Bien, antes que nada, hola a quienquiera que lea esto.

Quiero dar gracias a Xechu .S, JL Dragneel Storm, Aegon I Targaryen, Kirito 720, miguel , jean d'arc, tonywarrior, coki 13566, Trinity Seven y Luna por sus reviews, que siempre me alegran el día. Y hablando de los mismos:

Xechu .S: Hola, y muchas gracias por el halago. Es bueno saber que la historia aun genera interés. Aquí verás la reacción de los poderosos en Desembarco del Rey, junto con otras cosas. Gracias de nuevo por la idea, y si tienes alguna más, no temas tirármela. Un saludo y que estés bien.

JL Dragneel Storm: hola. Sí, me gusta mostrar a Wyman así. Él, como muchos otros personajes de los libros, perdió demasiada profundidad en la serie, así que trato de devolver algo de eso. Estoy trabajando en los detalles del reencuentro, y espero que pronto pueda escribirlo. Trataré de que valga la espera. Aquí verás un poco más de Val. Eso es todo; que estés bien.

Aegon I Targaryen: jajaj y dime, ¿hoy te levantaste pensando en un capítulo nuevo? Está bien, te reconozco que Ramsay llegando a Catelyn e Ygritte sería interesante, y tienes buenos argumentos. Un poco utópico, pero es GOT, así que ¿por qué no? Tus suposiciones están medio, y solo medio, acertadas. Cuídate, y que estés bien.

Kirito 720: hola, y como siempre, un gusto leerte. Me alegra saber que te gustaron las reacciones, la verdad me preocupaba hacerlas un poco irrealistas, aunque tenía muchas ganas de escribir la de Ygritte y Catelyn. Con respecto al tiempo desde que Jon se separó de las pelirrojas, bien, para ser sincero, no he pensado en ellos, pero no son seis meses ni de cerca. De hecho, está en este momento entre tres y cuatro. Sí, es sorprendente la forma en que Cat puede mantenerse en una constante lucha contra sí misma, pero eso se debe (al menos en parte) a la costumbre: tras tantos años viviendo dentro de un estándar de vida, es increíblemente difícil salir de él. Y sí, Jon puede intentarlo, pero lo cierto es que las noticias se filtran. Marineros, contrabandistas, espías, informantes. Eso solo por mencionar algunos. Aquí verás el accionar de los Manderly, y pronto verás los de otros norteños, si sabes tener paciencia. Espero leerte de nuevo: un saludo y hasta pronto.

Miguel : hola, y que placer seguir sabiendo de ti. Hasta que Jon nombre a alguien más como señor oficial del Foso, o hasta que envíe a Val a otro lugar, ella es la Dama Interina del Foso. El Norte era pobre en otras épocas, y aun así el Foso tenía 20 torres. Me parece que su decadencia se debe más a los errores de los señores que a falta de mantenimiento monetario. Sí, la idea de las minas es buena, pero en verdad hay otras formas de riqueza. Estoy pensando en investigar sobre civilizaciones que vivían en circunstancias similares a las de los lacustres, y basarme en ellas para la creación de cultivos en un ambiente pantanoso como el del Cuello. Sí los lacustres pueden vivir en las tierras del Cuello, ¿por qué no otros? La gente siempre reacciona de manera única cuando ven algo que no han visto antes, y los gigantes y mamuts ciertamente ganarán más de una reacción. En fin, los mejores deseos para ti y los tuyos.

Jean d'arc: ¡holaaaa! Claro que te iba a recomendar; yo siempre recomiendo cosas buenas. ¿Se te acabaron los adjetivos? Wow, eso sí me sorprende, sobre todo porque cuentas con la gran variedad del idioma español (doy gracias a Dios de haber nacido en un lugar dónde se habla este hermoso idioma). Sí, la verdad es que en estos capítulos estamos como en la serie, una serie de reacciones a un acto anterior en distintas partes. Me alegro que te siga gustando la historia. Un beso y un abrazo grandote.

Tony Warrior: hola, y debo decir que me conmueve mucho lo que dices. Saber que mi historia te atrapó tanto…. Wow, en serio, me halaga mucho saberlo. A mí me pasa lo mismo que a ti con las actualizaciones de las historias que sigo: se terminan demasiado rápido, no importa lo despacio que trate de leer. Falta un poco para saber de Ramsay, pero no, no es de los que huirían del Norte. Si fuera a alertar a los Frey en los Gemelos, tendría que pasar por el cuello, y si los lacustres lo ven cruzando sus tierras…..bueno, creo que sabes lo que pasaría eh. Bien, lamento no poder decir más sobre lo que pasa en Invernalia, pero sería demasiado spoiler si lo hiciera. Nos vemos luego. VALAR DOHAERIS (y el mío es traer entretenimiento a otros por medio de esta historia).

Coki 13566: AAAAAAAAAAAAAHHHHHHH, ya entiendo. La tragedia está siempre a la vuelta de la esquina. Dije que Fantasma tendría cachorros, es cierto, y podría tener crías con Nymeria o con una loba común, pero¿ crees que no intentará con las dos opciones? (sobre todo con el ejemplo que ese lobo tiene de Jon jajajaj). Nos vemos, y que estés bien.

Trinity Seven: si, Jon merecía liberar la tensión como todos los demás, pero sus mujeres están lejos, y las ama demasiado para conformarse con cualquier otra. Un saludo y que estés bien.

Luna: ¡hola, hola, hola! No, no quiero hacerte mal (aún…..), de hecho me pican los dedos por escribir más de nuestras pelirrojas favoritas, pero lamentablemente para nosotros dos hay ciertas prioridades. Sí, es triste que no se viera las conspiraciones de los norteños en la serie, aunque no fue ni de cerca lo peor (ese premio se lo lleva sin discusión la mayor parte de la T8). ¡Alzo mi copa para brindar, pero con agua, no con orina! ¡A tu salud, Luna!

*En una nota aparte, gracias a quienes siguen la historia, o la tienen entre sus favoritos, o tan solo la leen.

*Bien, basta de hablar. Vamos a lo que los trajo hasta aquí.

P.D: MUCHAS GRACIAS A TODOS los que han dejado reviews. Se siente increíble pensar que esta humilde historia ya haya superado los 400, les juro que ni en mis más locos sueños hubiera pensado que sería tan bien recibida cuando empecé a publicarla. Y todo es gracias a ustedes, personas maravillosas que dieron su tiempo para hacer notar su apoyo. Una vez más, gracias.

Disclaimer: todo lo que puedan reconocer pertenece a G.R.R. Martín. Yo solo lo uso para entretenerme y tratar de entretener a otros.

Alys

Los fuegos de las torres en la muralla brillaban con luz anaranjada; pequeños puntos de calor y luz en medio del frío y la oscuridad.

Una persistente lluvia había llegado en la noche y había permanecido hasta más allá del amanecer, sumándose a la fría neblina que había caído sobre el castillo dos días antes. Las gotas eran heladas y pesadas, pero aún no lo suficiente para ser convertidas en nieve.

Se encontraba en el solar de su padre, su solar, tratando de hallar calor en las moribundas llamas de la chimenea. Con un suspiro, frotó sus manos en busca de más calor, antes de acercarlas de nuevo al fuego.

La puerta de tejo sonó cuando se escucharon dos golpes en ella.

Alys se levantó y se acomodó mejor la capa que llevaba sobre los hombros "Adelante" concedió. La puerta se abrió un momento más tarde.

Era el maestre "Mi señora" dijo Ravin, entrando con lentitud al solar. Detrás de él, la mujer de las lanzas que era su guardia observaba en silencio estoico "Ha llegado un cuervo" informó, al tiempo que introducía una mano en la manga de su túnica y sacaba un pergamino pequeño, que extendió en dirección a Alys.

"Gracias, Maestre" murmuró Alys, al tiempo que cogía el mensaje "Podéis retiraros" dijo, y observó como Ravin se inclinaba ante de girar y salir, cerrando la puerta tras él. En cuanto la madera fue una vez más una barrera que la separaba de ojos u oíos indiscretos, Alys desplegó el mensaje.

Lady Alys Karstark

A petición de una mensajera llegada en nombre del Rey, os escribo para informaros que ha tenido lugar una batalla a pocos días de Invernalia. El Ejército del Rey Jon ha vencido a los Bolton. Roose Bolton ha muerto, y su ejército ha sido totalmente destruido. El Rey pide que enviéis mensajeros para avisar de esto a Sigortn de Thenn.

Arna Umber, la doncella del Último Hogar.

Una voz en el interior de Alys le recordó que Arna era el nombre de una de las hijas del Gran Jon, pero Alys ignoró ese pequeño detalle, eligiendo centrarse en cambio en el contenido del mensaje.

Su primer impulso fue desconfiar del contenido del mensaje, pero ¿cuál sería el objetivo de enviar un mensaje semejante a Bastión Kar? ¿Por qué los Bolton, o cualquiera, se tomarían la molestia de mentir? ¿Qué ganarían con ello? La respuesta era sencilla. Nada.

La alegría se instaló en el pecho de Alys, calentando su cuerpo más de lo que habían podido las ropas y el fuego. Con los Bolton derribados, también lo hacía la amenaza a su herencia y libertad. Ahora estaba segura. Nadie podría arrebatarle su hogar ni alejarla de ella.

Excepto el Rey, susurró una voz maliciosa, pero Alys se forzó a ignorarla, al tiempo que su mirada volvía a recorrer el pergamino y su mensaje.

Pero luego de unos momentos, la alegría de Alys se vio atenuada por una punzada de molestia. Agradecía el mensaje, pero le molestaba la vaguedad de éste. Sobre todo en torno a los hombres de Bastión de Kar que habían peleado junto a los Bolton. ¿Cuántos de ellos habían sobrevivido? ¿Qué pensaba hacer el Rey Jon con ellos?

Pero…si en verdad los Bolton habían sido vencidos…..eso significaba que también lo habían sido Arnolf y sus hijos…..

…Pero vencidos no era lo mismo que muertos. Alys no pudo encontrar vergüenza en su interior cuando se encontró dando una súplica silenciosa a los Dioses Antiguos para que Arnolf, Cregan y el resto de los miembros traidores de su familia estuvieran muertos.

Así al menos no tendría que lidiar con ellos. Después de todo, nadie era más maldito que quién asesinaba a su propia sangre.

Su mirada volvió al mensaje, y notó un pequeño detalle que le hizo soltar una risita que desentonaba con la seriedad del momento.

El nombre de Sigorn estaba mal escrito.

Sigorn

Llevaban quincenas enteras rodeando Fuerte Terror, y casi nada había pasado en todo ese tiempo. Habían derribado media docena de cuervos durante el día y un número similar durante la noche, y habían rechazado un patético intento de los defensores de romper el asedio. El puñado de jinetes que habían salido blandiendo lanzas había retrocedido de inmediato cuando una lluvia de flechas cayó sobre ellos, matando a tres e hiriendo a media docena más.

Sus provisiones disminuían todos los días, pero las praderas y el río que rodeaban el castillo habían ayudado a disminuir de manera considerable el ritmo en que éstas eran consumidas. Las praderas eran una buena fuente de setas y pequeñas presas, y el río situado al oeste era una fuente segura de agua dulce, así como de pescado y anguilas.

De acuerdo a las órdenes del Rey, Sigorn había puesto numerosos centinelas en todas direcciones, pero principalmente en el oeste. Las guardias eran cambiadas cada pocas horas, para que el cansancio no afectara la capacidad de los guerreros que debían ser los ojos y oídos del ejército. Sigorn creía que tarde o temprano tendrían que atacar el castillo, por lo que envió hombres a talar árboles. La madera sería usada para crear rústicas escaleras, cuyos peldaños estarían atados con sogas hechas de tendones de ovejas y hebras de pasto seco. No eran gran cosa, pero resistirían el peso de varios hombres a la vez.

Pero aun teniendo que buscar comida, preparar escaleras y vigilar los alrededores, el aburrimiento era ya una compañía diaria. Los defensores ya no habían intentado mandar más cuervos, y los aldeanos que habían vivido en la periferia habían huido espantados ante su presencia largo tiempo atrás, por lo que los días transcurrían sin más incidentes que algunas peleas o entrenamientos ocasionales. No era extraño que lo primero terminara en lo segundo, y viceversa.

Como líder del ejército, Sigorn no podía abandonar el asedio ni un instante por la probabilidad, por pequeña que fuera, de que los habitantes del castillo intentaran algo mientras no estuviera. Por lo que sus días estaban llenos de entrenamientos, charlas con sus hombres o con los jefes de los clanes que estaban con el ejército, y ocasionales pensamientos.

Su familia. El Rey… y Alys.

¿Su padre y su hermano aún vivirían, o ya habían muerto? ¿Qué estaba haciendo el Rey en esos momentos? ¿Y cómo se encontraría Alys?

Ansiaba noticias. Deseaba saber que era lo que estaba pasando en Bastión de Kar, en el campamento en el Agasajo, incluso en el Muro. La espera erradicaba lenta, pero eficazmente, toda paciencia que tuviera.

Cuando escuchó el cuerno de aviso, su primer impulso fue llevar la mano a la empuñadura de su espada. Subió corriendo a la cima de un terraplén que habían construido en los primeros días del asedio, y allí los vio.

Venían desde el este, no del oeste, y saber eso bastó para que aflojara el agarre en su arma. Su certeza de que no estaban en peligro solo aumentó cuando vio que eran tan solo dos jinetes, aproximándose a toda velocidad. Bajó del terraplén y se apresuró a su encuentro.

A medida que se adentraban en el campamento, más y más guerreros miraban a los recién llegados con intriga, y unos pocos con ansias. Cuando estaban a menos de cien pies de distancia de él, Sigorn notó que eran dos mujeres de las lanzas, con jubones de lana con fragmentos de metal alrededor del cuello y pantalones del mismo material. En sus cinturones de cuero colgaban espadas envainadas, y una de ellas llevaba un arco y un carcaj sujetos a su silla de montar.

Los caballos se detuvieron ante él, resoplando, y por un segundo el silencio reinó, antes de que fuera roto.

"Tú eres Sigorn ¿verdad?" preguntó una de las mujeres, de cabello color noche y ojos verdes.

El hijo de Styr asintió en silencio. Ambas mujeres desmontaron antes de dar un paso hacia él.

"Venimos de Bastión Kar" dijo la misma mujer que había hablado antes "Alys nos mandó a comunicar noticias"

"¿Qué noticias?" preguntó Sigorn, intentando aparentar una indiferencia que no sentía en absoluto. A su alrededor, una multitud cada vez más grande se iba formando. Por un momento, pensó en llevar lejos a las mujeres de las lanzas, para escuchar las noticas en privacidad antes de dejar que el resto del ejército lo supiera, pero lo descartó. Buenas o malas noticias, era mejor que las escucharan de los portadores, en vez de empezar a difundir rumores y falsas suposiciones.

"Parece que hubo una batalla; una muy grande. Entre el Rey y los Bolton" dijo la misma mujer.

Los susurros y comentarios a su alrededor se empezaron a escuchar, pero Sigorn no les prestó atención. Sus ojos se abrieron, y su mente se centró en una sola cuestión.

"¿Cuál fue el resultado de la batalla?" preguntó el hijo de Styr, tratando infructuosamente que su voz no delatara las ansias que empezaba a sentir por una respuesta. A su alrededor, las voces se detuvieron al unísono cuando sus dueños guardaron silencio para escuchar también.

"El único que podría ser con el Rey combatiendo" dijo la otra mujer, antes de guardar silencio por un momento "Victoria" declaró, al tiempo que una sonrisa orgullosa decoraba su rostro.

Por un instante, hubo silencio. Al siguiente, una oleada de gritos resonaron alrededor de Sigorn, y él mismo se vio incapaz de detener la sonrisa satisfecha que adornó su rostro, al tiempo que sus hombros perdían la rigidez que habían adquirido con la llegada de ambas mujeres.

"Bueno….." dijo una voz a su lado, y Sigorn se sorprendió de encontrar allí a Helmat "Creo que podemos confiar en que los Bolton ya no intentarán romper el asedio" declaró, al tiempo que una sonrisa florecía en su rostro.

"Sí" concordó Sigorn, asintiendo, antes de volver a centrar su atención en las dos mensajeras "¿Qué más sabéis de la batalla? ¿Alguien importante murió en ella?" empezó a indagar.

"No lo sabemos" dijo la primera mujer, sacudiendo la cabeza "El mensaje decía tan solo que el Rey y su ejército destruyeron totalmente a los arrodillados, y pedía a Alys que enviara a alguien aquí para informar de lo que pasó. Pero no se mencionó a nadie, vivo o muerto. Solo a Roose Bolton, que fue asesinado" explicó "No sabemos más" concluyó, con una mueca molesta que daba a entender que tampoco le gustaba esa falta de detalles.

"Ya veo" dijo Sigorn, frustrado por la falta de datos "¿El Rey está ileso?" preguntó ahora.

"Aparentemente. Alys dijo que fue él quien pidió, por medio de alguien más, que enviaran el mensaje a Bastión de Kar" habló ahora la segunda mujer.

Sigorn solo asintió en agradecimiento a las mensajeras, al tiempo que reprimía el impulso de preguntar por Alys, antes de hacer un gesto a Helmat para que lo siguiera. Cuando finalmente estuvieron lejos de tantos oídos, Sigorn giró y encaró a Helmat.

"Si en verdad el Rey ha resultado victorioso, y está ileso, es probable que pronto sepamos más de él" declaró. Si en verdad los Bolton ya no eran un problema, nada impedía que el Rey se moviera a placer por donde quisiera, así como al Pueblo Libre.

Helmat asintió "Mientras tanto, debemos mantener el asedio. Y prepararnos para asaltar el castillo" opinó "En caso de que el Rey lo ordene" añadió luego de un momento de silencio.

Sigorn asintió en acuerdo. No deseaba asaltar las imponentes murallas de la fortaleza a su espalda, pero lo haría si debiera.

"Tenemos que cortar más madera para hacer escalas, y obtener más cuerdas para crear ganchos" afirmó Sigorn. Serviría para mantener a los suyos ocupados…

…..y evitaría que Sigorn pensara más de lo debido sobre el destino desconocido de su padre y hermano tras la batalla.

Kevan

La primera vez que recibió la noticia pensó que era una equivocación. Un informe errado o un falso rumor que se había propagado y que había llegado a ellos incrementado y exagerado. Su sentido de precaución, sin embargo, le instó a averiguar la verdad, y aunque le llevó más tiempo del que hubiera deseado, finalmente tuvo la confirmación que necesitaba.

Con una sensación de pesadez en el pecho, envío a los criados a buscar a los miembros del Consejo Privado, mientras él, en calidad de Regente, así como del responsable de la reunión, se apresuraba a la cámara en la que esta tendría lugar la reunión.

El primero en llegar fue Ser Aemon Estermont. La más nueva incorporación al Consejo Privado era una elección de Kevan, una que había elegido para reemplazar al suegro de Kevan, Harys Swyft. Ser Aemon era un hombre de unos cincuenta años, primo de Robert Baratheon y heredero de Piedraverde. Hasta el momento se había demostrado como un capaz Consejero de la Moneda, lo suficiente para obtener más tiempo a la Corona para pagar las deudas que había dejado Robert Baratheon con su opulencia. Solo eso lo hacía, a ojos de Kevan, lo bastante valioso como para otorgarle un puesto en el Consejo Privado, pese a las numerosas protestas de Mace Tyrell, quién había sido implacable en su deseo de llamar a su tío Garth desde Altjardín. Hicieron falta muchos días de argumentación y paciencia para hacerle ceder.

El siguiente en llegar a la reunión fue Qyburn. El hombre había sido traído por su sobrina tiempo atrás, y la única razón de su permanencia en su puesto era la gran capacidad que había demostrado tener para recabar información concerniente al Consejo. Era él quién había informado de la misteriosa desaparición de varios Frey luego de haber tratado con Wyman Manderly. Kevan tenía una muy buena idea de dónde estaban los Frey que habían desaparecido, pero no tenía sentido expresar sus suposiciones sin pruebas.

Luego llegó Mace Tyrell, acompañado por cuatro de sus guardias y luciendo su verdadera naturaleza en todo su esplendor. Parecía un engreído, aún más de lo normal. Lo había sido desde que la Fe concedió devolverle a su hija, sobretodo porque esta, a diferencia de Cersei, no había sido forzada a caminar desde el Gran Septo totalmente desnuda. Aún quedaba pendiente el tema de su juicio, pero el padre de la joven esposa de Tommen no parecía preocupado por ello. El que su hija le fuera devuelta parecía haber infundido en Mace Tyrell la noción de que se debía al respeto que la Fe tenía hacia la Casa Tyrell, junto con el temor que la Fe tenía hacia sus capacidades militares.

El último en llegar fue el Gran Maestre. Moviéndose como si el peso del mundo yaciera sobre sus hombros, jadeando ligeramente y con la espalda doblada y los hombros caídos, Kevan se preguntó si alguno de los presentes, además de Mace Tyrell, sería tan ingenuo como para creer el pobre intento de farsa interpretada por el anciano.

"Mis señores. Os quiero dar las gracias por acudir con tanta prontitud a esta reunión. Han llegado noticias de la mayor urgencia, y nos conciernen directamente" declaró Kevan en cuanto el Maestre hubo tomado asiento, intentando expresar la seriedad de sus palabras en el tono de su voz.

"¿Es concerniente a la Flota Redwyne?" preguntó Tarly con brusquedad.

"No" negó Tarly. No habían recibido noticias nuevas concernientes a lo que ocurría en las costas occidentales del Reino entre la flota de los Redwyne y los Hijos del Hierro "Es acerca del Norte" aclaró.

"Ya era hora" rebuznó Mace Tyrell "¿Qué tan ocupado ha estado Bolton persiguiendo salvajes que es incapaz de siquiera mandar un cuervo informando de la vict….."

"¡Mi señor!" dijo Kevan, incapaz de seguir escuchando la diatriba de Mace Tyrell "Lord Bolton no ha enviado el mensaje. De hecho, no mandará ningún mensaje más" se permitió tomar aire antes de continuar "Ha sido derrotado por los salvajes y los rebeldes norteños, y ha caído en batalla" soltó.

Ahí estaba. Kevan había hecho lo último que deseaba hacer. Dar voz a la terrible noticia que habían recibido, a la catastrófica resolución del conflicto en el Norte, cuyas repercusiones los afectaban a todos ellos desde ese momento, y solo los Dioses sabían hasta cuándo. Y aunque deseaba cerrar sus ojos, se forzó a mantenerlos abiertos, tanto para proyectar una imagen de la fortaleza que no sentía, como para observar la reacción del resto de los presentes.

Y éstos no decepcionaron.

El ceño de Tarly, que era una vista usual en todos los encuentros que Kevan había tenido con él, se hizo más pronunciado, y Kevan dedicó un instante a sorprenderse por la profundidad del mismo, hasta extremos francamente abismales.

Al contrario del Consejero de los Edictos, el Gran Maestre elevó sus cejas, al tiempo que sus ojos cansados y sus labios arrugados se abrían, dejando a la vista una boca mayormente desdentada, aunque no salió ninguna palabra de ellos. Estaba anonadado.

Qyburn cruzó los dedos sobre la mesa, y Aemon Estermont tragó saliva, pero ambos mantuvieron sus rostros estoicos. Kevan admiró la capacidad que ambos demostraron para ocultar sus emociones. Era una capacidad de la que Mace Tyrell siempre había carecido, y más que nunca ahora.

El rostro de Mace Tyrell se tornó tan pálido que pareció el de un muerto, tanto que el color castaño de su cabello llegó a resaltar de una manera impactante, e incluso las canas en su barba en forma de pica se distinguieron a la perfección. Llevó sus manos de la mesa hacia su regazo, pero Kevan alcanzó a distinguir el temblor en ellas antes de que salieran del alcance de su visión. Combinado con la forma en que sus ojos se abrieron y tragó, fue todo lo que el Regente necesitó para saber que la Mano del Rey….estaba completamente aterrado.

"E-Eso no puede ser" dijo Mace Tyrell, intentando, y fracasando estrepitosamente, mantener el temor apartado de su voz "¿Cómo…..¿Cómo….." repitió, farfullando.

"Aún no sabemos el cómo" reconoció Kevan, lamentando una vez más la brevedad en los mensajes "Pero no cabe duda. Los salvajes al mando de Jon Nieve han obtenido una victoria aplastante sobre los Bolton"

Randyll Tarly bufó con ira, pero no negó sus palabras "¿Y qué hizo el resto del Norte mientras su nuevo Guardián luchaba para expulsar a estos invasores?" preguntó con desprecio salpicando su voz.

"Algunos señores lucharon con los Bolton, como los Dustin y Ryswell. Muchos más se mantuvieron apartados del conflicto. Y otros se aliaron con Jon Nieve y los salvajes" declaró Kevan.

"¿Sabemos cuáles son los números de este muchacho bastardo y sus salvajes?" preguntó ahora el Señor de Colina Cuerno, sin apartar sus duros ojos de los de Kevan.

"Los últimos informes decían que cien mil hombres, así como gigantes y mamuts" comentó el Lord Regente, recordando cómo algunos espías habían llegado a afirmar números aun superiores. El bufido de Tarly dejó en claro su incredulidad "Yo tampoco lo creo, mi señor" concordó Kevan "Los informes provenientes del Norte han sido muy confusos. Estimo que el bastardo de Ned Stark tendría entre veinte y veinticinco mil hombres cuando cruzó el Muro. Sin mencionar el hecho de que no habrá obtenido la victoria sobre Lord Bolton sin costo" dijo Ser Kevan, al tiempo que elevaba una breve y silenciosa plegaria porque el ejército salvaje hubiera sido fatalmente herido en la batalla.

"De ser así, el bastardo debe conservar pocos salvajes con él. Probablemente unos pocos miles" afirmó Lord Randyll "Nada de lo que no podamos ocuparnos" desestimó.

"Debemos hacer algo. Ahora que los Bolton ya no son un problema para él, ¿qué le impide al bastardo moverse a través del Norte a placer?" preguntó Kevan, sin dar voz a su peor temor: que el bastardo se moviera por el Norte, obteniendo gradualmente el apoyo de sus señores mediante promesas o amenazas, hasta que estuviera listo para invadir el sur y proseguir la guerra del Joven Lobo.

Randyll Tarly abrió la boca para hablar, pero no llegó a hacerlo cuando se escucharon golpes en la puerta.

"Adelante" dijo Mace Tyrell, quién al fin parecía haber recuperado el habla, si no el ingenio. O quizás no lo podía recuperar, porque nunca lo poseyó.

"Mis señores" dijo Ser Loras Tyrell, quién era el Guardia Real en turno en la puerta del Consejo Privado "Son los acólitos del Gran Maestre. Traen mensajes recién llegados" informó.

"Que pasen" dijo Mace Tyrell, antes de que alguien más tomara la palabra "Sin duda son noticias de Lord Redwyne, informando de la destrucción de los Hijos del Hierro en el Rejo" afirmó con seguridad "Quizás los Bolton hayan caído ante los salvajes, pero es imposible que la Flota Redwyne, la más poderosa de todo el continente…" empezó a declarar, lleno una vez más de la confianza que había perdido con las noticias del Norte.

La diatriba de la Flor Gorda continuó hasta que Ser Kevan desplegó el primer pergamino de los dos traídos por los acólitos que ayudaban al Gran Maestre con los cuervos.

Con una voz mucho más firme de la que Kevan hubiera creído ser capaz, leyó el pergamino. Era de Antigua, e informaba….de la llegada a la ciudad de la Flota Redwyne, tras haber sufrido una derrota severa frente a las costas del Rejo, cuando intentaban defender sus tierras de las hordas saqueadoras de Euron Ojo de Cuervo Greyjoy.

Un silencio increíblemente pesado se hizo presente en cuanto el Lord Regente hubiera terminado de leer, sin palabras, sin movimientos, sin siquiera el zumbido molesto de una mosca para aliviar en algo la presión que había caído sobre el Pequeño Consejo. Nadie pareció siquiera respirar mientras intentaban asimilar las terribles noticias.

Rezando porque fueran mejores noticias, el Lord Regente abrió el segundo mensaje.

Era una carta de Lord Triston Sunderland, Señor de las Tres Hermanas, un trío de islas pertenecientes al Valle y ubicadas en medio del Mordisco, a poca distancia de Puerto Blanco.

La carta de Lord Sunderland informaba de un avistamiento hecho por una de sus galeras. Al parecer, sus hombres se habían acercado a Puerto Blanco, solo para acabar escapando de la Casa Manderly, que había cerrado su ciudad y puerto y tratado de interceptarlos. Antes de escapar, los hombres de Sunderland habían avistado la cima del Castillo Nuevo, y allí, ondeando a la misma altura que el tritón de la Casa Manderly, se encontraba el estandarte de un lobo huargo de color gris corriendo sobre un campo de plata.

Con dedos débiles, Ser Kevan dejó caer el segundo pergamino en la mesa. Solo le tomó un instante comprender el significado del relato escrito en el segundo pergamino.

Los dioses no le habían tenido compasión.

Ahora, Jon Nieve no solo tenía potestad sobre un ejército victorioso, sino también el apoyo del más poderoso banderizo de su difunto padre.

Rodrik "El Lector"

La lucha estaba estancada. Lo había estado casi desde su retorno a las Islas. No tenían fuerza para hacerse con su patria, pero si la suficiente para evitar que los expulsaran o vencieran.

Harlaw se mantenía leal a él, y la mayor parte de Marea Negra hacía lo propio con el hermano del fallecido Baelor Blacktyde, asesinado por Ojo de Cuervo. Contaban con unas pocas fortalezas en Viejo Wyk, así como en varias islas menores, pero eso no bastaba. Pyke, Acantilado de Sal, Gran Wyk y las demás islas se mantenían leales a Ojo de Cuervo, mientras sus señores y vasallos por igual afirmaban que la historia sobre el final de Pelomojado eran solo calumnias.

Contaban con cierto número de aliados: señores menores descontentos con Ojo de Cuervo, devotos que habían creído en el destino de Pelomojado y se rehusaban a estar debajo de un hombre impío y un asesino de parientes, y codiciosos que esperaban obtener un beneficio del caos que parecía consumir cada vez más a las islas.

Los ataques en las aldeas costeras ya eran algo habitual, mientras que aún los más valientes pescadores ya no se atrevían a alejarse demasiado de las costas, por temor a los barcos enemigos que merodeaban como lobos por los mares que separaban las islas. No era extraño que dos de estos lobos, pertenecientes a distintas manadas, se encontraran y se enfrascaran en una lucha que a menudo terminaba con ambos contendientes volviendo a su respectiva guardia para lamerse las heridas.

Era este estancamiento el que había propiciado una reunión en Diez Torres entre todos los principales detractores del Ojo de Cuervo, con un solo objetivo. Escapar de la situación actual.

"¡Debemos hacernos con Pyke!" rugió Donnel Drumm, al tiempo que golpeaba la mesa con un puño gigante "¡En cuanto lo hagamos el resto se rendirá sin dudar! ¡No lucharán por Ojo de Cuervo si ni siquiera puede mantener su castillo!"

"No tenemos hombres para un asalto así" dijo el Caballero, controlando mejor sus emociones "Aunque lanzáramos todos nuestros hombres contra las murallas, aún podrían resistir" dijo con el ceño fruncido "Sería más recomendable ir atacado las otras islas, reuniendo apoyo y acabando con los leales al Ojo de Cuervo poco a poco. Pyke es fuerte, pero no podrá sola contra todas las demás" declaró.

El plan no parecía del agrado de Drumm, ni tampoco de muchos de los otros, y no dudaron en hacer saberlo a voces, unas más ruidosas que otras. Al final sin embargo, la calma se restableció, y esta vez fue el señor de Marea Negra quién habló.

"Movernos de isla en isla llevará demasiado tiempo. Cuándo los leales se den cuenta de lo que hacemos, pueden reunirse para detenernos, o enviar barcos para avisar a Ojo de Cuervo. No tendremos oportunidad si el regresa con el grueso del ejército" dijo en tono funesto, aunque la ira salpicó sus palabras cuando mencionó a Euron Greyjoy.

"El Ojo de Cuervo está ocupado luchando contra los continentales. ¡No volverá!" replicó Drumm, antes de que una sonrisa oscura apareciera en su rostro "¡A menos que lo derroten y vuelva con el rabo entre las patas a esconderse tras las murallas de Pyke!" dijo, en un tono que daba a entender que le encantaría presenciar tal visión.

"No me molestaría ver derrotado a Euron" dijo Rodrik en ese momento, hablando por primera vez "Lo que me molestaría es que detrás de él viniera la Flota Redwyne, a terminarlo, y a nosotros con él" dijo con voz seria. Ese era uno de sus principales temores.

Muchas miradas se intercambiaron, y al final fue Blacktyde quien tomó la palabra.

"No creo que llegue a eso. Aún si los hombres de las tierras verdes vienen por Ojo de Cuervo, no nos atacarán a nosotros. No somos sus enemigos. Euron Ojo de Cuervo lo es" dijo el hermano de Baelor Blacktyde. Pese a que intentó ocultarlo, Rodrik escuchó la duda en su voz.

"Si las islas son atacadas, dudo que intenten diferenciar entre los leales al Ojo de Cuervo y nosotros" comentó el señor de Diez Torres "Debemos ganarnos al resto de las islas si es que pretendemos desafiar al Ojo de Cuervo y sobrevivir a las consecuencias de sus ataques" dijo, dando voz a lo que todos los presentes anhelaban, pero no sabían cómo obtener.

Un silencio tenso se hizo presente entre todos. Estaban del mismo lado, pero no tenían el apoyo que necesitaban, ni medio de conseguirlo.

"Para vencer a un kraken, necesitas un kraken" dijo una voz, rompiendo el silencio. Todos los ojos fueron a quién había hablado. Era Bennarion Botley, el hijo menor del difunto Lord Botley. Las orejas del muchacho se enrojecieron ante la repentina atención "Era algo que mi padre solía decir" ofreció como excusa.

Y entonces ocurrió. La realización golpeó a Rodrik con la misma fuerza que un rayo, y el jadeo salió de su boca sin que pudiera controlarlo.

Para vencer a un kraken, necesitas un kraken.

Euron Greyjoy era un kraken, y para vencerlo necesitaban otro kraken.

Y Rodrik creía saber dónde encontrarlo.

Val

Val debía reconocerlo. Los caminos de los arrodillados eran útiles. El que estaba usando ahora, llamado El Camino Real, era ciertamente provechoso. Un camino ancho y despejado, libre de maleza y rocas, delimitado en las partes más peligrosas con piedras, y complementado con pozos para garantizar que quienes lo recorrieran nunca padecieran sed, así como bosquecillos de hojas anchas bajo los cuáles resguardarse en la noche y protegerse de los vientos fríos y las posibles lluvias y nevadas sorpresivas.

Habían hecho un tiempo excelente, atravesando las colinas en tan solo dos días. Habían visto los restos aún humeantes del campamento de los Bolton, pero no se habían detenido por ellos. Distinguieron varias casas, un par de molinos e incluso un pequeño torreón, pero todos parecían deshabitados. En el tercero empezaron a recorrer una serie de páramos que se extendían hasta dónde alcanzaba la vista. Había algunos surcos de tierra cubiertos de maleza, vestigios de campos que habían sido cosechados y abandonados tiempo atrás. Pero por cada uno de estos campos, parecía que había diez veces más tierras vacías de todo excepto árboles, arbustos y rocas solitarias.

Fue al final de la cuarta jornada de dura cabalgata que se detuvieron junto a un molino abandonado, enfrentado a un bosquecillo de abedules. Una treintena de los suyos alcanzaron a entrar en él, entre ellos Maege Mormont y los pocos guerreros de la Isla del Oso que había traído con ella. Val en cambio prefirió quedarse en el exterior, así como Garlon Norrey y la totalidad de sus hombres.

Una de las ventajas de que ya no se tuvieran que ocultar era que podían encender fuegos cuando desearan. Tras derribar unos pocos árboles y encender hogueras con ellos, calentaron la carne que habían traído y la devoraron con ansias, hambrientos tras la larga cabalgata.

"Al ritmo que llevamos, nos tomará unos diez días más llegar a Foso Cailin. Posiblemente menos" dijo Edgar Moss, al tiempo que echaba un nuevo tronco a las llamas. Sus palabras no parecían dirigidas a nadie en particular.

Val no cuestionó a Bigotes de Pez; por lo que sabía, el anciano había recorrido el camino en el que se encontraban numerosas veces, tanto a caballo como a pie, por lo que conocía las distancias mucho mejor que ella. Además, Mors Carroña le había garantizado que el hombre era de confianza, y con una buena cabeza sobre los hombros.

Un silencio cayó sobre ellos luego de las palabras de Moss, hasta que fue roto por alguien más.

"¿Qué haremos si un ejército llega desde el sur y se hace con el Foso antes que nosotros?" preguntó en ese momento Garlon Norrey. El montañés parecía más curioso que verdaderamente preocupado.

Val lo había considerado. Jon había dicho que Foso Cailin era una fortaleza crucial para mantener las tierras en las que tanto el Pueblo Libre como los arrodillados aliados con ellos vivirían. Pero podría haber otros hombres que pensaran lo mismo. Y existía la posibilidad de que alguno decidiera hacerse con el castillo para prevenir que cayera en manos de alguien más.

Antes de que Val pudiera decir algo, Edgar Moss volvió a tomar la palabra.

"Si algún ejército se adelanta a nosotros, será un ejército del Norte" dijo con certeza, al tiempo que fruncía el ceño "La fortaleza está en el extremo norte del Cuello. Cualquier ejército sureño que quiera tomarla deberá marchar a través del Cuello. El único camino es angosto, y en muchos puntos débil. Esa marcha les tomaría muchos días" aseguró.

Val asintió "¿Cuántos días?" preguntó con un gesto de su mano.

Edgar se pasó una mano por la poblada barba canosa, pensativo "Un hombre a caballo podría cruzar el Cuello en unos siete días, si presionara a su montura cerca de la muerte. A pie….diez días de marcha forzada. Posiblemente un día más, o dos" especificó, antes de tomar un trago del pellejo en su mano. Algunas gotas de cerveza mancharon su barba, y las secó con la mano "Pero eso solo sería si los lacustres se mantuvieran tranquilos. Cualquier ejército que intente cruzar el cuello sin su venia perdería una gran cantidad de hombres y caballos, y no se acercaría al Foso hasta luego de una luna. Con suerte" añadió con una mueca.

Val asintió, satisfecha.

"Y si de alguna manera alguien" dijo Garlon, haciendo énfasis en la última palabra "norteño o sureño, se nos adelanta y se hace con el Foso" teorizó "¿qué haremos?" volvió a preguntar.

"Asegurar el Foso" respondió Val.

No había más opción. Sin importar cómo, debían tomar esa fortaleza.

Y eso es todo por ahora. ¿Qué les pareció? Por favor sean tan amables de dejar un review con sus opiniones, críticas, sugerencias, pensamientos, y más. Será contestado y muy, muy apreciado.

Bien, ahora quiero tratar un tema más serio. Sé que nunca prometo subir el siguiente capítulo en una semana, y que siempre lo hago, pero ahora enserio, pero enserio, estoy teniendo problemas para escribir, no por falta de inspiración, sino de tiempo. Tengo menos de una semana para hacer dos trabajos largos (uno de los cuales incluye leer un libro entero) y ni siquiera he empezado con ellos. Así que si el próximo martes no hay capítulo nuevo, les pido perdón y les suplico que me tengan paciencia.

Pasando a un tema mucho más serio (y muy triste en mi opinión) les pido una vez más que sean cuidadosos en torno a este virus que está causando tantas muertes y pérdidas en el mundo. Sé que el riesgo es mucho mayor en unos lugares que en otros, pero de todas formas cuídense mucho por favor, incluso si no hay casos en sus comunidades o incluso en sus países. Vida hay una sola, y debemos cuidarla.

Bien, ya no tengo más que decir. Espero estar aquí de nuevo en una semana. Que estén bien, (sobre todo de salud. Y que sigan así).