Pues ya estoy aquí con otro capítulo de este fic. Espero que le haya ido bien, y ahora toca responder reviews antes de empezar:

Zaisoooh: No sé qué quieres decir con "sé que aquello no podrá ser", sólo veo que quieres la ruta mala y ya está, pues de poder se puede hacer que las cosas terminen bien. Todavía no es momento para que hagas demasiada memoria con el puzle de las monedas, que aquí el capítulo se centrará en otra cosa, y "la otra Nozomi" te recomiendo que sigas esperando, que no la voy a adelantar.

Franco Yuzaki: Es lo que tienen los survival horror, Franco. Resident Evil 2 está hecho justamente para que te dé miedo usar las balas porque no sabes si con unas pocas logras matar a los zombis o si en cambio todo lo que tienes no va a bastar. Creo que eso fue un puntazo, aunque sí se puede entender que no todo el mundo tiene paciencia para aguantar semejante presión de parte de las mecánicas del juego. Yo también vivo en un sitio donde se podría considerar que hay un blooper con el diseño, pues el tanque del agua del edificio, además de ser fácilmente accesible desde afuera (especialmente para buitres), también está exageradamente cerca de las poleas superiores del ascensor. Bueno, al cabo que ni siquiera uso el ascensor.

Un reflejo de vergüenza

Una vez que Eli deja la habitación, la verdad es que estaba un poco confundida sobre lo que tenía que hacer. No tenía una pista clara sobre dónde conseguir la moneda que le estaba faltando, y de paso estaba nuevamente ese silencio que abrumaba al mismo nivel que la oscuridad que envolvía los pasillos, además que el no contar todavía con un mapa que la ayudase a guiarse por los pasillos no ayudaba en absoluto. Eli aprieta un poco el paso porque no quería estar ahí. No quería precipitarse demasiado porque sabía que eso implicaría pasar por alto cosas que le podrían ser de mucha utilidad para salir de ahí o para saber dónde encontrar a Nozomi, pero es que realmente no aguantaba estar en un lugar tan oscuro. Su miedo a la oscuridad siempre le había jugado malas pasadas, y en ese lugar aquello se había ensañado de manera especial, cosa que no le hacía ninguna gracia en absoluto en ese edificio que sólo empeoraba las malas sensaciones que ya daba el edificio anterior.

La luz de la linterna le muestra que cerca había un maniquí, aunque la cercanía no era la suficiente como para que quisiese atacar, así que permanecía inquietantemente inmóvil. De todos modos Eli quería evitar el combate si le era posible, así que se pone nuevamente a probar puertas, encontrando una que la lleva hasta un nuevo apartamento.

El apartamento como tal no parecía tener nada de especial. Podía dar la impresión de que estaba allí simplemente para rondar un momento e irse de nuevo, pero Eli no quería resignarse a eso nada más. Si algo ahí había que le pudiera servir, entonces debía encontrarlo.

Nada. Fuera de unas cuantas balas, el apartamento no parecía tener gran cosa de especial, algo que decepciona bastante a la rubia. Sólo le quedaba revisar una puerta que parecía llevar a una de sus habitaciones. De todos modos Eli no veía que tuviera nada que perder, así que entra por esa puerta, lista para hacerle frente a cualquier amenaza que se le atraviese en el camino.

─ ¿Qué…?

Pero lo que había ante Eli no era ninguna amenaza. Todo lo contrario, Eli conocía a la chica que estaba ante ella. Se trataba de la chica que había visto en el cementerio, revisando lápidas mientras parecía buscar a alguien. Eli no esperaba encontrársela tan pronto, y menos en semejantes circunstancias.

La habitación tenía un gigantesco espejo que cubría casi toda la extensión de una de las paredes de la habitación, de modo que prácticamente nada dentro de ese lugar se escapaba de ser reflejado por el espejo. Eli pensó por un momento que hizo falta hacer un trabajo bastante arduo para instalar un único espejo de semejantes dimensiones allí, pero pronto regresa su atención a la chica del cementerio. Estaba tirada de lado en el suelo, mirando su reflejo en el espejo, y en su mano tenía un cuchillo bastante afilado cuya punta estaba apoyada contra el suelo. A Eli se le hacía raro que aquella chica estuviese así, y esperaba que nada malo le hubiese pasado.

─ Oh, eres tú ─ aquella chica rápidamente se da cuenta de la presencia de Eli, lo cual ahorraba a la rubia la necesidad de llamar su atención.

─ Sí. Veo que me recuerda, aunque esa vez no me presenté, y me debería disculpar por eso ─ Eli empieza a agacharse lentamente para estar más cerca en altura a la chica ─. Me llamo Eli. Elichika Ayase.

─ Lanzhu… Zhong ─ responde la chica con desgano.

─ ¿Lanzhu, eh? Veo que eres extranjera, igual que yo. Es un gusto ─ Eli trata de ser amable, pero Lanzhu lucía distante, deprimida.

─ Sí, lo mismo digo.

─ ¿Qué estás haciendo ahí, por cierto? ─ Eli mira con preocupación el cuchillo que sostenía Lanzhu ─ No sé qué tienes en mente, pero te aseguro que hay otras alternativas.

─ ¿Tú crees? ─ Lanzhu no se voltea, ni cambia en lo más mínimo su expresión.

─ Estoy segura que sí, Lanzhu. No necesitas llevarte a semejante extremo.

─ ¿Pero no sería más fácil huir, Eli? Es todo lo que nos queda al estar aquí, es lo que nos merecemos. Tú eres como yo… creo…

─ No sé qué tan cierto sea que nos parecemos, pero no me parece bien que nos resignemos de esa manera, Lanzhu ─ Eli se pone de pie y mira con seriedad y preocupación a la pelirrosa ─. Me niego a aceptar que limitarme a huir de lo que sea que nos muestra este pueblo sea lo correcto. Quiero irme, sí, pero no puedo simplemente dar la vuelta…

─ ¿Acaso no estás asustada?

─ Sí lo estoy. Tengo mucho miedo. Pero no puedo abandonar a esa persona… Por ella debo persistir.

─ L-lo siento ─ la voz de Lanzhu suena más baja que antes, aunque Eli no tenía problemas para entenderla ─. Parece que lo que dije… fue muy inoportuno… Siempre soy inoportuna…

─ No pasa nada, Lanzhu. No te estoy culpando de nada. Entiendo que tú también estés asustada de todo esto y que quisieras que esto se acabe cuanto antes ─ Eli sentía que lograba apaciguar lo que sea que tuviera Lanzhu, lo cual le parecía una buena señal ─ ¿Y qué me cuentas? ¿Encontraste a tu madre? ¿Está ella bien?

─ No… Todavía no la he visto… He buscado en todas partes, y sigo sin encontrarla… Trato, pero no puedo…

─ ¿Y acaso ella vivía en este edificio de apartamentos?

─ No estoy segura.

─ ¿Entonces todo lo que sabes es que vivía en este pueblo? ─ Eli sí empezaba a sentir que Lanzhu estaba inmersa en el mismo caos que ella y que ayduarla le costaría mucho más de lo que pensaba.

─ ¿Qué…? ─ Lanzhu de pronto parece que regresa a la realidad, volteándose para ver directamente a Eli ─ ¿Cómo puedes saber eso?

─ Estás buscándola aquí, ¿no? Por eso creo que no es demasiado difícil deducir que ella tendría que estar en el pueblo. No es que lo supiese a ciencia cierta si ni siquiera sé quién es realmente ─ responde Eli con tono comprensivo, aunque también se hacía evidente su intención de animar a Lanzhu.

─ Supongo… Lo siento… Es que estoy muy cansada ─ Lanzhu se lleva a la cabeza la mano con que sostenía el cuchillo, permitiendo a Eli ver que la punta tenía un rastro de sangre, cosa que le hace tener algunas ideas bastante espeluznantes.

─ Este sitio es bastante agotador, así que te entiendo, Lanzhu.

─ Gracias por la consideración ─ Lanzhu parecía que estaba desorientada, ladeando la cabeza lenta y erráticamente ─ ¿De casualidad has encontrado alguna pista de dónde está… la persona que buscas?

─ Lamentablemente no… ─ Eli aprovecha para finalmente sacar la foto de Nozomi, pensando que Lanzhu podría ayudarla de alguna manera ─ Se llama Nozomi Toujo. Es… bueno, era mi esposa ¿Alguna vez has llegado a verla?

─ No… ─ Lanzhu se queda mirando por unos segundos la foto ─ Lo siento, Eli, pero nunca antes la había visto.

─ No te preocupes. Igual creo que valía la pena intentarlo ─ Eli se guarda la foto ─. Lo curioso de todo esto es que ella está muerta. Nozomi murió hace tres años. Yo misma no termino de entender qué hago aquí buscándola. De alguna manera ella me ha llamado, y a causa de eso estoy aquí, tratando de verla de nuevo a pesar de que sé que es imposible.

─ Lo siento, Eli. No sabía que tu esposa estaba muerta…

─ No te preocupes. Pero de alguna manera siento que no estoy loca, o al menos no creo estarlo, por más que esté detrás de algo que claramente no tiene ninguna lógica… Sé que es estúpido, pero no me puedo quitar esta idea de la cabeza.

─ Entiendo que quieras respuestas, Eli, y supongo que seguirás buscándolas.

─ Sí, supongo que eso es lo que realmente busco. Quiero entender por qué realmente estoy buscando a alguien que murió hace tiempo.

─ Ojalá consigas algo de eso. Y-yo debería ir a buscar a Mǔqīn. Supongo que hablar contigo me ha hecho querer intentarlo un poco más ─ Lanzhu se levanta algo temblorosa, cosa que no pasa desapercibido para Eli.

─ ¿No necesitas ayuda para buscarla? Este pueblo es peligroso ─ Eli podía notar el miedo en Lanzhu, daba la impresión de que no confiaba completamente en ella, y además temblaba de manera leve pero claramente fuera de control ─. Después de todo por lo que he pasado hasta ahora, debo decir que comprendo lo que me quisiste decir cuando nos encontramos en el cementerio.

─ P-puedo arreglármelas sola. Puedo avanzar sin demasiados problemas, y sólo sería un estorbo si te acompaño. Créeme que no me necesitas a tu lado. Estarás mejor sin mí.

─ ¿Y qué me dices de eso? Al menos te puedo ayudar con eso ─ Eli mira el cuchillo de Lanzhu, y esta se da cuenta.

─ A-acaso… ¿Podrías guardarlo por mí? ─ Lanzhu parecía dudar, aunque su miedo seguía siendo más que evidente.

─ Si es lo que necesitas, definitivamente puedo hacerlo ─ responde Eli con seriedad.

─ Eso está bien. Además… si lo llevo yo… no sé qué podría hacer con él. Sí… Mejor que tú tengas el cuchillo… Llévalo por mí…

Eli asiente levemente y estira la mano para recibir el cuchillo, pero en eso Lanzhu grita de miedo y apunta su cuchillo contra la rubia, asustándola y obligándola a retroceder. Los ojos de Lanzhu evidenciaban más que antes que dentro de la cabeza de Lanzhu algo no andaba bien. Eli estaba bastante preocupada. Quería saber qué cosa tan horrible podría haber pasado para que estuviese así. Tenía una paranoia realmente perturbadora.

─ T-tranquila, Lanzhu. No voy a hacerte ningún daño…

─ A-ahhh… L-lo siento ─ Lanzhu estaba en pánico, ya ni siquiera podía sostener bien el cuchillo ─. Estuve a punto de cometer una locura. Soy una persona horrible…

─ No digas eso, Lanzhu. Estás asustada y estresada. Lo que necesitas es descansar un rato…

─ Lo siento, lo siento, lo siento ─ ahora parecía que Lanzhu no estaba escuchando a Eli ─. M-me debo ir. Soy mala. No debo tener esto… ─ Lanzhu deja el cuchillo sobre una mesita y se va de allí corriendo.

Eli trata de alcanzar a Lanzhu para detenerla, pero la pelirrosa era demasiado rápida. Ya había desaparecido cuando Eli tan siquiera tuvo la oportunidad de verla usando la puerta principal del apartamento. Estaba preocupada. Lanzhu, tal y como estaba representaba un peligro para sí misma, pero desgraciadamente no podría encontrarla a estas alturas. Sólo podía rezar por que lograse recobrar un poco la cordura y no se deje llevar por el pánico. Desde luego esperaba que ayudase que aquella carrera la llevase a un sitio donde haya luz para que así al menos pueda quitarse de encima la opresiva sensación que generaba la oscuridad de ese lugar.

─ Kasumi y Lanzhu. Este pueblo… Realmente estoy confundida… ¿Qué pasa aquí realmente?

Sólo podía hacerse con el cuchillo de Lanzhu y cumplir su promesa. Desde luego que no pensaba devolvérselo si llegaba a sospechar que Lanzhu podría realizar alguna locura con esa cosa, pero había dado su palabra. Al lado del cuchillo, para sorpresa de Eli, se encontraba una nueva moneda, que tenía el grabado de una mujer, y junto a la imagen estaba el grabado de "prisionero", lo que llama bastante la atención de la rubia. Se le hacía rara esa moneda.

─ Supongo que ahora sí puedo avanzar como quiero. Con esto ya tengo lo que necesito.

La habitación no parecía tener nada más para Eli, así que sale de allí. La idea era salir de una vez del apartamento, pero de pronto ve que el salón tenía algunos detalles bastante curiosos. En el suelo podía ver un oso de peluche completamente destrozado, y cerca de ahí había una botella rota. Eli nota también rastros de violencia en uno de los pocos muebles que habían allí, y eso la inquietaba más de lo que quisiera.

─ ¿Esto estuvo aquí antes? No entiendo por qué lo estoy viendo ahora… ¿Es que este pueblo juega conmigo o qué?

Las paredes mostraban más rastros de violencia, y aparentes salpicaduras de líquido, que aunque no parecían ser sangre, igual le daban muy mala espina a Eli. Eso de pronto le hace pensar en qué podría haberle ocurrido a Lanzhu ¿Acaso habría pasado por algo similar a lo que sugería ese apartamento? No lo sabía, y francamente le daba miedo cerciorarse de ello.

CONTINUARÁ…


Nueva pregunta para el próximo capítulo ¿Debeía Eli revisar más a fondo el cuchillo que le dejó Lanzhu? Una vez más, esto es importante para el final del fic, del mismo modo que es importante para el final del juego del que este fic surge en primer lugar.

Ahora una pequeña curiosidad sobre Silent Hill 2: El juego no tiene verdaderas mecánicas de reflejos de espejos. Esto se trata de una pequeña limitante en el juego que el Team Silent debió arreglar haciendo copia/pega del escenario e invertirlo, de modo que todas las escenas en el juego donde hay espejos, en realidad hay dos personajes que están siendo controlados a la vez por el jugador, obviamente siendo el "reflejo" una versión con imagen invertida para que no se notase la limitante. Obviamente donde no hay espejos no hace falta ponerse a hacer trucos de ese tipo, por lo que ahí sí que las prioridades de arreglo y optimización iban por otros rumbos. Pues nada más, pórtense bien. El próximo capítulo sale en diciembre, no habrá capítulo extra con temática navideña por si preguntan (prefiero hacer directamente un OS), y nos vemos pronto.

Hasta otra