El sonido de un disparo resonó por el exterior como los truenos de la tormenta, la lluvia comenzó a caer con más fuerza repiqueteando con violencia en los cristales.

-¿Habéis oído?- preguntó Scar.

-Obviamente.- dijo Frollo.

-Por el sonido diría que viene de la entrada principal, y que era de una escopeta.- dijo el capitán Garfio.

-Tal vez haya vuelto alguno de los villanos cazadores y haya visto algo.- sugirió Scar.

-Vamos, deprisa.- dijo Úrsula corriendo hacia la entrada seguida por los demás.

El grupo se apresuró a llegar a la entrada principal, pero Frollo los detuvo.

-Un momento, ¿quién dice que el responsable de esto no se encuentra ahí fuera? Tal vez sea una trampa.- advirtió el Ministro de Justicia.

-Tiene razón, estad alerta.- dijo Garfio.

-Iré yo.- dijo Úrsula, soy la única aparte de Jafar que tiene poderes mágicos, tendré más facilidades para defenderme si pasa algo.-

La bruja del mar tragó saliva notando como se le hacía un nudo en la garganta, tenía miedo, nadie la culparía de eso, pero sobre todo la preocupaban sus compañeros, muchos de ellos no poseían magia como ella, si ocurría algo, solo quedaría la antiguo visir para defenderlos.

Asomó el cabeza para identificar el terreno, no había nadie más allí, adelantó su orbe de luz al exterior para iluminar mejor, tal vez la culpable se escondiera entre las sombras, pero no había nada, movió la luz hacia ambos lados, en un radio de un metro, pero tampoco vio nada; lo que si vio sin embargo, tirado sobre el camino de ladrillos de la entrada, a los pies de las escaleras, era el cadáver de Gastón, tendido en el suelo; la causa de su muerte era evidente, alguien le había propinado un disparo entre los ojos como a un ciervo en una cacería, la herida aún gorgoteaba hilos de sangre por su cara, mezclándose con los charcos de lluvia. Asustada, Úrsula dio un par de pasos saliendo tras la puerta principal, giró de nuevo su cabeza, pudo ver al resto de villanos observar a través de las ventanas con temor. Bajó con cautela las escaleras mirando a los lados continuamente, girando su cabeza en todas direcciones, su corazón latía, sus músculos se tensaron, no quería avanzar más, sus piernas no respondían, pero se obligó a caminar hasta el cadáver, tal vez tuviera alguna pista que les ayudara, el orbe de luz se posó sobre el cuerpo del cazador abatido, como si fuera la pieza de caza de alguien, entonces lo notó, obviamente el disparo tendría que provenir de algún arma y si bien era posible que el acosador la llevara encima todo este tiempo, la escopeta que Gastón siempre llevaba a sus espaldas no se encontraba con él, ni sobre su espalda, ni tirada en el suelo; Úrsula registró el suelo, nerviosa, el césped, pero no vio nada, no había armas en ningún lugar, y sabía perfectamente que Gastón no se desharía de ella a propósito, retrocedió dando pasos hacia atrás, miró en todas direcciones, no se atrevía a darse la vuelta solo para recibir un tiro por la espalda.

-Es Gastón.- anunció ella al entrar.- Le han disparado.-

-Así que quien nos persigue está armado.- dedujo Frollo.

-¿qué tipo de bala era?- preguntó el pirata.

-¿eso importa?- cuestionó el león.

-Tal vez forcejeó y el atacante pudo quitársela.- sugirió el Ministro.- Y dispararle con ella.-

-No podemos estar seguros de eso.- dijo Scar.

-En realidad sí.- interrumpió Garfio, todos lo miraron curiosos.- Ningún villano de la mansión tiene el mismo tipo de arma, si consiguiéramos una bala como las que han usado contra Gastón yo podría identificar de que arma se trata, y tal vez a su dueño y al responsable de las muertes.-

-¿Puedes hacer eso?- dijo Frollo incrédulo.

-La vida de pirata tiene sus ventajas, Ministro.- Todos se miraron entre ellos, era obvio que se cuestionaban lo mismo. ¿Quién saldría?

-Debería salir yo.- dijo Úrsula.- a no ser que los últimos cinco minutos alguno de vosotros haya conseguido habilidades mágicas sigo siendo la única persona además de Jafar en el grupo que puede usar la magia para defenderse.-

-Está bien, pero date prisa, no te quedes más de lo necesario fuera, no sabemos si quien está detrás de todo esto sigue por ahí fuera.- aconsejó el pirata sentándose en una silla después de encender un candelabro de pared cercano para iluminar la estancia con unos fósforos de su abrigo.

Úrsula corrió hacia la exterior una vez más, se agachó rápidamente, manchando de barrio las faldas de su vestido y empezó a revisar el cadáver, se había arrodillado a la altura de la cabeza, alargó su mano derecha temblorosa a la herida de bala que Gastón tenía en el cráneo, la temblaban los dedos, bajó el índice y el pulgar nerviosamente hasta la herida, pudo notar la textura de los músculos y capas de piel desgarrados por la bala, eran de un tacto chicloso y resbaladizo, sus uñas dieron con algo duro y de superficie plana, la parte trasera de la bala, entonces, una voz desde atrás la asustó, haciendo que cayera de bruces contra el suelo.

-Úrsula...¿qué estás haciendo?-