- Capítulo 6 - (Volumen 2)
Corrupción Maldita
(Día 60)
Al regresar a Zeltoble y obtener nuestros collares de Rango Hierro, seleccionamos una misión del tablón. A pesar de que, siendo de rango Hierro, deberíamos optar por misiones de menor dificultad, la presencia de Ren y Farrie como aventureros de rango Plata ayudó a persuadir a Elara para que nos permitiera aceptarla, siempre y cuando asumiéramos toda la responsabilidad.
A pesar de esto, no la veía muy preocupada. Sabía que éramos Héroes y eso parecía ser suficiente para ella. Si tan solo supiera nuestros niveles... Tal vez nos asignarían misiones de un rango más alto sin dudarlo.
Estas misiones serán bastante aburridas. Sin embargo, mientras podamos ganar dinero y niveles, no me importa. Aunque, el dinero ya no es tan necesario.
Desde que Aveline nos entregó grandes cantidades de monedas de oro, lo único que nos ha hecho falta son más materiales para la conversión de energía. Claro, podríamos absorber cualquier cosa, incluso una piedra inútil, pero los materiales obtenidos de los monstruos son más valiosos para el método de la Espada, ya que otorgan más puntos.
Si tan solo el evento de "activación" en Faubrey no hubiera terminado. Qué lástima.
En cuanto a la misión, solo tuvimos que ir a una aldea apartada de la ciudad, hablar con su líder, obtener más información sobre la misión y luego llevarla a cabo. Para completarla, tuvimos que eliminar a unos monstruos que merodeaban por el pueblo y robaban los alimentos de los ciudadanos por la noche. Fue una molestia, aún más porque eran demasiado débiles.
En fin, recibimos nuestra recompensa y regresamos al Gremio de Aventureros. Allí, tomamos otra misión y continuamos con ese patrón durante el resto del día.
Habíamos ganado mucho dinero, que se dividió entre los cuatro: Naofumi, Ren, Farrie y yo. El resto no necesita dinero. En primer lugar, son esclavos. En segundo lugar, son niños. Es mejor dejar que los adultos se ocupen de estas cosas.
Ahora podría comprar al menos un esclavo barato. Bueno, en realidad, con lo que nos dio Aveline, podría comprar cientos de esclavos baratos, pero eso sería más para el Bastón. Y, en cualquier caso, no quiero un esclavo medio muerto, sino algo de calidad.
Hay tantas opciones para elegir: una niña, un niño, adultos, ¡incluso un nuevo monstruo! Aunque esto último lo veo innecesario, ya tengo a Filo y Leludia. Lo que me hace preguntar, "¿quiero otra niña?" Digo, necesito algo nuevo, algo más estimulante. Entonces...
Sí, creo que esta vez optaré por adultos. No obstante, los semihumanos de especies poderosas y "únicas" son capaces de crecer desde la niñez hasta la adultez con solo subir su nivel. Por lo tanto, debería conseguirme uno de esos; sería como obtener dos por el precio de uno.
¡Decidido! ¡Eso es lo que haré! Muy bien, semihumanos, ¡prepárense, porque su nueva ama está en camino!
(Día 61)
Hoy nos convertiríamos en comerciantes ambulantes en Melromarc. Para ello, el trío filolial tiraría de sus propios carruajes personalizados en sus formas de filolial "normal". Aunque "normal" no era la palabra adecuada, ya que medían dos metros de altura en comparación con un verdadero filolial normal.
Filo se veía muy contenta hoy, lo cual no era sorprendente, dado que su carruaje había sido mejorado y ahora podía tirar de él durante nuestro pequeño viaje. Verla así me hacía sentir muy feliz, aún más cuando miraba hacia su pequeño vientre en constante crecimiento; lo mismo ocurría con Leludia.
¡Pronto tendría a mis nuevos bebés! ¡Estoy tan emocionada! Y está vez... nadie me los arrebatará.
En este momento, me encontraba con mi Kigurumi de Risuka, uno de los muchos que tenía guardados en el Inventario del Bastón. Aún espero con ansias los nuevos Kigurumi que Erhard hará para mí. Ayer volví a su tienda para preguntarle al respecto. Él dijo que necesitaba los materiales para los disfraces y de los cuales estarían basados, es decir, partes de dragón y filolial.
No fue una tarea difícil; de hecho, ya tenía los materiales dentro del Bastón, así que se los entregué y me fui, no sin antes volver a la tienda de Mortal Repugnante y preguntarle por Wyndia de parte de Naofumi. Pero como siempre, todavía nada.
Qué lástima... Ah, también aproveché para que me mostrara las esclavas mujeres y niñas que tuviera. Hubo varias, muy atractivas y de especies variadas, pero yo quería una que fuera niña y pudiera crecer hasta adulta con sus niveles.
Por fortuna, tenía varias de esas, aunque sus precios eran un tanto más altos. Nada que no pudiera obtener con el gremio y el comercio, así que le dije que mantuviera dos para mí.
Ambas tenían una mirada temerosa y con poca esperanza de vida. Le había dicho a Mortal Repugnante que no deseaba un esclavo con familiares aún vivos, para evitar posibles complicaciones en el futuro. Esto se debía a que esos familiares podrían pedirme liberarla o algo por el estilo, y quería evitar esa molestia, en especial si Naofumi se enteraba de ello, lo cual era bastante probable.
Ser amiga de alguien tan amable tiene tanto ventajas como desventajas...
La primera de ellas era una semihumana tipo arpía. ¿Qué? ¡Tengo debilidad por las chicas ave, ¿y qué?! ¡Ninguna reemplazará a Mi Hermosa Filo! ¡Nunca!
Ejem... Volviendo al tema, esta semihumana era una niña de nueve años, con ojos naranja, orejas largas, cabello rubio al igual que sus alas, las cuales, a diferencia de Filo y las demás, estaban unidas a sus brazos. Además, sus piernas, por debajo de las rodillas, eran como las de un ave.
Me preguntaba cuántas cosas divertidas podría hacer con ella...
La segunda era una Kitsune o zorro, similar a la mortal que acompañaba a la escoria de Takt y a quien maté. Solo que esta no era tan hermosa y tenía once años. Su cabello y dos colas eran de color celeste oscuro, y poseía unos ojos dorados con pupilas rasgadas. Al ser una Kitsune, su valor en el mercado era más alto, por lo que su precio era superior al de la arpía.
¡Quiero reunir el dinero y comprarlas! Solo un poco más y serán mías para jugar tanto como quiera. Solo esperaba que Filo no se molestara, o tendría problemas.
Mientras continuaba la creación de nuevos accesorios para vender, Naofumi, el trío filolial y Leludia se encontraban afuera del carruaje vendiendo productos, como medicina, frutos de la BioPlanta y algunos accesorios. Ren estaba aprendiendo el idioma junto a Farrie, y Rikuto se había ido a cazar monstruos en las cercanías.
Observé concentrada el nuevo accesorio frente a mí, un pendiente hecho de minerales preciosos obtenidos en las minas marcadas por Hickwaal. Tanto sus indicaciones como el documento de autenticación fueron de mucha ayuda.
En cuanto al accesorio, ¿cómo lo llamaré? ¿Pendiente de Zafiro? No, muy básico. Tal vez... Lágrima de Luna.
Sí, ese estaría bien.
¡Has fabricado Lágrima de Luna!
Calidad: Excelente
Efectos Aplicados: Aumento de MP (Medio), Recuperación de MP (Pequeña)
Perfecto, bien, casi. Podría ser mejor.
Tomé el pendiente y lo coloqué a un lado junto al resto de accesorios que había creado. Justo cuando iba a comenzar con el siguiente, la voz de Filo me llamó desde fuera del carruaje, su carruaje.
—¡Onee-chan! ¡El Maestro necesita una semilla de BioPlanta! ¡Dice que es urgente!
¿Una semilla? ¿Y para qué querría Naofumi...? Ah, ya lo descubrí.
—Bien, se la llevaré yo.
—¡Claro!
Me levanté de mi asiento, moví el Bastón Vasallo desde mi espalda a mi mano y lo cambié del Bastón de Nutria Gigante al Bastón Pequeño. Tomé una semilla de BioPlanta de este y, entonces, salí del carruaje.
Allí afuera, me encontré con Filo en su forma humana. Ella me miraba con esos hermosos ojos azules suyos. En verdad era una belleza...
Caminé junto a Filo, ambas tomadas de la mano, hacia Naofumi y las demás. Muchos mortales se reunían alrededor de ellos, se veían miserables, casi muertos de hambre.
¡Qué vista tan agradable!
—Green, aquí tienes.
Naofumi se dio la vuelta y con una sonrisa en el rostro aceptó la semilla.
—Gracias, Violet.
—No es nada.
Decidimos utilizar otros apodos cuando actuáramos como comerciantes, para disminuir la posibilidad de que nos enlazaran con el gremio de aventureros. También, esto reducía la probabilidad de que algún mortal descubriera quién era Naofumi, arruinando todos nuestros planes en el proceso.
Mirando una vez más a los miserables y débiles mortales, él levantó la semilla hacia arriba para que todos pudieran verla.
—Esta es una semilla mágica y es capaz de producir a gran velocidad las frutas que acaban de comer antes. Se las estoy entregando.
Todos los mortales, sin excepción, dieron varios suspiros llenos de alivio y luego agradecieron con todo lo que pudieron a Naofumi.
—¡Usted en verdad es un santo!
—¡Así es! ¡Usted es el Santo de los Filoliales!
—¡Viva el Santo y sus extraordinarios filoliales! ¡Viva Green-sama!
—¡Viva!
Esto escaló demasiado rápido, ¿o no? Creí que tardaría un poco más de tiempo.
Ante esto, la expresión de Naofumi cambió de alegría a una incrédula. Sus brazos habían caído a sus costados y su rostro, el cual aún seguía en parte cubierto por la máscara, comenzaba a sonrojarse poco a poco.
Bueno, al menos no tendremos que esforzarnos demasiado en esto. Los mortales se encargarán de expandir nuestros apodos por todo Melromarc.
Pronto esa pequeña y linda princesa será toda mía. ¡Y nadie podrá impedírmelo! ¡Muajaja, ja, ja, ja!
Aaaah, la vida de Héroe es tan fácil.
(Día 64)
Durante nuestros viajes en Melromarc, nos encontramos con muchos más pueblos y aldeas en hambruna, pero, a diferencia de la última vez, Naofumi modificó las semillas de la BioPlanta para que murieran si los mortales no las cuidaban de manera adecuada. Esto era para evitar que se volvieran perezosos y más estúpidos.
El plan era simple: les vendíamos comida y medicinas, y cuando veíamos que ya no estaban al borde de la hambruna otra vez, comerciábamos con las semillas modificadas. ¡Un plan perfecto! Y todo había sido propuesto por la mente inteligente de Naofumi.
¡Naofumi, eres increíble!
Ahora mismo, nos encontrábamos en una aldea cerca de la frontera con otro país, atendiendo a unos mortales extranjeros que provenían de un país arrasado por lo que Naofumi llamaría como... estupidez humana.
Al parecer, según las palabras de los mortales, a quienes estábamos salvando del hambre y la muerte sin costo alguno, ya que ni siquiera tenían dinero para pagar, y si no fuera por Naofumi, Ren y Farrie, habría dejado que estas escorias murieran.
Mi dinero... Por culpa de estos mortales, ahora tardaría más en reunir el dinero para mis futuras esclavas.
Qué molestia.
Como sea, volviendo a la situación de este otro país...
Los mortales dijeron que su país era gobernado por un mortal, un déspota, pero este fue derrocado por una resistencia y, entonces, los impuestos disminuyeron y sus vidas mejoraron, al menos por un tiempo. Sin embargo, los mismos líderes de la resistencia aumentaron una vez más los impuestos, todo para mantener el país y su ejército, justo como su anterior gobernante.
Al final, lamentaron su estúpida decisión de llevar a cabo una revolución, y al ver que Melromarc comenzaba a ser un país más rico, vinieron aquí a comprar más comida y evitar sucumbir a la muerte. Ojalá solo murieran y dejaran de estorbar. Escorias mortales...
Por cierto, hay algo interesante en todo esto, y es que según sus palabras, el estúpido Héroe del Arco, Itsuki, había ayudado a la resistencia en el derrocamiento del gobernante.
Según rumores que escuchamos durante nuestro viaje, también hizo de las suyas en otros lugares, en su mayoría utilizando su fuerza para obligar a los nobles o líderes corruptos a abandonar su poder. Una estupidez total.
¿Quién perdería su tiempo en estas escorias? Mejor subir de nivel, ganar dinero, mejorar tu equipamiento y concentrarse en cosas importantes.
En serio, ¿qué está pensando ese Héroe Idiota? ¿Siquiera recuerda que debe salvar este mundo de las Olas? No, de seguro se está regodeando con las alabanzas de los patéticos mortales y haciendo lo que quiere.
Lo más lamentable es que estoy muy segura de que, al igual que Ren, ni siquiera sabe que los métodos de fortalecimiento pueden compartirse. Así que, comparado a Naofumi, Ren, Yukihiro y yo misma, es un debilucho.
¡Incluso las chicas, Farrie o Rikuto podrían vencerlo! ¡De eso no tengo dudas!
Por el Creador, ¡qué Héroe más patético! Tal vez podamos arreglarle el cerebro, aunque no tengo muchas esperanzas.
Como sea, Naofumi en su inmensa amabilidad, les entregó una de las semillas de la BioPlanta de manera gratuita, y luego de explicarles su uso y cuidado, los mortales le agradecieron con lágrimas en los ojos
Que criaturas más miserables y asquerosas... Lo bueno es que reconocieron la superioridad de Naofumi, aunque para mortales como ellos, es lo mínimo que deberían hacer.
Nuestra venta continuaría por unos días más.
(Día 65)
El día de hoy, obtendríamos la nueva armadura de Naofumi, el nuevo conjunto de garras de las chicas y mis dos mejorados y cambiados Kigurumis de dragón y filolial.
Bueno, en realidad ya estaba vistiendo uno de ellos, el de dragón, y Filo, por otra parte, traía puesto el de filolial.
—¡Onee-chan, mira a Filo! ¡¿No se ve muy linda?!
—Así es, Filo, te ves preciosa.
—¡Je, je, je! ¡Filo piensa que Onee-chan también es preciosa! Aunque, ese Kigurumi de dragón arruina tu belleza...
En todo el tiempo en que habíamos estado usando los Kigurumis, Filo no dejaba de murmurar cosas sobre los dragones, Leludia y que yo me vería más hermosa con un Kigurumi de filolial. Claro, el que ella vestía era mío, pero se lo había prestado porque le gustaba, eso es todo.
También había estado entusiasmada por sus nuevos pares de garras, tanto para su forma humana como para la de Reina Filolial. Sin embargo, parece que se olvidó un poco de eso para concentrarse en el Kigurumi.
Comprendo tanto a Filo, ¿quién podría resistirse a estos hermosos disfraces? Solo un estúpido mortal, o un tonto Héroe... cof cof Naofumi cof cof... diría que algo como esto es feo o absurdo.
Si bien los efectos seguían siendo en su mayoría los mismos, las nuevas estadísticas de ambos Kigurumis no eran algo para subestimar; estas habían aumentado casi el doble, lo que haría que los Kigurumis fueran muy útiles en combate. Erhard sí que había hecho un gran trabajo.
Kigurumi de Leludia: Aumento de Fuerza, Resistencia a los Ataques (Grande), Resistencia a Colisiones (Pequeña), Resistencia a las Sombras (Pequeña), Recuperación de HP (Pequeña), Aumento de Magia (Medio)
Efectos Adicionales: Función de Recuperación Automática, Habilidad de Vuelo Aumentada, Ajuste de Tamaño, Ajuste de Habilidades (Pequeño), Alteración de Especie (Dragón - Sin Alteraciones a Excepción de la Especie)
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Kigurumi de Filo: Aumento de Defensa, Aumento de Agilidad (Grande), Resistencia al Colisiones (Pequeña), Resistencia a las Sombras (Pequeña), Recuperación de HP (Pequeña), Aumento de Magia (Medio)
Efectos Adicionales: Función de Recuperación Automática, Habilidad de Tracción Aumentada, Ajuste de Tamaño, Ajuste de Habilidades (Pequeño), Alteración de Especie (Filolial - Sin Alteraciones a Excepción de la Especie)
Mientras que el Kigurumi de Leludia representaba su forma de Verdadero Dragón Emperador, el de Filo mostraba la forma de Reina Filolial, lo que hacía a ambos unos disfraces maravillosos.
¡Decidido! ¡Hoy voy a dormir con esto encima! Junto a Filo, por supuesto.
En cuanto a las garras, estas ya no tenían efectos negativos y habían cambiado de color negro a blanco, dando a entender que ya no estaban malditas o algo así.
Y la armadura de Naofumi, bueno, se veía muy poderosa y resistente. Su nombre se había actualizado, ahora era la Armadura Estelar de Eterion +1, sí, para nada original, pero fue idea de Erhard y tampoco es que Naofumi hubiera pensado en mejores opciones.
Pensaba en cambiarle el nombre a Armadura de Protección Estelar o Armadura Fuerza Estelar, cosas así.
Como sea, Naofumi decidió, así que mucho no puedo hacer.
Luego de agradecerle a Erhard, y que Ren encargara un nuevo conjunto de armaduras y armas para Farrie y él, nos fuimos de la tienda y continuamos nuestro viaje comercial.
(Día 66)
Para tener más contacto con Yukihiro, lo habíamos teletransportado a Shieldfreeden hace días, y ya que él ya tenía el "Proyectil Portal", podía venir cuando quisiera y avisarnos sobre la visita al Reloj de Arena del Dragón en Zeltoble.
La mayoría de los líderes comerciales del país que estaban presentes no lo discutieron demasiado, solo tardaron unos días porque debían reunirse, varios estaban alejados de la Ciudad Capital o no vivían en el país. En cuanto a la respuesta, por supuesto, fue positiva, por lo que ahora nos encontrábamos de vuelta en Zeltoble y frente al gran Reloj de Arena.
Los tres levantamos nuestras armas y las mostramos hacia el imponente Reloj. Y, como siempre ocurría, el sonido o pitido molesto, esta vez escuchándose tres veces por la participación de Ren, resonó en la habitación.
—Quisiera que no haga eso. Es tan irritante.
—¿Tú crees? Yo lo escucho normal.
—Lo mismo digo.
—... Como sea.
Tres rayos de luz salieron disparados hacia la gema del Reloj, uno verde, otro azul y uno violeta. Con eso hecho, el contador para la próxima Ola de Zeltoble se mostró justo debajo del resto de contadores.
[14:12:05]
[14:12:04]
[14:12:03]
[14:12:03]
A esperar, supongo.
(Día 70)
¡Lo logré! ¡Conseguí dinero más que suficiente para comprar mis anheladas esclavas! Y solo tuvimos que comerciar como dementes por todo Melromarc. Ahora solo quedaba ir a Shieldfreeden y hacer lo mismo. También estuvimos matando monstruos y haciendo las misiones del Gremio de Aventureros. En serio, qué misiones más aburridas, pero al menos dieron su jugosa recompensa. ¡Y todo en cuatro días desde la última vez! ¡Así se hace, Umbroxia!
Ah, y también logramos encontrar a Wyndia. Sucedió hoy, en realidad, hace unos segundos.
La tengo enfrente mío.
Su estado físico y mental eran deplorables. Estaba vestida solo con una tela vieja, sucia y asquerosa a la vista. Su cuerpo yacía cubierto de heridas, algunas más nuevas que otras. En cuanto a su mente, bueno, con solo ver sus ojos era más que suficiente.
Estaban vacíos, sin vida, sin sueños o esperanzas, nada. Solo un inmenso miedo.
La Wyndia que conocíamos ya no existía, o eso creía. Tal vez aún haya algo de ella ahí dentro. Eso espero, o de lo contrario, todo esto habría sido en vano.
Una cosa más que agregar es que se veía más alta, pero no tanto. ¿Habrá subido algunos niveles desde la última vez?
—Wyndia... ¿Me recuerdas? Soy yo, Naofumi, nos conocimos esa vez cuando... peleamos contra tu padre.
Ella no reaccionó, al menos hasta que su padre fue mencionado, apenas fue un movimiento en su ojo derecho, algo imperceptible para la mayoría... pero no para mí.
Veamos si esto funciona.
—Tu padre fue asesinado, también tus hermanos, y tú fuiste esclavizada. Todo por culpa del mismo hombre.
—Umbroxia, no...
—El Héroe de la Espada, Ren Amaki.
Al principio, no hubo reacción, pero con el pasar de los segundos, la ira despertó dentro de los ojos de la niña. Sus puños se apretaron, su expresión cambió a una de odio incontrolable, y tanto su cola como sus orejas comenzaron a moverse acorde a sus emociones.
Fue bueno haber hecho que Ren esperara afuera junto a los demás, no creo que su mente pudiera soportar esta vista, mucho menos si el culpable fue él mismo.
Ahora, los únicos que estábamos aquí, en la tienda y rodeados de jaulas con esclavos, éramos Naofumi, Mortal Repugnante, los "asistentes" semihumanos, Wyndia, mis dos nuevas esclavas y yo.
Me acerqué a la furiosa niña perro y la miré directo a los ojos.
—¿Ahora sí deseas vivir? Pero, ¿para qué? ¿Venganza? Qué estúpido.
Ante mis palabras, Wyndia entrecerró los ojos con más furia en ellos e intentó arremeter contra mí, pero la detuve antes de que siquiera pudiera hacer algo.
Con mi mano en su débil y frágil cuello, uno que podría romper en instantes, la mantuve en su lugar. Siempre utilizando el Bastón Pequeño, de esa forma mis estadísticas de ataque disminuían y podía controlar aún más mi daño hacia ella.
—Tu padre está muerto. Más no su alma, esta sigue aún aquí con nosotros.
Esa fue la señal para Naofumi, quien a su vez abrió su Inventario y tomó el fragmento del Dragón Emperador perteneciente a Gaelion. Me lo entregó y yo se lo mostré a Wyndia.
—¿Ves esto? En este fragmento se encuentra el alma de tu padre, Gaelion.
Wyndia abrió los ojos sorprendida y, poseída por la desesperación, lanzó sus manos hacia el gran fragmento de cristal rojo. Yo no se lo impedí.
Solté su cuello y permití que viera mejor el cristal entre sus manos.
—Padre...
De un momento a otro, lágrimas comenzaron a surcar su rostro, y ahora su expresión no era más que de tristeza pura.
Ahí estaba, la verdadera Wyndia. Aquella que amaba a su padre más que a nada en este mundo, ella había vuelto.
No fue difícil, y una parte de mí se siente feliz por haberlo logrado. ¡Bueno, esto es una carga menos para nosotros!
El problema será si ella aún desea vengarse de Ren, pero en ese caso solo le daré una pequeña advertencia... cof cof amenaza cof cof... y todo se habrá solucionado.
—Wyndia, lamento todo lo que ha ocurrido. Pero, te prometo que jamás tendrás que pasar por algo así, y aunque mis palabras puede que no te importen, aun así, haré todo lo posible para que seas feliz otra vez.
Todavía entre lágrimas y aferrada al cristal de su padre más a que a nada, la pequeña niña semihumana miró hacia Naofumi y dio un leve asentimiento de cabeza.
—Solo... quiero pedirte algo.
—Adelante.
—Quiero ser fuerte... Tan fuerte como Padre, no, incluso más. Quiero... ¡No quiero volver a sentirme tan débil nunca más! ¡Si alguien se atreve a hacerme daño, quiero ser capaz de matarlo con mis propias manos! ¡Si no puedo tener a mi padre y hermanos de vuelta entonces...! ¡Eso es lo único que deseo!
Con gran determinación y furia en sus ojos, Wyndia nos miró tanto a Naofumi como a mí.
Esos ojos... me gustan.
—¡Eres un Héroe, ¿verdad?! ¡Entonces ayúdame y yo seré tuya para siempre! ¡Me volveré tu esclava y arma si es necesario!
Mi sonrisa se expandió hasta sus límites, y no era la única, Mortal Repugnante se veía igual. Aunque no sé si es algo de lo que estar orgullosa...
Naofumi, por otro lado, tenía una expresión seria, las dudas habían desaparecido, ahora ya no era Naofumi el simple humano, no, él era el Héroe del Escudo, el Protector de los Inocentes.
—Bien, Wyndia, aceptaré tu petición. Y te prometo que serás tan fuerte como un Héroe, o al menos la semihumana más poderosa de este mundo.
Luego de extender su mano hacia ella, Naofumi le sonrió a la niña.
—A partir de ahora no serás solo mi esclava, sino también mi compañera de lucha.
Ante esto, Wyndia aceptó la mano de Naofumi y la estrechó como si su vida dependiera de eso.
—¡Muy bien, Señor Héroe! ¡Eso fue espléndido! Ahora que todo está acordado, pienso que deberíamos seguir con la marca de esclavo. Lo mismo para usted, señorita Umbroxia. O prefiere que la llame, ¿Héroe del Bastón?
Así que lo sabía. Bueno, creo que no es muy difícil darse cuenta, ¿por qué una esclava compraría esclavo? Aunque también estaba el hecho de que la gema del Bastón era muy conocida en el reino, también pudo haberlo averiguado por otros medios.
No es que me importara. ¿Qué iba a hacer él? ¿Denunciarme con el Rey Basura? Qué idiotez. Se me ocurren tantos escenarios en lo que ese sería un plan muy estúpido, y en primer lugar no le beneficiaría en nada, al menos con nosotros, es más, a partir de ese momento dejaríamos de ser sus clientes y eso no era bueno para él.
Pero como sea, solo tendré que dejar de darle importancia a esos comentarios suyos. De lo contrario, terminaría siendo igual de estúpida que todos los mortales de este patético mundo.
—Llamarme Héroe del Bastón es una molestia, solo dime Umbroxia y deja de hacerme perder el tiempo. Ahora, marca a mis esclavas, ya deseo probarlas a fondo.
Tanto la arpía como la Kitsune temblaron ante mis palabras, ¡Si...! ¡Témanme! ¡Muéstrenme más de su miedo! ¡Es tan excitante de solo verlo!
—¡Como ordene, Señorita Umbroxia! ¡Si señor!
Varios minutos más tarde, tanto Wyndia como las otras dos esclavas habían sido marcadas. Mientras que la niña perro ahora pertenecía a Naofumi, las otras, por obvias razones y porque las pagué con mi propio dinero, eran de mi propiedad.
Lo primero que hice fue sostenerlas a ambas de la cintura y atraerlas hacia mí, ellas soltaron un gemido de terror puro.
—Como ya deben saber, yo soy Umbroxia, y a partir de hoy seré su ama, o maestra. Lo que prefieran. El punto es...
Coloqué una de mis manos en el trasero de la otra, a lo que ambas dieron otro gemido, solo que este era menos miedo y más placer. ¿Por qué placer? Oh bueno, digamos que ahora estaba utilizando el Bastón de Ráfaga de Placer. Es un tanto redundante, pero así era la cosa.
—Les gustó eso, ¿verdad? Pues tendrán más y en mayores cantidades esta noche. Incluso podríamos hacerlo ahora, solo debemos ir a Shieldfreeden y todo estará hecho.
—Yo...
—M... Maestra...
Apreté con un poco más de fuerza sus traseros y los masajeé con cariño. ¿Qué? Hay que cuidar a los juguetes, aún más a unos tan valiosos como estos.
—No se preocupen, las trataré bien. Lo prometo...
Oh, y sí que lo haría. Ya tengo un apareamiento amoroso con Filo, también uno violento con Leludia, en cambio con ellas haré algo intermedio.
Hay que probar todo tipo de experiencias, ¿o no? Y al final les terminará gustando, así que no veo el problema.
En todo momento, tanto Naofumi como Wyndia estuvieron viendo mi interacción con las esclavas. De las cuales aún desconocía sus nombres.
—¿Celo?
—Celo.
—Así que se volvió adicta, ¿eh? Lo mismo ocurrió con una de mis hermanas, y... Padre tuvo que controlarla por un tiempo.
—Ya veo... Bueno, Umbroxia es incontrolable en cierto sentido, y no es como si pudiera impedir que haga este tipo de cosas. ¿Esto me hace su cómplice? De solo pensar en lo que les hará... Pero, ¿qué puedo hacer? Este mundo es quien le da las herramientas; ella solo las utiliza.
Un resoplido cansado escapó de él.
—Este mundo, sus habitantes, si no fuera porque estoy obligado a hacerlo, ni quiera salvaría este mundo.
—... Ya somos dos.
—De todas formas... Una parte de mi acepta que así es ella ahora, y no creo que vaya a cambiar. Al menos no por ahora.
Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Naofumi.
—Sin embargo, a pesar de todos sus defectos y pensamientos perturbadores, ella sigue siendo mi mejor amiga. Y eso es lo único que me importa.
—Supongo...
¿Eh? ¿Qué ocurre? Porque Naofumi me está viendo tan lindo de repente. ¡Basta! ¡O me obligarás a abrazarte!
Naofumi tonto.
Sentí como mi rostro se calentaba un poco y eso solo significaba que me estaba sonrojando. Para calmar este ardor, decidí introducir mis dedos dentro de la parte baja de mis esclavas, aunque primero tuve que levantar un poco de la asquerosa tela que traían puesta.
Ambas niñas gimieron tanto por la sorpresa, el placer, y el profundo miedo que me tenían. Qué divertido.
Mmm... está seco y sucio. Necesitan un baño y una sesión de apareamiento intenso, ¡pero ya!
Fue entonces cuando un fuerte gruñido en conjunto resonó en parte de la sala. Ante esto, las esclavas gimieron con miedo. Wyndia, por su parte, solo miró apenada y un tanto temerosa a Naofumi.
Debe ser por la costumbre; aun si sabe que Naofumi no la dañaría, su cuerpo no puede evitarlo.
Tan divertido.
—Creo que primero necesitan comer, ¿no, Umbroxia?
—Si. No me gustaría que mis juguetes murieran sin haberlas usado, y aun así no las dejaría morir por algo tan estúpido.
Un suspiro escapó de la boca de Naofumi.
—Esa es Umbroxia para ti.
—Agradezco no ser su esclava.
—Y yo ser un Héroe.
Con eso dicho, salimos de la tienda de esclavos y nos reunimos con los demás.
Mientras Filo me fulminaba con la mirada en todo momento, Wyndia, al ver a Ren, también hizo lo mismo con él. Aunque ambas niñas lo hacían por razones muy diferentes.
—¡Onee-chan, no es justo! ¡Ahora tienes a más chicas para ti, pero...! ¡¿Qué hay de Filo?! ¡¿Acaso Filo no es suficiente para Onee-chan?!
Mierda. En serio está enojada. Debo cambiar eso, no es bueno para los bebés.
Solté a mis esclavas, limpié mis dedos con el hechizo de Agua Faust y luego de sacudirme el agua, miré a Filo, caminé hacia ella y la sostuve de las manos.
—Filo, ya te lo dije muchas veces. Eres mi pareja, y aunque esté con cientos de chicas, chicos, o cualquier otra cosa, todos son solo juguetes sin importancia alguna. A excepción de Leludia, ella tiene cierto privilegio por ser La Dragona Emperador.
Volteé mi mirada hacia Leludia, a lo que ella sonrió en respuesta. Qué linda.
Me volví a Filo y continué con mi intento de tranquilizarla.
—Lo que quiero decir, es que... te amo, Filo. Lo sé, no es mejor lugar para decirlo. Pero, si lo piensas bien, aquí es donde nos encontramos por primera vez. Tú como huevo y yo como... ¡Yo!
Ya no podía ocultar mis sentimientos. Está bien si ella me rechazaba, mientras pudiera liberarme de esta "carga", yo... nada importaba.
—Onee-chan...
—Jamás te reemplazaría por nadie más, eres única para mí y siempre lo serás. Por eso, lo diré tantas veces como deba hacerlo. Filo, yo, Umbroxia, te amo.
—¡Onee-chan!
Para cuando me di cuenta, Filo se había abalanzado hacia mí en su forma de Reina Filolial y comenzado un intento de besos con su pico enorme. ¿Dolía? Sí, mucho. Pero lo valía, porque al fin fui capaz de decirle mis verdaderos sentimientos, y, aun si fuera muy obvio hace tiempo, sentí que logré algo.
Amo a Filo. No solo como mi familia, también como una amiga, una compañera de aventuras, y, como la persona con quien deseo pasar la eternidad.
Solo... debo recuperar mi magia y esperar que sea suficiente para realizar el conjuro de juventud eterna sobre ella. De lo contrario, tendría que buscar algo con los mismos beneficios en este mundo.
Y, conozco a alguien que podría ayudarnos con eso...
Fitoria, si por algún motivo me niegas el conocimiento de la vida eterna, si se lo niegas a Mi Filo. Héroe Vasallo o no voy a despedazarte pedazo a pedazo junto a todos los filoliales bajo tu mando en este mundo.
Nadieme negará estar con Mi Filo.
Nadie.
Después de confirmar nuestro amor mutuo y de hacer nuestro emparejamiento algo oficial, nos teletransportamos a Shieldfreeden, donde tanto Wyndia como las esclavas se dieron un caliente y relajante baño, fueron vestidas con ropa bonita y limpia, para luego disfrutar de una deliciosa comida hecha por el propio Naofumi, el Héroe de la Cocina.
¡Ja, ja, ja, ja! A él no le gusta que le digan así, pero, ¡es un título perfecto! Aún más con todos los bonos de cocina que obtuvo al absorber los utensilios que había en el Palacio.
Yo hice lo mismo que Naofumi, sin embargo, solo conseguí hasta Cocina +4. Por el contrario, él alcanzó con sus bonos hasta Cocina +12.
A su escudo sí que le gustaba la cocina.
También había lanzado Sanación Drifa X sobre Wyndia y las esclavas, aunque quien más la necesitaba era Wyndia, las otras dos estaban en su mayoría bien cuando las compré.
¡Ahora...! Lo único que quedaba era alimentarlas, rellenar un poco sus cuerpos y devolverlas a un estado saludable. ¡Entonces las haría mías! Ya estuve jugando con ellas un poco y debo decir que lucen deliciosas.
Cuando las compré, hice que las marcaran con una maldición débil, esto por el costo y todo eso. Pero, cuando regresamos al Palacio, le pedí a Aveline que colocara sobre ellas una marca de esclavo del mismo nivel que tenía Leludia. Esto para poder controlar todo sobre ellas, incluida la obtención de experiencia.
Les dolió, gritaron con miedo y desesperación, por supuesto. Algo obvio que sucedería, solo eran nivel 1, pero por eso mismo lancé Magia Drifa X sobre mí y Aura Faust X sobre ellas, cosa que ayudó a que sus estadísticas se elevaran y pudieran resistir la poderosa maldición.
Al terminar, ambas estaban exhaustas y al borde del colapso, por lo que también les lancé Sanación Drifa X. Luego, las mandé a dormir a una habitación del Palacio cercana a la nuestra y ahí se quedaron por el resto del día.
Se veían tan lindas mientras dormían en la gran cama y abrazaban las almohadas blancas, que casi me sentí tentada a hacer uso de ellas sin que lo supieran... casi.
¿Dónde está lo divertido en eso? Yo pienso que la víctima debe estar consciente en ese momento, experimentar el horror de ser profanada por su agresor, usada como nada más que un juguete de placer, y todo mientras ruega entre lágrimas por parar.
Ese es el verdadero significado de la violación. Algo que, en lo personal, creo que disfrutaré.
No es que me agrade la idea de pasar por eso, no, no, no. Si alguien me hiciera eso, pues... solo lo mataría. Aunque, no creo que siquiera pudiera llegar a tocarme antes de morir.
Se supone que si haces algo debes estar preparado para que te lo hagan, pero a mí eso me importa una mierda. Yo solo quiero disfrutar del sufrimiento ajeno, ¿por qué debería preocuparme por dilemas morales?
Como sea, si Naofumi me escuchara decir esto luego de lo que ocurrió con Zorra, no creo que volviera a hablarme. Al menos por un tiempo.
Agradezco que todo esto se quede en mi mente, porque si alguien lo descubriera, no sé, algún mortal idiota tal vez, y se lo dijera a Naofumi... Tendría que torturarlo hasta la muerte.
¡Pero eso no pasará! ¡Porque mi mente es solo mía y nadie más! ¡Así es, te estoy viendo, Bastón Vasallo! ¡¿Oíste, Bastardo?!
[...] [El Bastón Vasallo no dijo nada...]
¡Pero lo pensaste!
[...] [El Bastón Vasallo no negará eso.]
¡Maldito Bastardo! ¡Aahhggg! ¡Si tan solo pudiera destrozarte...! Pero aún me eres útil, así que no importa.
El estúpido Bastón no dijo nada más, solo se quedó en silencio y me dejó sola con mis pensamientos.
Será mejor que vaya a dormir, tengo mucho sueño.
Y de esa forma, otro día más se escapó de nuestras manos.
Pronto, la Ola volvería a golpear Melromarc; solo espero estar preparada para entonces...
(Día 73)
En los siguientes tres días, continuamos con nuestro comercio, pero esta vez en Shieldfreeden, donde expandiríamos nuestra ahora "Santa Influencia", ayudando a las aldeas, pueblos y ciudades que estuvieran en declive por las Olas.
A diferencia de Melromarc, Faubrey y Zeltoble, Shieldfreeden respetaba aún más la naturaleza, lo que se reflejaba en la abundante vida natural en cada lugar que visitamos.
Es, sin duda, un país hermoso, y me alegra poder llamarlo mi... hogar, aunque solo de manera temporal hasta que terminen las Olas y pueda regresar a mi verdadero hogar.
Todo el dinero que recolectábamos se dividía en partes iguales entre los cuatro, pero a diferencia de Farrie, quien podía ahorrar el dinero y comprarse lo que quisiera, nosotros, los Héroes, guardábamos la mitad de lo nuestro para el método del Proyectil, del cual ya teníamos mucho dinero acumulado.
Podríamos solo dejarlo ahí, pero... es mejor tener más que no tener nada.
Aunque el método del Proyectil hacía que todo el dinero absorbido por nuestras armas se dirigiera a alimentarlo, aún podíamos guardar el dinero en el Inventario; solo era cuestión de la intención, guardarlo o solo absorberlo para el método. Eso era todo; el arma lo entendería al final, en especial el Bastón Vasallo.
También descubrí el nombre de mis esclavas. No fue difícil; solo les ordené que lo dijeran y listo. La Kitsune se llama Ayako, y la otra es Yvaine. En cuanto a cómo terminaron así...
Por un lado, estaba Ayako, adoptada por una pareja de semihumanos tipo conejo. La criaron hasta que uno de ellos enfermó, el padre, y luego la madre, al no resistir la tristeza, entró en lo que Naofumi conoce como depresión. Al final, la mortal se quitó la vida y abandonó a Ayako a su suerte. Esto ocurrió hace dos años.
Al estar sola y sin nadie que la cuidara, Ayako vagó por las calles de su pueblo en busca de comida durante tres meses, hasta que fue encontrada por esclavistas y vendida a traficantes de esclavos como Mortal Repugnante.
Pasó años sometida a las más crueles torturas, tanto físicas como verbales, pero en un punto se acostumbró y se dio cuenta de que su vida iba a ser miserable para siempre.
Una pena... ¡Bueno! Un juguete roto no me sirve; necesito recomponerlo, darle esperanza, deseos de vivir, y entonces... ¡Bam! La romperé.
Por eso mismo, me he abstenido de cualquier tipo de apareamiento o toque "inapropiado", como diría Naofumi, quien a su vez fue el que me dio la idea...
Ahora que lo pienso, que él me diera esa idea no es normal; es como si quisiera que las cuidara y que, no sé, tal vez al final dejara de lado mis deseos sádicos, volviéndome de esa forma una "Dueña" o "Maestra" cariñosa con las esclavas... ¿Lo estaré pensando mucho? No lo sé, pero de ser ese el plan...
¡Lo siento, Naofumi, pero jamás me retractaré! ¡Muaja, ja, ja, ja, ja! Soy tan malvada.
Aunque, ¿no debería cambiar esa forma de mí? Mmm... Nah.
Si soy feliz, el resto importa una mierda. Mientras no afecte a mis seres queridos, porque entonces dejaría de ser feliz.
Esa es la verdadera felicidad.
Volviendo a las esclavas...
La vida de Yvaine no fue tan trágica como la de Ayako, ni siquiera luego de ser esclavizada, ya que, al igual que la Kitsune, nunca fue tocada de esa manera por ningún asqueroso mortal debido a su estatus de semihumana.
En fin, la pequeña niña arpía vivió con su abuelo hasta que este murió de vejez. Él era la única figura paterna que le quedaba; su padre murió cuando ella tenía seis años, y su madre la abandonó apenas cumplió dos años. Nunca dijo el por qué, solo se fue.
Pero, según su abuelo, ya que el padre nunca quería hablar de eso, ella le había dicho una vez que estaba arrepentida de no haber podido hacer realidad sus sueños, y mucho menos ahora con una familia.
Una escoria mortal más, ¿para qué tener hijos si no vas a cuidarlos? De solo pensarlo quiero torturarla y matarla. Tal vez podría, solo tengo que encontrarla y... Sí, podría hacer eso.
Qué divertido pensamiento.
Durante este tiempo, estuve aprendiendo con ambas niñas el idioma de Shieldfreeden. Después de todo, no podía permitir que mis esclavas fueran analfabetas; sería la peor de las deshonras.
Una Bruja jamás descuidaría a sus aprendices, ¡jamás!
Sus afinidades eran variadas: mientras que Ayako tenía afinidad con la magia de luz, sombras y agua, una combinación extraña y curiosa, muy curiosa. Yvaine, por otro lado, era afín con la magia de apoyo y la magia sagrada, algo igual de curioso.
Claro, yo podía utilizar todos los tipos de magia gracias al Bastón Vasallo, pero ver a alguien con estas "raras" combinaciones de afinidades era... demasiado interesante.
Hasta ahora, lo que había aprendido de magia sagrada solo era lo básico. No profundicé demasiado, ya que no lo estábamos necesitando. Aunque, tal vez debería hacerlo, y en el proceso ayudaría a Yvaine con su aprendizaje.
En cuanto a Ayako, conozco la magia de sombras como la palma de mi mano. La magia de luz y agua, aunque no solía utilizarlas, también sabía muchos hechizos de estas, pero la gran mayoría solo alcanzaban la clase Zweite.
Creo que he descuidado mucho mi aprendizaje de hechizos, y todo por la creación de nuevos tipos de accesorios, las misiones del gremio, el comercio ambulante y demás cosas.
Solté un pequeño suspiro.
Si quiero ser más fuerte y capaz para la siguiente Ola, tendré que dejar algunas cosas de lado. Ya compré a mis juguetes, por lo que el dinero ya no es tan necesario, y las misiones las pueden cumplir Naofumi y los demás sin problemas.
Nuestra subida de niveles tampoco era poca. Aun si nos la pasábamos comerciando y viajando por todas partes, todavía matábamos monstruos, tanto en Shieldfreeden como en Melromarc y Zeltoble. Ya muy pronto llegaríamos al nivel 100, esto sin contar a Wyndia, claro.
Umbroxia (Monstruo Adulto)
Clase: Héroe del Bastón LV 92
Especie: Filolial/Dragón
Para los Héroes no era un problema alcanzar ese nivel; solo tendríamos que sobrepasarlo y listo. La cuestión era con los No-Héroes, ya que no tenían esa posibilidad, a excepción de algunas especies de semihumanos y teriántropos que, según leí, podían llegar hasta el nivel 120, pero no más allá.
Es ahí cuando Leludia entraba en acción.
Con su rango de Verdadero Dragón Emperador y el poder de su núcleo, Leludia tenía la capacidad de otorgar otra ascensión de clase a aquellos que quisieran superar este límite.
En serio, esta chica es tan útil y conveniente. A su vez, explica cómo la escoria de Takt, su asqueroso grupo de mortales, y la propia Leludia pudieron ir más allá del nivel 100.
Fue bueno hacerla mía, de solo imaginar el poder que tendría mi querida Filo, ¡yo...!
Deseo que ese día llegue.
(Día 77)
Hoy era el día en que la Ola llegaría a Melromarc.
Todo había sido preparado: las pociones, los accesorios, las nuevas armas y armaduras del equipo de Ren, la subida de niveles, entre otras cosas.
Aunque la gran mayoría de nosotros ya estábamos entre los niveles 95 y 96, Wyndia solo había logrado subir al nivel 42 y ascendido de clase con la ayuda de Leludia, por lo que debía tener más cuidado durante la Ola.
Las únicas que no participarían en la Ola serían Ayako e Yvaine, porque aún estaban en el nivel 1.
Mantendría así su nivel por un tiempo, al menos hasta que hubieran dominado el idioma de Shieldfreeden, aprendido muchos hechizos, ejercitado sus cuerpos con el nuevo entrenamiento en combate a cargo de Louis y sus compañeros caballeros, y adquirido los modales de los sirvientes del Palacio, y demás.
¿Por qué hacer todo esto para dos simples esclavas? Es sencillo, quiero que mi propiedad sea de calidad, que posea varias habilidades y conocimientos. De esa forma, se volverán las mejores sirvientas que una Héroe como yo puede pedir.
Claro, cuando el evento de "activación" de Cal Mira dé inicio, las llevaré a subir de nivel. Hasta entonces, deben volverse las mejores nivel 1 del país, o del mundo incluso.
Je, je, soy una gran maestra.
Nos encontrábamos en la tienda de Erhard, el único "lugar seguro" dentro de la Ciudad del Castillo, ya que no confiábamos del todo en la tienda de Mortal Repugnante, y al resto no le gustaba la idea de esperar allí.
El tiempo restante para el inicio de la Ola era de...
[00:00:05]
Esta vez no trajimos los carruajes con nosotros. Primero, no eran necesarios, ya que podíamos ir montados en Filo o los demás. Segundo, queríamos reducir toda posibilidad de ser vinculados con los "Santos" de Melromarc o los de Shieldfreeden.
Nadie iba a arruinar nuestros planes de dominación... Nadie.
[00:00:02]
—Les deseo mucha suerte, chicos. Tengan cuidado allá, ¿de acuerdo?
Los cuatro asentimos a Erhard, mientras que los niños monstruos, por otra parte, se miraban entre sí con ojos de odio. Era una lucha mental entre las tres filoliales contra los dos dragones, ya que Leludia también estaba involucrada, al parecer no pudo resistirse.
Qué odio más estúpido... Si por culpa de eso los bebés no nacen sanos, me enojaré muchísimo.
Aunque, ¿tal vez no deberíamos dejarlos juntos en una misma habitación? Mmm... lo pensaré más tarde.
Ren miró su espada por unos momentos, creo que estaba mejorándola con su método de fortalecimiento, porque la gema azul brilló un poco durante un instante y mis instintos se vieron alterados, pero no por mucho.
Molestos instintos de monstruo...
—Listo. La Espada de Verdadero Dragón Emperador ya es de rareza Artefacto. Me costó mucho tiempo, pero lo logré.
—Yo terminé mejorando el Escudo de la Oscuridad Divina a rareza AT como sugirió Umbroxia, en cuanto al Escudo de Verdadero Dragón Emperador, durante nuestro tiempo de caza de monstruos también pude llevarlo a AT, aunque fue complicado.
Ambos Héroes se giraron hacia mí, sus miradas curiosas.
—Lo mismo que Naofumi, logré mejorar el Bastón de Leludia hasta rareza AT.
—¿Bastón de Leludia? ¿Otro de tus tantos apodos?
Naofumi me miró con una sonrisa divertida en el rostro.
—¡Eh! Es solo para acortar, y no son tantos. Solo está Mi Bastón, el Bastón de Leludia, el Bastón de Vermira.
—Ese no lo había escuchado, pero creo saber cuál es.
—Es el Bastón de Ráfaga de Placer.
—Lo sabía.
Luego de que Naofumi apretara el puño en señal de victoria, decidí continuar.
—¿Contarían los nombres que les coloqué a los Kigurumi de filolial y dragón?
—Sí, por eso digo que son varios apodos.
—Supongo que sí. Pero como dije, solo es para acortar, eso es todo.
Con eso dicho, observé la cuenta regresiva, y justo a tiempo.
[00:00:00]
La Ola había llegado a Melromarc.
De un momento a otro, el mismo estruendo de siempre resonó por todas partes, dando a entender que las grietas ya se estaban formando. Instantes después, fuimos teletransportados lejos de la tienda y a otra ubicación.
—¿Dónde estamos?
La pregunta de Naofumi hizo que todos miráramos a nuestros alrededores, y aunque la mayoría no lo sabía, solo cuatro de nosotros lo descubrimos casi de inmediato, yo fui la primera en hacerlo, por supuesto.
—Esto es cerca de la aldea de esa anciana, la que curé con mi magia, ¿recuerdas, Naofumi?
—¡Es cierto! Aunque, ¿a los caballeros del reino no les tomará mucho tiempo llegar? A nosotros nos tomó menos tiempo por los niveles y estadísticas que tenías en ese entonces, pero, sus filoliales no son tú.
—No importa. Pensemos que llegarán tarde de todos modos, así que solo sigamos el plan, ¿bien?
Ante mis palabras, el resto asintió estando de acuerdo.
—Mientras Naofumi y nosotras eliminamos a los monstruos que invaden la aldea, Ren, Farrie y el resto irán a matar al jefe.
Con otro asentimiento, estábamos a punto de partir a nuestras respectivas tareas, al menos hasta que una lanza de energía pura vino disparada hacia nosotros. Más específico, hacia Naofumi.
Sin dudarlo ni un segundo, Naofumi saltó hacia la lanza, levantó su escudo y se defendió del ataque.
—Este ataque es...
Antes de que cualquiera de nosotros pudiera decir algo más, una flecha del mismo tipo de energía vino a gran velocidad hacia Naofumi, pero al igual que antes, él solo se defendió de esta, sin resultar herido en ningún momento.
—¡Naofumi, Bastardo Asesino!
—¡Naofumi, hoy será el día en que se te imparta justicia!
Tanto el Idiota de la Lanza como el Idiota del Arco vinieron corriendo en nuestra dirección junto a sus grupos de mortales. Ambos Héroes se veían furiosos. Ante esto, Ren apretó el agarre en su espada, Naofumi frunció el ceño con molestia, Farrie levantó sus puños hacia arriba, los cuales ahora estaban protegidos y reforzados con guantes muy poderosos.
Y yo, bueno, cambié mi expresión de confusión a una de rabia pura.
¡¿Qué mierda quieren estas escorias ahora?! ¡¿Acaso vienen a jodernos por los falsos crímenes de la iglesia y el reino de mierda?! ¡Ahhhgg, quisiera matarlos!
No, tranquila, Umbroxia. Aún son necesarios, por sus métodos de fortalecimiento y por las propias Olas, ya podrás matarlos cuando todo acabe.
Gracias, Umbroxia.
De nada, Umbroxia.
... Ya me estoy volviendo aún más loca.
Cuando los estúpidos Héroes y sus aún más estúpidos seguidores mortales llegaron a estar unos metros frente a nosotros, todos abrieron los ojos con sorpresa al ver a Ren. Después de todo, no se suponía que él estuviera con nosotros.
El primero en hablar, por supuesto, fue el Idiota de la Lanza.
—¡Ren! ¡¿Qué demonios haces con ese asesino?! ¡¿No oíste que mató a una monja y cometió cientos de crímenes más?!
—¡Así es, Ren! ¡Es un criminal peligroso! ¡Debe ser juzgado y encarcelado por sus crímenes!
La expresión seria de Ren se mantuvo, imperturbable ante cualquiera de sus palabras.
—¡¿No vas a decir nada?!
La pregunta del Idiota de la Lanza solo hizo suspirar con cansancio a Ren. Él cerró los ojos un momento y luego los abrió, solo que ahora los miraba con aparente lástima.
—¡¿Por qué nos miras así?!
—¡Ren!
—¿Pueden callarse, por favor?
La sola pregunta hizo que todo se volviera silencioso, al menos, hasta que él volvió a hablar.
Estamos en medio de una Ola, ¿y ustedes vienen a hacer esto aquí? No tiene sentido.
—¡¿Qué estás...?!
Su expresión molesta cambió a una llena de furia, cosa que hizo retroceder un poco a ambos Héroes.
—¡Hay personas que necesitan nuestra ayuda! ¡Personas que van a morir! ¡¿Y ustedes quieren perder el tiempo con estupideces?! ¡Si son Héroes, como presumen ser, entonces cumplan con su deber! ¡¿Entendido?!
Para aclarar su punto, Ren cambió a Mi Espada, activando en el proceso el efecto de "Presencia Maligna", lo que a su vez hizo temblar a varios de los mortales presentes, incluido a los "Héroes".
—... Discutiremos todo esto más tarde con Naofumi e Umbroxia. Ahora, la prioridad es refugiar a los aldeanos y eliminar al jefe de la Ola... ¿Eh sido claro?
Nadie discutió nada. Los Héroes Idiotas solo se dieron la vuelta y partieron hacia donde se suponía se encontraba el jefe.
Mientras se iban, no dirigieron su mirada hacia nosotros en ningún momento, ¿y cómo podría hacerlo? Si ninguno de ellos dejaba de temblar, en especial la mortal con cabello verde.
Si no escuché mal, hizo un sonido como de "¡Fuehh...!".
Qué extraña mortal.
Ren relajó su agarre, pero no demasiado, soltó otro suspiro y volvió su mirada a nosotros.
—Debemos apresurarnos. Naofumi, Umbroxia, chicas, cuento con ustedes para evacuar a los aldeanos.
Naofumi, ahora con una sonrisa en el rostro, apretó el escudo frente a su pecho.
—¡Sí!
Yo solo asentí. Filo y las demás levantaron los brazos con seguridad.
—Bien. Se los agradezco. Farrie, arriba de Rikuto, ¡ahora!
—¡Sí!
Con Rikuto cambiado a su forma de dragón, todos montaron su espalda y partieron en dirección al jefe de la Ola.
—Nosotros también debemos irnos.
—Sí.
—¡Claro!
Luego de que Naofumi se montara en la espalda de Luna, Wyndia en la de Yuki, y yo en la de Filo, con Leludia en mi cabeza y convertida en su versión de cría, todos nos dirigimos hacia la aldea, la cual estaba siendo asediada por cientos de monstruos.
Estando frente a la aldea, pudimos ver varios tipos de monstruos y, al acercarnos a estos, notamos sus nombres: Cóndor Sombrío, Lobo Sombrío Negro, Goblin de Asalto Sombrío y Hombre Lagarto Sombrío. Todos tenían el "Inter-Dimensional" a un lado de sus nombres.
No es que importara. Solo eran basura.
Gracias a que uno de los bonos de equipo otorgados por Mi Bastón era "Ataque a Criaturas de Sombras (Absoluto)", el simple acto de tocarlos con el Bastón, en cualquier forma del Bastón Vasallo, ya era suficiente para exterminarlos hasta la nada. Bueno, solo un cumulo de materiales hechos de energía de sombras.
¿Podremos absorberlos siquiera?
Lo intenté y logré hacerlo, pero el resultado fue... decepcionante.
Bastón de Sombras: Condiciones cumplidas
Bastón de Sombras
Habilidad bloqueada: Bono de Equipo - Ataque a Criaturas de Sombras (Pequeño)
Patético. Qué pérdida de tiempo.
Al igual que con el Bastón, Naofumi podía defenderse sin problema alguno con su Escudo, y no era por estar utilizando el Escudo de Leludia, más bien se debía al bono que había obtenido de mi magia, "Resistencia a las Sombras (Absoluta)".
Sí... Esta Ola, sin contar al jefe aún, está resultando ser muy aburrida. Demasiado, diría yo.
Lo bueno es que ayudará a subir nuestros niveles más rápido, aunque no sé hasta cuánto.
Nos dividimos en dos grupos, Naofumi iría junto a Yuki, Luna y Wyndia, mientras que Filo y Leludia estarían acompañándome.
Hace días, le propuse a Naofumi cambiar a Filo de dueños, que en vez de ser de él, me pertenezca a mí, por así decirlo. Él no tuvo problemas, siempre y cuando Filo aceptara, cosa que... no hizo.
Esa hermosa y molesta niña ave.
Sus razones fueron... "¡Maestro es el Maestro de Filo y nadie más! ¡Y aunque sea Onee-chan quien lo pida, Filo aun ama a Maestro como su... Maestro!"
En fin, cosas de Filo, supongo.
Continuamos matando a las patéticas excusas de monstruos, a su vez que salvábamos a algunos mortales de ser asesinados, y demás.
Entonces, escuchamos un grito de lucha, y al mismo tiempo, más sonidos de monstruos siendo eliminados de manera consecutiva. Al ver lo que ocurría, me encontré con la Anciana, aquella a quien había salvado de la muerte junto a su esposo.
—¡Liyaaa!
La Anciana, más renovada y en forma que la última vez que la vi, sostenía una azada con una mano y parecía estar luchando con gran esfuerzo.
Decidí que deberíamos darle una mano.
Las tres corrimos hacia los monstruos y en pocos segundos ya los habíamos eliminado. La Anciana nos veía con una gran sonrisa en el rostro.
—¡Ah! ¡Mi salvadora! ¡Me alegro de volver a verte!
—Lo mismo digo. Estuviste entrenando tu cuerpo, por lo que veo.
—¡Así es! ¡Solo un poco más y podré ayudarte a ti y a tus amigos con gusto!
—Eso es bueno.
Miré hacia otra dirección cercana, y ahí estaba el hijo de la Anciana, el mortal luchaba con la misma intensidad que su madre, solo que a muchísima menor potencia y efectividad.
—Nosotras seguiremos eliminando a los monstruos y evacuando a los aldeanos. Será mejor que tengan cuidado, en especial tú, Anciana.
—¡Claro!
Nos encargamos de la mayoría de los monstruos que atacaban al hijo de la Anciana y luego partimos a matar más monstruos por toda la aldea, y ayudar a los inútiles y débiles mortales.
En un punto, nos encontramos con un monstruo, un Hombre Lagarto Sombrío Inter-Dimensional muy grande, gigante incluso, pero la escoria murió al instante. Su altura y fuerza no fueron rivales para mi poderío.
Luego nos reunimos una vez más con Naofumi y las chicas, ya estando todos juntos eliminamos al resto de monstruos. Con eso hecho, partimos a la siguiente aldea, dejándole la seguridad de la anterior a la Anciana, a su hijo y a los pocos guardias que aún estaban vivos.
Cuando llegamos, hicimos lo mismo que antes, matar y ayudar. Naofumi, las chicas y yo utilizamos hechizos de sanación, aunque lo nuestro era más efectivo por las bonificaciones de las Armas y que una de nuestras afinidades era la propia Sanación.
En cuanto a las demás, el trío filolial utilizaba un hechizo de viento o agua para sanar; por otro lado, Leludia y Wyndia los sanaban con el Camino de la Vena del Dragón.
Tenía mucho sentido, si Gaelion era el padre de Wyndia, ¿por qué no le enseñaría ese tipo de magia? Digo, incluso la ayudó a subir unos pocos niveles antes de morir. Supongo que quería que fuera fuerte, a diferencia de él.
En fin, ahora tendríamos que esperar a que la Ola terminara. Mientras tanto, seguiríamos matando monstruos y consiguiendo experiencia.
¡Vamos, Ren! ¡Tú puedes!
Después de lo que parecieron cuarenta minutos, sí, así fue, una luz roja salió disparada hacia el cielo y provenía de donde Ren había ido a luchar contra el monstruo jefe.
Mierda...
Todos detuvimos lo que estábamos haciendo y observamos con preocupación, aunque lo mío fue más molestia, la bengala estallar en el cielo.
Le habíamos dado a Ren y a Farrie tres tipos de bengalas. Las azules, para ayuda no tan inmediata. Las amarillas, para ayuda inmediata. Y las rojas, para, ¡nos están masacrando, ayuda!
Y ya que esta bengala era roja, solo significaba una cosa...
—¡Ren necesita ayuda! ¡Nos vamos ahora!
—Qué molestia... ¿Qué tan difícil puede ser el jefe?
—Pero, ¿y si no es por el jefe? Piénsalo, Umbroxia. Hay tres Héroes Sagrados reunidos en un solo lugar, y dos de ellos son mucho más débiles que el resto de Héroes. ¿No sería el momento adecuado para que un Reencarnado atacara?
Mis ojos se abrieron de par en par, comencé a pensar en todas las posibilidades de que una de esas escorias hubiera venido para matarlos, y... eran muchas.
Me giré con rapidez hacia Leludia, ella al verme asintió con la misma velocidad.
—¡Filo y Leludia, ustedes vendrán con nosotros! ¡Yuki, Luna y Wyndia, se quedarán a proteger la aldea!
—¡¿Qué?! ¡No!
—¡Umbroxia-chan, no podemos alejarnos de Naofumi-sama!
—¡Así es, Um!
—¡Mi decisión es definitiva! ¡¿Verdad, Naofumi?!
Todas nos giramos para verlo, a lo que él, luego de pensarlo un momento, asintió estando de acuerdo.
—¡Naofumi-sama...!
—¡Iwa...!
—Naofumi... Yo...
Con una pequeña sonrisa, él colocó una mano en la cabeza de las dos filoliales y las acarició, ellas solo lograron asentir con pesar. Luego, continuó con Wyndia.
—Por favor, Wyndia. ¿Harías esto por mí?
—¿Por qué tengo que salvarlos...? Ellos...
—Ellos no son esas personas, esos... demonios. Solo son personas inocentes que se vieron atrapadas en una situación difícil, como tú.
La niña semihumana miró hacia el suelo, y entonces asintió.
—Bien, me quedaré. Pero será mejor que vuelvas a salvo, y... con ese idiota también.
—Lo haré. Gracias, Wyndia.
—... Como sea.
Después de dejar a las chicas atrás, sin demorarnos casi nada, montamos sobre la espalda de Leludia en su forma de dragón adulto. Y aunque Filo al principio objetó, solo bastó una mirada mía para hacerle saber que no iba a aceptar ningún "pero".
Ya estando encima de Leludia, comencé a lanzar mis hechizos a gran velocidad.
—¡Magia Drifa X! ¡Velocidad Drifa X Total! ¡Aura Faust X Total!
Con todos los hechizos mejorando a Leludia, salimos disparados del suelo y volamos hacia la ubicación de Ren.
¡Rencarnados de mierda! ¡Voy a matarlos a todos!
Durante el corto viaje, cambié la asignación de puntos de los hechizos Magia Drifa y Velocidad Drifa, y mejoré otros dos hechizos que me serían de mayor utilidad.
Unos pocos minutos más tarde, ya nos encontrábamos sobrevolando las aproximaciones de lo que parecía ser un enorme barco flotante, aunque por alguna razón comenzaba a derrumbarse poco a poco.
Eso no era importante. Ahora debíamos concentrarnos en... Ren.
Al bajar la mirada y ver hacia dónde se suponía que estaban el grupo de los Héroes, Ren, Farrie y Rikuto, notamos qué, para nuestra confusión todos estaban heridos, en el suelo y con pocas fuerzas.
Los únicos que podía decirse que aún estaban consientes eran Ren y su grupo, pero estos lo hacían apenas.
Y en el centro de todo, yacía una mujer, una mortal, de cabello negro largo, y traía puesto lo que parecía ser uno de esos kimono que Naofumi me había contado. Pero, lo más importante, era que en sus manos portaba dos armas y ambas poseían una gema violeta en ellas.
—Rencarnado...
Mi odio por esas escorias se expandió hasta sus límites. Por culpa de uno de ellos casi pierdo a Naofumi, a Filo, y a las demás. No iba a permitir que volviera a ocurrir.
Jamás volveré a perder a alguien... Nunca más.
Apreté el Bastón de Leludia con fuerza y caminé hasta estar al extremo del ala de la propia Leludia. Los tres me miraron con los ojos muy abiertos.
—¿Umbroxia? No me digas que vas a...
—Onee-chan se ve enojada.
—Umbroxia.
Los ignoré y lancé nuevos hechizos.
—¡Poder Drifa X! ¡Aumento de Aceleración Drifa X!
—¡¿Umbroxia?! ¡Espera!
Sin pensarlo dos veces salté a gran velocidad hacia la maldita Reencarnada, y en el proceso en que caía, mi Estado hizo varios pitidos de mensajes, pero una vez más ignoré todo a mi alrededor y me centré en mi objetivo.
Entonces, activé la habilidad del Bastón de Leludia. Una que había probado varias veces.
—¡Ira del Dragón! ¡Golpe Sagrado!
En ese momento, todas mis estadísticas dieron un salto enorme, mucho más allá que el simple Aura Faust X, casi como si fuera una versión Drifa o algo similar. También activé la habilidad "Golpe Sagrado", una habilidad casi tan poderosa como el Bastón de Relámpago, la cual rodeaba el propio Bastón Vasallo con una energía blanca y hermosa. Al utilizarla contra un ser maldito o "impuro", su poder se duplicaba.
Pero... ¿A quién le importaba? Solo deseaba una cosa, y era aplastar la cabeza de esa escoria reencarnada.
No sé si fue por oírme gritar las habilidades, o por simple instinto, pero, cuando ya estaba a unos metros de destrozar su cráneo, la Reencarnada se dio la vuelta y, con los ojos llenos de sorpresa, levantó sus armas robadas, unos abanicos, y los colocó frente a mí en posición defensiva.
Yo sonreí con malicia.
Idiota.
Cambié a Mi Bastón, y ella abrió los ojos aún más, como si temiera de mí o del arma. No tuvo tiempo de alejarse; ya era demasiado tarde, yo ya la había atacado con todo lo que tenía.
—¡Muere, Escoria Reencarnada!
—¡...!
La fuerza de mi ataque fue tan grande, que logró destrozar el suelo de madera del barco, más no lo atravesamos por completo. La escoria había logrado resistirlo, aunque por poco, si su expresión de dolor y cansancio era una pista de eso.
Aun así, esto aún no había terminado.
Desde Mi Bastón surgió "Umbroxia 2" y la atacó a gran velocidad, la asquerosa Reencarnada no pudo hacer nada para evitarlo. Segundos después de ser mordida, el efecto de "Máxima Pesadilla" se activó.
—¡No...! ¡Ki...! ¡Kizuna! ¡No me dejes! ¡Kizuna!
No podía evitar reírme por la patética expresión de la mortal. Aunque, es extraño, ¿a estas escorias les importa alguien más a parte de ellos mismos?
Bueno, ¿qué importa? Solo voy a matarla.
Levanté Mi Bastón y lo cambié al Bastón de Leludia, y cuando estaba a punto de atacar, la Reencarnada me sorprendió al lograr salir del efecto. Sin embargo, su cuerpo aun temblaba del terror que estaba sintiendo segundos antes.
—Resistes más de lo que creía, Reencarnada. Es una pena, iba a matarte en ese estado, hubiera sido divertido ver tu expresión de terror plasmada en tu cadáver. Pero, eso todavía se puede arreglar.
—¿Reen... carnada? ¿Qué es... eso?
Mi sonrisa se esfumó de un momento a otro, ahora solo la molestia se mostraba en mi rostro.
—¿En serio vas a hacerte la ignorante? ¿O acaso tu "Dios Falso" te matará si revelas algo? Como sea, solo debo hacerte hablar hasta que tu alma explote.
El cuerpo... ¿translucido?... de la Reencarnada tembló aun con más fuerza, pero su mirada pasó de temerosa a confundida, luego a seria.
—¿Y... te haces llamar Héroe? Alguien que habla de una forma tan...
—Mi Arma Vasalla me eligió, a diferencia de ti, Reencarnada, que mataste a su portador anterior y le robaste el arma.
Los ojos de la Reencarnada se abrieron con sorpresa una vez más.
—¿Robar...? ¡Me insultas! ¡El Abanico Vasallo me eligió, no lo robé de nadie!
—Si, claro, Reencarnada. Dilo hasta que te lo creas. Pero, robado o no, estás aquí para matar a los Héroes Sagrados y Vasallos, y eso... no lo voy a permitir.
—¡Te equivocas! Es cierto que debo acabar con los Héroes Sagrados, pero los Héroes Vasallos no son de mi incumbencia.
¿Así que tiene solo de objetivos a las Armas Sagradas? Debe considerar a las Armas Vasallas como muy inferiores para ella. Bueno, voy a demostrarle lo contrario.
Apunté el Bastón hacia la sucia Reencarnada y apreté mis puños con rabia.
—Reencarnada, te arrepentirás de haber pisado este mundo. Y... desearás jamás haber renacido.
Ambas nos preparamos para el combate, y lo íbamos a hacer, al menos hasta que Naofumi, Filo y Leludia llegaron a la superficie del barco.
—¡Umbroxia! ¡No vuelvas a saltar así!
—¡Onee-chan, ¿estás bien?! ¡Filo se preocupó mucho por ti!
—¿Umbroxia?
Sin voltear a mirarlos, asentí a sus palabras.
—Tengo a la Reencarnada aquí, Naofumi. Cuidado, podría robar tu Escudo.
Ante mi mención del Escudo Sagrado, la Reencarnada miró a Naofumi, entrecerrando sus ojos hacia él.
—Otro Héroe.
—No cualquier Héroe, Reencarnada. ¡Él es un Héroe Sagrado! ¡Y como su Vasallo es mi deber hacerte pure! Ahora, ¿comenzamos?
Acorralada, la Reencarnada miró en varias direcciones. Si, ese era el objetivo, que supiera lo que somos y nuestro poder, eso infundirá aún más miedo en su estúpido cerebro de Reencarnado.
—¿Qué? ¿Acaso estás demasiado cansada para hacer algo? ¿Ren fue demasiado para ti? El Héroe de la Espada me refiero, el chico que está... ahí.
¿Eh? ¿Y ahora qué le ocurre? Está... extraño.
La gema en la Espada Sagrada cambió de un color azul a uno rojo, y una especie de aura siniestra lo invadió, algo que incluso me "asustó" a mí, y no era la única, tanto el trío filolial como Leludia parecieron sentir lo mismo, a excepción del resto.
¿Qué es... esto?
—¿Umbroxia? ¿Qué pas...?
Todos, incluida la Reencarnada, se giraron para ver al ahora levantado Héroe de la Espada, su expresión agotada ahora era una de rabia pura, no, más que eso, era una de absoluta ira.
De un instante al otro, desde el centro mismo del Héroe, una gran onda expansiva azul sacudió todo el barco, y entonces...
—¿Qué...?
Detrás de su espalda, surgió el gran árbol de espadas de la Espada Sagrada, solo que en vez de mostrar el característico color blanco, este era rojo en su totalidad. Después de que esto sucediera, todo el árbol de espadas desapareció, y acto seguido marcas del mismo tipo comenzaron a aparecer en todo su cuerpo, solo que esta vez mostraban una única forma de arma.
Cuando fue rodeado por completo, sus ojos se iluminaron en rojo puro y la Espada Sagrada se tornó más oscura. Luego de que una pequeña, pero poderosa explosión de energía roja emergiera de esta y lo envolviera, la Espada se encendió en unas llamas negras y cambió su forma a una más... siniestra.
La ira en su rostro era inmensa. Como si odiara a todo y a todos, deseando solo ver el mundo en llamas, llamas negras.
—¿Ren...?
Preocupación era lo mínimo que estaba sintiendo Naofumi, o al menos eso me daba a entender su rostro.
—¿Qué ha ocurrido?
Preguntó, la Reencarnada, igual de confundida que nosotros y un tanto asustada.
—No tengo idea.
Decidí volver a abrir mi Estado y preguntarle al Bastón Vasallo, al menos hasta que fui asaltada por varios mensajes de advertencia.
[¡Arma Vasalla Invasora Detectada! ¡Proceder con precaución! ¡No eliminar!] [¡No eliminar!] [¡No eliminar!] [¡No eliminar!] [¡Es un Héroe Vasallo Genuino no un Reencarnado!]
[¡Advertencia!] [¡Un Héroe ha Despertado la Serie Maldita de la Ira!] [¡Proceder con Precaución!]
[El Bastón Vasallo te desea suerte para someter y liberar al Héroe de la Espada de su dolor. ¡Tú puedes, Portadora!]
... ¿Qué?
Me giré un segundo hacia la supuesta Reencarnada, la miré a los ojos, esos ojos rojos con el iris rasgado color blanco. Ahí fue cuando lo noté, no era igual que la escoria de Takt, no sentía ese asco, solo... algo normal. Como cuando hablaba con cualquier otro mortal.
Quizás me apresuré un poco al hacer conclusiones... Ups.
—Oye, Renc... Mortal. Mi Bastón Vasallo me ha informado que no eres una Reencarnada, sino una Héroe Vasallo genuina... ¿Lo siento?
La mortal me miró, suspiró un momento y luego asintió a mis disculpas. Aunque, aun quiere matar a los Héroes Sagrados, por lo que sigue siendo una enemiga.
Abordaremos esto paso a paso, ¿de acuerdo?
—Naofumi, Ren entró en la Serie Maldita de la Ira, ahora mismo es muy inestable.
La expresión de Naofumi cambió de super preocupada a seria. En cuanto a la... ¿Mortal? ¿Héroe del Abanico? ¿Cómo debería llamarla?
—¿Cuál es tu nombre, Mortal?
—Glass... Y no me llames mortal, gracias.
Suspiré molesta.
Glass, estaba mirando con intensidad al ahora Héroe Maldito, como si supiera que ocurría. Pero, antes de que pudiera preguntarle, un aura negra emergió de la Espada de Ren, tomó la forma de una niebla espesa y cambió la forma del arma.
Ahora no era solo negra con tonos rojos y siniestros, sino una mescla de esos colores con un violeta, este me recordaba al color de los venenos que creaba, también tenía conformando la empuñadura dos serpientes que abrían sus bocas hacia direcciones opuestas.
¿Y ahora qué...?
[¡Advertencia!] [¡Un Héroe ha Despertado la Serie Maldita de la Envidia!] [¡Proceder con Precaución!]
—Naofumi, acaba de obtener otra forma, se llama Envidia.
La mirada seria de Naofumi se volvió un tanto pensativa.
—Ira y Envidia... ¿Los Siete Pecados Capitales?
Ahora sí, la expresión de Glass cambió a una de sorpresa.
—Imagino que los conoces, ¿o no, Glass?
—Si...
—¿Y eso es por qué...?
—Yo... Yo misma tengo una Serie Maldita.
—Pero la superaste.
Ella negó con la cabeza.
—Solo decidí no volver a usarla, eso es todo.
—... Ya veo.
Enfoqué mi vista una vez más en Ren, solo para notar que este se estaba preparando para atacar, en específico a Glass.
—Naofumi.
—Si.
Glass levantó sus abanicos en modo defensivo. Todos nos preparamos para su próximo ataque.
—Ahí viene.
En un estado de rabia pura, Ren salió disparado en nuestra dirección, y si bien Glass era nuestra enemiga, Naofumi no dudó en saltar frente a ella y defenderla de Ren.
Las armas chocaron, pero Naofumi no iba a ceder. Los contraataques del Escudo de Leludia se activaron, sin embargo, apenas le hicieron daño a Ren.
—¡Ren! ¡Despierta! ¡Este no eres tú!
—¡Aghhh! ¡Muere!
Ignorando las palabras de Naofumi, Ren continuó con una oleada de ataques. Mientras lo hacía, las llamas negras se expandían por todas partes, acompañadas de un líquido similar al veneno que recorría la Espada Maldita.
—¡Escudo Prisión!
Los escudos rodearon a Ren, y él quedó atrapado dentro, aunque no por mucho tiempo. Todos podíamos escuchar sus gritos de frustración e ira, junto a los golpes de la Espada tratando de destruir aquello que lo aprisionaba.
Me giré hacia la causante de todo esto, la mortal Glass.
—A menos que quieras morir, dime, Héroe Vasallo, ¿por qué quieres matar a los Héroes Sagrados?
La mortal nos miró a los cuatro, incluido a Naofumi, en especial a él. Y suspiró, otra vez.
—En mi mundo, existen textos antiguos que dicen que las olas son un fenómeno que ocurre cuando mundos diferentes se fusionan por unos momentos, y si esto sigue ocurriendo entonces ambos mundos serán destruidos.
Naofumi miró confundido a Glass, y preguntó:
—¿Eso qué tiene que ver con nosotros los Héroes Sagrados?
—Los Cuatro Héroes Sagrados son el pilar de su mundo, si ellos mueren, el mundo será destruido, mientras que el otro que estaba fusionándose sobrevivirá, y su tiempo de vida se extenderá.
Una risa se escapó de mis labios, a lo que Glass mi observó con molestia.
—¿Qué es tan gracioso?
—Oh, nada, solo que, todo eso es tan falso.
—¡¿Qué?! ¡¿Qué estás...?!
Sin poder continuar con su réplica, la habilidad de Naofumi agotó su tiempo y, desde el interior, emergió un aún más furioso Ren.
—¡Muerannn!
Cuando pensábamos que Ren iba a venir y atacarnos, él solo apuntó su espada hacia Glass y exclamó:
—¡Prisión de Espadas!
Cuatro mandobles gigantes aparecieron a los costados de Glass y se encadenaron entre sí, atrapándola dentro de la habilidad.
Bueno, estaría mejor muerta, pero...
—Supongo que debemos liberarla o esperar a que la habilidad se acabe.
La impaciente Glass ya estaba golpeando la "Prisión de Espadas" con desesperación. Al menos, hasta que eso sucedió.
—¡Cambio de Espada (Ataque)!
Todas y cada una de las espadas cambiaron su forma a la de la Espada de Leludia, aumentando así más su poder y resistencia, logrando que Glass tuviera más problemas para escapar.
—¿Qué está planeando?
—¡No es momento para eso, Umbroxia! ¡Hay que detenerlo! ¡Filo!
—¡Si, Maestro!
—Tch... Tenía curiosidad. ¡Leludia!
—¡Si!
Ni siquiera pudieron avanzar cuando Ren comenzó un tipo de hechizo extraño, el cual desprendía un aura repugnante y aún más siniestra. Esto las hizo detenerse en seco.
—El castigo que he elegido para sentenciar al necio criminal ante mí se llama Doncella de Hierro. ¡Será atravesado desde todas direcciones, envuelto por sus propios gritos, y saboreará el verdadero dolor! ¡Doncella de Hierro!
Al terminar su extraño y sádico cántico, todos pudimos ver como desde el cielo surgía lo que parecía ser una... ¿estatua? ¿Sarcófago? Supongo que es una "Doncella de Hierro", lo que sea que eso signifique. Esta abrió lo que se veía como una puerta a un interior repleto de estacas metálicas, unas muy filosas, y atrajo la Prisión de Espadas en donde Glass se encontraba atrapada.
No me está gustando a dónde lleva esto. Aunque, debo admitir que la habilidad se ve increíble, es obvio que es cosa de la Serie Maldita. Porque Ren nunca mostró este tipo de habilidad.
A menos que... Nah. Es Ren. Podría haber sido un completo idiota, pero ahora ha cambiado, aunque solo un poco.
Cuando la "Prisión de Espadas" fue engullida por la "Doncella de Hierro", esta primera se desintegró, la puerta se cerró con Glass en su interior y el sonido de carne siendo atravesada resonó por todo el lugar. No hubo ni siquiera un grito, solo sangre brotando desde el interior de la puerta.
Varios segundos después, un fuerte sonido metálico resonó y, con este, la puerta se abrió, revelando a Glass medio muerta, con varios agujeros en los brazos y las piernas, pero ninguno cerca del pecho o la cabeza.
Sobrevivirá... tal vez.
La "Doncella de Hierro" desapareció al cabo de unos segundos más y, con ella, Ren cayó al suelo de rodillas, se veía cansado, pero aún seguía enojado, muy enojado.
El cuerpo de la muy herida Glass comenzó a caer hacia el abismo, pero antes de que pudiera hacerlo por completo, corrí hacia ella y en mi forma de dragón joven la atrapé en el aire. Con su mirada moribunda, ella preguntó:
—¿Por... qué?
—El Bastón Vasallo me informa cada vez que hay un Héroe invasor, y siempre me pide que sea precavida, no que los mate. ¿Por qué crees que será? Si lo que dices es cierto, ¿no debería solo pedirme que te mate? Tal vez te estás equivocando en algo.
También está el hecho de que todo esto de las Olas es provocado por un maldito "Dios Falso", y quizás este engaño es parte de su juego, o puede que si sea una regla de las Olas... No lo sé, hay mucho que aún desconocemos.
Lo único que sé, es que debo repeler a las Olas, evitar que maten a Naofumi, a Ren y a esos dos idiotas, y matar a los Reencarnados. Esa es mi misión como Héroe Vasallo, eliminar todo aquello que amenace a este mundo.
Porque de lo contrario, jamás podré volver a casa. Y entonces, yo...
Volé de regreso con Naofumi y las demás. Cuando aterricé, dejé a Glass recostada en el suelo, se veía más miserable que antes.
—¿Qué harás con ella, Umbroxia?
—La enviaré de vuelta a su mundo. O de lo contrario quedará atrapada aquí, hasta que la próxima Ola conecte nuestros mundos.
—¿Estás segura? ¿Y si vuelve a intentar matarnos? Este mundo podría...
—Lo sé. Es un riesgo, pero, si eso ocurre, me encargaré de ir a su mundo y destrozarlo en su totalidad.
Miré directo a los ojos de Glass, con toda la seriedad y odio que pude reunir.
—Y créeme... lo haré.
Ella solo miró hacia otro lado, como si la culpa y el miedo se hubieran apoderado de su mente.
Estiré mi mano hacia ella y lancé un hechizo.
—¡Sanación Drifa VI!
El cuerpo de Glass brilló en verde y sus profundas heridas comenzaron a regenerarse poco a poco, aunque algo parecía ralentizar el proceso.
Sus heridas están malditas. Tendré que lanzar un hechizo de magia sagrada, aunque no sé si una versión sin mejorar será suficiente. Sin embargo, todavía tengo algunos puntos...
Luego de asignar mis puntos restantes en el hechizo, comencé a recitarlo.
—Yo soy la Bruja Umbroxia y la fuente de todo poder. Te ordeno que escuches y obedezcas mis palabras. ¡Elimina las impurezas de la pobre alma que se encuentra ante mí y muéstrale el camino de la salvación! ¡Limpieza Drifa V!
Esta vez, un brillo dorado rodeó el cuerpo de Glass, y la maldición que antes la atormentaba y evitaba su recuperación, ahora había desaparecido por completo. Al hacerlo, sus heridas y la propia barra de HP se fueron regenerando.
Naofumi tendió su mano hacia Glass, ella lo miró, y con aparente culpa, aceptó tomarla. Estando ya de pie, nos observó, y luego a Ren, quien aún seguía atrapado en su maldición.
—No pensé que esto sucedería. Estaba preparada para... acabar con ustedes, pero, lo que le ocurrió a su Héroe... En serio, lo lamento. No es algo que se lo desee a nadie.
—Si, bueno, lo solucionaremos de algún modo. Ahora, vete, antes de que la Ola termine.
Justo en ese instante, la cuenta atrás comenzó.
[00:59]
[00:58]
[00:57]
Wow... Eso fue... wow.
¿Acaso la Ola estaba esperando a que yo dijera eso? Si es así, es muy curioso y muy estúpido.
Con aparente cansancio, Glass comenzó a correr hacia fuera del barco, el cual aún seguía cayéndose a la nada. Entonces, ella desapareció.
Varios segundos después, el cielo volvió a la normalidad. La Ola había terminado.
—Bien. Ahora, a ayudar a Ren.
Los tres me asintieron y juntos caminamos hacia el herido grupo, y hacia el Héroe Maldito.
—Sanaré al resto. Naofumi, tú ocúpate de Ren, y cuidado de que no te ataque. Filo, Leludia, traigan los cadáveres de esos monstruos jefes.
Si, al parecer había dos jefes, ambos del mismo tipo de monstruos, un Devorador de Almas Inter-Dimensional por lo que podía ver. Sus cuerpos tenían un único corte, pero era tan profundo que solo eso fue necesario para matarlos.
Ren hizo un buen trabajo. Lástima que Glass vino a interrumpirlo todo.
Me acerqué a Farrie y Rikuto, y lancé Sanación Drifa VI Total en ellos, a lo que sus barras de HP se recuperaron al instante. Sin embargo, aún seguían inconscientes.
Cambié a mi forma de dragón joven y cargué en mi espalda a los dos, entonces, vi tanto a Filo como Leludia traer los cuerpos transparentes de los Devoradores de Almas.
—¡Aquí tienes, Onee-chan!
—Para ti, Umbroxia.
Ambas niñas se miraron la una a la otra con cierta rivalidad y odio mutuo.
Suspiré.
—Dejen de pelear, tomaré ambos. Luego se lo daré a Naofumi y Ren de todas formas.
—¡Claro!
—Está bien.
Con los grandes cuerpos de los monstruos jefes absorbidos en el Bastón, caminé hacia Naofumi, él estaba intentando sacar a Ren de su trance.
—¿Cómo vas?
—Nada aún.
—Mmm... Creo que tengo una idea. Filo, ¿podrías sostener a estos tres?
—¡Bueno!
Luego de dejar a Farrie y al resto con Filo, miré hacia Ren y grité una habilidad.
—¡Bastón Polifórmico!
Seleccioné la forma dragón de Rikuto y cambié a esta. Ya con esa apariencia, me acerqué a Ren e imité la voz del niño.
—Ren-Onii-chan, ¿por qué estás tan enojado? No me gusta verte así, porque yo te quiero mucho.
Su expresión no cambió demasiado, solo un poco, apenas.
Volví a mi forma humana y lancé un hechizo de ilusión, uno que hiciera creer a Ren que yo era Farrie. También hice uso de su voz.
—Ren. Desde la muerte de nuestros compañeros, nuestros amigos, yo... he sabido cuanto has sufrido, yo comparto tu dolor, y no te culpo por lo que sucedió.
Aun si me molestara, abracé el cuerpo de Ren entre mis brazos y coloqué mi cabeza en su hombro, luego le hablé cerca del oído.
—Eres la persona más valiosa para mí en todo el mundo, Ren, lo único que me queda. No quiero perderte consumido por la ira, eso... me rompería.
Sentí como sus hombros se aligeraban y como la presión que ejercía la maldición desaparecía poco a poco.
—Sabes que puedes contar con todos nosotros para lo que necesites, ¿verdad? Y, si por algún motivo nos vemos acorralados, sé que lograremos salir de esa, no importa cómo, solo el simple hecho de estar juntos es suficiente.
Vi como su expresión se aflojaba, su ira se desvanecía.
—Gracias por salvarme, por no abandonarme cuando ya no era de utilidad.
Lo tomé del rostro y con una "cálida sonrisa", hablé:
—Eres una increíble persona, jamás olvides eso, ¿sí?
Manipulé la ilusión para que pareciera que estaba llorando, luego acaricié el rostro ahora más tranquilo de Ren y, con sus ojos volviendo a su color normal, yo... le di un beso en la frente.
¡Uugghhh! Voy a lavarme la boca a profundidad después de esto.
—¿Farrie...? ¿Qué... pasó? ¿Y la tal... Glass? ¿Y la Ola...?
—Todo acabó, Ren, puedes estar tranquilo. Ahora, ¿podrías cambiar la forma de tu arma? Esa que tienes ahora mismo te está haciendo daño.
—¿Eh...? Si, claro.
Ren miró hacia su espada, notó su apariencia, y con una expresión confundida, cambió la forma del arma a la de la Espada de Leludia. Volvió a mirarme y sonrió de manera tonta, mientras lágrimas caían por sus ojos.
—Gracias a ti... Farrie. Por aceptar a un idiota como yo... En serio, te lo agradezco...
Y habiendo dicho esas palabras, cayó inconsciente entre mis brazos.
Me giré hacia Naofumi, él tenía una expresión de risa en su rostro.
—¡No te rías! ¡Lo tienes prohibido! ¡¿Oíste?!
—Hoy descubrí lo buena actriz que eres, Umbroxia... ¡Pfff!
—¡Dije prohibido!
—¡Onee-chan, no es justo! ¡Filo también quiere un beso! ¡Beso! ¡Beso!
—A mí tampoco me molestaría uno...
Estoy rodeada de idiotas.
Suspiré.
Mis idiotas.
—¡Van a recibir sus besos, pero antes quítenme a Ren de encima!
—¡Claro!
Este día será largo...
Bueno, Serie Maldita de la Ira y la Envidia para Ren, ¡siiiii! Pensarán que cada serie maldita y sus habilidades son únicas para cada Héroe y sus emociones, y es cierto, pero yo tenía pensado hacer que, al menos la primera habilidad de cada serie maldita, sea la misma para todos. Un ejemplo aleatorio sería Umbroxia con la Serie Maldita de la Ira, también sería Doncella de Hierro, lo mismo con el resto de series malditas.
En cuanto a la pelea, la mostraré, pero desde la perspectiva de Ren, cuando haga su especial, claro. ¿Por qué hago esto? Porque si Umbroxia hubiera estado con Ren, pues... Glass no tendría ninguna oportunidad. Solo le ganó por diversos factores que se explicarán en el especial.
¡También encontramos a Wyndia! ¡Siiii! Por el momento, no tengo grandes planes para ella, bueno, son mejores que los de las esclavas de Umbroxia, sus juguetes. Tal vez haga un Mini-Arco para cada una o aumente su aporte en la trama de algún modo. ¡Pero las utilizaré! No voy a crearlas y dejarlas así sin hacer nada, eso sería tonto y una pérdida de tiempo.
Pronto veremos a Fitoria. ¿Qué ocurrirá entre ella y nuestros protagonistas? ¿Qué pensará de Umbroxia? ¿Podrá obtener todos los métodos de fortalecimiento que la filolial conoce? Mmm... Mucho poder, y apenas estamos en el volumen 2. Me pregunto, ¿qué tan poderosos deberán ser los villanos y antagonistas para sobreponerse a ellos? Es algo interesante en que pensar.
¡El Arco de Desarrollo de Ren está comenzando! Bueno, en realidad ya comenzó, pero esto solo profundiza más. ¿Cómo cambiará ahora nuestro Héroe Maldito? ¿Será el único maldecido? ¿O habrá otros que caerán ante esto? Preguntas para más adelante.
¡Bien, eso es todo! Me despido por hoy, no se olviden de comentar sus opiniones respecto al capítulo. Nos vemos el próximo viernes. ¡Bye! ¡Bye!
