Bien, como siempre, primero lo primero. Hola a quienquiera que lea esto.

Quiero dar gracias a Ares-sama, Kirito720, jean d'arc, miguel guil iana .co, Luna y fanatico z por sus increíbles y maravillosos reviews, que me alegran el día cada vez que los leo.

Ares-sama: tenes razón, empieza a hacer calor acá. Y diste en el clavo con eso de ¿quién sabe?.

Kirito720: bien, primero que nada quiero disculparme. Hace un par de capítulos me preguntaste si hay un número estimado para el ejército de Jon en este momento y yo me olvidé de responderte. Lo hay, y está en el punto de vista de Jon del capítulo 6 si quieres verlo.

Ahora, volviendo a tu último review, me agrada que te parezca un buen capítulo. Y tenes razón: si Jon logra salvarlos a todos de los Caminantes Blancos, nadie dará una mierda porque se acueste con la viuda de su padre.

jean d'arc: bien, en el primer párrafo estoy de acuerdo contigo. Me parece triste que muchas veces en Poniente el prejuicio y la desconfianza arruinen lo que podría ser algo muy bueno, pero que se le va a hacer. Las cosas son como son.

A mí también me gusta Kevan: es como un punto medio entre el Lannister orgulloso y el Lannister inteligente. Justamente por eso lo elegí a él para poder dar seguimiento a lo que pasa en el sur.

Te sorprendí con lo de Catelyn e Ygritte, por lo que veo. Aún tengo un par de ases bajo la manga jeje. La molesta de Ygritte está más hacia la situación que hacia la idea de una relación a tres puntas. Y si, pobre Jon: está tan confundido. E Ygritte como la voz de la razón entre Catelyn y Jon… el embarazo puede trastornar fuerte.

Acá termina tu semana de espera. Ojala te guste. Y no, Jon aun no le ha dicho nada a Catelyn sobre Arya…. Porque él tampoco lo sabe. Hasta ahora, nadie en el campamento del Pueblo Libre lo sabe. Recuerda, la noticia salió del Último Hogar, pero aun no llega a su destino.

miguel guil iano .co: viste lo lindo que es. Yo también sigo un par de historias que son geniales, pero lamentable se actualizan muy irregularmente. Eso es una pena. Aquí está el siguiente capítulo: ojala te guste.

Luna: uy, Dios mío….. ya ten tengo hablando en francés. No te estoy matando, lo juro. Y no te mueras, porque si no la policía capaz me lleva y ¿cómo actualizo la historia desde una celda? . No me río de tus sueños, aunque admito que me asombra lo duró que te pegó la historia. Las caras de Jon y Cat…. Wow.

Y qué bueno que te gustó la parte del sur (y viste que descuidados los de la serie? ¡Se le "olvidó"!)

fanatico z: mira, primero que nada te voy a ayudar con tu duda. Si querés saber un poco más de los Lannister lee los primeros párrafos del capítulo 15, donde Jon reflexiona las noticias llegadas del sur. O, si quieres algo más breve, lee el final de Kevan el capítulo anterior, donde hay un buen resumen de la situación en el sur. En la pelea entre tu hermano y tu….. felicitaciones. Ganaste tú.

Ygritte celosa? Noooooooo que va. Frustrada y confundida, sí. Celosa? Bueno….. eso es más complicado de explicar. Claro que ella y Jon son de mente abierta, o al menos más que los sureños.

Quiero dar gracias también a los que siguen la historia, la tienen entre sus favoritos o simplemente la leen.

Bien, basta de hablar. Vamos a lo que los trajo hasta aquí.

Disclaimer: todo lo que puedan reconocer pertenece a G.R.R. Martín. Yo solo lo uso para entretenerme y tratar de entretener a otros.

Catelyn

El sueño la evadía, negándose a hacerse presente para dejarla dormir. El recuerdo de sus recientes acciones y de las consecuencias que probablemente seguirían a ellas golpeaba contra su mente sin tregua.

La expresión de Ygritte cuando le dijo que deseaba a Jon era una que tomaría tiempo para superar. Catelyn leyó enojo, temor y traición en el rostro de la mujer besada por el fuego más joven. Y hubo otras cosas que no pudo distinguir, pero no creía que ninguna fuera buena.

Una parte de Catelyn se reprochaba de manera continua haberle dicho la verdad a Ygritte; debía haberse guardado sus pensamientos y deseos para sí misma, en vez de decírselos a una mujer que, además de considerar su amiga, estaba en sus últimas dos lunas de embarazo. Si algo le ocurriera al bebé de Ygritte y Jon, Catelyn estaba segura de que la culpa, justificada o no, la ahogaría.

Pero la mayor parte de sí misma estaba, si no feliz, al menos satisfecha de haberle dicho la verdad a Ygritte. Por muy doloroso o problemático que fuera, sabía que se lo debía.

La verdadera duda de Catelyn ahora estaba en lo que haría Ygritte; justo después de que le dijera la verdad sobre su deseo por Jon, este había entrado, antes de que Ygritte o ella pudieran acordar algo, o siquiera añadir alguna palabra que les ayudara a establecer en que lugar las dejaba este nuevo hecho que ella había dejado al descubierto.

¿Ygritte se lo diría a Jon? ¿O fingiría que no había escuchado nada y haría oídos sordos a las palabras de Catelyn? Catelyn temía ambas opciones, y al mismo tiempo las ansiaba.

Si Ygritte se lo decía a Jon, sin duda el vendría a hablar con ella al respecto, y no estaba segura de que decirle, o si incluso podría encararlo. Y si la mujer embarazada no lo decía, eso no cambiaría nada para ella. Aún seguiría deseando a Jon, y al compartir tienda con él debería ser mucho más cuidadosa al estar cerca de él, para que ningún comentario que pudiera delatarla saliera de sus labios por accidente. ¿Sería fácil? No, ni en lo más mínimo. ¿Sería posible? Esperaba que sí. ¿Nunca más sentiría deseo por Jon? No se hacía ilusiones al respecto.

¿Pero era solo deseo lo que sentía por Jon, o era… otra cosa? Recordando la forma en que su brazo la envolvió horas antes, al llegar a la tienda, la hizo pensar que sí. Ese calor maravilloso, y la forma en que la espalda firme de Jon se sentía debajo de sus dedos, separada por la débil franja de la lana y las pieles, era una sensación deliciosa que no le importaría repetir. Lo único que cambiaría sería la presencia de la ropa que le impidiera sentir el calor de su piel desnuda contra sus dedos.

Jon era apuesto, no lo negaría, pero no era solo el aspecto físico lo que le gustaba de él. Si lo fuera podría creer que lo que sentía era lujuria o deseo, pero no era así. La forma en que se enojó cuando a su mente arribó la idea de que Cubo Grande podría haberla golpeado la había conmovido. La preocupación, el cuidado que vio en sus ojos, la habían llenado de afecto hacia él. La confianza que puso en ella al dejarla ir a hablar con los clanes, la forma en que se mostraba atento cuando hablaban de cualquier tema al azar, el como nunca perdía la calma con ella y siempre respetaba su opinión, todo eso le encantaba de él. No, sin duda lo que sentía por Jon era más que simple deseo físico.

Catelyn se giró una vez más en la cama y entonces fue que lo notó: había una figura envuelta en sombras cerca de ella, lejos de los rayos de luz que venían de la higuera que ardía moribunda a pasos de distancia, en el medio de la tienda. Por instinto se sentó con rapidez y abrió la boca, no estaba segura de sí para gritar por ayuda o para increpar al intruso, pero entonces sus ojos terminaron de adaptarse a la oscuridad y vio quién era. Y su corazón empezó a latir a mayor velocidad.

Jon estaba parado, mirándola, y no sabía por cuánto tiempo había estado ahí. Un repentino acceso de timidez se hizo presente en ella, y se centró en cualquier cosa menos en la cara de Jon. Se acomodó mejor su camisa de dormir y se retiró un mechón de cabello rebelde que había caído sobre su rostro. Entonces notó que el cabello de Jon estaba despeinado, que su ropa era la misma, que estaba desarreglada, y que él estaba descalzo.

Jon se acercó un par de pasos, y sus ojos nunca se encontraron con los de ella "Hola" le dijo, en voz baja. Parecía incómodo, y eso puso nerviosa a Catelyn.

"Hola" lo saludó ella, su voz ahogada. Tenía una suposición de porqué estaba incómodo, y era una muy buena.

Jon dio un par de pasos más y volvió a detenerse "Ygritte me lo contó todo" soltó tras un suspiro.

El corazón de Catelyn latió aún más rápido, hasta que podía sentir como golpeaba contra sus costillas, en lo que podría parecer un movimiento desesperado por escapar. Ahora sabía lo que Ygritte había hecho, pero eso no resultaba un gran consuelo. Ignoró esa pequeña parte de sí misma que suspiró aliviada de no tener que seguir manteniendo el secreto y aunque sabía que eran sus nervios alterados tomando el control de su mente, maldijo a la otra mujer de la tienda por haberle dicho.

Jon lo sabía. Sabía que ella lo deseaba como una mujer desea a un hombre. Su mente permaneció en blanco por unos instantes, incapaz de reaccionar, hasta que la bruma que la envolvía se disipó y Catelyn pudo volver a enfocarse en lo que pasaba.

Sintió su garganta seca, y tragó para tratar de arreglarlo, pero no bastó, por lo que se forzó a tragar una vez más. Cuando estuvo segura abrió la boca, preparada para decir todo lo que pensaba, para tratar de justificar sus deseos, o al menos para intentar evitar perder la relación que había logrado forjar con Jon en las últimas lunas "Oh" en cuanto la pequeña exclamación salió de su boca, Catelyn maldijo a esta por no obedecer sus órdenes y soltar una respuesta tan escueta.

Jon asintió con la cabeza, y los siguientes momentos ambos estuvieron en un silencio que se hacía cada vez más pesado. Al final Catelyn decidió romperlo "¿Cómo esta Ygritte con todo esto?" Sabía que era una pregunta cuya respuesta ya sabía a medias, por la expresión de la mujer embarazada cuando ella misma le dijo lo que sentía por Jon, pero debía hacerla. Estar preocupada por Ygritte la hacía sentirse un poco menos culpable por desear a su hombre.

Jon suspiró y se pasó la mano por el cabello, despeinándolo aún más "No está feliz" dijo, y aunque Catelyn ya lo sabía, eso no impidió que su corazón diera un vuelco de preocupación, tanto por Ygritte como por Jon.

"Lo siento" dijo ella sin pensar.

Fue entonces que Jon la miró finalmente a los ojos, y Catelyn luchó contra un estremecimiento "No lo hagas. Uno no elige sus deseos o sus sentimientos, y no debería pedir perdón por ellos. No sirve de nada a nadie" había un toque de amargura en esas palabras que Catelyn escuchó a la perfección.

"No. Supongo que no" concedió ella.

"Está confundida" le contó Jon. Un suspiro salió de los labios de Jon, y Catelyn resistió el impulso de llevar sus ojos a ellos "No importa lo que ella haya dicho o no, la verdad es que te aprecia. Te tiene cariño, eres…. Eres una amiga, una hermana… no estoy seguro de que palabra usar, pero eres alguien a quién le da gusto tener en su vida. Y esto…. Lo que deseas de mí es algo inconveniente para ella. Es algo que la afecta" dijo Jon.

Catelyn sacudió la cabeza, al tiempo que la pena se hacía presente en su rostro "Yo también la aprecio" le aseguró a Jon. Necesitaba asegurárselo "Lo pensé mucho, cada día que estuve con los clanes en sus montañas, y cada día en mi viaje de vuelta hasta aquí. Estaba decidida a no decirle nada, a no preocuparla. Estaba… estoy" se corrigió a sí misma "preocupada por ella. No quiero que sufra, y me aterra la posibilidad de que le pase algo a su hijo…. A tu hijo" resaltó "porque la alteré con esto. Pero cuando te fuiste a hablar con los clanes, Ygritte me llevó de vuelta a la tienda y me contó todo, no se guardó nada para sí. Y… no fui capaz de ocultarle esto. Debía decirle la verdad" concluyó, al tiempo que inclinaba ligeramente la cabeza.

"Ygritte odia que le oculten cosas, sobre todo si la afectan. Decirle fue lo correcto" la animó Jon "Ella me dijo otra cosa" comentó luego.

"¿Qué cosa?" preguntó Catelyn, y de inmediato lo lamentó cuando vio que él había vuelto a tensarse.

"Ella me dijo que debía olvidarme de mi padre y de mis hermanos, de mis títulos como Rey en el Norte y Rey más-allá-del-Muro, incluso de ella y del niño que lleva en el vientre" le dijo Jon, y ella sintió un repentino acceso de pánico, que fue calmado por las siguientes palabras "cuando decidiera lo que voy a hacer con respecto…. A ti" concluyó en un susurro, sus ojos mirando directamente a los de Catelyn.

"¿Te refieres a si me rechazas…." le preguntó ella sin aliento, incapaz de terminar la pregunta. No quería decir la otra posibilidad; temía ilusionarse más si lo hacía.

"O si no lo hago. Si yo… te acepto" dijo lo último con cuidado, su rostro una máscara que no dejaba traslucir nada.

La forma en que lo dijo Jon….. parecía como si hubiera una posibilidad de que la aceptara. El corazón de Catelyn la traicionó y empezó a latir aún más rápido, encontrando en la ilusión de una respuesta afirmativa de Jon la energía para empezar a moverse a velocidad mucho más rápida de lo que estaba acostumbrado.

Catelyn guardó silencio, temerosa de producir algún sonido que pudiera bloquear de alguna manera la respuesta de Jon. Pero él parecía tener la misma idea, porque guardaba silencio mientras la miraba sin parpadear, sus ojos grises como un cielo tormentoso fijos en los de ella.

Al final ella decidió romper el silencio "¿Y qué elección has hecho?" le preguntó, su voz sorprendiéndola al salir ronca.

"Amo a Ygritte con mi corazón. Es una mujer fuerte, valiente, hermosa, y tantas otras cosas que difícilmente podría pronunciarlas todas. Fue la primera mujer que me vio como un hombre, no solo como un bastardo. Hace unos años no podría imaginar que existiera; hoy no puedo imaginar mi vida sin ella. No puedo dejarla ir" dijo Jon.

Con cada frase Catelyn sintió como si una mano invisible la golpease en el pecho, haciendo un daño que no se podía ver con los ojos, pero se podía sentir sin problemas. No fue capaz de mantener los ojos abiertos, y agachó la cabeza para que Jon no viera su rostro.

Jon le decía esas cosas para que entendiera sus razones para rechazarla. Una pequeña parte de su ser se alegraba de que decidiera quedarse con una mujer tan maravillosa como Ygritte, y otra parte hasta entendía su deseo de no arriesgar la felicidad que obtenía con la mujer más joven y el hijo que llevaba en el vientre, el primogénito de Jon. Pero la mayor parte de ella sufría ante la pérdida de sus esperanzas para con él.

"…Pero tampoco puedo ignorar lo que siento por ti" las palabras de Jon la forzaron a alzar la cabeza, con tanta rapidez que creyó lastimarse el cuello. Sus ojos se abrieron y lo miraron con cuidado, tratando de detectar alguna pizca de falsedad o engaño en el rostro de Jon. No había ninguna "Te deseo Catelyn. Esa es la verdad" le confesó en voz firme, sin dudar.

Más tarde Catelyn podría pensar que sus acciones fueron por desesperación, o por alegría por ser correspondida por Jon. Más tarde podría sentir vergüenza por hacer lo que hizo con un hombre que ya tenía mujer y que estaba a menos de dos lunas de convertirse en padre. Más tarde podría pensar que con sus acciones lastimaba a una buena muchacha que no lo merecía. Más tarde podría pensar en que estaba complicando las cosas para varias personas: Jon, Ygritte y ella misma. Más tarde podría preocuparse por las opiniones de los norteños y el Pueblo Libre si se enteraran de sus acciones. Más tarde podría sentirse furiosa por las circunstancias adversas que complicarían su elección.

Más tarde Catelyn podría pensar y sentir todas esas cosas. En ese momento no: en ese momento se trataba de sentir, no de pensar. Y no de sentir nada negativo como culpa o vergüenza, sino solo cosas hermosas.

En un solo movimiento Catelyn extendió la mano y tomó la mejilla de Jon, sintiendo la barba rasposa contra sus dedos. Con cuidado, con su inconsciente queriendo darle la oportunidad a Jon de retractarse si lo deseaba, se inclinó poco a poco, y Jon hizo lo propio hacia ella, sus labios encontrándose a medio camino con los de él.

El primer contacto fue casto, simple. Un roce de labios sencillo, un simple y breve toque, con los labios de cada uno firmemente cerrados. Luego siguió otro, este demorándose un instante más que el anterior antes de concluir también. Y otro. Y otro más. Catelyn estaba perdida en esa sensación de piel contra piel, un contacto tan pequeño pero a la vez tan poderoso que la hacía estremecer. No tenía mente para nada, ni siquiera para notar lo irónico que era que, tras tantos días anhelando a Jon, ahora quisiera tomarse las cosas con calma, para saborear cada fracción del contacto, para atesorarla como si fuera la riqueza más valiosa del mundo, más preciada que ninguna cantidad de oro ni la más grande joya.

Los besos fueron durando cada vez más, hasta que dejaron de ser roces y se convirtieron en los labios de cada uno probando, saboreando con cuidado y atención los del otro. Jon tomó en un momento su labio inferior entre los suyos y lo succionó con delicadeza, arrancando un suspiro de ella. Sus manos tampoco estaban quietas: la que estaba en la mejilla de Jon fue hacia su cabello para convencerse con hechos de que el cabello de Jon era tan suave como le había parecido, mientras que la otra se aferró a la camisa de dormir de Jon, para mantenerlo cerca en caso que quisiera retirarse. Las manos de Jon fueron una a su cintura, mientras la otra acariciaba con delicadeza su cuello, los dedos callosos por la práctica de espadas erizando su piel con cada toque.

Cuando sintió la lengua de Jon tocar con cuidado sus labios no pudo resistirse a abrirlos: la lengua del hombre se introdujo con rapidez en su boca, rozando con cuidado sus dientes antes de lamer con cuidado la suya, que correspondió ansiosa al toque. La mano de Jon en su cintura aumentó su agarre, causando un dolor ligero y muy agradable de sentir.

El pensamiento de Catelyn estaba nublado por las sensaciones: la mano de Jon en su cintura, la otra en su cuello, sus labios rozando los de ella y su lengua en una danza lenta y excitante con la de ella. Todo junto causaba que su mente fuera incapaz de pensar, y que su cuerpo se sintiera ardiendo de la mejor manera posible. Era tan fuerte que temía derretirse de un momento a otro, como un puñado de nieve junto a un fuego rugiente.

No supo bien como, pero termino recostada sobre sus pieles, atrapada entre los brazos de Jon, su cuerpo aplastando el de él, sus piernas ligeramente abiertas para permitir que Jon depositara las suyas en medio. Él dejó su boca luego de un último y largo baile de sus lenguas, para empezar a regar besos por su mandíbula, bajando hasta su cuello. Los labios del hombre se sentían calientes y húmedos, si por su saliva o la de ella, no lo sabía ni le importaba. La mano de Jon empezó a acariciar su cabello desparramado, mientras él usaba sus codos para mantenerse sobre ella sin aplastarla.

El rastro de fuego que Jon dejaba a lo largo de su cuello era muy fuerte, pero cuando empezó a dejar suaves mordidas sobre la piel…. Fue demasiado "Jon" dijo, su voz saliendo más ronca que nunca "Jon" intentó de nuevo llamar su atención, y funcionó. Una sonrisa se hizo presente en su rostro cuando vio los labios hinchados de Jon y los ojos grises nublados de lujuria. En un fugaz destello de arrogancia, sintió como su pecho crecía al saber que él estaba así por causa de ella. Pero su arrogancia no duró más que un instante antes de ser ahogada por su necesidad "Necesito….. necesito…. Necesito sentirte" logró decirle, tomando aire en medio de sus palabras. En un solo movimiento sus manos fueron hacia la prenda de lana que cubría su pecho y tomó el dobladillo con sus dedos. Jon pareció entender lo que quería, porque se levantó para quedar arrodillado en frente de ella, y cuando ella tiró de la prenda hacia arriba él la ayudó alzando los brazos. Catelyn había imaginado muchas veces el pecho desnudo de Jon pero ahora, viéndolo en verdad, se dio cuenta de que su imaginación se había quedado corta.

Cada músculo estaba bien definido, la piel clara recorría con cuidado cada contorno y se estiraba uniforme, siendo solamente perturbada por alguna ocasional cicatriz. Era una vista digna de ser recordada; tanto, que Catelyn no luchó contra el impulso de pasar las manos por esa piel, y antes de darse cuenta estaba imitando las acciones de Jon, y dejando besos por ese cuello que se exponía frente a ella.

"Cat…" suspiró el muchacho, y el sonido de su nombre pronunciado por sus labios fue enloquecedor para ella, que dejó su cuello para proseguir su entrega de besos por el pecho del hombre. Lo sintió hundiendo la nariz en su cabello rojo, que caía de manera descuidada. El sonido de su respiración jadeante sobre su oreja la emocionó aún más, y sin pensarlo pasó su lengua por el pezón del hombre, haciéndolo suspirar "Dioses…" murmuró en su cabello, antes de que sus manos la cogieran por la nuca y la hicieran alzar el rostro. La queja que Catelyn tenía murió cuando los labios de Jon se volvieron a encontrar con los de ella, en una serie de besos más descuidados que nublaron su mente aún más, si eso fuera posible. Las lenguas danzaron, los labios se fusionaron y la saliva se mezcló, llevando la mente de Catelyn a nuevas alturas de placer.

No se dio cuenta de que las manos de Jon se habían alejado de su cabeza hasta que las sintió debajo de su ropa, recorriendo su espalda con rapidez, las yemas de sus dedos convertidas en diez pequeñas llamas que dejaban rastros ardientes por su espalda, desde sus hombros hasta su cintura, deteniéndose justo antes de llegar a esa curva que separaba sus caderas de sus muslos.

Catelyn alzó los brazos en una invitación muda que Jon entendió al instante. Separó sus labios de los de ella y agarró el dobladillo de su ropa. Jon tiró hacia arriba, dejando todo el cuerpo de Catelyn desnudo desde su cintura hasta arriba.

Catelyn, si fuera posible, se excitó más al ver como la mirada de Jon se tornaba aún más oscura con lujuria. No se resistió a bajar su cabeza para examinar con detenimiento sus propios pechos, viendo los pezones erguidos y firmes. Sintió como un cosquilleo recorría su cuerpo antes de concentrarse en ese lugar que llevaba oculto, y sintió como se humedecía aún más. Jon rozó sus labios una vez más contra ella en un beso breve, antes de que bajara y se aferrara a uno de sus picos con los labios, empezando a chupar como un niño hambriento.

"Jon" suspiró, sus dedos aferrándose a las pieles que había debajo de ella en un esfuerzo por mantenerse entera. Un esfuerzo que fracasaba estrepitosamente al sentir los labios de Jon alrededor de su pezón. Un esfuerzo que se volvió completamente inútil cuando la lengua de Jon se unió a sus labios, jugando con el pezón, trazando círculos y luego rozando con cuidado la punta. Ante esto último un gemido alto escapó de sus labios, pero Catelyn no podía encontrar una parte de sí misma que le importara que alguien la escuchara.

Jon siguió jugando con su pezón y su pecho, mientras una de sus manos empezaba a mover el otro montículo, la palma frotando con cuidado pero con insistencia el pezón, arrancando más gemidos de sus labios.

La bruma del placer que estaba viviendo Catelyn era espesa, pero no lo bastante para mantenerla inmóvil. Sus manos dejaron las pieles para recorrer la espalda desnuda de Jon, trazando cada contorno, cada musculo firme, deleitándose en esa masa suave y sólida a la vez. El recorrido de sus manos solo se incrementó cuando Jon soltó su pecho ahora húmedo de saliva y con varias marcas de besos para dispensar el mismo trato al otro.

Para cuando Jon finalmente terminó de jugar con sus pechos, la garganta de Catelyn se había secado, sin duda por estar con la boca abierta, soltando gemidos de gusto.

El cuerpo de Catelyn ardía, y necesitaba desesperadamente apagar ese fuego antes de que terminara de consumirla. Una punzada de frustración la golpeó cuando Jon bajó aún más, besando y lamiendo su estómago y su ombligo, antes de tomar su última prenda con las dos manos y quitársela en un rápido movimiento, dejándola totalmente desnuda ante los ojos del hombre.

La mirada de Jon recorrió el cuerpo frente a ella con detenimiento, mirando con cuidado cada parte, empezando por sus piernas, subiendo lentamente hacia ese lugar entre sus piernas, donde la humedad brillaba en unas cuantas hebras de un cabello rojo. Luego siguió subiendo, pasando por su cintura y su cadera, deteniéndose un tiempo considerablemente largo en los dos montículos gemelos que estaban bajo sus clavículas, antes de seguir hacia arriba y encontrar sus ojos grises con los azules de ella "Eres hermosa" le dijo, su voz ronca con lujuria "Muy hermosa" reafirmó luego, antes de bajar y llevar su boca hacia el lugar entre sus piernas.

En un primer momento Catelyn no tuvo idea de que quería hacer Jon, pero cuando sus dedos abrieron sus pliegues y lo escuchó respirar con fuerza, sus piernas temblaron, no sabía si por anticipación o por el hecho de entrar en un terreno que nunca había explorado.

El primer toque de su lengua contra su sexo envió un escalofrío por todo el cuerpo de Catelyn. Un suspiro escapó de sus labios cuando él volvió a recorrer sus labios bajos, esta vez con más lentitud. En poco tiempo la lengua de Jon recorría su sexo, lamiendo, trazando y acariciando con cuidado. Era enloquecedor; tanto que Catelyn perdió toda capacidad de control sobre su cuerpo. Sus manos fueron hacia la cabeza de Jon, para acercar su boca a su sexo más aún. Cuando Jon introdujo la lengua en su sexo clavó las uñas en su cuero cabelludo, mientras sus gemidos crecían aún más en intensidad.

"¡Jon!¡!Jon!¡Jo…Oh…..Ohhhhhhh!" el nombre se convirtió casi en una plegaria en sus labios, una súplica hacia un poder más fuerte que ella, un poder que la tenía dominada en cuerpo y alma. Uno de los dedos de Jon trazó el contorno de su pierna antes de unirse a su lengua en ese rincón entre sus piernas.

La lengua de Jon subió mientras su dedo la reemplazaba, moviéndose con lentitud entre los pliegues de Catelyn. Los gemidos de la mujer, que habían bajado por un momento, volvieron a incrementarse, y sus dedos se clavaron en el cuero cabelludo de Jon aún más fuerte, tanto que Catelyn, si hubiera podido pensar a través de la bruma del placer, se habría preocupado de hacer sangrar al hombre que tanto placer le estaba dando.

Entonces sintió la lengua de Jon trazando ese nudo que se encontraba en su parte íntima, antes de morderlo ligeramente. Fue demasiado: las estrellas estallaron tras los ojos de Catelyn y sus piernas temblaron de manera incontrolable mientras el lugar entre sus piernas ardía "¡JOOON!" el gritó salió de sus labios, alto y desinhibido. Sus manos dejaron a Jon y se aferraron a las pieles debajo de ella con fuerza suficiente para romperlas. La lengua de Jon siguió entre sus piernas, lamiendo y saboreando todo lo posible, hasta que fue demasiado "Basta" suplicó Catelyn, su voz sin aliento "Basta, Jon. Antes de que enloquezca" le suplicó de nuevo, y Jon pareció escuchar su súplica, porque le dio un último beso entre los labios antes de alejarse.

No sin cierto esfuerzo, Catelyn usó sus brazos para levantarse, de modo que una vez más quedaba cara a cara con Jon, que tenía una sonrisa en su rostro "¿Puedo suponer que te gustó?" preguntó, al tiempo que una expresión un tanto engreída se hacía presente en su rostro.

"Puedes" reconoció Catelyn, dando un asentimiento "¿Dónde… aprendiste eso?" decidió indagar. Era la primera vez que sabía de un hombre que hiciera eso. Un hombre que ella conociera.

"En ningún lugar" reconoció él "Simplemente quería hacerlo"

"Me alegro de que lo hayas hecho" dijo Catelyn con una risita. Dio una mirada apreciativa al cuerpo del hombre frente a ella, y se deleitó en los brazos firmes, el pecho desnudo y las manos callosas, hasta que bajó más y vio algo que la hizo fruncir el ceño y perder su sonrisa "Fuera" gruñó, al tiempo que sus manos iban hacia el cinturón de Jon, empezando a desabrocharlo "Quítalos, Jon. Ahora" comandó, reprimiendo un bufido de frustración mientras su mirada estaba fija en la hebilla que sus manos ligeramente temblorosas no podían abrir por sí solas.

Jon llevó sus manos a las de ella y la ayudó a quitar el cinturón. Catelyn lo tomó y lo arrojó lejos, no queriendo ver el objeto que le había causado molestias un momento atrás. Tomó los pantalones de Jon por el dobladillo y los empujó hacia abajo, ansiando ver lo que se escondía detrás de ellos.

Catelyn había fantaseado con el cuerpo de Jon en más de una ocasión, pero ahora, luego de haber retirado la última prenda que el hombre llevaba, estuvo segura de que la fantasía no se acercaba a la realidad. El miembro de Jon se erguía ante ella, duro y recto, con un par de venas recorriéndolo y apuntando hacia ella. Solo con verlo, el corazón de Catelyn bombeó más rápido de pura emoción, y la humedad en sus piernas se incrementó.

Jon la empujo con suavidad, acostándola sobre las pieles mientras se posicionaba encima, sus ojos fijos en los de ella. El brazo izquierdo de Jon se apoyó a su lado, la mano a la misma altura de su cabeza. El otro se posicionó entre ellos, y Catelyn vio de reojo como la mano de Jon tomaba su miembro y lo llevaba hasta que estuvo delante de sus labios bajos, tan cerca que Catelyn podía sentir el calor que irradiaba de él.

"¿Lista?" le preguntó él.

Catelyn le dio una larga mirada. Pasó la vista por sus ojos grises, el cabello oscuro, la mandíbula firme, la piel blanca, la barba color ébano. Había llegado el momento; el momento de cumplir con lo que había ansiado por mucho tiempo, de obtener lo primero que había deseado desde hace lunas. Alzó una mano y tomó la mejilla de Jon.

"Hazme el amor, Jon" le susurró, sus labios apenas abiertos.

No separó los ojos del rostro del hombre sobre ella mientras lo sentía empujando, su gruesa longitud abriéndose paso poco a poco entre sus pliegues, llenando su interior, no solo en cuerpo sino también en alma.

Cuando Jon tocó fondo en su interior un jadeo se abrió paso a través de sus labios, solo para ser encontrado por uno de él. Estuvieron así, sin moverse, por unos instantes, Catelyn acostumbrándose a la gruesa vara en su interior, mientras Jon acariciaba su rostro con ternura, dándole un beso corto en la mandíbula, luego en la mejilla y luego en los labios. Luego de darle el último Jon se retiró de su interior con lentitud, hasta que solo la punta de su polla estaba aún aprisionada en su interior, momento en que volvió a avanzar, antes de retroceder una vez más. El corazón de Catelyn latía desbocado, sus senos eran apretados por el pecho de Jon y sus piernas estaban separadas, con las de Jon ubicadas en medio de ellas.

En un momento Jon bajó la cabeza y encontró sus labios con los de ella. Catelyn le contestó el beso con ansias, sus labios saboreando los de Jon, que estaban ligeramente húmedos. Un sabor extrañamente salado estaba en los labios de Jon, y Catelyn recordó de manera repentina que los labios de Jon habían saboreado el néctar de su sexo. Un leve asco se hizo presente en su mente por la idea de saborear su propio néctar, pero cuando la lengua de Jon se abrió paso entre sus labios Catelyn lo olvidó todo, prefiriendo centrarse en la danza que la lengua de Jon había iniciado y en el empuje de su cadera contra la de ella, que había aumentado de velocidad.

Los movimientos de Jon se habían hecho más rápidos, adquiriendo ya un ritmo constante, golpeando sus caderas contra las de ella mientras su miembro se abría paso una y otra vez en su interior. Los gemidos de Catelyn salieron de su boca, solo para perderse en la boca de Jon.

En un momento, Catelyn cruzó las piernas detrás de Jon, atrapándolo y forzándolo a meterse con más fuerza en su interior.

Catelyn separó los labios de los de Jon, que de inmediato empezó a regar besos por su cuello "¡Jon!" exclamó sin aliento, su voz saliendo aguda. Jon tomó a Catelyn por la cadera y la obligó a alzarla un poco más, antes de volver a empujar "¡Oh, dioses!" gimió, la nueva posición alcanzando nuevos lugares de placer en su interior "Mas, más… si…. Ahí" dijo, alentando al muchacho a seguir.

La nueva posición había aumentado el placer de Catelyn, y pronto sintió como sus paredes internas se contraían, al tiempo que sus pezones se endurecían aún más. Jon se alzó un momento, apoyándose en sus brazos mientras seguía moviéndose en su interior. Catelyn bajó la vista, y vio como el miembro de Jon se introducía en su interior, solo para volver a salir un momento más tarde, antes de volver a entrar. Era una vista muy agradable, y se alzó para rozar la mandíbula de Jon con sus labios, disfrutando la ligera picazón que le dejó en los labios.

"Jon….. Jon… ya…. Oh… ya casi" le dejó saber, el placer dificultando la salida de sus palabras. Pero Jon pareció entenderlo, porque aceleró sus embestidas, y con ellas aumentaron los gemidos de Catelyn, que se sintió enloquecer por las oleadas de placer que la golpeaban a cada instante. Y entonces ocurrió; las oleadas de placer terminaron rompiendo la presa, y Catelyn sintió como todo su cuerpo ardía, empezando por ese punto en donde su cuerpo y el de Jon se conectaban tan deliciosamente "¡Ooohhhhhhhh, JON!" gritó, sus labios dejando escapar el sonido más alto que alguna vez había salido de su boca. El espasmo fue tan fuerte que sintió como todo su cuerpo temblaba, desde su cabello hasta la punta de los dedos de sus pies. En un esfuerzo por mantenerse en una pieza, se aferró con manos, dedos y uñas a la espalda de Jon, arañando la piel tersa que tenía. Encima de ella sintió como Jon se tensaba, al tiempo que un gruñido escapaba de su boca, y luego sintió como la polla de Jon se tensaba en su interior, antes de soltar su semilla con fuerza, pintando su interior con cada ráfaga de blancura que escapaba de ella, hasta que Catelyn la sintió en la mayor de sus profundidades. La sensación solo se sumó a su placer, haciéndola alcanzar nuevas alturas.

Cuando finalmente sus sentidos se despejaron, Catelyn se sintió descender, en más de una manera. Jon bajó con lentitud, consciente de que ella estaba aferrada a él. Cuando la mujer sintió como su espalda era apoyado con suavidad contra las pieles Jon descendió sin tanta gracia, su cuerpo aun cubriendo el de ella, y su cabeza recostada de las pieles junto a la de Catelyn, que sintió su respiración agitada contra su oído.

Sin pensarlo, las manos de Catelyn fueron hacia el cabello negro del hombre, acariciándolo con suavidad, esperando transmitir con ese gesto todo lo que sentía por él tras lo que acababa de pasar. En un rápido movimiento, Jon la tomó de la cintura una vez más y los volteó, de modo que ahora él estaba recostado sobre las pieles, con el cuerpo de ella encima y los sexos de ambos aun conectados entre sí.

Jon le acarició la mejilla con una mano perezosa, antes de tomar un mechón de su cabello rojizo y colocarlo con cuidado detrás de su oreja. Acarició con cuidado su melena antes de tomarla de la nuca y llevarla hacia el frente, para encontrar sus labios con los suyos en un beso sencillo y a la vez lleno de dulzura. El gesto era tan hermoso y a la vez tan inocente después de lo que habían hecho, que a Catelyn le dio unas ganas absurdas de ponerse a llorar.

Cuando sus labios se separaron Catelyn recostó su cabeza del pecho desnudo del hombre antes de cerrar los ojos, una sonrisa satisfecha adornando su cara.

Las palabras sobraban.

Jon

Habían pasado horas desde que se había acostado con Catelyn. No. No acostado; hecho el amor. Ella se lo había pedido, y él no había dudado ni un momento en obedecerla. Y había sido bueno, bello, espléndido, apasionado, y mil cosas más, todas y cada una de ellas tan buena como las demás.

Había sido una de las noches más largas que Jon podía recordar. Había pasado por tantas cosas, y había sentido tantas otras, que Jon estaba más agotado de lo que nunca creyó que lo estaría.

Primero había hecho el amor con Ygritte, y luego habían tenido una charla, aunque más bien fue una discusión, sobre Catelyn, sobre los sentimientos de ella por él y de él por ella. Jon no había podido negar la acusación de Ygritte de que deseaba a Catelyn. Luego de separarse de la mujer embarazada de su hijo había ido a ver a Catelyn, pero no había sido capaz de hablar con ella directamente. Una parte más bien infantil de sí mismo, una parte que se negaba a hacer ningún tipo de concesión, se había dicho que no lo hacía por no ser grosero, por no interrumpir el sueño de la mujer que claramente había tenido un día aún más largo que el suyo. Pero su supuesta cortesía no le había impedido posar sus ojos en el cuerpo cubierto por pieles, en la piel blanca, en esos párpados que ocultaban un par de ojos azules como el mar, en ese cabello que parecía estar en llamas. Jon había ignorado la voz que, mientras la miraba con tanta atención, le susurraba que sabía perfectamente porqué lo hacía.

Cuando ella había despertado Jon no se había resistido a acercarse a ella, pese a que sentía como la incomodidad lo empujaba hacia el suelo como el puño de un gigante. Saber ahora que la mujer que fuera madre de sus hermanos y esposa de su padre tenía deseos de tipo carnal con él era algo que nunca había esperado.

No había sido capaz de resistirse a ella: algo sobre verla ahí, enfrente de él, había encendido en él una pasión que solamente con Ygritte había sentido. Cuando ella se aproximó a besarlo la voz de su mente, esa que le decía que lo que estaba por hacer era incorrecto, se silenció del todo. Pero si era incorrecto ¿por qué se sentía tan bien? El sabor de los labios de Catelyn, de su piel, los gemidos y jadeos que habían salido de su boca… el sabor de su néctar, el calor de su interior….. todo era tan maravilloso que no había sido capaz de resistir. Los rostros de sus hermanos, de su padre, del mundo, de los mismos dioses….. todo se había perdido en el mar de placer en el que se había sumergido gracias a Catelyn.

Incluso ahora, viéndola durmiendo encima de él, Jon solo podía pensar en lo hermosa y apacible que se veía. Nada le importaba: su familia, los señores norteños y el Pueblo Libre… todos eran solo nombres y rostros vagos en lo profundo de su mente. La única cosa capaz de atravesar la barrera de este momento era una imagen de una mujer besada por el fuego y su nombre.

Ygritte.

El corazón de Jon se sentía partido en dos: mientras que una parte latía en perfecta calma y dicha por encontrarse donde se encontraba, la otra parte se ahogaba en preocupación por Ygritte y por como tomaría esto: más allá de que ella le hubiera dicho que en lo que había entre Catelyn y él ella no tomaba parte ni tenía importancia, Jon no lo sentía así. Cualquier cosa que le afectaba a Ygritte le afectaba a él.

No había mentido cuando le dijo a Ygritte que él era de ella y ella de él. Pero….. no podía simplemente ignorar a Catelyn; si algo sabía ahora era que eso no era una opción. No tenía que ver con lo que habían hecho en la cama….. o al menos no en su totalidad. Era lo que Jon había sentido lo que lo convencía de que sentía algo más allá de lo normal por la mujer. No era lujuria, no era deseo; si hubiera sido alguna de esas cosas probablemente se habría extinguido luego de acostarse con ella, no se hubiera hinchado hasta llenar todo su pecho de un calor agradable y cómodo.

Mientras apoyaba una vez más la cabeza contra el piso cubierto de pieles, Jon se forzó a reconocer la verdad absoluta.

No estaba dispuesto a alejarse de Catelyn. Y no quería tampoco distanciarse de Ygritte.

Por confuso que pudiera sonar, tenía sentimientos de afecto, cariño…. Y amor por ambas mujeres.

Bieeeee ¡een! Eso es todo por ahora. Sé que este ha sido un gran paso el que han dado Jon y Catelyn, pero creo firmemente que ya era tiempo de que lo dieran.

Voy a ser honesto con uds: consideré en más de una ocasión alterar el capítulo. Darle mayor profundidad a la charla entre Jon y Catelyn, o no llevarlos directamente a compartir la cama. Pero al final no lo hice: lo pensé mucho, pero al final decidí dejarlo así. Y tengo 2 motivos para ello:

1- Pese a que en verdad valoro y aprecio las sugerencias de las personas que dejan reviews (siendo consciente de que el tiempo es algo muy valioso y que aquellos que gastan el suyo en escribirme están haciendo un sacrificio) esta sigue siendo MI historia. No lo digo en sentido egoísta, simplemente lo hago para señalar que mi palabra, pese a todo, es la última palabra. Ojalá nadie se lo tome a mal.

2- Este es un capítulo que me parece que todos, directa o indirectamente, han estado esperando. Sé que sin duda algunos estarán en desacuerdo con la forma en que se desarrollaron las cosas, pero la verdad gente es que es imposible darles el gusto a todos. Independientemente de si les gusto o no, espero que sigan leyendo mi historia. Y desde ya muchas gracias.

¡Bien!, habiendo ya explicado, voy a seguir mi costumbre y les voy a pedir reviews con sus opiniones, críticas (constructivas), sugerencias y más. Serán muy bien recibidos (particularmente las opiniones) y debidamente contestados.

Intentaré subir el siguiente capítulo en una semana, pero como siempre, no prometo nada.

Saludos y que estén bien.