Muy bien, primer capítulo del mes de noviembre, y debo decir que llego contento y decepcionado a la vez. Contento por lo que la selección de fútbol de mi país está logrando, e incluso la selección sub-17 ha empezado con muy buen pie (mano tengo fe). Y decepcionado porque Silent Hill Ascension demostró ser demasiado mierda, y encima parece que el remake de Silent Hill 2 se aplaza hasta 2024, después que el año pasado en Konami y Bloober Team juraron y perjuraron que ese juego estaba listo, que todo lo que tenían que hacer era revisarlo y corregir posibles fallos, que todo dependía de cuándo Konami daba la orden para la salida del juego, que el jueguito ese salía segurísimo para 2023… Pues el jueguito ese muy bien y muy terminado no debió estar realmente, si a estas alturas se ve más probable que salga para el año que viene (vendan de una puta vez la saga a alguien que sí esté dispuesto a trabajarla como se debe, Konami hijos de…). A estas alturas parece que Silent Hill f es el único juego que vale la pena esperar, y tristemente sigue sin haber noticias. Bueno, a los reviews:

Zaisoooh: Tú lo que quieres es que Eli salga jodida de esta historia, es que no veo qué más puedes querer del final, pero bueno, yo mismo puse estas condiciones y tengo que ser consecuente. Y a ver, que hay algo que no entiendo ¿De cuándo a acá Nakasu es un apellido polaco, o es que estás confundiendo a Kasumi (no es Kazumi) con alguien más?

Franco Yuzaki: Tranquilo, que esa teoría obviamente es algo que está ahí, producto de una primera impresión que irá mutando conforme pasen los capítulos (ya estoy pensando en varias formas de burlarme de ti y condenarte por no acertar a la primera). No sabía que habías jugado al remake de Resident Evil 2. Personalmente me gusta más el original, pues allí las dos campañas se complementan, mientras que en el remake casi se calcan mutuamente. Ya irás viendo el resto de las presentaciones, a ver si son tal y como las piensas. Ahí sí te recomiendo que estés preparado para todo. Y sí, hice a Eli más amable y menos fría ante la presencia de alguien que necesita por lo menos unas palabras de consuelo. Y tristemente no será la última vez que aparezca Kasumi (aunque no te diré cuándo ni cómo).

La primera vista del infierno

(Elección tomada: No mirar la foto de Nozomi – nuevamente hubo empate, por lo que se decidió según qué comentario llegó primero)

Eli retira su mano del bolsillo rápidamente, no queriendo quitar su concentración de la situación en la que estaba. Luego de lo de Kasumi, ahora su dilema era el de encontrar el lugar al que debería ir para así seguir adelante y de alguna manera salir de allí. Pero no parecía algo fácil, pues al revisar detenidamente el mapa del complejo residencial nota que había revisado prácticamente todo el lugar. Eso dejaba con resultado dos cosas: que ese edificio realmente no tenía nada más que mostrar, o que Eli en algún punto se había saltado algo que podría ser importante.

Lo siguiente que hace es revisar el inventario con que contaba. Más allá de las balas y las bebidas revitalizantes que había encontrado, Eli sólo contaba con un par de monedas curiosas que para algo le tendrían que servir, y también ve una llave que marca que se usa para una escalera de emergencia. Era extraño, pues Eli, en todo el tiempo que había estado revisando el edificio de arriba abajo, no había notado nada que señalara una escalera de emergencia, y el mapa tampoco marcaba la existencia de tal puerta y ni nada que le dijese que era una escalera de emergencia, y en general nada que fuese de emergencia. Le echa una mirada más a fondo (según lo que se puede con la luz de la linterna), notando que habían unas breves instrucciones que señalaban que las escaleras de emergencia estaban en el extremo oeste del vestíbulo del segundo piso. Eso se le hacía bastante raro a la rusa, pues en el mapa no figuraba ninguna puerta del lado indicado. Tal vez era una zona removida y por eso ya no figuraba en el mapa, o tal vez el mapa era algo viejo y no habían incluido esa zona todavía cuando lo habían impreso. En todo caso tenía que ir al lugar indicado, pues no veía que tuviese otra opción.

El paso por los pasillos resultaba inquietante y silencioso, y Eli seguía blandiendo con todas sus fuerzas el palo en caso de que apareciesen más criaturas, pero parecía que sus precauciones habían resultado innecesarias, pues no se encuentra con nada en todo el camino hasta llegar a la puerta que estaba al final del pasillo oeste del segundo piso. Eli estaba confundida viendo la puerta. Efectivamente esa puerta no figuraba en el mapa, y no daba la impresión de que fuera a dar a ningunas escaleras, pero nada perdía con intentar ver lo que había tras la puerta, así que saca la llave y la gira.

Eli estaba agradecida de no estar avanzando con demasiada prisa, pues ante ella había un espacio completamente vacío, y a poco más de medio metro de la puerta estaba una ventana que llevaba al edificio de al lado. Ahora Eli veía por qué esa puerta no era tomada en cuenta, pues claramente era una caída al vacío para cualquier incauto, sin escaleras ni nada. No había nada más que pudiera hacer, y Eli revisa una última vez el mapa para estar segura de que no había nada más en el edificio que se le pudiera quedar atrás. Suspira al ver que no tenía vuelta atrás.

─ Parece que así va a ser mi salida de aquí. Ojalá que Kasumi ya se esté yendo lejos de aquí. Este sitio no es bueno para ella.

Eli estira sus brazos para alcanzar el marco de la ventana, y aunque no tuvo problemas para ello al no tener tan lejos la ventana, Eli no se sentía para nada confiada y no quería resbalarse por un descuido. Una vez que estaba bien sujeta, Eli estira también una pierna para meterse por la ventana, y luego retrae la otra para así dejar el anterior edificio completamente atrás.

El nuevo lugar en que se encuentra Eli resulta tétrico a más no poder. La sensación de abandono de la habitación se hacía notar todavía más, y Eli, al ver en el pasillo del apartamento, tenía una sensación de claustrofobia que le erizaba completamente la piel.

Revisa el baño, notando que había algo en el retrete. A Eli le daba asco la idea de meter la mano y revisar qué había allí, por más importante que fuese, pero no le quedaba de otra. No se podía creer que su primer paso en ese nuevo edificio fuese de esa manera tan desagradable, pero no había vuelta atrás.

─ Allá vamos. Por Nozomi…

Mete la mano y busca lo más rápido que puede. El retrete en sí mismo tenía un aspecto horrible, pero afortunadamente era simplemente eso, y su mano no se llega a topar con nada más que el objeto que sabía que tenía que sacar. Era una billetera, pero antes de abrirla y hacer nada más, Eli va al lavamanos y lava la billetera y su propia mano y antebrazo lo mejor que puede, queriendo quitarse de encima el repelús que había sentido al haber metido la mano. Ya una vez que se sentía mejor, se atreve a abrir la billetera, pero la misma estaba vacía. Apenas sí contaba con una nota en una tarjeta plástica. Resultaba bastante conveniente, tomando en cuenta que, de haber sido un escrito normal en una hoja de papel, esa búsqueda habría sido absolutamente por nada, y eso a Eli la habría hecho sentir demasiado mal.

La nota en la tarjeta mostraba unos números y flechas, como si fuesen la combinación de una caja fuerte. Tal vez se trate simplemente de dinero de algún demente que creyese que sus vecinos querían robarle, pero también podía tratarse de algo que fuese de más utilidad para ella. En todo caso Eli guarda la tarjeta (aunque la lava nuevamente antes y se asegura de no haber borrado nada). No estaba segura de cuánto tiempo le tomaría para encontrar la susodicha caja fuerte, pero al salir de allí y llegar a la sala del apartamento se encuentra con la caja fuerte. El viento que soplaba era tétrico a niveles ridículos, y Eli sentía que la oscuridad deseaba devorarla viva, pero lo predominante era que la caja fuerte estaba ahí, justo ante sus ojos.

─ Vaya, qué oportuno…

Eli se acerca a la caja fuerte y procura hacer caso a las indicaciones que daba la tarjeta para así abrir la caja fuerte rápidamente, y sin demasiados inconvenientes logra el objetivo.

El premio que da la caja fuerte consistía en varias cajas de munición para la pistola. Eli toma todas las cajas y las guarda con sumo cuidado para evitar hacer un desastre con ellas, y al rato se encuentra en la cocina con un revitalizante que Eli sabía que le haría falta más adelante. Era algo bueno que pudiese encontrar semejante abastecimiento, aunque también le preocupaba, pues sentía que eso significaba que más adelante podría encontrar algo especialmente difícil de enfrentar, o que habrían muchos más monstruos de esos acechando en la oscuridad. De cualquier modo Eli ya se había hecho con todo y no veía nada más de interés en esa habitación tan tétrica, por lo que sale de allí a paso ligero.

Si en el edificio anterior había una sensación de soledad y abandono, el pasillo de aquel nuevo edificio era mucho peor. La decadencia se hacía ver en las paredes, dando una impresión más derruida, más tétrica y oscura, y a eso se le suma la presencia de charcos de agua en el suelo, enormes charcos, como si hubiese una fuga de agua, o como si hubiese llovido y el edificio tuviera serios problemas con las goteras. Y para colmo de males la radio vuelve a sonar. Eli voltea a un lado y ve a un nuevo Lying Figure acercándose. El problema en ese pueblo era definitivamente mucho peor de lo que la propia Eli había imaginado, y ahora tenía que hacer frente a una nueva pelea.

Eli asume la iniciativa y golpea a la criatura hasta matarla, además que le da una buena patada para estar segura. De ese modo sentía que estaba más segura para ir probando las puertas en ese nuevo pasillo, y con toda la calma que puede tener lo hace. Una puerta cerrada tras otra. Eli se ponía nerviosa cada vez que veía que una puerta estaba con llave, o que tenía el cerrojo roto. Era siempre una opción menos a la hora ver qué camino podía elegir, y en eso ve que había otra criatura, un maniquí.

─ Harasho. Otra vez esa cosa…

Parecía que el maniquí no se había dado cuenta todavía de su presencia, lo cual era algo bueno, así que Eli revisa una puerta que tenía a su lado, y para variar estaba cerrara. Lo curioso de todo aquello era que la puerta tenía una nota pegada. Parecía dirigida a un niño, y señalaba que la llave de esa puerta estaba cerca de las escaleras del primer piso. Eli no sabía si valía la pena o no, pero por lo menos ya veía algo que podía hacer, que por lo menos era algo.

Habían más puertas para probar, pero tenía que pasar por encima del maniquí, por lo que se acerca lo suficiente para que esa cosa pudiera notarla y tratara de atacarla. Eli retrocede, y acto seguido procede a golpear a esa cosa hasta matarla. A Eli le estaba hartando de a poco tener que hacer aquello, aunque no veía que pudiera hacer nada más. Ya con el camino despejado, Eli revisa el resto de las puertas. Todas estaban cerradas, aunque una de ellas empieza a emitir un ruido cuando Eli se alejaba. Daba la impresión de que había alguien dentro desesperado por salir, así que Eli regresa a esa puerta, la golpea un par de veces y trata de ver si había respuesta.

─ ¿Hola? ¿Hay alguien dentro? ─ no se oye nada ─ Soy Elichicka Ayase, ¿alguien tiene problemas aquí? ─ otra vez todo era silencio, y Eli se sentía estúpida por haberse preocupado tanto ─ Tal vez esta paranoia está yendo demasiado lejos. Ojalá pueda terminar con esto para poder despejar la mente un rato…

A Eli le quedaba una puerta para revisar, y era una que tenía un anuncio de salida. Seguramente esa puerta llevaba a las escaleras, así que Eli va por ahí. Afortunadamente la puerta estaba abierta, pues de lo contrario Eli habría sentido que debía volver al edificio anterior, cosa que de momento no quería hacer.

No tenía idea cierta de en qué piso estaba, pero tomando en cuenta que está a la misma altura del segundo piso del otro edificio, Eli asumió que también ahí estaba en el segundo piso. De ese modo lo que tenía que hacer era bajar, y al llegar al primer piso ve que no habían más escaleras. No había duda, así que prueba las dos puertas que estaban allí. Una estaba cerrada, y la otra abre normalmente.

Al llegar al nuevo pasillo Eli escucha otra vez ese tormentoso sonido de bici oxidada. Era otra vez una de esas cucarachas, y Eli no lo duda para pisarla para acabar con ese sonido que la ponía demasiado nerviosa. Ya habiéndose deshecho de la plaga, lo siguiente era ver por dónde iba. Recorre uno de los caminos de ese pasillo, y pronto se encuentra con un maniquí que parecía estar esperando. Realmente el camino que le tocaba a la rusa iba a ser bastante complicado.

Un nuevo enfrentamiento, y Eli golpea a ese maniquí hasta la muerte. Ya cuando estaba segura de que no se levantaba más va y revisa la puerta que allí quedaba. Estaba cerrada. Al no haber encontrado un mapa todavía de este nuevo complejo, a Eli se le estaba dificultando más que antes ubicar bien las puertas en ese lugar, lo que significaba que iba a tener que romperse la cabeza para salir de allí. Vuelve sobre sus pasos hasta llegar a la escalera, va una puerta más allá, y ahí puede ver que la puerta se abre. Tal vez allí estaba esa llave que necesitaba, pero debía cerciorarse que era así.

No ve gran cosa en aquella habitación abandonada y oscura. Lo más destacable a primera vista era una especie de cofre que estaba a un lado, y Eli se acerca, pues le parecía bastante curioso. Ese cofre tenía una inscripción algo extraña, y Eli la lee con atención.

Tres brillantes monedas en cinco agujeros están

En un extremo se halla el seductor de la mujer de Adán

Sopla el viento a espaldas de la mujer

Y aquel que no tiene forma, el nulo, de lejos los tiene que ver

El anciano junto a la serpiente no está

Es a la izquierda del prisionero donde se pudrirá

Esa inscripción resultaba bastante rara, y luego Eli nota los cinco agujeros que estaban en el cofre. Eran justamente del tamaño de las monedas que Eli llevaba consigo, y algunas de las descripciones en aquel extraño texto parecían justamente aludir al grabado de las monedas.

─ "Tres brillantes monedas…" ─ Eli saca las monedas que tenía consigo y las mira ─ Eso significa que todavía me queda conseguir una. Harasho.

No podía hacer nada hasta conseguir la tercera moneda, y de paso necesitaba pensar en lo que la inscripción le decía, así que Eli vuelve a guardar las monedas y decide revisar el resto de la habitación, no viendo nada más de utilidad. Esperaba encontrar una solución en ese lugar, y lo único que había allí era un nuevo reto.

Realmente este camino para Eli se tornaba exageradamente complicado. Así no sería capaz de encontrar a Nozomi, y eso la angustiaba.

CONTINUARÁ…


Avanzando de a poquito va esto, y una transición bastante atípica ha tenido que pasar Eli para avanzar en un camino exageradamente intrincado. Esta vez no hay pregunta, pero ya les aviso cuando la haya, que por cierto, aunque tal vez no se note demasiado, los puzles que estoy poniendo corresponde al nivel normal, pues en los juegos los acertijos cambian según la dificultad. De momento no me queda más que despedirme hasta el próximo capítulo.

Hasta otra