Tu jodido ángel guardián.

Advertencia: Esta es una historia se va a desarrollar con diferentes puntos de vista o POV´s porque así me imaginé la historia y así la escribí. Cualquier cosa que no entiendan estan los reviews o en mis mensajes privados igual pueden enviarme sus dudas. Los nombres de los personajes son de la grandiosa Stephenie Meyer, pero de idea original y de mi autoría. Contiene temas sexuales… muy sexuales y explícitos que ninguna mamá quisiera que su hijita leyera, lenguaje vulgar y fuerte, final lacrimógeno (pañuelos se venden por separado).

Así que No es apto para menores de edad.

Reviews:

IxaFreakBedoya: mil disculpas por no haberte contestado U.u / eres la primera que pregunra por Carlisle! xD sii, si pienso contarles, pero despues sale?! XB oh en el cap anterior y este veras que bella no es cursi, algo estupida peor no cursi jejejej gracias por comentar! :3 aaaah! entonces gracias por lo de señorita juiciosa jejejej xD ya sabes como soy realmente, asi me comporto con mis amigos jejejej xD nunca te excedes al contrario, me alegra tus contestaciones jejejej gracias por leerme y nos leemos pronto! :3

pili: ajajja hola, si de asombro total, con los ojos abiertotes y todo! xD jajajaj de nada, al contrario gracias por leerme y comentar! :3 oooooow de verdad lo soy?! gracias! me hiciste el dia! lo juro! gracias! :3 nos leemos pronto! :*

Dacil23: seeee, definitivamente todos los hombres guapos deberian de oler a hugo boss! xB definitivamente jejejje xD besos! nos leemos en el proximo cap! :)

cary: ajajajjaja se le mojaron las bragas, eh jajajaj xD pero si quedo chulo de lo lindo jejejejej xD nos leemos pronto! :) besos y abrazos!

Hanna Daz: como quien dice mato a dos pajaros de un tiro, porque ya le hacia falta ropa para las proximas salidas, (si es muuuy mimada! xD) y a masen se lo llevo como venganza pero ya vez que no le ayudo en nada jejejej al contrario la dejo con la boca abiertota! xD ese paolo! es todo un loquillo jejejej gracias por todo, nos leemos pronto!

Me preguntaron si esto tenia página en Facebook, y se puede decir que si, además promociono la historia a través de diversos grupos jejejje la página de Facebook es muy nueva, pero la pueden buscar como Facebook (punto) com (barra) pages (barra) Marie (guion corto) Edwards, de todas formas la página esta en mi perfil de fanfiction, cuando quieran jejejje

Ahora sí! Gracias por todo, sin más aquí el siguiente cap. Espero lo disfruten:

Edward POV.

La mesa estaba completamente en silencio. Solo se escuchaba el sonido de los jodidos cubiertos al cortar la carne, los vasos al ser asentados en la mesa y el casi imperceptible sonido de las servilletas al pasar por la piel.

Un velorio tendría más vida que esto.

— ¡bueno, ya! ¿Quieren dejar de parecer tan… sea lo que esta jodida mierda sea? — Charlie me miro, entrecerrando los ojos. — si esta es la rutina que llevan todos los jodidos días, creo que muertos hubiesen estado mejor.

Isabella, bufó y cortó su carne más bruscamente.

— nadie te pidió que lo hagas. — soltó ella de repente. Charlie la miro con los ojos muy abiertos, sorprendido. — como si te pagaran por hacerlo. — bufó.

— tienes toda la jodida y puñetera razón, Mimada. — dije crípticamente.

Juro que Charlie estaba al borde de un colapso nervioso. Le sonreí para relajarlo, pero él no pareció aliviado. Aunque no era mi culpa que el muy huevos de gallina no le haya querido decir a su hija que yo era un asesino, en su lugar, le había dicho que era un jodido marica cuida viziatos que pasaba tranquilamente por allí.

… ¡Nadie en su sano juicio se interpone entre un asesino y su víctima!, ¡ni estrella su amado coche para salvarlo! Aunque con el dinero de Aro y el de Charlie podría comprarme otro, mi auto tenía personalidad e historia. Ahora solo era un puñado de chatarra en un basurero de coches.

Mi coche.

Alguien suspiró tristemente, sacándome de mi depresión post perdida de un objeto amado, así que regresé al presente y mire a la fúnebre mesa. Charlie no apartaba la comida de su plato, masticando cincuenta veces (sí, conté las masticadas, dos veces), y al tragar tomaba un trago de su vino y repetía el proceso. Isabella, por otra parte, solo jugaba con su comida, utilizando un pedazo de brócoli como pelota y su tenedor como pierna, pateando el pobre brócoli por todo el plato; a ratos soltaba el suspiro triste que me había sacado de mis pensamientos y se pasaba a otra pobre verdura que era torturada y pateada hasta el cansancio.

Llegando a la filosófica conclusión de que me valía mucha verga el comportamiento fúnebre de esta familia, terminé rápidamente mi carne y mis verduras, me tomé de un trago el vino y me levanté haciendo mucho ruido al arrastrar la silla, con la misma salí del comedor y me dirigí al cuarto.

Seguí leyendo mi historia de zombis, con la puerta truncada, y alabando al autor que tenía tanta imaginación como para crear este mundo apocalíptico donde la pobre Carrie no tendría un final feliz. Al dar las diez de la noche, cerré el libro y apague todo, me quite la ropa y los boxers y me acosté de nuevo en la cama, sintiendo la suave y cálida tela en mis nalgas. Ya tapadito y acomodado, me acaricie la polla suavemente, no para masturbarme, sino simplemente porque me gustaba esa sensación.

Al cerrar los ojos imagine la mano de Isabella sobre él, acariciándome para dormir, y en vez de relajarme solo logre excitarme.

- Nota mental: no pensar en Isabella antes de dormir.- pensé irritado, mientras pensaba en cosas para nada agradables haciendo que mi erección por fin disminuyera.

-aaaaaaaaaaaaah.

Me encontraba en mitad del central park, de noche y me sentía sudado. Las calles estaban en silencio, salvo por ese jodido aaaaah que parecía zumbar en mi oído.

-mmmmmmhmmmm.- El gemido me hizo voltear hacia abajo instintivamente.

- aaaaah-mmmmmhmmm.- De rodillas y lamiendo mi polla estaba una zombi Isabella. Parecía disfrutarlo y yo no sabía si correr o reír.

Ella levantó la vista de mi polla y juro por dios que sus ojos estaban con gusanos.

- esto es un jodido sueño, es un jodido sueño… - dije en mi cabeza mientras veía como Isabella regresaba su mirada a mi polla y se la tragaba por entero, tan al fondo que un pedazo de su mandíbula cayó al suelo….

¡Jodido infierno!, me desperté soltando un grito del susto, tocando mi amada polla por instinto y para protegerla. Mi respiración se calmó cuando mi mente comprobó que estábamos en el cuarto oscuro, sudado en la cama y sin ninguna zombi Isabella entre mis piernas.

- Nota mental: jamás mezclar caricias, zombis, oscuridad e Isabella, Nunca Jamás.

Pero mi mente ya no quería dormir, y mi polla de alguna manera se lo agradecía.

Irritado porque no podía volverme a dormir, me levante de la cama y me puse de nuevo los boxers, unos pants y un sport, y salí de la casa a correr y checar el perímetro por si a James se le ocurría volver. El sol ya estaba saliendo cuando volví, sudado y alerta. Entre a la casa, comprobando que estos riquillos confiados no tenían un jodido sistema de alarma, como nota mental me apunte comprar uno más tarde e instalarlo.

Con el mismo pánico de saber que no tenían alarma, cheque toda la casa concienzudamente, pensando como el asesino que era. Las puertas, delanteras y traseras, las ventanas, absolutamente nada tenía protección. Abrí ligeramente la puerta de Charlie, en el primer piso, y observe detenidamente la habitación, trazando un esquema en mi mente, comprobé que siguiera durmiendo y casi lo golpeo ahí mismo por ser tan idiota y confiado. La siguiente puerta era el estudio, ahí no habían puertas más que la de la entrada y ni una sola ventana. La sala de estar igual solo tenía una puerta, sin ventanas y una tele gigante, donde podía ver los partidos y las luchas casi en vivo y a todo color. La cocina era amplia, tenía la puerta donde entraba la servidumbre, que tampoco tenía seguro, y muchas ventanitas por arriba de casi toda la pared lateral. El comedor era un cuarto grande con la mesa gigante en medio y cuadros raros por las cuatro paredes.

El segundo piso solo tenía mi cuarto, el cuarto de Isabella, el centro de lavado y una pequeña biblioteca del tamaño de mi cuarto. El centro de lavado no tenía más puerta que la principal. La biblioteca contaba con dos puertas, una principal y una enorme puerta ventana que daba a un balcón. Por extraño que pareciese me podía imaginar allí sentado, leyendo mis libros y a Isabella a mi lado… hincada, ofreciéndome una bebida y con un pequeño traje de sirvienta que le dejaba todo el culo al aire, y por supuesto nada de bragas. Mi polla estaba de acuerdo conmigo.

Ella y su contestona boca eran las siguientes. Al igual que Charlie, dormía plácidamente, soltado pequeños ronquidos y sin ni una preocupación en su vida. Dormía como si hoy no hubiese pasado por un traumático accidente; ella era muy fuerte o muy vale verga.

— uhmmmm… — gimió, sorprendiéndome. — mmmmmmhmmm. — volvió a gemir y se removió, quedando boca abajo, con las piernas entretejidas con su cobertor. Ella no llevaba sostén, para mi grata sorpresa, solo unas pequeñas braguitas de color rosa. No me equivoque al pensar lo de su gran culo, tenía un culo para azotar, exquisito. Ella gimió por tercera vez e hizo un movimiento casi imperceptible de frotamiento, haciéndola gemir de nuevo.

- oh, la mimada está teniendo un sueño húmedo.- me regocije y mi polla salto de acuerdo.

— Mi… Mi-ke, uhmmmmm — eso me dejo congelado en mi lugar. — Mi-ke…

Al parecer estaba soñando con el dejador, Mike Newton, su novio de hace casi dos años que salía en Wikipedia. Eso, por extraño que parezca, me hizo cabrear y dejar de mirar su culo fofo y feo. Me dedique mejor a ignorar sus gemidos y me pasee por su espacioso cuarto, viendo que también tenía un enorme puerta-ventana que daba a un balcón, y ese balcón daba al pequeño patio/bosque que tenían atrás. Sin alarma.

Jodidos ricachones confiados.

Regrese a mi cuarto y puse música desde mi reproductor, a todo volumen para despejar mi mente. Como cada día, comenzaba con mi repertorio de Rap para calentar y hacer ejercicio que me mantenía en forma, ágil, guapo y atlético.

Si bien no era muuuuuuuy musculoso, como la Roca, si marcaba mis playeras y mis brazos eran dos duras rocas macizas que dejaba locas a las mujeres. Mi pecho no era grande pero si duro, velludo y estaba putamente orgulloso de ello, tenía cuadritos en el abdomen y esa uve que señalaba el camino al paraíso para las mujeres. Mis piernas eran fuertes, peludas y muy varoniles. Todo yo era grande, fuerte y varonil. Todo yo.

- no como el jodido y enclenque Mike Newton…

Primero empezaba calentando, estirándome de piernas y brazos, girando mi torso de lado a lado y la cintura del mismo modo, luego giraba mis hombros y de ultimo mi cabeza, me ponía a marchar en mí mismo lugar y poco a poco le subía la intensidad hasta hacer que mis pies solo tocaran el piso un segundo y mis manos al siguiente, luego corría en mi lugar, me tiraba al piso y hacia lagartijas, abdominales y sentadillas. Practicaba un poco de patadas y golpes y corría de lado a lado, lo que me permitía el cuarto.

Un grito de ¡apaga eso, es temprano, deja dormir!, de Isabella, me hizo reír, así que le baje a la música y me reí tan fuerte como pude y le volví a subir. Por ningún momento dejaba de entrenar, salvo la vez que, intentando alcanzar al idiota de Laurent él me había lanzado un cuchillo, clavándose en mi hombro y jodiéndomelo, pasando meses en recuperar la movilidad y sin poder hacer ejercicio. Ese día, había perdido más que la movilidad total de mi hombro…

Con más energía, gracias al recuerdo, seguí haciendo ejercicio, terminando todo sudado y cansado. Mi estómago protestó por pasarme la hora habitual de comida, así que salí del cuarto y me dirigí al comedor.

— ¡Lupe estoy muerto! — dije llamando al ama de llaves, cocinera, niñera. A ella la había conocido ayer, después de regresar a la casa, y como toda mujer caliente de atención, me miro como un pedazo de filete. La mujer tendría como cincuenta años, no es que yo sea jovenzuelo, pero aun así, solo le sonreí y fui educado por primera vez en años.

En la mesa estaba Isabella, yo-cuido-lo-que-como, Swan, comiendo solo fruta y un puñetero vaso de jugo de naranja. Ella no se fijó en mí, ni un solo minuto. Perfecto. Me agache hasta su altura y deje un sudado y sonoro beso en su mejilla, haciendo que ella cerrara los ojos del asco.

— ¡uy pero que genio! — dije divertido. Lupe me trajo la comida y le agradecí de la misma manera, para que la mimada aprenda como debe reaccionar una mujer ante un hombre caliente como yo. — ¡uy, gracias Lupis! — y la bese, ella sonrió y al mirar a Isabella, para comprobar su reacción, ella solo torció los ojos. — ella si los aprecia, fíjate. — ella volvió a torcer los ojos, aún más exageradamente que la vez pasada. — amargada.

Yo iba por mi segundo plato de huevos revueltos, tocino y hot cakes, cuando la mimada iba apenas un poco más de la mitad terminado. Perdido en el rico sazón de Lupe, y pensando seriamente en secuestrarla para llevarla a casa de Carlisle, no me di cuenta en qué momento se fue.

- ¿se opondrá al secuestro? - me pregunté a mí mismo, viéndola como se divertía por mi incivilizada forma de comer. - naaaa, al contrario, estará a sus anchas siendo la única mujer en una casa de tres hombres fuertes, como a ella parecía gustarle, y cocinando día, tarde y noche, lo que parecía también gustarle.- Carlisle se moriría al ver que llevaba a una mujer a mi regreso y estaba seguro de que tanto él como Garrett la amarían al segundo siguiente de probar sus huevos.

Ella se llevó mi cuarto plato, ofreciéndome un quinto pero por el bienestar de mi hermoso físico, tuve que declinar.

Ya saciado y con ganas de ver algo de tele, me dirigí a la sala, soltando un ¡aquí estas! Cuando vi mi objeto amado número dos. La tele gigante de Charlie.

— ¡¿ahora qué quieres?! — dijo una irritada Isabella desde el sofá, viéndome con odio.

Por una vez en veinticuatro horas, yo no la quería joder. Era tan silenciosa y pequeña que no la vi al entrar.

— No te busco a ti, buscaba a esta jodida signorina — dije apuntando a la tele. Ella bufó y yo la ignore, tomando el control y buscando en los tantos canales que tenían, algo que ver.

Las luchas de la WWE, estaban a la mitad cuando llegue a ese canal. Le subí al televisor y me divertí viendo como los luchadores se golpeaban, se decían de cosas.

Estaban a punto de salir las divas, las hermosas y sexys divas, cuando mi diva personal se levantó de su lugar y me arrebato el control. La mire a la cara, y tenía toda la pinta de furia/maldad que le volví a leer las negras intenciones.

— ¡ah, no, señorita mimada, eso sí que no! — dije extendiendo mi mano para que me devolviera el control.

— ¡Oh, sí! ¡Claro que sí, vas a ver…! — dijo cambiándole de canal, a una película mamilera de romance.

— ¡oye, estaba viendo eso! — soné patéticamente suplicante y marica. — no estoy jugando señorita mimada, dame eso. — ella me sonrió malévolamente y lo volvió a cambiar. — estoy. Perdiendo. Mi. Maldita. Paciencia. Chica. Jodona. Dame. Eso. — dije entre diente y tratando de arrebatarle el control. Ella corrió a su lugar y lo escondió detrás de ella. — ¡ja! ¿Crees que tu pequeña espalda me va a detener? — me levante de mi lugar y me acerque a ella, como un depredador a su presa. Pude ver el pánico en sus ojos.

Hasta que el idiota de charles se asomó por la puerta y ya no pude hacer nada.

Yo estaba viendo la tele primero, yo la había prendido primero. Ella estaba ahí leyendo desde que llegue, eso no era justo.

— ¿acaso es la única jodida tele que tienen en esta maldita mansión? — pregunté al no recordar haber visto ninguna otra en mi reconocimiento de la mansión.

Charlie y la mimada asintieron, diciéndome lo que ya creía saber.

— malditos ricos codos. — dije pasando a su lado.

Mimada, dos. Masen, dos. Odiaba verme empatado, pero la mimada sabia como jugar.

Llegue a mi cuarto y me metí al baño, dándome una rápida lavada por todo el cuerpo para relajarme de mi irritación. Cuando salí, tenía todo el cabello chorreando y oliendo a hombre, la toalla envuelta en mi cintura, y dejando un rastro de gotitas al salir del baño e ir a buscar algo para ponerme.

Unos pequeños toques en la puerta, me detuvieron de seguirme poniendo mis boxers.

— ¿Qué mierda quieren ahora? — dije enojado y tirando mi zapato a la puerta. Por un momento temía que fuese Lupe, asustándola con mi temperamento, pero fue la amortiguada voz de Isabella la que me contestó.

¡oye! Es madera fina. — e intentó abrir como la vez pasada, pero esta vez fui más inteligente y la tranque antes.

— ¿Qué quieres niña jodona? — y le lance el otro zapato.

decirte que en la tarde salgo a la plaza, no tengo que agregar que tu vienes conmigo. - ¡maldita hija de la…!

Enojado aventé otro zapato y escuche su risa amortiguada.

Solo llevábamos veinticuatro horas conviviendo y ya me quería presumir cual perro, delante de todos. De seguro quería que todos vieran que la mimada hija de Charlie Swan, futuro gobernador de New York, ya tenía un guardaespaldas. Como si yo fuese un jodido bulto o accesorio de novedad.

Estaba leyendo otro libro, esté de acción, (porque ni de coña me leo algo de zombis cuando pasare la tarde con la mimada) cuando ella volvió a golpear a mi puerta e intentar abrir. Lástima que no tenía zapatos al alcance.

— ¿ahora qué coño quieres?

ya llegó el taxi, apúrate a bajar.-¿taxi? - pensé desconcertado, pensé que iríamos en limosina o una cosa extravagante y de ricos.

Y efectivamente, afuera de la mansión había un taxi esperándonos. Ella y yo nos subimos atrás, un poco apretados por el espacio reducido del coche y nos dirigimos al Time Warner Center.

Isabella se pasó tres horas, tres puñeteras horas, yendo de local en local, viendo ropa, zapatos y más ropa. Yo esperaba impaciente cuando fuera a la sección de ropa interior, pero jamás se acercó a ella.

- Nota mental: destruir todas las bragas que se puedan.

Era cansado e irritante verla de aquí para allá y sin comprar absolutamente nada.

— ¿te quieres apurar? Hay un partido de futbol que quiero ver — ella se voltio, viéndome inocentemente.

— ¿enserio? — preguntó agitando las pestañas. Distrayéndome.

—… si… así que apúrate. — y en vez de enfadarse, sonrió. ¡Sonrió!

Ella miró su reloj y muy emocionada, me tomó de la mano y me llevo a una estética. Hace años que no entraba a una, solía venir con mi mamá, pero…

- no, nada de recuerdos. - me recriminé. Componiéndome.

Un hombre, no tan alto como yo, abrazo a Isabella en cuanto la vio.

— ¡HEY, HEY, HEY! — lo tomé del cuello de su chaqueta y lo separe de Isabella. — no tiene permiso de manosearla. — nadie.

— Paolo, este es el señor Ma…

— ¡Arnold Sylvester Masen Schwarzenegger! — siempre quise llamarme así. Edward Anthony Masen, no daba ni cosquillas. Pero un nombre como Arnold, Sylvester o Schwarzenegger, esos si dan miedo. — guardaespaldas oficial de la señora Swan. Contratado para matar a cualquier persona que se le acerque demasiado. Tiene suerte que hay gente aquí o usted estaría en el piso, muerto.

Isabella fue la primera en reírse, a carcajadas y después le siguieron Paola y la recepcionista. - estúpidos hijos de la… deben temer al nombre del hombre. Estúpida mimada y sus risas inoportunas.- estoico, como no me sentía, me aguante las risas hasta que por fin decidieron parar.

— bueno señor Masen Schwarzenegger, mi nombre es Paolo Stan, contratado para peinar, maquillar y CONSENTIR a la señorita Swan.

— sí, ya me imagino las formas de consentir a la señora Swan.

— claro que si guapo, también te puedo consentir a si gustas. — y me guiño un ojo. — por el mismo precio de preferencia, ya que me hiciste reír. — y tuvo la osadía de tocar mi brazo.

Me aleje de él y me acerque más a Mimada.

¿Cuánto tiempo vas a tardar aquí Mimada? — le susurre. Ella hizo un gesto para que me agachara aún más; ella sí que era pequeña.

el tiempo que le lleve a Paolo acabar con toda esa melena, señor Schwarzenegger. — ella pegó sus sensuales labios a mi oído. Nada de lo que dijo tenía algo remotamente sexual, pero que me castigue Dios, si yo no me excite al sentirlos tan íntimamente en mí.

Paolo carraspeo y alejo la silla para que Isabella se sentara, pero ella no se movía, al contrario solo tenía sus penetrantes ojos azules en mi mirada, luciendo expectante. Volví a mirar a Paolo y esté sonreía de la misma forma. - ¡oh, no! ¡Ni de coña!

Salí de la estética como alma que lleva el diablo. Jamás tocarían mi cabello, era MI cabello, mío, y era hermoso tal y como estaba, tal vez un tanto descuidado, pero aun así, hermoso.

— ni de coña me cortaran el pelo, Niña Jodona. — dije cuando me alcanzó, empujándola levemente a un lado. — ¡que se vayan a la mierda tú y Paola! — grite.

— ¡si, como tu dinero porque estas despedido! — dijo sin inmutarse. Mierda. Con mi dinero nadie se metía, además de debía un jodido coche nuevo.

— si no me gusta cómo queda, haré un jodido trasplante de pelo con tu maldita cabeza. — ella sonríe, como si ya hubiese ganado. — y no estoy jugando. Te dejare tan pelona como el coño de la Spears. — eso le borro la tonta sonrisa de la cara.

Diez minutos después, estaba taladrando a Mimada desde el espejo, odiando cada minuto que Paola tocaba mi cabello y parecía acariciarlo en cada instante. Él lo lavo, lo acaricio y lo peino, mostrándome lo largo y descuidado que estaba realmente.

Tuve el impulso de cerrar los ojos hasta que todo esto pasara, pero quería borrar la odiosa sonrisa burlona de Isabella, así que me aguante el manoseo innecesario.

— ahora vuelvo Paolo. — dijo cuando ya habían terminado con sus uñas. — déjalo Di-vi-no. — y me revolvió el pelo.

Ella salió del privado y Paola empezó a tocarme más de lo necesario.

— ¡Hejejey! Tal vez no sea el Schwarzenegger que esperabas, pero se patear como uno. Así que deja tus jodidas manos en mi pelo lo necesario para dejarlo bien, ¿entendido? — él soltó un ash, pero asintió. — bien, ahora continua.

Tal vez no era muy lógico de mi parte amenazar a alguien con tijeras y que manejaba m cabello, pero era en serio la amenaza, si esto salía jodidamente mal, la mimada terminaría pagándolo.

— cariño, cierra los ojos, relájate. Parece que te estuvieran metiendo un palo por el culo. — dijo sobándome los hombros y riendo de su propio chiste sin gracia. — prometo dejarte hermoso, tanto que tendrás a tu chica con la boca abierta.

— Isabella no es…

— ¡oh, no tontito! No me refería a ella. Ella tiene el corazón ocupado por lo que oigo. — dijo quitándole importancia y mientras él me cortaba y le daba forma y tratamiento a mi pelo, solo pude escucharlo hablar, hablar y hablar.

Lo juro, mi nivel de paciencia subió varios grados.

—… y entonces conoció a este Jacob. Dice que solo es amigo, pero veo como lo trata. Mi sobrina, Karla, es compañera de salón de ese tal Jacob. Dice que él…

Y bla, bla, bla, bla.

— bueno, ya estas. — y le dio la vuelta a la silla para que pudiera verme. — ¿te gusta? — - buena pregunta.- pensé viendo mi reflejo en el espejo. Aun no sabía si gritarle al idiota de Paolo por haberme quitado casi todo mí preciado pelo, o igual llevármelo a la casa de Carlisle. Aunque mejor no, con una mujer persiguiéndonos era más que suficiente. — Ahora vamos con la barba.

— ¡Hejejey, alto ahí Paola! Nadie, absolutamente nadie toca esta barba. Nadie. — en vez de tenerme miedo se rio, jodidamente se rio en mi cara. — ¡hablo enserio!

— cariño, cuando termine con tu barba vas a querer besarme.

— nada de joterías, cabrón. Es mi barba y me hace lucir hombre, varonil…

— nada de eso, te hace lucir viejo, andrajoso y homeless, como un… vendedor ambulante. — - ¿pero qué mierda se traen con los pobres vendedores ambulantes? - pensé irritado. — te la voy a rebajar, un poquito, solo para darle forma. Tú confía, si te gustó el cabello, te gustara la barba.

Y sin mi permiso, le puso espuma a tooooooda mi barba y comenzó a darle forma.

— y entonces te decía, Bella lo besó y desde entonces el pobre chico…

Y otra vez la misma cantaleta con Isabella y Jacobo.

— ya estas. Quedaste más que divino. — y me dio un espejo de mano para verme.

El hombre que estaba enfrente de mí, no era yo. Yo era sucio, largo y desaliñado por decisión propia. Este hombre en el espejo era, sí atractivo, seguía siendo varonil y ahora parecía distinguido… parecía mi padre, con cabello corto, en forma, y la baba, la barba era perfecta.

— no-no me gusta.

— pero…

Un jadeo y el sonido de algo rompiéndose hizo que todos volteáramos a ver.

En la puerta estaba una Isabella muy sorprendida, con la boca abierta y las bolsas de su ropa en el suelo. Ella miro hacia mi ropa y de nuevo subió la vista hasta mi rostro. Podría jurar que sus bragas ya estaban húmedas y sin tener que hacer ni mierda.

— ¿podrías dejar de verme la mierda así? — pregunte irritado. No me gustaba mi nueva apariencia, no si me recordaba mucho a mi papá. — no soy un jodido pedazo de carne. — le gruñí.

Eso la hizo despertar del asombro.

— ¡waw, Paolo te luciste! — dijo dando un paso hacia mí y dando vueltas a mi alrededor, inspeccionándome. — es… es…

— no me gusta, y tendrás que deshacerte del tuyo. — dije sonando patético. Revolviendo el poco pelo que Paola me había dejado. No era un mito que los malditos estilistas no sabían cuando pararle.

— pero te ves muy bien Schwarzenegger, más que bien. — yo seguía jugueteando mi pelo hacia los lados, como un tic nervioso que ya había dejado de hacer. — ahora solo falta la ropa.

— ¿vas a vestirme también? — pregunte, dejando de acariciar mi pelo. — ni una mierda.

— ¿no pensaras ir vestido así, a la escuela y en los eventos, verdad? — yo asentí. — oh, no. Tú vestirás como un guardaespaldas normal.

Y haciendo mi rabieta del año, pero aun así siendo ignorado completamente, estábamos en los probadores de la tienda de Dolce & Gabbana, aburrido y llorando internamente porque mi partido de futbol ya había empezado.

—… no, de todos los trajes, le queda mejor el azul, resalta sus ojos y… — discutían sobre mí, como si yo no estuviese presente.

— ¿pueden apurarse? — dije interrumpiéndolos para que me prestasen atención. — ya me canse de estarme cambiando cada cinco… ¿minutos? — Cuando salí del probador, vestido con un traje negro, corbata negra, con una camisa igualmente negra, lo escogí para representar el interior de mi alma y como me sentía en estos momentos, totalmente jodido. Pero Paola y la mimada solo volvieron a quedarse con la boca abierta, haciendo que instintivamente me llevara la mano al corto pelo que tenía y lo empezara a revolver de nuevo.

— Deja de hacer eso — me reprendió Isabella, aun con los ojos abiertos del asombro. Yo a regañadientes deje mi pelo en paz. Ella miro a Paolo y a la vez dijeron: — ¡ese! — Y gracias a Dios que después de eso pude volver a ponerme mi ropa normal.

Cuando salí, Isabella ya tenía como diez trajes para mí. De Dolce & Gabbana. Diez. Y cuando le pregunte si estaba loca por comprar tantos, ella se encogió de hombros, reforzando mi pensamiento de que ella era hueca y mimada. Sexy, pero hueca y mimada.

Cuando por fin regresamos a casa, a eso de las siete de la noche, mis pobres pies dolían, el cuello lo sentía rígido y no dejaba de jugar con mi pelo cada que no lo sentía en mis hombros. Deje caer todas las bolsas apenas entramos y arrastrándome fui a mi cuarto.

No estuve ni cinco segundos acostados cuando ella, porque solo ella sabía cómo joderme, tocó la puerta y desde afuera gritó.

ni te acomodes, báñate porque salimos a casa de los Stanley en dos horas. —y tal y como hice en la tarde, le avente mis zapatos a la puerta, soltando un grito desesperado.

Mimada tres, Masen dos… mierda.

Solo para joder, cuando salí del cuarto, salí vestido con mi ropa y gritando un ¡estoy listo! Copiado de Bob Esponja. Ella apareció del estudio de su papá, vestida nada más que con una simple tela negra que envolvía su cuerpo, la tela negra le deja al descubierto esos muslos hermosos, (mis manos picaban por tocarlos), y sus piernas se veían realmente largas con esos tacones. Mi polla empezó a despertar en el jodido momento en que subí mi mirada y la dejé en su escote. Sus pechos casi se salían de esa tela y yo parecía un sediento en el desierto. Otra vez recorrí de arriba para abajo, sí definitivamente lo que llevaba puesto era un sexy, pero en términos prácticos, pedazo de tela negra, por que llamar a eso vestido, era insultar a los que si podían ser llamados así.

— ¿Qué mierda traes puesto? — dijimos a la vez. Ella se sorprendió por tercera vez en el día y se llevó las manos a la boca. — ¡quítate eso de inmediato! — le dije cuando ella no hablo. — y ponte algo más decente. — eso la saco de su estupor, viéndome con odio y de nuevo, esas ganas de patearme las pelotas.

— pues tú también quítate eso. No pienso llevarte así a casa de los Stanley. — eso dibujo una enorme sonrisa en mis labios.

— perfecto, entonces no vamos. — dije triunfante. Ella bufó.

— dije que no iba a llevarte, no que me iba a quedar encerrada aquí contigo.

— así, no vas a ningún lado. — le dije señalando su atrevido escote y sus descubiertos muslos. — ve a cambiarte.

— solo si tú haces lo mismo. — contraatacó. Yo rechine los dientes. — te veo aquí en diez minutos.

Una hora después, estaba paseándome por el estudio, vestido como un estúpido guardaespaldas y desesperado por sus diez minutos que ya había pasado. Estaba muy cerca de dejar todo a la mierda y que se fuera sola, pero unos pasos torpes bajando la escalera me advirtieron de su presencia.

— vaya, hasta que deccc… — sí, los muslos estaban tapados pero este era aún mucho más sexy que el otro. Mi polla semi erecta estaba de acuerdo con eso.

— ¿nos vamos? — su estúpida sonrisa de auto suficiencia me estaba tentando a quitársela, (o ampliarla), de varias formas sexuales posibles. Mi polla en su boca era una de ellas.

— muévete. — dije entre dientes, esperando que ella no notara lo despierto que estaba.

Al principio me sorprendí al no ver a un taxi en la puerta, esperándonos. Ella simplemente esperó a que salga, cerró la casa y empezó a caminar calle abajo. Aun con tacones de aguja, ella camino tres cuadras hasta la casa de los Stanley, sin quejarse.

— ¡Bella! — dijo una pelirroja al verla entrar a la casa, ellas se abrazaron, pero hasta un idiota podía distinguir el mutuo odio que se traían estas dos. — ¡qué bueno que pudiste venir! Rosalie y Alice están en la cocina. — ella le sonrió hipócritamente y fue hacia la cocina. — ¿oye, y tú quién eres? — me ronroneo, acariciándome el pecho y pegándome sus siliconas. — mi nombre es Jessica Stanley.

— ¡Hola Jessica Rabbit! — dije sonriéndole de lado, utilizando mi sonrisa moja bragas y supe que en ella si había funcionado. — mi nombre es…

— ¡Masen, ven para acá! — grito Isabella, aun con la música en alto pude escucharla. Jodidamente impresionante.

— me llaman, chiquita. Pero espero verte más al rato. — dije guiñándole un ojo y ella solo sonrió tontamente. — nos vemos entonces. — me aparte de Turgencia Stanley para reunirme con Mimada Swan. — ¿Qué coño quieres?

Y entonces la vi, rubia, alta, culo grande, pechos enormes, cinturita. Dios. Mío.

— Anthony Masen. — dije sonriéndole de lado, tomándola de la mano y besándosela. — a sus órdenes.

— Rosalie…

— ella es Rosalie Hale y es mi chica. — dijo una voz algo gruesa detrás mío. Me voltee para ver quién era y una mujer, un poco más alta que Isabella estaba matándome con la mirada. — yo soy Alice Brandon.

La que respondía al nombre de Rosalie solo empezó a reírse y se acercó a Isabella, que también reía sin poder ocultar su diversión. Yo solo las mire con fastidio y me fui a servir un trago.

Ni con Turgencia Stanley ni con Tortilla Hale. Estaba destinado a estar con Mimada Swan y eso apestaba, porque la chiquilla no me pelaba ni la fruta. Pero como solía decir Garrett: "hay más peces en el mar, muchos más en un acuario". Las niñas me tiraban sus bragas, figurativamente hablando, haciéndome señas para que yo vaya con ellas y las haga gritar de placer. Sabía que con mi nueva apariencia, causaba aún más efecto en ellas que antes, el espejo y sus miradas me decían que me veía menor a mis treinta años, y yo con gusto les mostraba mi experiencia en años en la cama, pero había un pequeñísimo y pechugón problema. Isabella no me quitaba los jodidos ojos de encima.

Le guiñe un ojo a una, agitando mi cerveza hacia ella e inmediatamente Bella, como le decían sus amigos y enemigos, me jalaba hacia otro lado de la casa. Lo juro, lo único que no recorrimos fue el baño ni los cuartos. Yo hacía lo mismo cuando los idiotas se le quedaban viendo, con su jodido vestidito muestra tetas y culo. Ella solo me mal miraba y ahí sí, me dejaba solo.

Las tortugas ninja vinieron a buscarla cuando ella se había cansado de la atención y me había jalado hacia la cocina cuando estaba hablando con una tal Laura o Lauren, era igual.

— ¡ya llego Bella! — dijo Brandon, emocionada. Yo pensé que no eran muy amigas, al contrario de ella y Hale. Pero, ¿Quién entendía a las mujeres? Yo por supuesto que no. — está preguntando por ti, pero esta con Jessica, corre. — Bella grito y salió de la cocina. Yo la tome del brazo, impidiéndoselo.

— ¿A dónde carajo vas ahora? — le pregunté ceñudo.

— déjame ir, es mi momento de brillar. — me dijo mirándome entre las pestañas con un pequeño puchero en los labios, yo, sin saber porque carajo lo hice, la solté. Ella sonrió y se arregló el vestido, tomo aire y salió de la cocina.

Al voltearme, Brandon estaba sonriente.

— que te den. — le dije pasando a su lado y asaltando la nevera de los Stanley, tomando todas las cervezas que cupieran en mi mano.

Estaba en la sala de estar, pateando cacahuates con mis dedos, escuchando la música "de hoy" y más aburrido que nunca por no poder cogerme a nadie esta noche, cuando ella apareció. Borracha. Y nada decente.

Ella parecía pelearse con la boca de Jacob, (sabía que era él por las descripciones detalladas de Paola). Los dos tratando de ejercer dominio sobre la boca del otro. Él le acariciaba la parte baja del vestido, subiéndoselo hasta los muslos y ella solo le tomaba del pelo y se lo revolvía, moviendo la cara de un lado a otro para conseguir meterle la lengua más a fondo.

Pero si yo no podía, ella tampoco.

— ¡Aléjate de ella! — dije con tono de mando, tomando del cuello al chucho y rompiendo el beso con ella. — y si no quieres que te rompa los jodidos dedos, uno por uno, y con mis zapatos nuevos, es mejor que corras. — no se lo repetí dos veces. Me miro con esos ojos de borracho y salió a trompicones de la sala.

— No tenías por qué hacer eso… — dijo ella a mis espaldas, acomodándose la ropa, y con evidente borrachez en el rostro. — Él puede tocar lo que quiera, él…— eso me cabreo.

— él es un idiota que antes de entrar en ti, ya se está corriendo. — dije enojado.

— tu que vas a saber, eres viejo, eres...

Entonces la calle con mi boca. Aproveche que iba a insultarme y metí mi lengua, ejerciendo el dominio que Jacob jamás podría ni sobrio. Mi lengua saboreo y mis dientes mordieron delicadamente su labio inferior. Ella al principio no sabía que estaba pasando, pero se dejó ir, sumisa, dejando que yo hiciera todo el trabajo y gimiendo de gusto.

— Esto es lo que sé. — dije rompiendo el beso y mirándola a los ojos, esos ojos azules que estaba oscureciéndose por la lujuria. — esto es lo que se hacer.

Volví a besarla, dura y sensualmente, pasándole mi lengua entre los labios y entrando cuando ella abrió ligeramente la boca. Ella llevo sus manos a mi pelo y los enredó, jalándome para que vacilara y ella tomara el dominio, pero eso solo me prendió más y se lo mostré, pegándole mi abultada erección entre las piernas. Ella jadeo y yo la tomé de los muslos, apretándoselos como tanto quería y yendo más allá, levantándola sin esfuerzo, haciendo que enredara sus piernas en mi cintura y haciendo que se pegara más a mí.

La lleve hasta la pared y pegue su espalda en ella.

— esto. — dije frotándome descaradamente en su sexo. Ella gimió. — Esto es lo que Jacob no puede hacer, ni hará — volví a pegarme a ella y ella volvió a gemir. — esto es lo que un hombre hace. — dije frotándome en ella, llevando mis labios a su hombro descubierto y mordiéndolo ligeramente, haciéndola estremecer. Deje besos por su clavícula, cuello, mentón y lóbulo, haciéndola gemir y seguir frotándose sobre mi duro miembro, volviéndome loco. — Esto es lo que un viejo provoca en ti. — pero no continúe besándola, solo la mire a los ojos y ella también. Los dos jadeando y retándonos a continuar.

Si era sincero, era difícil saber si podía continuar.

— ¿Bella? — Rosalie entro a la sala y yo la baje apresuradamente, pegándola más a la pared y poniéndole una mano en la boca para que se callara. Estábamos protegidos por la oscuridad que la puerta nos brindaba, gracias a Dios — ¿estás aquí? — ella espero unos segundos, pero al no ver movimiento, simplemente cerró la puerta y se fue.

Mierda que cerca estuvimos.

— quiero ir a casa. — dijo cuándo quite mi mano de su boca, llevando sus manos a su vestido y bajándoselo. Su rostro estaba rojo y avergonzado. — y quiero irme ya. — yo solo asentí a su orden y tome mi chaqueta del sofá, la seguí tiempo después. Ella no se despidió de nadie, simplemente siguió su camino hasta la puerta y salió al frio exterior.

La muy inteligente no había traído un saco o algo que la protegiera del frio de la madrugada.

— ten. — dije poniéndole el mío en los hombros. Ella solo asintió y se metió más entre el saco, protegiéndose. — vamos a casa.


Intenso… ejejejje Espero les haya gustado. ¿Qué les pareció el cap? xD

Agradecimientos:

Muchas gracias a todas (tanto Fanfiction como Facebook y hasta mis lectoras fantasmas jejeje xB) por leerme y dejarme sus reviews, no saben cómo me encantan, me alegran y me hacen el día! Lo juro, son las mejores! :3 también por agregarme como favorita y alertas:

A mis más de 150 chicas en Facebook que me comentan y me dan like! :3 También A: KoibitoNina; Danielitaavahen; pili; Danny Fer D'Rathbone; Puchipu; Dushakis; Sky Twicullen; TheYos16; VampireQueenR18; . .Night; ; Sidney Uchiha Hale Malfoy; DanielaMc1; Zary65; DarkWardObsession; xxxprincessauraxxx; cullen calcetines; beky09; IxaFreakBedoya; Crepusculo-Total; bbluelitas; covaric; ; Nadiila16; alondrixcullen1498; Anilu-Belikov; Little Whitiee; Nayleth Mayerlyn; Diana; annielopsa; Anme28; ashleyswan; krisvampire; karen medina; Vero Grey Cullen; Hanna Daz; SolitariaCullen; Bangerz; Danys PAttinson; Diana; NaNYs SANZ; Sindey Uchiha Hale MAlfoy; elena robsten; phoenix1993; kimberly zapin; isdur; whitiee; Nadiia16; Heart on Winter; semivampiro; guest; Grecia Anastacia; Romina512; Lyd Macan; cinsygonzalez; Hanna Daz; RoseCaoba; isa Kathe; pili; mahely; Aru1313; LeviCullen; ashleyswan; chovitap; Issa Swan De Cullen; eli1901; Maayraaykalebb; ztrella znxez; ; GATITHA VAMPIRICA; Glam09; WEN LISS; miki03; ; BeLeNxiiiZzz; NS-jasper; Lady Etain Engel; lalyrobsten; marcelw; Lore562; anekka; yeray; NaNYs SANZ; Loca anonima; .750; Littleponny123; FerHdePattinson; Tanya Masen Cullen; Zafirocullen22; MarielaArgent; vampire1312; emily-FC; Diablillo07; mmavic81; susana vazquez; Aliz Cullen; sarita1234; Anayka16; Casandra D´Everlak; sandy56; Natsumi Miu Royama Godo; AAPD1095; EsteVas; Naty de Mikaelson; Gaby Rivera; ; Liza de Cullen; AdriZuMe Cullen; gears5233; Stefanny Cullen-Swan; caritoreh; rjanavajass; ang3lpop; keit Alice Cullen Masen; Maciel Vulturi de Salvatore; ; Narraly; tinavcullen; JELEY20; Yoliki; LUNATICO0030; Mikagiss; Allegra Salvatore; Is Swan

Muchísimas gracias.

Nos vemos en el siguiente cap.

Las amo.