Cómo dijo Mushu en Mulan (Y hablo de la animada de Disney, la vieja. La nueva ni la vi ni la pienso ver): ¡ESTOOY VIIIIVOOO!

Sorprendidos de verme por aquí? Cómo no, eh. Llevo tanto tiempo ausente….en parte por falta de inspiración, pero más que nada porque estoy ahogado en tareas y trabajos pendientes. De hecho, para cuando estén leyendo esto seguramente habré vuelto a ello.

Bien, olviden eso, que les importa a ud mi situación.

¡Gracias! ¡Gracias! ¡Muchas gracias a Kirito 720, jean d'arc, pablo 21, Xechu .S, coki 13566, tonywarrior y Luna por sus reviews! ¡Todos uds son del mejor tipo de gente, y quién les diga lo contrario SE EQUIVOCA! Bien, volviendo a los reviews:

Kirito 720: ¡hola mi estimado! Sí, el capítulo fue una transición, tal como dices, aunque la verdad creo que fue muy escaso a pesar de eso; espero compensar un poco con éste. Si, a los norteños no les gusta nada (como en la serie), pero se van a tener que aguantar. Sí, Theon no la tiene nada fácil; aunque considerando en lo que Ramsay lo convirtió, no puedo evitar pensar si eso no sería más un favor para el pobre (algo parecido pensé también en la serie). ¡Aquí llega, por primera vez en esta historia, EL ENCUENTRO MÁS ESPERADO POR TODA LATINOAMÉRICA! (APLAUSOS). Ya enserio, ojala te guste, pero ante todo te pido que seas honesto si no lo hace. En fin, un gran abrazo y hasta otra ocasión.

Jean d'arc: ¡Bueno, bueno, hola otra vez! Sí viste, los norteños y el Pueblo Libre son duros y poco dados a frivolidades, tal como lo dice Martín en todos sus libros. Me esfuerzo en no dejar que eso caiga en el olvido, porque creo que debe siempre dejarse en claro que ellos son un pueblo más beligerante que los sureños, para ser algo más conscientes de lo que se pueden esperar. Y sí, las dudas y los recelos son parte de todo esto, tampoco es bueno olvidarlo. Glover es más vocal, pero no hay que creer que es el único. Siempre pensé que Catelyn era uno de los personajes que merecía ver a los responsables de su tormento muertos (Sansa también: que pena que no viera al completo el dolor de Cersei luego de la muerte de Joffrey) así que tengo la intención de rectificarlo en esta historia. Bien, un gran abrazo y los mejores deseos para ti y tu familia.

Pablo 21: Bueno, hola. Está bien si no te agrado del todo. Yo siempre he sabido que no puedo complacer a todos, y menos aún siempre. Espero que esté te interese más. La intriga es parte absoluta de GOT, pero te corrijo en una cosa: no es GALBRT, sino su hermano ROBETT el que soltó demasiado la lengua. Aquí vendrá la segunda parte, y empezará justo dónde terminó la anterior. Ojala te guste el capítulo; un abrazo y cuídate mucho.

Xechu. S: Bien, primero que nada hola. Ahora debo corregirte: Robett no es el jefe de Bosquespeso, es el heredero. El que está al frente de su casa es Galbart. Y sí, no está nada satisfecho, pero aún queda por ver si se revelará. Bueno, un saludo cordial y que estés bien.

Coki 13566: ¡ja, muchas cosas dirán de Jon, ya verás! Las palabras de Glover son peligrosas, concuerdo, pero creo que los pensamientos de Manderly son más amenazantes. No conocía de la espada de ébano, pero gracias por contar. A lo mejor me sirve, sino para esta historia para otra. Aunque no creo que haya que culpa a Hermana Oscura por la actitud de Jon. Sus actos son suyos, aunque con todo lo que le han hecho a su familia me parece que por fin despertaron al lobo huargo ¡Bueno, hasta la próxima, un gran saludo y lo mejor para ti!

Tony Warrior: Naaaa, no te hagas problema, está bien olvidarse a veces. Dios sabe que yo hago algo parecido: me encanta una historia, pero se me olvida enviar mensajes al autor. Igualmente, me alegro de que te gustaran los dos capítulos. En este capítulo verás cómo sigue la guerra, lo juro. Si, los Lannister y los Frey siguen vivos, pero dudo que sigan así mucho más. Y estoy pensando en una ceremonia de coronación para Jon, aunque doy la bienvenida a ideas al respecto. ¡Hasta otra vez, y te mando un gran abrazo, porque la verdad me contagiaste la emoción jajajaj!

Luna: *imagina que te estrangulan* ¡Eres una…! ¡Pequeña demonia! Pero porque soy MUY, pero en serio MUY BUENO, te juro por mi vida que el encuentro entre Jon y las pelirrojas está MUY CERCA. Bien, yo también tengo algo de resaca, así que perdón por no hacerlo más largo. ¡Un beso y un abrazo! ¡Y adiós!

*Bien, ahora sí, basta de hablar. Vamos a lo que los trajo hasta aquí.

Disclaimer: todo lo que puedan reconocer pertenece a G.R.R. Martín. Yo solo lo uso para entretenerme y tratar de entretener a otros.

Jon

En cuánto mencionó la guerra, las últimas cabezas y los últimos ojos renuentes miraron en su dirección. Sabiendo que tenía la atención total de todos los presentes, respiró hondo y continuó.

"Ahora que Invernalia ha sido recuperada, tenemos nuestras manos libres para ocuparnos de otras cuestiones" empezó Jon "Lo primero es enviar más hombres y gigantes a Foso Cailin"

"Alteza" la voz de Brandon Norrey fue la primera en escucharse "Ya hemos enviado a casi toda nuestra caballería hacia allí, y también gigantes. Mi propio hermano entre ellos. Manderly envió dos mil hombres más. Sin mencionar a los lacustres. ¿Es en verdad necesario seguir dividiendo nuestro ejército de esta forma?" preguntó.

"Temo que sí, mi señor. Debemos dirigir nuestros esfuerzos a dónde sea necesario, y el Foso es imprescindible si esperamos una marcha segura a través del Cuello y proteger nuestras tierras contra posibles represalias. También debemos poseer la fortaleza si ocurren reveses y nos vemos en necesidad de refuerzos o suministros" respondió Jon, antes de alzar la voz y dirigirse a todos los que lo acompañaban a la mesa "En el tiempo reciente, el Foso ha caído en manos de nuestros enemigos, y no una, sino dos veces. No puede ocurrir por tercera vez. Es nuestra primera defensa en caso de un ataque del sur; debemos fortalecerla" reafirmó.

Algunos asentimientos en silencio fueron su respuesta. No importaba; aún si no lo hacían hoy, Jon esperaba que el tiempo y la sensatez les mostraran a todos los señores y caudillos la validez de esta acción.

"La necesidad ha forzado que separemos nuestro ejército. Hemos dejado miles de hombres en el Agasajo para proteger a los no combatientes" dijo Jon, al tiempo que su cabeza giraba levemente en dirección al lado de la mesa ocupado por los caudillos del Pueblo Libre. Se concentró en sus asentimientos y murmullos, luchando por evitar recorrer el camino abierto por una molesta voz en su interior que le recordaba con burla que sus preparativos habían fallado en torno a los más importantes de todos los que no combatirían: su familia "Miles más están en Bosquespeso y Foso Cailin, y un ejército del tamaño de los tres anteriores combinados está en el este. Debemos actuar en torno a ellos y prepararnos para marchar al sur"

Las sonrisas viciosas de los norteños, encabezados por Wull y Carroña, fueron más que suficiente para saber lo que pensaban. Los caudillos del Pueblo Libre sonrieron con una emoción casi idéntica.

"Sin duda habéis oído los rumores de la caída del Fuerte Terror" dijo. Algunos asintieron, mientras que otros abrieron los ojos o enarcaron las cejas, sorprendidos. Al parecer, la palabra no se había extendido con tanta rapidez como Jon pensaba "Son verdaderos. Siegerd llegó anoche, durante la celebración, con las noticias"

Sigorn se puso en pie ante un gesto de Jon y no perdió tiempo en hablar "El castillo cayó luego de que lanzáramos un asalto total. Mi hermano ha dejado una guarnición y a los heridos de gravedad, y marcha hacia aquí en estos momentos con el resto del ejército" anunció.

"¿Cuántos hombres vienen con él?" preguntó Cubo Grande, mirando al thennita con determinación.

Siegerd miró a Jon, preguntando en silencio si debía responder. Después de todo, le había contado todo al Rey en el Norte y más allá del Muro. En cuánto Jon asintió, Siegerd respondió.

"Nueve mil" dijo, mirando a Wull sin parpadear.

"Que sumados a los que hay en Invernalia, dan una fuerza de más de cuarenta mil hombres" intervino Jon "Sin embargo, menos de la mitad del ejército que viene hacia aquí está armado con acero. Es algo que debemos remediar antes de lanzarlos a una nueva batalla" la mirada de Jon entonces se dirigió a Lord Wyman "La Casa Manderly ha sido asombrosamente generosa en sus entregas para mantener a los nuestros armados y bien alimentados. Mi señor, ¿me equivoco al creer que podréis seguir supliéndonos de armas y armaduras para ayudar a nuestra causa?" preguntó con cortesía, aunque sabía que sus palabras tenían un borde de mando del que el señor de Puerto Blanco sería consciente.

"No lo hacéis, Alteza. Todos debemos contribuir en esta causa, y es una alegría poder hacerlo" respondió Lord Wyman con voz respetuosa "La Casa Manderly es leal al Rey en el Norte. Ahora y siempre" en sus palabras había un tono de insistencia que Jon notó sin dificultad.

Jon empezaba a creer que las palabras de Manderly eran sinceras; los otros señores norteños y el Pueblo Libre eran una historia muy diferente. Quizás si llegaran noticias de la recuperación de Foso Cailin y la participación de los Manderly en ello las cosas cambiarían, pero hasta entonces…...

"…..son cobardes oportunistas con menos bolas que un eunuco" las palabras de algunos de los caudillos menos afines a los hombres de Puerto Blanco llenaron la cabeza de Jon por un momento.

Lord Locke y Lady Flint sumaron sus voces a la de Manderly, ofreciendo los servicios de sus propios herreros y armeros. Jon aceptó, pese a saber que sus contribuciones no serían ni la mitad de la de Manderly.

"Otra vez a esperar" dijo Gunthor Burley; se notaba la impaciencia en su voz.

"No precisamente, mi señor" replicó Jon, con lo que la atención se volvió una vez más hacia él.

"¿De qué hablas?" preguntó Tormund, mucho menos ortodoxo en cortesías y en protocolo.

"La Ciudadela de Torrhen" respondió Jon "Enviaremos un ejército a recobrarlo y expulsar a los últimos invasores de nuestro reino"

"Sin duda Los Gemelos son un objetivo más importante" objetó Knott, su expresión cayendo cuando los ojos del Rey se enfocaron en él "La Ciudadela de Torrhen no aporta nada. Puede esperar" afirmó, aunque sus últimas palabras fueron poco más que un susurro.

Jon se forzó a reprimir una respuesta mordaz "Llevan demasiado tiempo esperado" contradijo "Ese es el último castillo norteño en manos de los Hijos del Hierro, mi señor. La Casa Tallhart siempre fue leal a los Stark; su señor cayó peleando en el sur junto a mi hermano, y su heredero murió intentando defender el norte contra los Hijos del Hierro cuando invadieron. No los dejaré atrás" no sería ese tipo de Rey.

Sus palabras fueron dirigidas a Knott, pero bastaron para que todos comprendieran que la decisión era definitiva. Algunos inclinaron la cabeza o se recostaron contra los respaldos de sus asientos, pero nadie se negó. Jon esperó pacientemente a que le pidieran más detalles, y no tuvo que esperar mucho.

"¿Podéis decirnos cuándo se hará, Alteza?" preguntó Alysanne Mormont.

"Tras la ejecución de Ramsay Bolton" dijo Jon "enviaremos un ejército hacia La Ciudadela de Torrhen. Principalmente infantería, pero con una considerable cantidad de arqueros y algunos jinetes. Los gigantes también participarán. No asediaremos la fortaleza; la asaltaremos directamente y….."

"Pero habías dicho que usaríamos a la chica que trajo la Osa para negociar con ellos" interrumpió Tormund, rascándose la cabeza con confusión "¿No piensas hacerlo?"

"Ya no" dijo Jon, antes de suspirar "Estaba poco dispuesta a ayudarnos antes de que tomáramos el castillo. La noticia de que encontramos a su hermano vivo ha llegado a sus oídos y la ha envalentonado aún más. Se ha negado a cualquier tipo de ayuda a menos que jure perdonar la vida de su hermano" informó.

Varios puños golpearon la mesa con molestia, mientras insultos no tan bajos hacia Asha Greyjoy llenaban el aire.

"¡Entonces hay que ejecutarla! ¡No nos aporta nada y ha cometido crímenes contra el Norte!" exclamó Wull, al tiempo que sus puños grandes golpeaban la mesa, que crujió ante el maltrato.

"Primero Theon" declaró Jon. No era la hermana sino el hermano quién debía enfrentar castigo por sus crímenes "Cómo sea, puesto que una negociación para recuperar la Ciudadela de Torrhen ya no es una opción, nos valdremos de la fuerza para ello" un silencio siguió a estas palabras, y Jon observó cómo algunas miradas se intercambiaban entre señores y caudillos "Pero sería tonto no aprovechar las ventajas menos obvias. Contamos con una que ciertamente puede ser puesta a buen uso"

"Los gigantes" afirmó Halleck, sentado junto a su hermana Harma.

"Los mamuts" aportó Kelgryn, hermano de Kyura e hijo de Kyleg de la Oreja de Madera.

"Los trabuquetes y catapultas" declaró Mors Umber.

Jon negó con la cabeza "Los prisioneros" aclaró. Tal cómo esperaba, las expresiones de sorpresa y confusión se hicieron más numerosas "Los Frey y los Bolton han intentado escapar. Hirieron a los guardias. Bien, si están tan ansiosos por una pelea, se las daré"

Por un instante, el silencio más espeso cayó sobre los reunidos. Todos miraron a Jon por un momento que pareció interminable, mientras la confusión daba paso a la comprensión.

Al siguiente momento, el suplicio comenzó. Una docena de sillas cayeron con estruendo cuando sus ocupantes saltaron de ellas, y las voces enojadas llenaron el aire en menos de un parpadeo.

"¡No podéis hacer eso!" exclamó Alysanne Mormont, su rostro retorcido en una mueca de furia.

"¡¿Poner armas en las manos de esas basuras?!" rugió Gunthor Burley, apretando un puño nudoso a la altura de su pecho.

"¡No podéis confiar en ellos, Alteza!" gritó Manderly, levantándose con asombrosa rapidez de su silla y mirando a Jon con una mezcla de incredulidad y súplica.

"¡Mataron a mi hija! ¡¿Y me pides que perdone a sus asesinos?!" dijo Ygon Oldfather, su mano envuelta firmemente alrededor de su espada.

Jon los observó a todos; vio la rabia, el dolor, la traición en sus ojos. Lo que más le afectó fue ver la facilidad con que sus suposiciones ganaban fuerza.

"¡NO PELEARÉ JUNTO A ESA ESCORIA TRAICIONERA!" rugió Mors Carroña "¡PRIMERO MUERTO!" su barba encanecida pareciendo erizarse más por cada palabra que salía de su boca.

"¿Acaso creen que les pediría hacer las paces con hombres que los habrían matado sin dudar?" pensó, permitiendo que una leve mueca se hiciera presente en su rostro "¿Qué clase de hombre creen que soy?" no estaba seguro de querer saber la respuesta a esa pregunta.

"¡No pelearé con los Bolton y los Frey!" el aullido de Brandon Norrey el Joven era el de un lobo que llamaba a su manada para una cacería "¡Tomaré a mis hombres y…." nunca pudo terminar. Tampoco lo hicieron los otros.

Porque Jon había reaccionado al fin. Con la misma agilidad con que combatía, se levantó de su silla "¡BASTAAAAAA!" en un fluido movimiento, desabrochó su cinturón, cogió a Hermana Oscura con ambas manos y la estrelló con todas sus fuerzas en la mesa.

Su reacción logró detener las de todos los señores y caudillos. Su único ojo libre los contempló con dureza, y sus dientes apretados quedaron visibles. Por un efímero instante, Jon se sintió en el mismo lugar que Fantasma antes de atacar.

"¡Nunca…JAMÁS…..le pediría a ninguno de vosotros que peleara junto a los Bolton y los Frey!" gritó, el enojo incrementándose ante el conocimiento de que lo creían capaz de caer tan bajo "¡Antes de pediros eso, yo mismo tomó esto y lo entierro en mi corazón!" declaró, al tiempo que una de sus manos se levantaba y apuntaba a Hermana Oscura "Y ahora sentaos y escuchad" ordenó.

Lo obedecieron. Pero mientras algunos como Knott y el anciano Lord Locke se apresuraban, otros cómo Carroña y Cubo Grande lo hicieron con mayor lentitud, mirándolo con una firmeza que servía cómo prueba obvia de que lo escucharían, pero no cederían en su postura.

"Los Bolton y los Frey pelearán en la Ciudadela de Torrhen" declaró Jon "Pero no pelearan con nosotros, y mucho menos junto a nosotros. Pelearan para nosotros" dijo, haciendo énfasis en las palabras correctas "Cuando asaltemos la fortaleza, los Frey y los Bolton estarán en la primera oleada. Solos" especificó, al tiempo que retiraba sus manos de la mesa y las cruzaba a su espalda "En ellos recaerá la parte más dura de la batalla: acercar las escalas a las murallas y los arietes a las puertas. Forzar a los Hijos del Hierro a gastar sus flechas y piedras, y cansarlos con el combate cuerpo a cuerpo. Y cuando los arqueros en la muralla estén casi sin flechas y los infantes tan cansados que apenas puedan alzar sus espadas entonces, y solo entonces, nuestros hombres se sumarán a la lucha"

Sus palabras resonaron con un silencio total, mientras eran asimiladas por todos. Tras un momento, Jon volvió a su asiento y concluyó.

"Y si alguno intenta huir durante la marcha o retroceder cuando deba atacar, morirá en ese momento"

El silencio estaba lleno de pensamientos. Jon observó cómo sus palabras pesaban en los pensamientos de los reunidos, quiénes optaban por mirar a cualquier lado menos a él mientras contemplaban su plan. Unos pocos asentían de manera abstraída, mientras que otros fruncían el ceño de manera recelosa.

"Aun así, armarlos sería….."

"No pondré armas en sus manos en este instante, mi señor de Norrey" interrumpió Jon "Solo serán armados una vez que estén frente a los muros de la Ciudadela de Torrhen, cuándo no tengan más opción que atacar o huir, o más bien: atacar, o morir. Además, serán armas de bronce, piedra, hueso. El acero lo tendrán solamente nuestras tropas" aseguró Jon a Brandon el Joven, quién lo miró por un largo momento antes de asentir e inclinar la cabeza en aceptación a sus palabras, aunque aún mostrara recelo en sus facciones.

"Es decir, que no tenéis intenciones de armarlos hasta el momento preciso" comentó Knott, señalando lo evidente "No llevarán armas durante la marcha"

"Tampoco las llevaron luego de ser capturado y traídos hasta aquí" replicó Jon "Para marchar necesitan pies, no armas" terminó, al tiempo que se encogía de hombros.

"¿Cómo exactamente ejecutarás a los que no quieran pelear?" inquirió Tormund, su sonrisa desaparecida pero sus ojos aun brillando con interés.

"De la misma manera en que ejecutaré al Bastardo de Bolton. También tengo la intención de llevarlos a contemplar su ejecución" reveló, al tiempo que apoyaba su brazo izquierdo en el reposabrazos de la silla "O pelean, o van a hacerle compañía a su señor" sentenció.

"¿Por qué solo los prisioneros Bolton y Frey? Sería mejor usar a los demás también" afirmó Ygon Oldfather "Así podemos deshacernos de todos de una vez" dijo, al tiempo hacía un gesto con la mano. Sumado al gesto de asco en su rostro, parecería que intentaba apartar una mosca particularmente molesta.

"Porque puedo usar a los demás prisioneros para ejercer presión y aumentar las demandas a sus respectivas casas. Es algo que no deseo ni soy tan absurdo como para intentar con los que vienen de Los Gemelos y el Fuerte Terror. Los Bolton y los Frey son, como sabiamente han señalado algunos de vosotros, escoria. No valen nada vivos, pero eso no significa que debamos matarlos sin más" había sido consciente de ello aún antes de su victoria contra Roose Bolton "Me han causado mucho daño, cómo también a muchos de vosotros. Ahora, harán algo para compensarlo. Aunque solo sea servir cómo carne para las flechas de los Hijos del Hierro" afirmó.

Más y más firmes asentimientos demostraron que al menos a una parte considerable de los reunidos le agradaban sus palabras.

"Mis señores, mis señoras, hombres y mujeres libres. Los enemigos caídos son una visión a la que pocos no han de darle la bienvenida, pero tristemente conllevan a menudo a la pérdida de los nuestros en el fragor del combate. Tenemos la oportunidad de remediar eso, al menos por una ocasión. Solo pensad…que glorioso sería ver a nuestros enemigos matándose unos a otros"

Brynden "El Pez Negro"

Cuando al fin lo vio, se sorprendió lo suficiente como para detener a su montura. No por el inmenso campamento, sino por el castillo en el centro de él, una fortaleza al menos cuatro veces más grande que Aguasdulces, con murallas más altas, torres más fortificadas y puertas más grandes.

Sin embargo, no se quedó quieto mucho tiempo. Totalmente indiferentes a él, los salvajes y los lacustres siguieron su camino en dirección al castillo, ansiosos por llegar. Apuró el paso.

Parecía que el campamento estaba siendo trasladado; las tiendas caían y eran recogidas de manera descuidada, para luego ser llevadas más cerca de la muralla. Algo similar ocurría con líneas de empalizadas, que eran desenterradas y colocadas en nuevas posiciones, que ofrecieran protección al campamento y sus ocupantes.

"El bastardo se hizo con el castillo hace poco" comprendió. No lo había esperado; suponía que lo encontraría atascado en un asedio largo y desgastante. Pero al parecer, la suerte había estado de su lado.

Las miradas de recelo lo siguieron durante todo su paso a través del campamento que rodeaba el castillo, cruzando las empalizadas y las dos murallas. Aparentemente, sus orígenes eran evidentes. O tal vez lo fueran sus pensamientos sobre su Rey.

Brynden no pudo evitar notar lo…..rutinario que se veía todo. Había una cierta tensión entre norteños y salvajes, pero eso no les impedía trabajar unidos para erigir tiendas, transportar leña y suministros, y fabricar flechas. Entrenaban lado a lado, montaban lado a lado, y practicaban tiro con arco lado a lado.

"¿Cómo en siete infiernos el bastardo de Stark logró que no se asesinen entre sí?" pensó, sorprendido al ver cómo media docena de salvajes a caballo seguían con docilidad a un hombre con casco y una sobrevesta con el emblema de la Casa Manderly.

Un gigante cruzó su camino de manera repentina, forzándolo a dar un brusco tirón a las riendas para evitar una colisión. El monstruoso ser llevaba un grueso tronco de árbol sobre sus hombros como si no tuviera peso alguno, ajeno a él y al resto de los hombres montados.

Al detenerse, miró sobre su hombro por un momento y vio que una pequeña multitud, unos treinta hombres y mujeres, seguían a su grupo de jinetes, todos con armas en las manos y miradas de sospecha. Colocó su mano sobre el pomo de su espada.

En el interior del castillo, más salvajes esperaban para encargarse de los caballos y preguntar sus intenciones.

"¿De dónde vienen?" preguntó uno de ellos, una mujer salvaje con una gran capa de piel de oveja en la espalda.

"De Foso Cailin, mi señora" respondió uno de los hombres de Manderly. Varias risas bruscas y breves se escucharon entre los guardias "¿He dicho algo gracioso?" preguntó el mismo hombre, al tiempo que fruncía el ceño en confusión.

Pero nadie respondió a su pregunta. En cambio, la misma mujer volvió a hablar "Foso Cailin, eh" giró la cabeza y encaró a otro salvaje, un muchacho muy joven, casi un niño, con una cota de malla que caía desde su cintura hasta sus rodillas "Ve y avísale al Rey. No vuelvas sin una respuesta" el ahora mensajero no tardó más de unos momentos en perderse de vista, corriendo con rapidez.

La espera se volvió interminable con las preguntas de los guardias hacia todos ellos. Los lacustres fueron vagos en sus respuestas, y los veteranos de la guerra de su sobrino nieto dieron miradas de abierto disgusto a los salvajes. Los demás sin embargo, respondieron con fluidez a todas las preguntas, en especial en torno a la batalla. Para cuando el mensajero volvió, uno de los salvajes estaba a medio relato de contar cómo había saltado un foso lleno de serpientes con lanzas lloviendo desde una de las torres.

"El Rey los verá ahora" dijo entre jadeos, antes de darse la vuelta y recorrer una vez más el mismo camino.

Brynden no intentó esperar a nadie; simplemente apartó a los que estaban en su camino y siguió al muchacho a zancadas, ignorando a los demás. Ninguno de ellos le interesaba lo suficiente. No le interesó tampoco que se apresuraran a seguirlo a él y al guía.

El muchacho salvaje volteó a verlo varias veces, pero no pronunció palabras mientras lo guiaba a través de varios patios y debajo de un puente colgante, para luego cruzar una puerta e ingresar a la fortaleza principal. Subió varios pisos por una escalera circular, antes de encontrarse en un pasillo con puertas a ambos lados. Sin embargo, ninguna fue de interés para su guía, que lo guio hasta el final del pasillo antes de girar a la derecha y encontrarse en otro, más ancho pero más breve.

Solo había una puerta, y ante ella había dos guardias salvajes con escudos y espadas. Sin duda, era allí.

"Las armas" ordenó el guardia de la izquierda, mayor que su contraparte.

Por instinto, Brynden acercó su mano a la empuñadura de su espada, la idea de renunciar a ella en medio del dominio del bastardo una que no le agradaba en absoluto.

"Las armas, o no entras" dijo el guardia cuando expreso su parecer, al tiempo que acercaba su mano a la empuñadura de su propia espada, en sintonía con su compañero.

Por un instante, Brynden consideró abrirse paso a la fuerza. Podía con los dos guardias, estaba seguro…pero no creía que fueran los únicos. Había trece hombres detrás de él contando al guía que lo había llevado hasta allí, y estaba seguro de que al menos siete de ellos no dudarían en intentar detenerlo. En cuanto a los otros seis…no apostaba a que se le unieran. A lo sumo, se mantendrían apartados y lo dejarían lidiar con casi una decena de hombres por su cuenta.

"No he llegado tan lejos por respuestas para cesar aquí" pensó Brynden, aunque eso no lo consoló cuando comprendió amargamente que, al menos de momento, tendría que dejarse regir por las reglas del bastardo.

Con un gruñido silencioso, desenvainó su espada y la recostó contra la pared. En cuánto los demás hombres venidos con él hubieran hecho lo propio con sus armas, el guía tocó la puerta dos veces, y cuando escuchó el permiso amortiguado por la madera venir del otro lado la abrió y se apartó con rapidez. Brynden no esperó para avanzar.

En un instante recorrió toda la habitación con la mirada. Paredes oscuras de piedra que formaban rodean un amplio espacio, interrumpidas solo por una chimenea, una ventana abierta que da al este y dos puertas incluyendo la que acababa de cruzar.

Los muebles tampoco abundaban: había un gran escritorio de aspecto antiguo y cinco sillas en torno a él. Una mesa pequeña se ubicaba junto a la ventana, y un brasero de metal al otro lado de la habitación estaba apagado, pero en la oscuridad de la noche serviría para iluminar el extremo de la habitación más alejado de la chimenea.

Pero la habitación y los muebles no importaban. Lo hacían las personas. Había media docena de guardias ubicados junto a las paredes, circundando la habitación. Dos hombres y una mujer estaban parados a medio camino entre el escritorio y la puerta, con los brazos cruzados a la altura del pecho y los dientes apretados. Otros cuatro hombres estaban sentados en el lado del escritorio que daba a la puerta, pero se levantaron en el instante en que entró.

El único que no se levantó era quién estaba sentado al otro lado del escritorio.

"El bastardo" Brynden supo en cuánto sus ojos se posaron en él, aunque eso no detuvo su caminar hasta que estuvo a pocos pasos del escritorio, los cuatro hombres interponiéndose en su camino.

A través de los obstaculizadores, Brynden y el bastardo mantuvieron sus miradas fijas uno en el otro. No sabía lo que vio la única persona aún sentada, pero el Pez Negro no veía un Rey.

No había corona. Ni ropa elegante. Ni siquiera orgullo en su mirada fría.

Lo único que Brynden Tully vio, más allá del considerable, pero no total, parecido con Ned Stark, era a un muchacho de rostro huraño y ropas sencillas con un vendaje que cubría gran parte de su rostro.

El muchacho hizo un sonido bajo que sonó vagamente cómo una palabra, y tres de los hombres entre ellos se apartaron, seguidos un momento después por el cuarto.

"Bienvenidos" murmuró el bastardo, su rostro inexpresivo quitando toda veracidad y emoción a su saludo "Alegra el corazón recibir noticias de los nuestros en el sur de nuestro reino"

Brynden apretó los dientes ante la manera en que la palabra nuestro se escuchó. Deseaba gritarle a ese bastardo que el Norte no era su reino; que nunca lo sería. Era el Reino de los hijos de Cat.

"¿Vuestro nombre?" preguntó, al tiempo que se inclinaba ligeramente, su espalda separándose del respaldo de su silla.

La mano de Brynden se acercó por instinto a su cinturón, aunque la vaina estaba vacía "Ser Brynden" se presentó, y dejó pasar un momento antes de soltar el resto "Tully" concluyó.

Uno de los guardias junto a las paredes jadeó, y los ojos de otro se abrieron. Un murmullo incoherente se escuchó a su lado, pero Brynden no se interesó en nada de eso, a favor de mirar al bastardo, cuyo rostro se mantuvo inexpresivo.

"Está viendo un hombre peligroso para él" supo Brynden. No estaba equivocado.

El muchacho lo miró por un largo momento más, antes de levantarse y colocar ambas manos en el escritorio.

"Mi Señor de Glover" habló, su voz rompiendo el silencio "Cabalgasteis con Robb a la guerra. ¿Puedo asumir que habéis visto al llamado Pez Negro?" preguntó, sin apartar sus ojos del rostro de Brynden.

Girando ligeramente la cabeza, y apartando su mirada de la del bastardo, vio a Galbart Glover asentir y murmurar una afirmación. No lo había reconocido cuándo entró. O tal vez fuera que estaba demasiado concentrado en el bastardo para prestar atención al resto de los presentes.

"¿Es éste hombre?" preguntó nuevamente el bastardo, al tiempo que hacía un gesto con la cabeza en su dirección.

Brynden sintió que su indignación lo ahogaba "¿Estás diciéndome mentiroso muchacho?" espetó en voz alta, al tiempo que daba un paso al frente.

El acero resonó contra la madera y el cuero cuando las armas fueron desenvainadas y uno de los guardias del bastardo dejó su puesto junto a la pared para acercarse. Solo para detenerse ante un gesto de la mano del bastardo.

"Estoy diciendo que el mundo tiene mentirosos. También tiene personas que pretender ser lo que no son. Me he encontrado con ambos recientemente, y no creo ser tan ingenuo cómo para pensar que no volverá a ocurrir" replicó el bastardo con condescendencia

"Yo también he encontrado personas que pretenden ser lo que no son" pensó Brynden, su lengua ardiendo por la necesidad de dar voz a sus actuales pensamientos "Acabo de encontrare con un bastardo que pretende ser Rey"

"Aún espero que respondáis mi pregunta, Lord Glover" añadió el bastardo tras un momento de silencio, su tono volviéndose más serio.

"Sí, Alteza. Este hombres es Ser Brynden Tully, el Pez Negro" dijo Glover "Estoy seguro"

El bastardo asintió, antes de que su mirada se volviera aún más afilada "Bien, Ser, creo que las explicaciones están en orden" replicó, antes de hacer un gesto con la mano "Explicad cómo terminasteis en el Cuello, cuando lo último que sabíamos era que estabais desaparecido luego de la caída de Aguasdulces"

Brynden resopló, al tiempo que inclinaba más cerca del bastardo "No te diré una mierda" replicó, ajeno a los jadeos y la forma en que las espadas eran sujetadas con más firmeza "Mejor responde: ¿qué hay de cierto en que mi sobrina está viva?" preguntó, dando voz a la causa de su viaje hasta allí.

A la causa de que fuera a buscar a este bastardo.

Por el más pequeño de los instantes, el bastardo desvió la mirada, un movimiento tan fugaz que difícilmente lo captó. Al siguiente, lo volvió a mirar, con furia en sus ojos.

"Responded mis preguntas, y yo responderé las vuestras, Ser. Eso os ofrezco" dijo, antes de volver a sentarse, recostando su espalda con una actitud casi perezosa "Si no estáis satisfecho, podéis iros" hizo un gesto a la puerta cerrada "Estoy seguro que vuestros acompañantes podrán darme las respuestas que deseo" al decir eso, dirigió un breve asentimiento a los hombres que habían venido con él, la mayoría de los cuales se apresuraron a confirmar sus suposiciones.

"Cobardes. Lamebotas" pensó Brynden, al tiempo que apretaba sus puños. Pocas cosas hubiera gozado más que descargar su rabia a base de golpes.

Una de ellas era golpear al causante de esa rabia, quién lo miraba sentado, despreocupado, cómo si tuviera todas las opciones en sus manos.

"Maldito sea" pensó con enojo, el cual solo se incrementó al darse cuenta que, de hecho, el bastardo si tenía todas las opciones en la mano.

No había un alma en ese maldito lugar en quién pudiera confiar para que le dijera la verdad. Viendo las miradas de enojo que le dirigían los presentes, era obvio que no confirmarían la verdad de su sobrina. No irían contra el bastardo por él. Y cómo el bastardo dijo, cualquier de los hombres que habían venido con él le dirían lo que quería saber. Los salvajes y los lacustres sin duda lo harían.

Con una voz que denotaba sin problemas su furia, empezó a relatar con dientes apretados como había huido del castillo de su familia luego de que Edmure lo rindiera, cómo había viajado por senderos poco usados y solo de noche, atravesando la mayor parte de las Tierras de los Ríos hasta llegar al Cuello, dónde los lacustres lo habían encontrado y ayudado.

El bastardo lo escuchó todo con rostro pétreo, no interrumpió nunca. Cuando acabó, una sola pregunta salió de su boca.

"¿Qué ocurrió con Lord Edmure luego de rendir el castillo?"

Brynden hizo una mueca, la primera que hacía desde que entró, y no estaba dirigida al bastardo.

"Fue devuelto a los Gemelos. Aún es prisionero de los Frey" escupió, recordando con enojo la noche en que había sido arrastrado por el río lejos del hogar de su familia. Que fuera su propio sobrino el que lo hubiera entregado solo añadió sal a la herida en carne viva.

El bastardo simplemente había asentido en respuesta, sus ojos centrándose en la madera de la mesa mientras tamborileaba sobre ella. Cuando volvió a hablar, no fue con él.

Primero se dirigió a los salvajes que estaban más cerca y a Glover. Luego con los hombres que habían llegado con él y sus propios guardias. Hubo palabras, promesas de futuras reuniones, agradecimientos y recomendaciones, pero al final, y no sin una vocalizada opinión en contra por parte de una niña salvaje con una sola oreja, todos se fueron, dejándolo solo con el bastardo.

"Ahora, podéis decir lo que queráis, Ser" dijo el bastardo tras unos pocos momentos de silencio "Hablad, y no reprimáis nada" invitó, al tiempo que hacía un gesto con la mano.

No era una orden. Quizás eso fue lo que lo enfureció lo suficiente para finalmente dar rienda suelta a su lengua.

"¡¿Qué es esa historia de que mi sobrina aún está viva?!" gritó, al tiempo que sus puños golpeaban la mesa.

"No es una historia. Es la verdad" dijo el bastardo, su calma solo aumentando la furia de Brynden "Fue capturada por los Hijos del Hierro. El barco naufragó y fue rescatada por el Pueblo Libre.

Era la misma historia que habían contado la salvaje Val y los otros; aun así….. "¿Está aquí?"

"No" la palabra reverberó en el aire por un largo momento, y Brynden estaba a un solo instante de alzar su puño y estrellarlo contra la maldita cara del muchacho cuando cambió de opinión….por un estrecho margen.

"¿Entonces porque debo creer esa historia? Puedes estar mintiendo" acusó, preguntándose si el bastardo por fin se rompería bajo sus palabras.

"¿Por qué mentiría con eso?" preguntó el bastardo, encogiéndose de hombros.

Por un instante, Brynden se quedó en silencio, su ira disminuyendo lo suficiente para que sus pensamientos se aclararan. Verdaderamente, ¿qué ganaría mintiendo? Al siguiente, una posibilidad se manifestó y la vocalizó sin pensar.

"Para usarla" escupió "Para usar su memoria para atraer a los norteños y convencerlos de pelear por ti"

Por un momento, la máscara del bastardo cayó. Su rostro enfurecido le recordó al de un perro rabioso. Al siguiente, no había rastro de ello.

"No es mi costumbre esconderme detrás de otros. Menos aún si hablamos de mujeres" respiró hondo y continuó "Si no queréis creer que está viva, adelante. Pero creo…..….que ya habéis perdido bastante. Sería absurdo no aprovechar esta oportunidad"

Los puños de Brynden se apretaron, sus uñas clavándose en su piel. ¿El bastardo lo creía inconsciente de sus pérdidas?

"¿Dónde está?" preguntó ahora Brynden. Si el bastardo le decía la verdad, entonces su sobrina estaba viva, y debía ir a buscarla. Era su prioridad.

"Se encuentra en un campamento en el Agasajo, con aquellos del Pueblo Libre incapaces de pelear"

"¿La has dejado sola con los salvajes?" tronó, preguntándose si el bastardo era estúpido o malintencionado. Una larga fila de posibilidades de lo que podría pasarle rodeada por salvajes se manifestó en su cabeza. Ninguna era alentadora.

"¿Sería mejor traerla al campo de batalla?" preguntó el bastardo. La ironía era aguda.

Dejar a su sobrina, una dama de noble cuna, en compañía de salvajes era una locura. Pero también lo sería haberla arrastrado por el Norte de lucha en lucha….no es que Brynden lo admitiría jamás ante el bastardo.

"Voy a ir a buscarla" declaró, antes de girar. Ya había acabado con el bastardo.

"No lo harás" escuchó a sus espaldas.

Las palabras, y lo ominoso de ellas, lo forzaron a detenerse y a darse vuelta.

"Intenta detenerme" escupió Brynden, demasiado furioso para pensar en contenerse.

El bastardo suspiró "El Fuerte Terror ha caído" dijo, la frustración clara en su voz "Estoy preparándome para marchar hacia el sur con mi ejército. Cuarenta y cinco mil guerreros a los que llevaré a los Gemelos, para liberar a los prisioneros, entre los que tú mismo has afirmado está tu sobrino, y mostrar a los Frey el precio de su traición" declaró "Responde esto: conociéndola de toda su vida, muchos más años de los que yo lo hago, ¿crees en verdad que tu sobrina no querría que prestaras tu ayuda a esto? Hablamos de justicia para Robb, libertad para Edmure y venganza para nosotros"

Jon

Dejó la oferta en el aire, colgando.

En cierto sentido, estaba tentando a un pez con una jugosa carnada y conteniendo el aliento para ver si mordía el anzuelo o no.

Brynden Tully lo miró por un largo momento, sus pobladas cejas fruncidas mientras lo estudiaba, sin duda pesando su propuesta en la profundidad de su mente.

Jon le mantuvo la mirada, consciente del parecido del hombre con Catelyn y con Robb. Una pregunta llegó a su mente sin pensarlo: si Robb hubiera vivido, ¿habría llegado en su vejez a parecerse al Pez Negro? El pensamiento estrujó su corazón. Nunca vería a su hermano llegar a la vejez.

"¿A qué se debe esta oferta?" preguntó el Pez Negro, al tiempo que entrecerraba los ojos.

"A que estoy enamorado de tu sobrina" pensó Jon "Y debido a que no saldré de la guerra y tú tampoco lo harás, lo mejor para ella es que estemos en el mismo lado, para velar uno por el otro" no se atrevió a dar la respuesta del corazón.

Se conformó con la de la cabeza "La verdad es…..que podría dar buen uso a tus conocimientos y habilidades" reconoció Jon "Sé que habéis pasado mucho tiempo vagando por las Tierras de los Ríos" había sabido, primero por boca de Robb cómo niños, y luego por Catelyn, que el Pez Negro había optado por rechazar la vida de un señor, vagando por las tierras de su hermano durante la mayor parte de su juventud y hasta bien entrado en la vida adulta "Vuestro conocimiento del terreno sería muy útil cuando hayamos cruzado el Cuello" Jon nunca había estado tan al sur, y el número de personas que si lo habían hecho entre su ejército era peligrosamente bajo "También lo serían vuestras habilidades como explorador" de acuerdo a Catelyn, el Pez Negro había servido excepcionalmente cómo los ojos y oídos de Robb y su ejército durante gran parte de la guerra de su hermano. Esa habilidad sería útil también para Jon.

"¿Y bien? ¿Qué decís, Ser?" preguntó Jon, rompiendo finalmente la quietud que había caído sobre ambos.

El Pez Negro lo miró aún por un largo momento antes de responder "No puedo dar una respuesta" dijo.

No era un sí…pero tampoco un no. Jon consideró insistir, pero no creía que fuera la mejor opción. Sin embargo, tampoco lo sería retirar su oferta o ceder sin más. Al fin, decidió tomar un camino en medio de ambos.

"Por amor a mi hermano y respeto a su memoria, y a los servicios que prestasteis a él, os daré tiempo para pensarlo. Tenéis hasta la última noche antes de que parta de Invernalia para considerar mi propuesta. Sin embargo, si para ese entonces no obtengo respuesta, consideraré que rechazáis mi solicitud" declaró.

"Por ahora, podéis…." La propuesta de Jon, que el Pez Negro comiera y descansara del viaje, nunca tuvo oportunidad de ser expuesta.

"¿Qué pasa con mi sobrina?" interrumpió el Pez Negro, sus cejas encanecidas fruncidas al igual que en toda la reunión.

"Enviaré a buscarla, y me aseguraré de que sea escoltada hasta aquí sana y salva" ese era el plan desde el principio, aún antes de que Brynden Tully saliera de la nada.

"Iré a buscarla yo mismo"

"¡No!" la palabra escapó de Jon antes de que pensara en moderar su tono o controlar la expresión de su rostro.

Los ojos del Pez Negro se clavaron en los suyos con la fuerza de dagas, y sus puños se apretaron más aún.

"Mierda" pensó Jon, maldiciéndose por dejar caer su máscara de indiferencia por un solo instante. Fue un error, y uno muy grave.

"¿Por qué no?" siseó el hermano de Hoster Tully, la sospecha evidente tanto en sus palabras como en su expresión. Probablemente imaginaba que Jon ocultaba algo.

"No estaría equivocado si lo creyera" Jon ocultaba mucho, pero esto… "Esto podría dañar a Catelyn si no lo abordo adecuadamente. Un miembro de su familia devuelta con ella, justo cuando resultó que Arya no estaba ni estuvo nunca en Invernalia" podía ser un consuelo para la mujer que amaba…..o un nuevo golpe. Cualquiera de los dos, Jon debía, necesitaba estar allí para poder apoyarla.

"Es mejor así" se limitó a decir. No confiaba en dar una respuesta más larga o detallada "Lo mejor para todos, es que permanezcáis aquí, Ser"

"¿En verdad crees que puedes detenerme?" resopló el Pez Negro, con una sonrisa en la que no había ninguna gracia, más si una pequeña cantidad de burla.

"¿En verdad crees que no?" se encontró espetando Jon, dejándose arrastrar por la actitud beligerante de Brynden Tully antes de poder pensarlo mejor.

Por un momento se mantuvieron la mirada, hasta que al final el mayor de ellos solo resopló nuevamente y se encaminó a la puerta a zancadas. Jon reprimió el suspiro que estaba tapando su garganta.

El Pez Negro estaba llegando a la puerta cuando se detuvo de improviso. En un instante, había girado y lo había encarado.

"¿Qué responderías, niño, si te dijera que con gusto moriría solo para matarte antes, y así limpiar la deshonra que representas para mi sobrina?" preguntó Brynden.

Por un instante, se enfureció ante la forma en que se dirigió a él. Pero aún furioso, no pudo sino reír ante el resto de la pregunta "Te llamaría mentiroso, anciano" replicó "Si quisieras morir, hubieras luchado en Aguasdulces luego de que tu sobrino rindiera el castillo" sin duda los Freys y los Lannister hubieran sido felices matando al infame Pez Negro, y más aún en el hogar de su familia.

Lo siguiente de lo que fue consciente era de ver la espalda de Brynden Tully antes de que la puerta se cerrara con suficiente fuerza para hacerla temblar. Uno de los guardias la abrió con cautela, pero ante la orden de Jon de cerrarla y no interrumpirlo, obedeció con premura.

Por fin, cuando estuvo solo, Jon se dejó caer en la silla, al tiempo que sus manos cubrían sus ojos y respiraba profundo. Sentía los indudables signos de un gran dolor de cabeza acercarse.

"Por todos los dioses" el murmullo quedó sin respuesta, no es que esperara lo contrario. Estaba demasiado perdido en sus pensamientos.

Desde que Manderly había llegado con los Frey, Jon había sabido que Catelyn pasaría por dificultades cuando la volviera a ver, esta vez dentro del lugar que fue, y esperaba que volviera a considerar, su hogar. Había tenido esa desagradable sensación, cómo una punzada en el fondo de su mente, originada por la preocupación. Preocupación por Catelyn, por la forma en que reaccionaría cuando supiera que había tres hombres de la familia que mató a Robb en sus manos. No dudaba de que haría con ellos, pero aunque los mataran mil veces, eso no curaría el dolor de la mujer que amaba.

Desde que había rescatado a Jeyne, la punzada se había incrementado en intensidad y persistencia. Debería también decirle a Catelyn que su hija, la hermana de Jon, no estaba en Invernalia, que seguía perdida y no tenía la más mínima noción de dónde estaba.

Tras tomar Invernalia, Theon se había sumado a la creciente lista de cosas que debería decir a Catelyn, por razones similares a los Freys. No se avergonzaba de reconocer que en más de una ocasión había meditado si no sería mejor simplemente ejecutarlos a todos antes de que Catelyn llegara, para evitar el reavivamiento de las heridas que sabía que llevaba en su corazón.

Y ahora, con la llegada del Pez Negro, su cabeza empezaba a palpitar ante las nuevas dificultades, situaciones y consecuencias que indudablemente sobrevendrían.

Su único consuelo, por magro que fuera, era que aún tenía tiempo para pensar en cómo le contaría todo a Catelyn.

¡Y eso es to-eso es to-eso es todo amigos! (No recuerdo que dibujo animado decía eso, pero me hace gracia y por eso lo puse)

Bien, una vez más hemos terminado. Espero sinceramente que este capítulo sea mejor, o al menos más interesante que el anterior. Sean tan amables de dejar sus sugerencias, críticas, opiniones y todo lo que les parezca sobre él, principalmente si son del encuentro entre Jon y el Pez Negro. ¿Qué les pareció? ¿Bueno? ¿Malo? ¿Realista? ¿Absurdo? Por favor sean honestos, y no teman ser agudos o incluso cortantes.

Bien, cuando el siguiente capítulo esté listo, lo subiré. Hasta entonces, les mando un gran abrazo y les deseo lo mejor a todos. Hasta la próxima.