Bien, primero lo primero. Hola a quienquiera que lea esto.
Quiero dar mis más sinceras gracias a Xechu. S, jean d'arc, Kirito720, javi30, Luna, coki 13566 y outcome 5 por sus comentarios, que me alegran el día cada vez que los leo, y también cuando los contesto. Y hablando de los mismos:
Xechu. S: viste, vamos subiendo en escala jejejej. Y sí, Ygritte va… "pasito a pasito" como diría Luis Fonsi . En cuanto a tu pregunta… no. Lo siento, pero los gigantes no tendrán armadura. Como tú mismo has dicho sería ya demasiados injusto, y además hay otros motivos que a su debido momento saldrán mencionados en la historia. Aquí el siguiente capítulo; ojala te guste.
Jean d'arc: ¡Hola! Como siempre, tu review me saca una sonrisa bien grande. La imagen del final… sí, no es nada sexual. Va más allá de eso. Me dan ganas de saber dibujar, para poder retratar esa imagen.
Me alegra que la estrategia te siga gustando (Y sí, Aki existe, Se lo menciona en el Índice de Danza de Dragones). Jon es justo pero firme, y si no puede dar mejores armas eso es todo. No hay discusión que valga.
Yo también me imagino al Pez Negro feliz cuando se entere de que Catelyn vive; de hecho ya empiezo a pensar al respecto sobre cómo escribirlo. El contraste entre Brynden Tully de los libros contra el de la serie es abismal, y por motivos obvios voy por el del libro. Eso es lo que tienen las últimas temporadas de la serie que me pareció absurdo: la muerte sin sentido de personajes (Brynden Tully, Benjen Stark, etc) que tenían opción, y en ocasiones la opción era totalmente más lógica que quedarse a morir por nada.
Ya me has dicho que te encanta la relación Ygritte-Catelyn…. ¡pero seguí diciéndolo todas las veces que quieras! ¡No me molesta jajajaj! Te mando un abrazo.
Kirito720: Gracias por la preocupación, y sí, por el momento todo bien por acá. Te deseo lo mismo, allá donde sea que estés. "Lento y constante se llega adelante" dice el dicho, y aunque me tomo mi tiempo confío en que todo valdrá la pena cuando llegue lo que estamos todos esperando. La reacción del Pez Negro es algo que no puede faltar, y no va a faltar. Aquí el próximo capítulo. Cuídate tú también, y cuida a tu familia.
Javi30: gracias. Como siempre, me alegra escuchar que la interacción entre 2 personajes es creíble. Concuerdo con vos, los mamuts y gigantes fueron mal usados en la serie de TV; voy a hacer un esfuerzo para darles un mejor uso. Y un mejor destino. Sí, los puedo ver como tanques medievales, pero los gigantes no son invulnerables; en la batalla del Castillo Negro murieron gigantes (tanto en la serie como en la TV).
¡Viste Vikingos!¡No te puedo creer! Yo me vi las primeras cinco temporadas, y después de GOT, es mi serie favorita. La amo. Y creo que no solo Ygritte, cualquier guerrero del universo GOT, podría tener un lugar en Vikingos (excepto Brienne, que según yo es demasiado moralista). Tengo curiosidad ¿qué capítulos viste?
Gracias por los buenos deseos. Que tus familiares, amigos y conocidos, y por supuesto tú mismo, gocen de la mejor salud ahora y siempre. Y Dios quiera y si logremos salir del Covid-19 fortalecidos todos.
Luna: Te está gustando, te está gustando lo de esos 3. Y en este capítulo habrá…. ¡Aaaaayy!, para que arruinar la sorpresa jajajaj.
Y el norte recuerda: ¡siempre!
Coki 13566: La noticia ya llego al Valle, sí. Y he dado ligeras insinuaciones sobre las consecuencias; es raro que nadie las comentara, si te soy sincero. En fin. Por cierto, tus recuerdos de "Alayne Piedra" son correctos.
Toda la historia en una noche ¡WOW! Me siento halagado. O mi historia te pareció muy buena, o estabas sin nada mejor que hacer jajajaj. Qué genial tu sueño, ¡Fantasma evolucionando a Garurumon! ¡Ya me lo estoy imaginando! O sea no va a pasar, pero aun así fantaseo con Fantasma enfrente del ejército Bolton soltando el "Llanto del Lobo" y….
No importa si no te convence el triángulo, es una opinión que respeto. Supongo que como es una pareja "nueva" (creo) toma un tiempo acostumbrarse.
Outcome 5: Me di cuenta que te aventaste todos los capítulos, uno atrás del otro. Nada mal. Aquí está el 36: trata de no leerlo a velocidad luz. Saludos.
-Bien, basta de hablar. Vamos a lo que los trajo hasta aquí-
Disclaimer: todo lo que puedan reconocer pertenece a G.R.R. Martín. Yo solo lo uso para entretenerme y tratar de entretener a otros.
Catelyn
"Las amo" una voz rompió el velo que la cubría, tan baja que podría haber sido un simple susurro, como una simple brisa. Pero solo duró un instante, antes de que el silencio volviera a reinar a su alrededor.
Lo primero de lo que volvió a ser consciente fue del peso que había sobre ella, cubriendo cada parte de su cuerpo por debajo de su barbilla. Era cálido, y su peso era reconfortante. Movió uno de sus brazos y sintió la suavidad de un pelaje contra las yemas de sus dedos. Se llevó las manos a los ojos y se los talló con cuidado, apartando el sueño.
En cuanto abrió los ojos, Catelyn dudó si no estaría aun soñando. Debía estarlo, porque lo que veía no era normal. Allí, tan cerca que podría alcanzarla tan solo estirando la mano, estaba Ygritte.
La mujer más joven estaba acostada de lado, enfrentando a Catelyn. Su respiración salía de su nariz con suavidad. Su cabello estaba suelto, extendiéndose como un trozo de seda de color rojo hacia atrás, mientras unos pocos hilos solitarios caían sobre su hombro. Las manos de Ygritte estaban sobre su vientre hinchado, y todo el cuerpo de la mujer más joven se curvaba alrededor de la criatura en su interior.
Antes de entender o cuestionar nada, Catelyn se encontró contemplando con detenimiento a la mujer frente a ella. La nariz respingona, las mejillas tersas, ligeramente alzadas y suavemente teñidas de color bermellón, la mandíbula suave, las pestañas largas que acariciaban su rostro, los párpados de color lechoso que ocultaban los ojos azules con motas grises que había visto en incontables veces.
Sin darse cuenta, los ojos de Catelyn se desviaron hacia el sur, dejando el rostro de Ygritte para recorrer su cuello delgado, la piel de marfil elevada en una línea por una vena larga y delgada, y arrugada en una diminuta línea diagonal por una cicatriz.
Casi como si los ojos de Catelyn tuvieran voluntad propia, bajaron aún más, llegando a la camisa interior de Ygritte, apreciando con cuidado como la lana tejida se abrazaba a un par senos hinchados y llenos de leche, dándoles un aspecto…..
"¿Qué haces?" preguntó una voz ahogada.
Catelyn podría jurar que volvió a recibir un cubo de agua helada encima. Esa voz, esa voz bien conocida… Alzó la vista y podría jurar que su corazón se había revelado, empezando a latir como si quisiera escapar de su pecho y emprender una huida. Pero ahora tenía algo más en lo que fijar su atención, y eso era en los ojos bien abiertos de Ygritte.
La mujer más joven miraba a Catelyn con una mirada que solo podría definirse como atónita. Y contra su voluntad, Catelyn sintió como su interior se empezaba a llenar de vergüenza, aunque no estaba segura de porqué. Y justo después su mente pareció empezar a funcionar, porque le recordó que estaba acostada junto a Ygritte a una distancia que solo podría considerarse como íntima.
Catelyn se incorporó de un salto, con una velocidad que hasta a ella misma le sorprendió. Ygritte se echó hacia atrás por instinto, intimidada por el movimiento repentino. Sin embargo solo fue un instante antes de que se recobrara y también ella intentara pararse. Intentara de hecho, puesto que su gran barriga parecía clavarla al piso.
Pese a que las circunstancias no lo ameritaban, y a pesar de ser consciente en carne propia de lo normal que podría ser esta situación para una mujer que se encontraba en las últimas semanas del embarazo, Catelyn no pudo evitar que una mano volara a su boca para impedir la salida de una pequeña risita. Ygritte se veía tan graciosa en esa situación.
"¡No te rías!" reclamó la muchacha, mirándola con el ceño fruncido y los ojos llenos de enojo. Pero el aspecto de rabia que le daban éstos era arruinado por el sonrojo de vergüenza que le cubría las mejillas de manera tan antinatural "¡No es gracioso, Catelyn!" insistió Ygritte, logrando por fin ponerse de pie y fulminando aún a Catelyn con la mirada.
Catelyn solo alzó las manos en son de paz antes de obligarse a dejar de sonreír. Pero entonces una pregunta se hizo presente en el centro su mente, y no pudo evitar darle voz "¿Por qué dormimos…. Así?" cuestionó, decidiendo a último momento no nombrar ningún detalle.
Esa pregunta fue todo lo que hizo falta para que el enojo de Ygritte por su anterior burla se desvaneciera, reemplazado por seriedad "No estoy segura" reconoció la muchacha embarazada, llevando una mano a la parte posterior de su cuello "Recuerdo que vine a acostarme con Jon, y luego, en algún momento, tú estabas aquí, con Jon en medio de ti y de mí" entonces Ygritte hizo un gesto con la mano libre hacia Catelyn "¿Cómo fue que llegaste aquí?" preguntó.
Catelyn frunció el ceño, tratando de recordar los eventos de la noche anterior. Se había despedido de Ygritte para ir a dormir… se había acostado entre sus pieles, separada de Ygritte y Jon por la mayor parte de la tienda…. Y luego….. no podía recordar nada.
"No recuerdo" confesó. Ygritte alzó una ceja, y Catelyn alzó las manos con impotencia "Es enserio. No lo recuerdo" insistió.
Tras unos momentos Ygritte pareció aceptar sus palabras "Bueno, al menos Jon debe haber sido feliz con esto ¿no crees?" dijo, al tiempo que esbozaba una pequeña sonrisa.
Traer a Jon a la conversación hizo que Catelyn se sonrojara ante la vista que habrían hecho los tres durmiendo juntos "Supongo" reconoció. Intentó ignorar el susurro que le decía que Jon no estaría feliz con su compañía en el sueño. Estaría probablemente encantado "¿Dormiste bien?" preguntó, en un intento de desviar la conversación.
"Lo suficiente" repuso Ygritte "¿Tú?" le devolvió la pregunta.
"Bien" fue la breve respuesta de Catelyn. La mujer mayor había elegido a último momento no decirle lo demás. No decirle que por primera vez en días, su sueño había sido absolutamente tranquilo. Que lo único que sintió desde que cayó en la oscuridad del sueño había sido paz, tranquilidad y un calor que llegaban a cada rincón de su cuerpo y le daban la sensación de que la perfección existía y que la había encontrado por primera vez en su vida.
Jon
Galbart Glover había partido con las primeras luces del día. Se había ido en dirección al oeste, al frente de tres mil quinientos hombres y mujeres del Pueblo Libre armados con madera, bronce, hueso y piedra. Con él se había llevado además cuatrocientos animales de carga cargados de comida, flechas y algunas tiendas. Por consejo de los hombres de los clanes, la mayoría de los animales habían sido mulas, cuya mayor firmeza sería útil en los caminos angostos y abruptos senderos de las montañas del norte.
Aki Veintehijos había cabalgado junto a Glover, ambos hombres flanqueados por dos de los más antiguos reclutas de Jon, Wera y Berg. Ambos habían sido elegidos personalmente por Jon para portar los estandartes de la Casa Stark y la Casa Glover. Jon los había observado desde uno de los terraplenes situados detrás de las empalizadas, siguiendo al ejército con los ojos mientras se alejaba cada vez más, hasta que se perdió en la línea del horizonte. En cuanto los perdió de vista, Jon dirigió una silenciosa plegaria a los Dioses Antiguos, pidiendo que la campaña para retomar Bosquespeso fuera exitosa.
Desde la partida de Glover y Aki habían pasado ya tres días. Poco más había ocurrido desde entonces. El entrenamiento del resto del ejército había seguido. Las reservas de alimentos se habían visto lentamente incrementadas por las numerosas partidas de caza y forrajeo: manzanas, nueces, bayas, setas, pescado, carnes de liebre, venado, uros salvajes, patos, jabalís, codornices, y más. El trabajo para reforzar las defensas del campamento estaba ya en curso, con un pequeño foso seco siendo cavado alrededor de las empalizadas. Un nuevo cargamento de armas había llegado del Último Hogar, custodiado por Ewyth, la hija de Vaquon, y nieta de Ygon Oldfather. El contenido de los carros había sido suficiente para armar a tres mil trescientos hombres y mujeres más con acero.
Se encontraba ayudando a una de las últimas partidas de caza con el resultado de su última salida. Cerca de Jon, mujeres y hombres por igual limpiaban peces, desplumaban patos y desollaban liebres. Enfrente de él, colgado por las patas traseras y totalmente muerto, se encontraba un ciervo. El tamaño de sus astas dejaba notar su joven edad. Con un suspiro, Jon hizo un corte vertical en el cuello del ciervo, abriendo la vena principal para acelerar el proceso de drenado de su sangre, que cayó en un pequeño plato hondo hecho de madera, a sus pies. Luego de eso abrió el vientre del animal, antes de empezar a remover los órganos, con cuidado de no arrancar buena carne que sería aprovechable con ellos. El corazón, el hígado, los pulmones….. todos fueron arrojados a un cubo vacío a su lado. Cuando Jon terminó con el último órgano se pasó la lengua en un rápido movimiento por los labios, examinando su trabajo.
Entonces lo vio por el rabillo de sus ojos "Oye" le espetó a Fantasma, que mantenía sus orbes color rubí fijos en el animal colgado. Jon conocía bien esa mirada "Acabas de tener dos liebres" le recordó, antes de volver a su trabajo. Con el animal abierto y sus órganos retirados solo faltaban dos cosas: remover la piel y salar la carne, para que durara más.
Jon fue sacado de sus pensamientos por los sonidos de los cascos de un caballo. Giró la cabeza para ver a un hombre mayor con un jubón en el que se veía el oso de Mormont acercándose a un trote rápido hacia él. Detuvo el caballo y se inclinó desde la silla "Alteza" dijo.
Jon reconoció su presencia con un gesto de la cabeza "¿Ha ocurrido algo?" preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
El hombre asintió con vehemencia "Un ejército se acerca al campamento" dijo en voz tranquila.
"¿Desde el oeste?" preguntó Jon, notando de reojo que las personas cercanas estaban escuchando. El hombre asintió "Está bien, gracias" dijo al mensajero, al tiempo que le hacía un gesto para que se fuera.
Jon dejó en manos de una mujer de las lanzas el resto del trabajo con el ciervo y se limpió las manos de la sangre del animal en un cubo de agua helada antes de dirigirse a la entrada occidental del campamento, que no estaba muy alejada del lugar donde se encontraba. A su lado se encontraba Fantasma, mientras que una guardia de seis guerreros lo seguía por detrás.
Al llegar allí vio a los guardias y centinelas prestando total atención al oeste, pero al verlo llegar lo saludaron golpeando sus puños contra sus pechos, algunos de los cuales estaban cubiertos por cotas de malla o de cuero.
Jon no perdió el tiempo en subir a uno de los terraplenes que había junto a las puertas por una escalera tosca pero firme. Una vez allí logró ver sin dificultad a la multitud de hombres que se acercaban al campamento.
Todos los hombres eran inequívocamente norteños, como los delataban sus barbas y cabellos largos y desordenados, la mayoría de ellos de color castaño o negro, aunque una buena cantidad los llevaba mezclados en mayor o menor grado con hebras grises o blancas. Eran hombres de aspecto tosco, la mayoría de ellos armados con lanzas, arcos y mazas. Solo unos pocos portaban espadas o mandobles, y menos aún montaban a caballo. Todos estaban vestidos con botas de aspecto viejo y prendas de lana y algodón; también llevaban además capas de pieles o de lana para protegerse de las nevadas y del frío que poco a poco pero de manera constante se sentía cada vez más.
Al frente de los hombres se veían los estandartes, precediendo a los recién llegados. El cuchillo de Burley, los cardos de Norrey, los cubos de Wull y los del resto de los clanes de la montaña norteños. En cuanto vio a quién buscaba, Jon bajó del terraplén y se encontró con Torghen Flint. El anciano señor se encontraba bajando de su caballo, cuyas riendas eran sostenidas por uno de sus nietos más jóvenes, si Jon recordaba bien.
"Su Alteza" dijo Flint, al tiempo que bajaba su cabeza en señal de respeto.
"Mi señor" dijo Jon, no pudiendo evitar que una pequeña sonrisa se hiciera presente mientras veía como los hombres de los clanes entraban al campamento "Bienvenido de vuelta"
"Gracias, Alteza" respondió Lord Torghen "No creo que hayáis conocido a mi nieto, Borgen" dijo, al tiempo que hacía un gesto hacia el muchacho que había sostenido las riendas de su caballo.
El muchacho se adelantó e hinco una rodilla en tierra ante Jon "En pie, Borgen Flint" dijo Jon, al tiempo que examinaba con mayor atención al muchacho ante él.
Era mucho más joven que él. Sus mejillas estaban totalmente limpias de bello, mientras que su cabello era de caoba y estaba muy corto, apenas acariciando la parte posterior de su cuello. Sus ojos grises estaban separados, su frente era casi inexistente y sus orejas parecían desiguales.
"¿Habéis tenido dificultades en el camino, mi señor de Flint?" preguntó Jon, volviendo su atención al hombre anciano.
"Ninguna, mi Rey" respondió el hombre "Las nevadas fueron ligeras y benevolentes con nosotros" añadió.
Jon asintió en silencio. Pese a que aún se podían considerar ligeras, las nevadas eran cada vez más constantes "Presumo que en vuestro camino de vuelta os habréis encontrado con Galbart Glover y su ejército" comentó Jon.
"Así es Alteza" comentó Lord Torghen, mientras su nieto asentía con vehemencia "Los encontramos a la mitad del camino. Galbart Glover parecía ansioso por proseguir su marcha"
"¿Y vuestros hombres están ansiosos por proseguir la marcha hacia el sur?" preguntó Jon, al tiempo que señalaba con un gesto de la cabeza a los hombres de los clanes, la mayoría de los cuales ya habían entrado al campamento.
"Ansiosos por derramar sangre Bolton, Alteza" se jactó Torghen Flint, dando una sonrisa depredadora en la que faltaban la mayoría de los dientes.
"Bien" respaldó Jon "Ya no falta mucho para que tengan su oportunidad" las piezas ya estaban encaminándose a sus lugares. Y cuando todas hubieran llegado a su destino, Jon haría el movimiento definitivo.
Luego de eso la conversación se desvió hacia la situación en las montañas. Jon estaba muy interesado en los preparativos hechos por los clanes para el invierno. Cuando Torghen Flint hubiera terminado de explicar las medidas que había tomado, Jon se despidió de él y su nieto antes de seguir su camino.
Debía empezar a prepararse para una reunión. Una importante.
Ygritte
Cuando Jon le dijo que esperaban invitados en la tienda a media tarde, Ygritte alzó una ceja en interrogación. Su curiosidad había aumentado cuando Jon le dijo quiénes eran las personas que vendrían.
Ahora había llegado el momento. La tienda solo estaba ocupada por ella, Jon y Catelyn, además de Fantasma y unos pocos caudillos más, entre ellos Morna Mascara Blanca, Soren Rompescudos y Tormund Matagigantes.
Los primeros en llegar fueron el anciano Lord Flint, seguido por sus dos hijos; Artos Donnel, si no recordaba mal.
Catelyn fue la primera en saludar "Mi señor" dijo la mujer, inclinándose de una manera perfectamente fluida, al tiempo que su melena de color rojizo se movía hacia adelante, rebasando sus hombros y cayendo en dos cascadas a cada lado de su cuello "Es un honor recibiros en esta tienda" declaró.
Ygritte se contuvo de alzar una ceja. ¿Era honorable tan solo recibir a alguien en tu morada? ¿También sería honorable negarle la entrada? Pero antes de poder pensar nada más fue devuelta al presente por la voz del Flint "El honor es mío mi señora, por haber sido invitado" contradijo Flint, con firmeza pero con cortesía. Luego de eso el hombre se movió hasta situarse frente a ella y Jon, momento en que hincó una rodilla en tierra con cierta dificultad "Mi Rey. Mi Reina" saludó a ambos. Ygritte no pudo dejar de notar que la voz de Flint bajó ligeramente al dirigirse a ella.
"Bienvenido…. mi señor" dijo ella, el título aun sintiéndose extraño al pasar por su lengua.
"De pie, Lord Flint" ordenó Jon. Las palabras apenas habían salido de sus labios cuando el sonido de las solapas de la tienda moviéndose atrajo su atención. Miró hacia allí y vio entrar a La Osa, acompañada por su hija y nada menos que Alys Karstark.
Para cuando Jon, ella y Catelyn acabaron de saludar a las mujeres, Tormund ya se había servido el primer cuenco de cerveza. Por sugerencia de Catelyn los demás siguieron su ejemplo. Ygritte misma se encontró disfrutando el sabor de su bebida, hasta que fue distraída por el sonido de más personas entrando. Eran Styr, junto con sus dos hijos y su hija: Sigorn, Siegerd y Srigda. Y detrás de ellos, llegó Harma Cabeza de Perro, junto con su hermano Halleck y su sobrina, Helmat.
Una diminuta sonrisa creció en la cara de Jon, y luego de que a Styr y sus hijos se les ofrecieran bebidas propias, el Rey más allá del Muro y en el Norte dejó su propia taza antes de dirigirse al centro de la tienda, atrayendo las miradas de todos los demás ocupantes de la misma.
"Primero que nada, bienvenidos" empezó Jon "Sin duda se estarán preguntando porqué los hice llamar. La respuesta es sencilla: todos ustedes han sido llamados aquí por un motivo, y solo un motivo, y ese es que tienen un papel que jugar en los siguientes movimientos que realizará nuestro ejército"
"Alteza ¿Os referís al ejército que debe partir para tomar el Fuerte Terror?" inquirió Alys Karstark, con la esperanza brillando en sus ojos.
"Así es, mi señora" confirmó Jon, con lo que una sonrisa se hizo presente en el rostro alargado de la muchacha "Como sin duda sabréis, hace tres días Galbart Glover partió con tres mil quinientos guerreros para retomar su hogar de los Hijos del Hierro. En tres días más, un ejército de diez mil hombres irá hacia el este, hacia Bastión de Kar, y desde allí partirán para tomar Fuerte Terror" recordó Jon a los presentes "Sin embargo, ese ejercito aún carece de liderazgo. Os he llamado para cambiar eso" concluyó.
Ygritte intercambió una mirada con Catelyn, cuyos ojos estaban llenos de realización. Supuso que los de ella eran similares. Por el rabillo del ojo, la mujer embarazada vio que ellas no eran las únicas en intercambiar miradas. Claramente todos los presentes entendían lo que implicaban las palabras de Jon.
"Déjame ir. Esos arrodillados no sabrán que los golpeó" se adelantó Tormund, con una sonrisa ansiosa en la que faltaban varios dientes.
"Iré yo" debatió Soren Rompescudos "Los castillos caerán aunque tenga que romper las puertas con los dientes" juró, mirando directamente a Jon, al tiempo que alzaba un puño.
"¡No!" intervino Jon, antes de que los dos hombres llegaran más lejos "El líder del ejército será Sigorn" dictaminó.
Ygritte abrió los ojos sorprendida. ¿Sigorn? ¿Al mando de diez mil hombres y con una misión tan importante? Una voz muy similar a la de Catelyn le susurró dentro de su mente, advirtiéndole que no dejara que sus dudas se mostraran.
Antes de que el eco de las palabras de Jon se hubiera perdido, las miradas del resto de las personas de la tienda se dirigieron hacia el hijo del Magnar.
"¿Por qué él?" la voz de Morna Máscara Blanca fue la primera en oírse, su tono neutro cortando a través del silencio como un cuchillo. A diferencia de la mayoría de los hombres en la tienda, Morna no parecía molesta por la decisión de Jon. Solo preguntaba.
"¿Por qué no?" debatió Jon, mirando a todos los presentes con una mirada en blanco. Con su tono parecía querer alentarlos a hablar; a expresar sus dudas.
"¿Tiene alguna preparación en el mando de un ejército?" hablo Lord Flint, haciendo un gesto con la cabeza hacia Sigorn.
"Sigorn ha sido entrenado para ocupar mi lugar al frente de nuestro pueblo desde antes de que aprendiera a caminar" afirmó Styr, las arrugas alrededor de su boca moviéndose mientras hablaba "No es ajeno al mando" aseguró.
Torghen Flint solo miró a Styr por un largo tiempo antes de asentir con brusquedad.
"Pero aun teniendo eso en cuenta…. ¿No es algo joven para ocupar el mando de una fuerza tan basta?" inquirió La Osa, mirando a Sigorn con ojos duros, evaluadores.
"Mi hijo era aún más joven cuando se hizo cargo del ejército del Norte, y del de las Tierras de los Ríos, Lady Maege" dijo en ese entonces Catelyn "Ambos eran una fuerza mucho mayor de la que se le quiere confiar al joven Sigorn, y aun así fueron dirigidos de manera capaz" le recordó.
Maege Mormont reconoció las palabras de Catelyn con un asentimiento y una mirada que parecían casi avergonzados; Ygritte se preguntó si por la verdad en las palabras, o por el solo hecho de que fue Catelyn quién las pronunció.
Ygritte estaba sorprendida. ¿Qué motivo tenía Catelyn para respaldar el nombramiento de Sigorn como líder de ese ejército? Hasta donde ella sabía, el contacto entre ambos era nulo, o casi.
"Alteza. Si consideramos el número de hombres que estarán en riesgo si… Sigorn cometiera un error" empezó en esta ocasión la hija de La Osa, haciendo un gesto con la mano al mencionar al hijo de Styr "Tal vez deberíais considerar a alguien con más experiencia" dijo, en un esfuerzo por sonar justa.
"La dificultad, mi señora" dijo Jon, mirando a la Joven Osa con una mezcla de tranquilidad y firmeza "Es que los comandantes experimentados son increíblemente escasos" admitió. Los ojos de la Joven Osa se desviaron un instante hacia su derecha, y fue como si hubiera hablado en voz alta "No mi señora, vuestra madre no puede ir. La necesito aquí"
"Pero es cierto que diez mil hombres son una fuerza muy considerable" reconoció Jon "Es por eso que Sigorn contará con más experiencia que la suya sola para dirigir a esos hombres" Jon dejó pasar unos momentos antes de continuar "Helmat" nombró, mirando a la joven que se encontraba un par de pasos más lejos de Halleck "Serás la segunda al mando del ejército. Ayudarás a Sigorn a mantener las cosas en orden, solo responderás ante él. Y si algo ocurre con Sigorn, quedara en tus manos dirigir a los nuestros" concluyó.
Ygritte se hubiera reído de la expresión de la cara de Halleck si el asunto no hubiera sido tan serio. A su lado, Harma no era mucho mejor disimulando su sorpresa.
Las miradas de los norteños, e incluso la de muchos caudillos, demostraban que tenían dudas en cuanto a la mención de Helmat como la segunda al mando, igual que las habían tenido con Sigorn como el líder del ejército. Una vez más empezaron a escucharse dudas y disensiones, con el principal argumento de que Sigorn y Helmat eran demasiado jóvenes e inexpertos.
Ygritte no pudo evitar notar que, aparte de ella misma, el heredero de Styr y la hija de Halleck, la única persona que aún no había pronunciado palabras a favor o en contra de la decisión de Jon…. era Alys Karstark.
En un esfuerzo para zanjar el tema de una vez por todas, Ygritte decidió hablar "Lady Alys ¿vos qué opináis?" dijo, atrayendo las miradas, primero sobre ella y luego sobre la joven Karstark.
Karstark aun llevaba una taza en la mano; se la llevó a los labios y la vació de un trago rápido antes de hablar "Mis señores, mis señoras, tengo fe en que el Rey Jon ha hecho la elección correcta" dijo, su rostro alargado demostrando la firmeza de su declaración.
Helmat y Sigorn sonrieron; la sonrisa de ella estuvo llena de jactancia, la de él….. Ygritte podría jurar que vislumbró un brillo de esperanza en ella.
Ygritte dio un asentimiento firme para denotar su opinión; Catelyn la siguió al poco tiempo. El resto de los ocupantes de la tienda, unos con más reticencia que otros, dieron asentimientos propios o murmuraron palabras afirmativas.
"Sigorn, Helmat" llamó Jon, haciendo un gesto con la mano para que ambos se acercaran. Cuando ambos lo hubieran hecho, colocados codo a codo enfrente de Jon, Ygritte no pudo evitar compararlos. Pese a que Sigorn era ligeramente más alto que Jon y que Helmat era más robusta, ambos parecían encogerse un poco en su presencia "¿Aceptáis esta responsabilidad que os ofrezco?" preguntó, mirando a ambos con ojos que parecían tallados en piedra.
"Acepto, mi Rey" dijo Sigorn, su barbilla alzada de orgullo.
"Yo también, Alteza" dijo Helmat, una sonrisa feroz en su rostro de piel blanca.
"En ese caso preparaos, porque en tres días partiréis a la guerra" afirmó Jon. Como uno, el hombre y la mujer se golpearon el pecho con un puño, antes de dar un paso atrás.
Luego de eso, no hubo mucho más que hablar. Uno a uno, todos los que habían sido llamados a la tienda se fueron retirando, hasta que al final solo quedaron Jon, Catelyn y ella.
"Eso salió bien" comentó Jon, dejando escapar un suspiro.
Catelyn no parecía compartir la opinión de Jon "Querrás decir que pudo haber salido peor. Flint se veía infeliz, y Lady Maege tampoco estaba nada convencida" le recordó, su ceño fruncido.
"Lo sé, Catelyn. Lo sé" le aseguró Jon "Pero es inevitable que haya dudas. Si hubiera elegido a alguien más, quizás también habría habido dudas sobre esa persona" afirmó Jon.
Ygritte asintió a modo de acuerdo. La verdad es que parecía francamente imposible complacer a todos los caudillos y señores. Eran demasiados.
"Aun así, no sería bueno que haya rupturas entre nosotros" repuso Catelyn, su rostro serio "La división nunca es buena" sentenció, con un tono funesto.
Ygritte abrió la boca, pero antes de poder decir algo sintió un dolor agudo en la pantorrilla; era como si hubieran clavado un cuchillo en su pierna, directo en el hueso, y empujado hasta la base de la hoja. No lo creía posible, pero el dolor fue capaz de hacerle perder pie; o quizás fuera su repentina y dolorosa aparición. En cualquier caso, un instante después de la sensación en la parte trasera de su pierna estuvo en el piso con su pierna sana flexionada y sosteniendo su cuerpo, mientras la otra estaba estirada hacia adelante y era sujetada por una de sus manos.
"¡Ygritte!" exclamaron las voces de Jon y Catelyn a la vez, en el instante en que la vieron caída. Un momento después, ambos estuvieron de rodillas junto a ella, Jon sosteniéndola en sus brazos mientras Catelyn la miraba con confusión un momento, antes de que su mirada adquiriera un aspecto de realización y quitara la mano de Ygritte de su pierna adolorida, solo para reemplazarla con las suyas.
"¿Qué te pasó?" preguntó Jon, pero Ygritte no se molestó en responder. Estaba ocupada, sintiendo los pulgares de Catelyn calmando su dolor un poco con cada circulo que describían sobre su pierna.
"Tranquilo, Jon" le respondió Catelyn en cambio "Es solo una punzada particularmente fuerte. Es algo que puede ocurrir en los últimos días del embarazo" explicó Catelyn.
"Lo recuerdo. Me habías hablado de eso; nunca antes me había pasado" dijo Ygritte, luchando contra una mueca cuando una nueva punzada, por fortuna más ligera, aparecía en la misma pierna.
"Levántate. Con cuidado" dijo Catelyn, al tiempo que la tomaba de un brazo "Ayúdame, Jon" comando, y de inmediato él tomó el otro brazo y la alzaron con cuidado, hasta que estuvo en pie.
En cuanto Ygritte intentó pisar con su pierna dolorida, un siseó de dolor escapó de sus labios. El dolor de su pierna al tratar de cargar con su peso fue tal que sintió como la comisura de sus ojos se humedecía.
"No" la reprendió Catelyn "Descansa tu peso sobre nosotros; te llevaremos" ordenó.
Ygritte era una mujer muy orgullosa, y había dos cosas que no gozaba en lo más mínimo. Depender de la ayuda de otros, y tener que obedecer a nadie. Pero ante el tono de Catelyn, que estaba dividido a partes iguales en firmeza y suavidad, y el rostro de Jon, cuyos ojos brillaban con preocupación, no pudo hacer nada más que dejar que su peso cayera sobre ambos mientras daba saltos intermitentes con su pierna indemne.
Así fue llevada hasta la pila de pieles que hacía las veces de cama. En un súbito destello de burla, comentó "Es la segunda vez en dos días que estamos todos aquí a la vez" mientras era recostada con cuidado.
Las mejillas de Catelyn se tiñeron de rosa, mientras que una sonrisa se abrió paso en el rostro de Jon "No te quejes; yo no lo hago" comentó él.
"¡No me estoy quejando!" exclamó Ygritte "Borra esa sonrisa de tú cara. Pareces un idiota" le dijo, mitad en serio, mitad en broma, al tiempo que le daba un pequeño golpe en el brazo.
"Si ya terminaron, hay cosas más importantes que sus burlas" intervino Catelyn "Quítate los pantalones" le ordenó la mujer mayor.
Era una oportunidad demasiado buena; Ygritte no pudo resistirse "¿Estás insinuando algo?" dijo, al tiempo que una de sus cejas se alzaba con burla y una sonrisa se abría camino en su rostro.
Catelyn rodó los ojos, pero el gesto fue arruinado por sus mejillas, que se oscurecieron más "Es por tu pierna" masculló la otra mujer.
Ygritte soltó una risita, a pesar del dolor sordo que aun latía en su pierna. Era muy divertido ver a Catelyn avergonzada. Aun así, aflojó los nudos de sus pantalones y alzó ligeramente la cadera para facilitar su extracción, de la que se encargó Jon.
Una vez que sus piernas estuvieron desnudas, las manos de Catelyn fueron a su zona lastimada, donde empezaron a pasar con cuidado.
Los dedos y palmas de Catelyn recorrieron la pierna de Ygritte con lentitud, moviéndose con tranquilidad y cuidado. Una de las manos de Catelyn frotaba con gentileza una zona de la pierna de Ygritte, sus dedos recorriendo la piel con lentitud, tanteando con duda y listos para retirarse ante la menor señal de dolor. Una vez hubiera terminado con la zona, la mano se movía hacia abajo, siendo reemplazada por su compañera, que continuaba con las ministraciones. Catelyn lo fue haciendo sin ninguna urgencia aparente, y al terminar empezaba el recorrido en la cima de su pantorrilla de nuevo. Una vez, dos veces, tres…
Ygritte llevó su mirada al techo al tiempo que soltaba un suspiro; era en gran parte por la bienvenida sensación de alivio en la zona dolorida…. Y en menor medida por la suavidad de los dedos de Catelyn sobre su piel desnuda. Aunque eso no había necesidad de decirlo.
Cuando finalmente Catelyn terminó, Ygritte tenía la sensación de que había estado acostada por horas. Alzó la vista para ver a sus acompañantes, pero Catelyn bajó la suya, sus ojos azules negándose a encontrarse con los de ella. Jon, en cambio, los mantuvo fijos en sus piernas desnudas, particularmente en la zona donde habían vagado las manos de Catelyn. Ygritte vio como los ojos de Jon se oscurecían, y no pudo evitar tragar saliva. Ella conocía esos ojos; en general los veía antes y durante los momentos más placenteros con Jon, cuando la ropa se volvía un estorbo para ambos y el placer inundaba todos y cada uno de los intersticios de sus cuerpos.
"Tal vez ya sea hora de ir a dormir. Es tarde" dijo, notando demasiado tarde que su voz se había tornado ronca. Si Jon o Catelyn lo notaron, no dijeron nada. Tan solo murmuraron su acuerdo. Ygritte estaba satisfecha.
Pero eso cambió cuando Catelyn se levantó y dio un paso a la salida de esa parte de la tienda. Sin embargo, antes de que la otra mujer pudiera dar un segundo paso la mano de Jon tomó una de las suyas, con suavidad pero con firmeza.
"No tienes que irte" dijo Jon, su voz tornándose ligeramente ronca, pero sus ojos mirando a la mujer de la misma manera en que miraba a Ygritte.
Ygritte entendió al instante lo que Jon sugería, y a juzgar por su expresión, Catelyn también.
"No es correcto" protestó Catelyn, aunque su voz no fue muy fuerte.
"Sí lo es" debatió Jon, el pulgar empezando a trazar círculos sobre la mano de Catelyn. Su voz era tan suave como la de Catelyn.
Catelyn se mordió el labio, claramente dudando "Pero…. ¿Ygritte?" dijo, sus ojos encontrando al fin los de ella, una pregunta tácita en ellos.
El interior de Ygritte estuvo en conflicto: por un lado dudaba sobre querer que las cosas se desarrollaran así, temiendo que si dejaba a Catelyn quedarse con ellos estaría dándole un mensaje equivocado, cuando ella aún estaba dudando sobre qué hacer con la proposición de Jon. Por el otro, quería aprovechar la oportunidad que se le presentaba para volver a disfrutar de la dicha y felicidad que sintió la noche anterior.
Tras pensarlo unos momentos, tomó su decisión.
"Puede que mi pierna vuelva a dolerme, y si eso pasa te necesitaré cerca; será más fácil si te quedas" dijo como excusa, antes de extender la mano hacia Catelyn en silenciosa invitación "Quédate" la instó.
"De acuerdo. Me quedaré" susurró Catelyn al final.
Y eso es todo. Bien, gente, estamos haciendo avances en la historia, y honestamente estoy disfrutando mucho de escribir. Gracias a Dios, parece que mi inspiración está volviendo poco a poco.
Ahora bien, quiero sus reviews, con sus comentarios, opiniones, sugerencias, y cualquier otra cosa que se les ocurra. Me encantara recibirlos, y prometo contestarlos.
Otra cosa: en estos días tan problemáticos por el asunto del coronavirus, no puedo más que rogarles porque sean cuidadosos y tomen las debidas precauciones. Cuídense, y cuiden a sus familias y a sus seres queridos. Rezaré por uds.
En fin, saludos y que estén bien (particularmente de salud. Y que sigan así).
