Tú jodido ángel guardián.
Advertencia: Esta es una historia que se va a desarrollar con diferentes puntos de vista o POV´s. Cualquier duda, están los reviews o en mis mp igual pueden contactarme. Los nombres de los personajes son de la grandiosa Stephenie Meyer, pero la idea es original y de mi autoría. Contiene temas sexuales… muy sexuales y explícitos que ninguna mama quisiera que su hijita leyera, lenguaje vulgar y fuerte, final lacrimógeno (pañuelos se venden por separado).
No es apto para menores de edad.
Un saludo a todas y todos aquellos lectores que aun siguen conmigo en espera de nuevas aventuras. Les llevo siempre en el corazón! 3
Que lo disfruten.
BELLA POV.
Habían pasado dos semanas desde el fracaso de mi plan. Desde entonces Jacob solo parecía arrepentido por no entender lo que pasaba conmigo y Masen. Solo parecía querer golpearlo cada que se acercaba a mí.
Mi padre había regresado de su viaje sano y a salvo gracias a Garret.
Mi vida seguía más o menos igual, las únicas cosas que cambiaban eran mi amada libertad y mi entorno, que ahora estaba llena de testosterona extra. Al parecer Charlie secretamente hubiera preferido tener varones en lugar de a mí, y de tener un par, para compartir toda clase de juegos.
No me malinterpreten; ver feliz a mi papá me hace feliz a mí también, pero algo no me permitía ver a Masen como un hermano. Garret, desde luego que sí. Tonto, atrevido, alocado y cabeza de chorlito, era el que nos sacaba risas a todos por todas las tonterías que hacía. Ninguno de los dos lucía como un guardaespaldas.
Solo durante las mañanas.
Desde el regreso de mi padre al día siguiente de mi "travesura", Masen decidió por mí que sería mejor tomarme un tiempo de la vista pública, y de la escuela, a lo que Charlie no tuvo ningún reparo en estar de acuerdo con él y ahora me la paso en casa las 24 horas del día.
La parte buena es que mis mañanas son ruidosas, sudorosas y atractivas.
Cada mañana a las cuatro y treinta del día, con la música a todo volumen y comenzando a ejercitarse, están Masen y Garret bajo mi ventana. Para las 6 de la mañana yo me encuentro también sudada y con mis partes íntimas muy mojadas por el espectáculo. Ver a Masen entrenar y luchar contra Garret simplemente es sexy y no puedo evitar imaginármelo.
Cada mañana después del espectáculo, bajo a desayunar junto con mi padre, y los chicos. Desayunamos ruidosamente, y mi padre y Garret salen a ser sus deberes. De vez en cuando Masen se larga a donde sea que se largue un hombre soltero y luego de unas horas regresa con una sonrisa tonta, peleamos y yo lo odio por eso.
Mis amigas RosEmmett y JaspAlice vienen de vez en cuando a verme, al igual que Jacob, pero siempre bajo la mirada de halcón de Masen.
— Ya la otra semana será el baile para la recaudación de fondos de los niños con cáncer. ¿Ya tienes tu vestido? — Jaspalice siempre se emocionaba con los bailes de recaudación. Cada año le atinaba a la temática y esta vez sería de máscaras. Al parecer no habían pasado de moda.
— Sí. Ya Renee consiguió algunos atuendos para mí. En estos días que termine con mi padre vendrá para que los vea y apruebe.
— ¡Sera tan emocionante!, ¿ya tienes con quien ir?, ¿Jacob te ha propuesto algo?
— Por el momento todavía no tengo con quien ir — dije desanimada y Masen carraspeó ligeramente a mis espaldas. — Pero no faltará alguien realmente guapo que me invite a ir o que me haga compañía durante el baile. — todas nos reímos como colegialas enamoradas. El baile les emocionaba a ellas, yo tendía que seguirles el juego.
Un gran papel para la hija de un político.
El teléfono de Masen sonó en ese momento y apenas pude oír lo que decía y a quién se lo decía.
— … Iré para allá. — Colgó la llamada y se acercó a mí. — Tengo que irme, me surgió algo. Cualquier cosa… Llámame. — se despidió de las chicas y salió de la habitación.
RosEmmett todavía lo veía con cara de pocos amigos. Todavía no aclara su mente de sí le gusta o lo odia. JaspAlice sí que lo odiaba.
Las chicas se fueron después de unas cuantas horas más. Lupe preparó la cena y mi padre y Garret nos acompañaron a cenar, pero Masen no volvió.
Ni ese día ni los 5 días siguientes.
La primera noche me alivie de no tenerlo como halcón sobre mí; la segunda noche empezaba a ponerme nerviosa de que ni siquiera llamara, y para la tercera noche ya mi mente se imaginaba los peores escenarios posibles.
La llamada que recibió Garret, días después, tampoco ayudó mucho.
Estábamos en la sala viendo un partido, o mejor dicho ellos veían un partido, cuando el teléfono de Garret sonó. No alcance a leer quien llamaba ya que con apenas ver quien era, Garret se levantó del sofá, se disculpó con nosotros y salió al pasillo.
— ¡Pásala, pásala! — gritaba Charlie a la pantalla mientras bebía un sorbo de su cerveza.
— Ahora vuelvo papá. — le dije tocando apenas su hombro y levantándome. Él solo asintió y siguió viendo el partido.
Silenciosamente me acerqué a la puerta y la abrí, asomándome solo para ver si Garret seguía en el pasillo, pero no estaba. Seguí caminando un poco más cuando Lupe salió de la cocina.
— Mi niña, ¿se te ofrece algo?
— ¿Has visto a Garret? — ella me miro un poco extrañada, pero señalo hacia el patio. — Gracias Lupe. Papá sigue en el salón, me pidió si puedes llevarle comida. — le mentí — voy a preguntarle a Garret si quiere algo también. — ella asintió y se metió de nuevo a la cocina.
Salí al patio y por fin vislumbre a Garret, estaba en lo más oscuro, hablando en susurros.
— ¿… saldrá de esta? — pregunto angustiado. — ¿tres impactos de bala? — lo escuché enojado y yo me puse pálida. — ¿está perdiendo mucha sangre?, ¿pero qué mierda fueron hacer ahí?, ¿venganza? — hubo un enorme silencio, solo se oía el sonido de los insectos nocturnos. — ¿Masen, está muerto?
— ¿Qué…? — Garret rápidamente dejo caer el teléfono para poder atrapar mi cuerpo, porque en el momento en el que escuche que Masen estaba muerto, todo mi mundo se volvió negro.
Una mano cálida y un olor particular, me hicieron despertar y salir de mi mundo oscuro.
— Eso es, despierta. Poco a poco. — Con la visión borrosa, pero una audición perfecta, pude reconocer que era Masen. — Eso Mimada, mírame. Soy yo. — él me apartaba delicadamente el cabello de mi cara. — Quién diría que te importo demasiado como para desmayarte, ¿eh? — sonaba burlón pero aliviado.
Como pude y con la fuerza que tenía lo rodee con mis brazos y lo abrace lo más fuerte que pude. Él se quejó, pero no me pidió que lo soltara, simplemente pego más su rostro a mi cabello y olio mi aroma.
— Te creía muerto. — afirme sobre su hombro.
— Tendrás que creer más fuerte si eso es lo que quieres, Mimada. — dijo sonriendo. Me beso el tope de mi cabeza y poco a poco me fue soltando.
Al verlo no pude evitar soltar un quejido de miedo.
Tenía el ojo izquierdo morado, una raya más sobre la mejilla y estaba vendado del hombro hasta la mitad del cuerpo. Apenas y estaba vestido con una camisa abierta, dejando ver las vendas y un pantalón de mezclilla manchado de tierra y al parecer sangre.
Quería preguntarle muchas cosas, demasiada información y cuestionamientos rodeaban mi cabeza, tanta que comenzó a dolerme de nuevo.
— Estoy bien y es todo lo que necesitas saber. — dijo de manera seca y cortante y yo lo mire un poco enojada. — Las heridas sanan y la mascará cubrirá el moretón. Estaré bien para el baile — dijo con una sonrisa de lado.
El baile, era hoy, y no podría importarme en lo más mínimo.
Lo tome del rostro con mis dos manos, mirando su ojo morado y su herida en la mejilla.
No sabía si fue su olor, su vulnerabilidad o mi rendición ante él, pero lo bese. Ahí mismo, sin ningún tipo de duda.
Mi llanto de la otra noche no fue por el rechazo de Jacob, no fue porque seguía siendo virgen. Temía aceptar la dolorosa verdad.
Me había enamorado de Masen, de mi guardaespaldas.
De mi jodido ángel guardián.
El beso se sintió mojado y salado, por mis lágrimas de rendición; Dulce, por las caricias de él; Bien, por el recibimiento que tuve, y correcto porque, aunque él no dijera nada, sabía que también estaba esperando este momento. Sabía que también él sentía algo por mí.
La noche llego y con ella el baile.
Masen, después del beso, había desaparecido junto con mi padre y Garret todo el día, dejándome en manos de RosEmmett y JaspAlice para vestirme y dejarme linda.
— ¡Estás preciosa!
— Más que preciosa, ¡Divina!
— Más que divina, ¡Una D iosa! — se pusieron a debatir mientras me daban vueltas y vueltas para verme por todos los ángulos posibles.
— Listo, listo. Ya. Estoy linda, estoy divina y estoy mareada. Gracias. — Ellas solo empezaron a reírse mientras recogían todo el tiradero de maquillaje, ropa y toallas.
Unos tímidos golpes sonaron en mi puerta.
— ¿Puedo pasar? — un Charlie recién bañado y listo para el baile se asomó por la puerta.
— Adelante papá. Puedes ver. — él entro y Garret detrás de él. Los dos con admiración en la mirada.
— Estas hermosa, te pareces tanto a tu madre. — dijo mi padre tomándome de las manos.
— Esta muy linda, señorita Swan. — dijo Garret y en seguida aparto la mirada.
— ¿Están listos?, ¿Masen vendrá?
— Dejo dicho que nos alcanzaría en el baile. Primero se va a cerciorar de que el lugar sea seguro para todos. Está trabajando junto con otros chicos de… la agencia, para que nada le pase esta noche.
La hora del baile llego y con ella 3 personajes más que cuidarían de nosotros. Benjamín, el risueño; Eleazar, el serio y Nahuel, el feroz.
Benjamín era alto, delgado y aunque su estatura intimidaba, su sonrisa espontanea parecía tener el poder de disipar cualquier miedo. Eleazar era elegante, serio y tenía la mirada en todos lados. No parecía perder detalle de nada, pero Nahuel, Nahuel no parecía humano. Nahuel era el más alto de todos y permanecía siempre detrás de Masen. Al ver su mirada, me recorrió un frio por toda la espalda. Sus ojos eran negros, vacíos; su musculatura era grande y llevaba una barba que, aunque se veía cuidada, parecía de matón de películas antiguas.
Todos estaban de traje, escuchando las ordenes de Masen. Al acercarnos todos asintieron como saludo y fueron a tomar sus puestos. La música ya se escuchaba y también a los bailarines.
— Estas hermosa. — me susurro como saludo Masen, apenas llegue a su altura. Se veía hermoso con su traje negro y su máscara que cubría la herida de su ojo y su mejilla. No pude evitar tocarle la cara y mi padre, detrás nuestro, carraspeo de desaprobación.
— Señor Swan, será mejor que vayamos a la mesa y…
— Charles, que milagro. — Masen se quedó helado al lado mío, al igual que Garret. — Isabela, divina como siempre. — Aro, como no, me tomo de la espalda que traía descubierta y me obligo a bajar a su altura para poder recibir un beso en la mejilla. — ¿Quién es tu acompañante? dijo con ironía.
—Candidatos… — Interrumpió en ese momento Irina, la organizadora del evento benéfico. — Por favor. Es momento de tomar asiento, podrán debatir, luego. — Riendo, me tomo de la mano y me alejo de Aro.
— Gracias — le susurre apenas nos alejamos de él.
— De nada cielo, cuando quieras. — volvió a sonreír. — Tienes que darme alguno de tus galanes. Él que esta con tu padre, se ve prometedor. — las dos miramos a Garret en ese momento. Es cierto que tenía lo suyo, y si no estuviera de por medio cierto tarado, también él podría gustarme, pero al parecer soy chica de un solo hombre.
— Según tengo entendido es soltero. — dije sonriendo y saludándolo cuando nos miró.
— Me gustan más casados y con dinero, pero podría intentarlo. — Me guio a la mesa, preguntándome más cosas sobre Garret y al final me dijo que le diera su número si es que él estaba interesado.
La cena transcurrió entre platicas de todo tipo, risas y caricias bajo la mesa por parte de Masen.
— M. — la mano de Nahuel, grande y tosca, se posó sobre el hombro de Masen antes de agacharse y susurrarle algo al oído. No pude escuchar bien ya que, en ese momento, Irina invitaba a todos a la pista de baile.
Cuando mire de nuevo a Masen, Nahuel había desaparecido.
— Ven, vamos a bailar.
Los dos miramos a Charlie para su aprobación, y este asintió mientras seguía platicando con Renee y Phil.
En sus brazos me sentía protegida, me sentía en las nubes. Bailábamos como si no hubiera nadie a nuestro alrededor; él me sostenía de la cintura ya que su brazo izquierdo seguía vendado, y yo lo tenía agarrado del cuello, acariciando su cabello mientras nos movíamos al compás de la música.
Me sentía en un sueño…
Hasta que se escucharon unos disparos y luego todo quedó a oscuras.
No podía ver nada, sentí como era alejada de Masen. Me tomaron tan fuerte que se me salió el aire y se me dificultaba respirar. A mi alrededor todo era gritos y caos; la gente gritaba y se escuchaban más disparos.
Yo quería desprenderme de mi captor. Intente pateando, mordiendo y dejando caer todo mi peso, pero nada funcionaba.
Mi captor seguía corriendo, abrió la puerta de escape y salimos al frio de la noche.
Antes de poder mirar para saber dónde estaba, fui lanzada al suelo bruscamente y luego recogida del cabello para levantarme. No me había dado cuenta de que estaba llorando hasta que alguien me abofeteo y me dijo que parara de llorar.
— Bien hecho — dijo Aro apareciendo detrás del contenedor de basura, junto a tres de sus guardias. — justo a tiempo. — Le lanzo lo que parecía ser una maleta y esté la atrapó al vuelo. — Ahora ten tu dinero y lárgate.
Con mi borrosa vista pude distinguir a quien felicitaban.
Era Masen.
Me sentí enferma.
Estaba a punto de gritar cuando volvieron a golpearme, esta vez en el estómago y escuche un disparo muy cerca de mí.
Quede inconsciente, solo con el recuerdo borroso de Masen siendo quien me entregaba a Aro.
