Harry Potter No me pertenece.
Esta historia se encuentra participando en el #Omegacember de la Fanpage Es de fanfics de Facebook.
Esta historia es la continuación del día de ayer, todas las historias de este reto de mi parte están entrelazadas, así que es mejor ir a buscarlas para leerlas en orden y entender que esta pasando.
Sugerencia de este capítulo: La voz puede resultar calmante o atemorizante, dependiendo qué giro decidas darle a tu historia.
_Día 2_
Voz
Draco Malfoy odiaba la voz de Tom Ridley cuando era joven, bueno, la voz de Voldemort como se hizo llamar. Era el socio de su padre, quien siempre tenía esa voz molesta que le hizo sentir incomodo, era un beta, pero intimidaba tanto o más que un alfa cuando se conocía. Su padre Lucius que era un alfa, había terminado siendo un títere de ese hombre y por lo tanto no pudo más que ser feliz cuando Tom fue enviado a prisión; incluso si eso significo perder también a su padre.
Dolía.
Pero no tanto.
El Alfa que cálidamente lo cuido de niño, termino siendo bastante doloroso cuando fue adolescente y le hizo querer seguir sus pasos obligados. Draco no quería ser como su padre, que había dejado a su madre omega casi con el corazón roto por las elecciones de su vida.
No.
Draco quería ser una mejor persona de lo que fue cuando era adolescente, cuando no conocía el mundo, cuando pensaba que era especial y todos deberían admirarlo. Estudiar en el extranjero le hizo ver las cosas de cierta forma, que estudiar en Londres no hizo, así que cuando tuvo que volver obligado para tomar el rumbo de la compañía de su padre; fue todo un caos.
No sabía qué hacer.
Su madre le ayudo por supuesto, era una mujer decidida y trabajadora, que sabía casi mejor que su esposo a manejar la conglomeración Malfoy. De hecho, su madre es quien hizo el mayor trabajo cuando su esposo fue puesto en prisión, pero como Draco era el alfa, era quienes las revistas colocaban como el rostro de la compañía y su madre estaba de acuerdo porque eso atrajo a más personas.
Draco claramente puso de su parte, no iba a sentarse a no hacer nada y poco a poco comenzó a comprender como se dirigía el mundo con ayuda de su madre; otros accionistas de su padre también le ayudaron, no estuvo realmente solo, pero no fue fácil.
Volver a Londres.
—Un pajarito me dijo que viste a Potter—hablo Blaise caminando tranquilamente a su lado, Draco giro a ver mal a Pansy quien sonrió de forma encantadora.
Claro.
Ese pajarito tiene nombre y apellido, se llama Pansy Parkinson y estaría muerta en las próximas 24 horas.
Su funeral se realizaría el próximo fin de semana, tendrían vino tinto con postres.
—¿Importa? —cuestiona porque no quiere pensar en eso.
No ha querido pensar en eso, del incidente hace casi 3 semanas. Sabe que ir a Hogwarts para comentar con la directora sobre sus donaciones, sobre el proyecto de enseñanza en colegios para fomentar un mejor conocimiento sobre Omegas e igualdad, no podría salir tan bien. No sabía que Potter era profesor, no lo había visto en casi 10 años y había querido que siguiera así.
Que el estúpido enamoramiento infantil ya hubiera muerto.
Lo cual parece que no hizo.
Su vida es una total comedia.
—No lo sé, ¿debería? —pregunta Blaise con una sonrisa descarada, mostrando parte de su aroma alfa como si pudiera intimidarlo de alguna manera.
Una mirada de Draco lo congela y este bufa tenso, porque del grupo el líder de la manada, es Draco, siempre ha sido Draco y le recuerda su lugar si se pasa de listo. Cuando era adolescente no sabía que era ser un alfa, no entendía las implicaciones sobre cuidar y proteger a otros, pero luego que su padre fue arrestado, todo tenía sentido.
Cuidar.
Proteger.
Manada.
Draco era un alfa y su deber era cuidar de los otros, no significaba que otros cuidaran de él, no, era al contrario.
—Hogwarts sigue siendo tan interesante como siempre, se hará la donación para el proyecto sobre igualdad y concientización, mi madre probablemente exija que me presente y no volveré a ver a nadie de ese lugar en los próximos años…con suerte—señala tranquilamente deteniéndose en la cafetería y entrando para pedir un café.
El cajero, un lindo chico de cabellera rubia oscura y ojos claros, sonríe de forma un poco coqueta; Draco duda que es para él, simplemente parece ser para vender el producto y aspira un poco para inspeccionarlo.
Beta.
Su placa con nombre dice: "Anthony", el chico sonríe antes de tomar el pedido de Blaise y Pansy, regalando sonrisas coquetas también.
Es una cosita linda, Draco no le molestaría follarlo incluso aunque fuera beta, de hecho, no suele follar con omegas. Sus olores suelen ser demasiado dulces y empalagosos, solamente soporta el aroma de su madre porque es su madre, además del de Pansy que siempre huele a postres de fresa. Si bien cuando esta despertó su género de omega, sus padres pensaron que entre ellos habría algo, no hubo ese click.
Hermanos.
Eran los lazos entre ambos y así se mantuvieron.
Pansy siempre disfruto de ser un omega rodeada de Alfas, la hizo irresistible para otros y cuando alguien le molestaba, Blaise o Draco simplemente detendrían a cualquiera.
Debido al aroma empalagoso de los omega, Draco tendría más encuentros nocturnos con Betas y alguno que otro Alfa que quisiera ser dominado por Draco, lo cual sin duda era un desafío interesante.
—Me encanta tu indiferencia Draco, como si no hubieras estado enamorado del niño Potter la mayor parte de tu vida—dictamina Pansy cruzando sus piernas mientras está sentada en la silla, como si estuviera hablando del clima.
Blaise se ríe, Draco los odia a ambos.
No es que le gustara ese momento oscuro de su infancia, el recuerdo del niño de cabellera negra desordenada, grandes ojos verdes detrás de un par de gafas luciendo adorable en la escuela, hizo que algo del pequeño Draco se prendiera como dos faroles.
Pareja.
Es tu pareja.
Algo dentro de él había gritado eso, una verdad absoluta, como si todo estuviera sentido; como si su pequeño mundo fuera atado a este niño desconocido en ese entonces, como si este fuera todo lo que necesitaba.
No salió bien.
Potter había elegido a otros amigos, había despreciado como era Draco (el cual era un poco mocoso insoportable y no puede defenderse de las mayorías de acciones de niño) alejándose de este. El pequeño Draco sintiéndose herido y con el ego molido, había tomado la necesidad de molestar y seguir de forma obsesiva a Potter como si esperara que algo cambiara.
Lo hizo.
Para peor.
Potter lo odiaba, Draco se sintió frustrado, incluso mientras caminaba entre sentimientos para saber que efectivamente era gay y que para él solo existía Potter como posible pareja; incluso cuando se despertó como Alfa todo fue peor. Había escuchado a unos chicos hablar de Potter, su instinto se volvió loco, hubo una pelea bastante violenta, sus padres decidieron que era mejor alejarlo del chico que causo problemas al ser el emparejamiento unilateral de Draco.
Ahora años después, ver al chico sigue siendo doloroso.
Había lucido tan…delicioso.
Era alto para un omega, cuerpo formado dentro de esas ropas de maestro, sus ojos siguen brillando y su cabello es un desastre. Curiosamente no tenía aroma ese día, supresores, parches, químicos, era como estar al lado de un beta y Draco odio que, aun así, todo el interior de Draco se sintiera agitado con su sola presencia. Se había imaginado que se sentiría su piel bajo su mano, su rostro había permanecido alerta y Draco quiso intentar ver una sonrisa.
Lo había visto de lejos cuando era adolescente, pero tal vez ahora podría verlo de cerca, sus pensamientos eran bastante confusos ese día.
Todo había sido una locura.
Su rostro sonrojado, sus pupilas dilatas, este sujetando su muñeca pidiéndole que no se fuera.
Como si fuera verdad.
Casi lo pudo imaginar entrando en celo con él cerca, pero cada que ese pensamiento se colaba, Draco lo apartaba de su mente. Porque eso lo llevaría a pensar en cuantas otras personas Potter habría invitado a compartir su calor o si tuviera una pareja. No había una marca en su cuello, así que no sería por otro alfa, había pensado casi aliviado.
Un omega emparejado no ocuparía llevar algún parche o supresor, su propia química funcionaria por si sola. El aroma de un omega marcado era diferente, no tan dulce para otros que no fueran su pareja y un omega marcado tiene una connotación diferente.
Draco piensa que es primitivo la importancia que le dan al alfa de un omega, pero al menos eso ayudaría al omega a no verse tan vulnerable.
Algo que se ha estado cambiado poco a poco en la sociedad, pero hay un largo camino antes de que tengan una igualdad.
Su madre lo merece.
Pansy lo merece.
Otros omegas que hacen su trabajo en su empresa lo merecen.
—Si mal no recuerdo tenías un enamoramiento por Longbotton—golpe bajo, pero eso le enseñara a Pansy a mantenerse quieta.
La chica se ve ofendida, porque hace mucho que ese enamoramiento por el alfa imprevisto por todos, fue como muchos otros, un enamoramiento levemente fugaz; pero Draco lo usa como carta de triunfo cuando el asunto Potter sale a la luz.
Pansy gruñe y Draco se ríe.
Blaise solamente toma café y eso está bien.
Todo está bien.
Así debería ser la vida.
.
.
Alguien arriba de él, si existe algún ser celestial, no debe querer mucho a Draco o tal vez quiere que el karma le golpee en la cara años después. Había estado en la librería viendo algún libro nuevo que comprar, tenía una obsesión por esta nueva serie de gatos en el bosque, no hay una explicación lógica pero la idea de ver gatos en medio de un bosque con clanes y estructuras, le había llamado la atención en su niño interno. Era su pequeño placer culposo y ahora que había terminado la primera saga, descubrió que había más y puede que estuviera comprando uno cada poco tiempo, para mantener la tensión en el aire. Entonces luego de comprar el libro de esta semana, había caminado usando gorra y gafas de sol, también supresores y parches para que nadie lo viera como…un alfa.
Es irónico.
Cuando era adolescente siempre derrochaba sus hormonas en el aire, disfrutaba molestar a los indefensos y siempre intentaba que lo vieran; Potter específicamente, pero nunca lo vio con buenos ojos. Luego cuando creció, cuando todos voltearon a verlo, como si esperaban que fuera un alfa como su padre, que fuera lo que todos esperaban que fuera.
Fue demasiado agobiante.
Entonces cuando le tocaba salir solo, utilizaría supresores que usualmente los alfas no usaban, porque los alfas aman la atención, el parque lo haría también pasar sin aroma y de esa forma seria…normal.
Aunque fuera unos segundos, podría ser él.
Draco, alguien del que nadie espera nada por unas horas.
Por eso cuando al otro lado de la calle volteo a ver a Harry Potter, sintió que alguien sin duda se estaba burlando de él en las alturas. Este parecía concentrado en algo, como si estuviera de mal humor mientras buscaba entre los estantes y cuando coloco un libro con demasiada fuerza Draco quiso gritarle que no era culpa del libro que estuviera de mal humor.
Iba a decir algo, luego lo pensó mejor, era mejor mantener la distancia.
Alejarse.
Nada bueno había salido de 4 años de molestarlo y dudaba que ahora que eran adultos, algo fuera a cambiar. Se vieron en Hogwarts la última vez, donde el chico estúpido había salido, aunque estuviera cerca del celo y Draco solo puede agradecer que no oliera a algo…cualquier cosa. No sabe a qué huele Potter, había sido pasado de colegio antes que este se despertara totalmente como omega.
Pero aun así recuerda un leve aroma, como a tarta de melaza, que probablemente solo empeoro.
Un aroma dulce.
Con suerte seria amargo y Draco encontraría al menos algo menos en que gustarle.
Iba a irse, de verdad iba a irse, hasta que el destello de la bufanda gris en el cuello de Potter llamo su atención.
Su bufanda gris.
Ahora que lo piensa no se la había regresado, era su bufanda favorita, había sido un regalo de su madre y aunque se lo había dado con una esperanza de que su aroma alfa pudiera ayudarlo; aunque una parte más instintiva probablemente pensaría que lo hizo para que este pensara en él durante el celo si lo pasaba a solas.
Potter golpeo otro libro con fuerza, Draco se erizo.
—De esa forma no se trata un libro—habla cuando se coloca a su lado, la mano de Potter falla en el libro y este casi cae.
Por suerte sus reflejos ayudan, lo sujeta en el aire y suspira al verlo en perfectas condiciones. Coloca el libro con cuidado en el estante, se quita las gafas de sol y voltea a ver al chico con un poco de amargura por su desquite con libros.
El aroma de Potter es dulce.
Se sorprende de sentirlo, ya que antes no había podido por sus supresores, pero ahora huele dulce. Pestañea confundido, su aroma efectivamente es a tarta de melaza, cálido, dulce, con una pizca de vainilla por ahí y de una extraña forma amena.
Claro que ahora tiene un aroma sorprendido y casi avergonzado.
Pero no es un mal aroma.
Todo lo contrario, piensa casi horrorizado.
—Yo…es…que te importa—gruñe al final casi infantilmente con las manos en sus bolsillos y metiendo parte de su rostro en su bufanda.
No debería sentirse tan bien como se siente el verlo en algo suyo.
Lo hace.
Oh como lo hace.
Esa imagen hará cosas en su interior que Draco no quiere pensar, ya su imaginación es muy vivida, como para agregar la imagen de Potter usando ropa cómoda, con su bufanda en él, que es como un escudo por la forma en que se entierra en ella. No sabe que eso provoca un efecto muy contraproducente, su aroma esta casi inexistente en la bufanda, pero el poco aroma de Draco se une con el de Potter y es una combinación deliciosa.
—Me importa como tratas a los libros, incluso un bárbaro sabe que no se deben maltratar—señala con algo de diversión viendo el enorme estante lleno de libros.
Libros de cocina, ladea el rostro curioso sin pensar en Potter como un cocinero audaz, tal vez un regalo piensa tardíamente.
—No estoy de humor—
—Eso se nota—habla con una leve sonrisa burlona, pero lejos de saltar enojado como su yo de quince años habría hecho, Potter se sonroja algo molesto viendo a otro lado.
Pero sin irse.
Claro fue Draco quien se acercó primero, pero no entiende porque motivo este no se marcha lejos, probablemente odie a Draco por ser un idiota cuando eran adolescentes, probablemente debería pedir perdón por como lo trato a él y sus amigos; aunque la idea de pedir perdón por Granger y Weasley no está entre su lista de cosas por hacer.
Siempre tendría un poco de resentimientos con esos dos, porque eran la manada de Potter, porque podían tener a Potter cuando Draco solo lo vio de lejos.
Potter no se iba, pero no parecía listo para decir nada y tal vez era hora de que se fuera.
—Es mi bufanda la que tienes puesta—y tal vez sigue siendo un poco mierda, porque cuando no hay nada que decir, al final dijo lo peor que puede.
Draco no quiso decirlo, realmente no quería sacar a relucir al elefante en la habitación, pero sus palabras salen antes de poder evitarlas.
Potter luce horrorizado, sujetando la bufanda contra él, de forma incrédula, pero de una forma que parecía no dispuesta a darle la bufanda; es una pena, debe oler deliciosa, aunque por el lado positivo es mejor que se la quede si fuera necesario.
—No pienso devolverla—sus palabras salen con una gran cantidad de poder, que le recuerda un poco a su propia madre.
Una omega que puede hacer callar a otros solo con su presencia, demostrando al mundo que un omega no es solo alguien débil, si no que puede intimidar.
Potter tiene la misma mirada como si fuera a la guerra y no aceptara alguna negativa frente a él.
Lucharía por esa bufanda.
¿Por qué?
Draco se siente confundido, pero solamente sonríe.
—No la estaba pidiendo de regreso—lo cual era cierto, pero parece provocar una leve confusión en el chico que relaja los hombros que estaban listos para una pelea—aunque no seamos amigos, supongo que los omega necesitan prendas de otras personas, Pansy es igual—añade eso ultimo como una conversación tardía, recordando con amargura como esta siempre robaba sus mejores prendas.
Esa ladrona.
Potter arruga el rostro y voltea a ver a la bufanda.
—No olía a Parkinson—
—Por supuesto que no, las prendas que me roba se las dejo, huele demasiado dulce—lo último es algo incomodo de decir, Potter arruga un poco más la nariz de forma adorable—es como el olor de familia, es manada—
— ¿Es tu pareja? —
Se pregunta quien está más sorprendido por la pregunta, Draco se muestra incrédulo, Potter se ve casi horrorizado.
Como si no creyera sus propias palabras.
—No—responde casi sin poder controlar su voz de incredulidad, tampoco sin entender porque ha hablado y solo decidiendo que ese día ya es muy raro—solo es Pansy, como una hermana ruidosa, mejor una prima molesta—
Pansy lo asesinaría si lo escuchara, pero Draco es sincero ante la propia sorpresa que hay de esta charla.
Tal vez está durmiendo, tal vez está en coma, tal vez se golpeó muy fuerte con la ducha esta mañana.
Entro a un mundo paralelo donde Potter no lo odia y quiere charlar con él.
Quien sabe.
Potter lo ve curioso ahora, ya no parece molesto, pero hay una ligera incomodidad de algún tipo que Draco no tiene idea de que se trata. El aroma de Potter sigue en el aire, ya no es agrio y parece casi relajado, lo cual puede decir por su postura.
Han pasado años, pero a veces es normal leer su postura, viejos hábitos.
—La bufanda ya no huele—bien ahora la charla toma un rumbo curioso, Potter dice algo como si hablara del clima, pero el sentido de la charla es tan bizarro que Draco se encuentra asintiendo.
—Debe haber pasado varios días, el aroma se diluye—
—Es molesto—
Si, Draco se siente perdido, el rostro de Potter también parece algo perdido como si no supiera que hacer o que debería decir.
Hay algo en el ambiente, incomodo, molesto, que pica debajo de su garganta.
Haz algo, grita su interior.
Tu omega está molesto, debes hacer algo.
Quiere acallar la voz, porque no es su omega, es un omega, pero no es suyo.
Nunca será tuyo.
Pero el rostro molesto de Potter parece casi incomodo de soportar por más tiempo, así que Draco da un aligera mirada al resto de la tienda, nadie parece cerca para escucharlos y supone que puede estar a punto de cruzar alguna línea; solo ha utilizado esta voz con su madre y Pansy, por motivos similares, así que espera que Potter no lo odie en este momento.
Espera su interior se calme por eso.
—Tranquilo—utiliza la voz, un comando definitivo, que provoca que Potter lo vea con ojos incrédulos, antes que todo su cuerpo se relaje.
Casi cae, pero la mano de Draco viaja rápidamente hacía su brazo para mantenerlo erguido, sorprendido de la veracidad de su voz con Potter.
Pensó que no sería tan fácil.
Potter era terco, pero se había sometido con demasiada facilidad que casi le hace lamerse los labios, controlándose por muy poco.
Se sorprende que, al sujetarlo, Potter prácticamente se acerque a su persona, para sujetarse de su chaqueta para mantenerse sobre sus pies. Sus ojos se vuelven a dilatar y le recuerda ese día en Hogwarts, que debe controlar para que no piense en nada más. Su cuerpo parece relajado y ahora todo su aroma es totalmente tranquilo, como si estuviera en paz.
—¿Qué rayos fue eso? —su voz no suena molesta, es casi nerviosa con un ligero toque de incredulidad encantada.
Draco voltea a otro lado incomodo, esperando que no se enoje cuando le diga la verdad.
—Es un comando Alfa, suele funcionar contra beta y omegas—el chico parece tensarse un poco ante sus palabras y Draco se siente como una basura—lamento usarlo sin consentimiento, solo pensé…que podría ayudarte a no estar molesto, lo uso con mi madre cuando se siente abrumada o con Pansy para tranquilizarla—
No dice que lo ha usado en la cama, porque no necesitan saber eso, como algunos Alfa o Beta disfrutan de los comandos en medio de algún acto sexual.
Como suplican por su voz.
La manera en que Draco se siente alegre y culposo por utilizar ese poder que tiene, pero que aborrece porque es el mismo que Tom siempre quiso y no pudo tener; la forma en que el hombre lo miraba con odio por ser todo lo que él no pudo ser.
Como su padre utilizaba su voz para obtener lo que quería y Draco odiaba eso.
—Úsalo de nuevo—se sorprende de la petición de Potter, tanto que es sacado de orbita unos segundos al bajar la mirada.
Sus ojos parecen claros, algo retadores, como si quisiera poner en práctica su control y es tan similar al mocoso que recuerda, que Draco lo ve incrédulo.
Pero un reto es un reto.
Y Draco nunca ha rechazado ningún reto de Potter.
—Relájate, todo estará bien—no es difícil de usar el comando, es casi natural y le costó un tiempo luego de ser un alfa, no hablar siempre con comandos y solo utilizarlo cuando quería.
Ahora es natural separar ambas voces, pero los comandos casi no son utilizados, son raras las ocasiones.
Potter se derrite ante su voz, lo puede ver en su expresión y como lucha para mantenerse sereno unos momentos, antes de colocar la frente contra su pecho. Su respiración parece aclararse, su aroma vuelve a sentirse relajado y sus músculos se liberar de cualquier tensión que hubiera.
—Eso es una locura—dice Potter, pero no parece enojado y al menos eso está bien.
Draco lo deja quedarse en su lugar unos momentos más, parece estar acomodándose en su interior y cuando se aleja, parece mucho más relajado de la bola de enojo que estaba en el lugar antes que Draco apareciera. Parece casi tímido cuando da un paso atrás, pero ahora se encuentra nuevamente en buena forma y el alfa dentro de él se regodea de que fuera gracias a ellos.
Es un instinto idiota.
Pero al menos podrá llegar a casa sin sentirse culpable.
—No todos lo usan tan…pacíficamente—Draco incluso ha enfrentado idiotas que piensan que el comando funcionaria con él, como si fuera posible, Draco es un alfa bastante terco—pero es bastante útil, si alguna vez te sientes muy incómodo deberías tomarlo en cuenta—si no se equivoca Potter tiene un padre y padrino alfa que podrían ayudarlo en este caso.
Es una locura sentirse celoso al respecto, porque son su familia, pero no evita sentir una chispa de decepción dentro por su propia recomendación.
Odia la idea de ver a Potter cerca de otro alfa, con su cuello sin marca, sin que sea suyo.
Lo odia.
Pero no tiene ningún derecho, no lo iba a tener y es mejor actuar en consecuencia. El día de hoy fue una rara acción que no piensa repetirse nunca más, cada quien por su camino y la próxima vez que lo vea, solamente lo iba a saludar como un viejo conocido.
Con suerte no lo odiaría, eso es más de lo que espero recibir alguna vez.
—Papá utilizo el comando cuando era niño para no meterme en travesuras, pero incluso entonces no se sintió, bueno, así como esto—admite el chico con una sonrisa algo adormilada y casi como si estuviera ebrio.
Draco pestañea confundido, alegre por la idea de ser diferente, pero confundido por su reacción. Pansy y su madre siempre actuaron relajadas luego de un comando, pero Potter casi parecía como si estuviera en medio de una nube.
Entre la embriaguez y la droga, no sabe si eso es positivo.
En realidad, le preocupa un poco.
—Bueno supongo que es un caso atípico, sucede a veces—no lo hace, pero Draco prefiere pensar que esto no es una anomalía y Potter solo sonríe como idiota, sonríe a Draco y eso lo hace sonreír—entonces deja de estar enojado con los libros—
Potter lo ve ahora con un puchero, Draco desvía la mirada a los labios de este, lo que le hace querer maldecirse en voz alta, porque no se deben ver los labios carnosos de Potter y no debería sentir nada de lo que está sintiendo ahora mismo.
No.
Potter no está dentro de ningún medio cercano a él, son desconocidos o mejor dicho, conocidos con un pasado muy difícil como para pensar cualquier cosa.
Unilateral.
Todo es unilateral y Draco no debería ceder.
Levanta la mirada y Potter lo ve expectante, como si quisiera algo de él y Draco se pregunta si es lo mismo que quiere darle.
En fin.
Tiene que irse.
Pero no puede irse simplemente sin nada, su interior grita y antes de poder hacer algo, Potter habla.
—Malfoy—le llama y aunque odia el apellido de su padre, hay algo en la voz de Potter que le hace estremecerse—la bufanda ya no tiene tu aroma—y hay algo de reproche en su voz, como si fuera culpa de Draco, lo que hace que se ría de lo absurdo que es esto.
Puede que Potter no tenga el comando como Draco, pero hay algo en su voz, terca y adorable, que hace que su interior se derrita.
Movido por la extraña emoción por la voz de Potter, por su forma de ser, se quita la chaqueta de diseñador que tiene puesta y la coloca sobre los hombros de Potter; no la ha lavado en un tiempo y debe tener un aroma más profundo que la bufanda. Potter lo ve incrédulo y Draco se pregunta vagamente, que pensara de las prendas que le ha dado, si pensara que es extraño o si comprenderá tal vez que esto podría ser considerado algo más que una amistad de Alfa y Omega.
Pansy robaría su ropa.
Su madre aceptaría las almohadas levemente perfumadas de su hijo.
Blaise tomaría su ropa con diversión.
Draco usualmente no daría sus prendas, pero lo hace con Potter, porque simplemente se siente correcto.
—Esta chaqueta debería funcionar, ya sabes, si lo que necesitas es ayuda en el futuro…podrías darme tu teléfono y guardar mi número—es una propuesta un poco arriesgada que iba en contra de todo lo que pensaba hacer sobre cada quien por su camino.
No puede evitarlo, no con Potter luciendo levemente perdido frente a él, parpadeando aun con la sensación de los residuos de la sensación de un comando y siendo tan malditamente adorable que Draco probablemente pasara mucho tiempo esa noche pensando en este.
Repitiendo una y otra vez sus acciones.
Potter levanta la mano, Draco teme que lo rechace otra vez como cuando eran niños, que le regrese su chaqueta y bufanda, diciendo que no quiere volverlo a ver nunca más.
Pero no es eso.
Hay un teléfono en su mano, desbloqueado, mientras Potter lo ve intensamente como si lo retara a dar marcha atrás.
Sonríe.
Sujeta el teléfono donde rápidamente marca su número, pero va más adelante, se envía un mensaje para también tener su número guardado por aquello. Potter asiente como si estuviera de acuerdo y parece recio a irse, pero luego se encoge un poco más rodeado de su chaqueta y se va con una despedida algo rápida.
Draco se queda ahí, con un libro nuevo y el número de teléfono de su amor de la infancia.
—Joder—dice con voz levemente temblorosa.
Seguramente esto es un extraño sueño y despertaría pronto para iniciar su día.
Pero está bien.
Solo por ese momento, piensa con una sonrisa, está bien haber regresado.
No hay nada que asegure que esto salga bien, pero Draco simplemente se siente optimista.
Fin
Espero les gustara.
Como saben estaré subiendo historias de un capítulo que formaran parte de un reto de diciembre de omegaverse, no es la norma, pero en mi caso todo el reto va rondar el Drarry o al menos este universo omegaverse donde la magia no existe y viven vidas normales; con temática omegaverse por supuesto.
Este es el segundo día, pero como pueden ver, es la continuación del día de ayer.
Nota:
Por si no lo saben en mi perfil tengo un link de mi página en Facebook donde publico mis actualizaciones y donde chateo con los chicos sobre temas de anime, manga, juegos, libros, series…etc por si alguno quiere comunicarse conmigo o visitar un rato para conocerme mejor.
Sayonara sexys lectores.
