Los nombres de los personajes que utilizo en esta historia; no son de mi pertenencia sino de RUMIKO TAKAHASHI. La historia si es mía y queda prohibida su copia total o parcial.
PARTE 1
- Los ensayos -
Capítulo 1
Rin, se observó por última vez en el espejo, y después de comprobar lo bien que lucía, sonrió con satisfacción. Pues no había nada que le diera más confianza que usar su chaqueta de piel negra y que no por nada era su favorita. Entonces ya lista, tomó su bolso y observando la hora, supo que ya era momento de marcharse. Había acordado junto con Kagome ir juntas a ese lugar, donde su amiga Sara las había invitado, así que después de encontrarse en el parque, se pusieron en marcha.
Aun les parecía increíble que su mejor amiga les haya ocultado algo tan importante. Conocían el sueño de Sara de vivir de la música, pues nunca ocultó su talento, así como sus planes de formar una banda, es por eso que el día en que les confeso que asistiría a la mejor academia de arte de la ciudad, no fue una sorpresa para ellas. Y aunque se separaron por la elección de carreras de cada una, continuaron siendo grandes amigas. Las tres chicas tenían dos años en la universidad. Kagome había elegido Trabajo Social, Rin, enfermería y Sara obviamente, música.
Era cierto que mantener su amistad era complicado por la distancia y dedicación que cada una ponía en su carrera, pero aun así, ponían todo de su parte para seguir reuniéndose y convivir como en los viejos tiempos. Fue así que en una de sus reuniones, la chica de ojos verdes, por fin tomó valor para confesarles a sus amigas lo que venía ocultándoles hace mucho tiempo.
Flashback:
- Entonces ¿Tendrán su primer concierto en un mes? – preguntó Kagome tan sorprendida como Rin.
- Así es… es por eso que vi apropiado presentarles a los integrantes de manera formal.
- ¿Hasta ahora? No entiendo, ¿Por qué no decírnoslo antes? – cuestionó indignada.
- Si, Sara ¿Por qué lo dijiste hasta ahora que solo falta un mes? Dijiste que todo comenzó hace un año, ¿Por qué ocultarlo tanto tiempo? – indagó Rin.
- Porque no quería decepcionarlas – respondió sincera – Ustedes saben que siempre soñé con formar mi propia banda, así que desde que entre a la academia, ese fue mi primer objetivo. Pero no fue hasta mediados del año que conocí a los chicos. Rápidamente nos hicimos amigos pues nuestras ideas congeniaron al instante, así que no hubo duda para comenzar con la banda. Sin embargo, todos teníamos en cuenta que todo podía terminar, ya sea tener éxito o un rotundo fracaso. Si no les dije, fue porque no quería que se quedara solo como un sueño, no quería ilusionarlas y que al final, cuando no resultara, vieran mi fracaso…
- Pero Sara… - adelantó Rin – Los fracasos son parte de cumplir tus sueños, no todo se logra al primer intento.
- ¡Claro! – reafirmó Kagome – Si no hubiera funcionado, habríamos estado a tu lado. En todo momento estaremos a tu lado. Eso debes saberlo.
Sara observó conmovida a sus amigas, desde el momento de iniciar una banda, el ocultárselo a ellas, había sido lo más complicado, pues eran sus mejores amigas, así como las personas más importantes en su vida. Decepcionarlas no era una opción, es por eso que esperarse, fue lo mejor que pudo pensar, sin embargo, saber que siempre estarían a su lado a pesar de todo, la llenó de alegría.
Sara agradeció a sus amigas y después de darse un abrazo entre las tres, continuó explicando lo sucedido. Ciertamente, después de un año de esfuerzos, por fin tendrían su primer concierto pagado, es por eso que había llegado el momento de presentarles a sus nuevos amigos, así como miembros de su banda, además de invitarlas a presenciar el ensayo de las canciones que tocarían ese día.
- Son chicos geniales, muero por que los conozcan, y entre ellos a alguien muy importante – agregó, intentando disimular su sonrojo.
- ¿Ellos saben que iremos?
- ¡Claro! Y no tienen ningún problema, así que ahí las espero.
Fin del Flashback.
Por fin, cuando llegaron, la vista de aquel lugar donde se suponía que ensayaban, no era exactamente como creían. Ambas chicas observaron inquietas, parecía una casa descuidada y antigua, no eran expertas en el tema pero no parecía un buen sitio para reunirse.
- ¿Nos habremos equivocado? – preguntó Rin.
- Eso quise pensar pero… de acuerdo a la dirección que nos dio Sara, este es el lugar – confirmó Kagome, aun incrédula - ¿Sabes qué? Le llamaré.
- ¡Buena idea!
La azabache, tomó su celular y no perdió tiempo para comunicarse con su amiga.
- ¡Sara!
- ¡Oh! Kagome, ¿Ya están por llegar? Estamos a punto de comenzar…
- Hmm bueno, creo que si…
- ¿Crees que si? ¿Dónde están? ¿Se perdieron, quieres que vaya a buscarlas?
- No lo sé… llegamos a lo que parece la dirección que nos diste pero… el lugar se ve…
- ¿Viejo, descuidado?
- Si… - suspiró.
- Jajaja, Kagome, no se equivocaron, ese es el lugar.
- Pero… - dudó la chica.
- Tranquila, saldré enseguida – dicho eso, colgó la llamada.
- ¿Qué te dijo? – indagó la castaña.
- Saldrá a buscarnos…
- ¿Saldrá de ahí? – cuestionó sorprendida.
- Eso parece.
Y sin esperarlo, sorprendentemente, se abrió la puerta de aquella casa, dando a ver a Sara, quien sonriente, saludó a sus amigas.
- ¡Hola chicas!
- ¡Sara! – dijeron ambas, al unísono.
- ¡Me alegra tanto que hayan venido! – declaró gustosa abrazando a cada una.
- También estamos emocionadas pero…
- No creímos que sería un lugar como este – completó Kagome, provocando la risa de su amiga.
- Tranquilas chicas, se ve mejor por dentro que por fuera, créanme – tanto Rin como Kagome se compartieron una mirada incrédula. – ¡Vamos, entren!
Y entre suspiros, entraron a la casa que sorprendentemente, no tenía nada que ver con su fachada. Pues el lugar era realmente encantador y aunque era una casa pequeña, estaba bastante bien acomodada.
- Bueno… tenías razón – adelantó Rin
- Se los dije…
- Es muy linda y se ve cómoda pero… ¿No es muy pequeña? – cuestionó curiosa.
- Buena pregunta. Esta casa no solo esconde bien su belleza del exterior – explicó - Sino que en la parte trasera, se encuentra su verdadero encanto – y guiando a sus amigas, las llevó al lugar que verdaderamente era su punto de encuentro.
Cuando llegaron, ambas chicas abrieron los ojos cual asombro, pues en la parte trasera se encontraba una habitación cerrada que podía pasar perfectamente como estudio de grabación. Era mucho más grande que lo que conformaba la casa y a pesar de no tener ninguna ventana, se podía respirar muy bien. Además, toda la habitación estaba llena de instrumentos, desde guitarras, baterías, teclados hasta violines.
- ¡Esto es increíble! – soltó Rin, maravillada por lo que sus ojos veían – ¡Cuantas guitarras, y son hermosas! – halagaba, admirando la belleza de los instrumentos – Dime, la habitación… ¿Al cerrarla, evita que el sonido salga?
- Buena observación señorita – respondió de pronto, la voz de un joven.
La sorpresa, hizo a Rin dar un sobresalto, al parecer se había olvidado de que ella y sus amigas, no eran las únicas en aquel lugar, pues con mirada sorprendida observó al joven que parado detrás de ella, le había respondido.
A simple vista ese joven era muy, muy guapo. Tenía una mirada pícara, sonrisa encantadora, un porte rudo pero seductor y cabello plateado, y abundantes cejas. Lucía una chaqueta roja, un par de pantalones en negro y tenis del mismo color. Aunque no lo demostró, ese muchacho, había llamado la atención de Rin.
- Y también tienes buen gusto – añadió, al notar como la chica había prestado especial atención a una guitarra eléctrica de diseño hermoso y de color negro brillante. – Esta guitarra esta increíble – Rin sonrió - Tú debes ser una de las amigas de Sara.
- Ah… si… - respondió tímida, provocando la sonrisa del muchacho.
- Y ¿Cuál es tu nombre? – preguntó ansioso, dando un paso hacia ella, pues no solo desde haberla visto entrar, luciendo tan radiante belleza había cautivado su atención, sino también, ese interés y emoción que había demostrado por los instrumentos. Así que desear conocer más de ella, era inevitable.
- ¿Me permites Inuyasha? – interrumpió Sara, colocándose en medio – Soy yo quien los va a presentar.
- Simplemente estaba siendo amable con quien tiene la capacidad de admirar una buena guitarra – comentó juguetón compartiéndole a la castaña una sonrisa coqueta.
Sara, rodó los ojos, conocía a su amigo, no dejaba que nadie tocara esas guitarras, es así que, creyendo que se trataba de eso, no se percató del verdadero motivo que había impulsado a Inuyasha para acercarse a Rin.
- Si claro… ¿Dónde está Bankotsu?
- Aquí estoy Sara – pronunció el segundo muchacho acercándose a la escena.
A comparación de Inuyasha, este parecía tener un carácter menos dinámico pero igualmente era muy atractivo. Tenía una hermosa piel morena, cabello negro y hermosos ojos azules que no podían ocultar esa mirada penetrante. Vestía una camisa blanca a medio abotonar que dejaba ver parte de su formado pecho, un par de jeans del mismo color y tenis negros. Tal vez de entre los dos, él era quien lucía más formal pero no era un impedimento para demostrar en su porte, una exótica sensualidad.
Ninguna lo demostró, pero tanto Rin como Kagome, admitieron su envidia, al ver a su amiga, rodeada por esos dos hombres.
- ¡Muy bien! – sonrió contenta – Entonces, los presento. Ellas, son mis dos mejores amigas, Rin y Kagome. Chicas… ellos son Inuyasha y Bankotsu.
Los jóvenes se saludaron con sonrisas en el rostro, pero más allá que cordialidad, solo basto esa presentación para que rápidamente se creara una conexión entre todos pues entre miradas, cada uno dio a conocer sus intenciones.
Mientras tanto, Sara, continúo.
- Inuyasha es nuestro bajista – explicó – Aunque también toca la guitarra y el violín. Bankotsu, es nuestro baterista y nuestro compas. Domina la percusión, y además es multinstrumentista muy talentoso – declaró orgullosa, provocando el sonrojo del moreno, que rápidamente oculto antes de que alguien se diera cuenta.
- ¡Hey! Yo también soy un multinstrumentista ¿Po que no diste una explicación igual para mí? – reprochó Inuyasha.
- Porque obviamente sabe quién de los dos es más talentoso – respondió Bankotsu burlándose de su amigo.
- Bueno… todos los que conforman la banda son músicos muy talentosos ¿De acuerdo? – añadió Sara.
- Así es – afirmó el moreno, ignorando los gruñidos de Inuyasha – Como tu Sara, no solo tienes una voz hermosa sino que también sabes tocar cada instrumento que nos conforma – la chica se sonrojó.
No era mentira, todos eran talentosos músicos y crear esa banda fue justamente para demostrar su talento. La música era especial para cada uno, pues no solo estudiaban en la mejor universidad de arte de la ciudad para disfrutar de ella, sino porque realmente deseaban vivir de lo que los apasionaba. Ese sueño era algo que todos los miembros compartían.
- ¡Es increíble! – comentó Rin – Pero si todos saben tocar los mismos instrumentos, ¿Cómo fue que decidieron cual sería el suyo dentro de la banda?
- Fácil – adelantó Inuyasha – Elegimos el instrumento del cual somos expertos.
- Siempre hay uno que se domina a la perfección – añadió Bankotsu.
- Es genial – dijo Kagome – Entonces, ¿Tu dominas el bajo? – preguntó coqueta al joven de cabello plateado.
- Así es…
- Solo falta un integrante – pronunció Sara – Y es nuestro guitarrista.
Bankotsu junto con Inuyasha, rodaron los ojos, sabían que Sara comenzaría nuevamente a describir los talentos de ese tipo y aunque era miembro de su grupo, solo bastaba que su amiga hablara para que terminaran odiándolo. Pero antes de que la chica de cabello café comenzara a hablar del último integrante de la banda, la puerta del estudio se abrió, dejando ver a quien se supone era el guitarrista.
Rin quien se encontraba más alejada del grupo, fue la primera en percatarse de que alguien había abierto la puerta, así que volteando curiosa, vio entrar al último integrante.
Quizá fue su manera de vestir lo primero que capturó por completo su atención, pues esos jeans y playera en negro, así como la chaqueta de piel, hacían ver al joven con algo más que rudeza, o quizá, también lo fue esa manera de caminar… pues el joven reflejaba en cada paso una varonilidad tal, que la hizo pasar saliva. Pero lo que realmente cautivó sus sentidos fue ese cabello plateado que a diferencia de Inuyasha que lo tenía esponjado y alborotado, el chico malo, lo tenía lacio, haciéndolo lucir diferente en muchos sentidos.
Si, Rin admitía que Inuyasha y Bankotsu eran muy atractivos pero no en comparación con quien acababa de llegar, pues al menos, ante sus ojos, él era la imagen perfecta de lo que es un hombre sexy.
Tal vez, observarlo tan detenidamente no fue algo que la chica pudiera controlar, pues gracias a su insistente mirada fue que el joven no tardo en enfocar su atención en ella. Causándole de inmediato un escalofrió en el cuerpo, pues esos intensos ojos, se habían clavado en lo más profundo de su pecho. Lo suficiente que por un instante, sintió como si aquel joven comenzara a dirigirse directamente a ella.
¿Estaría loca? Se preguntaba nerviosa mientras veía que a cada paso, el, se acercaba más a su dirección, pero fue entonces, que la voz de Sara y un acto inesperado la sacó del trance en el que se encontraba.
- ¡Oh! ¡Ya estás aquí! – pronunció su amiga con entusiasmo, lazándose a sus brazos.
Aquel acto sorprendió a Rin, era claro que su amiga no se había portado de la misma manera con Inuyasha y Bankotsu. Entonces, eso significaba que, ¿Había algo entre ellos? La chica bajó la mirada.
- ¡Por fin llegas! – reprochó Inuyasha cruzando los brazos.
- Es inusual que llegues tarde ¿Paso algo? – cuestionó Sara sin apartarse de él.
- Nada en realidad – respondió sin más, concentrando su mirada en aquella chica de cabello castaño, que por alguna razón parecía incomoda.
- ¿Y lo dices así? – gruñó Inuyasha – La próxima vez comenzaremos a ensayar sin ti. – el joven desvió su mirada a Inuyasha y después de levantar una ceja, ignoró su comentario.
- ¡Ya basta! – dijo Sara - Lo bueno es que ya estás aquí. Y llegas en buen momento, estaba haciendo las presentaciones, solo faltabas tú.
Rin pasó saliva, pues por algún motivo temía que al momento de presentarles al joven, Sara mencionara que fuera su novio pero, ¿Por qué? No lo conocía, no sabía nada de él, era la primera vez que lo veía, pero aun así, tan solo había bastado cruzar sus miradas para sentir un calor en el pecho que a penas y la dejaba respirar. Pero debía tranquilizarse, y disimular frente a todos que nada pasaba, así que tomando aire, levantó la mirada para prestar atención. Entonces, su amiga habló:
- Ellas son mis dos mejores amigas, Kagome y Rin. Chicas, él, es Sesshomaru nuestro guitarrista.
Sesshomaru, repitió Rin por dentro. Con que… ese era su nombre.
- Es un gusto – adelantó Kagome
- Sí, es un gusto – dijo Rin casi enseguida, al mismo tiempo en que su cuerpo era consumido por la ansiedad de conocer la respuesta a sus preguntas:
Sara y Sesshomaru ¿Estaban saliendo juntos? ¿Eran novios?
Comentarios de la Autora.
Bueno, aquí está un nuevo Fic. Así mismo, les platicaré un poco de cómo fue que se me ocurrió.
Pues verán, esta historia nació de un momento de inspiración (como todas mis historias) mientras escuchaba música. Comencé a juntar ideas y sin esperarlo, desarrollé la trama. En esta ocasión la personalidad que voy a manejar con Sesshomaru será un poco menos hosca de lo que suele ser, así que espero les guste.
Como es costumbre, en cada historia nueva, intentaré actualizar capítulo una vez por semana, pero sino puedo hacerlo, les pido me perdonen y comprendan, mis tiempos libres ya son menos que antes y es complicado tener un horario para escribir. Aun así, haré todo lo posible para actualizar constantemente.
No se les olvide dejarme su Review, me ayuda y alienta muchísimo conocer su opinión. Bueno, sin alargarme más, les agradezco a quienes llegaron hasta aquí, les mando un fuerte abrazo.
