Sonambulo: Una persona que camina dormida

—¿Seguro que estas bien? —Koushiro veía al chico castaño de tez pálida que tenia ojeras y parecía cansado, incluso para el, era anormal verse tan ojeroso. Un zombie se vería mejor

—No vine a verte para que me sermones Izzy —el chico que respondía al nombre de Ryu parecía un poco irritado, algo que el portador del conocimiento habia notado en cuanto llego

Ambos chicos se quedaron en silencio un momento, Izzy por que trataba de localizar al resto de los niños elegidos y Ryu por que comenzaba a quedarse dormido, aunque solo lograba dormitar. Definitivamente algo andaba mal con el chico que podía dormir durante un ataque Digimon

Al llegar la noche el joven Izumi tenia un plan, aunque a Ryu no le parecio ni un poquito.

—¿Era necesario que enteraras a todos? —Ryu tenia cara de pocos amigos, aunque en ningún momento sonó molesto

El comentario del chico pareció molestar a la Takenouchi que se retiro molesta sin decir nada mas a sus amigos. Ryu solo suspiro, tendría que disculparse una vez se recuperara de su problema de cansancio.

—Ya todos saben el plan —Los chicos asintieron ante las palabras del Izumi

El plan era simple, Koushiro se quedaría con el chico mientras el resto se quedaba cerca por si algo raro sucedía durante la noche que impidiera al chico dormir. No paso mucho tiempo para el que plan fallara.

—Como se nos pudo perder alguien como el, es el único chico de nuestra edad que duerme con pijama de superheroes —Yamato desesperado buscaba por los alrededores al chico perdido, nadie parecía dar con el, a pesar de buscar por los aires y por tierra

Ya era la madrugada del día siguiente, nadie encontraba al chico, aunque algo había llegado a la mente de la portadora del amor... tal vez lo había encontrado.

—Lo volví a hacer, ¿verdad? —Ryu veía la playa mientras suspiraba, un recuerdo lo había invadido

Digimundo. Primer viaje al mundo digital.

Sora estaba despierta esa noche, por alguna razón no podía dormir

—Cuando veo las estrellas pienso en lo lejos que debo estar de mi hogar —esa voz era inconfundible para la Takenouchi, correspondía a aquel chico tan raro con el que se la pasaba discutiendo

Iba a decirle algo para que se fuera cuando noto que estaba dormido a pesar de tener los parpados abiertos y los ojos perdidos en las estrellas.

—Todos estamos lejos de casa Ryu, por eso buscamos la manera de volver al campamento —el chico no escuchaba realmente a la chica, algo de lo que ella se daba cuenta

—Sabes, creo que estoy enamorado de alguien, aunque no creo que yo le guste —Sora escucho atentamente eso, aunque no quería hacerlo

—Bastaría con que le preguntaras —con la cabeza gacha contestó aquello mientras pensaba en algo o alguien

–Sora, nunca dejes de ser mi amiga —Ryu sonrió al decir eso frase antes de tomarle la mano a la chica y volver al sueño completo, ese donde creía que todo había sido un sueño. No sabía que su sonambulismo lo había traicionado

—Tu pedazo de... —ver a Ryu tan pacífico, sin pelear con ella la llenaba de algún sentimiento extraño —Siempre serás un idiota

—Pero siempre seré tu idiota favorito —Ryu logro hacer reír a la chica

Sora trato de contener la carcajada para no despertar al chico, de algún modo era más agradable cuando se sinceraba. Era momento de ver a donde llevaba la situación.

De vuelta al mundo real.

Ambos chicos disfrutaban, sin decir nada, de la compañía del otro.

—Sabes que no tenemos que pelear siempre —Sora había mencionado aquello sin pensarlo, mientras ambos chicos se tomaban de las manos

—Lo tendré en cuenta —el cansado chico al fin logro conciliar su sueño

Tras la llegada del día los niños elegidos estaban algo cansados, sin embargo se aliviaron bastante al ver a los chicos que parecían discutir sobre algo como siempre...

—¿Nunca dejarán de pelear? —Taichi pareció decir algo gracioso, pues el resto del grupo se río

—Aveces puedes ser algo lento Tai —Yamato decidió ir a dormir tras eso, sin duda Ryu lo había pasado mejor que ellos

Puede que Tai no entendiera lo que ya era obvio para todos, pero sin duda no era tan lento como todos creían, no había pasado por alto que venían agarrados de las manos.