Los nombres de los personajes que utilizo en esta historia; no son de mi pertenencia sino de RUMIKO TAKAHASHI. La historia si es mía y queda prohibida su copia total o parcial.
LOVE SONG
Capítulo 11
Flashback:
No era mentira, que desde haberla conocido, Inuyasha, había quedado impactado por su belleza, su sonrisa y esa encantadora curiosidad que desde el primer momento, lo alentó a saludarla. Y aunque quizás, por su personalidad dulce, tierna y delicada, Rin no era la clase de chica que solía perseguir, al ver cómo es que tan natural había aceptado su coqueteo, fue más que suficiente para no hacerlo percatarse, que esa pequeña atracción que había existido entre ambos, terminó por completo en cuanto Sesshomaru apareció.
Y aunque hubo un momento, en el que incluso el joven lo llegó a considerar, que tal vez, estaba exagerando, que tal vez, se estaba aferrando a un sentimiento fugaz, cuando la volvía a ver y recordaba ese encuentro, ese intercambio de miradas y esa sonrisa, su curiosidad aumentaba. Aumentaban sus deseos de averiguar si había sido real, sus deseos de comprobar porque le había causado esas sensaciones y sus deseos de confirmar, si ella, había sentido lo mismo.
Pero quizás, fue ese deseo de curiosidad lo que lo cegó por completo a tal grado que, a pesar de haber notado la belleza, sensualidad e increíble personalidad de Kagome, ignoró por completo que esa misma chica de cabello azabache, ya había puesto sus ojos en él.
Inuyasha, no solía ser un joven paciente, por lo que inmediatamente, planeo invitarla a salir. El tiempo de conocerla era lo de menos, estaba seguro que después de su primera cita y haber probado sus labios, habría el tiempo suficiente para conocerse. Sin embargo, el día que planeó hacerlo, su hermano lo sorprendió.
Conocía a Sesshomaru, no solía ser sociable, no le gustaba conocer a personas nuevas y no era el tipo que le hablara a alguien por su nombre, especialmente a una chica. Solía concentrarse en sus propios asuntos y no conversaba, a menos que fuera un tema de su particular interés. Por lo tanto, haberlo escuchado llamar a Rin al mismo tiempo en que le devolvió el saludo, lo desconcertó por completo.
Si, era distraído y aceptaba que de no ser por ese saludo no se habría percatado de lo que sucedía, pero… afortunadamente, lo había hecho a tiempo. Por lo que los siguientes días, pudo ser testigo de lo que comenzó a suceder. Su hermano, no solo había comenzado a entablar conversaciones con Rin, sino también, interés, sonrisas, preocupación e incluso, miradas.
No había otra explicación. Además, estaba claro. El comportamiento de Sesshomaru para con Rin, solo significaba una cosa. A él, le interesaba la chica. La misma chica por la que Inuyasha, también estaba interesado.
Debía admitirlo, lo había sorprendido. Su hermano, no era el tipo a quién le interesara una chica como Rin pues, ella, era completamente diferente a Sara. Pero más allá de la diferencia de imagen y personalidad que existía entre ambas, lo que realmente le sorprendía a Inuyasha, era su cinismo. ¿Por qué? Porque durante dos años, Sesshomaru, se había dedicado a una sola mujer. A Sara. ¿Y así de pronto, se olvidaba de ella? O es que Rin, ¿Solo sería un juego?
No era secreto, que desde haberla conocido, Sesshomaru nunca ocultó su atracción por la extravagante chica, así mismo y aunque nunca lo mencionó, era claro que deseaba tener una relación con ella, por lo que, mantener su distancia y darles espacio fue algo implícito. Pero Inuyasha no era ciego, sabía que Sara era hermosa y sexy, sin embargo, al ver que su hermano inmediatamente se interesó en ella, prefirió ni siquiera intentarlo. Además, ella parecía corresponderle, así que, no hubo más opción que respetar a la futura pareja.
No obstante, esa rápida atracción y obvios deseos, se quedaron solo en coqueteos mutuos, pues el paso del tiempo continuó su rumbo y Sesshomaru y Sara, no avanzaron de ahí.
Lo sabía, su hermano no solía tener relaciones sino era porque realmente sintiera algo por la chica, por lo que en su momento, Inuyasha comprendió su postura al esperarse con Sara. Pero, ¿Entonces? ¿Por qué de pronto ese interés por Rin? Si, era su hermano y lo respetaba, pero Sara también era su amiga. En consecuencia, sabía que Sara estaba completamente enamorada de Sesshomaru, y el tipo, a pesar de tratarla siempre con particular atención, nunca había terminado de formalizar su relación. Es por eso que si el imbécil, planeaba seguir haciéndola esperar mientras jugaba con otra chica, no lo permitiría.
Entonces, en un pensamiento guiado por beneficio propio, ideó un plan. Uno, en donde a escondidas de su hermano, invitaría a salir a Rin. Al fin, quizás Sesshomaru solo se había dejado deslumbrar por su belleza y, si al decirle que ya estaba saliendo con ella, tal vez, ese repentino interés por la castaña, desaparecería por completo provocándolo a volver su atención en Sara. Pero… aunque la idea era buena, no podía hacerlo.
Porque por más que él mismo trataba de convencerse que Sesshomaru veía a Rin como un simple juego, sabía que no era verdad.
La manera en cómo la miraba, en cómo durante los ensayos la buscaba y cómo es que particularmente le hablaba, era suficiente prueba de que a su hermano, realmente le interesaba Rin. Pero, ¿Qué hacer? A Inuyasha también le interesaba la chica y no por ser su hermano se volvería a apartar. Al menos, no con ella.
Es así que, finalmente, tomó una decisión.
No, no lo haría, no actuaría a su espalda, si ambos se sentían interesados por la misma chica, lo mejor era que ambos, fueran conscientes de lo que sucedía. Sin embargo, no significaba que lo aceptaba. Competir contra Sesshomaru no era una opción, por lo tanto, hablaría con su hermano y así como él, se había apartado de Sara, era momento de que Sesshomaru, se apartara de Rin.
Después del concierto.
Justo detrás del escenario, donde se les había proporcionado un pequeño espacio para que pudieran prepararse, relajarse y descansar un poco antes del gran show, fue el mismo a donde llegaron después de su concierto. Y aunque realmente, no era un lugar muy grande, e incluso hasta era incómodo, a los cuatro jóvenes, ya no les importó, pues en ese momento, justo después de su gran presentación, ya nada podía arrebatarles su felicidad.
- ¡Fue increíble! – exaltó Inuyasha. Y con emoción, sus amigos, lo confirmaron.
- ¡Claro que lo fue! – secundó Bankotsu.
- ¡Estoy de acuerdo! – dijo Sara – O, ¿Tu qué opinas Sesshomaru?
- Lo fue. Totalmente. - afirmó.
Los cuatro amigos sonrieron entre sí, y aunque a Sara le costó un poco, finalmente, consiguió que todos juntos, compartieran un satisfactorio abrazo.
- ¡Les aseguro amigos… esta noche, será el inicio de una aventura increíble! – pronunció Sara, en un tono de orgullo. Aunque sus palabras, no solo se refirieron a futuros conciertos, sino también, a sus planes con Sesshomaru.
- Opino lo mismo – adelantó Bankotsu.
Y tomando un par de toallas, comenzaron a desmaquillarse.
Sara lo admitía, quizás, no había sido muy amable con sus amigas al no dejarlas estar con ellos detrás del escenario pero… lo sabía, si Rin y Kagome hubieran estado ahí, su banda, no habría experimentado esa intimidad que tanto disfrutaba. Además, no eran parte de la banda, no tenía por qué estar compartiendo todo con ellas, por lo tanto, no debía sentirse mal. Después, observó a sus compañeros.
Soltó un suspiro y con satisfacción, sonrió feliz. La noche había comenzado de manera increíble, y estaba más que segura que seguiría así, pues sus planes de pasar toda una romántica velada junto a Sesshomaru, nadie se lo arruinaría. Ni siquiera, si se trataba de su pequeña amiga Rin.
- ¡Hey, Sara! ¿Ya no te pondrás tu vestido? – cuestionó Inuyasha, sacando a su amiga de sus pensamientos.
- Ah, no lo creo… me siento más cómoda con este atuendo, o, ¿Ustedes que opinan? – preguntó juguetona, dirigiendo su mirada a Sesshomaru.
Los tres jóvenes, se miraron entre sí, y aunque no lo habían comentado, estaban de acuerdo en que la extravagancia de Sara, esta vez, sí había exagerado. Por lo que… decirle que lo mejor era volver a usar su antiguo vestido, era lo mejor. Pero antes de que alguno pudiera responder, la chica, se adelantó.
- ¡Tranquilos! No se avergüencen, somos amigos, ¿No? pueden decirme lo que sea. – comentó vanidosa, confundiendo por completo, el silencio de sus amigos. – Bueno, como quieran – suspiró – Entonces, me quedaré así. Por cierto, ¿Acordamos que saldríamos juntos, verdad?
- Así es… - confirmó Bankotsu, soltando aire.
- ¡Excelente! Solo espérenme un poco, debo ir al tocador. Enseguida regreso. – indicó sonriente y saliendo de la pequeña habitación, dejó solos a los tres jóvenes.
Los amigos, volvieron a mirarse, sabían que Sara estaba emocionada y muy feliz, por lo que, incomodarla con respecto a su atuendo, no sería un tema agradable, así que, sin necesidad de hablar, acordaron no mencionar nada y prefirieron continuar con lo suyo.
Por otro lado, Sesshomaru, quien ya había terminado de quitarse la pintura de la cara, el chaleco y la corbata, ya no pudo esconder su impaciencia.
- Sara va a tardar en regresar… - pronunció de pronto – Así que, si ustedes quieren esperarla, háganlo. Yo me voy.- y dando media vuelta se dirigió a la salida.
- ¡Hey, vamos amigo! – intervino Bankotsu alcanzando su hombro. – Salgamos todos… como una banda. – intentó persuadirlo, pero Sesshomaru, replicó.
- ¡Este lugar es sofocante Bankotsu! No pienso seguir aquí.
Y aunque en parte era cierto, la realidad era que; su verdadera insistencia no era la incomodidad del lugar, sino su deseo de estar de una buena vez con esa hermosa chica de sonrisa dulce y mirada encantadora. Así que, guiado por sus impulsos, apartó a su amigo y decidido, comenzó a caminar. Sin embargo, el joven, nunca esperó que la voz de su hermano, sería quien ahora lo detendría.
- ¡Vaya! Entonces es cierto, Sesshomaru. – pronunció, soltando aire. – Esa chica realmente te interesa, ¿No es así? – y deteniendo sus pasos, Sesshomaru, volteó sus ojos a Inuyasha. – Me refiero a, Rin…
Inuyasha, estaba consiente que hablar sobre ese tema, provocaría un enfrentamiento con su hermano. Pero si debía hacerlo por ella, lo haría. Rin, valía la pena.
- Si es así – respondió tosco - No es de tu incumbencia. – pero entonces, Inuyasha, suspiró.
- En realidad hermano… Si lo es. – y tanto Bankotsu como Sesshomaru, lo observaron incrédulos.
Era conocido, que Inuyasha, solía decir estupideces, ya fuera para molestar a su hermano o a su amigo, y al estar ya acostumbrados a sus tonterías, ignorarlo y continuar con lo suyo, era fácil. Pero… así como Sesshomaru, conocía sus juegos, también conocía cuando hablaba en serio. Es por eso que, al escuchar esas palabras, en ese tono de voz, y ver esa mirada y esa postura, fueron más que suficientes para intrigarlo. Sabía que ese repentino valor era extraño, por lo tanto, no lo dejaría pasar. Escucharía atento, a que carajos se refería.
- ¿Ha, si? Bien. – dijo, regresando sus pasos. – Entonces, ¡Vamos! Habla. – exigió serio. - ¿Por qué demonios es de tu incumbencia?– y al instante, Inuyasha, habló.
- Porque ella, también me interesa. – confesó con franqueza, provocando no solo sorpresa en Sesshomaru, sino también en Bankotsu. Quien, aún presente escuchando todo, impactado, dirigió sus ojos a Sesshomaru. Así mismo, y casi al instante, no pudo ocultar su sorpresa.
- ¡Vaya! Esto sí que no me lo esperaba… - y cruzando los brazos, se recargó en la pared.
Por otro lado, Sesshomaru, ni en lo más mínimo, había tomado esa declaración con el mismo humor que el imbécil de Bankotsu, pues sabía perfectamente lo que había significado. Esas palabras, no eran solo una confesión, eran un golpe directo, una clara declaración de guerra.
Por lo tanto, Sesshomaru, ignorando el comentario de Bankotsu, no se limitó en responder.
- Parece que tienes más agallas de lo que pensaba. –y acercándose a su hermano, prosiguió. – Así mismo, veo que no es todo lo que tenías para decir. – y con una mirada retadora, lo incitó a continuar. Inuyasha por su parte, asintió.
- Si, así es.
- ¡Entonces habla! – exigió, pero justo en ese momento, su hermano, lo dijo.
- Esta noche, planeo invitarla a salir. – y aunque al instante, sintió su sangre hervir, junto con el impulso de golpearlo, prefirió mantener la calma. Después de todo, era su hermano. Así que, escondiendo su incomodidad tras una risita burlona, le advirtió.
- Y, ¿Realmente crees que voy a permitir que te acerques a ella? – Pero Inuyasha, sonrió.
- No te estoy pidiendo permiso. Rin, no es tu novia, por lo tanto, no puedes hacer nada para impedirlo. Además… ¿No deberías resolver tus asuntos pendientes, antes de enfocarte en otra chica? – y antes de que Sesshomaru interviniera, Inuyasha, lo dijo. – Porque… ¿No se supone que "tu chica" es Sara? – Bankotsu, soltó aire.
- ¿Sara? – cuestionó Sesshomaru levantando una ceja. Justo después, soltó un suspiro. – Lo que haya pasado o no, con Sara, ya es irrelevante. Este es un tema que no te interesa, así que deja de entrometerte. – sin embargo, Inuyasha, insistió.
- ¿Por qué no debería entrometerme? Sara es mi amiga y Rin es la chica que me interesa. Pero si tanto te incomoda, resolvamos esto de una buena vez. Tú Sesshomaru, cumple como se debe con Sara y a Rin…
- ¿Cumplir? ¿De qué demonios estás hablando? – interrumpió. A lo que Inuyasha, respondió.
- Sabes bien de lo que hablo. Durante dos años, tuviste esperando a Sara, ¿Y ahora qué? Ya que está enamorada de ti, ¿Tan solo piensas reemplazarla con otra chica? Independientemente si Rin es más bella o no que Sara, se lo debes Sesshomaru. No puedes simplemente romperle el corazón con su propia amiga.
Y desafortunadamente, Inuyasha tenía razón.
Si bien, Sesshomaru había quedado impresionado por Rin, en tan solo un mes, también era cierto que, desde haber conocido a Sara, el joven no había disimulado en demostrarle su interés, en hacerla sentir especial y en cautivar su corazón cada que se compartían una mirada. Por lo tanto, olvidar todo lo que se había construido entre ambos, durante esos dos años, con la propia amiga de Sara, no era una buena decisión. – Pensó Bankotsu – Sin embargo, también estaba otro punto. Sara y Sesshomaru, nunca habían formalizado una relación. Si, durante dos años, habían formado un vínculo, más nunca habían sido una pareja. Por lo que, exigir una explicación, no le correspondía a nadie. Simplemente, porque ninguno era dueño del otro. Además, no se trataba de un reemplazo como quería inferir Inuyasha, lo que había sucedido, correspondía completamente al corazón.
Y eso, Sesshomaru, lo sabía perfectamente bien. Por lo tanto, no podía hacer nada. Mucho menos, cuando esos comentarios de su hermano, no eran verdaderamente por preocupación hacia una amiga, sino por conveniencia propia.
Por lo que, molesto, dijo.
- Tu insistencia Inuyasha, para entrometerte en mi vida, ya me está cansando. Así que, cállate de una vez. No creo que quieras agotar mi paciencia. – advirtió severo, después, agregó. - Y con respecto a lo que intentas… olvídalo. Ninguno de tus inútiles intentos van a conseguir que me aleje de ella…
Entonces, Sesshomaru, planeo hablar con su hermano. Porque si bien, no negaba que podía sentirse atraído por Rin, estaba seguro que sus sentimientos estaban confundidos, pues desde el primer momento, se había percatado de la química que compartía con Kagome. Por lo tanto, quiso ayudarlo y darle un consejo. Pero desafortunadamente, el joven, se adelantó.
- ¡Tendrías que hacerlo, Sesshomaru! – interrumpió – Tienes que hacerlo, así como yo lo hice por ti.- y tras escucharlo, Bankotsu lo observó incrédulo. Mientras que Sesshomaru, levantó una ceja. No sabía de qué rayos estaba hablando.
- Inuyasha… - quiso intervenir Bankotsu, pero, ya no pudo.
- Escúchame Sesshomaru, acaso, ¿Crees que cuando conocimos a Sara no me interesó, o que fui ciego, que no note su belleza? ¡Claro que sí! Sin embargo, cuando vi tu interés por ella, me mantuve al margen, y te respeté. Pero ahora, con Rin, no pienso hacer lo mismo. Mucho menos, cuando fui yo, quien la conoció primero. Tienes una deuda conmigo, hermano. ¡Es tu turno de apartarte!
Quizás, antes de ese momento, el mayor de los hermanos, había tolerado sus estupideces por exceso de consideración, pero para cuando dijo lo último, ya no pudo contenerse más.
- ¿Pero qué carajos, estas ladrando? – resaltó furioso. -¿Crees que porque ni siquiera lo intentaste con Sara me hiciste un favor? ¿Qué estoy en deuda contigo? ¿A esta clase de estupideces recurres solo por desesperación? Ahora, – añadió, colocándose frente a él. - ¿Realmente crees que ese absurdo argumento es válido? ¿Qué por haberla conocido primero, puedes apartarla? ¡Rin, no es un objeto!
- Entonces, si ese es tu criterio, ¿Por qué hiciste lo mismo con Sara?
¡Es suficiente Inuyasha! – Exaltó. – ¡Deja de hablar estupideces!
- Llámalo como quieras, pero ambos sabemos que es lo mismo. - y apartando de manera brusca su mano, se liberó de su agarre. - Igualmente, sino lo quieres aceptar esta bien. Pero que quede claro Sesshomaru, intenté razonar contigo, pero no quisiste. No aceptaste tu responsabilidad con Sara y no compensaste lo que hice por ti, así que no queda otra opción. Qué el mejor gane. – y apartándose de su hermano, planeó caminar a la salida, pero Sesshomaru, tomándolo de su chaqueta, inmediatamente lo detuvo.
- Escúchame bien animal. No te acerques a ella o voy a olvidar que eres mi hermano. – amenazó, pero Inuyasha, replicó.
- Y ¿Crees poder detenerme? No te tengo miedo, Seshomaru. – entonces, dominado por sus instintos, Sesshomaru, tomó del cuello a su hermano y tras un fuerte movimiento, lo acorraló contra la pared.
- Acaso, ¿Lo dudas? – le retó, pero antes de que pasara otra cosa, Bankotsu, intervino.
- ¡Hey, amigos, deténganse! – exaltó al mismo tiempo en que, tomando el brazo de Sesshomaru, detuvo sus intenciones. - ¿Qué están haciendo? ¿Realmente van a pelearse por una mujer? – cuestionó molesto. - ¡Mierda, son hermanos! – y tras observar a su amigo, el joven, soltó a su hermano. Inuyasha por su parte, se acomodó su chaqueta. – Escuchen… – suspiró Bankotsu tomando su cabello, y dando un paso atrás, añadió. – Si bien es cierto que hubo consideración con respecto a Sara, también lo es el hecho de que ella fue quien eligió en primer lugar. Ambos lo sabemos. – dijo, dirigiéndose a Inuyasha. – Desde el primer momento, Sara dejó en claro su preferencia e independientemente de todo, de quien la conoció primero o a quien le pareció más hermosa, ella tomó su decisión. Por lo tanto, no hubo otra opción más que apartarnos.
Y era cierto, quizá, no lo había notado en su hermano, pero si en Bankotsu. Por lo que, lo aceptaba, se había percatado tarde, de que su amigo, tenía sentimientos por la misma chica que él, y aunque al momento se sintió confundido, Sara no tardó en demostrarle que lo había elegido a él. Y, ¿Qué había hecho Bankotsu? Actuar con madurez, ser un buen perdedor y como un buen amigo, se había mantenido al margen, incluso, apoyando su relación.
Pero aunque gracias a eso, escucharlo a él en ese momento, era lo mejor, la furia de Sesshomaru, no le permitía aceptarlo.
- Amigos… - continuó - Sé que, no debería entrometerme pero… esta no es la manera de resolver el problema.
- Y ¿Cuál sería la manera? – cuestionó Sesshomaru, sin ocultar su molestia.
Y a pesar de que ya sabía cuál sería la respuesta, aun así, quiso probar el valor de Bankotsu. Quería saber, si se atrevería a proponerle competir contra su propio hermano, por Rin. Y quizá, Bankotsu ya conocía las intenciones de su amigo, pero aun así, se lo diría, de cualquier forma, no había otra opción. Entonces, cuando tomó aire para hablar, Inuyasha, se adelantó.
- Es bastante claro, Sesshomaru. Debemos dejar que Rin elija. Lo que significa que, esta noche, cuando la invite a salir, no puedes intervenir. – e inmediatamente, Sesshomaru, chasqueo los dientes. Así mismo, planeó burlarse de su hermano, y decirle las pocas posibilidades que tenía con Rin, pero…no pudo hacerlo.
Si, estaba claro que; cada que su hermano mencionaba su desagradable plan de invitarla a salir, sentía su cuerpo arder y el deseo de partirle la cara. Pero también, no podía negar que el maldito de Bankotsu tenía razón. Ella debía elegir.
Hasta ese momento, Sesshomaru se había sentido seguro de esa mutua atracción que compartía con la castaña, y gracias a eso, no se había percatado de las intenciones de su hermano. Pero al saberlo, no pudo evitar cuestionarse, si eso que sentía era realmente auténtico. Debía admitirlo, no conocía bien a Rin y aunque no se veía como una chica voluble, no podía descartar la opción, de que ella, podría aceptar la invitación de Inuyasha.
Lo sabía, la sola idea lo enfurecía y lo llenaba de rabia pero al mismo tiempo, lo sofocaba y lo llenaba de temor. Pues sin darse cuenta, su corazón, ya estaba completamente cautivado por ella.
Aun así, por más que él, tuviera sentimientos por Rin, no estaba comprobado que ella los compartiera, así que… ¿Debía permitirlo? ¿Debía permitir que su hermano, la invitara a salir? Y así, quizá, ¿Podría darse cuenta si esa hermosa chica, realmente era para él? Tal vez, si lo hacía, era una buena manera de saber qué clase de chica era Rin. Sin embargo, aceptarlo frente a ese par de imbéciles, no era una opción.
Aun así, debía responder, pero cuando finalmente planeó hacerlo, Sara, regresó.
- ¡Amigos no van a creer lo que…! ¿Qué sucede? – preguntó enseguida, pues el ambiente al que había llegado, se veía más que tenso. – Se… ¿Sesshomaru?
- Tranquila – adelantó Bankotsu colocándose a su lado – No es nada, lo de siempre, ya sabes… esos dos… tuvieron un pequeño desacuerdo – suspiró.
Tal vez, Bankotsu supo cómo persuadir a Sara, o quizá, fue ella quien no le tomó mucha importancia. Pues sin volver a preguntar, continuó con la emoción con la que había llegado.
- Bueno… en fin, ¿No adivinarán a quien me encontré en el tocador? – pero nuevamente, algo, la distrajo - ¿Ah? ¿Escuchan eso? – y dirigiéndose a la salida, vio a través de la ventana. – ¡No puedo creerlo! Amigos ¡Nos están esperando! – exaltó emocionada.
- ¿De verdad? – preguntó Inuyasha, colocándose a lado de su amiga. – ¡Es cierto! – confirmó con alegría.
- Entonces, ¿Qué estamos esperando? Salgamos. – indicó Bankotsu.
Entonces, sin decir nada más, los cuatro jóvenes, por fin salieron de detrás del escenario.
Fin del Flashback.
Comentarios de la Autora.
Ya tenía terminado este capítulo y como se los comenté, planeaba publicarlo el viernes pasado, sin embargo, sucedió algo que ya no me permitió ni siquiera, revisar mis redes. Mi mamá se enfermó y tuve que ir a cuidarla, incluso me la tuve que traer a mí casa.
En este momento ya eta mejor, pero aun así, ha sido muy complicado. Hoy por fin terminé lo último que le faltaba al capítulo para poder publicarlo y aquí esta.
Espero me comprendan y me tengan paciencia, seguiré publicando capítulos pero… ahora no sé, cuando tiempo me estaré tardando. Aun así, trataré de apresurarme. Muchas gracias por su apoyo, les mando un fuerte abrazo.
