Euforia: un estado de alta felicidad y confianza en uno mismo.

Euforia, así podía describir a Ryu, un chico siempre alegre y confiado en sus decisiones, nunca lo había visto dejar de sonreír.

Todos los días iba al mismo restaurante y me atendía mi amigo Ryu, había días en que se daba el lujo de comer conmigo lo que hubiera pedido. Sin embargo todos los días, había una escena que se repetía, Sora iba a la misma hora, se sentaba en el mismo lugar y le servían un plato de lo mismo, spaghetti con albóndigas y un plato de arroz blanco.

Ryu tenía preparado el plato de Sora cinco minutos antes de la hora en la que llegaba, el mismo le dejaba el plato y lo recogía.

Creo que era el único que no entendía por qué ella iba a la misma hora al mismo lugar, estaba muy retirado de los lugares que ella frecuentaba. Cuando se lo conté a los demás solo conseguí que me tratarán como a un idiota.

—Si que eres lento Daisuke, ¿por que no le preguntas tu mismo a Sora? —Fue lo que me respondió Tai tras las burlas del resto.

Decidí seguir su consejo, así que ese día en cuanto Sora se disponía a sentarse quise acercarme, sin embargo decidí seguir viendo un tiempo más. Creo que era morbosidad o solo que me preocupaba Ryu, pero quería saber cómo terminaba esto.

Todos transcurría igual, pasaron Cuatro meses iguales, pero justo esa tarde calurosa de mayo algo cambio.

Sora se presentó como todos los días, le sirvieron lo mismo como todos los días, pero Ryu no la atendió, paseaba de un lado a otro con un libro. Por otro lado descubrí algo interesante en ese momento, Sora veía de una forma extraña a Ryu, podría jurar que se parecía a la mirada que yo tenia en el pasado con Hikari... Na, debo estarlo imaginando.

Debo admitir que no había cambiado mi rutina en lo más mínimo, la diferencia era que ahora espiaba a estos dos. Recuerdo perfectamente que era viernes y Ryu no había ido a trabajar, aun así Sora disfrutaba del mismo plato, así que me senté con ella.

—¿Daisuke? No sabia que venias a este restaurante —Sora me veía sonriendo, últimamente estaba de muy buen humor.

—Vengo por Ryu —esperaba que contándole mi razón ella me diera la suya.

—Bueno, escuché que hoy no iba a poder venir, creo que era su examen —Sora seguía sumida en su comida mientras me decía aquello, o eso me pareció.

—Es cierto, lo había olvidado — Ryu tenía su examen hoy, me pregunto que tal le ira.

No dijimos nada más, Ryu volvió con el mismo entusiasmo de siempre al siguiente día, pero me había dicho que no lo había aprobado, supongo que fue en ese momento que me di cuenta, Ryu estaba eufórico, no feliz.

Paso el tiempo y dejé de ir al lugar por falta de tiempo, aunque supongo que Ryu sigue poniendo el mismo plato, a la misma hora, en la misma mesa. Comienzo a creer que Sora tiene que ver con su euforia.