Bien, antes que nada, hola a quienquiera que lea esto.
Quiero agradecer de todo corazón a Xechu. S, Kirito 720, miguel Giuliano. Co, jean d'arc, JL Dragneel Storm, tony warrior, Aegon I Targaryen, Coki 13566, Luna, Trinity seven y Chulo por sus reviews, que me alegran mucho en estos días. Y hablando de los mismos:
Xechu .S: sí viste, el descuido del Foso siempre me pareció una grave equivocación por parte del Norte, sobre todo dado su importancia estratégica ("Moat" significa Foso en inglés. Yo lo tengo en los libros como Foso Cailin, y decidí dejarlo así en la historia) Aquí empezarás a ver las reacciones, de acuerdo a la proximidad, y sí, no veo a Mace Tyrell actuando muy valiente cuando se entere de un nuevo enemigo. Y este trae gigantes y salvajes jajaj. Mmm….No es nada mala la idea sobre el asalto a los Gemelos; si la pulimos un poco puede usarse. Aaahh, así que eso hiciste para empezar la historia de nuevo. Bueno, muchas gracias y hasta la próxima. Cuídate.
Kirito 720: citándote a ti, "es un placer leerte nuevamente". Después de todo el pesar del capítulo anterior, me parecía que hacía falta aflojar un poco. Me encanta volver a publicar de las pelirrojas, y lamento no hacerlo más seguido. Sí, pobre Jon, aunque más que conductor designado, Jon es el tipo al que sacan del bar por raro jajaj. Bueno, me alegra que te guste mi visión estratégica, que me parece la verdad bastante corriente. Soy un aficionado a la historia, particularmente militar, y he aprendido algo de ella. Yo veo esto como el movimiento lógico a realizar: Jon sabe que necesita hacerse con el Norte, pero será más difícil si el sur interviene, así que busca limitar esa intervención, y el Foso ofrece un punto de contención perfecto. Te agradezco la comprensión en cuanto al tamaño de los capítulos. En serio. En fin, un abrazo y que estés bien.
Miguel Giuliano. Co: hola. Es cierto, el Cuello es muy importante. Sí, una nueva Danza de Dragones sería muy interesante, pero no diré más al respecto para no hacer spoiler. Te digo esto: no hay nada seguro sobre el tal Aegon, y en eso incluyo su existencia. No es por ser malo, simplemente no quiero que te ilusiones por algo que tal vez no será. Jon como Rey de los Ríos y del Valle…bien, podría ser posible, aunque increíblemente difícil a estas alturas de la historia. No digo que no, solo que no será sencillo. Sí, algo diferente sería bienvenido creo yo, aunque lo de que Cersei no mate a muchos, tal vez si pase después de todo (mi padre AMA la escena en que el Gran Septo explota hacia los cielos, y a mí también me fascina, aunque reconozco que ni de cerca es una estrategia inteligente, con tantos posibles buenos rehenes en su interior). Y sí, Val señora de Foso Cailin. O al menos señora interina (por decirlo de alguna forma). Bueno, un saludo y que estés bien.
Jean d'arc: ¡Hola!...antes y después, me parece. El capítulo fue relajado hasta para mí. Necesitaba tomar aire después de todo lo que pasó. Dejemos a Jon soñar, pobre, se lo ganó jajajaj. Sí, creo que eso es lo que Jon, al igual que sus hermanos, buscaban en la serie al querer volver a Invernalia: un pedazo de esa vida sencilla y feliz que no sabían que tenían hasta que la perdieron (es triste cuando no notamos lo que tenemos hasta que lo perdemos ¿no crees?). Aquí verás a Manderly, lo prometo. Aún falta un poco para ver a Maege y su misión, pero con suerte valdrá la pena esperar. ¿Qué dirán quiénes? (si te refieres a Manderly, te digo que le llegó el rumor. Aunque no tiene confirmación de nada todavía). Esperaba que comentaras de Ygritte y Catelyn. Y claro, Ygritte no se va a conformar con el papel de una dama sureña, solo cuidando niños y el hogar. Ella es más que eso. Y viste Catelyn, ella si es una dama, y más que nada una madre. Quitarle los hijos a ella es como quitarle los cimientos a una casa: hace falta un milagro para que no se derrumbe. ¡Buen review! ¡Un beso y un abrazo!
JL Dragneel Storm: hola otra vez. Aquí empiezan las reacciones del Norte, ojala te agraden. Los locos sueltos son malos, pero a veces creo que encerrados son peores. Jon tiene que moverse con pie de plomo. Los prisioneros compartes circunstancias, pero eso no quiere decir que compartirán destinos, y no diré más por ahora. ¿Quién ha dicho que Arya no está en Invernalia? Yo no. Lord Reed tiene que hablar con Jon, es seguro. ¿Cómo puede Jon tener un nombre Targaryen? NADIE ha dicho que lo sea. Si Jon resulta un Targaryen en los libros espero que se llame Daeron (por el Joven Dragón) o Aemon (por el maestre y por el Caballero Dragón). Tu adivinanza no es muy precisa, pero en este capítulo verás algo al respecto. No era mi intención responder a tu pregunta cuándo lo hice, pero bueno. Tú obtienes un buen dato y yo puedo seguir con la historia, así que ¿qué más da? Si, Jon ya fantasea, aunque quien puede culparlo ¿eh?. Bueno, un saludo y que estés bien.
Tony Warrior: que bueno per que sigues aquí. Sí, sin duda muchos piensan como tú, pero lo cierto es que vivos, los prisioneros pueden ser de utilidad. Muertos, son solo más cuerpos para quemar. Si, murieron muchos en la batalla, pero como toda gran victoria conlleva un gran sacrificio, no podía hacer menos. Gracias por los halagos, aquí está el próximo capítulo. Ojala te guste. Un saludo y que estés bien.
Aegon I Targrayen (el error es intencional): hola de nuevo. Que gusto saber que sigues aquí. Me encanta leer tus teorías. El primer escenario de la primera no es nada descabellado, pero el segundo ya es muy exagerado: hay una distancia enorme hasta Catelyn e Ygritte, hay cuatro mil hombres y varios gigantes en el mismo campamento que ellas, y el bastardo de Bolton no es un mago. En cuanto a la segunda, DISTE EN EL CLAVO. Maege es leal a LOS STARK, y como con Brienne en los libros, la lealtad ciega conlleva riesgos para todos. En cuanto a la tercera…..bien, yo no quería, pero creo que tú y los que lean esto merece saber. DAENERYS SI VA A APARECER. Se los confirmo para que no sigan especulando, PERO NI SUEÑEN CON QUE LES DIRÉ EL PAPEL DE LA MADRE DE DRAGONES EN LA HISTORIA. Eso si NO lo hago. Cambiando de tema, OH, hay tanto de donde sacar para darle más detalles al ejército, la verdad mi cabeza da vueltas solo de pensarlo, pero no puedo decir nada porque sería demasiado Spoiler. Solo me queda confiar en que lo encuentren aceptable a medida que vaya evolucionando. Aquí el siguiente capítulo, y ojalá te guste. Un saludo y nos leemos pronto si Dios quiere.
Coki 13566: bien, confieso que no sé a qué te refieres con el yuri (emoji de carita avergonzada). O sea, sé a qué te refieres en la historia, pero no entiendo la referencia jeje. El ser humano es humano: es su mejor y su peor cualidad. Jon es un Rey, y debe cubrirse el pecho y la espalda en todo momento. Por ahora no veremos a Sigorn; paciencia en ese sentido. Ramsay es en teoría Señor de Hornwood, pero ahora que su papi y el ejército Bolton no están para respaldar su reclamo, dudo que lo reciban en esas tierras con los brazos abiertos jajajaj. En fin, un abrazo y que estés bien.
Luna: te gustó. Yo SABÍA que te gustaría; lo sabía. Jajajajaj. No hablas mal el francés (no me molestaría tener clases de francés. Me encanta el idioma, su pronunciación suena preciosa). Bien, sobre tus preguntas. Invernalia todavía no. El resto del Norte ahora. El resto de Poniente Luego. Falta para el encuentro de Jon y las pelirrojas, pero….¡ay, que no darías tú porque ya haya llegado! Bueno, un beso y que estés bien.
Trinity Seven: viste. Catelyn tuvo un giro de 160° (grande, pero no total). Gracias, y ¿por qué te empeñas tanto en el quinteto jejej? Que estés bien.
Chulo: hola, y como digo siempre, es tan lindo leer a alguien nuevo. La verdad, fue la falta de historias de Jon y Catelyn lo que hizo germinar la semilla de la que salió esta. Por cierto, el tipo que pule esta joya te agradece mucho por notar el brillo jajaj. Muchas gracias por el halago, la verdad me esfuerzo porque la historia tenga todo. Como me dijo un cocinero en una ocasión, La apariencia no importa. Es el sabor lo que cuenta. No estoy tan seguro de entender TAN bien a los personajes, pero me esfuerzo para sacar lo mejor de todos. En esta página no muchas (ve a Archive of Our Own, hay muchas más), aunque puedes ver las de jean d'arc (esta en mis autores favoritos): hay algunas muy buenas que involucran a ambos personajes. En fin, un saludo y hasta que nos volvamos a leer.
*Bien, en una nota aparte, gracias a quienes tienen la historia entre sus favoritos, la siguen o simplemente la leen.
Ahora sí, vamos a lo que los trajo hasta aquí.
Disclaimer: todo lo que puedan reconocer pertenece a G.R.R. Martín. Yo solo lo uso para entretenerme y tratar de entretener a otros.
Jon
Sus órdenes fueron cumplidas diligentemente, y para el mediodía ya estaban formadas las fuerzas en las afueras del campamento, junto a la entrada que miraba hacia el sur. Tres mil cuatrocientos soldados a pie, la mitad de ellos armados con lanzas y escudos, y la otra mitad con arcos y flechas. Había varios estandartes con el lobo huargo presentes entre las fuerzas, y el más grande viajaría al frente, escoltado por las lunas azules del Clan Harclay y el nuevo estandarte de Harle el Bello: una mujer de las lanzas con un hacha de mango largo sujeta en las dos manos, sobre un partido vertical de sangre y nieve.
Junto a los arqueros y lanceros se ubicaba la caballería, menos ordenada, pero aún lista para partir. Val no tenía un estandarte propio, por lo que al frente irían los de los dos nobles más prominentes que partirían con ella en dirección al Foso: Maege Mormont y Garlon Norrey. Los cardos del Clan Norrey parecían casi incorrectos junto al feroz oso negro de los Mormont, aunque Jon no dudaba de la ferocidad de los Norrey. Y como en el caso de la infantería, varios estandartes con el lobo huargo de Stark irían con ellos.
Para acelerar la marcha de ambas fuerzas, Jon había entregado varios cientos de caballos de carga e incluso un par de mamuts a Val, como una manera de facilitar el transporte de suministros. Un número similar de animales, más pesados pero no por ellos menos fuertes, acompañarían a la infantería que marchaba hacia Invernalia, y con el mismo propósito.
Jon llegó a tiempo de despedirse de la caballería y su recién creada vanguardia, con Fantasma a su lado y la mitad de su Guardia detrás de él. En cuánto lo vieron, Val, La Osa, Garlon Norrey, Harle el Bello y Agnar Harclay se acercaron.
"¿Todo listo?" preguntó Jon. Los cinco guerreros ante él asintieron en silencio "Recordad vuestras órdenes y no os desviéis de vuestros objetivos" les encomendó, antes de desviar su mirada a los dos hombres que dirigían a sus fuerzas de vanguardia "No intentéis asaltar el castillo. Vuestras fuerzas no tienen oportunidad sin armas de asedio ni apoyo" les dijo, antes de desviar la vista hacia las mujeres y a Garlon Norrey "Una vez que el Foso sea nuestro, fortificadlo todo lo posible. Pedid ayuda a Lord Reed de ser preciso, pero sobre todo" la voz de Jon se hizo más grave "no dejéis pasar a nadie. No importa las excusas, ni tampoco los motivos que puedan exponer. Nadie entra ni sale del Norte sin mi permiso" dijo con lentitud, en un esfuerzo por transmitir sus órdenes con claridad y más allá de toda duda.
"Así será, Alteza" aseguró Garlon Norrey, con una inclinación de cabeza respetuosa. Val y La Osa solo asintieron, pero Jon no dudaba de que hubieran entendido a la perfección.
"Os deseo un buen viaje" dijo Jon, y eso fue todo. A los pocos momentos, la caballería, con Val, Norrey y La Osa al frente, partió en un trote rápido hacia el sur, con sus estandartes ondeando al viento y sus caballos dejando un erial de tierra marcado con sus pezuñas. Ya casi se habían perdido en el horizonte cuando la infantería empezó su propio avance, con los arqueros y el convoy de provisiones en el centro y los lanceros a su alrededor.
Cuando se hubieran alejado lo suficiente, Jon se giró y contempló a su Guardia Personal.
"Necesito a dos de vosotros para una misión importante" dijo, y tal como esperaba, todos se ofrecieron de inmediato. Las ansias de probarse, junto con la negativa a parecer cobardes al quedarse atrás mientras otros se ofrecían para lo que podía ser una misión peligrosa, eran incentivos poderosos "Alysanne, Kyura" decidió Jon tras unos momentos "Venid" ordenó antes de alejarse de los demás, seguido por ambas mujeres "Os enviaré como mensajeras, para transmitir mis órdenes y las noticias de la victoria" anunció a ambas.
Kyura parpadeó.
"¿Adónde iremos, Ateza?" preguntó Alysanne.
"Vos iréis a Bosquespeso, mi señora. Kyura, tu irás al Último Hogar, dónde ordenarás que envíen cuervos a Bastión Kar con las noticias de nuestra victoria. Luego seguirás hacia el norte, hacia nuestro campamento en el Agasajo" si en algo conocía a Ygritte y Catelyn, estaba seguro de que apreciarían el envío de noticias.
Y además, Jon quería recibir noticias de ellas, aún si fueran por medio de uno de sus Guardias.
Quería saber de Ygritte y Catelyn. De ellas y de su hijo.
Wyman
Llevaba tiempo preparándose. Sus criptas estaban llenas de plata y sus murallas habían sido reforzadas. Sus barcos ya eran más de cincuenta, y había más construyéndose.
La invasión de Jon Nieve y sus salvajes le había dado la excusa perfecta para aumentar la producción de armas y armaduras en la ciudad, así como iniciar una nueva leva en sus tierras. Pese a las pérdidas de la guerra y al inicio del próximo invierno fue capaz de juntar dos mil seiscientos hombres, aunque la mitad eran demasiado jóvenes o demasiado viejos para su gusto.
El último reporte de sus espías confirmó que los Bolton estaban en las Colinas Solitarias. Jon Nieve había dividido a su ejército y marchado hacia ellos con la mayor parte de sus fuerzas, pero no habían tenido noticias sobre la ubicación de los que se habían separado.
La impaciencia de Wyman había crecido con cada día sin noticias, por lo que, cuando por fin llegaron, traídas por uno de sus sirvientes más ancianos y confiables, Wyman no se molestó en las cortesías; salió de la corte con rapidez e ignoró los llamados dirigidos a él. Era un pergamino pequeño, capaz de ocultarse fácilmente en su mano, pero cargando una de las noticias más anheladas por Wyman.
Batalla al norte de las Colinas Solitarias. Ejército Bolton totalmente exterminado. Roose Bolton muerto.
Los ojos de Wyman se fueron abriendo más con cada palabra, hasta que estuvieron a poco de caer de sus cuencas. Su boca estaba abierta, mientras su mente intentaba procesar las noticias.
Entonces, cuando por fin fue capaz de reaccionar, Wyman alzó la cabeza y soltó una carcajada en voz alta, tan estruendosa que reverberó en su solar. Sus mejillas temblaban, la saliva salía de su boca, y sus ojos picaban con lágrimas de felicidad no derramadas.
No supo cuánto tiempo estuvo riendo, pero debió ser mucho, ya que cuando por fin se calmó lo suficiente, Wyman sentía dolor en su estómago. Un momento después se dio cuenta de que ya no estaba solo. En la puerta, mirándolo como si estuviera loco, estaban varios de sus sirvientes.
"Ve y trae copas y una jarra del mejor vino ¡Deprisa!" apremió a uno, que se apresuró a perderse por el pasillo "Ve a buscar a Ser Marlon. Dile que quiero hablar con él de inmediato. ¡Vamos!" urgió "Los demás, podéis iros" dijo a los demás. Aún estaba riendo cuando el vino llegó, y bebió la primera copa con lentitud, saboreando la dulzura de la bebida, que sabía incluso mejor de lo usual, sin duda debido a las noticias.
Acababa de servirse por segunda vez, aun riendo suavemente ante la noticia de la derrota de los Bolton, cuando su primo llegó. Sin palabras, Wyman le entregó el mensaje y disfrutó viendo como la expresión de Marlon evolucionaba: de extrañeza, pasó a curiosidad, y luego a sorpresa. Marlon alzó la vista con una pregunta en sus ojos, y Wyman asintió. Sin necesitar más confirmación, Marlon soltó una carcajada estruendosa a la que Wyman se sumó sin pensar. Unos momentos más tarde, el Comandante de la Guarnición y el señor se encontraban con una copa llena en las manos.
"¡Por la victoria del Lobo sobre el hombre desollado!" brindó Marlon con una sonrisa completa.
"¡Por la muerte del Señor de la Sanguijuela!" añadió Wyman, antes de beber un largo trago.
Cuando hubieran terminado la segunda copa, Wyman se calmó al fin. Su rostro se tornó serio; entregó a Marlon una lista de nombres que se encontraban en un cajón de su escritorio, antes de despedirlo con órdenes precisas. Luego el señor de Puerto Blanco cogió pluma y tinta y empezó a escribir cartas. Sus manos recorrían febrilmente el papel. Algo de la tinta caía sobre ellas, manchándolas de negro, pero Wyman estaba demasiado ocupado para darle importancia. Siguió escribiendo.
Una fuerte serie de toques en la puerta fue lo que finalmente distrajo al Señor de Puerto Blanco de las cartas, cuatro de las cuales ya estaban terminadas. Antes de que pudiera responder, los golpes volvieron a escucharse, más insistentes.
"¡Mi señor!¡Mi señor, por favor, es urgente!" dijo una voz al otro lado, una voz que Wyman no tuvo problemas en reconocer. La de su leal maestre.
"Adelante" dijo Wyman. Gozaría esto.
La puerta de su solar se abrió y entró un hombre gordo, con una mata de rizos dorados sobre la cabeza y una cadena colgando de su cuello. Su cuello grueso y su rostro de mejillas anchas estaban sonrosados, y jadeaba con profusión, como si hubiera hecho un gran esfuerzo antes de llegar allí.
"¡Mi señor! Ser Marlon ha enloquecido. Ha ordenado a los guardias que arresten a una docena de sirvientes, así como a tres caballeros hacendados y a varias damas de noble cuna. Todo sin causa alguna" informó con pánico "¡Y eso no es todo! Ha ordenado cerrar las puertas del castillo, y también las de la ciudad. Sus hombres recorren los puertos, confiscando los barcos y arrestando a todos los que se resisten. También ha…"
"Ordenado que nuestros barcos formen una barrera sobre las aguas, previniendo que nada, desde los botes de pescadores hasta las galeras mercantes, salga del puerto" completó Wyman, ya harto de los chillidos del cerdo con piel de león ante él "Soy muy consciente de todo lo que Ser Marlon ha hecho…puesto que todo lo hizo bajo mis órdenes" le informó.
La expresión de Themore era la de un hombre que estaba a punto de mearse encima, y Wyman la disfrutó inmensamente. Pasaron varios momentos hasta que fue capaz de volver a hablar.
"M-M-Mi señor" tartamudeó el maestre, al tiempo que su mandíbula temblaba "¿Q-Que….?"
"Lo que ocurre, maestre, es que la Casa Manderly se está sacudiendo el yugo de los leones y sus aliados, así como de los traidores" dijo, antes de que sus ojos se endurecieran "Como vos" acusó. Cómo si esa fuera la señal, los guardias que estaban afuera de puerta entraron y se posicionaron a cada lado de Theomore.
"Mi señor, os equivocáis ¡os juro que soy un leal servidor de la Casa Manderly!" dijo Theomore, que empezó a retroceder, siendo seguido de manera incesante por los guardias.
"¿Tan leal que enviasteis cuervos a Desembarco del Rey a mis espaldas? Cuervos con mensajes en los que informabais sobre los puntos débiles de mis murallas, así como insistentes sugerencias de que mi hijo no fuera devuelto a mí, puesto que dudabais de la fidelidad de mi nuevo juramento hacia ellos" replicó Wyman con voz seca, al tiempo que sacaba una de las cartas, la única que no había quemado, de un cajón secreto en su escritorio. Se la enseñó al hombre con la cadena en el cuello, y pudo distinguir la chispa de reconocimiento en sus ojos cuando vio la carta "Lamento decepcionaros, Maestre. Todos los cuervos fueron derribados" dijo en tono funesto.
El rostro del Maestre se tornó aún más pálido, tanto que parecía el de un cadáver. Abrió la boca, pero de ella no salió ningún sonido.
"Siempre tuvisteis más cabeza que corazón, Maestre Theomore. Y eso es la causa de vuestra caída" Wyman ya había tenido suficiente "Llévenlo a una de las celdas. Decidiré que hacer con él después" dijo, pese a que sabía que solo había una respuesta para la traición de Theomore.
Lo que siguió fueron los lamentables chillidos de Theomore mientras era arrastrado por los guardias. El Maestre insistió con todas sus fuerzas en que era inocente, en que los mensajes habían sido una trampa elaborada con el fin de incriminarlo. Wyman no se molestó en verlo; volvió a sus cartas.
Cuando finalmente hubo terminado la última, permitió que su mano reposara, al tiempo que leía el pergamino que había recibido una vez más y sonreía sin poder evitarlo.
El futuro era incierto.
El pasado era inmutable.
Pero el presente podía ser saboreado, y Wyman saboreó esta dulce noticia con una sonrisa en el rostro.
Galbart
"¡Mantén la guardia en alto!" la voz de la mujer cruzó el aire como un cuchillo. El chico que era blanco de sus palabras se encogió visiblemente, pero aun así alzó más el escudo.
Jorelle Mormont era una maestra severa y en ocasiones inmisericorde, pero sabía lo que hacía, como demostraba a menudo en los patios de Bosquespeso. No era extraño verla acechando a un puñado de guerreros, principalmente los más jóvenes, al tiempo que ladraba instrucciones de combate. Era por esto que Galbart le había encomendado la tarea de probar a los nuevos reclutas.
Galbart había llevado demasiados hombres a la guerra con Robb Stark, y la pérdida de éstos le había forzado a tratar de reunir una nueva hueste en cuánto hubo recuperado su castillo. No tenía motivos para dudar, pero necesitaba hombres que fueran leales directamente a él. No a Aki Veintehijos, ni a Jorelle Mormont, ni a Wolter Werr.
Tras más de una luna de búsqueda y reclutamiento, creía tener todos lo que obtendría. Doscientos hombres, muchos de los cuales no estaban en la edad adecuada para pelear. Pero era mejor que nada.
Aún tras tanto tiempo desde su recuperación, el castillo se encontraba en plena actividad. Todos los días bandas de hombres partían en dirección al bosque en busca de madera y presas. Algunas de las partidas enviadas hacia el oeste habían vuelto, y más allá de unos pocos rezagados que habían sido rápidamente tratados, parecía que los Hijos del Hierro habían sido verdaderamente barridos de esas tierras. Solo pensar en ello bastaba para alegrar a Galbart.
Habían capturado dos de los barcos de los invasores, y tras una breve reunión de los líderes, acordaron enviarlos a la Isla del Oso, para transmitir noticias de la victoria y tratar de obtener armas y armaduras de los Mormont, así como herreros y artesanos para forjar más de ambas. Habían vuelto casi una quincena después, trayendo cinco herreros, una veintena de caballos, armaduras para cien hombres y armas para el triple de ese número.
Pese a que el castillo era grande, no había bastado para albergar a cuatro mil hombres. En consecuencia, una pequeña ciudad de tiendas se había erigido en el exterior, ocupando buena parte de los campos a las afueras de Bosquespeso, los mismos en los que habían ocurrido las primeras bajas en la reconquista del castillo.
Galbart sabía que la ociosidad era un problema en todo ejército, por lo que había decidido que siempre hubiera algo para mantener a las tropas ocupadas. Aki se había mostrado reticente, pero al final había cedido. Todos los días, luego de romper su ayuno y hasta que el sol llegaba a su punto más alto, las tropas eran formadas y entrenadas en la lucha en formación. Luego de esto, Jorelle Mormont y otros como ella seleccionaban a los que consideraban más prometedores y empezaban a dictar clases de lucha individual. Esto tenía la ventaja de que tenían información de primera mano sobre cuáles eran los mejores peleadores, y en consecuencia irlos armando gradualmente con las armas de acero que se forjaban día y noche en las fraguas del castillo.
Galbart debía reconocer que se sorprendía por la tranquilidad que se mantenía entre los hombres del Norte y los del Pueblo Libre tras tanto tiempo sin moverse ni luchar. Más allá de algunos pleitos ocasionales que dejaban narices sangrantes y ojos morados, en general el ambiente era apacible. Parte de esta tranquilidad sin duda podría atribuirse a la lejanía de Moran y de otros hombres como él, que premeditadamente fueron alejados con misiones de exploración a Punta Dragón Marino, de dónde tardarían en volver.
Pero la convivencia entre ambos pueblos no se podía evitar, y tenía sus influencias.
Algunas mujeres de las aldeas cercanas, e incluso una sirvienta particularmente audaz del castillo, habían sido vistas intentando aprender a balancear espadas, instruidas por las mujeres de las lanzas. Por el lado contrario, varios caudillos menores del Pueblo Libre que habían venido con ellos habían empezado a adoptar la costumbre de los estandartes. Cuatro de ellos ya habían hecho propios, y los mostraban con orgullo junto a las tiendas en las que dormían: una espada rota y un escudo partido, un cadáver de un perro, cuatro flechas de bronce y un barco sobre un mar de sangre se agitaban fuera de las murallas de Bosquespeso, mecidos por la brisa proveniente del mar.
Solo bebían agua; los Hijos del Hierro habían acabado con la cerveza y cualquier otra bebida fuerte durante su ocupación del castillo. Su comida consistía a menudo de sopa, y si tenían suerte, algo de pescado frito o patatas. Y aun así, no era la comida ni la bebida lo que más se ansiaba en el castillo.
Lo que más ansiaban….eran noticias. Habían estado separados del resto del Norte desde la toma del castillo, y ya se había vuelto común encontrar guerreros mirando por un largo tiempo hacia el este, sin duda esperando que llegara un jinete o un cuervo. Varios caudillos ya habían hechos menciones al envío de una partida de jinetes por el Bosque de los Lobos hacia el oriente, para investigar sobre lo que podría estar pasando. Galbart, apoyado por Aki, se había negado rotundamente, aunque había ocasiones en que se descubría a sí mismo considerándolo seriamente. A menudo se levantaba y se acostaba pensando ¿qué era lo que pasaba?
¿Habría ya el Rey luchado contra Roose Bolton? Suponía que sí. Ya había pasado mucho tiempo. O la batalla ya se había librado, o estaba a punto de hacerlo.
¿Y habría ganado?...Galbart no estaba seguro. Sí, el Rey era un guerrero impresionante. Y tenía un ejército formidable. Pero los Bolton eran peligrosos. No en vano su emblema era un hombre desollado, y Roose Bolton se había demostrado no solo cómo un gran estratega, sino también como un maestro del engaño y la mentira. La caída del Joven Lobo lo probaba.
Cuándo finalmente llegaron, los gritos advirtieron a Galbart mucho más de lo que podría hacerlo cualquier mensajero. En las afueras de las murallas, hombres y mujeres se agrupaban por cientos, siguiendo la estela del puñado de caballos que se movían en dirección a las puertas. Al frente del grupo, el lobo huargo de Stark ondeaba orgulloso.
Galbart descendió las escaleras con rapidez, emocionado como un niño a punto de recibir un regalo. Por el camino, Jorelle Mormont se unió a él, junto con muchos otros, todos igual de veloces en su camino hacia el patio.
Cuando Galbart llegó al patio encontró ya un numeroso grupo rodeando a los recién llegados, que ya habían desmontado. Una veintena de voces diferentes se escuchaban a la vez, lo que hacía verdaderamente imposible de entender.
"¡Abran paso!" gritó Galbart. A su lado, Jorelle Mormont gritó también, y poco a poco la multitud fue retrocediendo, hasta que Galbart se encontró cara a cara con los recién llegados.
No tuvo problemas en reconocer a la persona que estaba al frente "Lady Alysanne" saludó con cortesía, aparentando una calma que en verdad no sentía. Ansiaba las noticias que sin duda traería la hermana de Jorelle.
"Glover" replicó la mujer en tono helado. Galbart suponía que, al igual que su madre, no gozaba del título de dama "Hermana" dijo, su tono adquiriendo más calidez.
"Aly" dijo Jorelle con seriedad, aunque Galbart aun pudo distinguir el alivio en su voz.
"Necesitamos hablar. Ahora" dijo la Osa que acababa de llegar.
"Por supuesto" accedió Galbart con facilidad, totalmente de acuerdo con la hija de Maege.
Mientras el resto de los acompañantes de Alysanne eran rodeados una vez más y cuestionados, Galbart, junto con las dos hijas de Maege Mormont, Wolter Werr y varios más, se dirigieron a un pequeño salón en la base de la torre principal. Mientras se encaminaban a su destino, notó que las dos hijas de Maege conversaban en voz baja, intercambiando miradas entre sí.
Había una mesa y un puñado de sillas en el salón, pero todos permanecieron en pie. Las ansias se habían vuelto algo casi tangible; todos los ojos estaban en Alysanne Mormont, esperando sus palabras.
"¿A qué se debe vuestra presencia aquí, mi señora de Mormont?" preguntó Galbart.
"Traigo noticas del Rey" dijo la mujer "Ha luchado contra los Bolton al norte de las Colinas Solitarias, junto al Camino Real" informó. Galbart tragó, ansiando y al mismo tiempo temiendo las siguientes palabras "Ha vencido el Rey" anunció con una sonrisa.
Los puños de Galbart se abrieron, la fuerza para mantenerlos cerrados perdida por las palabras finales de La Osa.
"Repite eso" una voz dijo. Galbart no la pudo reconocer, ni se esforzó en ello, pero estuvo de acuerdo de inmediato. Quería escucharlo una vez más, para estar convencido de que había escuchado bien.
"Se libró una batalla entre los Bolton y el Rey. Y el Rey venció" volvió a decir Alysanne, y esta vez obtuvo una mayor reacción del resto de la habitación. Dos de los caudillos del Pueblo Libre soltaron una risa, mientras que Wolter Werr jadeó ruidosamente "El ejército Bolton fue totalmente aniquilado"
Galbart sacudió la cabeza, su mente por fin captando todo el peso de las palabras de Alysanne. Una victoria era una noticia excelente, pero saber que todo el ejército Bolton había sido derrotado de un solo golpe…
"¿Y el Rey?" preguntó Aki Veintehijos, su rostro estoico, pero su voz denotando una pizca de ansiedad.
"Ileso. Cubierto de gloria, y probablemente marchando a Invernalia mientras hablamos" dijo la guerrera, sus ojos brillando con fiero orgullo.
"¿Y qué paso con Roose Bolton?" no fue hasta que las palabras hubieran llenado sus oídos que Galbart notó que era el mismo quién las había pronunciado.
"Muerto" dijo Alysanne, con una voz que denotaba alegría "Su cuerpo fue arrojado a las llamas, y la cabeza decora una pica" especificó.
Galbart lo imaginó. Una cabeza con la piel mortalmente pálida, sus ojos grises viendo a la nada y su boca abierta, dejada en una pica, un festín para cuervos, moscas y gusanos.
No pudo contener la carcajada que escapó de sus labios. Cómo lamentaba no poder verla en persona.
Pensó en todos los hombres de Bosquespeso muertos en la Boda Roja, y su alegría fue atenuada por algo de pesar, pero también con satisfacción. Descansen en paz….sus asesinos han sido castigados….
A su alrededor, la habitación se había tornado en puro júbilo. Alguien sugirió que trajeran bebida para brindar por el Rey Jon y la victoria. Una voz más apesadumbrada les recordó que no tenían cerveza ni vino, pero Galbart la ignoró.
"Aun así brindaremos, aunque solo sea con agua" dijo Galbart. La noticia era demasiado buena para no ser celebrada. Aunque solo tuvieran orina de caballo, brindaría igual.
"¡Por la victoria!" corearon una docena de voces poco tiempo después. Galbart alzó su vaso, jovial.
"¡Por el Lobo Blanco!" coreó alguien más luego. Galbart se unió con gusto a ese brindis también.
Catelyn
Minisa crecía admirablemente. Ya era capaz de mover ligeramente la cabeza, así como sus diminutos brazos y piernas. Catelyn sentía como el cariño burbujeaba en su pecho cada vez que veía a la pequeña luchar para despojarse de las numerosas capas de pieles en las que era envuelta.
Hoy era un día especial, al menos en cierto sentido. Tras muchos días, finalmente habían acordado que la bebé podría empezar a salir de la tienda cálida y bien cubierta. Esto implicaba exponerla por primera vez a los vientos cada vez más fríos que provenían del norte. Catelyn sospechaba que Ygritte, al igual que ella, estaba dudosa sobre hacerlo, pero como habían apuntado varias mujeres de las lanzas e incluso una de las parteras que ayudaron en el nacimiento de Minisa, tarde o temprano la niña tendría que enfrentar el frío y las condiciones adversas que esperaban en el mundo afuera de la tienda, y ellas no podían evitarlo más de lo que podían volar.
Así que segura en los brazos de Ygritte y con las pieles más cálidas sobre ella cubriéndola totalmente, exceptuando el rostro, Minisa conoció el mundo más allá de la tienda, acompañada de un gran grupo. Catelyn caminaba junto a su amiga, y detrás y a ambos lados de ellas, seis mujeres de las lanzas las seguían, sin alejar las manos de las espadas de bronce en sus cinturones.
Catelyn debía reconocer que era divertido ver a Minisa tratar de girar su cuello, sus ojos de un color aun indefinido fallando en captar todo lo que la rodeaba. Sumado al hecho de que constantemente se acercaban algunas personas para poder ver más de cerca a la nueva hija del Rey, fue un paseo entretenido. También fue largo; habían recorrido casi la mitad del camino hasta las empalizadas cuando finalmente giraron para volver, Ygritte y ella acordando que para una primera salida había sido suficiente, antes de encaminarse por un camino diferente.
Fue a medio camino de vuelta que sucedió.
BUUUUUUUUUM.
El sonido del cuerno, largo y grave, inmediatamente hizo que Catelyn girara la cabeza hacia el sonido. Mirando al sur. Intercambió una mirada con Ygritte, y le bastó para saber que ella pensaba lo mismo: ningún cuerno había sonado en mucho tiempo. La última vez que tal sonido se había escuchado…
…..fue cuando Jon partió con su ejército.
"Vamos" dijo Ygritte, al tiempo que ajustaba su agarre sobre Minisa y volvía a ponerse en marcha. Catelyn se apresuró a seguirla.
No tardó en comprender que volvían a la tienda, y asintió sin palabras. Era una buena idea, y su confirmación llegó en la forma del puñado de jinetes que llegaron poco después de ellas. El estandarte del lobo huargo ondeaba sobre ellos. Catelyn no recordaba el nombre de la mujer que cabalgaba al frente, pero si sabía que era una de las Guardias Personales de Jon.
Los jinetes desmontaron y de inmediato la mujer se acercó a ellas, cansada y con marcas de falta de sueño bajo los ojos, pero satisfecha. Las saludó a ambas con un gesto de la cabeza antes de hablar.
"Hemos ganado" dijo con una tenue sonrisa en el rostro.
Dos palabras. Solo dos palabras. Fue todo lo que hizo falta para que el mundo de Catelyn fuera puesto de cabeza en un instante. Solo para ser puesto al derecho al siguiente. Fue….aturdidor.
"¿Q-Qué?" preguntó Catelyn, aún incapaz de comprender lo que había escuchado. En el silencio que parecía haberse apoderado de todos, su voz resonó como un trueno.
"¡Hemos ganado!" repitió Kyura, esta vez en voz más alta, casi gritando "Enfrentamos a todo el ejército Bolton ¡y vencimos!" dijo.
Catelyn sonrió, al tiempo que sus ojos se abrían maravillados. Miró a su lado, para ver a Ygritte en el mismo estado, una sonrisa total en su rostro, mientras tragaba maravillada.
Las palabras de Kyura parecieron encender la emoción de la multitud que se había reunido. De inmediato una docena de voces empezaron a aclamar y a celebrar las palabras, pero muchas más empezaron a gritar preguntas, tanto a Kyura como al resto del grupo con el que había venido.
"Ven conmigo" dijo Ygritte, al tiempo que miraba a Kyura y hacía un gesto con la cabeza en dirección a la tienda.
Catelyn no lo pensó antes de seguir a las dos mujeres al interior de la tienda. Quería saber. Necesitaba saber qué era lo que había pasado.
"Cuéntamelo todo" exigió Ygritte en cuanto las solapas de la tienda se hubieran cerrado detrás de ellas, aunque no bastaron para silenciar el ruido del exterior, dónde las preguntas sobre la batalla seguían llegando, aunque estas eran hechas por tantas personas a la vez que resultaban inentendibles.
Lo que siguió fue una larga historia. Catelyn escuchó con atención mientras Kyura contaba como Jon había atravesado el Norte, cómo los Bolton habían salido de Invernalia para luchar contra él antes de que llegara al castillo. Se maravilló al escuchar su idea de usar gigantes como pontones para que la caballería cruzara el Cuchillo Blanco en total secreto. No entendía gran cosa de estrategia militar, pero aun así escuchó el desarrollo de la batalla, y sintió como su piel se erizaba ante la mención de que Jon había tomado parte directamente en ella.
"….jamás había visto a alguien luchar tan bien" iba diciendo Kyura "El Rey era un lobo en el campo de batalla, acabando con todo el que estuviera en su camino. Se cubrió de sangre de la cabeza a los pies…." Catelyn no tuvo problemas en distinguir la admiración de la mujer ante ella, y la comprendía bien. Jon parecía un guerrero de leyenda: feroz, letal, con una espada legendaria y una habilidad que no había encontrado rival.
Aún…. Susurró una voz maliciosa en su interior. Catelyn se forzó a ignorarla mientras el relato de Kyura continuaba. La emoción se incrementó en su pecho cuando relató la llegada de la caballería, y casi pudo imaginarlo: una oleada de jinetes galopando a toda velocidad, arrollando a los Bolton y haciéndoles pagar en sangre por sus numerosos crímenes.
"¿Jon está bien?" la voz de Ygritte la devolvió a la realidad.
"Sano y salvo" aseguró Kyura, y Catelyn sintió como sus hombros perdían algo de la tensión que habían adquirido de manera inconsciente.
"¿Ha mandado por nosotras?" preguntó Ygritte, y Catelyn vio como una chispa de esperanza de se veía en sus ojos….solo para ser apagada cuando Kyura sacudió la cabeza.
Un silencio incómodo cayó sobre todas, pero por fortuna no duro mucho.
"El Rey pidió que os entregara esto" dijo, al tiempo que sacaba del interior de su abrigo…..un pergamino enrollado.
Ygritte le dirigió una mirada confundida, por lo que Catelyn decidió explicar "Creo que nos escribió" dijo, al tiempo que tomaba el pergamino extendido "¿Lo leíste?" preguntó con curiosidad.
"Lo abrí una vez" confesó Kyura con indiferencia, y Catelyn sintió como su rabia aparecía, aumentada por la actitud totalmente despreocupada de la mujer. ¿Con que derecho…. "Pero no sé leer. Esas líneas que Jon hizo en esa cosa parecían marcas de un pollo en la nieve" terminó luego de un momento, al tiempo que sacudía la cabeza.
Catelyn sintió como una parte importante de su ira se desvanecía ante las últimas palabras, y solo atinó a despedirse cuando Kyura salió de la tienda.
Un silencio cayó sobre ambas mujeres, que se miraron entre sí. Catelyn sabía bien en que pensaba Ygritte, y eso se debía a que ella también lo hacía; pensaba en Jon.
Estaba un tanto preocupada por él, y sabía que lo estaría hasta que pudiera volver a verlo y comprobara con sus propios que seguía siendo el mismo hombre del que se había despedido hacia tanto tiempo. Pero mayormente estaba orgullosa y feliz. El orgullo se debía a su hazaña; había vengado a su hermano, había respondido a la traición que los Stark habían sufrido con rotundidad, había obtenido la victoria, y había dado un paso crucial para devolver el Norte a sus legítimos dueños. Y la felicidad….la felicidad era debido a saber que estaba bien, que no había sufrido daño, que estaba ileso. Se alegraba porque sabía que faltaba menos para que Jon volviera con su hija, para que Minisa pudiera al fin conocer a su padre, para que Jon volviera con ellas. Con Ygritte, con Minisa. Y con ella.
"Cat" la voz de Ygritte la devolvió al presente "Léelo ¿sí?" pidió Ygritte con una pequeña sonrisa en su rostro, al tiempo que hacía un pequeño gesto en dirección al pergamino en sus manos.
Se sentaron en el suelo, una frente a la otra, con Ygritte junto a la pequeña Minisa. Catelyn desenrolló el pergamino antes de empezar a leer.
Los adoro a todos con todo mi corazón. Marchan a mi lado en cada paso, y aparecen en mis pensamientos cada día, tarde, y noche. Son la razón de mi victoria, la única de que esté vivo. Ansío con toda mi alma el momento de volver a verlos, pero no los llamaré hasta que sea seguro. Los amo.
J.
Casi le pareció oír la voz de Jon…el calor de sus ojos grises, la callosidad de sus manos, la firmeza de su cuerpo…..
No notó la lágrima de alivio que cayó de manera repentina por su mejilla, pero si notó como una mano que no era suya la limpiaba. No pudo evitar disfrutar del toque sobre su piel.
Ygritte le sonrió, y Catelyn sintió como sus labios imitaban a los de su amiga, sonriendo.
"Está vivo" dijo Catelyn, sintiendo la dulzura de esa verdad. Dioses, se sentía tan bien poder decirlo "Está vivo y ansiando estar con nosotros. Pronto estaremos con él" aseguró, sin estar segura sí lo decía para Ygritte o para sí misma.
Ygritte soltó una risita "Sí. Pronto" concordó.
Un instante después ambas se abrazaron con fuerza, sus rostros escondidos en el cuello de la otra. Una sensación cálida burbujeo en el pecho de Catelyn. Si no hubiera estado tan concentrada en disfrutar de la cercanía del cuerpo de Ygritte contra el suyo, se habría dado cuenta…..de que era la misma sensación que había experimentado cuando tocaba a Jon.
Y listo. ¿Qué tal quedó? ¿Me tiran besos o piedras? En el siguiente capítulo veremos más reacciones a la batalla. Concretamente: del sur. Bien, como siempre, les pido reviews con sus opiniones, críticas, sugerencias teorías, y más. Serán muy, pero en serio muy apreciados. Y debidamente contestados.
Como digo siempre, trataré de subir el siguiente capítulo en una semana, pero no prometo nada. Que estén bien (sobre todo de salud. Y que sigan así).
