Alguien debía haber corrido algunas tiendas, porque el camino que se adentraba en el campamento era totalmente recto, y estaba flanqueado por una línea triple de soldados con escudos. La fila delantera portaba lanzas, mientras las otras dos portaban armas más cortas. Desde la altura que le otorgaba su montura, Catelyn vio como detrás de las filas de guerreros estaban otras personas que intentaban ver a los que pasaban por en medio del camino abierto. Incluso se veían algunos gigantes entre ellos, que miraban con el ceño fruncido a los jinetes, sobre todo a los que iban detrás de las mujeres de las lanzas.

Catelyn cruzó el campamento como había hecho tantas otras veces, con la cabeza en alto y tratando de mostrar toda la dignidad posible.

Siguió avanzando, hasta que al final distinguió el final del camino. Su corazón se saltó un latido cuando lo vio. Ahí, separado de los demás por un par de pasos, con un Fantasma firme y silencioso a su izquierda, y una Ygritte con la vista fija en ella a su derecha, estaba él.

Jon. Aunque sonase ridículo, su corazón se saltó un latido al verlo, como si fuera una joven doncella ingenua que veía volver a su amado de un viaje largo. Aunque la que en verdad había hecho el viaje más largo fue ella. Lo examinó con cuidado; su cabello estaba más largo que la última vez que lo vio, más de una luna atrás. Su barba estaba un poco más espesa. Por lo demás parecía igual.

Jon estaba vestido con un par de botas de piel y un par de pantalones de lana blanca. Llevaba una camisa de algodón de fabricación tosca, y encima de ella un tabardo de color gris sin dibujos ni adornos, pero ribeteado de piel de caribú. Sobre sus hombros había una piel de lobo; la boca del animal quedaba abierta en un gruñido silencioso sobre el hombro derecho. El atuendo de Jon era completado por un cinturón de piel con broche de hueso, del que colgaban una espada larga y una daga, ambas enfundadas. La mano izquierda de Jon descansaba con la palma apoyada en el pomo de la espada, mientras que la otra colgaba a su costado.

Catelyn dio un respingo; había estado tan atrapada por la imagen de Jon que no había notado que su caballo se había detenido a unos veinte pasos frente a él. Dio una mirada rápida para ver los detalles de lo que la rodeaba. La línea triple de soldados que habían flanqueado el camino se curvaba al llegar a la zona despejada, siguiendo un contorno de tienda a tienda, curvándose en varios lugares hasta que se cerraba, dejando un claro de tamaño inmenso en el que desembocaron ella y los demás. Enfrente de ella, y separados de Jon por unos pocos pasos, había un puñado de personas, de las que reconoció a muchas: Tormund Matagigantes, Harma Cabeza de Perro, Ygon Oldfather, Harle el Cazador y Harle el Bello, Kyura la hija de Kileg, Morna Máscara Blanca, Soren Rompescudos, Gerrick Sangrereal, Howd el Trotamundos, Styr Magnar. Incluso estaban presentes dos gigantes: Mag el Poderoso y Rog Puño de Piedra, si recordaba bien. Había además al menos dos docenas de hombres y mujeres a los que no podía nombrar, si bien reconocía a varios por sus rostros. Entre ellos había thennitas, pies de cuerno, y otros que no podía discernir. Todos miraban en dirección a la columna de caballos que venía detrás de ella.

Todos ellos eran caudillos importantes, hombres y mujeres conocidos y seguidos por miembros del Pueblo Libre. Solo había tres personas que parecían haber nacido al sur del Muro entre ellos, además de Jon. La primera era Maege Mormont, que presentaba un aspecto similar al que tenía la última vez, aunque Catelyn pensó que estaba más delgada y pálida. La segunda era una joven que parecía de la edad de Jon, vestida al estilo de una dama noble: con un vestido largo y un sencillo chal de lana encima. Y el último era un anciano de rostro arrugado y un jubón viejo y desgastado, con el cabello cubierto de canas al igual que su bigote, que caía casi hasta la altura del cinturón, donde reposaba una espada en su vaina.

Con cuidado, Catelyn bajó de su caballo y entregó las riendas a un niño que no había notado. Caminó hacia Jon con calma pero con firmeza, ignorando el deseo de sonreírle a él o a Ygritte a su lado. Al llegar ante él plantó una rodilla en tierra y lo miró a los ojos antes de hablar "Su Alteza" dijo en voz alta y clara, con intención de ser escuchada.

La expresión de Jon no cambió, pero sus ojos lo hicieron "Lady Catelyn" la saludó de vuelta, su voz baja y profunda sonando en sus oídos "En pie, mi señora" dijo, al tiempo que le tendía la mano libre para ayudarla a levantarse. Catelyn la tomó e ignoró el cosquilleo que sintió cuando su piel desnuda entró en contacto con la de él "Me alegro de que hayas vuelto a salvo, Catelyn" le dijo en voz baja, sus labios elevándose una fracción de momento antes de volver a su posición anterior. Catelyn sintió como su garganta se atoraba cuando lo escuchó hablar, y se esforzó por no mirar los labios de Jon y acallar la voz en su cabeza que preguntaba si se sentirían tan suaves como se veían.

Jon no soltó su mano, sino que la usó para guiarla hacia la derecha, hasta que estuvo al otro lado de Ygritte. Ésta le dio una sonrisa de dientes torcidos, y Catelyn se la devolvió al instante. Por mucho que la culpa la ahogara en algunos momentos por desear al hombre que era de Ygritte, estaba feliz de volver a ver a la mujer de las lanzas besada por el fuego.

Pero antes de que pudieran decirse algo, la voz de Galbart Glover se escuchó "Su Alteza" en una imitación de ella misma, el señor desposeído de Bosquespeso se arrodilló ante Jon. Jon lo saludó como había hecho con ella, pero no le ofreció la mano para ayudarlo a levantarse. Aunque sabía que era ridículo, la hizo sentir especial que Jon solo la ayudara a ella a alzarse.

Con un gesto de la mano de Jon, Galbart fue enviado al otro lado, junto a Maege Mormont y sus otros acompañantes. Entonces se hizo un silencio lleno de tensión; los líderes de los Clanes de la Montaña estaban ahora al frente, bien visibles para todos. Brandon el Viejo, Agnar Harclay, Hugo Wull, y los demás. Todos estaban frente a Jon, separados por unos pocos pasos de distancia, pero ninguno avanzó. Quizás esperaran que Jon fuera el que se adelantara y les diera la bienvenida, o quizás ninguno se atrevía a adelantarse por temor a que Jon le pidiera que se arrodillara ante él y le jurara lealtad.

El ambiente tenso perduro unos momentos más, hasta que fue roto, no por los líderes de los clanes ni por Jon, si no por Alysanne Mormont, que salió de entre los hombres de los clanes, seguida de cerca por los hombres de la Casa Mormont. Ygritte la miró, una pregunta no dicha en sus rasgos. Catelyn se limitó a sonreír para tratar de tranquilizarla, aunque una pequeña parte de ella misma no pudo evitar sentir algo de temor al ver la maza con pinchos que la joven Mormont llevaba en las manos. Pero su temor se desvaneció cuando Alysanne llegó ante Jon y se arrodilló frente a él, al tiempo que depositaba la maza a sus pies.

"Su Alteza, he venido a juraros lealtad y a prometeros mi maza" dijo Mormont, con la cabeza ligeramente inclinada en un gesto de respeto.

"En pie, mi señora de Mormont" dijo Jon. Cuando Alysanne hubo obedecido, Jon volvió a hablar "Pese a que resulta obvio que sois una de las hijas de Lady Maege, me temo que no se vuestro nombre" expresó.

"Alysanne, Alteza. Alysanne Mormont" respondió la hija de Lady Maege.

"Alysanne Mormont, acepto con humildad lo que me ofrecéis. Será un honor teneros entre mi ejército, igual que es un honor tener a vuestra madre" tras decir estas palabras Jon le asintió a la joven y le indicó con un gesto que se uniera a su madre. Detrás de Alysanne fueron los hombres de la Isla del Oso. Catelyn pudo ver como Maege asentía con orgullo a su hija cuando esta llego a su destino. No pasó mucho hasta que madre e hija estuvieran lado a lado mientras la atención se enfocaba una vez más en los hombres de los clanes.

Entonces fue que una persona más se adelantó, el sonido de sus pies acompañado por el de un bastón.

"Lord Flint" dijo Jon a modo de saludo, cuando el anciano frente a él se detuvo. La voz de Jon fue baja, pero en el silencio que se había establecido logró llegar bastante lejos.

El anciano se limitó a dar un asentimiento de cabeza, mirando a Jon como si estuviera viendo a un dragón "Escuché a la esposa del Ned defenderte, muchacho. Afirma que tienes buenas intenciones. Pero no sería la primer persona que mentiría, y tus acciones ciertamente contradicen sus palabras. Pero por respeto a tu padre, he venido aquí a escuchar lo que tienes que decir. Sé lo que quieres y lo que pretendes. Ahora, convénceme de que aliarme contigo es lo correcto" concluyó, con sus ojos mirando fijamente el rostro de Jon.

Catelyn no pudo más que rezar en ese momento: Jon era, por lo que había visto hasta ahora, un hombre bueno con las palabras. Y necesitaba pensar muy bien lo que iba a decir, porque de lo contrario no ganaría lealtad de ninguno de los hombres de los clanes. Y si se equivocaba mucho, podía incluso ganar enemistad.

"¿Por cuánto tiempo el Pueblo Libre ha hecho saqueos en vuestras tierras?" preguntó Jon, mirando sobre el hombro de Flint a los otros líderes de los clanes. Antes de que alguno pudiera responder Jon dio media vuelta y fijó sus ojos en los hombres y mujeres junto a Catelyn "¿Y por cuánto tiempo la Guardia de la Noche y los norteños los han combatido, han atacado sus aldeas y matado a los vuestros?" dio unos pasos, hasta alejarse del Flint "¡¿Alguien aquí puede decirme eso?!" gritó con fuerza. Su voz resonó en el aire como un latigazo.

Las miradas se intercambiaron. Los hombres de los clanes se veían confundidos; el Pueblo Libre también. Catelyn misma se sentía confundida. ¿Adónde quería llegar Jon con esto? Miró a Ygritte, y vio que la chica estaba tan confundida como ella.

El silencio se extendió, solamente roto por pequeños sonidos: el relincho de un caballo, una pequeña tos, un murmullo bajo e ininteligible. Por fin, una voz se escuchó "Por mucho tiempo. Miles de años" dijo Tormund. La voz del Matagigantes era firme y los ojos, perdidos entre la mata de hebras rojas pertenecientes al cabello y a la barba, estaban fijos en Jon.

Jon miró a Tormund un momento y asintió con el rostro serio, antes de desviar la mirada "Miles de años. Miles de años de peleas, de saqueos y de venganzas. Milenios de sangre derramada, culpable e inocente por igual" dijo en voz alta, sin dirigirse a nadie en particular "Y eso ¿por qué?" preguntó "Yo no recuerdo porqué fue que empezó la pelea. Quizás los norteños intentaron conquistar las tierras más allá del Muro, o quizás el Pueblo Libre intentó invadir el Norte. No lo sé" admitió, antes de que sus ojos grises se fijaran en los del Viejo Flint "¿Tú lo sabes Flint?" le preguntó en voz baja.

El Viejo Flint se quedó quieto unos momentos, pero al final sacudió la cabeza. Pero no fue suficiente para Jon "¿Lo sabes?" volvió a preguntar.

Catelyn vio moverse los labios de Flint, un sonido tan bajo proveniente de ellos que no lo pudo oír, y estaba más cerca que la mayoría.

"No puedo escucharte. Dilo más alto" le pidió Jon.

La expresión de Flint era amarga "No" masculló.

"Todavía no escucho bien" Jon, al parecer, insistía en que Flint lo dijera alto, para que todos escucharan.

"¡No!" exclamó Flint, casi gritando.

Jon hizo un gesto con la mano al anciano mientras su mirada recorría a la gente que lo rodeaba "¿Entonces por qué deberíamos seguir peleando? ¿Por qué debemos seguir en una lucha que no empezamos y que nunca pedimos? Nuestros antepasados, los que iniciaron esta lucha, tenían sus intereses, pero fue su elección pelear. Nosotros, todos nosotros, hemos seguido sus pasos, igual que nuestros padres, nuestros abuelos, y muchas generaciones antes que ellos" en la voz de Jon había algo, una especie de fervor, que hacía a Catelyn escuchar con atención cada palabra.

"¡Pero yo no quiero eso!" prosiguió Jon "Me niego a seguir ese camino. ¿Qué logramos con esto? Nada. No recuperaremos a los que perdimos, y no borraremos el daño que nos hicimos unos a otros. Yo aspiro a mucho más, tanto para mí como para los que me sigan. Yo aspiro a forjar paz; una paz verdadera y duradera. Nuestros antepasados fueron enemigos. Yo aspiro a que nuestros descendientes sean lo que hasta ahora nunca fuimos. Un solo pueblo" las últimas palabras fueron dichas con tal vehemencia, que Catelyn sintió verdadera esperanza de que podría hacerse. Que aquello a lo que Jon aspiraba quizás pareciera un sueño, pero era uno que ciertamente podía volverse realidad.

Jon caminó con calma hasta estar frente al Viejo Flint una vez más "Me preguntaste porqué deberías aliarte conmigo. Deberías aliarte conmigo… porque yo aspiro a mejorar las cosas para los míos….. a cambiarlas…... de una vez… y para siempre" la voz de Jon se tornó suave como el viento, y aun así estaba llena de la misma fuerza que había demostrado cuando hablaba casi a gritos.

El Viejo Flint miró a Jon a los ojos durante mucho tiempo, y Jon le devolvió la mirada sin parpadear, ambos inmóviles. Pero antes de que alguno de ellos pudiera decir algo, alguien más se acercó, con pisadas fuertes y firmes. Catelyn sintió como su corazón daba un vuelco cuando vio que era Cubo Grande.

"Bonitas palabras" dijo cuando estuvo frente a Jon, su hombro casi tocándose con el de Flint "Pero las palabras se las lleva el viento. Y yo no creo en las tuyas. Me parecen simplemente un montón de aire que sueltas con la esperanza de que nos confiemos para luego golpearnos por la espalda" espetó Wull, y Catelyn frunció el ceño al ver como el hombre exhibía una vez más su desconfianza "En cambio las acciones… las acciones son otro asunto. Demuéstrame con acciones que lo que dices es cierto. Demuéstrame que estás dispuesto a buscar la paz, y que eres capaz de lidiar con cualquiera que trate de romperla" dijo Hugo Wull, su ceño fruncido y sus ojos entrecerrados fijos en Jon.

"Cuándo y dónde quieras, Wull" respondió Jon. Pese a que Wull era más de una cabeza más alto que Jon, el hijo de Ned se mantenía firme ante él, sin retroceder un paso.

Catelyn se sorprendió por lo que pasó un momento después de que Jon dijera esas palabras.

Cubo Grande, en un movimiento increíblemente veloz para un hombre de su edad, desenvainó su espada y en el mismo movimiento efectuó un corte de lado dirigido al estómago de Jon. Y en un movimiento igual de veloz al del hombre, Jon saltó hacia un costado, evitando el corte, al tiempo que su mano salía disparada como una serpiente al ataque y en un movimiento borroso sacaba la espada del Viejo Flint de su vaina, antes de dar un nuevo salto, esta vez hacia atrás, para evitar un nuevo corte de Hugo Wull.

Catelyn sintió como su corazón subía hasta su garganta ante el primer ataque de Wull, tan repentino como letal. Pero no tuvo tiempo de hacer nada, porque el rugido colectivo que estalló entre el Pueblo Libre cuando vieron a su rey ser atacado de esa forma aturdió sus oídos. En el momento en el que Jon saltó hacia atrás con la espada del Flint en su mano, un puñado de personas corrieron hacia la pelea. Catelyn vio como Tormund Matagigantes, Soren Rompescudos, Galbart Glover, Kyura, Styr Thenn, Harma Cabeza de Perro, Howd el Trotamundos, Maege Mormont y su hija Alysanne corrían en dirección a la pelea, todos empuñando sus armas. Incluso Mag el Poderoso dejó escapar un rugido de rabia mientras cargaba con pisadas que hacían estremecer el suelo. En respuesta, al menos una docena de hombres de Cubo Grande se acercaron también a la pelea, con toda seguridad para proteger a su líder. Las tropas detrás de Catelyn bajaron las lanzas y flexionaron las rodillas, preparándose para pelear.

Entonces recordó algo importante. Sostuvo a Ygritte, que parecía a punto de cargar también contra Cubo Grande, por el brazo. Cuando ella la miró con furia en los ojos no pudo más que decir "No puedes arriesgarte. Piensa en el bebé" le dijo, pese a que ella misma quería correr en dirección a Jon y evitar que Wull le hiciera daño, aunque no tenía idea de cómo hacer eso.

Ygritte abrió la boca, pero sus palabras no lograron salir "¡NO!" gritó Jon con tanta fuerza que Catelyn pensó que su garganta se rasgaría, al tiempo que alzaba su mano libre y hacía un gesto hacia los que corrían para ayudarlo "¡No se metan!¡Esta es MI pelea!" les ordenó. Luego dijo unas cuantas palabras en la Antigua Lengua. Catelyn escuchó maldiciones y gruñidos, el más fuerte proveniente de Mag el Poderoso, pero nadie se acercó a Jon. Los hombres de Wull que habían corrido en socorro de Cubo Grande también se quedaron quietos, al ver que nadie más se habían unido a Jon contra su líder "No quiero pelear contigo, Wull" le dijo al hombre ante él, al tiempo que cambiaba su espada a la mano izquierda.

"No tienes opción" gruñó Hugo Wull, al tiempo que volvía a atacar.

Catelyn vio al líder del Clan Wull atacar y tuvo que tragarse con dificultad la maldición que quería salir de su boca. Esta era una situación muy peligrosa. Si Jon mataba a Wull, sus hombres probablemente atacarían para vengar a su líder caído, y con miles de personas del Pueblo Libre armadas y rodeándolos, terminaría en una matanza, en la cual podrían verse envueltos, quisieran o no, el resto de los hombres de los clanes. Y si Jon caía por la espada de Wull… sería sin duda una masacre cuando el Pueblo Libre, ya sin su rey para contenerlos, atacara en busca de venganza. Y si Jon muriera ella probablemente también se arrojaría ciega de rabia contra Wull, ignorando la voz de su cabeza que le recordara que no tendría la más mínima oportunidad contra un hombre como él.

Catelyn fue sacada de sus pensamientos por el sonido del acero chocando contra el acero, y su atención volvió a la pelea.

La pelea siguió y siguió, hasta durar mucho tiempo. Wull golpeaba con fuerza, su espada cortando el aire en una serie de ataques. Su edad no parecía un impedimento para la velocidad, y en un parpadeo parecía cambiar su espada de lugar. Jon usaba la espada que había tomado del Flint para desviar o contener algunos de los ataques, mientras esquivaba los demás. El rey más allá del Muro giraba, esquivaba, se agachaba y saltaba. La expresión de su rostro era de pura concentración, sin que sus ojos se desviaran de su oponente ni un momento.

Catelyn vio esto, y no pudo evitar pensar que estaban igualados. Ninguno de ellos parecía capaz de vencer al otro. Wull tenía la fuerza y la experiencia, pero Jon tenía la habilidad y la rapidez.

Escuchó un resoplido a su lado, y desvió la mirada un momento para ver a Ygritte. La chica pelirroja, por increíble que parezca, tenía una sonrisa en su rostro. Era algo pequeño y frágil, pero presente.

Aunque fuera extraño, Catelyn se sintió dividida entre la tranquilidad y el enojo "¿Por qué sonríes?" le increpó a la chica. No era momento para sonreír, no cuando la vida de Jon estaba en peligro.

"Porqué me hace gracia ver a Jon jugando con él" respondió Ygritte, y Catelyn vio un brillo de satisfacción en sus ojos "¿No te has preguntado por qué no ataca? ¿O porqué usa la mano izquierda cuando él está acostumbrado a usar la otra? Se está conteniendo" dijo con un tono de certeza absoluta.

Los ojos de la hija de Hoster Tully volvieron a la pelea y se agrandaron cuando comprobaron que las palabras de Ygritte eran ciertas. Jon tenía la espada en la mano izquierda. Frunció el ceño, buscando en su mente por cualquier recuerdo que tuviera de Jon empuñando una espada, y siempre veía el arma unida a la mano derecha de Jon. Jadeó cuando se dio cuenta: Jon se estaba conteniendo.

Y aun así, era suficiente para mantener a raya a Wull. Cada ataque, cada golpe, cada estocada, cada uno de los intentos de Wull por lastimar a Jon terminaba en fracaso. Y entonces pasó. Cubo Grande lanzó un corte horizontal que habría matado sin duda a Jon si él no se hubiera agachado a último momento. Pero aunque ni siquiera fue rozada, la mano de Jon soltó la espada…. Solo para que fuera atrapada por su otra mano y Jon empezara a contratacar.

Si antes la lucha era rápida, ahora era difícil de seguir con los ojos. Tal era la velocidad. La espada en la mano derecha de Jon pareció convertirse en un ser vivo que se movía con una rapidez superior a todo lo que alguna vez hubiera visto. Una lluvia de golpes caía sobre Wull, que retrocedió un paso y luego otro, tratando de evitar la caída constante del acero. Era una lucha tan impresionante que Catelyn no se atrevía a despegar la vista de ella. Cada vez estaba más segura de la victoria de Jon. El aire se llenaba con el sonido de la canción del acero contra el acero, creando un sonido hipnótico que atraía cada par de ojos cercano hacia él, y hacia los hombres cuyas manos portaban los instrumentos responsables por esa melodía.

Y entonces pasó. Los golpes de Jon se hicieron aún más rápidos. Tan rápidos que Catelyn tuvo dificultad para ver lo que pasó. Vio la espada de Wull salir volando hacia arriba un instante. Al siguiente instante Jon barría los pies de su oponente con uno de los suyos, haciéndolo caer de espaldas al suelo. Al tercero la mano libre de Jon salió disparada hacia arriba y cogió la empuñadura de la espada mientras aun volaba en el aire. Y en el cuarto instante Jon se alzaba sobre Wull, su mano izquierda sosteniendo la espada de Wull, cuya punta estaba a escasa distancia de la garganta de su dueño, mientras la derecha sostenía la espada del Flint en el aire, el brazo flexionado y listo para descargar un golpe sobre el oponente derribado en el suelo.

El corazón de Catelyn latía desbocado, tanto que estaba segura de que Ygritte y el resto de las personas cerca de ella podrían oírlo sobre el silencio sepulcral que había caído sobre el mundo. Jon había ganado.

Entonces se alzó un rugido repentino, proveniente de miles de gargantas repartidas por todo el lugar. El Pueblo Libre estalló en gritos al ver la clara victoria de su Rey sobre el hombre que lo había atacado. Los caudillos y los soldados por igual rugían, aullaban, exclamaban y vitoreaban en voz tan alta que Catelyn dudaba que otro sonido pudiera ser escuchado sobre el estruendo.

Por fin, tras un tiempo, los gritos fueron disminuyendo hasta cesar del todo. Jon se mantenía en la misma posición, alzándose sobre Wull. Luego retiró la espada del montañés de su cuello y se la ofreció por la empuñadura. Cuando vio como la mano de Wull se dirigía lentamente a su arma, Catelyn sintió el impulso de gritarle a Jon que no se la devolviera. Pero Hugo Wull se limitó a tomarla. Jon se alejó unos pasos, y Cubo Grande aprovechó la oportunidad para levantarse y devolver el arma con lentitud a su vaina.

"Me pediste acciones en vez de palabras, Wull" empezó Jon, mirando directamente al hombre al que acababa de derrotar "Has visto que soy más que capaz de lidiar con aquellos que busquen romper la paz, y que no me tiembla la mano al hacerlo" dejó pasar un momento antes de seguir "Me atacaste sin advertencia. Podría matarte por eso, o hacerte matar….. pero no lo haré" se escucharon varios jadeos y exclamaciones de sorpresa, tanto del Pueblo Libre como de los hombres de los clanes de montaña.

Catelyn entendió de inmediato, y no pudo detener la sonrisa de suficiencia que surgió en su rostro. Jon había vencido a Cubo Grande, en más de un sentido. Al perdonar a Wull enfrente de todos, había demostrado que estaba dispuesto a ignorar su ataque sin advertencia para mantener la paz. Quizás Wull esperara que Jon, si lo vencía, se dejara llevar por el enojo o el orgullo y lo asesinara. Pero al no hacerlo, al no morder el cebo, Jon se había demostrado no solo como un líder fuerte, sino también como uno misericordioso.

"No eres mi enemigo, Wull" Jon sacudió la cabeza "Mis enemigos son aquellos que han buscado la caída de la Casa Stark, el sometimiento del Norte y la destrucción del Pueblo Libre" exclamó en voz más alta, buscando hacerse oír "Uno de ellos está viniendo en estos momentos hacia el norte, trayendo con él un ejército. Un hombre que rompió juramentos, que usurpó lo que era de otros. Un hombre que esta aliado con una familia codiciosa y traicionera. Una familia que rompió las leyes de la hospitalidad, que mato hombres y mujeres a los que recibieron como invitados" la voz de Jon se hizo más grave mientras se centraba una vez más en Cubo Grande "hijos e hijas, hermanos y padres, esposos y parientes, todos ellos norteños. Y aun así" la voz de Jon denotaba la furia que le recorría el cuerpo "los masacraron cuando estaban sentados a la mesa, desarmados, sin oportunidad alguna de rendirse o pelear" en un movimiento rápido, Jon cambió su espada de mano y llevó la mano derecha hacia la hoja de su espada y se hizo un corte en ella. Alzó la mano para hacerlo visible y luego la bajó para que las gotas cálidas cayeran frente a él "Por la memoria de mi hermano traicionado y de mi padre asesinado, por la sangre de la Casa Stark que fluye en mis venas y por los dioses de los arcianos a los que adoro desde que puedo recordar, juro que nunca dejaré de pelear para obtener justicia por estos crímenes" la voz de Jon cortó el aire, y viendo su expresión, Catelyn supo en su corazón que Jon haría exactamente lo que decía. Lucharía hasta el fin, y nunca, jamás, se rendiría.

Entonces fue que el Viejo Flint, que se había mantenido apartado desde que la pelea entre Jon y el Wull empezara, se adelantó, tirando su bastón y cojeando con dificultad hasta estar frente a Jon. Hizo un gesto con la mano y Jon le entregó la espada que llevaba en la mano. Con su propia espada, Torghen Flint se cortó la mano y la extendió hacia Jon, que no dudo un instante en apretarla con la suya propia, de modo que la sangre de cada uno mancho la mano del otro.

"Y los Primeros Flint os apoyarán" dijo con firmeza "Rey Jon" e inclinó la cabeza por un instante hacia Jon.

En cuanto sus manos se hubieran separado, ambos miraron a Wull al mismo tiempo. La mirada de Jon era seria; la de Flint estaba llena de reproche. Y ambas eran firmes. Catelyn miró y vio que muchas otras miradas estaban en Cubo Grande, esperando a ver qué era lo que haría.

No supo cuánto tiempo estuvo sin respirar, esperando a que Wull hiciera algo, a que se manifestara. Cuando por fin lo hizo, recordó por fin que debía respirar. Tomo una bocanada de aire mientras veía al hombre adelantarse hasta estar frente a Jon, tan cerca de él como lo estaba el Viejo Flint. Entonces la mano izquierda de Wull fue hacia la empuñadura de su espada. Jon no se movió, pero Flint se tensó y apretó el agarre de la suya. Ignorando a Flint, Cubo Grande desenvainó su espada hasta la mitad y se hizo un corte en la mano derecha antes de devolverla a la vaina. Sin decir palabra, extendió la mano, y tras un momento que se le hizo muy largo, Jon la encontró con la suya, la sangre de ambos hombres manchando la mano del otro, como unos momentos antes habían hecho Jon y el Flint.

Luego de eso, no pasó mucho hasta que el resto de los líderes de los clanes se acercaran y encontraran la mano ensangrentada de Jon con la suya propia. Con cada uno que lo hacía la emoción dentro de ella aumentaba. Cuando el último lo hubiera hecho y hubiera retrocedido todos, unos con más facilidad que otros, se arrodillaron y juraron sus espadas y la lealtad de sus clanes a Jon.

La sonrisa en los labios de Catelyn se hizo tan grande que temió lastimarse la boca.

Ahora, tenían a los clanes de la montaña de su lado.

Bien, y eso es todo por ahora. Me voy a tomar la libertad de señalarles (en caso de que aún no lo hayan notado) que todo este capítulo se ha realizado desde un solo punto de vista, cosa que hasta ahora nunca he hecho.

Espero que les haya gustado, y si fue así sean tan amables de dejarme un review al respecto. También acepto sugerencias, críticas (constructivas) y opiniones.

Bien, trataré de subir el próximo capítulo en una semana, pero no prometo nada.

Saludos y que estén bien.