Aunque el mundo haya desaparecido y la humanidad esté en peligro, eso no los exenta de querer festejar ciertas cosas y en diciembre no es la excepción. Por algún motivo tenían adornos de navidad en el almacén y en ese momento, servants y personal de Chaldea, estaban ayudando a ponerlos alrededor de toda la facilidad.
- No puedo creer que vaya a festejar navidad por primera vez. – Comentó Mash.
- ¿Nunca lo festejaste? – Preguntó Rika.
- La directora no era muy adepta a hacer fiestas, así que me alegra tener esta oportunidad.
- Hay que seguir. – Informó Haji. Las paredes, la cafetería y otros sitios ya se veían adornados con el espíritu navideño, aunque la mayoría de servants no tenían mucha idea al respecto de tal festividad, el simple hecho de decir que recibirían regalos fue suficiente para que colaboren.
- Archer, estamos listas para la preparación de ese "pastel navideño" que dices. – Comentó Boudica, ella y Tamamo Cat estaban esperando las instrucciones de Emiya.
- Claro, seguro aprenderán a hacerlo, los ingredientes ya están reunidos… y Saber Alter, deja de babear cerca. – Justamente Salter estaba ahí con un hilo de baba, limpiándoselo.
- No lo estoy haciendo Archer… en cualquier caso, exijo ser la catadora de comida de ese pastel.
- Como sea… - Soltó un suspiro.
- ¿Qué listón estará mejor? Necesito ser el mejor regalo para master…
- ¿Qué haces Kiyo-chan? – Tamamo llegó en ese momento, observando a la Berserker probando listones de regalo.
- Intento ver cual listón es el más lindo para el regalo de Master.
- ¿Regalo? No veo que tengas uno preparado.
- Fufufu… - Soltó una pequeña risa. – Eres ingenua Tamamo-san, el regalo seré yo, envolveré mi cuerpo desnudo con estos listones y estaré en la cama de master.
- ¡¿-Q-Que!? – La caster solo pudo imaginar el suceso, Kiyohime estando desnuda solo con listones cubriendo sus partes y en la cama de Haji, se sonrojó. - ¡E-Eso es muy atrevido, incluso para ti!
- Que inocente eres, necesito jugar todas mis cartas y eso me dará una clara ventaja.
- Está bien, si eso quieres, yo igual seré el regalo de master y a diferencia tuya, mi pecho es más grande, resaltará mejor con los listones.
- Inténtalo si puedes, zorra.
- ¡Dragona desquiciada! – Y las dos comenzaron a pelear en ese momento.
En ese momento, el pelinegro había terminado de decorar una habitación, observó todos los detalles dorados, los adornos y el árbol de navidad puesto en ese lugar, asintió por el trabajo bien hecho.
- Todo está perfecto aquí, ya entonces solo debo salir y… - Antes de que saliera, en ese momento sintió como una inmersión, de repente fue teletransportado a otro sitio. - ¿Cómo? – No pudo hacer más cuando desapareció, dejando la habitación vacía.
- ¡Senpai, ya terminaste! – Mash entró en ese momento junto a Fou. – Que lindo… ¿Senpai? – Preguntó pero no obtuvo respuesta alguna. – Que raro… pensé que estaría aquí ¿no lo crees Fou?
- Fou…
- No creo que esté en el baño… veamos… - Buscó más pero no lo encontró. – No pudo haber desaparecido así como así, a menos que… rápido, vayamos con el doctor. – En ese momento, salieron de la habitación.
- Hmmm… - Haji empezó a abrir los ojos poco a poco, sentía que estaban sobre algo frío, lo tocó con sus manos, era nieve, fue entonces que vio que estaban en un bosque donde nevaba. – No tengo un abrigo para este sitio…
- Así que respondiste a mi llamado. – Escuchó una voz que se le hizo conocida, fue entonces que miró al frente, llevando una pieza que puede ser un vestido negro de falda corta, una capa del mismo color y gorro navideño negro, portando un saco detrás, el rostro conocido de Saber Alter estaba ahí. – Saludos, Haji, master de Chaldea, es un honor que estés frente a mí para asistirme en esta tarea sumamente importante en esta época del año.
- Salter…
- Te equivocas. – Le corrigió. – No nos hemos conocido y déjame decirte que soy una entidad completamente distinta, me llamo Santa Alter, soy la encargada de llevar felicidad a todos los niños del mundo en esta época de navidad, la razón por la cual te llamé fue porque los renos que, se supone jalarían mi trineo, terminaron huyendo del miedo solo porque quise impulsarlo con Excalibur Morgan para que vuele más rápido… realmente que no pueden soportar algo de velocidad extra, por eso te llamé, declaro oficialmente que a partir de ahora serás mi reno.
- … Y… ¿jalaré este trineo?
¿Quieres jalarlo? – Preguntó ella enserio, el pelinegro negó con la cabeza. – SI entendiste tu papel como reno, sabes que Santa no está completo sin renos así que debo contar con al menos uno, así que toma esto. – Le pasó una nariz roja de juguete, el pelinegro la vio y Santa Alter esperaba que se la pusiera, teniendo que hacerlo. – Excelente, de forma oficial eres mi reno de la nariz roja.
- Y bien… ¿Qué hay qué hacer? – Preguntó Haji.
- Es bastante obvio, como Santa, llevaré estos regalos a los niños buenos del mundo, Santa existe para transportar felicidad y espíritu navideño alrededor del mundo ¿acaso no sabías esa historia?
- Claro que la sé, solo que las cosas son tan distintas… como que Santa sea una mujer.
- ¿Eso es raro? – Preguntó ella teniendo una expresión peligrosa en su rostro, Haji sabía que era mejor no meterse en su lado malo así que no dijo nada más. – Ya que pareciste entender, sería mejor que nos vayamos, pero tenemos unos cuantos invitados indeseados. – Lobos humanoides llegaron en ese momento. – Parece que algunos niños traviesos quieren robarse estos regalos.
- Debemos hacer algo. – Comentó Haji, sacando sus pistolas, Santa Alter sonrió.
- Lo que esperaba de mi reno, debe ser fuerte, vamos entonces. – Portando Excalibur Morgan, Santa Alter comenzó a atacar a los enemigos, estos saltaron para atacar pero ella fue más rápida, lanzó una ráfaga de miasma oscura que los golpeó, mandándolos a volar, Haji aprovechó para disparar en ese momento, atravesando sus cráneos para acabar con ellos, un par más fueron a espaldas de ambos, Santa se dio la vuelta con un ataque, partiéndolos a la mitad en ese momento, uno último saltó por encima, ella saltó hacia atrás para esquivarlo y golpearlo con el saco para luego empalar su espada en su estómago, matándolo en ese momento. – Son débiles, nada para Santa.
- Ya no parecen haber más enemigos cerca. – Observó Haji.
- Es nuestro momento de irnos, bien mi reno, sube al trineo que vamos a partir ahora. – Haji se subió encima luego de Santa, en ese momento colocó su espada en la parte trasera y entonces empezaron a elevarse mientras la espada era usada como fuerza de propulsión, volando a una gran velocidad.
- ¡Hohoho! - Santa Alter empezó a reír mientras volaban a esa gran velocidad para llegar a su primer destino. – Esta noche especial, Santa llevará los regalos a los niños buenos.
- Esta es una gran velocidad, empiezo a entender porque los renos se asustaron. – Comentó Haji.
- Ahí está nuestra primera parada. – Señaló la Rider a una mansión. – La carta va en nombre de Darius el tercero aquí en Persia, veamos si encontramos al niño.
- Seguro será todo menos un niño. – Bajaron por el techo y entonces entraron por la chimenea, encontrando dos figuras, una era Lu Bu la cual estaba ahí rugiendo, la otra era el Fantasma de la Opera.
- Esta festividad me recuerda a mi antiguo amor, Christine, por qué te fuiste, odio la navidad, odio las parejas, odio el amor, deben desaparecer. – Expresó el Assassin con enfado.
- Parece que alguien tiene un desamor. – Expresó el pelinegro.
- Que emociones más fuertes, como Santa debo hacer algo, aunque observo que el niño no está en ningún lado, solo ese árbol extraño. – Señaló la figura negra la cual era obviamente Darius.
- Si claro, un árbol…
- Bien mi reno, vamos a ayudar a estos niños. – En ese momento salieron de la chimenea. – No se preocupen, que Santa está aquí para ayudarlos y dar regalos.
- ¿Santa? ¡Regalos, quiero! – Darius se movió en ese momento.
- ¡Gyaah, el árbol se movió! – Expresó Santa Alter con asombro.
- Es obvio, es el niño que buscabas.
- ¿Darius? Entiendo… - Carraspeó su garganta. – Bien niños ¿Quién quiere regalos? Estoy para repartir alegría.
- ¡No quiero alegría, quiero que desaparezcas! – Comentó Fantasma, Santa endureció la mirada.
- Parece que tenemos un niño malo… bien, si así lo desean, pelearé para corregirlos, vamos mi reno. – En ese momento Santa Alter fue al ataque, Fantasma buscó atacar con su garra pero ella fue más rápida y lo golpeó con su espada para lanzarlo lejos de ahí, Lu Bu atacó con su lanza a esta pero bloqueó el ataque. – Nino malo. – Lo apartó con una patada para luego atacar con el viento oscuro.
- ¡Regalos! – Darius saltó en ese momento hacia ella, logró esquivarlo para luego encarar al Berserker. – Regalos, Santa Claus.
- Parece que tenemos un niño muy hiperactivo, bien pequeño, si lo que quieres es tu regalo, ven a ganártelo.
- ¡Regalo! – Darius empezó a atacar con sus armas, Santa bloqueaba cada ataque con su espada a pesar de la gran fuerza que tiene, podía resistir.
- ¿Cómo aguantas esos ataques? – Preguntó Haji.
- Soy Santa, puedo hacerlo todo. – Pudo apartar a Darius y entonces atacarlo por el costado con un corte, este soltó un rugido de dolor, en ese momento Fantasma volvió para atacarla.
- ¡Por los solteros del mundo! – Exclamó, pero ella fácil pudo bloquearlo. - ¿Cómo?
- Necesitas algo de color en tu vida, no dejes que el negro te ciegue, pero si tanto quieres ese color, te lo daré. – Preparó su espada. – Bien niños, reciban su castigo ¡Excalibur Morgan!
Lanzó la gran ráfaga de miasma negra que golpeó a los tres servants y de la misma forma destruyó la mansión, quedando todo en ruinas en ese momento, los tres estaban sobre la nieve mientras que Santa se sacudió la falda un poco.
- Te pasaste un poco. – Comentó Haji.
- No hay límites cuando se trata de enseñar una lección a los niños malos, ahora… - Miró a los tres que comenzaron a levantarse. – Espero que eso les haya sido suficiente para calmarse.
- Ciertamente… - Comentó fantasma por debajo. – Mi amor es fuerte, pero me dejé controlar por mis emociones, que mal hombre soy.
- Ya que pareciste aprender, es momento de los regalos.
- ¡Regalos, dame! – Darius estaban impaciente, Santa sonrió, entonces buscó en su saco.
- Para ustedes dos, tomen esto. – Les pasó una carta con un brillo de aurora. – Seguro podrá darles un impulso a sus Noble Phantasm cuando lo usen.
- ¡Yay! – Expresó Darius mientras Lu Bu soltó un rugido.
- En cuanto a ti… - Ahora mirando a Fantasma, sacó la foto de una mujer la cual le pasó. – Seguro con esto ya no estarás solo.
- Christine… finalmente ha vuelto a mí, gracias Santa. – Sonrió el Assassin, ella asintió satisfecha con el trabajo que hizo.
- Es bueno ver que los niños estén felices con sus regalos, ahora me llevaré esta bandeja de galletas y leche y me iré, vamos reno.
- Bien. – Haji asintió mientras subían al trineo y volaban una vez más, con los tres despidiéndose en ese momento, Santa comía las galletas.
- Nada mal ¿quieres?
- Si no es molestia. – Tomó una para comer con un vaso de leche. – Y bien ¿nuestro siguiente destino?
- Iremos a Francia, y para ello debemos usar esto. – Sacó unos calcetines. – Estos son como la gasolina del trineo, por cada niño satisfecho con su regalo, obtendremos uno para volar más lejos y aguantar toda la noche.
- Entiendo, así que sigue la tierra del baguette y el croissant.
- Según la carta, la envía la niña Marie Antoniette así que vamos directo.
- Y bueno ¿Qué deseo pide? – Preguntó el pelinegro.
- Algo raro, regalos para sus amigos que siempre pelean, normalmente los deseos son propios pero ella pidió algo raro, de cualquier modo debemos de asegurarnos de que no hagan nada travieso.
Mientras seguían volando al destino, se fueron acercando a Francia, ya quedando sobre su espacio aéreo.
- Hay algo raro ¿no? – Preguntó Haji, ella asintió.
- Se supone que Marie es de la realeza, así que sorprende no ver una gran fiesta aquí, además de esa cúpula de nieve que lo cubre.
- ¡Se acabó Santa! – En ese momento llegó alguien más, a saber si era hombre o mujer pero tenía cabello rosa largo y montaba un ave que parecía más un león, aunque teniendo cabeza de águila y alas.
- Hipogrifo. – Expresó Haji.
- ¿Lo conoces? – Expresó este sujeto, sonriendo. – Jeje, me avergüenzas, no. – Agitó su cabeza. – Santa, se acabó tu tiempo de volar aquí.
- Lo siento pequeño o pequeña, pero tengo el deber de entregar regalos, Santa tiene trabajo que hacer más que perder el tiempo.
- Muy bien, eso quisiste así que toma ¡ahora Marie! – De repente algo los golpeó directamente en el trineo que se agitó.
- Eso fue un impacto directo, sujétate reno. – Expresó Santa, empezaron a precipitarse en ese momento hacia el suelo, ella hacía todo lo posible para mantenerlo controlado y no chocar con fuerza, al menos logró estabilizarlo y caer directamente recto hasta acabar con un aterrizaje suave aunque algo pesado. – Lo hicimos por pura suerte.
- Parece que no somos bienvenidos aquí.
- No creo eso, Santa es un símbolo de alegría para los niños ¿Quién quisiera derribarlo?
- Muy bien falso Santa, te tenemos. – En ese momento apareció el caballero andrógino D'Eon. - ¿Master?
- Ey ¿Qué haces aquí?
- B-Bueno… mi reina quería festejar y ver a Santa y entonces…
- Calma D'Eon. – Marie apareció en ese momento. – Haji, que trabajes con esta Santa falsa no es algo que apruebo, no, no. Por lo tanto, no hay otra opción que pelear ¿cierto?
- Que te dirijas a mi reno de esa forma, si tienen asuntos con él, deben pasar a través de mí primero. – Expresó la Santa Alter, Marie asintió.
- Perfecto, entonces hagamos esto, tengo unas bolas de nieve preparadas con prana que quiero probar~ - Marie lanzó el primer ataque con esa bola de nieve con prana insertada, Santa fácilmente lo bloqueó.
- Lo siento, pero mi reina es primero. – D'Eon comenzó el ataque en ese momento contra esta, fácilmente chocaron espadas pero Santa era más habilidosa. - ¿Eh?
- ¿Por qué todos buscan atacar a Santa? Normalmente es Santa es genial, Santa es la mujer más hermosa que he visto en mi vida pero no, solo quieren atacarme y matarme, este trabajo no es fácil.
- Yo solo sigo órdenes. – Comentó D'Eon, en ese momento su espada fue mandada a volar por un atajo de la Rider. – Rayos.
- Ahora, toma esto. – Tomó una bola de nieve con al cual golpeó a la Saber en el rostro, derribándola. – Jeje, eso fue divertido.
- ¿Verdad que lo es? – Preguntó Marie. – Vamos, hay mucho más por seguir.
- Si eso quieres. – Nuevamente lanzó más bolas de nieve con prana, Santa fue a esconderse detrás de un árbol mientras escuchó que el ataque cesó, entonces salió de su escondite mientras había tomado dos más para lanzar a la reina, esta recibió los ataques directamente mientras volvió a esconderse. – ¿Es todo lo que tienes?
- Aquí va mi mayor obra. – Tomó una bola gigante la cual buscó lanzar aunque le pesaba.
- Déjeme ayudarle mi reina. – Entre ambos, lograron lanzarla para que impactara a Santa pero Haji llegó en ese momento, cortándola en dos. - ¿Eh?
- Se olvidaron que estaba aquí.
- Gracias Reno, ahora acabemos con esto ¡Excalibur Morgan! Versión bola de nieve. – Lanzó su NP el cual movió una gran cantidad de nieve que golpeó a ambos servants, quedando enterrados. – Gané esta guerra.
- Pfffff… es cierto. – Marie salió de la montaña en la cual quedó enterrada, empezando a reír. – Nunca antes me divertí, me sentí joven durante unos momentos.
- Mi reina, usted es joven ahora mismo. – Respondió D'Eon.
- Y bien ¿ya se calmaron? Para que haga entrega de los regalos. – Expresó Santa, los dos asintieron.
- Ya estoy aquí. – El otro que les atacó desde el cielo descendió.
- Astolfo, llegas a tiempo. Comentó Marie al verle llegar.
- Parece que los tres están aquí, es hora de los regalos. – Santa empezó a revisar en su saco, en ese momento sacó los regalos. – Comenzando con la niña Marie, tienes esto. – Y en ese momento sacó un caballo de cristal.
- Oh, excelente, para mi carrusel. – Expresó con una sonrisa.
- Para el caballero que se viste como hombre pero es mujer.
- ¡Que no es travestirse! – Expresó D'Eon, en ese momento le pasaron un traje de maid. - ¿Eh? ¿Y por qué?
- Para que cocines mejor, ahora… - En eso miró a Astolfo que estaba emocionado. – Es todo, vámonos reno.
- Como digas. – Y los dos subieron.
- ¡Y yo que! – Expresó Astolfo con molestia pero no pudo decir nada más cuando se fueron. – No obtuve ningún regalo… - Y en ese momento cayó una calabaza cerca de él. - ¿Una calabaza de Halloween?
- Bueno, puede ser una premonición. – Comentó Marie.
- Supongo que quizás vuelva en el futuro, seré invocado, eso es seguro. – Expresó el paladín con seguridad. Ya llevaban dos casas visitadas y faltaban más, el trabajo de Santa no se detenía y Haji seguiría apoyando, fueron a su siguiente destino.
Camilo Navas: Es que igual sigue el evento en el calendario del juego y pues como lo estoy siguiendo así al pie de la letra jaja, pues entonces ya es el momento de la navidad aquí.
El Redentor 777: El juego si que cuenta con muchos eventos hasta la fecha y no se detiene para nada, la verdad es que pienso escribir de todo, y digo todo, me llevará años pero ya tengo mis planes al respectos.
Aikun Sorata: Pues justo es fue lo que llegó aquí, el Padoru jaja.
Ya empezamos el evento de navidad, Haji es el reno aunque no hace nada y deben entregar regalos a los servants aunque en la mayoría del tiempo acabará en batallas jaja, a ver como seguirá esto entonces, hasta el próximo cap. Saludos.
