Bien….. ¿Cómo era? ¡Ah, sí! ¡Hola a quienquiera que lea esto!

Quiero agradecer de verdad, sinceramente, de todo corazón, a Xechu. S, Kirito 720, jean d'arc, tony warrior, pablo 21, miguel , JL Dragneel Storm, hukomuyo, Outcome 5, coki 13566 y Luna por sus reviews. Les juro que con sus palabras me hacen un bien mayor al que piensan. Y hablando de los mismos:

Xechu .S: hola :) que gusto leerte una vez más. Catelyn me da lástima a mí también con sus conflictos internos. La pobre ya no sabe que es lo que quiere, que es lo que debe, que es lo que necesita. Ese tipo de problemas pueden enloquecer a una persona. Es bueno saber que te convence. Jorelle es joven, y como dicen "los jóvenes tienen las hormonas alborotadas" jajaj. "El terror es un arma" tienes mucha razón. Pero me parece que estás un poco obsesionado con el tema del Águila de Sangre para Ramsay. No digo que sea mala idea ni mucho menos, pero creo que hay otras que también podrían servir. De hecho tengo una que me da vueltas en la cabeza, y la estoy considerando. Para pena compartida, aún habrá que esperar un poco más para que salga a la luz. Una manada de lobos sería genial, pero "lobita"…mmmm, me parece que Fantasma se merece una huargo. Por fortuna, sabemos dónde encontrar una jajaj. Ojala que estés muy bien, y que sigas así. Hasta pronto.

Kirito 720: ¡QUE ONDA! Ya te echaba de menos. Gracias por las buenas palabras. Lamento escuchar lo del accidente: espero no haya habido consecuencias que lamentar. Bien, la parte de Kevan tenía ese objetivo precisamente: mostrar lo que pasa en el sur y el nuevo ejército que se está agrupando para combatir a Jon. Me encanta escribir estos últimos tiempos de las pelirrojas, y es bueno saber que a ti te gusta leer de ellas. Y sí, la reacción del Pez Negro es de las mejores y, me parece, la apropiada para un hombre que es un soldado nato y un feroz defensor de su familia ante todo. La escena de Catelyn fue más difícil de escribir de lo que esperaba, pero creo que salió bien. No falta demasiado para que veas una lucha, lo prometo. Foso Cailin, Fuerte Terror, Invernalia….sí. Hay mucha pelea que ver aún. Jon tal vez no QUIERA superar a Aegon, pero las cosas cambian, y si fue capaz de caer por Catelyn, ¿quién dice que no puede caer por una feroz osa eh? Ojalá te guste este capítulo. Un abrazo y mucha suerte.

Jean d'arc: hola. Pues….si, supongo que tienes razón. Hay capítulos más interesantes que otros, eso sí. Y me alegra saber que no pienses que mi escritura ha decaído: siempre tengo ese miedo para ser sincero. Bien, a mí tampoco me gusta cuándo un personaje es idealizado, y no digo que Jon sea perfecto ni mucho menos, pero esa es solo la percepción que tiene de él Alysanne Mormont. Es solo un punto de vista. Y sí, mientras Jon lucha por fuera, Cat lucha por dentro. Lo que es tener dudas internas, por Dios. Ya están en Invernalia, técnicamente. Bueno, eso es todo. Un abrazo, un beso y un saludo a la familia.

Tony Warrior: hola, y me encanta saber que yo (o más bien mi historia) soy la causa de hacerte hablar. Sí, el suspenso a veces puede no gustar mucho (me ha pasado con libros, películas, series y más). ¿Una palabra favorable de Jorelle hacia Jon y ya fantaseas con un cuarteto? Jajaj. Está bien, si tú dices que eres fuerte, ¿quién soy yo para dudar?. Lo has dicho mejor que yo: con la toma de los castillos hay mucho que ver, sobre todo en Invernalia. Bueno, te agradezco por la opinión respecto a mi escritura. Bien, yo me cuido, y te recomiendo lo mismo, tanto por ti como por los tuyos (acá chocamos codos para saludar por el tema del virus, pero imagina que te devuelvo el choque de puños). VALAR DOHAERIS. VALAR DOHAERIS (si lo digo dos veces es porque me olvide de hacerlo en el capítulo anterior jajaj).

Pablo 21: Hola. Te escribo igual que tú a mí. Primera: muchas gracias. Segunda: creo que fue porque estuvo entretenido para vos, porque mis capítulos siempre tienen más o menos la misma longitud. Tercera: ¡así se habla! ¡a mantenerlo en buen estado!, porque este virus algún día dejará de ser una amenaza, ¡y entonces podremos ir a una buena pachanga! Cuarta: un saludo y que estés muy, muy bien.

Miguel : jajajaj hola. Bien, imagino que como tú, hay muchos que querían ver las tijeras de fuego, pero no saltemos tan alto de una. Y te corrijo: la que tiene claro lo que quiere es Ygritte. Cat aún está en proceso de descubrimiento. Cambiando de tema, puede que tengas razón. Desde que el virus llegó el pueblo está medio alborotado, y mi casa no es una excepción. Despreocúpate: yo soy cuidadoso siempre. Lamento escuchar que tu mamá se enfermó, imagino que habrá sido muy duro. Pero me alegro de que haya logrado sobrevivirlo (la mía no se anima a salir mucho de la casa por el tema del virus. También, nosotros no la alentamos precisamente a que salga). Bueno, te concedo que el asunto de Invernalia debe cerrarse, pero aún faltan un par de detalles para que llegue el momento. En este capítulo, verás algo al respecto. Las sugerencias para el Foso son muy buenas, y tienes razón, no es que el castillo volverá a estar reparado en unos pocos días luego de su captura. Jajajajaj siiiii, si Jon puede tener dos mujeres, ¿porque no tres?, ¿o cuatro?, ¿o cinco? Bueno, un saludo grande y que estés muy bien.

JL Dragneel Storm: hi. Sí, la Casa Bolton se tambalea, y espera a ver su final. ¡Valdrá la pena la espera! Catelyn está en una encrucijada, pero ya verás como la va llevando. Muchas gracias por la buena opinión. Esperemos que mi escritura no decaiga. Bueno, que estés de verdad muy bien. Hasta la próxima.

Hukomuyo: ¡Hola! ¡Muchas gracias por el mensaje! ¡Siempre es un placer hablar con alguien nuevo! ¡Y gracias también por la buena opinión! Me encanta cuándo me dicen que se leyeron la historia de un tirón: me hace sentir muy bien con mi trabajo. Está bien, como digo a menudo, es normal que el arco de Catelyn no guste, al menos de entrada. Ciertamente no es la visión tradicional que tenemos de ella, o que se ve en los fanfics. Aun así, me alegro que pese a ello te siga gustando la historia. Un saludo grande.

Outcome 5: ¡hola! ¡Tú aquí otra vez! Gracias por la opinión, y espero que este capítulo también te guste. Un abrazo.

Coki 13566: qué onda. Yo reconozco la importancia de la fe y la educación, pero vaya que es duro cuando estas van contra los sentimientos de uno. Fantasma puede encontrar muchas cosas interesantes, créeme. Cómo dicen, los animales tienen los sentidos más desarrollados que los humanos. Jajajaj, por suerte solo las internas. Imagina el escándalo si fueran las externas ;). Sabes, no lo había pensado así, pero puede ser: si llevan un buen rato con la historia, cuando menos se habrán acostumbrado a mi forma de relatar. Gracias por la fuerza. Te mando algo de la mía desde acá. Un choque de codos y hasta pronto.

Luna: jajajajajajajaj, en cualquier momento te hago explotar estoy seguro. Y sí, Cat puede no admitirlo, pero nosotros sabemos la verdad del asunto. Si, Jorelle lo parece. A mí sobrino le encanta Ronaldo (decís una palabra en contra de él y es capaz de boxearte el pequeño jajaj). No me quito el barbijo ni para cepillarme los dientes (¿muy exagerado?). Un beso y mucha suerte.

*En una nota aparte, gracias a todos los que siguen la historia, la tienen entre sus favoritos o tan solo la leen. Anímense a dejar un review, así sé bien lo que piensan de la historia.

*Bien, ahora sí, basta de hablar. Vamos a lo que los trajo hasta aquí.

Disclaimer: todo lo que puedan reconocer pertenece a G.R.R. Martín. Yo solo lo uso para entretenerme y tratar de entretener a otros.

Brynden "El Pez Negro"

No estaba seguro de haber hecho la elección correcta, pero ya no había vuelta atrás. Los hombres son esclavos de sus palabras, y él había dicho ya las suyas. Con un movimiento casi ausente, envainó su espada, su mente perdida en sus pensamientos.

Si en verdad su sobrina….si Cat….si estaba…..si estaba viva...¡No! no caería en una esperanza fundada en las palabras, muchas de ellas pronunciadas por gente que no conocía y en la que no confiaba.

Pero si todo era un engaño mataría al responsable evidente de ello. Jon Nieve.

Resultaba obvio que la mujer salvaje a cargo, Val, tenía lealtad total hacia él. Puede que incluso albergara sentimientos hacia el bastardo de Eddard Stark. Si ese era el caso, o si solo le fuera firmemente leal, daba lo mismo; sería capaz de mentir por él. Y si eso era lo que había hecho, Brynden tomaría la cabeza del bastardo, malditas sean las consecuencias.

"¿Qué fortalezas tiene el b…..el Rey Jon?" la voz de Ser Kyle lo sacó de sus pensamientos, y observó como el otro caballero en la tienda mantenía la mirada fija en la mujer salvaje. Val.

"Tiene todas las de los clanes de las montañas del Norte" intervino el montañés, Norrey "Además del Último Hogar, Bosquespeso y Bastión de Kar" añadió ahora la mujer salvaje.

Brynden tuvo dificultad para entender las siguientes palabras, debido a que varias personas hablaron a la vez.

"¿Cómo rayos obtuvo Bosquespeso? Estaba ocupado por los calamares" espetó Lyra Mormont.

"¿Y cómo es que consiguió el Último Hogar?" preguntó Ser Kyle, con un tono lleno de incredulidad.

"¿¡Atacaron Bastión de Kar!?" el rugido de Karstark retumbó en la tienda, pero no fue lo bastante grave para opacar a las otras voces.

La mujer, Val, observó a todos con el ceño fruncido, y no fue hasta que callaron que empezó a hablar.

"El Rey convenció a Mors Carroña de aliarse con nosotros. Mors era en ese momento el castellano, y puso el Último Hogar a disposición del Rey" explicó Val, mirando hacia Ser Kyle, antes de desviarla hacia los otros dos que habían hablado "En cuanto a Bosquespeso y Bastión Kar, el Rey entregó un ejército a Glover y puso otro a disposición de tu hermana" al decir las últimas palabras señaló con un gesto a Karstark "para que los recuperaran" concluyó.

La mente de Brynden se sumergió en esas palabras, pero más que nada en una parte en particular: entregó un ejército…..y puso otro. Una pregunta apareció en su mente, y escapó de sus labios antes de pensarlo dos veces.

"¿Qué tan grandes son las fuerzas del bastardo?" inquirió.

Norrey y Moss lo miraron mal, pero la peor de todas las miradas fue la de la mujer salvaje. Aun así, ella fue quién contestó.

"Cincuenta mil espadas"

Brynden sintió como sus cejas se alzaban de sorpresa, pero logró evitar que un jadeo escapara de sus labios. Otros no fueron tan exitosos en controlar sus expresiones de sorpresa.

"¿¡Cinc-Cincuenta…Cincuenta mil!?" exclamó casi a gritos Karstark, con los ojos muy abiertos y llenos de incredulidad. En cuanto la mujer salvaje asintió, miró hacia la Osa y hacia Norrey, y ambos confirmaron sus palabras.

Brynden dedicó solo un instante a pensar en un ejército de tal tamaño. Era mayor de lo que habían sido combinados los ejércitos del Norte y de las Tierras de los Ríos en su mejor momento, y bajo el mando de su sobrino nieto. Al siguiente recordó que hablaban de un ejército de salvajes, y que además no era dirigido por el Joven Lobo, si no por su hermano bastardo.

"¿A quién han enfrentado para considerarlos peligrosos? ¿A un puñado de Hijos del Hierro en tierra?" una voz desdeñosa le susurró en su interior, y Brynden le dio la razón.

"Si tu R…..el Rey, tiene semejante ejército" intervino Lyra Mormont, tras recuperarse de la sorpresa al ver a su madre confirmar las palabras de la mujer salvaje "¿Por qué no ha marchado contra Roose Bolton?" enfrentó a la líder de los salvajes, en un tono que era abiertamente desafiante.

La mujer salvaje, Val, miró por un largo momento a la hija de La Osa. Luego….sonrió "Ya lo hizo" dijo, en el tono de voz más suave que Brynden había escuchado de su parte desde que la conocía "Y venció" añadió, su sonrisa ampliándose más, dejando ver parte de sus dientes, blancos y rectos.

Brynden sintió como su corazón latía más rápido, emocionado de esas palabras.

"No encontramos con ellos al norte de Invernalia, en los páramos que separan las colinas de los bosques junto al Lago Largo" contó Norrey, con una sonrisa mucho más jactanciosa que la de la mujer a su lado "Rodeamos totalmente al ejército Bolton y a sus aliados Frey, y los destruimos"

Contra su sentido común, Brynden se encontró creyendo las palabras que decía el montañés. Deseando creerlas.

"Lo único que queda de Roose Bolton es su cabeza clavada en una pica. El resto de él fue arrojado a las llamas. No quedan más que cenizas" concluyó Norrey, con una sonrisa salpicada de satisfacción.

El Pez Negro no pudo evitar que una sonrisa apareciera en su rostro ante la sola idea de la cabeza de Bolton dejada en una pica, como festín para gusanos, moscas y cuervos.

"En estos momentos la vanguardia del Rey, mil setecientos lanceros y un número igual de arqueros, debe haber llegado a Invernalia y empezado el asedio. El Rey los seguirá pronto con veinticinco mil hombres más" añadió la mujer salvaje "Glover tiene cuatro mil más, y está limpiando las costas occidentales de Hijos del Hierro. Y el ejército que ayudó a Alys Karstark a recuperar su hogar marcho luego hacia el oeste, cruzando el Río Último. Diez mil hombres más, que en estos momentos asedian Fuerte Terror"

Si lo que la mujer salvaje decía era verdad, entonces Jon Nieve ya casi había ganado la guerra por el Norte. Casi.

"Y nosotros fuimos enviados aquí para tomar Foso Cailin, fortificarlo y protegerlo de cualquier ataque que pueda llegar desde el sur" concluyó la mujer.

Val

Había pasado un día completo desde que habían obtenido el apoyo de Howland Reed y los demás. En ese tiempo, el resto de las fuerzas del ejército del hermano de Jon, el llamado Joven Lobo, habían sido llamadas a acampar cerca de las suyas propias, en un primer esfuerzo para que ambos grupos de hombres se empezaran a acostumbrar entre sí.

Val no había estado impresionada por los nuevos guerreros. Tenían apariencia de abandono; hombres de rostros cansados, hombros caídos y miembros pesados, que más que caminar, se arrastraban por el suelo. Eran hombres rotos, que parecían mantenerse unidos solo porque alguien más no les dejaba caer. Y eran pocos; menos de quinientos hombres.

"El Joven Lobo era amado por su ejército" dijo Howland Reed "Perderlo les afectó más que perder cualquier batalla" dijo.

A la memoria de Val llegó la muerte de Mance, y no pudo evitar ver la similitud entre él y el Joven Lobo. El marido de su hermana había sido la esperanza del Pueblo Libre, y su muerte fue un serio golpe para el Pueblo Libre. Val no se atrevía a imaginar lo que podría haber sido de todos si Jon no hubiera aspirado al título de Rey más allá del Muro.

"Jon nos lideró cuándo lo que necesitábamos era un líder" pensó "Tal vez podría hacer lo mismo por estos hombres…..si están dispuestos a pelear junto al Pueblo Libre"

Esos pensamientos habían sido momentáneamente olvidados por Val cuando, luego de que los norteños estuvieran asentados, se reunió con Reed, Tully y los demás. A sus pies, una gran piel verdosa perteneciente a un animal que nunca había visto, al que Reed y los lacustres llamaban lagarto-león, yacía extendida. En ella estaban dibujadas una serie de formas, representando a Foso Cailin y las tierras circundantes.

"Foso Cailin está a poca distancia del lugar dónde tuvimos nuestro primer encuentro" dijo Reed. Había vivido en esas tierras durante toda su vida, y Val, así como todos los demás, llegaron a un acuerdo tácito de confianza en sus palabras en todo lo concerniente al terreno y las características de Foso Cailin.

"En total son tres torres. Son firmes, altas y amplias. Tienen doce, trece y quince niveles" continuó, señalando cada torre "Cada una tiene una serie de troneras a partir del cuarto nivel, desde las que pueden repeler enemigos. Solo tienen una puerta. También están cubiertas de musgo en la parte inferior. Es espeso y frágil; no permite ningún intento de escalar las torres por el exterior. En la cima, los parapetos gruesos y las almenas altas ofrecen mucha protección a los arqueros, y las torres están lo bastante cercanas entre sí para apoyarse unas a otras en caso de un ataque"

Val dirigió una mirada breve a Reed antes de volver hacia el mapa.

"¿Cómo es el interior de las torres?" preguntó, al tiempo que una de sus manos se movía de manera inconsciente.

La pregunta de Val fue dirigida hacia Howland Reed, pero antes de que el señor de los pantanos pudiera hablar, alguien más tomó la palabra.

"Pisos de piedra gruesos. En cada torre hay una sola escalera que cruza todos los niveles hasta llegar a la cima; es estrecha, por lo que solo un hombre puede subirla a la vez" habló la hija de La Osa. Parecía explicar para todos los presentes, y ni siquiera miró a Val "Las escaleras giran sobre sí mismas, y siempre hacia la derecha. Eso no nos favorece" dijo con el ceño fruncido.

Val supo de inmediato cuál era el problema en las escaleras: un defensor en lo alto de la escalera tendría la mano de la espada liberada para golpear, y podría proteger el otro lado de su cuerpo con la columna de la escalera. Los atacantes, por otra parte, tendrían que subir teniendo el lado de su arma limitado y el otro al descubierto.

"Ya veo" murmuró Val, pensativa, antes de volver a darle una breve mirada a Reed "El terreno contribuye en gran medida a hacer de Foso Cailin un castillo peligroso" era lo que Jon le había dicho, a ella y a otros "Habladme de él" pidió.

El rostro anormalmente apacible de Howland Reed se rompió por un momento: una diminuta sonrisa de aprobación apareció por un instante antes de ser engullida de nuevo "El terreno que rodea las torres está compuesto en gran parte por tierras inestables. Hay tramos inundados y otros cubiertos de hierbas altas. También hay lugares engañosos; la tierra parece ser firme, pero se rompe y hunde a los que se apoyan en ella en las aguas del Cuello. No hay colinas, zanjas, ruinas cercanas ni ningún otro obstáculo que pueda servir de cobertura contra los arqueros en las torres. Por último: las aguas están habitadas por serpientes y lagartos-león. Las primeras son venenosas. Los segundos pueden estar mucho tiempo ocultos bajo el agua, y pueden ser confundidos con troncos flotantes, además de tener grandes dientes" el rostro de Reed era serio.

"¿Cuan grandes?" la pregunta salió de los labios de uno de los caudillos del Pueblo Libre, un hombre de gran tamaño y cabeza casi calva llamado Byorth. Val no pudo juzgarlo por el atisbo de temor que escuchó en sus palabras.

Val tuvo que hacer un esfuerzo por mantener un rostro sereno mientras el señor lacustre sostenía sus manos frente a él, respondiendo la pregunta. Con cada nuevo obstáculo que Reed había mencionado, sentía el impulso de tragar. Atacar una serie de torres con solo un punto de entrada y sin manera de abrir otros nuevos, todo mientras vadeas por aguas y bestias, estando al alcance constante de arqueros con un excelente rango de tiro…..

"El Rey Jon había dicho…que atacar desde el norte confería ventaja, a si se hiciera por el sur" las palabras de Garlon Norrey resonaron en el silencio de la tienda. A diferencia de ella, el hombre no había sido capaz de ocultar del todo su temor ante las condiciones en las que tendrían que atacar: estaba pálido.

Reed se llevó una mano a la barbilla, pensativo "Podría decirse que existe esa ventaja" murmuró, aunque en el silencio que había caído sobre ellos sus palabras se escucharon a la perfección "Hacia el este hay un pequeño saliente de tierra seca que permite rodear con mayor facilidad dos de las torres. También hay un pequeño camino directo que permite ubicar arqueros en el suroeste, dónde la mayoría de las almenas de una de las torres han desaparecido hace tiempo, lo que deja a los arqueros en la cima algo más descubiertos"

En esa ocasión, Val no logró reprimir una mueca a tiempo, aunque solo le tomó un instante reponerse. Había esperado una ventaja más sustancial.

"¿Cuántos hombres trajisteis, mi señora?" preguntó Ser Kyle Condon.

"No soy ninguna señora" escupió Val. Sabía que era un error enviar su enojo en ciernes, por causa de la difícil pelea que se avecinaba, a un hombre que no era responsable de él, pero en ese momento no pudo contenerse "Mil seiscientos, además de veinte gigantes" dijo. Las sombras de la decepción cubrieron los rostros de todos los arrodillados, excepto Reed "¿Y vosotros?" preguntó ahora Val.

"Cuatrocientos veintinueve" si la cuestión a discutir no fuera tan importante, Val se habría reído de lo avergonzada que sonaba la voz de Lyra Mormont "Además de los lacustres" concluyó la mujer un momento más tarde.

Val intentó que el peso de la información no la hundiera.

Dos mil hombres. Tenían poco más de dos mil hombres para tomar las fortalezas. Un quinto de ellos eran hombres rotos, los demás no tenían conocimiento alguno del ataque a una fortaleza, y todos desconfiaban de la otra parte. Los gigantes no supondrían una gran ayuda tampoco; si los usaran, además de arriesgarse a perderlos, se arriesgarían también a destruir las torres, y las necesitarán en caso de que fueran atacados luego.

"¡Mi señora!" el gritó sacó a Val de sus pensamientos, y giró a tiempo de ver entrar a un hombre, un arrodillado con el emblema de Umber en su jubón viejo "¡Mi señora, se acerca un ejército por el este!" dijo el hombre, la ansiedad estremeciendo en su voz.

La mano de Val fue instintivamente a la empuñadura de su espada, notando por el rabillo del ojo como otros de los reunidos en la tienda hacían lo mismo con sus propias armas, algunos incluso desenvainando. "Del este" había escuchado. ¿Quién rayos…..

"¿Bajo qué estandartes?" la voz de Brynden Tully resonó cómo un látigo. La voz de un líder cuestionando a uno de los hombres debajo de él "¡Responde!" presionó. Para satisfacción de Val, el hombre no respondió hasta que ella le asintió en aliento.

"Llevan los tritones de Manderly y los lobos huargos grises del Rey" respondió el hombre.

"Mi s…..Val" las palabras de Harrion Karstark cambiaron a tiempo de evitar que Val lo fulminara con la mirada "¿Sabíais de esto?" preguntó.

Val negó con la cabeza "Los Manderly no tomaron parte hasta ahora" eso era lo que dijo Jon. La Casa Manderly era la casa más poderosa entre los arrodillados que no se había decantado ni por los Bolton ni por él.

"Wyman Manderly se sentó sobre su trasero mientras los demás peleaban" dijo Moss con una mueca de desprecio, antes de escupir en el suelo "Esto para él y todos sus hombres"

"¿Cuántos hombres son?" preguntó Val.

"Unos dos mil, o cerca de ese número" respondió el hombre, al tiempo que se encogía de hombros, indeciso.

Estaban igualados si se tratara de una pelea. Pero si vinieron buscando pelea ¿por qué ondear los mismos estandartes que ellos, con el lobo de los Stark?

"¿Caballería?" preguntó Val. Si los Manderly tuvieran caballos, la posibilidad de una batalla se volvería más peligrosa para ellos.

"Muy pocos" dijo el hombre ante ella "Casi todos van a pie. Cincuenta caballos" asumió.

"¿Cuánto les tomará llegar aquí?" intervino Garlon Norrey. El segundo al mando de las fuerzas de Val tenía el ceño fruncido.

"Al mediodía. Marchan rápido" respondió el hombre.

Val dirigió sus ojos hacia los de Norrey, al tiempo que el montañés hacía lo propio con ella. Un acuerdo sin palabras se alcanzó en un instante: tenían que hacer algo. Recibió miradas juiciosas de la joven Mormont, Brynden Tully y el hermano de Alys Karstark. En ellas, vio una pregunta: ¿Qué harán?

"Alerten a todos los nuestros, y que se preparen para pelear" declaró en voz alta.

Los primeros en salir, casi corriendo, fueron Garlon Norrey y los caudillos del Pueblo Libre. Luego, con más lentitud, salieron la Osa y su hija, seguidas por Harrion Karstark y Kyle Condon. Tully dirigió una larga mirada hacia ella, antes de salir, dejando a Val sola…..en compañía de Howland Reed.

"¿Qué creéis que Su Alteza haría de estar en vuestro lugar, Lady Val?" preguntó el hombre en una voz tranquila, como si un ejército no se acercara a su posición mientras hablaba.

Val debía haberle ordenado que fuera a preparar a su gente, en vez de perder el tiempo con preguntas inoportunas, pero había algo en los ojos de Reed que la incitó a responder "No conozco al Rey lo suficiente para saber lo que haría" dijo, aunque en verdad creía tener una idea bastante acertada de lo que Jon se dispondría a hacer de estar en su lugar.

Fue como si Reed pudiera escuchar los pensamientos de Val "Creo que si lo hacéis. De lo contrario, no os habría enviado aquí, a lidiar con nosotros en su nombre" dijo, en una voz no carente de amabilidad.

"¿Y tú conoces bien al Rey, Reed?" espetó Val, al tiempo que fruncía el ceño.

Reed sonrió, pero no había felicidad en su expresión. Había tristeza "Lo conozco mejor que otros, mi señora" dijo en voz suave. Al siguiente instante se despidió y salió, dejando a Val sola.

Val dejó de lado las palabras de Reed. Tenía cosas más importantes en las cuáles pensar.

Tal como dijo el explorador, un ejército llegó a su posición al poco tiempo. Estaba mayormente formado por hombres a pie, con pocos caballos visibles entre ellos. Sobre ellos, ondeaban estandartes con el lobo huargo de Stark, idénticos a los llevados por algunos de los jinetes llegados al Cuello con Val.

El sol estaba en su punto más alto cuando llegaron, y encontraron al ejército de Val listo para recibirlos. La hermana de Dalla había dividido a sus fuerzas en tres bloques. En el centro se aglutinaban los restos del ejército del Jove Lobo, y la caballería había sido dividida en dos columnas a cada lado de éstos. A la izquierda estaba Val, con la mitad de sus fuerzas: 800 jinetes y una decena de gigantes montados en mamuts. Garlon Norrey estaba al mando del otro grupo, igual de grande al de Val.

Las fuerzas de Manderly se detuvieron a unos mil pies de distancia, y tras un tiempo que pareció extremadamente largo, un pequeño grupo de ellos se adelantó a caballo. Val hizo un gesto a Norrey y al resto del ejército, para que esperaran mientras ella se adelantaba con unos pocos.

Los dos pequeños grupos se encontraron a mitad del camino. Val contó seis hombres incluyendo al que venía en frente, un hombre grueso y de barba canosa con una armadura de acero. Val tenía ocho con ella.

"Saludos, mi señora" dijo el hombre de barba canosa en voz ronca. Val no se molestó en corregirlo; no podía pensar en tales cuestiones en esos momentos "Mi nombre es Ser Marlon Manderly. Vengo en nombre de Wyman Manderly, Señor de Puerto Blanco, para conquistar Foso Cailin en nombre de Jon Stark, legitimo Rey en el Norte"

Val se encontró dividida entre el deseo de dar la bienvenida a Marlon Manderly…..y el de mandarlo a la mierda.

Galbart

"Mi Rey" dijo Galbart, al tiempo que se levantaba "Os presento a mi pupilo, Larence, el hijo del difunto Lord Halys Hornwood" declaró, teniendo cuidado de no emplear la palabra bastardo. Sabía que no era del agrado del Rey Jon.

Al oírse nombrar Larence desmontó de su propia montura, un greñudo de color castaño, y se adelantó con pasos medidos y un rostro que se esforzaba por ocultar la incomodidad, sin éxito. Era claro que el muchacho estaba preocupado por su futuro inmediato; la aparición del lobo huargo del Rey, que se posicionó a la derecha de su amo, no hizo nada para aliviarlo.

"Su Alteza" dijo Larence en una voz ligeramente temblorosa, al tiempo que caía, con cierta torpeza, sobre una rodilla y bajaba el rostro para no ver el del Rey.

"Alzad la vista, joven Larence" la voz del Rey era suave, pero no carecía de firmeza. Desde su lugar, Galbart observó que las manos de Larence temblaron ligeramente "Alzadla" insistió tras unos momentos, cuando Larence no lo hizo.

Con una lentitud que habría molestado a hombres menores, pero que no afectó ni un ápice al Rey, Larence alzó el rostro. El Rey miró por un largo tiempo, sus ojos pareciendo perforar al pupilo de Galbart. El Señor de Bosquespeso lo sintió un poco por el muchacho: no era nada agradable ser el objeto de esa mirada.

"En pie, joven Larence" dijo el Rey, al tiempo que hacía un ligero gesto con la mano, flexionando todos los dedos a la vez. Con lentitud, el muchacho se levantó. Un silencio incómodo se hizo presente, pero fue roto por el Rey "Bienvenido" dijo a Larence, al tiempo que el fantasma de una sonrisa aparecía en su rostro.

"Gracias, Alteza" murmuró el muchacho, antes de retroceder. Galbart notó que parte de la tensión había desaparecido de sus hombros.

Un carraspeó llamó la atención de Galbart, y de reojo notó que también la del Rey. El Señor de Bosquespeso tuvo que reprimir un gruñido de molestia cuando vio a la responsable: Jorelle Mormont, que había desobedecido sus órdenes y le observaba sin pudor.

"Alteza" declaró Galbart, intentando ocultar su molestia hacia la Joven Osa "Os presento a Lady Jorelle Mormont, la hija de Lady Maege" presentó, sabiendo que hacer algo diferente sería descortés.

"Mi señora de Mormont" dijo el Rey Jon, dando un paso en dirección a la joven "Os doy la bienvenida también a vos" saludó, antes de inclinar la cabeza ligeramente a modo de saludo.

Galbart no estaba seguro, pero por un momento creyó ver como los ojos de Jorelle brillaron de una manera extraña. Sin embargo, al siguiente instante la mujer dio un paso adelante.

"Su Alteza" murmuró, al tiempo que daba un asentimiento firme. No hizo ningún intento por arrodillarse, lo que Galbart encontró muy presuntuoso. El Rey, si pensaba lo mismo, no dio muestra alguna de ello. Su expresión no cambió ni un ápice.

"¿Confío en que Alysanne llegó a Bosquespeso sin complicaciones?" preguntó el Lobo Blanco. Su voz demostraba un ligero interés, pero su rostro aún no traicionaba ninguna emoción.

Galbart abrió la boca, pero no llegó a pronunciar palabra.

"¡Lo hizo, Alteza!" las palabras de Jorelle salieron, a parecer de Galbart, demasiado rápido "¡Mi hermana llegó sin problemas!" aseguró.

"Lady Alysanne se encuentra en el centro de la columna, cuidando al comandante de los Hijos del Hierro" añadió Galbart, no deseando ser dejado de lado en la atención del Rey "Debería llegar en cualquier momento" afirmó. Si no recordaba mal, Alysanne Mormont había dicho que entregaría a su prisionera más valiosa en las propias manos del Rey. La firmeza de sus palabras había bastado para disuadir a Glover de intentar disuadirla.

El Rey interrogó tanto a Galbart como a la joven Jorelle sobre la Reconquista de Bosquespeso, escuchando con atención todos los detalles del ataque, asintiendo con aprobación ante la estrategia de atacar en oleadas, y felicitando a la joven Osa por su valor al introducirse en la fortaleza con solo un pequeño grupo de hombres para asegurar a Larence.

Si Galbart hubiera estado más atento, habría notado la sonrisa limpia que obtuvo el Rey de la joven Mormont por sus palabras.

Mientras hablaban, las fuerzas que Galbart había traído desde Bosquespeso continuaron su labor para asentar sus propias tiendas junto a las demás, sumándose al asedio de Invernalia. Fueron guiados por el resto de sus caudillos, con la ayuda de los hombres del Rey.

Galbart acababa de mencionar los barcos capturados de los invasores cuándo Alysanne Mormont finalmente hizo su aparición. La hija de La Osa guiaba sujetaba por los hombros a su prisionera, quién, pese a las cadenas y a las manos sobre ella, no hacía ningún intento por soltarse. Detrás, con las armas desenvainadas y sin separar sus ojos de las dos mujeres isleñas, las mujeres de las lanzas encargadas de vigilar a la mujer en cadenas llegaban con paso firme.

"Su Alteza" saludó la mujer, sin soltar a su cautiva. El Rey asintió en su dirección, aunque sus ojos brillaban con curiosidad cuándo observó a su prisionera "Os presento a Asha Greyjoy"

Jon

Había convocado un Consejo de Guerra para el siguiente anochecer luego de la llegada de Galbart Glover. Prefería que los señores norteños y los caudillos del Pueblo Libre se enteraran de los eventos ocurridos en las costas occidentales por la boca del Señor de Bosquespeso. De lo contrario se valdrían de los rumores y las historias que pulularían entre las tropas recién llegadas del castillo de los Glover.

Jon escuchó con rostro austero mientras el Señor de Bosquespeso relataba la reconquista de su hogar para todos los presente. Fue uno de los pocos que logró mantener una expresión serena: los demás alternaron entre la intriga, la emoción y la envidia. Al fin, cuando Glover terminó de hablar, tomó aire y el silencio llenó la tienda durante unos pocos momentos.

"Los calamares han sido expulsado de nuestras costas ¿eh?" dijo Cubo Grande, antes de soltar una gran risa que sacudió su barriga. Otros rieron con él, aunque no de manera tan estruendosa. Jon comprendió su alegría; las tierras de su Clan estaban junto a la Bahía del Hielo, no muy alejadas de las de Glover.

"¿Cuántos hombres trajiste, Galbart?" preguntó Brandon Norrey. El heredero del Clan Norrey disimulaba su satisfacción mejor que Cubo Grande.

"Mil cuatrocientos" anunció el señor, ganando varios murmullos y gestos de aprobación "También traje a la comandante de los Hijos del Hierro" añadió tras un momento, con lo que ganó algunas miradas de emoción, pero muchas más de intriga.

"¿La?" repitió Morgan Liddle, antes de cruzar los brazos "¿Esas mierdas que ocuparon tu castillo estaban dirigidos por una mujer, Glover?" preguntó.

"Así es, Liddle" confirmó Glover, antes de dirigir su mirada a Jon. El Rey en el Norte y más allá del Muro asintió, y eso fue suficiente "La mujer es Asha Greyjoy, la hija de Balon Greyjoy y la hermana de Theon el Cambiacapas"

Una docena de voces se alzaron enojadas, gritando insultos hacia los Greyjoy, pero especialmente a Theon y a su hermana. Jon escuchó el odio de las voces y las referencias poco favorecedoras hacia Asha Greyjoy, y se alegró de haber dejado a la mujer encerrada en una pequeña tienda, vigilada por Helga y otros guerreros del Pueblo Libre con una firme lealtad hacia él.

"¡Suficiente!" exclamó Jon en cuanto los insultos y las palabras hacia la hermana del Cambiacapas se alzaron demasiado. Su voz bastó para callar a los caudillos y señores, y muchos miraron a Jon, esperando sus siguientes palabras "Debemos decidir…..…que hacer con ella"

"¡Matarla!" gritó de inmediato Berjen Norrey, ganando varios gritos de aprobación entre los hombres de los clanes "¡No se merece menos!" insistió, al tiempo que alzaba un puño a la altura de su pecho.

"¿Qué valor tiene muerta?" preguntó Soren Rompescudos. No parecía contrario a las palabras de Berjen Norrey, solo curioso.

"¿Qué valor tiene viva?" rebatió Norrey, mirando a Soren con el ceño fruncido. Rompescudos se encogió de hombros con gesto indiferente, antes de mirar a Jon con una pregunta obvia en los ojos.

Tomando una profunda respiración, el Rey en el Norte y más allá del Muro empezó a explicar "Asha Greyjoy es la hija del difunto Rey de las Islas del Hierro. Esto, además de su sangre noble, la convierte en una persona importante en las Islas. Puede que algún señor esté dispuesto a pagar un rescate por ella" dijo, aunque en su interior no albergaba grandes esperanzas.

"¡¿Un rescate?!" gritó Berjen, su rostro empezando a enrojecer por pura rabia "¿Después de lo que hicieron? ¡¿Después de todas las aldeas que atacaron, las mujeres que robaron y los hombre y niños que pasaron por la espada?!" gritó, sus gritos ganando el apoyo de todos los norteños. Incluso algunos caudillos asintieron en acuerdo con él.

Si Jon hubiera deseado refutar esas palabras, no habría tenido argumentos para hacerlo. Norrey tenía razón. Los Hijos del Hierro habían quemado docenas de aldeas a lo largo de las costas occidentales del Norte, habían tomado cuatro de sus castillos incluyendo Invernalia, y solo los dioses sabían con exactitud el número de personas asesinadas o llevadas a las Islas del Hierro en calidad de prisioneros.

El Rey también sentía odio hacia los Hijos del Hierro. La mayor parte de este era debido a los crímenes de Theon, sí, pero eso no le hacía indiferente a los daños que habían causado a lo largo del Norte.

"Además, para pagar un rescate, hace falta confianza. No podemos confiar en los Hijos del Hierro. No después de lo que hizo Theon el Cambiacapas" escupió Cubo Grande.

Y ahí estaba. Jon se había preguntado cuando saldría a la luz el asesinato de sus hermanos pequeños a manos de Theon. Era, por mucho, el peor de los crímenes que los Hijos del Hierro habían cometido contra la Casa Stark y el Norte. Los señores del Norte habían amado a Eddard, y ese amor también se extendió a sus hijos. Jon no dudaba que muchos en verdad habían lamentado la muerte de Bran y Rickon.

Pero Jon lo lamentaba más que todos ellos juntos.

"Lo último que supimos fue que las Islas del Hierro eligieron por Rey al hermano de Balon Greyjoy" empezó el Rey en el Norte y más allá del Muro "La hija de Balon Greyjoy quizás no estuvo presente para hacer valer sus derechos, o fue dejada de lado a favor de su tío. En cualquier caso, no la quieren allí. Probablemente nadie estará interesado en un rescate por Asha Greyjoy" dijo. También cabía la posibilidad de que no creyeran en un cuervo, y Jon no arriesgaría a ninguno de los suyos en un viaje a las islas solo por la posibilidad de que alguien estuviera interesado en la mujer encadenada ante él.

"¡Entonces hay que matarla!" insistió Berjen Norrey "No obtendremos nada por dejarla con vida, y los crímenes del Cambiacapas deben ser castigados

Si Jon ejecutaba a Asha Greyjoy, lo haría por sus crímenes, no por los de su hermano.

"Sin embargo" rebatió Jon "Los Hijos del Hierro aún controlan La Ciudadela de Torrhen. Puede que esa mujer facilite la recuperación del castillo" se arriesgó a afirmar. Si tuviera razón, podrían recuperar otra fortaleza norteña sin derramar la sangre de su gente…y si se equivocaba, aun tendría un ejército más que capaz de recuperar el castillo de manos enemigas.

Un silencio pensativo se apoderó de la tienda. La idea de usar a la mujer Greyjoy no era del agrado de algunos, pero ninguno dio voz a sus pensamientos, tal vez por temor a él, o tal vez porque la idea podría ser la indicada, sobre todo si evitaba una lucha. Jon sospechaba que el éxito de sus ideas anteriores también influía en esos momentos.

"Pero la Ciudadela de Torrhen no es lo primero" el gruñido de Mors Carroña sacó a Jon, y al parecer a todos, de sus pensamientos "Lo primero es Invernalia y el Bastardo de Bolton" afirmó.

"Es cierto" reconoció Jon. La Ciudadela de Torrhen, junto con el destino de Asha Greyjoy, eran asuntos cuya resolución debía esperar "Invernalia es lo primero"

"¿Cuándo hemos de atacar, Alteza?" preguntó Galbart Glover. Era una pregunta que Jon esperaba, considerando que el Amo de Bosquespeso era el último de los presentes en llegar al asedio.

"Tan pronto cómo hayamos abierto caminos a través de los campos de trampas que rodean el castillo y contemos con suficiente armamento de asedio" respondió Jon "Una quincena más" se atrevió a decir. La gran cantidad de hombres que conformaban su ejército le aseguraban suficientes manos para avanzar rápidamente, y la ausencia de cualquier fuerza enemiga en los alrededores le permitía centrarse en las obras de asedio.

"Mi Rey ¿qué pasa con vuestra hermana?" preguntó Artos Flint, mirando a Jon fijamente a los ojos.

Lo único que podría detener a Jon de atacar Invernalia con todas sus fuerzas era la seguridad de Arya. Bajo ninguna circunstancia pondría la vida de su hermana en riesgo…si es que en verdad era ella.

"Tomaremos medidas para garantizar la seguridad de Arya hasta que podamos asegurar Invernalia" aseguró.

"¿Qué clase de medidas?" preguntó Mors Carroña. Su único ojo brillaba con curiosidad.

Jon abrió la boca, pero antes de que pudiera decir algo, una voz se escuchó.

"¡Rey! ¡Rey!" los gritos sonaban amortiguados. Jon vio las solapas de la tienda abrirse "¡Rey! ¡Rey!" dijo la misma voz, y todos los rostros fueron en dirección del recién llegado. No sin cierto esfuerzo, el mismo se abrió paso hasta estar ante Jon.

"Hess" dijo Jon, observando como el hombre delgado y cubierto con una capa de lana desteñida se detenía a pocos pasos ante él "¿Qué ha ocurrido?"

Hess era un cambiapieles, uno de los que habían tomado parte en la batalla contra Roose Bolton. Su animal era un gran lobo anciano y flaco de pelaje oscuro. Luego de la llegada a Invernalia, Jon le había encargado la exploración y la vigilancia de las riberas del Cuchillo Blanco al sur del Puente del Agua Bellota.

"¡Hay un ejército siguiendo la ribera oriental del río hacia el norte!" exclamó en voz alta.

Una docena de voces se alzaron a la vez, pero se callaron ante un gesto de Jon.

"¿Qué estandartes enarbolan?" preguntó Jon, sin separar sus ojos de Hess.

"Llaves cruzadas y lo que parecen ojos sobre olas. Pero los más numerosos son los que tienen hombres con tridentes y colas de pez" dijo Hess.

Todos los señores norteños resoplaron, y varios además soltaron maldiciones entre dientes. Jon mismo sintió el fugaz impulso de imitar a estos últimos.

"Mis señores. Hombre y mujeres libres. Vamos a prepararnos para dar la bienvenida a los Manderly y al resto de los leales señores que vienen con ellos"

Wyman

Les había tomado mucho tiempo moverse. Demasiado. La causa de su retraso era simple: había demasiado para llevar.

Más de dos centenares y medio de carros llenos hasta rebosar con sacos de trigo, centena, cebada, cebollas, zanahorias, remolachas, nabos, legumbres, barriles llenos de mariscos y pescado en salazón. Otros cincuenta rebosaban de armas, armaduras, equipo de asedio y equipos de montar: sillas, riendas, espuelas y más. Y había cinco más que estaban especialmente guardados y que portaban regalos cuidadosamente seleccionados para el Rey y su familia. Además de los carros, llevaban casi dos millares de cabezas de ganado: vacas, cabras, cerdos, ovejas y corceles. Estos últimos eran igualados en número por sus jinetes, los únicos de su ejército que había traído con él. Varios cientos de hombres más marchaban en su mayoría a pie, bajo los estandartes de las llaves de Locke y los ojos y las olas de los Flint de la Atalaya de la Viuda.

Los tres señores viajaban juntos a diario en la gran timonera del Señor de Puerto Blanco. Lady Flint por su condición de mujer. Lord Locke por su avanzada edad. Y Lord Manderly por su obesidad. Sus días estaban salpicados de pláticas con los otros señores y los principales caballeros, y sus noches repasando una y otra vez cuáles serían las palabras y la actitud que, esperaba, demostraran su lealtad a la Casa Stark.

Cuándo cruzaron el Cuchillo Blanco Wyman se preguntó cuál sería la estrategia del Rey Jon para acercarse a ellos. ¿Enviaría hombres para encontrarlos y escoltarlos hasta él? ¿O les permitiría acercarse a Invernalia? Obtuvo su respuesta en la mañana siguiente, antes de que se pusieran en marcha. Un puñado de jinetes bajo los estandartes de Stark, Umber y Wull llegó ante ellos. De acuerdo a sus órdenes, ninguno de los suyos salió a su encuentro. Sin palabras, Wyman se acercó a ellos flanqueado por dos caballeros de lealtad asegurada, y al acercarse lo suficiente vio a los hombres que iban al frente. Mors Umber y Hugo Wull.

"Mis señores" saludó, intentando expresar en sus palabras la sincera alegría que sentía al verlos. No dio ningún fruto; ambos señores lo siguieron mirando con una seriedad que bordeaba el desprecio.

"El Rey quiere verte, Manderly" dijo Cubo Grande, en una voz que se asemejó a un gruñido "Vamos" Al siguiente instante, giró a su caballo y emprendió una marcha lenta. Mors solo se retrasó lo suficiente para escupir a sus pies antes de seguir a Cubo Grande, junto con el resto de los suyos.

Wyman se detuvo un instante a observar la gran cantidad de salvajes que había con Carroña y Cubo Grande, antes de dirigirse a grandes pasos devuelta con los suyos. Su barriga se agitaba por el esfuerzo cuando comunicó que partirían de inmediato.

Todo el tiempo que Wyman y su gente fueron escoltados por Wull y Umber, éstos, junto con el resto de su grupo de jinetes, se mantuvieron apartados de ellos, como si Wyman y los que los acompañaban padecieran Psoriagrís. Wyman no los resintió por ello, igual que tampoco lo hizo por la ausencia absoluta de palabras luego de su primer encuentro. No pudo evitar preguntarse cuántos norteños más le darían tal trato.

Por fin, tras casi dos días de ser escoltados por Hugo Wull y Mors Umber, divisaron Invernalia en la lejanía. Wyman no se sorprendió por el ejército, que estimaba en decenas de miles de hombres, que rodeaba el castillo. Un cuerno sonó, un único y largo toque que reverberó en el aire por mucho tiempo luego de que su origen hubiera cesado.

No los dirigieron hacia el castillo, si no hacia los campos al sur de éste. A través de la pequeña ventana de la parte frontal de su timonera, vio que había un ejército formado allí. Hileras e hiles de cientos de personas, hombres y mujeres, la mayoría de ellos salvajes, se mantenían inertes observando pasar la timonera de Wyman. El Señor de Puerto Blanco no necesito más que un vistazo para saber que estos eran guerreros experimentados que no dudarían en matar si fuera necesario. Envío una breve plegaria para que sus hombres recordaran las estrictas órdenes que les había dado cuando empezaron su marcha a Invernalia. Detrás de estas tropas se distinguían figuras inmensas, dos veces más grandes que cualquier hombre, portando garrotes con pinchos, los más grandes que Wyman hubiera visto. Gigantes. Había sabido de su existencia muchas lunas atrás, pero aun así le arrebataron el aliento por un instante.

Por fin, tras un tiempo que pareció interminable, finalmente la timonera se detuvo. Wyman se atrevió a abrir una vez más la pequeña ventana en la parte delantera, y la vista que contempló lo dejó atónito.

Un grupo de jinetes se encontraba ante ellos, formados en línea y separados entre sí por una distancia de pocos pies. Wyman contó un total de veintiuno, de los cuales seis eran mujeres. Cada uno portaba una lanza larga, y el del centro, un hombre de la mitad de la edad de Wyman, llevaba un arma varios pies más larga que los otros. En cada lanza ondeaba un estandarte único entre los demás. Wyman reconoció diez de ellos: el Oso de Mormont, el guantelete de plata de Glover, el gigante de Umber y los pertenecientes a los siete clanes norteños más importantes: Wull, Flint, Harclay, Burley, Norrey, Liddle y Knott. Los otros diez eran totalmente desconocidos: un caballo encabritado rodeado de llamas, dos armas de bronce cruzadas y rodeadas de runas, un cuarteado con una corona, un barril, un cuerno y un oso, un escudo roto, una cabeza de perro empalada en una lanza, una oreja de madera, monedas de cobre y gules sobre un equipolado de azur y sinople, una mujer salvaje armada con un hacha, una corona en un campo de sangre, y una luna creciente sobre una cueva. Wyman notó además que los estandartes que conocía y los que no estaban escalonados, uno y uno, terminando con el cuarteado y el oso de Mormont flanqueando al estandarte principal, elevado a una altura mayor que los demás.

Era el lobo huargo gris de la Casa Stark, corriendo en un campo de plata. Fuerte, feroz y orgulloso.

Dos pequeñas multitudes de hombres y mujeres, la mayoría de ellos salvajes, unían a los últimos hombres de las formaciones a pie con los jinetes que portaban los estandartes. Y enfrente de estos últimos había nada menos que ocho guardias, cuatro salvajes y cuatro norteños, flanqueaban a un hombre acompañado por un lobo inmenso de color blanco. El hombre junto al lobo le recordaba a un joven Eddard Stark durante la Rebelión de Robert. Pero había una significativa diferencia entre Eddard y éste hombre, y ese era el aire que desprendían.

Eddard tenía aire de señor.

El joven hombre tenía aire de Rey.

Bueno, eso es todo. En el siguiente capítulo veremos la reunión entre Jon y Manderly, y veremos además cómo la llevan las pelirrojas en el Norte.

Bueno, una vez más les pido reviews con sus comentarios, opiniones, sugerencias, críticas y más. Serán muy apreciados y debidamente contestados.

Bueno, como digo siempre, por favor tomen las medidas para evitar contagiarse de este virus, que tanto daño hace. Háganlo por ustedes, por sus familias y sus comunidades.

Tratare de subir el siguiente capítulo en una semana, pero como siempre, no prometo nada. Un saludo y que estén bien (sobre todo de salud. Y que sigan así).